Documento descargado de http://www.elsevier.es el 25/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. ORIGINALES Rev. Logop., Fon., Audiol., vol. VII, n.º 3 (144-152), 1987 LAS COMPLICACIONES LARÍNGEAS DE LA INTUBACIÓN ENDOTRAQUEAL Y SU TRATAMIENTO FONIÁTRICO Por M. L. Dutoit-Marco Departamento de Foniatría, Servicio de Otorrinolaringología, CHW, 1011 Lausana, Suiza D. Schwander Servicio de Anestesiología y Reanimación, Hospital Cantonal, 1708 Friburgo, Suiza Dedicado al Prof. J. Perelló INTRODUCCIÓN la anestesiología, en otorrinolaringología, en reanimación y en cuidados intensivos, la protección de las vías aéreas es de importancia capital. Dado que la intubación es el mejor medio para asegurar esta protección, es utilizada frecuentemente. Debido a su formación y a su práctica continua en este dominio, los anestesistas son considerados en los hospitales como los expertos de la intubación y del control de las vías aéreas. Aun cuando sea conceptualmente simple, la práctica actual de la intubación endotraqueal es relativa- E N mente compleja. En lo que se refiere a cuidados intensivos, ha desaparecido prácticamente la polémica entre los partidarios de la intubación y los de la traqueotomía (Sellery, 1978; Lell, 1979), desde que las técnicas en los cuidados y la calidad de los balones a baja presión han sido mejorados. Las complicaciones que surgen más allá del balón en la intubación y las complicaciones en el estómago, cuando se trata de una traqueotomía, vie- nen a ser equivalentes. Debe subrayarse que todos los pacientes de traqueotomías sufren una disminución del diámetro traqueal a la altura del estómago (Andrews, 1971), aunque sólo entre un 1-2 a 8 % de estos pacientes manifiesta una estenosis con signos clínicos. Además, los pacientes de traqueotomía sufren un 1 % de hemorragia masiva y, en mayor medida que los pacientes intubados, padecen aspiraciones bronquiales de secreciones orales. No debe olvidarse que la traqueotomía implica, como toda intervención quirúrgica, ciertos riesgos. Entre las complicaciones de la operación se ha señalado: hemorragias, infecciones, pneumomediastinos o pneumotórax, los cuales a veces pueden ser mortales. Contra los partidarios de la intubación, debe recordarse que el tratamiento de una estenosis traqueal es mucho más fácil que el de una estenosis laríngea. En general, una intubación prolongada supera la duración de una anestesia, y dura de ocho horas a dos semanas, incluso hasta varios meses. Normalmente se fija el límite para los adultos en dos semanas, y entre cuatro a seis semanas para los niños. Nadie ha Correspondencia: M. L. Dutoit-Marco. Service ORL. CHUV. 1011, Lausanne. Suiza. 144 Documento descargado de http://www.elsevier.es el 25/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. descrito los límites a partir de los cuales las complicaciones aumentarían significativamente (Bishop, 1985). Las incidencias más frecuentes de las intubaciones no son directamente laríngeas, pero pueden constituir el origen de complicaciones laríngeas. Stauffer (1981) ha recopilado la siguiente lista entre las intubaciones prolongadas: — presión exagerada del balón ................. — extubación espontánea o realizada por el propio paciente ................................ — imposibilidad de cierre total de las vías aéreas ................................................... — intubación endobronquial derecha ....... — aspiración ............................................. 19 % 13 % 11 % 9% 8% Estas complicaciones dependen en buena medida de la calidad de los cuidados. Como punto de referencia, las incidencias relacionadas con las traqueotomías eran más numerosas y graves: — infección del estómago ....................... — hemorragia del estómago .................... — presión excesiva del balón .................. — enfisema subcutáneo y neumotórax .... 36 % 36 % 23 % 13 % Según Lindholm (1969) y Bishop (1985), desde el punto de vista de la anatomía patológica, se distinguen cuatro grados de lesiones laríngeas relacionadas con la intubación: 1. Hiperemia o edema sin ulceración macroscópica. 2. Ulceración superficial continua de la mucosa sobre menos de la tercera parte de la circunferencia laríngea. 