Dando sentido (y centavos) a la Alimentación y la Naturaleza: Una guía para la cobertura periodística de la agroecología y la soberanía alimentaria “Aquí hay dos hechos que no deben ser ambos verdad: Hay los suficientes alimentos producidos en el mundo cada año para alimentar a todos los seres humanos en el planeta. Cerca de 800 millones de personas, literalmente, pasan hambre todos los días, con más de un tercio de la población mundial -2 mil millones de hombres y mujeres- que de una u otra manera están desnutridos, según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura". Michael Dorris, Rooms in the House of Stone: The “Thistle” Series of Essays Por Jeff Rutherford Miembro de Internews' Earth Journalism Network Sección 1: LA ALIMENTACIÓN EN UNA ENCRUCIJADA Los costos de la agricultura, la ganadería industrial y de la comida chatarra se están haciendo cada vez más aparentes, lo que ha provocado una búsqueda de alternativas sostenibles para los negocios (de alimentos) de siempre. Sección 2: OBSERVAR DETRÁS DEL BOMBO PUBLICITARIO Lo que la gente no sabe acerca de los alimentos está dañando nuestra salud y el Planeta. ¿Tiene que ser de esta manera? Sección 3: VER A LA ALIMENTACIÓN como un periodista ambiental Reportar la verdad sobre el sistema alimentario requiere solamente de entender la ecología y el uso de un buen periodismo. Sección 4: CULTIVANDO CON LA NATURALEZA... ¿VALE LA PENA? Uno de los ángulos menos reportado sobre la agroecología es que esta puede ser rentable. Sección 1: Food At A Crossroads Los costos de la agricultura, la ganadería industrial y de la comida chatarra se están haciendo cada vez más aparentes, lo que ha provocado una búsqueda de alternativas sostenibles para los negocios (de alimentos) de siempre. El mundo de los alimentos está en una encrucijada. La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) por sus siglas en inglés, estima que el mundo necesitará aumentar la producción de alimentos en un 70 por ciento para el año 2050 para poder sostener el crecimiento de la población esperada y el incremento de los estándares de los niveles de vida de los países en rápido desarrollo. Esta no será una tarea fácil. De hecho, ha habido casos de disturbios en torno a los alimentos, el acaparamiento de tierras y el rol de los productos básicos en la crisis financiera global. Mientras, el terreno cultivable se reduce a través de la degradación del suelo y la productividad de la tierra está siendo impactada por el cambio climático, y los conflictos proliferan en torno a la tierra y el agua. Las opciones para el incremento de la producción de alimentos se ven actualmente limitadas, culpando a la agricultura extensiva de la deforestación y responsabilizando a los cultivos intensivos de la contaminación química en el suelo, agua, aire y los organismos biológicos (incluyendo a las personas). Mientras tanto, el planeta se está bifurcando en un mundo de los que tienen que son los obesos y de los que no tienen que son los desnutridos, con un fenómeno global que sustituye las dietas tradicionales con un menú de "sustancias pseudoalimenticias" procesadas y nutricionalmente agotadas, citando al escritor Michael Pollan. Parece que pocos están argumentando por una continuidad de la agricultura, ya sea "devora-bosques" expansiva o más contaminación química de las tierras agrícolas, aunque en la práctica estos enfoques se siguen extendiendo. En el siglo XXI las historias realmente interesantes están en los extremos del espectro de los acercamientos para enfrentar el declive de la "revolución verde", la cual ayudó a desarrollar la agricultura industrial y trajo la contaminación química a las tierras del mundo en desarrollo. Los extremos son la investigación de vanguardia sobre modificación genética, por un lado, y por el otro nuevos descubrimientos de la agricultura natural o agroecología. Por supuesto que el empalme genético está atrapando muchas más notas de portada que las lombrices de tierra. En general es correcto afirmar que la alimentación como un tema ambiental o incluso como un tema político, está teniendo más atención. Las investigaciones científicas internacionales han demostrado un incremento global de la huella ecológica de la agricultura, incluida su