Editorial ¡jfflB f*W "Fides et Ratio" Encíclica de Juan Pablo II sobre las relaciones entre Fe y Razón Por: Lie. Jorge L. Navarro El 14 de septiembre fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz, de este año (1998) coincidiendo con el vigésimo del Pontificado de Juan Pablo II, se promulgó la Encíclica "FIDES ET RATIO SOBRE LAS RELACIONES ENTRE FE Y RAZÓN", un documento que viene a complementar y a redondear varias de las preocupaciones centrales de este pontificado, que podemos situar si recordamos particularmente la REDEMPTOR HOMINIS, y la a VERITATIS SPLENDOR. 1. Un hecho paradójico. La publicación de la Fides et Ratio, no fue totalmente una novedad, ya que se sabía desde hace algunos años que el Papa tenía en mente un pronunciamiento sobre el tema. Ya en el transcurso de este año habían circulado algunas noticias sobre la inminencia de la publicación. En particular aparecieron algunos de los temas alrededor del día 11 de septiembre con motivo de la canonización de Santa Teresa Benedicta de la Cruz (Edith Stein), la "doctora que llegó a santa", en quién el Papa podía señalar un modelo en la búsqueda de la verdad. Con todo, no ha pasado desapercibido para algunos medios americanos influyentes que la publicación de la Fides et Ratio, se presenta como un "hecho paradójico". Los diarios Los Angeles Times, The New York Times y Times, han dedicado un espacio a la encíclica, con la que el Santo Padre conmemoró los 20 años de su pontificado, analizando sus principales aspectos y citando la opinión de destacados expertos. Los Angeles Times, dijo: "Al comienzo del siglo XX, casi todos los intelectuales consideraban que la Iglesia Católica era enemiga de la razón y el progreso. A fines de siglo, en cambio, ¿quién es el gran defensor de la razón? El obispo de Roma", El New York Times dedicó uno de los artículos de su primera plana a la encíclica que refleja un poco "las paradojas del pontificado" de Juan Pablo II, pues el Papa, "juzgado por algunos como un conservador", en su encíclica demuestra su verdadera postura "cuando exhorta a los teólogos a buscar una más amplia libertad de pensamiento". Así mismo, publicó extractos de la Fides et ratio, a la que considera "un amplio tratado filosófico" y "uno de los más importantes pronunciamientos" del Papa. Según otro diario, el Times, el documento presenta la "suma del pensamiento teológico y filosófico" del Pontífice. 2.- Una imagen profética. Uno no tendría que alargar demasiado la memoria para recordar que hace unos cuantos años se sostenía "a pie juntillas" la irreconciliable oposición entre razón y fe, entre filosofía y teología, entre conocimiento racional y revelación. La Iglesia, según el cañón del historicismo racionalista, representaba un resabio de un pasado retrógrado y recalcitrante, al cual la modernidad con sus "luces" venía a liquidar. Sobre las pretensiones clericales, al hombre actual le bastaba oponer la razón y la ciencia. Sin embargo, para un obervador más atento la "dogmática" positivista había sido puesta a prueba a principios del siglo XX: las dos Guerras Mundiales, el desarrollo de las ideologías totalitarias, la "incapacidad" de la racionalidad científica para juzgar las implicaciones morales del uso de la tecnología, etc. todo eso que a la postre llavará al declive de los "paradigmas" de la modernidad racionalista e ilustrada. En 1936, cuando las ideologías políticas estaban rearmándose y a punto de desencadenar una de las manifestaciones más irracionales del odio entre los pueblos, el poeta americano, hombre de una gran sensibilidad humana y poética, T S Eliot, publicó Los Coros de la Roca, un bellísimo poema en el que se ponía de manifiesto que el hombre moderno había decidido construir "su casa", la civilización moderna, prescindiendo del Templo. El hombre moderno dejó de escuchar a la Iglesia, a la Extranjera, como la llama Eliot. "Edificamos en vano si el SEÑOR no edifica con nosotros ¿Podréis regir la Ciudad si el SEÑOR no esta con vosotros? Miles de vigilantes dirigen el tráfico Pero no saben deciros ni porqué habéis venido ni a donde vais efecto, resulta sorprendente que a nombre de la fe y por exigencias estructurales de la misma fe, la Iglesia, a través de esa forma particular de presencia entre los hombres que es su Magisterio, salga en defensa de la razón. La razón (moderna) afirmándose a sí misma negó la fe, -el Acontecimiento cristiano como dato objetivo de la realidad y de la historia-, o al menos lo expulsó de sus dominios; en esta aventura la razón quedó atrapada y sometida a las pretensiones de poder del pragmatismo y de la razón instrumental, de manera que la razón autoreferida ha terminado sometida al poder y destruida como razón. Ahí donde no hay templo tampoco habrá moradas Aunque tengáis refugios e instituciones Alojamientos precarios donde se paga el alquiler La fe, por el contrario, para poder afirmarse en su valor reclama una razón erguida y libre, que la razón lo sea en la totalidad de su apertura y posibilidades. La fe no puede eliminar o prescindir de la razón so pena de hacerse incapaz de interpelar radicalmente al hombre y de traicionar el sentido religioso del hombre, reduciéndolo a fideísmo o a cualquier forma de sentimentalismo religioso. Cuando la Extranjera pregunte ¿cuál es el significado de esta ciudad? ¿Qué cosa responderéis? ¿Nos amontonamos para sacarnos el dinero los unos a los otros? O bien: "Esta es una comunidad" Y la Extranjera partirá y regresará al desierto. Oh, alma mía, que estés simpre despierta para la venida de la Extranjera. Que tu estés simpre atenta a Aquella que sabe como hacer las preguntas. He traído a colación este fragmento de Eliot porque a mi modo de ver introduce muy bien el significado de la Encíclica. En La Extranjera, es un símbolo de la trascendencia de la verdad, una verdad que proviene de allende los límites y las fronteras de la experiencia humana, es decir, del Misterio, y, al mismo tiempo, es imagen de una Presencia en medio de los hombres por la cual el Misterio se vuelve un dato objetivo para la experiencia humana. La extranjera representa a la Iglesia. Eliot en el párrafo arriba referido concentra la fuerza de la Extranjera, en el hecho de interpelar, una y otra vez al hombre: ¿cómo se puede construir la ciudad, sin el Señor?, sin el significado último de la vida y de la convivencia humana; ¿para qué construimos la ciudad, para crear cuartos de alquiler o para levantar una morada? ¿Por qué estamos juntos?, para usarnos unos a otros o porque somos una comunidad. La Extranjera, dice Eliot, sabe hacer las preguntas. 3.- El sentido religioso. A lo largo de toda la Fides et Ratio se insiste una y otra vez, que existen ciertas preguntas que brotan de la misma naturaleza humana, que forman como la entraña misma del corazón humano, en cuya respuesta se empeña y se^compromete.todo lo humano, ¿quién soy? ¿de* dónde vengo?, ¿a dónde voy?, ¿por qué existe el mal?, ¿por qué vale la pena vivir?. En estas preguntas coinciden cabalmente todas las dimensiones del hombre ya que en ellas el hombre expresa su necesidad de comprender el sentido de todo. Por tanto, en ellas coinciden la religiosidad y la racionalidad del hombre ya que nacen de una misma fuente. Ciertamente se puede pensar que estas preguntas son abstractas, que son elucubraciones. Por ello es importante recordar que todas estas preguntas se condensan en el imperativo: "Conócete a ti mismo". En efecto, sin este interés por mi propio yo, cualquier otra pregunta parece abstracta, sin calor y sin significado; las preguntas Editorial fácilmente se disuelven en preocupaciones secundarias. Hace falta situar en este nivel la dinámica por la cual el hombre se dirige hacia la verdad, o sea por amor a la propia humanidad, al propio destino. Por ello, puede afirmarse que si se eliminan de la conciencia del hombre estas interrogantes, cualquier respuesta que la razón o la fe den, cualquier propuesta de significado, carecería de valor. Exactamente como la ha señalado R. Niehbur, "nada hay más absurdo que la respuesta a una pregunta que no existe". El sentido religioso, como lo define Giussani, coincide con ese compromiso radical con la vida de nuestro yo, que se manifiesta en las preguntas fundamentales. Estas preguntas están presentes en cada hombre y en cada cultura, tanto en Oriente como en Occidente. Cada hombre encuentra en su cultura y en sus tradiciones propias los elementos que le llaman a formularse de manera nueva y personal estas preguntas. La búsqueda de la verdad se activa en el impacto con la realidad y, es en este impacto que el hombre experimenta la necesidad de encontrar una respuesta a las interrogantes fundamentales; por tanto no estamos ante un problema para eruditos o gente entrenada para discutir o hablar de estas cosas, sino ante una exigencia en la cual se juega el deseo de felicidad, que es la fuente de toda energía y de toda acción humana. El hombre busca la verdad tanto como la felicidad, busca una felicidad no ilusoria, y una verdad que colme sus anhelos más profundos de justicia, de bondad y de belleza. Se subraya así la necesidad de mantener despierta la conciencia de que estas preguntas existen y que el hombre para afrontar esta necesidad profunda de su persona dispone de la razón y de la fe, como de dos alas con las cuáles el espíritu humano puede elevarse para la contemplación de la verdad. La filosofía constituye uno de los medios más importantes de que dispone el ser humano para esta búsqueda, por esto la Encíclica se concentra especialmente en esclarecer el valor que la filosofía tiene para la fe y también lo que la fe puede aportar a la filosofía para que sin perder su legítima autonomía puede orientar la vida humana hacia perfeccionamiento. El Papa, hacia el final de la Introducción, señala explícitamente el motivo que le mueve a ocuparse de este tema, que por la fe se restaura la dignidad de la razón, "refirmando la verdad de la fe podemos devolver al hombre contemporáneo la auténtica confianza en sus capacidades cognocitivas y ofrecer a la filosofía un estímulo para que pueda recuperar y desarrollar su plena dignidad". La Encíclica de modo particular subraya el valor de la filosofía para formular las preguntas fundamentales y para poner en marcha a la razón humana. 4. Sólo el estupor conoce En la Fides et Ratio encontramos la siguiente afirmación: "los conocimientos fundamentales, derivan del asombro suscitado por la contemplación de la creación: el ser humano se sorprende al descubrirse inmerso en el mundo, en relación con sus semejantes con los cuales comparte el destino " Aquí encontramos sintéticamente definidas las características de la racionalidad humana: el asombro, la conciencia de la realidad en su finitud y en su condición de creatura, es decir de su dependencia radical, la relación con el mundo y con los demás hombres con quienes comparte la búsqueda y los afanes de la vida hacia el Destino; factores todos estos que entran en la comprensión de la realidad. El asombro es una conmoción, es una razón conmovida ante una realidad que se presenta como una promesa, es el estupor que acompaña la forma originaria como la razón toma conciencia de la realidad; en la mirada de los niños se conserva más viva esta forma original de relación. "El estupor absoluto -dice J, Hershel- es para la inteligencia de la realidad de Dios lo que la claridad y distinción es para la comprensión de las ideas matemáticas. Cuando estamos privados de la capacidad de maravillarnos, resultamos sordos a lo sublime" De suyo un signo de deficiencia de la razón moderna es la incapacidad para el asombro, para conmoverse con la realidad: el mismo documento advierte que: "sin el asombro el hombre caería en la repetitividad y poco a poco, sería incapaz de vivir una existencia verdaderamente personal" La repetitividad, la rutina, el aburrimiento, son síntomas de una razón que precisamente ha caído en el vacío de sentido. El estupor, por el contrario, colorea y da calor al conocimiento, impulsa a la razón a no detenerse, a no conformarse con lo ya adquirido e ir hasta el fondo "El asombro, decía Aristóteles, es el inicio de la filosofía. Con la audacia de la fe san Gregorio de Nisa, irá más lejos, para afirmar: "los conceptos crean los ídolos, sólo el estupor conoce". La contemplación de la creación, a la que se alude arriba sugiere dos cosas: 1. Que el valor de la razón radica en reconocer el orden de lo real; la razón, el conocimiento no consiste en el poder, en el domino sobre la realidad, sino en la contemplación por la que se encuentra el significado último de las cosas, es decir, su origen y fundamento. 2.- Que la condición esencial de las cosas es ser creaturas, su ser es finito y contingente, y por tanto, remite a algo que está más allá de ellas, a algo que la razón descubre y desea conocer. La dinámica del conocimiento tiene la forma de un encuentro, o si se quiere de un doble encuentro: el encuentro del hombre con las cosas que es una vía a través de la cual se descubre a sí mismo, en medio del mundo, coexistiendo con las cosas. Y el encuentro con los otros hombres con quienes coexiste y convive. El hombre es razonable, estando abierto a la realidad en todos sus factores, en todas sus posibilidades. El hombre por la razón es una apertura radical, es decir apertura a todas las posibles manifestaciones de lo real. 6. La razón ó los ídolos Una de las observaciones que más me sorprenden de este documento reside precisamente en que, contra la mentalidad común que ha visto siempre en la Iglesia un refugio al consevadurismo, que encarna el miedo a la libertad, que teme la libertad intelectual y por ello la censura; en contra de esta opinión que se ha arraigado fuertemente, hoy la Iglesia pone en evidencia lo contrario. El racionalismo, si se le mira con atención no proviene de una declaración de confianza en la razón, sino de una desconfianza. En la filosofía moderna la razón vino a ser definida como el modo de controlar y medir sus propios conocimientos, es decir, se elimino el ser como el objeto al cual se ordena la inteligencia del hombre. No el ser sino el conocimiento es el objeto del conocimiento humano. De esta manera la razón dejo de ser una apertura a lo real para colocarse a sí misma como medida de todas las cosas, la razón debía imponer a la razón misma los límites dentro de los cuales la realidad podía ser pensada . La Encíclica naturalmente tiene un lado polémico: La racionalidad moderna en su momento puso en duda la posibilidad de respuesta a las preguntas fundamentales (relativismo), la razón optó por una meta menos audaz, pero se convirtió en una razón instrumental, una razón sólo de medios, es decir una razón que se mueve solo por la utilidad y por el poder. La razón "absoluta" de la modernidad, se sostuvo sobre el relativismo de la verdad. El deseo de la verdad que es inextinguible del corazón del hombre se convirtió en voluntad de poder y el ímpetu que mueve al hombre a la búsqueda del sentido de la vida se transformo en voluntad de autonomía, "voluntad de poder". El hombre moderno, si la interpretación de Kant es exacta, se concibe a sí mismo como el que ha conquistado la adultez, es decir como uno que "no es conducido por otro". La Iglesia evidentemente tenía que reaccionar ante tal pretensión, ante todo porque no corresponde con la verdad del hombre. En efecto, la constatación más sencilla que uno puede hacer es que no se hace a sí mismo. La pretensión exorbitada del racionalismo y del voluntarismo modernos no era sólo un atentado contra la verdad de Dios sino también contra la verdad del hombre. El hombre moderno sustituyo a Dios por el Poder, por la Usura, por la Lujuria, como dice también Elliot, se creó nuevos ídolos a su imagen y semejanza, a la medida de sus intereses creo la Razón, la Raza, la Dialéctica. De este modo la razón se volvió esclava de las Ideologías, no ya de sus propias ideas, sino de las ideas que el Poder imponía y ante el cual la razón claudicó. '4$'#?£rJy% Editorial Por eso ha sido tan clamoroso el abatimiento de las Ideologías, cuyo símbolo máximo fue para nosotros la caída del muro de Berlín, abriéndose paso un fenómeno nuevo y desconcertante, llamado ambiguamente pos-modernidad. La encíclica quiere llamar precisamente la atención sobre este complejo de fenómenos sociales y culturales que implica, en la gran variedad de formas en que se manifiesta, una profunda negación de la razón, o para decirlo más exactamente, la exaltación de lo irracional, se enaltece lo efímero, lo parcial, lo liviano. La posmodernidad en algunas de sus manifestaciones hace un reclamo explícito a un derecho a no pensar con radicalidad, es decir á no plantearse las preguntas fundamentales. El "carpe diem" asumido hasta sus últimas consecuencias, vivir el instante sin ninguna perspectiva hacia atrás o hacia delante, es decir, sin memoria y sin esperanza. 