HORARIO: 27 de marzo ~ 28 de junio de 2015 Martes a sábados de 9:00 a 19:00 h. Domingos y festivos: 9:00 a 15:30 h. Festivos abiertos: 2, 3 y 22 de abril y 4 de junio Desde el 16 de junio a 15 de septiembre el museo cierra a las 15:30 Cerrado: lunes y día 1 de mayo Paisajes museo de bellas artes de sevilla Visitas en grupo: Deben concertarse en www.museodebellasartesdesevilla.es D.L.: SE-461-2015 Museo de Bellas Artes de Sevilla Plaza del museo, 9 41001 Sevilla Tlf. 955 54 29 42 consejería de educación, cultura y deporte consejería de educación, cultura y deporte La exposición propone mostrar la importan- mayores desafíos artísticos; este último, de cambios constantes en formas, luz y color, dan como resultado obras de gran dinamismo, como la de Guillermo Gómez Gil. cia que se ha otorgado al paisaje en la pintura de los últimos cinco siglos, a través de obras de las colecciones del Museo de Bellas Artes de Sevilla. En esta ocasión se presentan pinturas casi desconocidas, de las que algunas han sido restauradas con este motivo. Otras, mejor conocidas, son mostradas bajo nuevos puntos de vista. VISIONES DE SEVILLA PAISAJES DEL TIEMPO Manuel Villalobos Díaz. Playa de Rota, c. 1910 La naturaleza ha adquirido en los últimos siglos una importancia creciente, culminando con el nacimiento de la pintura de paisaje como un nuevo género. Hasta entonces, había sido un elemento secundario, fácilmente reconocible, concebido solamente como el espacio donde transcurrían los episodios narrados. a la pintura mitológica. Su presencia embellecía y, a la vez, ofrecía nuevos aspectos de la naturaleza. En el siglo XVII el paisaje nace como género pictórico en las escuelas del norte de Europa, compitiendo con los episodios que acoge, o como única temática de la pintura. En la Edad Media el paisaje aparecía en la pintura religiosa como parte de la iconografía representada, condicionado por la composición. En el Renacimiento adquirió mayor interés, incorporándose también Jan Brueghel. El paraíso terrenal, c. 1620 PAISAJES DE LA REALIDAD El género del paisaje adquiere plena autonomía en España a mediados del siglo XIX, siendo fundamental para ello el pintor de origen belga Carlos de Haes y sus discípulos, como Jaime Morera. En este momento las pinturas son fruto de la observación directa del paisaje, con frecuencia, realizadas al aire libre. En ellas predomina el interés por plasmar la naturaleza con todos los matices que produce la luz. Esta observación se plasma tanto en detalladas representaciones, como en las que destacan los efectos lumínicos, técnica que asentó el impresionismo en Francia y que aquí tuvieron su particular interpretación en artistas como Gonzalo Bilbao, Arpa, Winthuysen o Bertuchi. Otros pintores buscan vistas de amplio horizonte, como Santiago Martínez o la pintora Magdalena Leroux. Las montañas y el mar constituían uno de los Desde el siglo XVI la imagen de Sevilla ha inspirado. Partiendo de las primeras cartografías, la representación de la ciudad ha evolucionado, pero presentando unas constantes: sus monumentos más característicos como la Giralda y la Torre del Oro, así como el del río Guadalquivir. Desde el primer tercio del siglo XIX la cercana localidad de Alcalá de Guadaíra fue destino de muchos pintores. Sus alrededores, con enclaves de efectos lumínicos privilegiados y la inspiradora ribera del río, pasaron a convertirse en un centro neurálgico para la práctica de la pintura de paisaje al aire libre, llegando a crearse un movimiento artístico conocido como la Escuela de Alcalá, que acogió a un nutrido grupo de artistas. Entre ellos destacan algunos cuya obra mostramos, como Pinelo, Villalobos, Sánchez Perrier o José Arpa. Emilio Sánchez Perrier. Triana, c. 1888~90