Cultivando el talento técnico del futuro En un negocio conocido por ser muy cíclico, resulta relativamente reconfortante saber que estamos atravesando un ciclo positivo de gran actividad, con probabilidades de perdurar por algunos años. La producción mundial de petróleo y gas se encuentra exigida por la demanda, y los precios del petróleo continúan subiendo. Si preguntan a casi todas las personas que operan en este negocio, les responderán que jamás han estado más ocupadas que en este momento. Hasta aquí muy bien. Pero si contemplamos el futuro, podemos vislumbrar mermas de capacidad, no sólo en términos de tecnología y equipos, sino en lo que respecta al recurso más preciado de todos; la gente. Durante años, Schlumberger basó su visión en tres principios clave: la gente, la tecnología y la rentabilidad. Sospecho que la mayoría de los negocios de exploración y producción se atribuye directrices similares. No es sorprendente que la categoría “gente” encabece la lista porque ningún negocio prospera sin talento. Sin embargo, lo que más preocupa a ciertos sectores es la disponibilidad de talento técnico. Mucho se ha hablado en los últimos años sobre el inminente “cambio de brigada,” que se refiere al hecho de que la mayor parte del talento técnico de la industria se está por retirar, mientras que demasiados pocos especialistas jóvenes se están entrenando para reemplazarlos. Exacerbados por el fuerte crecimiento experimentado en estos días, están comenzando a sentirse los efectos del cambio de brigada pero este fenómeno de escasez de talento se observa fundamentalmente en Occidente. El número de graduados en ingeniería petrolera provenientes de universidades norteamericanas que se insertan en el área laboral, se redujo asombrosamente entre mediados y fines de la década de 1980 y nunca se recuperó, pero el número de estudiantes que se gradúan ahora en los países de la región del Pacífico Asíatico, por mencionar sólo un área, es enorme. En esas economías emergentes, no existe ningún cambio de brigada. En Schlumberger, vemos dos componentes esenciales en lo que respecta a asegurar el talento técnico del mañana. El primero—y ésta es una apuesta que formulamos hace 25 años—consiste en contratar ingenieros y científicos en cada uno de los países en donde trabajamos, en cantidades aproximadamente proporcionales a la actividad que desarrollamos en cada país. Luego, optamos por tratar a todos en forma igualitaria, desde el entrenamiento hasta la formación profesional y la remuneración salarial. Por este motivo, hoy formamos una verdadera Naciones Unidas de ingenieros y no nos preocupa nuestro propio cambio de brigada. El segundo componente es más profundo y surgió naturalmente a partir del primero. Este componente comprende un portafolio de iniciativas educativas implementadas en todos los países en los que operamos; algunas relacionadas con nuestro negocio, otras concebidas para abordar necesidades sociales. Esta actividad comenzó con simples relaciones con las universidades para sustentar nuestras operaciones de reclutamiento y ahora comprende 140 escuelas de ingeniería en todo el mundo. Promocionamos numerosos programas sabáticos para profesores, vinculaciones entre científicos africanos y las universidades más importantes de Occidente, un programa que se conoce como Cuerpo Docente para el Futuro que provee fondos para profesoras, y otros programas demasiado numerosos para mencionar aquí. Contribuir a la excelencia universitaria sigue siendo una de nuestras prioridades principales. Reconociendo que podíamos realizar contribuciones en todas las etapas de la cadena educativa, decidimos fundar el programa Excelencia en Desarrollo Educativo de Schlumberger (SEED, por sus siglas en inglés), basado en el trabajo de voluntarios, que conecta a las escuelas de pocos recursos con la red Internet y les proporciona un sitio educativo científico global, multilingüe, en la Red, además de acceso a científicos e ingenieros en ejercicio de su profesión. Llevó tiempo, pero ya hemos conectado a Internet 131 escuelas en 32 países. En África, 30,000 alumnos tienen acceso a este programa. En diversos países, hemos formado talleres que reúnen un gran número de niños para estudiar asuntos relacionados con el medio ambiente y otros temas de interés. La Fundación Schlumberger es otro mecanismo del cual disponemos para fomentar la educación, en especial la formación científica. Esta fundación brinda soporte a alumnos de países en vías de desarrollo, ayudándolos a asistir a los Colegios del Mundo Unido, una respetada red educativa mundial, y además mantiene el programa móvil “El Laboratorio en el Camión” que acerca a los niños a experimentos y científicos. El talento técnico del futuro reside en cualquier lugar donde quiera ser descubierto. Simplemente demos a todos la posibilidad de convertirse en los ingenieros y científicos del mañana; creemos que ése es el secreto para garantizar la disponibilidad de talento técnico para el futuro. Chakib Sbiti Vicepresidente Ejecutivo de Schlumberger Oilfield Services París, Francia Chakib Sbiti, Vicepresidente Ejecutivo de Schlumberger Oilfield Services (OFS), maneja el desarrollo de la tecnología de campos petroleros y todas las operaciones del segmento de negocios OFS a nivel mundial. Antes de ocupar su posición actual en el año 2003, fue presidente, para Medio Oriente y Asia, del segmento OFS de Schlumberger, durante dos años. También se desempeñó como director de personal Oilfield Services en París y como vicepresidente de Wireline & Testing para Europa, África y el Mediterráneo. Chakib ingresó en Schlumberger en 1981 como ingeniero de campo después de estudiar ingeniería eléctrica en Francia. 1