7. La razón ante el Misterio. La razón humana se descubre siempre insatisfecha ante las respuestas que va descubriendo y formulando en su recorrido existencial hacia el significado de todas las cosas. Esta insuficiencia, si se mira con detenimiento revela algo más que una deficiencia en el conocimiento del hombre, no es producto de un deficit, sino que proviene de la superabundancia de la realidad; la realidad desborda por todos lados la razón. En el extremo de lo que la razón alcanza a comprender está el Misterio, al cual la razón llega recorriendo estrictamente, sin claudicaciones ni apresuramientos, la realidad como un signo, que remite a Otro. La realidad como signo, no es sino otro modo de decir creatura. En este punto extremo de la razón, la fe, dice Giussani, puede surgir como "flor de gracia". La razón ante el Misterio no puede nada y, sin embargo, queda todavía una posibilidad: que El se revele, que nos muestre su Rostro. Es la "hipótesis de la revelación", una hipóteis a la cual la razón no puede oponer nada y no contradice en nada la naturaleza de la razón. En esta misma dinámica de la razón se afinca la libertad, como una energía indomable para adherir a la totalidad de lo real.. El cor inquietum de San Agustín ("Nos hiciste para Ti; Señor, y nuestro corazón está inquieto hasta que descanse en t i " ) , decubre que el hombre es ontológicamente una apertura y un deseo infinito que nada puede colmar. En esta insuficiencia se asienta la libertad del hombre que puede siempre buscar: " no es esto, no es esto". O para decirlo en palabras de Eugenio Móntale: "Todas las cosas llevan escrito: "más allá"" 8. La fe: "Quien me ve a mi ve al Padre" En la dinámica de la experiencia humana existe la fe, como una forma razonable de llegar al conocimiento de algo, de hecho se habría que decir que este es el método por el cual existe la convivencia humana y la civilización. La razón decubre que en determinadas circunstancias adherir al testimonio de otro es razonable. El cristianismo ha seguido esta vía para manifestar la verdad del hombre, del cosmos y de la historia. Esta es la "hipótesis" del cristianismo: "El Verbo se ha hecho carne". Es decir, la palara eterna, que ha hecho todas las cosas, el significado exhaustivo de la vida, se ha hecho uno como nosotros, entrando de este modo en el campo de nuestra experiencia. La sabiduría tiene un nombre y un rostro precisos, el de Jesús de Nazaret. Jesús revela al Padre, más aún en Él llega a su plenitud un proceso de develamiento del Misterio, que Dios ubérrimamente realiza a través de la historia de un pueblo. El pueblo judío es el testimonio en medio de los pueblos de que Dios no ha adandonado al hombre, que ha sido una Presencia constante para su Pueblo y a través de su Pueblo para todos los Pueblos..Dios el Dios vivo, no es una realidad lejana e indiferente a las vicisitudes humanas. En la plenitud de los tiempos "Quiso Dios con su bondad y sabiduría revelarse a sí mismo y manifestar el misterio de su voluntad, por Cristo..." La encarnación del Hijo de Dios, tiene el carácter de cumplimiento de una Promesa y al mismo tiempo de una novedad absoluta. La Encarnación del Verbo es un misterio en el que se Editorial pone de manifiesto toda la gratuidad de la revelación y de la donación amorosa de Dios para la salvación del hombre. La revelación o sea el encuentro con este hombre, Jesús, es un acontecimiento de vida al que la razón no puede objetar nada, porque Dios se ha manifestado haciéndose un hombre particular que ha entrado en la experiencia cotidiana de cada hombre. Admitir la razonabilidad de este hecho es tan sencillo como admitir el encuentro con un amigo, con el cual se podía comer, conversar, discutir. Y sin embargo, aquel hombre era exepcional, su vida, sus palabras y sus obras, correspondían excepcionalmente a las exigencias más profundas del corazón del hombre. Delante de Cristo, la razón no pierde nada ni se anula como razón, por el contrario, se pone en juego toda la persona. Se anula sí la autosuficiencia de la razón, se ponen en crisis aquellos criterios que implicita o explícitamente desarraigan la vida de su fundamento. A partir de Cristo, la búsqueda del sentido de la vida consiste en sostener la relación con una persona, el Misterio deja de ser un enigma lejano e inaferrable para el hombre y de pronto se convierte en una cosa cercana y familiar. De este modo se hace evidente la profunda e inseparable unidad entre el conocimiento de la razón y la fe. Esta unidad profunda está expresada en los Proverbios: "El hombre medita su camino, pero es el Señor quien lo sostiene". El hombre de fe no renuncia a comprender el camino que está recorriendo, ni a interrogarse por las circunstancias que se le presentan; la fe, de hecho, no hace más fácil ni más cómoda la existencia, pero la llena de certezas. La certeza de que el sentido último de la vida, no es indiferente a ninguna de mis circunstancias ni vicisitudes personales, que nada de lo que existe es superfluo para Dios, la vida del hombre en su totalidad y en cada uno de sus pasos esta sostenida, por esta realidad misteriosa que sin embargo sabemos que tiene un Rostro bueno, a Quien Jesús nos ha enseñado a llamar Padre. 8. ¡No tengáis miedo!: Sapere aude. Otra paradoja para terminar. Fides et Ratio, no hace sino continuar aquel llamado que impregna toda la solicitud pastoral de Juan Pablo II: ¡No tengáis miedo!. ¡Abrid las puertas a Jesucristo!. Esta invitación y vehemente solicitud ha alcanzado a la razón humana, casi como un desafío, "...así el pensamiento filosófico, cuando acoje el requerimiento que procede de la verdad del Evangelio, nada pierde de su autonomía, sino que siente cómo su búsqueda es impulsada hacia su más alta realización". Por una curiosa paradoja podría usarse la misma expresión que sirvió de leit motiv a la modermidad ilustrada: ¡sapare aude!. Con esta apertura a la totalidad de la real: ¡No tengáis miedo!, ¡Atrévete a conocer! Hans urs Von Balthasar, guía seguro hacia Cristo en los Umbrales del Tercer Milenio Por. P. Eugenio Aldana C.C.R. APÓSTOL, TESTIGO, El 29 de mayo de 1988,TEÓLOGO en la Basílica de San Pedro, llena de fieles que habían participado de la ordenación sacerdotal de 60 nuevos sacerdotes, el Santo Padre Juan Pablo II, al final de la misa, anunció que tenía en mente crear un grupo de nuevos cardenales. En seguida nombró a los elegidos, y al final de la lista, mencionó el nombre de Hans Urs von Balthasar. La Iglesia, con ese acto, reconocía oficial y solemnemente en ese momento, el valor de su obra y lo indicaba como guía seguro para los cristianos. El birrete cardenalicio sería impuesto a los nuevos cardenales un mes después, en la fiesta de los Santos Apóstoles Pedro y Pablo, el 29 de junio. Tres días antes de esa fecha, sorprendió a todos la triste noticia que llegaba de Basilea, la ciudad donde vivía el P. Balthasar: él había muerto en la mañana del 26 de junio, sin haber, por consiguiente, recibido el birrete cardenalicio. En la obra de Von Balthasar hay fiereza por la verdad, (Eugene Delacroix. "La Lucha de Jacob con el Ángel") Cardenalato, pero que Dios quiso que permaneciera hasta el final él mismo: el servidor fiel sin honores. "Pero lo que el Papa ha querido expresar, continuaba Ratzinger, con este gesto de reconocimiento y de respeto, permanece válido: que ya no sólo en forma singular y privada, sino la Iglesia, en su responsabilidad o El I de julio de aquel año de 1988 de oficio nos dice que Balthasar el Cardenal Ratzinger, enviado fue un verdadero maestro de la fe, personalmente por el Papa, un guía seguro hacia las fuentes presidía los funerales del querido del agua viva, un testigo de la difunto, celebrados en su ciudad Palabra, de la cual nosotros natal de Lucerna, Suiza. En su aprendemos a Cristo y del cual homilía el Cardenal dijo que podemos aprender la Vida"... y Balthasar había aceptado con continuaba el Cardenal: "Oremos mucha reticencia y sólo por al Señor para que nos dé la gracia obediencia el honor del de mantener vivo en nosotros el gran testimonio de éste su siervo y de continuar su obra"1 . "Mantener vivo en nosotros el gran testimonio " de este siervo de Dios. Esto es lo que ha procurado hacer la UPAEP al realizar este encuentro a los diez años de su muerte. Presentar y suscitar el interés por este "Padre de la Iglesia entre los Helvéticos", como lo llamó una vez otro Cardenal, Henri de Lubac. Y ¿para qué mantener vivo su testimonio? Nos responde el mismo Cardenal Ratzinger en la homilía de sus funerales: Hans Urs von Balthasar "nos ha enseñado a creer"-. ¡Nos ha enseñado a creer! A cada uno según su situación per- sonal, para todo el que lo lee él es como un puente hacia el corazón de Dios, puente hecho de obediencia, de humildad y de amor; el P. Balthasar es como un fuego ardiente que no puede no comunicar su luz y su calor a los corazones que se acercan a él. En su obra existe un fuego que une a Dios, como la llama del soldador que une lo que está separado. Nuestra vida moderna, ciega y sorda ante el Eterno y siempre vivo amor de Dios, tiene necesidad, como San Pablo en el camino a Damasco, de una fulguración que le quite la ceguera de los ojos para poder ver a Cristo. Podemos decir que el P. Balthasar es como un rayo, una fulguración que Dios manda a ésta nuestra época para abrir nuestros ojos al misterio de Dios Amor, para poder conocer cuál es "la anchura y la longitud, la altura y la profundidad... del misterio del amor de Cristo" (cf. Ef 3,18s). La obra del P. Balthasar rebosa de estupor y de alegría porque Dios haya amado hasta lo impensable al hombre y haya enviado a Su Hijo, se haya hecho hombre y haya querido ir hasta el extremo 'amor de la Cruz y del descenso a los infiernos por amor nuestro, mostrando en modo radicalmente definitivo que Dios es Amor Infinito, Abismo de Donación personal, Horno ardiente de Caridad dispuesto a todo con el fin de salvar a todo hombre. El P. Balthasar nos quita la ceguera, nos presenta los misterios de la fe en modo transparente, como dejándolos expandirse en toda su hermosura. A este propósito el Cardenal Ratzinger continuaba en la homilía de sus funerales. "Lo que Balthasar quería se puede expresar en el mejor de los modos con una frase de San Agustín: «toda nuestra tarea en esta vida, queridos hermanos, está en esto: en el sanar los ojos del corazón, de modo que éstos puedan ver a Dios» "3. Sanar los ojos, quitar las vendas de ellos, enseñar a creer. Así se expresó el Cardenal Ratzinger sobre la misión de Von Balthasar. Miles de interrogativos, de dificultades para creer pasan hoy por la mente del cristiano constantemente, asediado por una cultura cada vez más secularizante, la cultura llamada «de la sospecha». A ello contribuye no poco el estilo de estudio que se lleva a cabo en numerosas facultades de teología e incluso en seminarios, de tipo racionalistacrítico y que les quita a los futuros sacerdotes certezas fundamentales. Se experimenta, si uno se aventura en ese tipo de estudio, algo así como una fosa incolmable entre la realidad del Señor y la propia persona, una distancia que hace imperceptible la fuerza viva del Evangelio. Se ve a la Sagrada Escritura como algo «sospechoso» y entonces se le trata de diseccionar con curiosidad como para conocerla por dentro, sin importar que se trate de una realidad viva. Como para estudiar con suspicacia un documento más, entre tantos otros sobre la religión; como comparando lo narrado en la Biblia, como algo común en las demás religiones, en una especie de fenomenología de la religión. La vida, palabra y obra de Cristo son explicadas con criterios racionalistas, como destrozando en pedacitos cada palabra del Evangelio, sometiéndola a análisis matemáticos, olvidando que Él es el Hijo de Dios Encarnado, cuya palabra es potente, definitiva, viva y fecunda. Balthasar estaría de acuerdo con Dostoievski que decía: "si me demostraran matemáticamente que la verdad está fuera de Cristo, yo estaría de la parte de Cristo". Simplemente porque la verdad de Cristo no se puede calcular ni controlar con la matemática. Su llegada a este mundo y su presencia en él son una epifanía de la Gloria de Dios que revela, que quita el velo y nos muestra la esencia de Dios como Amor, como Padre amoroso. "«El Espíritu Santo, constata el P. Balthasar, es una realidad que los filólogos y los filósofos de las religiones comparadas ignoran o al menos 'ponen provisoriamente entre paréntesis'»: el P. Balthasar elimina el paréntesis, o más bien, hace ver cómo el Espíritu Santo mismo lo hace saltar"4. Cuando empecé a leer al P. Balthasar quedé fascinado desde el primer momento por la manera como explicaba las cosas, por el amor que se desborda hacia Cristo y hacia su obra, por la transparencia de los misterios de la fe que aparece en cada escrito. No estaba acostumbrado a oír o a leer a un teólogo tan docto en términos tan llenos de fe y de amor. En él la ciencia y la fe no estaban peleadas; la razón y la fe confluían en una admirable armonía y unidad al servicio del Misterio de Dios y de su obra en el mundo; cuando se le lee, los dogmas adquieren vida y carne en ¡ÍÍ^.^ÍC^ la propia yida, la Sagrada Escritura se convierte en alimento indispensable, en fuente que apaga la sed de Dios, en objeto de veneración, en alegre adoración del Dios que ahí se revela, el aprecio por los Padres de la Iglesia y la Tradición empieza a florecer, la realidad de la Iglesia se convierte en algo muy vivo; en la obra del P. Balthasar se percibe un corazón que vibra de amor por la Iglesia y por querer dar la vida por ella, un esposo enamorado de la Iglesia esposa, en la que cree apasionadamente, a la que venera y ama con pasión, no como una entelequia sino en sus hombres concretos, a veces tan llenos de defectos. de Dios, que culmina en Cristo. La teología, decía él, es ante todo adoración y obediencia al Misterio. No quiere saber nada de una teología "hecha en el escritorio" como escribía en un famoso artículo en 19485, cuyos contenidos forzosamente serán fríos, fragmentarios, que conducen sólo a la ciencia que infla, en lugar de conducir a la caridad que edifica. Para el P. Balthasar la verdadera teología se hace de rodillas, en el abismo de la adoración. Hans Urs von Balthasar es, pues, un teólogo que enseña a creer en Cristo, en el Padre, en el Espíritu Santo y a quien lo lee le hace sentirse en su casa, que es la Iglesia. Cada vez son más los que pueden dar testimonio de ello. Enseña a amar, a amar tiernamente a Dios, de quien descubre con los ojos puros y penetrantes de su gran fe, las entrañas de misericordia de su Corazón; y a amar al prójimo, a quien no se puede separar absolutamente de Dios, para continuar así la obra de Cristo. Quien lee con verdadera atención al P. Balthasar no puede quedar indiferente. O se le rechaza, ya sea por una mirada superficial, ya sea por prejuicios racionalistas, o se cae de rodillas pare adorar amando el misteno que él en modo transparente hace translucir. Su obra no es sólo fruto de un poderosísimo intelecto, sino ante todo de una humilde adoración y contemplación de la Gloria de Dios, de la Revelación Su obra es inmensa, su erudición es vastísima. "Ha escrito más cosas de las que un hombre normalmente puede leer durante su vida" ha dicho Mons. Henrici. "Un hombre como éste, añade el Cardenal De Lubac, es quizá el más culto de su tiempo. Y si existe en algún lugar una cultura cristiana, se encuentra en él. La antigüedad clásica, las grandes literaturas europeas, la tradición metafísica, la historia de las religiones, los múltiples tentativos del hombre de hoy que se busca a sí mismo - y sobre todo, la ciencia sagrada, con Santo Tomás, San Buenaventura, la patrística (toda entera), sin hablar por ahora de la Biblia... - No hay nada de grande que no encuentre en este gran espíritu acogida y vitalidad. Él llama a todos, escritores y poetas, filósofos y místicos, antiguos y modernos, cristianos de todas las confesiones, a que aporten su nota, porque todas las voces le son necesarias ERUDICIÓN ÚNICA, PERO AL SERVICIO DE CRISTO Y DE LA IGLESIA para componer, para una mayor gloria de Dios, la sinfonía católica"4. Pero, continúa De Lubac, cuando se encuentra el lector con Balthasar no se encuentra "ante una pura construcción teórica. Balthasar... ¡no es un fabricante de libros ni un manipulador de sistemas! Todo en él lleva a la acción y ala decisión. ... todo en su obra está dispuesto para llegar, sin detenerse en nada, al «encuentro personal» con Dios"7. Es pues, importante subrayar que el P. Balthasar es, ante todo, un hombre de Iglesia, un misionero, un anima ecclesiastica que ha empeñado toda su vida con un solo fin: ayudar al aumento de la santidad en la Iglesia a través del anuncio del Evangelio especialmente ahí donde es rechazado, olvidado o desconocido. Balthasar, siendo un hombre de una cultura enciclopédica, de una erudición singularísima, sabe muy bien que todo eso no serviría de nada si no hay en el hombre un corazón convertido, si no hay una actitud de fe simple, llana, sincera. "Simplicidad efectiva: estas dos palabras son indispensables, sin ellas correríamos el riesgo de dar una idea muy falsa de la meta a la cual este teólogo nos conduce; en efecto, él quiere ser teólogo sólo porque quiere ser apóstol. Para él, la misión de la teología... «es derramar continuamente en la práctica más humilde el pleno sentido de la palabra revelada» "8. Para el P. Balthasar lo único necesario es, siguiendo a su gran maestro, San Ignacio, la"mayor Gloria de Dios" por puro amor efímeros sueños de fuga de la realidad; ésta debe ser enfrentada como Cristo el Señor la enfrentó en su obediencia al Padre hasta la muerte en Cruz. Nada le importa más al P. Balthasar que arrancarnos del sueño, de la ilusión de alguna «falsa eternidad», para sumergirnos "en la «verdadera Ahí donde haya algo que aprender, lo asume para temporalidad», su sinfonía católica. la que consiste gratuito, a cuyo homenaje el en el proceso de configuración, hombre debe rendirse amoro- día tras día, con Cristo mediante samente y lo puede hacer porque la sumisión «hie et nunc» a su Cristo se ha hecho hombre para Evangelio "9. poder hacernos capaces de este homenaje. Así como Cristo asumió Todo el esfuerzo de hacer nuestra vida humana, nuestra vida teología en el P. Balthasar no es temporal, y con ello introdujo en sino obediencia a una misión el mundo la perfecta adoración recibida de Dios, y encaminada a humana al Padre, la perfecta la adhesión concreta de quien lo obediencia y glorificación del Pa- lee a Cristo y a su Iglesia. Sólo así dre, con toda su vida, pasión y el P. Balthasar quiere ser teólogo, muerte, así, el P. Balthasar, quiere sólo en la medida en que sus que el cristiano no viva su fe escritos pueden ayudar a la abstractamente, separada de santidad de la Iglesia, para ayudar Cristo, sino que, toda'su vida sea a sus hermanos a adherir con todo un vivir para Él , ya que a Él le el corazón a Cristo y a su obra. debemos la vida, la vida eterna, y La teología está al servicio de la que, por así decir, cada respiro decisión por Cristo. Para él sea una imitación de Cristo, en la teología, santidad, oración, temporalidad de cada día, en las contemplación, predicación, dificultades, en las angustias, así actividad pastoral, van siempre de como también en las alegrías y la mano. Él mismo confiesa lo que gozos de la vida. El P. Balthasar considera prioritario: "la acties radicalmente contrario a los vidad de escritor queda y quedará siempre en la disposición de mi vida un producto secundario y a falta de algo mejor. AI centro está un interés totalmente diferente: el trabajo asiduo para la renovación de la Iglesia, para la formación de nuevas comunidades que unan una vida cristiana radical según los consejos evangélicos de Jesús con la existencia en medio del mundo... para donar una vida nueva a las comunidades existentes. Toda mi actividad de escritor está sometida a esta exigencia; si el escritor debiera desaparecer a causa de la urgencia del trabajo a que me he referido, no me parecería haber perdido mucho, sino al contrario haber ganado mucho. En el fondo esto es evidente para quien está al servicio de la causa de Jesús que es, concretamente, la Iglesia ">°. LA UNIDAD DE SU OBRA La teología del P. Balthasar, así como su vida interior es, como nuestras más humildes fórmulas del Credo, esencialmente trinitaria: la perfectísima unidad en la distinción personal de cada Persona. "Así, la teología de Balthasar se esfuerza por captar, en todo, esta unidad. La «túnica sin costuras» y el «golpe de la lanza» le sirven como símbolos para hacerla entender: «a cada partición del misterio en aspectos (epinoiai) que lo hacen accesible al pensamiento, resiste finalmente el misterio irreducible de la persona ineffabilis. De esta persona brota, en su muerte, con el agua y la sangre, toda la Iglesia, que, con todas sus verdades, sus ritos, wmMM sus dogmas, es una emanación del corazón que se parte en la muerte, así como Orígenes lo ha entendido quizá mejor que todos». En efecto, el «golpe de la lanza del Gólgota es en un cierto sentido el sacramento del golpe de lanza espiritual que hirió al Verbo e hizo que Él se difundiera. La palabra de Dios derramada en este mundo es el fruto de esta única herida "". Esta visión unitaria de la obra de Dios en el mundo, la revelación de Dios en Jesucristo es la primera parte de su vasta Trilogía. En ella el P. Balthasar se esfuerza en hacernos captar la belleza de Dios que arrebata. Es un nuevo camino para hacer teología. No se trata de hacer apologética en el sentido extrincesista, sino de presentar la figura objetiva de la Revelación, Jesucristo, el