UNIVERSIDAD AUTÓNOMA METROPOLITANA IZTAPALAPA LICENCIATURA EN LETRAS HISPANICAS HUMOR E IRONÍA EN DOS CUENTOS DE ENRIQUE SERNA ASESOR: PROF. EVODIO ESCALANTE NOHEMI LUNA GARCÍA INTRODUCCIÓN El objetivo de este trabajo de investigación, es abordar los conceptos de ironía y humor. Los primeros capítulos están dedicados a su estudio con el fin de comprender su significado con mayor claridad además de delimitarlos, ya que cada uno cuenta con una extensa historia, por lo tanto, explicaremos un bosquejo cronológico. Es conveniente estudiar por separado ambos términos, pues en ocasiones pueden confundirse o se les da un uso incorrecto, una vez explicados y comprendidos, analizaremos la construcción humorística e irónica en algunos cuentos del narrador mexicano Enrique Serna. En sus cuentos, este escritor mexicano muestra un claro reflejo de nuestra sociedad, con sus virtudes y sus defectos; con toques irónicos y humorísticos, lo que permite una narrativa ágil, sorprendente y sobretodo llena de actualidad. Misma que propicia el tomar una postura ideológica y una reflexión de los hechos presentados sin embargo, existe la posibilidad de compartir su perspectiva de la realidad del ironista-humorista o no, el autor no pretende establecer una verdad o imponerla más bien expone otra concepción que puede resultar válida pero también errónea. Los autores por lo general nos dejan imaginar sus puntos de vista, y uno como lector puede juzgarlos, contradecirlos o estar de acuerdo con ellos. Los escritores irónicos y humorísticos nos permiten conocer con mayor ahínco y profundidad sus ideas, ya que su materia prima —en la mayoría de los casos— es la vida misma, por lo tanto estaremos atentos de los hechos que a nuestro autor le parecen incongruentes. En el capítulo III analizaremos dos cuentos: “Hombre con minotauro en el pecho” y “El desvalido Roger”, éstos pertenecen al libro Amores de segunda mano publicados bajo el sello de Cal y arena en 1994. Al ser estudiados desde la perspectiva irónica y humorística nos proporcionarán; por un lado muchas verdades, conocimientos, reflexiones; por el otro una crítica, una burla (constructiva), un reflejo de nuestra sociedad. Quizá al leerlos y analizarlos descubramos una nueva visión de los hechos pero seguramente encontraremos una realidad no tan lejana a la nuestra y tal vez nos identifiquemos con algunos personajes o situaciones, lo cual provocará un malestar en el lector sin embargo éste debe tener la capacidad para asumirlos y lograr un análisis interno que le permita crecer individualmente; cabe aclarar que Enrique Serna no pretende imponerle una verdad y mucho menos su perspectiva, depende de lo que quiere lograr cada receptor. El escritor ironista no pretende mentir, burlarse o engañar sino ser descifrado, éste con su visión irónica dota al texto de riqueza semántica, y lo convierte en un escrito mucho más interesante. La ironía al ser descodificada ofrece nuevos razonamientos, cuestionamientos, verdades y planteamientos de uno mismo; como ya hemos mencionado, en algunas ocasiones la ironía puede burlarse de nuestras costumbres, ideologías, modos de vivir, lenguaje, gobierno, etc., lo cual resulta incómodo para el lector, éste tal vez llegue a leer una crítica severa donde se puede ver reflejado o se sienta agredido. También la ironía socrática solía criticar y ridiculizar con rigor varios elementos de la vida, por lo que en ocasiones llegaba a molestar y a ofender. Tiene su origen en el método mayeútica el cual consiste en fingir una pretendida ignorancia para que posteriormente sus interlocutores se animaran al diálogo, este filósofo formulaba preguntas, cuya respuesta conocía de antemano, para que éstos tuvieran la posibilidad de discutir sus propios razonamientos, dejando a un lado los prejuicios que les impendían pensar con claridad al creer que ya sabían. Esto solía suceder en plazas públicas, en algunas ocasiones un encuentro con Sócrates podía significar quedar en ridículo; en el capítulo I veremos a la ironía socrática con más detenimiento. El trabajo de un ironista es sumamente interesante, puesto que nos ofrece otra visión de los hechos, no de una manera tajante o directa sino más bien entre líneas, para ello se requiere un lector que sea capaz de descodificar o descubrir las eironeias las cuales ofrecen un trasfondo. Así que trataremos de realizar un análisis cuidadoso de los cuentos para no pasar por desapercibida una ironía o aún peor encontrarla donde no la hay. El lector debe encontrar el doble significado, sin embargo, no basta para que la ironía este completa, es necesario que también se entienda su intención y significado para que posteriormente se realice una reflexión. Con la ayuda de la ironía, el escritor juega con las palabras, con el texto y con el lector; éste último deberá interpretar o traducir las ironías que le presenta el autor. Cabe mencionar que el lector debe tener muchísima precaución pues podría ver ironías donde no las hay, y él resultaría ser el ironizado. Por tal razón en este trabajo de investigación veremos un apartado dedicado a la ”Búsqueda y reconstrucción de ironías” basado en el crítico Wayne Booth, en su libro Retórica de la ironía existen varias pistas y recomendaciones para interpretar o encontrar ironías y no caer en errores fatales, además de ser una de sus mayores preocupaciones. El lector-receptor-oyente es de suma importancia, la ironía le exige ser un lector activo, no podría lograrse un estudio exitoso en un texto irónico si el lector asume un rol pasivo. También sería necesario mencionar que la ironía es un tanto compleja, ya que tal vez un hecho resulte irónico para una persona y para otra no; depende del pensamiento, de la ideología, de la visión que cada individuo tenga acerca de un acontecimiento. En este análisis trataremos de encontrar eironeias y traducirlas para posteriormente saber la verdadera intención del autor sin embargo, también intentaremos identificar qué tipo de ironía se está utilizando pues como veremos en el capítulo I existen diferentes clasificaciones acerca del término además ha ido creciendo con la historia por lo tanto se le ha dado diferentes connotaciones. Analizaremos suspicazmente los cuentos para poder saber con qué clase de ironía juega Enrique Serna en dichos textos. El humor por su parte es un elemento con el que se convive a diario pues vivimos en una sociedad que ofrece demasiados hechos desoladores los cuales necesitan ser vividos con humor para aminorar la carga funesta. El capítulo II está dedicado a su estudio en donde observaremos que es un término muy antiguo como la ironía, además de diferenciarlo pues esta palabra tiene diversos significados. En este trabajo analizaremos la parte humorística del cuento, entendida ésta como la actitud lúdica, como juego de inteligencia, como herramienta liberadora no como un término médico. Cuando analicemos los cuentos de Enrique Serna podremos saber qué tipo de humorismo está presente en los textos y cómo es utilizado, es decir existen diferentes formas de entender y abordar dicho tema sin embargo en este trabajo pretendemos estudiar las teorías más importantes que nos ayuden a comprender la cuentística de este escritor. Comprobaremos su magnífico domino de esta herramienta la cual —junto con la ironía— enriquece indiscutiblemente su narrativa, pues no sólo estos dos cuentos están impregnados de humor e ironía; su novela El miedo a los animales es un excelente ejemplo para demostrar que este narrador utiliza de una manera excelsa estos conceptos. Un escritor humorista pone en juego varios elementos cognoscitivos para crear un verdadero y auténtico humor: el ingenio, la perspicacia, la agudeza y la imaginación; éste es un juego de inteligencia por lo tanto requiere de una gran capacidad sino se estaría haciendo un humor burdo o prefabricado; cuando analicemos los cuentos trataremos de identificar estos elementos para tener la certeza que estos dos cuentos están impregnados de humorismo. Además de apreciar la mezcla de estos términos ya que resulta interesante observar la práctica; por decirlo así de estos conceptos. Quizá al final podremos decir que en estos textos existe la presencia del humor-alegría-ingenio. El análisis pretende como ya mencionamos encontrar la presencia del humor pero no solamente eso sino saber qué tipo de humorismo está presente, como está utilizado, es decir en qué clase de situaciones fue necesario emplear esta herramienta. En el capítulo dedicado a este término encontraremos las diversas funciones que puede fungir el humorismo, y cómo puede ser utilizado en diferentes situaciones, quizá un personaje lo utiliza para aminorar las desgracias de su vida, pero tal vez otro para burlarse, o para lograr un cierto distanciamiento de los hechos además habrá que analizar con cuidado para saber si también está la presencia del humor negro. Cuando existe el humor inevitablemente aparece un sentimiento: la risa; al realizar la lectura de los cuentos seguramente estará presente, por consiguiente en el capítulo I hay un apartado dedicado a ésta. Es conveniente saber a grosso modo algunos síntomas por los que se provoca o qué tipos de risas existen. Algunas veces nos reímos de situaciones que en realidad no debieran por lo grave de éstas, por eso resulta necesario saber porque surge la risa. En la historia de la literatura apreciamos que los receptores juegan un papel de suma importancia pues depende de cada quien, es decir cada uno puede entender, analizar, leer, cuestionar, reflexionar, etc. un texto de diferente manera. La narrativa por lo general, está impregnada de juicios, ideologías, posturas, etc., y lo que hace el humorista y el ironista es enfatizar estos elementos. Esperamos que estos dos cuentos nos permitan —con la ayuda del humor— bromear y jugar con las situaciones; y con la ironía poner de manifiesto frases en donde existe una contraposición entre lo dicho literalmente y lo que verdaderamente se quiere decir. Ambos términos de alguna manera tratan de decir un “no” pero a la vez es un “sí”, por decirlo así. Las sociedades siempre han ofrecido diversas situaciones irónicas y humorísticas, se han vivido y se siguen viviendo incongruencias, se ha perdido el sentido de lo real, se convive con acciones irracionales propias de un ser racional, observamos contradicciones entre las palabras y los hechos, entre los pensamientos y las acciones, entre las intenciones y la realización, etc., todo lo anterior por sí solo es humorístico e irónico. Enrique Serna en sus cuentos hace un recorrido por estas incoherencias de la vida, además crítica ciertos valores, algunos aspectos de los bajos fondos, la corrupción y degradación de los individuos; exhibe una sensibilidad donde prevalece la incertidumbre y la ambigüedad del deseo. Este cuentista nos presenta todas estas emociones y sentimientos de la vida cotidiana con dos recursos: la ironía y el humor, los cuales fortalecen y enriquecen sus textos. Esperamos que al final del análisis la ironía como el humor nos permitan despertar, o mejor dicho volvernos atentos de nuestra realidad; la literatura es una manifestación que permite plasmar diversas realidades: la ficción y la propia, algunas veces se mezclan y crean cuentos donde ubicamos geográficamente los lugares; lo que nos permite compenetrarnos y ver de algún modo nuestra realidad, nuestra situación. Ambos cuentos retratan a la sociedad, ésta junto con la literatura son los temas predilectos del humor y la ironía; en diversas ocasiones estos elementos tratan de enfatizar los hechos para recalcar la crítica, de alguna manera juegan el papel de espejo, es decir donde el lector puede contemplar su conciencia, o mejor dicho su vida en general. Cabe aclarar que no resulta fácil jugar o criticar con lo que uno convive pues finalmente descubriremos la verdadera naturaleza y nuestra abundante parte irracional. En síntesis, en las letras siempre han existido tres elementos básicos para la conformación de un escrito: autor-texto-lector; a lo largo de esta introducción hemos visto la importancia del autor irónico y humorístico además del lector activo, pues como ya se señaló anteriormente, la ironía sin la participación de éste sería casi imposible. Así pues, esperamos realizar un buen análisis en los cuentos, teniendo presente nuestra labor como lector y sobretodo el suficiente cuidado, ya que toda interpretación es responsabilidad del lector aunque ésta nunca puede ser única y absoluta; como pasa con todas las demás interpretaciones que se intentan hacer sobre los textos literarios. El humor y la ironía son dos elementos que han ido creciendo y adquiriendo fuerza en la narrativa mexicana, permiten que el texto tenga una nueva perspectiva y construcción además ofrecen la posibilidad de diferentes lecturas, le exigen al lector que sea mucho más participativo y comprometido. Al terminar el análisis de “Hombre con minotauro en el pecho” y “El desvalido Roger” esperamos descubrir una nueva posibilidad de estudiarlo, lo que finalmente nos permita corroborar que el humor y la ironía son dos herramientas bastante útiles en la vida cotidiana pero también en el mundo de las letras. Un texto por lo general quiere trasmitirnos algunas verdades que nos permiten reflexionar y crecer como individuos, como sociedad, como país, como mundo. Después de analizar detenidamente las situaciones que nos presentan los cuentos esperamos también lograr una reflexión acerca de los problemas contemporáneos, que ambos términos nos permitan lograr una conciencia crítica y poder comprender el complicado proceso llamado vida. CAPÍTULO I 1.1 Orígenes de la ironía Oscureciendo lo que es claro, mostrando el caos donde había orden, liberando por medio de la destrucción del dogma o destruyendo al revelar el inevitable germen de negación que hay en toda afirmación. Wayne C. Booth Para este trabajo de investigación es necesario remitirnos al contexto de su aparición y explicar, brevemente, las diferentes connotaciones que a lo largo de la historia se le ha dado a dicho concepto, para que posteriormente podamos tener un mayor dominio y así, lograr un análisis exitoso en la narrativa del escritor Enrique Serna. En el apogeo del mundo griego, aparece una figura sumamente interesante e importante —Sócrates– que vivió del 470 al 400 a.C. Este filósofo nunca plasmó sus ideas en ningún libro, puesto que todas sus enseñanzas eran a través del diálogo, sin embargo, conocemos sus razonamientos y sus planteamientos por medio de algunos discípulos, los cuales escribieron a cerca de su maestro. Es el caso de su discípulo Platón, filósofo que escribió la Apología cuando aún era joven, así que tuvo la oportunidad de escribir razonamientos dichos por Sócrates. Su estrategia de conocimiento consistía en propiciar debates verbales, Sócrates asumía la postura de ingenuo, de “no saber” sobre algún tema; los demás debían exponer sus principios los cuales le daban pie a este filósofo para exponer la tesis contraria y así, encaminar a sus discípulos a descubrir el espíritu de su propia verdad. Sócrates, de alguna manera, obligaba a la gente a utilizar su sentido común. El método socrático que utilizó con sus discípulos era el siguiente: A base de preguntas que obligaban a sus discípulos a pensar por cuenta propia y encontrar la solución a los problemas, principalmente de índole moral, Sócrates sostenía con sus amigos y conocidos un diálogo lleno de ironía y de sana e inteligente intención pedagógica.1 A este método lo llamó mayeútica, la etapa preliminar de esta enseñanza es la refutación por parte de Sócrates, enseguida venía el arte del alumbramiento. Por eso mayeútica significa “parto espiritual”. Este filósofo se compara con su madre, pues ésta era comadrona y él decía que también hacía labor de comadrona, es decir, alumbraba las mentes de los hombres. Su labor consistía no tanto en enseñar, sino más bien, en lograr que sus discípulos reflexionaran y extrajeran por sí mismos sus propios razonamientos, conclusiones e ideas. Sócrates afirma que sus discípulos nada aprendieron de él, sino que son ellos quienes aprendieron por sí mismos, es decir, hallaron en su interior sus propias respuestas. El maestro finge una pretendida ignorancia, comenzaba afirmando “Sólo sé que no sé nada”. Sócrates estimulaba la búsqueda, pues en vez de ofrecer una cátedra, incitaba a una investigación interior, pretendía que aflorará el pensamiento de aquellos que dialogaban con él. Esta supuesta confesión de ignorancia animaba al interlocutor al diálogo, Sócrates formulaba preguntas cuya respuesta ya sabía, esto no era una manifestación de embaucador, sino que formaba parte del método mayéutico, así los interlocutores tenían la posibilidad de discutir sus propios planteamientos, dejando a un lado los prejuicios que les impedían pensar con claridad al creer que ya sabían. Sócrates suponía que 1 Raúl, Gutiérrez Sáenz, Historia de las doctrinas filosóficas, p. 39. solamente partiendo de la conciencia de la propia ignorancia era posible entrar en la senda del conocimiento. De esta manera, este filósofo podía señalar los puntos débiles de la manera de pensar de los atenienses. Esto solía suceder en plazas públicas, algunas veces un encuentro con Sócrates podía significar quedar en ridículo ante un gran público. Por lo tanto, no es de extrañar que Sócrates, a la larga pudiera resultar molesto e irritante, sobre todo para los que sostenían los poderes de la sociedad. "Atenas es como un caballo apático", decía Sócrates, "y yo soy un moscardón que intenta despertarlo y mantenerlo vivo". El termino ironía se asocia con esta actitud de Sócrates, ya que la primera aparición del termino la encontramos en La República, en donde Platón registra la palabra “disimulación”, haciendo referencia al método mayéutico de Sócrates: “Esta no es sino la habitual ironía de Sócrates, y yo ya predije a los presentes que no estarías dispuesto a responder, y que, si alguien te preguntaba algo, harías como que no sabes, o cualquier otra cosa, antes que responder”. 2 Se utilizó la palabra dissimulatio porque se consideraba una forma elegante de disimulación, la cual consiste en expresar una idea distinta de la que se esta pensando, aunque no precisamente la contraria. Empero, la ironía consiste en manifestar una idea contraria de la expresada; juegos verbales que permiten el enriquecimiento de nuevos conocimientos de manera no directa. Por todo lo anterior se habla de una ironía socrática, es decir, disimular un conocimiento real, mientras que los demás pretenden ingenuamente creer que saben algo. La filosofía entiende a la ironía socrática como aquella actitud que consiste en la devaluación que Sócrates hace de sí mismo con los adversarios con quienes mantiene una discusión, por ejemplo: cuando Sócrates habla acerca de la 2 Platón, República, p.74. justicia “Yo considero que la investigación está fuera de nuestras posibilidades y que vosotros que sois hábiles en vez de enojaros deberíais tener piedad de nosotros”.3 Incola Abbagnano nos dice al respecto “el que dice la verdad está en el justo medio, el que exagera la verdad es el jactancioso y el que, en cambio, intenta disimularla es el irónico”.4 Por su parte Cicerón afirma “Sócrates en la disputa a menudo se rebaja a sí mismo y eleva a los que quería refutar y así hablando en forma diferente a la pensada, adopta voluntariamente la simulación que los griegos denominaban ironía”.5 Pere Ballart ubica el antecedente más remoto de la historia de la ironía, en la arena misma de un teatro griego, en donde aparecen dos personajes con sus máscaras correspondientes, se da comienzo a la acción e intercambian algunas palabras, los asistentes desean divertirse, pues van a presenciar una comedia. Es la pareja arquetípica de la antigua comedia griega: por un lado, el personaje fanfarrón que alardea de su valentía y de sus conocimientos; por otro lado el ladino interlocutor que no perdonará la oportunidad de ridiculizar al falso. Este crítico nos da su opinión acerca de este enfrentamiento entre un “falso sabio” y un “falso tonto”: Es en este choque tan primario entre presunción y astucia, entre ingenuidad y disimulo, donde cabe ver el origen de toda ironía. Los griegos tenían para designar a esos dos personajes [...] los nombres de alazon ( v) y eiron ( v), los cuales dieron rápidamente, por derivación natural, los términos alazoneia y eironeia. Así, el primero pasó a significar toda aquella actitud vanidosa, y en el fondo estúpida, de quien finge unas aptitudes que está muy lejos de poseer, mientras el segundo [...] indicó a partir de aquel momento el talante de alguien que, en apariencia desvalido, esconde su juego 3 4 5 Ibid., p. 59. Nicola Abbagnano, Diccionario de filosofía, p.703. Pere Ballart, Eironeia, la figuración irónica en el discurso literario moderno, p. 35. y, por medio de sinuosas estratagemas, se sale con la suya.6 Como podemos ver, seguimos entre esta dualidad: Sócrates/sofistas y eiron/alazon, en ambos casos observamos por una parte, los personajes que disimulan sus conocimientos, una supuesta ignorancia, una modestia de sus virtudes, se jactan de “sabios” en el caso de Sócrates, una cordura ante su adversario, a veces adoptan una total postura de “tontos”. Por otra parte, los personajes que se alardean de sus virtudes, presumen sus razonamientos y planteamientos, al final del enfrentamiento, estos últimos personajes son los que terminan perdiendo, resultan ser los ironizados, pues son unos “falsos sabios”; y los “falsos tontos” resultan ser los irónicos, de alguna manera se burlan irónicamente del interlocutor que presumía saberlo todo: “quien finge saber, no sabe, y quien finge no saber, sabe. El público necesariamente tomará partido por este último personaje, puesto que no parece hablar en beneficio propio, ni se jacta de su superioridad sobre el oponente”.7 A lo largo de la historia, esta dualidad es la que ha dado pie al término, son los dos principales oponentes de la ironía: “una claramente retórica, de ataque al adversario y fácilmente inteligible, y otra muy distinta, de ribetes filosóficos, destacable por su relatividad y por lo deliberadamente impreciso de su interpretación”.8 En Occidente, tras la caída del Imperio romano, la ironía sufre un fuerte estancamiento, ya que consideraban al término como una manera de pensar oblicua y cuestionadora de todo dogma. En el nuevo régimen, por un lado la fuerza se imponía sobre la razón, las palabras ya no cobraban tanto valor como el poder; por otro lado, las instituciones eclesiásticas estuvieron a cargo del pensamiento y la cultura, obviamente no vieron con buenos ojos dicho término, y 6 7 8 Ibid., p. 40. Ibid. p. 41 Ibid. p. 48 mucho menos le dedicaron estudios. Los hombres ilustrados de esta época no profundizaron los estudios sobre la ironía, sus debates terminaban en restituir los discursos de los clásicos, simplemente comentaban los textos grecolatinos: ...la labor realizada durante este larguísimo período, que abarca nada menos que desde el medioevo hasta el final del denominado “Antiguo Régimen”, se mueve en los más estrechos patrones de la especulación y el escolasticismo. En el árido despoblado que es la bibliografía irónica correspondiente a esta época, no despierta sorpresa alguna que las raras menciones de la ironía vayan 9 acompañadas de juicios censuradores. En esta época encontramos al pensador Santo Tomás, quien habla de la ironía de una manera poco acertada, debido a que minimiza el término diciendo que “su práctica es perniciosa, pues encubre en el fondo una vanidad tan reprochable como quien peca de jactancia. A diferencia del acto de velar prudentemente la verdad”.10 Para continuar con la cronología irónica nos ubicamos en la atmósfera humanista-renacentista, en donde el concepto sufre una nueva revalorización de los antiguos. La idea específica de que la ironía como modalidad de discurso o como figura de pensamiento ha quedado desaparecida; lo único que permanece del significado es la intención de que se entienda lo contrario de lo que se dice. En esa época encontramos a un escritor —Julio César Escalígero— que define a la ironía de una manera muy avanzada para su tiempo: ...un término genérico que concierne al grupo de figuras en las que la palabra es contraria al sentido. Ello es deducible no por la expresión en sí misma, sino por la naturaleza del acto de enunciación. Difiere de la alegoría en que ésta señala lo que las cosas tienen en común y las pone juntas, mientras que la ironía pone juntas 9 Ibid. p. 60 José, Ferrater Mora, Diccionario de filosofía, p.993. 10 cosas que son contrarias, indicando la base de su separación.11 El siguiente periodo histórico, en donde la ironía tiene un nuevo auge es en el Romanticismo, se retoma el enfoque de los griegos clásicos, se vuelve a la raíz. La materia estética junto con el dominio de la obra artística será de suma importancia para este periodo, pues la ironía juega el papel central entre la relación del creador y su obra, aquí es donde la ironía alcanzó un nuevo esplendor. Los escritores románticos retomaron algunas ideas como “el de la disimulación momentánea de una opinión, la naturaleza de instrumento argumentativo para disolver tesis adversarias”.12 La historia de la filosofía reconoce dos vertientes fundamentales de la ironía: la socrática y la romántica. Esta última entendida como aquella que se apoya en la actividad creadora del “yo absoluto”, este “yo” recae en el poeta o en el filósofo, los cuales llegan a devaluar la importancia de la realidad a no tomarla en serio. La ironía es entendida e interpretada como la conciencia de la subjetividad absoluta, es decir, dicho término se comprende así mismo como una cosa suprema y, por lo tanto, no se rebaja ni siquiera con lo supremo. La ironía romántica nos deja ver “un contraste entre la conciencia exaltada que el yo tiene de sí y la modestia de sus manifestaciones externas”.13 En el Romanticismo la ironía complementa y aumenta su expansión, su definición y sus horizontes, los cuales fueron espectaculares “A partir del Romanticismo, el fenómeno recobra su vena genuina, paradójica y relativista, emergente desde el momento en que el artista se plantea las contradicciones 11 12 13 Pere, Op.cit., p. 61 Ibid., p. 66 Nicola, Op.cit., p. 704. inherentes a su actividad creadora”.14 En el romanticismo la ironía se concibió como la expresión de la conciencia de la subjetividad absoluta, ante la cual todas las cosas carecen de importancia. A partir del “Yo absoluto” de Fichte, la filosofía romántica considera toda realidad como subalterna, razón por la cual, exaltando la libertad interior al propio yo, desposee a la realidad de importancia y puede mantenerse distante de ella. Son varios los autores que contribuyeron al crecimiento del término en este periodo; el primer autor que se debe mencionar es sin duda Friedrich Schlegel “cabe atribuirle el haber sido el verdadero introductor del término “ironía” en el análisis literario moderno”.15 Para este crítico la verdadera esencia de la ironía reside en la filosofía pues ésta es conveniente y necesaria, debido a que introduce una especie de “belleza lógica” al conocimiento, al pensamiento. Sin embargo no descarta la idea de que exista otro tipo de ironías. Este concepto para Schlegel es principalmente un instrumento del género cómico. La ironía romántica ya no pretende el enfrentamiento entre una torpe vanidad y una sagacidad irónica, más bien aspira a contrarrestar varios momentos de nuestro propio pensamiento, es decir, el “yo trascendental” puede “burlarse de sí mismo en una autoparodia que no consienta la fatuidad ni la suficiencia y que socave las propias convicciones y producciones”.16 Según los románticos, la ironía debe mitigar el exceso de pasión y corregirlo en una visón distanciada de los personajes, de la acción, de la obra, del tema y del autor propio, por eso Jean Paul Richter nos dice que su mecánica no es otra “que la de unos baños calientes de sentimiento seguidos por frías duchas de ironía”.17 Este crítico también contribuyó 14 15 16 17 Pere Ballart, p.68 Ibid.,p.24 Ibid.,p. 71. Wayne C. Booth, La retórica de la ficción, p.312. definitivamente en la construcción del término ironía, la cual siempre la asoció con sarcasmo, sátira, un poco de humor y también algo de cómico. 1.2 Definición de ironía La ironía envuelve de música y de bruma los claros paisajes de la razón. Wladimir Jankelevitch. La ironía es como la clara conciencia de la eterna agilidad, de la plenitud infinita del caos. René Wellek. Con base en los antecedentes mencionados podemos observar que la ironía ha recorrido diferentes épocas, y ha sido interpretada conforme a cada momento histórico. En este apartado trataremos de definir a la ironía con un significado más específico, ya que para este trabajo de investigación resulta conveniente delimitar el término y retomaremos algunas anotaciones de sus orígenes porque es imposible hacer a un lado las raíces de la ironía. Existe una gama —bastante amplia— de estudios acerca de este concepto, sin embargo, nos ocuparemos con mayor ahínco de algunos críticos que nos ayudarán a entender la ironía con mayor claridad, y así lograr un mejor análisis en los cuentos. La ironía es un término que no se puede restringir pero también es necesario delimitarlo. La definición más sencilla y más común acerca de la ironía es manifestar una idea y querer decir lo contrario, por tal razón, leer ironía es —de algún modo–, “como traducir, como decodificar, como descifrar, y como mirar detrás de una máscara”.18 Esto nos recuerda a la pareja arquetípica del teatro griego, pues ahora, lo que hace un lector es detectar o desenmascarar un eiron. La ironía se comunica y se dirige a un ambiente social, ya que si no, todos sus esfuerzos carecen de sentido. La ironía literaria puede ser entendida como una manera de expresarse o hablar en la que encontramos una disyuntiva, entre lo dicho literalmente y lo que propiamente se quiere dar a entender, es decir, se dice lo contrario de lo que se piensa, también podemos afirmar que se dice lo contrario de lo que se quiere decir, sin embrago no habrá que confundirla con la mentira. La ironía piensa algo y dice lo contrario, es como un deshacer con la mano lo que se acaba de hacer con la otra. Cuando estamos frente a una frase irónica nos enfrentamos a un enunciado con dos significados, uno posiblemente literal y otro en acción permanente, esperando ser encontrado o descodificado. Estamos frente a un choque semántico o cognoscitivo, el cual nos ofrece dos sentidos, es decir la ironía nos presenta dos significados simultáneamente y, en la mayoría de los casos, éstos son opuestos. Sería pertinente hacer la diferencia entre ironía y mentira para no confundirlas o malinterpretarlas. La primera es una contraposición entre lo dicho literalmente y lo que verdaderamente se quiere decir; la segunda consiste en engañar al lector, pues el mentiroso esta consciente de que oculta algo, y el irónico no oculta nada: “La diferencia es clara: la mentira debe engañar al oyente/lector (en caso extremo también el mentiroso mismo); la ironía en cambio adquiere su cualidad específica del hecho de que la diferencia es transparente el iniciado”.19 18 19 Idem., Retórica de la ironía, p. 66. Allemann Beda, Literatura y reflexión II, p.13 Esta ironía literaria la podemos ubicar en un ejemplo clásico de la literatura universal, cuando Marco Antonio dice: “And Brutus is an honourable man” en el Julio César de Shakespeare. En este caso Marco Antonio consigue por medio de la frase irónica cambiar el talante de la audiencia insistiendo en decir, por supuesto en tono irónico que Brutus es un hombre respetable y honorable; en primera instancia cuando Marco Antonio pronuncia el enunciado esta invitando al pueblo ha estar en acuerdo o en desacuerdo. Los receptores pueden juzgar a éste y decir que él no cree lo que dice, y posiblemente se llegaría a la conclusión de que es un mentiroso y no un ironista. El público que asiste a la representación teatral sabe desde un inicio que está siendo irónico, esta contradiciendo sus propias opiniones y su enunciado contiene un objetivo oculto. Como observamos en este ejemplo se da un choque semántico, entre lo que esta diciendo y lo que él piensa realmente. Pues sabemos que Brutus no es un “hombre honorable”, más bien es un “hombre desvergonzado”, pues ha cometido muchas injusticias, robos y bajezas. Es un querer decirnos “bueno” cuando en realidad es “malo”, la frase irónica permite enfatizar y acentuar las faltas cometidas por Brutus, resulta mucho más fuerte afirmar cualidades negativas presentándolas inversamente. Este ejemplo ha servido para que la retórica tenga su propia perspectiva acerca de la ironía, no designa sino un tropo “decir lo contrario de lo que se quiere dar a entender”, por consiguiente, la ironía puede verse como antífrasis, e inclusive como “inversión semántica o marca de contraste”: “En el plano semántico, la ironía se define como señal de diferencia de significado, a saber, como antífrasis. Como tal, se realiza de forma paradójica, por una superposición estructural de contextos semánticos. Hay, pues, un significante y dos significados”.20 La ironía trabaja con juegos de palabras, con la parodia, con el equívoco, con la hipérbole, con la lítote, la sátira y por supuesto como ya hemos visto con la antífrasis, la cual es considerada como el “espectro irónico”. 