POESÍA DIECIOCHESCA De mis niñeces Siendo yo niño tierno, con la niña Dorila me andaba por la selva cogiendo florecillas, de que alegres guirnaldas, con gracia peregrina para ambos coronarnos, su mano disponía. Así en niñeces tales de juegos y delicias pasábamos felices las horas y los días. Con ellos poco a poco la edad corrió de prisa, y fue de la inocencia saltando la malicia. Yo no sé; mas, al verme Dorila se reía, y a mí de sólo hablarla también me daba risa. Luego al darle las flores el pecho me latía, y al ella coronarme quedábase embebida. Una tarde tras esto vimos dos tortolitas que con trémulos picos se halagaban amigas, y de gozo y deleite, cola y alas caídas, centellantes sus ojos, desmayadas gemían. Alentonos su ejemplo, y entre honestas caricias nos contamos turbados nuestras dulces fatigas; y en un punto, cual sombra voló de nuestra vista la niñez, mas en torno nos dio el Amor sus dichas. 1 El filósofo en el campo 2 Bajo una erguida populosa encina cuya ancha copa en torno me defiende de la ardiente canícula, que ahora con rayo abrasador angustia el mundo, tu oscuro amigo, Fabio, te saluda. Mientras tú, en el guardado gabinete a par del feble ocioso cortesano, sobre el muelle sofá tendido yaces, y hasta para alentar vigor os falta, yo en estos campos, por el sol tostado, lo afronto sin temor, sudo y anhelo; y el soplo mismo que me abrasa ardiente, en plácido frescor mis miembros baña. Miro y contemplo los trabajos duros del triste labrador, su suerte esquiva, su miseria, sus lástimas, y aprendo entre los infelices a ser hombre. ¡Ay Fabio, Fabio! en las doradas salas, entre el brocado y colgaduras ricas, el pie hollando entallados pavimentos, ¡qué mal al pobre el cortesano juzga! ¡qué mal en torno la opulenta mesa, cubierta de mortíferos manjares, cebo a la gula y la lascivia ardiente, del infeliz se escuchan los clamores! Él carece de pan; cércale hambriento el largo enjambre de sus tristes hijos, escuálidos, sumidos en miseria; y acaso acaba su doliente esposa de dar ¡ay! a la patria otro infelice, víctima ya de entonces destinada a la indigencia y del oprobio siervo; y allá en la corte, en lujo escandaloso nadando en tanto, el sibarita ríe entre perfumes y festivos brindis, y con su risa a su desdicha insulta. Juan Meléndez Valdés Editorial Casals, S. A. Juan Meléndez Valdés 1. «En la producción poética del siglo XVIII español se da como normal la coexistencia en el mismo autor de una poesía de alcance limitado, de tono personal y modesto, junto a una poesía de elevadas pretensiones didácticas, sociales o filosóficas. Usando términos muy de hoy, puede constatarse la presencia, casi simultánea, de una literatura de evasión al lado de una literatura comprometida». (Joaquín Arce Fernández, Rococó, neoclasicismo y prerromanticismo) POESÍA DIECIOCHESCA Teniendo en cuenta la afirmación anterior, clasifica los poemas 1 y 2. • Poesía de tono personal y de evasión: • Poesía de elevadas pretensiones, comprometida: Justifica tu respuesta. Ambos poemas pertenecen a Juan Meléndez Valdés, miembro de la escuela salmantina, poeta central y máximo del siglo, quien en su extensa obra combina las principales corrientes literarias de la segunda mitad del XVIII. POEMA 1 a. Expresa de forma breve y clara el tema que aparece tratado en el poema 1. b. Ese tema se desarrolla en forma de narración de unos hechos en varias fases que marcan la estructura del poema. Señálalas. c. ¿Te parecen de gran trascendencia los hechos aquí presentados o, por el contrario, tienen un tono menor? d. Se dice que en este tipo de poesía predomina lo aparentemente ingenuo, un tono de exquisitez, sensualidad y gracia. ¿Crees que es así en nuestro poema? Justifica tu respuesta. Editorial Casals, S. A. e. Analiza métricamente el poema. Pon en relación tal forma métrica con el contenido. ¿Te parece adecuada la elección? f. En el léxico se observa su vinculación con lo bucólico. Señala aquellos términos que así lo confirmen. POESÍA DIECIOCHESCA g. El refinamiento y los tonos delicados se hacen presentes por medio de diversos procedimientos. Busca ejemplos. uso de diminutivos adjetivación vocabulario refinado otros procedimientos h. La vida real, en el siglo XVIII como hoy, no se parecía a la poesía bucólica; pero probablemente esta poesía responde al deseo de otra vida más pura, más dulce, de una sensualidad donde se combinase la inocencia y lo prohibido. ¿Crees que la poesía debe ser un «sueño de felicidad» frente a la dura realidad? Justifica