6 Ingredientes funcionales de naturaleza proteica, hidrocarbonada y derivados Olga Martínez Augustin, Antonio Zarzuelo Zurita y Fermín Sánchez de Medina López-Huertas Contenidos Proteínas y péptidos con actividad funcional Sustancias de naturaleza prebiótica Compuestos fenólicos La leche de vaca y, en concreto, las proteínas y péptidos que contiene, son una fuente muy importante de alimentos funcionales. Se ha observado que estos compuestos facilitan la absorción de nutrientes, estimulan el desarrollo intestinal, modulan la función inmune y colaboran en la digestión y absorción de otros nutrientes. Gracias al desarrollo de tecnologías que permiten el aislamiento de estas proteínas y péptidos se han podido diseñar fórmulas infantiles con un valor biológico añadido, además de con un mayor parecido a la leche humana. Entre ellos destacan la incorporación de factor de crecimiento transformante β, aplicable a pacientes con enfermedad inflamatoria intestinal, de lisozima, por su activad bacteriostática y antiviral, o de proteínas de soja como alternativas a las de leche de vaca. Otra modificación importante es la utilización de hidrólisis proteica para evitar alergias a proteínas de leche de vaca. Por otra parte, una diferencia esencial entre las fórmulas infantiles y la leche materna es la ausencia de fibra soluble en las primeras. Distintos tipos de los oligosacáridos son adicionados a estas fórmulas con el fin de subsanar esta carencia. Estos oligosacáridos son menos variados y complejos que los de la leche humana, lo que hace necesaria la búsqueda de nuevas fuentes de oligosacáridos. Alimentacion_06.indd 97 9/4/10 08:49:46 98 ALIMENTOS FUNCIONALES Y SALUD en la ETAPA INFANTIL Y JUVENIL Introducción La leche de vaca y, en concreto, las proteínas y péptidos que contiene, son una fuente muy importante de alimentos funcionales. Se ha observado que estos compuestos facilitan la absorción de nutrientes, estimulan el desarrollo intestinal, modulan la función inmune y colaboran en la digestión y absorción de otros nutrientes. Gracias al desarrollo de tecnologías que permiten el aislamiento de estas proteínas y péptidos se han podido diseñar fórmulas infantiles con un valor biológico añadido, además de con un mayor parecido a la leche humana. Por otra parte, una diferencia esencial entre las fórmulas infantiles y la leche materna es la ausencia de fibra soluble en las primeras. Distintos tipos de oligosacáridos son adicionados a estas fórmulas con el fin de subsanar esta carencia. Estos oligosacáridos son menos variados y complejos que los de la leche humana, lo que hace necesaria la búsqueda de nuevas fuentes de oligosacáridos. Proteínas y péptidos con actividad funcional Sin lugar a dudas la principal fuente de proteínas destinadas a la alimentación infantil es la leche de vaca. Como es bien sabido, las proteínas lácteas poseen un excelente valor nutricional, independientemente de la especie de la que provengan. Algunas de estas proteínas poseen además actividad funcional y biológica, facilitando la absorción de nutrientes, estimulando el desarrollo del intestino, modulando la función inmune y colaborando en la digestión de otros nutrientes. Además de las proteínas, la leche es fuente de una serie de péptidos con distintos efectos fisiológicos, los cuales pueden encontrarse como tales o pueden originarse a partir de la digestión de las proteínas lácteas. En los últimos 20 años ha tenido lugar un gran desarrollo en la tecnología, por lo que actualmente se pueden separar distintas fracciones proteicas, proteínas y péptidos a partir de la leche. Los productos resultantes han alcanzado gran importancia tanto en la tecnología de ingredientes como en la producción de alimentos funcionales y nutracéuticos. Por otra parte, es interesante resaltar que gracias a la biotecnología láctea se han desarrollado animales transgénicos que producen leches enriquecidas en proteínas como la lactoferrina o la lisozima (véase Capítulo 8). También se han obtenido alimentos transgénicos, y en concreto arroces (consumidos frecuentemente por niños), que expresan estas proteínas, las cuales poseen actividad antibacteriana (véase Capítulo 8). Por último, mediante fermentación de proteínas se obtienen