Robos y vandalismo - David Tremain © Canadian Conservation Institute (2009) Canada (English and French editions) (ediciónes en inglés y francés) © ICCROM (2009) (edición en español) Introducción Estrategias de control: Proteger, Detectar, Responder y Recuperar Políticas de seguridad Control de claves y llaves Viñetas Viñeta 1. Robos desde una vitrina Viñeta 2. Vandalismo en obras de arte Referencias (* Lecturas recomendadas) Introducción La seguridad es un factor importante y necesario de considerar en cualquier programa de manejo de riesgos en una institución cultural que busque proteger sus bienes de forma correcta. Año tras año se pierden millones de dólares a consecuencia del robo de objetos desde museos, galerías de arte, bibliotecas, archivos y lugares de culto. Parte de dichos incidentes son premeditados; otros simplemente son “delitos por oportunidad”. La mayoría podrían haberse evitado si la institución hubiese contado con un programa de seguridad efectivo y con un buen nivel de control. Además existe un constante problema que consiste en el daño causado por actos de vandalismo y el graffiti en obras de arte, sitios históricos y construcciones. Este capítulo introducirá en el manejo de riesgos en seguridad basado principalmente en los conceptos desarrollados por la Policía Real Montada de Canadá (Royal Canadian Mounted Police, en adelante RCMP) y por la Política de Seguridad del Gobierno de Canadá (Government of Canada Security Police, en adelante GSP). Aunque dichos conceptos pueden variar de aquellos utilizados en conservación, están correctamente establecidos en el campo de la seguridad y serán reconocidos por cualquier guardia de seguridad que trabaje en un museo. El primer concepto consiste en la Evaluación de Amenazas y Riesgos (Threat and Risk Assesment, en adelante TRA) que ayudará a determinar las nuevas medidas de seguridad requeridas (RCMP, 2000). En la evaluación de riesgos también debe considerarse la aplicación de medidas de seguridad. Dichas medidas se organizan generalmente alrededor de los conceptos Proteger, Detectar y Responder (RCMP, 2004). El concepto Proteger incluye el de Evitar (Impedir) y Bloquear, los que son utilizados en varios capítulos de los Agentes de Deterioro. Adicionalmente, se ha agregado una sección sobre Recuperar, aunque dicho concepto generalmente no se incluye dentro del enfoque estándar de seguridad. La zonificación es un término frecuentemente utilizado en seguridad y se refiere a un edificio que es organizado en diferentes espacios defendibles: desde una Zona Pública a una Zona de Alta Seguridad (RCMP, 2005). Cada zona tendrá diferentes niveles de Proteger, Detectar y Responder, según la vulnerabilidad de los bienes y el acceso requerido. Por razones prácticas, el concepto de Zona de Seguridad está incorporado en la sección Proteger. Evaluación de Amenazas y Riesgos (TRA) Esta evaluación, conocida también como Evaluación de Riesgos, se compone de cuatro etapas: identificación de los bienes, identificación de las amenazas, identificación de los riesgos y recomendación de medidas de seguridad. Este enfoque es similar a cualquier otro de evaluación de riesgos genéricos. 1. Identificación de los bienes: la colección Idealmente, todos los objetos que forman parte de una colección debiesen tener el mejor nivel de protección, pero esto no ocurre en la realidad. Los objetos más importantes o valiosos de la colección debiesen recibir la mayor atención. Aunque es posible evaluar la vulnerabilidad de toda la colección, para un óptimo desempeño es preferible identificar qué objetos o partes de la colección son más vulnerables a sufrir actos de robo y vandalismo. Algunos de estos objetos también pueden ser pequeños y por lo tanto, fáciles de transportar; si éstos no son protegidos de manera adecuada, serán atractivos para los ladrones debido a su elevado valor de reventa, a su facilidad de comercializar en el mercado ilegal o a que se trata del objeto faltante para completar un juego o colección. Otros objetos pueden ser controversiales, como por ejemplo, un ícono religioso o cualquier pieza que tenga alguna otra significación, y por último, el robo puede ser atractivo sólo para demostrar que puede ejecutarse. 2. Identificación de las amenazas Una vez que se conoce lo que se quiere proteger, será necesario determinar de qué amenaza se quiere proteger a dichos bienes. Asimismo se debe identificar el grado de exposición de dicho objeto u objetos a cada amenaza reconocida. Amenazas que afectan la seguridad de una institución Existen dos principales amenazas que pueden afectar la seguridad de una institución: el robo y el vandalismo. Robo El robo consiste en la extracción oportunista, intencionada o premeditadamente ilegal de un bien. La mayoría de los robos en museos tienden a ser sucesos aislados y no ejecutados por profesionales, en donde espontáneamente el ladrón, ya sea un visitante, un miembro de una delegación escolar, una persona mentalmente inestable, o alguien que siente aversión contra la institución, aprovecha la oportunidad de robar algo que está fácilmente accesible o sin una debida protección. La pérdida de muchos de estos objetos, en particular de aquellos de menor importancia, tiende a no ser bien divulgada. Sin embargo, los medios han popularizado los casos internacionales más asombrosos, como por ejemplo el robo de la obras de Ernst Munch, “El Grito” y “La Madonna” ocurrido en la ciudad de Oslo, Noruega, en el año 2004. En Canadá, los primeros días de septiembre de 1972, el Montreal Museum of Fine Art (Museo de Bellas Artes de Montreal) desconectó su sistema de alarmas para realizar reparaciones en el techo del recinto. En la conmemoración del Día del Trabajo, ladrones armados aprovecharon este lapso en la seguridad e ingresaron al museo a través de un tragaluz, procediendo a atar a los guardias de seguridad para luego sustraer 17 pinturas de la colección europea del museo. Una de las obras robadas fue un Rembrandt, titulado “Paisaje con cabañas”. Hasta hoy, este robo aún se considera como el delito de arte más importante en Canadá y el segundo más valioso de Norteamérica. Desafortunadamente, existe muy poca información públicamente disponible en Canadá que indique cuán generalizado está realmente el problema de los robos en los museos. Durante los últimos años, en la mayoría de estos delitos en museos y galerías de Canadá no se ha tratado de objetos muy costosos, sino más bien de piezas pequeñas y fácilmente transportables, como por ejemplo las miniaturas de marfil pertenecientes al coleccionista de arte Ken Thomson, que fueron robadas de la Art Gallery de Ontario en el año 2004 (ver Viñeta 1); una pistola robada antes de la apertura oficial del nuevo Canadian War Museum (Museo de la Guerra de Canadá) en el año 2005 (objeto que regresó a la colección uno o dos días después); dos chaquetas pertenecientes a los pueblos originarios y que fueron extraídas desde el Perth Museum en julio del año 2005; otros objetos como colchas antiguas, medallas y un reloj de plata robados desde el North Lanark Regional Museum (Museo Regional del Norte de Lanark) en diciembre del año 2005, algunos de los cuales han sido devueltos, y un par de zapatillas enjoyadas y otras alhajas que fueron robadas