entrevista a jorge amado

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JORGE AMADO
TONY CARTANO*
Es el autor brasileño más conocido en el mundo.
Autor de una veintena de novelas, Jorge Amado fue
primero un escritor comprometido antes de escoger
temas ligados al folclor de su país. En víspera de
sus setenta y tres años él cuenta el itinerario de su
obra.
*Tony Cartano es un novelista y
crítico literario de origen italiano.
Conocedor
de
la
literatura
latinoamericana, colabora con la
revista
francesa
MAGAZINE
LITTERAIRE, para la que realizó la
entrevista de Jorge Amado que
HUELLAS reproduce en forma
exclusiva.
-Nací en una plantación de cacao en la comuna de
Itabuna, al este de Ilheus a unos cien kilómetros de
la costa atlántica. En lengua indígena, Itabuna
significa piedra (ita) negra (buna) ... Tenía 14
meses cuando el río inundó la plantación de mi
padre. Cuento ese episodio en Tierra Violenta.
Hubo una epidemia de viruela. Y tuvimos que huir
hacia Ilheus. Para sobrevivir, mi padre y mi madre
empezaron a hacer suecos de madera. Mi padre
era oriundo de Sergipe, al norte de Bahía, en la
región cacaotera. Había dejado su tierra natal muy
joven para explotar esa pequeña plantación. Tenía
seis años cuando pudo comprar otro pedazo de
tierra y volver a sembrar cacao. Diez años más
tarde, sin ser un gran terrateniente, por fin poseía
una finca bastante grande. Pero en 1929 se dio el
colapso de la bolsa de Nueva York: los propietarios
de finca perdieron mucho y los grandes
exportadores aprovecharon la situación para
apoderarse de una buena parte de las tierras.
Hasta ese día, mi padre podía contar con setenta y
cinco toneladas de cacao. Después de la crisis sólo
le quedaron 25, y fue así hasta el fin de su vida.
Jorge Amado es sin duda uno de los
grandes pilares de la literatura
brasileña. Impregnado de humor y de
magia Amado lleva 40 años escribiendo,
mejor que nadie, cuentos, novelas,
fábulas fantásticas, describiendo las mil
y una caras de Brasil.
El escritor y crítico literario Tony
Cartano realizó la entrevista para el
MAGAZINE LITTERAIRE de París. En
ella Jorge Amado evoca su juventud,
habla del conflicto que siempre surge
entre el compromiso político y la
creación, de la macumba, de su oficio
de escritor: el más bello del mundo ...
29
Huellas 15 Uninorte. Barranquilla
pp. 29 - 36 Diciembre 1985 ISSN 0120-2537
Toda mi infancia, toda mi adolescencia, fueron
marcadas por el cacao. También por las luchas, la
violencia, ligadas a ese mundo ... Un día, tenía tres
o cuatro meses, mi padre estaba en la terraza de
nuestra casa y cortaba caña para su caballo. De
repente, un tipo sacó una pistola y le disparó varias
veces (eso, por cierto, le pasó tres veces). Una bala
mató al caballo y otras se incrustaron en el pecho
de mi padre. Y ahí se quedaron durante toda su
vida ... Fue a partir de esa violencia que nació una
novela como Cacao, en 1932, que escribí a los 19
años.
Pero en cambio no puedo escribir si no es a partir
de lo que he vivido.
-En el prefacio usted mismo se pregunta si
Cacao es o no una novela proletaria ...
-Era la moda hacerse esas preguntas. Estábamos
descubriendo
en
Brasil
la
gran
novela
comprometida del norteamericano Michael Gold,
Jews without money (Judíos sin dinero), que tuvo
un impacto enorme. Era también la época de los
grandes frescos soviéticos -La derrota de Fadeiev,
Caballería roja de Bable, El torrente de fuego de
Serafomovitch- y de los héroes “positivos”, La
literatura rusa manifestaba una fuerza épica
innegable. Era muy joven y absolutamente
dispuesto a tragarme enterito ese cuento
perfectamente idiota de la novela proletaria.
