312988. . Primera Sala. Quinta Época. Semanario Judicial de la Federación. Tomo XLI, Pág. 2023. POLICIA JUDICIAL, PRACTICA DE DILIGENCIA Y LEVANTAMIENTO DE ACTAS POR LA. El artículo 275 del Código de Procedimientos Penales, vigente en el Distrito y Territorios Federales, establece que cuando el delito sea de aquellos que sólo pueden perseguirse a petición de parte ofendida, una vez recibida la querella, el agente que la reciba tendrá la obligación de tomar las siguientes providencias: I. Hacer saber al querellante, las sanciones en que incurre, si se produce con falsedad; II. Asentar los datos generales para la identificación de la persona del querellante, entre los cuales se contará, en todo caso, la impresión de las huellas digitales, al pie del escrito que se presentare; y III. Comprobar la personalidad del querellante, en los términos del artículo 244. Por lo que si el proceso instruido en contra de una persona, se inicia con la querella respectiva, formulada por escrito ante el agente del Ministerio Público y éste manda ratificarla en diligencia formal, en la que, después de haber dado el quejoso sus generales, dijo rectificarlo en todas sus partes, reconociendo su firma así como el documento acompañado a su querella, que le servía de base, y designó lugar en dónde poder ser encontrado el acusado, es claro que la circunstancia de no haberse hecho saber al querellante las sanciones en que incurría, si se producía con falsedad, ni la de no haberle tomado la impresión de sus huellas digitales, omisiones imputables tan sólo al agente de la Policía Judicial que practicó las primeras diligencias, no pueden viciar la querella, ya que tales omisiones sólo pueden tener por resultado la imposición de una corrección a dicho agente de la policía, por no haber dado cumplimiento a un mandato legal; y como las violaciones del procedimiento que privan de defensa al quejoso y que ameritan la concesión del amparo, son las que expresa el artículo 109 de la ley reglamentaria del juicio de garantías, en forma enunciativa, o sean, las que, cometidas durante la tramitación de los juicios penales, dejan a los acusados privados de defensa, y como la falta de aplicación de los requisitos del artículo 275, del código procesal citado, no se encuentra en alguna de las mencionadas fracciones del precepto relativo de la Ley de Amparo, ni son de las que deben cumplirse durante la tramitación del juicio, porque consisten en obligaciones para los agentes de la Policía Judicial que practiquen las primeras diligencias, se llega a la conclusión de que la infracción a dicho precepto, por parte del agente del Ministerio Público, no constituye violación de garantías en perjuicio del acusado, que deban repararse por medio del juicio de amparo, y mucho menos si se tiene en cuenta que el mismo acusado, lejos de desconocer la personalidad del querellante, la reconoció expresamente, al confesar los hechos de la querella, esto es, la operación que celebró con él y que dio origen a la acusación penal, aunque dándole el carácter de un asunto meramente civil. Amparo penal directo 4509/33. Félix Angel. 11 de julio de 1934. Unanimidad de cuatro votos. Ausente: Francisco Barba. La publicación no menciona el nombre del ponente. -1-