EL SIGLO XVIII 1 A) Historia. Características generales En Occidente la cultura y los modos de vida de la Corte francesa (Versalles) se imponen en general. El francés se convierte en lengua internacional de cultura. La corriente artística dominante es el Neoclasicismo. El gran rival de Francia es el Reino Unido, que comienza la primera Revolución Industrial y extiende su dominio en Asia tras perder las Colonias de Norteamérica, excepto Canadá. Es el gran siglo del “comercio triangular”, es decir de la trata de esclavos africanos, complementada por el comercio de manufacturas europeas y productos mineros y agrícolas americanos, que funda la riqueza de las potencias europeas. La nueva forma de entender las ciencias y la sociedad (las “luces”, la “Ilustración”, la Razón) hace surgir las ciencias experimentales, las aplicaciones técnicas a la producción industrial y una gran cantidad de escritos que ponen en cuestión las bases religiosas, sociales y políticas del “Antiguo Régimen”: Voltaire, Diderot, Rousseau en Francia, David Hume y Jonathan Swift en R.U. El apogeo del absolutismo se produce en este siglo, pero también en sus finales comienza la crisis de todo el sistema heredado de la Edad Media: primera revolución industrial en R.U., Holanda y parte de Alemania, Revolución Americana, Revolución Francesa. En países bastante atrasados se experimenta un sistema de reformas educativas, sociales y económicas impuesto por los reyes. Será el “despotismo ilustrado” (“todo para el pueblo, pero sin el pueblo”) de Rusia con Catalina la Grande, de Prusia con Federico II, de Austria con María Teresa y José II, de España con Fernando VI y Carlos III. B) Reinados en España Felipe V (1701-46). Primer rey Borbón en España (es nieto de Luis XIV), llega al trono tras la Guerra de Sucesión, cuyas consecuencias son, entre otras, la pérdida de algunos territorios ocupados por Austria y Gran Bretaña (Bélgica y Luxemburgo, Milán, Nápoles, Sicilia y Cerdeña, Gibraltar y Menorca); con él comienza la política de aproximación a Francia contra Inglaterra. Fernando VI (1746-59). Política reformista y continuación de la reorganización del Estado y del ejército, con dificultades al final del reinado. Carlos III (1759-88). Hermano del anterior, llega al trono tras haber reinado en Nápoles (experiencia). Intervención en la Guerra de Independencia norteamericana. Política reformista ilustrada: recorte de los privilegios de la Iglesia, creación de los símbolos nacionales, recortes a la Inquisición, expulsión de los jesuitas, reforma de la enseñanza. Carlos IV (1788-1808). Al principio continúa las reformas, pero el estallido de la Revolución francesa (1789) hace que las fronteras se cierren y que las fuerzas reaccionarias se impongan. Represión. Guerra contra los gobiernos revolucionarios franceses. Desde 1796, el privado Godoy ejerce el poder. Firma la paz con el Directorio y España interviene en la guerra contra Inglaterra. Trafalgar (1805). Entrada en 1807 de 28.000 soldados franceses (autorizada), lo que provocará en 1808 la Guerra de Independencia. C) Sociedad e ideas La aristocracia posee la mitad de los municipios y el clero ¼ de las rentas agrícolas y 1/10 de la cabaña. La Iglesia posee también grandes extensiones de terreno. Entre ambos pueden imponerse al rey y manipular a mucha población inculta y desocupada. La burguesía en España es muy reducida, pero comienza a hacerse oír asociada a algunos pequeños nobles, como Jovellanos, para pedir reformas económicas y políticas. La Enciclopedia dirigida por Diderot y D’Alambert, y en la que intervinieron, además de los citados, Voltaire, Montesquieu, Rousseau y Condillac, se publicó en Francia en 35 volúmenes entre 1751 y 1772. Pretende ser un compendio de todos los conocimientos científicos, literarios, técnicos y filosóficos de la época. Es una obra en parte militante, que pretende divulgar las ideas de la ilustración radical: laicismo, crítica del obscurantismo religioso y de la Iglesia, libertad de expresión, fe en el progreso de la técnica. En este siglo se fundan las Academias oficiales (R.A.E., R.A. de la Historia, R.A. de Buenas Letras de Barcelona, y la Biblioteca Nacional. También existen Academias y Sociedades culturales privadas, como la Academia del Buen Gusto de Madrid. Hay que citar también las Sociedades Económicas de Amigos del País, especie de “clubes” de burgueses y nobles que estudian la situación económica y social y proponen reformas modernizadoras. En este siglo también es cuando aparecen en toda Europa los periódicos, tal y como los entendemos hoy, como medio de difusión de noticias y, sobre todo, de ideas, y como arma de crítica social. Su aparición es posible gracias a la existencia de una clase burguesa fuerte, ilustrada en parte, que se interesa por lo que ocurre más allá de su ciudad. 