Magistrados, funcionarios y empleados del Ministerio Público de la Defensa Estimados y estimadas: Estamos hoy reunidos a los fines de hacer un balance de la primera parte de la gestión de este Defensor General y de sus colaboradores, en ocasión de cumplirse los tres años y medio del mandato para el que fui designado por la Legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Resta, de no sobrevenir imprevistos, igual período a transitar y es útil precisar en la ocasión los errores y falencias con la intención de subsanarlos y completar todo lo que falta realizar. Como se dice habitualmente, verificar el medio vaso lleno y describir el restante vacío o indebidamente completado. No está de más precisar el origen de mi designación, que puede no estar en el conocimiento de la totalidad de los aquí asistentes. Mi nombramiento, como el de las restantes cabezas del Ministerio Público, -el Fiscal General y la Asesora Tutelar General-, requiere por disposición del Estatuto Organizativo de la Ciudad Autónoma, del voto afirmativo de, al menos, las dos terceras partes de los integrantes de la Legislatura, esto es, de por lo menos cuarenta de los sesenta diputados que integran ese poder del Estado. Es así que, conforme la composición política del electorado de la ciudad, y de su consecuente representación en el legislativo, ningún partido de los que lo integran puede, por sí sólo, imponer a las tres autoridades del Ministerio Público. Esa misma forma de designación rige para las vacantes de jueces del Tribunal Superior de Justicia por lo que se comprende que no haya prosperado la nominación, propuesta por el Ejecutivo, de la Dra. Ugolini. Esta candidatura sólo tuvo el apoyo de los actuales 24 diputados oficialistas. Teniendo en claro este mecanismo institucional, si nos remontamos a junio del año 2006 -cuando se cumplió el término de duración del mandato de los primeros tres “generales” del Ministerio Público nombrados en 1999-, fue necesario que confluyeran las voluntades de suficientes legisladores -repito cuanto menos 40- para proceder a disponer los pertinentes reemplazos. La confluencia de tres bloques partidarios – el macrismo, el Frente para la Victoria y la Coalición Cívica- determinaron, de acuerdo al respectivo número de sus legisladores que el Dr. Germán Garavano, por el macrismo, el suscrito, por el peronismo y la Dra. Laura Musa, por el partido de Elisa Carrió, fuésemos simultáneamente propuestos para Fiscal General, Defensor General y Asesora Tutelar General. La generación del acuerdo demandó nada menos que nueve meses. El sistema de designación de los magistrados cabeza del Ministerio Público, nos guste o nos genere juicios negativos, ha sido impuesto en el Estatuto Organizativo que, a las veces de Constitución local, rige en la ciudad de Buenos Aires y sólo puede ser modificado por una nueva Asamblea Constituyente; en tanto ello ocurra, ese procedimiento es insoslayable. Su consecuencia es que quienes resultamos beneficiarios del sistema quedamos comprometidos con las respectivas formaciones políticas que impulsaron nuestras designaciones, con las derivaciones que de tal circunstancia obviamente se desprenden y que no es del caso poner aquí de manifiesto. Precisado esto, resulta pertinente referirnos a la relación preexistente entre la totalidad de integrantes del Ministerio Público y el organismo denominado Consejo de la Magistratura. Entre las funciones que la ley otorgaba a esta última entidad, no sólo se encontraba la facultad de seleccionar a los magistrados sino también la de designar a los funcionarios y empleados miembros del Ministerio Público, así como la de administrar los recursos asignados por la Legislatura. Y aquí viene la principal y ostensible incoherencia: el Ministerio Público no participa del órgano de gobierno del expresado Consejo ya que éste se encuentra integrado por igual número, tres representantes de la legislatura, tres de los abogados de la matrícula y semejante cantidad de los jueces. ¿Y los magistrados del Ministerio Público? Sólo pueden votar a los jueces pero no ser electos. Ello así, resulta, por ejemplo, que el fuero Penal, Contravencional y de Faltas ya tiene su edificio propio en la calle Libertad y el Contencioso Administrativo y Tributario lo tendrá en breve en la Calle Hipólito Irigoyen al 900, ex Casa Martínez, el Consejo de la Magistratura su depósito en la calle Beazley, en tanto el Ministerio Público deambula en sedes alquiladas; que los jueces del primer fuero frustraron el proceso de descentralización iniciado en los barrios de Saavedra y Parque Patricios, y de inminente concreción en el de Liniers, al negarse en su mayoría a concurrir a los juicios que se programaban en tales sedes contando con la pasividad del Consejo. Los integrantes de esta Defensoría aquí presentes, que ejercían funciones en el Ministerio Público, habrán de