CRITERIOS PARA LA ASIGNACIÓN DE COMPETENCIAS Y RESPONSABILIDADES A LOS DIFERENTES NIVELES DE GOBIERNO Yván Serra D. Lic. en Estudios Políticos y Administrativos, UCV (1986). Master de Administración IESA (1991). Profesor de Postgrado de la Universidad de Carabobo, Universidad Central de Venezuela, Universidad Nacional Experimental del Táchira, Universidad Nacional Experimental de las Fuerzas Armadas y Universidad José Antonio Páez. Resumen En el presente ensayo se intenta ofrecer algunos criterios que resulten útiles para los funcionarios e investigadores en la formulación y diseño de las políticas públicas, en el tema de cómo descentralizar funciones y competencias a los diferentes niveles de gobierno. Si bien es conocido que existe una división horizontal y una división vertical de poderes, concibiendo la primera como la estructura clásica del estado propuesta por Locke y Montesquieu, en legislativo, ejecutivo y jurisdiccional, es en la actualidad y las tendencias a recientes, así lo confirman, que existe una mayor preocupación por la división vertical de poderes, que refiere fundamentalmente a los diferentes grados de autonomía que existen entre el poder nacional central, el ciudadano y los órganos territoriales intermedios, como los estados y municipios. Luego de realizar algunas consideraciones sobre las condiciones que deben existir para la creación de entidades territoriales subnacionales, el ensayo se dirige a discernir, cuales deben serlas competencias en los diferente niveles de gobierno, atendiendo en primer lugar, al principio, que el ciudadano debe ser libre para interactuar en el mercado, y delimitando la función del estado, solo cuando este mecanismo de intercambio de bienes falla. Se destaca el principio que el estado igualmente puede y debe intervenir para procurar un mayor nivel de equidad en la distribución de la riqueza en una sociedad. Aclarado el punto sobre las competencias teóricas de los gobiernos en cualquiera de sus niveles, se advierte entonces del concepto de fallas de gobierno. En este sentido, un segundo criterio a tomar en cuenta para la asignación de responsabilidades a las diferentes unidades subnacionales, descansa en el hecho que debe darse la responsabilidad al nivel de gobierno, en el cual la posibilidad de falla sea menor. Finalmente, se explicitan los criterios definitivos, que a juicio del autor deben considerarse a la hora de asignar responsabilidades a los diferentes niveles gubernamentales, que de acuerdo a los principios ya bastante estudiados de racionalidad, serían el criterio técnico, criterio económico, criterio social, capacidad organizacional y criterio político. APPROACHES FOR THE ASSIGNMENT OF COMPETITIONS RESPONSIBILITIES AT THE DIFFERENT LEVELS OF GOVERNMENT AND Abstract The present essay tríes to offer some approaches that are useful for the officials and investigators in the formulation and designs of policies of the law, in the topic of how to decentralize functions and competitions at the different government levels, A lthough it is well-known that itexists a horizontal division and a vertical division ofpowers, conceiving the flrst one as the classic structure of the state proposed by Locke and Montesquieu, in legislative, executive andjurisdictional, it is atthepresent time and the recent tendencias confirm it this way, that a bigger concem exists for the vertical divisionof powersthatrefers fundamentally to the different grades of autonomy that exist among the central naconal power, the citizen and the organs temtorial interrnissions, as the states and municipalities. After carrying out some considerations on the conditions that should exist for the creation of sub nacional territorial entibes, the rehearsal goes to discem which shouldbe the competitions in the differentgovernmentlevels, assisting in the firstplace, at the beginning that the citizen should be free to interact in the market, and defining the function of the state, alone when this mechanism of exchange of goods flaca. It stands out the principie that the state equally can and it should intervene to offer a bigger level of justness in the distribucion ofthe wealth in a society. Clarified the point on the competitions of the governments, in the theoretical sense, in anyone of its levels, it is noticed then the concept of government flacas. In this sense, a second approach to take finto account for the assignment of responsibilities to the different sub national units, rests in the fact thatthe responsibility should be givenatgovemment's level, in which the flaw possibility is smaller. Finally, it makes explicit the definitive approaches, that according to the author should be considered