la palabra de dios cada día 2016

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VINCENZO PAGLIA
LA PALABRA DE DIOS
CADA DÍA
2016
COMUNIDAD
DE SANT’EGIDIO
2016
En la portada: Icono del beato Óscar Arnulfo Romero,
Comunidad de Sant’Egidio, Roma.
© del texto: Vincenzo Paglia; de la traducción: Comunidad de Sant’Egidio
© Ediciones Sígueme S.A.U., 2015
C/ García Tejado, 23-27 - E-37007 Salamanca / España
Tel.: (+34) 923 218 203 - Fax: (+34) 923 270 563
ediciones@sigueme.es
www.sigueme.es
ISBN: 978-84-301-1919-6
Depósito legal: S. 484-2015
Impreso en España / Unión Europea
Imprenta Kadmos, Salamanca
ÍNDICE
Presentación .................................................................................7
Tiempos litúrgicos
Tiempo de Adviento .....................................................................15
Tiempo de Navidad ......................................................................47
Tiempo ordinario ..........................................................................71
Tiempo de Cuaresma ....................................................................109
Semana Santa ...............................................................................151
Tiempo de Pascua .........................................................................163
Tiempo ordinario ..........................................................................217
Esquemas semanales de oración
Oración de la vigilia .....................................................................429
Oración en el Día del Señor ..........................................................434
Oración por los pobres .................................................................440
Oración con María, madre del Señor ............................................443
Oración con los santos ..................................................................447
Oración por la Iglesia ...................................................................452
Oración de la santa cruz ...............................................................456
Oración del Espíritu Santo ...........................................................460
Oración de los Apóstoles ..............................................................464
Oración con los mártires ..............................................................467
Oración por los enfermos .............................................................471
Oración por la paz ........................................................................475
Oración del tiempo de Navidad ....................................................477
Oración del tiempo de Cuaresma .................................................481
Oración del tiempo de Pascua ......................................................483
Cantos ..........................................................................................487
Oraciones .....................................................................................491
Índice de pasajes bíblicos ............................................................503
PRESENTACIÓN
Un mártir de la misericordia
La Palabra de Dios cada día 2016 se abre con el icono del arzobispo Óscar Arnulfo Romero, beatificado el 23 de mayo de 2015. Fue un
acontecimiento que lo mostró como la imagen del pastor que ofrece
su vida por las ovejas, especialmente por las oprimidas. El santo papa
Juan XXIII quiso que con el Concilio Vaticano II la Iglesia se presentara «como es y quiere ser, como la Iglesia de todos, y especialmente
la Iglesia de los pobres» (11 de septiembre de 1962). El beato Óscar
A. Romero vivió esta imagen de Iglesia, hasta el punto de convertirse
en el «primer» mártir. Decía a menudo que el Concilio pedía a los cristianos que fueran mártires, es decir, discípulos dispuestos a dar su vida
por el Señor y por los pobres. En la homilía que hizo para el funeral de
un sacerdote suyo asesinado por los escuadrones de la muerte, recordó
que el Vaticano II pedía precisamente eso a los cristianos, y añadió:
algunos, como este sacerdote, «tendrán el honor de dar su sangre física; pero (…) todos debemos estar dispuestos a morir por nuestra fe».
Así pues, Romero se preparaba para entregar su propia vida hasta dar
su sangre física.
El 24 de marzo de 1980, mientras estaba celebrando la Santa Misa,
se produjo su martirio. Había terminado la homilía y había pasado
del ambón al altar. Era el momento del ofertorio y mientras estaba
tomando la hostia para ofrecerla al Señor, un disparo –uno solo– desde
el fondo de la iglesia le llegó al corazón y el arzobispo cayó al suelo.
Juan Pablo II –que conocía bien a los otros dos santos asesinados en
el altar, Estanislao de Cracovia y Tomás Becket de Canterbury–, ante
aquella muerte, dijo: «Lo mataron precisamente en el momento más
sagrado, durante el acto más alto y más divino… Fue asesinado un
obispo de la Iglesia de Dios mientras ejercía su misión santificadora
ofreciendo la Eucaristía». Los opresores del pueblo querían impedir
que Romero hablara, que celebrara, que defendiera a su pueblo. Su
beatificación –que se ha celebrado bajo el pontificado del papa Fran-
8Presentación
cisco, que desde su inicio quiso una Iglesia pobre y para los pobres–
recuerda con autoridad a toda la Iglesia que el amor por el Señor no
se puede separar del amor por los pobres. La beatificación de Romero
ilumina este año que el papa Francisco ha querido que fuera un «año
de misericordia».
El Jubileo de la Misericordia
En la Bula de convocación del año santo de la misericordia, Misericordiae Vultus, el papa Francisco escribe: «Hay momentos en los
que de un modo mucho más intenso estamos llamados a tener la mirada fija en la misericordia para poder ser también nosotros mismos
signo eficaz del obrar del Padre. Por esto he anunciado un Jubileo
Extraordinario de la Misericordia como tiempo propicio para la Iglesia, para que haga más fuerte y eficaz el testimonio de los creyentes»
(n. 3). Efectivamente, el siglo que hemos dejado atrás ha sido uno de
los más violentos de la historia del hombre, aunque ha sido también
un tiempo de avances extraordinarios. No obstante, las sombras de
las tragedias de ayer se proyectan también en este siglo, y por eso
hace falta un estruendo de los corazones, un nuevo nacimiento espiritual de todos, un crecimiento en el amor y en la misericordia.
Los creyentes, en particular, están llamados a trabajar para encauzar
una venenosa inhumanidad que resurge entre los hombres y para encontrar las maneras de alejar las sombras del mal que se condensan
cada vez más sobre las sociedades y que se abaten en primer lugar
sobre los más débiles. Para encauzar el avance del mal en el mundo
es indispensable hacer que resplandezcan de manera más clara y por
tanto más fuerte la misericordia, el amor, la justicia, la solidaridad,
la amistad entre las personas y entre los pueblos. Para los cristianos
es un llamamiento a vivir el Evangelio tal como es, sin añadiduras,
como decía Francisco de Asís.
El papa Francisco empieza la Bula de convocación del año jubilar
recordando la primera predicación de Jesús en la sinagoga de Nazaret.
El evangelista Lucas recuerda que aquel sábado le dieron el rollo del
profeta Isaías y que Jesús proclamó el pasaje que dice: «El Espíritu
del Señor sobre mí, porque me ha ungido para anunciar a los pobres la
Buena Nueva, me ha enviado a proclamar la liberación a los cautivos
y la vista a los ciegos, para dar la libertad a los oprimidos y proclamar
un año de gracia del Señor» (Lc 4, 18-19). Al terminar de leer, Jesús se
sentó. Todos se quedaron mirándolo. Y él empezó a hablar diciendo:
«Hoy se ha cumplido esta Escritura que acabáis de oír» (v. 21). En
Presentación9
aquel momento empezaba un año de gracia para toda la humanidad,
es decir, un año de liberación, un año en el que Dios volvía a crear el
mundo, un año en el que todos pueden hacer fiesta por la renovación
de los corazones y de la misma creación. El Jubileo de la Misericordia
vuelve a proponer este año de gracia que Jesús inauguró en Nazaret.
