CURSO SOBRE MODELO DE REVALUACIÓN DE BIENES DE USO Caso: Maquinaria S.A. Maquinaria S.A. tiene una máquina muy especializada en su planta industrial. Su costo fue de $10.000.000 y esta máquina tiene una vida útil de 20 años, al cabo de los cuales, su valor residual es nulo. Por lo tanto, la depreciación de cada año es de $500.000. Al cierre del quinto año, la propiedad tiene un importe en libros de $7.500.000, y su valor razonable asciende a $6.000.000. A esa fecha, cierre del quinto año, el Directorio de Maquinaria S.A. resolvió adoptar el modelo de revaluación para la clase de bienes de uso máquinas. El ajuste de valuación (disminución de valor) para esta máquina, con cargo a resultados es de $1.500.000. Durante los ejercicios sexto al noveno de la vida útil de la máquina, el Directorio determinó que no existía una diferencia significativa entre su importe contable y su valor razonable y por lo tanto que no se requerían ajustes de valuación. Al finalizar el ejercicio décimo de la vida útil de la máquina, se había reconocido por los ejercicios sexto hasta el décimo inclusive una depreciación total de $2.000.000, a razón de $400.000 por año. La depreciación desde el sexto año fue de $400.000, que se determinaron en función del importe contable al término del quinto año, de $6.000.000, dividido los 15 años de vida útil remanente hasta agotar su vida útil con un valor residual final de cero. Durante el décimo ejercicio, sin embargo, el valor de la máquina se incrementó fuertemente, llegando a un valor razonable al cierre de dicho ejercicio de $7.000.000, cuando su importe en libros ascendía a $4.000.000. La RT 31 (sección 5.11.1.1.2.6) en su segundo párrafo dice: “En posteriores revaluaciones, el incremento también se reconocerá mediante una acreditación a la cuenta de Saldo por revaluación antes mencionada. No obstante, el incremento se reconocerá en el resultado del ejercicio en la medida en que constituya una reversión de una disminución por un ajuste por baja de valor del mismo bien, que haya sido reconocido en resultados.” El señor Ernesto Sanmartino, uno de los directores de Maquinaria S.A. le manifiesta a usted que el jefe de contaduría de la empresa, por aplicación del modelo de revaluación contabilizó un incremento en la medición de la máquina por $3.000.000 para que llegara a su valor razonable de $7.000.000. En cuanto a la contrapartida, imputó $1.000.000 como crédito a resultados del ejercicio y $2.000.000 a Saldo por revaluación. El señor Sanmartino entiende que la revaluación de la máquina no está bien contabilizada. Comparte que se debe incrementar su medición al cierre del décimo ejercicio a $7.000.000 pero su criterio es que debió imputarse a resultados del ejercicio un crédito de $1.500.000 (igual al importe debitado a resultados al cierre del quinto año) y otro tanto al Saldo por revaluación. El señor Sanmartino le pide su opinión respecto al asiento realizado por el jefe de contaduría, dejando de lado los efectos a reconocer contablemente desde el punto de vista impositivo. SOLUCIÓN: Los párrafos siguientes no toman en cuenta los efectos contables de las diferencias entre la medición contable y la base fiscal de las distintas partidas en juego (reconocimiento de impuesto diferido). La RT 21 (sección 5.11.1.1.2.6) en su tercer párrafo dice: “Cuando la revaluación de un activo origine la recuperación de pérdidas por desvalorización o baja de valor reconocidas para ese mismo activo en el resultado de un período anterior, el importe a acreditar en el estado de resultados del ejercicio de la revaluación no podrá superar al de la pérdida original reducida por la depreciación adicional que se hubiera reconocido de no haberse registrado la desvalorización o baja de valor.” El asiento que practicó el jefe de contaduría, por lo tanto, es válido. Corresponde que el crédito a resultados del ejercicio, contrapartida del mayor valor de la máquina sea de $1.000.000 por cuanto desde el cierre del quinto ejercicio cuando se debitaron a resultados $1.500.000, una parte de ese débito fue recuperado como consecuencia de haber contabilizado un cargo por depreciación menor del que se hubiera computado si no se hubiera adoptado el método de revaluación. De no haberse adoptado el modelo de revaluación, la máquina hubiera continuado depreciándose en los ejercicios sexto a décimo a razón de $500.000 por año ($100.000 por encima del monto por el cual se contabilizó depreciación en esos ejercicios). De manera que en cinco años, del 1 débito hecho al cierre del quinto año se recuperó un monto de $500.000 y solamente queda por acreditar a resultados al cierre del décimo ejercicio un monto de $1.000.000, correspondiendo por lo tanto que el remanente del incremento sea imputado al Saldo por revaluación. Si al cierre del décimo ejercicio se analiza el Saldo por revaluación, de $2.000.000, dicho monto corresponde al exceso del importe contable a esa fecha sobre el importe que se hubiera presentado en la contabilidad si no se hubiera adoptado el modelo de revaluación (que hubiera sido de $5.000.000). 2