when assigning responsibilities to the different government levels, that according to the principios already enough studied of rationality, would be the technical approach, economic approach, social approach, organizational capacity and political approach. CRITERIOS PARA LA ASIGNACIÓN DE COMPETENCIAS Y RESPONSABILIDADES A LOS DIFERENTES NIVELES DE GOBIERNO 1. La Organización del Estado El Estado existe para mejorar las condiciones de vida de los individuos que habitan en un territorio. Cualquier forma de organización que asuma el Estado debe, por lo menos idealmente, conformarse para maximizar su capacidad para mejorar el bienestar del ciudadano a los cuales pretende atender. En este contexto, el monopolio de la fuerza pública, elemento caracterizador del Estado (Weber,1922), solo debe utilizarse para la defensa de la nación y para garantizar las reglas que los ciudadanos acordaron para mantener la paz social y mejorar su calidad de vida. La organización estatal responde tradicionalmente a dos principios. En primer lugar, la distribución de poderes al interior del Estado. Desde los trabajos de Montesquieu y Locke se acepta en todas las democracias occidentales, que para evitar el abuso del poder por parte de los Gobiernos (García Pelayo,1959), éste debería estar dividido al menos en tres funciones básicas: legislativa, que se ocupa del diseño de las leyes o normas fundamentales derivadas generalmente de una constitución; ejecutiva, la cual es el órgano encargado de implementar dichas normas, y la función jurisdiccional, la cual dirime los conflictos o controversias surgidas por la implementación de dichas normas. En la constitución venezolana se establecieron dos poderes adicionales, el poder ciudadano encargado de proteger, al menos en teoría, al ciudadano de los abusos de autoridad por parte de los funcionarios públicos y el poder electoral, responsable del arbitraje y la ejecución de los procesos electorales que se realizan en el país. La segunda gran división responde a los niveles territoriales que conforman el Estado. Desde este punto de vista existen competencias que corresponde al Estado Nacional, mientras que otras competencias las ejercerían unidades de gobierno con diferentes grado de autonomía y cuyas denominaciones y características cambian dependiendo el país, así se pueden llamar estados, regiones, provincias, municipios, distritos, parroquias, condados, cantones, entre otras. La mayor parte de los países mantienen algún tipo de división territorial. Incluso los llamados Estados Unitarios, poseen en muchos casos un nivel de organización subnacional que por lo general se denominan municipios. Los Estados Federales se caracterizan por la existencia de un Estado Nacional coexistiendo con un conjunto de espacios territoriales que mantienen gobiernos con cierta autonomía con respecto a este poder, estas por lo general comprenden al menos tres niveles de gobierno: nacional, estadal y municipal. En Venezuela, además de estos tres niveles de poder, existen dentro de los Estados otro nivel de división territorial, conocidos como parroquias. La particularidad de estos órganos es su gran dependencia financiera con relación al municipio y la ausencia de una instancia administrativa que se ocupe de implantar sus acuerdos. Una descripción de esta división y sus respectivos órganos se pueden observar en la tabla siguiente: Los defensores del Estado Unitario asumen que este tipo de organización favorece la estabilidad de la nación, la cual puede verse afectada por los intereses particulares de los gobernantes de cada parcela político territorial. Por su parte los defensores del Estado Federal, cuestionan la capacidad del poder nacional para atender las diferentes necesidades de las regiones y de los ciudadanos de las provincias, y asumen que la cercanía de los ciudadanos a los centros de poder, es un incentivo importante para mejorar la eficacia de la gestión gubernamental. Las tendencias políticas actuales presionan cada vez con mayor fuerza a entregar competencias del nivel nacional a los niveles inferiores del Estado, hecho que se conoce como Descentralización. En tal sentido, son las provincias y los gobiernos locales los que asumen mayores responsabilidades en educación, salud, transporte, dotación y mantenimiento de la infraestructura pública; para garantizar el acceso a los servicios públicos, sin embargo, la política de descentralización, en ocasiones resulta ser el producto de los procesos de negociación política mas que un proceso racional con miras en el bienestar del ciudadano. Es en este sentido y para ofrecer un aporte para profundizar las políticas de descentralización, en este escrito se abordarán algunos criterios que deben apoyar a los hacedores de políticas, cuando se tenga que decidir sobre la asignación de responsabilidades y competencias a los órganos de Gobierno, atendiendo a su división por el ámbito espacial. 