La Experiencia del IRFA Venezuela en contextos de encierro Autora María Bethencourt 209 Presentación En Fe y Alegría, el aprendizaje de la lectura y la escritura siempre ha sido una preocupación. La lectura y la escritura son sistemas simbólicos que permiten el envío y recepción de informaciones a través del tiempo y del espacio, desencadenando y encadenandos nuevos aprendizajes culturales y tecnológicos, posibilitando su transmisión y transformación histórica. Sencillamente no es posible en el mundo de hoy crecer humanamente y en sociedad sin tener la lectura y la escritura como base. Por ello entendemos la lectura y la escritura como un aprendizaje liberador. De tal manera, para Fe y Alegría su aprendizaje no solo puede estar circuncrito a programas educativos formales, sino que tiene que llegar a la población fundamentamente descolarizada o expulsada de la escuela. Bajo este espíritu nace el Instituto Radiofónico de Fe y Alegría Venezuela en el año 1974. A partir del año 1975, el IRFA Venezuela comenzó a utilizar la radio para el funcionamiento de un sistema de educación formal dirigido a los adultos excluidos del sistema educativo venezolano, combinando la educación presencial y la educación radiofónica. Las ciudades de Maracaibo, en el estado Zulia, y Caracas, capital del país, conformaron sus respectivos institutos radiofónicos; se abocaron a la consecución de las frecuencias para sus emisoras radiales, y formaron equipos responsables de asumir el compromiso de llevar adelante esta propuesta fundamentada en el ideario de Fe y Alegría que busca ayudar a los sectores populares en el proceso histórico de construir una sociedad justa y fraterna.1 Durante estos años el IRFA ha sufrido sucesivas transformaciones pedagógicas y de gestión. En primer lugar, su oferta educativa se ha extendido a lo largo y ancho de todo el país, hasta llegar a una matrícula de 26.731 estudiantes para finales del año 2013, que ha supuesto organizar gradualmente una compleja estructura operativa conformada por diversas direcciones, equipos de promotores, equipos de monitoreo y de facilitadores voluntarios. Pero lo más destacado ha sido sus transformaciones pedagógicas, extendiendo su oferta educativa a distintos niveles y modalidades, a saber: Alfabetización de adultos: proceso inicial de enseñanza y aprendizaje de la lectura y la escritura, basado en el método silábico y en la utilización de palabras generadoras, así como en la presentación de textos cortos para su lectura, escritura y comprensión. La alfabetización inicial contempla también ejercicios de apresto y nociones básicas de matemáticas, comenzando con la identificación de números enteros y continuando con la solución de problemas sencillos de suma y resta. Al finalizar el proceso, los participantes deberían estar en capacidad de leer pequeñas frases, escribir oraciones cortas, asociar números con cantidades y resolver ejercicios básicos de adición y sustracción. Esta fase de formación tiene una duración de un año, dividido en dos semestres de dieciocho semanas cada uno. Una vez culminado el proceso, los participantes son ubicados en el tercer semestre, equivalente al tercer grado de educación primaria, según lo dispuesto por el sistema escolar regular. Cabe destacar que la alfabetización del IRFA 1 Soto, M. C. (2002): “La Campaña Bolivariana de Alfabetización: Una Experiencia de Fe y Alegría Venezuela”. Venezuela. Federación Internacional de Fe y Alegría. 210 cuenta con un módulo autodidáctico y con una sesión presencial semanal, donde los participantes intercambian saberes y experiencias con sus facilitadores. Post-alfabetización: constituye la continuación y culminación de los estudios de educación primaria de los participantes. Esta fase tiene una duración de dos años, subdivididos en cuatro semestres para un total de 72 semanas. Su culminación conlleva a la entrega del certificado de sexto grado, equivalente al otorgado por el sistema educativo regular. Del mismo modo que la alfabetización, la post-alfabetización, conocida también como EBA1, se desarrolla de manera semipresencial, y contempla un libro semestral autodidáctico, semejante a una enciclopedia, organizado internamente por semanas y temáticas de estudio. A su vez, los contenidos trabajados por los participantes durante la semana, igualmente son analizados y reforzados por los facilitadores durante las sesiones semanales de encuentro. Educación Media Técnica, equivale al nivel de bachillerato. Tiene una duración de seis (6) años (12 semestres) y otorga certificados de estudio en las menciones de Contabilidad, Informática y Tecnología Gráfica. Se asume la construcción curricular bajo el enfoque por competencias: básicas, genéricas y específicas; sobre una base de construcción piramidal, que le da mayor peso a las competencias básicas y genéricas en los primeros semestres y mayor peso a las específicas en los últimos semestres. A partir de la reforma curricular del año 2007, surge en el IRFA un replanteo general que transforma la organización de los contenidos, los principios pedagógicos, el rol de la radio, los recursos para el aprendizaje y la gestión educativa de todo su sistema de estudio. Los cambios más significativos se produjeron en: a. Sustitución de la modalidad “El Maestro en Casa”, consistente en esquemas de estudio que el participante seguía según clases radiales diarias, por una modalidad basada en libros autodidácticos, complementados por micros radiales de dos hoas de duración, conocidos como “radio revistas”, y por materiales multimedias para cada semestre de estudio. En el caso de las radio revistas, los temas son construidos semanalmente y se ajustan a los intereses de los estudiantes (sexualidad, familia, empleo, etc.). Las radio revistas se alimentan de los recursos que van llegando de los equipos de promotores nacionales, siendo un equipo nacional el responsable de su producción final. La radio revista de transmite diariamente y está dirigida tanto a los estudiantes como al público radiooyente en general. b. Establecimiento de criterios constructivistas y de criterios derivados de la Educación Popular, en la selección y organización de los contenidos de las áreas y ejes transversales de formación, evitando la fragmentación del saber. c. Sustitución de los tradicionales centros de orientación por Centros Comunitarios de Aprendizaje (CCA), estructurados por equipos de facilitadores formados en las distintas áreas de conocimientos e integrados por otros especialistas: psicopedagogos, psicólogos, etc. Asimismo, se conciben los CCA como lugares tanto para reforzar el trabajo semanal de los participantes como para desarrollar actividades complementarias asociadas a los ejes trasversales y al trabajo comunitario. Los 211 encuentros educativos en estos espacios tienen una duración que oscila entre unas 6 y 8 horas, y se realizan, generalmente, los días sábados. d. Organización de estructuras de gestión con funciones definidas: equipos de promotores, equipos de producción de recursos educativos (libros, radio revistas, página Web, Cd’s multimedias, guías de formación para facilitadores, etc.), equipos de control de estudio y coordinaciones de seguimiento y acompañamiento general del sistema. No todos estos cambios han podido ser introducidos en la experiencia del IRFA Venezuela en los centros penitenciarios de Venezuela, dada la situación de permanente inetabilidad que se vive en tales establecimientos, como podremos observar en los apartados siguientes. 1. La experiencia educativa del IRFA en la Cárcel Nacional de Sabaneta2 En Enero de 1994 se produjo un gran motín dentro de la cárcel nacional de Maracaibo, localizada en el estado Zulia, donde hubo más de 100 muertos. Este motín hizo que la opinión pública venezolana dirigiera su atención hacia la realidad de las cárceles en nuestro país, y que el gobierno regional nombrara una junta interventora que asumiera la responsabilidad de impulsar cambios en ese recinto carcelario. En el mes de marzo de ese mismo año, motivado por el deseo de impulsar transformaciones dentro de ese recinto carcelario, el personal de IRFA comenzó a hacer gestiones para iniciar un trabajo educativo en ese lugar, sin tener aún mucha claridad acerca de cómo hacerlo. La llegada al IRFA de dos orientadoras voluntarias dispuestas a trabajar en la cárcel y de asumir la búsqueda de los recursos necesarios para el funcionamiento, así como la disponibilidad de esta institución de aportar los materiales necesarios para el funcionamiento de un centro de orientación en ese espacio, proporcionó las bases necesarias para iniciar en el mes de octubre del mismo año la atención educativa a 20 participantes del anexo femenino. Al año siguiente (1995) el número de internas atendidas había aumentado a 108, con lo que se le daba cobertura a casi la totalidad de la población reclusa en ese anexo. Inicialmente hubo cierta resistencia, por parte del personal de la unidad educativa oficial que funcionaba dentro del penal, al ingreso