DOCUMENTOS DE LA UNIÓN EUROPEA Ricardo Gómez-Acebo Solar Inspector de Hacienda del Estado Dirección General de Tributos ! Comunicación de la Comisión “Hacia un mercado interior sin obstáculos fiscales. Una estrategia destinada a dotar a las empresas de una base imponible consolidada del impuesto sobre sociedades para sus actividades a escala comunitaria” (Documento COM(2001)582 final). En diciembre de 1998, el Consejo Ecofin solicitó a la Comisión que realizara un estudio analítico sobre la tributación societaria en la Unión Europea, con vistas a conocer las diferencias existentes en el nivel efectivo de imposición entre los Estados y significar los principales obstáculos fiscales a la actividad económica transfronteriza. La Comisión presentó en 2001 dicho estudio, con el título de “Fiscalidad de las empresas en el mercado interior” (documento SEC(2002)1681) y de él derivó la Comunicación que aquí se analiza, que resume las conclusiones del estudio, deduce conclusiones de política fiscal comunitaria y anuncia una serie de iniciativas para los próximos años. ! Principales resultados del estudio analítico sobre tributación efectiva La presión fiscal efectiva sobre las sociedades se calcula para un proyecto hipotético de inversión en el sector manufacturero en el año 1999, empleando una metodología basada en el método King-Fullerton. Se incluyen las características más relevantes de los impuestos societarios, como son los tipos impositivos y los elementos fundamentales de la base imponible; pero no se toman en consideración los costes de cumplimiento, la consolidación de beneficios y pérdidas y los rasgos menores y regímenes especiales de cada una de las legislaciones nacionales. Para las inversiones dentro de cada país, se obtienen variaciones en los tipos efectivos de hasta 37 puntos porcentuales cuando se trata de inversiones marginales (es decir, aquellas cuya rentabilidad después del impuesto se iguala al tipo de interés alternativo de mercado) y de hasta 30 puntos para las inversiones más rentables. Un segundo resultado es que los sistemas fiscales favorecen en su práctica totalidad las inversiones en bienes intangibles y maquinaria, siendo el endeudamiento la opción de financiación que recibe un mejor trato. La clave de las diferencias en la presión fiscal efectiva se encuentra, según las conclusiones del estudio, en los tipos de gravamen, pues este 2 factor permite explicar en su mayor parte tales diferencias. La incidencia de las distintas regulaciones de la base imponible es mucho menos acusada. Aplicando la metodología a las inversiones transnacionales, el rango de variación de la presión fiscal en función del Estado de residencia de la filial se sitúa en 30 puntos porcentuales. En principio, por término medio las inversiones internas están menos gravadas que las inversiones hacia o desde el exterior. Ahora bien, cuando se introduce el efecto de las fuentes de financiación, se llega a concluir que es probable que las empresas multinacionales estén tributando a menores tipos efectivos que las nacionales, incluso que las acogidas a los beneficios fiscales establecidos para las PYMES. Alemania y Francia serían los países con tipos efectivos más elevados, en tanto que Irlanda, Suecia y Finlandia aparecen en la mayor parte de los casos en el extremo opuesto. España se encuentra en la zona media. La extensión del estudio al año 2001 mostró una disminución de la presión fiscal efectiva en varios países. El rango también se redujo (de 30 a 26 puntos en las inversiones más rentables), como consecuencia de la reforma fiscal alemana. Una hipotética armonización de los tipos impositivos que condujese a uno único en todos los países daría lugar a una notable reducción de la 3 dispersión de la presión efectiva. Frente a ello, una armonización limitada a la base imponible elevaría la dispersión, aunque una visión dinámica que tomase en cuenta las reacciones a una medida de ese orden podría ofrecer, según los autores del estudio, resultados de otro signo. ! Obstáculos fiscales específicos a las actividades económicas transfronterizas El estudio también aborda esta cuestión, incorporando al análisis los costes de cumplimiento para las