-Sin embargo, ésa no era su primera novela ...
-No. Un año antes había escrito El país del
Carnaval, un relato corto menos interesante que
“Cacao”. Un joven reflexionaba sobre la situación
de Brasil y por supuesto, no veía las cosas tal como
hoy las veo yo.
-Hay en “Cacao”, un maniqueísmo evidente: por
un lado los buenos (los peones), por el otro los
malos (los terratenientes)...
-Ese joven, como usted, estaba buscando un
ideal político. ¿Cuál era el contexto del Brasil de
entonces?
-Sí. Los universitarios norteamericanos que
estudian mi obra se divierten muchísimo haciendo
ese tipo de análisis. Uno de ellos, que acaba de
dedicar una tesis a mi obra, considera inclusive que
ese maniqueísmo no está ausente de mis novelas
más recientes. Es cierto: yo siempre tomo el partido
de los pobres, del pueblo de Bahía.
-Al salir del colegio dirigido por los jesuitas, yo vivía
una intensa crisis de conciencia. El país del
carnaval quería ser como una especie de
liberación. Había escrito esa novela antes de la
gran “revolución” de 1930 que marca la transición
entre el Brasil antiguo y el Brasil moderno ¡Por una
vez no se trata de un golpe de Estado! Sea como
sea, era la época de la industrialización, del
desarrollo y también la emergencia de una gran
movimiento literario.
-Para mí, hubo un gran cambio en su obra a
partir de la publicación de “Gabriela, clavo de
olor y canela” en 1958 ...
-De 1930 a 1937 escribí una novela por año. El
país del carnaval, Cacao, Sudor ... Bahía de
todos los santos en el 35, después Mar Muerto
en el 36, y Capitán de arena en el 37. Esa serie de
libros conforman un todo desde el punto de vista
literario, y no solamente político (porque mi
compromiso a favor del pueblo se ha mantenido
hasta hoy). Yo usaba entonces una especie de
discurso político paralelo a la acción novelesca,
como si dudara del lector al que presentaba los
“malos”. También hay que decir que en el 37 todos
estos libros estaban prohibidos en Brasil por la
dictadura del Estado Novo ...
-Conformado por escritores como Graciliano
Ramos, José Lins do Rego y usted mismo. . .
-Sí. Seguíamos los pasos de esa revolución. Antes,
la literatura era romántica, profundamente influida
por Francia, en particular por Víctor Hugo. La
poesía denunciaba la esclavitud. Estábamos en
pleno “indianismo”.
-Su toma de conciencia política se remonta a
esa época. ¿Podría contar cómo ocurrió?
-Estudiante en la universidad de Río de Janeiro,
pasé a ser uno de los dirigentes del movimiento
estudiantil. Cacao es el resultado de mi
compromiso con la izquierda.
-¿En qué año entró usted en el Partido
Comunista?
-¿Se trata de un libro autobiográfico?
-Yo pertenecía a la Juventud Comunista, pero fue
sólo entre el 40 y 41 cuando pasé a ser miembro
del Partido.
-No, realmente. Es cierto que nació de mi
conocimiento íntimo de la vida en las plantaciones,
pero es todo. Ninguno de mis libros es
autobiográfico en el estricto sentido de la palabra.
-¿Esa fue la época de su exilio en Uruguay?
-Sí, y allí viví hasta finales del 45. Fue en Uruguay
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donde escribí Tierra Violenta, La tierra de oro, y
Los caminos del Hambre.
-¿Qué pasa con la apertura democrática de la
que se habla tanto en Brasil?
-Luego, en 1954, usted escribió “Los
subterráneos de la libertad”, su último libro
comunista ...
-Va bien ... Vamos a elegir a un nuevo presidente.
