CUENTO: JUAN SERVIDOR DE LOS DEMAS EN EL PAIS NUEVOS HORIZONTES PRESENTADO POR: JULIA DAYANA GARCIA MONTOYA COLONIA LA SOSA SECTOR QUEBRACHITOS FRENTE A IGLESIA NAZARENO GJULIADAYANA@YAHOO.COM 96775836 22364011 ID: O8O11994@YAHOO.COM Erase una vez en nuevos horizontes el país de las grandes oportunidades; una gran ciudad, una gran nación; un gran país. Sucede que en dicho país todos sus habitantes estudiaban desde pequeños y eran instruidos, más bien formados en algo que llamaban valores. Decían que esos valores formarían a las nuevas generaciones mismas que en un futuro no muy largo transformarían al país en una gran nación, en un gran país. Tal cosa la decían porque sus grandes pensadores estaban seguros que para cambiar la forma de ser de la gente. Habría que cambiar primero su forma de pensar y su corazón. Es así que nos encontramos en este bello país con el señor JUAN SERVIDOR DE LOS DEMAS, hombre justo, honrado a carta cabal, un hombre sin valor metálico probado muchas veces, intentaron sobornarlo pero su rectitud y criterio de la vida nunca lo dejo caer en tales tentaciones, como trabajador era intachable e incansable, llegaba hasta el extremo de preocuparse porque sus compañeros lo hicieran todo muy bien y con agrado. En cierta ocasión le preguntaron que porque actuaba de tal forma, y no como lo hacían los demás, donde la trampa, el soborno, la intriga, la pereza; en una palabra, la corrupción que era el pan nuestro de cada día. A lo que de manera muy segura y convincente el contesto que como persona con un espíritu de honestidad y conducta intachable, arraigado a sus valores; prefería actuar de una manera transparente y con rectitud nativa. Un murmullo de admiración y de respeto se levanto al oír dichas palabras lo que hizo de Juan Servidor de los demás un personaje reconocido y admirado. Dichosamente se convirtió en un hombre con un ejemplo sin igual lo que a su labor diaria como portador del pan del saber, añadió excelencia, creando para su querida nación personas de nuevos horizontes, con valores y de buen pensar. En esos días habíase desatado sobre esta nación una noticia que incluyendo al señor Juan Servidor de los demás había llamado la atención. Se trataba de una ciudad destinada a su fin, espantosa desgracia, sobrevivientes de tan destruida ciudad querían abandonar su lugar y emigrar a donde su vida fuera diferente y con la posibilidad de trabajar. Entre numerosos lugares aquellos agolpados habitantes llegaron a este país, que con admiración miraban por primera vez, el país de nuevos horizontes, con sus grandes plazas, un hermoso lugar donde había oportunidad y empleos dignos para trabajar. Sin perder tiempo conocieron un hombre en particular que en nuevos horizontes es reconocido por buena conducta y honestidad; era Juan Servidor de los demás que como a muchos servía con bondad. ¡Vaya vaya! Decían los llegados, emprendiendo su viaje y este país admirar, algo extraordinario es vivir en este lugar podemos sentir la libertad y nos podemos expresar que nuevo horizonte es este? gente llena de valores, con amabilidad y ayudando sin a cambio nada esperar. Gran país, gran nación! replico uno de ellos. A lo que Juan Servidor de los demás exclamo; después de haber admirado y contemplado dispongo a preguntar; como servidor de mi patria, amante a mi nación que paso con esa ciudad que no brinda a sus habitantes la confianza y tranquilidad de servir y por su patria luchar? Al oír estas palabras una mirada entristecida se empezó a reflejar; a lo que dijeron con pena y dolor la ciudad que vamos a describirle fue hecha por la mano de hombres que la ambición y la corrupción cambio, que prometieron y dijeron nuestro país mejorar pero solo fueron promesas y ahora nos quieren pisotear, mandatos, leyes y pelea de poder. Y el pueblo solo debe callar. Cuanto más? A lo que Juan Servidor con el deseo de poner en su mente un deseo de cambiar compartió; como pueblo tienen que decidir tener un cambio de pensar y por consecuente entender que se tiene el derecho y la obligación de perseguir nuestros ideales y sin lugar a duda, descubrir el nuevo mundo que no tiene semejanza con