del IRFA a otras áreas del recinto carcelario, por lo cual los responsables de ambas instituciones educativas decidieron dialogar a fin de lograr acuerdos que facilitasen la coexistencia de ambas instituciones en ese espacio. A pesar de las dificultades encontradas, en el anexo femenino las puertas cada vez se encontraban más abiertas, algunas profesoras de la unidad educativa oficial asumieron la propuesta y brindaron apoyo para continuar la labor. Lo mismo ocurrió con la directora encargada del anexo, quien comienzó a dar clases en el nivel de primaria del IRFA. 2 Parte de lo escrito en este apartado ha sido tomado de Soto, M. C (2002): “La Campaña Bolivariana de Alfabetización: Una Experiencia de Fe y Alegría Venezuela”. Venezuela. Federación Internacional de Fe y Alegría. 212 En ese mismo año, la Unión Europea estableció un convenio con el Estado venezolano para atender la cárcel de Sabaneta. La Comunidad Económica Europea mostró interés en brindar un apoyo económico para el rescate de los talleres existentes y el desarrollo de los mismos como microempresas. Además, destinó unos seis mil dólares para el desarrollo de la educación formal. Las instituciones educativas que funcionaban en la cárcel fueron a un proceso de licitación ganado por IRFA. El IRFA en Sabaneta se constituyó en un centro de orientación con clases diarias dictadas por los internos orientadores y acompañadas muy de cerca por dos promotores de Fe y Alegría. El convenio se inició en marzo de 1996, con 517 participantes en total, y contemplaba el pago de los esquemas (materiales educativos), pago a los orientadores internos y funcionarios del Ministerio de Justicia y financiamiento de los talleres de capacitación para los orientadores. Si bien la Comunidad Económica Europea había destinado ese dinero para un semestre, finalizado ese tiempo, se cerró el proceso contable, se presentaron las cuentas a la Comunidad Económica Europea y, con los recursos sobrantes se siguió trabajando por dos años más. A partir de 1999, se continuaron las actividades con recursos propios, utilizando el dinero proveniente de la rifa anual de Fe y Alegría para el pago de los orientadores, priorizando a los orientadores internos, mientras que el costo de los esquemas se cubría con la publicidad de la radio. Después de haber atendido entre 650 y 700 internos los años anteriores, en 1999 la matrícula tuvo un descenso considerable, que se le atribuyó a los cambios en el Código Orgánico Procesal Penal del país, puesto que al iniciar su aplicación, muchos reclusos quedaron en libertad. Entre los meses de febrero y marzo del año 2000, regresó la Comunidad Económica Europea, con el deseo de financiar nuevamente proyectos en el área de educación formal, capacitación y comunicaciones. En esta oportunidad se firma un convenio directamente con el gobierno nacional para atender cuatro centros penitenciarios, entre los que se encuentra la cárcel nacional de Maracaibo. Nuevamente IRFA es el responsable de la ejecución del proyecto que incluye la instalación de 4 emisoras comunitarias, una en cada centro de reclusión, dirigidas a la formación y orientación de los internos y de los vecinos de estos centros, en las áreas de salud, ciudadanía e información general. A finales del año 2000 y comienzos de 2001, se agudizaron los problemas de relaciones entre las diferentes instancias educativas que funcionan en el interior de la cárcel, se pretendió sacar a IRFA del penal. Sin embargo, a pesar de los esfuerzos realizados para lograrlo, IRFA decidió continuar funcionando en la cárcel, con el apoyo del convenio con la Comunidad Económica Europea. En el año 2001, se cristalizaron algunos logros que benefician a los internos y su proceso, entre los más resaltantes están: El interno que participaba como orientador obtenía una constancia de estudios, con copia a la U.E. Núcleo Simón Bolívar, institución a la que le correspondía 213 avalar el trabajo. La constancia podía ser utilizada por el interno para reducir su pena. Logramos que un acuerdo donde el IRFA firmaba parte de la evaluarción de los internos. Con todo, a la hora de su puesta en práctica esto no fue posible cumplirlo. Luego de los conflictos nacionales del año 2002, el Estado nacional comenzó una política de mayor protagonismo, evitando en lo posible la alianza con otras institiciones. Surgen las misiones y con ella graduamente el trabajo del IRFA en en la cárcel de Sábaneta va desapareciendo. No fue hasta el año 2012 que nuevamente fuimos llamados