¿QUIÉN ES PSIQUE? UNA REFLEXIÓN ACERCA DE LA PSICOLOGÍA Y SU OBJETO DE ESTUDIO Alberto Rosa (Universidad Autónoma de Madrid) ¿Quién es Psique? Esta pregunta así formulada puede incomodar a muchos. Psique es una palabra antigua que a menudo se usaba como sinónimo de “alma” y, más adelante, pasó a ser aceptada únicamente como metáfora: una manera de referirse a lo que la psicología aborda: el psiquismo, lo psicológico, los procesos psicológicos. Pero, ¿qué son estas palabras sino otra manera de referirse a Psique sin la necesidad de referirse a un concepto metafísico tan anticuado? En la pregunta también hay otro elemento que nos puede incomodar hasta cierto punto, ya que pregunto “¿quién es Psique?” en vez de “¿qué es Psique? La psicología es una ciencia, y las ciencias se ocupan de cómo se mueven o cambian los objetos, no los individuos (tal y como sugiere el uso de “quién”), y mucho menos del tipo de individuo que, más allá de moverse o cambiar, puede actuar con intencionalidad, como la mayoría probablemente pensamos al oír la palabra “quién”. Quizás la pregunta es inútil, un residuo de tiempos pasados en los que la gente se interesaba por la metafísica. ¿Por qué deberían los psicólogos preguntarse qué es Psique? Los físicos no andan preguntándose qué es la fisis. Simplemente hacen experimentos, escriben artículos y, mucho menos a menudo, libros. Pero quizás esto se deba a que hace mucho que reemplazaron el concepto de fisis por los de materia y energía, desarrollando largos formalismos para darles sentido y usando un abanico de subdisciplinas para tratar fenómenos complejos mediante la averiguación de cómo interaccionan esas entidades básicas, creando de este modo nuevas categorías de conocimiento. Pero, ¿qué ha sustituido a la antigua Psique en Psicología? Mente, Consciencia, Conducta, Acción y Cognición vienen siendo candidatas desde hace bastante tiempo, pero no han tenido el éxito suficiente como para desbancar completamente a Psique. No parece que tengamos ni una manera clara de organizar dichos conceptos en un corpus teórico, ni una articulación armoniosa entre las diferentes subdisciplinas de la psicología. Es más, hay un acuerdo absoluto acerca de la existencia de procesos psicológicos inconscientes automáticos, así como de procesos controlados conscientes. No obstante, la cuestión acerca de si la conciencia tiene algún papel en la dirección de la acción o si es un mero epifenómeno continúa abierta. Sentido y significado también son fuentes de controversia. El viejo cisma entre explicación y comprensión sigue abierto y a veces se piensa que su existencia está más relacionada con la postura epistemológica utilizada, en vez de ser considerada como una cuestión ontológica relacionada con la naturaleza misma del objeto de la psicología: Psique. Parece que en las últimas décadas la Psicología ha escogido una ruta un tanto peculiar para su desarrollo como ciencia: una huida hacia adelante mediante investigación empírica y desarrollos tecnológicos, dejando de lado consideraciones ontológicas y epistemológicas, ya que no han dado resultado en el pasado. Parece que creyéramos que los resultados de investigación nos mostrarán el camino a seguir, que una vez hayamos recopilado suficiente información la respuesta caerá en nuestras manos como fruta madura. Y si no lo hace y la psicología continúa existiendo, la cuestión acerca de “qué o quién es psique” habrá demostrado ser inútil. Es así como parecen estar evolucionando las cosas. La idea de que la psicología en vez de ser una disciplina unificada es un conjunto de discursos y prácticas escasamente relacionadas que tratan diferentes facetas de la experiencia humana está bastante extendida (ej.: vid. Leahey, 1980). No obstante, junto con esta fuerza centrífuga hay ciertas fuentes centrípetas. En el “gremio” hay un cierto etos psicológico que espera la llegada de un héroe que buscará el grial de los principios que unificarán definitivamente a la dispersa familia psicológica – un mito que a veces es llamado con cierto sarcasmo “la necesidad de un Newton de la Psicología”. Los mitos son uno de los enemigos arquetípicos de la historiografía. Yo soy historiador de la Psicología, por lo que soy consciente de que los logros teóricos no son el resultado del trabajo de individuos sino el resultado de diálogos continuos al interior de la comunidad de conocimiento que posibilitan la interpretación de los resultados empíricos mediante la negociación de los significados de las categorías científicas. De modo que lo único que uno puede hacer es añadir la voz propia al coro existente y observar si tiene algún efecto sobre los juegos de lenguaje que tienen lugar. El propósito de esta ponencia es añadir mi voz a aquella de quienes llaman a la reflexión teórica sobre la Psicología. El modo particular en que yo escojo hacerlo es mediante el examen de su objeto: Psique, una entidad virtual que creo merece cierta atención. Imágen 1 Empezaré mediante un breve retrato de las concepciones de Psique. Inicialmente Psique era simplemente una forma abreviada de referirse a la vida. Para los griegos clásicos psique era el principio vital, el anima de los romanos. Las cosas estaban bien animadas o inanimadas en función de su posesión o carencia de anima o psique. Platón decidió asignarle sustancia, como hacía con el resto de las cosas. Esta idea produjo una entidad: el alma, una cosa que, como todo lo demás, es eterna, pero que también tenía el deseo y la capacidad para alcanzar la belleza y la verdad. Por tanto, Platón creó una identidad (ideal) y la dotó de contenido y deseos. Aristóteles, que era un naturalista, luchó en cierta medida contra Platón y trató de volver al principio vital. Pero ya nada volvió a ser igual – psique ya había nacido