del Bata Shoe Museum (Museo del Zapato Bata) en Toronto, en enero del 2006. La excepción a la norma consistió en el robo de dos cañones desde el Fuerte Beauséjour, en Nuevo Brunswick, una noche de junio de 2005, ya que no se trataba de objetos pequeños ni tampoco fácilmente transportables. La mayoría de los incidentes reportados sobre robos internos en museos y bibliotecas en los últimos años no han sucedido en instituciones canadienses; sin embargo, esto no significa que los robos internos no sean un problema en Canadá. Puede ser que las instituciones culturales canadienses no quieran atraer publicidad negativa o primas de seguro más elevadas, o que estas historias no tengan interés periodístico. Tanto el personal del museo como los investigadores tienen fácil acceso a las colecciones y, aunque en un principio, dichos robos pueden pasar desapercibidos y corresponder a hechos aislados y ocasionales, con el tiempo y en la medida en que estas pérdidas se acumulan y se vuelven evidentes, aparece un patrón que señala que la amenaza debe haber estado presente al interior de la institución y de que estos robos fueron sistemáticos y por lo tanto premeditados. Gran parte de dichos objetos pueden terminar en colecciones privadas o colocados a la venta en Internet. El robo de 221 íconos religiosos, joyas y otros objetos valiosos desde el Museo del Hermitage de San Petersburgo, Rusia, en julio de 2006, involucró la acción de empleados a lo largo de varios años. En el 2005, la Biblioteca Británica reportó la pérdida de 8.000 libros desde su cambio a las nuevas instalaciones en 1998; sin embargo, el personal alegó que los textos podrían haber sido erróneamente almacenados o incorrectamente catalogados, lo que pone énfasis en la necesidad de una buena catalogación y auditoría de las colecciones (ver capítulo sobre “Disociación”). Basta decir que tras cada robo que se conoce públicamente, probablemente existen muchos más que no se reportan. Vandalismo Consiste en infligir daño de forma intencional o premeditada a un bien, que puede provocar su destrucción o desfiguración. Muy pocos actos de vandalismo resultan ser premeditados; en su mayoría son ocasionales, realizados también por los visitantes, por personas mentalmente inestables, o por visitantes que se encuentran bajo la influencia del alcohol o las drogas. En Estados Unidos, en el año 1997, alrededor del 40% de los arrestos por vandalismo se hicieron a varones menores de 18 años. La Oficina Federal de Investigación de Estados Unidos (FBI) reporta que la tasa de arresto juvenil alcanza su nivel máximo a los 16 años. Dentro del ámbito del patrimonio, históricamente han habido casos donde pinturas o estatuas han sido el blanco de daño deliberado, como el que cometen activistas y manifestantes durante una manifestación política, como fue el ataque con un hacha a la pintura de Velásquez “La Toilette de Venus”, conocida también como “La Venus del Espejo”, en la National Gallery (Galería Nacional) de Londres en el año 1914 y que fue realizado por una militante sufragista para llamar la atención sobre la prohibición del voto femenino. Otros actos son cometidos por personas mentalmente inestables, como cuando la pintura de Rembrandt “La Ronda Nocturna” fue atacada con un cuchillo en el año 1975. Grandes trozos del lienzo cayeron al piso luego de que un paciente mentalmente desequilibrado cortara la pintura. En el año 1990, un hombre atacó la misma obra con un spray ácido. El ácido sólo penetró la capa de barniz. Desafortunadamente aún existe una evidencia visible del daño previo de 1975. La Viñeta 2 describe otros ejemplos de vandalismo. El vandalismo en espacios exteriores también es un grave problema. Dentro del cementerio Notre-Dame-des-Neiges (Nuestra Señora de las Nieves) de Montreal, el tercero más grande de Norteamérica, cientos de esculturas fueron robadas y mutiladas en el verano de 2002 (Gravenor, 2002). Algunos ejemplos de vandalismo en lugares de culto y cementerios, así como incendios premeditados en iglesias y sinagogas, han sido el resultado de crímenes motivados por el odio contra comunidades étnicas y/o religiosas. 3. Evaluación de los riesgos Es necesario evaluar las medidas de seguridad aplicadas para prevenir las amenazas por medio de la evaluación de los riesgos. Dicha evaluación se tratará en mayor detalle en la Sección VI de este texto. 4. Medidas de seguridad recomendadas Si luego de hacer una evaluación de los riesgos se considera que las medidas que se han aplicado son inadecuadas, se requerirá la implementación de medidas nuevas o diferentes para garantizar una seguridad efectiva. Los objetos altamente valiosos y de gran notoriedad requerirán un mayor nivel de protección debido a su carácter, sin embargo, aquellos más manipulables pueden tener mayor riesgo, ya que pueden ser blanco de acciones oportunistas más que premeditadas. Cuando un museo monta una exhibición con objetos controversiales o de ciertos países, o bien celebra un banquete de honor u otro evento para dignatarios visitantes, o está cerca de otros edificios que pueden ser blancos de ataques, dicha institución deberá aplicar medidas más rigurosas para mejorar su seguridad en especial bajo aquellas circunstancias. Algunos íconos mundiales, tanto culturales como históricos, pueden también considerarse como blanco de terroristas. Estrategias de Control: Responder y Recuperar Proteger, Detectar, El objetivo principal de la estrategia de control es impedir o bloquear potenciales robos o actos vandálicos. La mayoría de estos actos serán evitados si el edificio se encuentra protegido correctamente por medio de buenas barreras físicas y sicológicas (bloqueo), si cuenta con buenos monitores de detección y una rápida respuesta. Dichas barreras debieran crear también un medio para evitar el escape del ladrón con el objeto. Si las estrategias de Detectar y Responder fallan, el último objetivo es Recuperar los objetos perdidos (ver más adelante). Es importante que el concepto general de Proteger, Detectar y Responder sea respaldado por una política de seguridad. La Viñeta 3 entrega una breve introducción de los elementos claves que debiesen formar parte de una política de seguridad. Proteger Zonificación Un enfoque integrado común para minimizar el riesgo de amenazas en los museos y en cualquier otra institución cultural consiste en diseñar el sitio, el edificio y sus recintos como una serie de espacios defendibles llamados zonas. Se aumenta la protección desde afuera hacia adentro generalmente restringiendo el acceso a los visitantes y al personal. La Figura 1 consiste en un ejemplo de zonificación en un museo. Dichas zonas son diseñadas utilizando las estrategias de Proteger, Detectar y Responder según la función de la zona, el nivel de seguridad requerido y los recursos disponibles. El acceso limitado del personal a ciertas áreas reducirá el riesgo de amenaza por oportunidad. La Tabla 1 describe las cinco zonas típicas en un museo y asimismo se propondrán algunas medidas de control (Proteger y Detectar) bajo cada una de las zonas. Una mayor información sobre las medidas de control para las diferentes zonas puede obtenerse a partir de los informes de la RCMP (2000 y 2007). Figura 1. Zonas de seguridad Es importante notar