tu respuesta. POEMA 2 a. Durante los años 70, Gaspar Melchor de Jovellanos va a ejercer su magisterio sobre los poetas salmantinos a los que se dirige en la Carta de Jovino a sus amigos salmantinos para exhortarlos a éstos a que abandonen los frívolos temas amorosos y cultiven otro tipo de poesía. A ella pertenece el presente texto de Meléndez Valdés. ¿Qué tema se plantea en él? Señala los motivos propios de la Ilustración que aparecen. Editorial Casals, S. A. b. ¿La realidad presentada se encuentra también idealizada? ¿Se percibe eso en el vocabulario utilizado? Pon ejemplos. c. En este fragmento del poema se perciben ecos del viejo tópico del menosprecio de corte y alabanza de aldea pues se destaca el contraste entre la vida en el campo y en la ciudad. Sin embargo, en la literatura clásica tal contraste se basaba en la oposición entre la paz y tranquilidad de la vida campesina y los agobios de la vida ciudadana. ¿Es este el contraste que aquí se manifiesta? Ponlo en relación con la ideología de la Ilustración. POESÍA DIECIOCHESCA d. Analiza la métrica y ponla en relación con el contenido. e. El poeta ilustrado, dentro de un estilo que viene marcado por la claridad necesaria para que su contenido sea plenamente asimilado, no renuncia a determinados procedimientos estilísticos al servicio de la expresividad. Busca ejemplos y explica su valor en el poema. exclamaciones retóricas anáforas epítetos oxímoron hipérbatos suaves f. Teniendo en cuenta lo que has analizado, compara la poesía idílica de carácter refinado y tono menor, con la poesía de carácter social, cívico y filosófico. Sistematiza las conclusiones. temas poesía idílica de tono menor métrica estilo Editorial Casals, S. A. Conclusiones: NOMBRE: CURSO: FECHA: NOTA: poesía social y filosófica POESÍA DIECIOCHESCA Poesía anacreóntica 2. Entre la poesía de tono menor del XVIII se encuentra la anacreóntica. Busca información sobre los rasgos de esa poesía. a. Señala el tema del poema que acabas de leer. b. ¿Qué motivos propios de la anacreóntica encontramos en él? ¿Quién es aquel que baja por aquella colina, la botella en la mano, en el rostro la risa, de pámpanos y hiedra la cabeza ceñida, cercado de zagales, rodeado de ninfas, que al son de los panderos dan voces de alegría, celebran sus hazañas, aplauden su venida? Sin duda será Baco, el padre de las viñas. Pues no, que es el poeta autor de esta letrilla. José Cadalso c. ¿Aparecen también motivos bucólicos? Señálalos. d. Analiza la métrica y ponla en relación con el contenido. e. Comenta los versos finales del poema. Editorial Casals, S. A. f. ¿Crees que un género como la anacreóntica tendría cabida en la literatura de hoy en día? Justifica tu respuesta. NOMBRE: CURSO: FECHA: NOTA: POESÍA DIECIOCHESCA Estaba un ratoncillo aprisionado en las garras de un león; el desdichado en la tal ratonera no fue preso por ladrón de tocino ni de queso, sino porque con otros molestaba al león, que en su retiro descansaba. Pide perdón, llorando su insolencia; al oír implorar la real clemencia, responde el rey en majestuoso tono (no dijera más Tito): «Te perdono». Poco después cazando el león tropieza en una red oculta en la maleza: quiere salir, mas queda prisionero; atronando la selva ruge fiero. El libre ratoncillo, que lo siente, corriendo llega: roe diligente los nudos de la red de tal manera, que al fin rompió los grillos de la fiera. Conviene al poderoso para los infelices ser piadoso; tal vez se puede ver necesitado del auxilio de aquel más desdichado. Fábula 3. Pon en relación el cultivo de la fábula con los planteamientos ideológicos y estéticos del siglo. a. La fábula es un género que se vincula con la tradición clásica. Busca precedentes de la que acabas de leer. b. ¿La enseñanza que en ella trasmite Samaniego te parece conforme a los planteamientos del XVIII? c. Analiza la métrica. Félix de Samaniego d. La fábula es un subgénero de gran popularidad, aspira a llegar a un público amplio por lo que se vale de procedimientos lingüísticos concretos. 