EDITORIAL Una nueva manera de evaluar el progreso se le ha impuesto a las naciones y por tanto a las instituciones. No se trata ahora de exhibir orgullosos un inventario denso de maquinarias. Se trata, más bien, de mostrar la sofisticación con la cual las naciones producen y controlan su información: La información es poder y el poder es, en definitiva, la unidad de medida social de las naciones. Los países se diferencian unos de otros por el nivel que han alcanzado sus sistemas de producción y control de la información. Más aún, los países establecen sus poderíos y sus decadencias por la sofisticación que alcancen en este ámbito. Los países subdesarrollados, por ejemplo, establecen su dependencia, hoy por hoy, por una cierta incapacidad estructural de desarrollar sus mecanismos de producción y control de información. Lo cual les ha impedido, no sólo la toma de decisiones oportunas y confiables que potencien sus recursos, sino que los ha hecho sujetarse a la producción científica y tecnológica de los países desarrollados. Porque la verdad sea dicha: la producción científica y tecnológica se reduce, en último caso, a la producción y control de la información, toda vez que la ciencia se ha definido como "una información que se produce mediante una inversión y que es capaz de tener una utilidad". En el marco de esta reflexión cobra pertinencia este órgano de divulgación científica de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de la Universidad de Carabobo, toda vez que el mismo intenta incentivar y recoger la producción científico-cultural, al tiempo que potenciar el trabajo intelectual de esta comunidad de profesores, estudiantes, empleados y obreros. Y ello, sin duda, coadyuvará al desarrollo de esta institución universitaria. Conviene decir, además, que no se trata tan sólo de estimular el flujo de la información al interior de esta Facultad, se trata también de construir un "eslabón" que nos articule al circuito mundial de flujo de información científico cultural que se está produciendo en las comunidades científicas. Amén de que, con la más baja inversión, esta iniciativa garantizará la creación en FACES de un banco de publicaciones mediante la habilitación del sistema de canje con el resto de las publicaciones tanto nacionales como internacionales. Una revista para la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales constituye, pues, un imperativo de primer orden. Máximo cuando los tiempos que se viven están signados por la contingencia y la incertidumbre. Y en los cuales cobra actualidad aquella máxima de Rodríguez: "0 inventamos o erramos". No obstante, una iniciativa de esta naturaleza constituye una posibilidad cierta si y sólo si es acogida como un proyecto institucional; si y sólo si cada miembro de la comunidad de FACES asume esta iniciativa como suya; si y sólo si hacemos de FACES nuestro órgano de expresión natural. Se trata, en este caso, de facilitar la labor de divulgación del esfuerzo científico-cultural de esta Facultad. Lo cual no podrá lograrse sin el concurso de cada miembro de esta comunidad; articulándose a este espacio abierto de publicación, sin mayores restricciones ni censuras que las mínimamente necesarias para garantizar la seriedad de un órgano como el que pretendemos. A tal efecto se pide que cualquier colaboración sea enviada en original y copia, escritas a máquina, a doble espacio y en papel carta. Con una extensión entre cinco (5) y treinta (30) cuartillas. Amén de otras consideraciones técnicas explicitadas en la última página de este número. El número que estamos entregando es el primero de nuestra serie. Pensamos que, a despecho de la mayor buena intención, el mismo seguramente arrastrará ciertas carencias y hasta ciertos errores, no obstante ya se dijo una vez: Errare humanum est. Lo cual equivale a valorar las observaciones críticas que se hagan y a potenciar el esfuerzo que hemos iniciado.