COEPES Elementos para realizar un estudio de factibilidad. A. Fundamentos macroregionales Se refiere a una descripción de la situación regional y nacional, precisando el papel y las necesidades de la primera en torno a la segunda. Para el caso de la UACJ esta sección también debe incluir una argumentación a favor de la correspondencia de la oferta educativa que se propone con los referentes nacionales e internacionales que fundamentan la planeación institucional, el modelo educativo y las funciones sustantivas de la Universidad. Entre las fuentes que se pueden consultar se encuentran: El Plan Institucional de Desarrollo 2001-2006, 2007-2012, el Programa Integral de Fortalecimiento Institucional (PIFI 3.1), así como en documentos de la SESIC, el CONACYT, la ANUIES y la UNESCO. En todos los casos el texto puede apoyarse en cuadros, gráficas, tablas, mapas, imágenes, etc. B. Investigación microregional En esta sección se trata de describir la estructura de la región, señalando las condiciones socio-económicas, las aspiraciones y las expectativas de los diferentes sectores sociales sobre la creación de las instituciones de educación superior o bien, de la carrera que se trate. También se trata de identificar las características regionales que hacen pertinente a una determinada disciplina y al mismo tiempo, las características de la disciplina que le permiten contribuir a la solución de los problemas regionales. C. Estudio del mercado laboral Esta parte esta dedicada al análisis de las necesidades actuales y futuras de cuadros profesionales en las unidades de producción y servicios de la región. Se debe delimitar un área de influencia de la institución educativa para justificar la apertura del programa e identificar el tipo de unidades productivas en las cuales los futuros egresados podrán tener participación. Se debe hacer un análisis de ese sector productivo para observar la evolución y las tendencias futuras de los empleadores, con el fin de garantizar la empleabilidad de los egresados y en función de esto, determinar los conocimientos y las habilidades de los cuadros requeridos, sus perfiles de ingreso y egreso, así como las posibles carreras. Entre las fuentes que pueden ser consultadas al respecto destacan: los censos económicos, los reportes de compañías especializadas, así como diversos artículos de investigación. D. Estudio de oferta y demanda de servicios educativos Se refiere al comportamiento pasado y presente en el área de influencia de los flujos de estudiantes egresados de educación media superior o superior hacia el nivel siguiente y demanda potencial de aspirantes en el corto y mediano plazo. Deben quedar claramente identificadas en esta sección. La oferta educativa de las demás instituciones presentes en el área de influencia y la manera en que la oferta propuesta se distinguirá de aquella; la presencia de instituciones de educación media superior en el área de influencia, su tamaño, sus características y especialidades, y si éstas son suficientes para proveer la demanda por el nuevo programa. E. Estudio socioeconómico y de expectativas educativas Se debe analizar a los estudiantes del último año del nivel medio superior y a sus familias, o bien, a los estudiantes grado anterior al que se propone (a los de licenciatura en caso de maestría o a los de maestría en caso de doctorado), para conocer sus expectativas para continuar sus estudios y las áreas de formación profesional de su interés. Entre las fuentes que se pueden consultar se encuentran: encuestas con alumnos activos y egresados de la educación media superior, entrevistas con sus profesores, estudio de seguimiento de egresados, entrevistas con empresarios locales, etc. En caso de utilizarse encuestas o entrevistas, éstas deberán estar metodológicamente fundamentadas. F. Plan docente En este estudio se debe evidenciar la factibilidad de la integración del cuerpo de profesores del futuro programa. Estos deben cumplir con el perfil apropiado para el nivel y área de conocimiento y se deben reunir a partir de una selección entre los profesionales del entorno. Para que sea factible integrar una planta docente, es necesario que una localidad cuente con, por lo menos, diez profesionales por cada uno de los profesionales requeridos. Entre las fuentes que se pueden consultar sobresalen: cámaras empresariales, colegios profesionales, el INEGI, etc.