3. Ulceración continua profunda de la mucosa sobre menos de la tercera parte de la circunferencia laríngea o ulceración superficial continua abarcando más de la tercera parte de la circunferencia laríngea. 4. Ulceración profunda de la mucosa con exposición de cartílago o ulceración profunda abarcando más de la tercera parte de la circunferencia laríngea. 1. LAS LESIONES Y LAS COMPLICACIONES: FRECUENCIA Y TIPOS En términos generales, las lesiones laríngeas están relacionadas a menudo con una intubación (Kittel, 1980; Peppard, 1983). Las complicaciones más frecuentes de las primeras veinticuatro horas después de una extubacion son el enronquecimiento, la obstrucción laríngea parcial o total y la incompetencia laríngea. La frecuencia con que se dan los trastornos permanentes de la voz después de la intubación aún no es conocida. Pero, según Peppard (1983), 6,3 % de los pacientes intubados durante un breve período sufren de lesiones traumáticas de la laringe o de la hipolaringe. La frecuencia mucho más alta de lesiones laríngeas después de la intubación en las mujeres se debe a la dimensión más estrecha de su glotis. Esta relación con el diámetro de la glotis ha sido observada en los monos por Way (1965) y en los perros por Bishop (1984). Además, Hawkins señalaba que el 90 % de las estenosis glóticas y subglóticas se daba en las mujeres. Éstas no sólo tienen una laringe más pequeña; también su mucopericondrio larfngeo es más fino y son operadas de las tiroides con mayor frecuencia. Dos semanas después de una intubación, Kambic (1978) observó en un grupo de 1000 pacientes adultos: - 52 hematomas laríngeos, de los cuales 45 afectaban a las cuerdas vocales y siete a la región subglótica; - ocho laceraciones mucosas; - una luxación aritenoide. Tres meses más tarde, siete hematomas vocales aún no reabsorbidos se habían convertido en fibrosis y estos pacientes conservaban una voz ronca. Las lesiones se situaban generalmente a la izquierda debido a que el anestesista gira la sonda de intubación (sostenida en su mano derecha) hacia la izquierda. Según Fan (1983),) sólo el 19 % de los recién nacidos sometidos a intubación en vigilancia intensiva tienen una laringe normal en el momento de la extubación, y 9 % tienen lesiones laríngeas graves que subsisten durante un período de uno a seis meses. Desde 1980 a 1985 hemos observado y tratado 30 casos de complicaciones laríngeas graves (tabla 1). 145 Documento descargado de http://www.elsevier.es el 25/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. ORIGINALES TABLA I Etiología Secuelas {I I - Traumatismos craneano o torácicoabdominal. - Intubación de urgencia. - Intubación prolongada durante más de dos semanas. - Intubación por intervención quirúrgica a distancia (duración de menos de cuatro horas) (prótesis de rodilla, hernia de hiato, hernia inguinal, tobillo, hipemefroma, etc. - Estenosis glótica y subglótica. - Edema posterior debido al repliegue ariepiglótico, impresión tubular posterior, fibrosis anterior o posterior. - Luxación cricoaritenoidea. - Parálisis recurrente o paresia recurrente. - Luxación cricoaritenoidea unilateral. I - Cirugía cardiaca. { - Luxación cricoaritenoidea (todos hombres). - Parálisis recurrente a la izquierda. Número de casos 5 11 c (7 a izq., 4 a derecha) 4 (3 a izq., 1 a derecha) 5 (4 a izq., 1 a derecha) 3 a derecha 2 a izqda. Recuperación en 1 caso 2. LAS SECUELAS DE LA INTUBACIÓN: ENSAYO DE CLASIFICACIÓN 2.1. En el adulto 2.1.1. LESIONES PRECOCES a) Lesiones subglóticas - contacto y edema, a menudo pasajero, de las paredes ventriculares; - engrosamiento y deformación edematosa de los pliegues ariepiglóticos; - luxación posterior de la raíz de la epiglotis por rotura de los ligamentos del peciolo epiglótico (lo cual es raro). 