nota 4 – microfinanzas

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José Linares Fontela
Correo: jlinaresf@gmail.com – Telefono: +34 655 643 572
NOTAS SOBRE MICROFINANZAS
NOTA 4: SOBRE LA MOVILIZACION DE AHORROS (Final)
En las tres primeras notas detecté tendencias y necesidades de ahorro en las IMFs, como siempre y en base a mis
experiencias trataré de plantear soluciones a los problemas de captación de ahorros. Primero me referiré a las
posibilidades de las IMFs de recibir depósitos del público. ¡Bajo ninguna circunstancia reciban depósitos si no
están autorizados!, no solo sería ilegal, es además considerado un delito grave. Como vimos en la Nota No. 3 un
80% de las IMFs están autorizadas para recibir depósitos del público. La mejor forma para recibir ahorros del
público, pero no necesariamente la más simple, ni la más económica es ser supervisadas por la autoridad
bancaria, en muchos países las IMFs son reguladas con leyes especiales. Las Cooperativas de Ahorro y Crédito
pueden recibir dinero, mediante las aportaciones voluntarias de los socios, que son otra forma de ahorrar. Esta
figura permite que si una persona quiere solo guardar su dinero en una cooperativa puede hacerlo asociándose a
la misma y además de pagar las aportaciones obligatorias, puede hacer aportaciones voluntarias de acuerdo a los
estatutos de la Cooperativa. Como ven este tipo de propiedad accionaria permite esta facilidad al estar regida por
la Ley de Cooperativas de cada país. Existe la figura de las Cooperativas de Crédito o Cajas, que pueden recibir
dinero del público por estar supervisadas, pero solo pueden prestar a sus asociados.
Las ONGs no están autorizadas a recibir dinero del público, por lo que los fondos provienen del capital accionario,
donaciones y los préstamos. Sin embargo, haciendo alianzas estratégicas con instituciones supervisadas sus
clientes pueden hacer ahorros a través estas. La mecánica es muy simple: (1) Se hace una alianza estratégica con
una institución supervisada; (2) La supervisada crea una subcuenta para cada cliente de la ONG usando una
libreta o una tarjeta y los servicios complementarios (Tarjeta de débito, acceso a ATMs, etc.); (3) La ONG negocia
con la supervisada las condiciones de las subcuentas de ahorro y definen los costos, tarifas, encajes, etc.; (4) La
ONG acuerda con la supervisada la forma como se le prestará fondos sobre la cartera promedio de ahorros
depositados por sus clientes; (5) Conjuntamente la ONG y el banco evalúan los riesgos y establecen los medios
necesarios para controlarlos y (6) Trimestralmente la ONG suscribe pagarés con la supervisada de acuerdo al
saldo promedio de depósitos de sus clientes. Bajo este esquema se genera una fuente de fondos que si bien es
un préstamo, se hace escalonadamente para evitar los vencimientos totales, así la ONG puede sincronizar los
pagos con las recuperaciones de los Microcréditos. El costo del dinero será mayor que si la ONG recibiera
directamente los depósitos, que no puede, porque tiene que pagar a la supervisada por el servicio y el encaje. Así
funcionan muchas ONGs y han operado sin problema. Finalmente, la otra solución es crear a nivel de federación o
unión un sistema financiero, adquiriendo o constituyendo la federación un banco que daría servicio a las IMFs
afiliadas, ese ha sido el caso de SICREDI en Brasil (Ver enlace de lectura al final de la Nota. Solo está en Inglés y
Portugués), la federación o unión tiene que asumir el control financiero total de sus afiliadas, fijar las políticas de
crédito y gestionar los riesgos de sus miembros centralizando todo en un solo sistema informático, dejando a las
cooperativas el desenvolvimiento en los aspectos no financieros; es decir, los temas cooperativos.
Ya hemos visto que hay distintas soluciones para que las ONGs y las Cooperativas puedan recibir legalmente,
directa o indirectamente, ahorros del público, pero hay algo esencial: Si las IMFs que pueden recibir ahorros o
aportaciones no presentan una imagen corporativa de solidez y confianza, y no hacen un marketing efectivo no
captarán ahorros, porque en el caso de la movilización de ahorros la decisión de adonde llevarán su dinero los
clientes (Reguladas u ONGs) o socios (Cooperativas) es de ellos y no de las instituciones, a diferencia de cómo es
en el caso de los Microcréditos. Sin una imagen adecuada y un esfuerzo importante de marketing, las IMFs
autorizadas no atraerán fondos suficientes, ya que deben además atraer depósitos de la gente que no necesitan
créditos, porque son ahorristas puros; de hecho la proporción entre el número de ahorristas siempre es muy
superior al de los prestatarios y esa diferencia es la que permite a la IMF fondear los Microcréditos.