enviado del Padre, su obra en el mundo, la infinita hermosura de su Ser en sí mismo y de su plan al crear al hombre y redimirlo; esta manifestación de Dios arrebata a quien la ve; sucede algo parecido cuando uno queda arrebatado ante una obra de arte, al escuchar alguna obra de Mozart o de Bach, o ante una obra maestra de arte o ante un paisaje de la naturaleza. Uno no se pregunta si es verdadero o falso. Simplemente queda con el aliento suspendido, arrebatado ante la belleza de tal manifestación. Cristo, al revelarnos las entrañas del Padre ha hecho algo semejante. Quien lo ve no puede no enamorarse, queda arrebatado en una especie de ec-stasis, fuera de sí, saltan en pedazos todas sus objeciones, se adhiere con todo el corazón. «Sólo el amor es digno de fe» es una obrita en la que el P. &MWM Balthasar ha tratado de explicar esto. Al estar el hombre arrebatado ante la «Herrlichkeit», ante la Gloria, ante la Belleza de Dios, por decir así, el hombre sale de sí mismo, adhiere al Tú que lo interpela en esa manifestación, y así es posible que el Yo divino actúe y penetre hasta lo más profundo en el yo humano. De ese modo, el cristiano no está llamado a quedarse para sí mismo esa contemplación, sino que es urgido a comunicarla a los demás: «contemplata aliis tradere», decían los antiguos, y por ello, al haber adherido con todo el corazón a Cristo, Éste lo reviste de una misión en favor de los hermanos, una obra que debe continuar la suya, pero al interno de Yo de Cristo. Sucede algo así como lo que decía San Pablo: «Vivo pero no soy yo, es Cristo quien vive en Mí» (Gal 2,20). Así como el Padre envía al Hijo así el Hijo envía a los suyos a proseguir la obra de la redención. (Cfr. Jn 17,18). UN HOMBRE ARREBATADO POR DIOS PARA SUS PLANES Para el P. Balthasar, pues, la vida del cristiano se puede resumir en una palabra: obediencia; y ésta a su vez se vincula a otra noción: misión. Lo ha mostrado él personalmente en cada etapa de su vida. Desde el inicio, el carácter abrupto y radical de su vocación muestran que era un hombre llamado ante todo a obedecer, como él mismo lo relata: en 1927 hace un retiro espiritual ignaciano cerca de Basilea, y una tarde paseando por el bosque llamado «Selva Negra» mientras meditaba, recibe una voz interior clara: «tú no tienes necesidad de escoger nada, tu has sido llamado; tú no servirás, sino que se te utilizará, no tienes que hacer proyectos, no eres sino una pequeña piedra en un mosaico ya construido anticipadamente»12. Tenía la convicción desde entonces que él no debía disponer de nada, sino dejar que Dios dispusiera de él. Siente clara la llamada a abrazar la vida religiosa en la Compañía de Jesús, después de haber efectuado brillantemente profundos estudios sobre la literatura y la filosofía alemanas; él consideraba la Compañía su «patria espiritual». Ahí conoció la escolástica, y especialmente la mejor tradición metafísica gracias a su profesor Erich Przywara; poco después, enviado a proseguir sus estudios en Fourviére, Francia, conoció a los Padres de la Iglesia, gracias a su amigo Henri de Lubac, y por otros autores católicos contemporáneos, obras de santos y místicos; ordenado sacerdote, se dedicó intensamente a la difusión de la cultura católica y al apostolado universitario, siendo capellán de la Universidad en Basilea; en esos años, ya con un universo teológico inmenso, lleva a cabo un intenso diálogo con el protestante Karl Barth. En 1940 un acontecimiento decisivo: conoce a la protestante Adrienne von Speyr, que estaba en búsqueda de la verdad, y después de un par de coloquios con ella, ella abraza el catolicismo, siendo bautizada por el mismo Balthasar el I o de noviembre de 1940. Balthasar mismo explica el momento de esta conversión: «Hacia el otoño de 1940..., cuando Adrienne había apenas regresado del hospital después de un duro ataque cardiaco, hablamos en la terraza... sobre los poetas católicos Claudel y Péguy, que precisamente estaba yo traduciendo. Tomando fuerzas, me explicó que deseaba también ella ser católica. Inmediatamente hablamos acerca de la oración; apenas le mostré que con la frase «hágase tu voluntad» no proponemos a Dios nuestra propia obra, sino nuestra disponibilidad a ser asumidos por su obra y siempre comprometidos en ella, fue como si hubiera yo tocado inadvertidamente un interruptor que de golpe enciende en la sala todas las luces. Adrienne fue librada de todos los obstáculos, su oración comenzó a arrastrarla, como un río que había sido obstaculizado durante mucho 3 tiempo»' . La Providencia le encomienda la fundación, junto con Adrienne, de un Instituto Secular, la «Comunidad San Juan». Para cumplir esta misión, pidió permiso de permanecer al interno de la Compañía, lo cual le fue negado. En obediencia a Dios, después de un mes de retiro espiritual, con gran dolor en el corazón, debió dejar la Compañía, su «patria espiritual». Ese doloroso paso lo puso en una situación de marginalidad en la Iglesia, pues era visto con sospecha de parte de los Obispos suizos, y pasó varios años sin poder ejercer plenamente el ministerio sacerdotal, hasta que el Obispo de Coira lo aceptó en su diócesis. Él había obedecido «como siervo, no como empleado por unas horas, sino como siervo para toda la vida, no como uno que después de servir un momento, pretende como un señor una compensación»14. Al no estar autorizado por ningún Obispo, no podía ejercer plenamente el ministerio sacerdotal. Fue una época muy dura, vivida en la obediencia a lo que Dios le pedía. Es una época de profunda soledad, como la de Cristo en la Cruz, soledad ésta fecunda, que funda la comunión de los santos, la Iglesia, pues, cargando con nuestros pecados, destruyó toda barrera de división entre Dios y el hombre y entre los hombres entre sí, nos hizo su Cuerpo, su Esposa. Balthasar, análogamente, en su soledad, funda una especie de «comunión» a través de la misteriosa gracia que actúa en él, en su obra de editor, de escritor y de fundador. Él mismo escribía en su obra «Catholisch», algo que él mismo vivió: «Hay ciertos momentos en que un cristiano solitario se vuelve fuente de una nueva comunión, en un sufrimiento no percibido o incomprendido, cuyo uso él ofrece al Señor. Hubo también, en la historia de la Iglesia, tiempos 'en los que la Iglesia no subsistía más que en algunos individuos aislados o en una familia' (San Agustín). Su catolicidad se había, por así decir, recogido totalmente en su raíz: es la soledad de un Atanasio, o de un Máximo el Confesor, o aún, la soledad de algunos monjes que continúan encarnando solos la tradición de su fundador. Soledad sin esperanza terrestre -el crucificado no la poseía tampocoy que sin embargo «contra toda esperanza», hace, de las piedras mismas, hijos de Abraham»15. En efecto, hoy por hoy, no hay mejor comprensión y exposición del cristianismo que la que nos ofrece el P. Balthasar con su vida y su obra de editor, fundador y escritor. En su obra no hay ningún complejo de inferioridad, hay fiereza por la verdad, no encontramos ninguna intimidación ante las incomprensiones del mundo o las opiniones corrientes, ninguna capitulación para dulcificar la exigencia cristiana evangélica. «La Iglesia, ha escrito, siguiendo a S. Jerónimo y a Newman, es 'como la vara de Aarón que devora las serpientes de los magos'»16. Ningún teólogo ha pensado la filosofía con tanta coherencia a la luz de la Revelación. Nadie ha dialogado con tanta profundidad y sabiduría con el mundo moderno: ateos, agnósticos, idealistas, tecnócratas, pragmáticos, teólogos, filósofos, protestantes, ortodoxos, budistas, hinduístas, existencialistas, etc. Y ahí donde haya algo que aprender lo asume, como decíamos, para su sinfonía católica. LA MISIÓN DEL CRISTIANO De la vastísima cantidad de temas y variaciones sobre los mismos que se encuentran en la obra del P. Balthasar, quisiera llamar la atención sobre algo que él consideraba urgente: que los cristianos tomásemos conciencia de nuestra misión en el mundo, como sal de la tierra. El cristiano no puede encerrarse en sí mismo, buscarse sólo a sí mismo y su propia salvación. Dios lo ha escogido para enviarlo al mundo, en Jesucristo, el enviado del Padre. «Id, pues, y haced mis discípulos a todos los pueblos» (Mt 28,19). WVIR ES VTVIR-PARA-OTRO «Ninguno vive para sí mismo, y ninguno muere para sí mismo» (Rm 14,7) porque «Cristo ha muerto y regresado a la vida para ser el Señor de los muertos y de los vivos», por lo tanto, «si vivimos, vivimos para el Señor, si morimos, morimos para el Señor» (Rm 9,8). Para el P. Balthasar es indispensable este no vivir-para-sí, sino para Aquél que ha dado la vida por nosotros, porque «uno ha muerto por todos, por consiguiente todos hemos muerto. Pero Él ha muerto por todos a fin de que los vivos ya no vivan para sí mismos, sino para Aquél que ha muerto por ellos y ha sido resucitado» (2 Cor 5, 14s): uno por todos, uno ha muerto la muerte de todos, el «por» significa «en lugar de», a fin de que todos ya no vivan para sí mismos, sino que, liberados de su muerte, vivan para Aquél Uno que una vez muerto ya no muere más. El Señor, pues, se ha expropiado de sí mismo, «no considerando un tesoro celoso su ser igual a Dios» (Fil 2,6) se nos ha entregado donando todo cuanto le es lo más propio, su vida, y esto lo hace en toda seriedad y hasta el final (Jn 3,1). Si Él obtiene la vida de nuevo, la vive como "muerto-para", como donado-para en la Iglesia y en la Eucaristía. Todo esto es consecuente con el centro de la doctrina cristiana, el misterio de la Trinidad: porque en Dios no hay, en línea de principio, ningún «para sí mismo», sino que la vida eterna, absoluta, se realiza en la donación al Otro. Objetaremos: para poderse dar es necesario ser una vez para sí. Pero no es verdad. El ser del sí está únicamente al interno del dar-se; de otra suerte no sería un Dios, sino tres dioses, mitología. En nuestro ámbito humano no hay para tan gran misterio ninguna analogía, sino solamente el hecho que ninguno se debe a sí mismo su existencia física y espiritual; cada uno existe únicamente «a partir de» otros, debe su vida a otros y, al menos en su necesaria referencia hacia atrás, reconoce que su «por sí» (a se) en su relación previa no puede ser sino un «por otros» (ab alus). vinculado a la esencia de Dios de un modo mucho más íntimo, con el fin de llegar, mediante un radical abandono de sí, al superior señorío de Dios sobre toda cosa: 'todo os pertenece... el mundo, la vida, la muerte, el presente, el futuro: todo es vuestro, pero vosotros sois de Cristo y Cristo es de Dios' (I Cor 3, 22). Y aunque nada esté más arriba de Dios, sin embargo tampoco Dios pertenece a sí mismo, sino Dios Padre pertenece al Hijo, el Hijo al Padre y el Espíritu de ambos pertenece a ambos. El Cristiano está en el mundo, pero no debe ser «del mundo» (Joseph von Führich. Los Discípulos de Emaús). El vivir-para-nosotros y el El ser de Cristo es, pues, un «ser-para». Éste su ser-para no morir-para nosotros de Cristo es de la tiene otra meta fuera de aquélla la obra sacerdotal del echarse-encique mira a liberar a los hombres redención, la culpa del sus hermanos de la prisión del ma-por-nosotros 'para sí' y a llevarlos a la forma mundo, una obra que como tal es de la libertad divina Es demasiado posible solamente en virtud de su poco pensar que el hombre como filial ser-para-el-Padre. Del resto, creatura proviene de Dios y por su vida por nosotros debe llevar a tanto va a Dios, donde él pasa de su muerte por nosotros»17. Y con la primera posición a la segunda ello nos libera, nos introduce en a través del 'por sí'. Él debe ser mejor posibilidad: la libertad de los hijos de Dios. Debe ser claro hasta este punto que el cristiano no vive para sí, a ejemplo de Cristo. Se puede estructurar este «desarraigo de sí mismos» en favor de los otros intentando explicar lo que sucede en el misterioso mundo de la gracia cuando toca un corazón humano. Brevemente se puede describir una fenomenología de la libertad, que nos hará ver más claramente la clave cristológica de todo este proceso de vivir-para, y de ahí trataremos de describir las leyes de la existencia cristiana: la expropiación por la fe y la oración para la misión en y con Cristo; liberar al mundo del pecado; humanizar al mundo como tarea de la evangelización; participar de su fecundidad, todo para mayor Gloria de Dios. FENOMENOLOGÍA DEL ENCUENTRO Es muy iluminadora la experiencia del niño al que se dice "tú", en una llamada y un diálogo de amor y que despierta al sujeto adormecido hacia la conciencia al mismo tiempo de sí mismo y del mundo. En este acontecimiento hay tres cosas: - La conciencia que el ser propio es indivisible de un sentimiento de agradecimiento por el que uno se siente como deberse a sí mismo a otro: un reconocimiento ontológico que puede, ciertamente, dirigirse en primer lugar a la madre, pero después se da cuenta que también ella se debe a otro, y así, hasta llegar a ONTOLOGÍA DE LA concluir que todos nos LIBERTAD FINITA debemos a una libertad infinita, «la cual, entonces, es «Estos tres aspectos o una libertad que radical- momentos forman el núcleo de una mente se dirige a mí y no es, ontología de la libertadfinita,la pues, una que permanece eñ cual corresponde, sea a la sí misma en una trascen- intuición fundamental del dencia inaccesible»18. Aquinate (en su «distinción real» de ser y esencia), sea a la intuición En segundo lugar la del moderno personalismo, a la conciencia que en el cual, sin embargo, es necesario autodominio de la libertad se unir como fondo el desiderium aferra lo más profundo y naturale visionis Dei de Agustín, vasto del ser, pero que mi ya que todo recíproco despertar sujeto no agota este ser intercreatural y todo deberse unos (regalado), que, más aún, yo a otros intercreatural no se cierra debo dejar libre este ser para en sí mismo, sino que remonta a tantos otros sujetos, lo que un Ser Absoluto en el cual estos me viene confirmado a partir actos y relaciones últimamente se de mi primera y primordial fundan, que, es más, es idéntico a experiencia del yo-tú. ellos. El espacio que uno siente «Poseo mi incomunicable deber dejar para otros sujetos subjetividad solamente indefinidos, deber implícito en el mientras hago espacio, en mi autodominio del propio sujeto, ser, para otro sujeto; y como sería una «mala infinidad» si no yo hago, junto con todo eso, existiese un Ser absoluto interperuna experiencia de la sonal. .. cuyo misterio puede ser estructura del ser como tal, iluminado únicamente por la hay en todo esto una imagen cristiana de Dios"... "La «imagen» de la estructura raíz de esta consideración es, trinitaria del ser absoluto»19. pues... fundamentalmente agustiniana (con inclusión de la ontología tomista), sin embargo - Finalmente, la conciencia con la diferencia que la imago de que en esta libre amorosa Trinitatis es vista no primariallamada que me es dirigida mente en el alma del individuo, de parte de un tú, viene al sino en la interpersonalidad. Aquí mismo tiempo donada y se descubre que las creaturas han pedida una respuesta y que sido realmente creadas en el Hijo. en el don hay al mismo Como el Hijo, ellas son primatiempo el don de una tarea y riamente receptoras. La persona que mi despertar como sujeto que por la primera vez se dirige libre me reviste con una al niño representa sí al Padre, «misión» con la que soy pero siendo ella misma un ser que solicitado a restituir mi se ha recibido, puede ser solo un libertad, pero no para remontarse al Padre. El perderla, sino para verdaintercambio de palabra dirigida y deramente después poseerla. de respuesta, el juego de conjunto del amor y del recíproco conocimiento, que completa y conforma a las dos personas, es símbolo del Espíritu Santo»20. LA IMAGEN ARQUETÍPICA: EL HIJO ETERNO DEL PADRE Esto se desvela centralmente en la persona de Jesucristo que recibe eternamente su Ser Divino del Padre y lo restituye amorosamente en la unidad perfectísima del Espíritu Santo, testigo y glorificador del amor mutuo entre el Padre y el Hijo. Hemos, pues, mostrado que en Dios no hay ningún «para sí»; el Padre lo es sólo porque derrama toda su Divinidad sobre el Hijo y el Hijo lo es sólo porque se deja engendrar, su ser es ser-recibido, ser engendrado eternamente y devolver agradecido, en la alteridad filial su glorificación al Padre gracias al «nosotros» común divino de ambos, que es el Espíritu. Si en Dios hay espacio para el otro, si Jesús vino a la tierra para abrir muchas moradas en el cielo para que cupiéramos en Él todos los hombres, entonces hacia este centro convergen de todas las direcciones los rayos de la disposición de Dios de acoger a «todos los hombres» (lTm 2,4s; 4,10, etc.) en el íntimo espacio de su vida eterna trinitaria. «natural» como un deber de fe y de amor hacia la libertad del otro, se perfecciona sobre el plano «sobrenatural», donde a la libertad humana (y en tal modo inteligente) viene pedida una última fe a una libertad y amor absolutos»21. EXPROPIACIÓN Y PERSONALIZACIÓN acontecimientos en modo que éste suceda por coerción. El cristiano debería insertarse en este proceso en modo de salvar, en cuanto es todavía posible, la libertad en su desarrollo. Entonces podría parecer visible también para todos que existe solamente un único verdadero compromiso: por los hermanos, por el mundo. Es el compromiso de Dios que da a su Hijo para el mundo; el compromiso de Cristo que puede dar y retomar su vida, el compromiso de los cristianos en el sí al Señor; el compromiso del hombre para el cual el hermano tiene más valor que uno mismo»23. Por lo tanto, cada uno ha sido escogido y con ello ha sido por así decir «personalizado», es decir, juega un papel en el plano de la salvación (analógicamente como un personaje en una obra La situación del cristiano de teatro) y a la vez «expropiado» es, pues, paradójica, explica de su propio «yo» en favor de los otros, ya que se trata de Balthasar, porque está enviado al comprometerse precisamente en la mundo, está en el mundo, pero no medida en que Dios se ha debe ser «del mundo». El cristiano comprometido con el mundo. vive, para decirlo con San Pablo, «Con el propio compromiso, el «en el reino del Hijo amado» (Col cristiano vive en el compromiso de 1), en Cristo; el cristiano ha sido Dios para la liberación del como transplantado, como cuando mundo» y para ello «el cristiano se desarraiga una planta y se la debe aprender sobre todo a ver a pasa a otro terreno para que ahí los hombres y a las cosas con los eche raíces y dé fruto. El cristiano vive sí en el mundo, pero a la vez ojos de Dios»22. en esa otra tierra, «en el reino de Esta expropiación está los santos en la luz», en Cristo. muy olvidada entre los cristianos «Refirámonos al cristiano. En él que, ciegos ante el amor de Dios la tensión general entre naturaleza y su compromiso, ante su «trabajo y espíritu es evidentemente agotador» por nosotros mani- intensificada. Él es más radicalfestado en la Cruz del Señor, mente «desarraigado» de la vivimos para nosotros mismos, «naturaleza»... en compensación, sin darnos cuenta que le somos él es también mandado más «Esos rayos hacen además posi- deudores de la nueva vida, que es radicalmente al mundo en geneble la entrega de sí en la fe a un la vida eterna de la que podemos