Patología, ¿quo vadis? Por: Luis E Ferrer Torres, MD FCAP HRP Labs Immunopathology and Molecular Pathology Division Son muchos los retos a los cuales los patólogos se enfrentan todos los días. Desde el advenimiento de la revolucionaria técnica de inmunohistoquímica (IHQ o IHC (por sus siglas en inglés) e inmunocitoquímica (ej. Citometría de Flujo) para uso rutinario y diagnóstico en los años 80´s esta subespecialidad de la medicina ha sido invadida por nuevas técnicas que buscan mejorar y expandir las interpretaciones y hallazgos en los tejidos o fluidos analizados en los laboratorios de patología. Ahora podemos añadir al inventario de estos médicos comprometidos con el diagnóstico, tratamiento y manejo de las enfermedades que afectan a los seres humanos, técnicas moleculares, que cuando las aplicamos al campo de la patología crean el innovador campo de la Patología Molecular. La Patología Molecular logra analizar a nivel sub-microscópico las moléculas que componen las células, tejidos y órganos que componen los seres humanos. A través de este análisis el patólogo puede extraer aún más información de los tejidos y fluidos del ser humano que recibe para análisis de forma rutinaria en su laboratorio. Desde los comienzos de la patología moderna con Rudolf Virchow a finales del siglo 19, cuando las interpretaciones de los tejidos enfermos se basaban en su apariencia bajo la lupa del microscopio, la patología ha evolucionado para utilizar estas técnicas ancilares que descubren información escondida al ojo humano. Esta información es de tal utilidad que no solo se limita a la toma de la decisión del proceso patológico que esta afectando al paciente sino que también ha llegado a determinar el manejo y tratamiento, incluyendo, algo nunca algo antes visto, la farmacoterapia (farmacogenética), que el paciente es o será candidato. Entre las tantas técnicas moleculares que ahora forman parte de la Patología Molecular podemos mencionar la de ISH (“in-situ fluorescent hybridization”), PCR (“polymerase chain reaction”) y secuenciación genética (“genomic seuqencing”). Estas pruebas ayudan al patólogo a corroborar o sub-clasificar procesos cancerosos (ej. SYT (carcinoma de células sinoviales), EWS (tumores de neuroectodermo primitivo), PML-RARA (leucemia aguda mieloide)) como determinar medicamentos que el paciente podría recibir, por parte de su oncólogo, como parte de su tratamiento (ej. ALK, HER2, EGFR, KRAS, BRAF). Contestando nuestra pregunta… Moviéndose a pasos agigantados. Los patólogos enfrentan una oleada de información y nuevas pruebas que hacen de este campo de la medicina uno aún más interesante y retante.