contribución al cambio climático (IPCC,2007; Evaluación de los Ecosistemas del Milenio, 2005), mientras que organizaciones no gubernamentales y científicos han hecho un largo llamado para aplicar cambios radicales en este campo (Union of Concerned Scientists, 1996; Food Ethic Council, 2004; European Science Social Forum Network, 2005). Quizás con mayor influencia, la Evaluación Internacional del Papel del Conocimiento, la Ciencia y la Tecnología en el Desarrollo Agrícola (IAASTD, 2008), la cual oficialmente llamó a una reorientación de la ciencia y tecnología agrícolas hacia acercamientos más holísticos, después de un proceso de cuatro años de investigación que involucró a más de 400 expertos internacionales. Este panel ya ha sido comparado con el Panel Intergubernamental de Cambio Climático, tanto por la calidad de su organización como por la importancia de sus recomendaciones, las que incluyen: "El cumplir efectivamente las metas de desarrollo y sostenibilidad, y responder a las nuevas prioridades y circunstancias cambiantes, va a requerir de un cambio fundamental en el conocimiento agrícola, la ciencia y la tecnología". Esta es la encrucijada en la que nos encontramos. Mientras la IAASTD hace un llamado por un mayor apoyo del enfoque agroecológico, el que considera con gran potencial para la agricultura mundial, el rol de la ingeniería genética fue el elemento central de controversias al interior de este panel. Pero también está recibiendo mucho más dinero para investigación y atención de los medios de comunicación. Los promotores de la ingeniería genética argumentan que las modificaciones genéticas pueden ayudar a los cultivos a florecer en el degradado ecosistema que han generado décadas de agricultura industrial. Los promotores de la agroecología defienden una clase de agricultura basada en principios ecológicos, con prácticas que ayudan a restaurar los ambientes degradados, pero no para apartarlos del uso humano, sino todo lo contrario: para sanar la tierra a través del cultivo de alimentos. Muchos, en ambos bandos estarían de acuerdo en que el actual modelo de agricultura industrial no es sostenible. La producción industrial de alimentos está desestabilizando los sistemas que sustentan la vida en la Tierra. Tal como Ken Wilson de la Fundación Christensen lo ha anotado: "Cada caloría que proporciona (la agroindustria) requiere tanto petróleo y gas para producirla que nuestro sistema agrícola genera casi un tercio de los Gases de Efecto Invernadero del planeta. Y a través del uso masivo de fertilizantes se ha triplicado disruptivamente el efecto de los nitratos en el ciclo natural del nitrógeno en la Tierra. La productividad de casi la mitad de todos los suelos de la tierra están disminuyendo, y otro 15 por ciento ya no puede ser utilizado para la agricultura debido a que su biología ha sido agotada". La alimentación, en otras palabras, es ahora mucho más un asunto medioambiental. Nuestro global e interconectado sistema alimentario se ha convertido en un riesgo destructivo, costoso y que no logra alimentar de forma suficiente a la población. Más aún, esta historia no ha sido lo suficientemente reportada. Por este motivo se justifica esta guía de medios: muchos periodistas y otros comunicadores tendrán que hacer una profunda reflexión sobre sus suposiciones acerca de las conexiones entre los alimentos y el medio ambiente, y dar al tema una mayor atención. Biodiversidad en la Granja Lo contrario del monocultivo es el policultivo: cultivar más de una planta en un pedazo de la tierra. Como se ve en "Un futuro alimentario viable", las familias de agricultores en el estado indio de Uttaranchal regularmente logran una producción mayor y más confiable de su tierra que las grandes agroindustrias que practican el monocultivo en ambientes similares. El rendimiento total por hectárea para las fincas con diversos sistemas de cultivo, en este caso cuatro cultivos diferentes, fue un 6 por ciento más alto que para los que tienen un solo cultivo. Además, los pequeños agricultores que producen cultivos tradicionales que tienen más valor para los consumidores locales tienen más opciones de mercado que los que siembran solamente un cultivo para la exportación. Además, las granjas de monocultivo