Desde entonces continúa el tiempo de la predicación del Evangelio,
tiempo de amor por los pobres y de liberación de todo mal y esclavitud. Es el tiempo de madurar el Reino de Dios que Jesús compara
con una pequeña semilla que crece o con la levadura que fermenta de
amor toda la pasta de la historia humana. La columna vertebral de esta
historia de salvación es, precisamente, la misericordia.
La Palabra de Dios cada día 2016, con humildad y simplicidad, se
inscribe en este tiempo de misericordia para ayudar a vivirlo escuchando la Palabra de Dios. Si escuchamos en todo momento entendemos el
misterio del amor de Dios que renueva los corazones y la historia. La
larga experiencia de escuchar las Sagradas Escrituras que la Comunidad de Sant’Egidio vive desde su inicio es una escuela que ayuda a
comprender profundamente sus páginas. Para escuchar la página bíblica, de hecho, debemos unirla a la vida de cada día, debemos hacer
que dialogue con el tiempo que vivimos para que, gracias al Espíritu,
la Palabra que contiene sea fuente de vida nueva. Escuchar cada día
hace que nos familiaricemos no solo con el texto sino también con el
espíritu de las páginas bíblicas. Y es el Espíritu, el que ensancha los
horizontes de nuestra mente y ayuda a nuestro corazón a calentarse con
el fuego del mismo Dios. De este modo el Señor hace que participemos
en su diseño de misericordia infinita, sin límites, con el que envuelve
toda la historia del mundo. La fidelidad de escuchar cada día la Palabra
de Dios hace que crezca también la comunión entre nosotros. Y nos
permite formar parte de un gran pueblo de creyentes que, casi como
si fuera un santuario espiritual sin límites, eleva a Dios su oración por
nuestra salvación y por la paz entre los pueblos.
Vivir el tiempo litúrgico en la historia
También este año La Palabra de Dios cada día 2016, al igual que
el año pasado, va unido a la Misa de cada día, como si quisiera destacar aquel lazo que hay entre el Libro y el Cáliz del que hablaba Juan
XXIII y que el Concilio planteó de un modo nuevo. Este libro, como
siempre, sigue el calendario litúrgico de la Iglesia latina. Los domingos y los días festivos, pues, comenta –siguiendo el ciclo trienal del
año litúrgico– los pasajes bíblicos del ciclo B, con el Evangelio de
10Presentación
Marcos que se leerá durante casi todo el año. En los días feriales –que
siguen un ritmo bienal– el libro comenta la primera lectura de la Misa
tal como está previsto para los años impares. La elección de los textos
bíblicos de la primera lectura –que incluyen pasajes extraídos tanto
del Antiguo como del Nuevo Testamento– se ha hecho en base a los
distintos tiempos litúrgicos. Se cumple así un itinerario espiritual que,
a través de las páginas bíblicas de cada día, nos ayuda a crecer en la
misma medida que Cristo, para tener en nosotros sus mismos sentimientos, como escribe el apóstol: «Tened entre vosotros los mismos
sentimientos que Cristo» (Flp 2, 5).
El año litúrgico empieza con el tiempo de Adviento, un tiempo en
el que esperamos al Salvador y que culmina con la Navidad. No se
trata simplemente de recordar un evento lejano, sino de revivirlo en
la vida personal y comunitaria. A continuación viene el misterio de la
manifestación de Jesús al mundo (la epifanía de los magos) y luego
la de Cristo a Israel (el bautismo en el Jordán). Le siguen seis semanas, llamadas del «tiempo ordinario», que acompañan los días hasta
el Miércoles de Ceniza, con el que empieza la Cuaresma, es decir, los
cuarenta días que la Iglesia dedica a preparar la Pascua. Es el tiempo
de «volver» al Señor. Antes de acercarnos al misterio de la pasión,
muerte y resurrección del Señor es indispensable purificar nuestros
ojos y convertir nuestro corazón a Dios. Solo así, con un corazón arrepentido, podremos recoger los frutos de la gran y santa semana de
pasión que culmina en el Triduo santo, recuerdo de la última cena
del Señor, de su muerte y de su resurrección. Los cincuenta días tras
la Pascua nos llevan hasta Pentecostés, que es el cumplimiento de la
Pascua. El misterio que contiene la Pascua y Pentecostés constituye el
corazón de la vida cristiana.
El día de Pentecostés se podría decir que empieza el tiempo histórico de la Iglesia, que está llamada a anunciar el Evangelio hasta
los confines de la Tierra. En este tiempo no hay recuerdos especiales
del Señor, precisamente porque sintetiza toda la historia de la Iglesia.
El Señor Jesús subió al cielo y envió a los discípulos a recorrer los
caminos del mundo sin su presencia visible. Pero el Espíritu Santo,
que fue infundido en sus corazones y en el de los discípulos de todos
los tiempos, se convierte en la fuerza que guía a la Iglesia a comunicar
el Evangelio y su fuerza de salvación con los milagros del amor que
llevan a cabo los discípulos. Se abren así las semanas que podríamos
denominar del «tiempo de después de Pentecostés». Es un tiempo que
incluye toda la historia de la Iglesia, que está llamada a comunicar el
Evangelio al mundo, guiada precisamente por el Espíritu infundido en
Presentación11
Pentecostés, para que la Tierra sea más humana y esté preparada para
el último día, cuando Jesús volverá como rey y juez de todos y de todo,
tal como recordamos el último domingo del año litúrgico.
El año litúrgico ha tenido una larga gestación en la historia de la
Iglesia, pero su nacimiento hay que buscarlo en la Pascua. Inicialmente, en efecto, la Pascua era la única fiesta de los cristianos. En aquella
fiesta se celebraba la victoria definitiva de Jesús sobre el pecado y
sobre la muerte. El día de Pascua se convierte en el primer día de la
nueva creación, el día de la plenitud de la alegría, de la plenitud de la
paz, de la plenitud del amor. Podríamos decir también que es el día en
el que la comunidad reunida por su Señor muerto y resucitado vive su
«plenitud». Tanto la tradición de Oriente como la de Occidente cantan
la belleza de la Pascua, de la que emana no solo el año litúrgico sino la
vida entera de la Iglesia. Los años, nuestros años, también los años de
nuestra vida personal, deberían contarse según el número de pascuas
vividas y cada vez deberíamos preguntarnos: ¿qué hemos hecho con
la Pascua que celebramos? Vivir la Pascua es la razón de la vida de la
Iglesia y de todo creyente. Por eso a lo largo del año litúrgico es como
si nos cogieran de la mano para crecer dentro del misterio de Jesús.