por la Unidad Educativa para iniciar labores dentro del penal. Esta vez con nuevos rostros, tanto de educadores como de funcionarios. No obstante, las luchas de poderes dentro de las instituciones y la desconfianza de los entes gubernamentales de las direcciones de justicia impidieron que sobreviviera esta nueva iniciativa del IRFA en Sabaneta. Con todo, en ese momento, caímos en cuenta que una población privada de libertad estaba aun más desantendidad, la de adolescentes y jóvenes ubicados en casas de albergues. Para la fecha (último semestre 2013), el IRFA Zulia ha atendido tres albergues de menores en los niveles de primaria y media técnica, con una matrícula de 55 estudiantes para la primaria y 13 para el nivel de medio, siendo sus participantes fundamentamente muchachas alojadas en dichos centros por delitos menores. Lo interesante de esta experiencia lo está siendo la incorporación de las docentes de tales centros como facilitadoras del IRFA, de hecho, fueron las mismas responsables de estos establecimientos las que buscaron el apoyo de Fe y Alegría para formación. 2. La experiencia educativa en el Internado Judicial Vista Hermosa Ahora bien, los procesos educativos no solo están marcados por sus contenidos, sino también por su pedagogía y por el rol jugado por los educadores. En nuestro caso, se trata de una pedagogía en contextos de encierro y opresión, y de la contribución que pueden proporcionar los facilitadores en esas realidades. En este apartado intentaremos ahondar más estos aspectos, considerando en especial los aportes derivados de la experiencia del IRFA en el Internado Judicial Vista Hermosa. Las labores de formación del IRFA, en el Internado Vista Hermosa, comenzaron hace tres años, aunque su facilitador principal ha estado conectado al establecimiento desde principios de los noventa (1993, concretamente), realizando sobre todo, actividades de pastoral. La entrada del IRFA en este internado se realizó “poco a poco”; en sus inicios, los facilitadores centraron la formación en darse a conocer y en motivar el estudio entre los internos. “Al principio fue más motivación, animar a la gente, darnos a conocer y… poco a 214 poco llevamos dos años dando clases, orientaciones por ser IRFA, en los semestres más que nada, alfabetización básica y después hemos comenzado, hace un año, el séptimo semestre”. (Docente IRFA. Internado Judicial Vista Hermosa. Estado Bolívar/Ciudad Bolívar. Entrevista/Audio 20 octubre 2012). El “poco a poco”, expresado por el docente, resulta sugerente; sugerente porque en comparación con la permanencia del IRFA en otros establecimientos penitenciarios del país (Uribana/estado Lara y Sabaneta/Maracaibo), en Vista Hermosa ha logrado sobrevivir el programa durante una época marcada por el control gubernamental y por la necesidad de implementar sus propios programas de formación dentro de los penales; una época que, como nunca, existe una real y desbordada crisis carcelaria. De esta manera, el “poco a poco” tiene su sentido, que no es otro que el de ganarse, gradualmente, la confianza de los internos, la confianza de los líderes y la confianza de las propias autoridades del internado, avanzando en la medida que las condiciones lo permitan. Como criterio de gestión pedagógica, se trata de ir al “ritmo de la corriente”, explorando el territorio para distinguir las posibilidades de acceso, mientras se van creando también condiciones para el trabajo pedagógico. En este proceso, cobra especial valor la constitución de equipos de trabajos cohesionados y el establecimiento de alianzas con otras organizaciones, sobre todo cuando instituciones como el IRFA no disponen de suficientes recursos financieros para la contratación de personal y compra de materiales. “Nosotros cuando fuimos al penal, en principio íbamos un promotor educativo […] y me persona […]. Pero hicimos una especie de convenio con la Universidad Experimental Guayana, donde nos dejaban dos estudiantes voluntarios que hacían su trabajo comunitario como parte del final de sus carreras de licenciatura y… con ese grupo de cuatro, incluso, se animó después, por un tiempo grande, la coordinadora de trabajos comunitarios […] y, entonces, con ese grupo de cinco íbamos dos veces por semana, martes, jueves, algunas veces fallábamos por asuntos laborales nuestros.” Sin embargo, a pesar de la necesidad de las alianzas, no siempre éstas perduran y los equipos inicialmente “comprometidos” suelen desintegrase. Del relato del docente entrevistado, puede interpretarse, a su vez, que la conformación de los equipos, y de los mismos convenios, depende más de la “vocación personal” de alguien que de la confluencia de políticas institucionales sólidas y comprometidas con la causa de la cárceles. Ahora mismo, en el Internado Vista Hermosa, el IRFA cuentan con tan solo tres facilitadores: “De alguna forma, conseguir más voluntariado (para ampliar la oferta de capacitación laboral y de alfabetización) porque ahora mismo somos tres personas y es difícil trabajar de esa forma personalizada y habiendo tanta gente que no saben ni leer ni escribir y darles la atención que se merecen.” 