MÉTODOS Y TÉCNICAS DE INVESTIGACIÓN HISTÓRICA. Licenciatura Historia. PROGRAMA PRIMERA EVALUACIÓN: Temas introductorios 1. La investigación histórica 2. El oficio de historiador 3. Técnicas de comentario de textos, gráficos y mapas 4. Técnicas de trabajo universitario 5. Tipología de trabajos históricos. Elaboración de reseñas. 6. Nuevas tecnologías aplicadas a la docencia y a la investigación. Prehistoria, Historia Antigua y Arqueología, 7. Fuentes de conocimiento 1: materiales. 8. Fuentes de conocimiento 2: escritas, orales y visuales. 9. Metodología de la investigación arqueológica 1: la prospección. 10. Metodología de la investigación arqueológica 2: la excavación. 11. Técnicas de datación, clasificación y análisis. 12. El nuevo marco cronológico de la arqueología, las nuevas arqueologías. 13. Reglamentación normativa de los trabajos arqueológicos. 14. Musealización y puesta en valor de los yacimientos arqueológicos. SEGUNDA EVALUACIÓN. Historia Medieval 15. La investigación histórica en Historia Medieval 16. Tipología de las fuentes para el estudio de Historia Medieval 17. Orientaciones generales sobre el manejo/aprovechamiento de documentación de archivo 18. Internet, nuevas tecnologías en Historia Medieval 19. Instrumentos para la enseñanza y aprendizaje de Historia Medieval 20. La investigación medievalista en España en las últimas décadas. Historia Moderna 21. Metodología y líneas de investigación en H Moderna 22. Los centros documentales: los archivos. 23. Los centros documentales: Bibliotecas y museos. 24. Tipología de las fuentes y sus problemas. 25. Técnicas en el tratamiento cuantitativo de la documentación Historia Contemporánea e Historia del Presente. 26. H contemporánea e H del Presente: precisiones conceptuales y rasgos característicos. 27. Metodología para la investigación: los archivos. 28. Los testimonios orales. 29. La imagen. Fotografía y cine. 30. Técnicas para el aprendizaje. 31. Las nuevas tecnologías. Recursos en internet para la investigación y la docencia. TEMA 1. LA INVESTIGACIÓN HISTÓRICA. La historia vista como la reconstrucción del pasado hecha desde el presente, a partir de la premisa de que el hombre es el objeto de estudio puede considerarse según perspectivas realistas o idealistas: Aspirando a reconstruir el pasado tal como fue, o como mera proyección de nuestras ideas. En ningún caso llegaremos a comprender presente o futuro partiendo de las enseñanzas del pasado, pues es imposible que se den iguales causas que provoquen idénticas consecuencias. Y si la historia nunca se repite, cabe preguntarse sobre su utilidad. Los historiadores suelen argumentar que su trabajo es honesto y que el estudio de la historia es esencial para comprender el presente. El método de trabajo para el estudio de la historia requiere de la capacidad para analizar con rigor la información disponible, liberarse de los estereotipos, las creencias, analizar la realidad en toda su complejidad e intentar comprenderla. Pierre Vilar lo ilustró así: “la historia debe enseñarnos, en primer lugar, a leer un periódico”. A estos dos argumentos cabría añadir la necesidad social de contar con una concepción del pasado comunitario: la conciencia histórica, necesaria para la identidad colectiva y el sistema de valores. Esta necesidad se suple en ocasiones con mitos, leyendas o creencias religiosas; lo opuesto a la historia por ser ficticia, dogmática o arbitraria. “La historia no puede predecir fenómenos ni dar ejemplos infalibles, pero permite explicar los orígenes del presente e iluminar las causas de su gestación, funcionamiento, transformación” Polibio escribía en el s. II a.C.: “ninguna educación es más apta para los hombres que el conocimiento de las acciones pasadas” Popper definió el concepto de “investigación” como: procedimiento, proceso metódico y técnico, que desarrolla el conocimiento científico. Cualquier tarea investigadora presenta una serie de operaciones o procesos perfectamente reconocibles en toda labor científica: la recopilación de información, la clasificación de los datos, el análisis de los contenidos y de las relaciones que entre ellos se establecen y las conclusiones que del análisis se desprenden. De la aplicación de este componente metódico nacen dos tipologías de la tarea investigadora, comunes a todas las parcelas del conocimiento científico. -La investigación descriptiva, enumeración de los hechos sin más pretensión. -La investigación explicativa, analizando y interrelacionando datos. La labor del historiador se enmarca en esta segunda tipología: explicar los hechos, buscar las interconexiones y los hilos conductores del proceso histórico, penetrar en las causas y en las consecuencias. La investigación histórica se fundamenta en la explicación, la interpretación y la valoración de los hechos de manera científica. Esto nos lleva a la cuestión de la causalidad en la historia, las claves que explican los hechos históricos son múltiples y complejas. No existe una causa única, esto es simplificar y distorsionar una realidad compleja y cambiante. Stone enumeraba en la revista Past and Present unos principios que había aprendido de sus maestros, que resumen lo que un historiador debe tener en cuenta para su labor profesional. 1- Escribir de forma sencilla, evitando jergas y confusión, dejando claro lo que se quiere decir. 2- La verdad histórica es inalcanzable, por lo que cualquier conclusión es provisional e hipotética, sujeta a las alteraciones que propicien nuevos datos o mejores teorías. 3- Todos estamos sometidos a prejuicios de toda índole, por lo que conviene ser prudente y antes de leer la historia, estudiar el entorno del historiador. 4- Las fuentes documentales que manejamos han sido escritas por personas que cometen errores, sostienen falsas afirmaciones o son subjetivas, Por lo que las fuentes deben ser analizadas con cuidado, teniendo en cuenta el propósito y el contexto del autor. TEMA 2: EL OFICIO DE HISTORIADOR INTRODUCCIÓN. GUIA DIDÁCTICA. La configuración del oficio de historiador ha ido paralela a la delimitación del sentido y función de la historia desde la Antigüedad Clásica. La historia se entendía como descripción de hechos humanos ya pasados. La preocupación por entroncar historia y ciencias experimentales surgió en el Renacimiento, aunque sin pensar que pudiera situarse en el mismo plano que las ciencias de la naturaleza. Durante los siglos XVI y XVII se creía parte esencial de la formación de un caballero, como formación moral, entretenimiento serio y porque enseñaba acerca de la naturaleza humana y su actuación en política. Esta mentalidad perduró hasta el siglo XIX, el historiador era un escritor que ilustraba a sus contemporáneos sobre el pasado, un hombre de letras, diferente del erudito que buscaba fuentes para analizarlas críticamente. El nacimiento del Historiador surgió en las últimas décadas del XIX, cuando culminó el acercamiento entre eruditos y profesionales de la historia, y se configuró como una profesión intelectual, aunque también burocrática vinculada a los departamentos universitarios. La historiografía alemana en torno a Ranke asumió los principios y las formas de trabajo de los eruditos en relación a las fuentes, a la vez que trataba de definir un método histórico riguroso. Esto se concretó en un énfasis por la recuperación y acumulación de datos, especialmente políticos y en una exigente crítica de los textos. Tanto en Alemania, como en otros países de Europa esta corriente se denominó Historicismo, y generalmente pusieron su quehacer al servicio de la construcción de los estados nacionales. En 1898 apareció un manual clásico en la formación de generaciones de historiadores: Introducción a los estudios históricos, de Langlois y Seignobos. Alejado del concepto de historia como ciencia, configuraba un tipo de historia basado en la descripción de hechos singulares, acontecimientos puntuales descritos en sucesión lineal, poniendo el foco en las grandes figuras y en los hechos bélicos y políticos relevantes. De forma paralela se perfila la historia para escolares de grado primario y medio, que cobraría gran fuerza en los recién creados Estados y difundiría la profesión de historiador en el siglo XX. Hacia 1930 el historicismo positivista estaba en crisis y empiezan a producirse cambios en el panorama historiográfico. Sucesos como las guerras mundiales, la Revolución URSS, auge totalitarismos, avances científicos y tecnológicos, etc, provocan una revisión de los presupuestos de la ciencia moderna tal y como se había configurado en los siglos XVI y XVII. Las teorías y leyes formuladas hasta entonces se revelan insuficientes, lo que llevó a cuestionar la ciencia experimental, esto acercaría las ciencias experimentales a las sociales. En el campo de la historia este cuestionamiento de las ciencias se refleja en una nueva forma de enfrentarse a la historia, consolidándose los sectores social y económico. El oficio de historiador se difunde con congresos, reuniones científicas y proyectos editoriales. Motores de este proceso fueron la escuela francesa de los Annales y la historiografía marxista, ambas iban a renovar la historia tras la Segunda Guerra Mundial. El auge del marxismo es reflejo de la influencia del comunismo en los jóvenes intelectuales tras la derrota del nazismo. La revisión de la obra de Marx incidió en la labor de investigación de los historiadores en los años 50-60. La nueva historia de las décadas centrales del siglo XX, que renovó el oficio de historiador, tiene un carácter global y un deseo de elaborar una historia total que interrelacione todos los sectores que conforman lo histórico, una historia abierta a otras disciplinas en cuanto a enfoques y perspectivas, preocupada por el estudio de factores estructurales o de larga duración, con pretensión de status científico, que concede validez a cualquier documento que dé a conocer el pasado. Una historia hecha y concebida en tiempo presente, que trate de dar respuesta a los interrogantes de ese presente ante el cual el historiador, como señalaba M. Bloch adquiere un triple compromiso intelectual, moral y social. Esta concepción de la historia comenzó a ser discutida en los 80. Una nueva generación enfrentada a nuevos problemas conceptuales y sobre las fuentes o a renovados planteamientos. La necesidad de encontrar leyes objetivas que expliquen la realidad socioeconómica pasada, es sustituida por la preocupación por las personas y su experiencia vivida, por la imagen que tienen del mundo, sus comportamientos y valores. Resurge la narrativa de inspiración literaria, sin dejar el rigor, aunque más que nunca el historiador está comprometido con la realidad que le rodea. Actualmente se duda de la pretensión de alcanzar verdades absolutas, sin que esto impida logros parciales, más con la convicción de que toda obra histórica es imperfecta. Finalmente, aumenta la proyección social de los historiadores en los mass media o en Internet, con una influencia creciente en una sociedad compleja, contradictoria y globalizada. EL OFICIO DE HISTORIADOR MORADIELLOS, E. El oficio del historiador, Siglo XXI, Madrid. Muchos manuales de Historiografía sitúan los inicios de la disciplina en la Grecia del s. VI–V a. C. Otros afirman que existían relatos de corte histórico en civilizaciones como la egipcia, mesopotámica, hindú o hebrea. Incluso algunos piensan que los relatos históricos existen desde el momento en que surgen las comunidades humanas: cuentos, cantos y poemas orales que se han perdido en el tiempo. Hoy en día, prácticamente todos los especialistas coinciden que es durante el final del s. XVIII y comienzos del XIX cuando la historia se convierte en ciencia. La primera forma de hacer historia sería considerada un género literario y la segunda sería considerada una ciencia social. Todas las sociedades tienen conciencia de su pasado. Saben que hubo un período anterior al de su existencia, un pasado común que marcó sus instituciones, valores y tradiciones, así como las relaciones con el medio circundante y con otras comunidades. Esta conciencia será el factor de identificación, legitimación y orientación dentro de cualquier grupo social. En las sociedades ágrafas, esta necesidad se satisface mediante la recitación de la genealogía tribal y familiar o mediante relatos míticos y religiosos que se transmiten oralmente. ” Nuestros padres nos lo enseñaron a nosotros como sus padres les enseñaron a ellos” Pues del pasado proceden las técnicas y el saber que permiten supervivencia y reproducción. EL ORIGEN DE LA HISTORIOGRAFÍA EN LA ANTIGÜEDAD Las civilizaciones urbanas que surgen el III milenio a. C. presentan la aparición del relato escrito, quedando registrados mitos, intervenciones divinas y acontecimientos del pasado. Es entonces cuando se constituyó la historia ya que la escritura permitía superar la fragilidad de la memoria. Aparecen por vez primera las listas de reyes, inscripciones votivas y conmemorativas en templos y obeliscos, los anales y las crónicas 1. 