2. Algunas sugerencias para Departamentalizar un Estado Federal Sobre la división básica en los Estados Federales, se puede crear nuevos niveles de gobiernos, se pueden agregar estados o municipios a partir de la segregación de los estados o municipios actuales. Los criterios para dividir los Estados y Municipios pueden ser variados. Estos pueden responder al número de población, la superficie territorial o identidad cultural; también puede atender a resultados de procesos históricos o conveniencias particulares propias de los procesos de negociación política. En el caso particular de Venezuela, la Constitución establece que Venezuela es un Estado Federal, En ella se instauran tres niveles de Gobierno: Nacional, Estadal y Municipal. Sin embargo esta estructura no es nueva, y en este aspecto la constitución actual no difiere sustancialmente de la Constitución de 1961. La conformación estadal en Venezuela, más que responder a criterios poblacionales o territoriales, es el resultado de un proceso histórico que tuvo su origen en la estructura de la Capitanía General de Venezuela y posteriormente como resultado de la Guerra Federal. De esto ya han pasado más de siglo y medio, tiempo suficiente para generar sentimientos de identidad de los pobladores con sus Estados, por lo que tratar de modificar esta conformación territorial puede tener como barrera este sentimiento. Este hecho hace suponer que sea difícil modificar la presente estructura para conformar una Nación estructurada en un número menor de entidades territoriales estadales. Más bien la tendencia actual es hacia la división de las entidades existentes, para la creación de nuevos Estados. De hecho en las últimas décadas se crearon el Estado Delta Amacuro y el Estado Amazonas, antes territorios federales y últimamente el Estado Vargas, antiguo Departamento Vargas, la cual era un territorio componente del antiguo Distrito Federal de la República de Venezuela. La conformación de nuevos Estados, por lo general, responde a razonamientos políticos que atiende a criterios de redistribución de la riqueza o principio de equidad interterritorial. Recuérdese que todos los Estados participan de manera equitativa en un 30% del Situado Constitucional, mientras que el resto del situado es dividido atendiendo al criterio poblacional. En este sentido, una región puede tener claros intereses en pasar de la categoría de Municipio a Estado, a fin de mejorar su participación sobre estos recursos. Las mismas consideraciones ocurren cuando los órganos legislativos estadales se plantean la creación de nuevas entidades municipales. A las consideraciones de equidad interterritorial, con frecuencia se añaden los motivos propios de la actividad política, donde el interés por aumentar cargos burocráticos o aumentar o debilitar a factores políticos aliados o adversos, pueden favorecerla creación de nuevas entidades territoriales. 3. ¿Qué le corresponde hacer al Estado? Quizás la primera tarea que le corresponde definir a un Estado, en cualquiera de sus niveles, es su área global de competencia. Se trata de delimitar el área de acción del Estado en donde posee ventajas sobre el sector privado. Si el área de actividad, puede realizarse mejor fuera del ámbito gubernamental, entonces debería dejarse a los particulares su realización. La economía de bienestar, ha procurado ofrecer respuestas en este sentido. Para ello se fundamenta en los siguientes principios: El individuo es el principal responsable de su propio bienestar. Los individuos son seres racionales, es decir, cada persona está en capacidad de dirimir cuales bienes y servicios son los que requiere para maximizar su bienestar Los individuos tienen información suficiente para conocer cuales productos y servicios que se ofertan en el mercado responden a sus necesidades particulares. La gama de bienes y servicios que se ofrecen en el mercado, los individuos escogerían aquellos que maximizan su bienestar, en cualquiera de los tres sentidos que esta generalmente se asume: El bien o servicio disminuye el dolor, El bien o servicio aumenta la seguridad El bien o servicio aumenta el placer Se puede demostrar que, por lo general, es el mercado el mecanismo idóneo para asignar los recursos de la manera más eficiente en una sociedad. Si lo que se pretende es maximizar el bienestar individual de todos los integrantes de una sociedad, la mejor respuesta sería permitir al mercado actuar, y así cada individuo, a través de las transacciones realizadas en uso de su libertad, estaría en capacidad de lograr sus objetivos individuales. El resultado societario final sería un punto de equilibrio, en el cual sería imposible realizar una nueva transacción, sin que algunas de las partes intervinientes fuera afectada negativamente. Este punto de equilibrio es lo que se conoce como Óptimo de Pareto. 