tuvieron mayores costos de producción debido a que los cultivos requieren fertilizantes químicos y pesticidas. En total, los ingresos netos de las fincas con sistemas de cultivo diversos fueron 135 por ciento más altos que para las parcelas con un solo cultivo.. Definiciones Agricultura industrial es el contexto de nuestro mundo actual, un sistema que se ha extendido a nivel global, y que conecta el hábitat de los orangutanes en Borneo a un mundo de consumidores a través del aceite de palma barato; y la vinculación entre la pérdida de hábitat de los arrecifes de coral y los estuarios, los bosques y pastizales, con el auge mundial de la comida rápida frita que causa la obstrucción de arterias. La agricultura industrial se basa en maximizar la producción a gran escala y la productividad de los distintos alimentos básicos y productos a través de la mecanización y motorización, el desarrollo de los agroquímicos para fertilizar los cultivos y controlar las malas hierbas y plagas, y el uso de variedades de alto rendimiento de los cultivos. (Para obtener más información, consulte la Unión de Científicos Preocupados). Ganadería industrial es el proceso de la crianza de ganado en confinamiento a altas densidades, conocido como Operaciones Concentradas de Alimentación de Animales (CAFO, en inglés), en donde una granja funciona como una fábrica. Los principales productos de esta industria son la carne, la leche y los huevos para consumo humano. Sin embargo, ha habido problemas en cuanto a si estas granjas industriales son ecológicamente sustentables y éticamente correctas. El confinamiento en altas densidades es parte de un esfuerzo sistemático para producir la mayor producción al menor costo posible, apoyándose en las economías de escala y maquinaria moderna, la biotecnología y el comercio global. Este proceso requiere antibióticos y pesticidas para mitigar la propagación de enfermedades agravadas por las condiciones de hacinamiento de los animales. Además, los antibióticos se utilizan para estimular el crecimiento del ganado al matar las bacterias intestinales. Estas prácticas han demostrado criar plagas y enfermedades más resistentes, creando un círculo vicioso que finalmente pone a los seres humanos y nuestro suministro de alimentos en riesgo. (Vea aquí algunas de las estadísticas y argumentos en contra de la agricultura industrial, así como en apoyo de la agricultura industrial.) Ingeniería genética es la modificación en forma deliberada de las características de un organismo a través de la manipulación de su material genético. La principal tecnología a través de la cual se basa este proceso es la transgénesis, que siguió al descubrimiento de la técnica de recombinación del ADN, en 1973. Las aplicaciones más conocidas de la ingeniería genética en la agricultura son las plantas tolerantes a herbicidas como la soya transgénica o las resistentes a plagas como el maíz BT, en los Estados Unidos. La estrategia fundamental de la ingeniería genética es la modificación de las plantas para lograr que estas sean productivas en condiciones adversas, causadas por ejemplo, por plagas, patógenos, sequías, ambientes salinos y suelos infértiles, o para el diseño de plantas para nuevos objetivos, tales como plantas con contenidos nutricionales alterados. Agroecología Surgió de la convergencia de los conocimientos tradicionales, la ecología y la agronomía (ver Dalgaard et al., 2003). Es la aplicación de la ciencia ecológica para el estudio, diseño y manejo de agroecosistemas sostenibles (ver Altieri aquí y aquí, 1995). La agroecología integra el conocimiento científico sobre cómo determinados lugares funcionan - su ecologíacon el conocimiento de los agricultores sobre cómo hacer que sus paisajes locales sean útiles para los seres humanos. Se centra en el valor de diversos y complejos métodos de administración de la tierra y la re-integración de la ganadería, los cultivos, los polinizadores, los árboles y el agua de una manera resilente con el paisaje. Agroecología es un concepto “paraguas” que engloba diferentes prácticas agrícolas e innovaciones tales como control biológico de plagas en vez de control químico plantación de diferentes cultivos en vez de un solo cultivo (monocultivos) sistemas agroforestales