ral. .. «Id a todo el mundo»... "A " no último significado que se dona a ya gozar. «El cristiano habría significa: realmente adentro, 24 solo cercano al mundo» . Y nosotros, significado que no debido siempre dar el ejemplo de continúa Balthasar, preguntándose podemos aferrar por nosotros y autoexpropiación; en efecto, con del cual podemos solamente este acto inicia el Evangelio. cómo solucionar esta aporía: dejarnos aferrar. Lo que tiene Ahora bien, otros han tomado en «¿Acaso no debería ser posible inicio sobre el plano personal gestión este acto y dirigen los encontrar... un punto... en el cual conocer a Cristo, su oración se vuelve cada vez más desinteresada. Él reza por el perdón de los pecados; ahí su propia culpa está presente, es pesada y sin embargo como desaparecida: en efecto, ahora la cosa más terrible es que existe el pecado, sea quien sea quien lo haya cometido. Reza por la llegada del reino, por la santificación del Nombre, por la voluntad que debe ser hecha en la tierra, por el pan que Dios debe dar a todos y en primer lugar a los hambrientos, por el alejamiento de la tentación y del mal, sobre todo en aquéllos que se hallan vencidos, casi sin esperanza, por las tinieblas. personas con zapatos sucios y vestidos sucios, mal olientes. Balthasar escribía en La oración contemplativa: «todo aquello de la realidad divina de la que nosotros Aquí los cristianos tienen podemos dar testimonio a los otros todavía que aprender: la mayoría hombres, nuestros hermanos, nos son burguesamente melindrosos, proviene de la contemplación: la cuando se trata de su devoción de Jesucristo y de la Iglesia, de privada... Su existencia, su nuestra misma contemplación. Sin corazón, su oración, son un pan una personal participación no en el que todos deben podemos anunciar en modo 29 participar... Si ellos son duradero y eficaz la contemmiembros de Cristo, la cabeza plación de Jesucristo y de la puede disponer de ellos. Ellos Iglesia. Como quien no ha amado están en servicio y la medida nunca, no puede tratar con depende de la cabeza que se sirve pertinencia acerca del amor, o de ellos, ellos deben saberse y hablar del más pequeño problema sentirse totalmente compro- del mundo espiritual sin haber metidos, ocupados, consumados. nunca conocido aquel mundo, Y deben regular en tal sentido los igualmente un cristiano no puede movimientos de su corazón, su ejercitar una acción apostólica si Cuanto mejor el cristiano oración. Deben aprender a recitar no anuncia, como la «piedra» de aprende a orar, tanto más su el Padre Nuestro honestamente y Pedro, lo que ha visto y oído: «no corazón se vuelve desinteresado. conforme al sentido, es decir, en estamos fundados sobre la fe Él debe hacer un singular el sentido de Cristo, y no prestada a fábulas humanas para descubrimiento, que inicialmente restringirlo en cada frase en modo haceros conocer la potencia y el lo sorprende y casi le es contrario al sentido, poniéndose advenimiento de Nuestro Señor insoportable: lo que él considera a sí mismos en el centro. En el Pa- Jesucristo: sino, porque hemos como su privada recámara dre Nuestro no aparece para nada sido los testigos privilegiados de silenciosa, donde pensaba comu- el yo, sino solamente el nosotros. su Majestad. Él recibió, en nicarse con Dios en la más com- En este nosotros, el yo está en efecto, de Dios Padre honor y pleta soledad, tiene paredes sólo buenas manos, pero precisamente gloria... Esta voz (del Padre), que 30 hacia el mundo, pero no hacia el por eso es anulado» . venía del cielo, nosotros la hemos cielo Cada uno en la Iglesia escuchado, cuando estábamos gloriosa puede ver ahí adentro. En El P. Balthasar constata con Él sobre la montaña santa (2 el Apocalipsis todo sucede en cielo que se ha roto el equilibrio entre Pe 1, 16-18). Balthasar, comeny en la tierra como en una gran acción y contemplación y él tando este trozo en el libro citado sala pública. Las oraciones de los quisiera restablecerlo. «Toda su continúa: «pero, hoy ¿quién habla santos, visibles a cada uno, son obra tiene una dimensión del Tabor en los programas de tomadas por los ángeles y suben contemplativa y este hecho, sobre acción católica? ¿Quién habla como incienso ante el trono de todo, le confiere la profundidad y todavía de ver, de oír, de tocar Dios. No hay nada de privado. el sabor... Balthasar ha podido aquello que no puede ser Cuanto más un amor es íntimo, relevar que la región de donde predicado y hecho conocer con personal, tanto más es público en han salido las más grandes obras ninguna acción, por más llena de el reino de Dios... No sólo el ha sido siempre la «región de la celo que pudiese ser, sin haber pavimento celestial es de cristal oración y de la contemsido primero reconocido y transparente, sino también todas plación»»31. probado? ¿Quién habla de la las paredes. En la casita de inefable paz de la eternidad qué Nazareth, cada uno tiene acceso está fuera de todas las luchas de Acerca de este equilibrio al corazón de la Virgen, también roto entre acción y contemplación aquí abajo, pero también, al • mismo tiempo, de la inefable debilidad e impotencia del amor crucificado, cuyo «anonadamiento» hasta llegar a ser «pecado»32 y «maldición»33 ha hecho nacer todo tipo de fuerza y de salvación para la Iglesia y la humanidad? Pero Balthasar es lapidario: debe hacerse la contemplación cristiana y ninguna otra: «todos los abismos insondables en los cuales la contemplación del hombre podría sumergirse, cuando no son explícitamente o implícitamente los abismos de la vida trinitaria, divino-humana y eclesial, o no son para nada verdaderas profundidades o son abismos demoniacos»35. Los juicios más severos son contra los falsos místicos, los que buscan sublimidades fuera de la Humanidad de Cristo y de la Iglesia. «Ypara el más humilde y el más modesto de los cristianos, es siempre en la simplicidad del sí de aceptación y de apertura, a la imitación del sí dado por María a la palabra, donde se desarrolla el elemento contemplativo que el Espíritu Santo ha puesto en lo profundo de cada acto de fe»7,6. alguien valoriza el valor de este pedazo de tiempo y de historia que le ha tocado vivir es él (el cristiano), pues de su empeño en él se derivan las condiciones mejores para la vida eterna»37. Y nadie piense que la fecundidad del cristiano en su tarea de mejorar el mundo está en el mero factum, en el hacer, el cristiano es siempre fecundo, aun cuando esté, y su fecundidad es quizá mayor, con-crucificado con el Señor Jesús en el dolor y en el sufrimiento. «La doctrina cristiana profundiza casi al infinito la posibilidad de dar la propia vida en una tarea, porque no solo el esfuerzo externo, sino también los sentimientos, la voluntad de entrega, sobre todo el sufrimiento, cuando no se puede hacer nada más de activo, son insertados en la obra, en la fecundidad»38. en todo caso, también tener la certeza de que si, hablando así, habla en el Espíritu Santo de la Iglesia como Esposa de Cristo y comunidad de los santos o no más bien por un subjetivo, no caritativo y por lo mismo absolutamente no eclesial puro espíritu de crítica»39. Nadie, pues, como el cristiano puede colaborar en la humanización de este mundo, tan importante en nuestro tiempo de materialismo y de tecnocracia. Y en realidad para él la humanización verdadera está incluida en la evangelización. «Quién es el hombre que debe ser humanizado, lo sabe solamente en el fondo el cristiano que conoce el amor de Dios por nosotros, su muerte y su resurrección como «primogénito de los que están muertos» (I Cor 15,20). Este hombre, amado por Dios, no vive para la riqueza, el Toda esta labor, el P. poder, la satisfacción y la Balthasar la concibe como propia gloria... Esta «humanización» es, de todo cristiano, sea laico o pues, inseparable, para el cristiano consagrado o sacerdote. Para él de la evangelización: «Por cuanto era importantísimo que los laicos le es posible, el cristianotienela tomasen conciencia madura de su tarea de compenetrar las pertenencia a Cristo y a la Iglesia. estructuras finitas con el espíritu «Han pasado ya los tiempos en los infinito de amor y de redención, cuales los laicos podían descargar aun cuando éstas opondrán siema esta sus responsabilidades sobre el pre total resistencia 40 compenetración» . clero. El clero es cada vez más HUMANIZACIÓN DEL claramente la organización MUNDO, PARTE INTEGRAL auxiliar que debe educar y El cristiano está, pues, DE LA EVANGELIZACIÓN conservar al pueblo de Dios... en mandado al mundo a humanizarlo El interés del cristiano por justo espíritu cristiano. A talfinha y a evangelizarlo, mandado como el mundo es evidente si se mira a recibido sus gracias particulares ovejas en medio de lobos, al la historia. De hecho la cultura de ministerio, de magisterio y de descubierto, sin armas. «El crisoccidental la han hecho los gobierno. A ningún laico hoy es tiano es mandado al descubierto, cristianos, con su dedicación al ya posible, acusando, iniciar una donde «debe permanecer firme mundo pero en Cristo. El cristiano frase con «la Iglesia debería..», sin con el único «escudo de la fe», el no desprecia esta vida, la dignifica preguntarse al mismo tiempo si él «casco de la salvación» y «la y la ennoblece entregándosela al hace todo lo que debería hacer. espada del Espíritu, que es la Padre a través de Cristo. «Si Pero, para expresarse así, debe, Palabra de Dios, con todo tipo de oración y de súplica» como armas verdadera esperanza es escato- dada a una vida entendida de defensa y de ofensiva. Se añade lógica y comunitaria. Hace parte puramente como respuesta al después un «cinturón de la verdad de los «gemidos de la creación» amor de Dios, que se hace don, de Dios en torno a los flancos» y que quiere, toda ella, tener parte en la confianza de que este amor, las sandalias en los pies «para a la redención. En esta esperanza del cual tiene origen toda estar dispuestos a anunciar el es superada la oposición entre fecundidad, sea bastante potente evangelio de la paz»: ésta es toda vida presente y vida futura. Según como para recoger de este don la armadura (panoplia) del la opinión de algunos Padres de nupcial, que no tiene otro fin que cristiano, mediante la cual él es la Iglesia, también los santos en si mismo, y de atraer sobre la «fortificado en el Señor y con su el cielo esperan en la plena y humanidad y sobre el mundo todo fuerza potente» y es armado en definitiva redención del mundo. Y fruto que a Él sea agradable»44. modo plenamente suficiente con- en efecto, se ve en las oraciones El verdadero amor cristiano vive tra «los principados, contra las del Apocalipsis. Son prometidos de la oración. Cuando se ama se potestades, contra los señores de un nuevo cielo y una nueva sierra. frecuenta a la persona amada. El este mundo tenebroso» (Ef 6, Habrá un nuevo cielo cuando la cristiano igualmente debe 10-18). O bien, como dice el Señor tierra haya llegado al cielo. Y eso frecuentar a Dios, y eso sobre todo a Pablo abofeteado por el enviado será entonces también la nueva en la oración. La adoración es la de Satanás, «te basta mi gracia, tierra, en la que la voluntad de única respuesta adecuada a la porque mi potencia se muestra Dios se cumple en la tierra como condescendencia de Dios con el plenamente en la debilidad» (2 en el cielo. Así, la esperanza de hombre. «La oración de la Iglesia Cor 12,9)4i. Sólo cuando está al los cristianos no corre lejos de la o individual, tiene, pues, posición descubierto está verdaderamente historia, sino a través de la preeminente respecto a toda protegido, goza de la protección historia, corre hacia el final»42. acción: no primariamente como divina prometida. fuente psicológica de fuerzas («ir La acción del cristiano está a llenar el tanque» dicen los alimentada de la esperanza, contemporáneos), sino como un acto de adorante glorificación que aquella pequeña esperanza que EL MOTOR DE LA VIDA al amor es debido y en el cual se permanece siempre pequeña y da CRISTIANA ES LA VIDA DE muestra originariamente el pequeños pasos sin desanimarse FE-ESPERANZA-AMOR tentativo de una respuesta nunca, esperando siempre que el COMO GLORIFICACIÓN desinteresada y por tanto, el haber mañana será mejor. «El pequeño comprendido la Revelación GRATUITA DEL AMOR paso de la esperanza está divina»45. Está preeminencia de la GRATUITO DE DIOS iluminado para aquél que en la oración y glorificación es El cristiano trabaja por el obediencia de fe está expropiado. testimoniada unánimemente en la mundo porque vive de la Él osa el paso sin preguntar si está Biblia y en la tradición. Cuando esperanza que brota de la en exilio o en patria. Si se siente se le da preeminencia a la contemplación de aquello que Dios en exilio, sabe que su paso se glorificación toda la vida se ha hecho por el mundo, acerca a la patria y que la patria convierte en «alabanza de la especialmente de su muerte en la no es otra cosa sino el exilio que gloria de su gracia» (Ef 1,6) y la Cruz y de su Resurrección, con ha encontrado la patria»43. tarea terrena se identifica, se lo cual nos ha dado su mismo compenetra totalmente con la Espíritu. Y si el sacrificio redentor La esperanza alimenta al misión cristiana. «Entonces es retiene dimensiones universales, al amor que es lo que definitivamente alizable en el cuadro de la acción cristiano «no le viene en mente da forma al actuar del cristiano en aquella «oración continua» que esperar para sí. por ejemplo, el mundo. El amor de Dios ha sido Pablo prescribe (I Tes 5,17), ... llegar lo más rápido posible total y radical, absoluto, de tal en analogía a cómo un joven que, después de la muerte a la visión manera que pide también una incluso en las más heterogéneas de Dios, mientras los otros pueden respuesta total amorosa de parte ocupaciones, lleva viva y permanecer tranquilos. La del hombre, «la preeminencia hay nada de negativo fuera del actitud de este gran mártir, como importancia La división de los pecado, que sin embargo, es lo hizo el otro Ignacio (que tomó dones de vida, cuando el hombre llevado en el corazón del Señor. tal nombre en honor del mártir), es dócil, es hecha por Dios. Pero Todo sufrimiento, incluso la más el de Loyola, que escribe en las en cualquier condición cristiana obscura noche de cruz, esta máximas: «Mi amor está viva, el fiel vive siempre referido siempre envuelto en una alegría, crucificado». Ignacio de Loyola a la muerte y a la resurrección, quizá no sentida, pero afirmada, no está prisionero, como el de porque toda la existencia del conocida en la fe... Los cristianos Antioquía, porque Dios lo quiere cristiano es el tentativo de una llevan al mundo el testimonio del vivo y activo, y así él derrama, respuesta de agradecimiento 'en amor siempre más grande de Dios día a día, por amor a Cristo su la fe al Hijo de Dios, que me amó y, si quieren, irradian tal amor en propia vida. El sentido literal con y se entregó por mi" (Gal 2,2o)»48. el mundo. Su mandato es el que el primero ha entendido la testimoniar, si es necesario con la llamada a la muerte, se ha En la presente hora, en la muerte, que el amor es superior a convertido para el segundo en la que nos acercamos al tercer la muerte, es vida eterna. Ellos no exigencia de llenar cada momento milenio, Dios nos ha mandado a buscan la muerte, aun cuando de la existencia con el completo éste su siervo, como un nuevo conozcan el martirio. El cristiano compromiso de la vida. Lo que Moisés, que ha contemplado su sabe que no se debe a sí mismo, y sobre todo importa no es la muerte Gloria y después, bajando del por tanto, debe vivir de amor, física, sino el don cotidiano de la monte, nos acompaña en el vivir y morir de amor, según la propia vida por el Señor y los desierto de la vida hasta la tierra voluntad de Dios, ya sea como hermanos. Y en el hacerlo, prometida. Es un teólogo Ignacio de Antioquía que va con aceptar desaparecer en la vida totalmente singular y que todavía alegría hacia la muerte, y todo lo ordinaria.. En el 'mme et suscipe' no ha sido descubierto por las que conocemos de él habla de una el segundo verbo implora al fuego facultades de teología y de involuntaria y sin embargo divino para que lo agreda, lo filosofía. Sin embargo, con el amadísima carrera a la muerte... rapte, lo disperse continuamente. tiempo su palabra se revela cada «Dejad que yo sea pasto de las Todo lo que yo soy y tengo: vez más poderosa y capaz de crear fieras, por medio de las cuales me libertad, memoria, intelecto, comunión y santidad dentro de la es concedido alcanzar a Dios... Iglesia. El Concilio Vaticano II, Yo busco a Aquél que ha muerto voluntad, cuerpo y bienes, el acontecimiento eclesial más por nosotros; yo quiero a Aquél pertenece a ti, de ti viene y a ti lo grande del siglo, ha emanado una que por nosotros ha resucitado. restituyo, adminístralo más allá de serie de textos que son un tesoro mí mismo en ti y en compensación El momento en que seré dado a la luz está cercano.. Dejad que yo haz vivir en mí solo tu amor y tu «que no puede ser desarrollado en alcance la pura luz. Habiendo gracia, esto me basta. Martirio un momento; dado que los llegado allá, seré verdaderamente significa testimonio. Sea que Concilios son obra del Espíritu, hombre. Dejad que yo imite la suceda una sola vez y en modo estos textos llevan en sí un pasión de mi Dios... Ahora, en la definitivo con la pérdida de la vida contenido más espeso de lo que plena posesión de mi vida, os corporal, sea que suceda una sola sus autores humanos hayan tenido escribo que deseo ardientemente vez y en modo definitivo con la o- en la conciencia cuando los morir. Mis deseos terrenos están frenda de toda la existencia en el escribieron. Y, cuando, con el crucificados... ' (Carta a los voto de vivir según los consejos de pasar del tiempo, se querrá Jesús, sea, en fin, que suceda una explotar este tesoro, nos daremos Romanos 5-8 passim). sola vez y en modo definitivo en la cuenta que quizá ninguna obra omuerte junto a Jesús en el frece tantos recursos para un tal Pero si Dios no llama a bautismo pero en modo que esta trabajo, como la de Hans Urs von todo cristiano a derramar su muerte y esta resurrección para la Balthasar». Así se expresaba el P. sangre, como Ignacio de otra vida indefectible sean De Lubac. Y continuaba: «no hay Antioquía, sin embargo, todos verdaderamente vividas (Rom ningún tema tratado por el estamos llamados a asumir la 6,12s): todo esto no tiene mucha Concilio Vaticano II del cual esta obra no trate en profundidad - y mundo, la historia, los hombres, estudios teológicos en América. en la misma línea indicada por el el más allá y hasta los infiernos, a De la predicación dignísima de los partir de esta sublime revelación, misterios de la Fe depende la Concilio»49. poniendo humildemente su obra renovación general del Conti«Dios merece más amor para «darle a Dios el mayor amor nente. No hay camino más diáfano del que el mundo le da; los que merece» y a los hombres «el en el momento, que el aporte hombres igualmente tienen mayor amor que necesitan». Un vastísimo del carisma balthanecesidad de mayor amor del que solo amor, el amor trinitario, que sariano. Es un universo que el mundo les da»50. Esta frase ha abrazado al mundo en Cristo engloba las tendencias teológicas lapidaria del P. Balthasar puede es de lo que tiene necesidad