2 D) ARTE Y LITERATURA EN EL SIGLO XVIII Es la gran época de la música barroca, desde Bach hasta Mozart, pasando por Boccherini, Albinoni, Vivaldi, Scarlatti, Telemann, Haydn, Haëndel o el padre Soler. En pintura y arquitectura destacan Fragonard, Canaletto y David (pintores). El estilo predominante es el neoclásico, y luego el rococó. Se construyen o amplían palacios como Versalles (Francia), Sans Souci (Prusia), San Petersburgo (Rusia), Palacio Real, Aranjuez y La Granja (España). Fuera de España, en literatura, podemos destacar la obra en francés de Voltaire (artículos, ensayos, teatro), Beaumarchais y Marivaux (teatro); en inglés escriben Daniel Defoe (Robinson Crusoe), Jonathan Swift (Los viajes de Gulliver). En alemán escriben Goethe (Las penas del joven Werther, Fausto) y Schiller (Don Carlos). Literatura en España Narrativa Comparada con la riqueza del siglo anterior, la narrativa del XVIII es escasa. Puede mencionarse al Padre Isla, con una obra satírica, Fray Gerundio de Campazas, que es una burla de los malos predicadores y a Diego de Torres Villarroel, barroquista y original, autor de una Vida (autobiografía novelada). Prosa didáctica erudita y ensayística Las dos grandes figuras son, en la primera mitad de siglo el Padre Feijoo, autor entre otras obras del Theatro crítico universal, conjunto de 22 “discursos” o ensayos, sobre distintos temas, sobre los que aplica la luz de la razón, y a final de siglo Gaspar de Jovellanos, político y literato, autor de discursos, informes políticos, además de su Diario y su correspondencia. Crítica de costumbres varias, al estilo de las Lettres persanes de Montesquieu, son las Cartas marruecas, de Cadalso. Poesía Predomina la poesía barroquista, con algunas diferencias entre los autores nacidos en el siglo anterior, y en la segunda mitad del siglo aparece la poesía neoclásica. Una primera promoción ilustrada cultiva los géneros “intrascendentes” como el rococó, las anacreónticas o la poesía erótica (Nicolás Fernández de Moratín, Vicente García de la Huerta, José Cadalso) hacia los años 60-70. En los años siguientes del siglo se da la mejor poesía de los ilustrados. Podemos destacar estos autores: Jovellanos, los fabulistas Tomás de Iriarte (fábulas de crítica literaria) y F. Mª Samaniego (fábulas de crítica de costumbres), que siguen los modelos de La Fontaine y Juan Meléndez Valdés, principal autor del “grupo salmantino” y de todo el siglo. 3 A finales de siglo comienzan a escribir autores formados en las ideas enciclopedistas. Asisten a la crisis de la Ilustración y se manifiestan literaria y políticamente en el paso al siglo XIX. Se trata de Leandro Fernández de Moratín, Cienfuegos, Quintana, Blanco-White, Arjona, Marchena y Lista, siendo éste último el único que permanecerá siempre fiel al estilo neoclásico. Teatro Durante el siglo los locales y las condiciones de representación cambian. Los corrales desaparecen (demolición, incendios…) o sufren importantes modificaciones, para adaptarlos al nuevo modelo, el teatro a la italiana: separación del espacio escénico y el del público, telón, mayor posibilidad de tramoyas y efectos escénicos. Poco a poco el pueblo llano deja de asistir a las representaciones. Los gustos franceses e italianos se imponen poco a poco. El barroco se mantiene sobre todo en el teatro musical (zarzuela, ópera). Se representan obras de los grandes autores (Lope, Calderón) y otras de teatro postbarroco: comedias de santos, de fantasía, de enredo, de escasa calidad pero muy populares. Los gobiernos ilustrados intentan reformar los teatros, tanto en lo material (horarios, locales, reglamentos de las compañías) como en las obras (censura, prohibición de géneros, etc.). Los autos sacramentales son prohibidos en 1765. A finales el reinado de Carlos III se crea una Junta de reforma de los teatros, que será presidida por Moratín. Ya desde principios de siglo la Corte intenta importar los gustos franceses o italianos, pero sólo en el último tercio encontramos una producción reseñable de teatro de orientación neoclásica. Y sólo con el paso al siglo XIX, obras que cuenten con el aplauso del público. Ramón de la Cruz es uno de los autores destacados, con sus tragedias neoclásicas, y sobre todo sus sainetes costumbristas. Leandro Fernández de Moratín es la gran figura, con cinco comedias originales, tres en verso: El viejo y la niña, El barón y La mojigata, y dos en prosa: La comedia nueva o el café y El sí de las niñas (1806). 4