técnicas de manejo de hábitats, por ejemplo, bancos de escarabajos y cercas verdes alrededor de campos de trigo sistemas de agricultura natural dedicados a la producción de sistemas perenes de producción de alimentos rotación de cultivos uso de prácticas para mejorar la fertilidad de los suelos manejo de una mezcla de cultivos y ganadería intercalados Algunas aplicaciones incluyen tecnologías de punta, mientras que otras son viejas prácticas, por ejemplo, los sistemas tradicionales que proporcionan importantes conocimientos a la agroecología. (Explicaciones y ejemplos de algunas de estas técnicas se encuentran a continuación.) Agroecología no es sinónimo de “viejas costumbres” o los conocimientos tradicionales indígenas. Valora y está basada en ellos, pero también se ha beneficiado por la ciencia moderna de la ecología. Aquí hay un gran potencial para diversas formas de fusión de lo antiguo y la ecología, cuyo alcance sigue siendo desconocido pero tentador. El potencial para rejuvenecer un planeta herido es una historia insinuada, pero a menudo mal entendida en el mundo actual; por la que se están generando reputaciones profesionales periodísticas al contar estas historias. Pero estas tienen que ser integradas y comprendidas por los medios y ser reporteadas. La Perspectiva Agroecológica En Los Medios De Comunicación Los críticos de la agricultura química intensiva argumentan que esta produce altos rendimientos en un principio, pero que socava la base de la producción de alimentos en el largo plazo. En contraste, la agroecología es la aplicación de conceptos y principios ecológicos para el diseño y la gestión de los sistemas alimentarios sostenibles. Sus defensores sostienen que las prácticas de generar un suelo saludable, proteger la biodiversidad, conservar los recursos naturales y limitar la dependencia de los productos derivados del petróleo, como los fertilizantes y plaguicidas sintéticos, son la mejor apuesta para hacer frente a los retos del futuro. Sabemos que hay algo mal con la alimentación. Lo que no sabemos es que no tiene por qué ser así. La gente cada vez se muestra más interesada, sin embargo todavía sigue mal informada sobre que hay algo mal con la forma en que la alimentación funciona en nuestro mundo. En vez de alentar la acción y el compromiso en la búsqueda de soluciones, la conciencia colectiva corre el riesgo de caer en el fatalismo y la autocomplacencia. Los avances en la agroecología alrededor del mundo nos ofrecen esperanza y caminos para la acción, pero el mensaje tiene que salir e ir más al Soberanía alimentaria, En el contexto del desarrollo internacional, la soberanía alimentaria es el derecho de los pueblos a los alimentos sanos, culturalmente apropiados y producidos de forma sostenible, así como su derecho a definir sus propios sistemas alimentarios y agrícolas. En contraste con los programas y políticas de seguridad alimentaria, la soberanía alimentaria pone las aspiraciones, necesidades y medios de vida de quienes distribuyen y consumen alimentos en el corazón de los sistemas y políticas sobre alimentación, en lugar de las demandas del mercado y las empresas. Los promotores de la soberanía alimentaria podrían argumentar que un programa de seguridad alimentaria que simplemente proporciona excedentes de cereales a las personas que padecen hambre no es más que otra forma de “dumping” (venta por debajo de los costos de producción) para facilitar la penetración corporativa de los mercados extranjeros, lo que socava la producción de alimentos a nivel local, y que puede dar lugar a la contaminación biotecnológica irreversible de cultivos indígenas o criollos por variedades de plantas patentadas. La organización Vía Campesina lanzó la idea de la “Soberanía alimentaria” en la Cumbre Mundial de la Alimentación en 1996. Esta idea ha ido creciendo hasta convertirse en un movimiento global que incluye a sectores sociales como los pobres urbanos, grupos ecologistas y de consumidores, pequeños agricultores, asociaciones de mujeres, pescadores tradicionales, pastores, y muchos otros. También ha sido reconocido por instituciones y gobiernos. Demasiada fatalidad y pesimismo. Los alimentos industriales no sólo son malos para su salud, son malos por un montón de