que aunque la RCMP y el presente capítulo sigan la Política de Seguridad de Gobierno de Canadá (GSP) para determinar lo que debiese ser cubierto bajo cada zona, las disposiciones para un museo o galería de arte tienden a ser de alguna manera diferentes. El espacio de exhibición generalmente se considera como una zona operacional ya que su acceso es controlado. Tabla 1. Zonificación de seguridad Zona Pública Explanada exterior Estacionamiento público Recibidor, vestíbulo Zona de Recepció n Entrada de visitantes, del personal y de vehículos Zona de Operaciones Áreas de exhibición, salas de estudio Sala de reuniones, administración, áreas de oficinas generales Áreas de embalaje y desembalaje de colecciones Zona de Seguridad Laboratorios de conservación Bóveda permanente o temporal Oficinas de la administración que exhiben objetos Sala de control de operaciones de seguridad Estudio fotográfico Sala de servidores Zona de carga y descarga Almacenamiento de la colección durante la noche Tiendas Salas de correo Almacenamiento de dinero, registros o cualquier objeto atractivo Auditorio /Salas de conferencias Áreas de talleres Cafetería Zona de Alta Seguridad Sala de circuitos de telefonía y de sistemas húmedos Salas de mantenimiento, caldera/ Sala de control ambiental Zona Pública Es aquella área que rodea o forma parte de la instalación a la cual el público tiene acceso, por ejemplo la cafetería y las tiendas son generalmente consideradas dentro de esta zona, incluso si los visitantes deben pasar por una Zona de Recepción para acceder a ellas. En esta zona también se incluirán las características de seguridad relacionadas con el perímetro del edificio. Exterior La elección del sitio sobre el cual edificar nuevas construcciones debiese ser cuidadosamente evaluada. Los edificios ubicados en un área aislada o en una zona con alta tasa de delitos tienden a presentar un riesgo mayor. Gran parte de los riesgos para comenzando con el paisaje que para intrusos, sino más bien problemática, ya sea permitiendo un edificio ya construido pueden evitarse o mitigarse lo rodea, el que no debiese proporcionar una guarida entregar una visión despejada ante cualquier área la vigilancia por medio de personal de seguridad o de cámaras. La propiedad institucional debiese estar delimitada con señalización, un diseño paisajístico o un cerco. Para asegurar que la línea de visión esté totalmente despejada durante todo el año, las ramas de los árboles debiesen podarse a 1,5 metros del suelo y los setos no deben tener más de medio metro de altura. Asimismo, los árboles debiesen estar por lo menos a 6 metros de distancia del edificio, de lo contrario debiera monitorearse el posible acceso de intrusos a través del techo. Esta medida también evita la entrada de roedores y otras plagas (ver capítulo sobre “Plagas”). Los estacionamientos de vehículos debiesen estar bien iluminados. Se debe fomentar, tanto en el personal como en los visitantes, la precaución de cerrar correctamente sus vehículos y guardar en el maletero los objetos valiosos para impedir la acción de ladrones. Además, estos últimos pueden trepar sobre los vehículos para entrar al edificio; por lo tanto, se debiesen estacionar lejos de éste. Esta medida puede también ayudar a mitigar los efectos de autos bomba y evitar que los mismos ladrones se oculten dentro de los autos. Ningún vehículo estacionado puede bloquear una salida de emergencia. Idealmente debiese existir iluminación de seguridad exterior sobre todas las entradas y salidas, y proteger las luminarias con cubiertas especiales ante actos vandálicos. Asimismo la iluminación debe tener la intensidad suficiente como para alumbrar las áreas y entradas circundantes, incluyendo las salidas de emergencia y las áreas de carga y descarga. Para una mejor descripción de las medidas de seguridad para objetos exhibidos al exterior del edificio, se recomienda consultar el capítulo sobre “Objetos en los Exteriores”. Perímetro del edificio El perímetro del edificio generalmente consiste en el primer espacio defendible para el museo y al cual sólo se puede acceder a través de la Zona de Recepción. De ser posible, tanto la estructura del edificio como las puertas externas, ventanas y los ductos del sistema de calefacción, ventilación y aire acondicionado (HVAC) deben ser reforzados, utilizando equipos comerciales de alta resistencia y disponiendo de un sistema de detección adecuado. La Figura 2 resume la protección para un museo pequeño. Figura 2. Ejemplo de seguridad para un museo pequeño Los materiales utilizados en la construcción de un edificio también jugarán un rol importante sobre su resistencia ante un eventual ingreso. Una sólida estructura de ladrillos o de concreto será más segura que una de madera. Es recomendable asegurar que el edificio se encuentre siempre en buen estado de mantenimiento. Los puntos de acceso, como puertas y ventanas ubicadas en espacios poco visibles, y que permanecen abiertas o son fáciles de romper o remover, pueden ser lugares muy atractivos para los criminales; por lo tanto, todas las puertas y ventanas deben cerrarse y ser aseguradas con llave al final del día. Mayores detalles sobre el equipamiento de puertas pueden encontrarse en el texto de Kelly (1998). Las ventanas de más de 3 metros de altura requieren refuerzos como barras, vidrios de seguridad o películas de seguridad como un refuerzo adicional contra el ingreso indebido. Si estas ventanas pueden abrirse se deben instalar cerraduras, contactos magnéticos y detectores de quiebre de vidrios. La sala de máquinas de la azotea, los tragaluces y respiraderos de ventilación deben ser seguros y contar con alarmas contra intrusos. Las escaleras portátiles y las ramas colgantes de árboles adyacentes que pueden facilitar el acceso, deben ser removidas. Los ductos y respiraderos del sistema de calefacción, ventilación y aire acondicionado 2 (HVAC) que excedan los 930 cm en un área transversal (a menos que la dimensión más pequeña no sea de más de 150 mm), debiesen tener pantallas de seguridad, en especial si se ubican a menos de 3 metros sobre el nivel del suelo o en el techo. Durante la construcción o renovación, un edificio está más vulnerable a sufrir algún ingreso indebido. Los andamios montados alrededor de una construcción entregan un fácil punto de acceso para el aspirante a ladrón. El museo debe contar con una seguridad perimetral adicional (guardias de seguridad) y no permitir el acceso en áreas de seguridad a contratistas sin supervisión. Zona de Recepción Es un área donde se entrega y recibe información y donde se puede controlar el acceso del personal, visitantes, contratistas, etc. hacia una zona operacional o de seguridad. El acceso puede limitarse a horarios específicos durante el día o según propósitos específicos. Esta zona se establece como base a partir de la cual se desarrollan las zonas de seguridad. El personal de este punto de control es normalmente el responsable de controlar el acceso a la Zona de Operaciones y a otras Zonas de Seguridad a través de la emisión de pases y llaves, entregando información general, respondiendo a solicitudes telefónicas, monitoreando el panel de alarma contra incendios, monitoreando el sistema de vigilancia con cámaras de