alimentos funcionales enriquecidos en péptidos bioactivos, que son muy interesantes por su bajo coste y por la imagen positiva asociada a las bebidas de leche fermentada y los yogures. Alimentacion_06.indd 98 9/4/10 08:49:46 CAPTÍTULO 6 Ingredientes funcionales de naturaleza proteica, hidrocarbonada y derivados 99 Proteínas con actividad funcional Tanto los concentrados proteicos como las proteínas específicas aisladas del suero lácteo, como la α-lactoalbúmina, la β-lactoglobulina, la lactoferrina, la lisozima, la lactoperoxidasa, las inmunoglobulinas y las caseínas, tienen interés terapéutico. A continuación, comentaremos los aspectos y funciones más sobresalientes de algunos de estos productos. Actualmente se pueden obtener concentrados proteicos (en los que se elimina la mayor parte del líquido y contienen hasta un 80% de proteínas) de leche total o del suero lácteo. Por otra parte, se pueden obtener fracciones (no concentrados) de proteínas totales aisladas del suero lácteo y caseinatos, mucho más purificadas (contienen un 95% de proteína generalmente). Las principales actividades descritas en bibliografía para el conjunto de las proteínas del suero lácteo son, por un lado, su actividad anticancerosa, y más concretamente su papel protector frente al cáncer de colon, y por otro, su papel estimulador de la respuesta inmune. Estos efectos han sido en general relacionados con el aumento de las concentraciones tisulares de glutatión mediado por dichas proteínas ricas en cisteína. En cuanto a las aplicaciones de los concentrados de proteínas derivados de leche de vaca, la más importante desde el punto de vista de la salud es la elaboración de hidrolizados de proteínas destinados a la prevención y al tratamiento de niños con alergia a las proteínas de la leche de vaca. El objetivo es la eliminación mediante la hidrólisis proteica de los péptidos alergénicos. Los hidrolizados aportan además una fuente de nitrógeno predigerido y de fácil absorción que puede ser útil en el tratamiento de enfermedades que cursen con alteraciones de la permeabilidad del intestino y de su funcionalidad. La leche contiene diversas clases de inmunoglobulinas, como IgG1, IgG2, IgA e IgM. Se ha demostrado que estas inmunoglobulinas son activas y que aglutinan bacterias, neutralizan toxinas e inactivan virus. Además, la IgA secretora es capaz de prevenir la adherencia de bacterias patógenas a las células epiteliales, uniéndose a sus pilli. Esta acción es particularmente importante en neonatos. La IgA presente en la leche y el calostro protege frente a patógenos bacterianos, proporcionando una inmunidad pasiva en el neonato hasta que su barrera intestinal se encuentra funcionalmente madura. Además, el componente secretor de la IgA es capaz de neutralizar virus y toxinas bacterianas. Hay algunas pruebas de que la IgM es más eficiente que otras inmunoglobulinas en la fijación del complemento, la neutralización de virus y la aglutinación de bacterias, y se ha demostrado que defiende frente a patógenos Gram negativos como Escherichia coli y Salmonella. La lactoferrina es una de las principales proteínas de la leche humana, constituyendo entre el 10 y el 30% de la proteína total, dependiendo del estado de lactancia (hasta 7 mg/mL en calostro y 1,6 mg/mL en leche). Así, un Alimentacion_06.indd 99 9/4/10 08:49:46 100 ALIMENTOS FUNCIONALES Y SALUD en la ETAPA INFANTIL Y JUVENIL neonato alimentado al pecho ingiere del orden de 3.000 mg/día de lactoferrina durante los 7 primeros días, ingesta que disminuye hasta 1.000 mg/día en las tres semanas siguientes. En general, la lactoferrina también se encuentra, aunque en menores cantidades, en fluidos exocrinos como las secreciones de las mucosas. El calostro bovino y la leche de vaca también contienen lactoferrina en concentraciones de 1 mg/ml y 0,1 mg/ml, respectivamente. Existen datos que sugieren que esta proteína es capaz de estimular el crecimiento celular en el intestino, de mejorar la función digestiva y de inducir el crecimiento de la flora intestinal no patógena. Además la lactoferrina posee actividad antibacteriana, antifúngica, antiviral y antiparasitaria. La mayoría de las funciones de la lactoferrina están avaladas por estudios en niños, por