Ventana abierta Murió de repente Para recordar: “Tan pronto como entró por el umbral de la casa, el joven murió” (1er libro de los Reyes 14:17). Cuando la vida de alguien se extingue de pronto, sea joven o un poco más adulto, algunos dice: “Murió de repente” ¿Se sabe la causa de muerte de todas las personas que fallecen? Hace pocos años atrás, la gente moría y no se sabía de qué, o por qué había ocurrido el deceso y decían: “(él o ella), murió por tomarse un vaso con agua”; “se murió de un brinco”… así sucesivamente. Todavía hoy, algunos mueren porque son alérgicos a algún medicamento y no lo saben ¿Quién tiene la culpa? Todos los galenos están preparados para firmar actas de defunción, y ¿por qué no se investiga más a las personas que mueren de repente? Los médicos patólogos, son los especialistas para realizar las autopsias, pero ¿cómo están funcionando las morgues en nuestro país? Lamentablemente, hoy, tenemos más preguntas que respuestas. Para la época de Moisés, el primer escritor bíblico, había un atraso evidente, pero relativo. Por ello, no se debería comparar esa época, con la ciencia actual. Sin embargo, llama la atención, que los egipcios inventaron un método para embalsamar cadáveres y, hoy, con tanto “adelanto” no se ha descubierto esa técnica. Según texto inicial, la muerte del rey malvado llamado Jeroboan, fue predicha por el profeta Ahías y aunque estaba joven, murió de repente. Ese suceso, se lo había revelado Dios al profeta. La historia señala, que el Libertador Simón Bolívar pasó sus últimos días en la Hacienda de San Pedro Alejandrino, propiedad de Joaquín de Mier y Benitez, ubicada en las afueras de Santa Marta, Colombia. En la es.wikipedia.org, el gran héroe de cinco naciones, fue atendido en sus últimos días, de sus problemas respiratorios, por el médico Alejandro Prospero Reverend quién escribió: “Sus facciones expresaban una perfecta serenidad; ningún dolor o seña de padecimiento se reflejaban sobre su noble rostro… llamé a los generales, edecanes… y a los pocos minutos exhaló su último suspiro”. Hoy, se cumplen 184 años de la muerte de Simón Bolívar y, algunas personas incluyendo al fallecido presidente Chávez, no han aceptado las razones de su deceso, y con ello se inició una especie de leyenda, aparentemente, por los fallecimientos ocurridos después de la exhumación de los restos del Libertador (ver, entre otros, los comentarios de Leonardo Caro, Noticias Yahoo, 13 de Marzo de 2.013). Sea como sea, según Reverend o no, el insigne Bolívar “exhaló su último suspiro”. Muy similares palabras, como muestra la Biblia sobre Jesús, cuando, muriendo en la cruz, “exclamó a gran voz: Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu. Y habiendo dicho esto, expiró” (Lucas 23:46). Desde Adán hasta hoy, como dice el sabio Salomón, a todos nos ocurre el mismo suceso. Todos expiramos y sin importar la vida que hayamos tenido, nos unimos a los que mueren y nuestras obras quedan en las manos de Dios… (ver Eclesiastés 9:1-6; Apocalipsis 14:13). Y para los que sostienen que hay vida después de la muerte, el sabio Salomón aclara… “pero los muertos nada saben”. Y si estamos vivos, o exhalamos el último suspiro, existe la esperanza de la resurrección, porque tan solo creyendo en Dios y/o Jesucristo, nos devolverán la vida, en caso de perderla ¡Amén! Eduardo Iván González González www.ventanabiertalmundo.com