20 Linda Hutcheon, Ironía, sátira, parodia en De la ironía a lo grotesco (en algunos textos literarios hispanoamericanos), p. 179. La escritura contemporánea recurre a la ironía como una estrategia narrativa que permite expresar las incongruencias y “las paradojas de la condición humana y los límites de nuestra percepción de la realidad, ello exige la presencia de un lector capaz de reconocer las distintas estrategias de autocuestionamiento que este mismo discurso pone en juego”.21 Enrique Serna es un escritor que sabe manejar con dominio la ironía, en su narrativa observamos una vocación hacia la prosa irónica y ácida, de ciertos valores y algunos aspectos de los bajos fondos y la corrupción de los individuos. Por ejemplo en el libro El orgásmografo encontramos una aguda observación de las cárceles imaginarias del hombre contemporáneo. Podemos observar con claridad esta labor de la ironía cuando Serna la utiliza en el cuento “La Palma de Oro”, en donde critica las instituciones televisivas que crean ambientes imaginarios para controlar a la sociedad, para que continúe adormilada con estas súper historias. Resulta que los productores se creen los grandes escritores y creadores de una nueva historia que tendrá éxito rotundo, en la siguiente cita podemos observar como este escritor mexicano juega e ironiza con los absurdos de la vida televisiva: Consuelo me contaba en líneas generales el argumento de la telenovela. Se llamaba El dolor de callar y era la historia de una sirvienta sordomuda, recién llegada a la capital, que entrega su virginidad al hijo del patrón confiada en una falsa promesa de matrimonio y cae en la cárcel por intrigas de una rival amorosa, acusada de un robo que no cometió. —Pero espérate todavía falta lo mejor. En prisión, la heroína da a luz a su hijo asistida por una de las reclusas. Al demostrar su inocencia queda en libertad y con el niño en brazos va a la Basílica de Guadalupe a darle gracias a la virgen. Cuando está rezando la virgencita le hace un milagro y recupera la voz. Entonces descubre que tiene facilidad para el canto, hace una prueba en una disquera y se convierte en la reina de la balada Tex Mex.22 La ironía pareciera ser una frase silenciosa que desbarata algunas trampas o realidades que se ponen en juego en el texto, y que la mayoría de las veces no 21 22 Lauro Zavala, Humor, ironía y lectura. Las fronteras de la escritura literaria, p. 34 Enrique Serna, El orgasmógrafo, p. 151. están lejos de la propia “realidad”. Por ello, en algunas ocasiones la ironía resulta un tanto incómoda, pues plasma situaciones de la vida cotidiana y las critica, las ironiza, lo cual resulta desagradable cuando el lector se ve reflejado en alguna situación parecida a la del personaje. Sin embargo, la ironía, junto con los ironistas son necesarios, pues bromean con los hechos paradójicos de la vida; no es necesario que nos digan todo, confían en un lector capaz de lograr una buena percepción y de que sabrá complementar las señales dadas: “la ironía se vuelve necesaria porque ya las almas están llenas de meandros, reticencias y enigmas”. Lo anterior lo podemos observar claramente en el cuento “El desvalido Roger” que aparece en el libro Amores de segunda mano, en primer lugar el escritor Serna comienza la narración con una cita del diccionario: “Misericordia: puñal con que solían ir armados los caballeros en la Edad Media para dar el golpe de gracia al enemigo”, el cuento podemos decir que es una alegoría de esta definición, la misericordia ese anhelo de fraternidad esta anegado en la misantropía; en las raíces de la compasión se hunden en el más profundo egoísmo. Este escritor —de manera irónica– describe a la señora como benefactora, caritativa, de buena fe y sobretodo con un gran objetivo (adoptar a un niño mexicano), además la califica como inteligente y con sentido común, sin embargo es todo lo contrario: Tenía la corazonada, tan absurda como intensa, de que lo encontraría en el mismo sitio donde lo retrató la NBC. Roger se había prendado de su conmovedora imagen, y temía que su naciente amor no resistiera la desilusión de hallarlo con otro paisaje. Maldita ocurrencia la de venir aquí para adoptar a un pigmeo que además de llorón era horrible23. La señora no tiene buenas intenciones, sólo quiere adoptar a Roger ya que por unos instantes la invadió un sentimiento de maternidad que confundió con egoísmo, no quería ayudar a los niños mexicanos huérfanos por el temblor, sino 23 Idem., Amores de segunda mano, p. 29, 31,35. más bien quería adoptar a ese niño con la misma escenografía que lo acompañaba cuando lo vio en la televisión, ya que todo el cuadro es lo que le producía un sentimiento de ternura y maternidad, quizá si encontraba al niño en otro escenario ya no le resultaría tan agradable o reconfortable adoptarlo, pues le haría falta una parte de aquella imagen que la atropó y la “conmovió”. Para lograr una ironía deben existir tres componentes básicos, el irónico (autor-narrador); el texto (personajes ironizados) y el lector descubridor de eironeias. Ante estos tres términos, el crítico Lauro Zavala hace una clasificación en tres niveles para el estudio de la ironía: 1) Casuístico o formal: En donde encontramos solamente los recursos lingüísticos y estilísticos de dicho término. Su objetivo es el estudio propiamente del texto y es descriptivo. 2) Propositivo o funcional: En este nivel observamos e identificamos la postura que tiene el autor implícito, acerca del mundo y su visión de la literatura, lo anterior se puede lograr, a través de analizar las ironías que éste emplea. 3) Dialógico: El lector debe identificar las señales irónicas, que le son proporcionadas, además de las rupturas que la ironía puede presentar. Por su parte el escritor Jankelevitch nos presenta otra división de la ironía: la pantomima irónica, que se lleva acabo por medio de gestos y ademanes; la ironía plástica, la cual se dedica al dibujo de caricaturas; y por último, la ironía del lenguaje, escrito o hablado, donde se expresa un pensamiento e interviene un interlocutor. La ironía es vista como una forma de pensamiento, como una posible variación de la actitud subjetiva y como una conciencia, ya que juzga y advierte el distanciamiento entre un hecho que pueda realizarse y la realidad de quien pretenda llevarla acabo. Es decir, la ironía sugiere una contradicción, aunque no toda discordancia es irónica, debe existir algo más, quizá un fuerte contraste entre una pretensión y una realidad, por ejemplo: un pueblo pretende encontrar la clave de la felicidad humana, y en su afán producen un instrumento de destrucción que cimienta la zozobra en la humanidad. Lo anterior nos resulta irónico, no por la simple contradicción “sino el contraste entre la pretensión de poseer un valor cualquiera (sabiduría, justicia, eficacia infalible de un medio para la felicidad humana) y la realidad de lo verdaderamente logrado”.24 Por eso se habla de una conciencia irónica, el crítico Jankelevitch nos dice que ésta conciencia juega con los sentimientos, sin embargo nunca concreta o insiste sobre algún hecho, prefiere andar de una anécdota a otra, es decir, la conciencia irónica no le gusta estar en un punto fijo, más bien prefiere probar todo pero sin posarse en ningún lado “En vez de embriagarse con un solo vino, en vez de vaciar su copa, la ironía prefiere fabricarse una embriaguez multicolor, con todos los alcoholes de la pasión; sólo bebe un trago de cada brebaje, y es la primera en divertirse con sus borracheras”.25 La conciencia irónica es la que advierte ese abismo entre la posibilidad de llevar acabo con plenitud un valor y las supuestas y pretendidas realizaciones que se van a llevar a cabo: “ve las contradicciones y las vanidades de la existencia, y al nombrarlas las destruye. Pero las destruye subrayándolas, insistiendo en ellas mediante el artificio de nombrarlas al revés.”.26 Sin embargo, no basta con aniquilar o encontrar contradicciones, es necesario que haya una voluntad de verdad. Por eso la ironía —en algunos casos– exige un compromiso, es decir, establece una comunicación con ciertos lectores que se encuentran en el mismo nivel, o mejor dicho, que también pretendan llegar al establecimiento de la verdad. 24 25 26 Jorge Portilla, La fenomenología del relajo, p. 65. Wladimir Jankelevitch, La ironía, p. 32. Jorge, Op.cit., p.68. Es un compromiso con la “verdad”, sin embargo el locutor no pretende liberar a sus receptores, y mucho menos imponerles sus verdades y sus saberes, pero sí permite crear una nueva perspectiva, una nueva visión y una nueva orientación, que claro está, depende del lector que recibe el mensaje, ya que cada quien puede entender el texto irónico de diferente forma. La ironía hace de alguna manera que nos volvamos atentos y observadores de la realidad. La ironía oculta y disimula, pero su finalidad es exhibir muchas verdades y realidades “La ironía no es ninguna isla de vana gratuidad, sino un progreso: una vez que ha pasado la ironía, hay más verdad y más luz”.27 El ironista, de alguna manera, finge alabar lo que en verdad rechaza y censura. La ironía juega con las palabras, para lograrlo lleva acabo un excelente manejo de las verdades o de los errores, el ironista trata de nunca perder el equilibrio. Es tan dueño de sí mismo y de lo que escribe que puede incluso jugar con el error “conoce tan bien la verdad que a fortiori puede decir falsedades”.28 Por lo anterior, se ha llegado a comparar al ironista con un acróbata, ya que mantiene el equilibrio de la credulidad. Ahora bien, la ironía no pretende ser creída, más bien ser comprendida o interpretada. No quiere expresar, más bien sugerir; quiere que no creamos en lo que dice literalmente sino más bien en el trasfondo, en lo que realmente piensa. El ironista da pistas para que el lector se pueda guiar hacia donde él quiere. Por medio de las frases irónicas nos insinúa por dónde esta el camino, sus pretensiones y su finalidad, sin embargo para que se complete este círculo, es necesario que el receptor sepa descifrar. Por lo anterior, surge una pregunta “¿hay algo más deplorable que una ironía que cae al vacío, porque no encuentra oídos lo bastante finos como para 27 28 Wladimir, Op.cit., p. 54. Loc.cit. captarla?”,29 la ironía se ha visto como una llamada, que todos los lectores deberían escuchar, pues la mayoría de las veces invita a realizar un esfuerzo intelectual que nos permitirá lograr la descodificación de los signos, por así decirlo. Debemos tener la capacidad de leer entre líneas, adivinar cuáles son las intenciones del ironista, ¡a juego ágil, oído fino! El lector debe ser muy astuto y suspicaz, requiere de una agilidad mental, ya que la ironía juega con varias herramientas y artimañas, que a veces no resultan tan fáciles de desenmascarar. Es importante señalar que la ironía subraya y ataca con tosquedad a la hipocresía, en algunos casos exagerando las situaciones y las voces; por más que se oculte o quiera pasar con disimulo la ironía esta atenta y por lo general termina desenmascarando a la hipocresía, el ironista la huele y la persigue “la ironía es la conciencia intranquila de la hipocresía”.30 Cabe aclarar que la ironía no es síntoma de cinismo o de hipocresía, más bien la ironía tiene un carácter crítico, difícilmente se deja engañar, anteriormente se había dicho, la ironía en algunos casos incomoda, pues los ironistas denuncian la corrupción, los negocios turbulentos y sucios de la sociedad, la doble moral del ser humano, el mundo literario, burócratas amurallados en su soledad, el sistema político-gubernamental, etc. Como ya hemos dicho el escritor Serna, al ser un ironista, de alguna manera denuncia y crítica las arbitrariedades –en este caso– de la sociedad mexicana. El escritor se muestra tajante y no se detiene, pues juega e ironiza con personajes públicos. A quienes no les ha de resultar nada grato ser descritos de esta manera como lo hace a lo largo del libro El miedo a los animales, en donde expone a políticos, judiciales, literatos, instituciones, etc. Después de varios asesinatos, en donde la mayor culpa es de la Procuraduría General de la República, declara en el noticiero ECO lo siguiente: 29 30 Ibid., p. 59. Ibid., p. 108. ...reitero que no daremos un paso atrás en materia de seguridad pública y pondremos en funcionamiento una Comisión Plural de Vigilancia y Fiscalía Interna. Lo he dicho y lo reitero enérgicamente: en México rige el Estado de derecho, llegaremos al fondo caiga quien caiga, los crímenes contra la inteligencia no quedarán impunes. Para finalizar este apartado, recordemos que la ironía socava por todos los ámbitos, nos presenta los hechos con una burla fina en donde vemos diferentes tipos de vida. La ironía cuenta con un inmenso material, la sociedad ofrece demasiados hechos con los cuales el ironista puede trabajar, siempre existirán las inagotables mentiras e hipocresías del ser humano frente a su sociedad: “la ironía no se deja engañar, y las buenas almas malhechoras no estarán tranquilas mientras haya ironistas para proclamar su falsa nobleza, sus postizos, sus mojigangas, su retórica de cartón. ¡Vaya si es indiscreta la ironía!”.31 Pero en este engañar, la ironía debe ser muy cautelosa, pues podría correr varios riesgos, al ironizar a los demás a veces acaba burlándose a sí misma; cuando se finge amor y a final de cuentas se llega a sentirlo, o cuando se parodia sin precaución podría acabar siendo víctima de su propia crítica, por ejemplo. Sin embargo la ironía y el ironista no buscan resolver las oposiciones y los dilemas de la vida, ni proponer un modelo de mundo, simplemente ironiza y juega con los hechos de la vida cotidiana: “es incapaz de enunciar “lo que debería ser”, porque difícilmente el ironista osaría proponer una alternativa al mundo enfermo”.32 31 32 Loc.cit. Pere Ballart, p. 132. 1.3 Búsqueda y reconstrucción de ironías Wayne C. Booth Todo buen lector debe, entre otras cosas, ser sensible a la hora de detectar y reconstruir significados irónicos. El único significado es que no existe ningún significado, y toda reconstrucción de una ironía es tan vulnerable y destructible como cualquier otra. Wayne C. Booth Ahora, es tiempo de explicar algunas pistas que permitan lograr exitosamente la búsqueda y la reconstrucción de ironías, es decir retomaremos algunos indicios que nos da Booth para la interpretación de eironeias. Analizaremos el punto de vista de este crítico, ya que su mayor preocupación es proporcionar las mejores pistas para que el lector no se pierda en el texto y cometa graves errores de decodificación. Lo anterior quizá se deba a que la ironía es un tanto compleja, pues tal vez un hecho resulte irónico para una persona y para otra no; depende de la visión, de la ideología, del pensamiento e interpretación que cada individuo le asigne a un hecho. En el libro Retórica de la ironía encontramos un buen ejemplo de este posible error, el autor nos cuenta una anécdota que tuvo con un alumno, el cual realizó un trabajo acerca de la caza de venados “en el cual hacía una descripción muy gráfica de la emoción que recorría sus venas mientras le atravesaba el cuello al animal y veía cómo se escapaba la vida de aquellos ojos grandes, hermosos, infantiles”. 33 Obviamente el crítico realizó una lectura irónica en el trabajo, sin embargo después de discutir con su alumno, se dio cuenta de que éste no había tenido ni la menor intención de hacer un texto irónico, él realmente disfrutaba la 33 Wayne C. Booth, Retórica de la ironía, p. 71. caza de venados sin ningún problema, por tal razón el autor del trabajo no introdujo en ningún momento frases irónicas. En un texto irónico puede haber pocos indicadores o resulta demasiado complicado identificar en el escrito la postura del escritor, y la decodificación por consiguiente es complicada, sin embargo es un reto para el lector. Por otro lado, existen los escritores irónicos que no dejan nada al esfuerzo mental, algunos de entrada anuncian que su texto contiene ironías, lo cual produce un poco de molestia, pues no deja que el lector intente traducir, además de que predispone y no permite la posibilidad de interpretar el texto de una manera diferente. Siguiendo con el postulado anterior, en 1899 Alcanter Brahm en su libro L’Ostensoir des Ironies, menciona que los escritores ironistas deberían utilizar un signo que identifique una frase irónica, es decir, cuando el escritor hiciera uso de este signo “le petit signe flagellateur” (¿), el lector sabría de ante mano que esta siendo irónico. Obviamente no tuvo mucho éxito la idea de utilizar una puntuación especial, la mayoría de la crítica coincidió en que limita e imposibilita la decisión del lector. Sin embargo, un autor irónico nos puede dar diferentes pistas en el texto, siempre y cuando no sean tan obvias y descaradas, aunque cabría señalar que nunca debemos confiar plenamente en las pistas proporcionadas. El escritor podría estar jugando, por consiguiente siempre debemos estar atentos. Empero, también resultaría absurdo omitir las pistas, ya que la mayoría de las veces sugieren o encaminan hacia una nueva dirección. Cuando nos enfrentamos a una ironía hablada puede haber varios signos o indicios que nos sugieren que estamos dialogando con un ironista, por ejemplo un guiño, codazos, muecas aunque estos no son propiamente signos irónicos pero podrían ayudar a reforzar la ironía hablada. En la ironía escrita también podrían darse esos guiños: a) En los títulos, el autor utiliza en algunas ocasiones epítetos para hacer referencia a una característica del personaje. b) En epígrafes, en el siglo XIX los escritores al comienzo de sus textos utilizaban citas de famosos ironistas para dar indicios al lector. c) En pistas directas, cuando el escritor nos da rasgos directamente y nos advierte que es un texto irónico. Las pistas directas no son muy confiables, algunas veces no ayudarán a resolver los problemas y debemos elegir cuánto confiaremos en ellas, además de que no permite al lector leer libremente el texto. Sabemos que las palabras irónicas poseen un doble significado, y siempre hay que entenderlas a la inversa del literal, por más pistas que nos proporcione el autor, el lector siempre debe avanzar con cuidado, pues cualquier palabra puede ser malinterpretada. Además de las pistas dadas con anterioridad también podemos encontrar otras que nos permiten tener una mayor seguridad de que estamos frente a un texto irónico: a) Que el texto alardee o proclame una verdad cuando es un error clamoroso, que no pueda ser sostenible, que atente contra la lógica o mienta sobre un hecho histórico conocido por la humanidad. b) Dentro del texto hay conflictos de hechos, es decir, al inicio se presenta algo como verdadero y después lo contradigan. c) Un fuerte contraste de estilo. d) Una disparidad entre las creencias del autor y las del lector. Una de las principales bases de la ironía es la reconstrucción, sin ella no podría lograrse ni cerrarse el círculo de la ironía. Esta actividad recae sobre el lector, su tarea es descifrar el significado oculto, por así decirlo. Como podemos ver, el papel que juega el lector-receptor-oyente es de suma importancia, la ironía le exige ser un lector activo, no podría lograrse un estudio exitoso en un texto irónico si el lector asume un rol pasivo. El ingles Wayne Booth sugiere cuatro postulados que el lector puede seguir: 1) el lector advierte la incongruencia del significado literal y lo rechaza; 2) se buscan interpretaciones alternativas, racionales y conciliadoras para explicar la anomalía (posibilidad de que se trate de un error, de una mala lectura); 3) el lector toma una decisión sobre las creencias del autor y las encara con el enunciado en cuestión, de manera que, finalmente, 4) el lector se instala en un significado en el que se siente seguro. 34 Las ironías pueden pasar desapercibidas por muchas razones, este crítico nos dice que puede llegar a suceder por ignorancia del lector, por sus propios prejuicios, su ideología y una falta de práctica. Éste debe tener la mente muy abierta y alerta para captar las invitaciones e insinuaciones que se le ofrecen en el texto. Y así, saborear y disfrutar las decodificaciones que el lector pueda lograr, se hace más interesante deletrear las verdades que nos comparte el escritor en secreto, por así decirlo, y nos deja la tarea de la reconstrucción: “Y la reconstrucción total no es fácil en absoluto, aunque el reconocimiento de que hay ironías, nuestro primer paso, sea sencillo”. 35 34 35 Pere, Op.cit., p. 179. Wayne C., Op.cit.,p.104. Dentro de las ironías existen tres aspectos importantes: a) su nivel de franqueza o ocultamiento dentro del texto b) su grado de estabilidad en la reconstrucción c) el alcance que puede llegar a tener la reconstrucción de las ironías. Por eso la crítica habla de ironías estables e inestables, ocultas o manifiestas, locales o infinitas; depende de la situación en que se nos ofrezcan. El lector también tiene la posibilidad de descubrir si el escritor comparte las ideas de su portador, llámese narrador o personaje; o al contrario, el autor no comparte la ignorancia de éstos. Cuando se nos presenta una idea o un hecho y después lo contradicen, podemos comenzar a sospechar, es decir, cuando se descubren dos afirmaciones contradictorias, en la mayoría de los casos se esta hablando con ironías, y habrá que saber cuál es la verdadera si nos conformamos y aceptamos la primera afirmación como certera o la segunda voz. Ahora bien, pueden existir varios contrastes y compromisos entre el lector y el autor: las creencias y la ideología del receptor frente a las que deducimos del escritor pueden resultar un conflicto; los dos deben compartir el mismo vocabulario y gramática; quizá la experiencia cultural sea causa de enfrentamiento; la concepción que cada uno tenga acerca del significado y el valor de una situación. En la literatura, en la filosofía, en la historia, en la sociología, etc., siempre han existido conflictos entre las ideas expuestas por el autor y las de algún lector, no sólo los textos irónicos causan una discrepancia entre las creencias expresadas en el texto, las creencias del escritor y las creencias del receptor: Como los ataques irónicos suelen ir dirigidos contra las posturas que mantienen de hecho algunos posibles lectores (de lo contrario, ¿por qué tomarse la molestia de atacar?), no tiene nada de extraño que aunque la ironía no pueda engañar a todos los lectores durante todo el tiempo, nadie esté libre de problemas con ella. 36 En algunas ocasiones sabemos con antelación la postura de algún escritor, esto de alguna manera ayuda a precisar y a saber cuál ideología es la que esta ironizando. Ahora bien, si el lector comparte las creencias del autor, los dos disfrutarán el texto en compañía de la risa irónica y resultará mucho más fácil descifrar las frases irónicas. Por otro lado, será difícil traducir si el lector se enfrenta a ironías que se mofan de sus propias creencias y características. Sin embargo puede suceder que el lector que comparte creencias con el escritor se confíe demasiado y cometa errores fatales. Existen varios escritos irónicos que tienen una estructura semejante; por un lado se nos presenta una voz que parece a primera vista convincente pero resulta que es falsa; en otras ocasiones se insertan contradicciones a dicha voz; o bien, al final se percibe una voz que contrapone todo o algunas partes de lo que ha expresado el aparente portavoz. Por lo general, el escritor nos pide que realicemos una comparación entre lo que dicen dos o más personajes sobre lo que hablan otros, o poner mucha atención en lo que dice un personaje al inicio y lo que diga más adelante, el lector puede llegar a descubrir alguna contradicción en algunos detenimiento. 36 Ibíd., p.115 personajes y éstos podrían ser analizados con más Es importante señalar que en las letras siempre han existido tres elementos básicos para la conformación de un escrito: autor-texto-lector; a lo largo de este apartado, hemos visto la importancia del autor, irónico en este caso, y del lector activo, pues como ya se ha señalado, la ironía sin la participación de éste sería casi imposible pero también no se puede hablar de una lectura única y correcta de la ironía: ...sin la existencia de alguien que perciba el carácter paradójico, incongruente o fragmentario de algún aspecto del mundo, la ironía no llega a existir. Además, sin un lector que entienda el texto irónico como tal, la ironía desaparece, y le sobrevive sólo un sentido literal. 37 Por lo general los autores nos invitan a construir una imagen de sus ideas, de sus puntos de vista, después los podemos juzgar y analizar si son convincentes, lógicos y desafiantes, si estamos de acuerdo y compartimos con ellos o no sus postulados. Esta invitación se convierte más fuerte en los escritores irónicos, pues nos comparten con mayor ahínco sus posturas, no de manera directa pero sí nos dejan ver entre líneas, lo cual provoca que se vuelva mucho más interesante el texto por consiguiente, la reacción del receptor debe contener la misma fuerza. Si el escritor logra que sus ironías sean reconstruidas y entendidas con triunfo, conseguirá que sus frases irónicas resulten mucho mejor entendidas que algunas afirmaciones literalmente escritas. Sabemos que la ironía, en ocasiones, resulta un tanto molesta por “mofarse” o “burlarse” de nuestras propias creencias y características. Pero a pesar de todo, al leer ironías que valgan la pena, estamos leyendo la vida misma, los personajes que parecen de ficción son gente que pertenecen a una realidad, estamos frente a nuestros valores y nos 37 Lauro Zavala, Humor ironía y lectura. Las fronteras de la escritura literaria, p. 36. podemos dar cuenta de que muchos hechos del mundo son paradójicos, ilógicos e irónicos: Pero también ha quedado claro por qué la ironía produce tantos problemas. Se trata de un ejercicio agresivamente intelectual que funde hechos y valores, que nos obligan a construir jerarquías alternativas y a elegir entre ellas; que nos lleva a mirar por encima del hombro las locuras o pecados de los otros hombres; que nos inunda de juicios de valor cargados de emotividad que aspiran a ser confirmados por la mente; que acusa a los demás no sólo de tener creencias erróneas sino de estar equivocados en sus mismos cimientos y de estar ciegos a lo que implican tales cimientos. 38 Esperemos que al final del análisis de los cuentos la ironía nos permita socavar, indagar y cuestionar nuestra realidad. La ironía, por lo general, apunta hacia la duda sobre lo real ya que una de las finalidades de la ironía junto con el irónico, es precisamente tomar los hechos de la vida cotidiana, para después plasmarlos y cuestionarnos de las paradojas del mundo: “la ironía es una lucha contra esa ceguera, una forma de visión, el develamiento de otras vertientes de lo real, acaso abismales, acaso contradictorias, pero siempre cercanas al estremecimiento de lo bello o de lo siniestro”. 39 Así pues, esperamos realizar un buen análisis en los cuentos, teniendo presente nuestra labor como lector y sobretodo el suficiente cuidado, pues toda búsqueda y reconstrucción es responsabilidad del lector, aunque ésta nunca puede ser única y absoluta; como pasa con toda las demás interpretaciones que se intentan hacer sobre los textos literarios. 38 39 Wayne C., Op.cit., p. 78. Víctor Bravo, Figuraciones del poder y la ironía, p. 90. 1. 4 La Risa El que ríe ahoga tanto su esperanza como su desesperación. Todo acaba en lo mismo, todo es igual. Alexander Blok. Considero importante analizar a grosso modo esta expresión, puesto que al hablar de humor e ironía forzosamente surge la risa. Cuando estudiemos los cuentos, nos percataremos de que algunos hechos nos producen risa, sin embargo no debieran del todo, pues en algunos acontecimientos nos reímos del dolor humano a pesar de que resulte la situación poco cómica. Recordemos que el humor es un elemento característico en la cultura mexicana; las situaciones serias, fatales, de tragedia, de sufrimiento o la misma muerte, el mexicano las mezcla con su finísimo e impresionante humor, lo cual nos lleva a una risa “sana y natural” de las desgracias del hombre. Cicerón nos dice que el origen de la risa es un defecto moral o físico. La ironía provoca un cierto tipo de risa, como veremos más adelante, sin embargo, Cicerón nos indica que el ironista nunca debe mofarse de una gran desgracia, salvo de los personajes que se muestren arrogantes o pedantes. También nos habla de la risa que es provocada por las deformaciones físicas, las cuales no producen bastante comicidad. La definición que nos da el diccionario acerca de la risa es “movimiento de la boca y del rostro que denota alegría”. Es una definición muy austera, pues la risa no sólo denota alegría también, locura, tristeza, burla, etc. La risa es una cualidad única del ser humano, algunas veces se ha dicho que el ser humano es un homorisible. Un crítico señala que posiblemente existen noventa postulados acerca de la risa, así que, habrá que ubicarla con respecto a la ironía y el humor. Además que la risa no se puede encasillar en un sólo significado, o mejor dicho, no tiene una significación unívoca; uno se puede reír de alegría o de tristeza; nos podemos reír de una situación cómica y trágica; la risa provocada por un chiste; la risa ingenua; la risa burlona y satírica; la risa malévola; la risita nerviosa; la risa patológica, la risa histérica; la risa fisiológica (las cosquillas), etc. La risa no la provoca exclusivamente una situación cómica, además, lo cómico no necesariamente debe producir risa “La risa no es, pues reacción automática ni efecto causal de lo cómico. No puede serlo porque la risa es una forma particular de conciencia”.40 Un hecho cómico puede desencadenar una risa; o bien, no cause ninguna reacción. Esto es porque existen diferentes grados de comicidad: “Hay “estratos” de comicidad que pueden comprenderse por el grado de cultura o de sutileza estimativa de las clases sociales, de los grupos profesionales o de las nacionalidades”.41 Por lo general en un hecho cómico encontramos tres tipos de risa: el que ríe porque ha propiciado la situación, el que ríe por que participa o es espectador y en algunos casos ríe la víctima. Obviamente los tipos de risas no van a ser iguales, no todos reímos de la misma manera. Además un acontecimiento que provoque risa, posiblemente para una persona resulte una risa incontenible porque él no es el afectado, él esta a salvo, por así decirlo, donde su estabilidad y su condición de ser humano no se han visto trastocadas por la situación. De alguna manera su risa, demuestra una garantía de que a él no le ha pasado nada. En cambio, la risa de la víctima nunca podrá compararse con la del ejecutor, pues la estabilidad de éste, se ha desquebrajado por unos instantes: 40 41 Jorge Portilla, Op.cit., p. 43. Loc.cit. La risa del que sufre el accidente nunca puede tener la transparencia y la espontaneidad de la del espectador. La víctima no podrá menos desentirse “tocada”. A sus ojos la degradación de su propio valor estará acompañada por el sentimiento de su vulnerabilidad; en este caso, el rasgo de liberación, que me parece esencial a la risa, no podrá tener lugar e impedirá su aparición. Si acaso, por un penoso esfuerzo, logra reír, su risa será simulada, querida, como una afirmación reflexiva de su libertad, y el goce corporal de tal liberta resultará difícil.42 También puede existir la privación de la risa por parte del espectador, pues tal vez, su escala de valores no le permite “burlarse” de la víctima “una persona consciente de la jerarquía axiológica o con una sensibilidad viva para la condición del hombre experimentará, más bien, un sentimiento de vergüenza y una acentuación de la conciencia de su propia vulnerabilidad”.43 Sin embargo, el ser humano difícilmente se encuentra serio ante los acontecimientos, siempre con la ayuda del humor, busca suavizar la situación y convertirla en cómica, lo cual desencadenara risas, a pesar de que no sea un hecho propiamente irrisorio. En ocasiones, la risa es producto de la incongruencia entre lo que se dice y la realidad, por ejemplo: decir que hace un tiempo magnífico, cuando esta lloviendo copiosamente, o decir que ha contraído matrimonio con la diosa Venus, cuando la mujer no es tan agraciada. O también el espanto o la tragedia puede provocarnos risa, en una película el personaje horrendo, sale de improvisto y el público se espanta y grita, pero después del susto se ríe. Todo este caudal de emociones el cerebro las ordena de una manera fisiológica en donde nosotros no ahondaremos. La risa también es vista como: Una reacción de defensa colectiva o individual frente a alguna amenaza, como lo hace Bergson, para quien la risa es una defensa del grupo social frente a la intromisión de lo mecánico en la corriente creadora de la vida. La risa sería entonces una especie de revulsivo 42 43 Ibid, p.48. Loc.cit. contra la estratificación y la automatización de la corriente vital; una manera de expulsar violentamente del ímpetu vital.44 Arthur Schopenhauer en su teoría de la risa nos dice que debe existir una incongruencia de dos cosas o actos, y entre más incompatibilidad y contraste, será mayor el efecto de la risa, por ejemplo: cuando uno esta hablando “seriamente”, y la demás gente se ríe, puede ser porque existe una incongruencia entre nuestras palabras y lo que realmente es. La incongruencia, cuando nos es ajena, provoca hilaridad, pero también cabe la posibilidad de que nosotros seamos los del error, por así decirlo, y también resultaría interesante que tuviéramos la capacidad de sorprendernos y tomar los hechos con humor y con risa; burlarse de uno mismo. Freud también le dedica estudios a la risa, la ve como una expresión de liberación de energía, que está acumulada y guardada en el inconsciente. Kant por su parte, nos dice que la risa proviene de alguna situación cómica, algo absurdo, en donde el entendimiento por sí solo no encuentra placer alguno: “la risa es una afección que resulta de una expectativa en tensión, que de repente se resuelve en nada. Justamente esta resolución, que por cierto no tiene nada que pueda regocijar al entendimiento, alegra por un instante con mucha vivacidad”.45 Otro crítico que ha revisado la risa es Alfred Stern, quien afirma “la risa es un juicio de valor, un juicio de valor negativo concerniente a una degradación de valores”.46 Baudelaire también realiza estudios acerca de la risa, este escritor ubica el nacimiento de la risa, el mismo día en que nació la ciencia del bien y del mal “en una nueva edad de oro, los rostros convulsionados para reír o para llorar en nuestra civilización histérica, recuperarían