1 (Stiglitz,1993) 1 Una segunda alternativa de lograr esta asignación eficiente que se ha experimentado en la historia, es a través de la planificación desde una entidad central, generalmente dirigida desde el gobierno. Se supone que esta entidad estaría al tanto de las necesidades de los individuos y de las capacidades y recursos para producir, y en ese sentido ordena la producción de bienes y servicios dispuesto a satisfacer esas necesidades. Ciertamente, los ejemplos históricos de organizaciones sociales que han procurado asignar bienes de manera discrecional, como los países comunistas, han fracasado al momento de proporcionar condiciones de vida digna a sus pobladores. Sin embargo, hay situaciones en la que el mercado falla y no puede garantizar una asignación eficiente de los recursos de una sociedad. Por ejemplo, cómo puede garantizar el mercado la protección de bienes y personas, cómo se puede proteger a los más débiles de los más poderosos a la hora de establecer intercambios. En situaciones de falla de mercado, éste, o bien no puede producir determinado bienes, o no esta en capacidad de proveerlos eficientemente. Para la corrección de fallas de mercado, es que existe la organización estatal. El Estado interviene para corregir estas fallas y favorecer una correcta asignación de los productos sociales. Las principales fallas de mercado detectadas por los especialistas son las siguientes (Stiglitz, op cit y Obuchi, 2003): Bienes públicos. Este tipo de bienes por lo general no los provee el mercado debido a que poseen las siguientes características: 1. Imposibilidad de exclusión: No existe posibilidad alguna de que una vez provisto el bien, pueda excluirse a cualquier persona de su disfrute. 2. Ausencia de rivalidad en el consumo: El costo marginal de un bien público es igual a cero, por tanto, el disfrute del bien por un individuo adicional no genera mayores costos en la producción de dicho bien. Un Ejemplo típico de bien público es la Seguridad Nacional. Una vez que una nación crea un ejército para defender a sus pobladores, todos los que en ella habitan se encuentran protegidos. Es imposible que el Ejército solo proteja a aquellos que deciden pagar por su manutención, ya que solo por el hecho de existir, brinda protección. A su vez el costo del ejército no depende del tamaño de la población a la que protege, sino de la capacidad y recursos de los potenciales rivales. En el caso de los bienes públicos, no existen incentivos para la provisión privada del bien, ya que al no ser posible la exclusión del disfrute del bien de los particulares, la figura del "free rider" 2 haría poco rentable esta actividad para el sector privado. 2 En español "coleado" o polizonte. Fallas en la competencia: Para que un mercado sea eficiente, debe existir el número suficiente de proveedores, de tal manera que la competencia entre ellos obligue a éstos a ofrecer los bienes y servicios con la mejor calidad y el mejor precio. En el caso que existe un solo proveedor se conoce como monopolio, y la presencia de pocos competidores se denomina oligopolio 3. El problema social de este tipo de conformación económicas son los fuertes incentivos para que el agente económico produzca una cantidad sub-óptima del bien a fin de conseguir precios más elevados en el mercado, perjudicando con ello al consumidor y generando al monopolista una renta adicional. Las fallas de competencia se pueden dar en varias circunstancias: A. Monopolios Naturales: Existen casos en que la eficiencia económica se logra a medida que disminuye el número de oferentes de un mercado. Es el caso de aquellas industrias que requieren de grandes niveles de inversión inicial y poseen altos costos fijos, los costos medios de los productos disminuyen a medida que la cantidad de productos fabricados aumentan. Es de conveniencia social, por tanto, que existan un número mínimo de oferentes para estimular el abaratamiento del bien. Ejemplo de monopolios naturales lo constituyen las empresas de generación y transmisión de electricidad. B. Monopolios Artificiales: Se refieren a la existencia de un solo proveedor en el mercado, sin que medien razones económicas o sociales que lo justifiquen. En estos casos los gobiernos intervienen a través de leyes antimonopolio, generalmente obligando a la fragmentación de los monopolios o generando un ambiente favorable para la instalación de nuevas industrias. La regulación de los monopolios: Independientemente de las razones por la que exista el monopolio, existen fuertes incentivos que favorece la posición de los monopolistas a costa del consumidor. En el caso de monopolios naturales, la intervención del Estado es a través de la regulación de los precios y de la calidad del servicio. También ha sido frecuente la provisión directa de los productos, a través de la creación de empresas estatales, aunque este mecanismo, ha demostrado ser menos eficiente que las políticas de regulación. 