circuito cerrado de televisión (CCTV), monitoreando el flujo de personas dentro de la Zona Pública y monitoreando la red de seguridad por radio. También es de gran utilidad disponer de un botón de pánico oculto tras el mostrador. Entrada de visitantes Seguridad mínima: habrá una persona designada para supervisar la circulación (recepcionista, guía intérprete, voluntario o docente) la cual se encuentra entrenada para seguir los procedimientos de control establecidos para los accesos y que posee información de contacto ante emergencias. Seguridad óptima: habrá a lo menos un guardia de seguridad para realizar las labores anteriormente descritas. Además, se requerirá el uso de barreras, torniquetes o puertas giratorias para controlar el flujo de personas. Cada vez más, tanto en Europa como en Estados Unidos, los lugares públicos como museos y bibliotecas han comenzado a utilizar detectores de metales para revisar a los visitantes. Entrada del personal Habrá una persona que mantendrá un registro del acceso del personal durante y después del horario de funcionamiento, por medio de una lista de registro o un sistema de rastreo electrónico para el acceso del personal, como por ejemplo tarjetas con lectores magnéticos de contacto o sin contacto (de proximidad). En museos pequeños y casas históricas, este sistema puede estar en el mesón de recepción, mientras que en lugares más grandes, como museos nacionales, generalmente existirá una entrada independiente para el personal. Zona de carga y descarga Esta zona es considerada como Zona de Operaciones debido a las actividades que deben ser supervisadas. Puede tener su propio mesón de recepción; de lo contrario, un mesón centralizado puede controlar y monitorear el acceso a distancia. Zona de Operaciones El acceso a esta zona está adecuadamente controlado, ya sea por la Zona de Recepción o por medidas específicas, tales como guardias, monitores o llaves de acceso. Las áreas de exhibición corresponden a zonas de operaciones accesibles al público durante el horario de funcionamiento que disponen de medidas de seguridad adicionales, como mayor cantidad de guardias en sus puestos de servicio. De esta forma, las áreas de exhibición se vuelven temporalmente zonas públicas bien protegidas. El resto del tiempo, éstas permanecen cerradas y todos los visitantes o contratistas son escoltados por un personal de seguridad. La sala de consulta también se considera parte de la Zona de Operaciones donde los visitantes son monitoreados de cerca. Las otras zonas de Operaciones son generalmente zonas a las que el público no tiene acceso. Algunas de estas áreas pueden tener objetos para propósitos de corto plazo, como por ejemplo un estudio fotográfico, un taller o áreas de embalaje y desembalaje. Las áreas como oficinas, sala de reuniones y salas de mantenimiento son Zonas de Operaciones y pueden ser accesibles para la mayoría del personal. Los contratistas y visitantes generalmente son escoltados hasta dichas locaciones. Áreas de Exhibición Estas áreas son particularmente vulnerables cuando ningún guardia de seguridad o miembro del personal está presente, por ejemplo en algunos museos pequeños comunitarios, en lugares donde los sistemas de barreras y vigilancia son insuficientes o inexistentes, o cuando los objetos pequeños y/o sin seguridad son exhibidos cerca de áreas de salida o de ventanas. Tanto las exhibiciones abiertas donde los objetos están ubicados en pedestales, en libreros (por ejemplo en una casa histórica), colgadas en los muros (como las pinturas), o en exhibiciones al aire libre (ya sea en un campus o en los jardines de un museo o galería de arte) presentan graves problemas si es que no son adecuadamente resguardadas, no están conectadas a un sistema de alarmas, o si no se instalan barreras o alarmas de proximidad para prevenir que los visitantes se acerquen demasiado. Existe una gran cantidad de formas para proteger los objetos en exhibición. La forma más fácil y más económica consiste en: Seguridad mínima: colocar guardias o voluntarios por todo el edificio, especialmente en lugares donde se ubican los objetos más vulnerables; instalar barreras sicológicas como cuerdas, señalización, plataformas elevadas, etc. para así evitar que las personas se acerquen demasiado a las exhibiciones. Seguridad óptima: instalar sensores de movimiento de infrarrojos pasivos (PIR), alarmas de proximidad y otros sistemas de vigilancia en áreas de exhibición durante la noche (sistemas que pueden ser combinados con barreras); y adjuntar equipos de seguridad a los marcos que cuelgan de las paredes y a las exhibiciones ubicadas sobre pedestales o en vitrinas. Es recomendable establecer un sistema de seguridad adicional para las exhibiciones en préstamo, para objetos de particular valor o para exhibiciones que son consideradas controversiales. Así también, el personal de seguridad debería advertir de manera educada a los visitantes para que no se acerquen demasiado a la exhibición. Esta medida reforzará aún más la seguridad. Al montar una nueva exhibición se debe asegurar que si la configuración de los muros divisorios temporales cambia con cada exhibición, el espacio de exhibición debe estar totalmente protegido por medio del cambio de los aparatos de seguridad, como los detectores de movimiento o las cámaras de circuito cerrado de TV, asegurando así que su campo de visión no se obstruya o que no exista algún “punto ciego”. Este trabajo sólo debiese ser realizado por una empresa profesional de seguridad. Asimismo la exhibición debe disponerse de modo que no existan áreas en donde las personas puedan ocultarse. Vitrinas Constituyen otro nivel de espacio defendible en la Zona de Operaciones. Éstas requieren protección por medio de tornillos de seguridad, cerraduras y en ocasiones especiales, alarmas. Si las vitrinas no están construidas de forma adecuada o las obras de arte son enmarcadas sin vidrio, se constituyen comúnmente como las partes más vulnerables para la seguridad de un museo o de una galería de arte, dado que las alarmas de intrusión son apagadas durante el horario de funcionamiento y pueden ser los únicos medios de prevención del daño o robo de un objeto. Para las vitrinas se deben utilizar planchas de policarbonato o acrílico de por lo menos 10 mm de espesor. Si se utiliza vidrio, éste debiera ser inastillable. Dependiendo de la estructura de la vitrina, existen muchos productos disponibles que resistirán un alto impacto ejercido por mazos, bates de béisbol o incluso algunas armas de fuego. Las películas plásticas protectoras generalmente utilizadas en vidrios, ahora están disponibles también a prueba de explosiones. Para asegurar las vitrinas, siempre se debe utilizar: Seguridad mínima: • Tornillos de seguridad a prueba de forzamientos y que no sean removibles, cerraduras, abrazaderas y sistemas para colgar que sólo puedan ser removidos o aflojados por medio de un implemento adaptado para cada vitrina. Seguridad óptima: para aquellos objetos que requieren protección adicional, se deben utilizar: • Almohadillas a presión con alarma instaladas alrededor de las vitrinas o en el frente de éstas o bien sobre los pedestales que exhiban objetos valiosos; y/o • Detectores de quiebre de vidrios en vitrinas que exhiben