1) Señala aquellos que hacen que el texto sea sencillo: 2) Señala aquellos que hacen que sea ameno: ¡Ay! ¡ay, que parte! ¡que la pierdo! abierta del coche triste la funesta puerta la llama a su prisión. Laura adorada, Laura, mi Laura ¿que de mí olvidada entras donde esos bárbaros crueles lejos te llevan de mi lado amante? ¡Ay! Que el zagal el látigo estallante chasquea, y los ruidosos cascabeles y las esquilas suenan, y al estruendo los rápidos caballos van corriendo. ¿Y corren, corren, y de mí la alejan? ¿La alejan más y más sin que mi llanto mueva a piedad su bárbara dureza? Poesía prerromántica 4. Anticipando el movimiento romántico comienza a desarrollarse a finales del XVIII una poesía más sentimental e intimista, de tonos lacrimógenos. Señala tales rasgos en el fragmento. a. ¿Se producen también cambios formales? Señala aquellos recursos que reflejen intensidad emotiva. Editorial Casals, S. A. b. La sonoridad del poema se hace rotunda con una figura, señálala. Nicasio Álvarez Cienfuegos NOMBRE: CURSO: FECHA: NOTA: PROSA: ENSAYO Y CRÍTICA Ensayo. Fray Benito Jerónimo Feijoo 5. Feijoo fue el prototipo de verdadero ilustrado y un avanzado en la defensa de las nuevas ideas en la España de la época. En los breves fragmentos que hay a continuación, extraídos del Teatro crítico universal, se recogen algunos planteamientos ilustrados esenciales, identifícalos. a. «Tan lejos voy de comunicar especies perniciosas al público, que mi designio en esta obra es desengañarle de muchas que, por estar admitidas como verdaderas, le son perjudiciales.» b. «Miradas las cosas a la luz de la razón, lo más útil al público es lo más honorable, y tanto más honorable cuanto más útil.» c. «Todo lo pueden vencer la aplicación y el celo del bien común.» d. «La mayor perdición de una república no consiste en que haya en ella muchos que no temen a Dios, sino en que esos que no temen a Dios tampoco temen al magistrado.» e. «Así yo, ciudadano libre de la República Literaria, ni esclavo de Aristóteles ni aliado de sus enemigos, escucharé siempre con preferencia a toda autoridad privada lo que me dictaren la experiencia y la razón». Editorial Casals, S. A. f. «El descuido de España lloro porque el descuido de España me duele. […] Gotosa está España. Los pobres pies de este reino padecen grandes dolores, y de míseros, debilitados y afligidos, ni pueden sustentarse a sí mismos ni sustentar el cuerpo». NOMBRE: CURSO: FECHA: NOTA: PROSA: ENSAYO Y CRÍTICA Ensayo. Fray Benito Jerónimo Feijoo 6. Lee atentamente el siguiente texto. Concédese que, por lo común, es vicio del estilo la introducción de voces nuevas o extrañas en el idioma propio. Pero, ¿por qué? Porque hay muy pocas manos que tengan la destreza necesaria para hacer esa mezcla. Es menester, para ello, un tino sutil, un discernimiento delicado. Supongo que no ha de haber afectación, que no ha de haber exceso. Supongo también que es lícito el uso de voz de idioma extraño, cuando no hay equivalente en el propio; de modo que aunque se pueda explicar lo mismo con el complejo de dos o tres voces domésticas, es mejor hacerlo con una solo, venga de donde viniere. Por este motivo en menos de un siglo se han añadido más de mil voces latinas a la lengua francesa ,y otras tantas, y muchas más, entre latinas y francesas, a la castellana. Yo me atrevo a señalar en nuestro nuevo diccionario más de dos mil, de las cuales ninguna se hallará en los autores españoles que escribieron antes de empezar el pasado siglo. Si tantas adiciones hasta ahora fueron lícitas, ¿por qué no lo serán otras ahora? Pensar que ya la lengua castellana u otra alguna del mundo tiene toda la extensión posible o necesaria, sólo cabe en quien ignora que es inmensa la amplitud de las ideas, para cuya expresión se requieren distintas voces. Los que a todas las peregrinas niegan la entrada en nuestra locución, llamarán a esta austeridad «pureza de la lengua castellana». Es cosa vulgarísima nombrar las cosas como lo ha menester el capricho, el error o la pasión. ¡Pureza! Antes deberá llamar «pobreza», desnudez, miseria, sequedad. Fray Benito Jerónimo Feijoo, Cartas eruditas y curiosas a. Resume el contenido del texto anterior. b. A Feijoo se le ha considerado «padre del ensayismo» español, pues en sus obras, aunque no se denominen «ensayos», concurren todas las características del género. Analízalas en el texto anterior siguiendo las pautas que te damos: 1) Estos escritos suelen tener como forma de expresión la argumentación. ¿Es así en nuestro texto? ¿Cuál es la tesis y donde se encuentra? ¿Cómo se estructura? Editorial Casals, S. A. 2) El texto aparece enfocado desde una postura personal, subjetiva (función expresiva). Señala los rasgos lingüísticos que apuntan en esta dirección. 3) El autor usa diversos procedimientos para implicar al lector en su reflexión. Señálalos. PROSA: ENSAYO Y CRÍTICA Ensayo. Fray Benito Jerónimo Feijoo 4) La amenidad es un rasgo habitual en este tipo de escritos ¿Qué procedimientos utiliza el autor para lograrla? 