ninguna otra proeza llevada a cabo en la humanidad. Un nuevo horizonte, una gran nación, un gran país! Yo, como servidor comprendo que la ambición cegó y rompió con el valor de ser verdadero y leal. Es notable que existen naciones diferentes, por eso en este excelso lugar las cosas se hacen bien hechas y con transparencia y por consecuencia logramos el éxito para todos alcanzar. De manera sagaz países hermanos países vecinos la conquista por un nuevo horizonte debe comenzar buscando la unidad, donde no caben las cosas obscuras, ni caben las cosas secretas, en mi bello país hasta los funciones públicos, personajes del poder brindan la información de cómo dirigen nuestra nación. Atentos escuchaban cada palabra del servidor y la esperanza de un país cambiante estaba en su corazón hombres con el anhelo de un mundo mejor tener consientes que ellos eran los instrumentos para el éxito alcanzar y Juan Servidor elevo la mágica antorcha de la alegría levantándose día tras día en esa ciudad sabiendo que imperaba la transparencia y probidad! En los corazones de tan bello pueblo fue sembrado el amor a la patria y sin lugar a duda el valor de cuidarla y respetarla. Al ver y escuchar aquellos hombres tan magnificas palabras y ver el ejemplo intachable de Juan servidor, decidieron a su patria regresar. A lo que uno de ellos con apego y sinceridad unas palabras quiso expresar, busquemos la justicia y la libertad para que al regresar construyamos ciudades modelos donde impere la paz y ante el mundo sean un ejemplo de lo que seres humanos consientes lo mejor pueden alcanzar. En aquella tarde obscura los habitantes de esa ciudad a sus blancas aldeas decidieron volver, fue el último y definitivo episodio porque de nuevos horizontes aprendieron su naturalidad y lo hermoso que es vivir en un lugar con transparencia y equidad. Habiendo quedado demostrado que siempre en nuestro actuar una conducta ética se debe presentar haciendo el bien y no el mal ante el prójimo y Dios nuestro creador. Juan servidor de los demás un personaje como muchos en nuevos horizontes la gran nación entre sus días de escuela a sus alumnos lo acontecido quiso contar y añadiendo al final de tan agradable experiencia un pensar que en su clase compartió, amantes de la vida amantes de la educacion somos nuestro propio futuro comenzando del hogar fomentando valores y un buen corazón que rompa fronteras y nos conduzca a un nuevo horizonte, el taller de la humanidad, instrumentos de éxito! Y también a esto añado a nuestros países hermanos, se debe buscar un nuevo horizonte donde impere la ética, la transparencia y la probidad. Ante tal manifiesto todos los de su entorno quisieron escuchar y saber que para un nuevo mundo crear debe haber conciencia social como en dicha nación grandes personajes que son de inspiración porque empiezan con su vida y su corazón sabiendo que el actuar correcto de debe afianzar para una patria transparente alcanzar. Qué gran nación a este tiempo es un ejemplo a seguir crearon barreras ante la corrupción y todo lo que trajese daño a tan bello país. Por lo antes ocurrido dejo en su imaginación, un nuevo país, una nueva nación y como se hizo en aquel excelso lugar hoy en día recibimos nuestro nuevo horizonte. Servidor de este mundo, gran país, gran nación. Colorín colorado este cuento ha terminado..! Breve reseña del cuento Juan servidor de los demás Este cuento nos narra en una forma breve, agradable y hasta jocosa la historia de JUAN SERVIDOR DE LOS DEMAS, hombre justo, transparente en todas sus actuaciones con un altísimo criterio ético de la vida en sus distintas manifestaciones que día a día sucedían en su vida en todas las actividades que el realizaba. Juan servidor de los demás representa el anhelo del hombre, del profesional, del técnico, del servidor público, que decíamos para nuestro país, para que nuestra querida Honduras igual que la nación de nuevos horizontes pueda levantarse como el ave fénix y ser considerado en el concierto de las naciones como un país donde la transparencia, la ética y la probidad sean normas de vida para todos sus habitantes. De la autora: Julia Dayana García Montoya