objetos valiosos; • Alarmas de proximidad, conocidas como unidades de capacidad electromagnética y que consisten en placas que son empotradas en los muros de las salas de • exhibición o adheridas en los objeto. Cuando alguien se acerca demasiado o trata de sacar una pintura, la alarma (que puede ser silenciosa) se activa. Estas alarmas pueden también estar conectadas a los sistemas de cámaras de circuito cerrado de TV. Dichas alarmas, que funcionan a una radio frecuencia de 25 Khz, pueden consistir en cintas colocadas sobre ventanas, sobre pedestales para esculturas o en electrodos ubicados en el suelo. También pueden ser activadas por rápidos cambios en la humedad relativa. Debido al campo de fuerza creado, no se recomiendan para obras en pastel o algún otro medio friable; y Sistemas de identificación por radio frecuencia (RFID). Estos sistemas pueden adherirse o implantarse al objeto y ser rastreados por medio de radio frecuencia. No existe información disponible actualmente sobre su viabilidad en museos debido a que pocas instituciones en Norteamérica los han instalado, sin embargo, están ganando cada vez mayor importancia en Europa. Es recomendable revisar las vitrinas al final del día para asegurar que no hayan sido forzadas. Dentro de las casas históricas siempre deben mantenerse con llave los armarios o gabinetes. Salas de estudio Nunca debe dejarse solos a los investigadores ni al público, ni permitírseles deambular sin vigilancia. Debe asegurarse que las puertas de dichas áreas siempre se mantengan cerradas con llave cuando no estén en uso. Cualquier entrada a un área restringida, sea por un miembro autorizado del personal o por otras personas, debiese ser controlada cuidadosamente y mantener registros exactos tanto dentro como fuera del edificio utilizando ya sea una lista de registro, un control clave o un sistema de acceso por tarjeta. Áreas de oficinas generales Las puertas debiesen ser bloqueadas por medio de chapas de seguridad. Si existen ventanas a nivel del suelo, éstas deben tener instalados sensores de movimiento (PIR) y/o detectores de quiebre de vidrios, o bien aplicar películas de seguridad en las ventanas. Las cajas de seguridad o armarios que guarden dinero o archivos confidenciales dentro de estas oficinas debiesen permanecer bajo llave cuando sus ocupantes abandonen el lugar. Área de carga y descarga Seguridad mínima: una persona previamente designada debiese controlar la puerta durante las horas de funcionamiento, restringiendo el acceso de cualquier persona después de la hora de cierre. Todas las mercaderías debiesen ser recibidas en esta área. El acceso a esta zona debiese quedar registrado; las bisagras expuestas en las puertas deben tener tornillos no removibles o de lo contrario modificarse para evitar su remoción. Esta área debiese ser supervisada por una persona y tener puertas de metal con cierre de seguridad. Seguridad óptima: aplicar todas las indicaciones para una seguridad mínima, más un monitoreo las 24 horas, los 7 días de la semana. También debiese existir una cámara de CCTV enfocada hacia la puerta, además de un sistema de portero automático o intercomunicación. Salas de mantenimiento, suministros de conserjería Las puertas deben permanecer bajo llave por medio de chapas de seguridad. Salas de circuitos telefónicos, sala de circuitos eléctricos y de sistemas húmedos, caldera/sala de control ambiental En estas zonas, las puertas deben permanecer bajo llave por medio de equipos de cierre de seguridad. El acceso por parte de personas autorizadas debiese quedar registrado; las bisagras expuestas de las puertas deben tener tornillos no removibles o de lo contrario modificarse para evitar su remoción; esta área debiese ser supervisada por una persona y tener puertas de metal y con cierre de seguridad. Asimismo, debiese haber un control parcial de llaves no auditado. Zonas de Seguridad Son áreas de acceso sólo para personal autorizado; los visitantes y contratistas deben ser escoltados por un guardia. Estas zonas son accesibles a través de la Zona de Operaciones o en ocasiones directamente a través de la Zona de Recepción. Las zonas de seguridad incluyen áreas en donde las colecciones se almacenan de forma temporal o permanente o en donde esté presente cualquier objeto valioso. Algunas instituciones pueden tener un nivel superior de seguridad conocido como Zona de Alta Seguridad, la que requiere un control de acceso más estricto que las zonas de seguridad regulares. La integridad general de la seguridad del museo estaría en riesgo si es que una de estas zonas es infiltrada por personas no autorizadas o no debidamente acompañadas. Depósito permanente, depósito temporal, almacenamiento nocturno de la colección Seguridad mínima: Las puertas debieran poder cerrarse por medio de chapas de seguridad. Cada cerradura debiese ser codificada por separado o abrirse con llaves diferentes. Las puertas debiesen ser metálicas y los muros internos debiesen estar reforzados. El acceso de personas a estas áreas debiese quedar registrado y restringido sólo a aquellas que así lo requieren para el desarrollo de sus labores; las bisagras expuestas en las puertas deben tener tornillos no removibles o de lo contrario modificarse para evitar su remoción. Seguridad óptima: Instalar un sensor de movimiento de infrarrojos pasivos (PIR) y una cámara de circuito cerrado de TV (CCTV) enfocada hacia la puerta. Laboratorio de conservación, oficinas con objetos y estudio fotográfico Los objetos valiosos generalmente no son almacenados en esta área de forma permanente, pero sí pueden requerir permanecer durante la noche, por algunos días o incluso por varios meses. El acceso debiese restringirse sólo a personal autorizado. Las puertas deben permanecer bajo llave por medio de chapas de seguridad. Dependiendo de dónde se localice esta sala en el edificio, puede que se necesite un sensor de movimiento. Sala de servidores Debido a la información altamente valiosa y a la dependencia de la tecnología computacional, tanto de las instituciones como del personal, la sala de servidores generalmente es clasificada como una Zona de Alta Seguridad. Los computadores personales y servidores pueden contener información muy importante relacionada con la colección, así como también con la procedencia de la información o su valor, cuya pérdida puede tener gravísimas consecuencias para la significación de algunos objetos. El acceso a la sala de servidores está normalmente limitado al personal de Tecnología de Información. Información adicional sobre la protección de la sala de servidores puede encontrarse en los documentos de la RCMP (1997). Almacenamiento de dinero y de registros Las puertas deben permanecer bajo llave por medio de chapas de seguridad. Las cajas de seguridad o armarios que almacenen dinero o archivos confidenciales en estas oficinas debiesen permanecer bajo llave cuando sus ocupantes abandonen la sala. Los archivos deben ser almacenados según su clasificación de seguridad. Dependiendo de dónde se localice la sala en el edificio, puede que se necesite un sensor de movimiento. Idealmente, las salas que albergan archivos clasificados debiesen estar al interior, sin presencia de muros externos o ventanas. Las puertas debiesen ser