Lenguaje. Es el conjunto de sonidos articulados con que el hombre manifiesta lo que piensa y lo que siente. Disfonía: conocida también como ronquera o afonía por el vulgo, indica una alteración de las cuerdas vocales. Disartrias: son trastornos de la articulación de las palabras debidos a una incoordinación de los movimientos musculares de los órganos de la fonación por defecto de inervación. Las disartrias se dividen en centrales y periféricas. Disartrias centrales: son debidas a focos patológicos que afectan a las vías nerviosas que desde los centros corticales del lenguaje hablado van a los núcleos motores de los nervios facial e hipogloso. Disartrias periféricas: es la parálisis de los nervios periféricos. Disartria parética: se debe a parálisis de los músculos responsable de la articulación de las palabras. Es una lesión de la neurona motora inferior. Disartria espástica: se observa en la parálisis pseudo bulbar, por la lesión de las vías corticobulbares. Es una lesión de la neurona motora superior. Disartria rígida: es de causa extrapiramidal y se observa en el síndrome de Parkinson. Disartria mioclónica y coreica: se caracteriza por la interrupción súbita, intermitente, “como por hipo”, del lenguaje hablado. Disartria atáxica: el lenguaje es lento, mal articulado, monótono, con separaciones anormales de las sílabas; se presenta en los síndromes cerebelosos. Dislalias: son trastornos en la emisión de los fonemas por alteraciones en los órganos periféricos de la articulación, de origen no neurológico. Disfemias: son trastornos del ritmo del lenguaje, de origen neurótico. Los fenómenos salen con rapidez, tropiezos, espasmos, repeticiones y algunas supresiones. Dislogias: el lenguaje es incorrecto por una enfermedad mental como esquizofrenia, epilepsia, parálisis general progresiva). Afasias: son trastornos del lenguaje que no se explican ni por un estado demencial ni por un trastorno motor del aparato vocal, tiene dificultad para comprender las palabras que oyen o ven. La lesión se encuentra en los centros cerebrales situado en el hemisferio izquierdo o derecho. Existen los siguientes tipos de afasia: Afasia sensorial cortical: hay pérdida del componente sensorial auditivo de la palabra, también hay falla de los sonidos elementales que constituyen las palabras silabas o fonemas, hay incapacidad de repetir lo que oye o se hace de forma defectuosa. Afasia motora cortical: hay imposibilidad de hablar espontáneamente, de repetir lo oído o de leer en voz alta. Afasia total: la combinación de las afasias motora y sensorial. Afasia sensorial subcortical: oye las palabras como un sonido raro no inidentificable ni comprendible, por lo tanto aunque perciben lo que se dice no lo entienden ni lo puede reproducir. Parálisis de los músculos respiratorios: se debe a la insuficiente cantidad de aire necesaria para la fonación. Parálisis de las cuerdas vocales: habrá afonía si la parálisis es bilateral; disfonía, si es unilateral. NERVIOS CRANEALES. I par: nervio olfatorio: su posición anatómica de los torna factibles a daños por tumores, en especial meningiomas subfrontales o lesiones de la cabeza el resultado será la pérdida del sentido del olfato. Anosmia: pérdida de sensibilidad olfatoria. Anosmia de apariencia repentina (y alteración simultánea del gusto): Infección de la nariz. Es la causa más frecuente. El trastorno puede ser transitorio o permanente. Fracturas en la base del cráneo. Hemorragias subaranoides. Inflamaciones maníngeas crónicas. Infecciones nasales (rinitis). Anosmia de aparición gradual: se debe habitualmente a algún proceso patológico en la fosa anterior de la base del cráneo. Meningiomas de la región olfatoria. Aneurisma de las arterias cerebrales anteriores y comunicante anterior. Meningoencefaloceles de los ninños. Puede haber hiposmia en la anemia perniciosa y la diabetes. La anosmia o hiposmia están relacionadas con rinitus, sinusitis, procesos obstructivos nasales, neoplasias, epilepsia, fracturas de la base del cráneo y crisis histérica. Cacosmia: percepción de los olores desagradables. Hiposmia: menor percepción olfatoria Parosmia: percepción de olores diferentes. Puede ser consecuencia de procesos suparativos de los senos paranasales y de la rinitis atrófica (osena). También es un síntoma de depresión y de psicosis. La anosmia o hiposmia están relacionadas con rinitus, sinusitis, procesos obstructivos nasales, neoplasias, epilepsia, fracturas de la base del cráneo y crisis histérica. Alucinaciones olfatorias: son de origen central y puede constituir el aura de un cuadro epiléptico. La lesión se localiza habitualmente en la superficie inferior e interna de uno o de los dos lóbulos temporales, cerca de uncus, por lo que estos casos las convulsiones reciben el nombre de “uncinadas”. II par: nervio óptico. Edema papilar:es una manifestación de la hipertensión endocraneana por un proceso neoplásico o hipertensión arterial maligna. Atrofia papilar: se observa en las intoxicaciones por arsénico y quinina, y en el tabes del dorsal. Neuritis óptico: se presenta durante la compresión o inflamación del nervio óptico, en la mielitis aguda y la sífilis. Retinopatía: en hipertensión arterial, insuficiencia renal, diabetes y discrasias sanguíneas. Agudeza visual: la capacidad que tiene la retina para diferenciar los estímulos que recibe. Se estudia cada ojo por separado, la visión de cada ojo es registrada como una fracción. Papila óptica: esta es tan característica individualmente como una huella digital. Es probable que su patrón solo se repita en gemelos idénticos. Para inspeccionar la papila hay que seguir un plan preciso: Color: rosa o pálido. Borde: preciso, borroso o ausente. Contorno: elevado, plano o en capa. Crecientes: en el borde temporal, como en la miopía. Distribución de los vasos, lámina cribosa, el piso de la papila, sea anormalmente obvia como en el glaucoma, o no visible como en el edema. Anormalidades como neuroglia, depósitos de pigmento, hemorragias y fibras nerviosas opacas. Papiledema o papila difusa: es una tumefacción no inflamatoria de la papila óptica o cabeza del nervio por lo general relacionada con: Hipertensión intracraneal como la lesiones que ocupan espacio en el cráneo. Hipertensión maligna y retención crónica de dióxido de carbono. Oclusión de las venas de la retina o del seno cavernoso por trombos. El papiledema unilateral con atrofia óptica contralateral (signo de Foster Kennedy): ocurre cuando un tumor presiona el nervio óptico y bloquea la abertura posterior del conducto óptico, en tanto que la hipertensión intracraneal origina papiledema en el otro ojo.