lo que existe la tendencia general de adicionar lactoferrina a las fórmulas destinadas a nutrición infantil. Aunque es técnicamente posible añadir tanto lactoferrina bovina como lactoferrina humana transgénica a fórmulas infantiles, hay que tener en cuenta que la lactoferrina bovina no se une consistentemente a los receptores de lactoferrina humana y no se sabe si incrementa la absorción de hierro. Por otra parte, la eficacia y seguridad de la adición de lactoferrina humana transgénica a fórmulas infantiles no se ha evaluado adecuadamente. Por su parte, la lisozima posee también activad bacteriostática y antiviral, y actúa de manera sinérgica con la lactoferrina. Los niños alimentados con fórmulas infantiles carecen de lisozima en su dieta, por lo que se tiende a adicionar lisozima a fórmulas infantiles. La lactoperoxidasa o la xantín oxidasa son proteínas que también forman parte de la leche de vaca y en general poseen actividad antibacteriana y antiviral. Las proteínas de soja (Glycine max), al igual que las de la leche de vaca, poseen actividades funcionales independientes de su valor nutricional. Así, se ha descrito que pueden tener actividad anticancerosa y efectos beneficiosos a nivel cardiovascular. Aunque estos efectos no son esenciales en niños y adolescentes, las proteínas de soja se utilizan también en la elaboración de fórmulas destinadas a la alimentación infantil, posoperatoria hospitalaria y geriátrica. Las fórmulas infantiles que contienen proteínas de soja están indicadas en casos de galactosemia o de deficiencia hereditaria en lactosa. La digestibilidad de la proteína de soja es comparable a la de otras fuentes proteicas de alta calidad como la carne, la leche o los huevos. Además, la soja constituye una buena fuente proteica, aunque suele utilizarse en combinación con otras proteínas, ya que como fuente única el aporte de metionina puede ser limitado. De hecho, diversos estudios han demostrado que la suplementación con metionina de productos que contienen proteínas de soja es necesaria en el caso de niños recién nacidos alimentados con fórmulas infantiles. Por otro lado, hay que indicar que la sustitución de fórmulas basadas en proteína de leche de vaca por las basadas en proteína de soja en el tratamiento de las alergias a la leche de vaca no es recomendable en niños menores de 6 meses, y en todo caso Alimentacion_06.indd 100 20/4/10 11:08:42 CAPTÍTULO 6 Ingredientes funcionales de naturaleza proteica, hidrocarbonada y derivados 101 ha de hacerse con precaución, ya que un porcentaje considerable (10-15%) de individuos alérgicos a las proteínas de leche de vaca lo son también a las de soja. Tampoco se ha demostrado que las fórmulas basadas en proteínas de soja ofrezcan beneficios respecto a las de proteína de vaca en la prevención de la enfermedad atópica. Las proteínas de soja pueden ser utilizadas además en la suplementación de otras fuentes proteicas que carezcan de algunos aminoácidos. Por ejemplo, por su gran contenido en lisina podrían ser utilizadas para corregir la deficiencia de este aminoácido en proteínas derivadas de cereales como el maíz o el trigo. Péptidos con actividad funcional Como se ha indicado antes, los péptidos bioactivos pueden estar presentes en la leche como tales o pueden ser el resultado de la digestión de proteínas lácteas por distintas enzimas. Es interesante indicar que en los últimos años se han aislado varias especies bacterianas en la leche materna humana que pueden producir péptidos bioactivos in situ. Ejemplos de estos péptidos son el glutatión o una mezcla de péptidos, denominada colistrina, que regula la síntesis de glutatión, la actividad de enzimas antioxidantes o la actividad mitocondrial, por lo que puede contribuir en los procesos defensivos. En este sentido, estudios en animales han demostrado que la producción de glutatión podría contribuir al menos en parte al efecto antiinflamatorio de bacterias aisladas de leche materna, como el Lactobacillus reuteri. Se ha demostrado que los péptidos biológicos derivados de la leche de vaca pueden tener efectos antihipertensivos, antimicrobianos, antitrombóticos y opiáceos, o intervenir en la fijación de minerales. De ellos, son los péptidos con efectos antimicrobianos