Determinantes reales y financieros de la inversión en Estados

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XI Jornadas de Economía Crítica
Determinantes reales y financieros de la inversión en Estados
Unidos
Análisis Teórico y Estimación Empírica
Sergio Cámara Izquierdo
Universidad Autónoma Metropolitana-Azcapotzalco, México D.F.
Área de Investigación Sociedad y Acumulación Capitalista
Versión: 20 de Febrero de 20081
1. INTRODUCCIÓN
2. LA FUNCIÓN DE INVERSIÓN EN LA LITERATURA
2.1 La función de inversión neoclásica
La teoría de la inversión neoclásica equivale a la teoría del nivel óptimo de capital deseado por
las empresas. Una vez determinado este nivel, la teoría de la inversión se deriva a partir del
mecanismo de ajuste entre el capital existente y el capital deseado.
La determinación del stock de capital deseado por las empresas se realiza a través de un
problema de optimización, maximización de los beneficios, en el que entran en juego tanto
factores de la demanda, aportados por la tradición macroeconómica keynesiana, como factores
de oferta, introducidos por el paradigma neoclásico. Desde la perspectiva de la demanda, el
nivel deseado del stock de capital depende de la demanda esperada, tal y como se sugiere en
el modelo del acelerador sencillo propuesto por Eisner (1967). La demanda esperada se
concibe como el nivel esperado de producción de algún periodo futuro. El lapso temporal de
anticipación dependerá de la tecnología de producción empleada en la economía. En la
literatura empírica, el indicador de la demanda esperada comúnmente utilizado es el Producto
Interno Bruto (PIB).
Por el lado de la oferta, el principal determinante de la inversión es el coste de uso del capital.
La idea subyacente es la sustituibilidad de los factores de producción, emanada de la teoría de
la producción neoclásica. Dado el nivel de la producción esperada, las empresas eligen la
combinación de capital y trabajo con la cual llevar a cabo dicha producción. Un coste de uso
del capital relativamente barato favorece el empleo de una tecnología relativamente intensa en
capital, lo que incrementa el stock de capital deseado. En general, las empresas desearán
unidades adicionales de capital cuando el valor de la producción obtenida con una unidad
adicional de capital –calculado como el producto marginal del capital por el precio– sea mayor
1
Una versión más actualizada estará disponible para las XI Jornadas de Economía Crítica. Si está
interesado, puede solicitar el material actualizado y otros materiales a mi correo electrónico:
scamara@correo.azc.uam.mx.
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al coste de uso del capital. El equilibrio se establecerá cuando ambas magnitudes se igualen,
con lo que se llega al stock de capital deseado.
El coste de uso del capital fue analizado por Hall y Jorgenson (1967). Su principal componente
es la tasa de interés, que mide el coste de financiamiento de la adquisición de los bienes de
capital o, alternativamente, el coste de oportunidad de utilizar una suma de dinero en la
adquisición de capital en vez de recibir un interés a cambio. Lógicamente, la tasa de interés
relevante es la tasa real, por que es necesario corregir la tasa nominal por la inflación
esperada. Otro componente del costo de uso del capital es la depreciación del capital, que
mide el desgaste ocurrido en el capital durante un año. Adicionalmente, el precio relativo de los
bienes de capital nos permite identificar el encarecimiento o abaratamiento de los bienes de
capital en relación al total de bienes de la economía. Por último, el coste de uso del capital se
ve influenciado por la política impositiva a las empresas. En concreto, el impuesto sobre los
beneficios de las empresas incrementa el costo de uso del capital, mientras que el incentivo
fiscal a la inversión reduce este coste. En conjunto, los factores anteriormente señalados dan
lugar a una expresión del coste de uso del capital (C) de la siguiente forma:
(1- h - τz )
PI
[i (1- τ ) - π + δ ]
C=
P
1- τ
(1)
PI
donde
es el precio relativo del capital , i es la tasa nominal de interés, τ es el tipo
P
impositivo, π es la inflación esperada, δ es la tasa de depreciación, h es la desgravación por
inversión y z es el valor actual descontado de las deducciones por amortización del capital. En
conclusión, el coste de uso del capital tiene una composición múltiple y puede ser afectado de
muy diversas formas por la política fiscal y monetaria.
La literatura empírica ha introducido el coste de uso del capital en las estimaciones de la
función de inversión de forma muy heterogénea. Aunque algunos análisis realizan un análisis
conjunto de los diversos componentes, es frecuente encontrar análisis empíricos en los que los
componentes son analizados como variables aisladas.
…
ƒ Mecanismo de ajuste…
1
Tipo de ajuste
2
Literatura empírica…
3
Función de producción (CES o Cobb-Douglas)
2.2 Extensiones del modelo neoclásico
ƒ
Introducción
ƒ
q de Tobin
ƒ
Racionamiento del crédito
ƒ
Incertidumbre e irreversibilidad (Pindyck)
ƒ
Beneficios
ƒ
Distribución del ingreso y otros elementos keynesianos y postkeynesianos.
3. LA FUNCIÓN DE INVERSIÓN MARXISTA
La función de inversión marxista parte de un marco analítico radicalmente diferente a la teoría
ortodoxa: el modelo macroeconómico clásico. Por tanto, es necesario presentar sus
características distintivas más relevantes con el objeto de discernir posteriormente los
elementos fundamentales que guían la inversión en las economías capitalistas bajo este
modelo.