1 Narración de sucesos políticos o religiosos ordenados cronológicamente y fechados según los años de reinado de un monarca. La función de estos escritos es doble: sirve como elemento de legitimización y apología del poder y como sistema de datación para la práctica administrativa. En Israel2 parece surgir por vez primera una obra histórica 3de sucesos seculares en los que no interviene en el relato la divinidad: es la llamada “narrativa de sucesión”. (s. VI-V a. C) Por entonces surge en Grecia un tipo de relato histórico, nacido de la difusión del racionalismo crítico y de la nueva conciencia cívica, durante la misma eclosión cultural que alumbró la filosofía, la geometría, la aritmética, la comedia... Los logógrafos, un grupo de escritores de Asia Menor como Hecateo de Mileto, se anticipan a Heródoto con sus relatos de acontecimientos pasados. Se pretende recoger aquello que cuentan que sucedió y dejar de lado los mitos. Desde la aparición de los logógrafos, la historiografía griega se va a caracterizar por crear un relato racionalista resultado de un proceso de investigación/averiguación personal del autor. Los más importantes representantes de la historiografía clásica helénica son Heródoto de Halicarnaso (Historias sobre las guerras médicas) y Tucídides (Historia de la guerra del Peloponeso). Con ellos quedó constituida la Historia como una categoría y género literario racionalista. Esto no significa que el relato sea totalmente fiel a los hechos que narra. A través de Polibio (Historias sobre la expansión territorial de Roma) y de Plutarco (Vidas paralelas, de corte biográfico) quedan enlazadas la historiografía griega y romana. La historiografía clásica (grecorromana) cumplía una triple función: I. -Constituía una fuente de instrucción moral, cívica y religiosa. II. -Contribuía a la educación de los gobernantes en su calidad de magistra vitae y espejo de lecciones políticas, militares y constitucionales. III. -Proporcionaba un entretenimiento intelectual para los pocos que leían y servía de soporte al aprendizaje de las artes retóricas y oratorias, claves para la vida política grecorromana. Los grandes historiadores romanos siguieron fielmente los rasgos definitorios y las funciones de la historiografía griega: -Tito Livio: Ab Urbe Condita, historia de Roma desde su fundación. -Julio César: La guerra de las Galias y La Guerra Civil, relatos biográficos. -Cayo Salustio: La conjuración de Catilina y La guerra de Yugurta. -Cornelio Tácito: Anales e Historias, narración de los primeros emperadores. -Dion Casio Historia de Roma, 83 libros polémicos. -Dionisio de Halicarnaso, un griego em La época de Augusto. Antigüedades romanas -Hidacio hispano-romano nacido h 400 es el primero en datar la Era Hispánica. Chronicon sobre las invasiones germánicas, fue el azote del priscilianismo. -Flavio Josefo, cuyo testimonio sobre Jesús es fundamental para sostener su historicidad. Otros: Paulo Orosio, Suetonio, Marco Terencio Varron, ... LA LITERATURA HISTÓRICA EN LA EDAD MEDIA La historiografía clásica sufrió una ruptura con la desintegración del Imperio Romano y el ascenso del cristianismo como religión oficial. El historiador cristiano, casi siempre un clérigo u hombre de la Iglesia, interpreta la Historia sometida a la voluntad divina, todo está planeado por Dios dejando poco espacio a factores humanos. El gran defensor de la teoría de la Divina 2 Para el antiguo pueblo de Israel la conciencia del pasado era incluso un precepto de su religión inscrito en el libro revelado. En concreto hace referencia a la rebelión de Absalón contra su padre el rey David, redactada hacia el s. VI a. C e incorporada a la Biblia(Samuel, libro segundo, 9-20) 3 Providencia será San Agustín, obispo de Hipona, con su obra La Ciudad de la Luz. Pero el modelo historiográfico por excelencia de la Edad Media fue Eusebio, obispo de Cesarea, quien escribió en griego -Crónica- que resumía la historia universal, comenzando con el relato bíblico, incorporando la historia de Mesopotamia, Egipto, Grecia y Roma, hasta el triunfo del Cristianismo. San Jerónimo obispo de Milán la tradujo al latín convirtiéndola en una pieza canónica. Paulo Orosio la utilizó como modelo y base de datos para su obra los Siete libros de historia contra los paganos; igual hizo San Isidoro, obispo de Sevilla, en su obra Chronica Mundi. Con el auge y consolidación de los reinos medievales surgió otro género histórico: Las crónicas. Hablaban de hechos sucedidos en los distintos Estados pero tenían como fondo una concepción cristiana y providencialista. Por ejemplo: Historia de los francos del obispo Gregorio de Tours, la Historia de la Iglesia y el pueblo de Inglaterra de Beda el Venerable o la Historia de los Lombardos de Paulo el diácono. En plena Edad Media se elaborarían en lenguas vernáculas como la Crónica general de España escrita bajo el mandato de Alfonso X el Sabio (1270-1280) EL RENACIMIENTO Y LA APARICIÓN DE LA CRÍTICA HISTÓRICA Desde el s. XIV y el XV, las transformaciones acaecidas en Europa que desembocan en el Renacimiento, permitieron recuperar la práctica historiográfica de la Antigüedad Clásica. La expansión del mercantilismo, la imprenta, la formación de Estados Modernos, los grandes Descubrimientos… contribuyeron a reducir el poder terrenal del Papado y a debilitar el control intelectual de la Iglesia. Los humanistas redescubrieron la cultura clásica, la estudiaron e interpretaron con fervor y de ello nació una nueva conciencia histórica. Surge la idea de que es necesario prestar atención a las circunstancias espaciotemporales como magnitudes significativas y de tener presente el sentido de la discontinuidad histórica. Los florentinos Bruni, Maquiavelo y Guicciardini fueron los primeros en reactualizar el modelo clásico de relato racionalista. Su obra era básicamente política, militar y diplomática, sin pretensiones moralizantes o religiosas, pero con el propósito de enseñar lecciones políticas a los gobernantes y de legitimar derechos ejercidos o pretendidos por la República. Obras escritas con esmero literario, preocupación estilística y documentación oficial. En España, con motivo del descubrimiento y conquista de América, se generó una producción historiográfica muy parecida a la de Heródoto y los logógrafos por la incorporación de temas geográficos, naturalistas y etnográficos en la narración histórica. Destaca la llamada Cronística de Indias: Díaz del Castillo, Cieza de León o Fernández de Oviedo. Conforme estudiaban y analizan los textos clásicos, los humanistas ya estaban iniciando lo que en el s. XIX sería la historia científica: la crítica documental. Gracias al concienzudo análisis de documentos, se desenmascararon engaños4 históricos, buscando lo que el documento contaba y no lo que su traductor quiso interpretar. Las disputas católicos VS protestantes acentuaron el avance en las técnicas de estudio crítico filológico y documental. Historiadores luteranos redactaron una historia eclesiástica basándose en el estudio crítico de los textos originales cristianos, las Centurias de Magdeburgo, con la intención de recuperar la tradición cristiana primitiva antes de que quedase 4 Como el de la supuesta Donación de Constantino según la cual el emperador había entregado al Papa Silvestre y a sus sucesores la autoridad sobre Roma y todo el Imperio de Occidente.Lorenzo Valla, humanista al servicio del rey de Nápoles descubrió la verdad al estudiar a fondo el documento, mostrando sus errores e inexactitudes gramaticales, jurídicas, geográficas y cronológicas. corrompida y demostrar la falta de base histórica en las pretensiones dogmáticas y políticas del Papado. Los historiadores católicos respondieron creando una historia eclesiástica transformada en relato racionalista, al modo renacentista. Jesuitas dirigidos por Jean Bolland (los “bolandistas”) comienzan a editar las Acta Sanctorum en 1643: biografías de santos realizadas bajo un análisis crítico en el que quedan descartados aspectos legendarios o fraudulentos. Otras congregaciones los imitan. También en Francia, Mabillon dio un gran impulso al método histórico crítico, en De re diplomatica estableció las reglas para realizar un análisis minucioso de los documentos históricos. Se inicia un camino en la historia que conducirá a la transformación de género literario basado en el modelo clásico a una nueva tradición erudita y crítica documental. LOS EFECTOS DE LA ILUSTRACIÓN La idea de Providencia es sustituida por la idea de Progreso en el devenir histórico, favoreciendo con ello el surgimiento de las ciencias históricas. Se apela a la razón humana como único criterio de conocimiento y autoridad, resultado todo ello de la difusión durante el siglo anterior del método científico experimentado 5. También es un reflejo de los hechos históricos de la época: descubrimiento/colonización de Asia y Oceanía, crecimiento demográfico/urbano continental, expansión económica, inicio de la crisis del Antiguo Régimen... Filósofos ilustrados alemanes y franceses 6hicieron posible que se empezase a considerar el tiempo como instrumento identificado con la cronología, como elemento de medida y de clasificación de los hechos, en la práctica historiográfica. SURGIMIENTO DE LA CIENCIA HISTÓRICA: LA ESCUELA ALEMANA DEL S. XIX Durante los primeros años del XIX surgió en Alemania la moderna ciencia de la historia, sobre una base formada doblemente en la tradición histórico-literaria y en la erudición documental. La historia, los acontecimientos que le suceden al ser humano, comienzan a ser tratados como un proceso casual racionalista, no sólo como una mera sucesión cronológica de acontecimientos. La historia razonada y documentada comenzó a suplantar a la mera crónica de mayor o menor complejidad compositiva, narrativa o erudita. Desde finales del XVIII, juristas de la Universidad de Gotinga (Hannover) habían comenzado a reunir y depurar críticamente datos sobre los Estados alemanes para sus obras históricas. La historia ya no era concebida como una serie de biografías de reyes, batallas, gobiernos… A partir de ahora sería analizada exhaustivamente intentando encontrar ese nexo de unión que enlaza los distintos acontecimientos que provocan un hecho histórico. El precursor del nuevo método fue Niebuhr, de la Universidad de Berlín. En su obra Historia Romana, dejaba de lado el relato de Tito Livio y descubría la crítica filológica y documental de fuentes literarias y epigráficas latinas, con un estilo sobrio y exhaustivo. Esta obra significó la transición a la ciencia histórica. Leopold von Ranke siguió el camino propuesto por Niebuhr, teniendo como principal propósito el mostrar lo que realmente ocurrió en un determinado acontecimiento histórico. Para ello, alentó la búsqueda de documentos archivísticos originales, verificarlos y usarlos como base fundamental o si es posible única base a la hora de narrar un hecho histórico. Ranke pretendía reconstruir una imagen verdadera del pasado neutralizando la subjetividad del historiador, el cual debía de ofrecer un relato científico libre de juicios, opiniones y creencias particulares. 