3 No necesariamente un oligopolio significa perdida de eficiencia. Los estudios de Porter demostraron que la rivalidad entre pocos competidores, puede ser un incentivo mayor que la competencia perfecta para mejorar las condiciones de precio y calidad de los productos que se ofrecen en un mercado. C. La Competencia Desleal: La libre competencia puede verse afectada por la conducta poco ética de las empresas. Desde el caso de la quiebra de la embotelladora de los refrescos Grapette, quien salió del mercado gracias a la destrucción de sus botellas, estimulada desde los competidores, hasta la política del dumping, amparada por subsidios gubernamentales, existe el peligro que un comportamiento de irrespeto a las leyes del mercado y a la ética de los negocios, afecte la supervivencia de otras empresas alentando así la aparición de monopolios. También es frecuente que empresas con posición de dominio sobre el mercado, intenten limitar la entrada de nuevos competidores a través de la creación de barreras a la entrada. Para evitar la competencia desleal, el gobierno regula la conducta de los agentes económicos a fin de sancionar ésta práctica. Externalidades: Puede ocurrir que durante la actividad de producción o consumo, cualquier ente económico infrinja costos o genere beneficios a otros agentes económicos, sin que aquellos sean recompensados o penalizados por este bien o daño. Ejemplo típico de una externalidad es la contaminación ambiental. Las empresas producen bienes y servicios para ofrecerlos al mercado, venderlos y obtener una ganancia por ello. Los costos internos que ella incurre para su producción están incorporados en el precio del producto y por tanto es pagado por quienes obtienen valor por su adquisición. No así los costos que infringe la empresa al resto de la sociedad. En este caso, el mercado por si solo es incapaz de generar incentivos para evitar que los agentes económicos contaminen. Como estos costos no forman parte de las erogaciones de la empresa, ésta no tendría ninguna razón para no contaminar. El Estado interviene para desestimular las externalidades negativas y favorecer las positivas Asimetría en la Información: Para que un mercado sea eficiente, los consumidores deben conocer los atributos de los productos a adquirir, para así poder determinar si su valor responde a las expectativas que posee sobre el bien y determinar que su precio este en correspondencia, al menos, con lo que se esta dispuesto a pagar por ello. Ahora bien, es prácticamente imposible que todos los consumidores en una sociedad, tengan conocimientos siquiera satisfactorios, sobre la calidad de todos los productos que se ofrecen en un mercado. Resulta prácticamente imposible para cualquier persona determinar a priori, si un medicamento posee efectos colaterales adversos, distintos a las propiedades curativas que dice tener en el envase. El cliente que busca una asesoría legal, difícilmente puede determinar a ciencia cierta que cualquier individuo que este dispuesto a defenderlo, tenga los conocimientos y las habilidades jurídicas y extra jurídicas para defender su causa en un tribunal. Por lo general el proveedor maneja una mayor información que los consumidores acerca de los atributos de su producto. 4 A fin de evitar el fraude o el engaño, el Estado interviene, para que los ofertantes de un bien o servicio, informen de manera veraz sobre lo que están ofreciendo, o regulando la calidad de los productos a través de la creación de estándares. Igualmente puede certificar las habilidades de una persona a través de los títulos profesionales. La inexistencia de Mercado: Cuando faltan oferentes este mercado es inexistente. Puede ser de interés para una sociedad incentivor la producción de un bien, en el caso que el sector privado no muestre interés en su producción, si se determina que existe una demanda para dicho bien. El caso del seguro contra el desempleo es una demostración de un bien que a pesar de no ser un bien público, difícilmente pudiera ser provisto por el mercado.5 En este caso, el Estado asume la provisión del bien. Otros casos de mercados inexistentes lo representan las políticas de desarrollo sectoriales como el turismo. En Venezuela, ante la escasez de un mercado hotelero que pudiera satisfacer la demanda nacional e internacional, el Estado construyó una red hotelera a través del CONAHOTU (hoy día Vice- Ministerio de Turismo). Estos Hoteles finalmente fueron privatizados, una vez vencida la resistencia del sector privado en invertir en este tipo de negocios. Los Centros de Investigación de Ciencia y Tecnología también se pueden justificar a partir del criterio de mercados inexistentes. 