GUIONES DIDÁCTICOS Santillana 3.er CURSO La Iglesia en la Edad Media A) Programación B) Sugerencias y recursos De qué trata la unidad Como su título indica, trata de la vida de la Iglesia y de los acontecimientos religiosos más relevantes que tuvieron lugar durante el medievo: la conversión de los «bárbaros» –pueblos germánicos–, la institución monástica iniciada por San Benito, la alianza –y posteriores disputas– del papa y el emperador, el cisma de Oriente –Iglesia ortodoxa– y el de Occidente –los papas en Avignon–, las Órdenes mendicantes, las cruzadas, la Inquisición, el románico y el gótico. Para que los alumnos/as comprendan mejor esta época histórica, es muy importante subrayar la mentalidad teocéntrica reinante en la sociedad medieval. «Información básica» (págs. 154-159) Algunos de estos temas ya han sido estudiados en la clase de Historia. Los alumnos/as han de comprender que la «historia» es única: no hay una historia universal, una historia de España y una historia de la Iglesia. Ahora se analizan los hechos históricos medievales que tienen una relación directa con la Iglesia. Son hechos quizá ya estudiados, pero que se miran desde otra perspectiva. Dado que algunos de los acontecimientos históricos son aún objeto de polémica, es muy importante que se hagan debates –dos o más grupos, en los que cada uno defienda una postura ideológica diferente– sobre: la alianza Papado-Imperio, las cruzadas y las Órdenes militares, la Inquisición y el cisma de Occidente. Objetivos • Comprender la importancia del teocentrismo en la sociedad europea durante la Edad Media. • Analizar las alianzas y las desavenencias del Papado y el Imperio durante la época. • Valorar el aporte cultural del cristianismo a la civilización de Europa. Contenidos Conceptos • • • Actitudes • Análisis crítico • Indicar los para saber principales interpretar acontecimientos las cruzadas históricos de en su contexto la Edad Media El monacato histórico. y señalar la y las Órdenes participación • Valorar el mendicantes: que tuvo en aporte cultural labor religiosa ellos la Iglesia. del cristianismo y cultural. a la civilización • Hacer un La alianza y las europea durante debate sobre desavenencias la Edad Media. las cruzadas, del Papado exponiendo • Capacidad y el Imperio: razones para crítica para el Sacro Imperio defenderlas analizar Romanoy razones para –desde nuestra Germánico y las considerarlas perspectiva investiduras. injustificadas. actual– los dos Las cruzadas cismas que se • Escenificar el y sus produjeron en la problema de las consecuencias Iglesia durante investiduras, políticas, la época en la que un culturales medieval. alumno haga y comerciales. de papa y otro de emperador. El cisma de Oriente. El cisma de Occidente. • La conversión de los pueblos germánicos al cristianismo. • Procedimientos © 1998 by Santillana, S. A. «Desarrollo monográfico» (págs. 160-161) Es un tema apasionante, lleno de intrigas, de intereses políticos y de ambiciones personales. Con los datos aportados por el libro de texto y con la ayuda adicional de alguna enciclopedia, elaborar la «crónica» del cisma: preámbulo –los papas trasladan su residencia a Avignon–, culminación –son elegidos dos papas: uno en Roma y otro en Avignon– y conclusión –concilio de Constanza y renuncia de Clemente VIII–. Luego contestar a las preguntas formuladas en «Actividades y cuestiones». «Las fuentes» (págs. 162-163) Los alumnos/as ya han estudiado el arte románico. Pero quizá sólo recuerden los elementos arquitectónicos más técnicos –arco de medio punto, bóveda de medio cañón y contrafuertes–. Ahora, mediante trabajos por grupos, tienen la oportunidad de profundizar en aspectos menos conocidos: significado y finalidad del románico, «catecismo en piedra», el románico español del camino de Santiago. Las fotografías e imágenes de la unidad • La iglesia románica y el crucifijo de la página 153 pueden resumir el espíritu de la Edad Media: teocentrismo, feudalismo, monacato, alianza Iglesia-Estado, etcétera. La reproducción de la página 154 ilustra la conversión de los pueblos germanos. Las fotos de las páginas 155 y 164 nos muestran dos aspectos de los monasterios: la vigorosa construcción –tipo fortaleza, para defenderse de posibles ataques, tan frecuentes en la alta Edad Media– y la intensa vida de oración y trabajo. • Las ilustraciones de las páginas 156, 157 y 161 reflejan la alianza Iglesia-Estado tan característica de esta época. Los retratos de las páginas 158 y 159 nos preRELIGIÓN 3 sentan a dos grandes santos pertenecientes a Órdenes mendicantes: San Francisco