y sobre la fijación de minerales los más interesantes como alimentos funcionales en la etapa infantil y juvenil, por lo que a continuación nos referiremos a ellos en mayor detalle. También destacan hormonas y factores de crecimiento como la relaxina, hormonas tiroideas y estrógenos, o el factor de crecimiento similar a la insulina y el factor de crecimiento epidérmico. Todos éstos se encuentran en la leche materna en concentraciones superiores a las encontradas en el plasma de madres lactantes. Péptidos antimicrobianos La teoría aceptada generalmente indica que los péptidos antimicrobianos actúan mediante la alteración de la membrana microbiana, lo que provoca la salida de iones y metabolitos y por tanto la despolarización de la membrana, la perturbación de la respiración acoplada a la membrana y finalmente la muerte celular. El mecanismo mediante el cual se produce la alteración de la membrana no se conoce bien. Es curioso señalar que los péptidos antimicrobia- Alimentacion_06.indd 101 9/4/10 08:49:47 102 ALIMENTOS FUNCIONALES Y SALUD en la ETAPA INFANTIL Y JUVENIL nos pueden distinguir entre células eucariotas y procariotas en función de las diferencias entre sus capas externas. Así, las células de mamíferos contienen fosfatidilcolina, esfingomielina y colesterol, que en condiciones fisiológicas poseen carga neutra, mientras que las bacterias Gram positivas contienen en sus membranas celulares fosfolípidos cargados negativamente, como el fosfatidil glicerol o la cardiolipina. Las bacterias Gram negativas, por su parte, contienen una membrana externa que contiene principalmente LPS, que es una molécula polianiónica. Entre los péptidos antimicrobianos destacan los siguientes: la lactoferricina, el glicomacropéptido, la isracidina y el fragmento 184-219 de la β-caseína. Péptidos que fijan minerales Del calcio que proporciona la leche más del 85% se encuentra disponible para su absorción. Este porcentaje es considerablemente mayor que el de calcio disponible en vegetales (aproximadamente 22-72%). Las caseínas del tipo α y β, y en menor grado la κ-caseína, proporcionan fosfopéptidos que se unen a iones metálicos divalentes como el Ca2+, Zn2+ y Fe2+. Los caseinfosfopéptidos tienen la capacidad de quelar grandes cantidades de iones polivalentes sin alterar su solubilidad (en g/100 g): 6 (Ca2+), 10 (Cu2+), 5 (Zn2+), 12 (Fe2+) y 5 (Fe3+). En el lumen intestinal los caseinfosfopéptidos previenen la precipitación de fosfato cálcico, compitiendo por el calcio con los iones fosfato. De esta forma incrementan potencialmente la biodisponibilidad del calcio. Factores de crecimiento El factor de crecimiento transformante-β (transforming growth factor-β, TGF-β) es posiblemente el factor de crecimiento derivado de la leche que ha sido más estudiado. Este péptido, presente tanto en la leche humana como en la leche de vaca, es producido también en niveles bajos en el intestino de los neonatos y lleva a cabo funciones pleiotrópicas que incluyen la regulación de la función inmune y funciones de crecimiento y diferenciación celular, tanto en condiciones normales como durante la enfermedad. El TGF-β se encuentra en la leche de vaca en forma de profactor y se cree que puede ser activado durante el tránsito intestinal. Además, se ha demostrado que permanece activo tras los procesos tecnológicos a los que se somete la leche para obtener productos derivados. Existen tres isoformas del TGF-β (TGF-β 1, 2 y 3), que interaccionan con receptores específicos (tipo I, II y III). Entre las isoformas de TGF-β la más estudiada es el TGF-β2, ya que se encuentra en niveles fisiológicamente relevantes en las fórmulas infantiles que contienen caseína. Se ha demostrado en modelos animales, que la adición de TGF-β2 a dietas destinadas a la alimentación de pacientes de enfermedad inflamatoria intestinal puede ayudar al tratamiento de esta enfermedad. Alimentacion_06.indd 102 9/4/10 08:49:47 CAPTÍTULO 6 Ingredientes funcionales de naturaleza proteica, hidrocarbonada y derivados 103 Como muchas citoquinas, el TGF-β actúa sobre el tejido intestinal tanto de manera autocrina como paracrina, incrementando la proliferación, la diferenciación y el estado de activación de linfocitos, macrófagos y células