Lenguaje Las diferencias entre lenguaje, lengua y habla son muy importantes a la hora de adentrarnos en el estudio del lenguaje y de la lingüística. Vamos a intentar dar unas definiciones básicas que nos permitan discernir unos conceptos de otros. Podemos entender el lenguaje como la capacidad de poder establecer comunicación mediante signos, ya sean orales o escritos. De esta manera, el lenguaje presenta muchísimas manifestaciones distintas en las diversas comunidades que existen en nuestro planeta. Estas manifestaciones son lo que conocemos por lenguas o idiomas, como el español, el inglés, el francés o el alemán. No sería correcto hablar, por tanto, de “lenguaje español” o de “lenguaje francés”. Es importante saber emplear los términos con la precisión que merecen. Por otro lado, la lengua es, como hemos dicho, un sistema de signos que los hablantes aprenden y retienen en su memoria. Es un código, un código que conoce cada hablante, y que utiliza cada vez que lo necesita (que suele ser muy a menudo). Este código es muy importante para el normal desarrollo de la comunicación entre las personas, pues el hecho de que todos los hablantes de una lengua lo conozcan es lo que hace que se puedan comunicar entre sí. Y, entonces ¿qué es el habla? Es la plasmación de lo anterior, la recreación de ese modelo que conoce toda la comunidad lingüística. Es un acto singular, por el cual una persona, de forma individual y voluntaria, cifra un mensaje concreto, eligiendo para ello el código, los signos y las reglas que necesita. Dicho de otra manera, es el acto por el cual el hablante, ya sea a través de la fonación (emisión de sonidos) o de la escritura, utiliza la lengua para establecer un acto de comunicación. Entre la lengua y el habla se establece una especie de estrato intermedio que los lingüistas entienden como norma. La norma es lo que nos impide emplear algunas formas lingüísticas que, ateniéndonos a la lógica de la lengua, podrían ser correctas. Ocurre cuando un niño dice andé, en lugar de anduve, de la misma manera que diría jugué, miré o canté. Este tipo de normas tiene origen histórico y, así consideradas, no constituyen ninguna irregularidad. La norma impone desvíos en determinados aspectos de la lengua que todos aceptamos, pero el hablante no tiene por qué conocerlos en un principio y por eso es tan común que, entre los que están aprendiendo, surjan este tipo de errores. Aparato fonador Vista del interior de la laringe y de las cuerdas vocales. El término aparato fonador humano es el nombre que designa a los diferentes órganos que intervienen en la articulación del lenguaje en el ser humano: la laringe, la cavidad bucal, los labios, la lengua, el paladar, la mandíbula y la cavidad nasofaríngea.1 Lo componen tres grupos de órganos diferenciados: órganos de respiración (cavidades infraglóticas: pulmones, bronquios y tráquea); órganos de fonación (cavidades glóticas: laringe, cuerdas vocales y resonadores -nasal, bucal y faríngeo); órganos de articulación (cavidades supraglóticas: paladar, lengua, dientes, labios y glotis). Además, el correcto funcionamiento del aparato fonador lo controla el sistema nervioso central. Más allá de la mera fonología, está el significante. Específicamente, se sabe que el control del habla se realiza en el área de Broca, situada en el hemisferio izquierdo de la corteza cerebral. Para convertirse en sonido, el aire procedente de los pulmones debe provocar una vibración, y la laringe es el primer lugar en que se produce. La laringe está formada por un conjunto de cartílagos y una serie de ligamentos y membranas que sostienen unas bandas de tejido muscular llamadas cuerdas vocales. La tensión, elasticidad, altura, anchura, longitud y grosor de las cuerdas vocales pueden variar, lo que da lugar a diferentes efectos sonoros. El efecto más importante de las cuerdas vocales es la producción de una vibración audible en los llamados sonidos sonoros, en contraste con los sonidos sordos, en cuya producción no vibran las cuerdas vocales. En español, todas las vocales y muchas consonantes (m, b, d,...) son sonoras. Paralenguaje Saltar a: navegación, búsqueda El paralenguaje es donde se hace énfasis al componente vocal de un discurso, una vez que le hemos eliminado su contenido. No es importante el qué se dice, sino el cómo se dice. Dentro del paralenguaje se encuentra el volumen de la voz, la entonación, el ritmo, las pausas. El paralenguaje también es utilizado en la expresión escrita para que sea entendible el texto. En otras palabras, es un tipo de comunicación no verbal que ayuda a la comunicación verbal. También el Para lenguaje es no semántico Este tipo de lenguaje no es visual sino que se expresa a través de los distintos tipos de sonido y entonaciones que emitimos con nuestra voz y que modalizan lo que decimos aportando una expresibilidad significativa especifica Ejemplo: el modo y tono de voz de una madre cuando le habla a su hijo recién nacido. No solo sus palabras expresan cariño y ternura, sino también la entonación con que las dice acompañan y completan su manifestación de afecto. las señales vocales no verbales del para lenguaje se clasifican en: calidad de voz: control, ritmo, articulación, resonancia nn Comprensión auditiva La comprensión auditiva es una de las destrezas lingüísticas, la que se refiere a la interpretación del discurso oral. En ella intervienen, además del componente estrictamente lingüístico, factores cognitivos, perceptivos, de actitud y sociológicos. Es una capacidad comunicativa que abarca el proceso completo de interpretación del discurso, desde la mera descodificación y comprensión lingüística de la cadena fónica (fonemas, sílabas, palabras, etc.) hasta la interpretación y la valoración personal; de modo que, a pesar de su carácter receptivo, requiere una participación activa del oyente. La imagen mental que tiene el hablante en el momento de transmitir una determinada información y la que se va formando el oyente, a medida que va procesando el mensaje pueden parecerse bastante, pero difícilmente llegan a coincidir plenamente. La comprensión auditiva está correlacionada con la comprensión lectora; sin embargo, se trata de dos destrezas tan distintas como distintas son la lengua oral y la lengua escrita. Entender Comprender, tener idea clara de las cosas. Conocer. Discurrir, deducir. Conocer el ánimo o la intención . Creer, pensar, juzgar. Tener una razón oculta para obrar de cierta manera. Estar dos o más personas conformes en la realización de una cosa. Tener una relación amorosa sin querer que aparezca en público Turnos para hablar. Unidad básica de la conversación, turno alternadamente forzada a interrupción.