Cada año litúrgico repite siempre el mismo ritmo. Lo necesitamos
para continuar sumergiéndonos en el misterio único de Jesús hasta
quedar transformados y poder decir con el apóstol Pablo: «Ya no vivo
yo, sino que Cristo vive en mí» (Gal 2, 20). Los días vuelven de nuevo
para que nosotros seamos distintos, menos como nosotros mismos y
más similares a Jesús.
Durante el año litúrgico encontraremos días dedicados al recuerdo de María, la madre de Jesús, de los apóstoles y de los santos. La
Iglesia no solo nos presenta los milagros de cambio que se producen
en aquellos que dejan que el Espíritu del Señor los transforme, sino
que nos hace descubrir una familia grande que llega a llenar el cielo:
son hermanas y hermanos que, tras haber acogido la Palabra de Dios y
haberla puesto en práctica, han alcanzado la estatura de Cristo y ahora
están con él en la gloria. Se sumarán, además de los mencionados,
otros motivos de recuerdo asociados a la vida de la Comunidad de
Sant’Egidio y a otros momentos de la vida del mundo cristiano, de
otras religiones mundiales y de la historia universal. El tiempo litúrgico no está separado del tiempo de los hombres; al contrario, aquel es
un fermento de amor de este. El tiempo litúrgico es para la historia lo
que la Iglesia es para el mundo. Celebrando el misterio de Jesús a lo
largo del año ayudamos, misteriosa pero realmente, al mundo entero y
a todos los pueblos a abrirse al amor de Dios.
12Presentación
El ritmo de la oración
La semana, que el domingo («Pascua de la semana») llega a su
culmen, marca el paso de todo el año litúrgico. Desde sus inicios, la
Comunidad de Sant’Egidio ha vivido el Evangelio de manera íntimamente ligada a los ritmos de la vida de la ciudad. La pregunta, ya
entonces, era apremiante: ¿Cómo podemos rezar en la ciudad? ¿Cómo
podemos rezar sin dejarnos arrastrar por sus ritmos convulsos? ¿Có­
mo podemos acompasar el tiempo de la oración? De ahí nació la experiencia que presenta este libro: una estructura semanal de oración que
culmina el domingo, y en la que los días feriales siguen una especie de
hilo de recuerdos fijos que apuntan siempre hacia el día del Señor. El
domingo se convierte así en el «culmen» de la semana pasada y en la
«fuente» de la que está por empezar.
La tradición de Oriente exhorta a los creyentes a ir al encuentro del
sacramento del hermano (los pobres, los débiles) tras haber contemplado el sacramento del altar. Por eso el lunes, mientras reanudamos
el camino de cada día, el rostro del Señor se nos presenta ya no con
los rasgos del resucitado, sino con los del pobre, el débil, el enfermo
y el que sufre. La oración vespertina acoge ese día el recuerdo de los
pobres, de los que encontramos a lo largo del día y de los que están
lejos, que a veces son países enteros que sufren. Todos son presentados
al Señor para que los consuele y los libre del mal.
El martes, la oración común está acompañada por María, la madre del Señor, para que todos aprendamos de ella, la primera de los
creyentes, a «conservar en el corazón» (Lc 2, 51) lo que hemos escuchado, y a dar gracias al Señor que ha dirigido su mirada a los humildes. El miércoles, las comunidades de Sant’Egidio esparcidas por el
mundo rezan las unas por las otras y por toda la Iglesia difundida por
todas partes. Todas se reúnen en la grandeza, en la profundidad y en la
alegría de la comunión que el Señor da a sus hijos. La oración cuenta
también con la participación de los santos del cielo, a los que se invoca
con su nombre, para que acompañen a todas las comunidades en su
andadura por los caminos del mundo.
El jueves se recuerdan todas las Iglesias cristianas, las de Oriente
y las de Occidente, para que crezca la comunión entre los creyentes
en Cristo, y la comunicación del Evangelio se extienda hasta los extremos de la Tierra. El Señor, único pastor de su Iglesia, da a todos su
amor apasionado. De ese amor brota la acción pastoral y el trabajo de
comunicar el Evangelio. El viernes recordamos la cruz del Señor, para
que cada creyente recuerde de dónde nace la salvación y no olvide con
Presentación13
qué generosidad amó Dios a los hombres. El cruce entre las bienaventuranzas evangélicas y la narración de la pasión impulsa a contemplar
la riqueza de la cruz que es al mismo tiempo anuncio de la muerte del
egoísmo y de la victoria del amor por los demás.
El sábado es el día de la vigilia y de la espera de la resurrección
del Señor. Se canta delante de la tumba de Lázaro muerto para que sea
liberado de las vendas que lo oprimen. En él se oye el grito de ayuda
que se eleva de todas las partes del mundo hacia el Señor. Le pedimos
a Dios que intervenga una vez más y retire la piedra pesada que oprime la vida de sus amigos. La vida de todos, cuando se libra de las vendas del pecado, es salvada por la misericordia de Dios. Así termina la
semana, que ya no transcurre de manera casual o caótica. El domingo
abraza los días pasados y los orienta hacia el domingo eterno, día sin
ocaso. Junto a los ángeles, los discípulos reciben desde ahora la gracia
de cantar el Trisagio, que cierra la Oración de la luz.
Cuando hay festividades o conmemoraciones que prevalecen sobre
los tiempos ordinarios se modifica el orden de la semana. Cuando se
conmemora a los apóstoles se sigue, precisamente, la Oración de los
apóstoles. Esta oración, al tiempo que nos arraiga en el testimonio de
los Doce, nos llama a comunicar el Evangelio hasta los confines de la
Tierra. El libro incluye también la Oración del Espíritu Santo, que en
el tiempo de Pentecostés o en otras ocasiones nos recuerda que debemos abrir nuestro corazón al soplo del Dios y luchar contra el mal en
todas sus manifestaciones extendiendo la obra de la misericordia en la
Tierra. La Oración con los mártires nos recuerda el ejemplo de quienes
en el pasado y aún hoy testimonian su fe en el Señor hasta derramar su
sangre. La comunidad cristiana que lo desee puede utilizar la Oración
en el Día del Señor en los días festivos. El tiempo de Navidad y de la
semana de la Pascua tienen esquemas de oración específicos.
La oración por los enfermos y por la paz
Desde hace algunos años en las Comunidades de Sant’Egidio de
todo el mundo se da una especial importancia a la Oración por los enfermos y a la Oración por la paz, que se celebran una vez al mes. En la
Basílica de Santa Maria in Trastevere de Roma el primer lunes de mes
se celebra la Oración por los enfermos y el tercer lunes la Oración por
la paz. Existe un esquema de oración para cada una de ellas, como se
puede ver en la parte final de este libro. La decisión de vivir de manera
especial estas dos oraciones nace de la fe en la misericordia de Dios
que se inclina para acoger y ayudar a aquellos que sufren a causa de
14Presentación
la enfermedad o de la guerra. La proximidad a los pobres, a los débiles, al mar de sufrimiento que pesa sobre la vida de muchos no puede
dejarnos indiferentes. Y escuchando la palabra de Dios recibimos una
luz. Las páginas evangélicas nos enseñan la extraordinaria atención
que Jesús prestaba a los enfermos que le presentaban. No es irrelevante que la mayoría de milagros que llevó a cabo Jesús estuvieran relacionados con la curación de enfermos. Es una gran luz también hoy.