la serenidad”.47 44 45 46 47 Ibid, p.48-49. Nicola Abbagnano, Op.cit., p.178. Jorge Portilla, Op.cit., p. 45. Wladimir Jankelenvitch, Op.cit., p.136 Por lo anterior, este poeta francés nos dice que la risa tiene algo de pecado original; el paraíso (donde se encuentra todo lo bueno), no admite la risa, ni el llanto, pues ambas son hijas de la pena “signo de miseria moral y muestra de escasa entereza”.48 Como ya hemos visto, existen varios tipos de risa: del ejecutor, del espectador y de la víctima; Baudelaire nos dice al respecto, un hombre que resbala y cae al suelo, la mayoría de las veces desencadena risas, aún cuando la persona se haya hecho daño. La explicación que nos da este poeta es la siguiente, el espectador por un instante es albergado por un sentimiento de superioridad ante el contratiempo ajeno. La risa de la víctima funciona en otro nivel, podríamos decir que es una “risita nerviosa”, un síntoma de flaqueza ante la situación, él es el desvalido. Estas situaciones que conllevan a ciertas reacciones, donde uno es superior y el otro no, le parecen inapropiadas y negativas, por consiguiente nos dice ¿Hay fenómeno más deplorable —se pregunta— que la flaqueza divirtiéndose con la flaqueza?.49 Por eso, la risa para Baudelaire representa una doble moral, por lo tanto, la hace censurable. Otro crítico básico en cuestión a la risa es Bergson, el cual ve a la risa como un estatuto inconfundible y como un rasgo distintivo del ser humano, este filósofo francés, utiliza el mismo ejemplo que su compatriota Baudelaire, en donde un transeúnte resbala y cae al suelo, sin embrago la explicación es diferente a la proporcionada por el poeta. La caída resulta cómica porque revela una actitud maquinal del individuo, el cual debió haber esquivado el obstáculo o haber tratado de evitar terminar en el suelo, es decir, lo que causa risa es “cierta rigidez de cosa mecánica. Es, pues, un efecto de automatismo y de rigidez en los actos —no sólo físicos, sino también de orden moral— lo que mueve a risa, pero de ello debe ir 48 49 Pere Ballart, Op.cit., p. 110.. Ibid., p.112. ligado necesariamente a que el protagonista y víctima de la situación este en completo desconocimiento de su posición real”.50 El humor explota y recae en la risa, empero la ironía propiamente no hace reír, más bien bromea con los acontecimientos del mundo, pero de una manera más “burlona”, más satírica, más crítica, más fría que el humor. Esto no quiere decir que la ironía nunca provoque esta expresión; más bien es una “risa irónica”, es decir, la ironía: ...desencadena la risa para congelarla inmediatamente. Esto se debe a que entraña algo tortuoso, indirecto y helado, a través de lo cual se deja entrever la inquietante profundidad de la conciencia: por eso la alegría no tarda en transformarse en tensión y malestar. La risa es una explosión, es decir, una reacción irreflexiva, espontánea; la ironía, en cambio —risa de retardo y también risa incipiente, pronto sofocada—, es una reacción reflexiva, secundaria, motus secundus.51 El crítico Jankelevitch, divide a la ironía en dos: social y lírica y romántica; la primera, consiste en una cortesía burlona cuya sanción es la risa (vejación social), la cual era utilizada por los clásicos del siglo XVIII. La segunda, exalta la soledad del yo. También nos dice, que la ironía no busca la risa, pero tampoco quiere lograr el llanto, quizá se encuentra en un punto intermedio entre lo cómico y lo trágico, por eso algunas situaciones nos provocan risa, pero a la vez un sentimiento de tristeza, es el no saber si reír o llorar. Muchas situaciones pueden atacarse desde la risa o el llanto, depende de la persona y la posición que juega ante algún acontecimiento; las dos son expresiones de libertad, de euforia, de uno depende saber con cual se siente mejor o con cual se libera; es un estar entre triste-alegre, 50 51 Wladimir, Op.cit.,p. 122. Ibid., pp. 115-116. entre llanto-risa. Como hemos visto, la ironía provoca una risa fría, por eso, quizá jueguen estas dos emociones, porque la ironía hace sentir dulce pero a la vez agrio, o sentirse alegre pero triste al mismo tiempo: “La ironía está, pues, más allá del pesimismo y del optimismo, así como más allá del placer y del dolor”.52 Es importante hacer hincapié en la capacidad que tiene el ser humano para reír en ciertas dificultades de la vida es sorprendente, la risa es —como ya hemos visto— una liberación, una relajación o un desahogo; al igual que el llanto. Es natural que nos diviertan nuestros propios errores y nuestras equivocaciones: Nuestra propia risa amarga ante las verdades que descubrimos sobre nuestro destino frustrado expresa trágicamente que acabamos de convencernos de la disparidad entre nuestras esperanzas, una ciega confianza en los hombres y en la suerte, y la realidad que ante nosotros se desenmascara.53 Sin embargo, es difícil reírnos de nosotros mismos, si uno fuera el que cae al suelo, quizá nosotros no reiríamos de la situación, sería lograr un desdoblamiento, es decir, jugar un doble papel: de víctima y de espectador “quien se ríe de sí mismo merece el nombre de filósofo, pues puede distanciarse emotivamente del caso y complacerse en la contradicción de lo acaecido”. Quizá los cuentos de Enrique Serna nos produzcan risa porque, uno como lector goza de su propia superioridad, al estar leyendo las “desgracias” de los personajes, uno se encuentra del otro lado, y tal vez sea muy aventurado decir que este escritor crea situaciones cómicas también desde su perspectiva de superioridad de los hechos, por consiguiente, tanto el lector como el escritor comparten esa risa. Y entre más distancia haya entre el lector y los personajes, 52 53 Ibid., p.119. Pere Ballart, p.120 más aguda será la risa “por franca que se la suponga, la risa oculta una segunda intención de acuerdo, casi diría de complicidad, con otros sujetos, reales o imaginarios, que rían”.54 Bergson nos afirma que la risa “es un gesto social, que castiga lo que puede entenderse como una excentricidad: faltar al dinamismo y la elasticidad que el cuerpo social reclama de todos sus miembros”.55 1.5 Sarcasmo, parodia y sátira La parodia, la sátira y el sarcasmo, son elementos importantes, al igual que la risa; están muy ligados al concepto de ironía y se podrían confundir, por lo que es pertinente hacer un esbozo de estos tres términos. La parodia y la sátira son dos géneros literarios que se asocian a la ironía, y también entre ellos mismos; sus significados no están lo bastante delimitados y carecen de precisión alguna, por eso, algunos críticos emplean estos dos conceptos como sinónimos, “la sátira debe parodiar al hombre y que el reconocimiento de la ironía oculta y de la sátira contra el texto parodiando forma parte del efecto paródico de una obra”.56 Quizá resulte un tanto difícil separar los términos, ya que la parodia y la sátira, utilizan el tropo irónico como vehículo retórico, además, los dos términos son géneros literarios con una extensión determinada, y la ironía es un mecanismo retórico. A pesar de que la sátira y la parodia recurren a la ironía se podrían mencionar algunas diferencias: “1) en la posición y el grado de dificultad de la localización textual, y por consiguiente: 2) en el grado de visibilidad y 3) en la integridad del signo lingüístico”. 54 55 56 57 57 Henri Bergson, La risa. Ensayo de significación de lo cómico, p.10. Pere Ballart, p. 122. Linda Hutcheon, Op.cit., p. 173. Ibid., p.190. La parodia como género literario siempre imita a alguien, copia la manera de algo o de alguien, muchas veces es exagerada o desmesurada, según la crítica carece de segundas intenciones, es decir, es puramente negativa. Adopta de la víctima su manera de actuar, de vestir, de hablar, etc., para que el público se divierta a costa de ésta. La parodia la mayoría de las veces imita de un texto tres niveles: personajes (sus rasgos); temas (por lo general existe una inversión de valores); y estilo (algunos movimientos). El crítico Jankelevitch nos dice que es una ironía sin refinamiento, una burla cínica, sin embrago es irónica puesto que “para ridiculizar el error, corrobora sin reservas lo que éste afirma: no lo destruye atacándolo de frente, sino en forma indirecta”.58 Resulta difícil marcar un límite entre ironía y parodia, sin embargo existen algunas diferencias: La ironía, radica en una percepción de lectura mientras que la parodia viene ligada a la de horizonte intertextual y, por lo tanto, de conocimiento; sin ello no se podría decir jamás que se trata de parodia, el concepto no se podría encarnar. Precisamente, como la ironía depende de una interpretación su noción es itinerante, puesto que lo que para algunos es irónico otros ni siquiera lo registran.59 Cabe aclarar que la parodia no es un tropo, más bien una modalidad del canon de la intertextualidad, normalmente la definen como fenómeno intratextual, por consiguiente la parodia lleva acabo una superposición de textos “un texto paródico es la articulación de una síntesis, una incorporación de un texto parodiado (de segundo plano) en un texto parodiante, un engarce de lo viejo en lo nuevo”.60 Dentro de esta intertextualidad encontramos dos términos esenciales, el 58 Wladimir Jankelevitch,,p.88. Noé Jitrik, Rehabilitación de la parodia en La parodia en la literatura latinoamericana, p.17. 60 Linda Hutcheon,,p. 177. 59 primero es la imitación, fundamento de la parodia, no se puede pensar en parodia sin un texto que previamente exista. El segundo es la cita, con la cual a la vez se toma distancia y al mismo tiempo se incorpora, dicho de otra manera, se esta realizando una apropiación pero también un alejamiento. Etimológicamente la palabra parodia, se compone de dos raíces: odos o oidía y para, la primera hace referencia a “canto”, donde se puede ver que apunta más hacia lo estético que hacia la sociedad. La segunda tiene dos significados por un lado para simboliza “frente a” o “contra”, es decir “contra canto”, oposición o choque de dos textos, de dos cosas, de dos personas. Por otro lado, en griego para significa “al lado de”, ésta ya no sugiera un contraste, más bien un acuerdo “junto al canto”. La parodia podemos decir que es un texto híbrido, ya que cuenta con dos estilos, dos visiones, dos acentos, dos autores. El diccionario de retórica nos dice que la parodia es una “imitación burlesca de una obra, un estilo, un género, un tema, tratados antes con seriedad. Es de naturaleza intertextual”61. La intertextualidad es propia de toda escritura, pero no toda escritura es paródica, sin embargo en la parodia es un rasgo muy distintivo y esencial, puesto que al imitar algún aspecto del primer texto lo marcaría, dicho de otro modo, para que la parodia funcione no necesita la presencia de todos los textos —regla básica de la intertextualidad— sino de algunos o alguno específicamente. No existe una definición única de sátira, al inicio del apartado nos dirigimos a ella como género literario, sin embargo para el crítico Scholberg no lo es: “En primer lugar, la sátira no es un género literario. La sátira no se ha podido clasificar como género literario porque se sirve de todos ellos”.62 Puede aparecer en verso o 61 62 Helena Beristáin, Diccionario de retórica y poética, p.391. Kenneth Sholberg, Sátira e invectiva en la España Medieval, p. 9. en prosa, en novela o en teatro, en algunas ocasiones adopta hasta la forma y el lenguaje de la poesía. Para que una obra se considere satírica no importa el género, siempre y cuando este latente la actitud, el objetivo, el propósito y la visión satírica del autor. Sin embargo la sátira es una forma literaria muy antigua, en el siglo XVIII en América Hispánica se utilizaba con mucho ahínco, los poetas y los escritores satíricos escribían en contra del Santo Oficio, criticaban y se burlaban de la vida. Los ataques eran religiosos, morales y políticos, por lo tanto, eran perseguidos y quemados sus escritos, pues se decía que atentaban contra la religión y contra la lengua: “La literatura satírica revela además los bajos fondos del comercio espiritual entre España e Indias. Las poesías y los diálogos de protesta y herejía hacen viajes de mil leguas”.63 Por lo general tiene como objetivo ridiculizar y corregir algunos comportamientos y vicios del ser humano, estas conductas la mayoría de las veces se consideran como extratextuales, ya que por lo regular apuntan hacía lo moral, lo social y no a lo literario. La sátira siempre es un ataque, puede ser ligero o agresivo, el escritor satírico siempre se opone a alguien o a algo. La sátira también tiene la intención de corregir, su base esta en una crítica negativa, para que posteriormente resulte eficaz el ataque. Ahora bien, la sátira refleja problemas, preocupaciones, conceptos morales de una época, pero también se puede convertir en deshago personal del autor presentándonos sus juicios y sus odios. En la historia de la sátira parece haber dos tendencias, la primera corresponde a la horaciana, la cual se caracteriza por provocar una sonrisa ante las debilidades humanas, y así sanar a los receptores de esas fragilidades; la segunda 63 Pablo, González Casanova, La sátira popular de la ilustración en Historia Mexicana I, p. 81. se asocia con Juvenal, ésta tiende a apuntar hacia el desprecio y la denuncia de los vicios y la corrupción de los hombres, su objetivo es destruir. Algunos críticos han hecho algunas clasificaciones acerca de la sátira, explicaremos brevemente la clasificación que hacen los críticos Ruth C. Flowers y David Worcester, expuesta por el crítico Kenneth Scholberg: a) Invectiva: Se divide en dos, una dentro y otra fuera de la sátira, es la más sencilla arma de la sátira. Demuestra cierta objetividad, o mejor dicho, el sentido indirecto de la actitud del escritor. b) Sátira burlesca: Aquí se encasilla a la parodia, y ésta junto con lo épico burlesco se consideran “alta sátira burlesca”, en donde se imita las características de un autor o de una obra específica para ridiculizar. Y la caricatura y la farsa son características de la “baja sátira burlesca”. c) Grotesca: Por lo general es la descripción de objetos repugnantes, puede ser el cuerpo humano, o el lumpen de la sociedad. La literatura picaresca es en algunas ocasiones sátira grotesca. d) Ironía: Se nos menciona tres clases, la primera la ironía verbal, en la cual las palabras desmienten el propósito y el receptor lo convierte mentalmente al revés; la segunda la ironía socrática; y la tercera la ironía cósmica, en donde se pone en juicio la justicia de Dios y su gracia. El crítico Frye nos dice que la sátira selecciona hacia donde quiere apuntar, quiénes van a ser sus víctimas, sus “chivos expiatorios”, y después se ayuda de la imaginación. El satirista, algunas veces pareciera que guía sus razonamientos a la orden o al servicio de un credo, en cambio el ironista pronuncia juicios y verdades sin el apoyo o el respaldo de nada o de nadie. Este crítico nos da su opinión acerca de la sátira y la ironía: ...la sátira descansa sobre convenciones, sus señas de identidad, nos dice Frye, están muy cerca de las del humor, con el que a veces confunde su dominio. La ironía, en cambio, no tendría por qué escribir sobre una falsilla humorística. Liberada como está de la sumisión a toda ideología y de la necesidad de ajustar su visión del mundo con arreglo a un a priori.64 El sarcasmo es un término que no se confunde tanto con la ironía o con los otros dos aspectos literarios, por lo que es importante mencionar algunos rasgos. Es una burla, en la mayoría de los casos ofensiva, su intención va dirigida hacia a una persona determinada y su objetivo es agraviar, carcome a una persona: “El sarcasmo crea una relación estigmática, apunta como una espada al centro de una persona en una relación estrictamente interindividual, sin necesidad de testigos y, por decirlo así, a media voz.”65 El ambiente que propicia el sarcasmo es de tensión, paraliza, crea una expectación incómoda, llena de burlas y amenazas, que al final resultan ser insultos. El sarcasmo es una actitud individual, puesto que una frase sarcástica es completamente independiente, no es como la ironía, que a veces se quita la frase irónica del texto y no se comprende como tal, necesariamente debe estar acompañada del resto del texto, en cambio el sarcasmo es tan individual que una sola palabra puede resultar sarcástica. La ironía cuando llega a rebasar ciertos límites, cuando se convierte en cruel, insultante y ofensiva contra algún ser que no se puede defender o alguna persona digna de piedad, y sin embrago continua con sus ataques corrosivos, se dice que se ha convertido en una ironía sarcástica, porque se esta burlando y atacando despiadadamente de alguna persona que merece un poco de piedad y respeto. 64 65 Pere Ballart, Op.cit., p. 167. Jorge Portilla, Op.cit., p. 29. CAPÍTULO II 2.1 Orígenes del humor No hay nada, se ha dicho, que un humor inteligente no pueda resolver en carcajadas, ni siquiera la nada... Pierre Piobb La crítica señala la conveniencia de estudiar y analizar por separado a la ironía y al humor, pues muchas veces son confundidos y, peor aún, utilizados incorrectamente. Por tal razón el segundo capítulo lo dedicaremos al estudio del humor, ya que es otro de los elementos que encontramos insertos en la narrativa de Enrique Serna. Empero, debemos tener en cuenta que no podemos encasillar al humorismo o ponerle límites definitivos, sólo señalaremos algunos rasgos distintivos que nos ayuden en el análisis de los cuentos. Es conveniente distinguir y puntualizar el uso de la palabra humor, ya que ésta puede remitirnos a los humores del cuerpo humano y la palabra humorismo se refiere al “modo de presentar, enjuiciar o comentar la realidad resaltando el lado cómico, risueño o ridículo de las cosas”66. Explicaremos a grosso modo el primer significado y profundizaremos en el segundo, mismo que nos atañe en este trabajo de investigación. Así, utilizaremos ambas palabras —humor y humorismo— indistintamente. Si buscamos la palabra humor en el diccionario encontramos “sustancia fluida de un cuerpo organizado, como la sangre, la bilis”. Tiene un origen científico: la teoría de los humores. Para el médico Hipócrates, existían cuatro humores en el ser humano relacionados con los cuatro elementos de la tierra: “la 66 Diccionario de la Lengua Española, tomo II, p.1241. bilis con el fuego (calor), la atrabilis, con la tierra (frío), la sangre con el aire (seco) y la pituita con el agua (húmedo)”.67 El humor se refería a cada uno de los líquidos de un organismo vivo. Anatómicamente el humor era una masa de aspecto gelatinoso que en el globo del ojo de los vertebrados y cefalópodos se encuentra detrás del cristalino. También la palabra humor alude a los estados de ánimo del ser humano (buen humor/malhumorado), la mayoría de las veces se refiere a la disposición que las personas suelen mostrar frente algunas situaciones: “no estoy de humor”, “que buen sentido del humor tienes”; es un estado en el que las personas se pueden relajar, claro cuando éste es positivo, este estado de ánimo refleja “la perspectiva fisiológica y se refiere a los humores corpóreos que, se cree, determinan la salud humana y la predisposición”.68 Lo anterior va ligado con el “sentido del humor”, el cual nos permite relajarnos de las situaciones que se viven en la cotidianeidad, este último significado lo retomaremos más adelante pues está en conjunción con el humorismo. Como podemos observar hay diferentes connotaciones para la palabra humor por eso resulta conveniente tener claro que el término alude —como ya hemos visto– a significados médicos, pero también se refiere a otros, así que cuando utilicemos la palabra humor de aquí en adelante, sabemos que nos estamos refiriendo al estilo juguetón e imaginativo. Una vez explicado el humor en términos médicos trataremos de explicar su génesis. El humorismo, podemos decir, es un término muy antiguo como todo lo humano, algunos estudiosos como Baroja han visto sus orígenes en las pinturas rupestres, en notas bufonescas y en las religiones más antiguas. A Grecia la ve como un país con poco humor sin embargo Dionisio resulta en algunas ocasiones 67 68 Valmore Agelvis, Semiótica del discurso lúdico, p. 17. Samuel Schmidt, Humor en serio. Análisis del chiste político en México, p. 32. un personaje humorístico. Algunas de las frases de Sócrates están impregnadas de una carga de humor, también ve en Herodoto rasgos lúdicos. Para Baroja hay un pionero del humor “el Arcipreste de Hita, en el que ve al iniciador del humorismo en las letras españolas con sus frailucos sensuales, sus hombres llenos de apetitos y de amor al dinero, sus alcahuetas, sus estudiantes nocherniegos y sus mendigos”.69 Cabe señalar que, a pesar de poder identificar rasgos comunes en varios humoristas, podemos afirmar que existen diferentes tipos de humor y de humoristas; quizá por eso este concepto sea una forma muy personal y temperamental de cada ejecutor. Podríamos hablar del humor mexicano, del inglés, del español, del francés, del italiano, del venezolano, del argentino y aún así dentro de cada país o región encontramos a su vez diferentes tipos de humor. Como dice Baroja cada humorista es una isla, es decir, la isla de Voltaire, de Rabelais, de Shakespeare, de Cervantes, de Dickens, de Stendhal, de Castellanos, de José Agustín, de Monterroso, de Quevedo, etc. Podemos seguir nombrando más humoristas que nos ayudarían a reafirmar que cada uno tiene su propia actitud humorística, su propio método y estilo. También es cierto que el humorismo no tiene fronteras, es decir, no sólo lo podemos encontrar en la literatura sino también en la pintura, en la música, en la escultura, en el lenguaje cotidiano, en el teatro, etc. Baroja encuentra cierto humorismo en algunas páginas de Mozart y de Schumann, en la pintura de Bosco, de Goya y de Greco, en la arquitectura ve humor en el barroquismo, por último en la escultura en algunas gárgolas góticas. En México uno de los representantes más sobresalientes del humor plástico es José Guadalupe Posada; en sus magníficos grabados sobre madera plasmó los movimientos de la revolución de 1910, siempre con un carácter popular. 69 José García Mercadal, Antología de humoristas españoles, p. 25. Hemos visto que el comienzo del humor es bastante antiguo pero considero importante mencionar los orígenes de la humorística latinoamericana, puesto que somos un continente que tiene sus propias raíces, costumbres y creencias, así que habrá que retomar las culturas precolombinas. Cada país como ya dije tiene su propia actividad lúdica, sin embargo considero que entre algunos países latinoamericanos hay una constante, ya que debemos tener presente que en Latinoamérica existe una homogeneidad cultural: “El sentido del humor y las distintas formas del juego han sido y siguen siendo elementos indisociables de la vida cultural de las comunidades indígenas del continente americano”.70 Cada cultura le da sus connotaciones al humor “cada cultura se cree la más humorística del mundo, ya que el humor es una actitud prestigiada”71. En el discurso humorístico también podemos observar un relativismo cultural, por ejemplo se dice que el humor español es un tanto falso, que el humor es de los ingleses, que los bolivianos carecen de humor, que México es el país del humor negro, etc. Por estas diferencias se ha llegado en algunas ocasiones a estudiar el término bajo preceptos un tanto risibles: a) El chovinismo: el humor de mi país es mejor que el de tu país. b) La risa del clima templado es mejor, los de clima cálido no necesitan reír. c) Los de raza blanca saben reír, los otros no. d) Los burgueses no comprenden de risa. Finalmente si nos centramos en la idea de que tal persona ríe por ser blanca o proletaria o de clima templado no llegaríamos a una verdadera construcción del término. Más bien esto sólo nos ayuda a reforzar la idea que anteriormente se había expuesto: existen diferentes tipos de humor, depende del país, de la región y del ejecutor. 70 Lauro Zavala, Arqueología del humor: las lenguas mesoamericanas en Humor, ironía y lectura. Las fronteras de la escritura literaria, p. 13. 71 Agelvis, Op.cit., p. 125. El humor en el México Antiguo era utilizado la mayoría de las veces con fines didácticos; servía para reforzar las normas sociales. La lengua que era y sigue siendo predominante es el náhuatl utilizada por los toltecas, mixtecos, aztecas, texcocanos, tlaxcaltecas, etc. Otra de las lenguas es la maya que abarca los altos de Chiapas y algunas zonas del sureste del país. Hago la mención por la posterior alusión de algunos relatos prehispánicos que han sido tomados de estas diferentes lenguas, en donde podemos observar algunos rasgos humorísticos, además como ya es sabido, estas culturas tuvieron una especial dedicación al juego, claro esta, sin dejar la parte ritual correspondiente. Algunos relatos precolombinos dejan a la luz elementos constantes como la oposición entre la vida pública y la vida privada de algún personaje político —por así llamarlo— y la imbricación entre la crónica oficial y el “chisme” de la vida cotidiana. Creo que estos rasgos se conservan en la actualidad, por ejemplo cuando un caricaturista hace mofa de la vida de un político nos la presenta humorísticamente, y ni hablar del segundo rasgo, pues es bien conocido que siempre existirán dos versiones de algún acontecimiento y lo peor o mejor es que siempre llega primero la versión extraoficial con la que se puede jugar, criticar y bromear. Veamos un relato de la literatura humorística precolombina en donde podemos apreciar claramente lo anterior. Axayácatl señor de los aztecas tenía una hermana Chalchiuhnenetzin, la cual estaba casada con Moquiuh, señor de Tlatelolco, este matrimonio se llevó acabo por orden del padre Motecuhzoma quien había conquistado Tlatelolco antes de fallecer. Moquiuh no tenía relaciones sexuales con su esposa debido a su mal aliento. Chalchiuhnenetzin tuvo un sueño que consideró mal presagio, entonces le pregunto a su esposo acerca del posible significado de éste. Moquiuh le confío que tenía planeado atacar a su hermano Axayácatl, utilizando como pretexto las recientes violaciones de unas doncellas tlatelolcas por parte de unos tenochcas. Chalchuiuhnenetzin vio esta situación como una oportunidad para vengarse de su esposo por la lejanía y el rechazo que tenía hacia ella, así que le contó a su hermano de los planes de Moquiuh. Este relato tiene obviamente su parte fidedigna, sin embargo el pueblo la va distorsionando y jugueteando con ella a tal grado de decir que la causa de la caída de Tenochtitlán fue el mal aliento de Chalchiuhnenetzin. Otra de las constantes en los relatos son las preocupaciones morales, por supuesto combinadas con humor, hoy en día se sigue utilizando el humor para enfatizar la moralidad, por lo general aluden al sexo y a la mujer. El siguiente relato es considerado como un mito, sin embargo esta basado en hechos históricos referentes a Texcatlipoca: éste se presentó desnudo en el mercado a vender chiles frente al palacio de Huémac señor de los toltecas y sacerdote de Quetzalcóatl (enemigo de Texcatlipoca). La hija de Huémac (era una doncella virgen) al ver el miembro viril del vendedor de chiles, sufrió de una fuerte calentura hasta enfermar, su padre Huémac investigó quién había sido el causante de poner en ese estado a su hija; finalmente el padre se entera quien es el responsable y lo convierte en su yerno. Las tradiciones sobre la moralidad siempre eran y en algunas partes todavía son muy represivas y duras. En la comunidad de Mecayapan el humor fungía una actividad catártica y de resarcimiento, por ejemplo cuando la recién casada exigía demasiada actividad sexual o las muchachas jóvenes les proporcionaban consejos sexuales a sus madres. El humor podía estar presente como vemos en los huhuetlatollo (consejos para la educación amorosa), en los cuicatl (cantos) y en los itollaca (las crónicas históricas). Como ya hemos visto, la actitud lúdica en las culturas precolombinas era de suma importancia mezclado con su carga religiosa, por eso se habla de un humor ritual, éste se conserva en la parte sureste del país. En Chamula y Chenalhó aún se practican las fiestas rituales donde el humor funge un papel predominante, claro que en la actualidad se mezcla con obscenidad, beodos y una evidente ausencia del sentido original. Sin embargo procuran mantener una separación entre lo sagrado y lo profano, en donde no existe una clara distinción es entre lo solemne y lo humorístico: “El humor ritual expresa la mezcla religiosa de elementos precolombinos y cristianos. En el humor ritual, la normalización ocurre al hacer la burla de toda conducta incongruente”.72 El humor ritual ayudado por elementos verbales, corporales o pictográficos refuerza las reglas y las conductas establecidas por la sociedad, como por ejemplo, una forma de vida (de extranjeros, ancianos), como una actividad (promiscuidad sexual, glotonería), y para lograrlo se ayuda de los elementos religiosos, cotidianos o históricos. A lo largo de estos ejemplos hemos observado el empleo del humor con una función didáctica utilizada para enfatizar las normas; en la actualidad pueden referirse a funciones políticas, económicas, sociales, religiosas, morales, etc. En la actualidad se conservan algunos rasgos de los rituales precolombinos como son: a) Imitan y caricaturizan la etapa de la vejez (sus achaques y debilidades). b) Utilizan máscaras con el propósito de ridiculizar a las mujeres que actúan como hombres y viceversa. c) Ridiculizar las costumbres de otras personas, de una comunidad, de una región o bien, de un país. 72 Ibid. p. 23. El humor ritual en las regiones indígenas ha evolucionado, como todo, ahora tiende a ser más agresivo y discrepante, más irónico, satírico, sarcástico y burlón. Sin embargo sorprende que existan algunas constantes entre el humor contemporáneo y el humor precolombino, creo que algunos de los rasgos que se han mencionado nos podrían ser de utilidad para la comprensión de dicho término. 