SECTOR SALUD Y LA ALMA MÁTER La vulnerabilidad a la que está expuesta la especie humana asociada con su salud en todos sus aspectos, tiene que ser tratada con máximo interés y profesionalismo. En ese aspecto, la Alma Máter tiene un compromiso superior por lo que representa como bien público, a través de su entidad de salud asociada más importante, el Hospital. Para el gran volumen de población desprotegida, sobre todo, a consecuencia de la problemática social por la que se encuentra en un estado de extrema vulnerabilidad, la Alma Máter, a través del hospital les representará un invaluable apoyo para que les ayude a mitigar su calamitosa situación. De otra parte, en el cumplimiento de su proyecto misional de proyección a la comunidad, el poder tener una comunidad físicamente saludable será un indicador visible de los alcances que tiene su capacidad de acción, y constituirá sin duda un gran logro. Con todo su potencial humano dedicado a atender con diligencia y eficacia esa parte fundamental de su compromiso con la sociedad, implica además, la necesidad de liderar los procesos científico que contribuya positivamente a encontrar soluciones a los imponderables inherentes a los desarrollos tecnológicos que traen consecuencias insospechadas que afectan directa o indirectamente la salud de la comunidad. Hoy cuando se entiende mejor la maquina humana se ha empezado a ver con optimismo el aporte que la ciencia y la tecnología pueden ofrecer a quienes tienen la sagrada misión de cumplir con absoluta lealtad el juramento Hipocrático, para realizar con mayor eficiencia y acierto su noble labor. Para el efecto, el trabajo investigativo interdisciplinar involucrando un gran número de actores, constituye la estrategia más acertada que debe conducir a los mejores resultados para brindar todo lo mejor, en términos de salud a la sociedad. La universidad en el afán de cumplir integralmente la misión que la sociedad le encomendó, no puede estar al margen de tan importante liderazgo y obtener así el desarrollo equilibrado que requiere su noble misión. Por la incidencia que tienen los desarrollos científicos y tecnológicos en las actividades inherentes a las actividades que desarrollan los responsables de la salud, tienen que estar integralmente apoyados por su Alma Máter, de tal forma, que su accionar esté soportado por el acompañamiento de una actividad científica de calidad, a fin de poder garantizar la eficiencia en su trabajo. Su dinámica académica, científica, investigativa y tecnológica, tiene que ser el bastión que guie y oriente también a los profesionales de salud para que estén a su alcance todos los avances científicos y tecnológicos, para su eficaz aprovechamiento en todas las actividades relacionadas con su actividad profesional, ya sea de asistencia primaria, media y/o especializada. La incidencia de la ciencia y la tecnología en los procesos, métodos y tratamientos propios de su oficio es cada vez mayor, y con una inmensa proyección gracias a la posibilidad que brindan las comunicaciones, hasta para realizar intervenciones a distancia, lo cual es una realidad que pone en sus manos la opción de acceso a los procedimientos más modernos en su área, y hacer más práctico y eficiente los tratamientos de alta complejidad. La maquina humana en razón a los avances de la ciencia y la tecnología, y frente a los riesgos a que ella está expuesta por su eventual mal uso, nos pone siempre en máxima alerta. Nuestro cerebro, entre las múltiples funciones que tiene; está, la de ser la central de procesamiento y manejo de la información proveniente de nuestro entorno, canalizada a través de nuestros sensores naturales primarios más desarrollados: el auditivo y el óptico. En ésta dirección, y para mencionar como ejemplo sólo un caso, es importante abordar la cuestión sobre la necesidad que se tiene de entender cada vez mejor los efectos que produce en el cerebro, el proceso binaural en que se basa la información captada por estos sensores naturales. Aunque los resultados primarios que se publican sobre los trabajos en los que está involucrado R. Llinás, pueden llamar la atención de la comunidad, es absolutamente necesario admitirlos con suficiente cautela, dada la variedad de medios que se ocupan de difundir la información, pero el nivel de seriedad y responsabilidad es muy cuestionable, y no se debe tomar en serio. La confiabilidad de los resultados y sus alcances, desde el punto de vista científico requiere de mucho trabajo todavía, para que se conviertan en una posibilidad con alguna aplicación concreta. De