¡Cuántos enfermos esperan que alguien les lleve al Señor! Y también
podemos considerar como enfermos a aquellos pueblos que sufren la
violencia de la guerra.
En estas dos oraciones mensuales queremos presentarle todos estos enfermos al Señor. Y queremos presentárselos a cada uno por su
nombre. Por eso para la oración por los enfermos escribimos en un
papel los nombres de los enfermos que durante la oración se recogen y
se presentan ante el altar, mientras que en la oración por la paz se leen
los nombres de los países en guerra, uno a uno, y se enciende para cada
uno de ellos una vela ante el altar, para así presentárselos al Señor. Sabemos que él escucha esta oración y la atiende. Es una práctica antigua
de la Iglesia que hoy es necesario recuperar y sobre todo vivir con más
generosidad y convicción. La oración por los enfermos y por la paz es
el fruto de aquella caridad que no conoce fronteras y de aquella fe convencida de que «no hay nada imposible para Dios». Nos lo recuerda
con gran sabiduría san Juan Crisóstomo: «La necesidad lleva a rezar
para uno mismo; la caridad estimula a rezar por los demás. Pero a Dios
le place más la oración hecha por caridad».
Podríamos incluir estas dos oraciones mensuales entre las «obras
de misericordia» que tenemos que vivir de manera más significativa y
urgente en este Jubileo de la Misericordia. Vivirlas cada mes –y procurar que muchos lo hagan– significa obedecer el mandamiento de Jesús
de rezar con un mismo espíritu y sin desfallecer. Es hermoso pensar
que la universalidad de la Comunidad y de todo aquel que se une a ella
en estos dos días hace realidad una oración continua que se eleva al
cielo desde Oriente hasta Occidente sin interrumpirse jamás.
TIEMPO DE ADVIENTO
Domingo 29 de noviembre: I de Adviento
Jer 33, 14-16; Sal 24; 1 Tes 3, 12-4, 2; Lc 21, 25-28.34-36
El evangelio retoma el discurso sobre el final de los tiempos, pronunciado por Jesús en el Templo. Con un lenguaje típico de la apocalíptica,
Jesús anuncia que llegarán días en los que habrá gran desconcierto «en
el sol, en la luna y en las estrellas; y en la tierra, angustia de la gente…
Los hombres se quedarán sin aliento por el terror y la ansiedad ante las
cosas que se abatirán sobre el mundo». El escenario es toda la creación: hasta «las fuerzas de los cielos –dice Jesús– se tambalearán». Si
estas palabras se refieren sobre todo al final de la historia, no están sin
embargo lejos de las diferentes épocas de la historia humana, y podemos aplicarlas también a nuestros días, en los que aparecen señales y
tambaleos tanto en el cielo como en la tierra, como la de los hombres
sin aliento y en ansiedad. Es la angustia de los habitantes de tantas
naciones marcadas por la guerra y los conflictos, es la angustia de los
millones de pequeños y grandes que siguen sufriendo enfermedades y
hambre, es la angustia de tantos obligados a emigrar lejos de su tierra
que no encuentran a nadie que les acoja y ayude, es la angustia de tantos ancianos abandonados en soledad. Y entre aquellos «hombres [que]
se quedarán sin aliento por el terror» están tanto los que no ven ni para
ellos ni para sus hijos un futuro sereno como los que se dejan llevar por
el miedo y se encierran en sí mismos.
Jesús pronuncia también hoy esas palabras, ciertamente no para
entristecer y mucho menos para confirmar miedos o repliegues, al
contrario, quiere que no nos dejemos llevar por la resignación. En
efecto, es fácil en los momentos difíciles caer en la resignación y dejar
que se apague la esperanza de un mundo nuevo, de una vida mejor
para nosotros y para los demás. El Señor no ha renunciado a esperar
en los hombres y en las mujeres y a cambiar su corazón, no deja que
las fuerzas del mal subyuguen imperturbables a la tierra presa de la
violencia y de la injusticia. Si los hombres y las mujeres se resignan
a este mundo, no así el Señor. Él quiere el final de este mundo para
poder instaurar otro. Esto es el Evangelio del Adviento.
16
Tiempo de Adviento
También a nosotros Jesús nos dice hoy: «Cuando empiecen a suceder estas cosas, cobrad ánimo y levantad la cabeza, porque se acerca
vuestra liberación». Ya el profeta Jeremías lo había predicho al pueblo
de Israel: «Mirad que vienen días en que confirmaré la buena palabra
que dije a la casa de Israel y a la casa de Judá». He aquí que esos días
han llegado. El Señor vuelve para que llegue pronto un mundo nuevo
donde los pobres sean menos pobres, donde los demás no sean considerados enemigos sino hermanos, donde quien sufre sea consolado,
donde el que está solo sea acompañado y el que se ha replegado sobre
sí eleve su mirada hacia los demás y hacia el futuro.
El Evangelio del Adviento vuelve una vez más. Y vuelve en este
tiempo difícil. Vuelve para nosotros, para todos los hombres, y sobre
todo para los más pobres. Es el Evangelio el que ablanda los corazones endurecidos, el que abre la mente a quien piensa sólo en su bienes­
tar, el que abre el oído a quien escucha sólo sus razones, el que abre
los ojos a quien no ve más allá de su propio horizonte. El Adviento
despierta en nosotros y en el mundo la expectación por el Señor que
está por venir: «Cobrad ánimo y levantad la cabeza, porque se acerca
vuestra liberación». Es el tiempo de levantarnos. Si dejamos de hacer
nuestras cosas para levantarnos e ir a acoger a un huésped que llega,
¿cuánto más debemos levantarnos de nuestras costumbres para ir a
acoger al Señor que viene? Y debemos «levantar la cabeza», añade
Jesús. Sí, es fácil permanecer ciego para quien se mira fijamente a sí
mismo. El Adviento es un tiempo para abrir los ojos y dirigirlos hacia
el Señor que está por venir. Lo veremos en Navidad cuando vayamos
a la gruta de Belén. Dejémonos tomar de la mano hasta aquella gruta.
Lo necesitamos. Jesús advierte: «Cuidad que no se emboten vuestros
corazones por el libertinaje, por la embriaguez y por las preocupaciones de la vida y venga aquel Día de improviso sobre vosotros, como
un lazo; porque vendrá sobre todos los que habitan toda la faz de la tierra. Estad en vela, pues, orando en todo tiempo» (Lc 21, 35-36). Estar
en vela y rezar. Jesús nos pide estar despiertos, pero no de esa vigilia
aturdida de los habitantes de Belén, quienes, en efecto, «embotados
por el libertinaje y la embriaguez» no quisieron abrir la puerta. Y no
hubo sitio para Jesús en el albergue.