el más diversas, reuniendo resumir todo su intento. El mundo: «Donde está el amor magistralmente en sinfonía mundo es "melindroso" con Dios, absoluto, ahí está también la católica lo antiguo y lo nuevo, se queja de sus planes, se repliega realidad trinitaria: Dios ama a penetrado de ecumensimo en sí mismo y lo rechaza, no le da Dios, en efecto, Dios tiene a Dios verdadero, católico, lleno de el amor que merece. Balthasar como su prójimo; si el Dios espacio para la contemplación y trata de conducirnos por la vía de Hombre ama al prójimo, entonces para la acción apostólica. La la perfecta simplicidad: sanar ama también Él a su prójimo y con tendencia continental de promover nuestros ojos paa arrebatarnos la misma caridad (es siempre Dios) la vivencia de la fe y de la caridad ante la belleza de Dios, dejarnos con la que ama en Dios al Padre en pequeñas comunidades no expropiar y usar para sus planes y al Espíritu. En el amor humano podría tener mejor alimento. La y meditar profundamente en el de Cristo está intacta la caridad misión del p. Balthasar coincide corazón esta acción y vinculación trinitaria. Así para los creyentes, con la llamada conciliar a de Dios con el mundo. El ejemplo el amor cristiano es una puerta recuperar, profundizar y vivir el de todo esto es María, la toda segura, a través de la cual misterio de la comunión. santa, porque en ella todo fue un permanecen en contacto con la sí total, perfecto y permanente a caridad divina y trinitaria»51. El Ya existen voces que Dios; a ella se le descubren las amor custodia el ser, el amor desde sus cátedras en entrañas de Dios el día de la cristiano es la puerta segura para universidades o en seminarios, Anunciación y, arrobada, que el intercambio y la vida en templos parroquiales o en exclama su alegre y generoso trinitaria vivan entre nosotros. De comunidades laicales, en toda «fiat», queda expropiada y este amor el P. Balthasar fue un América, comienzan a difundir colaborará paso a paso, hasta el pregonero incansable, hasta el este mensaje. Lo hacen en el Calvario, con el Redentor, último de sus días, con su vida y silencioso arcano de lo que guardando además y meditándolo pertenece al corazón mismo de la con sus obras. todo profundamente en su Verdad. Desde el Cono Sur hasta corazón. Acogiendo este amor de El concierto de voces las nieves del Norte hay personas Dios, la Iglesia, el cristiano, a que han bebido de este espíritu y ejemplo de María, que es % congregado en torno al Sucesor se esfuerzan por comunicarlo con Iglesia naciente, se vuelve una de Pedro en el último Sínodo de frutos espléndidos de Nueva irradiación de su gloria y siembra América clama por una Nueva Evangelización. Su discreción es continuamente semillas de fe, Evangelización continental y parte del mismo espíritu. Esta esperanza y amor, alegría y buen propone muchos remedios. Se generosa oportunidad de que humor, con la profunda sonrisa en destacan llamados fuertes a la Ustedes disponen ahora es signo el corazón de quien se sabe amado santidad y al martirio. Se claro de un inicio que seguramente y enviado a amar. Balthasar, vislumbran iniciativas de todo tipo llevará a muchos a decisiones muy mejor que ningún otro, ha para el «Continente de la importantes. Esperamos que muy desarrollado con implacable Esperanza» y se esperan las sabias pronto se promuevan iniciativas coherencia la definición de Dios indicaciones del Santo Padre al diversas para que nuestros países como Amor y ve todo: Dios, el respecto. En este contexto es clara pueden acoger este don de Dios a la urgencia de renovar los la humanidad. El futuro de la catolicidad dependerá en buena parte de la acogida que hagamos de su obra. Nos corresponde hacerla fructificar. 14 Tu hai parole di vita eterna, p. 80 15 Catholoque, p. 68 16 17 Tu hai parole di vita eterna, p. 68s TD II-II 421 19 TD II-II P. 421 20 TD II-II p. 421ss 18 21 TD II-II p. 422 22 CITAS L'impegno del cristiano nel mondo p. 85 23 Chi é il cristiano, p. 127-128 Chi é il cristiano p. 121-122 25 Chi é il cristiano p. 122 26 Cf. Chié...p. 122 27 Chi é... p. 123 2 *Chié...p. 123-124 24 1 2 En Communio italiana, 105, p. 18s Ibidem, p. 16 3 Horn. 88, 6 PL 38, 542 Henri de Lubac, Paradosso e Mistero della Chiesa, p. 142 4 5 "Teología y Santidad",^recogido en el volumen titulado Verbum Caro. 6 Henri de Lubac, Paradosso...p. 137 7 Henri de Lubac, Paradosso...p. 137 8 Henri de Lubac, Paradosso...p. 147 9 Henri de Lubac, Paradosso, p. 147 10 // filo di Arianna attraverso la mia opera p. 49 11 Henri de Lubac, Paradosso e mistero della Chiesa p. 140 12 Por qué me hice sacerdote. Ed. Sigúeme 13 Citado en Adrienne Von Speyr, Mística Oggettiva, p. 20s 29 «Como Jesús todo en todos es puro, toda su carne es una comida y toda su sangre es una bebida. En efecto, cada una de sus palabras es verdadera. Por eso, pues, su carne es una verdadera comida y su sangre una verdadera bebida. En segundo lugar son un alimento puro Pedro y Pablo y todos los apóstoles, en tercer lugar sus discípulos. Y así cada uno, según la entidad de su compromiso o de la pureza de su mente, puede llegar a ser un alimento puro para su próximo. Cada hombre tiene en sí un determinado alimento. Si éste es bueno y él lo saca y de los buenos tesoros de su corazón saca cosas buenas, ofrece a su próximo un alimento puro» Orígenes, Homilía 7 al Lev. 30 Chié... p. 134-136 Henri de Lubac, Paradosso... p. 143 32 cf. 2 Cor 5,21 31 33 cf. Gal 3,13 34 Henri de Lubac, Paradosso p. 144 citado en Henri de Lubac, Paradosso... p. 145 36 Henri de Lubac, Paradosso... p. 145 37 Chié... p. 126 u Chié...p. 126 39 Chié...p. 132s m Chié...p. 132s 41 C/!/é...p. 119 n Chié...p. 136s 43 Chié...p. 137s 35 44 45 46 47 Solo l'amore é credibile p. 110s Solo l'amore é credibile p. 111 Solo l'amore é credibile p. 112 Solo l'amore é credibile p. 115 48 Cordula owerosia il caso serio, p. 127-133 49 Paradosso... p. 135 50 L'Institut Saint Jean p. 104 51 Adrienne von Speyr, Kostet und Seht,p.3U SMS^i^wQBf'* Romano Guardini Cristianismo y "Visión del Mundo" Por. Massimo Borghesi* Universidad de Peruggia, Italia 1.- LA VIDA Y LA OBRA Romano Guardini nació en Verona, Italia, el 17 de febrero de 1895.rAl año siguiente, en 1886, su familia se trasladó a Alemania, a la ciudad de Maguncia, donde su padre fue Cónsul general de Italia. Guardini asumirá la ciudadanía alemana hasta 1911. ... _, Tras múltiples vacilaciones, realizó primero sus estudios universitarios en la ciudad de Tubinga (1903), en donde estudiará química, y después en la ciudad de Munich y Berlín (1904), donde se ocuparía de la economía política. Después de una profunda crisis religiosa, se hizo estudiante de teología en 1905 en las ciudades de Tubinga y Friburgo de Brisgovia.El 28 de mayo de 1910 fue ordenado sacerdote en la ciudad de Maguncia. Se doctoró en teología en la Universidad de Friburgo de Brisgovia con la tesis Die lehre des hi. Bonaventura von der Erlósung. Ein Beitrag zur Geschichte und zum System der Erlósungslehre, publicada en 1922. En 1914 aparece el ensayo Gegensatz und Gegensátze. Entwurf eines systems der Typenlehre, que contiene la primera formulación de su antropología filosófica, cuya temática retomará en 1925 en el libro Der Gegensatz. Versuche zu einer Philosophie des Lebendig-Konkreten. Esta obra, profundamente original, desarrolla la idea de una tensión «polar», de una dialéctica de los opuestos que mueve a la existencia humana. La exigencia que se encuentra de fondo en esta obra es la de volver a encontrar al hombre en su concreción, por encima de las simplificaciones y abstracciones * Traducción del original italiano por Ramón Díaz Olguín. "**»;. £1 renacimiento de un movimiento católico, desde los tiempos de la Kulturkampf. kantianas y neoidealistas que dominaron el pensamiento alemán de 1800. Escribe Guardini: Esto es lo que sucede y lo que importa hoy: la realidad se nos vuelve a hacer visible, después de haber vivido por mucho tiempo de fórmulas. El mundo de las cualidades, de las formas y de los fenómenos; el mundo de las cosas. Y lo que cuenta por encima de todo es que estamos abiertos en todo a las cosas; que las vemos, las sentimos, las aferramos.2 Esta exigencia no fue sólo de Guardini, sino que también fue propia de su tiempo. Como escribirá Erich Przywara en Ringen der Gegenwart (1929), las tendencias fundamentales del período postbélico fueron fundamentalmente tres: el regreso de la objetividad contra el subjetivismo y apriorismo kantiano, tal como lo documentaba la escuela fenomenológica con Edmund Husserl y Max Scheler; la reacción contra el individualismo en nombre de la «comunidad»; la búsqueda de lo «concreto» contra el racionalismo abstracto de tipo iluminista. Estos tres factores incidieron, además, para un replanteamiento de la experiencia religiosa y de la misma imagen eclesial. En efecto, la primera postguerra marcó en Alemania la crisis del protestantismo liberal, de donde surgió la reacción de Karl Barth y, paralelamente, el renacimiento de un movimiento católico [emarginato, in precedenza], desde los tiempos de la Kulturkampf .En el piano intelectual Przywara, Max Scheler, Theodor Haecker, Peter Wust, Karl Adam, Reinhold Schneider, Carl Muth y su revista «Hochland», Guardini, constituyeron las figuras más representativas de este renacimiento. Este tuvo una relación parcial con el surgimiento del «Movimiento de la Juventud» (Jungendbewegung), donde la rebelión hacia los ideales pasados, las exigencias de significados y valores y el anhelo neo-romántico hacia la naturaleza se confundían entre sí de manera muchas veces indistinta. La destrucción de la guerra no fue sólo material, sino también, principalmente, moral. Se necesitaba, en el caso de los jóvenes, plantear una gran obra educativa. A esta tarea se encaminó, con entusiasmo y determinación, Guardini. docente de teología sistemática gracias a la tesis Die Lehre von lumen mentis, von der gradatio entium und von der influentia sensus et motus und ihre Bedeutungfiirden Aujbau des Systems Bonaventura -, sino también reflexiones sobre los problemas con el interlocutor ideal hacia el que estaban dirigidos. «Destinado a la juventud católica», fue la dedicatoria que aparece en la edición de Von Sinn der Kirche, de 1922. En este texto se delinea el descubrimiento de la dimensión eclesial en sus términos objetivos y concretos, más allá de una imagen puramente jurídica o sentimental: Un acontecimiento de gran alcance se levanta: el despertar de la Iglesia en las almas. [...] Esta regresa a la vastedad cósmica de los primeros siglos y del medievo. La imagen de la Iglesia, del Corpus Christi mysticum, tal como se desarrolla en las epístolas de san Pablo a los Efesios y a los Colosenses, adquiere una fuerza por completo nueva. [...] No solamente colectividad, sino vida eclesial; no sólo romanticismo espiritual, sino eclesial realidad ontológica.3 Considerado desde 1924 el líder espiritual del movimiento juvenil Quickborn, fue elegido su presidente en 1927. El Castillo de Rothenfels del Meno se convirtió en su punto de encuentro. Desde 1924 fue coeditor de la revista Schildgenossen, fundada en 1920 por Joseph Aussen. Los "Un acontecimiento de gran alcance se levanta: el despertar de ensayos que por entonces publicó no la Iglesia en las almas" fueron sólo síntesis de las lecciones que impartió en la Facultad de Teología de Las esperanzas eran demasiado grandes, Bonn - donde a partir de 1922 fue nombrado pero en ese entonces no parecían inmotivadas. "Los escritos acerca de la figura de Cristo" SSSSSSSS. s. vil) En 1923 Guardini fue llamado a cubrir la cátedra de «Filosofía de la religión y visión del mundo (Weltanschauung) católica» en la Universidad de Berlín. Mas, como esta cátedra no encontraba lugar ni en la Facultad de Filosofía ni en la de Teología, que era protestante, la solución fue que Guardini fuera nombrado miembro de la Facultad de Teología católica de la Universidad de Breslau y, al mismo tiempo, nombrado huésped permanente de la Universidad de Berlín. Al principio, las dificultades fueron no pocas. No solo el ambiente laico y protestante miraba con desconfianza la nueva disciplina - ¡una «visión del mundo» católica! - sino que también su estatuto metodológico debía ser clarificado. Fue Max Scheler, conocido durante el período de Bonn, el que pudo indicar a Guardini el camino que debía recorrer. Al comienzo los estudiantes no fueron muchos. Hans Urs von Balthasar, que fue su discípulo en aquel período, recordará cómo los oyentes eran pocos. Eramos como seis o siete en un seminario y leímos a Kierkegaard. Fue muy hermoso." Sin embargo, el número creció muy pronto. En el campo académico, los ensayos y los libros de estos años fueron, en gran medida, el resultado de sus lecciones. Antes del Der Gegensatz había salido, en 1923, su ensayo programático Von Wesen Katholischer Weltanschauung. En 1927 aparecieron las Briefe vom Comersee. Gedanken uber die Technik, donde se hace el análisis de la situación presente, el paso del período humanista al mundo «abstracto» de la técnicaydelaplanificación. En el nuevo tiempo, «tiempo de la pobreza», La fe será grande y templada y esconderá, bajo su límpida frialdad un íntimo calor que le hará igual a la del cristianismo primitivo y del medievo.5 Sin embargo, el optimismo de fondo y la espera cierta de un inminente renacimiento cristiano cobraron nueva dimensión a partir de los comienzos de los años 30's. En 1933 Adolf Hitler sube al poder. Guardini elige comunicarse con su auditorio a través del análisis de figuras de poetas y pensadores que manifiestan una visión radical de la existencia. Así surgen las monografías dedicadas a Dostoievski (Der Mensch und der Glaube. Versuche über die religiose Existenz in Dostoievskiis Werk, Lipsia, 1932, reeditado como Religiose Gestalten in Dostoievskiis Werk, Lipsia, le), Agustín (Die Bekerung des Aurelius Augustinus. Der innere Vorgang in seinen Bekentnissen, Lipsia, 1935); Pascal (Christiches Bewusstsein. Versuche über Pascal, Lipsia, 1935); Holderlin (Holderlin. Weltbild und Frómmigkeit, Lipsia, 1939); Rilke (Zu Rainer Maria Rilkes Deutung des Dasein. Eine Interpretation der Duineser Elegien, Berlin, totalitarismo nazi. La relación entre libertad y 1941) y Sócrates (Der Tod des Sokrates. Eine poder se convierte en un tema esencial. Interpretation del Platonischen" Schriften Eutyphron, 'Apologie, Kriton und Phaidon, Berlín, 1943). La obra que aborda la visión panteísta del mundo que está a la base del Nacionalsocialismo es Welt und Person. Versuche zur christlichen lehre vom Menschen, Würzburg, 1939. Al mismo período pertenecen los escritos acerca de la figura de Cristo y los relativos a la «esencia» del cristianismo: Das Bild von Jesús dem Christus im Neuen Testament, Würzburg, 1939; Der Herr. Bertrachtungen über die Person und das Leben Jesu Christi, Würzburg, 1937; Das Wesen des Christentums, Würzburg, 1938. En 1939, año en que comienza la segunda guerra mundial, la cátedra de Guardini en la Universidad de Berlín es suprimida por el régimen nazi. Asimismo, es prohibida la actividad del centro de Rothenfels una vez confiscado el castillo - que ya había sido ocupado en parte desde 1933 por una sección del servicio voluntario (Arbeitsdienst) del régimen - por actitud «hostil al Estado». Guardini se retiró, hasta el final de la guerra, en Mosshausen, en el Algau Suevo, a la casa de su amigo Joseph Weiger. En 1945, una vez terminada la guerra, es llamado a cubrir la cátedra de Religionphilosophie und Christliche Weltanschauung en la Universidad de Tubinga. No obstante la invitación, también rechaza la posibilidad de ir a Friburgo a ocupar la cátedra que pertenecía a Martin Heidegger. Respecto a éste último, también en 1945 forma parte de la comisión que debía dar cuenta del compromiso delfilósofocon el régimen nazi. Junto con Guardini se encontraban en la comisión Karl Jaspers, Nikolai Hartmann, Gerhard Ritter, Adolf Lampe. En 1948 es llamado a ocupar la cátedra, de igual título que la de Tubinga, en la Facultad de Filosofía de la Universidad de Munich. Los escritos de la postguerra reflexionan, en términos críticos, sobre la experiencia del Los escritos de Guardini de la postguerra reflexionan críticamemte sobre la experiencia del totalitarismo nazi. (cartel propagandístico de la Hitler Jugend) Dedicado a un análisis del nazismo tenemos el ensayo de 1946 Der Heilbringer in Mythos, Offenbarung undPolitik, al que siguieron Freiheit, Gnade, Schicksal. Drei Kapitel zur Deutung des Dasein, Munich, 1948; Das Ende der Neuzeit, Basilea, 1950; Die Machí, Würburg, 1951; así como una large serie de ensayos que giran en torno al tema del poder y de la técnica en la era «postmoderna» reunidos, casi todos, en Sor ge um denMeschen, Würzburg, 1961. Sobre la filosofía de la religión tenemos los ensayos Die Sinne und die religiose Erkenntnis, Würzburg, 1952, y Religion und Offenbarung, Würzburg, 1958. La postguerra representó también para Guardini el tiempo de los reconocimientos oficiales. En 1952 le es conferido el Premio de la Paz de los editores alemanes, otorgado anteriomente a Albert Zchweitzer y a Martin Buber. La Facultad de Filosofía de la Universidad de Friburgo de Brisgovia (1954), la Universidad de Padua (1965), la Facultad de Letras y Filosofía de la Universidad de Bolonia (en 1969, un año después de su muerte) le conceden el doctorado Honoris Causa. Recibe el reconocimiento de la Moneda de Oro de la ciudad de Munich; del Verdinenstorden, de Baviera (1958), de la Gran Cruz al mérito de la República Federal Alemana (1965). En 1962, en la ciudad de Bruselas se le otorga el premio Erasmo. el adjetivo católica? No hay una filosofía de la religión católica, protestante y budista, sino sólo una verdadera filosofía de la religión. Y, ¿qué era la «Katholische Weltanschauung»? Existe una teología católica, es decir, la penetración teórica de la revelación, tal y como la expone su portadora, la Iglesia, pero, ¿existe también una Weltanschauung católica? 7 La respuesta a las preguntas pedía para Guardini, en primer lugar, la clarificación preliminar sobre la diferencia entre cristianismo, religiones, «visiones del mundo» y, en segundo lugar, la formulación, de manera positiva, de cómo esta distinción permite «ver» el mundo. Con ello se planteaba, un problema: si el cristianismo no es una Weltanschauung entre otras, ¿cómo puede «ver» el mundo sin reducirse a una perspectiva específica, parcial? La problemática no era fácil de superar y el primero de ser consciente de ello fue Guardini. Ese mismo año, al comienzo del semestre invernal, Guardini es obligado a suspender sus lecciones, por cuestiones de salud, en la Universidad de Munich. Muere en esta misma ciudad el 1 de octubre de 1968. Ante todo, se trataba de clarificar por qué el cristianismo no podía ser asimilado a una «visión del mundo» cualquiera. Semejante identificación constituía, como es sabido, la solución propia del historicismo alemán definalesdel siglo XIX. Pero con ello el cristianismo fue reducido a «tipo»; el De manera postuma fueron publicados Die tipo cristiano al lado del islámico, budista, nórdico, Existens des Christen, Paderbon,, 1976; Theologische Briefe an einen Freund, Paderborn, etc. 1976; Wahrheit des Denkens und Wahrheit des Guardini, que en su trabajo de 1925 Der Tuns. Notizien und Texte 1942-1964, Gegensatz había elaborado un sistema del vivientePaderborn-Munich-Viena-Zurich, 1980; Berichte 6 concreto fundado sobre opo siciones polares y über meinen Leben, Dusseldorf, 1984. que daban lugar a un cuadro de tipologías, poseía los instrumentos para poder distinguir el elemento 2.