momento sólo sirven para advertir posibles opciones de investigación, que pueden ser orientados hacia aplicaciones específicas, pero sólo eso. Para el efecto es evidente la necesidad del trabajo interdisciplinario, que debe ser el común denominador en nuestro tiempo y a futuro para enfrentar adecuadamente los diferentes retos asociados con todas las actividades en las que está involucrada la maquina humana. La vulnerabilidad de ésta hace que quienes están comprometidos en garantizar su pleno funcionamiento, cada vez tienen tareas más complejas que enfrentar, lo cual les implica exigirse al máximo y recurrir a todas las fuentes de apoyo que les permita garantizar los mejores resultados en sus tratamientos. Asociada con la vulnerabilidad está el manejo irracional de los recursos naturales, que continuamente lesionan nuestro medio ambiente y afecta directamente nuestro entorno, generando cualquier clase de traumatismos a la maquina humana que se convierten muchas veces en retos para los profesionales de la salud en sus diferentes especialidades. Todas estas eventualidades ameritan un trabajo mancomunado de la comunidad y los organismos responsables de la salud con su Alma Máter, para enfrentar la problemática asociada con todos los imponderables, y como un frente común trabajar para alcanzar las mejores soluciones. En conexión con el impacto y proyección que tiene que tener la Alma Máter, por el hecho de ser el mayor patrimonio de la región y su zona de influencia, el cumplimiento eficaz de su labor misional igualmente exige tener bajo su amparo el espacio adecuado en el que pueda adelantar de la mejor manera sus tareas académicas y científicas para traducirlas en beneficio para toda la comunidad, tal espacio tiene que ser el Hospital Universitario. Éste no solo debe ser el espacio primario de prácticas en el más alto sentido de la ética, profesionalismo y leal cumplimiento del pensamiento hipocrático, sino, que tiene que convertirse también en el más encumbrado centro de altos estudios e investigaciones asociadas con la maquina humana en todo su contexto. Tiene que ser epicentro de los más avanzados tratamientos e intervenciones, que por su complejidad le permitan ubicarse en los lugares de mayor privilegio a nivel nacional e internacional. En el mismo sentido tiene que alcanzar un nivel de desarrollo tal, que con el trabajo interdisciplinario que debe enmarcar nuestra labor, y usando todas las tecnologías de cada momento pueda proyectarse con máxima eficiencia a toda la región y zona de influencia, con todos los niveles de atención sin importar su complejidad. Éste bien público no puede ser objeto de miramientos, dentro de la guerra del centavo a que siempre ha estado sometido en el esquema de salud del país. En la medida en que su proyección y cobertura sea trascendente, el derecho a la vida, consagrado en la constitución que nos rige debe convertirse en realidad económica que haga tangible esa loable aspiración, de que también en materia de salud seamos una verdadera fortaleza. Si tenemos lo más importante, la inteligencia y el talento humano, ¿cómo es que no nos lancemos en la búsqueda de aquellas caras metas de hacer posible lo aparentemente imposible? La coyuntura del momento debe ser capitalizada y traducida en progreso y desarrollo, con el sólo ingrediente de servir fielmente a nuestra razón de ser, el servicio a la comunidad que nos debemos. La Alma Máter tiene la capacidad de proveer los mecanismos que permitan el cumplimiento de las nobles aspiraciones, generando una administración de avanzada que nos permita salir de la encrucijada en que se encuentra actualmente ese espacio tan polémico, el Hospital. No se nos es permitido aceptar que aquella frase coloquial y popular, “los médicos también se enferman”, se materialice en esa parte tan fundamental de la Alma Máter, como lo es el Hospital, y la lesionen, y menos aún la lleven a ser considerada objeto de cuidados intensivos. Hay que tener muy presente, que los bienes públicos no pueden bajo ningún pretexto ser objeto de ninguna clase de interés particular, pues estos en el tiempo son pasajeros, en cuanto que aquellos son trascendentes, por lo que hay la necesidad de despertar el máximo interés de toda la comunidad por ellos, ya que ella será la directa beneficiaria o damnificada. Estamos entonces frente a dos bienes públicos que nos exigen la mayor atención y la implementación de instrumentos efectivos para garantizar un autentico crecimiento personal y el cultivo de valores, soportados por una atención en salud cada vez mejor.