4 Aunque el consumidor también puede ocultar información a su proveedor. Por ejemplo puede ocultar el monto que realmente esta dispuesto a pagar por un bien, o puede mentir sobre sus intenciones de compras o alardear sobre la existencia de otros proveedores que le están ofreciendo la misma mercancía a un menor costo. 5 En el caso del seguro contra el desempleo difícilmente se pudiera evitar que la gente se desemplee una vez pagada la prima, por lo que la elevada siniestralidad lo haría un negocio de difícil rentabilidad. El otro criterio: La Equidad. Una razón adicional para la presencia del Estado es la corrección de una situación de injusticia social. El aparato del Estado funciona entonces, para la redistribución de la riqueza o para garantizar a las personas de menores recursos el acceso a bienes o servicios que por alguna razón se supone que todos deben tener derecho 6. Las políticas de redistribución del ingreso se realizan, por lo general, a través de las tasas diferenciadas y exenciones en los impuestos o por vía de los subsidios. Estos son directos, cuando el beneficiario recibe directamente los recursos del Estado; o indirecto, cuando se subsidia a una entidad proveedora de un bien o servicio, con la condición de modificar el precio del bien que ellos producen. Ejemplo de subsidio directo es el subsidio alimentario. Éste programa consistía en una erogación monetaria por parte del Estado, que era recibido por las familias de bajos recursos que tenían hijos en edad escolar y que asistían regularmente a planteles de educación básica favorecidos por el programa. Ejemplo de subsidio indirecto, es el transporte estudiantil, donde el Estado paga una cuota a los transportistas, a cambio de mantener un pasaje preferencial para los estudiantes. La existencia de escuelas públicas, responde por lo general a una política de redistribución del ingreso. El Estado considera que la educación es un bien meritorio, debido a que es a través de la educación que se puede garantizar la igualdad de oportunidades y promover el crecimiento económico. En función de satisfacer esta necesidad y dado que, no todas las familias de una sociedad están en capacidad de costear sus estudios y la de sus hijos, se establece una política de educación gratuita y obligatoria y el Estado asume la oferta del servicio. 6 Estos bienes son conocidos por la literatura como bienes meritorios. De igual manera el Estado ofrece el servicio de hospitales y ambulatorios, cuya finalidad es la restitución de la salud de la población que no posee recursos para ingresar a clínicas privadas.7 Como conclusión, antes de abordar el tema de la asignación de competencias de un Estado en sus distintos niveles, el primer factor a determinar es la pertinencia que una actividad cualquiera sea asumida por el Estado. Si no existen fallas de mercado o problemas de inequidad en la distribución de la riqueza, se debe por principio dejar esa actividad al sector privado. Si por el contrario, estamos ante presencia de fallas de mercado o existen razones de justicia social, el Estado debe intervenir, y en ese momento es cuando cobra importancia preguntarse a qué nivel de gobierno puede ser más efectiva la intervención, entendiendo por efectividad el impacto que produce en la población beneficiaria la implantación de una política pública (Zambrano, 2002). 4. Fallas de Gobierno Se entenderá como falla de Gobierno cuando la intervención del Estado conduce a situación de menor eficiencia o una mayor desigualdad en la distribución de la renta, previa a su intervención. Es conocido que la actuación del Estado puede afectar el desenvolvimiento de los mercados haciendo ineficiente su funcionamiento. Al establecer altas cuotas arancelarias o restringir la importación de bienes, el Estado está "cartelizando", de hecho, la economía de un país. En esta situación, los entes productores tienen pocos incentivos para mejorarlos precios o la calidad de sus productos, afectando el bienestar de los consumidores. De acuerdo a Krueger (1990), existen dos tipos de fallas de Gobierno: Las fallas de omisión, las cuales ocurren cuando existe una falla de mercado y el Estado no interviene para su corrección. Las fallas de comisión, que ocurren cuando la intervención del Estado en vez de acercarse el punto de equilibrio paretiano, lo aleja. Esto pudiera ocurrir, porque interviene en áreas donde no existen fallas de mercado; o cuando a pesar de que su intervención procura corregir una falla de mercado, su actuación logra el efecto contrario. Por tanto, si la intervención del gobierno no va a mejorar la situación social, es preferible para la sociedad que el gobierno se abstenga de participar. 