Historia del hinduismo Extraído de Escuelapedia Las convicciones y prácticas religiosas básicas de hinduismo no pueden comprenderse fuera de su entorno histórico. A pesar de que resulta imposible situar históricamente las primeras escrituras y acontecimientos, su desarrollo cronológico general se puede seguir con mucha precisión. La civilización védica En el valle del río Indo floreció, en torno al 2000 a.C., una civilización muy elaborada, en las cercanías de las localidades de Harappa y Mohenjo-Daro. Alrededor del 1500 a.C., en el momento en que las tribus arias invadieron la India, esta civilización cayó en ocaso. Según los vestigios actuales resulta imposible conocer si estas dos civilizaciones tuvieron o no algún tipo de contacto significativo. Pero, muchos elementos propios del hinduismo que no se encontraban presentes en la civilización védica, como el culto fálico y el dedicado a las diosas, el bañarse en los estanques de los templos y las posturas del yoga, pueden ser derivadas de la civilización del valle del Indo. Hacia el año 1500 a.C., los arios ya se encontraban asentados en el Punjab. Llevaban consigo su panteón de dioses indoeuropeos, que era especialmente masculino, y una sencilla ética guerrera y mundana aunque hondamente religiosa. Los dioses del panteón védico perduraron en el hinduismo tardío, sin embargo ya no volvieron a ser objeto de culto: Indra, monarca de los dioses y dios de la tormenta y de la fertilidad; Agni, dios del fuego; Soma, dios de la soma (planta sagrada y con cuya bebida se embriagaban). Alrededor del 900 a.C., el uso del hierro hizo posible que los arios pudieran desplazarse hacia el sur, al rico valle del río Ganges, donde realizaron una civilización y un método social mucho más avanzado. A lo largo del siglo VI a.C., el budismo comenzó a dejar sus huellas en la India, lo que se transformaría a lo largo del milenio en una interacción muy fructífera con el hinduismo. La civilización hindú clásica A lo largo del siglo IV d.C. la dinastía Gupta unificó la mayor parte del norte de la India. El Imperio Gupta unió a las tribus dispersas que en aquel momento habitaban la región y formó una única entidad política y religiosa. El hinduismo se transformó en una religión más congruente y metódica debido a los esfuerzos de los soberanos Gupta, que conjuntaron elementos del budismo con el hinduismo y resaltaron la naturaleza teísta de la religión, en especial el papel del dios Visnú. Más o menos desde el 200 a.C. hasta el 500 d.C. la India fue invadida por muchos conjuntos que venían del norte. Entre los que provocaron un mayor impacto estuvieron los escitas y los kusanas. Para el hinduismo, éste fue una fase de continuos cambios, gran crecimiento, sincretismo, definición y delimitación de su identidad. A lo largo de esta fase se terminaron de redactar las obras épicas Dharmasastras y Dharmasutras. Fue bajo el imperio de la dinastía Gupta (entre el 320 y el 540 d.C.), periodo en que gran parte del norte de la India estuvo bajo el mando de un exclusivo poder, en el momento en que el hinduismo clásico encontró su máxima expresión: se codificaron las leyes sagradas, se comenzaron a construir los grandes templos y se conservaron los mitos y los rituales en los Purana. La aparición de movimientos devotos Tras la fase Gupta apareció un hinduismo menos estricto y más ecléctico. Aumentó el número de sectas disidentes y de movimientos autóctonos. Muchas de las sectas que florecieron entre los siglos IX y XVIII perviven hasta hoy en la India. Se dice que la mayoría de los movimientos bhakti fueron desarrollados por santos (o gurúes), a través de los cuales se ha ido transmitiendo la tradición a los discípulos (chelas). Esta cadena ininterrumpida, junto a los cánones escritos, constituye la autoridad fundamental de la secta bhakti. Otras tradiciones están inspiradas en la educación de los escritos de filósofos como Shankara y Ramanuja. Shankara fue el destacado defensor del monismo puro o no dual (Advaita Vedanta), y de la doctrina de que todo lo que parece real no es más que simple ilusión. Ramanuja se encontraba enterado con la filosofía del no dualismo calificado (Vishishta Advaita), un esfuerzo por procurar de reconciliar la convicción en una deidad sin atributos (nirguna), con la devoción hacia un dios con atributos (saguna), y como un esfuerzo por subsanar la paradoja que implica el amar a un dios al que uno es idéntico. Las filosofías de Shankara y de Ramanuja se realizaron en el entorno de las