Pasemos ahora a los clientes: Usualmente se asume que los clientes de las Microfinancieras acuden a estas solo
para buscar un Microcrédito; mi experiencia indica que no es así que muchos clientes prefieren ahorrar y solo
recurren al crédito cuando es absolutamente indispensable. Mi experiencia es que los clientes de las IMFs
prefieren ahorrar en una institución supervisada con una imagen sólida antes de hacerlo en la IMF que les da los
Microcréditos, el problema está en que las instituciones supervisadas imponen exigencias mínimas muy altas
para abrir cuentas, por lo que muchos no tienen acceso a estos instrumentos; por lo tanto, se quedan en el ahorro
informal de las Agrupaciones de Ahorro y Crédito Rotativo (ROSCAS), el pasanaku, los san, la tontina, los
consorcios y otros nombres con los que se conoce los sistemas informales de ahorro que son muy populares en
todo el Mundo. Lo importante de estos sistemas es que son un mecanismo de ahorro programado que cuando
cada quien recibe el pote pasa a ser un prestatario, en el cuál ni se pagan intereses por los “depósitos”, ni se
cobran intereses por los “préstamos”. En mi trabajo he investigado frecuentemente el mercado para identificar las
necesidades de los clientes de las IMFs y he desarrollado productos de ahorro para muchas de estas en base a
las necesidades de los usuarios, algunas de mis observaciones apuntan a las siguientes motivaciones principales
para el ahorro: (1) Para atender emergencias, (2) para cumplir obligaciones mensuales y poder llegar a fin de mes,
(3) Pata brindar más seguridad al dinero que tenerlo en efectivo (Robo), (4) Para hacer frente a imprevistos, (5)
Para evita gastar el dinero fácilmente si está en efectivo, (6) Para realizar actividades productivas, (7) Para tener
un mejor control sobre los gastos y (8) Para servir de garantía para Microcréditos. Las principales barreras al
ahorro son: (1) No tener mucho dinero para poder ahorrar debido los montos altos de apertura y saldos, (3) El
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cobro de comisiones, (4) Tener que ir a algún lado a depositar y sacar el dinero (Poca presencia rural), (5) Recibir
bajos intereses (Depósitos a plazo) y (6) Dependerá de la imagen de la institución. La realidad es que no poder
ahorrar por no tener mucho dinero se corresponde con la falta de productos de ahorro adaptados a las
necesidades y realidades de los clientes y no solo a la conveniencia de las instituciones financieras. Quiero
compartir unas reflexiones sobre el tema de los requisitos y comisiones: Recuerdo que en los años 70 las
instituciones financieras en Latinoamérica no cobraban comisiones por las cuentas de ahorro, aunque se llevaba
todo a mano: Yo soy de la generación de la máquina con tarjetón, la NCR 80, que tenía una manivela por si fallaba
la electricidad. Las transacciones se guardaban en tarjetones y las transacciones se imprimían simultáneamente
en el tarjetón y la libreta, los intereses se calculaban cuenta por cuenta, ¡a mano!. El costo de la operación era
muy alto y las instituciones vivían del diferencial entre la tasa de interés de los préstamos y la de los depósitos.