5) Otros rasgos lingüísticos: comprueba la presencia de sustantivos abstractos, uso del presente (observa los dos valores que tiene en el texto), sintaxis con subordinadas lógicas, procedimientos al servicio de la claridad, presencia de conectores supraoracionales… 6) En los ensayos se descubre con frecuencia una cierta voluntad de estilo (presencia de función poética). En el texto de Feijoo se hace presente por medio de algunas figuras retóricas, identifícalas y explica su valor en el texto. Editorial Casals, S. A. c. Haz una valoración final del texto que acabas de comentar. NOMBRE: CURSO: FECHA: NOTA: PROSA: ENSAYO Y CRÍTICA Ensayo. Fray Benito Jerónimo Feijoo 7. Lee y comenta el fragmento de un ensayo que sobre Feijoo escribió Marañón. Puedes seguir las pautas que te hemos dado para analizar el ensayo en el ejercicio anterior. Para mí, en la preocupación patética de su España –de nuestra España– sumida en el error, está la grandeza de Feijoo. Me lo imagino torturado por el obsesionante pensamiento en las noches de su celda y en su vagar por el claustro o por los campos risueños de Asturias. «La mayor parte de mi vida –escribe una vez– he estado lidiando con estas sombras, porque muy temprano comencé a conocer que lo eran». Y ¿qué podía hacer él, pobre fraile, para remediarlo? Ni su influencia alcanzaba a interesar eficazmente en el problema de la cultura a los poderes del estado, absorto todavía en el letargo de su borrachera épica y desangrado por guerras interminables; ni, sobre todo, la gran obra podía empezar por la reforma de la cultura oficial, la administrada desde arriba, aún cuando un milagro la hubiera puesto entre sus manos. Era faena más ruda y más ingrata la que había que iniciar: la de roturar brutalmente el campo inculto del alma española, monte bajo de óptima tierra, pero cubierto de malezas y setos y malas hierbas. Y así debió concebir este «caballero andante del buen sentido» su gran empresa generosa de componer el Teatro crítico Universal para desengaño de errores comunes. El primer tomo apareció al cumplir su autor los cincuenta años, la edad de don Quijote cuando salió también a deshacer entuertos por los mismos campos de España. Editorial Casals, S. A. Gregorio Marañón, Feijoo, Quijote de la Ilustración NOMBRE: CURSO: FECHA: NOTA: PROSA: ENSAYO Y CRÍTICA Ensayo. Gaspar Melchor de Jovellanos La reforma de nuestro teatro debe empezar por el destierro de casi todos los dramas que están sobre la escena. No hablo solamente de aquellos a que en nuestros días se da una necia y bárbara preferencia; de aquellos que aborta una cuadrilla de hambrientos e ignorantes poetucos que, por decirlo así, se han levantado con el imperio de las tablas para desterrar de ellas el decoro, la verosimilitud, el interés, el buen lenguaje, la cortesanía, el chiste cómico y la agudeza castellana. Semejantes monstruos desaparecerán a la primera ojeada que echen sobre la escena la razón y el buen sentido; hablo también de aquellos justamente celebrados entre nosotros, que algún día sirvieron de modelo a otras naciones y que la porción más cuerda e ilustrada de la nuestra ha visto siempre y ve todavía con entusiasmo y delicia. Seré siempre el primero a confesar sus bellezas inimitables: la novedad de su invención, la belleza de su estilo, la fluidez y naturalidad de su diálogo, el maravilloso artificio de su enredo, la facilidad de su desenlace, el fuego, el interés, el chiste, las sales cómicas que brillan a cada paso en ellos. Pero, ¿qué importa si estos mismos dramas, mirados a la luz de los preceptos y principalmente a la de la sana razón, están plagados de vicios y defectos que la moral y la política no pueden tolerar? ¿Quién podrá negar que en ellos, según la vehemente expresión de un crítico moderno, «se ven pintados con el colorido más deleitable las solicitudes más inhonestas, los engaños, los artificios, las perfidias, fugas de doncellas, escalamientos de casas nobles, resistencias a la justicia, duelos y desafíos temerarios, fundados en un falso pundonor, robos autorizados, violencias intentadas y ejecutadas, bufones insolentes, y criados que hacen gala y ganancia de sus infames tercerías»? Semejantes ejemplos, capaces de corromper la inocencia del pueblo más virtuoso, deben desaparecer de sus ojos cuanto más antes. Es por lo mismo necesario sustituir a estos dramas otros capaces de deleitar e instruir, presentando ejemplos y documentos que perfeccionen el