146 b) Lesiones glóticas Por orden decreciente de frecuencia, se han definido las lesiones siguientes: - hiperemia y ulceración mucosa superficiales; - hematoma, hemorragias submucosas, laceración mucosa del borde libre de las cuerdas vocales, impresión tubular posterior (comisura interaritenoide), ulceración profunda con exposición de cartílago aritenoide; - disminución de la motilidad de una o ambas cuerdas vocales, afección preponderante de los abductores (Whited, 1984); - luxación cricoaritenoidea o cricotiroidiana con artropatía secundaria (ligada a una necrosis del cartflago cricoide sobre el cual se apoya la sonda); - dislocación del cartílago aritenoides; - parálisis recurrente. Para Bauer (1963) la etiología puede ser diversa: hiperextensión del cuello durante la intubación o en el curso de una intervención quirúrgica, presión ejercida sobre el nervio recurrente por un tubo endotraqueal inadecuado, balón demasiado hinchado que comprime el nervio recurrente contra la lámina tiroide (Renault, 1985), disminución de la elasticidad de la tráquea y de los tejidos próximos, retracción de la pared torácica asociada a una esternotomía media, vulnerabilidad del nervio vago, lo que redunda en una tensión excesiva sobre el nervio recurrente, en particular debido a una retroflexión exagerada de la columna cervical. La parálisis de un nervio recurrente es una complicación poco común. Heinemann (1982) ha señalado 41 casos de parálisis recurrente después de intubación. De su propia casuística de 91 parálisis laríngeas, cinco estaban indudablemente vinculadas a la intubación (5,5 %). También debe destacarse que se dio una recuperación del 76 % de los casos en seis meses. La cuerda vocal sufre generalmente una parálisis paramediana. La cuerda vocal izquierda se ve más frecuentemente afectada que la derecha debido a que es más probable que la intubación sea realizada por alguien que se sirve de su mano derecha. La luxación cricoaritenoidea o dislocación aritenoidea también se da con mayor frecuencia a la iz- Documento descargado de http://www.elsevier.es el 25/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. quierda, lo cual está probablemente relacionado con la espátula del laringoscopio, que está sostenida por la mano izquierda y cuya presión máxima se ejerce sobre el cartflago para desplazarlo en sentido posterior y lateral. La cara aritenoidea posee en su articulación sinovial una cápsula que facilita los diferentes movimientos de rotación —balanceo anteriorposterior— y deslizamiento. La articulación está protegida por detrás por el ligamento cricoaritenoideo posterior, el cual resulta fácil de distender. Si existe un desplazamiento posterior lateral de la aritenoide, se observa mediante una laringoscopia directa la aparente inmovilidad de la cuerda vocal en posición de abducción. El diagnóstico diferencial clínico se define esencialmente sobre la existencia de una disfagia dolorosa que se vuelve intensa al despertar de la anestesia, de ronquera y de un edema de la región cricoaritenoidea. Si se diagnostica en seguida, la dislocación o subluxación puede ser reducida inmediatamente si se ejerce una presión suave con la espátula del laringoscopio en dirección anteriormediana. 2.1.2. LESIONES TARDÍAS La lesión más frecuente es el granuloma laríngeo. Esta lesión se sitúa con preferencia ya sea en la glotis cartilaginosa, ya sea sobre la apófisis del cartílago aritenoide. No obstante, puede alojarse en cualquier otro punto de la cuerda vocal, o por encima o por debajo de ésta. Los granulomas son efectos secundarios ya sea de la presión ejercida por la sonda sobre el contorno de la glotis o de un traumatismo directo ocurrido durante la intubación. Pueden deberse a: los movimientos de la laringe provocados por una deglución repetida durante la anestesia, por ejemplo; a la curvatura de la sonda; a la posición del paciente (sobreextensión de la nuca con un cojín bajo los hombros durante una tiroidectomía, por ejemplo); a una o más contusiones de las cuerdas vocales al gritar o toser después de la extubación. Entre otras complicaciones, también se ha observado: una sinequia de las cuerdas vocales, ya sea parcial o total, y única o múltiple. Generalmente, esta sinequia es posterior. Puede reunir las dos apófisis vocales. Detrás de ellas existe un segundo orificio triangular que corresponde a la región comisural pos- terior. Se puede observar igualmente una fijación de la articulación cricoaritenoide en posición de subluxación con artropatía secundaria. La cuerda vocal se inmoviliza progresivamente. Debe señalarse que para McGovern (1971), la obstrucción glótica después de una intubación prolongada (una media de 43 horas) es lo más frecuente en el plazo de una a tres semanas después de la extubación, lo que demuestra