para el mundo como una entidad (ideal). Sin embargo, la Psique aristotélica era una entidad particular que él llamaba entelequia, es decir, algo inmaterial que hace que la materia esté viva, se mueva, se transforme y alcance objetivos. Esta concepción es sorprendentemente moderna: concibió una entidad que no era una cosa sino una serie de funciones que gobernaban el cambio y el movimiento. Aristóteles sentó el camino para el desarrollo de las teorías de la acción. Su influencia todavía es palpable, pero sufrió el peso de interpretaciones neoplatónicas. Los intelectuales medievales (fueran éstos de religión judía, cristiana o musulmana) concebían a psique como una cosa: el alma, una entidad inmaterial e inmortal con una estructura interna que le dotaba de ciertas capacidades para la acción (facultades). Algunos, como Ibn-Sibna (Avicena), situaban dichas facultades en el cerebro, camino que luego seguirían los médicos galénicos renacentistas, como los españoles Gómez Pereira y Juan Huarte de San Juan, y, más tarde, el padre del dualismo moderno: René Descartes. Descartes sentó las bases del pensamiento moderno, pero al precio de romper Psique en dos. Algunas funciones se explicaron por la estructura material de los órganos (procesos psicológicos inferiores), mientras que los procesos psicológicos superiores (lenguaje y razón) dependían del funcionamiento de la inmaterial res cogitans, por lo que no podían ser objeto de la explicación científica. Esta división de la Psique ha supuesto durante siglos un obstáculo para el desarrollo de la psicología. Incluso las visiones idealistas del empiricismo británico han acabado siendo interpretadas como asociacionismo materialista basado en las capacidades conectivas del Sistema Nervioso, cayendo en el reduccionismo materialista como hicieron Pavlov y los Conductistas. En el otro extremo, la tradición intelectual alemana (Leibniz, Kant, Herder, Fichte, Hegel) eligió ocuparse del Espíritu, el principio vital, pero como algo carente de base material alguna. No obstante, señalaron algo importante: el espíritu no es algo que se encuentre únicamente en los seres vivos, sino también en grupos sociales e instituciones, en el lenguaje y las naciones. Se crea y transforma y afecta a las Psiques individuales, haciendo que no sean idénticas. Existen importantes diferencias entre diferentes partes del mundo – no por razones biológicas, sino debido al diferente desarrollo histórico-cultural de diversas sociedades. La historia, así, se convirtió en un tema central en la explicación de la Psique. Wilhelm Wundt, el fundador de la Psicología experimental tomó en cuenta ambos aspectos de la Psique: el biológico y el individual, el colectivo y el socio-histórico-cultural. Se tomó incluso la molestia de esquematizar las conexiones entre ambos. Eran principios psicológicos universales, que podían ser estudiados en el laboratorio, y leyes histórico-culturales (que debían ser elaboradas mediante métodos históricos y comparativos) siendo estas últimas especificaciones particulares derivadas de principios universales (Jahoda, 1995). A principios del siglo XX había un consenso relativamente amplio acerca de la importancia de tomar en cuenta ambos aspectos de la Psique. Janet, Freud, Dilthey, Spranger, Stern, Bartlett, G.H. Mead, Vygotsky, Luria, Leont’ev, son algunos de los psicólogos que hicieron importantes avances hacia cómo estrechar los lazos entre ambas maneras de abordar la Psique. Creo no equivocarme al afirmar que tras la Segunda Guerra Mundial dicha preocupación fue dejada de lado hasta la recuperación de la perspectiva vygotskiana y, más recientemente, el desarrollo de la Psicología Cultural. Hoy en día la investigación socio-histórico-cultural goza de una excelente salud, haciendo importantes contribuciones al desarrollo del conocimiento. Pero nosotros, investigadores socio-históricoculturales, no somos únicos en desarrollar conocimiento, sino que formamos parte de una comunidad mucho más amplia con la que compartimos muchas inquietudes. Creo que una de las aportaciones que podemos hacer al esfuerzo para progreso de las ciencias humanas es actualizar la imagen de Psique a los comienzos del siglo XXI y cómo dicha imagen sugiere caminos para la investigación tanto en Psicología como en otras ciencias humanas. Esta es una tarea muy ambiciosa y que muchas y muchos considerarán improductiva, pero a mí me parece un excitante desafío. Por ello, me voy a arriesgar a ofrecer mi punto de vista en esta materia, aunque pueda todavía resultar incompleta. Mi propósito no es caer en la pretensión de tener una idea clara en la materia, sino simplemente abrir al diálogo y la discusión una materia que considero importante no sólo para la teoría, sino también por sus aplicaciones prácticas. Por ello, vuelvo a la pregunta inicial: ¿Quién es Psique?, una pregunta que creo no puede ser respondida sin abordar previamente la cuestión de “¿Qué es Psique?”