-CRISTIANISMO Y «VISION DEL MUNDO» cristiano de los posibles caminos «polares» que (WELTANSCHAUUNG) constituyen el tipo. Como escribe en el ensayo de Guardini, como se ha dicho, fue llamado 1923, Vom Wesen Katholischer Weltanschauung: en 1923 a ocupar la cátedra de «Filosofía de la Puede mostrarse que el fenómeno de lo concreto sólo se religión y visión católica del mundo» en la puede aprehender a través de una determinada estructura Universidad de Berlín. El contenido de la de contrastes típicos. Todo ser vivo lleva incluso dentro disciplina fue, por su novedad, fuente de no pocas de sí todas las diversas posibilidades típicas de la vida, inquietudes para el autor. Como confesará aun cuando sólo estén allí como tonos secundarios en el después: conjunto. Todo ser vivo es una «totalidad en potencia». Pero el tono dominante reside siempre en un tipo concreto, y ello determina también la indole y la intensidad La cosa hubiese estado clara si se hubiese tratado de «Filosofía de la religión» a secas, pero, ¿qué significaba de su fuerza de visión. El individuo no puede realizar '^£gjjj||P jamás en sí las diversas posibilidades de ser y de obrar más que hasta un límite determinado. Si va más lejos en universalidad, pierde la tensión, la claridad y la energía internas; se diluye su estructura esencial.8 Lo mismo vale al interior del catolicismo. También aquí existe una real tipología: eclesiólogo del siglo XIX, autor de Die Einheit in der Kirche y de la Simbolik y cuya obra era conocida por Guardini. Para Mohler,la Iglesia constituye una auténtica coincidentia oppositorum. Tras sus pasos, Guardini recuerda en 1965 como La visión del mundo que por ejemplo tenía Tertuliano es distinta de la de J. M. Sailer, para mencionar a dos moralistas cuyas posiciones son muy distantes entre sí. La visión del mundo propia de Agustín es profundamente distinta de la de san Ignacio de Loyola. Tomás de Aquino ve las cosas de diferente manera que el cardenal Newman. Todos ellos son indudablemente católicos, pero también es indudable que son diferentes en el modo como el mundo se les presenta. Y en seguida nos demos cuenta de que prestaríamos un flaco servicio a estas personalidades y a su obra si quisiéramos colocarlas a todas en la misma línea. Esto no sólo sería falso, sino que destruiría además cosas insustituibles, causarían un empobrecimiento del mundo católico, que es tan rico.9 La «tipología» constituye, por lo tanto, la modalidad propia del viviente concreto. A partir de ella, es decir, del cuadro de las posibles «tipologías», el historicismo había fundado, en clave psicológica, la formación de las distintas Weltanschauungen. A esta perspectiva Guardini objetaba que si se entiende por Weltanschauung aquella actitud espiritual compacta y cerrada, aquella fijeza especial de la mirada, aquel determinado matiz del alma que resultan del predominio de un tipo particular - así se habla, por ejemplo, de una visión estética o de una visión trágica del mundo -, entonces no existe una Weltanschauung católica. Lo católico no es un tipo situado junto a otros. [...] Al igual que la vida misma, el catolicismo encierra en sí todas las posibilidades típicas. Es posible mostrar la existencia de todas ellas dentro de su ámbito. Existe además una curiosa contraprueba de esto: las objeciones de los adversarios se pueden disponer de una manera concéntrica, por así decirlo, que se anulan entre sí. Esta totalidad no procede de un sincretismo histórico - ¿cómo podría surgir así algo vivo? - y no procede tampoco de una técnica de organización. Proviene de una totalidad esencial originaria.10 Detrás de esta lectura es posible captar la influencia de Johann Adam Mohler, el más grande "En la Iglesia vive realmente algo que supera la tensión que corre en las estructuras" Un largo camino reflexivo acerca de la estructura (ontológica) de la vida me enseñó que toda la realidad del hombre subsiste de acuerdo a ciertas estructuras tipológicas y en base a ellas se puede clarificar. Cuando no es delimitada prejuzgada en sentido histórico, sociológico, etc. lo anterior no ocurre en la Iglesia. Es verdad que en ella se encuentran tipos de lo humano de todo género, pero la Iglesia no se resuelve en ninguno de ellos. Siempre ha habido el peligro de que uno u otro de estos tipos tome la ventaja en la Iglesia y la absorba en sí; la historia de las herejías narra la serie de estos fenómenos, sin embargo, éstas nunca pudieron aplastar a la Iglesia en su núcleo íntimo. En algún momento pudieron reducirla o empobrecerla, pero quien conoce la verdad de su historia sabe que su esencia ha permanecido siempre completa y una. Lo cual quiere decir: en ella existe algo que está por encima de todas las estructuras y sus oposiciones. No se resuelve en ninguna estructura porque las abarca a todas. Adolf von Harnack encontró la justa expresión de todo esto, cuando habló . jj^'-^agfiJj^fuJMjjjv de coincidentia oppositorum en la Iglesia, aunque, a decir verdad, entendía por esto sólo una confusión de contradicciones. En la Iglesia vive realmente algo que comparable a la energía del átomo que reúne en sí todos sus elementos -supera la tensión que corre entre las estructuras hace posible una totalidad que, basada sobre todas las concepciones sociológicas, no sería posible sobre la tierra." La totalidad eclesial, su forma, trasciende las tipologías, las estructuras psicológicas que, según el historicismo, se encuentran en la base de las distintas «visiones del mundo»: Se ha intentado situar el tipo del «hombre católico» al lado del hombre protestante, budista, clásico, capitalista. Esta yuxtaposición, y cualquier otra, es falsa. El «hombre católico» no es un tipo.'2 Como una confirmación de esta convicción tenemos el proyecto guardiniano, madurado alrededor de los anos 30's, de escribir una centrada sobre el Nirvana, con la religiosidad antiguo germánica, para la cual lo que importa es el mundo corpóreo en su placer presente. Se trata de dos posiciones entre sí completamente distantes. El budismo responde a la pregunta de cuál es la relación entre religión y cultura, eliminando desde lo religioso, incluso la religión. Tanto la naturaleza como la cultura son realidades inesenciales, carentes de valor.'5 En cambio, quien estudia la actitud espiritual de los antiguos germanos, se queda sorprendido al ver cuan tenue era la vida religiosa en el norte. Lo religioso no parece haber tenido una importancia especial en la existencia del antiguo nórdico. '6 De ésta saldría tan sólo Der Tod des Sokrates, publicada en 1943. Por lo que respecta a la imagen de Buda, algunas anotaciones contenidas enDerHerr son clarificadoras. Escribe Guardini: La religiosidad aparece tan sólo como consagración de la existencia natural, de la cultura del pueblo. De esta manera, nos encontramos frente a dos «formas límite»: en el budismo, el elemento religioso anula el elemento natural; en la concepción nórdica, el elemento cultural-natural remueve o absorbe el elemento religioso. Nos encontramos frente a una contraposición que, en realidad, es una antítesis dialéctica, donde los opuestos se implican recíprocamente. Una posición es el contravalor de la otra, es una posibilidad inmanente a la vida del «mundo». Sólo hay un personaje que nos podría inducir a establecer una comparación con Jesús; es Buda. Este hombre constituye un gran misterio. Vive en una libertad atemorizante, casi sobre humana, en tanto que su bondad es potente como una fuerza cósmica. Buda es el último genio religioso del que el cristianismo debería ocuparse tal vez.'4 Esas posiciones aparecen colectivamente como variantes dentro de una relación básica constituida por una oposición. Son simples posiciones relativas y simples movimientos parciales dentro de lo mismo: la vida asentada en el mundo. Así ocurre que toda aquella tensión que se da entre lo religioso y lo cultural no rebasa una misma unidad total, el «mundo». Sin embargo, este «poder» de Buda no significa que tenga una equivalencia con Cristo. El budismo pertenece a la esfera natural de la religiosidad, cuya dialéctica no es diferente a la de la vida, que oscila entre la inmanencia y la trascendencia. En el ensayo de 1931 Gedanken über das Verhaltnis von Christentum und Kultur Guardini pone en comparación la mística budista, Aunque aquellas actitudes den lugar a violentos «contrastes» entre ellas, lo cierto es que, en lo decisivo, se encuentran en un mismo plano. Tanto lo religioso como lo cultural son aquí factores parciales de un gran todo: el «mundo».17 trilogía en la que se debían analizar la muerte de Buda, la de Sócrates y la de Jesucristo en sus semejanzas, pero también, ante todo, en sus diferencias.'3 Esta correlación, por la que religión y cultura resultan polos de una misma totalidad, implica, según Guardini, una interpretación pe- culiar de la dimensión religiosa.Como escribe en Religiose Erfharung und Glaube: La experiencia religiosa puede ser profunda, fuerte, incluso sublime; puede relacionarse con los valores culturales del más alto rango y con los valores personales más nobles; con las energías humanas más poderosas y raras; sin embargo, permanece siempre como un elemento del patrimonio inmediato del hombre, permanece en el espacio del mundo inmediato, ella misma es mundo.1S La tensión religiosa, que oscila siempre entre fuga «del» mundo y su absolutización, entre mística y panteísmo, no escape de la naturaleza, de la polaridad esencial de la vida. Es el mundo que, en la mirada del mundo, aparece como naturaleza cultura y, al mismo tiempo, como símbolo de lo «numinoso», de lo sagrado. Escribe Guardini: Pienso que ese elemento numinoso inmediato al que se dirige la experiencia religiosa es todavía una cualidad del mundo. Pienso que el mundo no es sólo «así», sino también «de otra manera»; no sólo «profano», sino también «sagrado» en un sentido inmediato; no sólo «mundano», sino también «numinoso». El mundo es algo mucho más poderoso de lo que alcanza a ver el racionalismo. En la riqueza y en la totalidad en tensión de su significado, el mundo es «naturaleza-cultura» mas lo «otro». Esa cualidad de lo «no-terreno» o de la «sobremundanidad» de la que habla la ciencia de la religión no constituye mas que la otra cara de la misma totalidad del mundo, que es lo «terreno» y lo «mundano». La duplicidad de esta impresión es, precisamente, lo que constituye la tensión del fenómeno del mundo y la que pone en movimiento dialéctico su experimenter y pensar." 3.- MAS ALLÁ DEL «CIRCULO MÁGICO DE LA EXISTENCIA» La comprensión del mundo, tal como emerge de la interpretación guardiniana, no implica, pues, sólo la dimensión cultural, sino también la religiosa. El momento religioso es el que le confiere al mundo el carácter de totalidad que de otra manera no podría tener. Con ello se evidencia la ambigüedad de todas las expresiones religiosas que proviene de la intrínseca condición irredenta del mismo elemento religioso.20 La dimensión religiosa, que por sí misma debería introducir hacia «arriba», provocar una «apertura» del espíritu hacia el Dios vivo, se convierte, muy por el contrario, en aquello que cierra. La experiencia del mundo toma al mundo - que en verdad es numinoso por derivación de Dios -como numinoso en sí mismo y lo diviniza.21 El yo se hunde en el Uno-Todo impersonal. Por su parte, la liberación cristiana se coloca en un plano muy diferente: La acción redentora de Cristo se encuentra fundamentalmente más allá de la de Dionisio y Baldur. No trae la liberación que la primavera trae contra el invierno y la luz contra las tinieblas, sino que rompe el hechizo de la totalidad de la naturaleza en el que se hallan insertos y sometidos invierno y primavera, tinieblas y luz, vejez y juventud, enfermedad y salud, privación y riqueza. Los salvadores son la expresión de las exigencias de salvación de la misma naturaleza, que a su vez contiene en si los elementos de vinculación; el momento de la elevación al mismo tiempo que el de la esencial caída. En cambio, Cristo redime del encanto mágico de la naturaleza, tanto de sus vinculaciones como de sus liberaciones de éstas, de sus caídas como de sus elevaciones, para conducir hacia una libertad que no proviene de la naturaleza, sino de la soberanía de Dios.31 Rompe, desde la raíz, el «poder» que la naturaleza ejerce sobre el hombre al sujetarlo con el lazo de su propia condición mortal; de este mundo que engloba todo en el poder mágico del transcurrir y el repetirse, del olvidar y el no prevenir, ya que nada es realmente lo que es, sino sólo una onda dentro de la corriente, Cristo libera llamando a la persona y colocándola en su eterna responsabilidad. Cristo levanta las diferencias absolutas.32 4.- SECULARIZACIÓN Y WELTANSCHAUUNG CHRISTLICHE Por lo tanto, la posición cristiana se configura como una ruptura de la constricción de lo «idéntico», como la alteridad que libera de la «identidad». Este juicio asume en Guardini un significado particular a partir de la comprensión de la secularización moderna. En Welt und Person se encuentra, al respecto, un juicio de gran interés. Escribe Guardini: con ello la conciencia cristiana se encuentra ante una decisión extrema. El «mundo» se constituye de manera cada vez más completa. Las esferas que la fe tenía como reservadas directamente a Dios, van siendo insertadas una tras otra en el mundo. Y de otra parte, el mundo se cierra, cada vez, de manera más completa, en si mismo; aparece cada vez más como una unidad autárquica, sustancial, funcional, con un curso en sí mismo revestido de sentido. No hace mucho tiempo que la decisión estaba planteada en los siguientes términos: o un mundo materialista o un mundo determinado por el espíritu; o un mundo inclinado ante la utilidad, el goce y el poder o un mundo determinado por la conciencia y dispuesto a la superación ética; o un mundo irreligioso, «terreno», o un mundo piadoso, penetrado por la religión; o un mundo puramente profano y limitado por la muerte o un mundo que sabe del más allá y está determinado por el más allá; o un mundo positivista, en el que sólo tiene vigencia el cálculo y la técnica o un mundo en el que existen el entusiasmo religioso, la solemnidad, el misterio, el milagro, y así sucesivamente... En estas contraposiciones, la segunda de las posibilidades era identificada, sin más, con la existencia cristiana y la primera con el mundo sin revelación ni fe. Cada vez, empero, se muestra más claramente lo falso de esta concepción. El mundo se hace cada vez más completo, desarrolla cada vez momentos más intensos, considerados tradicionalmente como peculiares de la existencia cristiana y simultáneamente rechaza cada vez con mayor decisión el cristianismo.33 Este proceso de «apropiación» de los valores cristianos constituye, por parte del mundo, la dirección de fondo de la modernidad. Como decía en Das Ende der Neuzeit: Aparece así, de manera límpida y clara, el «no» del mundo, el «no» que viene de la realidad de Dios y que impone sus «límites» al mundo. Este todo, el mundo, sólo se me hará presente si tengo conciencia de él como finito, delimitado, abarcado por la nada.27 La nada procede de Dios, pero no entendido de manera genérica, sino del Dios de la Revelación, del Verbum caro. Guardini, en el ensayo de 1946, Der maní Heilbringer in Mythos, Offenbarung und Politik, reflexionando en la tragedia y en las ilusiones provocadas por el Nacionalsocialismo, puso en confrontación la figura de Cristo con la de los «salvadores», es decir, aquellas figuras religiosas en las que se cristaliza el ciclo cósmico de la naturaleza. En la concepción totalizadora del mundo el yo no es considerado persona, sino una forma individual que forma parte del «Todo» de la vida natural, una figura transitoria de un proceso que, en sus ciclos, se repite siempre igual. En esta experiencia dionisiaca, lo que el hombre pide a sus «salvadores» es la de ser protegido de la amenaza de la noche, del invierno, de la cercanía de la muerte. Por eso la alegría del regreso del sol, de la primavera, del don de la salud, de la fuerza física e intelectual. Los salvadores y sus mitos respectivos son formas expresivas de este ritmo que atraviesa a la existencia cósmica misma, del transcurrir de la única vida que se desarrolla siempre de nuevo, de la única naturaleza a través del nacimiento y la muerte, del florecer, fructificar y marchitarse, el peligro y la salvación, la carencia y la riqueza [,..].2S Son redentores, pero en cuanto insertos en el ritmo cósmico inmediato al que de esta forma confirman -. En última instancia, son figuras exorcizantes. Esto se manifiesta en esa atmósfera que envuelve a todas estas figuras: la melancolía. En ellas se encuentra las cimas de la vida pero, al mismo tiempo, también la angustia de la decadencia, el horror de la destrucción, el ser devorados por la muerte. En ellas triunfa la naturaleza y, con ésta, la falta de sentido que todo hombre advierte y mediante la cual abre sus ojos la persona. La piedad religiosa que se dirige a estas figuras de salvadores representa un abandono al ritmo de la naturaleza; pero precisamente contra esto se levanta la protesta de la persona. Protesta a nombre de su irrenunciable dignidad contra todos esos salvadores, por mucho que la profunda plenitud de sus vidas y la belleza de sus figuras puede impactar el corazón.Ningún romanticismo del universo, ninguna mística de la tierra y de la sangre puede confutar esta voz.29 No obstante, esta legítima rebelión se encuentra todavía dentro del horizonte naturalista mítico, carente de toda posibilidad. Frente a este proceso, por el cual el mundo se convierte en el Todo, la auténtica Weltanschauung, según Guardini, En el ámbito de los mitos de los salvadores la persona no tiene ningún espacio; incluso la piedad religiosa hacia ellos significa, precisamente, abandonar la presupone una superación del mundo24 reinvidicación de la persona sobre su individualidad para no considerarse más que un árbol en el bosque o hierba silvestre en los montes: onda en la corriente de la lo cual es posible sólo si existe - por usar una vida, figura pasajera en el gran ciclo de las expresión de Theodor Adorno transformaciones. Esto vale para todos los grados de la piedad religiosa redentora, incluso en aquellas que se un punto de vista sustraído, apenas sí como un solplo, eleven desde el instinto a la más alta forma de del círculo mágico de la existencia.25 30 civilización. De esta manera nacen los «dioses», los «númenes», poderes de la naturaleza a las que el hombre se somete. En Welt und Person, Guardini señala tres formas de autoclausura del mundo: el panteísmo moderno - desde Giordano Bruno hasta todo el siglo XIX -, elfinitismo trágico de Nietzsche y el budismo. Aunque en el caso de Buda se podría dudar si él Según Guardini, este es el momento en el que el hecho histórico de la Revelación entra en el mundo. Sólo en la relación con el acontecimiento de Cristo, con el Dios «en» y por «encima» del mundo es posible esa «distancia» del mundo que es condición trascendental del conocimiento y de la libertad. Mediante este nexo aparece así una nueva posición con respecto al mundo; una posición que está realmente «fuera de él»; es decir, que es cualitativamente distinta e independiente. Y que a la vez se encuentra realmente «dentro» de él; es decir, que trasciende hacia dentro toda su realidad. El creyente tiene una posición radicalmente distinta, una actitud frente al mundo diferente de todas las relaciones religiosas intramundanas, por muy diversas que éstas sean entre sí. Y desde esta posición, el mundo queda relativizado de un modo nuevo.26 quiso la autonomía; de si lo que lo acuciaba no fue, más bien, la determinación de Dios y de la relación con Dios, y que sólo acertó a exponerla en forma negativa. En este caso, la ilusoriedad del mundo sostenida por él sólo se convertiría en una forma auténtica de autonomía si un occccidental «sin fe» desvinculara de su verdadero sentido la estructura del mundo que Buda había pensado «con fe», convirtiéndola en instrumento de su propia voluntad de autonomía.22 Durante mucho tiempo esta actitud negativa apunta únicamente al contenido mismo de la revelación, no a los valores éticos, sean individuales o sociales, que se han como fue el caso de Schopenhauer. desarrollado bajo la influencia de aquélla. Por el De esta forma, en las tres posiciones indicadas la contrario, la cultura de la Edad Moderna sostiene que se experiencia de la autonomía del mundo se lleva basa precisamente en esos valores. Según su punto de a cabo por medio del elemento religioso. La vista - aceptado en gran medida por los estudios históricos -, los valores, por ejemplo, de la persona, de la libertad, dimensión «numinosa» del mundo, que debería responsabilidad y dignidad individuales, del respeto remitir al Dios creador, es lo que da fuerza y mutuo y de la mutua ayuda, constituyen posibilidades pathos a la totalización del mundo. Se trata de innatas en el hombre, descubiertas y desarrolladas por una empresa titánica, en la que la Edad Moderna. Afirma esta tesis que es cierto que la formación humana de los primeros tiempos del cristianismo lo religioso se convierte en un medio para encerrar al cuidó de desarrollar esos gérmenes, al igual que la Edad Media fomentó la vida interior y la práctica de la caridad. mundo en sí mismo.La búsqueda religiosa, dirigida No obstante, la autonomía de la persona hizo propiamente a aquello que es distinto al mundo, es conducida.por una usurpación de lo numinoso, al mundo posteriormente su aparición y se trata de una conquista de orden natural, independiente del cristianismo.34 mismo y encerrada en él.23 De esta manera, la modernidad opera una naturalización de la gracia, una «ontologización» de lo sobrenatural. El encuentro, a primera vista paradójico, entre Agustín y Pelagio, entre una «filosofía de la interioridad» y un «naturalismo ético», lo considera como privado del sentido del pecado. Según Guardini, en este proceso, en el que se consume la secularización moderna, se encuentra un claro sentido de «deslealtad», porque no es posible separar la percepción del yo y del mundo introducido por el cristianismo, de la mirada y la figura de Cristo: tropezaba con elementos del patrimonio cristiano que, sin embargo, se volvían contra él. En tal situación, ¿cómo iba a tener confianza? Estas contradicciones se desvanecerán. La época futura tomará en serio aquellos aspectos en que se opone al cristianismo. Hará ver que los valores cristianos secularizados no son sino sentimentalismos, y el ambieme se hará transparente: lleno de hostilidad y peligro, pero puro y sincero.36 Este «giro», a través del cual la obra de Nietzsche asumió para Guardini un valor epocal, verdadero punto de cambio entre modernidad y «postmodernidad» hizo también claro el nexo profundo e indisoluble que había entre Cristo, la En realidad estos valores y actitudes están vinculados a doctrina y la praxis cristiana, nexo que el la revelación que está en una relación específica con lo racionalismo presumía como algo completamente que es humano por naturaleza. Procede de la liberalidad relativo. En cierta forma, la crítica de Guardini de Dios, pero asume lo humano dentro de su armonía, hacia Nietzsche lo condujo a Kierkegaard, a la naciendo así la estructura cristiana de la vida. Como forma como el filósofo danés hablaba de la consecuencia, quedan libres en el hombre energías que «esencia del cristianismo». Como afirmaba en el en sí son «naturales», pero que no se hubieran desarrollado fuera de esa estructura. Aparecen en el libro escrito sobre Pascal: campo de la conciencia valores que, si bien son evidentes en sí, solamente pueden ser descubiertos bajo esas condiciones. Por tanto, la tesis de que estos valores y actitudes en cuestión corresponden simplemente al desarrollo de la naturaleza humana ignora el sentido real de los mismos; más aun, desemboca digámoslo sin rodeos - en un fraude que pertenece también, para quien vea las cosas como son, al cuadro de la Modernidad.35 Esta «deslealtad» se manifestó abiertamente como tal cuando, después de Nietzsche, el occidente entró en el horizonte del nihilismo. Entonces las certezas y los presupuestos que estuvieron detrás de la secularización moderna vinieron a menos en este nuevo contexto espiritual y cultural. El cumplimiento de los valores propios de la tradición humanista se reveló como problemático. Con ello se evidenció la «deslealtad», aquella doblez que consistió en negar de una parte la doctrina y el orden cristiano de la vida, mientras reivindicaba de la otra para sí la paternidad de los resultados humano-culturales de esa doctrina y de ese orden. Esto hizo que el cristianismo se sintiera inseguro en su relación con la Edad Moderna: por todas partes encontraba en ella ideas y valores cuyo abolengo cristiano era manifiesto y que, sin embargo, eran presentados como pertenecientes al patrimonio común. En todas partes No es posible separar el «pensamiento cristiano de Dios», la «verdad cristiana», del Cristo concreto. La doctrina cristiana es cristiana en tanto que aferrada, por así decir, por los labios de Jesucristo; en tanto que se entiende como viviendo en El, de su ser, de su obrar. No existe una «esencia del cristianismo» que pueda ser separada de Jesucristo [...], que pueda ser expresada en un sistema conceptual autónomo. La esencia del cristianismo es El. Es aquello que El es; aquello de lo que viene de El y a lo que está dirigido; lo que vive en El y a su alrededor, escuchado de su viva voz y leído en su rostro. En todo esto se plantea al espíritu una afirmación y una pretensión filosófica frente a la cual se desbarata lafilosofíapura: la categoría última del cristianismo - y categoría significa la condición a priori para toda predicación en una determinada esfera - es el hecho particular e irrepetible de la persona concreta de Jesús de Nazaret.37 En cambio, para el racionalismo moderno lo que importa es la doctrina moral de Cristo y no su figura, ya que lo universal no puede fundarse sobre lo particular; Lo totalmente inaudito consiste aquí en que lo histórico e irrepetible posee un carácter normativo universal. La individualidad de Jesús es la categoría básica del cristianismo. Es imposible reducir la esencia de éste a conceptos universales de tipo religioso, ético y mucho menos social. La esencia del cristianismo es el Jesús histórico. Todas las doctrinas, enseñanzas, criterios, instituciones y órdenes del cristianismo reciben su carácter propio únicamente de la cualidad concreta de lo que Jesús de Nazaret es. Sólo porque él es el que enuncia una doctrina o instituye un valor, recibe esa doctrina y ese valor su determinación propia, esto es, cristiana.38 La distinción, fundamental, permite compren der como lo específico del cristianismo no es una estructura. Cuando algo se intuye que es una estructura, se intuye también que no pertenece a la esencia del cristianismo en cuanto tal. Todas las estructuras existen tanto dentro como fuera del cristianismo. Representan todas una posibilidad para el cristianismo, pero también están contra él; son el punto desde el cual se da la decisión frente al mensaje cristiano.39 La «trascendencia» del cristianismo respecto a todas las posibles estructuras, junto con la capacidad de inmanencia en ellas - una inmanencia el «límite» del mundo a partir de la Nada que lo rodea; antes bien, capta, con ojo claro, el valor del ser, su orden cualitativo, la distinción Dioshombre-mundo. Estas verdades no son, de suyo, objeto de una revelación, sino verdades racionales que se ofrecen - o que deberían ofrecerse - a la investigación filosófica. Sin embargo, sus resultados no son por completo evidentes. Como escribe en Lebendiger Geist: Existen realidades, valores, exigencias, relaciones que, de suyo, pertenecen al mundo. Por sí forman parte de ese ámbito de la experiencia y del pensamiento que a mí, en cuanto hombre, me resulta accesible sin más. En teoría, esas realidades deberían dársenos de un modo pleno y puramente natural. Pero de hecho no es eso lo que ocurre.40 yt^gfrmte "Lo específico del cristianismo no es una estructura" (Basílica de Rávena) que dilata el horizonte de la naturaleza -, introduce en el yo una especie de «segunda interioridad», constituye, como se ha visto, la condición de posibilidad de la christliche Weltanschauung. Lo que ésta ve no es solamente Hay una existencialidad del pensamiento que hace problemático el objetivo teorético. Realidades como Dios, persona, espíritu, libertad, amor, no emergen con claridad. El conocimiento natural no capta su esencia de un modo puro, ni ve su perfil con claridad, ni aprehende su contenido con integridad. Se encuentran en la lejanía. Están encubiertos. El conocimiento sólo logra aprehenderlos en forma desvanecida. Son desfigurados una y otra vez, quedan devorados por lo que los rodea. Se colocan ante ellos otras cosas que se les parecen y los confundimos con éstas. Así confundimos, por ejemplo, la «persona» con el «individuo», o con el «sujeto», o con la «personalidad» (y esta última es la confusión más sutil). Si se quiere que esas realidades lleguen a dársenos de manera efectiva, de una forma plena y con claridad; si se las quiere fijar, i a fin de que el conocimiento pueda aprehenderlas con fuerza, y la decisión pueda adoptar una actitud, entonces es preciso que un contenido correspondiente de la revelación las eleve, las haga libres, las cobije. No es que ellas se revelen a sí mismas. El contenido de la revelación es lo que viene «de arriba», lo que «no es de este mundo». Pero son elevadas por verdades reveladas correspondientes que mantienen con ellas una relación de analogía.4' m•••• •••• problema de cómo la imagen de la existencia se ha desarrollado sobre la base de distintas premisas religiosas y populares de la historia, lo cual hubiera constituido una parte de la Kulturwissenschaft), sino sobre todo del problema de cómo el creyente en la revelación cristiana ve el mundo.44 La christliche Weltanschauung perturba, de esta manera, la autonomía de la cultura en su sentido moderno. No existe un saber totalmente independiente acerca de las cosas del ámbito espiritual-personal. Los objetos pertenecientes a ese ámbito son naturales. De suyo pertenecen al campo de la filosofía, la psicología, la sociología, etc. Pero sólo llegan a dársenos de una manera inequívoca y plena cuando aparecen en la revelación y son aprehendidas en la fe las realidades sobrenaturales análogas a ellos. Y se siguen dando de manera pura tan sólo mientras esa fe se mantiene firme. La claridad de aquellos objetos aumenta y disminuye - presuponiendo una idéntica fuerza natural de conocimiento - al ritmo de la intensidad y la claridad de la vida de fe. Tan pronto como ésta desaparece, los mencionados objetos recaen en la penumbra que les es peculiar, se alejan y se desvanecen.42 Así pues, la fe se convierte en la condición de una auténtica, objetiva y no subjetiva «visión del mundo». Guardini consideraba que de esta forma se había abierto un espacio intermedio entre filosofía y teología desde el que se podía «mirar» el mundo. Con ello, no había hecho otra cosa que seguir y profundizar la indicación metodológica que Max Scheler le había dado como consejo al comienzo de su magisterio en Berlín. En una conversación - que para mí fue muy rica en consecuencias - [Scheler] me dijo: «usted debe realizar lo que está contenido en la palabra Weltanschauung: contemplar el mundo, las cosas, el hombre, las obras, pero como cristiano consciente de su responsabilidad; decir a nivel científico lo que ve».43 "Creer significa...ver con los ojos de Cristo" Todo giraba, pues, alrededor del «ver», a la visión (Anschauung), a la mirada. Creer significa acceder a Cristo, colocarse en el mismo punto de vista en que él se encuentra. Ver con sus ojos. [...] Sólo el hombre creyente ve verdaderamente el mundo. Lo ve como lo que es. Lo ve desde arriba y del todo.45 No se trataba, desde esta perspectiva de una Un ver que es algo más que«demostrar». doctrina de la Weltanschauung en el sentido de Dilthey, Troeltsch, Jaspers, Max Weber y otros (es decir, sobre el Quisiera ayudar a los demás a ver con ojos nuevos. No - • : - demostrar, sino ayudar a ver de manera nueva. Imaginemos, por ejemplo, que en una estancia vacía hay un cuadro. Sólo con análisis químicos se podría demostrar la delicadeza de los colores o con documentaciones históricas probar que se trata de la obra de un extraordinario maestro del color. Pero se puede abrir también una ventana en la pared que se encuentra enfrente: entra la luz y los colores brillan. Entonces no sirve de nada ninguna demostración. Se ve.46 CITAS: 1 Acerca de la vida y obra de Romano Guardini cf. GERL, H-B., Romano Guardini 1895-1968. Leben und Werk; Mainz, 1985; traducción italiana: Romano Guardini. La vita el'opera; Brescia, 1989. Las referencias de las obras de Romano Guardini son tomadas - allí donde existen o fueron conseguidas - de las obras traducidas al castellano, indicando edición y página entre corchetes. Las demás referencias son traducidas directamente del original italiano que usa el autor del artículo [n.d.t.]. 2 GUARDINI, R., L'opposizione polare. Saggioper una filosofía del concreto - viviente; en Scritti filosofici, 2 vols.Milano, 1964; vol.1, P. 265 3 GUARDINI, R., // senso de la Chiesa; en La realta de la Chiesa; Brescia, 1973, pp. 1 y 31-32 4 Cento domendee von Balthasar; a cargo de KOLLER,E., en «30 Giorni», n.6, junio de 1984; p. 13 5 GUARDINI, R., Lettere dal Lago di Como; 1959; p. 106 6 Para una bibliografía de Guardini hasta 1978 cf. MERCKER, H., Bibliographie Romano Guardinis (1895-1968). Guardinis Werke. Veróffenylichugen über Guardini Rezensionem; Paderborn, 1978. Entre los numerosos estudios sobre el pensamiento guardiniano cf. LOPEZ QUINTAS, A., Romano Guardini. Dialettica e antropología; Roma 1990. 'GUARDINI, R., Appunti da un'autobiografia; Brescia, 1986; p. 51[Apuntes para una autobiografía; Encuentro, Madrid, 1992; p.51] 8 GUARDINI, R., Natura della Weltanschauung cattolica; en Scritti filosofici, vol. I; p. 288 [La esencia de la concepción católica del mundo; en Cristianismo y sociedad; Sigúeme, Salamanca, 1982; p. 23] 9 Op.cit. pp. 287-288 [op. cit. p. 22] ,0 Op. cit. p. 289 [op. cit. p. 23 -24] 11 GUARDINI, R., La Chiesa del Signore; en La realtá della Chiesa; pp. 128-129 12 GUARDINI, R., Natura della Weltanschauung cattolica; p. 289 [op. cit. p. 24, nota 8] 13 GUARDINI, R., Carta a la Hermana Mary Louise de Marillac (3/81963), citada en GERL, H-B, op. cit. p. 352. Relacionados con este proyecto están los cursos universitarios «la muerte de Buda. La interpretación budista del sentido de la existencia y su significado para la comprensión del cristianismo» (semestre invernal 1937-1938). «El problema de la muerte. La respuesta platónica y cristiana» (semestre invernal 1938-1939). 14 GUARDINI, R., Der Herr. Betrachtungen Über die Person und das Leben lesu Christi; Würzburg, 1937; p. 384 [El Señor; •¡HE Espiritualidad, Buenos Aires, 1991; pp. 322-323] 15 GUARDINI, R., Rapporto tra cristianesimo e cultura; en Natura-cultura-cristianesimo; Brescia, 1983; p. 123 [Pensamientos sobre la relación existente entre cristianismo y cultura; en Cristianismo y sociedad; p. 132] 16 Ibid. [Ibid.] 17 Op. cit. pp. 124-125 [op.cit. p. 133] Cursivas nuestras 18 GUARDINI, R., Esperienza reliosa efede; en Fede-religioneesperienza, Brescia, 1984; pp. 78-79. Cursivas nuestras. 19 Op. cit. pp. 93-94 20 Op. cit. p. 92 21 Op. cit. p. 106 22 GUARDINI, R., Mondo e persona; en Scritti filosofici; vol. II; P. 56 [Mundo y persona. Ensayo de una teoría cristiana del hombre; Guadarrama, Madrid, 1963; p, 128-129] 23 Op. cit. pp. 57-58 [Op. cit. p.132] 24 GUARDINI, R., Natura della Weltanschauung cattolica; p. 282 [La esencia de la concepción católica del mundo; p. 17] 25 ADORNO, T.W., Minima moralia. Reflexionen aus dem bescadigten Leben; Berlin-Frankfurt a. M.., 1951; trad. ital. Minima moralia; Torino, 1954-1974; p.235 26 ROMANO G., Rapporto tra cristianesimo e cultura; p. 129 [Pensamientos sobre la relación existente entre cristianismo y cultura; p. 137] 27 GUARDINI, R., Mondo e persona; p.52 [Mundo y persona; p. 121] 28 GUARDINI, R., // Sa Ivatore nel mito, nella Rivelazione e nella política. Una riflessione político-teológica; en Natura-cultura-cristanesimo; p. 268 29 Ibidem. 30 Op. cit. p. 269 31 Ibidem. 32 Op. cit. p. 270 33 GUARDINI, R., Mondo e persona; p. 63 [Mundo y persona; pp. 142-143] 34 GUARDINI, R., La fine dell'epoca moderna; Brescia, 1960; pp. 113-114 [El ocaso de la Edad Moderna. Un intento de orientación; en Obras completas, vol I; Cristiandad, Madrid, 1981 (reimpresión); p.110] 35 Op. cit. pp. 114-115 [Op.cit. pp. 110-111] 36 Op. cit. p. 121 [Op. cit. p. 116] 38 GUARDINI, R., Pascal; Brescia, 1972; pp. 49-50 38 GUARDINI, R., Rapporto tra cristianesimo e cultura; 128 [Pensamientos sobre la relación existente entre cristianismo y cultura; p. 136] 39 GUARDINI, R., Mondo e persona, p.109 40 GUARDINI, R., Spirito vívente, en Natura-culturacristianesimo; pp. 100-101 [Espíritu viviente; en Cristianismo y sociedad; p. 112] 41 Op. cit. pp. 102-103 [Op. cit. pp. 113-114] Subrayado nuestro. 