El tiempo de Adviento es una gracia para permanecer despiertos y
levantar nuestros ojos en la oración al Señor. La liturgia de este primer
domingo de Adviento nos hace cantar al inicio: «A ti, Señor, levanto
mi alma». Y la Comunidad, como una madre buena, nos ayuda a dirigir nuestros ojos y nuestro corazón hacia aquel niño. En realidad, es el
Señor mismo quien ha dirigido sobre nosotros su mirada de misericor-
Noviembre17
dia y no cesa de donarnos su Palabra. Podríamos decir que es él mismo quien nos prepara para su Navidad dándonos cada día su Palabra.
En efecto, los días del Adviento son días de escucha y de reflexión,
días de oración y de amor. La Palabra de Dios será la lámpara que
conducirá nuestros pasos iluminando y calentando nuestro corazón.
Si perseveramos, quizá no será tanto una gruta oscura y un pesebre
maloliente y podrá convertirse en un lugar santo donde Jesús vuelve a
renacer. Sintamos, por tanto, dirigida también a nosotros la bendición
del apóstol Pablo: «Que el Señor os haga progresar y sobreabundar en
el amor de unos con otros, y en el amor para con todos» (1 Tes 3, 12).
Sí, el tiempo del Adviento es también un tiempo de amor renovado por
los demás, un amor menos concentrado en nosotros, más grande hacia
los hermanos, y sobre todo hacia los pobres. Sí, queridos hermanos y
queridas hermanas, no repitamos nuestras costumbres de siempre, no
persigamos nuestros pensamientos de costumbre. El Adviento es un
tiempo nuevo, es un tiempo dado por el Señor para renovar nuestro
corazón, para ir con los brazos más abiertos hacia nuestros hermanos y
sobre todo hacia los más pobres. Por este camino es por donde encontraremos al Señor. Mientras, levantemos nuestros ojos hacia lo alto y
digamos con insistencia: «Ven, Señor Jesús».
Oración en el Día del Señor
Lunes 30 de noviembre
Recuerdo del apóstol Andrés.
Mateo 4, 18-22. Llamada de los primeros cuatro discípulos
La Iglesia hace hoy memoria del apóstol Andrés, el primero de los llamados. Esta memoria nos recuerda que el cristiano es ante todo un discípulo, es decir, un hombre o una mujer que escucha al Señor y lo sigue.
El año litúrgico que acabamos de empezar no es otra cosa que un año
de seguimiento de Jesús, un año de escucha del Evangelio para crecer
en el amor del Señor y de los hermanos. Por esto la historia del primer
llamado –según la narración de Juan– sigue siendo ejemplar. Andrés,
hijo de Jonás y hermano de Simón Pedro, era originario de Betsaida y
ejercía el oficio de pescador, junto a su hermano. Fue llamado por Jesús mientras estaba echando las redes; las dejó de inmediato y siguió a
aquel Maestro. Según la tradición, Andrés anunció el Evangelio en Siria, en Asia Menor y en Grecia, y murió en Patras, crucificado como su
Maestro. La Ortodoxia lo venera como el primer obispo de la Iglesia de
Constantinopla. El Evangelio de Marcos lo une a los primeros cuatro
llamados. En efecto, después del encuentro con Jesús, todos se pusie-
18
Tiempo de Adviento
ron a seguirle. La Iglesia, toda comunidad cristiana, toda experiencia
religiosa, comienza siempre con un encuentro. Pero no se trata de un
saludo con prisa, ni de entretenimientos de salón. ¡Cuántas veces llenamos el tiempo con nuestras habladurías o bien desperdiciamos ríos
de palabras! Aquí hay una invitación simple y clara de Jesús: «Venid
conmigo, y os haré pescadores de hombres». Andrés y Simón, llamado
Pedro, escuchan esta invitación, dejan las redes y le siguen. ¿Por qué
seguirle? Es difícil explicar el futuro de Dios a quien, como nosotros,
es un analfabeto de su palabra y de su amor. Y aquel Maestro explica el
futuro de Dios de la única forma que aquellos pescadores pueden comprender, quizá de la única forma que puede entusiasmarles: «Seguiréis
siendo pescadores, pero de hombres». Para esta pesca hay que dejar la
barca de siempre y ponerse a caminar ya no sobre el agua sino sobre la
tierra de los hombres, quizá todavía más agitada e incierta que las aguas
de aquel lago. Ya no es el mar de agua, es el mar de hombres y mujeres,
es la multitud de personas que como un mar les absorberá y les arrollará: Andrés acoge la invitación de Jesús junto a los otros tres. No eres tú
quien escoge, es otro que te mira, que te ama y te llama. En verdad, Jesús es el primer «pescador de hombres», y llama a aquellos pobres pescadores. No nos corresponde a nosotros juzgar si somos dignos o no,
o si otro lo es; estos juicios están ligados a una lógica mundana. En la
perspectiva evangélica a nosotros sólo nos toca escuchar la invitación,
acogerla y responder, como hicieron aquellos cuatro. Seguir a Jesús no
es una decisión de héroes o de espíritus elegidos. Los primeros cuatro
eran simples pescadores: escucharon a Jesús, se fiaron y lo siguieron.
Aquí está todo el secreto de la fe y de la misma Iglesia.
Oración de los apóstoles
Martes 1 de diciembre
Isaías 11, 1-10. Reposará sobre él el espíritu del Señor
Este oráculo de Isaías está estrechamente vinculado a los capítulos 7 y
9, en los que el profeta anuncia el nacimiento de un niño, descendiente
de David, el Emmanuel, la luz que resplandece en las tinieblas. La palabra profética anuncia que Dios no abandona a su pueblo al poder de
la injusticia y la violencia. En efecto, la esclavitud había convertido a
Israel en algo semejante a un tronco seco, destinado a la decadencia, sin
poder esperar ya un futuro vigoroso como un árbol en flor con sus hojas
y frutos. Pero el profeta anuncia: «Saldrá un vástago del tronco de Jesé,
y un retoño de sus raíces brotará». Del tronco seco saldrá un vástago.