215 La formación del IRFA en Vista Hermosa se ha centrado principalmente en los contenidos vinculados a las áreas de Lenguaje y Comunicación, así como en las nociones básicas de matemáticas. Sin embargo, los esfuerzos mayores se aprecian en la formación de valores, para lo cual han utilizado diversas estrategias pedagógicas que han resultado efectivas. Asimismo, ha sido de mucha ayuda el saber comunicar a los internos la constancia en el trabajo, ganando con ello credibilidad. “[…] trabajando sobre todo la parte de valores, a través de dinámicas, a veces a través de películas, foros, a través… a veces de juegos y todo, ¿no? Y hacíamos con los muchachos eso para ir animando a los internos a estudiar, a veces llevamos el video beam y ponemos canciones que sugieren algún tema que invitan a reflexionar […]. Para los internos, sobre todo, es muy importante estas actividades para motivarlos, para enamorarlos de alguna forma para el estudio, porque ellos no creen mucho en las instituciones que han entrado […]. A pesar de las dificultades, porque no es fácil, a veces ellos mismos se tiran una huelga o la dirección no nos deja entran, en fin, a pesar de eso hay que mostrar constancia y eso hace que tengamos credibilidad y al tener credibilidad se nos hace fácil andar por todo el penal.” De esta manera, la credibilidad en estos casos viene dada por la constancia, como hemos dicho ya; sin embargo, esa constancia puede alcanzarse solo a través de un compromiso real hacia el interno. Por ello, quizás, más que un educador dotado de muchos conocimientos o de múltiples destrezas psicopedagógicas o de varios títulos académicos, lo que requiere es de facilitadores comprometidos con la humanidad del privado de libertad; poseedor de una sensibilidad particular, probablemente semejante a la desarrollada por quienes han trabajado su mundo espiritual con cierta intensidad. De hecho, no es casualidad que sean personas procedentes del mundo religioso quienes mejor se desenvuelven en los penales. Y es que, solo aquellos con una gran fortaleza interna, pueden comunicar la fe y la esperanza que, actuando como un gran contenedor, es demandan en nuestros centros penitenciarios. Otra cualidad importante de un facilitador que realiza su trabajo pedagógico en contextos de encierro, tiene que ver con su creatividad para mantener la formación con recursos y espacios precarios, asociando contenidos y creando un clima relajado. “Ahora mismo nos metimos dentro, dentro del penal, no en los espacios que están por fuera donde antes se daban las cosas educativas, y ahora más bien estamos en un sitio más bien central dentro del penal, en rancho, en esa zona, hay 13 zonas, y ahí es donde estamos dando clases, donde hay más sombra, y ahí, con papel boon y sentados en el suelo estamos dando las facilitaciones del IRFA […].” Con relación al ambiente de aprendizaje: 216 “Hemos intentado ser muy grupales, a través de trabajo grupal, talleres, buscando una forma de integrarlos, y se sienten cómodos en nuestras facilitaciones. Siempre nos reímos mucho, nos reímos bastante. El ambiente no es muy, muy, ¿cómo diríamos?, muy magistral, sino más bien todo lo contrario, es muy circular. Hablamos con mucha confianza, ellos mismos van abriéndose y expresan su confianza hacia nosotros”. En cuanto a los contenidos: “Esa parte nunca la olvidamos, la parte de valores y de crecimiento personal que creemos que es importantísimo seguir trabajándola. Y después de las áreas de educación la que siempre le hemos dado más fuerza es al área de Lenguaje y Comunicación, inclusive, agarramos textos de crecimiento personal pero lo trabajamos en Lenguaje y Comunicación. También trabajamos el área de razonamiento lógico matemático, dejando un poquito relegadas las de ciencia y tecnología, la de sociedad e historia, también inglés, por la falta de tiempo realmente […]. Insistimos más en