HISTORIA RESUMIDA DE LA ARMADA DEL ECUADOR Cuando la Escuadra del Perú se presentó frente a Guayaquil, el 22 de noviembre de 1828 demandando su rendición, bajo la amenaza de tomar la ciudad o destruirla, encontramos a este buque, junto a la fragata “Presidente”, corbeta “Libertad” y cinco lanchas cañoneras al mando del vicealmirante Martín Jorge Guisse. Fue vendida por inservible según el informe del almirante Illingworth, sin confirmarse su fecha. Goleta “Guayaquileña” Por resolución del Libertador Bolívar, emitida en Guayaquil el 4 de marzo de 1823 se adquirió la goleta inglesa “Lady Collier” armada con 18 cañones, en 22.000 pesos a don Guillermo Robinet y al izar la bandera colombiana recibió el nombre de “Guayaquileña”. En 1824 conformó la Escuadra Unida que participó en el bloque de El Callao y participó en la campaña libertadora del Perú conformando la Escuadra colombiana en 1825, es su comandante el teniente Husevorth. El 31 de agosto de 1828 participa en el combate naval de Malpelo en el que derrota a la corbeta peruana “Libertad”, sin lograr capturarla, al mando del teniente de navío Claudio Johnson, dirigiendo el combate a bordo de este navío estuvo el capitán de navío Thomas Wright. En 1833 contaba con 9 cañones de 12 libras y 12 de 18. En 1837 la goleta es reacondicionada y posteriormente se la desarma y queda fuera de servicio a inicios de 1838. Goleta de guerra “Guayaquileña”, 1823-1838. Archivo Histórico del Inhima. Bergantín “Vicente” Mencionado en abril de 1827, en que se indica que junto a la goleta “Guayaquileña” conformaba la Escuadra del Pacífico, reducido a mínima expresión en esos momentos. A inicios de 1827, cambió la organización de la Armada, y el Departamento Marítimo pasó a denominarse Apostadero de Marina de Guayaquil, al mando del contralmirante Juan Illingworth. En el mes de marzo de 1828 el comandante del Apostadero de Guayaquil capitán de navío Juan Illinworth, comunicaba al Secretario de Estado del Despacho de Marina, la precaria situación de los buques, manifestándose favorablemente para la adquisición de la corbeta “Adela” y así constituir una fuerza capaz de hacer frente y destruir a los corsarios españoles que amagaban el comercio de la Gran Colombia en el Pacífico. A esto había que considerar la dotación de oficiales y tripulantes para completar las tripulaciones de los buques, lo cual era difícil ya 74