5 6 Por Galileo y Newton. Como Kant, Voltaire, Turgot... Esta concepción de la práctica historiográfica se basaba en una concepción filosófica de la historia llamada historicismo,7 que afirmaba que los hechos pasados son únicos e irrepetibles y sólo pueden entenderse en su propio contexto. Esta llamada a la investigación fue secundada no sólo en Alemania 8sino también en los demás países occidentales. Aunque el historicismo que promulga Ranke posee grandes dosis de nacionalismo y conservadurismo, se puede considerar tanto a Niebuhr como a Ranke predecesores de los historiadores actuales. LA FORMACIÓN DEL GREMIO PROFESIONAL DE HISTORIADORES La expansión de la práctica historiográfica basada en la investigación archivística fue paralela al proceso de institucionalización y profesionalización de los estudios históricos. A partir del historicismo la idea de que la historia como disciplina científica debe ser enseñada de forma regulada llevó a la creación de cátedras y departamentos de historia en las universidades europeas: en Alemania en 1810, Francia 1812, UK 1850. A USA llegó durante el último cuarto del s. XIX junto a las reglas metodológicas de la escuela alemana. Comienzan a abrirse bibliotecas y archivos (en España el Archivo Histórico Nacional en 1866). La tendencia a la profesionalización dio origen al gremio profesional de los historiadores, bien configurado en casi toda Europa a partir de mediados del s. XIX. Surgieron también las primeras revistas especializadas destinadas a la profesión. Una vez constituida sólidamente la profesión de historiador, comenzaron a aparecer los primeros manuales docentes9 de introducción al trabajo histórico, con ellos muchos estudiantes universitarios aprendieron las tareas de investigación y en algunos casos, entraron en el gremio. En 1898 comienzan a celebrase los primeros congresos internacionales. NACIONALISMO E HISTORIA EN EL S. XIX A la vez que se profesionaliza la historia, comienzan a surgir escuelas nacionales de historia. En éstas no se mantuvo la tesis acerca de objetividad y neutralidad totalmt, manteniéndose la idea de la participación interpretativa del historiador en la construcción del relato histórico. Ejemplo de ello es la historiografía británica y la francesa. En la historiografía británica cabe destacar a Babington Macaulay, excelente narrador, no desatendió nunca el aspecto retórico heredado de la tradición literaria. Esta preocupación por el efecto literario será una cualidad distintiva de la historiografía británica. En sus obras, Macaulay procura abarcar todo el campo de las actividades humanas; es decir lo que hoy llamaríamos “historia social y cultural”. Todo ello queda plasmado en su obra Historia de Inglaterra desde la entronización de Jacobo II. De la escuela francesa destacar a Michelet que elaboró una obra histórica donde la presentación de los conflictos ideológicos se mezclaban y conectaban con las condiciones sociales y económicas. Por esta razón, Karl Marx declaró que había “descubierto” la lucha de clases leyendo a los historiadores franceses. El nacionalismo romántico de Michelet contribuyó a fomentar el desarrollo de historiografías nacionales en casi toda Europa a lo largo del s. XIX. Es más, la redacción de historias nacionales fue una pieza clave en la configuración de la conciencia de grupo “nacional” desarrollada con la industrialización, el crecimiento demográfico y urbano y la alfabetización de 7 Por eso a Ranke no se le puede considerar como un positivista porque el Positivismo predicaba el estudio de la sociedad (sociología) en general, basándose en leyes generales que regulaban la evolución sociohistórica para predecir el curso futuro. 8 Theodor Mommsen, en su Historia Romana, combinó la crítica filológica y epigráfica con la numismática y la incipiente arqueología. 9 En 1868 aparece el primer manual influyente obra del alemán Gustav Droysen: Elementos de historia. una población hasta hacía muy poco rural e iletrada. A su amparo, las diferentes burguesías europeas fueron creando su propia identidad nacional, la cual fueron divulgando entre los demás grupos sociales. EL IMPACTO DEL MARXISMO Durante la segunda mitad del s. XIX, al mismo tiempo que surgen las escuelas historiográficas nacionales, aparece la obra del filósofo revolucionario Karl Marx. El marxismo10 es una filosofía materialista de implantación política y vocación revolucionaria. Marx elaboró una crítica y un análisis de los hechos sucedidos dentro del contexto de la industrialización europea, con sus cambios económicos, la migración y el desarraigo de masas campesinas, la extensión de la miseria urbana y el nacimiento de una nueva clase obrera industrial. Marx elaboró esta crítica desde su formación filosófica por lo que su análisis se fue extendiendo desde el plano intelectual y político hasta la economía y las consecuencias sociales de la implantación del nuevo orden burgués y capitalista. En este proceso de análisis crítico, Marx terminó formulando una filosofía de la historia que terminó denominándose “materialismo histórico”. A juicio de Marx, las transformaciones derivadas de la industrialización estaban generando una clase universal -el proletariado- que habría de ser el agente de la subversión. Su influencia sobre la práctica histórica fue poca hasta la IGM y la revolución bolchevique de 1917. RETOS Y PROPUESTAS DE LA CIENCIA HISTÓRICA EN LOS ALBORES DEL S. XX Al comenzar el s. XX la práctica histórica estaba asentada sobre el modelo empírico-positivista e historicista. Pero desde mediados del XIX había voces discrepantes. Burckhardt rechazó la metodología de Ranke por considerarla fría al eliminar al sujeto en la construcción del relato. Consideraba, además, abusivo el uso de la historia política y diplomática de la escuela alemana, retomando la idea de una historia de la cultura. Ello se plasma en su obra La civilización del Renacimiento en Italia. En USA Jackson Turner abre la joven historiografía norteamericana a la influencia de otras ciencias sociales, en su obra El significado de la frontera en la historia alemana queda patente su interés por la geografía. Otras voces piden una historia de calidad destinada al público general. Mientras, la expansión del movimiento obrero y socialista fue ampliando la influencia del marxismo sobre las ciencias humanas y también sobre la concepción de la historia, tanto de forma directa como indirecta. El marxismo aparece como un verdadero modelo interpretativo para iniciar la investigación, superando al modelo descriptivo empírico-positivista. Una de las influencias más claras queda reflejada en la consolidación de dos disciplinas históricas especializadas: la historia económica y la historia social. Aunque la economía se había analizado anteriormente (Adam Smith La riqueza de las naciones) durante los años finales del XIX, con el desarrollo capitalista y la difusión de las tesis socialistas en el ámbito cultural, el estudio de la economía se convierte en disciplina autónoma. La historia económica sirvió de correctivo al modelo de Ranke, ya que demostraba que la subida de los precios, en un determinado período, había sido un fenómeno historiable con tanta propiedad como la batalla, el tratado o el episodio político a los que tanta importancia otorgaba la historiografía tradicional. La historia social se encarga de analizar los grupos sociales, sus interrelaciones y sus funciones en las estructuras y procesos económicos y culturales. Durante el XIX se aplicaba a los relatos históricos que hablaban de las clases sociales más bajas. La conexión con las ideas 10 Lenin resumió la génesis del pensamiento marxista: “filosofía clásica alemana, economía política inglesa, socialismo francés, unido a las doctrinas revolucionarias francesas en general”. que surgen a finales del s. XIX y comienzos del XX (sean marxistas o no) es más patente en esta disciplina que en la anterior, con obras de interés como: Historia del sindicalismo de Beatrice y Sidney Webb, Los campesinos del Norte en la revolución francesa, de Lefebvre, Las ciudades de la Edad Media o Mahoma y Carlomagno de Pirenne. LA ESCUELA FRANCESA DE ANNALES En 1929 Febvre y Bloch fundaron la revista los Annales d’Histoire Économique et Sociale con el propósito de ofrecer una alternativa a la práctica historiográfica dominante basada en el enfoque político-diplomático-militar. Para ello toman prestados métodos de investigación de otras disciplinas como la sociología, la geografía, la estadística, la lingüística, la arqueología, etc. Pero el verdadero triunfo de la escuela historiográfica de Annales llegó después de la II Guerra Mundial, especialmente tras el cambio de dirección a la muerte de Febvre. El nuevo director será Braudel, autor de la obra El Mediterráneo y el mundo mediterráneo en la época de Felipe II Precisamente en esta obra, Braudel estudiaba un amplio espacio geográfico, el siglo XVI, atendiendo a tres tiempos: -el primero, el tiempo de larga duración que corresponde con la estructura de la historia. -el segundo, el tiempo de duración media que corresponde a la coyuntura: es decir, los procesos sociales, económicos y culturales. -el tercero, el que hace referencia al tiempo corto y breve de individuo y del acontecimiento, es decir la historia episódica. Siguiendo este modelo, los historiadores de Annales se volcaron en estudiar, los procesos de larga y media duración sobre marcos geográficos precisos y asuntos poco tradicionales. Esta nueva tendencia produjo una serie de consecuencias: -Acudieron a la estadística para penetrar en la “larga duración” y la “coyuntura”, creando así La historia serial. -Se redescubre el temario de la historia cultural bajo la denominación de Historia de las Mentalidades. Desde los 70 su influencia en el ámbito historiográfico internacional fue decreciendo en beneficio de las corrientes renovadoras procedentes del área anglosajona. LA HISTORIOGRAFÍA MARXISTA BRITÁNICA Paralelo al relanzamiento de Annales tras 1945, la historiografía marxista comenzó una brillante expansión en UK. Hito clave fue la fundación en 1952 de la revista Past and Present, como adalid de la renovación de los estudiosos históricos británicos, en ella participaban historiadores de inspiración marxista11 y profesionales de las ciencias sociales. La historiografía marxista en Gran Bretaña estaba muy alejada de la única destacada: la generada en la URSS subordinada a los deseos del Partido Comunista soviético. A partir de 1952, la historiografía marxista británica comienza a adquirir cada vez más fuerza. Sus aportaciones más destacadas las localizamos en el ámbito de la historia social y cultural británica y europea desde la Edad Media hasta la época contemporánea. En contraste con Annales, ésta combinó la aplicación de los métodos de otras ciencias humanas, con el tratamiento de asuntos tanto “estructurales” como “episódicos”, devolviendo a la política su lugar central, como marco donde se desenvuelven las tensiones y proyectos. 