metálicas; los muros internos debiesen estar reforzados. El acceso debiese restringirse sólo a personal autorizado. Sala de control de seguridad Este tipo de salas, en museos y galerías de tamaño mediano a grande, frecuentemente se ubican lejos de las áreas públicas y requiere un acceso vía tarjeta o vía teclado numérico. Estas áreas siempre debiesen estar cerradas y las salas debiesen poseer una caja de seguridad para llaves, con el objeto de almacenar y entregar todas las llaves y pases. Las puertas deben permanecer bloqueadas por medio de equipos de cierre de seguridad. Las cerraduras debiesen ser codificadas por separado o abrirse con llaves diferentes. Las puertas ubicadas en las áreas de almacenamiento de dinero y de registros debiesen ser metálicas y los muros internos debiesen estar reforzados. El acceso de personas a estas áreas debiese quedar registrado. Las bisagras expuestas de las puertas deben tener tornillos no removibles o de lo contrario modificarse para evitar su remoción. Cuando el control de seguridad esté en la recepción, puede que no sea considerado totalmente como parte de una Zona de Seguridad. Control de acceso al edificio El permitir el acceso a un área determinada dependerá del tipo de Zona de Seguridad. El control del acceso asegura que los visitantes y el personal puedan entrar y salir del edificio o sitio de una forma controlada; asimismo entrega un ambiente más seguro y proporciona niveles de acceso para el personal y el público a las colecciones y a las instalaciones. El permitir el acceso significa también tener un control de las llaves y tarjetas de identificación (ver Viñeta 4). Distribuir llaves sin registro alguno o la falta de tarjetas de identificación o pases, facilitan la entrada no autorizada. Detectar La detección temprana debiera ser considerada como una prioridad. Ésta permite que los organismos de seguridad (policía, seguridad, personal) mitiguen los efectos de un incidente. La presencia de medidas de detección y su activación puede impedir efectos adversos. Existen cuatro procedimientos definidos para la detección: • • • • Advertir el acontecimiento Enviar la información sobre el acontecimiento a un centro de análisis (ya sea sala de control de seguridad o centro de monitoreo) Analizar la información recibida Evaluar si el acontecimiento no está autorizado, iniciar entonces la intervención Cada sistema de seguridad debiese estar diseñado para ser redundante, de modo que si falla algún aparato, los otros automáticamente tomarán su lugar. La instalación, mantenimiento y monitoreo del sistema debiese ser realizado por una empresa de seguridad reconocida y certificada (por ejemplo, un miembro de la Asociación Canadiense de Seguridad (Canadian Security Association, CANASA) también puede recomendar la mejor ubicación para instalar aparatos individuales). Estos sistemas debiesen estar aprobados por la Asociación Canadiense de Estándares (Canadian Standards Association, CSA), por el Underwriter’s Laboratory de Canadá (ULC 2003) o por el Underwriter’s Laboratory (UL) de Estados Unidos, u otros equivalentes. Asimismo, el sistema debiese estar conectado a un servicio de monitoreo las 24 horas del día, ya sea de la policía, del cuerpo de bomberos, de un servicio de emergencia o de una empresa de seguridad comercial. Para cualquier sistema de seguridad que funcione bajo condiciones de emergencia, debe existir una fuente de poder alternativa (generadores eléctricos de emergencia) o un suministro de energía ininterrumpido (UPS). En caso de sufrir una falla de electricidad mayor, la mayoría de los sistemas de seguridad tienen sólo la carga suficiente de batería como para asegurar entre 6 y 8 horas de funcionamiento. Detectores La mayoría de los sistemas de seguridad incorporarán interruptores magnéticos de contacto en puertas y ventanas, sensores de quiebre de vidrios y variados tipos de sensores de movimiento de infrarrojos pasivos (PIR). Estos sensores de movimiento pueden funcionar de manera diferente para los muros (tipo cortina) y además poseer características de gran ángulo y de largo alcance. Otros tipos frecuentemente utilizados son los sensores de infrarrojos activos (en ocasiones referidos como haces fotoeléctricos) que consisten en transmisores y receptores separados, radar adaptativo, ultrasonido y detectores de tecnología dual que utilizan infrarrojos pasivos y microondas. Generalmente se recomienda que todos los sensores de movimiento sean chequeados al menos dos veces al año por medio de rondas de seguridad en el área donde permanecen instalados y así asegurar que estén todos funcionando. Algunas empresas de seguridad recomiendan hacer esta revisión una vez al mes, mientras que algunos museos solicitan hacerla todas las noches e incluso otros sistemas los estarán verificando continuamente. Cámaras de circuito cerrado de televisión (CCTV) Existe en ocasiones la tendencia a confiar en exceso en las CCTV como un sustituto para el personal de seguridad dentro de una institución. Si estas cámaras son instaladas en todo el museo o galería, o en áreas de alto riesgo, como áreas de carga y descarga, depósitos, tiendas o en el perímetro del lugar, éstas deben ser monitoreadas en tiempo real por un recepcionista o guardia que pueda reaccionar frente a un incidente, de lo contrario las cámaras solo entregarán un registro del incidente, el que puede ser de gran utilidad para una investigación, pero no necesariamente evitará que el incidente ocurra. En realidad, el monitoreo no siempre ocurre en tiempo real, las cámaras pueden o no estar grabando y los guardias de seguridad no estarán observando sus monitores de forma constante. Las cámaras de CCTV son capaces de monitorear en blanco y negro o color y además en infrarrojo para una visión nocturna (especialmente en los exteriores) por medio de lentes estándar o de ángulo amplio. Éstas también pueden tener una capacidad de análisis de movimiento, en tiempo real o con tiempo de retardo, o una capacidad de monitoreo remoto conectado a un computador personal. La Viñeta 1 presenta dos ejemplos de robo en museos que tenían cámaras de CCTV en funcionamiento. Personal de seguridad en terreno La instalación de equipos y aparatos de seguridad puede provocar un falso sentido de seguridad y por lo tanto no son substituto alguno del personal de seguridad entrenado y presente en las áreas públicas. El contar con una presencia de seguridad en terreno puede evitar la acción de un aspirante a ladrón o de un vándalo. Sin embargo, en instituciones más pequeñas y aquellas con presupuestos limitados, puede ser poco realista disponer de guardias de seguridad las 24 horas, los 7 días de la semana. Tanto el personal como los voluntarios o incluso docentes, pueden entregar una “seguridad pasiva” durante las horas de funcionamiento, ya sea en la recepción o patrullando periódicamente las instalaciones llamando a la policía ante cualquier problema que surja. No obstante, el entrenamiento en seguridad debiese ser entregado a un miembro del personal que cumpla dicho rol. Responder Aunque se puede requerir mucho esfuerzo para Evitar o Bloquear y prevenir así un acto criminal, el incidente puede aún ser evitado si es que existe una rápida respuesta una vez que el sistema de alarma