de Asís y Santo Tomás de Aquino. El esplendor del gótico y la austeridad religiosa del románico quedan reflejados en las fotos de las páginas 158, 159, 161, 162 y 163. Para terminar, el palacio de los papas en Avignon (pág. 160) nos ilustrará sobre las grandezas y las miserias de los jerarcas de la Iglesia durante la Edad Media. – C) Respuestas a las actividades (pág. 164) 1. a) – Cristiandad: así se llamó a la sociedad europea medieval, regida por la autoridad espiritual del papa y la autoridad política del emperador. Se concretó en el Sacro Imperio Romano-Germánico. – Sacro Imperio: Carlomagno fue coronado emperador por el papa León III el año 800. Se quería así reanudar el imperio romano-cristiano de Occidente disuelto siglos atrás por la invasión de los bárbaros. Un descendiente de Carlomagno, el emperador germánico Otón I fue coronado por el papa el año 962 y fundó el Sacro Imperio Romano-Germánico, que duraría de iure hasta 1648 (paz de Westfalia). – Investiduras: en el siglo XI se llegó a uno de los mayores abusos por parte de los emperadores, reyes o nobles y consistió en el nombramiento (= investidura) de cargos eclesiásticos –obispos, abades, párrocos–. De este modo los reyes y los emperadores recibían luego de los clérigos nombrados por ellos dinero o parte de las rentas del obispado, abadía o parroquia. A finales del siglo el papa Gregorio VII prohibió, bajo pena de excomunión, esta costumbre. El emperador Enrique IV fue excomulgado por desobedecer esta prohibición. Más tarde se llegó a un acuerdo –concordato de Worms–: el papa elegía a los obispos y demás cargos eclesiásticos, pero, previamente, debía tener el «permiso» del emperador. – Cruzadas: las ocho expediciones militares que se llevaron a cabo entre los siglos XI y XIII para liberar los Santos Lugares –la tierra donde había nacido y vivido Jesús– de la ocupación de los musulmanes. Aunque se emprendieron por motivos religiosos, también influyeron móviles político-económicos y el espíritu caballeresco y aventurero de la época. – Inquisición: tribunal religioso establecido por el papa Gregorio IX en el siglo XIII encargado de buscar –«inquirir»– personas o comportamientos sospechosos de herejía. – Escolástica: etimológicamente se deriva de schola (escuela) y significaba el saber que se impartía en las escuelas medievales. Pero, generalmente, recibe este nombre el conjunto de sistemas filosóficos –derivados de la doctrina de Santo Tomás de Aquino–, cuyo propósito primordial consiste en dar un fundamento racional a la teología cristiana. – Monasterios: lugares donde residían los monjes en soledad, trabajo y oración. El gran promotor © 1998 by Santillana, S. A. – – – – b) – – – de monasterios fue San Benito en el siglo VI. Tuvieron una importancia decisiva en la conservación de la cultura antigua, en la educación y en la reforma de la Iglesia. Órdenes mendicantes: llamadas así porque, a diferencia de los monjes que vivían del trabajo y de las rentas de los monasterios, estos frailes vivían como «mendigos», de las limosnas que les daba la gente. Las principales son la de los Dominicos, fundada en 1170 por el santo español Domingo de Guzmán, y la de los Franciscanos, fundada por San Francisco de Asís en el año 1209. Órdenes militares: fundadas para defender a los cruzados, sus miembros eran mitad monjes, mitad soldados. Las más conocidas son: los Caballeros de San Juan de Jerusalén o de Malta, los Caballeros del Temple o Templarios y la Orden Teutónica. En España están la orden de Calatrava, la de Santiago y la de Alcántara. Cisma de Occidente: situación anómala que vivió la Iglesia católica desde 1378 hasta 1429, en la que hubo dos papas –uno en Roma y otro en Avignon– e incluso, durante seis años, tres papas –un tercero en Pisa–. Terminó con el Concilio ecuménico de Constanza y con la renuncia de Clemente VIII, sucesor de Benedicto XIII. Por la numeración que han seguido los papas posteriores, se ha considerado legítimos sólo a los papas de Roma. Arte románico: expresión de la alta Edad Media (ss. XI-XII). En arquitectura se caracteriza por el arco de medio punto, bóveda de medio cañón, grandes muros y contrafuertes (iglesias fortalezas). Arte gótico: expresión de la baja Edad Media (ss. XIII-XIV). El edificio emblemático es la catedral –arco ojival, bóveda de crucería, arbotante y grandes vidrieras–, símbolo y centro de la ciudad. San Gregorio Magno (590-604): fue el primer papa que buscó unir política y religión. Fomentó la conversión de los nuevos pueblos al cristianismo, impulsó la orden de los benedictinos, a la que