espíritu y el corazón de aquella clase de personas que más frecuentará el teatro. He aquí el grande objeto de la legislación: perfeccionar en todas sus partes este espectáculo, formando un teatro donde puedan verse continuos y heroicos ejemplos de reverencia al Ser supremo y a la religión de nuestros padres, de amor a la patria, al soberano y a la constitución; de respeto a las jerarquías, a las leyes y a los depositarios de la autoridad; de fidelidad conyugal, de amor paterno, de ternura y obediencia filial; un teatro que presente príncipes buenos y magnánimos, magistrados humanos e incorruptibles, ciudadanos llenos de virtud y de patriotismo, prudentes y celosos padres de familia, amigos fieles y constantes; en una palabra, hombres heroicos y esforzados, amantes del bien público, celosos de su libertad y sus derechos y protectores de la inocencia y acérrimos perseguidores de la iniquidad. Un teatro, en fin, donde no sólo aparezcan castigados con atroces escarmientos los caracteres contrarios a estas virtudes, sino que sean también silbados y puestos en ridículo los demás vicios y extravagancias que turban y afligen a la sociedad: el orgullo y la bajeza, la prodigalidad y la avaricia, la lisonja y la hipocresía, la supina indiferencia religiosa y la supersticiosa credulidad, la locuacidad e indiscreción, la ridícula afectación de nobleza, de poder, de influjo, de sabiduría, de amistad y, en suma, todas las manías, todos los abusos, todos los malos hábitos en que caen los hombres cuando salen del sendero de la virtud, del honor y de la cortesanía por entregarse a sus pasiones y caprichos. Gaspar Melchor de Jovellanos, Memoria sobre espectáculos y diversiones públicas Editorial Casals, S. A. 8. Lee atentamente el texto y resúmelo. PROSA: ENSAYO Y CRÍTICA Ensayo. Gaspar Melchor de Jovellanos a. El texto, de acuerdo con la organización de su contenido, se puede dividir en dos partes ¿cuáles? Justifica tu respuesta. b. Jovellanos critica duramente dos tipos de teatro. ¿Cuáles? ¿Qué achaca a cada uno de ellos? c. En este texto encontramos perfectamente reflejadas las ideas y aspiraciones que sobre el teatro tenían nuestros ilustrados. Resúmelas. d. ¿Qué medio contempla Jovellanos para llevar a cabo esa deseada reforma del teatro? Ponlo en relación con el despotismo ilustrado. e. Jovellanos en este texto da unas instrucciones precisas que desea que sean llevadas a cabo. Señala las formas verbales de las que se sirve para ello. f. Un procedimiento estilístico de gran rendimiento en el texto es la enumeración. Subraya ejemplos en el mismo. ¿Con qué finalidad la utiliza el autor? Editorial Casals, S. A. g. Expresa tu opinión argumentada sobre la finalidad del teatro dentro de la sociedad. NOMBRE: CURSO: FECHA: NOTA: PROSA: ENSAYO Y CRÍTICA Prosa. José Cadalso CARTA I Gazel a Ben-Beley He logrado quedarme en España después del regreso de nuestro embajador, como lo deseaba muchos días ha, y te lo escribí varias veces durante su mansión en Madrid. Mi ánimo era viajar con utilidad, y este objeto no puede siempre lograrse en la comitiva de los grandes señores, particularmente asiáticos y africanos. Éstos no ven, digámoslo así, sino la superficie de la tierra por donde pasan; su fausto, los ningunos antecedentes por donde indagar las cosas dignas de conocerse, el número de sus criados, la ignorancia de las lenguas, lo sospechosos que deben ser en los países por donde caminan, y otros motivos, les impiden muchos medios que se ofrecen al particular que viaja con menos nota. Me hallo vestido como estos cristianos, introducido en muchas de sus casas, poseyendo su idioma, y en amistad muy estrecha con un cristiano llamado Nuño Núñez, que es hombre que ha pasado por muchas vicisitudes de la suerte, carreras y métodos de vida. Se halla ahora separado del mundo y, según su expresión, encarcelado dentro de sí mismo. En su compañía se me pasan con gusto las horas, porque procura instruirme en todo lo que pregunto; y lo hace con tanta sinceridad, que algunas veces me dice: «De eso no entiendo»; y otras: «De eso no quiero entender». Con estas proporciones hago ánimo de examinar no sólo la corte, sino todas las provincias de la Península. Observaré las costumbres de este pueblo, notando las que le son comunes con las de otros países de Europa, y las que le son peculiares. Procuraré despojarme de muchas preocupaciones que tenemos los moros contra los cristianos, y particularmente contra los españoles. Notaré todo lo que me sorprenda, para