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3.1 El modelo macroeconómico clásico
En este apartado, se presenta la relación dinámica entre las distintas variables que conforman
el modelo macroeconómico clásico de forma genérica, cualitativa y abstracta. En concreto, no
se especifica una relación funcional cuantitativa entre ellas. Pretendemos destacar
especialmente dos aspectos de dicho modelo:
•
El modelo enfatiza la dinámica de las principales variables
macroeconómicas antes que su relación de equilibrio, por lo que responde a un enfoque
reproductivo antes que a un enfoque de equilibrio. Este carácter dinámico del modelo es
típico de la economía clásica, que centra su análisis en la acumulación de recursos
productivos, pero opuesto a la economía ortodoxa, cuyo énfasis está en la asignación
óptima de una cantidad de recursos dada.2
•
Se trata de un modelo que explica endógenamente tanto el crecimiento
económico como las fluctuaciones cíclicas que afecta a dicho crecimiento. El crecimiento
es explicado endógenamente por la relación entre rentabilidad y acumulación, mientras que
los ciclos son explicados por mecanismos monetarios inherentes a las economías
capitalistas. En este sentido, se separa de los modelos neoclásicos y keynesianos, cuyas
“teorías de la demanda agregada necesitan generalmente recurrir a factores exógenos
como el cambio técnico, el crecimiento poblacional o explosiones de innovaciones con el fin
de explicar el crecimiento económico.” (Shaikh, 1990: 224)
3.1.1 Producto, oferta, demanda agregada y desequilibrios macroeconómicos
El proceso de producción consiste en la utilización de medios de producción y fuerza de trabajo
para obtener un producto final. Representamos este proceso en términos monetarios. Sea Yt el
valor monetario de la producción del periodo t, Kft la capacidad instalada o capital fijo empleado
a lo largo del periodo t y ut la tasa de utilización de la capacidad instalada que, por tanto,
representa tanto al capital circulante como a la cantidad de fuerza de trabajo empleados en el
periodo. Por último, θt representa la tecnología de producción, es decir, la capacidad de
generación de producto de la capacidad instalada bajo las condiciones normales de
producción. En consecuencia, el nivel de producto depende de la capacidad instalada (Kft), de
la tasa de utilización de dicha capacidad instalada (ut) y del factor tecnológico (θt):
Yt = γ (Kft, ut, θt)
(1)
La oferta agregada en el periodo t (OAt) está determinada por el nivel de producto (Yt) y por la
variación en el valor de los inventarios entre el inicio y el final del periodo de producción (st – st1).
OAt = Yt + st – st-1
(2)
Las empresas toman sus decisiones de oferta en condiciones de incertidumbre sobre el nivel
de la demanda. Esto se debe a dos motivos: 1) las decisiones de producción y consumo son
tomadas por distintos agentes, dado el carácter descentralizado de la economía capitalista, y 2)
2
“Es todavía muy sorprendente comprobar que el núcleo principal de la teoría económica tiene una
naturaleza estática. Es sorprendente, incluso increíble, comprobar que se considera a la asignación óptima
de unos recursos dados como el problema económico principal, tanto en la teoría como en la práctica,
mientras que es evidente que el problema principal, en los países avanzados y más aun en los países
atrasados, consiste en cómo incrementar los recursos disponibles. […] Creo que la explicación es muy
compleja e implica aspectos lógicos, ideológicos y sociales. En relación a los aspectos lógicos, considero
que existen dos ideas en el desarrollo de la teoría económica, que deben ser relacionadas con la aspiración
de muchos economistas de adquirir un estatus similar al de los científicos naturales mediante la aplicación
de ciertas técnicas de las matemáticas y de la física teórica que fueron desarrolladas a finales del siglo
XIX, que han tenido un papel importante: la idea de aplicar el cálculo diferencial a la economía, lo que
hace natural analizar problemas de optimización en términos estáticos, y la idea de usar ciertas analogías
–especialmente, la analogía entre el sistema económico y un sistema mecánico estático–. tomadas de
conceptos de la física. No obstante, el resultado ha sido paradójico: el enfoque estático ha dominado la
teoría económica precisamente en el periodo histórico en el que el cambio técnico y el crecimiento
económico se han convertido en las principales características de un número creciente de sociedades. Sea
directa o indirectamente, el problema del crecimiento económico ha sido la principal preocupación de los
economistas clásicos, incluyendo a Marx, y su análisis no era de ninguna manera ‘estático’.” (SylosLabini, 1984: viii)
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las decisiones de producción y consumo son tomadas en momentos distintos de tiempo, puesto
que la producción es un proceso que requiere de tiempo para llevarse a cabo. Generalmente,
esta situación de incertidumbre lleva a las economías capitalistas a una situación efectiva de
desequilibrio en cantidades entre la oferta y demanda agregadas (OAt ≠ DAt).