El pueblo no se siente aludido ni interesado ya que
sólo los grandes electores van a tener el derecho
de votar. Pero la situación es tal que a pesar de
todo podemos ganar esas elecciones. Eso no va a
cambiar nada a nivel del gobierno. Pero ganar las
elecciones a nivel del colegio electoral significaría
que la Alianza Democrática -que va desde los
conservadores liberales a la izquierda muy radicalpodría presentar su propio candidato presidencial,
un hombre muy capaz, muy culto, que no es un
revolucionario sino más bien un político hábil, un
conservador favorable a la justicia social. Un
hombre de transición, pues.
-Stalinista, diría yo ... Durante casi diez años dejé
de escribir para dedicarme a las tareas que
implicaba mi cargo de cuadro del partido. No era
funcionario del Partido, eso no ... ni siquiera me
pagaban. Hice eso hasta el día en que entendí que
ya no era posible: había que escoger entre las
letras y la militancia.
-En estas condiciones, ¿cómo pudo escribir las
1.200 páginas de “Los subterráneos de la
Libertad”?
-¿Un poco como en Argentina?
-Poco a poco, durante los años de la post-guerra ...
En el 55, y por lo tanto antes del XX Congreso (no
habría que pensar sin embargo que dejé de militar
por causa de ese congreso, porque ya en el 54
sabía todo lo que había que saber acerca de
Stalin). dije a mis camaradas que tenía la intención
de volver a la literatura. Insistieron: “Te
necesitamos, tú eres un escritor conocido”. Esa
fama, que fue la mía desde muy joven, es cierto,
me permitía hacer cosas que los otros comunistas
de mi país no podían hacer. Por ejemplo llegué a
ser diputado de la Constituyente, y de la Cámara.
De regreso de un viaje a Argentina, a finales del 55,
mi decisión había sido tomada. Me suplicaron
esperar un poco. Pero dije que no. Seguí siendo
miembro del P.C., pero sin militar. Mientras la
dirección de nuestro partido se dirigía hacia Moscú
para asistir al XX Congreso, yo creaba con Oscar
Niemeyer un diario cultural. Después de las
revelaciones de Khruchtchev, dejé de tener
relaciones con el Partido, sin renunciar, sin ser
excluido. La tempestad sacudía a todos los partidos
comunistas, incluyendo el de Brasil, y yo estaba
escribiendo una novela de amor ... Gabriela. Ese
libro fue objeto de violentos ataques por parte de
los estalinistas del Partido. Me fue peor con mi
siguiente novela ...
-Exactamente. La diferencia es que en Brasil no
estamos sufriendo un verdadero fascismo. Hemos
tenido hasta la saciedad torturas y brutalidades,
pero nunca llegó a ser tanto como en Argentina.
Allá no se pueden contar ya los miles de
desparecidos. La victoria de la democracia en este
país nos ayuda mucho. Yo estaba en Buenos Aires
en el mes de abril pasado, encontré que Alfonsín es
un hombre extraordinario. Pero por el otro lado, la
situación de Argentina nos es desfavorable
también: asusta a nuestros generales ...
-¿y la censura? Después de 1964 era terrible ...
-Fue terrible sobre todo en los años 68-70. Ahora
mismo no se puede decir que sea muy dura, salvo
por cuestiones de “decencia”, afecta sobre todo al
cine. En el 68, teníamos un ministro de justicia
terriblemente reaccionario. Había ideado un
proyecto de ley para instaurar la censura “a priori”;
teníamos que enseñarle nuestros manuscritos
antes de su publicación.
Llamé a Erico Veríssimo, un escritor de Porto
Alegre, muerto ya, un gran amigo mío (él y yo
éramos los escritores más conocidos de Brasil) ...
Decidimos firmar y publicar una declaración
conjunta en la que afirmábamos que de ninguna
manera aceptábamos someter nuestros textos a la
censura. Preferíamos que se nos prohibiera
publicar y sacar nuestros libros en el extranjero.
-Usted renunció entonces al realismo socialista.
-Claro, se me ocurría la brillante idea de presentar
extraños héroes positivos: vagabundos ni más ni
menos. Hay que reconocer, sin embargo, que uno
encuentra vagabundos en toda mi obra inclusive en
la de la época proletaria. Pero todo eso es el
pasado. Hoy en día sigo teniendo buenas
relaciones con los comunistas, y a pesar de que ya
no soy comunista acabo de dar mi apoyo total al
pedido de legalización del Partido Comunista de mi
país.