tratar de ello con Nuño y después participártelo con el juicio que sobre ello haya formado. CARTA LXXV Del mismo al mismo Al entrar anoche en mi posada, me hallé con una carta cuya copia te remito. Es de una cristiana a quien apenas conozco. Te parecerá muy extraño su contenido, que dice así: «Acabo de cumplir veinticuatro años, y de enterrar a mi último esposo de seis que he tenido en otros tantos matrimonios, en espacio de poquísimos años […]. Todo esto se hubiera remediado si yo me hubiera casado una vez a mi gusto, en lugar de sujetarlo seis veces al de un padre que cree la voluntad de la hija una cosa que no debe entrar en cuenta para el casamiento. La persona que me pretendía es un mozo que me parece muy igual a mí en todas calidades, y que ha redoblado sus instancias cada una de las cinco primeras veces que yo he enviudado; peroen obsequio de sus padres, tuvo que casarse también contra su gusto, el mismo día que yo contraje matrimonio con mi astrónomo. Estimaré al señor Gazel me diga qué uso o costumbre se sigue allá en su tierra en esto de casarse las hijas de familia, porque aunque he oído muchas cosas que espantan de lo poco favorable que nos son las leyes mahometanas, no hallo distinción alguna entre ser esclava de un marido o de un padre, y más cuando de ser esclava de un padre resulta el parar en tener marido, como en el caso presente». José Cadalso, Cartas marruecas Editorial Casals, S. A. 9. Cartas marruecas siguen un modelo epistolar propio de la época en el que se ofrece la visión crítica de un país con los ojos de un extranjero. En este caso es un joven que se dirige a un compatriota suyo de mayor edad. Hay un tercer personaje que aportará también su visión sobre las cuestiones presentadas. Teniendo en cuenta esto, descubre a través de la carta I el nombre de tales personajes. ¿Qué otros datos puedes deducir sobre cada uno de ellos? PROSA: ENSAYO Y CRÍTICA Prosa. José Cadalso a. De acuerdo con lo que se afirma en la carta I, ¿qué propósito alberga el personaje que escribe estas cartas? b. Esta forma elegida le va a permitir a Cadalso criticar muy distintos aspectos de la realidad española. En muchas de estas cartas, para elaborar su crítica, recurre a la invención de un personaje tipo. ¿Qué personaje crea en la carta LXXV? ¿Qué realidad del momento aparece criticada? ¿Recuerdas alguna otra obra literaria en la que aparezca el mismo tema? c. Observa el estilo empleado en ambas cartas y caracterízalo. TEDIATO: La luz del sol, que iba faltando, me sacó del letargo cruel. La tiniebla me traía el consuelo que arrebata a todo el mundo. Todo el consuelo que siente toda la naturaleza al aparecer el sol, le sentí todo junto al ponerse. Dije mil veces preparándome a salir: bienvenida seas, noche, madre de delitos, destructora de la hermosura, imagen del caos de que salimos. Duplica tus horrores; mientras más densas, más gustosas me serán tus tinieblas. No tomé alimento; no enjugué las lágrimas; púseme el vestido más lúgubre; tomé este acero, que será…, ¡ay!, sí; será quien consuele de una vez todas mis cuitas. Vine a este puesto; espero a Lorenzo. José Cadalso, Noches lúgubres 10. Con Noches lúgubres Cadalso se inscribe de lleno en el Prerromanticismo. Resume el tema de este fragmento. ¿Qué actitud manifiesta el protagonista? a. ¿Qué tipo de ambientación predomina en el texto? ¿Esta ambientación está en relación con los sentimientos del personaje? Editorial Casals, S. A. b. Señala las figuras literarias que se utilizan en el mismo. Ponlas en relación con el contenido. NOMBRE: CURSO: FECHA: NOTA: TEATRO NEOCLÁSICO Teatro neoclásico. Leandro Fernández de Moratín La comedia nueva o el café trascurre en un café donde se reúne un grupo de contertulios relacionados de una forma u otra con el teatro. Estos exponen sus opiniones sobre el teatro del momento. Acto II, escena VI DON ANTONIO: ¡Calle! ¿Ya está usted por acá? Pues y la comedia, ¿en qué estado queda? DON PEDRO: Hombre, no me hable usted de comedia (siéntase), que no he tenido rato peor muchos meses ha. DON ANTONIO Pues ¿qué ha sido ello? (Sentándose junto a DON PEDRO.) DON PEDRO: ¿Qué ha de ser? Que he tenido que sufrir (gracias a la recomendación de usted) casi todo el primer acto, y por añadidura una tonadilla insípida y desvergonzada, como es costumbre. Hallé la ocasión de escapar y aproveché. DON ANTONIO ¿Y qué tenemos en cuanto al mérito de la pieza? DON PEDRO: Que cosa peor no se ha visto en el teatro desde que las musas de guardilla le