ÍNDICE DE PASAJES BÍBLICOS
Génesis
17, 3-9
Abrahán, padre de una muchedumbre de pueblos ........147
37, 3-4.12-13a.17b-28 José y sus hermanos ..........................................126
49, 2.8-10
Las bendiciones de Jacob ..............................................37
Éxodo
32, 7-14
Un pueblo de dura cerviz ..............................................139
Levítico
19, 1-2.11-18
«Sed santos, porque yo soy santo» ................................115
Números
21, 4-9
La serpiente de bronce ..................................................144
24, 2-7.15-17b De Jacob avanza una estrella ........................................34
Deuteronomio
4, 1.5-9
Poner en práctica las leyes del Señor ............................131
26, 16-19
El Señor Dios de Israel .................................................120
30, 15-20
Dios pide elegir entre el bien o el mal ............................111
Jueces
13, 2-7.24-25a Sansón nace para la salvación de todo el pueblo ...........39
1 Samuel
1, 1-8
Ana afligida por la esterilidad .......................................71
1, 9-20
El Señor se acuerda de Ana y le da un hijo, Samuel .....72
1, 24-28 Agradecimiento de Ana ................................................42
3, 1-10.19-20 Habla, Señor, que tu siervo escucha ..............................72
4.1b-11 Israel es derrotado y el arca de Dios es capturada .........74
8, 4-7.10-22 Lamento a causa del rey. El Señor no responde ............75
9, 1-4.17-19.26;10, 1 La elección de Saúl .............................................76
15, 16-23 La obediencia es mejor que el sacrificio .......................79
16, 1-13 Samuel consagra a David ..............................................81
17, 32-33.37.40-51 David derrota a Goliat ............................................82
18, 6-9;19, 1-7 Jonatán avisa a David de que Saúl trata de matarlo ......83
24, 3-21 Saúl comprende que no debe matar a David .................85
2 Samuel
1, 1-4.11-12.17-27 Anuncio de la muerte de Saúl ..................................86
7, 1-5.8b-11.16
El reino de David durará eternamente ......................44
504
Pasajes bíblicos
7, 4-17 Dios promete a David la descendencia ....................91
7, 18-19.24-29
La oración de David .................................................92
11, 1-10a.13-17 El pecado de David ..................................................93
12, 1-7.10-17
La confesión de David .............................................94
15, 13-14.30; 16, 5-13 David huye de Absalón .....................................98
24, 2.9-17
David y el pecado del censo del pueblo ...................101
1 Reyes
2, 1-4.10-12
3, 4-13 8, 1-7.9-13 8, 22-23.27-30
17, 1-6 17, 7-16 18, 20-39
18, 41-46 19, 9a.11-16
19, 19-21 21, 1b-16 21, 17-29 David dice a Salomón: «Ten valor y sé hombre» ..........102
La oración de Salomón para obtener la sabiduría .........104
El traslado del arca ........................................................106
La oración de Salomón .................................................107
Elías, profeta en Israel ..................................................241
Milagro a la viuda de Sarepta de Sidón .........................242
Enfrentamiento entre Elías y los profetas de Baal ........243
Elías invoca la lluvia .....................................................244
El susurro de una brisa suave en el Horeb .....................245
Elías echa su manto sobre Eliseo ..................................246
La viña de Nabot ...........................................................249
Elías defiende a Nabot contra Ajab ...............................250
2 Reyes
2, 6-14 Eliseo empieza su misión profética ...............................252
5, 1-15a La curación de Naamán ................................................130
11, 1-4.9-18.20
La maldad de la reina Atalía ..............................254
17, 5-8.13-15.18
Destrucción del reino de Samaría ......................259
19, 9-11.14-21.31-36 El rey Ezequías ora y Dios salva la ciudad .........260
22, 8-13; 23, 1-3
Descubrimiento del Libro en el Templo y renovación de la alianza ...........................................261
24, 8-17
Conquista de Jerusalén y destierro del rey ....................262
2 Crónicas
24, 17-25
Asesinato del sacerdote Zacarías ..................................255
Ester
4, 17k.l.s Confiar en la fuerza que viene de Dios .........................118
Job
1, 6-22 Job, ejemplo del creyente ..............................................363
3, 1-3.11-17.20-23 Job maldice el día de su nacimiento ......................364
9, 1-12.14-16
La justicia de Dios está por encima del derecho ....365
38, 1.12-21; 40, 3-5 La sabiduría creadora confunde a Job ...................367
42, 1-3.5-6.12-16 Última respuesta de Job .........................................368
Eclesiastés
1, 2-11 3, 1-11 11, 9–12, 8 Todo es como un soplo de viento ..................................358
Un tiempo para cada cosa .............................................359
Los días tristes de la vejez .............................................361
Pasajes bíblicos
505
Cantar de los Cantares
2, 8-14 La voz de la paloma ......................................................41
Proverbios
3, 27-35 El Señor ensalza a los humildes ....................................355
21, 1-6.10-13 El sabio tiene un corazón misericordioso .....................356
Sabiduría
2, 1a.12-22
No reconocer los misteriosos secretos de Dios .............140
Eclesiástico
47, 2-13 48, 1-4.9-11b
48, 1-14 Elogio de David ............................................................103
Elías volverá .................................................................30
Elías es arrebatado en un torbellino de fuego exilio .....253
Isaías
1, 10.16-20 1, 10-17 6, 1-8 7, 1-9 10, 5-7.13-16
11, 1-10 25, 6-10 26, 1-6 26, 7-12.16-19
29, 17-24 30, 19-26
35, 1-10 38, 1-6.21-22
40, 25-31 41, 13-20 45, 6-8.18-26
48, 17-19 49, 8-15 55, 10-11 58, 1-9a 58, 9b-14 65, 17-21 Dejar de hacer el mal, aprender a hacer el bien .............124
Culto y justicia ..............................................................283
La vocación de Isaías ....................................................280
Invitación a creer ..........................................................284
El orgullo vacío de los poderosos .................................285
Reposará sobre él el espíritu del Señor .........................18
El Señor prepara un convite para todos los pueblos ......19
Que entre una gente justa y fiel .....................................20
Mi alma te anhela, Señor ..............................................286
Aquel día los ojos de los ciegos verán ..........................21
Cuando oiga tu clamor el Señor te responderá ..............22
Buscar al Señor .............................................................25
Cántico de Ezequías ......................................................286
El Señor da vigor al cansado .........................................28
Yo soy tu redentor .........................................................28
Dios se dirige a todos ....................................................36
¡Si hubieras atendido a mis mandatos! .........................29
La alegría del retorno ....................................................138
La Palabra de Dios no quedará sin efecto .....................116
El ayuno agradable a Dios ............................................112
La misericordia restaura los caminos de los hombres ....113
«Creo cielos nuevos y tierra nueva» .............................136
Jeremías
1, 1.4-10 La vocación de Jeremías ...............................................291
2, 1-3.7-8.12-13 La infidelidad de Israel ...............................................292
7, 1-11 Jeremías contra las falsas seguridades ..........................294
7, 23-28 El culto sin fidelidad .....................................................132
11, 18-20 El profeta es perseguido, pero no deja de hablar ...........141
14, 17-22 Invocación para que Dios no rompa la alianza .............298
15, 10.16-21 La confesión de Jeremías ..............................................298
17, 5-10 Que el hombre no confíe en el hombre .........................125
506
18, 1-6 18, 18-20 20, 10-13 23, 5-8 26, 11-16.24 28, 1-17 30, 1-2.12-22
31, 1-7 31, 31-34 Pasajes bíblicos
Jeremías en casa del alfarero .........................................299
Insidias tramadas contra Jeremías .................................125