El desequilibrio agregado entre oferta y demanda sólo puede nacer de la discrepancia entre
los planes de inversión y consumo y sus fuentes reales de financiamiento. En consecuencia,
los requerimientos financieros de la economía se saldan mediante una emisión monetaria
distinta a la expansión natural o real de la economía. La modificación de la oferta monetaria
mediante la emisión de dinero es consecuencia de las acciones de la autoridad monetaria o
banco central, de los bancos privados mediante préstamos no sujetos a ahorro previo, de las
empresas mediante transacciones con crédito comercial, del gobierno a través de su política
fiscal, etc. Suponemos que el mercado de dinero no se comporta según ninguna de las dos
formas extremas con que normalmente se analiza: exógenamente, por lo que el banco central
determina exclusivamente la oferta monetaria, o endógenamente, por lo que la totalidad de la
demanda de dinero es satisfecha. En general, existen diversos mecanismos de control que
ejercen restricción sobre la cantidad de dinero adicional que se emite a la circulación, como la
inflación o las tasas de interés.
Además del desequilibrio entre la oferta y demanda agregadas, las economías capitalitas
también se encuentran normalmente en desequilibrio en expectativas entre el valor efectivo y
deseado de la tasa de utilización de la capacidad instalada (ut ≠ u*). La existencia de un nivel
normal o deseado de la utilización de la capacidad instalada por debajo del nivel máximo
responde también a la incertidumbre existente sobre el nivel y composición de la demanda.
(Duménil y Lévy, 1999: 60n, Lavoie et al., 2004: 133-4)3
3.1.2 La dinámica macroeconómica en el largo, medio y corto plazo.
Una de las particularidades del modelo clásico consiste en la amplia y clara diferenciación de
los distintos horizontes temporales que entran en juego en la explicación de la dinámica
macroeconómica. Desde la perspectiva clásica, esta diferenciación se suele modelar mediante
el sencillo supuesto de que la capacidad instalada y su tecnología de producción son variables
que reaccionan lentamente, mientras que la tasa de utilización de la capacidad instalada es
una variable rápida. En general, existe una coincidencia en los modelos clásicos (Shaikh, 1990:
cap. 5; Duménil y Lévy, 1999: sec. 5, Moudud, 1998) en identificar tres planos temporales para
explicar tres dinámicas distintas del nivel de actividad: 1) una dinámica de corto plazo, que
iguala oferta y demanda agregadas, 2) una dinámica de medio plazo, que iguala la tasa de
utilización de la capacidad instalada efectiva con su nivel medio, y 3) una dinámica de largo
plazo, que determina la evolución de la capacidad instalada y la tecnología de producción.4
En el corto plazo, el desequilibrio en cantidades entre la oferta y demanda agregada provoca
una respuesta rápida en el nivel de producción por parte de las empresas capitalistas. Dado
que la capacidad instalada se considera fija, la variación en el producto implica la modificación
en la tasa de utilización de la capacidad instalada mediante una variación en la intensidad de la
inversión en capital circulante. En general, el resultado de este proceso de ajuste rápido de la
oferta agregada conduce a un desequilibrio en expectativas entre la tasa efectiva de utilización
de la capacidad instalada y la tasa media, que genera la dinámica de medio plazo. Así, tasas
de utilización de la capacidad instalada por encima (debajo) de su nivel normal provocan una
intensidad de la inversión en capital fijo mayor (menor) a su nivel estructural, con el objeto de
perseguir el nivel deseado de utilización. Esta segunda dinámica está asociada, por tanto, al
componente coyuntural de la inversión en capital fijo.
3
Sorprendentemente, Lavoie et al. (2004) consideran que esta explicación del nivel normal de la
utilización de la capacidad instalada es de tipo kaleckiana y ajena a la perspectiva marxista. En nuestra
opinión, no existe ninguna razón para sustentar este argumento.
4
El supuesto sobre la velocidad de ajuste es compartido por los modelos keynesianos. Sin embargo, estos
modelos suelen omitir el análisis de la dinámica de corto plazo, bajo el supuesto de que existe un ajuste
instantáneo en la cantidad agregada ofrecida y demandada. En este sentido, Duménil y Lévy (86-7 y 867n) afirman que “la importancia de la estabilidad de corto plazo no es realmente reconocida dentro de la
economía keynesiana y siempre se suponen condiciones de estabilidad del equilibrio de corto plazo. La
estabilidad del equilibrio de corto plazo es, en nuestra opinión, un aspecto crucial para la explicación del
ciclo económico” y que “[e]sta falta de interés por la estabilidad del equilibrio es común a las
perspectivas keynesiana y walrasiana.”
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Por último, la senda de crecimiento de largo plazo del producto está asociada a la variación
estructural de la capacidad instalada, esto es, al componente estructural de la inversión en
capital fijo. En este punto, los modelos clásicos son incisivos en señalar el componente
puramente real del financiamiento de la inversión en el largo plazo. Bajo el supuesto
igualmente clásico de que los ahorros sólo puede provenir de las ganancias (los trabajadores
consumen todo su ingreso), la idea clásica consiste en que la tasa de ganancia es la que
determina el tasa de crecimiento sostenido de largo plazo. Dado que la dinámica de medio
plazo se considera estable, esto es, la tasa de utilización de la capacidad instalada gravita
alrededor de su nivel normal, el crecimiento económico es únicamente explicado por la
capacidad de generación de ganancias y de ahorro de las economías capitalistas.
3.1.3 La inversión en el modelo clásico
Como conclusión al apartado anterior, podemos afirmar que:
1)
Las variaciones en el producto son resultado únicamente de las decisiones de
inversión de las empresas.
2)
Es fundamental distinguir entre la inversión en capital circulante, que determina
la tasa de utilización de la capacidad instalada, y la inversión en capital fijo, que determina
el nivel de dicha capacidad instalada.
