MSJ PINTURA La juventud y vejez, óleo sobre tela, 79 x 60 cms. Premonición, óleo sobre tela, 60 x 50 cms. Carlos Faz, el mítico aventurero Jazmín Lolas E. Un libro y una exposición retrospectiva conmemoran los sesenta años de la prematura muerte del singular pintor chileno, que dejó como legado más de cien pinturas, dibujos y grabados. “P Organillero, xilografía, 15,3 x 10 cms. 44 492 erdimos mucho en ese accidente tonto”, escribe Jorge Edwards en el prólogo del primer libro publicado hasta ahora sobre la vida y obra de Carlos Faz. Edwards se refiere con esa línea de aflicción al episodio trágico y absurdo en el cual murió el pintor chileno, cuando apenas tenía 22 años y mucho que hacer aún por sí mismo y por el arte. El artista había nacido en 1931 en Valparaíso, en un parto que dejó a su padre viudo y que para él, además de la orfandad, tuvo como consecuencia el hecho de ser criado por una tía. Aunque su infancia transcurrió tranquilamente, según relatan las autoras del volumen (una autoedición recién publicada), Catalina Labarca y Carolina Roa, las cosas cambiaron una vez que se convirtió en adolescente: entonces se volvió tan disconforme y rebelde como puede ser alguien en ese período, desmotivado, por un entorno familiar en el que no se sentía a gusto. Faz nunca dejó completamente atrás el desasosiego y la insatisfacción, que marcaron su existencia para bien y para mal. “Era dueño de una personalidad muy intensa”, comenta Carolina Roa, quien ilustra ese rasgo del carácter del autor con la decisión que tomó en 1952, antes de partir a estudiar en la Universidad de Columbia, Nueva York: quemó todas las obras que estaban en su poder y si alguna sobrevivió fue porque se salvó del fuego o porque había sido vendida o regalada. “Imagino que consideró que ese viaje marcaba el fin de una etapa y que por eso hizo algo tan radical”, dice la coautora de la publicación, titulada con el nombre de su protagonista. Quién sabe si el pintor se habrá arrepentido de hacer humo su trabajo, pero al parecer era muy vulnerable a sus impulsos. Poco tiempo después, cuando ya había dejado Nueva York y se encontraba viviendo en México, un acto también OCTUBRE 2013 El cellista, óleo sobre tela, 60 x 50 cms. alocado lo llevó a morir prematuramente. Faz iría esta vez a Europa, para seguir estudiando en Barcelona, pero el barco que tomó hizo una escala en New Orleans. El joven pintor quiso conocer la ciudad, se cree, y, para esquivar el control aduanero —su visa para ingresar a Estados Unidos ya había expirado—, saltó desde el barco al muelle. Murió ahogado. Descontando los cuadros que condenó al fuego, su producción superó las cien obras en el corto tiempo que le dedicó al arte. Fue el oficio que lo entusiasmó desde adolescente, aunque se formó más bien de manera autodidacta y sin rendirle obediencia a la academia. Antes de dejar Chile, estudió Arquitectura pero no terminó la carrera. También quedó a medias su programa de perfeccionamiento en la Universidad de Columbia. Faz prefería asistir a talleres, observar y producir. “Su trabajo es impresionante, aun cuando se haya mantenido al margen de la educación formal. Fue un artista independiente e inquieto, que pasó de una escuela a otra sin sentirse comprometido con ninguna. Una vez que había explotado al máximo un estilo o tendencia, lo dejaba sin complejos para probar otra cosa. Era muy buscador, riguroso y productivo: podía hacer diez piezas en un día”, cuenta Carolina Roa. El libro incluye un texto de Enrique Lihn publicado en 1955 en la Revista de Arte de la Universidad de Chile. El poeta hace un exhaustivo análisis de la creación de quien fue su amigo y dice, a pesar del OCTUBRE 2013 lazo afectivo, que la disciplina académica “le hubiese sido de gran beneficio”. “Carlos Faz no escapa a la influencia de poderosas individualidades creadoras ni a la que ejercen sobre él, a modo de sugestión, sus contactos románticos con remotas edades artísticas y, desde luego, tampoco a la que le impone el espíritu del tiempo”, afirma, por otro lado, el poeta. El patrimonio de Carlos Faz comprende sobre cien dibujos, pinturas y graba- El patrimonio de Carlos Faz comprende sobre cien dibujos, pinturas y grabados en los que se encuentran influencias que incluyen el renacimiento, el surrealismo y la obra de los muralistas mexicanos. dos en los que se encuentran influencias que incluyen el Renacimiento, el surrealismo y la obra de los muralistas mexicanos, según explica la historiadora del arte María de los Ángeles Nachar. “Fue un artista abierto a la experimentación que cultivó imaginarios propios en diversos soportes. Su trabajo refleja intereses personales y colectivos y, por cierto, tiene que ver con las realidades que vivió, entre ellas la orfandad. Yo diría que hizo un tránsito a través de puentes históricos y culturales y que ese trayecto se tradujo en una obra tremendamente consolidada, cargada de condición humana, de placer y también de evidencias trágicas”, dice. “UNO DE LOS MISTERIOS DEL ARTE CHILENO” Jorge Edwards, quien también fue amigo del autor, escribe en el prólogo de Carlos Faz que “los resultados de sus escasos años de pintor son asombrosos. Tienen una ingenuidad juvenil que alcanza niveles superiores de sabiduría, un tono popular y a la vez refinado, una percepción clásica y moderna, que conoce la teoría y va más allá de ella. Uno de los misterios del arte chileno es el desarrollo que habría podido tener Carlos Faz. Si hubiera sobrevivido, si hubiera conocido la gran pintura del mundo…”. Según las autoras del volumen, la incógnita acerca del motivo por el que el artista saltó al muelle en New Orleans —algunos sostienen que se suicidó, aunque sus planes futuros contradicen esa tesis— dio origen a un mito en torno al personaje, cuya producción ha sido rara vez difundida debido a que su patrimonio se encuentra disperso en colecciones particulares, si bien algunas piezas están en poder de instituciones. Carlos Faz, publicación que conmemora los sesenta años del fallecimiento del pintor, reproduce más de noventa dibujos, grabados y óleos de Faz, quien desde fines de octubre será recordado también con una retrospectiva que presentará el Museo de Bellas Artes. MSJ 493 45