11 Como el arqueólogo Gordon Childe,el medievalista Rodney Hilton,el modernista Christopher Hill,el contemporanista Eric J.Hobsbawm,el economista Maurice Dobb. LA CLIOMETRÍA NORTEAMERICANA Nacida hacia 1958 fecha de la publicación de la obra de Conrad y Meyer -La economía esclavista en el Sur prebélico-. Su definición original era la de Nueva Historia Económica. La investigación cliométrica consiste en aplicar unos modelos teóricos matemáticos explícitos, usar exhaustivamt un método cuantitativo, y en el tratamiento informático de grandes cantidades de información estadística recogida y elaborada. Desde entonces, los estudios cliométricos se han ido expandiendo a donde existan unas fuentes estadísticas mínimas, susceptibles de tratamiento informático. Como nota negativa hay que subrayar la poca fiabilidad de las estadísticas históricas existentes y los problemas de verificación y contraste de la inmensa cantidad de datos informáticos empleados. RENOVACIÓN Y DESARROLLO EN LA HISTORIOGRAFÍA RECIENTE Junto a las tres grandes corrientes anteriores, desde los cincuenta comenzó una renovación notable en dos campos concretos: -la historia política, que deja de ser considerada como elitista y belicosa exclusivamente. -la historia diplomática, superando el simple relato de “los entresijos de cortes y cancillerías” Se abandona la teoría de que en la política exterior no influían los asuntos internos de la nación. Para corroborar esta nueva tesis, se sacaron al mercado varias obras: Storia della politica estera italiana dal 1870 al 1896 (Chabod), Los orígenes políticos de la nueva diplomacia (Mayer) y Los objetivos de guerra de Alemania en la Primera Guerra Mundial, (Fischer) que revelaba cómo las elites dirigentes germanas habían decidido recurrir a la guerra en 1914 porque la expansión de Europa central y oriental parecía el único medio de preservar el orden social establecido frente a las presiones democratizadoras de las clases populares alemanas. Generó una gran discusión entre su autor y los historiadores alemanes, y sirvió para enterrar definitivamt la tesis rankeana de la primacía de la política exterior. La historia de las relaciones internacionales retoma su lugar en la vanguardia de la renovación teórica y metodológica de las disciplinas históricas. Algo parecido sucedió con la historia de la cultura que sufre un proceso de reorientación hacia la llamada cultura popular y todo ello, en parte, gracias a la obra del italiano Ginzburg: El queso y los gusanos: el cosmos según un molinero del s. XVI. Gracias a esta obra se pudo conocer la sociedad renacentista italiana mejor que con las historias repletas de largas series de datos. La expansión de la historia de la cultura posibilitó la atención hacia el papel de la mujer en la historia. Pionera fue la obra de Mary Ritter Beard: La mujer como una fuerza en la historia. El desarrollo de la historia de la cultura popular fue propiciado, en gran medida, por la expansión de la historiografía en las nuevas naciones del Tercer Mundo tras el proceso de descolonización iniciado en 1945. En ellas la tradición archivística era casi inexistente o nula, por lo que se recurrió a la historia oral como medio para elaborar el relato histórico. En muchos países la historia oral y la arqueología eran los únicos medios disponibles. La recogida de testimonios de ancianos, de cuentos, de leyendas y de genealogías fomentó una historia de la cultura popular cuyos métodos fueron asimilados por la historiografía occidental. Mediante este método y sus materiales se fue acercando la historia cultural a la antropología. De hecho la última aportación al desarrollo de la historiografía es el acercamiento a los métodos y técnicas de los estudios antropológicos, es más, la influencia de la antropología parece haber desbancado a la sociología y a la economía de la práctica historiográfica. Ahora interesa más hacer una “microhistoria”, un análisis más centrado en el individuo, frente a la “macrohistoria”, que ofrecía una visión más global. TEMA 3. TÉCNICAS DE COMENTARIO DE TEXTOS, GRÁFICOS, MAPAS 1.- COMENTARIO DE TEXTOS. GUIA DIDÁCTICA. El comentario de textos históricos es un ejercicio práctico, para comprender la historia a partir de lo que el texto mismo nos ofrece, es un método indispensable para analizar los hechos históricos. Además contribuye a desarrollar la capacidad crítica y reflexiva. Se examinarán los hechos según los criterios del autor, la comunidad o la época. Al realizarlo hay que evitar: hacer una simple repetición de lo que en él se narra y/o utilizarlo como pretexto para introducir otros temas relacionados. Ningún modelo de comentario es perfecto a causa de la heterogeneidad de los textos, las pautas deben de ser orientativas, muchos de los puntos citados no tienen porqué aparecer en el comentario y es necesario seleccionar las pautas que mejor resalten las características de cada documento. Lo primero es realizar varias lecturas, subrayando o trascribiendo aquellas frases o palabras más relevantes y recurriendo a la consulta de diccionarios/enciclopedias si fuese preciso. El comentario generalmente se desarrolla en tres fases y la bibliografía. 1.- Información. (Fase heurística) Presentación del texto, abordando los aspectos esenciales del mismo: Naturaleza temática, autor o procedencia, cronología y lugar geográfico. 2.- Análisis interpretativo. (Fase hermenéutica) Un análisis minucioso de los aspectos externos e internos. Aspectos externos, como: el lenguaje empleado (género literario de que se trata), la relación del autor con el texto (si es partidista, si se encuadra en alguna corriente, si es libre o encargado, si es oficial, si es laudatorio, si el autor presenció o participó en los hechos…), Contextualización en la producción del autor y en su biografía, la contemporaneidad de autor y hechos, etc. Aspectos internos del texto: resumir el contenido y destacar las ideas básicas, intentar aclarar los puntos poco claros o los pasajes oscuros, si los hubiera, y delimitar los problemas o asuntos que trata y su vigencia espacio-temporal. 3.- Conclusiones o crítica. Unas reflexiones globales a modo de síntesis, realzando los puntos principales a partir de las ideas y estructura, así como del encuadre cronológico, autoría, antecedentes, sentido del documento, alcance e interés y errores, aciertos o lagunas que presente. Finalmente se dará una somera valoración personal. 4.- Bibliografía. RABANAL ALONSO, LARA PEINADO (1997): Comentario de textos históricos, Cátedra, Madrid. MORADIELLOS El oficio del historiador, Siglo XXI, Madrid. ORIENTACIONES GENERALES PARA EL COMENTARIO DE TEXTOS. PRIMERA PARTE, INFORMACIÓN: Naturaleza del texto: Es muy importante determinar la naturaleza del documento. Existe una amplia variedad y no todos se pueden comentar siguiendo las mismas pautas. -Texto documento: inscripciones, informes, cartas, memorias, diarios, relatos de viajes, crónicas, tratados, discursos... -Texto de autor fuente: son los de los grandes historiadores clásicos, sobre todo griegos y romanos, sus escritos deben ser tratados con cierta prevención. -Texto lectura: los de los autores contemporáneos a los hechos que narran, también son textos lectura los escritos modernos y actuales. Son los llamados libros de Historia. Pueden contener errores, por lo que debe de realizarse un análisis exhausto. -Textos narrativos: anales, biografías, autobiografías, gestas, epopeyas, genealogías. -Textos jurídicos: constituciones, decretos, leyes, pactos o tratados, costumbres, órdenes ministeriales, resoluciones internacionales...son textos de índole impersonal y articulado preciso. El comentario de estos textos se debe de realizar de la siguiente forma: Señalar que tipo de documento es, por quien y para quien fue dado. Su naturaleza jurídica, el modo de formulación de sus normas, las figuras jurídicas existentes, su validez y vigencia, su aplicación en la práctica, su importancia. -Textos estadísticos: textos de índole comercial, demográfica, de mercados, índice de opinión, encuestas, libros de censos... Hay que señalar si se trata de una estadística precisa, completa o incompleta, analizar sus curvas para hablar de crisis, ciclos, estacionamientos, etc. -Textos económicos: compraventas, créditos, préstamos, testamentos avales, pagarés, libros de impuestos, libros de rentas... -Textos de hemeroteca: noticias, artículos, de agencia o de reportero, publicados en la prensa diaria o en revistas especializadas. Hay que tener presente que muchos pueden no ser veraces, estar influenciados por determinados sectores o estar escritos bajo presión, etc. -Textos varios: aquellos de carácter literario, filosófico, teológico… que contengan algún dato o aspecto de interés histórico. Extracción del texto: u origen de un texto, su nacimiento y causa. Pueden provenir de: -Una autoridad o poder público: como son los acuerdos, las constituciones, leyes, tratados, pactos, declaraciones de principio... El ámbito geográfico también se puede especificar, si se trata de unas órdenes o sentencias de ámbito local o nacional. -Autoridad o poder religioso: también habría que diferenciar su amplitud geográfica: universal (como es el caso de documentos y actas conciliares), provincial o diocesano (pastorales, recomendaciones...) y locales (proclamas, sermones, amonestaciones...). Muchos de los textos englobados en esta área pueden ser incluidos dentro del Derecho Canónico. -Origen privado: ejecutados entre personas particulares: compraventas, actas notariales, testamentos, registros biografías, correspondencia, etc Extensión y contexto histórico: -Extensión: si el documento se halla dentro de la historia externa o interna de un país, o si está situada en un ámbito internacional, regional, provincial o local. También hay que señalar si se trata de una autobiografía, biografía o de un relato familiar. Contexto histórico: encuadrar el documento dentro del momento histórico en el que se creó. Esta parte puede ser la fundamental para un comentario, si se desconoce es mejor no aventurarse con una respuesta errónea. Autor: puede darse el caso de que el texto: -Tenga autor: entonces se hará una síntesis biográfica del mismo, en la que se analizarán sus obras más importantes y se expondrá la época, ambiente o escuela a las que perteneció. Todo ello de forma muy breve. -No tenga autor: nos limitaremos a señalar la ausencia de su autoría y si es posible se indicará su procedencia o extracción. Hay que tener presente que muchos textos pueden ir firmados bajo un seudónimo, o por personas distintas a quien lo redactó; aunque siempre se considerará -si no hay nada en contra- autor del texto a su firmante. También existen textos que han sido firmados en contra de la voluntad del firmante o incluso ser una falsificación. Cronología: Los documentos podrán: -Ir fechados: en este caso conviene tener en cuenta que no siempre se ha utilizado el mismo sistema para computar el tiempo. Ni siempre, ni en todas partes, el año es el mismo (calendario cristiano o islámico por ejemplo) ni meses o años han sido de la misma duración ni han comenzado el 1 de enero (calendario francés revolucionario!) Si el texto o documento a analizar son originales, pueden ayudarnos en esta cuestión la Paleografía y la Diplomática, así como los materiales utilizados para fijarlo: papel, pergamino, filigranas, tintas, colores, encuadernación... -Ir fechados de modo incompleto -No ir fechados. Tanto en este caso como en el anterior, el comentario y análisis del texto debe de ser muy meticuloso, podemos recurrir a los datos que nos proporciona: nombres, fenómenos naturales, palabras, inventos... También será de gran ayuda si se conoce el autor o fuente del escrito ya que ello nos servirá de orientación. Lugar de