3)
Igualmente, es esencial distinguir entre el componente estructural de la
inversión, que determina el nivel de equilibrio de la inversión, y el componente coyuntural,
que determina una intensidad de la inversión mayor o menor a la de equilibrio.
Dado el nivel de la capacidad instalada en un determinado momento t, Kft, existirá un nivel de
inversión de capital circulante que asegurará una utilización media (u*) de la capacidad
instalada y, por tanto, el equilibrio en expectativas. Denominamos a dicho nivel como el
componente estructural de la inversión en capital circulante, IcEt.
IcEt = Ωc (Kft)
(3)
Dado que el nivel de utilización de la capacidad instalada no suele coincidir con su nivel medio
(ut ≠ u*), la inversión en capital circulante estará normalmente por encima o por debajo de su
nivel de equilibrio de largo plazo. Así, cuando la inversión en capital circulante supera dicho
nivel (Ict > IcEt), la tasa de utilización de la capacidad instalada será superior a su nivel de
equilibrio (ut > u*). Inversamente, cuando la inversión en capital circulante es inferior a su
componente estructural (Ict < IcEt), la tasa de utilización de la capacidad instalada estará por
debajo de su nivel de equilibrio (ut < u*).
La diferencia entre el nivel de la inversión circulante efectivo y su nivel estructural de largo
plazo es el componente coyuntural de la inversión en capital circulante, IcCt = Ict – IcEt. Como
avanzamos arriba, las variaciones del nivel de actividad asociadas a variaciones en la tasa de
utilización de la capacidad instalada (y, consecuentemente, a variaciones en el componente
coyuntural de la inversión en capital circulante) son generadas por un desequilibrio entre las
cantidades de demanda y oferta agregadas (OA ≠ DA), que, generalmente, genera
movimientos en los niveles de inventarios. De esta forma, podemos representar el desequilibrio
mediante la divergencia entre los niveles de inventarios efectivos (st) y los niveles de
inventarios deseados (s*), y podemos hacer depender el componente coyuntural de la inversión
circulante (IcCt) de su diferencia:
(4)
IcCt = Φc (st – s*)
donde ∂Φc/∂(st – s*) < 0. Esto implica que un exceso de demanda (DA > OA), reflejando en un
nivel de inventarios inferior al normal (st – s* < 0), supone un nivel de inversión en capital
circulante superior al estructural. El razonamiento es inverso para una demanda agregada
insuficiente. En conclusión, la inversión total en capital circulante será:
Ict = IcEt + IcCt = Ωc (Kft) + Φc (st – s*)
(5)
La inversión en capital fijo responde a dos estímulos distintos, por lo que, al igual que la
inversión en capital circulante, es necesario analizarla a partir de un componente estructural,
que refleja la inversión de capital fijo en equilibrio, y un componente coyuntural, que responde a
las distintas fluctuaciones económicas. Siguiendo la línea clásica, el componente estructural de
la inversión en capital fijo, If Et, está determinado por la rentabilidad del capital, es decir, la
capacidad de las economías capitalistas de generar un excedente económico bajo la forma de
plusvalía o ganancia (gt) susceptible de ser acumulado por los capitalistas:
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If Et = Ωf (gt)
(6)
Por otro lado, la intensidad de la inversión en capital fijo está en función del momento
económico, algo que recoge el componente coyuntural. Así, la inversión en capital fijo será
superior a su nivel de equilibrio (Ift > IfEt) cuando la tasa de utilización de la capacidad instalada
se encuentre por encima de su nivel normal (ut > u*), mientras que será inferior a su nivel de
equilibrio (Ift < IfEt) cuando la tasa de utilización de la capacidad instaladas se encuentre por
debajo de su nivel normal (ut < u*). De esta manera, el componente coyuntural de la inversión
en capital fijo, If Ct, está en función del desequilibrio en la tasa de utilización de la capacidad
instalada:
If Ct = Φf (ut – u*)
(7)
donde ∂Φf /∂(ut – u*) > 0. En conclusión, la inversión total en capital fijo será:
Ift = If Et + If Ct = Ωf (gt) + Φf (ut – u*)
(8)
3.2 La función de inversión marxista en la literatura
En este apartado, realizamos una revisión del tratamiento de la función de inversión en una
parte de la literatura marxista más relevante sobre el tema. Lo dividimos en dos partes: los
modelos teóricos de la función de inversión y sus estimaciones empíricas a partir de datos de
economías reales.
3.2.1 Modelos teóricos
Shaikh (1990: cap. 5) propone un “modelo macroeconómico de crecimiento cíclico
internamente generado”, cuyo objetivo consiste en elaborar un “marco conceptual que
relaciona la demanda agregada, la oferta y la capacidad con sus correspondientes
financiamiento y deuda” que invalide “todas las afirmaciones en el sentido de que existe una
contradicción entre las teorías de la demanda efectiva y las teorías del crecimiento clásica y
marxista.” (ibid: 225 y 233) El modelo de Shaikh empieza definiendo la función de inversión de
capital fijo a partir de una relación lineal simple entre las ganancias realizadas (Pt) y la inversión
(It) establecida mediante la proporción de ganancias invertidas o tasa de acumulación (k): It =
kPt. (ibid: 235). Por otro lado, la dinámica de la tasa de acumulación viene dada por la siguiente
ecuación diferencial:
k'/k = g(u – 1)
(9)
donde g es una constante y u es la tasa de utilización de la capacidad instalada, cuyo valor
normal se fija en la unidad. Bajo equilibrio (u = 1), la tasa de acumulación será constante a lo
largo del tiempo, por lo que la inversión en capital fijo dependerá únicamente de la masa de
ganancias. En la situación normal de desequilibrio, la proporción de ganancias invertidas
variará según el ciclo económico, aumentando cuando la tasa de utilización se encuentre por
encima de su nivel normal y disminuyendo en el caso opuesto.