pertenecía, y favoreció la formación de los nuevos estados cristianos. Carlomagno (742-814): hijo de Pipino el Breve, rey de los francos, que había donado al papa los «Estados pontificios». Fue coronado emperador por el papa León III en Roma, la noche de Navidad del año 800. De esta forma «renacía» el Imperio romano-cristiano de Occidente, que abarcaba gran parte de Europa, desde la «marca hispánica» hasta Alemania y gran parte de Italia. Gregorio VII (1073-1085): fue un papa enérgico, que no permitió el abuso de las investiduras, prohibiéndolo bajo pena de excomunión. Excomulgó y depuso al emperador Enrique IV, que no hizo caso de esta prohición. Por temor a una rebelión de sus súbditos, el emperador tuvo que ceder y pidió perdón al papa Gregorio VII en el castillo de Canosa. El papa le perdonó, pero, RELIGIÓN 3 – – – – – más tarde, el emperador volvió a la práctica de las investiduras, lo que provocó nuevos conflictos con Roma. Inocencio III (1198-1216): su pontificado coincide con el período de máximo apogeo del Papado. No toleró las investiduras y mantuvo siempre su dignidad frente al poder imperial. Fue, quizá, un período de fuerte absolutismo, lo que propició una lucha constante con el emperador. San Benito (480-547): monje italiano, fundador de la Orden religiosa de los Benedictinos. De familia cristiana distinguida, realizó sus estudios en Roma y luego se retiró al monte Subiaco, para vivir en soledad. Más adelante se le unieron muchos compañeros y fundó numerosos monasterios –el más famoso fue el de Montecasino–, donde los monjes pudieran dedicarse a la oración y al trabajo. La regla de la vida monástica que instituyó es ora et labora (reza y trabaja). Sus monjes tuvieron un papel decisivo en la conservación de la cultura antigua, en la educación y en la reforma de la Iglesia. Fue tal su influencia en la sociedad civil, que a San Benito se le conoce como el «Padre de Europa». San Bernardo de Claraval (1090-1153): abad fundador del monasterio de Claraval. Noble francés que, siendo joven, ingresó en el monasterio de Citeaux (en latín, Cistercium o Cister). Con el tiempo, restableció la austeridad primitiva y, poco a poco, fue reformando las costumbres del monasterio. Fue ardiente predicador de la segunda cruzada. A su labor se la conoce como «reforma cisterciense». San Francisco de Asís (1181-1226): fundador de la Orden religiosa de los Franciscanos. Hijo de un rico comerciante, renunció a sus propiedades siguiendo el consejo evangélico. El texto de Mt 10, 5-15 marcó su línea de acción apostólica: predicar el Evangelio, pedir limosna y no preocuparse de los bienes materiales. Fue el iniciador de los «belenes» navideños y consideró a la naturaleza como espejo de Dios, tratando de «hermanos» a los animales y las plantas. Santo Tomás de Aquino (1224-1274): filósofo y teólogo italiano, llamado el «Doctor Angélico». Hijo de familia noble, ingresó en la recién fundada Orden de los Dominicos, a pesar de la fuerte oposición paterna. Estudió en París, donde tuvo como maestro a San Alberto Magno –también dominico–. Su gran obra Summa theologica es una síntesis extraordinaria de filosofía y teología: da un fundamento racional a la teología cristiana; es decir, defiende que no hay oposición entre razón y fe, sino absoluta armonía. Es el patrono de los estudiantes. c) – Conversión de los germanos: se convirtieron al cristianismo masivamente; no fue una conversión individual de la mayoría de la población, © 1998 by Santillana, S. A. – – – – sino una incorporación masiva a la Iglesia, fruto de la conversión de sus reyes y no de una reflexión personal. El bautismo del rey de los francos Clodoveo tuvo una gran repercusión en toda Francia; lo mismo ocurrió en España con la conversión de Recaredo. La labor primordial de la Iglesia fue la de educar en la fe y en las costumbres cristianas a todas las personas. Coronación de Carlomagno: fue coronado emperador por el papa León III la noche de Navidad del año 800, en la basílica de San Pedro en Roma. Así vuelve a renacer el Imperio romanocristiano de Occidente –desaparecido siglos atrás por la invasión de los bárbaros–. Éste es el momento más representativo de la alianza entre el Papado y el Imperio. Concordato de Worms: en 1112 el emperador Enrique V y el papa Calixto II firman este concordato, que intentaba poner fin a la «guerra de las investiduras». Por él, la Iglesia elegía a los obispos, abades y párrocos, pero, a cambio, el elegido debía obtener previamente el «permiso» del emperador, con lo que éste, en la práctica, podía alejar de los cargos eclesiásticos