redacción: es decir donde se redactó el texto, tanto en el ámbito geográfico (país, ciudad) como social (Corte, monasterio, cárcel...) Si se desconocen estos datos, el contenido del mismo texto nos puede ayudar a conocerlo: lugares geográficos que se citen, toponimia, lenguaje utilizado... El lugar de redacción es un elemento orientativo de singular importancia para la comprensión y crítica del texto. SEGUNDA PARTE ANÁLISIS: -Aspectos externos del texto: Como es la expresión utilizada en el texto (si éste está escrito en su idioma original o es una traducción...), el testimonio que nos ofrece (es decir, la veracidad de los hechos, sino son ciertas las cosas que transmite, si el autor lo hizo de forma intencionada o no...), el tipo de fuentes (comprobar que las fuentes citadas son veraces. Muchos textos y documentos que hablan de lo mismo no concuerdan muchas veces en lo que cuentan) y ciencias auxiliares empleadas (geografía, arqueología, arte, filología, numismática, epigrafía...), el tipo de Historia empleado (narrativo, cuando el autor narra los hechos en cuestión con el único interés de transmitirlos; pragmática, el autor pretende ofrecer una visión educadora de los hechos; genética, en la que se busca una ordenación lógica de los hechos; ideológica, en la que se agrupan unos hechos en una determinada opinión; materialista, en la que se escribe y se concibe la Historia bajo las tendencias del materialismo histórico) y por último la metodología empleada (apartado menos importante para el análisis del texto, pero que no está de más estudiar. El autor puede exponer su texto de distintas formas: diacrónica, cuando narra los hechos siguiendo un orden evolutivo, cronológico; sincrónica, cuando se analizan varios pueblos y hechos a la vez; etnográfica, cuando estudia los hechos históricos de un pueblo en concreto; retrospectiva, comparando hechos anteriores y recientes, analizando sus causas y diferencias; cíclico, cuando se narran los hechos siguiendo una continuidad de ciclos repetitivos; progresista, cuando se concibe la Historia como una sucesión de hechos cada vez mejores; sin método, cuando no se emplea ninguno y el texto aparece sin orden en su estructura interna -Aspectos internos del texto: es decir, captar las ideas básicas del mismo, interpretarlas, no repetirlas; eliminar lo superfluo, aclarar los pasajes o alusiones que no estén claros u ofrezcan problemas de interpretación, detectar los problemas que se tratan, fijarnos en las costumbres o normas que pudieran aparecer las cuales nos hablarían de la correcta cronología del texto, señalar las tesis o hipótesis mantenidas por el autor, hay que detectar las suposiciones históricas que el autor haya podido introducir, las cuales serían simples tesis. Hay que ejecutar el análisis del texto desde un punto de vista totalmente crítico, detenernos en la lengua del autor, en la de su época; teniendo en cuenta que se hablará de una forma u otra dependiendo del ambiente en el que se ha escrito el texto (militar, religioso, civil...) puesto que se empleaban modos y expresiones distintas. Toda información histórica debe de ser sometida a crítica pues se ignora si lo que nos ha llegado es verdadero o falso. También habría que analizar la personalidad del autor, si sentía simpatía o no por el tema, si es imparcial. Por último, tener en cuenta las circunstancias de la época a la hora del análisis. TERCERA PARTE CONCLUSIÓN: Se comenzará resumiendo en pocas líneas las ideas principales arrojadas por el texto o documento en cuestión. Debemos de remarcar este último punto dentro de su contexto histórico concreto, señalando las posibles causas que se pueden silenciar así como los errores detectados. También hay que recalcar la credibilidad del autor y de las fuentes. Si fue realizado por una causa determinada puede indicarse si cumplió su propósito, o si tuvo ciertas consecuencias o marcó un momento decisivo, etc. Emitir los juicios que crea convenientes, con su correspondiente justificación, una valoración personal crítica y objetiva breve. No recurrir a las expresiones o hechos en primera persona: opino, pienso, me parece, creo... Siempre hay que realizar el comentario de forma impersonal. Si tenemos que usar alguna expresión, será del tipo: diremos, se sabe, opinamos, se opina, … Consejos a tener en cuenta para realizar un correcto comentario de texto. Hay que evitar: Los signos ortográficos, números, abreviaturas, notas a pie de página, tablas, figuras... Una redacción engorrosa. Realizar una exposición clara, exacta, completa y perfectamente articulada de acuerdo con las fases propuestas. GUIA DIDÁCTICA 2.- COMENTARIO DE GRÁFICOS La estadística es de gran ayuda para los estudios históricos. Las técnicas estadísticas basadas en magnitudes contables poseen una gran fuerza visual en su plasmación gráfica y facilitan el análisis y comprensión de los datos. Se realizan: pirámides de población, gráficas lineales, cartogramas, diagramas de barras, histogramas, etc. Gracias a la incorporación de las técnicas estadísticas, podemos conocer de forma clara datos referidos a nacimientos, defunciones, matrimonios, censos de población, resultados electorales... Los pasos a seguir son similares a los del comentario de textos (información, análisis y conclusión) hay que saber interpretar y presentar los datos del gráfico para explicar el contenido histórico al que se refiere. El título de la tabla en cuestión nos facilita la comprensión de éste al decirnos de qué se está hablando: Población española, 1797-1910 Años Millones de habitantes 1797 1834 1860 1900 → 10 541 221 12 162 172 15 673 481 18 549 000 Este es el caso más utilizado de tabla estadística histórica, el que pone en relación una columna donde se expresan los años y una columna donde se expresa una magnitud, pero también puede darse el caso de utilizar tablas o cuadros de mayor complejidad: Líneas ferroviarias construidas y en operación (Km) 1840 1880 Gran Bretaña Alemania Francia 2 411 469 410 28 846 33 838 23 089 En este caso se recurre a los ejes de coordenadas que relacionan distintos datos. En el ejemplo las cifras de kilómetros de líneas ferroviarias se colocan las intersecciones formadas entre las columnas de años y los planos horizontales correspondientes al país. ANÁLISIS: En primer lugar se debe describir de forma precisa el contenido e información que arroja el gráfico. Hay que prestar atención a si las series son continuas o tienen lagunas, a si se refieren a uno o varios países, si reflejan un período temporal largo o corto, si evidencian una línea de evolución general o de tendencia global, etc. A continuación, se realiza el análisis formal, es decir desmenuzar los datos para poder apreciar y comentar las fases, etapas y ritmos reflejadas en las curvas y líneas de evolución. Finalmente, la explicación de los datos obtenidos se deben de situar en el momento histórico al que correspondan, estableciendo una relación entre los hechos con el momento y lugar en el que se producen y donde seguramente se encuentren las causas de su origen y desarrollo. 3.- COMENTARIO DE MAPAS Indudablemente la geografía está ligada a la historia, los mapas y planos representan también momentos históricos, y gracias ellos podemos situarnos en el ambiente geográfico en el que sucedieron aquellos hechos. Los documentos cartográficos generalmente son realizados por un cartógrafo (historiador-cartógrafo). En los mapas históricos vemos reflejados aquellos elementos propios de la cartografía: escalas, tipología, proyección utilizada, coordenadas geográficas, etc. Para realizar una correcta interpretación de un mapa, el intérprete debe poseer unos amplios conocimientos ya que la información histórica en sí es muy poca. Comentario de un mapa histórico. Orientaciones generales. Examinar con atención el mapa, los límites geográficos y leer el título, las claves y los símbolos que pudiesen aparecer tanto en el encabezamiento como en la leyenda. Es importante el conocimiento de límites geográficos presentes, nombres de ciudades, ríos, montañas y demás accidentes geográficos, así como entender los símbolos gráficos que indican fenómenos particulares. Tipos de mapas: Políticos: donde se muestra fronteras, extensión de Imperios, guerras, urbanización … Políticos-sociales: que revelan la extensión de un acontecimiento, como una revolución, la independencia de un país, las zonas de implantación de un sindicato, una epidemia… Económicos: donde quedan situadas las áreas de industrialización de un país, la minería o la industria, los puertos, las vías de comunicación, las rutas comerciales...(de Comunicaciones) Demográficos: donde se recogen los movimientos migratorios, la densidad de población... Culturales: que recogen la distribución geográfica de una lengua, de un movimiento artístico... Análisis del mapa: Realizar una descomposición que distinga las zonas reflejadas en el plano, señalando las áreas centrales y periféricas, los focos de actividad destacados, la evolución espacial del suceso… Explicación del mapa: Una vez analizada la información que nos transmite el mapa, hay que interpretarla, recurriendo a personajes, instituciones o proceso que fueron determinantes para los hechos que se narran. Se terminará con una conclusión o síntesis de lo desarrollado. TEMA 4: TÉCNICAS DE TRABAJO UNIVERSITARIO GUIA DIDÁCTICA Las técnicas de trabajo universitario son imprescindibles para el total conocimiento del estudio universitario y para completar satisfactoriamente el proceso de formación y nos permitirá enfrentar con éxito la labor científica: Identificación bibliográfica Fichas de contenido Reseñas de libros Trabajos de curso 1.- IDENTIFICACIÓN BIBLIOGRÁFICA Existen unas normas básicas que son imprescindibles para citar una referencia bibliográfica. Presentan variantes según se trate de un libro, un artículo de revista o de periódico, una página WEB, un foro de discusión en internet o las actas de un congreso. Si dominamos estas técnicas, podremos buscar información sobre todo lo que haya publicado12, en el formato que sea, usar correctamente los recursos que nos ofrecen bibliotecas y hemerotecas, y también para comunicar los resultados de las propias investigaciones. No existe una forma única de realizar citas bibliográficas, sin embargo hay una que es la más utilizada: autor, título, editorial, lugar de edición y año de publicación. AUTOR O AUTORES : Apellidos (en mayúsculas en ocasiones), nombre (en minúsculas siempre o la inicial del nombre) Ejemplos: SÁNCHEZ GÓMEZ, Ana María. Thomas, H. G. VARIOS AUTORES: Cuando son 2 autores se separan con “y”. Más de 2 separados por “;” y el último de ellos “y”. Si son muchos los autores, podría aparecer sólo el primer nombre seguido de “y otros” o de la locución latina análoga et al (et alii) Si uno de los autores es el coordinador de la obra, se pondrá solo su nombre y coor., si es el director dir. y si fuese el encargado de la edición ed. (editor) Ejemplo: BURGUÈRE, André (dir), Diccionario de las ciencias históricas, Akal. Si es una obra colectiva, con multitud de autores o son las actas de un congreso, se introduciría el título de la obra seguido de la abreviatura VVAA (varios autores).También se podría poner directamente el título de la obra sin autores. Ejemplos: Tendencias en la Historia, VVAA, Ariel, 1988. Actas del I Congreso de teoría y Metodología de la Ciencia, Cádiz, Pentalfa Ediciones, 1970. Si es un artículo de un autor incluido en un libro que no sea sólo suyo, se indicará el artículo entre comillas seguido de la referencia bibliográfica normal; a lo que se antepondrá la preposición en y se le añadirán al final las páginas correspondientes al artículo. Ejemplo: BARRIO ALONSO, M.: La historia social, del movimiento obrero, en Germán Rueda Doce estudios de historiografía Contemporánea, Barcelona, Planeta, 1987, pp 35-42. Si se trata de un artículo de revista, el título de éste irá entre comillas seguido del nombre de la revista (subrayado) en la que se encuentra. También se incluirá el lugar de edición (entre paréntesis) si la revista no es muy conocida, el número o volumen del ejemplar, mes o año de su publicación y las páginas exactas del articulo. Ejemplo: ALTED VIGIL, Alicia.”El testimonio oral como fuente histórica” Perspectiva Contemporánea (Madrid) núm. 1, 1998, pp.155-162 Si es un artículo periodístico, se añade a la fecha el día de la publicación. Ejemplo: Pérez, J. “En la guerra todos …”, El País (Madrid) 9 de mayo de 1990, p.6 TÍTULO : Un libro, en cursiva o subrayado. Un artículo, entre comillas. Si es de una revista se pondrá el nombre de la revista en cursiva o subrayado y cuando sea un capítulo de un libro se pondrá “en” y a continuación la cita bibliográfica completa del libro comenzando por el autor as usual. EDITORIAL Y LUGAR DE EDICIÓN Si fuese una publicación de una institución, su nombre. Si no consta el lugar se pondrá “s.l”13. 