2.2 Definición de humor El sentido del humor es como el erotismo: una fuente de placer nacida de un instinto primario, que renueva sus aguas con el motor de la imaginación. Enrique Serna. Antes de definir el humor, es relevante señalar que uno de los rasgos más distintivos del cuento mexicano, a partir de la década de los setenta, es la actitud lúdica de los escritores. Esta escritura contrasta con la de los años cincuenta y sesenta, donde el tono narrativo era más bien trágico, doloroso, tenso, trascendental, etc. La mujer era inevitablemente presentada como la causa de la soledad de la condición humana, era vista como un símbolo decorativo o como la compañera cotidiana del hombre. La narrativa de estos escritores era más bien intimista y simpatizaban poco con el humor. Se ha señalado una fecha histórica como una de las posibles causas que fomentaron el cambio en la nueva narrativa mexicana y en la vida cultural: la masacre del 2 de octubre de 1968 en la Plaza de Tlatelolco. Este acontecimiento obviamente conmocionó a la población. A finales de la década de los sesenta y principios de los setenta comenzaron a publicar los primeros cuentos con las nuevas herramientas como el humor, la ironía, la parodia, el sarcasmo, etc. Es precisamente en esta época cuando el humor comienza a despuntar y a tener mayor importancia en el cuento mexicano, también incrementaron los lectores y se vislumbraba una nueva narrativa rodeada de elementos lúdicos. Entre los años de 1967 y 1971 se publican tres libros fundamentales para la ironía y el humor en el cuento mexicano: Álbum de familia de Rosario Castellanos, La ley de Herodes de Jorge Ibargüengoitia, La oveja negra y demás fábulas de Augusto Monterroso. En 1968 se publicó el libro Inventando que sueño en donde encontramos un cuento de suma importancia: “Cuál es la onda” de José Agustín en donde observamos: En este relato, el humor es el producto de una peculiar combinación de juegos de palabras y juegos tipográficos, alusiones al mundo de la literatura, la música y la política, parodia, heteroglosia, autoironía y una recurrente interpelación al lector. Se trata, entonces, de un festival de recursos técnicos (en forma de pastiche de las novelas de Cortázar), como una especie de pirotecnia verbal al servicio de una peculiar visión del rock, la literatura y el amor.73 En la actualidad la ironía, el sarcasmo y el humor, son elementos narrativos que siguen presentes en la cuentística mexicana. En la narrativa del escritor Enrique Serna juegan un papel de suma importancia, pues sus relatos están impregnados de una despiadada crítica a ciertos valores como la envidia y la corrupción, presentes en todos los ámbitos sociales. Por ejemplo: en la vida científica, en la religiosa, en la social, en la política y no podía ser la excepción, en el mundo literario. En el cuento “El desvalido Roger”, observamos que la causa, la intención y el objetivo de la señora Eleanore Wharton no son tan buenas como parecen, más bien encierran una doble intención que resulta deplorable. En otro cuento también 73 Lauro Zavala, Humor e ironía en el cuento mexicano contemporáneo en Humor, ironía y lectura. Las fronteras de la escritura literaria, p. 197. apreciamos estas segundas intenciones, en “Vacaciones pagadas” el empresario televisivo no “beca” de por vida a un actor por ser un excelente humano sino más bien para convertirlo en un ser insignificante, sin vida, sin ilusiones y sin aspiraciones. En su libro El miedo a los animales también observamos varios personajes que juegan una doble moral como por ejemplo Palmira Jackson “la santa patrona de la izquierda mexicana, la abanderada de todas las causas nobles”, es una campeona del bien en apariencia pero es todo lo contrario, resulta ser una envidiosa, corrupta, mentirosa, vulnerable, hipócrita y un etcétera larguísimo de “cualidades”. Su hijo Guillermo va a distribuir en Estados Unidos el video del Ejército Zapatista y espera que se venda mucho, pues un gran porcentaje de esas ventas esta destinado para su nuevo auto —un Ferrari—, claro que su madre pregona que el dinero recaudado será para un albergue en la Selva Lacandona. El escritor Enrique Serna nos presenta personajes con segundas intenciones, como Palmira Jackson en donde observamos una fuerte carga de ironía, humor, sarcasmo y una despiadada burla. En sus cuentos también están presentes este tipo de personajes pues Serna realiza una crítica hacia aquellas personas de doble moral: Con esa vocación irónica, ácida, satírica, paródica, Serna rechaza la existencia de los paladines del bien, señalando que en ellos, esos supuestos defensores de las buenas conciencias, habitan lo perverso y lo oscuro; recusa los altos ideales para instalar en su sitio las conductas ambiguas, el arrebato grotesco y lúdico, el fantasma trasgresor de la risa; desacraliza la pureza y convierte en cotidiano y simple la inestabilidad del deseo, las cuitas y pasiones del cuerpo.74 Existen diferentes tipos de humorismo, por tal razón si le preguntásemos a los humoristas cuál es la definición de humor encontraríamos muy diversos y discrepantes resultados, pues cada humorista tiene su propio estilo, método, 74 Alfredo Pavón, Vivir del cuento (La ficción en México), p. xix definición, características, etc. El humor no tiene una definición única, pues ha sido estudiado desde diferentes ángulos: filosófico, social, político, psicológico y literario. Este término abarca una gran cantidad de asuntos y de temas, de clases y de problemas, de ahí que se le clasifique en tantas formas. Además contamos con las definiciones que nos proporciona la crítica, algunos quizá no practican el humorismo pero sí exponen una tesis bastante considerable sobre el tema, así, existen los planteamientos de los humoristas y de los críticos de las diferentes épocas en que se ha trabajado el humor, por ejemplo los que asocian el humorismo aquello que propicia reír, sin embargo otros exigen mucho más, es decir después de haberles provocado la risa exigen que también les haga pensar o reflexionar. Por tal razón no podemos dar una definición única y absoluta, más bien trataremos de explicar el humor con sus rasgos más sobresalientes. Un primer acercamiento al término podría ser: el humor conlleva a una alegría y para ello se utiliza el ingenio (la imaginación), pues como bien nos dice Enrique Serna “El sentido del humor es como el erotismo: una fuente de placer nacida de un instinto primario, que renueva sus aguas con el motor de la imaginación”.75 Entonces podemos deducir que el humor es un estado de ánimo el cual se apoya en el ingenio, en la alegría, en la jovialidad, en la agudeza y en la imaginación; esto nos conduce a tener un buen sentido del humor. El siguiente mapa conceptual nos permite afirmar esta tesis acerca del humorismo: 75 Enrique Serna, El humor hecho en Recompensas, p. 46. HUMOR es Jovialidad Agudeza Alegría y apacibilidad de Genio. Perspicacia o viveza de genio. Facultad para discurrir o inventar con prontitud y facilidad. Penetración de ingenio o entendimiento Como podemos observar el humor juega con varios términos y la combinación de éstos nos da como resultado: humor-alegría-ingenio. Sin embargo esta alegría no tiene porque ser recibida por el receptor con la misma intensidad que le confiere el emisor o tal vez éste ni siquiera le causa algún sentimiento de jovialidad y también es válido. Existe la posibilidad de que un hecho resulte lo bastante cómico para uno pero no para el otro, por ejemplo ¿quién reiría ante la quema pública de un gato?, según el escritor Lipovetsky ésta era la diversión de los hombres del siglo XVI en las fiestas de San Juan. El humor como podemos ver es un juego de inteligencia, por consiguiente dependerá del nivel cultural de cada ejecutor, ya que podemos encontrar un humor grotesco o burdo y un humor refinado, lo mismo pasa con el destinatario, tal vez sólo entienda ciertos tipos de humorismo. Aunque en ocasiones no importa el nivel de conocimientos pues de nada servirían sí no se posee talento, y una persona con recursos cognitivos más limitados puede crear un humorismo de alta calidad. Pero también es cierto que una persona a pesar de ser instruido y tener talento no logra crear humor, porque tal vez no tiene la disposición o el ánimo de hacer reír a la gente. Como bien apunta el escritor Enrique Serna: Ni la cultura de masas está reñida con el ingenio, ni la sofisticación de un humorista culto es garantía de creatividad. Pero en todos los estratos culturales, el humor forzado produce una deplorable adulteración de la risa, que al propagarse como una epidemia, embota el ingenio colectivo y despoja al hombre de su escudo más eficaz contra el sufrimiento.76 Esta idea del “humor forzado” nos la ejemplifica nuestro narrador a analizar con el humor televisivo pues nos dice que es un tanto desganado, o mejor dicho prefabricado, ya que los conductores tienen la obligación de ser graciosos y la mayoría de las veces nos percatamos que algunos personajes televisivos son “humoristas”, más bien por deber o por imposición de su productor que por ser ingeniosos o graciosos, por tal razón la risa que nos trasmiten resulta forzada y obligada. Lo anterior va unido a otro gran problema del humor televisivo: la predisposición a que están sometidos los receptores; la mercadotecnia de la televisión es tan lista (manipuladora) que ordena (conscientemente) a los televidentes a que rían (inconscientemente) de lo que están viendo aunque no les produzca gracia. Por ejemplo los programas “cómicos” por lo general utilizan el disco de risas para predisponer, en primer lugar avisan cuándo debes reír, por consiguiente y en segundo lugar coartan la libertad de poder decidir y elegir cuándo reír y tercero no te presentan un humor verdadero: El disco de risas, esa técnica pavloviana de inducción a la hilaridad, exportada a todo el mundo por la televisión estadounidense, ha llegado a ser tan necesaria para manipular al espectador, que ningún programa cómico puede prescindir de ella. Cuando más forzado es un chiste, más necesidad tiene el cómico de ordeñar las carcajadas que no puede arrancar por las buenas.77 76 Loc.cit. Las dos ideas expuestas en los párrafos anteriores van ligadas entre sí, pero a su vez se enlazan con otra: los consumidores de esos chistes prefabricados se convierten, la mayoría de las veces, en perezosos mentales, es decir, se aprenden los chistes que ven en la televisión y después lo repiten como autómatas —que no es malo—, sin embargo de alguna manera también disminuyen la capacidad de cada individuo para crear su propio humor. Es importante señalar que la mayoría de los chistes se conocen por difusión oral, y también resultan bastante buenos y nos arrancan una buena carcajada. Sin embargo para Serna el humor verdadero es “el humor inventado sobre la marcha de una conversación”. Sabemos que el humor televisivo tiene demasiados errores, sin embargo no para los empresarios pues es una más de las sutiles maneras de controlar y ejercer poder sobre los televidentes. Por eso el autor de El seductor de la patria nos dice: “Quizá la clave para tener un sentido del humor creativo y despierto sea ejercitar la imaginación sin pretender dirigirla hacia lo gracioso”.78 Cuando los humoristas no se reconocen como tales o no se encaminan en una búsqueda impetuosa de escribir, pintar, esculpir, componer, etc., con humor, quizá se obtengan resultados más productivos, originales, imaginativos y sorprendentes. Basta con tener creatividad y actitud lúdica; cuando no hay ninguna intención premeditada podemos encontrar un humor verdadero y satisfactorio, el cual resulta mucho más interesante y placentero, pues la predisposición como ya hemos visto no resulta del todo grato. Ahora entendemos con mayor claridad las palabras de Enrique Serna cuando nos habla de su oficio como escritor, tal vez el éxito que tiene su narrativa 77 78 Loc.cit. Ibid. p. 47. irónica y humorística se debe a que no se predispone a la hora de escribir, seguramente antes de iniciar un libro no está preocupado por saber si logrará una narrativa con ciertos elementos lúdicos. Cuando leemos sus libros estamos frente a un humorismo espontáneo y genuino: No soy escritor que al momento de escribir tenga una plena conciencia del sentido último que le voy a dar a mi cuento, sino que más bien para mí la escritura es una forma de entender la conducta humana. No escribo de lo que sé sino para tratar de entender algo. En ese sentido, no tengo muy claro a veces si algún cuento es satírico, picaresco o sencillamente moralizante... Esto ya no depende de mí.79 Para el crítico Alfred Stern el humor se produce por “una degradación de valores (de allí su capacidad de reconstrucción) y no de una pérdida de valores que en tanto que es imposible su reconstrucción, da entrada al llanto”.80 Esta definición del término nos aporta una gran precisión: el humor es una degradación de valores y no una pérdida de ellos, quizá este sea el centro del humorismo además de su capacidad de reconstrucción. La anterior tesis nos permite dominar con mayor claridad nuestro concepto, ahora sabemos que cuando nos reímos de alguna pérdida de valores y no de la degradación, más bien aludimos a otro sentimiento y a otro concepto como el de la crueldad y no al humorismo. En la literatura de Occidente se supone que el humor se introduce como una expresión de la conciencia irónica, es decir, en la percepción de lo incongruente entendido de forma festiva. El crítico Friedrich von Schlegel entendió al humor de la siguiente manera: 79 Esta cita fue señalada por el escritor Enrique Serna en el marco del Ciclo Testimonio. Víctor Bravo, Alegoría y humor. La reconstrucción del sentido en Figuraciones del poder y la ironía, p.131. 80 Humor tiene que ver con ser y no ser, y su verdadera esencia es la reflexión. Ser y no ser, desplazamiento pendular entre el sinsentido y la reconstrucción entre lo incongruente y la homogeneidad y reflexividad: el humorista se distancia de la realidad, relativiza la verdad, degrada los valores consagrados; de allí que en el verdadero humorista se encuentre la conciencia crítica.81 El humorismo puede aparecer en los discursos orales, en los escritos, en los gestuales, algunas veces los encontramos combinados, por ejemplo el oral con el gestual, etc. El humor es improvisación, imaginación, invención y autenticidad; tiene una intención: encaminarse hacia la libertad, partiendo de la negatividad de la existencia, es decir el ser humano está por lo general más allá de sí mismo y de sus circunstancias, por más adversas y desoladoras que puedan ser, el hombre siempre las enfrenta como “hechos simples o aislados”. El humor es un estilo estoico, en donde observamos la interioridad del ser humano, la subjetividad trata de no ser alcanzada ni trastocada por alguna situación, por adversa que ésta resulte, es decir, el humor se convierte en una forma de defensa ante las situaciones de la vida. Para Enrique Serna el sentido del humor es una herramienta que ayuda a sopesar una realidad desfavorable: “En buena medida, el sentido del humor es una capacidad de desdoblamiento que permite vivir en una realidad atroz y verla desde lejos como una comedia”.82 Esta interioridad del hombre Freud la ve más bien como el triunfo del yo, como la sustracción del padecimiento, es decir la conciencia crítica y la superioridad del yo frente a un universo degradado: El humor no es resignado, es opositor, no sólo significa el triunfo del yo, sino también el del principio de placer, capaz de afirmarse aquí a pesar de lo desfavorable de las circunstancias reales [...] Con su defensa frente a la posibilidad de sufrir, ocupa un lugar dentro de la gran serie de aquellos métodos que la vida anímica de los seres humanos ha desplegado a fin de substraerse a la compulsión del padecimiento, una serie que se inicia con la 81 82 Citado por Víctor Bravo, Op.cit., p. 130. Enrique Serna, El humor hecho en Recompensas, p. 47. neurosis y culmina en el delirio, y en la que se incluyen la embriaguez, el abandono de sí, el éxtasis.83 El humor se revela como si fuera una fuerza de poder la cual se desencadena en la risa. En el Capítulo I, en el apartado dedicado a la risa, mencionamos brevemente la capacidad que tienen algunas personas de reírse de sí mismos, de poder reírse a pesar de ser el afectado en alguna situación o que él provoca la comicidad. Sólo se podrá reír siempre y cuando guarde su distancia con el hecho del que se ríe, es decir, una persona puede resultar cómica para los demás sin embargo no para sí mismo, los primeros pueden reír y disfrutar el hecho, pero el segundo puede sentir dolor o vergüenza. Y aquí es donde interviene la personalidad pues alguien capaz de jugar al mismo tiempo el papel de víctima y de espectador y de reírse de sí mismo, exterioriza y consigue su libertad, además de obtener un entendimiento de asimilación y alejamiento de las situaciones, a todo esto también se le llama humor: Pero el hombre sólo puede realizar este gesto de desprendimiento porque la libertad lo hace posible. El humor es, entonces, la exteriorización de esa libertad y la capacidad de hacer uso de ella en el sentido indicado. Mi capacidad de reír de mí mismo está en razón directa de mi capacidad de asumir la posibilidad que abre, a priori, esta libertad “interior”.84 Anteriormente explicamos que el humor puede producir un cierto tipo de libertad y de alejamiento; cuando nos encontramos frente a situaciones sumamente desfavorables y aun así se conserva el sentido del humor nos estamos refiriendo al humor negro, por ejemplo, un prisionero va a ser ahorcado el lunes en la mañana; cuando éste se encuentra a punto de morir dice: comienzo bien la 83 84 Citado por Víctor Bravo, Op.cit.,.131. Jorge Portilla, La fenomenología del relajo, p. 76. semana. El humor negro permite jugar con ciertas situaciones; ahora bien los escritores que lo utilizan, la mayoría de las veces, es para indagar o rastrear la verdadera naturaleza del ser humano, es decir saber cuáles son sus auténticos sentimientos en donde reside la siniestra crueldad del ser humano y cómo es encubierta. El escritor Enrique Serna utiliza el humor negro de esta manera, pues en sus relatos se aprecia esa intriga por esos sentimientos supuestamente buenos, por esas intachables conciencias, una crítica hacia ciertos valores y también a los niveles socioeconómicos; cuando lleguemos al análisis de los cuentos nos podremos dar cuenta de que la intriga y la corrupción en nombre de la beneficencia se da en todos los estratos sociales y culturales. Para el autor de El seductor de la patria el humor negro ha servido para afrontar de una manera distinta los hechos dolorosos que la vida ofrece, es una posibilidad para jugar con ciertas situaciones. Para este narrador el humor negro funge una especial participación en el cuento cruel; en su artículo “Avatares del cuento cruel”, nos explica cómo nace este cuento y su relación de la crueldad con los seres humanos; para ejemplificarnos retoma un cuento de Oscar Wilde. Serna concibe al humor negro de la siguiente manera: El humor negro ha prestado un servicio invaluable a la humanidad en el transcurso del siglo XX, puesto que nos permite bromear con el dolor y apartar de la realidad lo que tiene de excesivamente aflictivo. Su manifestación literaria más acabada es el cuento cruel, un género que me atrae desde la adolescencia por su capacidad de subvertir la realidad y provocar emociones encontradas.85 El cuento que utiliza Enrique Serna de Wilde para ejemplificar con mayor claridad sobre la condición cruel del ser humano es “El ruiseñor y la rosa”. Después 85 Enrique Serna , Avatares del cuento cruel en Las caricaturas me hacen llorar, p. 144. de leer este cuento del escritor inglés cabe replantearse si en verdad el hombre es cruel por naturaleza y nada más aparenta tener buenos sentimientos. Toda persona tiene su parte buena por así llamarla y su parte mala, lo preocupante es querer demostrar ante los ojos de la sociedad que es el mejor, el más bueno, el más redentor, el benefactor, el amigable, el comprensivo, el incorrupto, etc., cuando en verdad quizá resulte un ser deplorable, envidioso, corrupto, mentiroso, embaucador y demás. En relatos de Serna podemos observar esta crítica dirigida a estos paladines del bien: Nadie está libre de culpa. En cada hombre se ocultan segundas y terceras intenciones, pasiones turbias o truculentas, amores y odios de segunda mano, esto es, reciclados y, por ello, más dañinos y destructores. Sus relatos constituyen verdaderas exploraciones psicológicas, sutiles indagaciones sobre el lado oscuro de la luna: el autoengaño, la autocompasión, la misoginia, el exhibicionismo, la envidia, la venganza, sentimientos tan auténticos como la misantropía, la fraternidad, la solidaridad, la amistad. Enrique Serna apuesta por la risa y, después, llora, llora, la hermosa vida.86 Cuando estamos frente a cuentos de esta naturaleza regularmente en el lector se producen sentimientos encontrados, por así decirlo ya que muchas veces se puede ver reflejado, y tal vez todos conocen sus segundas intenciones pero las disfrazan con supuestas buenas acciones, por consiguiente no resulta grato ver o leer situaciones en donde tal vez se identifican pues de alguna manera están siendo parodiados. Ahora entendemos más claramente cuando el escritor de Las caricaturas me hacen llorar nos dice que primero apuesta por la risa y después por el llanto, es decir al encontrarnos con relatos de esta índole en donde observamos nuestra condición de ser humano y que a veces resulta muy negativa, por un lado nos causan risa los acontecimientos pero al final nos cuestionamos qué nos produce 86 Alfredo Pavón , Op.cit., p. xix. risa si no es más que la representación de uno mismo. Y aquí es en donde entra uno de los rasgos importantes del humor: hacernos reír pero también reflexionar, sería absurdo reírnos de nuestra propia degradación como personas. El humor de alguna manera es como una muestra de que el hombre puede estar más allá de sí mismo y de sus circunstancias. El escritor Jorge Portilla nos dice que la siguiente definición que da de humor hace referencia al denominado humor negro: Puede encontrarse en las situaciones más adversas y afrontarlas como si fueran hechos externos, ajenos, que no pueden alcanzarlo por completo. El humor es una actitud de estilo estoico que muestra el hecho de que la interioridad del hombre, su subjetividad pura, nunca puede ser alcanzada o cancelada por la situación, por adversa que ésta pueda ser; muestra que el hombre nunca puede ser agotado por su circunstancia.87 Esta definición que nos proporciona Jorge Portilla describe lo que significa el humor negro: es esa capacidad que tiene el ser humano frente a situaciones dolorosas, funestas y sombrías. México es la tierra del humor negro, a diario se utiliza, los mexicanos se distinguen por su excelente y espeluznante manejo desde los dibujos de Posada. Es un término con el cual los mexicanos aminoran las situaciones deplorables que viven día a día: Un señor sale de su casa a comprar “menudo”, en el trayecto tiene un altercado con unos asaltantes y es apuñalado, al regresar lo único que alcanza a decir es “perdóneme comadre, el único menudo que pude conseguir fue el mío”. Sin embargo no resulta fácil “entender” las situaciones dolorosas y mucho menos lograr trascenderlas. La crítica nos dice que el humorista sabe de antemano que la existencia humana es inevitablemente dolorosa y difícil, sin embargo el humor no va más allá, es decir no aporta una solución ni la trata de resolver, lo único que hace es jugar con el dolor mediante el chiste o la broma, retoma las vivencias sombrías del ser humano y las revoca con un acto humorístico. 87 Portilla, Op.cit., p.75. Existe otro tipo de humor el cual no se dirige necesariamente hacia la libertad, más bien la retoma de una manera indirecta. Cuando la ambientación de los hechos es de negatividad, o mejor dicho de miseria, de dolor, de sufrimiento; la actividad humorística entra en juego cuando reduce la importancia de esas adversidades. Es decir, el humor nos permite aminorar los infortunios a pesar de que en algunas ocasiones los hechos son abrumadores y pesados; el ser humano con la ayuda del humor tiene la capacidad de lograr un desprendimiento: su libertad interior, pero además la capacidad de reducir la carga y así convertir la situación en algo mucho más ligero, y al final tener la sensación de que no es tan grave y que resulta más tolerable. Aquí cabe señalar que en ocasiones no resulta tan fácil jugar o bromear con las desgracias del ser humano, pero finalmente la cotidianeidad está inmersa de hechos funestos y más vale afrontarlos y vivirlos con humor que de manera seria: “El humorista sabe perfectamente que la existencia humana es algo esencialmente difícil y doloroso. Su gesto de liberación no implica desprecio o burla. El humorista no es un cínico, ni pretende tampoco quedar a salvo del sufrimiento o del humor”.88 Como podemos observar el humor puede encaminarse hacia la libertad, pero no sólo tiene rasgos de liberador sino también algo de “sublime y elevado”, es decir, “tiende evidentemente al triunfo del narcisismo, a la invulnerabilidad del yo que se afirma victoriosamente. El yo rehúsa dejarse atacar, dejarse imponer el sufrimiento por realidades externas, rehúsa admitir que los traumatismos del mundo exterior puedan afectarle; y aún más, finge, incluso, que pueden convertirse para él en fuente de placer”.89 El humorismo pone a prueba esa capacidad del ser humano para estar por encima de sí mismo. 88 89 Ibid, p. 78. Andre Bretón, Introducción a Antología del humor negro, p. 12. Resulta interesante ver la siguiente clasificación que hace el escritor Samuel Schmidt respecto al humor, pues divide al término en varios géneros, algunos de éstos los hemos analizado en este trabajo de investigación pero más bien como términos independientes, que quizá se relacionan entre sí pero no como parte de un mismo componente. Nos presenta una taxonomía dividida en tres elementos centrales y ocho géneros del humor político, en esta clasificación podemos seguir observando las tesis que se manejaron en un principio del capítulo, ya que al término humor lo presenta de la siguiente manera: Humor se divide en Elementos generales del humor. Géneros del humor político * Comicidad * Chanzas * Parodia * Risa * Sátira * Ironía * Ingenio * Caricaturas * Comedia * Sarcasmo * Chistes El humorismo, como ya se ha dicho es un juego de inteligencia en donde observamos: la imaginación, el ingenio, la agudeza, la perspicacia y ahora la risa y la comicidad; aunque cabe señalar que por un lado, la comicidad implica un deleite satírico y trata de ser objetiva; y por otro lado el humorismo es subjetivo puesto que es la interpretación de la realidad que hace un humorista. Recordemos que el humor es libertad, difícilmente traicionaría sus principios para ganar los favores de los poderosos, sino por el contrario los crítica y los desmitifica, a este cierto tipo de humor se le denomina humor político. Al humor lo hemos visto como un término que ayuda a digerir ciertos problemas, también como liberador y por último como herramienta que permite una crítica social. El ser humano por naturaleza crítica aquello que es más fuerte que él, expresa las injusticias, las arbitrariedades, los abusos de que es objeto; el humorismo tiene un carácter subversivo, el cual permite ampliar los panoramas mentales por medio de una visión crítica de los problemas. Cuando estamos frente a una crítica humorística, ésta de primera instancia nos causa risa, después analizamos el contenido y quizá compartamos y seamos cómplices, por decirlo así, del que esta escribiendo, claro que esto sucederá siempre que el receptor este vinculado con los interese que exponga el humorista: “Y sin la libertad, sin la libertad de la crítica, el humorista muere: su existencia está ligada a la agilidad de sus alas”.90 El escritor humorista tiene la capacidad de observar las incongruencias de los hechos normales, en sus textos observamos una visión crítica de los problemas. El humorista por medio de los chistes, las bromas, las caricaturas , etc., refleja la corrupción, los abusos del poder y los cánones establecidos por la sociedad, en virtud de que ésta determina todos los comportamientos, además cimienta ciertos tipos de prejuicios, los cuales pueden llegar en un momento dado a afectar y por consiguiente tenemos un descontento y finalmente una crítica. El humorista obviamente esta alerta de estas situaciones para plasmarlas con un toque de actitud lúdica. Como por ejemplo en el cuento “La gloria de la repetición” 90 Marcos Victoria, Ensayo preliminar sobre lo cómico, p. 167. observamos una situación con una carga de humor, pues Serna nos pone de manifiesto la siguiente crítica hacia ciertos comportamientos establecidos: ...y la tal Rosaura, con ese vestido entallado que yo no sé cómo respiraba, le enseñaba el culo a medio México. A esa la sacaste de un burdel. —No, señora. La saqué de un colegio de monjas. —Con razón, ésas cogen desde chiquitas. —Bueno, mamá, ¿y a ti qué te importa si cogen o no?— —Te equivocas, intelectualito de mierda. Yo soy partidaria del amor libre. Por mí que toda la gente coja hasta reventar. Pero si una mujer quiere ser puta, que se pare en una esquina y ejerza el oficio como Dios manda. Contra las putas oficiales no tengo nada, lo malo es que ya no hay. Ahora ninguna cobra: todas navegan con bandera de señoritas.91 La forma más relevantes del humor político en México son: los chistes y las caricaturas, los primeros son creados constantemente y tienen una “vida” larguísima, pues a veces pueden desaparecer pero finalmente en algún momento se retoman y continúan circulando en la difusión oral, es decir se reciclan; quizá entre algunos nada más existan pequeñas diferencias: El chiste es la forma humorística más prolífica y longeva. Esto tiene varias explicaciones. En primer lugar, es de fácil circulación, anónimo, instrumento maleable de comentario político y fácilmente adaptable. En segundo, responde a la naturaleza fatalista mexicana. El mexicano se ríe fácilmente de todo, incluyendo, según José Guadalupe Posada, a la muerte. En tercer lugar, los mexicanos prefieren formas de expresión indirectas para lidiar con la autoridad y el poder político, cuestión a la que el gobierno ha contribuido Es significativo que después de más de sesenta años de gobierno priísta el mexicano no haya perdido su sentido del humor.92 El humor mexicano no se puede concebir si no contiene chistes que versen sobre la política, ya sea nacional o internacional; el reír de lo político. Los chistes políticos son de alguna manera una forma de criticar y denunciar sutilmente las arbitrariedades del gobierno; se está jugando con las contradicciones, con los absurdos, con los engaños de nuestro sistema gubernamental. Los chistes cuando 91 92 Enrique Serna, La gloria de la repetición en Amores de segunda mano, p. 183. Samuel Schmidt, Humor en serio. Análisis del chiste político en México., p.126. critican son rotundos y determinantes; no sólo los encontramos en los periódicos sino también en la televisión, en la radio, en los libros, en las revistas, en Internet, etc. En El miedo a los animales, nuestro autor nos deja ver a lo largo de este libro una crítica despiadada, dura y severa contra la política en general, contra algunas instituciones como la Procuraduría General de la República (PGR) y contra el mundo literario. Evaristo Reyes periodista por cuestiones personales entra a trabajar en la Procuraduría, su jefe le encarga hacer una investigación sobre un periodista que fue asesinado, la prensa acusa y crítica al jefe Maytorena, el cual quiere salir librado de este embrollo así que: “Acostumbrado a inventar culpables y a resolver crímenes por medio de la tortura, le disgustaba tener que dirigir una investigación en regla”.93 También el humor político de alguna manera permite enfrentar y ayudar a descubrir la verdad de las situaciones y de las personas, ilumina —por así decirlo— y esta luz es la que permite ver el juego político oculto, para que posteriormente se pueda llegar a una verdadera reflexión y a una crítica. Siguiendo con la historia de este libro Serna nos plasma todas las virtudes y cualidades del jefe Maytorena, y nos deja ver cómo trata de resolver un asesinato y cómo la PGR se encarga de hacer justicia: —Pues hay un sospechoso que ayer se echó de cabeza él solo: es un intelectual que andaba de pleito con Lima por una vieja. —¿Cómo se llama? —Claudio Vilchis. Tendrá 40 o 45 años y es el subdirector del Fondo de Estímulo a la Lectura. —¡Pues ya se lo llevó la chingada! —Maytorena se volvió hacia el ChamulaMañana mismo vas por él a su oficina, le das una calentada en el coche para que se vaya ablandando y te lo llevas a los separos. —Un momento, jefe —se alarmó Evaristo—. Vilchis es el principal sospechoso, pero no tenemos pruebas para detenerlo. 93 Enrique Serna, El miedo a los animales, p. 48 —De las pruebas que se encarguen los leguleyos.94 Para concluir este apartado podemos decir que el humor es una herramienta muy útil pero también requiere de un gran esfuerzo intelectual (hablando del verdadero humor). No todas las personas desarrollan su capacidad creativa, imaginativa y su ingenio. Después de exponer variadas tesis acerca del humor nos percatamos de que es un elemento de suma importancia para el hombre frente a su sociedad. El humor es la capacidad que tiene el ser humano para enfrentarse a situaciones adversas, es una modalidad de pensamiento “el hombre tiende por naturaleza a deificar lo que rebasa el límite de su comprensión. El humor tiende al ahorro del gasto necesitado por el dolor”.95 También podemos deducir que el humor puede ser aprovechado según la capacidad de abstracción de cada persona, pues se dice que el sentido del humor es directamente proporcional a la inteligencia de cada individuo, y va asociado con la buena disposición para hacer algo. Por lo general vemos latente una crítica y una autocrítica que seguramente conlleva a la reflexión, por eso el humor rompe límites y solemnidades. 94 95 Ibid., p.106-107. Bretón, Op.cit., p. 12. 2.3 Humor e ironía Humorizar es ironizar mirando a lo lejos y más allá; es reorientar la conciencia, por un camino complejo, hacia su inasible verdad; y es disolver las antinomias irónicas en el “éter azul” de la falsa frivolidad. Wladimir Jankelevitch Humor e ironía son una cierta apertura de caminos en la maraña de las pretensiones y de los sentimientos humanos. Jorge Portilla Anteriormente señalamos la conveniencia de estudiar por separado la ironía y el humor, sin embargo ahora trataremos de mencionar algunas características de cada término y compararlas con el propósito de tener un mayor dominio de dichos conceptos y saber exactamente en dónde residen sus diferencias. En el artículo “Humor e ironía en el cuento mexicano contemporáneo” de Lauro Zavala encontramos una buena pregunta ¿es la ironía una forma del humor o puede establecerse una distinción clara entre ambos?. Recordemos que existen diversos tipos de ironía y una definición muy global sería: el narrador tiene el propósito de que el receptor o el lector comprenda lo contrario al sentido original, es decir que coexisten dos puntos de vista divergentes, estamos frente a un choque cognoscitivo. En cambio en el humor podemos afirmar que carece de esta intencionalidad, no existe un doble significado. En un texto irónico los lectores requieren estar muy atentos pues deben descodificar las palabras y los lectores de textos humorísticos también deben estar alertos pero no tienen la necesidad de leer con una doble intención. Además el escritor quizá en su texto pretende ser irónico pero si el lector no capta las ironías estas pasan desapercibidas. Y un receptor que lee un texto humorístico difícilmente pasa por desapercibida la presencia del humor. Por una lado la ironía es un acto de intencionalidad, exige una reconstrucción de términos, por el otro lado el humor como ya hemos visto es un producto de la libertad, es decir se puede jugar con la condición humana, con las reglas, con las convenciones, con las paradojas del mundo, con las palabras, etc., dicho de otra manera “mientras la ironía es la expresión de un desencanto, el humor es un ejercicio de la imaginación”.96 Sin embargo ambas retratan al hombre y su entorno, pero podríamos decir que la ironía es mucho más crítica y a pesar de que el humor también puede resultar criticón no puede dejar su parte lúdica, imaginativa y creativa. A lo largo del capítulo nos hemos podido dar cuenta de la gran cantidad de tesis y clasificaciones que existen acerca del humor, recordemos la del crítico Höffding en donde pudimos observar que su definición de humor junto con su división están encaminados hacia términos con matices de gentileza, bondad, amor, simpatía y anhelo, términos que difícilmente podrían describir a la ironía, más bien a este concepto se le atribuye el sarcasmo, la burla mordaz y algunas veces despiadada, la sátira, etc. El humor —la mayoría de las veces— alude cierta simpatía y la ironía en algunas ocasiones es vista como hostil. Algunos críticos hablan de una ironía humorística, la cual es más humilde y considerada, carece del gusto por el dolor y juega el papel de mediadora, o mejor dicho sabe balancear y pacificar las antítesis del sarcasmo, en ocasiones tiene debilidad por el objeto de su burla. Para el crítico humorística Jankelevitch la ironía es “una ironía a la segunda potencia y que en ella la relación “alegórica” se muestra doblemente indirecta; es una suprema reflexión de la 96 Lauro Zavala, Humor e ironía en el cuento mexicano contemporáneo en Humor, ironía y lectura. Las fronteras de la escritura literaria, p. 200. conciencia”.97 La ironía normal por así decirle, oculta una verdad tras una simple seriedad, en cambio la ironía humorística evita engañarse tras esa seriedad, es decir la interpretación del humor debe fungir tres niveles: se debe entender la farsa que disimula supuestamente seria, posteriormente hay que identificar la profunda seriedad que oculta esa burla y finalmente saber la seriedad que esconde dicha seriedad. En el Capítulo I y en éste hemos analizado que la libertad juega un papel decisivo, es decir, tanto en la ironía como en el humor la libertad es vista como una actividad positiva “aparece como trasfondo de la responsabilidad, como el aura de la seriedad y de un compromiso”.98 Sin embargo la ironía pretende encaminarse con ahínco hacia la verdad y el humor quiere la libertad: El humor verdaderamente ingenioso, el que muestra los aspectos nuevos, ocultos por lo que sea, e inesperados, de las cosas, es la antiinquisición, la anticoacción: el seguro del libre movimiento de los individuos hacia la libertad. También se puede expresar en “política aritmética” este hecho: cuanto más humor ingenioso, mayor libertad y mayor generosidad.99 Ya mencionamos que a partir de la década de los setenta el humor junto con la ironía se volvieron elementos inseparables de la cuentística mexicana. La combinación de las características de ambos términos ha permito un enriquecimiento en el cuento, observamos una creatividad, una reflexión, una crítica, un juego de inteligencia, una imaginación, una descodificación, etc. Esta gran diversidad ha permitido que el cuento no sea un género limitado y que tenga una definición absoluta; más bien con el humor y con la ironía junto con otros elementos narrativos han dado un nuevo estilo en la escritura y han permitido que constantemente crezca el género: 97 98 99 Wladimir Jankelevitch, La ironía, p. 151. Jorge Portilla, Op.cit., p. 81 Sensus Shaftesbury, Ensayo sobre la libertad del ingenio y humor, p. 102-103. El nuevo cuento mexicano, especialmente aquel en el que se manifiesta el humor y la ironía y que por ello se resiste a continuar las tradiciones del relato original y del relato psicologista, dominantes durante las tres décadas anteriores, es un cuento apreciablemente lúdico y no sólo experimental. Se trata de una escritura vital que alterna el erotismo, la imaginación... el testimonio de nuestras jornadas urbanas y el registro de los terremotos íntimos y colectivos...100 La ironía le permite al hombre una libertad hacia un valor positivo y el humor libera de un valor negativo, de una adversidad. Es decir la ironía encamina a conseguir que el ser humano busque el lado positivo y el humor lo ayuda a superar y a trasgredir un valor negativo, además de tener la capacidad de observarlo como un valor positivo. Finalmente podemos decir que estas nuevas formas de escritura también han permitido que surjan diversas maneras de lectura, se exige una participación más activa por parte del lector. Recordemos que en la lectura de un texto irónico el receptor funge un papel decisivo en la reconstrucción de ironías y el lector de humor se le exige que explote su capacidad creativa, imaginativa, lúdica y por supuesto en ambos lectores recae la responsabilidad de lograr una reflexión. 