. Primero he de decir que no la considero ninguna cosa, ninguna clase de sustancia, sino puro cambio, movimiento, dinámicas constantes cuya naturaleza tiene que ser explicada. Así, si queremos llamarle entidad será en todo caso una entidad virtual, una manera de referirse a cómo las cosas se mueven, se comportan, actúan. Éste es un punto importante, porque voy a evitar cualquier tipo de substancialismo. En segundo lugar, mi aproximación será diacrónica. Si Psique es una manera de referirse al movimiento y el cambio, no podemos considerarla ningún tipo de sustancia permanente, sino algo que cambia a lo largo del tiempo. El tiempo es, por ello, una dimensión básica en la explicación de Psique. Un tiempo que fluye a través de la evolución, la historia y la vida individual. En tercer lugar, la imagen de Psique que voy a presentar es perfectamente compatible con los principios básicos de la perspectiva de Vygotski y de Luria, cuando esta es actualizada con algunos desarrollos aportados por la investigación en el último medio siglo. Aristóteles nos ha proporcionado algunos conceptos que creo merecen nuestra atención. Para él, como dije anteriormente, la Psique es una Entelequia. Es decir, no es una cosa – no tiene materia – pero hace que la materia cambie. Causa movimiento, sienta objetivos y da forma a los seres vivos. Hace que los seres vivos cambien de forma, crezcan, se reproduzcan y acumulen conocimiento. En sus propias y conocidas palabras, Psique es la causa formal, eficiente y final de los seres vivos. Es una definición con 2400 años de antigüedad que creo todavía tiene validez suficiente como para ser utilizada como herramienta para hacer llegar mi mensaje. Pero para ello es necesario hacer un análisis de sus componentes. Empezaré por un análisis de cómo entender las causas eficientes y finales. Es bien sabido que la ciencia niega cualquier poder explicativo a las causas finales, teniendo a la causalidad eficiente como única forma de explicación. Sin embargo, ni la biología ni la psicología pueden obviar que los seres vivos no responden simplemente a estímulos, sino que buscan activamente satisfacer sus necesidades en el medio ambiente, lo cual en ocasiones ha sido entendido como una suerte de teleología, como el resultado de una causa final. El concepto de “función” fue desarrollado para transformar la causa final del comportamiento (el fin a alcanzar para lograr la homeostasis) en un tipo de causalidad eficiente. Pero el concepto de función no es un concepto biológico ni psicológico. También es un concepto clave en Matemáticas y Física. La expresión y = f(x) también es llamada función o identidad. Ambos lados del concepto clave “=” son idénticos. Las leyes naturales son expresadas matemáticamente a través de funciones. La manera en la que un estado físico particular se desarrolla puede ser expresada mediante una ecuación o conjunto de ecuaciones que podemos también abreviadamente expresar mediante el formalismo y=f(x). Algo que podríamos traducir al español como “para volverse y, x tiene que cumplir con los requisitos f”. Pero, evidentemente, x no hace nada (ni puede escoger hacer o no f), sino que f le pasa a x en ciertas circunstancias. Pero, ¿por qué en estas circunstancias y no en otras? ¿Por qué resulta y en vez de, por ejemplo, w? La respuesta está en los principios básicos naturales, como la segunda ley de la termodinámica (que afirma que la energía tiende a distribuirse uniformemente en un sistema cerrado, hasta alcanzar el equilibrio). Si observamos un fenómeno natural y queremos ver cómo se formó o queremos reproducirlo, la función explica cómo actúan las causas eficientes, qué pasó para que ocurriera el fenómeno y qué debemos hacer – si podemos – para reproducirlo. Por lo tanto, podríamos decir que, en cierto sentido, las causas eficientes y finales se reducen a lo mismo, que son dos caras de la misma explicación. En la Naturaleza los fenómenos son producidos por causas eficientes, pero la tecnología utiliza el conocimiento del que disponemos del funcionamiento de las causas eficientes para producir los efectos deseados. Así, parece que la cultura humana hace un uso teleológico efectivo de la causalidad eficiente. Pero, ¿cómo? ¿Cómo podemos explicar la emergencia de un tipo de causalidad tan extraña como la teleología? Intentaré contestar a dicha pregunta siguiendo un camino natural en lugar de proponer algún misterioso tipo de generación espontánea. Pero para ello deberé seguir un camino que parece alejarnos de nuestro destino: voy a entrar a examinar el mundo de los objetos. Dije anteriormente que adoptaría un acercamiento dinámico en vez de considerar un mundo hecho de sustancias, de cosas y objetos dados desde un principio. Mi tarea es, entonces, explicar de forma dinámica qué son los objetos (cualquier tipo de objetos – desde piedras a animales, seres humanos, naciones o textos). Dicho de otra forma, hay que explicar la manera en que los objetos que observamos han llegado a ser tales. Este es un punto central en mi argumento general, ya que si Psique es la entelequia que hace que las cosas se muevan y cambien, tenemos que ver qué sentido le damos a las cosas. Sabemos en la actualidad que la Naturaleza es capaz de producir orden y estructura de manera espontánea en aparente (pero sólo aparente) contradicción con la segunda ley de la termodinámica. En otras palabras, lo que ocurre es que la estructura y orden crecen en algunas regiones mientras el desorden (o entropía) crece en otras. En las últimas décadas se han observado multitud de fenómenos naturales de formación espontánea de orden (vid. Prigogine & Stengers, 2002), desarrollándose al mismo tiempo formalismos para su explicación. La Teoría de Sistemas Dinámicos (vid. Travieso, 2007) es en la actualidad una herramienta muy poderosa capaz de producir formalismos para la exploración de dichos fenómenos, y para la producción de modelos que expliquen su funcionamiento. De acuerdo con este punto de vista, la Naturaleza es capaz de producir áreas de distribución de energía en las que fuerzas que interactúan crean estados de equilibrio espontáneo, manteniéndose dentro de cierto margen de valores. Este es un estado de equilibrio dinámico, donde las fuerzas interactúan manteniéndose en una suerte de posición fija. Incluso si cambian las fuerzas, se mantiene el equilibrio mediante un reajuste espontáneo. Dicha estabilidad tiene un principio, se transforma a lo largo del tiempo de muchas maneras diferentes (cíclicamente, ordenada por etapas, o mediante una mezcla de aleatoriedad y regularidad) y tiene un