-¿La toma de esa posición causó alguna
represalia en su contra?
-No. Los generales retrocedieron y retiraron su
proyecto de ley. En el momento en que la prensa
aceptó publicar nuestra declaración (y menos mal
que lo hizo), se dio un gran movimiento de opinión.
31
Numerosos
escritores
adoptaron
nuestras
posiciones... Siempre he luchado en contra de la
censura. Hace tres años, antes de la amnistía y de
la “suavización” del régimen, había un total de
quinientos libros prohibidos incluyendo uno mío.
Pero todos los demás, incluso “Subterráneos ...” se
encontraban en las librerías. ¡Estos señores no
leen! En cambio una novelista homosexual, una
muy buena novelista, fue víctima de esa censura.
Firmé una petición a su favor. Su caso era más
complicado: los que estaban de acuerdo para
defender las obras censuradas por razones
políticas, tenían problemas para movilizarse en
defensa de una lesbiana ... A mi juicio, había que
pelear tanto por su libertad de novelista como por
su libertad sexual.
-En ese prefacio usted justifica su actitud con la
existencia de la guerra fría ...
-La guerra fría nos llevó hacia el sectarismo. Digo
“nos” porque estoy lejos de haber sido el único
escritor en pasar por eso. Se puede decir la misma
cosa del norteamericano Howard Fast, el autor de
Spartacus, o de Jorge Semprún en España ...
-En las novelas que siguen a ésta, usted cambia
de estilo. A partir de ese momento, pasan al
primer plano la vida, lo cotidiano, los ritos y las
fiestas del pueblo de Bahía. Ya no más doctrina,
sino un estilo personal. Usted deja de hablar del
pueblo o sobre el pueblo, aunque se vuelve la
expresión más profunda y más auténtica de ese
mismo pueblo.
-Dígame, hace algún tiempo usted no se
mostraba
tan
comprensivo
con
los
homosexuales, hay algunas alusiones a ellos no
muy agradables en los “Subterráneos ...”
-En 1935, había realizado Bahía de todos los
santos y treinta y cinco años más tarde, sobre el
mismo tema, La Tienda de los milagros. Los
mismos temas: la lucha contra los prejuicios
raciales, la lucha para la formación de la nación
brasileña; la misma huelga ... Pero no fue una reescritura de Bahía, se trata de un libro totalmente
diferente. Si yo tuviera que guardar un solo libro de
toda mi obra, yo me quedaría con La tienda de los
milagros.
-¿Qué quiere que le diga? En ese entonces yo era
mucho más reaccionario que hoy, en el sentido más
profundo de la palabra ... Es cierto yo era machista.
Los comunistas eran muy puritanos ...
-En tal sentido tengo que confesarle que este
libro, “Los subterráneos de la libertad”, me
molesta mucho. No va bien con el resto de su
obra. Y no soy el único en pensar así. En el
prefacio que usted escribió para esa obra en
noviembre del 83 (es decir treinta años después
de haberla escrito) se muestra bastante
prudente. Usted dice que es un libro que
envejeció, no parece muy orgulloso de él...
-En este libro usted cuenta, a través de la vida
de Pedro Archanjo, pintoresco trabajador de la
Universidad de Bahía, autor de milagros,
sociólogo admirador de las mujeres -un gran
hombre, pues-, la epopeya del pueblo de Bahía,
de sus ritos religiosos venidos de Africa, de sus
cantos, de sus danzas, de su imaginación
popular.
-El problema no es ése. Lo escribí, y punto. No
reniego de nada de lo que he podido escribir o
hacer en mi vida. Eso no significa sin embargo que
yo esté contento de eso. El stalinismo fue una cosa
terrible. Pero para nosotros, Stalin era grande,
había conducido a la Unión Soviética hacia la
victoria y nos había salvado del nazismo.