la relación con un proceso de cicatrización que reduce el trabajo muscular. Para Gabriel (1982), las adherencias de cicatrices en la comisura posterior constituyen, a largo plazo, las complicaciones más graves. Incluso se ha señalado el caso de una condrita de los nervios laríngeos e hipoglósicos, así como se ha observado clínicamente una parálisis de la lengua. Las lesiones más graves observadas son las lesiones glotosubglóticas, las cuales comprenden la estenosis tubular o anular, la estenosis condral cricoidiana, el elemento parietal discinético, la sinequia masiva subglótica y la fístula aerodigestiva. Estas estenosis gloto y subglóticas están relacionadas a menudo con lesiones traqueales, ya sea debido al balón (estenosis circular intrínseca), o a la traqueotomía requerida por la estenosis subglótica (espolón supracanular, estenosis ostial, efecto de punta). 2.2. En los niños Dada la pequeña laringe de los niños (superficie glótica de alrededor de 14 mm2), las complicaciones laríngeas infantiles son ligeramente diferentes de las de los adultos. Las lesiones glotosubglóticas son, por orden decreciente: la zona ovoide pálida de la impresión tubular, la hemorragia submucosa y el edema laríngeo. El estridor es el que más destaca. De forma secundaria aparecen los granulomas y las sinequias. 3. LOS FACTORES COADYUVANTES Se puede señalar como factores coadyuvantes aquellos relacionados con: - las condiciones de la intubación; - el paciente; - la calidad de los cuidados administrados al paciente intubado. 147 Documento descargado de http://www.elsevier.es el 25/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. ORIGINALES 4. LA TERAPIA 4.1. Prevención de secuelas graves En lo que concierne al tratamiento preventivo del edema faríngeo, algunos médicos recomiendan 1 g de metilprednisolona (Solumedrol R) i.v., dos a tres horas antes de la extubación (Burns, 1979), y en otros casos es tratado desde el momento en que aparece con aerosoles de vasoconstrictores (Bishop, 1984). Cuando un dolor de garganta persiste más de 48 horas o cuando persiste cualquier disfonía o afonía, durante más de 72 horas después de la extubación, debe controlarse endoscópicamente y debe examinarse al paciente (Quick, 1978). Nosotros compartimos esta opinión. Cualquier luxación cricoaritenoidea diagnosticada en el momento de la extubación debe ser reducida y tratada inmediatamente. Si se prevé que en el caso de un adulto la intubación superará un período de dos a tres semanas, es preferible practicar directamente una traqueotomía. Si no se puede asegurar al paciente unos cuidados óptimos, también es preferible la traqueotomía. 4.2. Tratamiento inmediato Después de la evaluación endoscópica, si hay un desgarro o si aparece el cartílago al desnudo, se hará una prescripción de antibióticos para evitar la aparición de tejidos de cicatriz posnecróticos, los cuales provocarían, entre una y cuatro semanas después de la extubación, sinequias o estrechamientos. Las medidas terapéuticas inmediatas comprenden igualmente: — aplicación de un pañuelo helado en el cuello; — terapia general antiinflamatoria (enzimas), vitaminas (A, E, complejo B), calcio; — fisioterapia respiratoria inmediata junto o no a aerosoles a base de broncodilatadores, antitos, antiflogísticos, vasoconstrictores y/o, eventualmente, corticoides; — si se diagnostica una dislocación cricoaritenoide inmediatamente después de la extubación, debe reducírsele cuanto antes. 148 4.3. Tratamiento foniátrico Se prescribe un descanso muy breve (tres a cuatro días) de las cuerdas vocales, descanso durante el cual se insistirá sobre todo en una respiración costoabdominal, y el paciente deberá tomar conciencia del punto de apoyo diafragmático. Se le pedirá igualmente al paciente: - efectuar movimientos con el abdomen hacia atrás y hacia delante, sin respirar; - después de una inspiración nasal, expirar suavemente (fuuuuu), lo cual provoca una ascensión lenta del diafragma y una inflexión de la pared abdominal; - inspirar por la nariz, retirar rápidamente la pared abdominal y espirar (hop, hop); - emitir un mmmm, luego una vocal abierta (mama), luego (mam). El sonido es emitido sin hacer esfuerzo, débilmente. El período de ataque debe der suave; - inspirar luego