HACIA UNA POLITICA CIENTIFICA DE LA EDUCACION DE ORIENTACION NACIONAL Autor: Sociólogo Franklin Machado (*) (*) Profesor Titular a Dedicación Exclusiva de la Facultad de Ciencias de la Educación. Universidad de Carabobo. I Solo vinculada a una política económica, al plan de desarrollo nacional del país puede la Orientación (profesional y vocacional) enfrentar su futuro no solo como ejercicio profesional sino como área estratégica para contribuir de manera deliberada a vencer el atraso y enrumbarnos hacia el desarrollo económico y social. Sin dejar de lado las concepciones psicológicas de la orientación tenemos que realizar el esfuerzo conjunto, Ministerio de Educación y gremios de orientadores, de ir más allá de las fronteras psíquicas y emocionales hasta la visión totalizante donde se integre la educación y el desarrollo económico y social para ver la formación perentoria de los recursos humanos, de la inserción de éstos. en la división técnica del trabajo en constante cambio. Alargo, mediano y corto plazo deben tenerse los lineamientos de una política-intersticia, vale decir tejida, entre el plan de desarrollo y el plan educativo: La política de orientación nacional. La política o plan de orientación nacional debe partir de una fase de diagnóstico y previsión donde se deje claro cuestiones tales como el conocimiento del estado en el cual se encuentra el país a nivel del censo, los estudios de los ciclos económicos del Banco Central de Venezuela, los estudios demográficos de la información estadística nacional, los institutos que informan los censos industriales y agrícolas, las encuestas de hogares por muestreo, y toda fuente de datos capaces de reflejar la situación económica de la nación, para: Recodificarlas con miras a mantener en actualidad las decisiones propias de la orientación comprometida con el desarrollo del país. Creemos que le toca al Estado generar nuevos puestos de trabajo para los orientadores capaces de familiarizarse con tales fuentes de información especializada, para con datos concretos sobre nuestra población definir con base real estudios periódicos sintéticos capaces de dotar al ejercicio de la orientación de un perenne diagnóstico de lo que ocurre con la evolución demográfica, cruzada con información de lo que pasa en los puestos de trabajo de cada rama y modalidad de los sectores económicos a nivel nacional y regional. Todo lo cual no es difícil si recordamos las modernas técnicas cibernéticas de resumen de información existentes en el país. Actualizar y modernizar la mano de obra de acuerdo a los emplazamientos productivos del sector agropecuario y minero, así como del sector industrial, exige intervención estatal para recoger semejante información de las grandes, medianas y pequeñas empresas nacionales y extranjeras, datos que deben también juntarse y exhibirse en los informes ya mencionados para poder orientar nuestra niñez y juventud. Sin tal manejo de datos es imposible orientar, a menos que se haga intuitivamente o se haga sólo psicológicamente. Pero los errores de una orientación sin base en la economía nacional no se le puede acusar al gremio de orientadores sino al Estado nacional. La información que señalamos existe: Solo hace falta una buena voluntad estatal para generar su codificación de manera conveniente y periódica para permitir prever la demanda de mano de obra y de personal calificado requeridos principalmente por los sectores productivos de, la economía para desarrollarnos. En consecuencia se nos ocurre pensaren oficinas regionales y locales con terminales de computación donde se tengan bancos de datos con tales medidas; prestos a la disposición de educadores y profesionales de la orientación, así como también del público en general, donde orientadores especializados atiendan a las familias, a los jóvenes, a otros orientadores en servicio, a profesores, estudiantes, etc. Todo esto lo decimos porque un país subdesarrollado como el nuestro exige una orientación auspiciada por el Estado, moderna, para dotar de conocimientos, de información sobre el empleo y su proceso de cambio a todo el país para que la orientación deje de ser intuitiva y se haga una actividad concertada con el Estado sobre problemas concretos propios de la formación de los recursos humanos. Hasta aquí esbozamos la fase de diagnóstico perenne de la política de orientación, ahora vamos a revisar una segunda fase, vale decir la orientación como acción política de distribución de recursos humanos en un país subdesarrollado. II La utilidad real del asesor de