razones. Escribir sobre alimentación ya no sólo se trata de recetas y tendencias en la salud. Las historias de nuestra alimentación se expanden por el mundo, desde las guerras por los campos de petróleo en el Medio Oriente, a la pérdida del total de los ecosistemas, hasta clínicas de salud cardiaca. Lo que la gente no sabe acerca de la forma en que la humanidad moderna explota el mundo natural, y se explota a sí misma, es literalmente, que nos está matando y dañando el planeta. Hacer una guerra química contra la naturaleza con el fin de producir alimentos no es un mal necesario. Los avances en la agroecología en todo el mundo están demostrando que la dependencia de pesticidas sintéticos y fertilizantes no sólo es destructiva para los agricultores, los consumidores y los ecosistemas, sino que además es innecesaria. No se trata sólo de la agricultura, se trata de la comida. Ayude a crear una conexión entre el campo y la mesa. Por supuesto, los agricultores puede ser rudos con en el medio ambiente, ¡pero les estamos pagando para hacerlo! Todo el mundo, cada vez que abrimos la boca para comer, somos cómplices de este gran drama. Recuerde a su audiencia la relación entre su pan/arroz/avena de cada día y la destrucción de los bosques, el agotamiento de las aguas subterráneas y la contaminación, el cambio climático y el cáncer, pero también abra los ojos al mundo de las alternativas. Sección 2: Observar Detrás Del Bombo Publicitario Lo que el público no conoce es lo que está dañando su salud y al planeta ¿Tiene que ser de esta manera? Como muchas cosas en el mundo moderno, hay mucho más sobre la alimentación de lo que se puede ver a simple vista. El mundo de los alimentos está envuelto en un manto de mitos y malentendidos. Los dramáticos (re) descubrimientos que surgen todos los días a través de la integración de los conocimientos tradicionales y la moderna ciencia de la ecología a menudo se ocultan o son menospreciados. Las maravillas o preocupaciones acerca de la manipulación genética capturan los titulares de la prensa. “Entre 1981 y 2008, los archivos de The New York Times contienen, por ejemplo, 2.696 referencias a la “ingeniería genética” contra 3 para “agroecología”, 7 de “agroforestería”, y 0 para “mezclas de cultivos”. — Vanloqueren and Baret; De acuerdo con una nueva clase de escritores e investigadores, un mito omnipresente en nuestro mundo es la escasez. Hay demasiadas personas en el mundo y no podemos alimentarnos a nosotros mismos sin la ayuda de la química moderna y la agroindustria. Pesticidas y los fertilizantes basados en el petróleo son un mal necesario. Incluso los conservacionistas han “comprado” este mito, argumentando a favor de la agricultura química intensiva como un antídoto necesario a las viejas prácticas de “roza y quema” o cualquier otro uso extensivo de la tierra. En pocas palabras, la historia es la siguiente: los productos químicos, los cultivos genéticamente modificados y los alimentos procesados son males necesarios. Ellos son la única vía para alimentar a un planeta de 7 mil millones de personas. Además, es lo que el "mercado" demanda. Es cierto que la agricultura industrial produce cultivos básicos en gran cantidad. Por ejemplo, los agricultores estadounidenses de maíz pueden convertir a un medio bushel de semillas de maíz en más de 150 bushels de maíz por acre, en promedio. No es verdad que de esta manera se alimenta al mundo, y definitivamente no con alimentos nutritivos. En el libro "Fair Food ", el escritor y activista Oran B. Hesterman desmenuza la ruta de esta bonanza de cultivos en los Estados Unidos: Del total del maíz para uso alimenticio cosechado en los Estados Unidos (99 por ciento de todo el maíz se cultiva allí), 43 por ciento se utiliza para alimentar el ganado en ese país, el 15 por ciento se exporta principalmente también como alimento para animales, el 30 por ciento se transforma en etanol, y el restante 12 por ciento está destinado a la producción de miles de productos, en gran parte "comida chatarra". “No nos equivoquemos: hemos creado una situación en la que los SUVs (Vehículos Deportivos Utilitarios) americanos están compitiendo con los comensales africanos por el consumo de granos (maíz y soya). Y podemos ver quién está ganando", escribe