VOLVERÁN LAS OSCURAS GOLONDRINAS Esteban: En algún lugar dentro del hemisferio norte o sur, sabemos que esto está sucediendo lo que describe el poeta. Volverán las oscuras golondrinas en tu balcón sus nidos a colgar, y, otra vez, con el ala a sus cristales jugando llamarán; pero aquéllas que el vuelo refrenaban tu hermosura y mi dicha al contemplar, aquéllas que aprendieron nuestros nombres... ésas... ¡no volverán! Volverán las tupidas madreselvas de tu jardín las tapias a escalar, y otra vez a la tarde, aun más hermosas, sus flores se abrirán; pero aquéllas, cuajadas de rocío, cuyas gotas mirábamos temblar y caer, como lágrimas del día... ésas... ¡no volverán! Volverán del amor en tus oídos las palabras ardientes a sonar; tu corazón, de su profundo sueño tal vez despertará; pero mudo y absorto y de rodillas, como se adora a Dios ante su altar, como yo te he querido..., desengáñate: ¡así no te querrán! ¿Se acuerda de este poema? Ezequiel: Poema muy triste y duro al mismo tiempo. Es muy difícil combinar en lírica en poesía la belleza con la dureza, sin embargo, Gustavo Adolfo BecKer tiene esa particularidad para escribir, un muy depurado manejo del lenguaje y del vocabulario, imágenes sencillas de entender, porque este es un poema sencillo de entender pero al mismo tiempo que tiene algunos hallazgos desde el punto de vista literario, y un final, si bien no cuenta la historia hay escondida una pequeña trama y un final durísimo pero escrito con la brillantez de un poeta que está dentro de los más grandes de la poesía española. Esteban: Es de los poemas que te confieso recuerdo mejor de mi tiempo por la secundaria. De los que uno vuelve y recuerda una y otra vez por la belleza que tiene y todas las figuras que usa para describir imágenes muy claras que uno recuerda muchas cosas. Ezequiel: Una de las particularidades que tiene este poema, es que como todos los grandes poemas está muy trabajado desde la sonoridad, y además uno de los grandes hallazgos que tiene Becker en este poema es utilizar tres imágenes para contar todo lo que tiene que contar, mientras que otros poemas utilizan muchos más, el juego que propone Becker es poner tres ejemplos e ir desarrollando un concepto por reiteración para finalizar cerrando el poema que es sobre desengaño, sobre el desamor, no sobre el amor a pesar de ser un poema amoroso porque habla sobre el tema pero un poco lo vinculo al poema 20 de Neruda que habla sobre eso y que lo charlamos anteriormente en otro programa, es el poema de amor que fue escrito por quien fue abandonado, es el poema de amor escrito desde la derrota que no es lo usual y no es lo que leemos cuando decimos: “vamos a leer un poema amoroso”, viene bien Becker al principio, pero luego, al final se descarga con unas palabras bien duras hacia su amada, no denigrándola ni nada por el estilo, pero de alguna manera clausurando cierta manera de amor y retorno a cierta manera de amor idílico o ideal. Esteban: Estamos entonces expresando todos estos recuerdos de la naturaleza acompañando ese momento de relación tan profunda que estableció con esa persona pero que le están mostrando entonces, en definitiva, el sentimiento de pesimismo y melancolía, si bien hubiera querido que las cosas fueran distintas ahora se da cuenta que de alguna manera está rompiendo para siempre. Ezequiel: Hay un juego entre lo que es cíclico dentro del poema, lo que se repite dentro de la vida y lo que no es cíclico y es un juego muy sutil, hay cosas en la vida que van a volver, y hay cosas en la vida que no volverán. Hay ciclos que se van cerrando y hay ciclos que permanecen abiertos y lo que tenemos que de alguna manera delimitar es saber si nuestro amor es uno cerrado o si nuestro amor es uno abierto. Es muy sencillo hay que ver las imágenes que él utiliza. La primera imagen que él utiliza es la que da título al poema y que son las golondrinas, hay dos imágenes verbales extraídas de la naturaleza, muy propias de la poesía española, el vínculo de la poesía con la naturaleza como si la naturaleza tuviera la capacidad las emociones de la persona. La naturaleza forma un todo con el hombre, cuando yo siento la naturaleza me acompaña, esto por supuesto es una mirada netamente poética, la