42 Op. cit. p. 105 [Op. cit. pp. 115-116] 43 GUARDINI, R., Stationen und Rückblike; Würzburg, 1965; p. 19 44 GUARDINI, R., Sprache-Dichtung-Deutung; Würzburg, 1962; trad. ital. Linguaggio-poesia-interpretazione, Brescia, 1971; p.7 45 GUARDINI, R., Natura della Weltanschauung cattolica; p284 [La esencia de la concepción católica del mundo; p. 19] 46 GUARDINI, R., Vom Sinn des Gehorchens; en Auf dem Wege; Mainz, 1923; p. 20 a? Homilía del Emmo. Sr. Cardenal Norberto Rivera Carrera, Arzobispo Primado de México, durante la Sta. Misa en la XIX Peregrinación Universitaria a la Villa 16 de Noviembre de 1998 XXV Aniversario de la fundación de la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla "Recobra la vista: tufe te ha curado". Nos encontramos reunidos en torno a nuestra Madre, la Santísima Virgen de Guadalupe, con el corazón agradecido por el 25 Aniversario de la fundación de la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla y también por la realización de la XIX Peregrinación Universitaria, que se ha constituido en una tradición que ha arraigado en el ánimo de miles de jóvenes, quienes han venido a postrarse en este santuario para implorar las bendiciones celestiales y consagrar su vida, a través de la cultura, al servicio de nuestro pueblo. La UPAEP ha nacido en un momento histórico en el que la universidad, no sólo en México sino en todo el mundo, se veía agredida en su mismo ser por el asalto de doctrinas que negaban la libertad de cátedra, la libertad de investigación y con ello aniquilaban la autonomía universitaria, sin la cual no podía responder a su vocación específica: moldear el espíritu humano, como se forja la espada, para que esté siempre con el ánimo dispuesto para la difusión y defensa de la verdad. EL PROGRAMA DE LA IGLESIA ES LA VERDAD SOBRE EL HOMBRE La Iglesia no tiene un programa de escuela universitaria, ni de sociedad; sino que tiene un programa de hombre. Por ello, la substancia de los estudios universitarios consiste propiamente en una relación creativa con la verdad dentro de un sector elegido del conocimiento de la ciencia. Por eso, el resultado de dichos estudios no puede limitarse a una adquisición de nociones especializadas, sino que debe comportar una peculiar madurez espiritual basada en dicha profunda relación con la verdad. Así pues la Iglesia, que puede enorgullecerse de ser, con pleno derecho, la Madre de la Universidad, tiene su punto de partida en la persona humana, creada a imagen y semejanza de Dios. Dentro del Ideario de la UPAEP está la afirmación sobre la dignidad y trascendencia del hombre, síntesis única de materia y espíritu, dotado de inteligencia y voluntad, sujeto libre y responsable con una vocación única e intransferible, que cumple más allá del tiempo y de la historia. Por ser portador de una dignidad sagrada, es superior a todos los demás seres materiales. Como persona es sujeto de derechos y deberes anteriores a toda sociedad, los cuales deben ser reconocidos y protegidos por ella. Social por naturaleza, el hombre es capaz de transformar el mundo en su provecho, de progresar, de construir su sociedad y vivir conforme a su propia dignidad. El hombre está abierto a los valores trascendentes como la Verdad, el Bien, la Justicia,... a los que naturalmente aspira y a los que tiene derecho porque de ellos depende su aténtica felicidad y realización. La tensión por un mundo mejor y más justo es una noble aspiración humana, particularmente viva en los jóvenes. Más para que llegue a ser realmente eficaz debe basarse en un correcto y completo conocimiento del hombre: debe poseer la verdad sobre el hombre. LA RAZÓN Y LA FE: ALAS PARA ELEVAR EL ESPÍRITU. El Santo Padre en su última Encíclica sobre las relaciones entre la fe y la razón, nos dice que. "La fe y la razón son como las dos alas con las cuales el espíritu humano se eleva hacia la contemplación de la verdad. Dios ha puesto en el corazón del hombre el deseo de conocerle a Él para que, conociéndolo y amándolo, pueda alcanzar también la plena verdad sobre sí mismo". Hemos escuchado en el Evangelio de San Lucas el pasaje del ciego de Jérico que nos ayuda a entender el drama de la separación entre la fe y la razón: este hombre tiene ojos y no ve, la luz no significa nada para Él, su mundo exterior es todo oscuro, pero no ha sido creado para vivir en un mundo así. Su interior se rebela y en su interior percibe una luz misteriosa cuando escucha las maravillas que hace Jesús y sabe que estás cerca de Él, y se atreve a exclamar: Jesús, Hijo de David, ten compasión de mi!. No le importa que lo intenten callar, grita aún más fuerte hasta que el Señor le manda acercar y le dice "¿qué quieres que haga por ti?". El ciego vive en esos momentos una transformación interior, ha recibido el don de la fe, por lo que pide a Jesús: "¡Señor, que vea!" y en ese instante Jesús le ilumina también los ojos corporales concediéndole la visión diciéndole: "¡tu fe te ha curado!". Así pasa con el mundo universitario, que se deja iluminar por la fe y en su empeño por la conquista de la verdad, la fuerza de la razón es potenciada por el don de la fe. El Santo Padre Juan Pablo II, en la misma Encíclica Fides et Ratio, nos dice las preguntas de fondo que caracterizan la existencia humana en su recorrido: ¿quién soy?, ¿de dónde vengo y a dónde voy?, ¿por qué existe el mal? ¿qué hay después de esta vida?. Son preguntas que tienen su origen común en la necesidad de sentido que desde siempre acucia el corazón del hombre: de la respuesta que se dé a tales preguntas, en efecto, depende la orientación que se dé a la existencia humana. En nuestro tiempo constatamos que la búsqueda de la verdad última parece a menudo oscurecida. La filosofía moderna, dejando de orientar su investigación sobre el ser, ha concentrado la propia búsqueda sobre el conocimiento humano. En lugar de apoyarse sobre la capacidad que tiene el hombre para conocer la verdad, ha preferido destacar sus límites y condicionamientos. La legítima pluralidad de posiciones ha dado paso a un pluralismo indiferenciado, basado en el convencimiento de que todas las posiciones son igualmente válidas. Este es uno de los síntomas más difundidos de la desconfianza en la verdad. La Iglesia, convencida de la competencia que le incumbe por ser depositaría de la Revelación de Jesucristo, quiere reafirmar la necesidad de reflexionar sobre la verdad y de su fundamento en relación con la fe. En la base de toda la reflexión que la Iglesia lleva a cabo está la conciencia de ser depositaría de un mensaje que tiene su origen en Dios mismo (cf. 2Co 4, 1-2). El conocimiento que ella propone al hombre no proviene de su propia especulación, aunque fuese la más alta, sino del hecho de haber acogido en la fe la palabra de Dios (cf. ITs 2,13). Además del conocimiento propio de la razón humana, capaz por su naturaleza de llegar hasta el Creador, existe un conocimiento que es peculiar de la fe. Este conocimiento expresa una verdad que se basa en el hecho mismo de que Dios se revela, y es una verdad muy cierta porque Dios ni engaña ni quiere engañar. VEN ESPÍRITU SANTO Nos quedan pocos días de este año dedicado a la persona del Espíritu Santo. En este tiempo hemos vivido un singular Pentecostés que nos prepara para entrar en el Nuevo Milenio. Ante los ojos de nuestra fe se abre el Cenáculo de Jerusalén, del que salió la Iglesia y en el que la Iglesia permanece siempre. Allí precisamente nació la Iglesia como pueblo peregrino, como comunidad consciente de la propia misión en la historia del hombre. La Iglesia invoca en este tiempo ¡Ven, Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles y enciende en ellos el fuego de tu amor!. ¡Llena los corazones de tus fieles! es la única súplica de un anhelo misterioso y revelador: ¡cuál ha de ser la medida del corazón humano', si sólo Dios puede llenarlo mediante su Santo Espíritu!. A través de los estudios universitarios se abre ante ustedes el maravilloso mundo de la ciencia humana en sus múltiples ramas. A la vez con esta ciencia del mundo se desarrolla ciertamente también su autoconocimiento. Este es el tiempo en el que tienen especial fuerza el interrogante fundamental. ¿Con qué medida medir al hombre? ¿Medirlo con la medida de las fuerzas físicas de que dispone? ¿O medirle con la medida de los sentidos que le permiten el contacto con el mundo exterior? O bien, ¿medirlo con la medida de la inteligencia que se comprueba a través de diversos test o exámenes?. La respuesta nos la da la propia liturgia de Pentecostés: "es necesario medir al hombre con la medida del Corazón"... El corazón, en el lenguaje bíblico, significa la interioridad espiritual del hombre, significa en particular la conciencia... Es necesario, pues, medir al hombre con la medida de la conciencia, con la medida del espíritu abierto hacia Dios. Sólo el Espíritu Santo puede "llenar" este corazón, esto es, conducirlo a realizarse a través del amor y la sabiduría. PEREGRINAR: TESTIMONIO DE FE Y DE AMOR Llama la atención que en una sociedad en la que los signos religiosos y trascendentes han perdido su fuerza, el Espíritu Santo suscite en los corazones juveniles la fuerza del testimonio. Porque eso es lo que significa el peregrinar. Es una manera de orar, de decir con el alma y con el cuerpo que se transita por este mundo hacia una realidad invisible, pero que atrae con gran intensidad: el encuentro con la felicidad, con el Bien, con la Verdad. En una palabra: el encuentro con Jesucristo: Camino, Verdad y Vida. En este día, como en el primer Pentecostés, en el regazo de Nuestra Madre de Guadalupe, a quien se han consagrado en lo personal y como comunidad universitaria, queremos renovar el amor primero con el que han recorrido estos 25 años de fidelidad a la verdad y de compromiso con nuestro pueblo. La expansión de la Universidad en diversos lugares y en diversas obras de carácter cultural y educativo son el mejor fruto que el Señor ha concedido en este caminar. Sigan adelante, empeñen cada día con mayor entusiasmo su vida por la proclamación de la Verdad. Quisiera terminar pidiendo a nuestro Padre Celestial, a Jesucristo su Hijo, movidos por el Santo Espíritu, por todos los que han formado parte de esta Universidad: alumnos, maestros, empleados, padres de familia, miembros del patronato y benefactores, y que ya gozan de la contemplación de la Verdad Eterna. También por todos los que ahora mismo forman parte del sistema educativo de la UPAEP. Para todos ustedes mi aprecio en el Señor Jesús y mi cordial bendición. Basílica de Guadalupe, 16 de noviembre de 1998. Hno. Humberto Alvarez Ruesga, marista. Universidad de Monterrey Síntesis personal de las valiosas aportaciones recogidas en el Congreso organizado por la UPAEP Puebla de los Angeles, Junio 15,16,17, y 18,1998. JL/ A UNIVERSIDAD auténtica es centro incomparable de creatividad en favor del ser humano, puesto que le ofrece J \ YUDA de gran calidad a fin de que pueda encontrar respuesta adecuada, a los grandes interrogantes de su existencia... u .N _ J. y CJ JV _ ¡j X ._ \j ¿\ _^ \j NIVERSIDAD, su nombre lo dice: unifica y articula saberes y hace unidad en la diversidad, sin someterse a las exigencias de la cultura dominante. ECESARIA claridad ha de tener acerca de su función de educar: de formar personas, antes y más que -simplemente- producir profesionistas, " licenciados"... MPORTANTE tarea la suya: de ayudar a los jóvenes en el discernimiento y de abrir horizontes y perspectivas legítimas a sus inquietudes últimas y más hondas... ELUCIDAD necesita para adaptarse a los rápidos cambios de la realidad, al considerarlos de trascendencia para el futuro de la humanidad. XPERIMENTAR -por la Docencia y la Investigaciónel gozo de buscar y descubrir y vivir la Verdad, conscientes de poseerla ya completa en Jesucristo. ECONOCIDA por todos podrá llegar a ser la Universidad, como "hervidero de cultura milenaria, como foco irradiador y crisol donde se fragua la cultora adveniente..." ABERSE formadora de personas maduras, que alcanzarán su plenitud en el permanente desarrollo de sus facultades, puestas al servicio de sus semejantes... NTEGRARSE como presencia de Iglesia y centro de sabiduría, en aquello en que está en juego el Hombre mismo, en su búsqueda trascendente e integral, del ser y la verdad. ECIDIDA conciencia viva a tener, de la Comunidad en la que la Universidad se encuentra inmersa, para aprender de ella y con ella a trascender: buscando más alia de los datos medibles... CTUALIZA a sus Maestros como: Coordinadores de un aprendizaje continuo, multidisciplinario y plurisensorial; como Animadores socioculturales y Terapeutas del desarrollo de sus Educandos. ECLARA a la Persona Humana en la Comunidad, como su máximo horizonte y la ayuda responsablemente a alcanzar la medida plena de su humanidad, en Cristo paradigma del cristiano. ACTUANDO así, la Universidad "de inspiración cristiana" se visualiza a la vez, en el corazón del mundo y en el de la Iglesia: enseñando apasionadamente a los hombres a ser humanos. A EVANGELIZACIÓN no es optativa, sino honrosa tarea misionera obediente al mandato de Cristo: "Vayan... y enseñen... lo que Yo les he enseñado." NUNCIO es de Cristo, como "fuente de todos los valores" y actividad sagrada que inyecta en las venas del mundo la vigorosa sabia del Evangelio. E V A N G E L I Z A C I O N VANGELIZA presentando libremente -no sin dificultadlos diversos aspectos de la belleza, siempre antigua y siempre nueva, que se hallan presentes en el rostro de Cristo. IDA Y AMOR como "civilización a construir en y desde la Universidad"', aceptando y haciendopropia la insistente invitación de Juan Pablo II, a todo el mundo. CEPTACIÓN del Señor Jesús, como poseedor del "Supremo Doctorado en Humanidades " e Insuperable Paradigma de toda grandeza humana verdadera. ECESIDAD constitutiva humana, de poder saciarse, sólo con la posesión del Dios personal, confesado por Agustín de Hipona: "Nos hiciste para Ti, Señor y nuestro corazón estará inquieto... " ENEROSA sociedad la nuestra, que no se satisface con sólo noticias periodísticas... Y cuyas legítimas aspiraciones deberán ser respetadas y no eliminadas... SPECIFICIDAD de nuestra responsabilidad como cristianos: ser conscientes de vivir el extraordinario momento histórico, del final de una época y el principio de otra... A ESPLÉNDIDA geografía mexicana espera de nosotros: ser la continuadores de la inmensa obra evangelizadora, iniciada por doce sayales franciscanos... MPLICA esto, la transmisión del Evangelio: comunicarlo... Para que la Cultura sea evangelizada y transformada y... La Fe se haga Cultura en nuestra Patria. ETA... Y muchas más maneras diferentes... Tendremos -si queremos- de expresar la Palabra, la que por ser divina siempre será la misma. SI EL MENSAJE será actual y, al inculturarse el Evangelio traspasará los siglos, de manera comprensible y creíble para los humanos. OMUNICARSE podrá el ser humano con Dios, su Padre y su Creador, ya no más visto como "rival del Hombre", sino como "el garante de su libertad y la fuente de su felicidad." MPORTANTE será el testimonio de la vida y que no quede todo en mero discurso de palabras: Se hará entonces palpable la experiencia desde el misterio de la Fe. PTARÁ la Evangelización por anclarse en el deseo infinito de felicidad de todo ser humano, que acogerá el don de la fe y en la Palabra revelada encontrará su plenitud. OTABLE Areópago moderno: la Cultura, en donde el Evangelio se dejará oír como "Buena Noticia" para ser recibida y vivida: la gracia le dará al ser humano, lo que no le dio la evolución... D EFINITAVEMENTE corresponde a la Universidad E coadyuvar en la construcción de la "Civilización del Amor". Tiene para ello los mejores recursos... Y no defraudará tal esperanza. XCELENTE oportunidad para el ser humano, de mostrarse responsable y Señor de su destino, mediante el uso inteligente y oportuno del don de su libertad. A VERDAD es que la Persona Humana es superior al universo entero, dado que "el intelecto es la creación más maravillosa de Dios", a decir de Etienne Gilson, siguiendo a Sto. Tomás. COGEMOS el don de la inteligencia y el progreso de la ciencia, conscientes de que la sabiduría perfecciona el conocimiento humano y humaniza sus conocimientos. U U R E N ULTURA es todo aquello que conforma el alma de una nación... La Universidad crea cultura, al hacer un uso serio de la razón humana, perfectamente adaptada a la solución de los problemas. RGE una contracultura capaz de superara la superficialidad... y la preocupante regresión que, a nivel noético, se observa en la cultura actual y que mutila al ser humano... A UNIVERSIDAD fiel a la cultura de la Verdad y a una Educación fundada en una sana filosofía: será de gran ayuda para salir de la crisis cultural en que nos encontramos... ENDER puentes entre la Fe y la Cultura... Redimir a las culturas antiguas y modernas del Continente Americano: es tarea de la Universidad "de inspiración cristiana y católica". NA Cultura nuestra, basada en la Verdad y en el Amor: Una nueva cultura transida de Evangelio, que exprese en palabras humanas el mensaje salvífico de Dios a la Humanidad. EDENCIÓN de Culturas: camino necesario, indispensable para la plena realización de las mismas: que surgiendo del hombre, sean para el bien del hombre. DECUADA Cultura de la Verdad y del Amor, que promueve a todo el Hombre y se presenta como un Humanismo Plenario, en la búsqueda de la verdad que conecta con la fe. S HORA de confiar en la fecundidad cultural de la fe, capaz de desencadenar un proceso humanista, científico, que Heve al ser humano a la armonía existencial. ECESITAMOS ser "Bilingües de manera especial": que por igual hablemos las lenguas de los hombres... y el "idioma de Dios." •C' SPERANZA del ir al encuentro respetuoso de las culturas indígenas -ya sembradas del Verbo- para ayudarlas L a abrirse a Jesucristo, quien plenificará sus almas... OS HOMBRES seguirán siempre anhelando y buscando la Felicidad: ésta se hallará en plenitud, cuando el Evangelio sea percibido, recibido y vivido como "Buena noticia". MILENIO: nuevos problemas y retos que afronN UEVO tar con propuestas originales, fruto de un dialogar U E O respetuoso y creativo con las diversas culturas... N SANO reslismo y humildad para aceptar nuestros humanos límites... E ir hacia el futuro sin pesimismos, superando nuestros pensares egoístas... L MOMENTO histórico conlleva el peligro de que la mente quede prisionera de la superficialidad y no se dé cuenta de las grandes necesidades del corazón y de sus interrogantes decisivos. AMOS a atrevernos a explorar caminos nuevos... a despertar y salir del camino en el que la inteligencia trabaja sólo a la mitad o menos de sus capacidades. PTEMOS por ser fieles a nuestra generación y atender a los problemas y angustias del hombre contemporáneo, asistidos por la fuerza del Espíritu Sto. que actualiza lo dicho por Cristo. M ISTERIO de Salvación presente en n uestra historia humana: Captación de la naturaleza sacramental del Tiempo de la Iglesia, que nos lleva a vivir comprendiendo y dando gracias. MPLICACIÓN de una forma cristiana de vida y de un testimonio existencial, como argumento apologético de lo más convincente. A BUENA NUEVA del Evangelio llevada a todas las culturas, en respuesta al general y omnipresente deseo de Felicidad, que es la fuerza matriz universal... S YA HORA de hacer lo que se debe: teniendo las ideas claras y firmes, a la vez que el corazón flexible y transparente, para no aceptar ser reproductores de sistemas inhumanos. OS TOCA hacer realidad para el mundo entero, que "México es el nombre de una esperanza humana", al vencer la conjuntura, más o menos generalizada, contra la Vida y la Familia. NQUIETOS ante los retos de la sociedad actual y atentos a ver más a llá de nuestras propias necesidades, vamos al encuentro del hombre cibernético, que como todo ser vivo, es una totalidad en potencia. PTAMOS, finalmente, por ser portadores de Futuro: por el testimonio luminoso de nuestras vidas; y por ser cuidadosos del tipo de Hombre que educamos y que habrá de salir de nuestras aulas en ruta de Integridad, i sustentada ésta, en Quien es el camino, la Verdad y la Vida: Cristo Jesús... y por lo mismo, sin preocuparnos excesivamente: pues él es El Señor de la Historia. E N O