Es un universo de miedo, dolor y culpa resumido en dos palabras: violencia doméstica. Cada cuatro mujeres en el mundo sufren algún tipo de violencia doméstica. En el 90% de los casos, el agresor es un hombre. El 75% de los actos de violencia doméstica en el mundo, se dirige contra la mujer. De acuerdo con los especialistas, la violencia doméstica se define como el abuso físico o emocional por parte de quien proporciona cuidados, llámese padre, esposo o pareja sexual. El miedo y la culpabilidad en muchos casos evita que las mujeres denuncien a su agresor. El hombre de su vida, el mismo que ellas creyeron que las protegería y cuidaría. A pesar de que no todos los maltratos se denuncian, el abuso físico es la mayor causa de lesiones y muerte entre las mujeres. La situación en América es preocupante. En esta región del mundo, una de cada cuatro mujeres es maltratada físicamente en su hogar, pero sólo entre el 5 y el 15% denuncian lo que les ocurre. Sólo un ejemplo: en Caracas cada 12 días un hombre asesina a su pareja. El 90 % de homicidios de mujeres ocurren en relaciones de pareja. En Estados Unidos, casi 4 mil mujeres mueren cada año víctimas de la violencia doméstica. La mujer tiene otra cara, una que marca, que amputa el centro del universo femenino. Es la ablación o mutilación del clítoris y los labios vaginales en adolescencia. En la mayoría de los casos, la mutilación se realiza sin anestesia, con tijeras o sencillamente con un trozo de vidrio o una navaja de afeitar. Por lo menos 130 millones de mujeres de todo el mundo han sido son sometidas a mutilación genital. Esto ocurre especialmente en los países musulmanes de África, Medio Oriente y el sur de Asia. En esas naciones están permitidos los llamados delitos de honor. Bajo estas leyes una mujer puede morir a manos de su padre, esposo o hermanos. Terminología El término «violencia de género», muy frecuentemente utilizado. Es una expresión menos concreta y que en cierto modo, suaviza la verdadera naturaleza de la violencia contra la mujeres menos concreta porque puede referirse sólo a la violencia practicada desde ambos sexos; que, en cierto modo, no es un factor simétrico, presentándose con más frecuencia la violencia del hombre contra la mujer: el sentimiento de superioridad y dominación de éste sobre ella y, más extensamente, el machismo; incluyendo a otros términos (violencia sexista y violencia de pareja). No fue hasta 1960, cuando se reconoció que la violencia y el maltrato en el ámbito familiar eran un problema social. Anteriormente, la violencia contra la mujer se consideraba como algo anormal y se les atribuía a personas con trastornos psicopatológicos o problemas mentales. La existencia de este tipo de violencia indica un retraso cultural en cuanto a la presencia de los valores como la consideración, tolerancia, empatía y el respeto por las demás personas, independientemente de su sexo. El maltrato doméstico incluye a las agresiones físicas, psicológicas o sexuales llevadas a cabo en el hogar por parte de un familiar que hacen vulnerable la libertad de otra persona y que causan daño físico o psicológico. Los términos «violencia familiar» o «violencia intrafamiliar», en sí comprenden la violencia entre todos los miembros de la familia. Con una importante presencia en Sudamérica, se vienen utilizando desde 1988 y 1993 para referirse a la violencia ejercida contra la mujer en el ámbito de la familia, y más concretamente de la pareja, debido a que frecuentemente la violencia ejercida en este ámbito va dirigida contra la mujer. En todo caso, existen controversias sobre la terminología a usar en los marcos legislativo y penal. Desde 1983 también se utiliza «violencia doméstica» ya que resulta común que la violencia contra la mujer aparezca en el ámbito doméstico. Estudios realizados encontraron que en hogares donde existe maltrato o violencia psicológica o cualquier otro tipo de violencia, los hijos son 15 veces más propensos a manifestar algún tipo de maltrato en su etapa adulta. La violencia psicológica es la forma de agresión en la que la mayoría de los países las afectadas van a quejarse y casi nunca toman acción en cuanto a dicho tipo de violencia, ya que en este caso se unen la falta de opciones legales de denuncia y protección frente a esta forma de violencia. Las señales de violencia son más fáciles de ocultar si es emocional, pues las mujeres no aceptan el maltrato de forma “pasiva”; según los estudios realizados que la mayoría de las mujeres maltratadas no lo aceptaron y que se resistieron a él. Estas acciones de defensa hicieron que la