la orientación para evitar el descontento generalizado que sufren los jóvenes desempleados, al mencionarse parece una perogrullada, pero lo cierto es que la orientación amortigua los procesos de cambio violento y los canaliza en desenvolvimientos racionales, por fase, para evitar dolorosos partos sociales al país. Por eso la importancia de que los jóvenes puedan recibir asesoramiento oportuno en el momento decisivo, tiene que ser una política de Estado donde el orientador juega un papel motriz para generar racionalidad y conciencia sobre las oportunidades. Pero el equipo de orientación no es suficiente en cada localidad del territorio nacional, aúnen los mismos centros urbanos, hace falta más puestos de orientación. Pero fatalmente se están reduciendo los puestos en ésta área, lo cual creemos es un error que de no corregirse a tiempo lo pagará nuestra juventud. Por lo tanto debe modificarse la concepción reduccionista de la nuclearización con una voluntad política que logre ver con claridad el importante y crucial rol del orientador en la sociedad venezolana de hoy, pues es la ciencia orientadora profesional y vocacional, fundamentalmente, a quién le toca detectar las relaciones entre educación y economía para armonizarlas asesorando a los jóvenes. Este rol, pensamos, debe institucionalizarse y extenderse para que influencie al colectivo de la sociedad, a la familia, la infancia abandonada, la sexualidad, etc. La más simple actividad de un orientador de provincia asesorando a un joven descontento, a un niño en situación de abandono, en situación de peligro o infractor, es una acción de Estado. Entonces mal puede el Estado entrar en antagonismo con el gremio de orientadores porque éstos están realizando misiones y responsabilidades del Estado para con la sociedad. Como es posible, entonces, que alguna concepción peregrina de la educación puede arremeter contra éste abnegado y responsable gremio, tal cosa es simplemente ignorancia o el más craso egoísmo. Sí, la acción de cualquier orientador, quiera o no, es una acción estatal, de alguna manera, pues colabora con el perfeccionamiento y modernización de la sociedad. Para captar esto hay que ver al Estado en sentido global y no como el simple concepto de gobierno. Los gobiernos pasan y el Estado perdura, las autoridades estatales pasan, las autoridades del Ministerio de Educación pasan y los orientadores continúan asesorando a la juventud, estudiando e investigando el mercado de trabajo para armonizar educación y sociedad. El orientador se ejercita estatalmente cuando bien informado de la vida económica nacional logra que un muchacho se encamine profesionalmente, pero también cuando asesora, por ejemplo, la modernización de la educación técnica al punto de no permanecer con esquemas rígidos curricularmente pues no están acordes con la inversión productiva en una determinada región. Más allá de cualquier sigla política circunstancial que pase por el gobierno del Estado, éste tiene que asumir al orientador como un rol profesional fortalecedor del Estado, con capacidades científicas para estudiar la vida psíquica, económica, social y cultural del país en lo atinente a la distribución y orientación de formaciones profesionales para sacar al país del atraso. Por eso hay que intentar institucionalizar una orientación más igualitaria y racional. Ahora debemos pasar revista a otra fase de éste planteamiento, nos referimos a la Orientación en momentos y períodos de estancamiento y crecimiento económicos: La orientación no puede equivocarse pues una decisión errada en la distribución y formación profesional donde de su asesoramiento puede costarle a la sociedad personificada en cada uno de sus jóvenes años de desempleo y de estancamiento profesional. III Los equipos de orientación no deben ser rígidos, pero si conscientes y concientizadores del devenir económico y social del país para que su juventud pueda insertarse en el proceso productivo sin traumas. Cuando un orientador interviene se favorece la nación pues éste científico está consciente de la situación de estancamiento o de crecimiento económico cuando asesora a un joven hacia determinada profesión. Y tal actuación, como verdaderas medidas de Estado, se adecuan a la coyuntura de bonanza o de crisis para canalizar la formación de los recursos necesarios al devenir económico. La orientación es una profesión de nuevo tipo moderna a la cual se capacita mediante una licenciatura en educación, es una visión dinámica especializada capaz de ejecutar la política económica y educativa