fin. El flujo de energía y el tiempo son los factores básicos que afectan al tiempo durante el cual se mantendrá la estabilidad dinámica o estática, y cómo evolucionarán. En algunos de estos sistemas dinámicos, puede producirse procesos autocatalíticos, donde se desatan una serie de reacciones que acaban produciendo una serie de resultados mucho más complejos que los que cabría esperar a partir del input inicial. El resultado de ello es la auto-organización de un sistema que ya era bastante complejo, y la emergencia espontánea de nuevas estructuras. Un sistema dinámico es, por definición, un sistema abierto. Mantiene su existencia mediante intercambios de energía (o información) con su entorno (aquello que está fuera del sistema en equilibrio). La forma que el cambio resulta tanto de lo proveniente del entorno como del estado previo del sistema, de tal manera que la evolución del sistema es iterativa. Esto quiere decir que el camino de desarrollo que lleve depende de su estado previo. Esto tiene una consecuencia importante: los sistemas dinámicos evolucionan de manera no lineal, es decir, que un factor que influya en un sistema puede tener consecuencias que no son proporcionales a su magnitud. Otro factor interesante a tener en cuenta es que las fuerzas que afectan al funcionamiento de un sistema no siempre tienen carácter determinante. Pueden ser acontecimientos aleatorios que afecten al sentido del cambio en el sistema, produciendo de esta manera puntos de bifurcación. Para terminar, hay cierto punto en el cual las fuerzas que gobiernan los sistemas dinámicos llegan a un punto de equilibrio temporal a partir del cual el sistema no evoluciona más. Este punto final se llama atractor. Algunos ejemplos serían la temperatura del termostato de un aparato de aire acondicionado, el tamaño corporal de un animal adulto, o el nivel de dominio del lenguaje de un hablante adulto en un determinado grupo cultural (van Geert, 2003). Pero los sistemas aislados dentro de un entorno no son los únicos que nos interesan. Los sistemas interactúan entre sí: a menudo hay sistemas en relaciones jerárquicas dentro de otros sistemas, así como diversos sistemas interactuando entre sí en red. Esto crea dinámicas muy complejas con elementos muy interesantes, ya que abundan los puntos de bifurcación, que pueden producir, junto con el principio de iteración, cambios dramáticos en la estructura y propiedades funcionales del sistema, en cómo mantiene su estabilidad e interacciona con otros sistemas. Podría especular que la evolución biológica ha seguido este camino, que la causalidad eficiente ha devenido en la manera que acabo de describir, y que se han producido diferentes atractores y espacios de estabilidad, lo cual, a su vez, ha iniciado nuevos procesos dinámicos. Si no me equivoco, podría añadir que los objetos materiales (las rocas, el agua, las nubes en el cielo o las olas del mar) son sistemas dinámicos en estado de equilibrio con diferentes parámetros de estabilidad que afectan a su duración temporal. Se puede decir lo mismo de la materia viva, de los seres vivos, que son capaces de producirse a sí mismos, al tiempo que de actuar en su entorno para mantener su estado negentrópico, su estructura, su homeostasis interna y externa. Actúan como si estuvieran siguiendo una causalidad teleonómica, un camino regido por normas para alcanzar un punto final. Si mantenemos esta línea de pensamiento y miramos atrás al proceso evolutivo a la manera del historiador (por muy postmoderno que pueda ser), intentando ver el sentido del lago proceso, podríamos ver una imagen que puede ser útil para el objeto de este artículo. La imagen de la evolución que surge no puede ser teleológica, ya que no hay ningún punto final conocido, ni se les puede atribuir a los atractores ningún rol causal. Esta imagen se parece a la historia natural antigua, o La Gran Cadena del Ser – la antigua aristotélica Scala Naturae: una lista de cambios ordenados por complejidad en una línea temporal, que cuando se interpretan de acuerdo con la perspectiva de los sistemas dinámicos que dibujamos más arriba creo será útil para examinar la dinámica de Psique. Tablas 1 & 2 Las tablas 1 y 2 muestran cómo la organización creciente de la materia cambia la naturaleza de sistemas dinámicos previamente existentes creando nuevos, afectando a la manera en la que interactúan las fuerzas y haciendo aparecer nuevas propiedades funcionales. El resultado es que, sin cambiar la naturaleza eficiente de la causalidad, las entidades nuevas desarrollan estructuras cada vez más capaces de regular su propio movimiento y cambio. O podríamos decir que son cada vez más capaces de identificar atractores para alcanzar estados de equilibrio, y son así capaces de desarrollar patrones de activación cuando sea necesario por la correspondencia entre las fuerzas internas y las ambientales. Desde el punto de vista del observador, esto hace que su dinámica sea teleonómica, como si estuvieran siguiendo unas normas para restaurar su equilibrio (homeostasis). Debemos destacar que cualquier explicación del cambio y el movimiento debe tener al menos dos elementos en cuenta: el sistema dinámico individual, y su entorno; y, a medida que avanzamos por la línea, toda una serie de sistemas interconectados, como es el caso de los intereses en conflicto de un individuo y su grupo de pertenencia. ¿Qué pasa con la teleología, la famosa causa final aristotélica? Éste es uno de los elementos clave en mi argumento. La teleología es un tipo de teleonomía y, por tanto, se puede explicar también mediante el enfoque de sistemas dinámicos. Pero la manera en la que opera también es de interés particular, ya que requiere de cambios importantes tanto en el entorno como en el sistema individual – cambios que tardan bastante en desarrollarse, a menudo más tiempo que el de una vida humana, un tiempo histórico. Requiere que el entorno incluya tanto un grupo estructurado de congéneres (que conforman una red de sistemas dinámicos interconectados), como una serie de mecanismos convencionales, es decir, objetos del entorno producidos por la acción del sistema sobre el entorno, que a su vez afectan con el tiempo a la propia dinámica del sistema. Dichos mecanismos tienen que ser reconocidos por los miembros del grupo como inputs, para formar parte de la regulación de sus interacciones sociales, así como de sus interacciones colectivas con el mundo de los objetos. En otras palabras, estamos hablando del desarrollo de una cultura, de cómo la acción humana a lo largo del tiempo produce una serie de artefactos útiles para mediar sus acciones comunicativas e instrumentales en un grupo determinado y, junto con ello, la existencia de estructuras sociales y orgánicas capaces de producir y utilizar símbolos como si fueran las entidades que dichos símbolos representan, así permitiendo la imaginación, la planificación y la previsión. Entre estos mecanismos están los discursos que dibujan la experiencia creando imágenes de la realidad, y narrativas que recuerdan experiencias pasadas y dotan al futuro de sentido. En resumen, proporcionan sentido y la posibilidad de utopías, creando situaciones imaginadas que funcionan como fines para la acción . La teleología es por ello efecto de la mediación simbólica, de la incorporación de artefactos culturales a la acción humana. IMAGEN 1 Así, podemos decir que Psique resulta de la evolución de sistemas dinámicos, a través de un proceso que podemos considerar una espiral continua de encuentros dinámicos entre estructuras del organismo y sus entornos, siguiendo una forma que recuerda a las reacciones circulares de Baldwin (ver imagen 1). El ajuste mutuo entre las estructuras del organismo y su entorno (cada uno con sus posibilidades para la acción y efectividad) es la fuerza motriz del desarrollo de Psique. A esto se deben añadir la historia de los emparejamientos pasados, como reza el principio de iteración. El futuro está abierto, aunque restringido por el estado actual de los sistemas. Ahora que dispongo de todos los elementos necesarios, voy a intentar formular una respuesta a la pregunta de qué es Psique. Si aceptamos lo dicho hasta ahora, podría decir que Psique es el funcionamiento de sistemas dinámicos capaz de producir movimientos para mantener su propia existencia y reproducirse. Esta es una definición muy amplia y vaga que también se podría aplicar a muchos tipos de fenómenos físicos espontáneos, a la vida y que con toda seguridad se aplica también a los grupos. Para referirme a la Psique humana, añadiría que la Psique también es capaz de sentar sus propios objetivos para la acción e, incluso, crear imágenes del mundo y de sí misma como un modo de comprender quién es y qué debe buscar en el futuro. Es decir, Psique también es capaz de fijar causas finales imaginarias que actúen como estímulo y normas para canalizar sus propias acciones, actuaciones y actividades. Si queremos una definición más precisa de Psique, quizás deberíamos volver a los clásicos. La concepción de entelequia de Aristóteles (una entidad virtual) – que es la causa eficiente, causa final y la causa formal, estructural del movimiento y cambio de los seres materiales – se puede aplicar perfectamente al argumento que vengo expresando. Pero debemos recordar que cuando Aristóteles escribió sobre Psique quería producir conocimiento teórico. Estaba estudiando las propiedades de categorías generales, no de entidades particulares. Tomó a Psique como una categoría referida a fenómenos de la naturaleza y, por tanto, coloco al estudio de la naturaleza Psique – lo que hoy llamamos psicología - en el ámbito de la física, de las ciencias naturales. Ahora podemos preguntarnos si lo hizo con acierto. ¿Cómo podemos estar seguros de que la imagen de Psique que he dibujado es correcta? Anteriormente dije que entraría en el terreno de la especulación, y es lo que he hecho. Pero todo conocimiento científico es el resultado de la especulación y la experiencia. No percibimos sistemas dinámicos, sino fenómenos naturales y, como dijo Immanuel Kant, no podemos tener experiencia directa de Psique, sino sólo de sus operaciones. ¿Por qué podemos entonces entrar en el terreno de la especulación? ¿Cómo podemos concebir algo tan extraño como los sistemas dinámicos y decir que Psique es el resultado de su funcionamiento? La teoría de sistemas dinámicos es una serie de formalismos, como un juego de lenguaje. También es una criatura muy joven que no se puede explicar sin la ayuda de los ordenadores (que realizan los complejos cálculos necesarios), sin la teoría general de sistemas (von Bertalanffy, 1950), sin las matemáticas de la complejidad, la lógica booleana, el álgebra, el sistema numérico árabe y la invención de la escritura. Sólo a través de cierto dominio del conocimiento adquirido lentamente a lo largo de generaciones podemos plantearnos que la posibilidad de que Psique puede ser el efecto del funcionamiento de sistemas dinámicos. No percibimos a Psique automáticamente como un sistema dinámico. Los sistemas dinámicos pueden ayudarnos a interpretar parte de lo que sentimos y percibimos de los movimientos de los demás y del funcionamiento de nuestra propia Psique. Es decir, los formalismos son útiles para la ciencia si nos proporcionan una lógica con la que interpretar nuestra propia experiencia, la experiencia de todas y todos, de cada individuo. Es lo que hace que la ciencia nos proporcione verdades: tomamos algo como cierto cuando nos ayuda a dar sentido a nuestra experiencia, a