Imágenes de medicina oral Caso clínico LII Dr. Germán Esparza Gómez Médico estomatólogo. Doctor en Medicina y Cirugía. Profesor titular de Medicina Bucal. Departamento de Medicina y Cirugía Bucofacial. Facultad de Odontología. Universidad Complutense de Madrid. medoral@infomed.es Descripción del caso Un paciente de 54 años de edad acude a un dentista para que le realice una revisión. Trabaja en la construcción, es fumador de una cajetilla diaria de cigarrillos y bebedor moderado. Al explorarle, el profesional descubre en el borde bermellón del labio inferior un aspecto atrófico, con una mancha blanquecina homogénea y la desaparición del límite entre el borde bermellón y la zona cutánea. El paciente dice que nunca le ha provocado molestias. MAXILLARIS, diciembre 2009 59 Imágenes de medicina oral Diagnóstico clínico y anatomopatológico: Queilitis actínica Queilitis actínica (II). Clínica y tratamiento. Comentarios Los cambios clínicos que se presentan en la queilitis actínica suelen ser muy lentos, por lo que la mayoría de los pacientes no son conscientes de los mismos. En los primeros estadios se produce una atrofia del borde bermellón del labio inferior, que deja una superficie suave, lisa y con algunas manchas blanquecinas aisladas (como el caso que aquí se presenta). Además, el límite entre el propio borde bermellón y la piel del labio se difumina. A medida que las lesiones progresan, se desarrollan áreas rugosas, descamadas y secas que, posteriormente, pueden engrosarse provocando zonas de aspecto leucoplásico. En las fases más avanzadas pueden aparecer zonas induradas a la palpación y pequeñas fisuras o ulceraciones, sobre todo en las zonas de apoyo del cigarrillo, y que tienden a cronificarse. Desde el punto de vista histopatológico, las queilitis actínicas suelen caracterizarse por presentar una atrofia del epitelio escamoso del labio junto con una marcada hiperqueratosis. En ocasiones, es posible encontrar diferentes grados de displasia epitelial. En el tejido conjuntivo es muy típica la degeneración de las fibras colágenas y elásticas, lo que provoca la presencia de un material amorfo, acelular y basófilo; cambios que son conocidos como elastosis solar. Siempre que se observen áreas de induración, engrosamiento, ulceración o leucoplasia debe realizarse una biopsia para descartar la presencia de carcinoma. Si éste existiera, debe tratarse con los protocolos propios del cáncer. Muchos de los cambios que se producen a lo largo de la evolución de estas lesiones son posiblemente irreversibles, pero aún así debe hacerse hincapié en la prevención de estas lesiones: instar a los pacientes a protegerse de la radiación solar mediante gorras o sombreros y a utilizar cremas labiales con altos factores de protección solar. Respecto al tratamiento, se han empleado cremas de 5-fluoracilo y ácido retinóico. En los casos severos, en los que no exista carcinoma, debe realizarse una bermellectomía, una remoción del borde bermellón y el avance de un colgajo de la semimucosa labial o bien se deja cicatrizar por segunda intención. Otros tratamientos que se han utilizado en otras ocasiones incluyen la cirugía con láser CO2 y la crioterapia. Debe recordarse que la queilitis actínica es una entidad considerada potencialmente maligna y que entre el 2 y el 10% de los casos puede desembocar en un carcinoma. 60 MAXILLARIS, diciembre 2009