100 Ibid. p. 214. CAPÍTULO III 1.1 Análisis de los cuentos “Hombre con minotauro en el pecho” En este capítulo analizaremos dos cuentos del escritor Enrique Serna, una vez explicados los conceptos de humor e ironía en capítulos anteriores, corresponde aplicarlos a la cuentística de este escritor. Cuando nos enfrentamos a textos irónicos debemos ser más cuidadosos y cautelosos pues siempre hay que leer entre líneas. Estamos frente a dos perspectivas simultáneamente presentadas, una que aparenta hablarnos de la historia y otra que nos muestra el sentido paradójico de los hechos. Tendremos presentes las pistas y las advertencias que el escritor Wayne Booth nos da para evitar caer en errores fatales, pues no quisiéramos encontrar ironías donde no las hay, o aún peor dejar pasar una ironía, pues según la crítica no hay nada más deplorable que una ironía que cae al vacío. Iniciemos el análisis con el cuento “Hombre con minotauro en el pecho”, éste pertenece al libro Amores de segunda mano de 1994. En el primer párrafo del cuento observamos un narrador extradiegético; además encontramos la clave de todo el desarrollo de la historia: “Picasso le había concedido la firma que tanto anhelaba, pero impresa en la piel del niño, para impedirle comerciar con ella”101; esta frase resulta muy irónica pues va a suceder todo lo contrario como veremos más adelante, aquí es en donde observamos que dicha frase aparenta describir la 101 Enrique Serna, Hombre con minotauro en el pecho en Amores de segunda mano, p.49. Las siguientes citas pertenecientes a este cuento solo irán acompañadas del número de página. historia del niño, sin embargo, implícitamente nos muestra el sentido incongruente de la situación. Estas palabras nos ofrecen un doble significado debemos descodificar: “para impedirle comerciar con ella”; tenemos esta idea en un primer sentido, sin embargo en realidad conlleva a otro significado: se podrá comerciar con el niño. Picasso quería darles una lección a los mercaderes pero resulta todo lo contrario. Por eso nos parece irónico ya que la ironía es una forma de pensamiento por lo tanto manifiesta el posible distanciamiento entre un suceso que pueda realizarse y la realidad de quien pretenda llevarla acabo. Es decir, nos encontramos frente a una contradicción: Picasso pretende burlarse de los conocedores de arte y por eso plasma su pintura en el pecho del niño. En su afán de burlarse de éstos crea una pintura que más bien cimienta inquietud en la sociedad ya que permite ver con ahínco la degradación de los seres humanos. Esta idea nos parece irónica no sólo por la contradicción sino por el contraste entre la supuesta pretensión y la verdadera realidad. Sin embargo la ironía no se conforma con encontrar contradicciones, es necesario que exista una voluntad de verdad. La cita anterior es un buen ejemplo de un texto irónico, puesto que nos presenta un hecho que después va a resultar contradictorio, de inicio surge la sospecha que debemos descubrir dos ideas contrarias y posteriormente decidir cuál es la verdadera, cuál aceptaremos como creíble y certera. En el segundo párrafo ya encontramos la voz del personaje principal: “Todos festejan el incidente, creyendo que Picasso dio una lección a los mercaderes del arte. Debí refutarlos hace mucho tiempo, pero no me convenía divulgar la verdad. Ahora no puedo seguir callando. Sé que manejan información de segunda mano. Sé que mienten. Lo sé porque yo era el niño del tatuaje”. (p. 49-50) De aquí en adelante la historia estará a cargo del niño, por consiguiente estamos hablando de un narrador autodiegético. El personaje central nos contará su historia fidedigna ya que en el primer párrafo encontramos la anécdota que los biógrafos cuentan acerca de este suceso, empero no es del todo verdadera pues nos dicen que Picasso vivía en los años 50 en Cannes y en las mañanas tomaba el sol en la playa de La Californie. Esta parte es muy fidedigna pues fuera de la ficción de este cuento; recordemos que este artista español en el verano de 1955 se instala con Jacqueline en Cannes, en “la Californie” en donde residió hasta 1961. Un buen día un turista vio que a Picasso le gustaba jugar con los niños en la playa, así que envío a su hijo a pedirle un autógrafo. Aquí es en donde los biógrafos fallan, pues tanto su padre como el niño vivían en Cannes no eran turistas. Sus padres trabajaban en este lugar cuidando la residencia de la señora Reeves. En este cuento ubicamos varios personajes que van a ser ironizados por nuestro autor-narrador como son: la señora Reeves, las sociedades, los conocedores de arte, las autoridades, su familia y el Ministerio de Cultura. Por consiguiente la vida del niño la vamos a dividir en 4 partes: cuando vive con la Señora Reeves, su vida en los museos, cuando es raptado y vive con Uninge y su vida en París. Resulta conveniente separar sus etapas de vida para tener un mayor dominio de las situaciones que vivió y así ubicar al humor y a la ironía de acuerdo al momento que vivía, pues algunos hechos se convierten en imprescindibles por la edad del niño ya que lo marcaran para toda su vida. Por ejemplo la primera etapa resulta trascendental y fundamental pues como niño sufre muchas ausencias además el bienestar de ser una obra de arte no le garantizó un trato como ser humano. a) Primera etapa. Su vida con la señora Reeves: La señora Reeves era coleccionista de arte distribuía su tiempo entre Florencia, París, Valparaíso y Nueva York, los veranos los pasaba en la Costa Azul; este personaje representa a todo un grupo de personas que ambulan por la vida aparentando lo que no son y andan con la bandera de buenas conciencias cuando en realidad sus acciones dicen todo lo contrario, se ironiza con una burla despiadada a estas personas que tienen segundas intenciones. En el cuento observamos en palabras del narrador autobiográfico cómo se crítica al citado personaje, detrás de sus aparentes cuidados maternales hacia el niño vemos el interés por el minotauro más que por el cuerpo de éste. Al ver al niño con el minotauro se quedó impresionada: “en un sorpresivo arrebato de ternura me tomó entre sus brazos, triturando mis costillas con toda la fuerza de sus 200 kilos, y sin pedir la autorización de mis padres organizó una cena de gala para exhibirme ente sus amistades”. (p. 50) Con esta cena ganó un éxito social rotundo tenía en su poder una obra maestra además le abrió las puertas a un nuevo mundo “Fue algo así como su doctorado en sofisticación”. (p. 52) Obviamente quiso que la “obra” se quedará junto a ella, los padres tuvieron una fuerte platica con la Señora y finalmente se llegó a un “acuerdo justo”: “Ella se comprometía a cubrir mis gastos de comida, vestido, alojamiento y educación a cambio de que yo le permitiera exhibir el tatuaje. Mi padre se deshizo de una boca y obtuvo 50 mil francos en una sola transacción comercial”. (p. 53) Durante la travesía por el Mediterráneo la señora Revees ofreció muchos bienes y ciertas libertades por lo que el niño no extrañó a su familia, pues en su hogar existían bastantes limitantes: “Éramos una familia católica practicante a la que Dios daba un hijo cada año, y como nuestros ingresos, indiferentes al precepto bíblico, ni crecían ni se multiplicaban, sufríamos una miseria que andando el tiempo llegó a lindar con la desnutrición”. (p. 50) De alguna manera se ironiza a este cierto tipo de familias que siguen creyendo fervorosamente en lo que les dicta su religión, vemos una familia católica practicante sin embargo podemos observar que los padres se atreven a vender a su hijo “Ignoro en qué resquicio de su conciencia cristiana pudo esconder esa canallada”. (p. 53) Aquí podemos hablar de una ironía literaria la cual es entendida como una forma de hablar en la que hayamos un dilema, entre lo dicho literalmente y lo que propiamente se quiere dar a entender, es decir, el narrador autodiegético entra en un pequeño dilema, por un lado nos dice su situación familiar: un hijo cada año, y por el otro, lo que nos trasmite de verdad: el precepto religioso está un poco erróneo: no importa que no haya los suficientes ingresos para mantenerse pero los hijos son benditos y son un regalo de Dios. La Señora Reeves sobreprotegía al niño, sin embargo la protección nada más era a su pecho pues tenía el Minotauro de Picasso, el resto del cuerpo del niño le era indiferente, no le preocupaba en lo más mínimo “A cambio de tanta libertad sólo me prohibió exponer el pecho al sol para evitar un despellejamiento que —según decía la muy hipócrita— podía resultar dañino para mi salud”. (p. 52) Aquí podemos retomar el término de la antigua Grecia, ya que la señora Reeves actúa en dissimulatio pues expresa y pregona bienestar para la obra pero no para el niño, en realidad hay hipocresía. En Grecia esta palabra hacía referencia a expresar una idea distinta de la que se piensa aunque no sea precisamente la contraria; ésta actitud de la Señora se aprecia claramente en su manera de actuar. Aparenta excelentes acciones empero vemos sus segundas intenciones: una persona inhumana e insensible, la cual procura y cuida con mucho esmero a una gran obra como toda una verdadera coleccionista y conocedora de arte. La ironía ataca con agresividad a la hipocresía siempre trata de desenmascararla, recordemos que “la ironía es la conciencia intranquila de la hipocresía”102. Esta actitud la podemos observar en todo momento en la señora Revees, procura tener los mayores cuidados con el niño o más bien con su pecho pues una historiadora en arte no iba a permitir que tan valiosa pintura se maltratara, por tal razón realizaba los cuidados pertinentes como a cualquiera de sus obras, por una extraña razón se olvidaba que el Minotauro “no era una obra como las demás”, esta tenía vida, movimiento y sentimientos, sin embargo esto pasó desapercibido por la Señora era tan insignificante que no requería la mayor atención o algún especial cuidado, ¿acaso importaba lo que sentía el resto del cuerpo?; ella era bon vivants y su función era cuidar las obras de arte y nada más. Cuando se lo llevó de Cannes con destino a Nueva York, el niño como ya dijimos tuvo privilegios, en el barco se sentía un rey; aún no comprendía lo que pasaba, por un momento creyó en las palabras de sus padres “la patrona me llevaba de vacaciones en su yate porque se había encariñado conmigo”. (p. 52) Cuando abordaron el avión dos criados de la señora Reves levantaron cuidadosamente al niño, pues desgraciadamente la firma de Picasso sólo abarcaba una parte del cuerpo, sin embrago había que cargar con el resto aunque resultara muy molesto: A esas alturas yo me sentía un pequeño monarca y creí que me llevarían cargando al interior del jet. Así lo hicieron, pero no a la sección de primera clase, como yo suponía, sino al depósito de animales, donde me envolvieron con una gruesa faja de hule espuma para proteger el minotauro contra posibles raspones. Perkins maulló vengativamente cuando me instalaron junto a él. En su jaula parecía mucho más libre y humano que yo. Entonces comprendí que me habían vendido. Entonces lloré. (p. 52) 102 Wladimir Jankelevitch, La ironía, p. 108 El humor como ya dijimos permite sopesar las adversidades de la cotidianeidad y ayuda al ser humano a estar por encima de sí mismo a pesar de estar frente situaciones rotundamente desfavorables; cabe la posibilidad de lograr un distanciamiento de los hechos. El niño con el Minotauro en el pecho a lo largo de todo el cuento va a recurrir al humor para lograr ver de diferente manera los acontecimientos de su vida y lograr este distanciamiento. Aquí podemos observar un hecho que de por sí es deplorable: ser visto como un objeto a pesar de ser un sujeto, sin embargo en la siguiente cita notamos una resignación tomada con humorismo: “Me asignó un lugar destacado en la sala. Entre una litografía de Goya y una versión en miniatura del Mercurio de Rodin” (p. 53). Cabe señalar que en el apartado dedicado a la risa mencionamos diferentes tipos de risa de acuerdo a la situación y a la ubicación que ocupe una persona frente a un hecho. El niño en este caso juega el papel de víctima por lo tanto quizá éste no contemple la posibilidad de reír de sus propias desgracias pero también existe la probabilidad de lograr un cierto desprendimiento de las situaciones. A pesar de aceptar su condición de ser una pintura por lo menos exige un lugar privilegiado pues no es cualquier obra de arte debe estar cerca de los grandes cuadros. En otra situación apreciamos esta misma idea: la aceptación de ser una obra de arte pero con la atención que se merece una pintura de Picasso. El niño sabía que no cualquier pintor plasmó su firma en su pecho sino el famosísimo español así que debía exigir un trato y una calidad como una verdadera obra de arte contemporáneo, no era una imitación y mucho menos de un pintor desconocido. Por eso cuando la señora Reeves cuida con esmero su inversión éste exige que se le cuide como a las famosas pinturas: “Así como preservaba de la humedad sus óleos de Munich y Tamayo, me trataba con amor para conservar una vida que —le gustara o no— formaba parte del cuerpo”. (p. 54) En otra cita observamos lo anterior: “Endurecido por la pena y el ultraje, decidí aprovechar mi nueva situación y olvidarme para siempre del hogar que había perdido. Era un esclavo, sí, pero un esclavo envuelto en sábanas de seda”. (p. 53) Al inicio del cuento también podemos observar un humorismo por parte del niño cuando todavía no sabe bien lo que pasa a su alrededor pero de algo está seguro, él es el importante, cuando la señora Reeves ofrece la cena el niño actúo de la siguiente manera: “Decidí boicotear mi debut en sociedad”. (p. 50) De alguna manera con estas intervenciones humorísticas él se da la posibilidad de enfrentar su nueva vida con un toque de actitud lúdica lo que le permitirá rebajar la carga de atrocidad. En esta etapa de su vida encontramos a un personaje colectivo “los críticos de arte”, a los cuales se ironiza de una manera dura pues nos burlamos y nos reímos de sus opiniones, de sus supuestos conocimientos; representan a todas aquellas personas que enarbolan la bandera de historiadores de arte y más bien son farsantes y embusteros, ya sean críticos de pinturas, esculturas, piezas musicales, arquitecturas, literatura, etc. Cuando la señora Reeves por primera vez muestra al niño entre sus colegas dan sus valiosos puntos de vista al igual que la Señora, ellos no veían más allá que un excelente cuadro elaborado por Picasso, el resto del cuerpo era visto como un estorbo: “Un famoso corredor de autos me retrató el pecho, procurando colocar la cámara de tal manera que mi rostro —carente de valor artístico— no estropeará la foto”. (p. 51) Los “conocedores de arte” nos recuerdan a la pareja arquetípica de la antigua comedia griega: alazon y eiron, podemos decir que éstos juegan el papel de fanfarrones que alardean de su valentía y de sus conocimientos aunque al final terminan siendo los ironizados pues son unos “falsos sabios” y dejan al descubierto su ignorancia. Por un lado, quizá estos conocedores representan a alazon, pues como bien sabemos éste simboliza a “toda aquella actitud vanidosa, y en el fondo estúpida, de quien finge unas actitudes que está muy lejos de poseer”.103 Y por otro lado el narrador implícito, en palabras del autobiográfico, resulta ser eiron pues “en apariencia desvalido, esconde su juego y, por medio de sinuosas estratagemas, se sale con la suya”.104 Sin embargo cabe aclarar que el personaje central de este cuento, sí se encuentra desvalido y por eso sufre tantas injusticias, tal vez vemos esta actitud en el narrador implícito pues si el lector descubridor de eironeias logra una reflexión de los hechos que está leyendo, sí podemos decir de alguna manera “que se sale con la suya” y entonces sí juega el personaje de “falso tonto”, puesto que nos presenta acontecimientos que él quizá repruebe y por lo tanto éste —junto con el lector— se burlan irónicamente del personaje colectivo. Cuando llegó a Nueva York su trabajo era exhibirse como una pintura, los amigos de la Señora iban a ver su nueva adquisición artística: “—Isn’t gorgeous? —pregunto la gorga, resplandeciente de satisfacción. —Oh, yes, it’s gorgeous — respondieron a coro los invitados”. (p. 51) Los conocedores de arte resultan igual de patéticos que la Señora, sus opiniones nos parecen de lo más risibles, trataban de explicar y ver en la obra de Picasso elementos que quizá ni existían, resulta muy irónico que lo único que este artista español quería era darles una lección a los comerciantes de arte sin embargo resultó todo lo contrario: —El minotauro es un símbolo de virilidad. Picasso ha plasmado en el pecho del niño sus ansias de rejuvenecer, utilizando el tatuaje como un hilo de Ariadna que le permita salir de su laberinto interior hacia el paraje solar de la carne y el deseo. —Digan lo que digan, el tema de Picasso fue siempre la figura humana. Es natural que su interés por el hombre lo haya conducido a prescindir del lienzo y a pintar directamente sobre la piel del hombre, para fundir el sujeto y el objeto de su expresión plástica. (p. 53) 103 104 Pere Ballart, Eironeia, la figuración irónica en el discurso literario moderno, p.40. Loc.cit. El humor funciona como una herramienta que permite lograr cierta libertad frente a hechos desoladores, pero también el humor es un juego de inteligencia con el cual se puede jugar y bromear con los acontecimientos de la vida, los cuales a veces resultan incongruentes. El sentido del humor permite ver de distinta manera las situaciones y entonces se tornan con un toque de comicidad e ingenio los hechos paradójicos como en la siguiente situación: las hormonas del niño comenzaron a despertar así que cuando cumplió 16 años las “hormonas declararon la guerra al arte contemporáneo”. La señora Reeves comenzó a preocuparse por su inversión, ésta estaba siendo amenazada por una bola de vellos “Una mancha de vellos negros cubrió primero las piernas del minotauro, subió desde mi obligo hacia donde comenzaba la cabeza de toro y acabó sepultando el dibujo bajo una densa maraña capilar”. (p. 54) No hubo otro remedio que acudir a los expertos en conservación de pinturas, estudiaron el problema y dieron su opinión: ...el problema no era técnico sino estético. Lo de menos era depilarme con cera, pero ¿tenían derecho a interrumpir la evolución de una obra concebida para transformarse a través del tiempo? ¿Habría utilizado Picasso la piel humana si no hubiese querido que los pelos ocultaran el tatuaje cuando yo creciera? Un poeta que se jactaba de su amistad con el pintor dirimió la cuestión. A su juicio, los pelos cumplían la misma función que los boletos del Metro y las cajetillas de cerillos en los cuadros de la época del cubismo sintético pintados en colaboración con Braque. Quizá la anterior situación humorística la vemos desde la perspectiva de Bergson cuando nos dice “una situación es siempre cómica cuando a un mismo tiempo pertenece a dos series de acontecimientos enteramente independientes y puede interpretarse a la vez en dos sentidos muy diferentes”105, puesto que los vellos están fungiendo al mismo tiempo una doble función totalmente diferente e 105 Víctor Bravo, Alegoría y humor. La reconstrucción del sentido en Figuraciones del poder y la ironía, p.131. independiente lo cual provoca humor y risa. También podríamos ubicar la definición que nos proporciona Shopenhauer acerca del humor “es la percepción repentina de una incongruencia entre una idea y el objeto real”106, ya que el crecimiento del vello es natural en el desarrollo del cuerpo humano y los críticos de arte convierten la situación en algo incongruente, existe un abismo bastante considerable entre las ideas que estos proponen y la situación real. Según los conocedores de arte quitar los vellos sería como quitarle los bigotes a la Mona Lisa de Marcel Duchamp. Como bien sabemos el cubismo sintético juega con las superficies eran más amplias y decorativas; la novedad más representativa de este período fue sin duda el uso de materiales cotidianos como cajetillas de cigarros, páginas de periódicos, trozos de vidrio, telas, etc. En esta etapa artística se ubica Picasso y Braque, el cual realizó sus famosos papiers collés (collages). Quizá los amigos de la señora Reeves y ella misma relacionaron al niño y su pecho con esta estética cubista, tal vez creyeron que los vellos y la carne humana en evolución eran nuevos materiales plásticos que enriquecían al arte. La señora Reeves aceptó dejar el cuadro en evolución pues temía ser calificada de “enemiga de la vanguardia”, si el Minotauro causó bastante fascinación y fervor entre los conocedores, ahora el Minotauro envuelto de vellos negros causaba a un más éxito que el anterior, era todo una obra de arte con nuevos elementos y mucho más interesante, a pesar de que ya no se lograba ver la pintura: “Ensoberbecida, la señora Reeves se comparaba con la señora de Guermantes: daba tres cocteles a la semana y aún así tenía en lista de espera a cientos de socialités que se disputaban el privilegio de NO VER el tatuaje”. (p. 55) Seguimos leyendo más hechos que nos demuestran las incongruencias y los absurdos que la gente puede llegar a cometer, Serna nos presenta por medio de su narrador autobiográfico los hechos con un toque lúdico. El humor también 106 Loc.cit. puede funcionar como un instrumento que conlleva a una alegría, en el capítulo dedicado al humor nos dimos cuenta que para crear un humor verdadero se requiere genio, jovialidad, agudeza, comicidad y perspicacia, estos elementos los podemos ver claramente en el siguiente hecho pues nos deja ver la capacidad creativa e imaginativa de nuestro narrador mexicano, él como bien dice no escribe con la conciencia de crear un texto humorístico sin embargo nos presenta un humor de alta calidad, ya que por una parte nos permite reflexionar y cuestionarnos de los hechos que estamos leyendo pero por otra parte nos provoca una buena carcajada. Lo anterior se aprecia en el siguiente suceso: la pintura se había convertido en una obra para el tacto, pues algunos de los invitados acariciaban los vellos, el adolescente se defendía de las caricias masculinas sin embargo los agredidos exigían que les pegara de nuevo y con mayor fuerza. Quizá los críticos, los conservadores y los conocedores de pinturas siguen asociando al cubismo sintético con el Minotauro de este artista español, ya que Picasso utilizaba el collage para conseguir al fin que el cuadro sea realidad en lugar de sustituirla y lo que permite éste es pegar literalmente trocitos de realidad sobre el lienzo. Tal vez los críticos de arte creían que el Minotauro había ido mucho más lejos que esta propuesta, Picasso había plasmado un dibujo para el tacto y con un marco de carne y hueso, una obra muy vanguardista para la señora Reeves y sus conocedores de arte, ahora los vellos eran un nuevo material que tal vez Picasso utilizaba para darle más fuerza a su nueva estética, había logrado que esos trocitos de realidad nacieran del propio cuadro. En el siguiente acontecimiento vemos la presencia del humor y de la ironía. Nos permite reafirmar algunas tesis que se han puesto de manifiesto en el análisis del cuento; en el caso del humor notamos las opiniones lúdicas que emiten los conocedores, y por parte de la ironía observamos a los “falsos sabios”, a los que alardean de sus conocimientos y habilidades cuando en verdad son todo lo contrario. Uno de los expertos en conservación de pinturas explicó el comportamiento del muchacho cuando pega: “—Cuando el muchacho golpea — exclamó un día un crítico del New Yorker, sangrando por nariz y boca—, la persona implícita en el minotauro se vuelca sobre el espectador, haciéndole sentir en carne propia la experiencia estética”. (p. 55) Una de las pistas que nos proporciona el inglés Wayne Booth para poder decir que un texto es irónico es cuando podemos ver tesis u opiniones que alardean una verdad cuando es un error clamoroso que quizá no pueda ser sostenible. Las declaraciones de los conocedores de arte nos ayudan a confirmar que estamos frente a un cuento irónico también más adelante observaremos situaciones o comentarios que en su mayoría nos resultan bastante risibles e incongruentes por el poco fundamento que las sostiene. Aquí finaliza su primera etapa pues la señora Reeves sufre un ataque de embolia y muere, sin embargo su última estocada funesta por parte de ésta hacia el niño fue incluirlo entre sus bienes, y había dispuesto que esta pintura fuera donada al museo de su pueblo natal. b) Segunda etapa. Su vida en los museos: El dueño del museo de New Blackwood no le importó si los vellos fungían una especial función o si eran de suma importancia para la evolución del cuadro, él depiló despiadadamente el pecho del adolescente y según éste hirió su orgullo artístico pues: “¡Yo un Picasso, junto a una reproducción de la Última cena de Salvador Dalí!” (p. 56). Observamos la presencia del humor y la idea mencionada con anterioridad; asume su rol de cuadro pero eso implica privilegios dentro de un museo pues no es lo mismo un auténtico y original Picasso que una réplica, pues como bien sabemos los museos o galerías se acomodan de acuerdo a la importancia o a la época del cuadro, por lo tanto, no permitiría que lo rebajaran pues era inconcebible que un cuadro de un pintor reconocido estuviera al mismo nivel de una reproducción. Estas intervenciones por parte del niño nos conducen a afirmar que estamos frente a situaciones desfavorables pero a la vez frente a un texto humorístico. Recordemos que una de las intenciones del humor es encaminarse hacia un cierto tipo de libertad que permite estar por encima de los hechos funestos. El humor, habíamos dicho, es un estilo estoico en donde se percibe la interioridad del ser humano. El humor de alguna manera es como una forma de defensa ante las adversidades de la vida. Y lo que está haciendo el niño es enfrentarlas con una actitud bastante lúdica a pesar de todas los acontecimientos que ha tenido que vivir; podemos afirmar que este niño en algunos momentos ha logrado un distanciamiento de sus experiencias desoladoras y ha logrado una cierta libertad que le permite seguir sopesando los atropellos. En el museo de New Blackwood tenía reservado una jaula de cristal con un letrero que decía Hombre con minotauro en el pecho, ahora tenía un nombre, en esta etapa notamos la idea del objeto por encima del sujeto y del pequeño detalle que pasaba desapercibido: no era como los demás cuadros, parecía que los críticos veían el resto del cuerpo como un marco de carne y hueso que no merecía la menor atención, se le daría el mismo trato que a las demás obras: “Alegando estreches presupuestales me racionaba la comida. El suyo era un museo democrático, no se podía gastar más en mí que en otras piezas”. (p. 57) Además el director de este museo lo obligaba a permanecer inmóvil y a sonreírles a los visitantes. En respuesta a este trato, el hombre con minotauro en el pecho decidió adoptar una actitud rebelde, la cual esta impregnada de humorismo pues sus protestas son realmente escandalosas para el director del museo: Cubría mi vitrina de vaho, hacía huelgas de pecho tapado, enseñaba el miembro a las jovencitas de High School y me burlaba de sus maestros de Historia del Arte, interrumpiendo sus lecciones con alaridos procaces: ¡No le hagan caso a ese cretino: el Guernica es una porquería, Las señoritas de Aviñon eran unas putas iguales a ustedes!. (p.57) Estas acciones resultan grotescas para los espectadores del cuadro y para el director pero para el niño resultan una forma de defensa y claro nos parecen humorísticas ya que no es muy común que una obra de arte decida ponerse en huelga, no exhibirse y mucho menos insultar a los visitantes además de blasfemar contra una obra de su mismo creador y resulta a la vez irónico y humorístico el juego de palabras entre señoritas y putas como él les dice. El director del museo consideró que “ninguna obra de arte por importante que fuera tenía derecho a insultar a sus espectadores. Considerando que si Picasso era ateo yo bien podía ser el Anticristo, el jefe de la Iglesia metodista...”