En un trabajo reciente, Shaikh (2007) explicita nítidamente que este supuesto sobre la
dinámica de la tasa de acumulación es fundamental para derivar el resultado clásico de
gravitación estable alrededor de la tasa de utilización normal. Si se levanta este supuesto, se
llega al resultado (post-)keynesiano según el cual la tasa de utilización de la capacidad
instalada puede diferir permanentemente de su nivel normal, dado que una perturbación en la
tasa de utilización de la capacidad instalada nunca se puede revertir mediante la variación en la
acumulación debido a la variación en las ganancias realizadas.
Duménil y Lévy (1999) se proponen “estudiar un modelo en el que el tránsito al equilibrio
clásico de largo plazo se obtiene como una secuencia de equilibrios keynesianos de corto
plazo.” (ibid: 56). En su análisis de la inversión, comienzan criticando la función de inversión de
Kalecki-Steindl: It/Kt = a’ + b(ut – ū), donde It es la inversión en capital fijo, Kt el stock de capital,
a y b son constantes positivas, ut es la tasa de utilización de la capacidad instalada y ū es el
nivel normal de dicha tasa. En concreto, consideran que “no es correcto… suponer que este
comportamiento se mantendría en el largo plazo”, dado que el parámetro a’, “que expresa el
componente ‘exógeno’ de la inversión, no puede ser considerado como constante… [P]uede
considerarse exógeno en el corto plazo, pero debe ser tratado endógenamente en el largo
plazo.” (ibid: 63).
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Duménil y Lévy son partidarios de endogeneizar dicho parámetro a partir de lo que denominan
“restricción de financiamiento”. Dicha restricción pone énfasis en carácter real del
financiamiento de la inversión, el ahorro preliminar a la inversión, mientras que otorga un
carácter limitado a su carácter monetario:
“Aunque es obvio que estamos de acuerdo con el punto de vista de que los préstamos
bancarios suelen financiar la inversión, creemos que este mecanismo no elimina la
restricción clásica de financiamiento. Es sabido, por ejemplo, que el crédito a la inversión
es condicionado por niveles suficientes del financiamiento interno preliminar (utilidades
retenidas) y que institucionalmente no son tolerados niveles infinitos de la relación entre
deuda y activos. A pesar de la disponibilidad, aparentemente no limitada, de financiamiento
la carrera de capitalista no está abierta para todos.” (ibid: 64)
Las reflexiones anteriores llevan a estos autores a proponer la siguiente función de inversión:
(10)
It/Kt = α0 + α1mt + α2ut
donde se introduce la restricción de financiamiento a partir la masa normalizada de dinero, mt,
definida como la masa monetaria, Mt, entre el valor del acervo de capital fijo, Kt pK: mt = Mt / Kt
pK. Por otro lado, emisión de dinero, cuyo único uso es la inversión, está determinada por la
siguiente ecuación en diferencias
mt – mt-1 = β0(ut – ū) – β1 jt
(11)
donde jt es la inflación que, a su vez, depende del desequilibrio entre la oferta y demanda, jt =
δ(ut-1 – ū), de forma que un exceso de demanda se traduce en un incremento en los precios y
viceversa. De esta forma, la emisión monetaria depende de la actividad económica por doble
partida: directamente, vía la demanda de dinero de los agentes para la inversión, pero también
inversamente, vía la respuesta de la autoridad monetaria ante la inflación. Duménil y Lévy
demuestran que la estabilidad del equilibrio de largo plazo, la convergencia hacía la tasa
normal de capacidad instalada, requiere un parámetro β0 no muy grande y un parámetro β1 ni
deficiente ni excesivo. (ibid: 78) En otras palabras, “la condición de estabilidad… estipula que el
aspecto contracíclico tiene que dominar el aspecto procíclico.” (ibid: 85)
Hay que señalar que el mecanismo propuesto por Duménil y Lévy no incluye a la rentabilidad
como fuente de financiamiento de la inversión en el largo plazo, dado que la variación en mt no
depende de las ganancias. No obstante, más adelante reafirman la importante relación entre
rentabilidad y acumulación: “en un equilibrio de largo plazo, es la fracción acumulada de las
ganancias la que determina la tasa de crecimiento. La tasa de ganancia de equilibrio, r*, puede
ser determinada primero como una función de la tecnología y la tasa de salario real; en un
segundo paso, uno puede calcular la tasa de crecimiento como una función de la tasa de
ganancia aplicando la relación ρ* = sr*” (ibid: 74).
…
ƒ Foley (1987).