seis grandes filosofías clásicas (darshanas) de la India: el karma mimamsa (pesquisa activa); la vedanta (el fin de los Veda), en cuya tradición incluiríamos la obra de Shankara y de Ramanuja; el método sankhya, que describe la disconformidad entre el principio de un espíritu masculino inerte (purusha) y un principio femenino activo material o natural (prakriti), subdividido en las tres cualidades (gunas) de bondad (sattva), impetu (rajas) y oscuridad (tamas); el método yoga, y los elevados métodos metafísicos de vaisesika (una especie de realismo atómico) y nyaya (lógico, sin embargo de naturaleza extremadamente teística). El hinduismo medieval De forma paralela a estas complejas indagaciones filosóficas en sánscrito, se compusieron canciones escritas en lengua común, que se divulgaban en forma oral (se conservaron en algunas localidades del país). Fueron compuestas por los alvars, nayanars y los virashaivas durante los siglos VII, VIII y IX en lenguas tamil y kannada (o canara), y durante el siglo XV por el poeta de Rājasthān, Mira Bai, en el dialecto braj. En Benceremonia, durante el siglo XVI, Chaitanya fundó una secta de misticismo erótico para conmemorar la unión de Krishna y Radha en la teología tántrica, en la que se encontraba muy presente la influencia del budismo tántrico. Chaitanya creía que él encarnaba tanto a Krishna como a Radha, e igualmente creía que el poblado donde creció Krishna (Vrindaban) una vez más se había manifestado en Benceremonia. La escuela de los gosvamins, discípulos de Chaitanya, realizaron una elegante teología de cooperación estética en el ritual que representaba la vida de Krishna. A lo largo del siglo XVI, estas representaciones rituales igualmente se realizaron en los alrededores del poblado de Vrindaban conmemoradas por poetas de lengua hindi. El primer gran poeta espiritual hindi fue Kabir Das, de quien se decía era hijo de un musulmán y se encontraba muy influido por el islam, en específico por el sufismo. Sus poemas desafiaban los dogmas canónicos tanto del hinduismo como del islam, venerando a Rama y prometiendo la salvación si se cantaba el santo nombre de Rama. Fue seguido por Tulsi Das, quien escribió una bella versión hindi del Ramayana. Surdas fue contemporáneo de Tulsi Das y autor de poemas a propósito de la vida de Krishna en Vrindaban; esto sirvió para establecer las bases de los ras lilas, dramatizaciones locales de mitos de la niñez de Krishna, representaciones que aún desempeñan un relevante papel en el culto de Krishna en el norte de la India. Los siglos XIX y XX A lo largo del siglo XIX se realizaron relevantes reformas bajo el auspicio de Ramakrishna, Vivekananda y de las sectas de Arya Samaj y de Brahmo Samaj. Estos movimientos buscaban reconciliar el hinduismo convencional con las reformas sociales y las nuevas ideas políticas que se encontraban surgiendo. Por ello, los jefes nacionalistas Sri Aurobindo Ghose y Mahatma Gandhi procuraron de extraer del hinduismo los elementos que mejor pudieran servir para conquistar sus propósitos políticos y sociales. Por ejemplo, Gandhi usó su estilo propio de ahimsa, transformándolo en una forma de resistencia pasiva; pretendía que se hicieran reformas que favorecieran a los intocables y que auxiliaran a destituir a los británicos de la India. Igualmente, Bhimrao Ramji Ambedkar revivió el mito de los brahmanes que descendieron de su casta, y la tradición de que el budismo y el hinduismo alguna vez fueron una sola fe; esto lo hizo con el fin de hacer posible que los intocables pudieran recuperar su dignidad al ‘reconvertirse’ al budismo. Más recientemente, muchos autoproclamados maestros de las instrucciones de la religión de la India han emigrado a Europa y a los Estados Unidos, donde han conseguido muchos incondicionales. Algunos de ellos, como la secta Hare Krishna desarrollada por Bhaktivedanta, dicen basarse en las prácticas del hinduismo clásico. En la India, el hinduismo se ha ido desarrollando pese a los muchos cambios y reformas que conlleva la gradual modernización y urbanización de la vida en el país. Los mitos siguen existiendo en el cine hindú y los rituales sobreviven no sólo en los templos sino igualmente en las memorias familiares o en ritos sociales. Es así como el hinduismo, religión que ayudó a que la India se sostuviera por siglos pese a la invasión extranjera y de los conflictos internos, sigue teniendo una función importante por el amparo que ofrece y por lo que significa en las vidas de los hindúes de hoy.