Células Madre Reparan el Daño en la Médula Espinal en Ratas de

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Science News
Enero 1, 2000
Células Madre Reparan el Daño en la Médula Espinal en
Ratas de Investigación. (Artículo Breve)
Autor/es: N. Seppa Entre los desafíos de la medicina, la
lesión en la médula espinal se clasifica alto. Las células
nerviosas en la médula espinal no se regeneran de manera
natural y los intentos para revivir o reparar la médula
espinal dañada se han encontrado con la frustración. Para
evitar este problema, recientemente los investigadores han
intentado experimentos en animales reemplazando las
células nerviosas dañadas en animales con trasplantes de
células fetales. Esta técnica ha demostrado prometer, pero
sólo cuando los experimentadores realizan el trasplante a
los pocos días de una lesión.
Los investigadores de la Escuela de Medicina de la
Universidad de Washington en St. Louis ahora reportan que
han restaurado el movimiento de las piernas en ratas
lesionadas por medio del trasplante de células en el sitio de
la lesión 9 días después de que las ratas recibieran un
aplastante golpe en la columna. Los científicos utilizaron
células madre embrionarias modificadas de ratones para
asegurar que podrían convertirse en células nerviosas
básicas y células asociadas.
Cuando la columna está severamente dañada, algunas
células nerviosas se mueren de inmediato. Continúa una
segunda ola de muerte programada de células llamada
apoptosis. La mayoría de esta matanza ocurre en 24 horas,
apagando las señales nerviosas que viajan en la columna,
dice el coautor del estudio John W. McDonald, un médico
y neurocientífico de la Universidad de Washington. El
centro de la columna dañada se llena con fluido, formando
un quiste. Después, se acumula tejido cicatrizal, evitando la
recuperación. Las neuronas en el sitio de la lesión dejan de
funcionar, al igual que sus extensiones alargadas, llamadas
axones. Aún si una neurona permanece intacta, con
frecuencia muere rápidamente si el trauma ha destruido la
cubierta protectora, una proteína grasa llamada mielina, de
su axón.
La lesión no penetrante que los investigadores utilizaron en
el experimento con ratas “simula la mayoría de los traumas
observados en personas que con lesiones en la médula
espinal,” dice McDonald. Él y sus colegas estudiaron a 62
ratas cuyas columnas estaban dañadas y que no soportaban
peso sobre sus patas traseras. Nueve días después de la
lesión, 28 de las ratas recibieron cada una inyecciones de
aproximadamente 1 millón de células madre embrionarias
pre-tratadas con ácido retinoico para inducir su
transformación a células del sistema nervioso. El coautor
David I. Gottlieb, un neurólogo también en la Universidad
de Washington, ideó el pre-tratamiento.
Las ratas a las que se les administraron inyecciones de
células madre recuperaron la habilidad de pararse en sus 4
patas y caminar, aunque no perfectamente, en 2 semanas,
dice McDonald. En 34 ratas que no recibieron trasplantes
de células, las patas traseras continuaron paralizadas,
reportaron los investigadores en NATURE MEDICINE de
Diciembre de 1999. Todas las ratas recibieron fármacos
utilizados generalmente para evitar rechazo a los
trasplantes. La revisión de las ratas después de 2 y 5
semanas mostró que la mayoría de las células madre
trasplantadas habían muerto, pero que habían sobrevivido
las suficientes para que los animales tuvieran un suministro
creciente de células del sistema nervioso, dice McDonald.
En las ratas tratadas, los investigadores observaron algunas
neuronas nuevas con axones que se extendían hasta 1
centímetro más allá del sitio de inyección.
Los investigadores también encontraron otros dos tipos de
células del sistema nervioso – –oligodendrocitos y
astrocitos– – proliferando en el sitio de inyección de las
ratas tratadas. Los oligodendrocitos forman las cubiertas de
mielina que protegen a los axones, muy parecido a como
las coberturas plásticas aíslan a los cables eléctricos, y
aceleran las señales que viajan a lo largo de los axones. Los
astrocitos son células en forma de estrella que proporcionan
en andamiaje sobre el que las neuronas pueden crecer.
No está claro cómo es que el trasplante restauró el
movimiento de las piernas. En las ratas, alrededor del 60
por ciento de las células hijas de las células madre
inyectadas eran oligodendrocitos, el 20 por ciento fueron
astrocitos, 10 por ciento fueron neuronas, y el 10 por ciento
fueron otros diferentes tipos de células, dice McDonald.
“Eso suena como una buena mezcla, porque usted
necesitará oligodendrocitos... para remielinizar el
tejido,” dice Wolfgang J. Streit, un neurocientífico de la
Universidad de Florida del Florida Brain Institute en
Gainesville.
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