abastecen... Si tengo hecho propósito firme de no ir jamás a ver esas tonterías. A mí no me divierten; al contrario, me llenan de, de... No, señor, menos me enfada cualquiera de nuestras comedias antiguas, por malas que sean. Están desarregladas, tienen disparates; pero aquellos disparates y aquel desarreglo son hijos del ingenio y no de la estupidez. Tienen defectos enormes, es verdad; pero entre estos defectos se hallan cosas que, por vida mía, tal vez suspenden y conmueven al espectador en términos de hacerle olvidar o disculpar cuantos desaciertos han precedido. Ahora, compare usted nuestros autores adocenados del día con los antiguos, y dígame si no valen más Calderón, Solís, Rojas, Moreto, cuando deliran, que estotros cuando quieren hablar en razón. DON ANTONIO: La cosa es tan clara, señor don Pedro, que no hay nada que oponer a ella; pero, dígame usted, el pueblo, el pobre pueblo, ¿sufre con paciencia ese espantable comedión? DON PEDRO: No tanto como el autor quisiera porque algunas veces se ha levantado en el patio una mareta sorda que traía visos de tempestad. En fin, se acabó el acto muy oportunamente; pero no me atreveré a pronosticar el éxito de la tal pieza, porque aunque el público está ya muy acostumbrado a oír desatinos, tan garrafales como los de hoy jamás se oyeron. DON ANTONIO: ¿Qué dice usted? DON PEDRO: Es increíble. Allí no hay más que un hacinamiento confuso de especies, una acción informe, lances inverosímiles, episodios inconexos, caracteres mal expresados o mal escogidos; en vez de artificio, embrollo; en vez de situaciones cómicas, mamarrachadas de linterna mágica. No hay conocimiento de historia ni de costumbres; no hay objeto moral; no hay lenguaje, ni estilo, ni versificación, ni gusto, ni sentido común. En suma, es tan mala y peor que las otras con que nos regalan todos los días. DON ANTONIO Y no hay que esperar nada mejor. Mientras el teatro siga en el abandono en que hoy está, en vez de ser el espejo de la virtud y el templo del buen gusto, será la escuela del error y el almacén de las extravagancias. DON PEDRO: Pero ¿no es fatalidad que después de tanto como se ha escrito por los hombres más doctos de la nación sobre la necesidad de su reforma, se han de ver todavía en nuestra escena espectáculos tan infelices? ¿Qué pensarán de nuestra cultura los extranjeros que vean la comedia de esta tarde? ¿Qué dirán cuando lean las que se imprimen continuamente? DON ANTONIO: Digan lo que quieran, amigo don Pedro, ni usted ni yo podemos remediarlo. ¿Y qué haremos? Reír o rabiar; no hay otra alternativa... Pues yo más quiero reír que impacientarme. DON PEDRO: Yo no, porque no tengo serenidad para eso. Los progresos de la literatura, señor don Antonio, interesan mucho al poder, a la gloria y a la conservación de los imperios; el teatro influye inmediatamente en la cultura nacional; el nuestro está perdido, y yo soy muy español. Leandro Fernández de Moratín, La comedia nueva o el café Editorial Casals, S. A. 11. Busca información acerca de las tertulias en cafés o salones en el siglo XVIII. Señala el nombre de algunas de ellas. ¿Qué función social y cultural cumplieron? TEATRO NEOCLÁSICO Teatro neoclásico. Leandro Fernández de Moratín a. En el texto que acabamos de leer se habla sobre una comedia que acaba de estrenarse. ¿Qué opiniones manifiesta don Pedro con respecto a esta comedia? ¿Y con respecto al teatro del siglo XVIII? b. Los ilustrados mostraron su preocupación por crear un nuevo teatro. Uno de los personajes de esta escena da las claves que según ellos deben presidir ese nuevo teatro. Señálalas. c. En la comedia neoclásica, como en general en la literatura ilustrada, está siempre presente la intención didáctica. ¿Descubres tal finalidad en esta escena? d. Al comienzo de La comedia nueva Moratín señala en las acotaciones: «la escena es en un café de Madrid, inmediato a un teatro», «la acción empieza a las cuatro de la tarde y acaba a las seis». Con ello el autor se inscribe de lleno en uno de los rasgos considerados fundamentales en el teatro neoclásico. ¿Cuál es este rasgo? e. La naturalidad y modernidad de la lengua utilizada por Moratín en su teatro se hace evidente en esta escena. Analiza el diálogo de los personajes. 1) ¿Se ajusta el tipo de lenguaje usado a la situación presentada? 2) ¿Nos permite trazarnos una imagen ajustada de los personajes? 