empresas. Se destacan los obstáculos que existen: a) En los flujos de renta entre matrices y filiales: dividendos, cánones e intereses. b) En las operaciones de reestructuración empresarial. c) En la compensación transfronteriza de pérdidas. d) En los precios de transferencia intragrupos. e) En los convenios de doble imposición. Las Directivas matriz-filial y de fusiones y el Convenio de Arbitraje no constituirían ya respuestas adecuadas a los obstáculos observados, por lo que el estudio recomienda emprender una serie de iniciativas, que en su mayor parte recoge la Comunicación y que interesa comentar siguiendo el texto de ésta, ya que resalta las acciones específicas que la Comisión se propone llevar a cabo. 4 ! Propuestas para superar los obstáculos fiscales concretos Sin perder nunca el engarce con la constitución del mercado interior, única justificación que ampara en el Derecho comunitario básico la armonización de los impuestos directos, la Comisión también emplea en la Comunicación el argumento de la mejora de la competitividad de las empresas europeas, con apoyo en el objetivo estratégico que fijó el Consejo Europeo de Lisboa de marzo de 2000: que la UE se convierta “en la economía basada en el conocimiento más competitiva y dinámica del mundo”. Las medidas específicas que la Comisión considera necesario adoptar en un plazo breve son éstas: a) Modificar la Directiva sobre sociedades matrices y filiales para extender su ámbito subjetivo, disminuyendo los umbrales de participación requeridos, computando las participaciones indirectas y abarcando una tipología más amplia de empresas, hasta comprender a todas las sujetas al impuesto sobre sociedades. Presentará una propuesta en 2003 y publicará directrices de aplicación. b) Modificar la Directiva sobre fusiones para ampliar también su ámbito subjetivo, al tiempo que los derechos de transferencia que deben pagarse en las operaciones de reestructuración se incluirán en la Directiva relativa a los impuestos indirectos que gravan la concentración de capitales. Presentará una propuesta en 2003 y publicará directrices de aplicación. 5 c) Regular la compensación transfronteriza de pérdidas, ya sea con un esquema similar al de la propuesta de la Comisión de 1990 o tomando como punto de referencia el sistema danés de imposición conjunta. Elaborará un informe antes de finales de 2003. d) Afrontar los diversos problemas derivados de los precios de transferencia, desarrollando prácticas comúnmente aceptadas, potenciando los programas sobre acuerdos previos y coordinando los requisitos documentales y la puesta en práctica de los distintos métodos. Convocará en 2002 un “Foro sobre precios de transferencia”, con participación de Estados y empresas, para examinar los problemas y las posibles soluciones y, en particular, la reforma del Convenio de Arbitraje y su conversión en un instrumento del Derecho comunitario a través de una Directiva cuya propuesta presentará en 2003. e) Elaborar una versión comunitaria del Convenio modelo de la OCDE sobre doble imposición y de sus comentarios, comenzando en 2004 con una comunicación en la que se indiquen las disposiciones a adaptar para cumplir los principios del Tratado. f) Mejorar la coordinación de la política de convenios en relación con terceros países. g) Formular directrices sobre las sentencias más relevantes del Tribunal de Justicia de las Comunidades Europeas y coordinar su aplicación a través de comunicaciones. 6 h) Contemplar medidas adicionales de simplificación y reducción de costes de cumplimiento para las PYMES a escala comunitaria, como sucede en el IVA. ! Soluciones para dotar a las empresas de una base imponible consolidada para sus actividades comunitarias A un plazo mayor, la Comisión estima ineludible avanzar hacia un sistema común del impuesto sobre sociedades que evite a las empresas los costes de desenvolverse con quince impuestos distintos, número que crecerá aún más con las ampliaciones de la UE previstas para los próximos años. La Comisión enuncia tres ejes centrales para el nuevo modelo: a) Definición de una base imponible consolidada para las actividades desarrolladas en el territorio comunitario. b) Fijación de un