estabilizar nuestra imagen del mundo y hace, por tanto, nuestro futuro menos impredecible, nos ayuda a pensar maneras de solventar problemas y a planificar. Es uno de los recursos de los que disponemos para reducir la incertidumbre y dirigir nuestras vidas. La ciencia, por tanto, depende de formalismos desarrollados a lo largo de la historia, pero también de la experiencia individual. Pero, ¿en qué consiste la experiencia individual? ¿Cómo podemos sentir el mundo y a nosotras y nosotros mismos? ¿Cómo podemos amplificar nuestras posibilidades de experimentar y sentir? ¿Cómo podemos comunicar dichas experiencias? ¿Cómo podemos estar seguros de que y todos experimentamos el mundo de manera similar? Encontrar una respuesta a estas preguntas es primordial para asentar el conocimiento científico y, en especial, el conocimiento científico que tenemos sobre Psique, ya que estos son los fenómenos que produce Psique. Cuando la psicología apareció como un área científica esto es lo que tomó como su tarea principal: el estudio de la conciencia, que a veces se llamaba, y se continúa llamando, fenomenología experimental y que es señalada en la actualidad por algunos como una de las tareas principales de la psicología. La conciencia tiene que ser descrita y explicada, tal y como se viene haciendo con la cognición y la conducta, no sólo porque las experiencias conscientes sean la materia de nuestras biografías, sino porque a veces afecta a cómo nos movemos, cómo interpretamos lo que pasa a nuestro alrededor y, sobre todo, afecta a la manera en la que nos comunicamos con los demás, concebimos nuestras vidas y nuestro mundo y acumulamos y transmitimos conocimiento a las generaciones futuras. Psique no es, por tanto, un objeto virtual. Yo mismo soy una Psique. La psicología no puede simplemente explicar lo que es o hace Psique, sino que además tiene que explicar lo que cada uno de nosotros dice acerca de lo que siente acerca de lo que otras personas hacen, cómo se siente acerca de los objetos del mundo y entre ellos, como se siente sobre sí mismo. Cuando investiguemos sobre esto, ciertamente encontraremos múltiples diferencias, pero también surgirán regularidades. La psicología tiene que abordar la explicación de ambas, lo cual sólo puede hacerse apoyándose sobre la experiencia empírica de lo que sucede en la conciencia durante el conocimiento o la conducta, pero también con la ayuda de formalismos especialmente diseñados para ello. Imágen 2 La semiótica y la fenomenología experimental nos proporcionan formalismos para describir y explicar la acción, incluso si no estamos de acuerdo con volver al uso de la introspección. Las técnicas experimentales han desarrollado detallados mecanismos para el estudio de la psicofísica y los fenómenos perceptivos. Las técnicas observacionales, usando la semiótica peirciana, ayudan a explicar y entender la acción animal (Riba, 1990), la comunicación animal y humana (Perinat, 1993), el uso convencional que hacen los niños de los objetos culturales (Rodríguez y Moro, 1999), como hacen los analistas del discurso y la conversación cuando tratan la comunicación humana y los actos de habla. Hasta ahora he dado una visión de lo que es la Psique, pero también he aportado algo sobre quién puede ser. Los puntos de vista que he expuesto son una recopilación a partir de discursos provenientes de diferentes fuentes: la psicología, biología, física, matemáticas, historia, sociología, antropología. Todas ellas son formas de conocimiento disciplinado encarnadas en textos, que actúan como guías para el pensamiento y la acción. Pero, ¿de dónde provienen esos discursos?, ¿son fiables?, ¿qué tipo de verdad transmiten? Si pudiéramos responder positivamente a estas preguntas, y tomar por tanto al conocimiento científico como “la verdad” podríamos saber qué son las cosas y cómo funcionan. Pero no podemos. Tenemos un conocimiento parcial e inseguro, y sabemos con certeza que, a pesar de nuestros éxitos parciales para entender y domar algunas fuerzas de la naturaleza, nuestro conocimiento actual pronto se volverá obsoleto. El conocimiento teórico – y la psicología no es ninguna excepción – proviene de la experiencia, siendo transformado con duro esfuerzo en expresiones, usando categorías y lenguajes sociales que han evolucionado a lo largo del tiempo en el seno de una comunidad. No se puede dar sentido a los acontecimientos sin palabras y, por supuesto, no hay comunicación ni acumulación de conocimiento sin palabras y discursos sociales. Pero no es sólo eso, sino que no es posible fijarse en un fenómeno particular a menos que se centre la atención sobre él. La experiencia está ya canalizada por los discursos sociales que fluyen en un determinado contexto socio-cultural en un momento determinado. Si volvemos a la tabla 2, veremos cómo los discursos teóricos, racionalidades y lógicas, junto con los criterios de verdad, están moldeados de acuerdo con las necesidades y conflictos presentes en cada momento. No es que la verdad sea arbitraria, sino que no puede escapar al carácter convencional de los discursos humanos si se quiere transmitir significado. Esto hace que la ciencia y el conocimiento sean históricamente contingentes, a la vez que decisivos en el establecimiento de nuevos horizontes para la verdad y las metodologías para alcanzar un bien tan evasivo y valorado. La verdad es como un amor inalcanzable: uno aspira a él, pero, a pesar de avances parciales, nuestros intentos de seducción nunca llegan a ser más que parcialmente fructuosos. No obstante, los discursos sociales y teóricos enriquecen nuestra mente y nos dotan de imágenes del mundo, dando sentido y significado a nuestra vida. La psicología también juega este papel en la división disciplinar del trabajo. Nos