Oración del profeta encadenado ...................................148
El germen de David conducirá a Israel .........................38
Arresto y juicio de Jeremías ..........................................301
Disputa con el profeta Ananías .....................................304
El libro de la consolación ..............................................305
La salvación en el monte Sion ......................................306
Se promete a Judá la restauración .................................307
Lamentaciones
2, 2.10-14.18-19 Las hijas de Jerusalén gritan al Señor ........................264
Ezequiel
1, 2-5.24-28 La vocación de Ezequiel ...............................................312
2, 8–3, 4 El profeta es invitado a «comer» el libro ......................313
9, 1-7; 10, 18-22 Los justos se salvan de la destrucción ........................314
12, 1-12 El profeta predice el exilio ............................................315
16, 1-15.60.63 La fidelidad de Dios a la alianza con su pueblo ............316
18, 1-13.30-32 Dios juzga a cada cual según su conducta .....................317
18, 21-28 Alejarse de las culpas para vivir y no morir ..................119
28, 1-10 El profeta contra el rey de Tiro .....................................322
34, 1-11 Los pastores de Israel ....................................................322
36, 23-28 Santificar el nombre del Señor ......................................323
37, 1-14 Los huesos secos ...........................................................324
43, 1-7 El Señor vuelve .............................................................325
47, 1-9.12 El Templo, fuente de verdadera vida .............................137
Daniel
3, 14-20.46-50.91-92.95 La oración libera de la muerte .......................145
3, 25.34-43 Azarías reza en el horno ................................................131
13, 1.9.15-30.33-62 Susana experimenta la intervención de Dios .........144
Oseas
2, 16-18.21-22
6, 1-6 8, 4-7.11-13 10, 1-3.7-8.12 11, 1-4.8c-9 14, 2-10 14, 2-10 «Voy a llevarla al desierto y le hablaré al corazón» ......275
«Quiero amor, no sacrificio» .........................................134
La riqueza que aleja de Dios .........................................276
Es tiempo de buscar al Señor ........................................277
Dios es nuestro padre ....................................................278
Retorno al Señor ...........................................................279
El tiempo del retorno ....................................................133
Amós
2, 6-10.13-16 3, 1-8.11-12 7, 10-17 8, 4-6.9-12 9, 11-15 Injusticia, orgullo, desprecio de los pobres ...................266
No se puede no ser profeta ............................................267
Jeroboán quiere hacer callar a Amós .............................270
El final amargo de una sociedad rica .............................271
Elegidos por Dios pero no salvados ..............................272
Jonás
3, 1-10 Miqueas
2, 1-5 6, 1-4.6-8 7, 14-15.18-20 7, 14-15.18-20 Pasajes bíblicos
507
La profecía anunciada a Nínive ....................................117
Iniquidad e injusticia .....................................................287
El lamento de Dios ........................................................290
Dios, pastor misericordioso ..........................................290
Los prodigios de Dios se ponen de manifiesto por medio de su amor ...............................................................127
Nahúm
2, 1.3; 3, 1-3.6-7 ¡Ay de la ciudad sanguinaria! .....................................308
Sofonías
3, 1-2.9-13 La salvación es para todos los pobres ...........................34
Malaquías
3, 1-4.23-24 «Voy a enviaros al profeta Elías» ..................................43
Evangelio de Mateo
1, 1-16.18-23 Genealogía de Jesús ......................................................343
1, 18-25 José asume la paternidad legal de Jesús ........................148
2, 13-18 La matanza de los inocentes .........................................52
4, 18-22 Llamada de los primeros cuatro discípulos ...................17
9, 9-13 Vocación de Mateo ........................................................357
10, 17-22 La persecución de los discípulos ...................................49
11, 25-30 El Evangelio revelado a los sencillos ............................371
16, 13-19 La profesión de fe de Pedro ..........................................123
16, 13-20 El primado de Pedro .....................................................268
20, 20-28 Santiago de Zebedeo .....................................................297
26, 14-25 ¡Ay del traidor! ..............................................................155
27, 57-61 La sepultura ..................................................................336
Evangelio de Marcos
3, 31-35 El verdadero parentesco de Jesús ..................................420
6, 17-29 La muerte de Juan el Bautista .......................................334
Evangelio de Lucas
1, 1-4; 4, 14-21 Inicio del Evangelio según san Lucas ...........................87
1, 26-38 La anunciación ..............................................................171
1, 39-56 La Visitación .................................................................232
1, 57-66.80 Nacimiento de Juan el Bautista .....................................263
2, 22-40 Presentación de Jesús en el Templo ..............................99
6, 12-16 Elección de los Doce .....................................................396
10, 38-42 Marta y María ...............................................................300
15, 3-7 La oveja perdida ...........................................................236
19, 1-10 Zaqueo ..........................................................................332
23, 50-56 Sepultura de Jesús .........................................................161
508
Pasajes bíblicos
Evangelio de Juan
1, 45-51 Encuentro con Natanael (Bartolomé) ...........................329
1, 47-51 Cantemos al Señor, grande es su alabanza ....................366
12, 1-11 La unción de Jesús en Betania ......................................153
13, 21-33.36-38 Anuncio de la traición .................................................154
19, 25-27 Jesús y su Madre ...........................................................351
20, 1.11-18 El sepulcro vacío ...........................................................293
Hechos de los apóstoles
1, 21-26 Elección de Matías ........................................................213
2, 14.22-32 Pedro habla a la multitud ..............................................164
2, 36-41 Convertirse para construir una nueva comunidad .........165
3, 1-10 La curación del tullido ..................................................166
3, 11-26 Pedro habla a la multitud tras la curación del tullido ....167
4, 1-12 Pedro y Juan son arrestados ..........................................168
4, 13-21 El testimonio de Pedro y de Juan ante el Sanedrín ........169
4, 32-37 La primera comunidad cristiana ...................................172
5, 17-26 Arresto y milagrosa liberación de los apóstoles ............173
5, 27-33 Los apóstoles son procesados nuevamente ...................174
5, 34-42 La intervención de Gamaliel .........................................175
6, 1-7 La institución de los siete diáconos ...............................176
6, 8-15 El prendimiento de Esteban. .........................................179
7, 51–8, 1 La lapidación de Esteban ..............................................180
8, 1-8 Persecución y misión de la primera comunidad ............180
8, 26-40 Felipe bautiza a un ministro etíope ...............................181
9, 1-9 Conversión de Saulo .....................................................89
9, 1-20 La conversión de Pablo .................................................182
9, 31-42 Pedro cura a un paralítico y resucita a una mujer ..........183
11, 1-18 Pedro justifica su misión a los paganos .........................186
11, 19-26 Fundación de la Iglesia de Antioquía ............................187
12, 24–13, 5 El envío en misión de Pablo y Bernabé .........................188
13, 13-25 Predicación de Pablo en Antioquía de Pisidia ...............189
13, 26-33 Prosigue la predicación de Pablo en Antioquía .............190
13, 44-52 Pablo y Bernabé se vuelven a los gentiles. ....................191
14, 19-28 Fin de la primera misión de Pablo .................................195