12 13 Ya sea en libros, revistas, páginas WEB, tesis doctorales, actas de congresos… Sin lugar EL AÑO DE PUBLICACIÓN. Al año de publicación se le puede añadir el número de la edición si no es la primera. (6ª ed.) Si no consta año de publicación se pondrá “s.a”14 Si es una traducción de una obra extranjera, se le añadirá: La fecha de la publicación original. Nombre del traductor. Ejemplo: ECO, Humberto, Cómo se hace una tesis. Técnicas y procedimientos de Investigación, estudio y escritura, Barcelona, Gedisa, 1982, 3ª ed. Edición original italiana ,1997.Traducción de Marta Rourich. Otro sistema es colocar tras el nombre del autor el año de edición, generalmente entre paréntesis. Páginas Cuando se trate de un artículo o capítulo es importante poner las páginas inicial y final, cuando se trata de una referencia concreta a una parte de la obra habrá que poner la página o páginas a las que nos referimos (un número seguido de p ó pp) Si la referencia bibliográfica está en un pie de página el nombre o la inicial del autor, se coloca delante del apellido. El motivo es que se remite a esa obra con la que ampliaremos aquello que nos dice el texto. No buscamos integrar esa obra entre las demás consultadas para la elaboración del escrito, sino que la hemos utilizado como referencia a algo concreto como puede ser una frase o una cita. La bibliografía siempre debe presentarse ordenada alfabéticamente por autores y dentro de un mismo autor, por títulos. A la hora de elaborar fichas bibliográficas debemos tener en cuenta que se clasifican de dos formas: ordenadas por autores (apellidos, nombre) y ordenadas por Materias, según una Clasificación Decimal Universal preestablecida e igual en todo el mundo (CDU). Catálogos de autores: las fichas que recogen los fondos disponibles en la biblioteca están ordenados alfabéticamente, teniendo como principio de ordenación el apellido de los autores. Ejemplo: Juan Ramón Jiménez habría que buscarlo en la J. Catálogos de materias: en este caso las fichas están clasificadas por materias temáticas, generalmente siguiendo el CDU. Ejemplo: conocer todo lo que hay de Historia de España: Edad Contemporánea, dentro del campo de Historia. 2.- FICHAS DE CONTENIDO Las tradicionales fichas de cartulina blanca han dado paso a bases de datos informáticas. Básicamente deben recogerse los mismos datos que las referencias bibliográficas. A esta ficha pueden añadirse otras de Contenido, más grandes ya que en ellas hay que escribir más información. Si son varias fichas debemos enumerarlas. Para comenzar se anota también la referencia bibliográfica y a continuación los datos, conceptos, ideas destacadas, pasajes, párrafos textuales (entrecomillados y con el número de la página) que queramos recordar y destacar de la obra, todo aquello que nos parezca de interés y utilidad para consultas posteriores y también podemos incluir nuestra valoración personal. Estas notas harán el papel del libro o artículo de un modo práctico y serán de gran ayuda para realizar trabajos de curso o preparar exámenes. Los datos referidos a la edición y al número de páginas son interesantes para saber si es una obra extensa o breve y si se trata de una obra antigua o nueva. Si el libro se encuentra en una biblioteca es importante indicar la Biblioteca y la reseña para buscarlo. 14 Sin año Sería conveniente que el estudiante universitario organizase su propio fichero de libros y artículos utilizados en la carrera para futuras consultas y trabajos. 3.- RESEÑAS DE LIBROS Aunque se expondrá a continuación un modelo, éste es en realidad flexible. En general una reseña tiene que incluir: Ficha bibliográfica, presentación breve del autor, resumen del tema, examen crítico y conclusiones o calificación. Esquema para la realización de reseñas Información básica: como la trayectoria profesional, grado de autoridad en la materia y especialización del autor o autores de la obra. La fecha, lugar y editorial en la que se ha publicado con el propósito de conocer su origen (si se concibió como una obra polémica, si está patrocinada por una escuela historiográfica, si es manual de divulgación…) Reconocimiento general: en el que debemos prestar atención al título, al subtítulo, al índice, fuentes primarias y bibliografía secundaria utilizados para la realización de la obra. Con ello podemos obtener una primera impresión. Lectura reflexiva: anotaremos reflexiones y sugerencias que extraigamos de la lectura de la obra, y copiaremos las citas textuales que tengan importancia para nuestro propósito. Redacción de la reseña Ficha bibliográfica: apellidos y nombre del autor, título entero de la obra (con subtítulo), lugar de edición, editorial o entidad que lo publica, fecha de publicación, número de páginas número de edición, estado, ref. bibliotecaria y si es posible el precio del libro. Presentación del autor breve biografía intelectual, los rasgos más sobresalientes de su obra, sus investigaciones y la tendencia, escuela o inclinaciones historiográficas. Resumen temático en el que se señalará el tema principal y las tesis que sostiene. El objetivo será informar del contenido de la obra y sus líneas argumentales básicos. Examen crítico Se puede hacer de dos formas: Examinando las ideas y razonamientos empleados a medida que son desgranados de los apartados del libro (método literal). Analizar la totalidad del trabajo y de sus conclusiones (método lógico) Evaluación o conclusiones en las que calificaremos la obra a nuestro parecer. Las citas textuales que se extraigan de la obra deben ir entre comillas y especificando el número de la página en la que se encuentran en la obra original. Nunca se utilizarán comillas para enfatizar una opinión personal, si estimamos necesario remarcar el significado de algo que es nuestro, recurriremos al subrayado. Podemos acompañar el análisis crítico comparando las tesis expuestas en la obra con las de otros autores, señalando su novedad y grado de contracción o complementariedad con la literatura historiográfica existente sobre el asunto. 4.- TRABAJOS DE CURSO El primer paso a seguir es elegir un tema y recopilar toda la información bibliográfica posible, que se irá ampliando conforme se desarrolle el trabajo. La bibliografía ha de constar de cuatro tipos de libros que deben estudiarse en orden progresivo: Primero: obras generales que sirvan para introducirnos al tema, como diccionarios históricos, enciclopedias temáticas, repertorios cronológicos y cartográficos… Segundo: un mínimo representativo (siempre superior a dos) de manuales generales en los que se aborde y se contextualice el tema a tratar. Tercero: monografías y artículos especializados dedicados, principalmente, al asunto a examinar. Cuarto: documentos originales y antologías de fuentes primarias donde se puedan hallar y examinar las pruebas documentales referidas en la bibliografía utilizada. Se procederá a la lectura de los textos seleccionados y realización de fichas de contenido, respecto a lo tocante al tema en cuestión. Se trata de una tarea de investigación crítica y analítica de gran importancia ya que supone el ir recogiendo, cotejando, seleccionando y depurando datos, argumentos, interpretaciones, teorías, etc que arrojan estas obras Para comenzar haremos un esquema o guión en el que indicaremos los asuntos a examinar, no debería exceder de una página de tamaño y sus enunciados deben ir ordenados. Partiendo de la idea básica que regirá el tema a analizar. Se dispondrá de un título provisional para el trabajo, se esbozará un índice con sus contenidos, sobre los aspectos que se van a tratar, dividido en partes, apartados, subdivisiones.… Este primer guión nos servirá como marco y esquema orientativo para iniciar la redacción y se irá enriqueciendo y modificando a medida que avancemos en el trabajo. Se realizará después una primera redacción, recogiendo: el estado de la cuestión del tema elegido en este momento, y a continuación nuestros propios planteamientos: hipótesis que proponemos y datos en los que nos apoyamos para demostrar nuestras hipótesis, analizados detalladamente. La redacción del texto debe ser clara y sencilla. Debemos evitar los párrafos demasiado largos, la confusión y especialmente la contradicción y recurrir a un ordenamiento lógico y conciso, con un lenguaje claro, llano, evitando tecnicismos difíciles de comprender. Para no hacer el texto muy recargado podemos utilizar el recurso del pie de página. En estas notas se puede dar la referencia bibliográfica exacta de las obras y documentos citados, pero también podemos matizar algunas afirmaciones presentes en el texto. Para la confección de estas notas podemos recurrir a las abreviaturas como las siguientes: anón: anónimo ap: apéndice art: artículo de leyes (no de periódicos) c: circa. O h: Hacia. Ejemplo: c.450 a.C. h.450 a.C. (hacia el año 450 antes de Cristo) cap: capítulo. Ejemplo: Polibio, Historias, cap.3 cf: confero: confróntese o compárese. Ejemplo: Sobre el tema, cf Vilar, Historia de España, cap7 e.g: en los textos ingleses, exempli gratia: por ejemplo ibidem. En el mismo lugar. Cuando se remite a un autor, una obra y página que ya se había citado previamente. Por ejemplo: Vilar, ibidem. n: nota. Ejemplo: véase n.3 núm: número. También nº. ob.cit: en la obra citada pero no necesariamente en la misma página. Ejemplo: Vilar, ob.cit, cap 2. p: página. En plural se escribiría pp. passim: por todas partes. Cuando una idea está desarrollada por todo un libro o artículo. s.a: sin año consignado. s.l: sin lugar de edición consignada. sic: así. Escrito por el autor así en el original. Puede subrayar un error o falta del texto original. vol: volumen. Plural, vols. Recordar que cualquier cita debe de ser fiel al original e ir recogida entre comillas. Si sufre algún tipo de variación con respecto a su origen, debe de ser advertido en nota. Si falta una parte del texto en mitad de la cita debe indicarse asi: (…) Si creemos necesario añadir una aclaración o comentario al texto original, lo haremos utilizando corchetes o paréntesis cuadrados, para diferenciarlos de los paréntesis normales del texto. Cuando una cita no supere las dos o tres líneas, podemos insertarla dentro del párrafo y no a pie de página; eso sí bien diferenciada de lo demás con sus correspondientes comillas. Si la cita es larga, la colocaremos de modo aislado con un tamaño de letra y de interlineado menor y con el margen de la izquierda mayor al del texto normal. Finalmente presentaremos unas conclusiones que condensen la investigación. No deben de ser un