naturaleza es independiente al hombre, pero sabemos que el clima nos afecta emocionalmente, esto se comprobó científicamente. Todos sabemos que un día de lluvia es un día triste, o un día de sol un día más alegre. La poca luz, o que el tiempo de luz que sea más breve nos lleva a estar más triste. Hay que tener en cuenta que él utiliza dos imágenes extraídas de la naturaleza y él va a jugar entre esas imágenes naturales y su amor en primer lugar va a hablar de las oscuras golondrinas, y dice: “volverán las oscuras golondrinas en tu balcón sus nidos a colgar”. Las Golondrinas son pájaros migratorios, van buscando el calor por lo tanto están preparando sus nidos en el momento de la primavera. Él dice, las golondrinas van a volver es algo cíclico dentro de la naturaleza, es algo que se va a repetir siempre, dice: “en tu balcón siempre va a haber golondrinas”, hay un ciclo natural que no se va a romper, la vida continúa, este es el concepto que él va a transmitir la vida continúa las golondrinas vuelven, nuestro amor se rompió, pero las golondrinas seguirán estando, dice: “y otra vez con el ala en sus cristales jugando llegarán”. De nuevo vuelvo al concepto de interacción entre la naturaleza y la persona una interacción directa, parecería que las golondrinas son participes del amor que ellos sienten y llaman a la chica y crean un lazo de amistad, un vínculo que va más allá del mero observador, “pero aquellas” dice él, y sabemos que ese pero es un elemento discordante dentro de la lengua porque propone contraste, propone antítesis este recurso que funciona tan bien dentro de la poesía, entonces “pero” es decir vuelven las golondrinas, pero aquellas que “el vuelo refrenaba tu hermosura y mi dicha al contemplar” me encanta esta frase y esta imagen, no habla de su hermosura sino de su felicidad en ese momento pasado al contemplar la hermosura de su amada. Es un planteo que nos marca ya como era esa relación. Recuerdo que en una obra de Teatro, Alejandro Casona dice que el amor es como uno de esos carritos Chinos, uno va sentado y el otro va llevando, en Los Árboles mueren de pie, y hay una persona “la hermosa”, que es la que va sentada y el yo lírico va expresando sus sentimientos y llevando de alguna manera el carrito. Una es hermosa y el otro contempla de esa hermosura. Dice, “aquellas golondrinas que aprendieron nuestros nombres” esas golondrinas que paraban para mirarnos como nos amábamos, esas no van a volver. Hay un ciclo natural, la vida continúa, las golondrinas volverán, pero aquellas que fueron fundamentales para nosotros esas no van a volver. Hay un ciclo que está roto y que sigue funcionando pero aún dentro de ese ciclo que sigue funcionando hay algo que se rompió, las golondrinas no son las mismas, no volverán jamás. Esteban: Hacemos una pausa estamos con Ezequiel Dellutri hablando de una de las poesías hermosas de Gustavo Adolfo Becker “Volverán las oscuras golondrinas”. PAUSA… Esteban: Todos esperamos que vuelvan las oscuras golondrinas, pero a pesar de que hay ciclos Ezequiel que se vuelven a cumplir parece que hay otros que no acompasan con eso que la naturaleza marca en forma constante y repetitiva que es tan necesaria para el ser humano tener como referencia. Ezequiel: Seguro, y Becker nos habló de las golondrinas que vuelven, y las contradicciones de ciclos que se rompen y ciclos que no. Las golondrinas que vieron como fue nuestra relación, esas ya no volverán, la vida continúa pero hay algo que no volverá a ser como antes. Después tenemos otra imagen, la madre selva o enredadera, ahí dice que la enredadera “escala”, en la cual cambia las cosas y nos la muestra desde otro lugar. Pone el verde de la planta y la flor abriéndose. Pero aquellas “cuajadas de rocío” una imagen complicada para poner en un poema, pero sin embargo que bien que queda, “cuyas gotas mirábamos temblar y caer como lágrimas del día” estamos ante una frase de esas que uno se tendría que parar a aplaudir. “Esas gotas que nosotros mirábamos no van a volver”. Esteban: Qué sensibilidad que tenía, las cosas simples de todos los días darles este sentido tan profundo. Ezequiel: Sabes que en ese sentido hay un contraste muy importante con lo que es la poesía francesa, que es una