15, 1-6 Controversias en Antioquía y Jerusalén ........................196
15, 7-21 La asamblea de los apóstoles ........................................196
15, 22-31 La carta apostólica ........................................................197
16, 1-10 Travesía de Asia Menor ................................................198
16, 11-15 La llegada a Filipos .......................................................201
16, 22-34 Conversión del carcelero ..............................................202
17, 15.22 Pablo entra en Atenas ....................................................203
18, 1-8 Fundación de la comunidad de Corinto ........................203
18, 9-18 «Tengo yo un pueblo numeroso en esta ciudad» ...........204
18, 23-28 La acción de Apolo .......................................................205
19, 1-8 Pablo en Éfeso ..............................................................208
20, 17-27 Adiós a los ancianos de Éfeso .......................................209
Pasajes bíblicos
509
20, 28-38 Pablo encomienda a los ancianos a la Palabra ...............210
22, 30; 23, 6-11 Pablo ante el Sanedrín de Jerusalén ..............................211
25, 13-21 Pablo y el rey Agripa .....................................................212
1 Corintios
1, 1-9 Pablo da las gracias a Dios por la Iglesia de Corinto ....330
1, 17-25 La locura de la cruz .......................................................331
2, 10b-16 «Tened los mismos sentimientos» ................................335
3, 18-23 La responsabilidad de construir ....................................337
4, 1-5 Atención cuando juzgamos ...........................................338
4, 6b-15 Pablo exhorta a los corintios a que sean humildes ........338
5, 1-8 Erradicar el mal y ser fermento de bien ........................341
6, 1-11 No recurrir a los tribunales paganos .............................342
7, 25-31 Librarse del mundo .......................................................342
9, 16-19.22-27 Siervo de todos .............................................................344
10, 14-22 El único cuerpo de Cristo ..............................................345
11, 17-26.33 La Eucaristía es la unidad de los discípulos ..................347
12, 12-14.27-31 El cuerpo y los miembros ............................................348
15, 12-20 La resurrección de Jesús, centro del Evangelio ............352
15, 35-37.42-49 Cómo resucitan los muertos ........................................353
Gálatas
1, 6-12 Remitente y dirección ...................................................371
2, 1-2.7-14 La asamblea de Jerusalén ..............................................372
3, 1-5 La experiencia cristiana ................................................374
3, 7-14 La bendición de Abrahán es fruto de la fe .....................374
3, 22-29 La ley no anula la promesa ...........................................375
4, 22-27.31–5, 1 Las dos alianzas: Agar y Sara .....................................378
5, 1-6 La libertad cristiana ......................................................378
5, 18-25 Libertad y caridad .........................................................379
Filipenses
1, 18-26 2, 1-4 3, 3-8 3, 17-4, 1 4, 10-19 En primer lugar, el Evangelio .......................................397
El Señor se rebaja .........................................................399
Nuestra única gloria es el Señor Jesús ..........................403
Imitar a los santos .........................................................403
Pablo agradece la cercanía y el afecto ...........................404
2 Tesalonicenses
1, 1-5.11b-12 Remitentes y destinatarios ............................................327
2, 1-3a.13-17 Exhortación a la perseverancia .....................................328
Efesios
1, 1-10
1, 11-14
1, 15-23 2, 1-10 3, 2-12 Saludo ...........................................................................380
El plan divino de la salvación .......................................381
Triunfo y supremacía de Cristo .....................................382
La salvación en Cristo, don gratuito .............................384
Pablo, ministro del misterio de Cristo ...........................386
510
Pasajes bíblicos
3, 14-21 4, 1-6 4, 7-16 4, 32–5, 8 5, 21-33 6, 1-9 6, 10-20 Súplica de Pablo ...........................................................387
Unidad y crecimiento del cuerpo de Cristo ...................388
Edificar el único cuerpo de Cristo .................................389
Imitar a Dios como hijos de la luz .................................492
La relación entre los esposos ........................................393
Revolución en las relaciones familiares y sociales .......394
La vida de fe como combate y oración .........................395
2 Timoteo
1, 1-8 1, 1-3.6-12 2, 8-15 4, 1-8 La gracia del ministerio recibido ..................................90
Las gracias recibidas por Timoteo ................................233
La Palabra de Dios no está encadenada ........................234
Exhortación a anunciar la Palabra de Dios ...................237
Tito
1, 1-9 2, 1-8.11-14 3, 1-7 Saludo ...........................................................................407
Deberes de los distintos estados ....................................408
Deberes hacia los superiores y hacia el prójimo ...........409
Filemón
7-20 Acoger al esclavo como a un hermano .........................410
Santiago
3, 13-18 4, 1-10 4, 13-17 5, 1-6 5, 9-12 5, 13-20
La vida del cristiano es humilde y sabia .......................217
«Pedís y no recibís porque pedís mal» ..........................218
«No sabéis qué será de vuestra vida mañana» ..............219
La vanidad de las riquezas ............................................220
«El juez está ya a las puertas» .......................................221
La fuerza de la oración ..................................................222
1 Pedro
1, 3-9 1, 10-16 1, 18-25 2, 2-5.9-12 4, 7-13 5, 1-14 La alegría de los creyentes ............................................224
«Seréis santos, porque santo soy yo» ............................225
Amarse unos a otros ......................................................226
Linaje elegido, sacerdocio real, nación santa ................227
«El amor cubre multitud de pecados» ...........................228
«Mi hijo Marcos» .........................................................194
2 Pedro
1, 2-7 Dios nos lo da todo para una vida santa ........................232
1 Juan
2, 3-11 2, 12-17 2, 18-21 2, 22-28 3, 7-10 3, 11-21 3, 22 – 4, 6 Quien ama a su hermano permanece en la luz ..............53
Quien cumple la voluntad de Dios permanece ..............53
Es la última hora, la de la decisión ................................54
Lo que oísteis permanezca en vosotros .........................58
Quien permanece en Dios no peca ................................61
Hemos pasado de la muerte a la vida ............................61
«Examinad si los espíritus son de Dios» .......................64
Pasajes bíblicos
511
4, 7-10 4, 11-18 Dios es amor .................................................................65
Si nos amamos, Dios permanece en nosotros ...............66
2 Juan
1.3-9 El mandamiento del amor .............................................411
3 Juan
5-8 Acoger a los misioneros ................................................412
Judas
1, 20-25 Perseverar en la misericordia de Dios ...........................229
Apocalipsis
1, 1-5a; 2, 1-5 La revelación ................................................................414
3, 1-6.14-22 A las iglesias de Sardes y de Laodicea ..........................415
4, 1-11 El trono, los vivientes, los ancianos ..............................416
5, 1-10 El libro sellado ..............................................................416
10, 8-11 El librito devorado ........................................................417
11, 4-12 Los dos testigos .............................................................418
14, 14-19 Los ángeles del juicio ...................................................421
15, 1-4 Las siete plagas de las siete copas .................................422
18, 1-2.21-23; 19, 1-3.9 Lamentaciones por Babilonia .........................423
20, 1-4.11–21, 2 El reino de mil años de Cristo .....................................425
22, 1-7 El árbol de la vida .........................................................425
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