recordar las dificultades de todo orden que, en materia de insumos, debían afrontar para el cumplimiento de sus actividades. Por ello, en su momento se sancionó la ley 1903 que nos confirió la autonomía y la autarquía que, por gestiones del entonces Consejo de la Magistratura, sólo estuvo vigente por pocos días, siendo suspendida en su aplicación, situación que imperaba a la fecha de las designaciones del año 2007. Con los doctores Garavano y Musa logramos remover la suspensión pero debimos aceptar normas limitativas de las prerrogativas del Ministerio Público que quedaron consignadas en la ley 2386 en agosto del 2007. Desde esta última fecha el Ministerio Público de la Defensa, aun con las restricciones emergentes, intentó avanzar en la resolución de, entre otras, las cuestiones que dejaba pendientes de solución el Consejo de la Magistratura y que estaban a partir de entonces en posibilidad de encararse por quien les habla, con la inestimable colaboración del licenciado Jorge Costales y el doctor Martín Cormick, y de los funcionarios y personal de ellos dependientes. Debemos remarcar que hasta hace pocas semanas el Consejo se había comprometido a destinar “Casa Martínez” al uso de las tres ramas del Ministerio Público. Allí se trabajó efectivamente para que 1200 m2. fueran ocupados por el M.P. Fiscal, 700 m2. por el MP de la Defensa y los restantes 400 m2 útiles por la Asesoría Tutelar. Al respecto se invirtieron esfuerzos y el trabajo de un arquitecto contratado al efecto. El cambio en la composición del Consejo, en el que se reemplazaron dos consejeros de los jueces por sus respectivos suplentes, y que condujo a la sustitución de la Mesa Ejecutiva de aquél, determinó el cambio de destino de dicha propiedad y la simultánea declaración del estado de emergencia edilicia del Ministerio Público. En estos tres años y medio de gestión sólo logramos que el Consejo nos asignara en materia edilicia dos medios pisos en el inmueble de Diagonal Norte 636 y otro medio piso en Avda. de Mayo 654; en estos espacios se instalaron las tres defensorías contencioso administrativas y tributarias de primera instancia. En la sede de Beruti y Cnel. Díaz se asignaron 30 m2. en el primer piso, que se destinaron a la instalación de la Defensoría Penal, Contravencional y de Faltas No. 15. Hace meses se encuentra pendiente el compromiso de acondicionar nuevos espacios en el 1er. y 2do. piso de la referida sede para la ampliación del metraje de la mencionada Defensoría 15 y los espacios necesarios para la división entre las Defensorías del mismo fuero 8 y 16. En Tacuarí 138 se nos asignaron 15 m2 que son utilizados por los defensores en sus esperas y donde cuentan, de ser necesario con los elementos para preparar escritos. Como directa consecuencia de la vigencia de la ley 1903 a partir del año 2008 se procedió a asignarnos el programa 20, dentro de la jurisdicción 5, en el presupuesto de la ciudad. En todos nuestros proyectos de presupuesto, a partir del que elaboramos para el ejercicio indicado y hasta el que proyectamos para el año 2011, pretendimos que en el total previsto para el Ministerio Público, el de la Defensa guardara similar y constante relación porcentual con el de la Fiscalía y la Asesoria. En general, lo hemos logrado. La evolución de nuestro crédito presupuestario ha sido el siguiente; ello sin tener en cuenta los refuerzos que año a año se obtuvieron para hacer frente a los incrementos salariales. Presupuesto 2008: total : 33.802.677; inciso 1 personal 27.680.824. Presupuesto 2009: total : 56.794.525; inciso 1 personal 39.894.525. Presupuesto 2010: total : 71.869.395; inciso 1 personal 59.995.590. Para el año 2011 hemos proyectado una solicitud total de $ 126.264.412 de los cuales al inciso 1 personal se le asigna 101.855.976. Estas cifras para el ejercicio venidero guardan, como se señaló, relación porcentual con las estimadas en la propuesta del Ministerio Público Fiscal. ¿Qué hemos podido realizar con el incremento, año a año, de nuestro presupuesto? Adquirimos las siguientes propiedades: 1) Sarmiento 1981, 6º piso, de 89 m2 que se destinó al funcionamiento de la Secretaría General de Planificación Estratégica y acceso a la justicia; 2) Yapeyú 607, de 64 m2, que se utiliza como depósito, y 3) Almirante Brown 1288 , de 130 m2 en que tiene su sede principal la Oficina de Orientación al Habitante. Hemos concertado la adquisición de un departamento en Ríobamba y Bartolomé Mitre, de aproximadamente 130 m2 pronto a escriturarse y en el que se instalará la Oficina de Prensa, Difusión y Publicaciones. Por otro lado, se han alquilado las oficinas de Florida 17, 7º. piso de 569 m2 en que tienen su sede: 1) La Defensoría General Adjunta en materia Penal, Contravencional y de Faltas, y la Secretaría de Coordinación con sus dependencias de contabilidad, presupuesto, contrataciones, recursos humanos, legal y técnica, compras, informática, mesa de entradas, entre otras. Prensa, difusión y publicaciones. Secretaría General de Relaciones Institucionales, defensa y patrocinio, con sus dependencias de jurisprudencia, peritajes y la oficina de asistencia técnica, en desarrollo. 