Pensábamos que sólo luchaba para traerle la
felicidad al pueblo ... En cuanto a Subterráneos ...
yo nunca quise retocarlo. Aragón volvió a escribir
su novela Los comunistas. Cada cual a su manera.
Nunca corregí un libro mío a posteriori: ahí están
con sus errores, sus defectos ... Pero, sin querer
defender a cualquier precio esa novela, quiero decir
sin embargo que desde el punto de vista novelesco,
fue para mí una empresa importante. Hasta esta
fecha solamente había escrito novelas cortas, de
menor envergadura. Ese libro me brindó una
experiencia novelesca muy útil para el resto de mi
trabajo. Inclusive yo pensaba hacer una trilogía ...
-Mis temas de siempre encontraron ah í su
realización. Pero permítame insistir, a pesar de
todo, sobre la continuidad. Como ya le dije, ahora
soy menos reaccionario que antes (sonrisa), pero
no vaya a olvidar que en 1946, cuando yo era
diputado, luché a favor de la ley que debía otorgar
la libertad religiosa a las minorías étnicas de Brasil.
Una frase del narrador, Pedro Archanjo, define muy
bien mi posición. Uno llega y le dice: “Usted es
materialista y sin embargo es un ‘padre do santo’
en el candomblé?. Archanjo contesta: “Mi
materialismo no tiene límites”.
-¿Cómo explica usted que esos ritos místicos
del “candomblé” no sean incompatibles con el
materialismo?
-Acabo de decírselo ... Hay que entender que el
candomblé no es, en su origen, una religión
brasileña. No hay que confundir el candomblé
brasileño con el africano. Algunos intelectuales
32
-en su mayoría mulatos pretenden hoy en día que
nuestro candomblé no se distingue en nada del
africano. Eso no tiene sentido. –
estaba de pie atrás en la plataforma. Un negro alto
que estaba sentado al lado de la muchacha
empezó una serie de maniobras de acercamiento
cada vez más insistentes. Ella protestó. Su novio
intervino. El tono subió. A la siguiente parada los
dos hombres bajaron para arreglar sus cuentas. El
negro
era
dos
veces
más
alto,
pero
sorpresivamente el pequeño mulato lanzó un golpe
de capoeira: muy flexible, apoyándose sobre las
manos, proyectó las piernas en el aire y golpeó al
otro en la sien. ¡El latoso cayó enseguida en el
suelo y no se volvió a levantar!
¿Por qué?
-Las diferencias son numerosas, y la principal está
ligada al hecho que en Brasil el candomblé no está
a la escucha de un orisha (espíritu-santo), sino que
resulta de una mezcolanza de diversas religiones
africanas. Todo se mezcló en el Brasil. En Africa el
culto de Shangó, el dios del trueno, excluye el culto
de otro orisha. En todos los niveles somos el país
del mestizaje. Se venera a varios orishas, y todo
eso además se mezcló con el catolicismo. Al no
tener el derecho a rendirle culto a sus divinidades
los negros las reemplazaban por personajes del
ritual católico. Por ejemplo Oshum, la diosa del
agua, pasó a ser la Virgen María o también Ogum,
el dios de los metales y de la guerra se confundió
con San Antonio. Un sincretismo religioso
absoluto... En Bahía, las grandes fiestas en las
iglesias católicas son las del candomblé. Todas las
conmemoraciones del candomblé se dan en las
iglesias, empezando por la misa católica misma.
¿Cómo, en esas condiciones, nuestros intelectuales
partidarios del regreso a la fuente africana del
candomblé lograrán separar la diosa lansa de
Nuestra Señora de la Concepción? ¡Imposible!
Además a ese sincretismo se añaden influencias
indias, como en esa religión de Río, que sale del
candomblé y se llama unbanda: una formidable
mezcolanza de todos los espiritismos. Si usted
interroga a toda la gente en Brasil acerca de su
religión, no habrá uno solo que no le diga que es
católico. El colmo es que solamente los
intelectuales pretenderán ser miembros del
candomblé o del unbanda.
-¿y la capoeira?