sistema de reparto de dicha base entre los distintos Estados en que cada grupo o empresa tenga actividades. c) Libertad de los Estados en cuanto a la fijación de los tipos de gravamen. La Comunicación se remite a las soluciones técnicas que el estudio contempla para alcanzar dicho modelo, que son: 7 a) “Imposición según el Estado de origen”. Partiendo de un enfoque de reconocimiento mutuo, cada empresa o grupo determinaría una única base imponible, con arreglo exclusivamente a la legislación del país de su sede central. b) “Base imponible común (consolidada)”. La UE aprobaría unas nuevas normas armonizadas, que coexistirían con las legislaciones nacionales, pues las empresas podrían optar por acogerse o no a ellas. c) “Impuesto europeo sobre sociedades”. El impuesto se regularía y recaudaría a nivel europeo, pudiendo ser bien opcional, bien obligatorio para ciertas empresas (multinacionales). d) “Armonización de las normas nacionales”, siguiendo el enfoque habitual para los impuestos indirectos, dictando reglas que habrían de emplear obligatoriamente todas las empresas. Dadas las dificultades para lograr rápidos acuerdos en este terreno, la Comisión contempla vías de avance como: a) Utilizar la cooperación reforzada. Es decir, que el ejercicio se limite a los países que decidan participar, excluyendo a los restantes. b) Adoptar proyectos piloto. En particular, se menciona la posibilidad de limitar inicialmente la experiencia a las empresas que se acojan al Estatuto de la Sociedad Europea, régimen mercantil éste que comenzará a operar en 2004. 8 ! Reacciones a la Comunicación En general, tanto los Estados miembros como las organizaciones empresariales se han pronunciado en la línea de centrar los esfuerzos en los obstáculos específicos identificados en el estudio, si bien se advierten divergencias sobre cuales puedan ser las reformas más convenientes. En cuanto a las soluciones más generales, países como Francia, Italia o Alemania han mostrado su interés por profundizar en la búsqueda de modelos de este tipo, mientras que otros como el Reino Unido e Irlanda rechazan introducir armonizaciones globales en los impuestos sobre sociedades. A finales de abril, la Comisión organizó en Bruselas una “Conferencia europea sobre imposición empresarial”, en la que se debatieron los diagnósticos, las propuestas y las alternativas técnicas formuladas en el estudio y la Comunicación. En la Conferencia, cuyo discurso de apertura pronunció el Ministro de Hacienda español, participaron altos funcionarios comunitarios y de las administraciones nacionales, profesores universitarios, expertos contables y representantes empresariales y sindicales. De entre las opiniones vertidas y los comentarios formulados, cabe reseñar los siguientes: • Por lo general, las autoridades gubernamentales presentes manifestaron cautela respecto a la idoneidad de las soluciones 9 propuestas por la Comisión; y cuestionaron la aplicación automática al ámbito tributario de las normas internacionales de contabilidad, en cuya elaboración no participan los gobiernos. Los representantes de Francia y Luxemburgo estimaron necesario debatir simultáneamente sobre bases imponibles y tipos de gravamen. • Los portavoces empresariales se mostraron favorables a la armonización de las bases imponibles – la excepción fue el delegado de la rama irlandesa de UNICE -, pero opuestos a la de los tipos de gravamen. Apoyaron la aprobación de un régimen fiscal especial para las empresas que adopten la forma jurídica de Sociedades Europeas, así como la posibilidad de optar por la imposición según el Estado de origen para las pequeñas y medianas empresas. • Los sindicatos reclamaron la fijación de un tipo de gravamen mínimo, para evitar que la competencia fiscal a la baja entre los Estados desplace carga fiscal hacia el factor trabajo. • Como cuestiones técnicas complejas se destacaron la dificultad para definir reglas de reparto de las bases imponibles entre los Estados, el tratamiento de las actividades desarrolladas fuera del territorio comunitario, los problemas en materia de competencia si coexisten regímenes fiscales distintos dentro de cada país (por ejemplo, el de las SAE y el nacional) 10 11