2) Avda. de Mayo 633 de 108 m2, que es utilizada por la Auditoría Interna del Ministerio Público. 3) Callao 25, 5º piso “K”, de 390 m2, donde se encuentran las dependencias de la Secretaría General de Derechos Humanos y de la Jefatura de Gabinete de la Defensoría General. 4) Coronel Díaz 2087 de una superficie aproximada de 90 m2 en que se ha instalado la Defensoría en lo Penal, Contravencional y de Faltas No. 2. Incrementamos el patrimonio de la Defensoría con la adquisición de tres vehículos, uno pendiente de entrega. Los dos en uso están destinados al transporte de insumos a las dependencias del organismo y el restante, principalmente, al traslado de personal a los lugares de detención de nuestros defendidos privados de libertad y nuestros asistidos del fuero contencioso administrativo. Párrafo aparte merece la consideración del número del personal que trabaja en el Ministerio Público de la Defensa, el que, a igual que el que labora en el Ministerio Público Fiscal se triplicó en el período en análisis. ¿Qué relación tiene el susodicho incremento con las funciones constitucionales y legales asignadas a nuestra institución? Cabe realizar, al respecto, el siguiente informe. Fuero Contencioso Administrativo y Tributario: De una defensoría plena y una segunda interina de actividad parcial, se ha pasado a contar con tres defensorías plenas con mayor número de funcionarios y empleados y con el incremento de personal en la Defensoría General Adjunta, a cargo de la Dra. Graciela Christe. Se encuentra pendiente de aprobación en el Consejo de la Magistratura el organigrama de funcionamiento de la Defensoría de Cámara para cuya titularidad ha sido concursado el Dr. Fernando Lodeiro Martínez. Fuero Penal, Contravencional y de Faltas: Se transformaron las ocho unidades de dos defensores, cada una de ellas, por dieciséis defensorías duplicándose prácticamente en su consecuencia, su personal. Se creó un conjunto de Secretarías Generales, cuya actividad está directamente vinculada con la tarea de nuestros defensores. Así, dentro de la órbita de la Secretaría General de Relaciones Institucionales, Defensa y Patrocinio, a cargo del Dr. Guinney, funciona la Oficina de Atención a las Personas Privadas de Libertad, cuya actividad se desarrolla todos los días del año durante las 24 horas y que, inicialmente, siempre a cargo de la Doctora Magdalena Gaim, controlaba la actuación policial en la tarea de identificación de detenidos que se realizaba con imputados carentes de documentación en la sede de Combate de Los Pozos 155. Actualmente se realiza igual tarea pero también respecto a los menores conducidos a Tacuarí 138 y en los de alojamiento en Comisarías de la Policía Federal, y en sedes de prefectura, Gendarmería y Policía aeroportuaria. En igual Secretaría, pero dentro de las oficinas de Defensa y Patrocinio, y a cargo de los Dres. Balmayor y Cánepa, se apoya la investigación, suministrándose peritos de diversas disciplinas para cubrir las necesidades de los defensores y realizándose los informes socioambientales que requiere la asistencia de nuestros patrocinados y pupilos. Está previsto en breve lapso la transformación de las Oficinas de Defensa y Patrocinio en partes integrantes de la nueva Oficina de Asistencia Técnica, creada en la última reforma a la ley 1903 (ley 3.318), a la que me referiré en detalle más adelante. Dentro de la Secretaría de Derechos Humanos a cargo de la Dra. Bettina Castorino funciona la Oficina Interdisciplinaria que dirige el Dr. Javier Scipioni que atiende las necesidades de nuestros presos y arrestados y de los familiares durante la detención en los establecimientos penitenciarios y que, por lo demás, intentan su reinserción laboral al momento de la excarcelación. Cabe destacar que, con posterioridad al cierre de la Unidad de la calle Viamonte frente al teatro Colón, no existen establecimientos aptos para la internación de presos y arrestados dentro de la Ciudad, y que todas las gestiones realizadas al respecto han sido infructuosas, ya que los derechos de los detenidos no encuentran adecuada recepción en las autoridades locales y las de Nación sólo ofrecen alojamiento fuera de la Ciudad, en clara violación, a mi criterio, de las disposiciones constitucionales. No escapará a la consideración de ustedes la importancia adquirida por la Secretaría de Coordinación, a cargo del Lic. Jorge Costales y de las dependencias a su cargo que administran el presupuesto, previa intervención determinante en su elaboración. Cuenta con la Oficina de Administración y Presupuesto, a cargo del Dr. Martín Cormick y la