-Es otra cosa. Primero, una forma de lucha, de
combate que por cierto hoy está de nuevo de moda.
A veces se le dice capoeira de Angola, pero eso
no tiene nada que ver con ese país. Es una
creación típicamente brasileña. Los primeros
capoeiristas trabajaban como guardacostas, al
servicio de los grandes propietarios de plantaciones
... La capoeira es una forma de lucha de una
excepcional belleza, es casi un baile. Hoy es un
baile. La verdadera capoeira sería demasiado
peligrosa. Tengo 72 años, conozco los bajos fondos
de Bahía como la palma de mi mano, y sin embargo
en mi vida, solamente asistí a tres combates de
capoeira. La primera vez tenía 16 ó 17 años,
estaba en un Tranvía lleno de gente que iba de
Bahía al mar. Una joven mulata estaba sentada
mientras su novio -un hombre muy bajito-
-¿Existe una
capoeira?
especie
de
iniciación
a
la
-No. Hay escuelas. Mis nietos van a esas escuelas.
Y mi nieta que no quiere quedarse atrás, decidió
superar a su hermano ... En el 58, creo, caminaba
por la noche con un amigo escritor cuando nos
tropezamos con una pelea. En ella participaban
varios capoeiristas. Al final había cuatro o cinco
tipos K.O... Pero por lo general la capoeira es una
demostración, un espectáculo pacífico. Se da en los
mercados, en los restaurantes, en los cabarets...
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-¿Se la puede comparar con las artes marciales
orientales?
-¿EI Brasil es un país surrealista, no?
- Totalmente.
-De una cierta forma, si quiere, Hay una cierta
espiritualidad en la capoeira que ya está ligada con
el candomblé. Pero la gran diferencia es que la
capoeira nada en la alegría. Está acompañada con
música. El berimbo acompaña las diferentes
figuras, es un arco de madera cuya caja de
resonancia es una pequeña calabaza y hace vibrar
las cuerdas bien templadas gracias a una pequeña
varilla. Los cantos son los de los esclavos, con
palabras tales como: “Cuando tengo dinero puedo
comer en la mesa con mis hermanas, e inclusive
me puedo acostar con ellas”. ¡Un espectáculo
magnífico! La expresión muy profunda de la vida
del pueblo ... ¡No podría escribir sobre la capoeira
o sobre el candomblé si no los conociera desde el
interior. Dediqué uno de mis libros, Tereza Batista,
a la más grande “madre do santo” de Brasil. Vive en
Bahía y acaba de celebrar sus noventa años, el 10
de febrero de 1984... ¡Fue una fiesta nacional!
Inclusive el gobernador vino ... La conozco desde
hace más de cincuenta años. Con su memoria
fabulosa, todavía recuerda nuestro primer
encuentro ... Siempre estuve ligado al candomblé.
Hoy inclusive soy una figura importante del
candomblé. Me rinden honores y tengo una
cantidad de “hijas” (son muchachas quienes
durante la ceremonia recibieron el santo y son
poseídas por él). Yo participo en todo. Me hicieron
Obá (sacerdote de Shangó). Es el más alto rango
en el candomblé, tanto desde el punto de vista civil
como religioso. Hay doce Obás. A pesar de que el
candomblé es una cosa muy popular, hay tres
intelectuales entre esos doce ministros de Shangó:
un pinto y un compositor muy famoso en Brasil, y
yo. Los otros son zapateros, pescadores,
vendedores ambulantes ... Para mí es un deber
cumplir con todos los ritos. En la cabeza llevo
puesto un sombrerito un tanto ridículo, alrededor
del cuello collares, bueno estoy aquí...
-¿Por qué?
-Porque somos mestizos. Es el único país en el
mundo en el que el mestizaje es tan importante.
Más que en Cuba, inclusive. El hispano es un
hombre dramático, el portugués gusta de la
suavidad, de la dulzura, lo que lo lleva sin duda a
amar a todas las mujeres! Como lo digo en una de
mis novelas: “No se puede raptar a todas las
mujeres del mundo pero se deben hacer esfuerzos
en ese sentido”...
