En estos días se cumplen 150 años del nacimiento de una figura emblemática del Modernismo – término que no hay que confundir con Modernidad o con Movimiento Moderno-, y que luchó por la revalorización del ornamento y las artes decorativas como parte constitutiva del nuevo diseño funcionalista. Nos referimos a Henry van de Velde (Amberes, 3 de abril de 1863 - Ober-Ägeri, Suiza, 15 de octubre de 1957), arquitecto, pintor, diseñador y un importante industrial belga que trabajó también en Francia, Alemania, Suiza y Holanda. Van de Velde es considerado junto a Victor Horta y Paul Hankar uno de los fundadores del Modernismo en Bélgica, aunque más tarde evolucionara hacia el racionalismo. CRISTIAN LEON G. Arquitecto y Licenciado en Estética PUC, Magíster y Doctor (c) en Historia del Arte y Gestión Cultural U. Pablo de Olavide, Sevilla. Profesor del Area de Teoría e Historia de la Arquitectura de la UDP. Profesor de la Red Cultural UGM. Henry van de Velde La integración entre artesanía e industria arte El Modernismo, la corriente de renovación artística desarrollada del XX, en el período denominado Cubierta de libro diseñada por Van de Velde Contextualicemos un poco a nuestro personaje. Las nefastas consecuencias que acarreaba un capitalismo desbordado que empujaba hacia una industrialización desbocada, trayendo consecuencias graves entre los sectores menos favorecidos de la población -esto es las masas obreras y campesinas-habían alertado a pensadores como Karl Marx que había alzado la voz con . Con ello se agudizaba la marxismo tanto había introducido con su concepto de materialismo histórico –en el que la historia avanza en base a contradicciones que se expresan en la lucha permanente de fuerzas antagónicas- y la dialéctica de la lucha de clases -que sería el motor de la historia-, sin embargo, había una verdad de fondo: el movimiento de la historia es el resultado de un entrechocar permanente de fuerzas diversas, que se enfrentan dialécticamente, esto es, en un proceso a veces que tuvo también expresiones nobles como fue el movimiento liderado por William Morris y John Ruskin en Inglaterra durante la segunda mitad del siglo XIX. los nuevos materiales, habría de cambiar el modo de expresión de la arquitectura y de las artes aplicadas. Los historicistas, principalmente estilos neo-medievalistas comienzan a entrar en crisis y pierden presencia progresivamente del escenario urbano. Surgen acérrimos defensores de la industria que argumentan que mediante las líneas de montaje se obtienen con suma facilidad y economía cualquier forma y modelo que se pueda idear. Esto esta nueva estética, que en unos pocos años fue ganando adeptos y abarcando otras motivaciones para expresarse. Revisemos un poco los antecedentes. En la arquitectura surgida como consecuencia de la Revolución industrial, y nos referimos precisamente a la segunda, que tuvo lugar hacia 1850, aparecen 92 Red Cultural diversas denominaciones: Art Nouveau en Bélgica y Francia, Modern Style en los países anglosajones, Sezession en Austria, Jugendstil en Alemania y países nórdicos, NieuweKunst en Países Bajos, Liberty o Floreale en Italia. tres nuevos materiales, el hormigón armado, el hierro dulce y el cristal que produjeron cambios decisivos para esta disciplina. Se despertó en la opinión ciudadana un absoluto descontento hacia las formas arquitectónicas que se estaban realizando por aquellos años, basados en una actitud «arqueológica» en el sentido de recuperar y desenterrar estilos muertos del pasado, acentuando aún más la “ ”. Urgía un lenguaje nuevo. La construcción pionera en ensayar esa nueva estética, basada en un empleo racional de los nuevos materiales, sería el (1851) en Inglaterra realizado por sir Joseph Paxton, para inaugurar la serie de exposiciones universales que cerraron la segunda parte de aquel siglo, y el abriendo el camino del purismo arquitectónico y de un racionalismo constructivo que sería llevado al paroxismo en el famoso texto (1908) de Adolf Loosen el que arremetía contra las artes decorativas. Este texto se consideró imprescindible por el movimiento moderno, para entender la evolución de la nueva arquitectura, que hoy sigue cultivando legiones de adeptos. Del mismo modo, los procedimientos del diseño habían sido sustraídos del control del artista. Éste había sido expulsado hacia un rincón, o a la periferia, como un simple técnico integrado en la división del trabajo de la fábrica, sin ningún tipo de responsabilidad sobre el producto elaborado, sin ninguna adhesión