7 A diferencia de lo que en términos epidemiológicos se conoce como salud pública, la cual posee todas las características de un bien público, la restitución de la salud de los individuos se considera un bien privado. La excepción es clara cuando se trata de enfermedades endémicas o infectocontagiosas, cuyo tratamiento a los enfermos se hace necesario para evitar su propagación a la Desde este punto de vista al momento de asignar competencias a los diferentes niveles de gobierno, se debe analizar a que nivel, el riesgo que el gobierno falle es menor. Se deberá vigilar por tanto dos tipos de riesgos fundamentales: Incapacidad de los organismos circunscritos a cierto nivel de gobierno, para diseñar y ejecutar exitosamente políticas públicas Daños potenciales que pudieran sufrir los pobladores de una jurisdicción, por las fallas cometidas por los gobierno en la implementación de políticas públicas. El primer criterio tiende a elevar las competencias a los niveles superiores, bajo el supuesto que a medida de que se asciende en lo niveles gubernamentales se incremente el acceso a todo tipo de recursos, especialmente financieros y humanos. El segundo criterio tiende a bajar las competencias a las jurisdicciones de menor nivel. La razón fundamental es que diversifica el riesgo entre las diversas entidades. Si existen más de 300 municipios y cierto porcentaje falla en la implantación de algunas de sus políticas, no se afectaría a todos los pobladores de un país, sino solamente la cuota parte de pobladores que habitan en los municipios que no pudieron implementar exitosamente la política. Un ejemplo puede clarificar los dos tipos de riesgo que estamos señalando. Si a los municipios se les diera la competencia de la enseñanza de la educación básica de las escuelas de su entidad, muchos de estos organismos no tendrían la capacidad de contratar expertos para realizar un buen diseño de los currículos y los contenidos de las asignaturas. Sin embargo las consecuencias de la elaboración de un mal diseño curricular, no los sufrirían los habitantes de un país, sino solamente los de aquellos municipios que no supieron elaborar buenos currículos. Una ponderación de ambos riesgos debe por tanto, guiar a la hora de asignar competencias y responsabilidades a los diferentes niveles de gobierno. En principio se debe favorecer la asignación de las distintas competencias a los niveles inferiores de gobierno. Si las capacidades presentes en ese nivel no responden adecuadamente a la evaluación, examinar la capacidad del nivel siguiente superior hasta llegar al nivel nacional de gobierno. Igualmente importante es el análisis de establecer competencias concurrentes, a fin de ponderar y minimizar ambos riesgos. A través de la concurrencia se crean áreas donde la responsabilidad corresponda a la Nación y otras áreas alas jurisdicciones territoriales de menor nivel, en función de las capacidades y fortalezas de cada nivel. 5. Criterios finales para la asignación de responsabilidades a los diferentes niveles de la administración del Estado. Hasta los momentos hemos analizado algunas directrices que se sugieren para la asignación de competencias a diferentes niveles de gobierno. En primer lugar la conveniencia que sea el Estado o el sector privado el responsable de una actividad. En segundo lugar, la actuación del gobierno debe atender a la circunstancia que éste puede fallar y desmejorar situaciones en lugar de mejorarlas, en este sentido se deben asignar competencias a los niveles de gobierno, en donde la posibilidad de falla sea menor. Estas directrices deben complementarse con una serie de criterios que son las que realmente orientaran la distribución de las competencias a los diferentes niveles de gobierno. En este sentido se proponen cinco criterios (Dunn,1996): Criterio Técnico Criterio Económico Criterio Social Capacidad Organizacional Criterio Político El Criterio Técnico: Lo primero que debe garantizar una organización del Estado es que cumpla con la misión que le fue socialmente encomendada. En la medida que una organización logra los