simbolista mientras que la española es una bien anclada en la realidad por eso es mucho más popular. Creo que el hecho de que todos nos acordemos de Becker y de otros autores españoles, es que estos tienen una gran preocupación por transformar lo cotidiano en arte. Las madreselva vuelven, pero esas que nosotros mirábamos no volverán. También hay un juego con la estrofa anterior, en la anterior, eran las golondrinas que los miraban a ellos y ahora son ellos que miran a la naturaleza y hay una interacción entre ellos y la naturaleza. Estos juegos no son casuales el poeta tiene control sobre todo lo que está tratando de transmitir. Esas antítesis entre una cosa y otra van completando el sentido de lo que nos quiere transmitir. Y termina el poema diciendo: “volverán del amor en tus oídos las palabras ardientes a sonar” dice, también alguien le hablará en el oído como lo hizo anteriormente el yo lírico, eso volverá a pasar, y es muy difícil para un enamorado decir esto. Esteban: Además con un Becker con toda la capacidad de expresar el amor de forma tan gráfica con los elementos de la naturaleza que son tremendamente bellos. Ezequiel: Seguro, lo que está diciendo es otras personas te amarán, dice el amor terminó, otras personas se acercarán a ti y te amarán, e incluso va al punto de decir “tu corazón del sueño… despertará” no sólo alguien te hablará de amor sino que también otra persona te hablará de amor que haga que el corazón se mueva y se vaya hacia otras personas, hacia una persona distinta a mí y es el drama de él porque ha perdido a la mujer que ama y luego viene la frase de la venganza: “pero mudo, absorto y de rodillas como se adora a Dios ante su altar, como yo te he querido, desengáñate, así no te querrán”. Vuelve al ciclo, “te volverán a amar” y ella volverá a amar, pero como amó él nadie la amará así. La comparación que eligió es nada más ni nada menos que Dios, la chica tomó el lugar de Dios en su vida. Era el centro de su adoración. Dice “mudo, absorto y de rodillas” como se adora a Dios ante su altar, de este modo él la quería a ella. Y su gran venganza o su gran frase de despecho es “desengáñate como yo te quiero” no te volverán a querer. En todo el poema dijo que todo cumple su ciclo y que todo vuelve, pero el amor que él le dio no volverá. De alguna manera está marcando que hay cosas que se repiten pero hay cosas que no. Hay cosas en la vida que se quiebran y una vez sucede esto no se puede volver a armar. Esto lo vemos con los objetos, hay algunos que se rompen y uno los puede volver a armar, se nos rompe el televisor, entonces lo llevamos a arreglar pero cuando se nos cae un objeto, un jarrón, se nos rompe y no se puede volver a armar. En la vida en situaciones nos pasa esto hay cosas que se pueden superar después de un tiempo y hay cosas que rompen algo en nuestra vida y que nos hace sentir la pérdida durante mucho tiempo. Pienso que tal vez algún oyente haya pasado por esto, y que tal vez vos Esteban también y yo, podamos decir por experiencia que hemos pasado por momentos que nos dejan con una sensación absolutamente negativa dentro de nuestra vida y nos deja marcados absolutamente negativamente, y no nos pasa una vez sino muchas veces y el mundo sigue, y la gente sigue pero nosotros sentimos que nos quedamos anclados en un lugar, todo se mueve, todo continúa, pero hay un círculo en nosotros que no llegamos a cerrar y pienso en un Dios que no cierra ciclos, que bueno es pensar que tenemos un Dios que se encarga de cerrar etapas en nuestra vida que se encarga de curar heridas que vamos acumulando en la vida, un Dios que no borra cicatrices porque la cicatriz siempre queda un Dios que cura heridas, un Dios que cuando la vida nos hace mal como dicen muchos tangos tiene la capacidad de acunarnos como un buen padre de acompañarnos para ayudarnos a pasar por ese trance y que no nos quedemos viendo como la vida continúa. Un Dios que no quiere que veamos la vida pasar, que quiere que seamos participes que no vivan en el desengaño sino que formen parte de ese ciclo maravilloso que es la vida que nos acerca no a una terminación trágica en la muerte, sino con la posibilidad de continuar viviendo maravillosamente tomados de la mano de Dios.