dendríticas. El TGF-β es una molécula inmunoreguladora muy potente que puede inducir o suprimir la respuesta inmune, desempeñando papeles muy importantes en los mecanismos de tolerancia y en la prevención de reacciones autoinmunes, de alergias y de procesos antiinflamatorios. La importancia del TGF-β como molécula inmunorreguladora en la leche materna se ilustra perfectamente en los ratones que carecen del gen del TGF-β1 (ratones knock out), ya que se ha comprobado que estos ratones sobreviven durante la lactancia, pero mueren de una reacción inflamatoria masiva cuando son destetados. El factor de crecimiento epidérmico (Epidermal Growth Factor, EGF) acelera la maduración y el crecimiento del intestino en neonatos prematuros. En concordancia con este hecho se ha observado que sus niveles en leche de madres pretérmino son bastante mayores que en los de madres a término (28,2-10,3 frente 13,3-9,6 nmol/l, respectivamente). Estos niveles disminuyen por tanto con la edad gestacional y con el peso de los neonatos. La leche de vaca posee concentraciones muy similares a la de la leche de madres a término, mientras que su contenido en fórmulas preparadas a partir de proteínas no hidrolizadas es muy bajo 5,6-8,6 nmol/l), e indetectable en las fórmulas que contienen hidrolizados de proteínas. Se han llevado a cabo distintos experimentos en los que se ha adicionado EGF a fórmulas destinadas a la alimentación de niños prematuros, con el fin de estudiar su posible efecto en la prevención de la enterocolitis necrotizante. Los resultados obtenidos indican que aunque parece tener cierto efecto, éste no es lo suficientemente importante como para sustentar la adición de EGF a este tipo de fórmulas. El factor de crecimiento análogo a la insulina-1 (Insulin like Growth Factor-1, IGF-1) es un péptido de 70 aminoácidos presente tanto en leche humana como en leche de vaca, siendo idéntico en ambas especies. Al igual que otros factores de crecimiento, el IGF-1 incrementa la proliferación celular. La concentración de IGF-1 en fórmulas es mayor que la de la leche materna. Este hecho ha sido relacionado con el mayor incremento de peso y la mayor cantidad de tejido adiposo que se observan en los niños alimentados con fórmulas infantiles. Otro estudio realizado en niños recién nacidos pretérmino reveló que en aquellos alimentados con fórmula suplementada en IGF-1 se producía el cierre intestinal antes. No obstante, los autores concluyeron que, al igual que en el caso anterior, los datos obtenidos no son suficientes para apoyar la adición de este factor de crecimiento a las fórmulas infantiles. Un último dato de interés es que recientemente se ha descrito que fracciones de proteínas del suero lácteo enriquecidas en factores de crecimiento pueden ser útiles en el tratamiento de la psoriasis. Alimentacion_06.indd 103 20/4/10 11:09:29 104 ALIMENTOS FUNCIONALES Y SALUD en la ETAPA INFANTIL Y JUVENIL Sustancias de naturaleza prebiótica Los oligosacáridos, también denominados fibra soluble de la leche, constituyen el tercer componente por orden de abundancia en la leche materna humana. Se calcula que ésta contiene hasta 20 g/L de oligosacáridos, entre los que se han identificado más de 130 estructuras distintas, lo que implica una complejidad y variabilidad no encontrada en la leche de otras especies. Existen datos que indican que los oligosacáridos de la leche materna poseen efectos beneficiosos para el recién nacido por su carácter prebiótico, así como por sus propiedades adicionales, ya que pueden contribuir a la defensa del intestino y a la modulación de la respuesta inmune mediante la inhibición de la adhesión a microorganismos patógenos y la unión a selectinas específicas. Es más, se ha observado que gracias a su alto contenido en ácido siálico podrían contribuir al desarrollo cerebral del recién nacido. Es interesante destacar que las fórmulas infantiles, elaboradas a partir de leche de vaca, carecen de oligosacáridos similares a los de la leche materna. Hay que indicar que la leche de vaca tiene un menor contenido en oligosacáridos y que éstos son menos complejos y variables. Algunas compañías añaden a las fórmulas infantiles oligosacáridos con estructuras más simples, como los fructooligosacáridos, la