a lo hecho. De allí la enajenación que esto provocaba -y que tan lúcidamente detectó Marx- que había terminado por transformar a hábiles artesanos en empleados «esclavos de un sueldo». La observación crítica arte sobre la situación en que se encontraba el artista-artesano dentro del sistema de producción en serie, motivó un proceso de puesta en valor de los presupuestos éticos y estéticos de la etapa preindustrial, es decir, la artesanía, que se manifestó en el . Este movimiento inglés propuso un retorno a las antiguas estructuras medievales de producción, pues la idea de progreso industrial comenzó a mezclarse con la intuición Candelabros de Plata de que era necesaria una reacción que devolviera a los objetos de la vida cotidiana, una cierta dimensión estética, que acompañase a las funciones naturales para las que eran fabricados. Así este estética del diseño y de todas las artes aplicadas, integrándolas en un entorno arquitectónico armonioso y bello. Esto se expresaba en las siguientes ideas: un rechazo a la separación entre el arte y la artesanía; la consideración del diseño de los objetos útiles como una necesidad funcional y moral; un rechazo hacia los métodos industriales de trabajo, que separaban al trabajador de la obra realizada, fragmentando así sus tareas; la propuesta de un regreso al medievalismo, tanto en la arquitectura, con el neogótico, como en las artes aplicadas; la propuesta de la arquitectura como centro de todas las actividades de diseño, - idea que sería recogida por el racionalismo de principios del siglo XX-; una propuesta de agrupación de los artesanos en guildas y talleres, propuesta del trabajo hecho con teckné, esto es, un trabajo bien hecho, bien acabado y satisfactorio para el artista y para el cliente. El Modernismo será el término con el que se designaría a la corriente principios del XX -el periodo denominado y -, que articulará el siguiente paso en el incipiente camino del diseño. En distintos países recibió diversas denominaciones: Art Nouveau (en Bélgica y Francia), Modern Style (en los países anglosajones), Sezession (en Austria), Jugendstil (en Alemania y países nórdicos), NieuweKunst (en Países Bajos), Liberty o Floreale (en Italia). Todas estas denominaciones hacían referencia a la intención de crear un arte nuevo, joven, libre y moderno, que representara una ruptura Mesa diseñada para Harry Kessler Red Cultural 93 arte Silla Henry Van de Velde, 1895 94 Red Cultural El movimiento inglés, Arts&Crafts, propuso un retorno a las antiguas estructuras medievales de producción, pues la idea de progreso industrial comenzó a mezclarse con la intuición de que era necesaria una reacción que devolviera a los objetos de la vida cotidiana, una cierta dimensión estética, que acompañase a las funciones naturales para las que eran fabricados. arte Villa Hohenhof por Henry Van de Velde con los estilos dominantes en la época, tanto los de tradición academicista -el historicismo o el eclecticismo antes comentado-, como los rupturistas -realismo o impresionismo-. En la estética nueva que se trató de crear, predominaba la inspiración en la naturaleza a la vez que se incorporaban novedades derivadas de la revolución industrial, como el hierro y el cristal, superando la pobre estética de la arquitectura del hierro de mediados del siglo XIX. Sin embargo, es necesario precisar que en Europa, y principalmente en Alemania, la crítica fue adquiriendo matices cada vez más disipados o diluidos, que culminaron en una aceptación declarada lenguajes estéticos, conceptos que alcanzaron amplios consensos sociales, especialmente en la implicación de ornamentos no desligados de sus aplicaciones funcionales y estructurales. estudiado pintura en la de Amberes de 1881 a 1884 y había sido discípulo, durante un año, de Carlos Duran en París. Hacia 1888, más interesado en la pintura, se unió al grupo post impresionista, L , que fue un grupo de unos veinte pintores, liderados por el belga James Ensor, que formaron en Bruselas una sociedad expositora que tuvo unos diez años de vida en la que entraron en contacto con Georges Seurat (1859-1891) y Paul Signac Vincent van Gogh (1853-1890).El tapiz de van de Velde llamado “Guarida de ángeles” (1893) nos recuerda el gusto por las líneas sinuosas utilizadas por este último. Fue hacia 1892, cuando van der Velde abandonó la pintura en favor del diseño, inspirado por las ideas reformadoras de John Ruskin (1819-1900) y William Morris, recién mencionados. Ese mismo año expuso bordados en el salón de Les