3.2.2 Estimaciones empíricas
Duménil y Lévy (1993: cap. 16) elaboran un sencillo modelo para estimar la tasa de
acumulación en la economía de Estados Unidos. En primer lugar, parten de la relación
fundamental de la economía clásica entre acumulación y rentabilidad en el largo, estableciendo
una tasa de acumulación (porción de los beneficios acumulada) constante: ρ (K) = α r, donde ρ
es la tasa de crecimiento del capital, α es la tasa de acumulación y r es la tasa de beneficio.
Una primera observación gráfica de los datos estadísticos sobre la tasa de acumulación les
lleva a concluir que esta relación lineal estructural es plausible durante dos largos periodos
1869-1913, 1914-1989, pero que existe una ruptura esencial en la serie en la primera guerra
mundial.
En segundo lugar, Duménil y Lévy introducen en el modelo un componente fluctuante de la
inversión relacionado con los ciclos de corto plazo de la actividad en general: la tasa de
utilización de la capacidad instalada (u). Por último, introducen un tercer componente
relacionado con los costes laborales, bajo el argumento que un incremento en éstos por
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encima de su tendencia estimulará la acumulación de capital fijo (v). De este modo, la tasa de
acumulación α en el modelo estimado ρ (K) = α r pasa a ser la siguiente:
α = α0 + α1D1914 + αuu + αvv
(12)
donde D1914 es una variable artificial que representa el cambio estructural en la tasa de
acumulación en la primera guerra mundial. En general, la estimación realizada describe
satisfactoriamente la evolución del stock de capital (ibid: 289).
Un aspecto relevante de esta estimación es la similitud en el modelo planteado con el modelo
teórico descrito en la sección anterior; su característica común está en el planteamiento de una
tasa de acumulación compuesta por un componente constante y otro componente variable
dependiente del nivel de actividad. Por otro lado, es destacable el hecho de que el modelo
únicamente explica el crecimiento en los acervos de capital, esto es, la inversión neta de capital
fijo. La parte de la inversión bruta que repone el consumo de capital fijo queda inexplicada.
El artículo de Lavoie et al. (2004) tiene como objeto contrastar empíricamente cuatro funciones
de inversión distintas, dos de inspiración marxista, relacionadas con los trabajos de Duménil y
Lévy, y Shaikh, y dos de inspiración kaleckiana. La conclusión del artículo es que la función de
inversión kaleckiana con histéresis se comporta empíricamente mejor. La función de inversión
relacionada con Duménil y Lévy que estiman Lavoie et al. es la siguiente:
Δgt = α0 + α1(ut-1 – ū) + α2(ut-1 – ut-2) + εt
(13)
En esta función, la inversión está definida por el cambio en la tasa de crecimiento del stock de
capital, por lo que únicamente explica, al igual que en Duménil y Lévy (1993), la inversión neta
de capital fijo. Cabe destacar de la función que el cambio en la tasa de crecimiento del capital
durante el periodo t no depende de la tasa de utilización de la capacidad instalada en dicho
periodo, sino únicamente en los periodos anteriores t – 1 y t – 2. Esto parece contradecir la
ecuación (10) de estos autores. Si convertimos esta ecuación por una en diferencias y
sustituimos mt – mt-1 por la ecuación (11), en la que previamente hemos sustituido jt por su
expresión, el resultado es el siguiente:
(14)
Δgt = α0 + α1[β0(ut – ū) – β1δ(ut-1 – ū)] + α2(ut – ut-1)
Simplificando, obtenemos:
Δgt = A + B(ut – ū) + C(ut – ut-1)
(15)
Como se puede observar, la ecuación (13) de Lavoie et al. (2004) incluye un rezago adicional.
La función de inversión relacionada con Shaikh que estiman Lavoie et al. es la siguiente:
Δgt = μ0 + μ1(ut-1 – ū)gt-1 + μ2(Δyt-1 – ut-1) gt-1 + εt
(15)
...
3.3. Una propuesta marxista de modelización de la función de inversión
ƒ
Inversión bruta vs. inversión neta
3.3.1 Acumulación y rentabilidad: la relación estructural
ƒ
¿Qué tasa de ganancia utilizar? La tasa de ganancia normal corregida, dado que se trata
de estimar la relación estructural entre ganancias y acumulación.
1
Corregida por la tasa de utilización de la capacidad instalada: con el objeto de aislar el
efecto coyuntural del nivel de actividad sobre la tasa de ganancia.
2
La distribución del ingreso también puede tener un comportamiento cíclico que es
preferible aislar para estimarlo por separado. Puede ser algo difícil, dado que puede
estar altamente correlacionada con u.
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ƒ
Es posible que la tasa de acumulación (αn) no sea constante en el tiempo, en concreto, que
no sea independiente del nivel de la tasa de ganancia normal. En este caso, la tasa de
acumulación seguiría el patrón de onda larga de la tasa de beneficio. Por ejemplo, la tasa
de acumulación o esfuerzo inversor puede ser menor cuando la tasa de ganancia es alta y
mayor cuando la tasa de ganancia es baja.
3.3.2 El componente coyuntural de la inversión en capital fijo
ƒ
De la discusión en 4.1, hay dos componentes coyunturales a ser incluidos como
determinantes de la inversión: 1) la tasa de utilización de la capacidad instalada y 2) el
componente cíclico de la distribución del ingreso.
ƒ
Respecto a la tasa de utilización de la capacidad instalada.
