PERSONALIDAD, PERSONERIA Y REPRESENTACION. SU FALTA

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222605. I.4o.C.158 C. Tribunales Colegiados de Circuito. Octava Época. Semanario Judicial de la Federación. Tomo VII, Junio de 1991, Pág. 350.
PERSONALIDAD, PERSONERIA Y REPRESENTACION. SU FALTA DE
ACREDITACION ES SUBSANABLE DURANTE EL PROCEDIMIENTO. Mediante
decreto legislativo que entró en vigor el once de enero de mil novecientos ochenta y seis, se
incorporaron al Código de Procedimientos Civiles para el Distrito Federal, normas para el
saneamiento de los procesos, concretamente en los artículos 35 y 272 al 272 G, donde se
autorizó la constatación más inmediata de la satisfacción de los requisitos y presupuestos
procesales correspondientes, y se dispuso la enmienda de algunos errores u omisiones, en
cualquier estado de la instrucción, suscitados por defectos en los escritos de las partes y en la
satisfacción o acreditamiento de los presupuestos procesales, todo ello con el objeto de
impedir la continuación inútil de procedimientos irregulares, en los cuales no se pudiera
emitir válidamente una resolución de fondo. Así, se estableció una audiencia previa, con el
objeto, entre otros, de depurar el procedimiento, mediante la resolución de las objeciones
aducidas respecto de los presupuestos procesales y las excepciones dilatorias en general, y
ordenando la corrección de los errores subsanables advertidos sobre esos aspectos, así como
de los cometidos en los escritos de las partes, y otorgando, en fin, la más amplia facultad al
juzgador para ordenar, aun fuera de la audiencia previa, la subsanación de toda omisión
notada en la sustanciación, para el solo efecto de regularizar el procedimiento. Con las
reformas en comento, el sistema procesal imperante, preponderantemente dispositivo, sufrió
una modificación en algunos de sus principios, verbigracia, de los de preclusión,
inmodificabilidad e irrevocabilidad de las resoluciones judiciales y el de firmeza de tales
actuaciones, pues éstos dejarán de ser aplicables cuando concurren en los de saneamiento del
proceso, tomando en consideración la regla general de interpretación, referente a que las
normas posteriores privan sobre las anteriores en caso de oposición. Las cuestiones de
personalidad, personería y representación, son presupuestos procesales, según criterio
uniforme que no genera controversia doctrinal o jurisprudencial, de modo que su satisfacción
es un elemento indispensable para el dictado de una sentencia válida sobre la materia del
juicio. Entonces, la falta de su comprobación en el momento procesal concreto fijado por la
ley, está comprendida indebidamente dentro de las omisiones o irregularidades subsanables
durante la esencia del procedimiento, en aplicación de los lineamientos sobre saneamiento
procedimental; esto es, si no se comprueba en la forma y tiempo previstos en el artículo 95
del Código de Procedimientos Civiles para el Distrito Federal, y no obstante se da curso a la
demanda; el Juez puede disponer, cuando advierta esa situación, que se cumpla el requisito
omitido para regularizar el procedimiento. Ahora bien, si la acreditación indicada se puede
realizar en cualquier momento en cumplimiento de un requerimiento del órgano
jurisdiccional de conocimiento, en aras de la eficaz integración y desarrollo de la relación
procesal, con mayor razón debe admitirse el cumplimiento espontáneo de esa carga por la
parte interesada, en iguales términos, por dirigirse a la consecución del mismo fin, que no
sólo atañe al interés de la parte sino del orden público, además de conseguirse de modo más
sencillo y rápido.
CUARTO TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA CIVIL DEL PRIMER CIRCUITO.
Amparo directo 1366/91. Sucesión a Bienes de María Martínez viuda de Cortés. 15 de mayo
de 1991. Unanimidad de votos. Ponente: Leonel Castillo González. Secretario: José Juan
Bracamontes Cuevas.
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