simple resumen, sino exposición de las consideraciones generales que se deducen de lo expuesto anteriormente. Pueden añadirse las dudas que se nos hayan planteado que pudieran ser el origen de trabajos posteriores. Tras las conclusiones irán las notas presentes a lo largo del texto (si no se han colocado a pie de página), la bibliografía consultada, los apéndices documentales que pueden ser considerados pertinentes para el trabajo, y un índice estructurado de trabajo. El índice también puede ocupar la página anterior a la Introducción. Especificaciones generales del trabajo de investigación. A nivel general, el trabajo debe de presentarse de forma esmerada, con un mecanografiado y un encuadernado cuidados. Los folios deben de ir escritos a una sola cara. Emplear una letra (fuente) adecuada (Arial, Times New Roman). Tamaño de letra 12 y 11 para notas. Doble interlineado (1,5) y 1 para notas. Es muy recomendable dejar 1 espacio después del párrafo. Márgenes: superior, inferior y derecho: 2,5 y margen izquierdo 3. Título de capítulo: mayúscula + negrita. Apartado dentro del capítulo: mayúscula. Subapartado: minúscula + cursiva. Presentación. Portada: Indicar el Departamento, Universidad o Institución para la que se realiza, y el curso, máster… al que se pertenece si fuese preciso, en la parte superior de la página, centrado. Título del trabajo y subtítulo si hubiese. El Título debe ser breve, sugerente y representativo del tema que se trata y el subtítulo generalmente sirve para especificar el punto de vista desde el que se ha desarrollado el trabajo. Suele ir centrado, sin cursivas, ni comillas y puede ir enmarcado. A pie de página, o centrado o en el lado derecho de ésta, y con un solo elemento por renglón, debe figurar: Nombre del autor o autores. Nombre del profesor-tutor o director de la investigación si lo hubiera. Lugar y fecha o año de publicación. Resumen / Abstract: En la primera página, generalmente figura un breve resumen que presenta la obra (resumen en castellano y abstrac, traducción al inglés) indicando las palabras clave o key words. Introducción: Debe ser una parte importante del proyecto y se recomienda redactarla antes de iniciar la investigación, para comprobar si “se tiene proyecto” (si no somos capaces ni de redactar una introducción mejor cambiar de proyecto). Indicar: -Objetivos del trabajo, indicando el ámbito de la investigación, alcance y límites del proyecto. -Estado de la cuestión, situación actual del tema y circunstancias que lo han propiciado. -Motivos por los que el autor ha escogido el tema en cuestión. -Descripción breve de los capítulos, se puede indicar la metodología que se ha seguido para desarrollarlos (entrevistas, búsqueda de obras, documentación…) -Conclusión principal avanzada. -Agradecimientos (especialmente si son muy extensos, también pueden ir al final) TEMA 5. TIPOLOGÍAS DE TRABAJOS HISTÓRICOS. Existen varios tipos de trabajos históricos: Monografías de investigación Obras divulgativas Edición de textos históricos o de fuentes documentales Reseñas bibliográficas Colaboraciones en libros y aportaciones a congresos científicos (estas dos últimas cuestiones no se tratarán en profundidad en el capítulo). Cada trabajo requiere una metodología específica acorde con los objetivos propuestos y unos determinados conocimientos previos. 1.- MONOGRAFÍAS DE INVESTIGACIÓN. Lo fundamental a la hora de acometer una monografía en cualquier formato (libro, artículo, colaboración, ponencia o congreso) es la elección del tema que se desea investigar y su justificación. Diversas premisas pueden orientar o limitar la elaboración de una monografía: El interés personal sobre el tema, la relevancia del mismo, la originalidad, la documentación disponible y los recursos al alcance del investigador. El interés personal sobre el tema es clave a la hora de afrontar el esfuerzo que conlleva, motivo por el cual se debe valorar en todo su alcance nuestra elección. También hay que sopesar la relevancia del tema para la comunidad científica y la originalidad, evitando tratar temas ya investigados, salvo si se hace con métodos renovados o para refutar opiniones anteriormente admitidos. Por último hay que ser conscientes de la disponibilidad de documentación y de los recursos propios (formación, tiempo disponible y financiación por citar algunos) La primera fase es establecer una hipótesis de trabajo, la formulación de una serie de cuestiones a las que debemos dar respuesta con nuestra investigación. “Todo documento histórico es como un testigo que nos habla cuando le interrogamos y en ocasiones también nos habla con sus silencios” (M. Bloch) Por ello, la relevancia del trabajo del historiador está directamente relacionada con la calidad de las preguntas que formula. La hipótesis de trabajo es una proposición que da una respuesta tentativa a un problema, en la fase de planteamiento de la investigación y es la que orienta todo el proceso de investigación. Beveridge afirma: “la hipótesis constituye la más importante de las técnicas mentales en la investigación, destinada a sugerir nuevas observaciones“. No hay investigación sin hipótesis de trabajo, pueden estar implícitas o explícitas, pero deben estar claramente formuladas. Las hipótesis de trabajo, deben plantearse con precaución. Conviene rechazar conceptos erróneos, evitar aferrarse a ideas preconcebidas y tratar de contrastar las ideas con los hechos históricos. La elección de la metodología y de las técnicas que serán empleadas en la investigación depende estrechamente del tema escogido –cada rama de estudios históricos presenta especificidades técnico-metodológicas- y de las hipótesis de trabajo planteadas. La segunda fase es la recopilación bibliográfica y documental. Para ello se recurrirá a los ficheros de bibliotecas y archivos, a los repertorios bibliográficos de obras anteriores relacionadas con nuestra investigación, a las revistas especializadas y a los fondos de tesis doctorales de las Universidades. Antes de iniciar la búsqueda de la bibliografía es recomendable la lectura de algunas obras que nos permitan situar en su debido contexto la investigación, para obviar aspectos ya tratados y facilitar el conocimiento de metodologías alternativas, acaso complementarias. Tercera fase. La información obtenida tras la recopilación deberá agruparse en dos tipos de fichas o de anotaciones en una sola ficha: de identificación (datos bibliográficos) y de contenido (resumen). Aunque este trabajo pueda resultar tedioso, su utilidad está demostrada, ya que la dispersión y una mala organización del trabajo de recolección de datos puede echar al traste horas de ardua tarea en archivos y bibliotecas. En esta fase, el problema del investigador es saber cuándo conviene concluir la recolección de datos. Siempre es posible conseguir material adicional, pero si los datos de los que se dispone permiten ya contestar suficientemente a las hipótesis de trabajo formuladas, se debe finalizar, aunque se sepa que todavía es posible obtener materiales complementarios. Concentrándose a partir de entonces en el procesamiento de los datos iniciado con las fichas. La cuarta fase, el procesamiento de los datos, es la más compleja y depende del tipo de tema elegido. Los estudios demográficos, económicos y sociales requieren la elaboración, a partir de los datos obtenidos, de series, curvas, cuadros y gráficos, por lo que es preciso aplicar técnicas estadísticas para facilitar su comprensión y su posterior exposición. Y técnicas propias exigen asimismo los estudios de historia política, relaciones internacionales, mentalidades, etc. En esta cuarta fase, se necesita elaborar un plan, que podrá ser histórico-cronológico, lo que permitirá percibir la simultaneidad de los fenómenos y su sucesión, o lógico-sistemático, lo que permitirá percibir los grandes temas, articulaciones y problemas; también es posible lograr una combinación de los dos tipos de plan. Sea como fuere, el trabajo deberá comprender las partes principales siguientes: -Introducción: planteamiento del tema y sus límites, de las hipótesis, de la metodología empleada y su justificación. -Cuerpo del texto, dividido en partes y capítulos. -Conclusión: síntesis final, evaluación del grado en que se comprobaron las hipótesis. Es conveniente la distribución en capítulos y subcapítulos, en el caso de un libro se elaborará un índice general de capítulo que antecederá a todo el conjunto de la obra, aunque también puede colocarse al final de la misma; o en varios epígrafes, si lo que se escribe es un artículo, una colaboración en un libro o una ponencia para un congreso. Mapas, gráficos y cuadros se pueden insertar en el texto siempre que sus dimensiones no rompan la estructura de la obra o dificulten su lectura, porque entonces deberán incorporarse como un apéndice, y deberán ir titulados, con la indicación de las fuentes que han sido utilizadas para su elaboración. Las notas aclaratorias o las referencias documentales y bibliográficas deben indicarse a pie de página, al final de cada capítulo o al final de todo el texto, pero en este caso distribuidas por capítulo. La opción más frecuente cuando e trata de artículos, colaboraciones en libros o en ponencias presentadas en congreso es indicar las notas a pie de página. Las fuentes documentales y la bibliografía siempre se mencionan a final del texto, después de las conclusiones y de las notas, ocupando el primer lugar las fuentes primarias (manuscritas e impresas) y luego las secundarias (la bibliografía: libros y artículos). Si se desea incorporar un apéndice documental, éste irá después de las fuentes y de la bibliografía, siguiendo los criterios usuales de transcripción. Anexos y piezas justificativas, permiten evitar largas citas insertadas en el texto o las notas; además, en trabajo de historia serial, es altamente aconsejable la publicación, en anexo, de la totalidad de los datos brutos (lo que permite que otros especialistas puedan apreciar los procedimientos de procesamiento de los datos, elegidos por el autor). Por último, y sólo referido a libros, es aconsejable elaborar índices onomásticos, de topónimos y de materias. Finalmente, un trabajo bien construido tendrá diversos índices, un índice general de partes y capítulos, índices de nombres, autores, lugares y temas mencionados en el texto, etc. Sin buenos índices analíticos, una obra puede llegar ser de difícil utilización. 2.- OBRAS DE DIVULGACIÓN. No existe una única manera de escribir la historia, los libros de historia tienen diversos modos de expresión. Los hay de investigación: Presentan por escrito los resultados de una monografía que ha exigido del historiador dedicación exhaustiva y horas de archivo. Gozan del máximo prestigio entre los colegas de la profesión, dado que suelen aportar algo novedoso y diferente. Los hay de divulgación: Dan a conocer saberes compartidos, conocimientos ya adquiridos, datos y noticias que son comunes en la disciplina, se supone que sólo proporcionan un saber indirecto, que se transmite a un público culto o a los estudiantes de la materia. Las obras de divulgación, que pueden darse en diversos formatos, exigen fluidez expositiva, gran capacidad de síntesis y un perfecto dominio de la materia que se va a abordar. Por lo demás, se ajustan a los criterios enunciados en el epígrafe anterior. Respecto a la forma de presentarse, lo común es orillar las notas a pie de página e indicar al final de la obra la bibliografía consultada, preferentemente comentada y agrupada por temas. Si se trata de un libro, también es de gran utilidad al lector, la inclusión, al final del mismo, de índices onomásticos, de topónimos y de materias. 3.