1
Su relación sobre la inversión no necesariamente es lineal. Así, una tasa de utilización
de la capacidad instalada alta puede elevar la inversión vía una acumulación mayor de
la ganancia disponible en un inicio y vía un financiamiento mediante emisión monetaria
adicional. El primer efecto puede ser superior al segundo, dependiendo de la
flexibilidad de la oferta monetaria.
2
Para la estimación empírica, es necesario contar con datos adecuados de la tasa de
utilización de la capacidad instalada. En caso negativo, podemos optar por variables
aproximadas o por una estimación de dicha utilización de la capacidad instalada. Esta
estimación sería equivalente a estimar la función de inversión en capital circulante, que
debe incluir todos los factores que pueden generar un exceso de demanda.
3
Entre otras cosas, la tasa de utilización de la capacidad instalada nos debe reflejar de
forma adecuada las fluctuaciones rápida y lenta de la economía alrededor de los
equilibrios de corto y largo plazo, respectivamente.
ƒ
Respecto al componente cíclico de la distribución del ingreso:
1
Es posible que esté altamente correlacionado con u, por lo que es muy complicado
aislar sus efectos de los efectos del nivel de la actividad económica.
2
La distribución del ingreso no debería tener un efecto estructural sobre la función de
inversión.
3.3.3 Un modelo simple
ƒ
Un modelo simple puede consistir simplemente en considerar que el componente
estructural está determinado por el lado de la oferta (beneficios), mientras que el
componente coyuntural está determinado por la demanda (tasa de utilización de la
capacidad instalada).
…
Página 9 de 14
4. LA FUNCIÓN DE INVERSIÓN EN ESTADOS UNIDOS (1950-2006)
4.1 Especificación del modelo
El modelo teórico de la función de inversión fija privada del sector capitalista propuesto en la
sección anterior requiere de una especificación para su estimación econométrica que tenga en
cuenta la distinción entre su componente estructural y coyuntural. En este caso, se ha optado
por utilizar la técnica de cointegración…
…
4.2 Fuentes de datos
ƒ
Inversión: Usar la inversión bruta privada de los negocios corporativos como una buena
aproximación al sector capitalista, que sigue el comportamiento descrito anteriormente.
ƒ
Beneficios: Se usa el total de los beneficios brutos. Esto incluye el coste de consumo de
capital fijo, el interés neto, los pagos por transferencia, los beneficios retenidos y los
dividendos repartidos. Los impuestos quedan excluidos de la medida del beneficio.
Representa el total de los beneficios susceptible de ser acumulado.
ƒ
Tasa de utilización de la capacidad instalada:…
4.3 Resultados
Gráfico 1. Inversión e inversión estructural
7
5
4
3
2004
2001
1998
1995
1992
1989
1986
1983
1980
1977
1974
1971
1968
1965
1962
1959
1956
1953
2
1950
Escala logarítmica
6
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Gráfico 2. Inversión coyuntural y tasa de utilización de la capacidad instalada
-0.03
-0.20
-0.04
2004
-0.15
2001
-0.02
1998
-0.10
1995
-0.01
1992
-0.05
1989
0.00
1986
0.00
1983
0.01
1980
0.05
1977
0.02
1974
0.10
1971
0.03
1968
0.15
1965
0.04
1962
0.20
1959
0.05
1956
0.25
1953
0.06
1950
0.30
APÉNDICE. ESTIMACIÓN ECONOMÉTRICA
Pruebas de raíz unitaria
La aplicación del método de cointegración requiere que las series del logaritmo natural
de la inversión y del beneficio sean integradas con un orden común. Un análisis visual rápido
de los gráficos y correlogramas de ambas series indican que ambas están integradas y los
correlogramas de las series en diferencias invitan a pensar que son integradas de orden 1, I(1).
Para ratificar estos resultados, realizamos las pruebas de raíz unitaria de Dickey-Fuller
aumentada. Dado que no tenemos un conocimiento a priori sobre el proceso generador de las
series, no existe ninguna razón para aplicar un modelo simple, con constante o con una
tendencia determinista. Por este motivo, aplicamos el método secuencial sugerido por Dolado
et. al. (1990) y retomado por Enders (1995: 254-258). Adicionalmente, debemos elegir el orden
del autorregresivo de las pruebas con el objeto evitar la presencia de autocorrelación en el
término de error. Para ello, vamos a aplicar el método sugerido por Enders (1995: 227) de partir
de un orden elevado e ir disminuyéndolo hasta encontrar que el último rezago es significativo
con las pruebas t habituales, así como distintos criterios de selección de modelos.
Para la serie de la inversión, elegimos el modelo con dos rezagos para la prueba de
Dickey-Fuller aumentada con tendencia y constante. El estadístico t del coeficiente de la
tendencia toma un valor de 0.60, lo que parece descartar la presencia de tendencia. Esto se
verifica con el estadístico de hipótesis conjunta de raíz unitaria e inexistencia de tendencia (Φ3),
que toma un valor de 1.21 frente al valor crítico al 95% de 6.61. Consecuentemente, estimamos
el modelo sin tendencia con dos rezagos. El estadístico de hipótesis conjunta de raíz unitaria y
ausencia de constante (Φ1) toma un valor de 13.86, muy por encima del valor crítico de 4.78,
por lo que se justifica el uso de la constante. La prueba de Dickey-Fuller aumentada con un
rezago, τμ, otorga un valor de -1.45, por lo que la hipótesis nula no se puede rechazar dados los
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valores críticos de -2.59, -2.90 y -3.52 al 10%, 5% y 1% de nivel de significancia,
respectivamente. Concluimos que la serie del logaritmo natural de la inversión tiene una raíz
unitaria con una constante. Asimismo, rechazamos la posibilidad de un segundo orden de
integración aplicando las pruebas anteriores.