del Estado en las partes descuidadas por éste por verlas microsocial y micropolíticamente, pero es allí, en lo micro, donde se engarza la política macro o de lo contrario fracasa, porque "sin los eslabones una cadena no puede existir". La orientación es intervención estatal de lo particular a lo general, por eso mientras el Ministerio de Educación es intervención estatal de lo general a lo particular, la participación del orientador como verdaderos eslabones de aquella poco a poco la realizan. La orientación interviene estatalmente, bien entiéndase en la concepción amplia del Estado, adecua políticamente lo micro a lo macro: el asesoramiento al joven se da o no con la política global de acuerdo con el proceso de desarrollo y sus fases de estancamiento o de crecimiento económico. Pasemos a una cuarta fase de este trabajo. IV La posible política de la orientación, la intervención política del orientador: Los organismos internacionales como las Naciones Unidas y la UNESCO en la búsqueda de un nuevo orden económico internacional más justo, han propuesto a la educación como un mecanismo modernizador de la economía, propulsor del desarrollo económico, esto hace que la orientación intervenga con decisiones de política estatal para propulsar el cambio social que tal proceso exige. Pero a veces las mismas autoridades educativas por falta de estudio y comprensión cuando escuchan hablar del cambio social inmediatamente creen que se trata de una revolución comunista y comienzan a vera los agentes de cambio como revolucionarios marxistas. La intervención estatal del orientador, entiéndase política, lo hace un agente de cambio social no un revolucionario estructural. Es un agente de cambio hacia el desarrollo económico social y cultural. Es un científico crítico cuestionador de la educación que ejercita e implementa la política educativa del Estado, con firmeza cuando es coherente y beneficiosa al colectivo social pero con discernimiento cuestionador cuando es incoherente y egoísta. . El orientador en ejercicio políticamente recomienda la prudencia, el equilibrio, la conciencia para salir de las situaciones de entrabamiento de la educación, de la economía y la sociedad. El orientador es un órgano social de reflexión. Tiene que dar las bases científicas de los pensum de estudio, de los curriculum de la enseñanza en perspectiva de futuro, pero consciente del estancamiento o del crecimiento económico. Es un agente de cambio social porque la economía y el Estado están en permanente modernización transformadora.. Por eso el asesoramiento al joven, quién ha de transformarse en adulto, quién ha de cambiar en profesional integrado a la sociedad, tiene que ser impartido por el científico de la orientación actuando como agente de cambio hacia el desarrollo económico y social, para integrara¡ país al concierto de la búsqueda de un nuevo orden económico internacional más justo. En consecuencia la política de orientación propia de la nación la están haciendo no solo las oficinas estatales de educación y desarrollo económico sino también la práctica consciente de los orientadores desde sus puestos de trabajo Finalmente, por el momento, esperando una discusión y ampliación de éste papel de trabajo, nos toca señalar que no debemos confundir la definición de la política de orientación educativa del país con la indeclinable y justa lucha que ha de hacerse gremialmente cada vez que se venza un contrato colectivo. El estado a nivel del gobierno lo puede confundir, y el propio gremio también lo puede confundirlo gremial, sus justas reivindicaciones son inalienables, pero eso es una cosa distinta a la definición de la política de orientación que estamos señalando. Pero con conciencia el gremio puede exigir la definición de esta política, es más, consideramos que de manera autogestionaria o cogestionaria debe proponerle al gobierno un papel de trabajo para crear la política de orientación que exige el fin de éste siglo y el comienzo del venidero. BIBLIOGRAFÍA - CALONGE, SARY: Tendencias de la orientación en Venezuela. Editorial Cooperativa. Laboratorio Educativo. Caracas 19881. CORDOVA CAÑAS, VICTOR: El Modo de Vida. Edit. Imprenta Universitaria de la U.C.V. Caracas 1986. MACHADO, FRANKLIN: Meta-Teoría de la Investigación Laboral. Universidad de Carabobo. Ediciones del Rectorado. Clemente Editores. Valencia 1989. ROGERS, CARL: Orientación, Psicología y Psicoterapia. Editorial Narcea. Madrid 1798. SUZUKI DT Y ERICH FROMM: Budismo Zen y Psicoanálisis. Editorial Fondo de Cultura Económica. México 1975.