-Sus héroes, usted mismo, gustan mucho de las
mujeres y sobre todo de las mulatas ...
-Son la encarnación de la belleza en Brasil. La
mezcolanza más hermosa es la de los mulatos y de
los japoneses. Esa mujeres son las más bellas del
mundo.
- ¿Japoneses?
-Si, su inmigración remonta al principio del siglo.
Más de quinientos mil llegaron para trabajar en
nuestras plantaciones. Desde la segunda
generación
produjeron
ingenieros,
médicos,
profesionales ... Muy importantes. Sobre todo las
mujeres mestizas. EI mestizaje no solamente es el
porvenir de Brasil, sino también de la humanidad
entera.
Cualquier
otra
solución
conlleva
automáticamente el racismo. En los Estados
Unidos, tanto los blancos como los negros me
hacen muchas preguntas sobre ese tema del fin de
las razas, como si eso no les conviniese ni a los
unos, ni a los otros. En el Brasil mismo, algunos
grupos de mestizos reivindican el mantenimiento de
su identidad. Para mi la mano de la C.I.A. está
metida en eso.
-¿No piensa que la C.I.A. apoya al “Black
Power”?
-¿Usted tiene fe?
-No, no creo en nada. Pero si no estuviera
participando, sería una ofensa para toda esta gente
que me ha hecho el honor de escogerme. Para
ellos soy el hombre que siempre ha luchado a sus
lados. No me preguntan si creo o no. Les debo
respeto. Por eso acepté el título de Obá, también
porque soy igualmente ogan, es decir el protector
civil del candomblé.
-Naturalmente, no estoy diciendo eso. Pero muchos
negros norteamericanos son ricos y han
evolucionado mucho. No es el caso en mi país.
Estos intelectuales norteamericanos con los que
traté mucho del problema no soportan la idea de
que los negros desaparezcan de Brasil. Pero los
blancos también van a desaparecer ... Y eso es
todo el problema. Vea usted, la esclavitud ha sido
abolida en 1889, mientras el tráfico de negros se
habla suspendido diez años antes, de tal manera
que ningún esclavo nuevo había entrado en el país
durante ese período. Hija de esclavo, la “madre do
santo” de quien le hablé hace un rato, no era
-¿Usted sería un poco como un dios para ellos?
-No, en absoluto. Soy solamente un “maestro” , un
viejo, un sabio ... En el candomblé, mi lugar está
aliado de la “madre do santo”.
34
esclava ya. En 1888, es decir un año antes de la
abolición, una primera ley estipulaba que todos los
niños nacidos después de esta fecha ya no serían
esclavos. La “madre do santo” se casó con un
hombre de origen francés. Tuvo dos hijas: una
mulata de piel oscura, y otra de piel mucho más
clara. La última ha sido elegida “la mujer más bella
de Bahía” por una revista norteamericana.
¿Entonces qué pasó con el movimiento de la
negritud? Si se trata de afirmar y apoyar la cultura
negra, de acuerdo, si se trata de separar las razas,
entonces ya no estoy de acuerdo.
-El amor está muy presente en todos sus libros.
-En un prefacio para una edición rusa, Ilya
Ehrenburg escribía que los dos pilares de mi obra
son el amor y la muerte. En el libro que estoy
escribiendo trato de la construcción de una ciudad
en el corazón de la región del cacao. Se ven de
nuevo los lugares y la violencia de mis primeros
libros. La acción se desenvuelve durante diez años,
entre 1905 y 1915. Es una gran novela de 400
páginas.
-En 1979, usted publicó “La batalla del Petit
Trianón”. En esa obra usted vuelve a tomar el
tema y la época de “Los subterráneos”. Pero 25
años después cambió el enfoque, ¿no es cierto?
-En Los Subterráneos, los acontecimientos del
Estado Novo estaban vistos a través del punto de
vista de los intelectuales. La Batalla del Petit
Trianon enfoca mucho más el problema de la
dictadura actual. De manera simbólica me burlo de
los académicos a pesar de ser yo mismo un
académico ... Es una novela muy antimilitarista que,
por supuesto, no le gustó nada a los militares.