- EDICIÓN DE TEXTOS O DE FUENTES DOCUMENTALES. En este caso, tan importante es la elección de la obra o del documento a editar, como el tratamiento de los materiales y su interés histórico. Dejando a un lado los criterios de la elección de la obra histórica o la selección de documentos que se desean editar, que van a estar condicionados por el interés personal del investigador y por la relevancia de los documentos, los elementos que deben ser tenidos en cuenta a la hora de acometer la edición de un texto o de una colección documental son: 1.- En primer lugar hay que aplicar unas normas de transcripción: Se respetará la ortografía original de los textos y documentos Sólo se modificará la separación gramatical de palabras o de letras de una palabra. Se conservarán las abreviaturas. Se conservará la puntuación del original. Se conservará el uso de mayúsculas y minúsculas del original. Se respetará la acentuación (o su ausencia) del original. No obstante, si la edición tiene un carácter divulgativo, se puede emplear para la modalidad denominada "literal modernizada" o "modificada"; es decir, una trascripción fiel literalmente, pero modificada en algunos de sus aspectos formales, para la mejor comprensión de los lectores. Procedimientos: Ortografía: se moderniza la ortografía original, adaptando antiguas formas de ortografía a las vigentes actualmente (incluyendo las de acentuación) y corrigiendo los eventuales errores tipográficos u ortográficos cuando correspondiese. Tachaduras: se conservan según el original; excepto evidentes errores tipográficos u ortográficos. Nombres propios: en el caso que aparezcan erróneamente en el original, se conservarán, aclarando su forma correcta entre corchetes. 2.- En segundo lugar, es necesario indicar una serie de datos que identifiquen el texto y los documentos seleccionados: título, autor, remitente, lugar y fecha, signatura en los archivos donde se custodian, y, en el caso de textos y editados, edición elegida. 3.- En tercer lugar, se pueden aclarar conceptos o términos lingüísticos en desuso, o explicar errores que figuren en el texto, con notas a pie de página. Cuando aparecen citas bibliográficas incompletas, se debe procurar identificar las obras mencionadas completando los títulos y el nombre de los autores. Si los documentos aparecen cifrados, esto sucede con frecuencia en la correspondencia de los embajadores y en las instrucciones que reciben de los monarcas, conviene aclarar la cifra y aplicarla a documento. 4.- Por último, toda edición de fuentes documentales o de textos, debe contar con un estudio introductorio donde se analice el autor y la obra en su contexto histórico, así como el contenido del texto o delo documentos transcritos, y en el que se expongan también los criterios adoptados en la transcripción. 4.- RESEÑAS BIBLIOGRÁFICAS. La finalidad de las reseñas es ofrecer a la comunidad científica el análisis de una obra recién publicada, valorando críticamente la estructura, la bibliografía, el contenido o su aportación. No existe un modelo único y su extensión depende de dónde se vaya a publicar. Generalmente se encabezan con el nombre del autor, el lugar y año de edición y la editorial, así como el número de páginas. Lo frecuente es resumir el tema que aborda, contextualizar la obra con el panorama historiográfico, resaltar los aspectos innovadores y ofrecer una valoración crítica justificada. Pueden comentarse también su estructura, el estilo en que está escrito, la trayectoria del autor o la calidad de la edición por ejemplo. TEMA 6: NUEVAS TECNOLOGÍAS APLICADAS A LA DOCENCIA Y A LA INVESTIGACIÓN. En los últimos años el interés por incorporar las Técnicas de Información y Comunicación (TICS) a la docencia e investigación universitaria ha aumentado. El avance tecnológico ha cambiado la metodología y las herramientas de la docencia, así como de la investigación histórica. Las denominadas "nuevas tecnologías" de la comunicación e información, están produciendo cambios insospechados respecto a los originados en su momento por la imprenta o la electrónica. Sus efectos y alcance, no sólo se sitúan en el terreno de la información y la comunicación, sino que lo sobrepasan para llegar a provocar y proponer cambios en la estructura social, económica, laboral, jurídica y política. Y ello es debido a que no sólo se centran en la captación de la información, sino también, y es lo verdaderamente significativo, a las posibilidades que tienen para manipularla, almacenarla y distribuirla. Sorprende hoy en día la denominación “nuevas” porque son tecnologías usuales en nuestro entorno cultural. Esto se debe, en cierta medida, a la dificultad de diferenciar formalmente entre tecnologías y nuevas tecnologías de la información. De ahí, que diversos autores empiecen a utilizar expresiones como "tecnologías avanzadas". Internet, la red de redes, ha generado un enorme interés en todos los ámbitos de nuestra sociedad. Su utilización con fines educativos es un campo abierto a la reflexión y a la investigación. 1. ORIGEN Y DESARROLLO DE INTERNET. Internet puede definirse como "red de alcance mundial de redes de ordenadores", que los permite comunicarse de forma directa y transparente, compartiendo información y servicios. Internet comenzó como un proyecto de la Agencia de Proyectos Avanzados de Investigación de la defensa de los Estados Unidos (DARPA) La Agencia deseaba iniciar un programa que desarrollara tecnologías para conectar redes de varios tipos y protocolos de comunicación, permitiendo a las computadoras conectadas comunicarse libremente. ARPANET (Advanced Research Projets Agency Network), comenzó su andadura en torno a 1969. ARPANET, que llego a conocerse simplemente como Internet, desarrolló un grupo de protocolos, un conjunto de reglas que la computadora utiliza para comunicarse a través de las redes. Siguió dando soporte a unos cuantos científicos durante más de una década, hasta que en 1986, la Fundación Nacional para las ciencias, inicio el desarrollo de un conjunto de redes destinadas a la comunicación de la investigación y la educación. Esta apertura constituyó un factor decisivo para el desarrollo de Internet, pero el salto cuantitativo se dio en 1991 cuando la red comenzó a usar la interface basada en Windows. Poco después aparecieron los proveedores (servidores) de Internet, quienes se enfocaron en el usuario final en lugar de en los científicos. 2. ALCANCE DE INTERNET. Universidades y centros de investigación, públicos y privados utilizan internet para difundir sus proyectos y sus resultados, que así llegan instantáneamente al mundo científico y docente. Bibliotecas virtuales que permiten la consulta de fondos online, así como las búsquedas de fondos. Algunas bibliotecas físicas están digitalizando sus fondos, como la Biblioteca Nacional Francesa que en su página WEB permite el libre acceso a gran parte de sus fondos antiguos Entre las bibliotecas virtuales ocupa un lugar privilegiado la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes, un fondo bibliográfico y documental con el objetivo de difundir las obras y los documentos más destacados de las culturas hispánicas en la Red. Numerosos centros de investigación, fundamentalmente archivos están comenzando a digitalizar sus fondos para facilitar el acceso a los documentos de una manera más rápida, sencilla y con menor riesgo. Entre los objetivos de las bibliotecas virtuales están: Dar acceso a creaciones literarias que ya han pasado a ser del dominio público. Constituir un aporte para entidades educativas, y estudiantes como fuente para sus trabajos. Formar un depósito de obras que aunen el acervo cultural de la humanidad. Los buscadores: se han convertido en una herramienta fundamental a la hora de rastrear información. Son sistemas automáticos de recuperación de información que almacenan información sobre páginas web en una base de datos, la cual se puede interrogar desde un simple formulario. Junto a ellos, los metabuscadores ó motores de búsqueda, que son sistemas de búsqueda sin base de datos propia, que utilizan las bases de varios buscadores donde efectúan la consulta de forma simultánea. ¿Cómo funcionan los buscadores? : Al conectar encontraremos una página con un formulario para definir nuestra búsqueda y las opciones de la misma; tras rellenarla, enviarla y esperar unos segundos, el buscador nos devolverá una lista de lugares donde figura nuestra búsqueda. Para realizar una búsqueda utilizaremos palabras clave modificando la estrategia de búsqueda según la observación de los resultados. Los buscadores de información (Yahoo, Altavista, Google, Infoseek, entre los más populares) se han convertido en otra herramienta, con todas sus ventajas y sus errores. Los portales temáticos: nos proporcionan información de última hora e infinidad de enlaces con páginas web especializadas en el tema del portal. Los foros: también muy numerosos y temáticos, utilizados ampliamente por la comunidad científica para intercambiar información y exponer dudas. Este tipo de herramientas permite crear grupos de interacción, sea utilizando un entorno de correo electrónico o los foros. Gran parte del éxito de los procesos de enseñanza se basan en la propia interacción entre los alumnos. Las listas y los foros permiten desarrollar trabajos colaborativos, debates y exposiciones grupales. Su funcionamiento permite ver las participaciones de los demás hasta la fecha de acceso y agrupados por niveles de respuesta, de modo que la conversación puede mantener un hilo conductor coherente. Los campus virtuales: durante los últimos años las universidades han aprovechado las posibilidades que Internet les proporciona para ir creando campus virtuales, cuya finalidad fundamental es la formación online de sus estudiantes (E-learning). En el campus virtual el alumno encuentra todos los servicios que ofrece un centro de formación presencial. El continuo avance en programación audiovisual y multimedia permite utilizar diversos elementos para que esto sea posible. Sin embargo, un campus virtual no es sólo el escenario interactivo, para implantarlo hay que disponer de equipamientos, modelos pedagógicos adecuados, ofrecer contenidos de calidad y potenciar la interactividad. 3.- TRATAMIENTO DE LA INFORMACIÓN. El tratamiento de la información también ha sufrido cambios radicales. Durante la década de los ochenta se comienza a utilizar el ordenador (PC) de una forma generalizada. En los años noventa el software informático (editores de texto, hojas de cálculo, bases de datos…) se integra en paquetes ofimáticos. A esos programas se añaden otros como Power Point, que han sustituido el proyector de diapositivas por el portátil y el cañón de luz. En el tratamiento de la información también ocupan un papel destacado los programas de retoque fotográfico como Photoshop, diseño gráfico, edición, o los OCR para la transformación de páginas de texto en formato gráfico. En todos estos casos las cámaras fotográficas digitales, los escáneres y las impresoras láser se han convertido en el complemento ideal e indispensable de los ordenadores personales. 4.- LOS SISTEMAS DE INFORMACIÓN DIGITAL. Las nuevas tecnologías también afectan a los sistemas de transmisión de la información, así los libros virtuales cada vez le ganan más terreno a los medios impresos. Frente al documento "tradicional", el documento digital ofrece al usuario otras posibilidades para su comprensión, selección, localización y recuperación de nuevos documentos asociados temáticamente. Además el libro electrónico permite la distribución de contenidos por Internet conservando todas las características del producido por medios tradicionales. La descarga de contenido puede ser directa desde una determinada página web y en soporte CD o DVD.