se ha activado. Sin embargo, no se espera que un museo pequeño o mediano tenga el personal calificado como para arrestar un ladrón o vándalo en el acto. La protección y seguridad del personal es la prioridad en estos casos. En museos más grandes, los guardias de seguridad deben recibir instrucciones como parte de su entrenamiento continuo en cuanto a lo que pueden o no hacer legalmente en términos de aprehender un ladrón o vándalo o a alguien que simplemente está alterando el orden público, como por ejemplo arrestar a un civil, ejercer contacto físico, contener, lidiar con personas muy complicadas, etc. Al sonar una alarma, el personal de seguridad se dirigirá al lugar donde ha ocurrido el incidente y si es necesario, llamará a la policía. En primer lugar, el personal de seguridad debiese asegurar el área y restringir el acceso sólo a quienes deben estar ahí. En el momento de producirse un incidente, el personal no debiera tratar de contener al ladrón si éste es violento o está armado. Siempre se debe mantener la calma y cooperar con lo que el ladrón solicite. Cualquier persona que sea testigo del incidente debiese tratar de memorizar las máximas características posibles del responsable, como por ejemplo: • • • • • • Altura y contextura Color de cabello y de ojos Rasgos faciales Vestimenta – la ropa que usaba Forma de hablar, si emitió alguna palabra, o si tenía algún acento Si estaba armado o si tenía algún acompañante Esta información será de gran utilidad para la policía y asimismo entregará evidencia visual a partir de las cámaras de CCTV. Inmediatamente después del incidente, se requerirá una revisión completa de la seguridad de la institución, donde se considerarán políticas, prácticas, procedimientos y equipamiento. Asimismo puede que incluya recomendaciones sobre la implementación de mejoras en los aparatos de seguridad y en los procedimientos de seguridad. Si un objeto ha sido dañado o una pintura ha sido sacada de su marco, nada debiese tocarse antes que, tanto la policía como los conservadores (si es que los hay), sean capaces de recolectar la evidencia física, fragmentos, etc. Tampoco nadie debiese tocar algo si es que el ilícito se ha descubierto horas después de ocurrido (como cerraduras forzadas, ventanas quebradas, etc.). Recuperar Se deben reportar inmediatamente a la policía los objetos robados. La documentación es sumamente importante, por lo que debe entregarse a la policía una descripción completa de los objetos, acompañada de fotografías y un informe de su estado de conservación, si es que está disponible. El Comité Internacional para la Documentación (CIDOC, por sus siglas en inglés) del Consejo Internacional de Museos (ICOM), ha desarrollado algunas guías para este tema. Desafortunadamente, el índice de recuperación es generalmente bajo (menor a un 10%-15%) después de las primeras dos o tres semanas y puede involucrar investigaciones por parte de la policía y procedimientos legales extensos, quizás incluso la repatriación. Las pinturas robadas del Isabella Stewart Gardner Museum en Boston en los años ’90 aún no han sido recuperadas, sin embargo en otro caso más positivo, la pintura de Goya titulada “Niños del Carretón” y que fue robada en noviembre de 2006 mientras circulaba entre el Toledo Museum of Art en Ohio y el Guggenheim en Nueva York, fue recuperada por el FBI sólo después de un par de semanas. En Canadá, la pérdida de objetos también puede ser reportada al programa Art Alert, el que informa sobre objetos robados por medio del envío de correos electrónicos a una lista de correo de museos y compradores de arte previamente registrados. Este programa ayuda a minimizar la posibilidad de reventa de los objetos robados. Para recibir correos electrónicos de Art Alert, contáctese con Art.alerte@surete.qc.ca. La etapa de recuperación requerirá también realizar una revisión completa de la seguridad de la institución que incluya las políticas, prácticas, procedimientos y equipamiento inmediatamente después de sucedido el incidente, con recomendaciones sobre la implementación de mejoras en los aparatos de seguridad y en los procedimientos de seguridad. Puede ser que el objeto informado como perdido haya sido en realidad “disociado” y no robado, debido a deficiencias en los registros o en el almacenamiento (ver capítulo sobre “Disociación”). Políticas de seguridad Adicionalmente al equipamiento físico y a los sistemas, todas las instituciones debiesen contar con una política de seguridad que cubra todos los aspectos de ésta. Esta política no debiese consistir solamente en una serie de órdenes establecidas por escrito para los guardias de seguridad, sino que debiese incluir también: 1. Control de acceso/Control de llaves: implementar una política de control y hacerla cumplir. Se debe asegurar que: • Que posean llaves sólo quienes las necesitan; • Las llaves sean de un tipo que no puedan ser duplicadas sin permiso; y • Todas las llaves sean devueltas al término del contrato del empleado. 2. Seguridad en el edificio: otros asuntos relacionados con la seguridad en el edificio, como por ejemplo si está permitido entrar con bolsos a las salas de exhibición, su tamaño, su tipo, con paraguas, etc. 3. Deberes de los guardias de seguridad: las órdenes establecidas debiesen subrayar qué persona está asignada a un lugar determinado, cuán a menudo debieran realizarse las patrullas, qué hacer en situaciones específicas, etc. 4. Investigación de antecedentes: los empleadores normalmente requieren de todos los empleados (ya sea los que trabajan a tiempo completo, a tiempo parcial y voluntarios) una revisión obligatoria de sus antecedentes como prerequisito para postular al empleo, la que incluirá también un chequeo de cuentas corrientes y de antecedentes criminales. 5. Preparación y respuesta ante emergencias: algunos procedimientos pueden ya estar incluidos en las órdenes establecidas para los guardias de seguridad, aunque debiese haber referencia a un plan de recuperación de desastres y continuidad de negocios. 6. Política de cámaras de seguridad: establece si las cámaras u otro equipamiento fotográfico debiesen estar permitidas en el área de exhibición, además de las restricciones sobre lo que puede y no puede ser fotografiado, uso de flash, etc. Esta política también debiera referirse al equipo de iluminación utilizado por los fotógrafos contratados, así como también por los equipos de filmación y de televisión. 7. Procedimientos para el trato con equipos de filmación/televisión: muchas instituciones están siendo utilizadas en la actualidad como escenarios para espectáculos de TV, para filmaciones y avisos publicitarios. Es por esto que deben prepararse guías o pautas para proteger áreas restringidas, lo que puede o no ser manipulado o utilizado, cómo y dónde se ubicarán el trípode para la cámara y la plataforma rodante, el uso de iluminación adicional, la eliminación de la basura, etc. 8. Actividades extra-curriculares: uso de las instalaciones por otras organizaciones fuera de las horas establecidas para su funcionamiento (ya sea clases vespertinas, fiestas de matrimonio, etc.). 