inulina o los galactooligosacáridos, con el fin de compensar esta carencia, principalmente por su efecto prebiótico. Los prebióticos se definen como ingredientes alimentarios no digeribles que estimulan selectivamente el crecimiento y/o actividad de una o de un número limitado de bacterias colónicas, mejorando como consecuencia la salud del hospedador. Son por tanto alimentos funcionales. Desde el punto de vista químico los prebióticos son monosacáridos (tagatosa), oligosacáridos (carbohidratos de cadena corta) o polisacáridos (fibra) que resisten la digestión, son fermentados por la microbiota del intestino grueso y la modifican selectivamente, produciendo un incremento del crecimiento de bacterias beneficiosas, principalmente de los géneros Lactobacillus y Bifidobacterium, a expensas de otros tipos de bacterias más perniciosas, como clostridios, eubacterias o enterobacterias. Por otra parte, y como consecuencia fundamental de lo anterior, la fermentación por bacterias colónicas da lugar a la producción de ácidos grasos de cadena corta, a la disminución del pH colónico y a la aceleración del tránsito intestinal debida a la estimulación del crecimiento de la microbiota colónica y, como consecuencia, al incremento de la producción de gas y de la retención de agua en las heces. Adicionalmente, los oligosacáridos han demostrado ser beneficiosos para la salud por incrementar la absorción de minerales, regular el metabolismo lipídico (poseen efecto hipocolesterolémico e hipolipemiante) y glucídico, disminuir el riesgo de cáncer de colon y modular el sistema inmune. El hecho de que los oligosacáridos que hemos nombrado anteriormente, y que se están adicionando actualmente a las fórmulas infantiles, sean mucho Alimentacion_06.indd 104 20/4/10 11:10:57 CAPTÍTULO 6 Ingredientes funcionales de naturaleza proteica, hidrocarbonada y derivados 105 menos variados y complejos que los de la leche materna hace necesaria la búsqueda de nuevas fuentes que aporten oligosacáridos más complejos. En este sentido, se ha observado que los oligosacáridos de la leche de cabra son más parecidos en complejidad y variedad a los de la leche humana que los de las leches de vaca u oveja. Aunque se ha demostrado que estos oligosacáridos actúan como prebiótico, su baja concentración y la escasez de leche de cabra hacen que la adición de oligosacáridos de origen caprino a fórmulas infantiles sea por ahora inviable. Compuestos fenólicos Los extractos fenólicos derivados del aceite de oliva son potentes antioxidantes que pueden inhibir la peroxidación lipídica en fórmulas infantiles, reforzando el efecto antioxidante de la lactoferrina en sistemas lipídicos que contienen hierro. BIBLIOGRAFÍA Ben XM. Nutritional management of newborn infants: practical guidelines. World J Gastroenterol 2008;14:6133-9. Beyer K. Hypoallergenicity: a principle for the treatment of food allergy. Nestle Nutrition Workshop Series 2007;59:37-43; discussion-7. Bhatia J, Greer F. Use of soy protein-based formulas in infant feeding. Pediatrics 2008;121:1062-8. Bouhallab S, Bougle D. Biopeptides of milk: caseinophosphopeptides and mineral bioavailability. 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Alimentacion_06.indd 105 9/4/10 08:49:47 106 ALIMENTOS FUNCIONALES Y SALUD en la ETAPA INFANTIL Y JUVENIL Drouin R, Moroni O, Cantin K, Juneau C. A double-blind, placebo-controlled, randomized trial of XP-828L (800 mg) on the quality of life and clinical symptoms of patients with mild-to-moderate psoriasis. Altern Med Rev 2008;13:145-52. Hayes M, Ross RP, Fitzgerald GF, Stanton C. Putting microbes to work: dairy fermentation, cell factories and bioactive peptides. Part I: overview. Biotechnol J 2007;2:426-34. Hayes M, Stanton C, Fitzgerald GF, Ross RP. Putting microbes to work: dairy fermentation, cell factories and bioactive peptides. Part II: bioactive peptide functions. Biotechnology journal 2007;2:435-49. Korhonen H, Marnila P, Gill HS. Milk immunoglobulins and complement factors. Br J Nutrition 2000;84(Suppl 1):S75-80. Korhonen H, Pihlanto A. Technological options for the production of healthpromoting proteins and peptides derived from milk and colostrum. 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