a sus enemigos. Residencia de los papas en Avignon: a principios del siglo XIV, Roma estaba dominada por la anarquía y las luchas familiares entre la nobleza, por lo que los papas se vieron obligados a cambiar de sede en diferentes ocasiones, trasladándose a ciudades cercanas. Aprovechando esta circunstancia, el rey de Francia Felipe IV, el Hermoso, consiguió que fuera elegido papa el arzobispo francés Bertrand de Got, que tomó el nombre de Clemente V y fijó su sede en Avignon. Aquí residieron los papas desde 1309 hasta 1377. Durante este período hubo siete papas, todos ellos franceses. Los italianos calificaron la estancia de los papas en Avignon como «la cautividad de Babilonia» y movieron todos los resortes para conseguir su regreso a Roma. Finalmente, Gregorio XI regresó triunfalmente a Roma en 1377, pero falleció pocos meses después. A su muerte, los cardenales, presionados por el pueblo romano, eligieron al italiano Urbano VI. Pero un grupo de cardenales franceses declaró nula la elección de Urbano VI y eligió a Clemente VII, que se estableció en Avignon. La Iglesia católica se había dividido: comenzaba el cisma de Occidente. Concilio de Constanza (1414-1418): Juan XXIII –sucesor de Alejandro V, como tercer papa en la ciudad de Pisa– decidió acabar con esta lamentable situación de la Iglesia y para ello convocó, junto con el emperador Segismundo, un concilio en la ciudad alemana de Constanza. El concilio depuso a Juan XXIII (Pisa) y Gregorio XII (Roma) abdicó; pero Benedicto XIII (Avignon) se negó a abdicar –se retiró al castillo de Peñíscola, considerándose legítimo papa hasta su muerte– y fue depuesto RELIGIÓN 3 en 1417. Este mismo año fue elegido papa el cardenal romano Ottone Colonna, que tomó el nombre de Martín V y restableció definitivamente la sede pontificia en Roma. Así acabó el cisma de Occidente. 2. a) Ya se ha respondido en la anterior pregunta, al hablar del «personaje clave» Gregorio VII. b) En la llamada «guerra de las investiduras», los papas y los emperadores mantuvieron un pulso de poder. Y, lógicamente, el pueblo tomó partido por uno o por otro. Así se formaron dos bandos: los gibelinos, partidarios de la supremacía del emperador sobre el papa y del dominio imperial en Italia, y los güelfos, partidarios de la política de los papas y defensores de las libertades comunales. Las luchas entre estos dos bandos fueron especialmente cruentas en Italia. c) Ruta que seguían los peregrinos que iban a venerar el sepulcro del apóstol Santiago en Compostela (Galicia). La costumbre medieval de peregrinar, como penitencia o voto, a los lugares santos, tiene una de sus manifestaciones más persistentes y populares en la peregrinación a Santiago de Compostela, de rango semejante a las de Jerusalén y Roma. Existen documentos que prueban la existencia de estas peregrinaciones desde diversos puntos de Europa hasta Compostela desde el siglo XII. La gran mayoría de peregrinos europeos llegaba a España por Roncesvalles (Navarra) y por Somport (Aragón) –unos pocos lo hacían por Irún y continuaban por la cornisa cantábrica hasta Puente la Reina– y desde allí, por Logroño, Burgos, León y cientos de pequeños pueblos jalonados de iglesias, monasterios y hospitales –joyas románicas– que acogían a los peregrinos. La comunicación de Europa con España a través del Camino de Santiago fue extraordinariamente fecunda a nivel cultural, artístico. 3. – En el románico, la figura de Cristo suele representarse –a imitación del arte bizantino– en posición frontal y de mayor tamaño que las demás, para dejar clara su condición divina; es el Pantocrátor o Cristo en majestad. – Las letras A y v –alfa y omega, primera y última letras del alfabeto griego– representan a Jesús como principio y fin de todo (Ap 1, 17); es el hijo de Dios, que vendrá a juzgar a todos los hombres al final de los tiempos. – Al Cristo románico –igual que al bizantino– se le representa en actitud y con atributos de majestad, como señor supremo del universo; con larga melena, barba partida, la mano derecha en actitud de bendición, la mano izquierda sosteniendo el libro de la revelación divina y la cabeza aureolada con un nimbo en el que se inscriben tres brazos de la cruz. – La finalidad del románico es fundamentalmente catequética. Por lo que, al representarnos a Cristo en majestad, quisieron transmitirnos esta teología: Cristo es el Señor supremo del universo, juez de vivos y muertos. Parecen estáticos y lejanos, para subrayar la condición divina de Cristo, pero no nos transmiten temor, sino serenidad. © 1998 by Santillana, S. A. RELIGIÓN 3