por la nariz y espirar suave y silenciosamente, luego inspirar y espirar en (SS), luego inspirar y espirar en (sss...) (hum), luego (sss), (ham)- (ham)- (mam). Finalmente, inspirar y luego espirar en (ho) y terminar con un suspiro. El principio reeducativo de bases consiste en no practicar manipulaciones laríngeas que afecten a las lesiones recientes y en lograr que los órganos de fonación efectúen movimientos correctos gracias a ejercicios más alejados de la región afectada, como: - con el movimiento adecuado, la cabeza se desprende de los hombros y la lengua, mantenida contra la base de la boca, participa de los movimientos mandibulares de un bostezo; - se le enseñará al paciente a abrir ampliamente sus cavidades de resonancia faríngea y bucal, con la cabeza ligeramente inclinada hacia delante; - la musculatura laríngea extrínseca de la que depende la suspensión laríngea es flexibilizada por los movimientos de la lengua (lu-lu) (la-la) (lele) (lu-lu); Documento descargado de http://www.elsevier.es el 25/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. - el estado de relajación y distensión de la muscu- - el subtonal «Brummton» provoca una flota- latura laringofaríngea es controlada mediante ligeros golpes en el esternón al mismo tiempo en que se emite el sonido (mao), luego (maham); - la emisión de vocales en sentido descendente de la gama couler le son (deslizar el sonido) de un tercio a un quinto de (a-e) (a-i) (a-o) (a-u) y con ejercicios de masticación (Froeschels, 1952), en (ya-ya) (yeye) (yoyo) (niénie, niania) (iam, iam, iam) (iu-iu), lo cual flexibilizará la región lesionada de la glotis. ción de las cuerdas vocales mediante la emisión de un (a-a-a-) profundo en una tonalidad de registro de pecho. Los aritenoides son alterados por tirones aislados. La lengua inmóvil sobre la base de la boca se vuelve solidaria de la mandíbula. Mediante este ejercicio, la acción de los tensores (músculos cricotiroideos) disminuye progresivamente con el fin de permitir una aducción mayor (los tensores tienen, de hecho, un mayor tono muscular que el grupo de los aductores: músculo cricoaritenoide lateral y músculo interaritenoide). Cuando la acción glótica aumenta, se forma un sonido intenso y grave. Se puede aún mejorar mediante la emisión de (hak-hok-huk-hik) (tac-toe-tec-tic), y luego (kup-kep-kop-kip) y (plak-halok-huk), etc. Si predominan las lesiones articulatorias (cricoaritenoideas o cricotiroideas) con cuerdas vocales parcialmente móviles: - se determinará la posición adecuada de la cabe- za con el fin de suprimir la desnivelación de una de las cuerdas vocales y de estirar la cuerda vocal dañada, lo que permitirá a esta última ser alcanzada por la vibración de la cuerda vocal sana. Generalmente se inclinará la cabeza del paciente del lado lesionado, si la lesión es cricoaritenoidea, puesto que la cuerda vocal está normalmente situada más arriba cuando hay un desplazamiento posterior-lateral de la apófisis vocal. Para obtener un mejor rendimiento durante el período de ataque glótico, se introducirán los siguientes ejercicios: - masaje de cuerdas vocales según el «Stossubung» de Froeschels, que consiste en transformar una detención del aire subglótico en una vibración intensa, una especie de bloqueo forzado y bruscamente liberado. Los bordes internos de las cuerdas vocales entran mutuamente en contacto. Los músculos aductores pueden entonces superar la fuerza, normalmente mayor, de los tensores. La cuerda vocal sana supera progresivamente la línea media ya que este ejercicio disminuye la acción del tensor (músculo cricotiroideo); Si predomina una paresia o una parálisis recurrente se introduce: - ejercicios pasivos: l presión digital sobre el ala tiroidea que corresponde a la cuerda vocal sana a fin de permitirle superar la línea mediana y de replegar la abertura glótica. En efecto, la placa laríngea cartilaginosa afectada por la presión lateral sufre un movimiento de rotación alrededor de un eje sagital (articulación cricotiroidea). La cuerda vocal correspondiente descenderá en relación a la del lado opuesto y se acercará; - ejercicios activos: inclinación de la cabeza, con el mentón hacia el hombro del lado de la cuerda vocal paralizada, lo cual suprime el desnivel, mientras que su inclinación del lado de la cuerda sana provoca el estiramiento de la cuerda paralizada; todos los ejercicios activos persiguen la máxima utilización de la motricidad muscular del lado sano (músculo interaritenoide y porción laríngea del músculo estilofaríngeo) y de la musculatura laríngea extrínseca. Mediante este accionamiento funcional de grupos musculares suplentes no inervados por el nervio recurrente, se restablece progresivamente la función fonatoria. 