Vingt y diseñó ornamentos para libros y revistas. El cartel Tropon (1899) -alimentos derivados de lácteos para niños-, que expresa una combinación de arte y diseño Red Cultural 95 arte continental, se adecuaba más al gusto belga. Más tarde evolucionó hacia el Racionalismo mostrándose partidario de la ausencia de ornamentación. La historiadora Francesca Telli industrial, donde el producto se convierte en un triunfo de caligrafía, que utiliza colores vivos y llamativos, y curvas enérgicas que otorgan candelabro metálico (1900) hace uso de curvas más abstractas demostrando un total dominio un continuo movimiento gracias a las espirales que surgen de la base rodeando cada brazo y cada candelero hasta casi ocultar todo elemento estructural. Van de Velde defendió sus ideas sobre el arte en escritos como (1895) y (1895), dónde manifestaba que todas las artes debían supeditarse a las artes decorativas, ya que mejorando el entorno del hombre, el Empezó a dar clases de « » en la Universidad de Bruselas, aunque más tarde se opuso a la noción de diseño industrial. Por ese motivo diseñaba hasta el último detalle de sus espacios. Su primer proyecto arquitectónico fue la casa Bloemenwerf, que construyó en 1895 para sí mismo en Uccle, cerca de Bruselas. Sus diseños eran más «ingleses» que los de su compatriota Victor Horta, cuya obra, en el estilo Art Nouveau Fue hacia 1892, cuando van der Velde abandonó la pintura en favor del diseño, inspirado por las ideas reformadoras de John Ruskin (18191900) y William Morris, y ese mismo año expuso bordados en el salón de Les Vingt y diseñó ornamentos para libros y revistas. 96 Red Cultural . La importancia de van de Velde estriba en que sus ideales de integración entre artesanía e industria promulgados por él, fueron divulgados por el Deutscher Werkbund (1907), asociación de artistas que promovía la función de la industria como el único medio para producir grandes cantidades de productos bien diseñados y asequibles a la vez, es decir, pretendió reconciliar la actividad artística con la producción industrial. Sus fundadores fueron Richard Riemerschmid, Bruno Paul, Peter Behrens y Josef Maria Olbrich. En 1914, el Werkbund organizó una histórica exposición en Colonia, titulada «Deutsche Werkbund-Ausstellung», que incluía la maqueta de la fábrica de cristal y acero de Walter Gropius, el pabellón de cristal de Bruno Taut y el teatro del Werkbund de van de Velde. Esta asociación alcanzó ese año, la cifra de dos mil socios, pero entró en crisis pues van de Velde, Gropius y Taut, partidarios de un individualismo en el diseño, no pudieron aceptar la adhesión de los postulados de Hermann Muthesius (1861-1927) y Naumann, por la estandarización industrial. Van de Velde dejó la asociación en 1914. Esto casi provoca la disolución del Werkbund, pero la arte Van de Velde defendió sus ideas sobre el arte en escritos como El arte futuro (1895) y Observaciones generales para una síntesis de las artes (1895), dónde manifestaba que todas las artes debían supeditarse a las artes decorativas, ya que mejorando el entorno del hombre, el hombre mejoraba. necesidad generalizada de productos de consumo, tras la devastación europea sufrida por la I Guerra Mundial, hizo recapacitar a Gropius de aceptar la necesaria estandarización y producción industrial en gran escala. Con este hecho el diseño derivó hacia un radical funcionalismo, que pregonaba las virtudes de las las posibilidades de la máquina. Aunque el Werkbund se el puente entre el Jugendstil y el movimiento moderno y, a través de sus actividades, tuvo gran impacto en la evolución del diseño industrial alemán. Podemos decir que estos preceptos fueron continuados de alguna Diseño de la Bauhaus (1919-1933) y posteriormente en la brillante Escuela de Ulm (1946-1968), lo que Alemania se convirtió en un referente mundial sobre el diseño industrial, funcional y racional. Un año después van de Velde tuvo que renunciar a su puesto de profesor en Weimar y en 1917 acabó emigrando a Suiza, donde trabajó como arquitecto independiente. Entre 1926 Y 1936 fundó y dirigió el Institut Supériur d’Architecture (ISAD) en Bruselas, pero en 1947 regresó a Suiza, y en 1956, un año antes de su muerte, publicó sus memorias en ese país. Podemos concluir que Henry van de Velde fue uno Taburete del Modernismo, y sus diseños en estilo Jugendstil anticiparon el funcionalismo y la abstracción, que conciliaba con el valor artístico del producto, dos aspectos claves del diseño moderno t Banco para piano Red Cultural 97