9. Construcción: al considerar la renovación y el mantenimiento, asegurar el acceso de los contratistas a las áreas restringidas, la supervisión de contratistas, el uso de equipos de soldadura, la necesidad de revisar los antecedentes de los contratistas, el corte temporal de los sistemas de alarma (de seguridad, de incendios). 10. Auditoría de la colección del curador: para disuadir el robo interno y evaluar qué objetos pueden estar perdidos, se recomienda que la auditoría de la colección (como por ejemplo el 1% de ésta) se realice cada 5 años, o bien que la colección de un sitio, un edificio, o parte de la colección sea auditada cada 10 años. Mayor información sobre las políticas y pautas de seguridad pueden obtenerse en las referencias de la American Library Association (2001) y ASIS (2002). Control de claves y/o llaves Como parte del sistema de control de acceso en un edificio, es importante hacer cumplir una política de control de claves y/o llaves documentada y que determine: • • • • Quién tiene acceso a ciertas claves y/o llaves y cuándo, que destaque la necesidad de acceder como parte de las labores de la persona y no por poseer un título determinado; Cuán a menudo deben cambiarse las claves y/o llaves y chapas de cierre automático; El almacenamiento seguro de las llaves; La devolución de las llaves cuando el personal renuncie a su empleo o se retire; y • Un programa de auditoría. Se debe mantener un registro de las llaves y almacenar copias adicionales en un lugar seguro (cajas de seguridad para llaves de metal). El acceso al edificio y a todas las áreas puede controlarse utilizando un sistema de clave y/o llave maestra que variará según al tamaño del edificio. En un museo pequeño o casa histórica, puede utilizarse un sistema de llave o tecleado maestro de nivel uno. En un escenario promedio, las puertas delantera y trasera debieran ser abiertas cambiando de llave o clave y no ser ésta la clave o llave maestra. El depósito o área de almacenamiento tampoco puede ser abierto con la llave maestra. Cada oficina o sala debiese tener una llave o clave diferente (A, A, A, etc.) además de la llave o clave maestra. En el caso de utilizar claves, las oficinas o salas pueden ser codificadas de manera similar, o bien de manera distinta. La llave maestra debiera mantenerse en la oficina, dentro de un contenedor asegurado, como por ejemplo una caja de seguridad para llaves. Información más detallada sobre un sistema de control de claves y llaves puede obtenerse en Kelly (1998). Todas las cerraduras y seguros colocados en puertas exteriores y áreas de almacenamiento de colecciones se deben reprogramar, así como se deben cambiar las llaves cada cierto tiempo. El periodo de tiempo normal recomendado por los expertos de seguridad para reprogramar las cerraduras y seguros, y para cambiar las llaves, es una vez cada dos o tres años. Esto es de particular importancia si las llaves se pierden o si los empleados que han renunciado a su trabajo no han devuelto sus llaves. Estas chapas o cerraduras debieran ser de pestillo embutido y tener 6 seguros. Si se utiliza un sistema de acceso por tarjeta, éstas deben ser programadas para permitir el acceso restringido o ilimitado a miembros específicos del personal a las variadas áreas del edificio. Esto debiese también formar parte de la política de seguridad general del museo. Viñetas Viñeta 1. Robos desde una vitrina Una colección de miniaturas de marfil, recuperada gracias a las cintas de vigilancia de la cámara de CCTV (La Figura 3 muestra una estación típica de vigilancia por CCTV), fue robada desde una vitrina cerrada en la Galería de Arte de Ontario el año 2005. Las cinco piezas, avaluadas en U$1.500.000.- fueron robadas abriendo la vitrina a la fuerza. En otro incidente, miniaturas avaluadas en U$230.000.- fueron robadas desde Hever Castle, en Inglaterra, cuando los ladrones trabajando en grupo, fueron capaces de distraer al guía responsable de cubrir varias salas y abrir a la fuerza una caja cerrada con candado. En el segundo incidente, aunque el ladrón fue apresado, las miniaturas aún no han sido recuperadas. Figura 3. Un guardia de seguridad observando las cámaras de CCTV (foto de la tapa delantera del TB19) En ambos incidentes, la vitrina estaba cerrada con llave, pero fue abierta a la fuerza. Ninguna de las situaciones fue avisada por alarma. En el primer incidente, las cámaras de vigilancia fueron capaces de registrar el incidente y la cinta se utilizó para recuperar los objetos. Este no fue el caso en el segundo incidente. En ambas situaciones, los objetos robados eran pequeños y manipulables. El primer incidente pareciera ser un “delito por oportunidad”, pero para el segundo existen indicios obtenidos a partir del posterior juicio de que puede haber sido un robo por encargo, para el cual las instalaciones habían sido previamente investigadas por los criminales involucrados. Ambas situaciones demuestran: • • • Que es imperativo que cualquier objeto pequeño y valioso sea debidamente protegido por medio de vitrinas sólidas y resistentes a los robos, que sean cerradas con llave de forma segura y, si es necesario, instalar alarmas; La necesidad de contar con un adecuado personal de seguridad en las áreas de exhibición, que sea capaz de actuar rápidamente para aprehender los ladrones; y Que el CCTV pueda actuar como un elemento disuasivo en algunos casos. Este generalmente sólo entrega las pruebas de un incidente que ya ocurrió; por lo que no siempre previene un incidente. Viñeta 2. Vandalismo en obras de arte En enero de 2005, dos óleos del artista canadiense Alex Colville, titulados “Mujer con un Revólver” (Woman with a Revolver) y “Topógrafo” (Surveyor), fueron dañados con un pequeño objeto afilado en la Mendel Art Gallery en Saskatoon, Saskatchewan, Canadá. Otro incidente en 1987 involucró un gran dibujo de Leonardo Da Vinci titulado “La Virgen con el Niño, Santa Ana y San Juan” y que recibió el disparo de una escopeta en la National Gallery de Londres. En un tercer incidente ocurrido en 1985, se tiró ácido sobre la pintura de Rembrandt titulada “Danae” exhibida en el Museo del Hermitage de San Petersburgo, Rusia. Ninguna de estas obras de arte había sido cubierta con un vidrio resistente a los impactos, o Plexiglas, aunque la obra de Leonardo Da Vinci sí había sido cubierta con cristal laminado. Estos incidentes demuestran: • La necesidad de que las obras de arte sean cubiertas con vidrio para • • • protegerlas del vandalismo. En cada situación, el daño se habría eliminado o reducido; El uso de alarmas de proximidad para evitar que los visitantes se acerquen demasiado a los objetos; La necesidad de una observación acuciosa del lenguaje corporal de los visitantes realizada por los guardias; y La instalación de detectores de metales en las entradas del museo o áreas de exhibición para evitar incidentes si el artículo es de alto valor o controversial. Referencias (* Lecturas recomendadas) * Kelly, W. Security Hardware and Security System Planning for Museums. CCI Technical Bulletin No.19. Ottawa: Minister of Public Works & Government Services, 1998. * Liston, David, ed. Museum Security and Protection. London; New York: Routledge, 1993. * Shuman, Bruce A. Library Security and Safety Handbook. Prevention, Policies and Procedures. (Chicago; London: American Library Association, 1999. 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