esas áreas de valores, lenguaje y matemáticas y, poco a poco, mandamos una que otra tarea de las otras áreas.” Sin embargo, los internos han expresado al IRFA necesidades de formación en otros niveles: “Hay mucho en alfabetización, hay bastante, y también hay muchas solicitudes ahora de bachiller, bachiller técnico, bachiller en ciencia, y hay uno que otro que piden de la Msiión Sucre, porque hay uno que otro que son Técnicos Superiores y quieren seguir estudiando, el caso es que como esa Misión solo ofrece la mención agricultura, entonces, bueno pues, no todos quieren eso.” Por otra parte, la formación del IRFA intenta combinarse en el Internado de Vista Hermosa con la capacitación laboral. Sin embargo, las condiciones y los recursos para la realización de estas actividades no siempre están a la mano. Veamos: “Y también, poco a poco (nuevamente el poco a poco), con Cecal, dar cursos de capacitación laboral, tenemos uno de panadería […]. Los internos nos piden más cursos, incluso, ellos mismos se ofrecen de facilitadores, pero no tenemos los recursos, aunque algunos dicen que hasta gratis, pero bueno, ahí hay que introducir muchas cosas, es muy complicada la cosa. La guardia pone muchas objeciones para introducir herramientas de trabajo. Pero bueno, siempre está la ilusión de dar más cursos porque ellos los piden bastante.” Para los responsables del IRFA, la formación laboral tendría que completarse con 217 actividades que hagan posible acrecentar los ingresos económicos de los internos. De esta manera, la formación para el trabajo no debería estar desligada de acción productiva y de las necesidades reales de mejorar las condiciones socio económicas de los privados de libertad. “Nosotros tenemos un sueño de poder hacer una tienda en el exterior de todo lo que se haga dentro del penal, de esa forma se ayudaría a los internos, porque necesitan a veces de dinero, porque bueno, no les alcanza, porque hay gastos dentro que tienen que sufragar (aportes a los líderes, sobre todo) o porque tienen que ayudar a sus propias familias […]. Para que todo ello se pueda realizar con algún impacto, resulta importante contar con espacios de formación dentro del penal. “Entonces yo sugeriría que hubieran cuatro aulas dentro del penal, en el propio penal, no en la entrada, que a veces bueno, la gente no quiere entrar adentro tampoco, pero bueno, quizás sea los más estratégico porque no es fácil para los internos desplazarse.” Del mismo modo, como hemos destacado en apartados anteriores, resulta importante lograr una efectiva gestión de todos los planes y programas educativos presentes en los penales en estudio, procurando la coordinación de todos ellos y la integración de más instituciones de apoyo. Esta es una realidad y una necesidad que, con toda seguridad, reclama el resto de los establecimientos existentes en el país. El desafío es, en definitiva, llenar de vida unos establecimientos donde prevalece el miedo, formas de esclavitud, mafias organizadas y muerte. Tarea que, a nuestro juicio, no puede ser acometida por una única institución y tampoco, exclusivamente, por organizaciones o programas gubernamentales. La diversidad de acciones educativas, culturales, deportivas y laborales son, indiscutiblemente, rayos de luces que podrían transformar las cárceles en lugares llenos de oportunidades para rehacer la vida que, el mundo extra muro, ha negado a los privados de libertad. Sin embargo, la educación por sí sola es poco lo que puede alcanzar en los centros penitenciarios venezolanos. 218 Conclusiones Cabe preguntarse en este momento, ¿qué de todo esto es posible emplear en la formación de los privados de libertad?, ¿qué es aprovechable y qué hay que cambiar según la realidad de los centros penitenciarios venezolanos? Veamos algunas sugerencias: a. Sobre las posibilidades de funcionamiento de los niveles y modalidades: la alfabetización y la post-alfabetización del IRFA resultan ser unos de los programas más demandados tanto por internos como por docentes y funcionarios. En este sentido, sería importante revisar a fondo si los contenidos expuestos en los diversos materiales utilizados en estas fases de formación resultan significativos y sugerentes para los privados de libertad. Por otra parte, la incorporación de los otros niveles de estudio (Media Profesional), exige la conformación de un equipo de facilitadores comprometidos con las realidades carcelarias del país y dispuestos a mantenerse de manera constante. Así, habría que evaluar la capacidad