objetivos para lo que fue creado, esta siendo eficaz. Si en el nivel de gobierno, no puede garantizarse un mínimo de eficacia, debe analizarse otros niveles de gobierno, en donde la competencia puede ser asumida. Este principio debe ser indispensable. Si no es capaz de cumplir con las responsabilidades, éstas, no deben ser otorgadas. Si se analiza la intervención del Estado para proveer dos bienes públicos como lo son la seguridad nacional y el control del transporte público urbano, se puede percibir con claridad que mientras un municipio sería incapaz de proteger a los ciudadanos contra potencias extranjeras y por tanto ineficaz, si pudiera ser más competente que el poder público nacional para la administración y mantenimiento de la red de los semáforos existentes en una ciudad. En el primer caso la competencia debería ser nacional y en el segundo caso, el nivel de gobierno más eficaz sería el municipal. El criterio económico: Para que una organización sea eficaz y realice los fines para la cual fue creada, debe controlar ciertos recursos. Estos recursos son los que les permiten adquirir y transformar insumos en productos. Una organización será más eficiente en la medida que haga un mejor uso de esos recursos. Criterios como economías de escalas, capacidad de negociación de compras, costos de transformación, costos de logística, y muy particularmente los costos de oportunidad serían factores a considerar a fin de determinar la eficiencia a determinado nivel de gobierno. De tal manera que el segundo criterio que debe responder el hacedor de políticas cuando asigna competencias a determinados niveles de gobierno es la eficiencia. El criterio económico plantea la pregunta ¿A qué nivel de gobierno se puede asumir la competencia de un servicio con menores costos para la población? El criterio social: El tercer razonamiento responde a la capacidad que posee cada nivel de gobierno para atender mejor los requerimientos sociales de los grupos menos favorecidos, cuando asume ciertas competencias. El principio básico es la equidad y el supuesto es que al asignársele la competencia a un nivel del poder público, el Estado favorecería una política de redistribución del ingreso donde las regiones más pobres se verían beneficiadas. El criterio organizacional: Igualmente se debe contar con las capacidades y recursos que se poseen los diferentes niveles de gobierno para atender una competencia. Los recursos que dispone una entidad gubernamental por lo general son de cuatro tipos: Recursos humanos: los cuáles a su vez se dividen en recursos gerenciales y recursos humanos operativos. Recursos financieros o fondos monetarios que posee, o al que puede tener acceso, la organización gubernamental para el cumplimiento de sus metas. Recursos tecnológicos: Se refiere a la capacidad y conocimiento que poseen los miembros de una organización, para transformar los insumos en producto. Recursos políticos: Apoyo de la población y de las fuerzas vivas de una sociedad que posee un mandatario y que le permitirá implantar sus acciones de políticas. En la medida en que la correspondiente instancia gubernamental, cuente con los recursos para asumir competencias, éstas pueden ser más efectivas para cumplir con sus responsabilidades. Esto no significa en principio, que una competencia no le sea dada a un Estado o Municipio, si esta no cuenta con la capacidad para asumirla, puesto que esta dificultad puede solventarse con un plan de fortalecimiento institucional y la transferencia de los servicios de acuerdo a un cronograma, en la medida que el ente gubernamental adquiera las capacidades las capacidades para el efectivo manejo de la competencia otorgada. El criterio político: El último criterio responde ala factibilidad que tengan los diversos niveles de gobierno para cumplir con las responsabilidades de la competencias, en función de los apoyos y los rechazos que pudieran generar sus políticas. Puede ser conveniente bajar el nivel de una competencia desde el poder nacional al estadal o municipal, si con ello se fragmenta o se diluyen los conflictos sociales. Al bajar las competencias a niveles de menor ámbito territorial como puede ser el caso de la administración y gestión de la educación básica, los conflictos gremiales se diversificarían y se disminuiría el riego de conflictos a escala nacional. BIBLIOGRAFIA DUNN, W.: (1996) Public policy analysis: An introduction, Prentice Hall. Englewood Cliffs GARCÍA PELAYO, M (1959): Derecho Constitucional Comparado. Revista de Occidente. Madrid. KRUEGER, A.: (1990) "Govemment Failures in DevelopmenC en Journal of Econmmcc Perspectives. Y. 4, N° 3, summer. 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