-¿Cuál es la situación actual de la literatura
brasileña?
-Soy muy optimista al respecto. El tema dominante
sigue siendo el del pueblo brasileño. Durante la
dictadura se creyó, durante un tiempo, que la clase
media iba a encerrarse en los problemas de la
identidad -soledad, angustia y problemas sexuales-.
Pero no, fue como una pequeña enfermedad
pasajera. En realidad la agitación intelectual nunca
cesó. Jóvenes poetas leen sus textos en plazas
públicas. Existe la Bienal de Sao Paulo...
-¿y qué pasa con los novelistas?
-Aparte de su pasión para las mujeres, hay en
usted un gusto por la vida, un epicureismo que
participa de su humanismo.
-Me gusta mucho Antonio Callado y Marcio de
Souza para quien escribí el prefacio de la edición
francesa de El Emperador...
-Absolutamente, y ese gusto por la vida lo debemos
a los negros precisamente. Los portugueses, como
ya se lo dije, no son tan duros como los españoles
con su Semana Santa. Pero su melancolía natural
los hace receptivos a una cierta morbosidad. De ahí
que los pescadores, las mujeres se vistan de
negro... los indios por su parte son una especie de
encarnación de la tristeza. ¡Pero los negros...!
Luchar en contra de la esclavitud estaba
íntimamente ligado a un inmenso amor por la vida.
Estamos en el país de la Samba, del carnaval, -un
acontecimiento capital en la vida brasileña! Esa
creación popular de los desfiles de las escuelas de
Samba encarna la fuerza de la vida, la asociación
entre la espiritualidad y la sexualidad.
-¿Y Moacyr Scliar?
- ¡Es un grande! Para mí, en esa generación de
novelistas de cuarenta años hay cuatro grandes.
Los cito sin orden de preferencia: Joao Ubaldo
Ribeiro, el autor del famoso Sargento Getulio;
Antonio Torres; Moacyr Scliar, un escritor que ha
abierto un nuevo espacio en nuestra literatura, y
quien creó una especie de “escuela judía
brasileña”; y Marcio de Souza: un gran talento.
Torres y Souza son comunistas, creo...
35
-A propósito tengo una pregunta un poco más
anecdótica: usted asiste a veces a las fiestas de
los partidos comunistas, ¿por qué?
-Me gusta su modestia ...
-Por lo menos ya tuvimos dos escritores que
merecían el premio Nóbel: Erico Veríssimo y Joao
Guimares Rosa. Desafortunadamente ya están
muertos. Drummond de Andrade tiene 81 años.
Entonces los del Nóbel tienen apenas el tiempo... Si
yo fuera miembro del jurado, no vacilaría ni un
segundo: lo entregaría ya, ya a Drummond de
Andrade. Ningún escritor serio escribe pensando en
un premio. En cuanto a mí ... he tenido ya muchos
premios en mi vida ... Acabo de recibir uno en Italia,
me lo entregó un fabricante de aguardiente,
imagínese ... Para la ceremonia de entrega del
premio hicieron un gran almuerzo de quinientas
personas. Nadie escuchó los discursos, fue una
fiesta sensacional no solamente con los invitados
sino también con 10 mil habitantes del pueblo ...
-Eso no significa que esté de acuerdo con todo lo
que hace el P.C. Generalmente esas fiestas son
fiestas populares. A pesar de todo, la base es
buena. Nuestra historia es el socialismo. Nadie
podrá impedir a la humanidad ir hacia el socialismo,
siempre y cuando socialismo sea realmente
sinónimo de democracia, y se respete la libertad de
acción y palabra de cada uno y la felicidad colectiva
no sea incompatible con la individual.
-¿Qué opina del premio Nóbel?
-El Brasil ya debería tener un premio Nóbel. Se
debería coronar a Carlos Drummond de Andrade.
nuestro gran poeta.
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