proporciona imágenes de qué somos, cómo percibimos, sentimos y pensamos, además de quién es cada uno de nosotros, o debería ser, junto con modelos y técnicas para saber cómo cambiar si queremos tener más éxito y ser más amado. Esto es así porque la psicología, como cualquier otra práctica o discurso social, está conectada a las preocupaciones principales de la comunidad a la que pertenece, al igual que el resto de los discursos sociales, sean estos científicos o, incluso, míticos. No nos puede por ello sorprender que las imágenes acerca de quién o cómo soy sean muy conflictivas cuando uno cambia de un contexto social a otro, tanto en el tiempo como en el espacio. Esto trae consigo una consecuencia interesante. La psicología es uno de los artefactos culturales para la construcción del yo – para construir imágenes de de quien soy, para entender quién es mi Psique. Como consecuencia de esto, nos proporciona pautas sobre cómo actuar para alcanzar nuestros fines sociales y personales. Debemos acordarnos de que la Ciencia Moral fue uno de los antecedentes disciplinarios de las ciencias sociales, así como de la Psicología. Vista desde esta perspectiva, la psicología no puede ocuparse solamente de lo que la Psique es, sino también de quién es. Quizás sea ésta una de las razones de la tensión y la dialéctica entre la psicología teórica y la aplicada. Pero esto también nos ayuda a explicar porqué “lo que es Psique” está relacionado con “quién Psique puede ser” en un contexto socio-histórico-cultural determinado. Es por ello que la psicología no puede olvidar que al final no es más que una serie de discursos acerca de Psique, incluyendo qué (y quién) es o puede ser ése ente natural imaginado y esquivo. TABLA 3 Parece que tras más de un siglo desde el comienzo de su historia como ciencia, la Psicología ha completado el círculo y vuelto a la posición en la que se ve a sí misma como una disciplina dual que se ocupa de la explicación y también de la fenomenología de la experiencia y la comprensión de categorías generales y de individuos. Tiene que ser una ciencia tanto nomotética como ideográfica. Pero el pasado nos ha dejado muchas herramientas de las que podemos aprovecharnos. En el momento actual creo que estamos en una posición que nos permite mezclar diferentes estrategias investigadoras en nuestro continuo intento de entender el significado de Psique. La tabla 3 nos muestra una propuesta de relación entre los diferentes niveles de descripción y explicación de fenómenos psicológicos, tomando en cuenta las aproximaciones emic y etic a lo que (y a quién) es Psique. Lo dicho hasta ahora muestra que Psique es tanto una causa como una consecuencia de lo que dice la Psicología. Ésta es una consecuencia de la inmanente reflexividad de todas las ciencias humanas, ya que la explicación de cualquier fenómeno humano necesariamente implica la intervención de algún tipo de agencia humana. Pero la psicología tiene una particularidad que hace que sus productos sean de interés a las demás ciencias. Todas las ciencias estudian fenómenos, pero la tarea del psicólogo es explicar cómo los seres humanos experimentan dichos fenómenos. Ambos aspectos están irremediablemente unidos, como deberían estarlo las metodologías y estrategias investigadoras. Hace ochenta años Vygotsky (1926) declaraba la necesidad de una psicología general que proporcionara categorías de mediación que facilitaran la transición entre las diversas subdisciplinas psicológicas y las ciencias adyacentes. Mi contribución, por esquemática y tosca que sea, ha pretendido seguir su llamada a una labor que sigo considerando importante. Mi humilde intento aquí ha sido el de intentar usar mis palabras para mediar entre las voces de multitud de colegas distinguidos, ante quienes me disculpo por haberles ventriloquizado, a menudo no otorgándoles el reconocimiento que debidamente merecen. Referencias Leahey, T.H. (1982). Historia de la Psichología. Madrid: Debate. Perinat, A. (1993). Comunicación animal, comunicación humana. Madrid: Siglo XXI. Prigogine, I. y Stengers, I. (2002). La Nueva Alianza. Madrid: Alianza Editorial. Riba, C. (1990). La comunicación animal. Un enfoque zoosemiótico. Barcelona: Anthropos. Rodríguez, C. y Moro, C. (1999). El mágico número tres. Barcelona: Paidós. Travieso, D. (2007). Functional systems of perception-action and re-mediation. van Geert, P. (2003).Dynamic System Approaches and Modeling of Developmental Proceses. In J. Valsiner & K. Connolly (eds). Handbook of Developmental Psychology. London: Sage. 640-672. von Bertalanffy, L. (1950). The theory of open systems in physics and biology. Science, 111, 23-29. Vygotsky, L.S. (1926/1991). El significado histórico de la crisis en psicología. Un estudio metodológico. En Sobranie sochinenii, vol 1 (pp. 291-483). Moscow: Pedagogika. Versión española L.S: Vygotski: Obras Escogidas (Vol 1), 257-413. Madrid: Aprendizaje-Visor. Imágen 1 Psique Psique era la hija de un rey desconocido. Su belleza era tan extraordinaria que los hombres le adoraban en vez de cortejarla. Afrodita, celosa de su belleza, envió a Eros con la orden de hacer que Psique se enamorara de un hombre indigno de tal honor, al tiempo que el oráculo sentenciaba que debía casarse con un monstruo horrible en lo alto de una montaña. Psique primero fue abandonada y luego arrastrada por el viento a un castillo. Pero Eros, en vez de obedecer a Afrodita, se enamoró de Psique, a la que visitaba cada noche sin dejar que ella le viese. Sin embargo, siguiendo los consejos celosos de sus hermanas, Psique consiguió descubrir quién era su amante. Eros entonces le abandonó y cuando Afrodita descubrió su amor, Psique hubo de sufrir la ira de Afrodita, que le maltrató de muchas maneras. Sin embargo, tras muchas aventuras, los