Para la serie del beneficio, elegimos la prueba de Dickey-Fuller sin rezagos con
tendencia y constante. Dado el bajo nivel del estadístico t asociado a la variable de tendencia,
0.71, podemos inferir que se desestima la presencia de una tendencia. Esto se verifica con el
estadístico de hipótesis conjunta de raíz unitaria e inexistencia de tendencia (Φ3); 0.65 frente al
valor crítico al 95% de 6.61. Estimamos el modelo sin tendencia y verificamos si el término
constante del modelo está justificado: el estadístico de hipótesis conjunta de raíz unitaria y
ausencia de constante (Φ1) toma un valor de 83.86, muy superior al valor crítico de 4.78 al
95%, por lo que se justifica la constante. La prueba de Dickey-Fuller, τμ, otorga un valor de 0.63, por lo que la hipótesis nula no se puede rechazar a ningún nivel de significancia. Por
último, rechazamos la posibilidad de un segundo orden de integración aplicando las mismas
pruebas.
Los resultados anteriores se confirman, en general, con las pruebas de Kwiatkowsky,
Phillips, Schmidt y Shin (KPSS), de Ng-Perron (NP), de Dickey-Fuller GLS (DF-GLS) y de
Elliott-Rothenberg-Stock (ELS). Los resultados se pueden apreciar en la Tabla A.1.
Tabla A.1. Pruebas de raíz unitaria
Raíz
unitaria
DFA
Comp.
L
τ
I (1)
C
2
I (2)
C
I (1)
I (2)
ln I
ln B
PP
KPSSa
NPb
GLS
ELS
-1.45***
-1.23***
0.17*
-8.46***
-1.76***
21.75***
1
-6.27+
-5.86+
0.09***
-43.1+
-6.55+
1.98+
C
0
-0.63***
-0.56***
0.13**
-1.99***
-0.92***
36.06***
C
0
-7.05+
-7.19+
0.18*
-25.78+
-6.71+
3.83+
a
La hipótesis nula de la prueba de Kwiatkowsky, Phillips, Schmidt y Shin es la estacionariedad
de la serie. b Se reporta el estadístico MZa, pero los otros tres otorgan resultados análogos.
*** significativo al 10%. ** significativo al 5%. * significativo al 1%. + No significativo.
Prueba de cointegración
Dado que los resultados anteriores sugieren la existencia de una raíz unitaria en el logaritmo de
ambas variables, podemos proceder a comprobar la estacionariedad de la combinación lineal
de ambas series. En el presente trabajo, hemos utilizado la metodología de Johansen. El
primer paso en dicha metodología consiste en estimar el número de rezagos apropiado para el
modelo, esto es, aquél que proporcione un término de error Gaussiano. La práctica común
consiste en estimar un modelo VAR en niveles partiendo de un número elevado de rezagos
para ir reduciendo los rezagos. Para seleccionar el número adecuado de rezagos utilizamos la
prueba de Sims de máxima verosimilitud y los criterios de selección de modelos FPE, AIC, SBC
y HQ (Enders, 2004: 363; etc. Asteriou, 2006: 344-345). Todas las metodologías empleadas
eligen el modelo de dos rezagos. A continuación, debemos elegir los componentes
deterministicos del modelo de corrección de error. De las cinco posibilidades, sólo tomamos los
modelos 2, 3 y 4 por ser los únicos económicamente significativos. Utilizando el principio de
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Pantula (Harris, 1995: 97), que verifica conjuntamente el rango de cointegración y los
componentes deterministicos, llegamos a la conclusión de que existe un vector de
cointegración y que el modelo adecuado es sin constante y tendencia en el vector de
cointegración y con constante en el VAR. Como se observa en la Tabla A.2, si recorremos
horizontalmente la tabla para el estadístico de la raíz característica máxima y el estadístico de
la traza, la primera hipótesis que no puede ser rechazada es la del modelo 2 con una ecuación
de cointregación.
Tabla A.2. Prueba de cointegración de Johansen: Principio de Pantula
Series: Logaritmo natural de la Inversión y de la Ganancia
H0
H1
Modelo 2
Modelo 3
Modelo 4
Estadístico de la raíz r = 0
característica máxima
r≤1
r=1
37.24*
18.29*
21.86
r=2
6.49
1.47
2.56
r=0
r≥1
30.75*
16.82*
19.30
r≤1
r=2
6.49
1.47
2.56
Estadístico de la traza
* indica rechazo de la hipótesis nula al 5% de nivel de significancia
Como únicamente estamos interesados en el modelo de largo plazo, en la Tabla A.3
mostramos sólo la estimación de la ecuación de cointegración.
Tabla A.3. Ecuación de cointegración y pruebas de especificación del MCE
Vector
de
normalizar
cointregación
sin
Vector de cointregación normalizado
ln I
ln G
Constante
-97.0539
69.0227
518.3139
1.000000
-1.100047
1.734573
Desviación estándar
0.03011
Prueba t
-36.5285
ƒ
Pruebas del VEC!!!
BIBLIOGRAFÍA
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