instalada del IRFA para responder con calidad a estas demandas de educación media profesional e inicio de los primeros años de bachillerato. b. Sobre contenidos y didácticas específicas: en la puesta en marcha de las ofertas de alfabetización y post-alfabetización, se podrían aprovechar de manera sustancial los contenidos y los recursos disponibles en los ejes transversales, particularmente aquellos relacionados con la formación humana cristiana, animación cultural y formación para el trabajo. De ser así, haría falta: Diseñar propuestas de contenidos y actividades pedagógicas centradas con fuerza en la dimensión psicológica del interno, en la convivencia, en la solución de conflictos y en la promoción de una cultura de paz. Desplegar diversas actividades que conduzcan a la organización de grupos de animación cultural: teatro, títeres, producción radial, cuenta cuentos, producción artesanal, grupo musicales, etc. Diseñar y desplegar actividades vinculadas al mundo del trabajo. Además de los cursos tradicionales de peluquería, piñatería, etc., sugerir cursos en áreas viables: utilización de plantas medicinales, fabricación de productos para la higiene personal, reciclaje de materiales, etc. Y, en la medida que los establecimientos vayan ganando gobernabilidad y estabilidad, ampliar la oferta de cursos en oficios más complejos: mecánica automotriz, carpintería, herrería, plomería. De momento, las condiciones no están dadas para el desarrollo de estas propuestas, aunque sean las más solicitadas por los privados y privadas de libertad. Haría falta diseñar y producir un banco de recursos y técnicas didácticas por áreas de conocimiento y ejes transversales. En el caso venezolano, contamos con una radio revista llamada “Al aire, pero no revueltos” transmitida en horario nocturno y de dos horas de duración en la que se abordan contenidos relacionados con dichas áreas y ejes transversales, sin embargo, habría que 219 evaluar la pertinencia de algunas de ellas para su utilización en los centros penitenciarios; sería interesante producir programas radiales con contenidos que, sin obviar su difusión masiva, sean pensados desde las necesidades humanas, sociales y familiares de los internos. Adicionalmente a esto, el banco de recursos sería de mucha utilidad para los facilitadores si incorpora un sinnúmero de juegos relacionados con las áreas de crecimiento personal y colectivo, es decir, del crecimiento del ser y del convivir. Asimismo, parece importante realizar una compilación de lecturas sugerentes, canciones, refranes, etc. c. Sobre los facilitadores: dada la realidad actual de los establecimientos, pareciera importante cohesionar un equipo de facilitadores en permanente formación y acompañamiento. En este sentido, los facilitadores destinados a trabajar en los centros penitenciarios necesitan estar habitados en competencias que les permitan manejar situaciones de conflicto y de crisis personales experimentadas por los privados de libertad (pérdida de sentido, ira, ansiedad, etc.). El acompañamiento aquí, conformado por un equipo de especialistas en las áreas de psicología y formación espiritual, resulta de extrema importancia; la presencia constante y perseverante del facilitador dentro de los centros depende, en gran medida, del apoyo externo que se les pueda proporcionar. d. Sobre el funcionamiento de los CCA dentro de los establecimientos carcelarios: en primer lugar, pareciera importante trabajar con los propios internos en la construcción y consolidación de los espacios de formación. Esto de por sí puede convertirse en un proceso formativo. En segundo lugar, existe la necesidad de ajustar el tiempo de la formación. En las actuales condiciones no es posible extender la atención presencial por más de dos horas, sin embargo, sí es posible acudir a los establecimiento más de un día. De allí la necesidad de flexibilizar el tiempo de la formación presencial. e. Sobre la participación de la familia: si bien en los CCA existentes fuera de las cáceles, el trabajo con la comunidad constituye un elemento clave, en el caso de las cárceles sería interesante promover encuentros y propuestas formativas dirigidas a los familiares de los privados de libertad. Madres y esposas poseen una importancia vital en la vida de los internos, y muchas de ellas mantienen un contacto permanente con su familiar encarcelado, hacerlas partícipes del proceso formativo podría hacer que éste sea más estimulante y significativo para los privados de libertad. 220