amantes volvieron a unirse. Psique se reconcilió con Afrodita y fue hecha inmortal. Imágen 2 CICLO DE REACCIONES CIRCULARES TIEMPO (co-construcción del futuro) ENTORNO ESTRUCTURAS ECOLÓGICO-SOCIALES (Posibilidades para las acción del organismo) (Affordances para el organismo) (Efectividades para afectar al organismo) Sólo se pueden dar los acoples permitidos por las estructuras funcionales actuales Acoples dinámicos estructurales ESTRUCTURAS ORGÁNICAS (Efectividades de acción) (Posibilidades para la acción sobre el entorno) TIEMPO (lo que el pasado deja en el presente) Los acoples actuales transforman estructuras funcionales previas Imágen 3 ENTORNO ECOLÓGICO Ámbito físico. Entidades descriptibles Materia y energía Objetos Grupo Sociedad Cultura Artefactos EVOLUCIÓN DE LAS FORMAS DE CONSCIENCIA Movimientos Signos Imagenes Signos Signos Qualia Semiosis Reconocimiento Identidad actuación simbólica & actividad Escenarios Mundo Individuales simbólico Communication Intencional Situaciones congenéricas Actuación Objetos Acción Cualidades Conducta Movimiento EVOLUTION DE LA ACCIÓN Estímulos físicos Símbolos Persona ESTRUCTURAS FUNCIONALES. PROCESOS PSICOLÓGICOS CADENAS DE OPERACIONES RECURSIVAS DE CRECIENTE TAMAÑO EVOLUCIÓN DE LAS ESTRUCTURAS MORFOLÓGICAS BIOLÓGICAS Las estructuras se vuelven más complejas. Aparecen nuevos componentes. Flecha del tiempo. Evolución filogenética y ontogenética ( sin recapitulación) Discursos crean imágenes del mundo, uno mismo y dirigiendo la acción ÁMBITO FENOMÉNICO. UMWELT PERCIBIDO TABLA 1. MOVIMIENTO, EXPLICACIÓN Y EVOLUCIÓN DE FUNCIONES (I) ENTIDADES Materia desordenada Objetos Seres vivos MOVIMIE DESCRIPCIÓN NTO O CAMBIO Externo El cambio y el movimiento resultan de la explicación de fuerzas externas ExternoDinámicas internas para mantener Interno: el equilibrio dinámico. Sistema abierto. Separación inclusiva. InternoDinámicas internas capaces de externo producir efectos sobre el entorno para mantener el equilibrio interno. Animales Primitivos Acción orientada Animales sociales superiores Acción Conducta orientada a fines. Un cambio en las dinámicas internas o externas del sistema organismoentorno produce movimientos del organismo sobre una parte del entorno para mantener el equilibrio. Movimientos expresan estados internos. Movimientos exploratorios en el entorno. Cambios externos pueden actuar como signos de la posibilidad de cambios internos. Distinción entre medios y fines (se puede cambiar un movimiento para llevar a cabo una función diferente). EXPLICAC FUNCIONALIDA IÓN D FUNCIONES ENTIDADES A INTERCAMBIAR Lineal (mecánica). Fuerzas Sistema dinámico Fuerzas, fuerzas dinámicas. Sistema dinámico Funcional. Homeostasis. Irritabilidad Fuerzas, fuerzas dinámicas. FuncionalDiscriminación de Teleonómica necesidades y estímulos. Acercamientoalejamiento. Orientación Motivación Sensación Estímulos de objetos u otros animales Teleonómica Interpretación de la -Teleológica. experiencia. Protosemiótica (contingente, símbolos no convencionalizados) Aprendizaje Grupos e Percepción Individuos IntencionalidadDeseo Emoción. Comunicación. Resolución de problemas. Conciencia fenomenológica. Estructura jerárquica en los grupos TABLA 2. MOVIMIENTO, EXPLICACIÓN Y EVOLUCIÓN DE FUNCIONES (II) 18 TIPO DE ENTIDAD MOVIMIENT ES Individuos humanos Grupos O Actuación Acciones moldeadas por convencionaliza convenciones socioda culturales. Acciones que llevan a cabo tareas sociales. Practicas Sociales Interacción Competición/ de grupos colaboración. metagrupale s Agente Racional DESCRIPCIÓN Actividad Formas de actuar colectivas y convencionalizadas para el mantenimiento de la estabilidad del grupo Conflictos entre convenciones y desarrollo de nuevos convencionalizaciones EXPLICACIÓN FUNCIONALIDAD FUNCIONES ALTERIDAD ES TeleonómicaTeleológica. Comprensión de situaciones. Guiones previos listos para la acción. Capacidad de representar situaciones con ausencia de objetos. FuncionalTeleonómica. Coordinación de actuaciones, acciones, conductas y movimientos. TeleonómicaTeleológica. Negociación de Discursos sociales. Otros grupos conflictos y cooperación Sistemas simbólicos cada vez más descontextualizados Metareglas y racionalidades. Historia Resolución de Creatividad El otro problemas. racional. generalizado Creación de criterios de Discursos teóricos y verdad. metateóricos. Actúa cuando las normas Teleológica están en conflicto o no hay normas válidas para resolver problemas. Lenguage El grupo Pensamiento lógico. Intersubjetividad y subjetividad Autoconciencia Planificación Voluntad Memoria y atención Persona Artefactos Individuos Símbolos culturales Normas y reglas Prácticas sociales 19 TABLA 3 ACERCAMIENTO TEÓRICO-METODOLÓGICO PLANO FORMAL (descripciónexplicación) FUNCIONES ESTRUCTURAS MUNDANAS Flecha Arrowdeofevolución time of evolution temporal Acercamiento Etic Acercamiento Emic Física Intercambios dinámicos de energía Energía Biológica Irritabilidad Estructuras energéticas Estímulos Teoría de la acción Orientación, actuación Morfología de los objetos Signos-cualidades Un mundo de cualidades Semiótica Aprender Entender Semiosis Objetos como ejemplares de una clase Objetos independientes Situaciones Social Coordinación de interacciones. Distinción de grupos intraespecíficos Estructura social en el grupo Grupos Identidad Situaciones sociales Cultural-Histórica Acumulación y transmission de conocimiento Artefactos & símbolos Estructuras semióticas formales Discursos Visión simbólica del mundo Sistemas culturales de sentido Cada nivel subsume al anterior, de manera que cada plano formal de descripción-explicación tiene que construir sobre el anterior. La psicología humana es imposible sin la ayuda de las Ciencias Naturales y Sociales, y las Humanidades. 20