. (p. 58) Seguimos con las opiniones absurdas e ignorantes; decidieron encadenarlo “Ni las bestias del zoológico recibirían un trato semejante”. (p. 58) c) Tercera etapa. Su vida en casa Heinrich Kranz y Uninge: Fue robado del museo New Blackwood por encargo de Heinrich Kranz quería hacerle un regalo a su esposa Uninge, lo mantuvieron en el sótano hasta el día de cumpleaños de ésta; los Kranz tenían en su casa una considerable colección artística pero a todas sus obras les daban un mal trato, les hacían todo lo contrario de lo que canónicamente se les debe hacer a las obras, es decir no sentían un respeto por ellas, las ensuciaban, las maltrataban, las pisoteaban, etc.: El Cristo amarillo de Gauguin estaba colgado de cabeza, como en un misa negra, y tenía pegada en la boca una verga de hule. Había unas Mujeres en bronce de Henry Moore disfrazadas de putas, con bragas transparentes y sostenes de lentejuela. Vi a un bárbaro apagando un cigarrillo en un autorretrato de Rembrandt, a otro que derramó su copa sobre un icono ruso del siglo XIV. (p. 59) La cita anterior nos deja ver un humorismo, ya que estamos acostumbrados a ver a las grandes obras rodeadas de atenciones y cuidados además de un toque de solemnidad; y lo que aquí observamos es una actitud irreverente y un poco anormal. Estos personajes de alguna manera utilizan el humor como una herramienta de defensa pues les permite burlarse de los conocedores de arte y de las aureolas de divinidad en las que encasillan a las obras. Utilizan el humor para jugar y divertirse, quizá éstos lo emplean cómo una manera de criticar lo que ellos rechazan, recordemos que el humorismo es empleado como un instrumento que permite una crítica social, por lo general el humor es utilizado en estos casos para enfatizar una crítica hacia aquellas actitudes que uno considera exageradas o reprochables y tal vez por eso los Kranz profanan y se burlan de algunas normas que consideran muy estrictas en el ámbito del trato hacia las artes. Uninge Kranz sentía demasiado placer al destruir las obras de arte: “Era mi nueva propietaria: la perversa Uninge. Me saludó a la manera de Calígula, con un artero apretón de testículos. —Bienvenido al Club de profanadores de Arte. No sabes cuánta falta le hacías a mi colección. Tú eres algo distinto. Ya estaba cansándome de las obras inanimadas”. (p. 60) En pocas palabras Uninge se dedicaba a quitarle valor a las obras de arte, primero se las roba para despojarlas de su aureola de divinidad, después “viene lo más divertido: escupirlas, ensuciarlas, barrer el piso con ellas”. (p. 60) Ésta lo conduce a su habitación donde el niño: “perdí hasta el último residuo de castidad. Sería ingenuo decir que me redujo a la categoría de objeto sexual, pues lo cierto es que mi cuerpo no le importaba. Toda su refinada lujuria se concentraba en el tatuaje. Lo pellizco, lo araño, lo lamió”. (p.61) Quizá sea una nueva perspectiva de ver el arte sin embargo nos resulta bastante irónico porque se vuelven a repetir las mismas ideas de los conocedores de arte. Los Kranz se enfocan a ver el Minotauro grabado en el pecho del muchacho, tampoco les importa el demás resto del cuerpo, vuelve a ser insignificante y a carecer de valor como individuo vale por ser una obra no por ser un ser humano, nuevamente es rebasado por el objeto frente a su condición de sujeto. El ser humano por naturaleza crítica siempre lo que no le parece o con lo que no esta de acuerdo, para lograr lo anterior busca ayuda en el humorismo ya que éste permite por medio de una visión crítica ampliar ciertos panoramas. Además en este humor primero podemos reír pero también analizar el contenido, y depende del lector si comparte esta crítica humorística, en este caso el de los Kranz. Éstos personajes critican la forma de ver el arte y los cánones establecidos pero su forma de expresarlo quizá resulta un tanto irónica ya que actúan parecidamente a los conocedores de arte, a la señora Revees, y como veremos más adelante al Ministerio de Cultura. Por un lado los conocedores lo alaban, lo “cuidan”, lo glorifican, lo enaltecen; por el otro lado los Kranz lo destruyen, lo desprecian, lo humillan; pero finalmente ambos se centran en el Minotauro y se olvidan del resto del cuerpo, minimizan al sujeto anteponiendo al objeto, se olvidan de los sentimientos, preocupaciones, de la vida del muchacho lo único que les importa es el pecho. Éste es el valioso o al que hay que despreciar a costa de cualquier trato, al fin de cuentas ambas partes le dan un trato inhumano e irrespetuoso. Los primeros en su afán de glorificarlo le dan un trato irreprochable, los segundos en su afán de destruirlo le dan un trato inapropiado: Le hice el amor con una capucha, porque no quería verme la cara. Después vinieron los latigazos, no dados a mí, desde luego, sino al minotauro, a Picasso, a la propia conciencia de Uninge. Yo era el que sangraba pero no el que recibía el castigo. Roció mis heridas con limón, volvió a cabalgarme y cuando se acercaba el momento del orgasmo me clavó un alfiler en el pecho. El dolor fue tan intenso que perdí el conocimiento, pero Uninge me administró sales de amoniaco para prolongar el suplicio. (p. 62) El escritor Wayne Booth nos dice que el lector puede identificar las incongruencias entre una idea expuesta y el desarrollo de ésta además tiene la posibilidad de tomar la decisión sobre cuál tesis es la verdadera y con cuál se conformará y aceptará como certera. Quizá algunas acciones de los Kranz como hemos visto nos resultan un tanto grotescas y parecidas a las de los demás sin embargo tienen algo de rescatable. Si analizamos con detenimiento las acciones de los Kranz podemos afirmar con toda certeza que estamos frente a un texto humorístico e irónico ya que estas acciones tienen un trasfondo. Nos trasmiten un poco de verdad y reflexionamos acerca de cómo es visto el arte. Después de detenernos en sus acciones podemos afirmar que éstos denuncian de alguna manera las arbitrariedades que rodean al arte, lo que tratan es de burlarse de los conocedores, quieren desmitificar las pinturas y poner de manifiesto que el arte se ha convertido en un gran negocio para la sociedad, es decir detrás de las buenas intenciones y el gusto por el arte hay intereses económicos, políticos y sociales. Como es el caso de la primera propietaria del niño y del Ministerio de Cultura, ambos tras la máscara de admiradores del arte tienen un fin lucrativo con éste. El arte se ha convertido en una buena inversión pues produce capital además proporciona sofisticación: ¿Crees que tu deleznable tatuaje merece algún respeto? No, mi cielo, aquí no. Yo me río de Picasso y de la gente que lo admira, empezando por tu antigua dueña, que en paz descanse. Pobre ballena. Se creía culta y sublime. Yo vengo de vuelta de todo eso. Estamos en la edad de la impostura, cariño. El arte murió desde que nosotros le pusimos precio. Ahora es un pretexto para jugar a la Bolsa. Yo muevo un dedo y la tela que valía 100 dólares en la mañana se cotiza en cincuenta mil por la noche. (p. 60) Heinrich Kranz era mejor conocido como el Rey de las Nieves por ser un traficante de cocaína, por lo tanto no tenían necesidad de robar sin embrago a su esposa le excitaba que las obras fueran robadas. Estos dos personajes pertenecían al hampa internacional, su núcleo social eran los presidentes y los banqueros, es decir los traficantes son parte del mismo sistema gubernamental, lo cual nos resulta bastante irónico, pues seguimos con la idea de la doble personalidad, por así decirlo. El narrador autodiegético ironiza tanto a los traficantes como a los presidentes y banqueros pues nos menciona algunas de las cualidades que aprendió de estos individuos: “De un ambiente así no es fácil salir moralmente ileso. Aprendí a mentir, a robar joyas de mis amantes, a chantajearlas, a hacerme el remolón para que me dieran buenas propinas”. (p. 62) En su estancia con los Kranz participó en las fiestas que se organizaban, comenzó a tener relaciones sexuales con las invitadas, las cuales le proporcionaban propinas, se convirtió en un prostituto, por así llamarlo. Pero de esta situación le surgió la idea de explotar al máximo su nueva ocupación y así poder convertirse en su dueño y alcanzar una economía estable, había que explotar la pintura de Picasso ya que se acostaban con él por el minotauro plasmado en su pecho, de alguna manera era como la vía para tener contacto con la obra animada de Picasso y estar más cerca de éste artista. El muchacho planeó su huida de Alemania y lo logró, realizó un trato con el director del museo de New Blackwood: “le regalaría la Venus de Rubens, una pieza mucho más valiosa que el minotauro, a cambio de mi libertad y 10 mil dólares. El tacaño se negó a pagar la compensación económica, pero aceptó el intercambio”. (p.63) d) Cuarta etapa. Su vida en París: El humor permite una cierta libertad partiendo de la negatividad de la existencia el hombre tiene la capacidad de estar más allá de sí mismo y de sus acontecimientos por más desoladores que éstos puedan ser; el humor permite asumirlos o verlos como “hechos simples”. A lo largo de la vida del niño hemos observado diversos hechos funestos, mismos que trata de vivir con un poco de humorismo y le permite ver la parte “divertida” y así bromear y jugar con su vida para lograr un distanciamiento y verlos como “hechos simples”. Un ejemplo de lo anterior es cuando llega a Paris y reúne a una clientela bastante considerable que pagaba por acostarse con él o mejor dicho con el minotauro o con Picasso “reuní rápidamente una clientela de millonarias excéntricas que pagaban sumas exorbitantes por irse a la cama con una obra maestra del arte contemporáneo”. (p. 63) Se instaló en un departamento de lujo en Saint Germain: Recibía dos o tres mujeres por noche, poniéndolas en distintas habitaciones [...] Llegué a cobrar una tarifa extra por quitarme la camiseta y a las mujeres proclives a los arañazos les impedía tocar el tatuaje. Que sufrieran: acostarse conmigo era tan prestigioso como lucir un modelo exclusivo de Cocó Chanel. (p. 63) En esta parte de la historia observamos al Ministerio de Cultura, el cual se entera de la transacción que había hecho la señora Reeves, así que lo contactan y le piden que les explique su vida y cómo había llegado a prostituirse, después de contarles todos los infortunios que sufrió, en un acto humanitario el Jefe de Inspectores le ofreció una disculpa en “nombre del género humano”. El Gobierno francés se encuentra muy apenado por las situaciones que ha vivido a lo largo de su vida, por el abuso que han cometido contra su persona, por el maltrato hacía su cuerpo y por el ultraje hacía el minotauro. Una pista para poder afirmar que estamos frente a un texto irónico es identificar una voz que parece a primera vista convincente y verdadera pero después resulta falsa o contradictoria y entonces el lector tendrá que analizar cuidadosamente las palabras y las acciones de dicho personaje pues quizá estemos frente a situaciones irónicas que hay que descodificar. A primera vista el Ministerio de Cultura aparenta buenas acciones sin embrago debemos ser cautelosos y descubrir si en verdad quiere el bienestar del muchacho o hay detrás de sus buenas acciones otro significado. Como una pequeña recompensa le otorgan una beca para estudiar la escuela: “...como una mínima compensación por mis desdichas, me ofrecían una beca para estudiar una carrera técnica. Pero eso sí, un Picasso era un Picasso y tres veces a la semana tendría que posar en el Centro Georges Pompidou, donde por supuesto respetarían mi calidad humana”. (p. 65) El gobierno francés ha puesto al descubierto sus dobles intenciones detrás de esa máscara humanitaria vemos sus verdaderos intereses. La cita anterior nos deja ver la máscara en que está inmersa el Ministerio de Cultura, nos resultan muy irónicas sus palabras, es un doble discurso; forman parte de la misma red de corrupción y de ineptitud, lo único diferente es que aparentan mucho mejor que los anteriores personajes, sus buenas intenciones al final resultan igual de reprochables quizá son un poco más aceptables pero no dejan de ser irrisorias. Por un lado piden disculpas por el comportamiento humano, por las atrocidades que han cometido con él, por el abuso lucrativo hacia su persona y por el otro, le piden que se exhiba en el Museo de Arte Contemporáneo. Nuevamente estamos frente a tesis contradictorias lo que nos ayuda a reafirmar la presencia de la ironía en este cuento, recordemos que la mayoría de las veces la ironía nos expone ideas en donde podemos apreciar un contraste entre lo que se pretende llevar a cabo y la realidad. Quizá el Ministerio pretende bonificar al niño pero ese intento está alejado de la realidad. Por lo tanto nuevamente estamos frente a un texto irónico, pues descifrando las verdaderas intenciones de esta institución observamos una actitud reprochable. El concepto de ironía queda mucho más claro ahora que lo vemos aplicado en estos ejemplos y podemos decir que la teoría acerca de este concepto nos a permitido leer con cuidado para lograr una descodificación de ironías que al final nos permitirán emitir juicios acerca de los hechos presentados. Sabemos de antemano que estamos frente a un cuento que contiene ficción sin embrago en esta sociedad puede llegar a suceder cualquier acontecimiento, por lo tanto estamos preparados y alertos para identificar ciertas ideas contradictorias. Aunque cabe señalar que un ironista nunca impone su verdad, depende de cada lector lo que quiera entender y descubrir. Le entusiasmaba su nueva vida pues por primera vez sería una persona normal, nunca había llevado una vida como ser humano siempre fue visto como una pintura. En esta cuarta etapa fungía dos papeles por un lado seguía siendo admirado por ser una pintura elaborada por el magnífico pintor Picasso y por otro lado lo veían como una persona cualquiera. Acostumbrado a los malos tratos, al ocio, al reposo casi inmóvil, a la falta de cariño; no pudo lograr adaptarse a su nueva situación, extrañaba de alguna manera su existencia pasada: Ocurrió que mi nueva vida, una vida sana, laboriosa y sencilla, me dejaba un profundo vacío interior. Creyendo que me hacía falta una pareja intenté relacionarme con mis compañeros del Politécnico, que nada sabían del tatuaje, y descubrí con espanto que no correspondía a su cariño. [...] No sólo en el amor fracasaba, también en los estudios. (p. 65) Con antelación hablamos de su superioridad como objeto frente a ser un sujeto, esta idea de objeto/sujeto nos resulta irónica ya que en algunas ocasiones de la vida practica los objetos siempre terminan por encima de los sujetos, anulando la condición de ser humano, en la actualidad los objetos han cobrado un valor sumamente importante, eres cuanto más objetos de valor poseas. Si los objetos dominan nuestra vida ahora pensemos en la difícil tarea de fungir a la vez el mismo papel, por un lado ser un sujeto que es visto como objeto y aún peor ser rebasado y eliminado por éste. Lo anterior nos permite reforzar y afirmar que la ironía si retrata con exactitud las paradojas y las incongruencias que la vida ofrece, nos hace ver con mayor claridad la corrupción y degradación del ser humano. Si uno como lector reflexiona sobre los acontecimientos presentados y logra descubrir la maraña de mentiras y absurdos la ironía ha cumplido su fin, por donde pasa ésta siempre habrá más luz y apreciamos las reticencias humanas. El minotauro plasmado en su pecho siempre tuvo mucho más valor que él mismo y por eso al final no puede superar su condición de ser objeto y de repente actuar como sujeto. Siempre estuvo subyugado y minimizado por una parte de su cuerpo, además esta condición de objeto le creó un sentimiento de inferioridad por consiguiente se acostumbró a recibir un trato inhumano: “No exhibicionista inferioridad irredento, sino respecto que había desarrollado un sólo era un sentimiento de al minotauro, una morbosa complacencia en ser el deslavado complemento de la gema que llevaba en el pecho”. (p. 65) Además como hemos visto no sólo fue utilizado como objeto-cosa-pintura sino también como objeto sexual, lo cual le hizo fracasar en sus intentos de relacionarse con sus compañeras de escuela, pues él estaba acostumbrado a tener relaciones “amorosas-carnales” por ser un objeto valioso, por tener el minotauro, por tener la firma de Picasso, pero nunca por ser un sujeto: “Esperaba de ellas el trato inhumano al que me había acostumbrado en larga carrera de objeto artístico”. (p. 65) Abandonó la escuela y decidió pasar mucho más tiempo posando en el Centro Pompidum, además de que le pagaban 300 francos por horas extras, sin embargo sus sentimientos iban empeorando, pues se sentía solo, vacío, descubrir que su intento por cambiar de vida no tuvo éxito y pudo más su vida como ornamento fue lo que lo orillo a convertirse en un alcohólico empedernido, bebía de todo: coñac, cerveza, ron, lejía, lociones y vinagre. En un momento de desesperación quiso arrojarse al río Sena pero finalmente se arrepintió. En este momento uno como lector piensa que la muerte está cerca para nuestro protagonista y su estado físico se encuentra en suma decadencia; después sabemos que comienza a tomar aguarrás y en una ocasión derrama este líquido sobre una estopa: Tallando con fuerza desvanecí primero los colores del tatuaje. La mano me temblaba, tuve que darme valor con un trago de aguarrás. El contorno del dibujo desapareció luego de mil fricciones dolorosas. Finalmente, sin reparar en irritaciones y quemaduras, asesiné con esmero la firma de Picasso. Había roto mis cadenas. Yo era yo. (p. 66) Al llegar a este punto deducimos como lectores que por fin ha conseguido su libertad como sujeto, se ha liberado del tatuaje el cual lo condenó a lo largo de su vida, ha borrado la firma de Picasso, la sombra y a la vez la presencia de este artista: “Picasso dibujó el tatuaje para insultarlos, y ellos, en vez de ofenderse, le demostraron a costa de mi felicidad que hasta sus burlas valían oro”. (p. 61) Ya no estaría más subyugado a las autoridades; se liberó de las humillaciones, de los maltratos, de las injusticias, de los abusos, de las opiniones ridículas, de los supuestos cuidados y de todas aquellas personas que caminaron junto a él con una máscara, dejaría de ser una obra de arte. Pero para sorpresa nuestra nos encontramos frente a un cuento que tiene un final epifánico pues irónicamente resulta todo lo contrario. Al final nuevamente encontramos al Ministerio de Cultura el cual vuelve a ser punto de ataque irónico pues resulta que nuestro personaje central ha cometido un gravísimo error, volvemos a observar la injusticia, el abuso y el apego a ley de una manera ridícula. Y resulta mucho más irónico y irrisible ya que al final nos sorprende la postura y la cláusula de la Ley de Protección al Patrimonio Artístico: “La encantadora cláusula dispone una pena de 20 años de cárcel para quien destruya obras de arte que por su reconocido valor sean consideradas bienes nacionales”. (p. 66) Descodifiquemos estas palabras: “quien destruya obras de arte”, sólo en este momento lo tratan como un sujeto que abusó y destruyó una obra artística; “que por su reconocido valor sean consideradas bienes nacionales”, en cuestión de minutos era considerado un individuo que cometió una fechoría y ahora es un objeto que ha sido destruido, lo incluyen dentro de los bienes artísticos. Como habíamos dicho el Ministerio se presentó con una máscara más humanitaria sin embargo traducimos su máscara de bondad y finalmente resultó actuar en el mismo nivel que la señora Revees, ambos incluyen al personaje protagónico como un objeto material. Su primera mercenaria lo incluyó dentro de sus bienes personales; el Ministerio lo asume como parte de los bienes nacionales. Para finalizar la historia el personaje protagónico nos dice que ha decidido escribirle al Secretario General de la ONU, para suplicarle que abogue por él en nombre de los Derechos Humanos. El narrador implícito —en palabras del narrador autobiográfico— todavía nos deja ver una fuerte crítica irónica hacia aquellas instituciones que sirven para defender los derechos. Como bien sabemos en algunos casos los que están al frente de estas instituciones se ocupan de cosas mucho más relevantes que defender la dignidad de un ser humano: “Como el secretario no se ha dignado responderme todavía, he decidido publicar este panfleto para que mi situación sea conocida por la opinión pública”. (p. 66) En síntesis podemos decir que en este cuento nos enfrentamos a una escritura contemporánea en donde se utilizó el humor y la ironía como herramientas para criticar en su más amplio sentido a la sociedad, recordemos que estos elementos narrativos en la actual escritura han servido para atacar principalmente a la literatura y a la sociedad. Gracias a la ironía y al humor hemos observado a lo largo de este cuento algunas incongruencias y paradojas del ser humano, su degradación como individuo, sus actitudes egoístas, envidiosas, corruptas, etc. Nuestro escritor, Enrique Serna, nos ha presentado a personajes en donde apreciamos claramente a aquellos paladines del bien; en el capítulo II mencionamos esta cita que sería conveniente recordarla “...Serna rechaza la existencia de los paladines del bien, señalando que en ellos, esos supuestos defensores de las buenas conciencias, habitan lo perverso y lo oscuro”.107 Después de analizar el texto podemos decir que nos encontramos a lo largo de todo el cuento frente a una ironía de tipo propositiva o funcional puesto que podemos deducir la postura que tiene nuestro narrador implícito, o sea el autor, esto lo podemos comprobar claramente al analizar las ironías que utiliza. Pues como bien sabemos la ironía oculta y disimula pero su finalidad es exhibir verdades y realidades, el ironista de alguna manera finge alabar lo que en verdad rechaza y censura. Además el lector tiene la posibilidad de descubrir si el escritor comparte las ideas de su personaje principal; en este cuento nos pudimos percatar de que el escritor esta en total acuerdo con las ideas que expone su narrador autobiográfico. Ambos comparten las ironías que aplican a los demás personajes y situaciones del cuento. Enrique Serna, al presentarnos ambientes físicos no ficticios, nos permite como lectores ubicarnos en una realidad no muy lejana además nos da la posibilidad de compenetrarnos con los lugares que nos presenta en el cuento, considero que esto es importante porque al presentarnos ambientes físicos reconocibles el lector puede ver que los acontecimientos presentados en el cuento no están tan ajenos de la propia realidad. Varios de los temas, por llamarlos así, son producto de la vida real, en ocasiones los podemos ver de una manera insignificante y poco trascendentes pero cuando están presentados en un cuento, novela o poesía podemos reflexionar y encontrar situaciones auténticas de la realidad claro con su parte de ficción. Aquí nos ayudaron dos elementos para 107 Alfredo Pavón, Vivir del cuento (La ficción en México), p. xix. lograr con éxito nuestro análisis: la ironía y el humor, nos permitieron indagar y rastrear las conciencias humanas. Quizá también podemos llegar a identificar personajes que posiblemente existan en nuestra realidad. Todo lo anterior nos permite afirmar que Enrique Serna expone una realidad no muy lejana a la nuestra y además nos presenta temas y situaciones que no nos parecen tan ajenos. Por ejemplo la señora Revees es un personaje que fácilmente podemos ubicar en la vida cotidiana; también es muy identificable aquellas personas que tratan de emitir juicios y verdades cuando son errores clamorosos; Picasso aparece como un personaje externo el cual sólo tiene una intervención en toda la historia, empero es fundamental. El que Serna haya escogido como pintor a este artista español no resulta gratuito pues recordemos que dentro de su producción artística de este pintor esta la “Suite Vollard”, dividida en cuatro partes y dentro de éstas hay una dedicada al Minotauro ya que Picasso se apropia de éste identificándose por su impulso criminal y sexual. La ironía y el humor son dos elementos que permiten bromear pero a su vez criticar, nos han permitido disfrutar este cuento; por un lado nos presentan hechos juguetones con los cuales reímos pero por otro lado nos han dado la posibilidad de lograr una reflexión, además de cuestionarnos sobre la condición humana. Una de las funciones de la ironía es sembrar la duda sobre lo real, es retomar hechos de la vida cotidiana para después cuestionarlos y saber si en verdad algunas actitudes que realiza el ser humano son propiamente de un ser racional porque en algunas ocasiones el ser humano más bien actúa como un ser irracional, el cual comete atrocidades que permean la calidad de vida. Y aquí entra el humor como aquella capacidad que tiene el ser humano para enfrentar estas atrocidades que la vida le presenta y estar por encima de ellas además, también denuncia estas actitudes irracionales con toques lúdicos, las cuales siempre contienen una carga de crítica social como lo apreciamos en el cuento “Hombre con minotauro en el pecho” de Enrique Serna. El desvalido Roger El siguiente cuento a analizar es “El desvalido Roger”, éste también pertenece al libro Amores de segunda mano de 1994. A lo largo de todo el cuento observamos un narrador extradiegético, por medio de éste sabemos todos los acontecimientos y lo que piensa nuestra protagonista —Eleanore Wharton—. En dicho texto apreciamos una fuerte crítica a las sociedades contemporáneas, mismas que se evidencian en: la sociedad mexicana y la norteamericana; en toda su totalidad: costumbres, ideología, gobierno, educación, vivienda, etc. Resulta muy interesante conocer la vida de Eleanore Wharton ya que el comportamiento que adopta frente al terremoto de la Ciudad de México nos parece irónico y humorístico. Es conveniente saber algunos datos de su vida, mismos que nos dan una idea de cómo es y la vida que ha llevado. En los tres primeros párrafos nos enteramos a grosso modo la vida del personaje principal: su aspecto físico, su manera de ser, algunas de sus ideas, su visión del mundo y su actual situación. Vive en Estados Unidos, trabaja como secretaria ejecutiva en Robinson & Fullbright por casi veinte años; está fastidiada de levantarse temprano odia el despertador aunque lo considera un buen invento japonés, en su empresa se ha creado fama de dormilona; cree que a su edad es innecesario y tedioso perder el tiempo en arreglarse: “Pensó en su colgante papada, en la repulsiva obligación de “embellecerse”. Otro motivo más para faltar al trabajo; una vieja como ella no tenía por qué hacer presentable su fealdad. Al diablo con los cosméticos y las pinturas. Que la hierba y el moho crecieran sobre sus ruinas...”.108 Se divorció a los treinta años y ahora tiene 49, no tuvo hijos y a partir de su separación evita el contacto con los hombres, visita a sus amigas una vez al año: “Su individualismo lindaba con la misantropía. Se guarecía de la vida tras una coraza inexpugnable y rechazaba cualquier demostración de afecto que pudiese resquebrajarla”. (p. 22) La vida de Eleanore Wharton resulta monótona, sus monólogos internos la mayoría de las veces versan sobre sus fobias: “la comida grasosa era mala para circulación..” (p. 22) Antes de iniciar con la historia del cuento es conveniente señalar que Enrique Serna abre con una cita del diccionario: “misericordia: Puñal con que solían ir armados los caballeros de la Edad Media para dar el golpe de gracia al enemigo”. (p. 20) La misericordia, ese anhelo de fraternidad, está anegado en la misantropía; las raíces de la compasión se hunden en el más profundo egoísmo. Tengamos presente esta definición pues comprobaremos si estas palabras están cargadas de ironía; esto sucederá si al final resulta que su misericordia es crueldad. Sonó el despertador pero lo desconectó como una muestra innegable de rebelión contra su empresa, llegaría tarde a propósito, la noche anterior grabó un especial de Bob Hope sin embargo su televisión tenía programado grabar a las 12:00 p.m. así que en vez de encontrar su programa descubrió el noticiero de las 11:30 p. m. A partir de este suceso comienza el verdadero meollo de la historia, de aquí en adelante observamos una crítica despiadada a las dos sociedades ya mencionadas. Su video grabó las noticias del terremoto ocurrido en México, en donde se exhibían imágenes frescas del acontecimiento: ”edificios en ruinas, 108 Enrique Serna, El desvalido Roger en Amores de segunda mano, p.22. Cuando me refiera a este libro, sólo anotaré el número de página delante de la cita. campamentos en las calles, mujeres que recorrían largas distancias para llenar baldes de agua”. (p.23) La señora Eleanore Wharton quedó impresionada por las imágenes y en un momento de sentimiento dice: “Pobre país. ¿Dónde quedaba México exactamente? ¿Junto a Perú?”. (p. 23) Obviamente estamos frente a una ironía satírica y sarcástica sin embargo este ejemplo me gustaría analizarlo desde la perspectiva satírica y utilizar la ironía sarcástica para otros muchos ejemplos que analizaremos. Recordemos que en este trabajo de investigación hay un apartado dedicado al sarcasmo, la parodia y la sátira; sabemos que el objetivo de este último término es ridiculizar y corregir algunos comportamientos y vicios del ser humano, estas conductas —la mayoría de las veces— se consideran como extratextuales, ya que por lo general apuntan hacia lo moral, lo social y no a lo literario como en este caso. La ironía satírica selecciona hacia dónde quiere apuntar, quiénes van a ser sus víctimas y después se ayuda de la imaginación; en este momento el punto de ataque es Eleanore Wharton una persona que vive en un país de primer mundo sin embargo refleja ignorancia e ineptitud. Quizá comenzamos a sospechar que la protagonista es una norteamericana clase mediera que vive sin ilusiones y sin aspiraciones, absorta en todas las diversiones que, por decirlo así, le ofrece su nación. Está al pendiente de las noticias de la farándula y de asuntos que merecen mucho más importancia que saber con que países hace frontera el suyo: “Michael Jackson debería estar preso por corromper a los jóvenes, en este mundo de machos las mujeres de su clase no podían sobresalir, los hombres querían sexo...”; (p. 23) Como bien sabemos en la historia de la sátira se ubican dos corrientes: la horaciana y la que se vincula con Juvenal, la cual observamos claramente en este texto, ya que ésta apunta hacia la denuncia de los vicios y la corrupción de los hombres. Es decir cuando la señora Wharton pregunta ¿dónde está México?, ¿junto a Perú?, nos deja claro que el objetivo del narrador implícito, es este caso Enrique Serna hace una crítica-irónica-satírica pues de alguna manera se burla de este tipo de personas, pone de manifiesto muchos elementos que hay detrás de la construcción de este personaje como: la educación, su gobierno, sus costumbres, su vida, etc., que claro, lo veremos más adelante con mayor detenimiento. Siguiendo con la idea del párrafo anterior ubicamos otro momento en donde observamos esta ironía satírica: “Ese pobre ángel vivía en México, pero ¿dónde estaba México? Era el país de los mariachis que cantaban tango, de eso estaba segura, pero no podía ubicarlo geográficamente”. (p. 24) Este personaje deja al descubierto muchas deficiencias que la gente llega a tener por estar tan absortos en banalidades; nuestro autor quiere dejar bien señalado que no solamente no ubica México sino que sus aseveraciones resultan risibles y a la vez absurdas, hace una fuerte crítica hacia Eleanore Wharton o más bien a todo lo que representa. Aquí la presencia del humor es de suma importancia ya que nos presenta a Eleanore con toques lúdicos, los cuales ayudan a aminorar la ignorancia de dicha señora, es decir sus palabras resultan absurdas pero la actividad humorística permite presentarlos cómicamente. Aquí observamos la teoría de Kant acerca de la risa pues nos dice que ésta proviene de alguna situación cómica, de algo absurdo: el país de los mariachis que cantan tango. Este cuento nos lleva por muchos lugares y situaciones no ficticias lo que nos hace compenetrarnos y ubicar más fácilmente la geografía del cuento, sabemos que está la parte de ficción, sin embargo en la realidad conocemos que Estados Unidos es un país que ofrece muchas cosas pero también demasiada destrucción y vacío personal que aminoran la calidad tanto humana, social y cognoscitiva, claro, es un país de primer mundo y no toda la gente actúa como Eleanore Wharton pero también es una realidad que existe una gran cantidad de este tipo de personas. Después del lunch revisó la enciclopedia para consultar un pequeño detalle: saber con seguridad dónde se ubica México y de paso, saber cuáles países colindan con el suyo: “México limitaba al norte con Estados Unidos y al sur con Guatemala. Costaba trabajo creer que Sudamérica estuviera tan cerca de Estados Unidos, pero el mapa no dejaba lugar a dudas: había menos de tres pulgadas entre su pueblo, Green Valley...”