Oficina de Legal y Técnica, a cargo de la Dra. Lorena Lampolio, al frente de un reducido pero muy dispuesto y capacitado número de colaboradores. La Secretaría General de Planificación Estratégica y Acceso a la Justicia, a cargo del Dr. Israel Pedro Galin, ha tenido una intervención fundamental en la elaboración de los criterios generales de actuación, así como en la propuesta de actividades tendientes a enjuiciar los desbordes del Ejecutivo de la Ciudad y del Ministerio Público Fiscal. La Jefatura de Gabinete a cargo del Dr. Guillermo García Fabues tiene como función la articulación de las relaciones administrativas con las restantes ramas del Ministerio Público del Poder Judicial de la Ciudad, desempeñando la Secretaría ad-hoc de la Comisión Conjunta prevista en el art. 24 de la Ley 1903. Entre sus actividades relevantes supervisa la actividad del Departamento de Calidad de Gestión que dirige el Lic. Sergio Napolitano. Por otro lado, se puso en funcionamiento la Oficina de Prensa, Difusión y Publicaciones, bajo la dirección del Lic. Pablo Sanz, que ha creado y mantiene actualizada nuestra página web, y es responsable de los impresos de legislación y divulgación así como del informe bienal de gestión distribuido oportunamente, encargándose además de la difusión interna y de la relación con los medios de comunicación locales y nacionales. Las Oficinas de Orientación al Habitante merecen una muy especial atención. Dependiente, bajo la dirección del Dr. Jorge Fernández, de la Defensoría General, cuando en diciembre de 2009 se creó la Secretaría General de Derechos Humanos, se la incluyó en su órbita, bajo la conducción de la Dra. Bettina Castorino. Un poco de historia al respecto de la Oficina en cuestión. En los inicios de mi gestión tanto las Fiscalías como las Defensorías encontramos el proceso de descentralización territorial en ejecución, perturbado por la negativa de la mayoría de los jueces a concurrir a las sedes ya habilitadas de Saavedra y Pompeya a los fines de sustanciar las audiencias del juicio de las causas. Ello, a pesar que en ambas sedes, donde funcionaban las entonces Defensorías 5 y 7 existían amplios espacios destinados a las Salas de audiencias y al despacho de los jueces. Fue entonces que el Fiscal General decidió dar por terminado el mencionado proceso de descentralización territorial y proponer a las restantes dos ramas del Ministerio Público establecer el sistema llamado de “Multipuertas”, a los fines de recepcionar las denuncias y de acercar la justicia local a los vecinos. De este modo se habilitaría una oficina de recepción de denuncias, en tanto Defensoría y Asesoría Tutelar podrían establecer sus propias mesas de recepción en relación a las funciones respectivas. La Asesoría rechazó de plano la propuesta. En lo que a mí respecta, consideré útil y viable la propuesta, de modo que a la fecha tenemos seis sedes de esas oficinas en Congreso, Palermo, Parque Patricios, Villa Lugano, Villa Soldati y la Boca en las que se brinda asesoramiento a los vecinos y, si corresponde, se les indica la concurrencia a las Defensorías Públicas de este Ministerio. Por otro lado, en lo que llevamos de gestión hemos celebrado convenios con distintas Facultades de las Universidades Nacionales de Buenos Aires y de Lomas de Zamora, a los fines de incorporar pasantes de derecho, trabajo social y psicología que comienzan sus primeras actividades profesionales en vinculación con las tareas de la Defensa. A la fecha tenemos más de treinta estudiantes que se van renovando periódicamente. Ha sido una experiencia exitosa de acuerdo con lo que nos informan los tutores. También en este lapso se ha normalizado al personal de funcionarios y empleados que fueron evaluados positivamente, tanto los que integraban la planta como interinos al momento de nuestra designación, como los que fueron nombrados por la gestión y que resultaron favorables en su rendimiento, transcurridos los tiempos pertinentes. Es de destacar la actividad que a ese respecto efectuaron el Secretario Judicial, Dr. Esteban Rodríguez Eggers y el de Coordinación Lic. Jorge Costales, así como también el desempeño de la entonces Defensora General Adjunta interina, Dra. Bettina Castorino quien me sustituyó en el período de feria en que se efectuó el procedimiento de normalización. En síntesis, pretendemos haber cumplido decorosamente con las misiones y funciones que la constitución y las leyes de la Ciudad asignan al Defensor General, aun cuando mucho resta ejecutar en un ámbito en que las necesidades de la población devienen crecientes en materia, principalmente, de vivienda, medio ambiente, educación y salud. Convoco a ustedes a continuar con el trabajo cotidiano y responsable como hasta la fecha y a sugerir acciones tendientes a hacer eficaces las normas que garantizan los derechos humanos de todos los habitantes de la Ciudad.