100 años de la Deutscher Werkbund alemana La industrialización y la urbanización desde mediados del siglo XIX se aceleraron en Inglaterra, produciendo cambios en todos los aspectos de la vida. En ese periodo se dan reacciones en contra de lo que se estaba generando, en un contexto con un acento romántico promovido desde la literatura y la poesía; el énfasis en aspectos moralizantes, casi religiosos de espiritualidad, austeridad, sobriedad, sinceridad, autenticidad y verdad; el inicio de un carácter internacional de las manifestaciones culturales; la conciencia y sentido de responsabilidad social desde la crítica al sistema económico; y el racionalismo que desde las ideas de pensar el mundo se estaba imponiendo. Una de las primeras expresiones en el diseño contra la industrialización, por la pérdida del trabajo manual y artesanal y la carga simbólica que ello representaba, fue el taller de artes decorativas Arts and Crafts (1862), que impulsaba el retorno a los modos de producción de los talleres, propio de la estructura gremial y el rechazo a la máquina; el movimiento fue promovido por Augustus Welby Pugin (1812-1852), William Morris (1834-1896) y John Ruskin (1819-1900) para enfrentar la estandarización e impersonalización de todo objeto al producirse en serie, sin la calidad artística y el “alma” de lo artesanal. En cierto modo, Eugene Viollet-le-Duc (1814-1879) hizo eco a esas ideas en Francia; también están presentes las ideas de la Secesión Vienesa y sobre todo de Adolf Loos, en cuanto a proscribir el ornamento, aunque en el Werkbund no en el sentido de mala calidad de Loos. Entre 1896-1903, el arquitecto prusiano Hermann Muthesius fue enviado a Inglaterra por su gobierno como agregado de la Embajada para estudiar la vivienda social inglesa y el diseño y pudo estar en contacto con las ideas inglesas de la época, cuyos resultados los expuso en los libros: El arte de la construcción inglesa del presente (1900-1902); El estilo en arquitectura y el arte de construir (1901-1903); Nuevas iglesias en Inglaterra (1902); y La casa inglesa (1905). Al regreso a su país, Muthesius fue nombrado inspector de las Escuelas de Artes y Oficios, quien nombró a Behrens y a Poelzig directores de los centros de Düsseldorf y Breslau respectivamente, y Bruno Paul en Berlín. En octubre de 1907, da una polémica conferencia donde condenaba el historicismo de las artes e industrias alemanas, que le lleva a crear en Munich el movimiento Deutsche Werkbund, con el fin de sumar el arte, lo artesanal, la industria y el comercio en pos de la calidad y el diseño de objetos y espacios en Alemania con la participación de los industriales, como se proponía en su programa: “realizar una selección de las mejores fuerzas activas en el arte, la industria, el artesanado y el comercio, bajo el influjo exclusivo de su concepto de calidad”. El movimiento fue internacional pues en él participaron alemanes: Peter Behrens, Josef Maria Heinrich Tessenow, Richard Riemerschmid, Theodor Fischer y Bruno Paul; austriacos: Josef Hoffmann y Josef Maria Olbrich; y el belga Henry van de Velde; después se incorporaron Walter Gropius, Mies van der Rohe, Bruno Taut, Hans Poelzing, Merg; además de doce empresas de Munich. También fue pluridisciplinario como lo revela su lema: Vom Sofakissen zum Städtebau (desde los cojines de los sofás a la construcción de ciudades). Desde el principio hubo dos tendencias, los que apoyaban la expresión creativa, individual y expresionista, sin imponer un gusto, como Poelzig, Merg, Marx y Van de Velde, más cercanos a la postura de Morris; y los que serían funcionalistas y defendían la prefabricación, la tipificación y la máquina como Behrens, Muthesius, Mies y Gropius, que daría con sus exposiciones y congresos, bases para lo que sería el Movimiento Moderno. En 1911, en un congreso del Werkbund, Muthesius proponía: la forma era el objetivo prioritario del Werkbund; la normalización es deseable; la forma abstracta será la base de la estética del diseño industrial. Y en sus Tesis expuestas en el Congreso de 1914, Muthesius afirmaba la necesidad de tipificación ante la producción industrial, para generar y difundir un “gusto seguro, universalmente válido” para “educar” culturalmente a las personas, y asimismo Alemania influiría en el mundo “cuando muestren [los productos alemanes] una expresión estilística convincente”; para lo cual demandaba: “ser selectivo. Las