3) ¿Se dan largos parlamentos doctrinales o un justo equilibrio entre lo coloquial de una conversación desenfadada y lo culto, propio de una conversación mantenida por personajes cultivados que hablan sobre un tema literario? Editorial Casals, S. A. 4) Identifica rasgos coloquiales y rasgos cultos en el propio texto. NOMBRE: CURSO: FECHA: NOTA: TEATRO NEOCLÁSICO Sainete. Ramón de la Cruz 12. En el siglo XVIII uno de los géneros dramáticos de mayor aceptación popular fue el sainete, pieza teatral breve de carácter cómico que pone en escena a personajes populares. El más destacado autor fue Ramón de la Cruz. A él pertenece Manolo, cuyas dos últimas escenas vas a leer. En este sainete, Ramón de la Cruz lleva a cabo una parodia de la tragedia neoclásica, que el público español rechazaba. Para ello, frente a los rasgos de aquella él va a ofrecer el contrapunto. Escena XI Los dichos; y al verso «Avanza, infantería», salen unos muchachos, que a pedradas derriban el puesto de castañas y andan a la rebatiña. MANOLO y los tunos entran en la taberna y suena ruido de vasos rotos. La CHIRIPA anda a patadas con los muchachos y luego se agarra con la POTAJERA. El TÍO MATUTE tiene a la REMILGADA desmayada en sus brazos. SABASTIÁN está bailando al son de la gaita; y luego salen, dándose de cachetes, MANOLO y MEDIODIENTE, y a su tiempo, cuando le da la navajada, se levantan las tres verduleras y van saliendo tunos y muchachos y forman un semicírculo, haciendo que lloran con sendos pañuelos. MANOLO: ¡Ay de mí! ¡Muerto soy! MEDIODIENTE: Me alegro mucho. REMILGADA: Ya respirar podemos. TÍA CHIRIPA: ¿Quién se queja? TÍO MATUTE: No te asustes, no es más de que a tu hijo le atravesaron la tetilla izquierda. MANOLO: Yo muero... No hay remedio. ¡Ah, madre mía! Aquesto fue mi sino... Las estrellas... Yo debía morir en alto puesto, según la heroicidá de mis empresas; pero ¿qué hemos de hacer? No quiso el cielo. Me moriré y dempués tendré pacencia. Ya no veo los bultos..., aunque veo las horribles visiones que me cercan. ¡Ah, tirano! ¡Ah, perjura! ¡Ay, madre mía! Ya caigo..., ya me tengo... vaya de ésta. (Cae.) TÍA CHIRIPA: ¡Ay, hijo de mi vida! ¡Para esto tantos años lloré tu triste ausencia! ¡Ojalá que murieses en la plaza, que, al fin, era mejor que en la plazuela! Pero aguarda, que voy a acompañarte para servirte en lo que te se ofrezca. ¡Oh, Editorial Casals, S. A. Observemos los procedimientos paródicos en el texto. Manolo, el mejor de los mortales! ¿Cómo sin ti es posible que viviera tu triste madre? ¡Ay! ¡Allá va eso! (Cae.) TÍO MATUTE: Aguárdate, mujer, y no te mueras... Ya murió y yo también quiero morirme, por no hacer duelo ni pagar esequias. (Cae.) REMILGADA: ¡Ay, padre mío! MEDIODIENTE: Escúchame. REMILGADA: No puedo, que me voy a morir a toda priesa. (Cae.) POTAJERA: Y yo también, pues se murió Manolo, a llamar al doctor me voy derecha y a meterme en la cama bien mullida, que me quiero morir con convenencia. Escena XII SABASTIÁN, MEDIODIENTE, las comparsas y los difuntos. SABASTIÁN: Nosotros ¿nos morimos o qué hacemos? MEDIODIENTE: Amigo, ¿es tragedia o no es tragedia? Es preciso morir; y sólo deben perdonarle la vida los poetas al que tenga la cara más adusta para decir la última sentencia. SABASTIÁN: Pues dila tú y haz cuenta que yo he muerto de risa. MEDIODIENTE: Voy allá. ¿De qué aprovechan todos vuestros afanes, jornaleros, y pasar las semanas con miseria, si dempués los domingos o los lunes disipáis el jornal en la taberna? (Cae el telón y se da fin.) Ramón de la Cruz, Manolo a. Las tragedias se solían ambientar en lugares nobles. Por ejemplo Raquel de García de la Huerta, nuestra tragedia dieciochesca más famosa, se desarrolla en el antiguo Alcázar de Toledo. Señala en qué lugares se desarrolla la acción en estas escenas de Manolo. TEATRO NEOCLÁSICO Sainete. Ramón de la Cruz b. Los personajes de la tragedia son nobles, reyes…¿Qué tipo de personajes nos encontramos aquí? c. En la tragedia un motivo central es el tema del destino ¿En qué palabras aparece parodiado ese tema en nuestro texto? d. El lenguaje de la tragedia debía ser un lenguaje retórico, muy cuidado. Observa el lenguaje de esta escena, caracterízalo y recoge ejemplos. e. Las situaciones presentadas en la tragedia responden a la gravedad del género. En el sainete, sin embargo, impera la comicidad. ¿A través de qué procedimientos? Editorial Casals, S. A. f. En el texto encontramos el desenlace de esta obra con muertes sucesivas, risibles por lo absurdas y gratuitas ¿Qué está parodiando con ello el autor? ¿Hay alguna intervención concreta que haga referencia a ello? NOMBRE: CURSO: FECHA: NOTA: