La metateoría de la legitimidad del Estado Moderno*

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Juan Carlos Rodríguez Serpa**
La metateoría de la legitimidad
del Estado Moderno*
The metateoria of the legitimacy
of the modern condition
Recibido: 02 de febrero de 2012 / Aceptado: 16 de abril de 2012
Palabras clave:
Legitimidad, Estado Moderno,
Hobbes, Locke, Rousseau y Kant.
Key words:
Legitimacy, Modern State,
Hobbes, Locke, Rousseau and Kant.
Resumen
El presente artículo de reexión analiza teóricamente una de las categorías
centrales de la modernidad: el caso de la legitimidad del Estado Moderno,
para ello es indispensable acudir a las fuentes históricas de grandes pensadores
(Hobbes, Locke, Rousseau y Kant). No obstante, es necesario aterrizar dicho
estudio en la postura del lósofo alemán más representativo de los últimos
tiempos después de Kant y Heidegger. Me reero a Jürgen Habermas, el más
notable exponente de una metateórica de la legitimidad a través del estudio
de las teorías de la legitimidad del Estado Moderno. Dicho cometido lo realiza Habermas a manera de una neo-legitimidad del Estado Moderno, desde la
proposición de cinco categorías de Derecho de las formas jurídicas a la luz del
principio de discurso, desarrollado en el fondo en su teoría de la acción comunicativa y develado en su losofía del derecho de su obra Facticidad y Validez.
Abstract
This paper analyzes theoretically reection of the central categories of modernity: the case of the legitimacy of the Modern State, it is essential to go to
the historical sources of great thinkers (Hobbes, Locke, Rousseau and Kant).
However, that study is necessary to land the position of the german philosopher most representative of recent times after Kant and Heidegger. I mean Jürgen Habermas, the most notable exponent of the legitimidada metatheoretical
through the study of theories of the legitimacy of the modern state. This task
is performed by means of a Habermas to neo-legitimacy of the modern state,
since the proposition of ve categories of the corporate law in the light of the
principle of discourse, developed in the background in his theory of communicative action and unveiled in his philosophy of law of his Facts and Norms.
*
El presente artículo de revisión se deriva de la tesis de grado presentada como requisito para optar al título de abogado, bajo la tutoría
del doctor Alfredo Peña Salom, Decano del Programa de Derecho de la Universidad de la Costa, CUC.
** Abogado de la Universidad de la Costa, CUC, con diplomado en Investigación Socio-Jurídica, asesor jurídico en asuntos administrativos, civiles y laborales. j-c-rodriguez2010@hotmail.com
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J UAN C ARLOS RODRÍGUEZ SERPA
INTRODUCCIÓN
la Unipolaridad de Estados Unidos y acciones
El problema de la legitimidad del Estado
mundiales contra lo que ellos conceptualizan
Moderno siempre ha sido tema obligatorio de
como terrorismo, la profundización de la eco-
la Filosofía del Derecho, aunque otras ciencias
nomía de mercado en la fase actual de la globa-
como la Politología y la Sociología política, la
lización capitalista y sobre todo la centralidad
han reclamado como exclusivo de su órbita dis-
del valor del individuo y sus derechos a exigir
ciplinaria. Por ello, la obra, pensamiento y bio-
derechos… y correlativamente, ciertos impera-
grafía del iuslósofo alemán Jürgen Habermas
tivos hipotéticos nucleares para la realización de
nos resulta sustancial en el acercamiento de una
tales derechos y para la protección de la inma-
de las grandes problematizaciones contemporá-
nencia de los derechos humanos y la dignidad
neas de las Ciencias Sociales y Humanas.
del individuo. Por ello como diría el lósofo y
Estudiar a Habermas desde cualquier pers-
sociólogo de Dusseldorf, Jürgen Habermas, “re-
pectiva implica una gran exigencia interpretati-
sulta hoy realista hablar de legitimidad como un
va y comprensiva. En este sentido, el presente
problema permanente” (Habermas, 1992).
trabajo tiene como propósito estudiar a partir de
Los hechos sociales como los llamó
la Filosofía del Derecho de Jürgen Habermas el
Durkheim o lo que algunos denominan fenó-
problema de la legitimidad del Estado Moderno.
menos sociales han traído como consecuencia
Desde sus orígenes, el Estado Moderno se
la necesidad de justicar, legitimar al Estado y
ha visto ineludiblemente enfrentado a la justi-
paralelamente, mejorar según Orozco Córdoba
cación de sus acciones y a su reconocimiento
desde las estructuras del poder, los mecanismos
por parte de sus asociados, es decir, se ha visto
de control social, dentro de los cuales el Dere-
obligado a revisar constantemente el carácter ca-
cho es una de las principales herramientas para
tegórico de su legitimidad.
tal n (Orozco, 2005). En consonancia con lo
No obstante la conciencia sobre la necesidad
anterior Habermas propone un paradigma nor-
de revisar constantemente la legitimidad del Es-
mativo de legitimidad, un modelo con el que se
tado Moderno, no parece ser históricamente una
pueda medir la racionalidad y justicación del
realidad dentro de todos los Estados Modernos.
Estado Moderno.
Como muestra de lo anterior se encuentran los
Ahora bien los tratamientos al problema de
regímenes dictatoriales del siglo XX (el nazismo
la legitimidad dan cuenta, desde el contractua-
en Alemania, el fascismo en Italia, el comunis-
lismo de Rousseau y Kant que se resignica en
mo en la antigua URSS, las dictaduras del Cono
el neocontractualismo de Rawls con su teoría de
Sur en América Latina, entre otras). Así mismo
la justicia y de otro lado en el contractualismo de
como ejemplarizaciones de otros hechos socia-
Hobbes y Locke, repensados por lósofos con-
les se pueden citar: el derrumbe del socialismo
temporáneos del Derecho como Nozick y James
real, el futuro de la Cuba de Fidel y Raúl Castro,
M. Buchanan, el primero en su obra Anarquía,
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Estado y utopía y el segundo en los Límites de
supuesto teórico del pasado, es decir, repensar
la libertad.
fenómenos y categorías cientícas a partir de las
diferentes perspectivas que han trabajado deter-
RESULTADOS DE INVESTIGACIÓN
minando problematización, como es el caso de
La metateoría de la legitimidad del Estado
la legitimidad del Estado Moderno.
Moderno
El arco que distiende la losofía ‘del Dere-
Para el desarrollo de este trabajo fue necesa-
cho’ y la política desde sus orígenes hasta aho-
rio hacer referencia al contexto histórico, donde
ra va desde el planteamiento del Estado justo al
los protagonistas de esta discusión revelan las
Estado legítimo, siendo esta la última preocupa-
principales causas o circunstancias que dan ori-
ción la más contemporánea y la que, en cierta
gen a la problemática de este trabajo que de cier-
forma ha sustituido a la primera, típica preocu-
ta manera, aclaran el porvenir de la discusión,
pación tanto platónica como aristotélica (Tobón,
por ello es ineludible referirse a las categorías
2005).
que plantea el lósofo alemán Jürgen Habermas
Ciertamente la legitimidad del Estado Mo-
como son la metateórica y en especial la legi-
derno en su proceso evolutivo, ineludiblemen-
timidad, que sin duda es una de las categorías
te se ha enfrentado a cuestiones de exigencia al
centrales en la historia de la iuslosóca política
poder estatal que aseguren la paz, la libertad y la
y la sociología política, signicando ligeramen-
justicia social.
te con ello que “solo hablamos de legitimidad
El Contrato Social, es sin duda el mejor re-
cuando nos referimos a órdenes políticas” (Ha-
ferente hermenéutico y polisémico sobre la le-
bermas, 2005).
gitimidad del Estado Moderno desde Hobbes
En el mismo sentido, la legitimidad como
con el carácter autoritario de su obra El Leviatán
diría el lósofo español Juan Antonio García
que congura un trabajo ideológico pasando por
Amado, tiene su correlato en la idea de obedien-
Locke y Kant, en la formulación del Estado Mo-
cia política y se emparenta con el concepto de
derno, con elementos liberales constitucionales,
legitimación.
así como también en la exposición de la demo-
La categoría de lo metateórico tiene como
cracia como gobierno del pueblo y de las mayo-
máximo exponente a Jürgen Habermas en una
rías en la obra El Contrato Social de Rousseau,
de sus primeras y principales obras intelectuales
hasta desembocar en el neocontractualismo de
Conocimiento e interés que trata sobre cuestio-
John Rawls y la legitimidad del Estado Moderno
nes epistemológicas. La metateórica en Haber-
de Habermas.
mas constituye el cuarto nivel del conocimiento,
Lo anterior solo se comprende en el aquí y
indicando con esto en la obra del lósofo alemán
ahora de la reexión histórica, de un pasado agi-
que les es permitido a los cientícos sociales
tado, convulsionado, de superación del estado
construir y reconstruir conocimiento sobre pre-
de naturaleza por la idea de un contrato social,
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en un estadio de la humanidad llamado moderni-
inicia la secuencia clásica del contractualismo
dad cargado de ‘experiencias vitales’ (Berman,
moderno, la ofrece Thomas Hobbes, quien ubica
1991) y de ‘energías utópicas’, como lo diría
la razón de ser del poder político y de las nor-
Habermas (2005).
mas que este proere en el mantenimiento de la
paz y del orden social. Para el lósofo inglés es
El iusnaturalismo clásico y Hobbes
bien sabido que el hombre posee una naturaleza
Cuando se estudia la historia, en especial a los
dañina y egoísta (el hombre es lobo para el hom-
clásicos, se hace referencia a quienes sin duda
bre), por lo que, ante la propia inseguridad y el
han marcado el camino en cuanto a su ilustra-
peligro para la vida que conllevaría la vida en
ción de los fenómenos sociales y políticos más
estado de salvajismo o naturaleza, los hombres
trascendentales para la humanidad. Un ejemplo
habrían suscrito un ‘contrato social’ (Hobbes,
de esto es el iusnaturalismo clásico, como justi-
1994) a través del cual acuerdan enajenar toda
cación de la coacción que a través del Derecho
su libertad y ponerla en manos de un soberano,
se ejerce al servicio de la verdad, interpretada
a cambio que se les garantice la seguridad me-
como verdad trascendental de fundamentación
diante la imposición coactiva de la paz y el or-
teológica. Para esta doctrina el hombre le es
den social. En este sentido “la paz y la seguridad
cognoscible, el bien, la justicia mediante la ra-
de los súbditos necesitan de normas y estas para
zón natural que participa de la ley eterna que
ser efectivas han de imponerse por la fuerza del
proviene de Dios (su fundamentador clásico es
poder, sin importar cuál fuera su fondo de justi-
Tomás de Aquino. Uno de los continuadores de
cia o injusticia” (Hobbes, 1994).
la obra tomasina, pero desde una perspectiva se-
A esta concepción asegura García Amado, se
cular sería el lósofo del Derecho, el australiano
ve paradójicamente la violencia al servicio de la
John Mitchell Finnis).
paz. No obstante, para Hobbes, esa violencia se
Para el iusnaturalismo clásico, es deber de
justicaría por servir a tal n y en su efecto sería
todo gobernante velar porque se realice el mode-
violencia legítima, en cuanto ella es consentida
lo de sociedad y de ley natural, que se desprende
por los súbditos a raíz del mencionado contrato
de la verdad revelada y es legítimo que para ello
social (Orozco, 2005).
se pueda recurrir a la fuerza, forzando al castigo
al renuente y descreído (2012).
Se le critica a Hobbes el hecho de que para
llegar a tales nes los súbditos han de renunciar
Superada esta homogeneidad teológica a raíz
plenamente a su libertad. Así mismo se le critica
de la reforma protestante, el iusnaturalismo se
que “los conceptos de derecho y justicia se con-
halla con la necesidad de buscar un nuevo fun-
funden al ser soberano titular de la potestad úni-
damento, no religioso, pero sí un nuevo funda-
ca de determinar lo justo y lo injusto” (Orozco,
mento que justique la coacción estatal. Una
2005), en este sentido se ve que para Hobbes el
muestra de esta nueva concepción con que se
hombre pertenece a una categoría inferior y por
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ende, el Estado está por encima del individuo,
turaleza no está escrita y solo puede encontrarse
al pretender que toda la capacidad del ser esté
en el alma de los hombres, aquellos que empu-
a disposición del Estado y que es en este último
jados por la pasión, la interpretación o la aplican
donde el hombre encuentra lo que anhela: la paz
mal, no pueden ser convenidos de su error si no
asegurada.
hay juez establecido que decida” (Locke, 1994).
Ante la amenaza los hombres para garantizar
John Locke de la legitimidad insuciente a
la búsqueda de su suciencia
la plena observancia de la ley natural y preservar
sus derechos naturales, deben abandonar ese es-
Para el pensador inglés, a diferencia de Ho-
tado y entrar en un estado de sociedad política,
bbes, el estado de naturaleza que plantea hi-
renunciando cada uno de ellos a su poder natural
potéticamente no es un estado de guerra, sino
y entregándolo a manos de la comunidad. Esta
un estado de perfecta libertad en el cual, la ra-
que encarna la sociedad civil incorpora la legi-
zón como ley natural gobierna y establece la
timidad del Estado cuando entiende y actúa me-
obediencia a todos para que cada quien, según
diante la voluntad de decisión de las mayorías.
Locke, ordene sus acciones y disponga de sus
A esto se le conoce como la soberanía nacional o
posesiones y personas como juzgue oportuno.
soberanía popular, una entidad abstracta y única,
No obstante habría que advertir la insuciencia
vinculada normalmente a un espacio físico (la
legitimadora y sobre todo que la concepción de
tierra patria), a la que pertenecen los ciudadanos
fondo del estado de naturaleza lockeano, como
presentes tanto como los pasados y futuros, y se
situación de paz se torna peligroso e inseguro.
dene como superiores a los individuos que la
Con esto se quiere decir que se pueden violentar
componen. Es por esto que se le conoce como el
las normas dictadas por la ley natural, pues algún
inicio de la soberanía nacional.
hombre que no observe estrictamente la equidad
En la búsqueda de legitimación del Estado
y la justicia intentará privar a otro hombre de su
Moderno, Locke teoriza sobre el Poder Legis-
derecho a la libertad, a la propiedad e incluso a
lativo como primera y fundamental ley positiva
la vida; inseguridad esta que surge por la falta de
de todos los Estados. Poder este, nacido legítimo
un juez imparcial que dirima los conictos entre
en tanto que elegido por el pueblo a través de un
libres e iguales. Esta insuciencia de legitima-
consentimiento mayoritario. De esta forma John
ción la corrobora Fernández Santillán cuando
Locke llega a ser considerado uno de los padres
señala que “todos pueden castigar igualmente la
de la democracia representativa o parlamentaria.
violencia a la ley natural, es decir, todos pueden
La legitimidad que otorgan las mayorías en
ser jueces en su propia causa cuando algún indi-
Locke, reclaman como legítimo que los asocia-
viduo abusa de su libertad” (Fernández, 1992).
dos obedezcan o se obliguen políticamente con
Ahora bien como diría Locke, en el segundo
el poder supremo y al estar sometidos por las
tratado sobre el gobierno civil “la ley de la na-
leyes que este dice, que son expresión de todos
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los que lo han consentido, produce no obstante
El discurso sobre el origen de la desigualdad
la sospecha de insuciencia legítima de la de-
entre los hombres, y en el segundo, en sentido
mocracia indirecta que recae en Locke, cuando
estricto El Contrato Social. El primero trata so-
señala que “todo hombre que tiene posesiones o
bre un convenio conforme al poder, en el cual
disfruta de alguna parte de los dominios de un
cada quien persigue sus propios intereses. Fer-
gobierno, está con ello dando su tácito consenti-
nández Santillán en cita que hace el profesor
miento de sumisión y mientras siga disfrutándo-
Luis Orozco (2005) señala sin embargo El Con-
la estará obligado a las leyes de dicho gobierno”
trato Social de Rousseau es en sustancia ilegíti-
(Locke, 1994).
mo porque, aún siendo la legitimación del orden
Aunque esta última cita de Locke es la que
civil, no deja de ser una profundización de la de-
denominó insuciencia, sería por otra parte, jus-
bilidad de los no propietarios; una nueva forma
to reconocer que él es el que “sienta las bases
justicadora de los ricos, la legitimación de la
democráticas del Estado Moderno al dejar abier-
usurpación, una ventaja para los ambiciosos.
ta en su teoría del contrato social y del poder
Sin embargo, el contrato social surge como
legítimo la posibilidad de resistir al poder tirano
oposición al primer discurso. Este nuevo pacto
y de sustraerse al cumplimiento de las leyes por
se hace conforme al valor, es decir, como diría
reservas de índole moral” (Orozco, 1994).
Villoro “un tipo de contrato que no solo posee
coerción física sino también una fuerza moral
Rousseau y la autolegitimación
que obliga. Rousseau avanza de tal forma que se
Con Rousseau sufre cambios sustanciales el
propone fundamentar una asociación política tal
paradigma contractualista moderno que va de
como debería darse, una asociación ideal válida
Hobbes a Locke, comenzando porque el ginebri-
universalmente” (Orozco, 2005).
no en su idea hipotética del estado de naturaleza
Con Rousseau aparece por primera vez la
lo ve como un estado de bondad. No obstante,
teoría de la voluntad general. O la Soberanía
tal bondad se iría degenerando poco a poco por
Popular, como fundamento de la voluntad gene-
la civilización o evolucionismo decadente.
ral, esta voluntad diere de la voluntad común,
Como consecuencia de tal degeneración
pues esta busca siempre el interés particular de-
Rousseau cree fundamental, fundar –lo que al-
formador de cualquier intento de legitimidad y
gunos han llamado en la interpretación que ha-
mientras tanto la voluntad general busca el inte-
cen del autor– un “contractualismo moral, el
rés común. Mediante el contrato los hombres se
cual se caracterizaría por ubicar el problema del
convierten en ciudadanos, los cuales otorgan su
contracto en la reexión racional práctica o mo-
libertad genuina a la voluntad general, la cual en
ral” (Bonilla & Jaramillo, 1996).
su efecto les enajena una libertad racional civil
En la obra intelectual del ginebrino existen
dos clases de convenios, el primero en la titulada
(legal). Paralelamente este contrato les otorga a
los ciudadanos una libertad moral (autonomía).
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La autolegitimidad de Rousseau aparece pre-
estar seguros unos de otros frente a la violencia
cisamente cuando el autor en el fondo expone
y hacer cada uno lo que le parece justo y bueno
la obediencia a sí mismo, pues la obligación
por su propio derecho sin depender para ello de
moral de los ciudadanos de obedecer a las leyes
la opinión de otro” (Kant, 1996). Sin embargo
se deriva de su propia autolegislación. En suma
este estado no es visto por el lósofo de Konigs-
“siendo la ley la expresión de la voluntad gene-
berg como un estado de hostilidad permanente
ral, el ciudadano al obedecer sus mandatos se
como acontece en Hobbes “sino como una po-
está obedeciendo a sí mismo, está cumpliendo
sibilidad, una contingencia” (Orozco, 2005) de
su propia voluntad” (Orozco, 2005).
manifestarse en cualquier momento dicha hos-
En resumen diría, la legitimidad del Estado
Moderno se halla en el seno de la autolegislación
tilidad que sería en efecto de la insuciencia de
un orden jurídico.
del ciudadano en la concepción rossiniana. So-
Kant conrma la idea del acuerdo institucio-
beranía Popular como diría el propio Rousseau
nal del Derecho y en consecuencia esto signica
“La soberanía no puede estar representada, por
para el culto lósofo alemán la condición bajo
la misma razón por la que no puede ser enajena-
la cual el arbitrio de cada uno puede conciliarse
da; consiste esencialmente en la voluntad gene-
o coexistir con la libertad de los demás según
ral, y la voluntad no se representa; es la misma
una regla general o ley universal. Ahora bien,
o es otra; no hay término medio. Los diputados
se trata entonces de conciliar la libertad con la
del pueblo no son, pues, ni pueden ser sus repre-
necesidad de legitimar la existencia del Estado
sentantes, no son más que sus mandatarios; no
Moderno. De ahí que en el lósofo de la Ilus-
pueden concluir nada denitivamente. Toda ley
tración, el Derecho se justica como garantía de
no raticada por el pueblo en persona es nula;
una libertad que para nadie es plena y sin lími-
no es una ley. El pueblo inglés cree ser libre, y
tes, puesto que esta estará siempre sometida a la
se engaña mucho; no lo es sino durante la elec-
voluntad pública que legitiman toda ley públi-
ción de los miembros del Parlamento; desde el
ca, es decir “si es simplemente posible que un
momento en que estos son elegidos, el pueblo ya
pueblo se muestre conforme con ella, entonces
es esclavo, no es nada”. Entendido de esta forma
constituirá un deber de tenerlas por legítimas”
en El Contrato Social de 1762 (Orozco, 2005).
(Orozco, 2005). Estas normas serán para todos
iguales y será la máxima posible de convivencia.
Kant y las claves para la legitimidad del
Estado Moderno
Immanuel Kant hace el aporte de las claves
para la legitimidad del Estado Moderno, se ins-
Kant al contrario de sus antecesores tiene una
pira en las lecturas que hace de Rousseau cuyo
perspectiva distinta del Estado de naturaleza.
énfasis en los aspectos éticos y legitimistas del
Para él, dicho estado carecía de un orden jurídico
poder estatal provocarían la asimilación de las
en el cual los hombres aislados “nunca pueden
ideas nucleares del ginebrino, en especial las de
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“autonomía como libertad moral, la facultad de
Estado legítimo y si por el contrario una nueva
autolegislación del individuo en tanto que ciu-
perspectiva de legitimidad del despotismo ilus-
dadano y la voluntad general como vía de expre-
trado puente y puerta del Estado liberal repre-
sión y salvaguarda de esa autonomía” (Rubio,
sentativo.
1998). El Derecho entonces sirve a la protección
Es importante sintetizar que Kant es el que
de la libertad porque garantiza la autonomía de
‘cancela de una vez por todas’ el problema del
cada uno frente a las intromisiones en ella de
carácter histórico del contrato social que había
otros.
servido como argumento en principio meta-
De igual forma con base en la fundamenta-
teórico de legitimidad del Estado Moderno, no
ción de la autonomía y la libertad, Kant expone
obstante cabe advertir que en la visión kantiana
los atributos básicos ontológicos y el constituti-
subyacen paradojas y problemas por aclarar en
vo categórico de la dignidad humana como regla
términos de aproximación a ellos.
moral suprema que fundamenta el ser como un
La dicultad que presenta la losofía kantia-
n en sí mismo. La garantía de efectividad de
na del Derecho es que esa igualdad que salva-
esa suprema regla será el Derecho y de esta for-
guarda el Derecho es una igualdad simplemente
ma se legitimará el Estado Moderno.
formal. Estas normas de derecho en Kant regu-
El iuslósofo Rubio Carracedo en cita que
lan por igual para personas que son asimétricas
realizó el profesor Luis Orozco Córdoba, asegu-
en cuanto a sus circunstancias sociales y esti-
ra que “la concepción por parte de Kant del con-
los, medios de vida y autonomía que deende
trato social como mera ‘idea reguladora’ efec-
el campo de opciones y posibilidades de acción
tuó, en realidad una desactivación de Rousseau
entre una persona rica y una persona material-
y del potencial revolucionario o de transforma-
mente pobre.
ción social que encerraba su constructo en el que
En otras palabras podríamos decir que la li-
las relaciones de poder son legítimas únicamen-
bertad que asegura el orden jurídico estatal es
te a través de la participación democrática de los
una libertad positiva, al interferir en el ejercicio
ciudadanos, sin mediciones ni representaciones.
de la autonomía, y de garantizar las condiciones
La trascendentalidad kantiana, en cambio legi-
mínimas para competir con igualdad de oportu-
tima el Estado como árbitro liberal de los inter-
nidades en la de obrar verdaderamente en con-
cambios sociales con tal que el legislador dicte
diciones materiales de libertad y no en estado de
sus leyes como si estas hubieren podido nacer de
necesidad.
la voluntad unitaria de todo el pueblo y que los
En resumen, en Kant el contrato es ya el
ciudadanos habrían consentido en tal voluntad”
principio de la justicia de forma política básica
(Orozco, 2005). Vemos entonces el tajante rigor
y legítima de la cual emana todo derecho y los
kantiano frente a la imposibilidad de una justi-
fundamentos de la legitimidad del Estado Mo-
cación jurídica y moral a la desobediencia del
derno. De esta forma, “solo al derecho legítimo,
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se le justica la obediencia racional y moral”.
desde Hobbes hasta Kant pasando por Locke y
La legitimidad, sostiene Eloy García (2000), “es
Rousseau, han demostrado que las necesidades
expresión de la racionalidad que desde sus orí-
de legitimidad tienen como correlato la búsque-
genes ha venido caracterizando a la modernidad
da de la obediencia por parte de los coasocia-
política, y agrega frente a la alternativa que re-
dos o en el mejor de los sentidos –de acuerdo a
presenta la fuerza tras la cual subyace un modo
nuestra contemporaneidad– ciudadanos y ciuda-
de entender el poder radicalmente incompatible
danas. En este sentido haciendo uso de uno de
con la pacicación de la vida que signicó el
los niveles de conocimiento de Habermas como
Estado, la legitimidad, se caracterizó por tanto
lo es lo metateórico se logró ‘comprender’ todas
como una forma de obediencia construida en el
aquellas visiones y reexiones contractuales que
consentimiento, en la aceptación pacíca del go-
pretenden congurar e institucionalizar órdenes
bernante por el gobernado”.
jurídicas y en consecuencia otorgarle un carácter
Los neofundamentadores de la legitimidad
de legitimación.
del Estado Moderno son John Rawls a través de
De esta forma se pueden ver en resumen las
su Teoría de la justicia y Jürgen Habermas en La
perspectivas contractuales tendientes a legiti-
reconstrucción del materialismo histórico y en
mar el Estado Moderno, aunque con represen-
Facticidad y validez. En estas obras, Habermas
taciones y cciones distintas sobre el Estado de
orienta su énfasis en el problema de legitimidad
Naturaleza. Para el iusnaturalismo clásico, por
del Estado Moderno en lo que él llama Estado
ejemplo, la legitimidad viene conforme a las re-
Democrático de Derecho, John Rawls se empe-
velaciones que le otorga la Divina Providencia
ña una y otra vez en establecer las condiciones
a quien ejerce la autoridad política en la tierra.
de posibilidad de una sociedad más plural, más
Para Thomas Hobbes el carácter de legitimi-
justa y tolerante y al hacerlo tiene que resolver
dad se deriva de la justicación coactiva garan-
los mismos problemas de legitimidad que Ha-
tizadora de la paz y de la libertad, de los súbdi-
bermas se plantea.
tos que previamente han renunciado a ella. El
estado de naturaleza antes de la constitución en
CONCLUSIONES
acuerdo social es para Hobbes fundamentalmen-
La legitimidad del Estado Moderno es esen-
te un estado hostil, de salvajismo, de allí que en
cialmente en Habermas una cuestión política
su obra la sintetiza con el axioma que reza que
que tiene como escenario, cualquier pretensión
“el hombre es lobo para el hombre”. Por su par-
donde se quiera constituir un orden político, así
te para John Locke, el padre del Liberalismo, a
como en aquellos espacios donde se desarrollen
diferencia de Hobbes consideraba que el Estado
acciones políticas. No obstante el efecto de tal
natural no era un estado de guerra, sin embargo
pretensión en la historia desde el estudio y aná-
su preocupación estriba en que dicho Estado lo
lisis de los diferentes modelos contractualistas
que había era un exceso de libertad y que por
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J UAN C ARLOS RODRÍGUEZ SERPA
tanto al dejarlo al arbitrio de los hombres se ge-
carácter arduamente participativo que ejercita
neraría inseguridad en la convivencia social, por
el soberano (que en Rousseau es el pueblo). Fi-
ello señala Locke, se hace necesario llegar a un
nalmente en el cuarteto de los contractualistas
contrato social, donde la sociedad civil como ex-
clásicos, está el gigante de la modernidad, Im-
presión de las mayorías legitime toda práctica y
manuel Kant. Para este lósofo, ya desde una
acción política que esté en consonancia con ella.
perspectiva más relacional y menos de cción
De esa misma forma con base en esa sociedad
que sus antecesores, señala que el hombre en el
civil el hombre debe crear instituciones regula-
Estado de Naturaleza carece en abreviación de
tivas y garantizadoras de las libertades, motivo
un orden jurídico.
por el cual se hace imprescindible acudir a la
Ahora bien, para Kant dicho Estado no es
justicia expresada jurídicamente en un juez. De
hostil, sin embargo ante tal inseguridad jurídica
otra parte ubicado en un extremo con relación a
por carencia, es susceptible que se de tal hosti-
Hobbes, pero cercano un poco a Locke, el ló-
lidad, razón por la cual se necesita la creación
sofo de Ginebra Jean Jacques Rousseau, parte
de instituciones que protejan la autonomía de
de que el Estado de Naturaleza, es esencialmen-
los asociados como libertad moral, claves de re-
te un estado de bondad, alegría, de solidaridad,
sonancia de la legitimidad del Estado Moderno
donde en síntesis el hombre por naturaleza es
según Habermas.
esencialmente bueno con sus semejantes.
En suma, diría de los cuatro autores lo si-
No obstante, dice Rousseau, ante la evolu-
guiente: 1) Aunque todos tienen una visión di-
ción y civilización del hombre se va creando la
ferente del Estado de Naturaleza, no obstante
sociedad y es en este estado en sociedad, donde
creen en tal referente cticio como punto de par-
el ser humano se va corrompiendo, se va degra-
tida. 2) A través del contrato social en su efecto
dando y va progresivamente entrando en con-
los cuatro lósofos ven la posibilidad de la crea-
icto con sus semejantes. De tal forma que los
ción de instituciones que podrían dar respuestas
hombres necesitan para poder convivir, estable-
a las problematizaciones del Estado de Naturale-
cer un contrato social donde cada uno enajene su
za. Así mismo ven en tales acuerdos, la factibili-
libertad con el objeto de que se establezca una li-
dad de la legitimidad del Estado Moderno. 3) En
bertad racional regulativa, expresada en la ley y
abstracto la fundamentación de sus reexiones
las instituciones políticas y sociales creadas para
aunque son producto de un constructo histórico
tal n. Es signicativo entonces ver cómo sien-
determinado, maniestan una pretensión univer-
do las leyes expresión de la voluntad general,
sal de validez.
el ciudadano o los contratantes al obedecerlas
Lo metateórico entonces es un imperativo
se están obedeciendo a sí mismos, es decir, se
categórico para la comprensión de los neofun-
están autolegislando, por ello se podría expre-
dadores de la legitimidad del Estado Moderno
sar que en Rousseau la legitimidad es efecto del
contemporáneo. De ahí que John Rawls y Jür-
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L A METATEORÍA DE LA LEGITIMIDAD DEL ESTADO M ODERNO
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gen Habermas, encarnan las respuestas a esta
García, E. (2000). El último triunfo de la li-
cuestión permanente de legitimidad. Habermas
bertad, la democracia constitucional ante
pone énfasis en el problema de la legitimidad
su momento maquiavélico. Bogotá: Edición
del Estado Moderno en lo que él llama Estado
Universidad Externado de Colombia.
Democrático de Derecho, John Rawls se empe-
Habermas, J. (1992). La reconstrucción del ma-
ña una y otra vez en establecer las condiciones
terialismo histórico. Madrid: Ed. Taurus Hu-
de posibilidad de una sociedad más plural, más
manidades.
justa y tolerante y al hacerlo en su Teoría de la
justicia tiene que resolver los mismos problemas
de legitimidad que Habermas se plantea.
Hobbes, T. (1994). Leviatán. México: Ed. Fondo
de la Cultura.
Kant, I. (1996). Fundamentación de la Metafísica de las costumbres. Barcelona: Ed. Ariel
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