exposiciones en el extranjero son de interés nacional. Deben ser apoyadas por el Estado”; y “Es de interés nacional que las grandes empresas exportadoras estén en relación con el Werkbund”. Van de Velde se oponía a imponer el gusto y la tipificación, al señalar que fijar el impulso creativo era como practicar la castración, y que el Werkbund debía orientarse al fomento de las capacidades creativas, “a fomentar el júbilo y la fe en la belleza de una ejecución altamente diferenciada y no la inhibición del trabajo mediante la tipificación”. La idea de Muthesius de alcanzar prestigio nacional, la competencia en el mercado internacional, la estética, la normalización, la mecanización y la disolución del conflicto entre arte e industria se materializaron en 1914-1918 para las necesidades de la Gran Guerra, en el Deutsche Industrie Normen o normas D.I.N. aún vigentes, que llevó a formas de producción racionales y económicas. La cooperación de los artistas (llamados después diseñadores) con empresas como AEG, Bahlsen, los Talleres Alemanes (Deutsche Werkstätten) o la fábrica de linóleo Delmenhorst, llevó a alcanzar el éxito económico por el diseño de productos, marcas e introdujo nociones como la identidad corporativa, pero en el camino olvidó lo del servicio social. La cuestión de la forma, también fue abordada por el Werkbund después de la prioridad por la calidad y afirmaba: “Mucho más importantes que los trabajos materiales son los espirituales. Más allá de los objetivos del material y la técnica, está la forma. Antes que la función, el material y la técnica está la forma. Los tres aspectos materiales pueden estar impecablemente resueltos, pero si no lo está la forma, seguiremos viviendo en un mundo embrutecido”. Esto hay que entenderlo en el momento histórico de rechazo a las formas clásicas, del pasado, al ornamento y la búsqueda de nuevas formas de expresión, lo que más adelante se convertirá en la tabla rasa del Movimiento Moderno. Grotz, un miembro del Werkbund, en 1912 afirmaba: “la principal decoración de un edificio es una buena distribución de masas y la belleza de la forma es placentera aún sin ornamento”. La difusión de sus ideas para promover el gusto y educar al pueblo (y al resto de los diseñadores) se realizó con publicaciones, catálogos, congresos y exposiciones, como el catálogo Deutschen Warenbuch, el museo de Arte en el Comercio y la industria Werkbund-Museum, el congreso de 1911; y las exposiciones, como la de 1914 en Colonia, donde tres edificios fueron icónicos: el teatro de Henry van de Velde, el edificio de oficinas de Walter Gropius y la casa de cristal de Bruno Taut. La exposición Die Wohnung (La Vivienda) de 1927 en el Weißenhof de Stuttgart, con la organización de Mies van der Rohe, fue un campo experimental, para lo cual se invitó a 12 arquitectos a presentar nuevas ideas de arquitectura para la vivienda tipificada, con construcción racionalizada, económica y propagar nuevas pautas estéticas, y participaron entre ellos: Le Corbusier, Gropius, Max Taut, Jacobus J. P. Oud, Behrens, Hans Scharoun, Hannes Meyer. Su influencia se vería pronto en proyectos de conjuntos habitacionales de Brünn (1928), Breslau (1929), Praga (1932), Neubüh (1932) y Viena (1932). La exposición del Werkbund en Stuttgart en 1929 Film y Foto, llevó a los vanguardistas de la nueva visión como Man Ray, Sergei Eisenstei, Lissitzky y László Moholy-Nagy con películas experimentales y fotografías que influyeron en la difusión del mundo en construcción y las innovaciones técnicas como medios de expresión. El Werkbund publicó con el título La Forma (Die Form) su propia revista de 1925 a 1935, en la que difundía sus ideas estéticas y educativas y promocionaba sus productos como soluciones ejemplares para mobiliario, objetos cotidianos, vestimenta, tipografía, arquitectura y diseño urbano. El Werkbund alemán fue modelo para su réplica como el Werkbund austríaco (1912), el Werkbund suizo (1913) y otras instituciones similares en Suecia o Inglaterra. Pero sin duda su legado más importante fue ser el antecedente de lo que sería la Staatliche Bauhaus (al fundirse en 1919 la Academia de Bellas Artes y la Escuela de Artes y Oficios), cuyos miembros salieron del Werkbund y su primer director fue Gropius; y también daría origen a las diferentes disciplinas del diseño además de mantener la arquitectura: diseño gráfico, diseño industrial, diseño urbano y de ciudades.