. (p.25) La cita anterior nos permite observar tres elementos importantes; primero reluce la ignorancia total de Eleanore; segundo la idea de los norteamericanos en creerse los únicos del Continente Americano y tercero si su pueblo está tan cerca de México y no lo ubica como vecino fronterizo; esto nos reafirma su personalidad: una mujer con una vida monótona que no sale de su villa, con estabilidad económica pero una existencia vacía sin aspiraciones. Estas palabras de la señora Wharton nos permiten confirmar que estamos frente a una ironía satírica y a la vez dentro de una subdivisión de la sátira: la invectiva ya que nos deja entrever de una manera indirecta la actitud y la visión del escritor. Recordemos que la ironía busca en todos los rincones, por decirlo así, siempre trata de apuntar hacia la duda sobre lo real ya que una de las finalidades de la ironía junto con el irónico es precisamente tomar los hechos de la vida cotidiana, para después plasmarlos y finalmente cuestionar las paradojas del mundo. Apenas inicia este cuento y ya nos ofrece muchas incongruencias del ser humano, lo cual nos emociona pues es una buena señal de que estamos frente a un texto irónico. El noticiario también trasmitió imágenes cuando un edifico se desplomó, la gente de rodillas en una iglesia y “al Presidente agradeciendo la ayuda internacional. Se veía muy blanco para ser mexicano”. (p.23) Esta frase nos resulta irónica; en primera instancia no nos dice mucho sin embargo conforme avanza la historia sabemos la verdadera intención de la Señora y por consiguiente deducimos que su “humanitaria y agradecida” ayuda internacional no resulta del todo verdadera. El escritor Wayne Booth nos dice que cuando estamos frente a una idea que después se contradice debemos leer con mucha más suspicacia. La anterior cita nos parece muy irónica porque sabemos de ante mano que la ironía es vista como una forma de pensamiento ya que juzga y advierte el distanciamiento entre un hecho que pueda realizarse y la realidad de quien pretenda llevarla acabo. A lo largo de todo el cuento vamos a estar frente a un hecho que ofrece una distancia entre las verdaderas intenciones y las supuestas. Para finalizar el reportaje del terremoto pasaron imágenes de niños que han quedado huérfanos: “La cámara tomó a un niño semidesnudo que lloraba junto a las ruinas de una vecindad. “Niños como éste buscan desesperadamente a sus padres —el locutor fingió un nudo en la garganta— sin sospechar que nunca volverán a encontrarlos”. (p. 24). Tengamos presentes que Eleanore no tuvo hijos y es una persona solitaria que rehuye del afecto o la amistad porque no quiere resquebrajarse empero cuando ve en la televisión a este niño la invade un “sentimiento de bondad”: Eleanore sintió una punzada en el corazón. ¿El niño lloraba lágrimas negras o las teñía de negro el polvo de su mejillas? Llevaba un suéter agujerado que a juzgar por el temblor de su cuerpo no lo protegía del frío. Tendría dos o tres años y sin embargo su cara convulsa, hinchada por el llanto, expresaba la desolación de un anciano que hubiera visto cien guerras. Tras él se levantaba, recortada contra un horizonte plomizo, una montaña de cascajo por la que trepaban bomberos y rescatistas con tapabocas. La información sobre el terremoto finalizó con un close up del niño. (p. 24) Esta cita resulta muy importante para todo el cuento, este cuadro de dolor es el que le despierta sentimientos de maternidad, estas emociones —como veremos más adelante— nos resultarán bastante irónicas pues como ya mencionamos existe un distanciamiento en sus acciones. El suéter agujerado, su cara convulsa e hinchada por el llanto, el horizonte plomizo y el cascajo; quizá posteriormente formarán parte de los requisitos para adoptar al niño pues todo en su conjunto es lo que despierta maternidad y ternura. Eleanore quiso ver de nuevo el video de las noticias; la cara del niño la volvió a embargar en sentimientos de afecto, compasión y maternidad pero también de egoísmo, superioridad y desigualdad. No creía justo que un pobre niño sufriera inclemencias: frío, amor, cariño, pero sobretodo desnutrición cuando ella tenía la nevera repleta de t.v. dinners. Este niño produjo en la señora sentimientos encontrados, se convirtió en varias cosas: un motivo para luchar en esta vida, algo o alguien por quién motivarse, volverse a sentir viva y funcional, con energía y ganas de hacer las cosas: “El pequeño damnificado le había devuelto las ganas de luchar. Hubiera querido meterse al televisor para consolarlo, para decirle que no estaba solo en el mundo. Saltó de la cama con el amor propio revitalizado. Eso era lo que necesitaba para sentirse viva: una emoción pura”. (p.24) Al regresar del trabajo quiso ver nuevamente el video y por supuesto con más detenimiento al niño, el cual volvió a despertar sentimientos de “misericordia”: “se arrellanó en la cama para ver la carita convulsa y adorable del niño mexicano que sentimentalmente ya le pertenecía”. (p.25) En esta cita percibimos sentimientos un tanto extraños, por así decirlo; demuestra un afecto por el niño sin embargo su actitud de ver una y otra vez el video nos hace pensar que tal vez sí siente dolor y cariño por el huérfano pero quizá es por morbosidad. Además de asumir un papel que todavía no le corresponde ya quiere adoptar su rol de mamá, aun no lo encuentra ni sabe nada de él pero eso sí irónicamente ya le pertenece sentimentalmente. Este hecho quizá se refuerza cuando la señora Wharton escucha una conversación de su jefe acerca del terremoto en México y dice: “Miserable. ¿Cómo se atrevía a invadir un territorio sentimental que le pertenecía por derecho propio? Apostaba cien dólares a que había cambiado de canal para no ver la telenovela de los huérfanos mexicanos”. (p. 25) Pareciera que ella es buena persona por soportar imágenes de desastre natural y compadecerse; lo anterior es un motivo más para afirmar que en las palabras de la señora Wharton hay ironía, es decir una doble intencionalidad; tal vez ella cree que al hacer “sacrificios” la convierte en una redentora. Al hacer estas acciones se siente humana, sentimental y caritativa y por lo tanto está “salvando” su alma, su imagen, su persona o cualquier otra cosa; por lo tanto sus sentimientos no resultan tan verdaderos más bien ella trata de construirse ideas y acciones que la ayudan a justificar algunos vacíos de su vida: demostrarse que sí es humana, que en ella sí se pueden despertar sentimientos de bondad. Nuevamente confirmamos que no puede tener buenos propósitos y que todas sus palabras y acciones están cargadas de ironía; la mayoría de las veces no se logra con éxito un propósito cuando hay detrás un doble interés. No creía que fuera una casualidad que su video grabara el noticiario: “Dios lo había puesto en su televisor cuando faltaban cuatro días para que saliera de vacaciones. La orden celestial no podía ser más clara: corre a buscarlo, sálvate amando a ese pedacito de carne. Se llamaría Roger no importaba cómo lo hubiera bautizado su madre”. (p. 25) En los dos párrafos anteriores observamos una actitud por parte de la señora Eleanore de superioridad y sobre todo de pertenencia, es decir; el niño le despierta sentimientos de ternura, carisma y bondad en primera instancia pero si nos detenemos a analizar con más suspicacia estos sentimientos encubren más bien necesidades de su persona. Ya le asignó nombre al niño sin importarle nada, pareciera que se cree ya la dueña de éste además por su nueva “emoción pura” estaba dispuesta a ser cualquier tipo de sacrificio: “El boleto de avión a México no podía ser muy caro. Y aunque lo fuera: estaba dispuesta a hacer sacrificios desde ahora”. (p.25) Parece que Eleanore Wharton vencerá cualquier obstáculo con tal de obtener la custodia del niño; tengamos muy presente estas palabras pues más adelante comprobaremos si en realidad esta dispuesta a sacrificarse o sólo es por demostrarse inconscientemente que ella es una persona humana y caritativa. Con antelación se mencionó la necesidad de conocer algunos datos de su vida ya que sus acciones frente al terremoto nos dejan entrever una doble intención, por tal razón todas sus palabras, sus sentimientos, sus acciones y sus sacrificios los pondremos en tela de juicio y los analizaremos detenidamente. Ella como ya hemos visto, es solitaria y poco afectiva por consiguiente el niño aparentemente esta cubriendo algunos de sus temores. Ella sabe la vida que ha llevado y sus deficiencias personales, al presentarse este hecho cree descubrir su parte “buena” sin embargo detrás de estos sentimientos buenos deja ver otro tipo de emociones. Consiguió un hotel pegado a la embajada estadounidense, así que de inmediato se dirigió para investigar cuáles son los trámites que se requieren para adoptar un niño, el joven de la ventanilla le indicó que en México es complicado la adopción de un niño pues exigen demasiados papeles a los extranjeros, pero en las circunstancias en que se encontraba el país tal vez se agilizarían. Sin embargo el trámite podía durar un año. Recordemos que Eleanore esta dispuesta a enfrentarse a cualquier dificultad o sacrificio, por lo tanto salió de la embajada con una sonrisa de optimismo nada le impediría conseguir su objetivo, pues el amor y las “verdaderas intenciones” según ella vencen todas las dificultades: “Bienvenidas las dificultades: ella demostraría que el amor las vence todas. Tenía el propósito de buscar al niño científicamente. Antes que nada enseñaría el videocaset a la gente de la NBC para que le dijeran dónde habían encontrado al huerfanito”. (p. 26) En esta parte de la historia vemos con más fuerza la crítica y la burla despiadada a la sociedad mexicana. En la recepción del hotel le proporcionaron la dirección de la oficina de los corresponsales extranjeros, la Señora tomó un taxi y trató de deletrear la dirección al taxista sin embargo éste enemigo de los extranjeros le arrebató la tarjeta. El recorrido por el taxi le permitió apreciar la gran Ciudad de México: El recorrido por las calles de México fue una sucesión de sorpresas, la mayoría desagradables. La ciudad era mucho más imponente de lo que suponía. Más imponente y más fea. Vio tantos perros callejeros que se preguntó si no eran sagrados, como las vacas en la India. ¿Por qué nadie se ocupaba de ellos? Los gigantescos charcos podían ser efecto del terremoto, concediendo que hubiera dañado el drenaje, pero ninguna catástrofe natural justificaba la proliferación de puestos de fritangas, el rugido ensordecedor de los autobuses, la insana costumbre de colgar prendas íntimas en los balcones de los edificios. (p.26) Para enfatizar la descripción de este panorama mexicano se necesitó la ayuda del humorismo y de la ironía sarcástica. En la cita anterior Enrique Serna en palabras de la protagonista hace una burla hacia este caos urbano. Con antelación mencionamos la existencia del apartado dedicado al sarcasmo, en el cual dijimos que es un término que va ligado a la ironía y que, cuando ésta llega a rebasar ciertos límites, se convierte en más cruel y severa; entonces se dice que se ha convertido en una ironía sarcástica, porque se burla y ataca despiadadamente. Es justamente lo que observamos en esta cita, cabe aclarar que Serna no describe ninguna mentira pone de manifiesto tal y como es la realidad mexicana, basta con voltear para un lado y otro y comprobar que todo desafortunadamente es cierto. En el capítulo II mencionamos que el humor en la literatura de Occidente se supone que se introduce como una expresión de la conciencia irónica, es decir en la percepción de lo incongruente entendido de forma festiva. En esta cita apreciamos claramente un hecho paradójico presentado de manera lúdica, este humor nos permite de algún modo sopesar la situación. Los perros callejeros en esta ciudad son algo increíble (20 toneladas diarias de excremento y un millón 258 perros aproximadamente circulan en la Ciudad de México; la cifra se duplica en el Estado de México). Como bien sabemos el humor se dirige hacia dos tipos de libertad: el primero trata de lograr un desprendimiento de los hechos funestos, el segundo permite aminorar las situaciones de negatividad. A lo largo de este cuento vamos a percibir la presencia de este último, nuestro narrador implícito nos presenta hechos desoladores sin embargo utiliza el humor para presentárnoslo con un toque lúdico y así poder jugar y rebajar la tensión de la situación. Cuando la señora Wharton pregunta si los perros son sagrados nos provoca risa, ésta la podemos abordar desde la perspectiva del escritor Arthur Shopenhauer en su teoría acerca de la risa; nos dice que debe existir una incongruencia de dos cosas o actos, y entre más incompatibilidad y contraste, será mayor el efecto de la risa. Y es precisamente lo que observamos en la cita anterior, por un lado los perros callejeros que pertenecen a otra realidad en contraposición a las vacas sagradas de la India. La señora Wharton también juzga el interior del taxi. Crítica al conductor por traer imágenes religiosas y tener cara de asesino; uno como lector no tiene la certeza de saber si es una fervorosa creyente sin embargo si deducimos que es una persona conservadora y apegada a la Iglesia. Dicha señora nos describe el interior del taxi en donde apreciamos nuevamente la ironía sarcástica: El paisaje no mejoraba en el interior del taxi. El conductor tenía cara de asesino, pero llevaba el tablero abarrotado de imágenes religiosas. ¿A quién podían rezarle un troglodita como él, que arriesgaba la vida de sus pasajeros con tal de ganar un metro de terreno y gritaba horribles interjecciones a otros automovilistas igualmente inciviles? (p. 26) La cita anterior nos deja ver muchos hechos incongruentes de la vida sin embargo no todos son característicos de México, es decir la religión siempre ha movido masas y en nombre de ella se han cometido atrocidades, resulta muy irónico que el taxista traiga imágenes religiosas cuando a lo mejor es un asaltante. El paganismo que se vive en México es bastante sorprendente, empero no es el único país. La gente vive con una doble personalidad o moralidad, es decir por un lado actúan con malas intenciones: fraudes, robos, extorsiones, mentiras injusticias, etc., pero por otro lado aparentan buenas acciones: escuchar misa todos los domingos como buenos creyentes, festejar las fechas indicadas por la religión (aunque nada más sea un pretexto para la diversión y el relajo), poner imágenes de los santos en todas partes, seguir al pie de la letra los mandamientos, etc. Es de alguna manera como “sanar” su alma, por ejemplo un empresario acaba de robar a miles de obreros sin embargo el domingo da una fuerte cantidad de limosna y reza un padrenuestro y la culpa se aminora o se borra por completo. Lo anterior nos hace pensar en la señora Wharton quizá trata de adoptar un niño para “salvar” su persona, para sentirse mejor, y demostrarse inconscientemente que ella no es tan mala, que no esta tan absorta en cuestiones superficiales y que sí se pueden despertar sentimientos buenos en una persona como ella. En esta cita observamos claramente la presencia de la ironía sarcástica, la cual es directa, por decirlo así, no es como la ironía verbal (leer entre líneas) sino más bien concisa y con un objetivo rotundo. Por lo general el sarcasmo se dirige hacia una persona determinada y su intención es poner de manifiesto los defectos además el ambiente que propicia el sarcasmo es de tensión y paraliza muchas veces al lector. Recordemos que la ironía deja al descubierto muchas verdades que al lector podrían incomodar, quizá uno como receptor al leer esta crítica se siente incómodo pero no por verse reflejado sino por saber que todo es verdad y una realidad con la que se convive a diario. El ironista juega y pretende que el lector descubra la verdad por medio de las pistas irónicas que le proporciona en el camino, quiere que descodifiquemos las palabras para encontrar la verdad que pretende trasmitirnos. Con la ayuda de algunas pistas iremos en este cuento descifrando las verdaderas intenciones. Como bien sabemos para lograr con éxito la descodificación de ironías deben existir tres elementos: el irónico (autor-narrador); el texto (personajes ironizados) y el lector descodificador de eironeias. En este texto existe el irónico (Enrique Serna); los ironizados (la señora Eleanore Warthon, la sociedad mexicana y la norteamericana); y el receptor. Así que uno como lector tiene mucha responsabilidad al leer, por lo tanto debemos ser cuidadosos y sospechar de ciertas contradicciones que se puedan presentar en un personaje, aunque cabe aclarar que la ironía no consiste solamente en encontrar contradicciones. El escritor Wayne Booth nos proporciona algunas pistas que nos pueden dar mayor seguridad de que estamos frente a un texto irónico: a) dentro del texto pueden existir conflictos de hechos, es decir al inicio de la historia se presentan acciones o palabras como verdaderas y después lo contradicen. Creo que esta pista se va a cumplir en este cuento, pues al inicio del texto la señora Elanore Wharton nos convence de que sus intenciones son verdaderas sin embargo descubrimos poco a poco que se contradicen. En la siguiente cita nos percatamos nuevamente de los verdaderos sentimientos de la señora Wharton, está al mismo nivel de aquellas personas que pregonan santidad y en verdad actúan reprochablemente. En apariencia observamos a una buena persona que en realidad tiene deseos de ayudar sin esperar nada a cambio o conseguir un fin lucrativo; pero sus comportamientos y sus palabras nos demuestran otra persona. El único que podía ayudarla era el camarógrafo Abraham Goldberg, aunque resultaba molesto tener que hablar con un judío: “Abraham Goldberg resultó tal y como lo había imaginado: narigón, antipático, de pelo crespo y especialmente hostil con la gente que le quitaba tiempo. No entendía o fingía no entender su petición. “¿Pero usted quiere adoptar a ese niño en especial? ¿Cree que podrá encontrarlo entre 18 millones de habitantes?” A Eleanore le sobraban ganas de hacerlo jabón, pero mantuvo la calma y respondió con su mejor sonrisa... (p.27) Alguien no puede contener buenos sentimientos cuando deja a la luz sentimientos de racismo, en esta cita nos percatamos de su discriminación contra los judíos además sus ganas de hacerlos jabón pareciera que ella estuvo de acuerdo con la persecución y las torturas que sufrió esta raza. El camarógrafo Goldberg fue a intercambiar impresiones con un reportero acerca del video que les mostró la señora Eleanore, a lo lejos se escuchaban risas las cuales fueron entendidas de la siguiente manera por ésta: “Claro, para ellos tenía que estar loca cualquier persona de buenos sentimientos”. (p.27) Tal vez aquí podemos retomar la idea del crítico Pere Ballart cuando nos dice que la ironía nace en la arena misma del teatro griego, en donde ubicamos dos personajes con sus máscaras correspondientes: por un lado el personaje fanfarrón que alardea de su valentía y conocimientos; por el otro lado el ladino interlocutor que ridiculizará al falso sabio. Quizá a la señora Wharton la podemos encasillar en el personaje de alazon en este caso no presume sus conocimientos, más bien alardea sus buenos sentimientos en cualquier momento, trata de demostrar que ella es caritativa y bondadosa; y eiron podría ser nuestro narrador implícito pues se burla de este personaje. El eiron trata de criticar y desenmascarar al falso sabio (los falsos sentimientos e intenciones). En esta falacia adoptiva observamos que la Señora cree fervientemente en sus “corazonadas o emociones”, aunque quizá en el inconsciente sabe que tal vez lo hace por “sanar su alma”, por realizar una emoción de maternidad, por ser caritativa y compartida con los desposeídos. Sin embargo ella en el fondo sabe que va a tener que realizar muchos sacrificios porque esta “emoción pura” que la Señora siente es pasajera. Lo anterior nos permite reforzar la idea de que estamos frente a un texto irónico. Sabemos que existen diferentes tipos de escritos irónicos pero también están los que conservan una estructura semejante, por ejemplo algunos presentan una voz que parece a primera vista convincente pero resulta falsa, como está sucediendo con la protagonista. El compañero del camarógrafo la condujo a un cuarto para ver con más detenimiento el noticiario que había grabado, del niño se acordaba pero no del nombre de la calle, así que le suplicó que llamará a un compañero mexicano: —“Se lo suplico. A una persona de la ciudad no le costará trabajo identificar la calle. Vine desde Oklahoma por este niño. Si usted no me ayuda estoy perdida —sollozó”. (p.27) Llegó el reportero mexicano e identificó la dirección: “calle Carpintería, una de las más devastadas de la colonia Morelos”. (p.27) Al día siguiente contrató un intérprete por diez dólares diarios se llamaba Efraín Alcántara, llegaron a la calle indicada, el traductor tuvo una plática con el soldado que impedía el paso: “Estoy diciéndole que somos parientes de unos damnificados, a ver si nos deja pasar. El militar no daba señales de ablandarse. Vencido por su intransigencia, Efrían volvió con ella y le susurró al oído “Este quiere dinero. Deme cinco mil pesos” (p.28). Nuevamente estamos frente a una situación tan verdadera y poco agradable, en México desgraciadamente la mayoría de los asuntos se resuelven con sobornos monetarios, todo se agiliza con un poco de dinero, es el país en donde se puede arreglar o conseguir cualquier tipo de documento, empleo, acceso, indulgencias, etc., por medio de una “bonificación”. La ironía en este hecho le permite al lector tener una nueva visión de la realidad, muchas veces a pesar de vivirlo a diario uno no se percata de todo el panorama que lo rodea, al verlo plasmado se da cuenta de todo aquello con lo que convive y con una nueva perspectiva. Por lo tanto la ironía exige un compromiso con la verdad pues si un receptor esta dispuesto a descubrir ironías se puede encontrar muchas verdades y realidades. Es por eso que este término requiere un lector atento y observador, aunque cabe señalar que este compromiso no lo impone el locutor (autor), no pretende liberar a sus receptores y mucho menos imponerles sus verdades. La señora Warthon tiene toda la razón cuando dice: “No le gustaba prestarse a corruptelas. Lo correcto sería denunciar al soldado y obtener un permiso para entrar a la calle legalmente. Pero nada en ese país era correcto, y si quería encontrar a Roger tenía que seguir las reglas del juego. Sintiéndose criminal entregó el dinero a Efraín. El soldado los dejó pasar por debajo del cordón sin hacer un gesto que denotara vergüenza o turbación. Seguramente le parecía muy justo recibir sobornos”. (p.28) Si descodificamos las palabras nos damos cuenta de que sí estamos frente a frases irónicas, obviamente al soldado no le iba a provocar un sentimiento de culpabilidad porque es un elemento de la vida cotidiana, así se arreglan las cosas por lo tanto no hay porque sentirse mal; a pesar de ser un soldado que cuida y ayuda a su país no lo libra de utilizar el soborno día a día, de hecho los militares en este país tienen una mala fama. Cuando entraron en la zona de desastre se percibía un olor a putrefacción y el escenario era totalmente insalubre, sin embargo la gente estaba viviendo cerca del desastre en casas de campaña en espera de salvar algunas de sus propiedades de los edificios que todavía no se habían derrumbado por completo: “¿Cómo podían respirar ese aire de muerte y mantenerse tan joviales, como si asistieran a un picnic?” (p.29). Aquí nuevamente observamos la presencia del humor, pues la ambientación de los hechos es de negatividad, o mejor dicho de miseria y dolor; el humorismo en este caso entra en juego cuando reduce la importancia de esas adversidades. Ya mencionamos que el humor nos permite aminorar los infortunios a pesar de que en algunas ocasiones los hechos son abrumadores y pesados. Aunque cabe señalar que algunas veces no resulta fácil jugar o bromear con las desgracias humanas, como en este caso; el tener que oler carne descompuesta es por necesidad aunque el mexicano se ayuda del humor para soportar con más tranquilidad la situación desoladora hasta llegar a convertirla en algo mucho más tolerable. Eleanore Warthon examinaba con cautela todas las ruinas pues quería encontrar exactamente el escenario que había presentado el noticiero; pretendía buscar a Roger en el mismo sitio donde lo captó la cámara, obviamente nos resulta irónico ya que después de tantos días quiere encontrar a ese niño paradito en las mismas ruinas y a lo mejor se había imaginado que estaría esperándola con los brazos abiertos: “tenía la corazonada tan absurda como intensa, de que lo encontraría en el mismo sitio donde lo retrató la NBC”. (p.29) Si nos detenemos a analizar sus palabras descubrimos que resulta irónico y absurdo pretender encontrar toda la escenografía igual, lo cual confirma nuestras sospechas de su doble comportamiento, es decir si pretende ayudar a un país que ha sufrido un desastre natural, y decide adoptar un niño que ha quedado huérfano y desprotegido se le alaba y se le agradece su ayuda internacional. Empero el querer adoptar al niño que retrató la NBC con todo y ruinas resulta irónico y humorístico. Aquí el humor funciona como una herramienta que permite reflejar hechos incoherentes, recordemos que varios críticos estudian este término desde la perspectiva de las incongruencias, en esta teoría ubicamos al crítico Shopenhauer el cual nos dice que el humor es como “la percepción repentina de una incongruencia entre una idea y el objeto real”.109 El querer encontrar a Roger como lo presentó el noticiero es una idea incongruente que percibe el lector frente al objeto real: imposible ubicar a este niño en el mismo lugar, es decir hay una distancia entre la primera postura (incongruencia entre una idea) y lo que realmente es (el objeto real). Obviamente la búsqueda fue en vano pues no encontraron ni las ruinas , ni a Roger; su traductor le dijo acertadamente que tal vez ya habían demolido el edificio y lo más idóneo sería enseñar la foto del niño entre los vecinos para ver si alguien lo identificaba. La señora Wharton aceptó por cansancio pues ella estaba 109 Víctor Bravo, Alegoría y humor. La reconstrucción del sentido en Figuraciones del poder y la ironía, p.131. empeñada en encontrar al niño de la misma manera en que había sido presentado por el noticiero, quería encontrar toda la escenografía igual pues todo formaba parte de una sola emoción y eso es lo que le despertaba sentimientos maternales, no podía faltar ningún elemento porque entonces se perdía el encanto de bondad y tal vez de adoptar al niño. Estas acciones nos deja ver su verdadera intención: esta obsesionada con el niño pero también con las ruinas, debe estar como ella lo vio porque solamente así se despiertan sus sentimientos buenos, por lo tanto cada vez afirmamos que no son verdaderos y mucho menos sinceros, la Señora se ha obsesionado con una imagen: “se había prendado de su conmovedora imagen, y temía que su naciente amor no resistiera la desilusión de hallarlo con otro paisaje de fondo”. (p.29) El ironista se burla y juega despiadadamente con su personaje, ya sea individual (Eleanore Wharton) o colectivo (las sociedades); la ironía le ayuda a presentarnos los hechos con una burla fina. Por eso la ironía siempre ha estado presente desde los tiempos de Sócrates hasta la actualidad pues cuenta con un inmenso material, siempre han existido inagotables mentiras e hipocresías del ser humano frente a su sociedad: “la ironía no se deja engañar, y las buenas almas malhechoras no estarán tranquilas mientras haya ironistas para proclamar su falsa nobleza, sus postizos, sus mojigangas, su retórica de cartón. ¡Vaya si es indiscreta la ironía!”.110 Visitaron casa por casa hasta las de campaña sin ningún éxito, la Polaroid no dejaba ver con claridad el rostro de Roger, toda la gente negó haberlo visto, la señora Eleanore llegó a pensar: “¿No estarían escondiendo al niño? ¿Querrían dinero a cambio de la información?”. (p.29) Por un lado es creíble que se imagine que quieran pedirle dinero pues está en México, pero por otro lado nos hace pensar que comienza a desesperarse y a ponerse paranoica. Cuando iban de salida 110 Wladimir Jankelevitch, La ironía, p. 108. de la zona del desastre una mujer le dio una excelente pista “El martes habían llevado a los huérfanos de la colonia a una clínica del Seguro Social [...] Había retehartos niños en esa clínica, tal vez ahí estuviera el que buscaba”. (p.29) Al día siguiente Eleanore llegó temprano a la clínica, Efraín sacó una ficha de visita pues ya había más de cincuenta personas esperando ver a los niños, en su espera la Señora se pudo percatar de la higiene que abundaba en la clínica: “Entendía que en una situación de emergencia hubiera enfermos en los pasillos, pero eso no disculpaba a las negligentes afanadoras que dejaban al descubierto las bandejas de comida y echaban algodones sanguinolentos en las tazas de café”. (p.30) Seguimos ante la presencia de la ironía sarcástica, este cuento se ayudó del sarcasmo para enfatizar una crítica dirigida a la sociedad mexicana; este término juega un papel de suma importancia pues ha escogido a un personaje determinado en este caso, colectivo: la sociedad mexicana. Por medio de la ironía sarcástica el narrador implícito pone de manifiesto muchos defectos de este país. Anteriormente mencionamos la capacidad que tiene el mexicano para soportar cualquier tipo de situación: oler carne en putrefacción y en el siguiente caso soportar una vomitada que tal vez le moleste pero no tanto como para exigir que la limpien: “Avanzando con desesperante lentitud llegó a una sección del pasillo donde la cola se cortaba abruptamente. La causa: un esplendoroso vómito desparramado en el suelo, “¿Pero cómo es posible que nadie venga a limpiarlo?”. (p.30) Quizá había sobrecupo por los lesionados del terremoto pero es una realidad que los servicios médicos gratuitos en México son deficientes, no existe un buen servicio aún cuando no hay desastres naturales los enfermos están en el pasillo, pues no hay las condiciones, la estructura, ni el capital para atender dignamente a los pacientes. Y no hablemos de la limpieza que existe en estas clínicas de salud pues es bastante vergonzoso y realista. Enrique Serna con la ayuda de la ironía satírica, de la ironía sarcástica, de la ironía verbal y del humor pone de manifiesto en este cuento una cruda visión de México y lo peor es que no es nada fuera de lo común no hay nada inventado, todas estas acciones pasan a diario en este gran país; la gente al igual que Eleanore esta inmersa en banalidades que su nación le ofrece, hay tanto individualismo que puede haber un objeto peligroso que obstruya el paso y nadie lo quita, porque él no lo puso y hay varias opciones para solucionar el problema: darle la vuelta o brincarlo pero nunca colaborar por el bienestar comunitario. Los niños huérfanos se encontraban en una bodega que acondicionaron como guardería: “Muy bien: aquí sí había una atmósfera de dolor humano como la del noticiero. Con el rostro de Roger en el pensamiento, Eleanore examinó a todos los niños de su edad”. (p.31) Irónicamente la Señora descartó a todos los niños que no lloraban pues Roger en el noticiero aparecía llorando, estas lagrimas negras eran un toque más conmovedor. Vemos claramente la doble intención, es decir la obsesión por toda la escenografía empero faltaban las ruinas y el suéter roto; a lo mejor ya no lo adoptaba, pues todo en su conjunto es lo que le provocaba sentimientos conmovedores pero las lágrimas eran tan importantes para su buena causa que debían estar. Una vez más afirmamos que no hay buenos sentimientos, si la Señora llegará a encontrar a Roger vestido, sin llorar, en una casa ya no lo querría y mucho menos lo adoptaría pues ya no resulta angelical y doloroso, lo cual nos parece irónico y humorístico. Todas las acciones que hemos puesto de manifiesto por parte de Eleanore son de suma importancia, primero porque nos permiten disfrutar de una ironía sarcástica y satírica dirigida a la sociedad norteamericana, y segundo, nos están ayudando a descubrir si en realidad hay ironía en sus palabras e intenciones;. Nuestro narrador extradiegético escogió un tipo de persona que no es difícil encontrar en Estados Unidos, la señora Wharton representa a su país, por decirlo así. Por eso con antelación dijimos que detrás de este personaje hay todo una crítica a una sociedad. Examinó cuidadosamente a los niños pero ninguno se parecía solamente faltaba revisar a uno que estaba de espaldas, el cual no llevaba calzoncito lo que le dio buena señal, cuando volteó la Señora pensó: “¡Ahí estaba Roger, angelical, triste, desvalido, llorando como en el reportaje del terremoto!” —¡Es el mío, ese de atrás es hijo mío! —gritó en ese momento una señora mexicana, señalando al mismísimo Roger”. (p. 31) Cuando la señora Wharton escuchó trató de explicar que ese niño era huérfano y que venía de Oklahoma para adoptarlo, ambas señoras querían abrazar al niño pero la verdadera madre le dijo:”—¡Sáquese a la chingada, gringa apestosa! Este es hijo mío, se llama Gonzalo —la mujer se volvió hacia Efraín—. Dígale que lo suelte o les doy a los dos en toda su madre”. (p. 31) Un doctor del centro de salud pidió compostura a ambas partes y les dijo que le mostrarán fotografías o documentos del niño para saber con seguridad cuál es la verdadera madre, Elanore asumida en su rol de madre sacó la fotografía, la otra enseñó su acta de nacimiento y además dijo que tenía un lunar arriba del ombligo lo cual resultó cierto. La señora Wharton quedó enmudecida y no quiso seguir con la disputa porque: “ya no estaba tan segura de haber encontrado a Roger. Aquel niño tenía los ojos rasgados, parecía un japonesito, y ella, que tanto apreciaba los aparatos japoneses, odiaba visceralmente a sus fabricantes”. (p.32) La anterior cita nos ayuda a reafirmar lo ya mencionado: las lágrimas negras, la cara convulsa e hinchada, la aparente desolación, la montaña de cascajo y el horizonte plomizo si se han convertido en un requisito para adoptarlo, pareciera que si falta alguno de estos elementos la ternura y la buena disposición se acaban, la señora Eleanore al parecer no quiere adoptar un niño sin esas “características”, lo cual resulta irónico. No quiere adoptar y ayudar a un huérfano sino a un muñeco que viene con sus adornos, por decirlo así, lo cual nos refuerza nuestras sospechas del inicio. No pueden existir buenas acciones cuando tal vez está impresionada de todo un ambiente y no precisamente del niño, por lo tanto al final puede terminar desistiendo de su ayuda humanitaria. Trató de salir con la cabeza en alto, primero por evitar ver la vomitada y segundo por dignidad. Sin embargo repasó la cara del niño y volvió a tener dudas y pensó que tal vez si era Roger: Quizá la televisión había cambiado un poco sus facciones. La mujer que lo reclamaba podía ser una explotadora de niños que aprovechaba el terremoto para conseguir carne fresca. Y ella lo había dejado en sus manos, lo había condenado a la desnutrición, a la delincuencia, a malvivir en una de esas horrendas chozas donde se hacinaban diez o doce personas en un ambiente insalubre y promiscuo. Dio media vuelta y caminó rumbo a la clínica. Tenía que rescatarlo. Efraín fue tras ella y se le interpuso antes de que atravesara la puerta. (p. 32) Nuevamente en estas palabras de la señora Wharton apreciamos ironía, pues nos dice que tal vez esa impostora había aprovechado el terremoto para obtener carne fresca, esto nos resulta bastante irónico porque es lo que ella esta haciendo; a lo largo de todo el cuento hemos visto como actúa, detrás de esa máscara humanitaria hay una mujer que aprovecha el desastre natural para crearse una falsa historia. Quiere adoptar al niño no por su buen corazón internacional sino porque éste significa mantener una emoción que por el momento la hace sentirse viva. Quizá ese niño llamado Gonzalo pudo haber sido Roger, tal vez si la Señora lo adoptaba podía ofrecerle beneficios y una estabilidad económica pero en los demás terrenos podía irle muy mal, conocemos la vida que ha llevado Eleanore y tal vez crecería con sus mismos miedos y angustias pero sobretodo con la misma ignorancia e ineptitud. En la anterior cita también vemos otra crítica a la sociedad mexicana; dijimos que la ironía es un término fundamental para hacer ahínco en las paradojas del mundo, en este caso las que se viven en México: “para que brote la ironía no hace falta más que un individuo enfrentando a un hecho incongruente”.111 Esta crítica nos corrobora que estamos frente a una ironía de tipo sarcástica, la cual es rotunda y severa ataca despiadadamente a su objetivo, pone de manifiesto hechos verdaderamente incongruentes. Esta clase de ironía algunas veces exagera la visión para recalcar y dejar bien claro lo que nos quiere trasmitir sin embargo en este cuento quizá el narrador implícito no necesitó exagerar pues el panorama mexicano por sí solo es increíble y desolador. Su traductor intentó detenerla y hacerle ver que no podía armar otro escándalo, entonces Eleanore le dijo que no la acompañara e intentó quitárselo con un empujón, Efraín le dio una bofetada: “—Óigame bien, señora. Ya me cansé de aguantar sus idioteces. Tome su dinero, yo hasta aquí llego. [...] Si es verdad que tiene tan buen corazón adopte a otro niño. ¿Por qué a fuerza quiere adoptar a ése?”