violencia psicológica se viera como una agresión mutua y algunas instituciones la catalogaron como un conflicto de pareja. Sin embargo, de los estudios realizados en Honduras solo dos de las mujeres entrevistadas aceptaron que eran agredidas emocionalmente, antes de ser maltratadas físicamente. Gracias a diferentes campañas públicas y con el conocimiento de programas estatales las mujeres tuvieron más claridad acerca de la agresión psicológica que experimentaron. Las mujeres que no reconocen como agresión la violencia psicológica no significan que no vean esta forma de violencia como algo que las dañe o las deshaga o como algo indeseable. De hecho si lo ven y son estos episodios de maltrato emocional lo que más las mueve a hablar de sus malestares con personas de confianza así como familiares, amigos o personas de las iglesias y es aquí donde tratan de librarse de esas formas de agresión. Violencia Habitualmente este tipo de violencia no se produce de forma aislada, sino que sigue un patrón constante en el tiempo. Los principales sujetos pasivos son las mujeres, niños y personas dependientes. Lo que todas las formas de violencia familiar tienen en común es que constituyen un abuso de poder y de confianza. Dada la complejidad y variedad del fenómeno, es muy difícil conocer sus dimensiones globales. Cabe añadir que la Dogmática considera de forma unánime que el término violencia se refiere tanto a violencia física como psicológica, considerándose igualmente tanto las lesiones físicas como las psicológicas. Violencia psicológica La violencia psicológica, conocida también como violencia emocional, es una forma de maltrato, por lo que se encuentra en una de las categorías dentro de la violencia doméstica. La intensión que trae consigo la violencia psicológica es la de humillar, hacer sentir mal e insegura a una persona, deteriorando su propio valor. Difiere del maltrato físico ya que éste es sutil y es mucho más difícil de percibirlo o detectarlo. Se manifiesta a través de palabras hirientes, descalificaciones, humillaciones, gritos e insultos. Éste trastorno puede tener bases en la infancia de las personas cuando se llevan a cabo la falta de atención por parte de los padres o familiares, y la violencia intrafamiliar. Violencia familiar La violencia familiar incluye toda violencia ejercida por uno o varios miembros de la familia contra otro u otros miembros de la familia. La violencia contra la infancia, la violencia contra la mujer y la violencia contra las personas dependientes y los ancianos son las violencias más frecuentes en el ámbito de la familia. No siempre se ejerce por el más fuerte física o económicamente dentro de la familia, siendo en ocasiones razones psicológicas las que impiden a la víctima defenderse. El síndrome de la abuela esclava es otra forma de maltrato frecuente en el siglo XXI, descrito sobre todo en países hispanoamericanos, que afecta a mujeres adultas con gran carga familiar, voluntariamente aceptada durante muchos años, pero que al avanzar la edad se torna excesiva. Si la mujer no expresa claramente su agotamiento (o lo oculta), y sus hijos no lo aprecian y le ponen remedio, la sobrecarga inadecuada provoca o agrava diversas enfermedades comunes: hipertensión arterial, diabetes, cefaleas, depresión, ansiedad y artritis. Estas manifestaciones no curan adecuadamente si no se reduce apropiadamente la sobrecarga excesiva. Ocasionalmente puede provocar suicidios, activos o pasivos. Conclusiones En este trabajo se da cuenta que que no todas las familias son tolerantes, como se menciono anteriormente causa muchos problemas psicologicos. Se tiene que luchar ante este gran problema es por ello que acontinuacion se daran unos puntos para que se aminorice esta situacion. Una gran y efectiva solución seria que cambiemos de mentalidad en la forma en como criamos a nuestros hijos, que los hagamos creer en la igualdad de géneros, que respeten el resto de las personas como se respetan ellos mismos, que sean más tolerantes con el mar de individuos que los rodean y sobre todas las cosas, que nosotros seamos quienes les pongamos el ejemplo… La auténtica educación tiene como fin el desarrollointegral de la persona; por eso debe proporcionar, además de conocimientos, valores, creencias y actitudes frente a distintas situaciones. La comunicación es prevención porque nos posibilita encontrar un espacio, ser protagonistas, el aprender a respetar al otro; posibilita la capacidad de aceptar el error como incentivo para la búsqueda de otras alternativas válidas y ayuda a superar las dificultades que se presenten.