Vino la automatización en los 90 y conste que yo trabajaba en La Vivienda EAP en Venezuela, que fue quizás una
de las primeras instituciones en el Mundo en montar el procesamiento en línea: Estábamos conectados a un
computador localizado en las oficinas de la IBM®, teníamos 100.000 cuentas de ahorro que se podían abrir con
US$ 2,30 y aún así podíamos dar un Seguro Gratis de Vida y Accidentes a todos nuestros ahorristas (US$ 697 por
vida y otro tanto por accidentes). De repente las otras instituciones financieras alegaron que el diferencial entre
los préstamos y los depósitos no alcanzaba y les daban pérdidas y que al tener muchas cuentas con saldo bajo
también perdían. ¡Un momento!, si se estaba usando la informática para gestionar las cuentas estamos frente a un
costo fijo; ya que la inversión en equipos de cómputos, al igual que en las máquinas industriales, crece por saltos;
es decir, cuando se ocupa la capacidad de un computador este se substituye por otro más barato y posiblemente
3 o 4 veces mayor y mucho más rápido, el personal de las Instituciones Financieras no ha crecido hasta el infinito,
por el contrario se ha reducido gracias a la informática y a la banca a distancia. Hoy en día los costos de
procesamientos, atendiéndonos a la Ley de Moore, están por los suelos y las capacidades se han multiplicado por
miles. Los costos variables de gestionar las cuentas de ahorro se limitan al encaje, a los intereses, las libretas y
tarjetas, que tienen grandes avances y cada vez cuestan menos, la papelería, etc., que representan una mínima
parte de la inversión en tecnología, el personal, las amortizaciones de los locales, la electricidad, que todos son
gastos fijos; pero el número de clientes, cuentas y préstamos no han dejado de crecer. Entonces la gran pregunta
es: Si en los 70 haciendo todo a mano y a fuerza de sangre, sudor y lágrimas, manejábamos muchas cuentas con
saldos bajos y encima regalábamos un Seguro Colectivo de Vida y Accidentes en La Vivienda EAP y esta era
rentable; ¿Cómo es que hoy no son rentables las Instituciones Financieras, con grandes volúmenes de clientes,
de operaciones, la tecnología y cobran por todo?, creo que la respuesta está bien reflejada en la crisis del crédito
del 2008: Porque estaban equivocados, ignoraron los riesgos atraídos por la alta rentabilidad y cayeron en el
riesgo moral al contar con los gobiernos como fuentes de último recurso para asumir sus errores, como en efecto
paso. Nadie me va a convencer de que operar con muchas cuentas con un monto pequeño de apertura, con
saldos bajos no es rentable, habida cuenta que si tengo muchos cuentas cuyo costo es un gasto fijo decreciente
por la tecnología, la banca a distancia y el personal reducido y divido este gasto entre el número creciente de
cuentas, es evidente que el costo de gestionar cada cuenta debería bajar en lugar de subir. Más aún con la
evidencia de un número importante de operaciones masivas como el creciente pago de los subsidios de los
gobiernos con tarjetas de recargables, usando como medio de pago los cajeros automáticos; ni que los gobiernos
fueran tontos para hacerlo como antes, directamente y a mano, lo que exigiría una burocracia brutal y creciendo
sin límite. Creo que el problema de muchas IMFs es que van por la visión tradicional de las Instituciones
financieras, asumiendo que es un mal negocio abrir cuentas con montos pequeños, manejar cuentas con saldos
bajos y que los pobres lo que quieren son Microcréditos y no pueden ahorrar, esto es ignorar cuales son
realmente las necesidades de los clientes de más bajos recursos y poner barreras a la inclusión financiera. Hay
evidencias en un estudio realizado en el 2011 por TECNOCOM y cito: “En México, a los beneficiarios del programa
Oportunidades se les ofrece una cuenta de ahorros estándar en el banco público, Bansefi. Aproximadamente el
30% de los beneficiarios decide aceptar la cuenta (1,5 millones de un total de 5 millones de beneficiarios) y
terminan ahorrando en promedio el 12% de su transferencia”. Me gustaría saber: ¿Cuantos programas de
inclusión financiera han logrado 1,5 millones de nuevos incluidos con cuentas de ahorro en un solo país?. Creo
que se ha generado la idea que la inclusión financiera solo se resuelve con programas basados en impulsar
mejores medios de pago que finalmente serán más usados en el consumo, cuando únicamente con una cuenta de
ahorro se puede lograr una inclusión financiera efectiva, porque implica: Diseñar productos de ahorro con un
monto accesible de apertura, saldos bajos y sin comisiones. Porque estos motivarían al acto voluntario de separar
y acumular dinero, a una disciplina financiera, a la creación de activos financieros y a fortalecer el hábito regular
de pago, indispensable en los Microcréditos, eso no lo pueden hacer nunca los medios de pago por si mismos.
Reciban un gran abrazo
José Linares Fontela
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Nota: Vean en SICREDI http://www.sicredi.com.br/conheca.html (Elijan el idioma, inglés o portugués) y vean el
estudio de TECNOCOM en: http://www.afi.es/afi/libre/PDFS/Grupo/Documentos/Informe_Tecnocom12.pdf
Nota: Si alguno de ustedes no quiere seguir recibiendo mis correos, por favor envíe en cualquier momento una nota a: jlinaresf@gtmail.com
para remover de inmediato su dirección de la base de datos. Gracias.
02/02/2014
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