. (p. 33) El golpe la tranquilizó y pensó mucho mejor las cosas, no quería discutir ni armar otro escándalo, se acordó de los ojos rasgados del niño y decidió que ese no era Roger además: “A Roger lo defendería con alma, vida y corazón, pero sería estúpido luchar con esa víbora por un impostor”. (p. 33) En la siguiente cita comprobamos que el mismo cuento en palabras del narrador extradiegético nos presentan una visión que nosotros sospechábamos desde el inicio, lo cual nos parece bastante satisfactorio pues eso quiere decir que en verdad hay dobles intenciones y por lo tanto ironía empero no podemos todavía confiarnos pues puede ser una falsa pista. Recordemos que el escritor Wayne Booth nos dice que el narrador implícito nos puede proporcionar pistas irónicas pero nunca debemos confiar plenamente, ya que el escritor podría estar jugando por consiguiente debemos seguir atentos. Sin embargo también resultaría absurdo omitir las pistas ya que la mayoría de las veces sugieren o encaminan hacia una nueva dirección: 111 Pere Ballart, Eironeia. La figuración irónica en el discurso literario moderno, p. 75. El capricho de buscar específicamente al niño del noticiero sólo podía echar raíces en un cerebro enfermo. A las personas normales que adoptaban niños las animaba la generosidad. Lo suyo era vil y sórdido. Roger no le importaba, eso tenía que admitirlo. Simplemente se gustaba en el papel de madre adoptiva. Y creyendo ingenuamente que prolongaría ese idilio consigo misma si encontraba al niño, había venido a México sin tomar en cuenta que la NBC pudo mentir acerca de su orfandad, o incluso, a falta de imágenes amarillistas, mostrar a una víctima de otro terremoto, el de Mangua o el de Guatemala, para engañar a su indefenso auditorio de Robots. (p.33) Las acciones de esta Señora han llegado a resultar tan absurdas y risibles que tanto el lector como el propio narrador en boca de otro personaje se han dado cuenta de las verdaderas intenciones sin embargo ella todavía no lo acepta y sigue creyendo fervorosamente en que está actuando bien y de la mejor manera. Tal vez estemos equivocados y al final descubramos que en realidad sí tenía las mejores acciones sin embargo no podemos dejar de leer y estar atentos de sus movimientos. La anterior cita nos permite deducir dos conclusiones: primero, si en verdad tiene buenas intenciones porque no adopta otro niño porque precisamente el del suéter roto con ruinas atrás, segundo su papel de madre lo asumió desde que vio el video lo cual le proporcionó erróneamente poder y autoridad sobre el niño, a la vez se aferró de una imagen que no era certera y la convirtió en una realidad intachable. Cuando llegó a su hotel pensó que le habían dado mal la dirección, por la actitud de los corresponsales creyó que tal vez querían que estuviera dando vueltas por toda la ciudad buscando a un niño entre 18 millones de habitantes. No se iba a rendir tan fácil venía con un propósito claro “ayudar” y nadie la detendría por más sacrificios: “Aunque su misericordia tuviera un fondo egoísta y aunque ya no soportara un minuto más en México, seguiría buscando a Roger. Era una cuestión de autoestima. No se imaginaba de vuelta en Oklahoma sin el niño en quien vería encarnado lo más noble y lo más tierno de su neurosis”. (p. 34) Estas palabras nos permiten descubrir qué significa Roger en realidad, el adoptarlo no es por cariño ni por querer compartir un lapso de vida con él, sino más bien significa una nueva distracción la cual le proporciona emociones que la hacen sentirse útil y viva, pero habría que preguntarse por cuánto tiempo. Detrás de ese sentimiento de maternidad hay un poder de adquisición que posteriormente le va a permitir sentirse mejor, quizá se le olvida que Roger no es un producto (como tantos en su país) que le garantice felicidad. En Roger tal vez pretenda descargar todas sus frustraciones y neurosis. Nuestro narrador implícito mantiene una severa crítica hacia este personaje, la ironía le ha ayudado para poner de manifiesto muchas verdades; recordemos que este término permite socavar e indagar la realidad. Enrique Serna a utilizado la ironía y el humor de una manera extraordinaria pues la mayoría de los hechos del cuento son presentados con una visión realista pero además con un toque lúdico; ambos términos han permitido cuestionar las incongruencias de la vida. Los días siguientes buscó en hospitales, delegaciones y albergues; su buena y tierna causa consiguió que se anunciara en la radio, pero ningún intentó tuvo éxito no encontraba por ninguna parte a su desvalido Roger, cuando le preguntaban acerca del parentesco con el niño no mentía pues no le gustaba así que decía: “que lo buscaba por simple amor al prójimo”. (p.34) Estas palabras obviamente hay que descodificarlas debemos indagar qué nos quieren trasmitir en realidad pues están cargadas de ironía. Como bien sabemos ésta no pretende ser creída, más bien comprendida e interpretada por consiguiente no debemos creerle del todo a la señora Wharton sino más bien descubrir qué nos están sugiriendo, es decir saber que hay en el trasfondo. Sus palabras necesariamente hay que entenderlas al contrario: no lo hace por caritativa y mucho menos por amor al prójimo, más bien por intereses personales, que nada tienen que ver con ayudar a los demás. Todas sus palabras resultan irónicas, es increíble que siga pensando que sus acciones son buenas cuando en su inconsciente sabe que detrás de esa ayuda internacional hay vacíos personales que el niño podría cubrir además de que le gusta jugar el papel de víctima y redentora de los desvalidos o más bien de un sólo desvalido —Roger—. El último día de búsqueda prefirió hacerlo en un automóvil que rentó, le sugirieron que mostrará la foto del niño en las oficinas de personas extraviadas: “Era un paso lógico, pero de nada servía la lógica en un país irracional”. (p. 34) El humor a sido abordado desde diferentes enfoques; algunos autores lo utilizan para enfatizar los mecanismos de hostilidad, superioridad, malicia o agresión; otros lo emplean como mecanismo de relajación; el humor también ayuda a enfatizar las formas de incongruencia. Esta última perspectiva es la que vemos presente en este cuento, el narrador implícito ha utilizado el humor para recalcar las incongruencias que se viven en México. Esto lo vemos claramente en la cita anterior, es decir el humor nos ayuda por un lado a enfatizar lo irracional del hecho; por otro lado a sopesar la situación pues tal vez a primera vista nos parece humorística pero en verdad denuncia una realidad paradójica. Decidió dejárselo a la suerte, tomó una avenida sin rumbo fijo pero en su travesía por la gran ciudad se volvió a encontrar con otro verdadero caos urbano: Los autobuses de pasajeros la sacaban de carril, echándosele encima como en las road movies. Conducir por el arroyo lateral era un calvario: cada minuto se detenía una combi a descargar pasaje y los autos de atrás tocaban el claxon como si ella se hubiera detenido por gusto. [...] De pronto, sin previo aviso, apareció una valla que cerraba la avenida. Estupendo. Entraría en el embudo de la desviación y seguiría por donde buenamente quisiera llevarla el azar... Alto total: diez minutos para ver el paisaje. A la derecha un puesto de verduras. El dependiente “lavaba” sus mercancías con agua negra. Viva la higiene. A la izquierda un vagabundo agonizante acostado en la puerta de una cantina. La ironía y el humor han sido dos elementos fundamentales para la construcción de este cuento, han ayudado a presentarnos los hechos vergonzosos, dolorosos y siniestros de México; el humor por su parte ha ayudado a sopesar y a bromear con los acontecimientos, y la ironía ha enfatizado de una manera severa y cruel la situación de este país. En el capítulo I mencionamos que la ironía en algunas ocasiones resulta un tanto molesta ya que se burla de nuestras creencias, costumbres, características y de la vida en general. La cita anterior por un momento nos provoca sentimientos de molestia pero no porque uno se sienta agredido, más bien por leer una realidad que en el cuento nos parece absurda, inimaginable y ficticia sin embargo existe y se convive con ella. Pero algo hay de bueno en todo esto; al leer ironías que valgan la pena estamos leyendo la vida misma, los personajes que parecen ficción son gente que pertenece a una realidad. De alguna manera Enrique Serna nos presenta una visión de México la cual esta impregnada de muchas situaciones desoladoras pero depende de cada lector lo que quiera rescatar de este cuento, si se logra una reflexión de los hechos presentados la ironía como el humor quedarán satisfechos pues finalmente ambos términos tratan de ofrecer una nueva visión o perspectiva sin embargo no la tratan de imponer. En su trayecto Eleanore Wharton pasó por una primaria que estaba junto a una fábrica y pensó: “Excelente planeación urbana. Los niños terminarían la Primaria con cáncer pulmonar y de ese modo quedaba resulto el problema del desempleo”. (p.35) En esta cita continuamos con la lectura de hechos incongruentes que el ser humano ofrece; Enrique Serna al plasmar estas situaciones nos está, de alguna manera con la ayuda de la ironía, ofreciendo otra perspectiva además nos permite luchar contra una oscuridad, por eso se dice que por donde pasa la ironía hay más luz. La señora Wharton ya no podía soportar más inclemencias y entonces comenzaron a aflorarle sus verdaderos sentimientos: superioridad, autoridad, poder, chantaje, reclamos, etc. Todavía no encontraba a Roger y ya estaba pensando en decirle unas cuantas cosas: “Cuando Roger la hiciera enojar le recordaría que por su culpa había presenciado estos espectáculos. Pero quizás no valiera la pena sufrir tanto por un mocoso que se largaría de la casa cuando cumpliera 18 años”. (p.35) Las verdaderos sentimientos cada vez los vemos con mayor claridad, poco a poco ella misma se va contradiciendo lo cual es un excelente indicio; pues en un principio mencionamos que una buena pista para decir que un texto es irónico es cuando al inicio de la historia se proclama un personaje o una situación como verdadera cuando es un error; sin embargo cabe recordar que la ironía no se conforma con encontrar contradicciones, ni es un requisito para afirmar que un escrito es irónico. En estas palabras de la señora Eleanore Wharton apreciamos un sentimiento de reclamo, es decir tal vez cree que Roger siempre estaría en deuda con ella por haberlo salvado de la inmundicia y por lo tanto iba a tener que acatar cualquier orden. Cuando se hace una obra sin esperar nada a cambio y con las mejores disposiciones no entran en juego sentimientos de reproche y aquí sí están presentes porque sus acciones desde un principio no fueron sinceras y verdaderas por lo tanto era un juego de resistencia, por decirlo así, si ganaba su farsa o dejaba de engañarse y asumía que en realidad no quería adoptar a Roger sino más bien seguir manteniendo una ilusión o una emoción que la hacia sentir bien. Si llegará a encontrar a Roger, éste habría tenido que soportar sus reproches de redentora pues soportó todo a cambio de “salvarlo”: “Estaba sudando sangre para salvarlo a Roger de ese destino y tal vez Roger resultara un patán incapaz de amarla”. (p. 35) Lo último que terminó por colmar su paciencia fue soportar un olor a excremento que entraba por la ventanilla: “¿Cuántos perros harían sus necesidades al aire libre? ¿Cien mil? ¿Medio millón? Y ella, la imbécil, que hubiera podido gozar sus vacaciones en un hotel de Grand Canyon o en una playa de Miami, estaba desperdiciándolas en esa gran letrina”. (p. 35) En la siguiente cita vemos como ella misma se da cuenta de que su idea fue tan absurda: “Era tan estúpida, tan absurda, que merecía la nacionalidad mexicana. Maldita ocurrencia la de venir aquí para adoptar a un pigmeo que además de llorón era horrible. Pero ya tenía suficiente. Volvería de inmediato al hotel y tomaría el primer avión a Oklahoma”. (p. 35) Cabe aclarar que su idea nos resulta estúpida no por adoptar a un niño o ofrecer ayuda sino por la manera de tratar de hacerlo. En la cita anterior apreciamos un humorismo cuando dice “merecía la nacionalidad mexicana”; aquí el humor es visto más bien como una forma de libertad, es decir la señora Wharton lo utiliza para tomar una distancia frente a las situaciones que ha tenido que soportar y de esa manera continuar con su objetivo; de alguna manera este tipo de humor permite estar por encima de la situaciones. El humor en este momento funciona como un estilo estoico, en donde la interioridad del ser humano y la subjetividad tratan de no ser alcanzadas ni trastocadas por algún hecho desolador; es decir Eleanore utiliza el humorismo como una forma de defensa antes las situaciones que esta viviendo. Cuando iba de regreso al hotel pasó por una calle en donde: ”las casas eran de hojalata y cartón. Aquí el desastre ocurría siempre, con o sin terremoto. Abundaban los jóvenes de cabellos erizados, punks del subdesarrollo, que tomaban cerveza en la banqueta. Roger sería igual a ellos cuando fuera grande”. (p. 36) Estas palabras nos resultan bastante irónicas ya que crítica a los jóvenes mexicanos cuando en su país hay mayor destrucción a nivel juventud, ella creía que Roger nunca iba a poderlo educar como un hombre bien, aquí nos surgen unas dudas, qué significa hombre de bien para la señora Wharton?, su juventud es un ejemplo maravilloso?, su país es igual a bienestar personal?; quizá en lo económico sí pero en lo demás. Mientras pensaba en cuál es el verdadero problema de México: Oyó un golpe seco, un gemido, un crujir de huesos contra la defensa del coche. Bonito final para una benefactora de la niñez mexicana. Ahora vendría la madre a reclamarle y tendría que indemnizarla como si el niño fuera sueco. Una multitud armada con botellas, cadenas y tubos venía corriendo hacia el coche. Apretó el acelerador a fondo y en un santiamén los perdió de vista. No tenía remordimientos pero había sufrido una decepción. La de no haber atropellado al inocente, al tierno, al adorable y desvalido Roger. (p. 36) Nuevamente estamos frente a un gran final, tal vez nos sorprende hasta dónde pudieron llegar los sentimientos de la señora Wharton, cómo ese amor se convirtió en odio y desprecio pero a la vez sabíamos que en ella se podían albergar este tipo de emociones. Esta última cita nos termina de ayudar en nuestras sospechas y por lo tanto con toda seguridad decimos que Eleanore Wharton nunca tuvo sentimientos de bondad, ni de cariño, ni de sacrificio, ni de amor, ni de ayuda y mucho menos de maternidad. Todo resultó ser una gran falacia, podemos decir que ella se autoengañó, confundió sus sentimientos. Nunca hubo la persona humanitaria que ella proclamaba por eso decíamos que tal vez jugaba el papel de alazon, el fanfarrón que alardea de sus cualidades cuando en realidad no las posee. Por tal motivo afirmamos que tal vez era un juego de resistencia: hasta dónde la señora Wharton iba a soportar y a esconderse detrás de un disfraz. Finalmente el amor que sentía por Roger se convirtió en odio hasta el punto de pretender aniquilarlo. Para finalizar este análisis podemos decir que a lo largo de todo este cuento observamos que en realidad la ironía cuestiona lo real, es decir se tomaron los hechos de la vida cotidiana y los plasmaron para que el lector pueda cuestionarlos y finalmente lograr una reflexión, además de percatarnos de todas las incongruencias que la vida ofrece: “la ironía es una lucha contra esa ceguera, una forma de visión, el develamiento de otras vertientes de lo real, acaso abismales, acaso contradictorias, pero siempre cercanas al estremecimiento de lo bello o de lo siniestro”.112 Además confirmamos que en realidad la ironía socava e indaga por 112 Víctor Bravo, Figuraciones del poder y la ironía, p.90. todos los ámbitos, por consiguiente cuenta con un inmenso material, la sociedad ofrece demasiados hechos con los cuales el ironista puede trabajar. En este cuento por medio de la ironía y el humor se hace una crítica de ciertos valores, comportamientos, costumbres, ideologías, etc. Enrique Serna retrata los bajos fondos y la corrupción de ambas sociedades, pareciera que hace una radiografía de la degradación de los comportamientos humanos sin embargo no olvidemos que este narrador mexicano combina estas descripciones con toques lúdicos. Cabe mencionar que Serna no pretende denunciar o redimir estas conductas simplemente retrata personajes o situaciones incongruentes, exhibe las emociones en carne viva, bosqueja una sensibilidad humana donde prevalece la incertidumbre y la ambigüedad del deseo. En este análisis mencionamos que la ironía y el humor nos ayudaron a ver los hechos de diferente manera sin embargo quiero dejar claro que el autor irónico nunca pretende convencer o establecer una verdad a su lector, depende de cada receptor lo que quiere rescatar de su lectura; estos dos elementos propician una reflexión de los hechos presentados, nos permiten en el trasfondo observar otra visión de los hechos sin embargo, nunca quieren imponer su panorama. Tampoco Enrique Serna pretende moralizar a sus lectores tal vez sólo quiere desentumecer algunas mentes. Recordemos que al inicio del análisis mencionamos la definición de misericordia con que inicia Serna el texto; finalmente decimos que este cuento resultó ser una alegoría de esta definición; la historia presentó una desvalorización o desenmascaramiento de los sentimientos morales. Ahora nos damos cuenta que este significado esta cargado de ironía pues la misericordia de la señora Eleanore Wharton fungió como un puñal el cual la acompañó a lo largo de toda su estancia en México y al final lo utilizó con mayor ahínco pues le dio el golpe de gracia a Roger, por decirlo así. Además misericordia también significa “Inclinación del ánimo a compadecerse de las penalidades y miserias ajenas”; estas palabras aplicadas en este cuento resultan inevitablemente irónicas y humorísticas, después de haber realizado el análisis nos percatamos del verdadero ánimo de la señora Wharton; este compadecimiento por las penalidades e infortunios de Roger que siempre aparento tener hacia él, al final se convirtió en odio. La ironía y el humor son elementos básicos para la construcción de este cuento, ayudados indiscutiblemente del sarcasmo y la sátira, todos estos términos permitieron reflejar una visión muy peculiar de dos sociedades contemporáneas. Por un lado la ironía le exigió al lector realizar un acto de intencionalidad y de reconstrucción de términos; por otro lado el humor como bien sabemos es un producto de la libertad, el cual sirvió para jugar con la condición humana, con las convenciones, con las palabras pero sobretodo con las incongruencias del ser humano. Ambas nos retrataron al hombre y su entorno incoherente además de querer trasmitirnos verdades. Esperamos haber realizado una buena participación como lector pues la ironía sin la participación activa de éste sería casi imposible: “sin la existencia de alguien que perciba el carácter paradójico, incongruente o fragmentario de algún aspecto del mundo, la ironía no llega a existir. Además, sin un lector que entienda el texto irónico como tal, la ironía desparece, y le sobrevive sólo un sentido literal”.113 113 Lauro Zavala, Humor, ironía y lectura. Las fronteras de la escritura literaria, p. 36. CONCLUSIONES En este trabajo de investigación se analizaron los cuentos “Hombre con minotauro en el pecho” y “El desvalido Roger” desde la perspectiva irónica y humorística, entre los objetivos de este análisis está el de ubicar la presencia de estos dos términos para posteriormente afirmar que la narrativa cuentística de Enrique Serna está impregnada de estos dos recursos, además de identificar que tipo de ironía y humor se utilizaron para la construcción de estos cuentos. Después de estudiarlos decimos con toda seguridad que ambos cuentos gozan de la indiscutible presencia del humor y la ironía además tienen una estructura similar. En estos dos textos la ironía y el humor permitieron bromear pero a su vez criticar, por un parte nos presentan situaciones lúdicas con las cuales reímos; por otra parte nos dieron la posibilidad de lograr una reflexión, además de cuestionarnos sobre la condición humana. Han sido dos elementos fundamentales para la construcción de estos cuentos, han ayudado a presentarnos los hechos desoladores y funestos que comete la sociedad; el ser humano a pesar de pertenecer al homo sapiens (racional) a veces actúa como un ser irracional, que trata de lastimar y abusar de los demás. Antes de iniciar el análisis mencionamos que el humor y la ironía podían lograr hacernos reflexionar sobre las paradojas del mundo, después de leer detenidamente ambos cuentos decimos que estos términos nos han dado otra visión o panorama de los hechos; sería casi imposible decir que un receptor después de leer estos textos no complete el círculo, es decir no se cuestione y analice los hechos presentados. La ironía y el humor nos ayudaron a percibir los acontecimientos de diferente manera sin embargo, como bien sabemos, el autor irónico y humorístico nunca pretenden convencer o establecer una verdad o una perspectiva a su lector; depende de cada receptor y la lectura que realice. Estos dos conceptos propician una reflexión de los hechos presentados pero aunadamente nos permiten conocer el trasfondo, o mejor dicho la verdadera opinión de nuestro escritor y lo que realmente nos quería trasmitir. Enrique Serna no pretende moralizar a sus lectores tal vez sólo quiere despertar algunas mentes, pues en sus cuentos realiza una crítica despiadada hacia ciertos valores, costumbres, tradiciones, religión pero sobretodo la degradación evidente del ser humano por lo tanto sería imposible no poner en tela de juicio nuestros modos de vivir. En el cuento “Hombre con minotauro en el pecho” observamos una ironía literaria ya que a lo largo de todo el cuento apreciamos una contradicción entre un hecho que podía realizarse y la realidad de quien pretendía realizarla. En el capítulo I mencionamos que la ironía por lo general está presente en las contradicciones, pero no es un requisito, se necesita una voluntad de verdad. En este cuento los contrastes surgieron en todo momento, el primer hecho y el que desarrolla toda la historia es cuando Picasso pretendía burlarse de los conocedores de arte y por eso plasma su pintura en el pecho del niño. En su afán de mofarse de éstos realiza un dibujo que más bien crea inquietud en la sociedad ya que permite ver la degradación de los seres humanos. También se retomó el término de la antigua Grecia, ya que la señora Reeves (personaje clave en esta historia) actuó en dissimulatio, es decir expresaba y pregonaba bienestar para la obra pero no para el niño. Las contradicciones, desde un inicio, fue buena señal pues al final resultaron ciertas nuestras sospechas y con toda certeza mencionamos que es un texto irónico; puesto que Serna nos presentó hechos que después resultaron contradictorios, desde un inicio surgió la sospecha de descubrir dos ideas contrarias y posteriormente decidir cuál es la verdadera, cuál aceptaríamos como creíble y certera. Aquí podemos ubicar una ironía literaria la cual es entendida como una forma de hablar en la que hayamos un dilema, entre lo dicho literalmente y lo que propiamente se quiere dar a entender. También apreciamos a los personajes de la pareja arquetípica del teatro griego: alazon y eiron; éstos los ubicamos perfectamente en los “conocedores de arte” pues en todo el cuento alardearon sus conocimientos pero a la vez dejaban entrever sus falsas teorías. A lo largo de todo el texto estos personajes fueron un punto de ataque rotundo, Enrique Serna se ayudó de la ironía para poner de manifiesto sus pensamientos incongruentes, o mejor dicho su manera de concebir el arte. La presencia del humor en este cuento es bastante clara; el humor como bien sabemos permite sopesar las adversidades de la cotidianeidad y ayuda al ser humano a estar por encima de sí mismo a pesar de estar frente situaciones contundentes, desoladoras. El niño con el Minotauro en el pecho a lo largo de todo el cuento va a recurrir al humor para lograr ver de diferente manera los acontecimientos de su vida y lograr un distanciamiento. El humor funcionó como una herramienta que permitió lograr una cierta libertad frente a sus situaciones funestas, recordemos que el humor es un juego de inteligencia en el cual se puede jugar y bromear con los acontecimientos de la vida, los cuales a veces resultan incongruentes. El capítulo I y II nos permitieron tener un mayor dominio de los términos y así lograr un análisis exitoso, las tesis presentadas por los diferentes críticos nos ayudaron a ubicar más fácilmente dichos conceptos. Pero lo realmente importante fue poner en práctica estas definiciones y clasificaciones; en el texto observamos con claridad y con mayor detenimiento las palabras de los críticos. Por ejemplo, el sentido del humor permite ver de distinta manera las situaciones y entonces se tornan con un toque de comicidad e ingenio lo cual permite rebajar la carga de intensidad, o mejor dicho vivir algunas situaciones desoladoras como hechos simples. Cabe recordar que en el capítulo II explicamos el humor desde diferentes perspectivas: como una herramienta que permite lograr una libertad, como un juego de inteligencia, como aquel término que se utiliza para criticar lo que nos parece reprochable, etc. En este cuento apreciamos como ya mencionamos el humor como liberador sin embrago también es utilizado como una manera de criticar algo con lo que no se está de acuerdo, este tipo de humor lo emplean los personajes de los Kranz. Recordemos que el humorismo es utilizado como una herramienta que ayuda a una crítica social, algunas veces el humor es empleado para enfatizar una crítica hacia aquellas actitudes que uno considera reprochables y tal vez por eso los Kranz profanan y se mofan de algunas normas que consideran muy estrictas en el ámbito del trato hacia las artes. En este cuento el personaje principal se ayuda indiscutiblemente del humor, es una herramienta que le permitió soportar todas las adversidades por las que ha tenido que pasar. A lo largo de la vida del niño observamos diversos hechos funestos, mismos que trata de vivir con un poco de humorismo lo cual le permite ver la parte “divertida” y así jugar con su vida y convertirla en algo mucho más soportable. En este cuento —con la ayuda del humor y la ironía— Enrique Serna criticó y bromeó con la hipocresía, con la religión, con los críticos de arte, con las autoridades, con el Ministerio de Cultura, con la visión del objeto por encima del sujeto pero sobretodo una burla directa y severa hacia las sociedades. El humorismo le permitió al personaje principal de este cuento la posibilidad de lograr una libertad frente a los hechos. El segundo cuento analizado fue “El desvalido Roger” en donde nuevamente decimos que la presencia del humor y la ironía son indiscutibles, este texto en especial requirió la ayuda de estos términos ya que Enrique Serna realiza una crítica despiadada, severa, dura y sobretodo cruel a la sociedad mexicana y la norteamericana. Son elementos básicos para la construcción de este cuento irónico-humorístico, en la introducción mencionamos que no nos conformaríamos con encontrar ironías sino analizaríamos con profundidad para saber si pertenecían algún tipo de ironía, en este texto observamos claramente la presencia de la ironía satírica y sarcástica. Obviamente el apartado dedicado al estudio del sarcasmo, la parodia y la sátira fue de gran ayudada como toda la crítica expuesta en los dos primeros capítulos; el sarcasmo y la sátira juegan un papel de suma importancia en el cuento ya que permiten reflejar una visión muy peculiar de dos sociedades contemporáneas. Uno de los temas predilectos de la ironía es retratar los hechos de la vida cotidiana para después cuestionarlos y preguntarnos si en realidad algunas actitudes que lleva acabo el ser humano son propiamente de un ser pensante, aunque en ocasiones actúa reprochablemente. En este cuento nos percatamos de todas las atrocidades que puede llegar a cometer el individuo y su sociedad. El personaje principal de este texto es Eleanore Wharton la cual representa a Estados Unidos, este personaje se parece en algunos elementos a la señora Reeves del primer cuento, ambas actúan en dissimulatio además de jugar el papel de alazon pues la primera presume y fanfarronea sus buenas acciones e intenciones hacia Roger cuando en realidad pretende llenar vacíos de su vida. Y la segunda proclama conocimientos, refinancia y también intenciones cuando en realidad no le interesa el niño sino la obra de arte en su pecho. En este cuento el humor fungió de diferentes maneras, es decir en algunas ocasiones fue necesario utilizarlo como instrumento liberador que ayudó a soportar los infortunios; como la señora Wharton la cual lo empleó para aminorar las inclemencias del caos urbano en la Ciudad de México. El humor también fue utilizado para enfatizar y denunciar actitudes irracionales las cuales siempre contenían una carga de crítica social presentadas con toques lúdicos. En este cuento Enrique Serna pone de manifiesto una realidad no muy lejana a la nuestra, es decir retrata con exactitud los comportamientos paradójicos de los mexicanos: traer el automóvil repletó de imágenes religiosas cuando en verdad es paganismo, construir primarias cerca de una fábrica, el problema de los perros callejeros, la proliferación de fritangas, la higiene en las Clínicas de Salud, la vialidad y un etcétera larguísimo de cualidades que expuso Serna en este texto irónicohumorístico. El humor por su parte ha ayudado a sopesar y a bromear con los acontecimientos de la vida cotidiana, y la ironía ha enfatizado la situación de México y de Estados Unidos. Gracias a estos términos hemos observado a lo largo de este cuento algunas incongruencias y paradojas del ser humano, su decadencia como individuo, sus actitudes egoístas, envidiosas, corruptas, etc. Finalmente decimos que estos cuentos contienen una escritura contemporánea en donde se utilizó el humor y la ironía como herramientas para criticar en su más amplio sentido a la sociedad, recordemos que estos elementos narrativos en la actual escritura han servido para atacar principalmente a la literatura y a la sociedad. Ambos están impregnados de humor e ironía lo cual enriquece de una manera extraordinaria a estos textos. Por su parte el humor en ambos cuentos funcionó como un instrumento que ofreció una cierta libertad partiendo de la negatividad de la existencia el hombre, le ayudó a tener la capacidad para estar más allá de sí mismo y de sus acontecimientos por más desoladores que éstos puedan ser. Enrique Serna en ambos cuentos nos ha presentado a personajes en donde apreciamos claramente a aquellos paladines del bien; recordemos que este narrador mexicano rechaza la existencia de aquellas personas en donde habitan dobles intenciones. Después de analizar los dos textos decimos que nos encontramos frente a una ironía de tipo propositiva o funcional ya que deducimos la postura que tiene nuestro narrador implícito, o sea el autor, esto lo podemos comprobar claramente al analizar las ironías y el humor que utiliza, nos percatamos cuales temas ironiza con mayor ahínco, cuales denuncia de una manera severa, con qué está en desacuerdo. Como bien sabemos la ironía oculta y disimula pero su finalidad inevitablemente es exhibir verdades y realidades, el ironista y el humorista de alguna manera fingen alabar lo que en verdad rechazan y censuran. En el capítulo I mencionamos que la ironía en algunas ocasiones resulta un tanto molesta ya que se burla de nuestras creencias, costumbres, características y de la vida en general. En estos dos cuentos Serna se mofa de las sociedades y de la condición humana por lo tanto el lector puede llegar a sentirse agredido y ofendido, quizá no por verse reflejado sino por saber que pertenece a esa realidad, más bien le pueden producir sentimientos de enojo y coraje al ver reflejado el mundo en que vive, las personas y las situaciones con las que convive. Sin embargo estos tipos de textos permiten con la ayuda del humor y la ironía inquietar algunas mentes anestesiadas y por supuesto enriquecer con más fervor a la narrativa mexicana y en general a la literatura. Enrique Serna en ambos textos irónicos-humorísticos retrata los bajos fondos y la corrupción de las sociedades, pareciera que hace una radiografía de la degradación de los comportamientos humanos sin embargo no olvidemos que este narrador mexicano combina estas descripciones con toques lúdicos. Cabe mencionar que Serna no pretende denunciar o redimir estas conductas simplemente retrata personajes o situaciones incongruentes, presenta sentimientos en carne viva, manifiesta una sensibilidad humana en donde se percibe la incertidumbre. En los dos textos, este cuentista mexicano nos presentó ambientes físicos no ficticios, los cuales permiten ubicar una realidad no muy distante a la que vivimos lo que provoca que el lector se compenetre con los lugares donde nos lleva el cuento, lo anterior resulta importante porque al presentarnos ambientes físicos reconocibles el receptor puede ver que las situaciones presentadas en el cuento no están tan ajenos a las que vivimos diariamente. Estos lugares no ficticios también ayudan a identificar personajes que posiblemente existan en nuestra realidad. Por una parte el humor como bien sabemos es un producto de la libertad, el cual sirvió para bromear con la condición humana, con las convenciones, con las normas, con las palabras pero sobretodo con las incongruencias del ser humano; por otra parte la ironía le exigió al lector una capacidad de reconstrucción de términos además de realizar un acto de intencionalidad. Ambas nos retrataron al hombre y su entorno incoherente además de querer trasmitirnos verdades. Con la ayuda de las teorías postuladas alrededor de dichos conceptos esperamos haber realizado una buena participación como lector pues la ironía sin colaboración activa de éste sería casi imposible. Además el humor y la ironía nos permitieron indagar y rastrear las conciencias humanas. BIBLIOGRAFÍA 1. Abbagnano Nicola, Diccionario de filosofía, F. C. E. México-Buenos Aires, 1963. 2. 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