149 Documento descargado de http://www.elsevier.es el 25/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. ORIGINALES Para aumentar el tono glótico: - introducción progresiva en fonación de las vo- cales (i) y (e); reír o toser en (hehe); emitir la (i) intentando tragar; - entrelazar los dedos y levantar los brazos a la altura de las clavículas, tirar muy fuerte y emitir la (i), luego (po-i), luego (pa-i) y (paa-i), luego (pe-i), etc. el control cortical volviendo al paciente consciente de un automatismo de deglución hasta entonces reflejo e inadvertido. Las diferentes fases de deglución serán descompuestas, rehechas, sentidas una a una para permitir la reestructuración de un mecanismo progresivamente adecuado y funcional. 5. CONCLUSIÓN Para mejorar la calidad vocal: Se introducirá algunos ejercicios que afecten a los resonadores: - abrir y cerrar rápidamente la boca, avanzar la mandíbula, soltarla, realizar con ella pequeiios movimientos laterales y luego cerrar la boca; - emitir, con una oclusión labial normal, y más tarde exagerada, pequeñas explosiones (pe), luego (pu), luego (pu-pu); - practicar masajes sobre el velo palatino, desde adelante hacia atrás, ensayar repetidas veces movimientos de deglución con la cabeza inclinada hacia atrás, ejercicios de inspiración, gargarismos; - favorecer la flexibilidad de la lengua (lu-lu); - y de la franja oral-buco-facial (bla-bla-bla) (bru-bre) (blu-mm), etc. Si predominan los trastornos de la deglución: Se intentará reforzar los distintos grupos musculares que intervienen en la deglución (mioterapia), como, por ejemplo: - la musculatura del control de la cabeza, - la musculatura labial, - la musculatura de la masticación, - la musculatura lingual, - la musculatura faríngea y de la base de la lengua, - la musculatura velar, - el mecanismo suspensor laríngeo (los músculos que hacen subir y bajar la laringe). Además, se prestará mucha atención a los artificios dietéticos (consistencia de los alimentos, sabor, temperatura, color) y se intentará finalmente de mejorar 150 Prevención, medidas para remediar las complicaciones, elección del material, instrucción, formación y entrenamiento, orientación y consentimiento del paciente, éstos son los fundamentos de cualquier intubación correctamente practicada. El riesgo de lesión laríngea es ciertamente a menudo inherente a este procedimiento. A veces el anestesista tiene buenas razones para elegir una sonda con el diámetro interno más grande ya que entonces las resistencias de ventilación serán más débiles. También será más fácil aspirar a través de la sonda. Las elecciones y decisiones están, por lo tanto, en manos del anestesista, el cual no puede desconocer las complicaciones laríngeas que pueden acompañar a una intubación y que son más graves que el dolor de garganta, el es-_ pasmo laríngeo y el estridor. Si hay un trastorno foniátrico, bajo la forma de disfagia, disfonía o afonía que persiste después de tres días, debería alertarse al equipo otorrinolaringológico y foniátrico para adoptar las medidas necesarias. RESUMEN Dado que la intubación endotraqueal de urgencia y la intubación prolongada son practicadas con creciente frecuencia, en particular como alternativa a la traqueotomía, se vuelven cada vez más graves y frecuentes las secuelas derivadas de la intubación. En este artículo haremos una reseña de los factores que favorecen las lesiones laríngeas de la intubación, de las diferentes formas que éstas adoptan y de su etiología, tal como son observadas por el anestesista y por el otorrinolaringólogo-foniatra, y de su prevención y tratamiento. Documento descargado de http://www.elsevier.es el 25/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. BIBLIOGRAFÍA ANDREWS M. 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