Michael Pollan, probablemente el escritor sobre alimentación más influyente de Estados Unidos. "Todo se reduce a esto: las tierras agrícolas del mundo constituyen un recurso precioso y finito; nosotros deberíamos aprovecharlas para producir alimentos para la gente, no para los automóviles o el ganado". En la película “Food Inc.”, el periodista de investigación Eric Schlosser dijo que él se hizo periodista porque logró ver el sistema alimentario industrial como "un mundo deliberadamente oculto para nosotros.” Si eso es cierto, entonces hay un gran trabajo para los periodistas allá fuera. En tanto, a nivel local nuevas ideas están surgiendo como hongos por todo el mundo. Y los mensajes en las altas esferas del poder, incluido el huerto de verduras en la Casa Blanca, de los Estados Unidos, cuentan historias diferentes sobre lo que es posible hacer con los alimentos. En 2010, el Relator Especial de la ONU sobre el Derecho a la Alimentación publicó un informe que concluye que "la agroecología... puede duplicar la producción de alimentos en regiones enteras en 10 años, a la vez que mitiga el cambio climático y reduce la pobreza rural". máximo punto en 2008. Los agricultores no pueden operar de manera rentable bajo tales condiciones de altos costos de los insumos, y las personas que viven “al día” ya no pueden comprar alimentos. Jacques Diouf, el entonces director general de la FAO, declaró en 2011 que “el presente paradigma de la producción agrícola intensiva no puede responder a los desafíos del nuevo milenio”. Lo que necesita el mundo, escribió, es “un cambio importante del modelo homogéneo de la producción agrícola hacia un modelo de conocimiento intensivo, comúnmente sobre sistemas de producción agrícola de regiones específicas”. Hemos estado agotando nuestros suministros de agua a un ritmo insostenible. Los dos principales centros de población, China e India, están reduciendo su agua rápidamente. Los críticos del sistema alimentario industrial argumentan que sus problemas no se limitan a todos los costos ocultos que son transferidos a las personas y el medio ambiente en términos de salud y degradación de los recursos naturales. El problema es que la comida industrial es inherentemente insostenible, argumenta el granjero orgánico y filósofo Fred Kirschenmann, quien tiene un doctorado en Filosofía por la Universidad de Chicago y fue un pionero de la agricultura ecológica, transformando su granja familiar de Dakota del Norte en orgánica en 1980. Kirschenmann sostiene que el sistema alimentario industrial no puede continuar tal como es por mucho más tiempo. El cambio es inevitable, ya sea un cambio sistemático organizado o una ruptura del sistema. Él dice en este artículo que hay cuatro principales amenazas a la agricultura industrial, que socavan su capacidad para continuar en el futuro, es decir, su sostenibilidad. 1-Limitaciones energéticas El desafío para los legisladores hoy en día es cuestionar lo siguiente: “¿Qué tipo de sistema necesitaremos cuando los costos del crudo de petróleo lleguen a $300 dólares por barril?” Desde que nuestro modelo actual de agricultura industrial se basa en la energía barata, esto es la preocupación principal. Fertilizantes, plaguicidas, equipos de manufactura y operaciones, todos ellos dependen de los combustibles fósiles baratos. Cuando el costo de los combustibles fósiles aumenta, los costos de la agricultura se disparan. En Iowa (Estados Unidos), el amoniaco anhidro pasó de $200 dólares por tonelada a más de 1.000 dólares por tonelada de la noche a la mañana cuando los precios del petróleo alcanzaron su 2-Disponibilidad del agua China, que depende de la irrigación para el 80 por ciento de su producción de granos reduce sus acuíferos unos tres metros por año y está llegando a una profundidad de 300 metros en algunos lugares para poder obtener agua. India depende de la irrigación para el 60 por ciento de su producción de granos y está reduciendo el nivel de sus acuíferos en al menos 6 metros por año, llegando a perforar a profundidades de 600 metros en algunos lugares para obtener agua. Según Kirschenmann, en los EE.UU., donde el 20 por ciento de la producción de los granos es dependiente del riego, el país ha agotado el acuífero Ogallala a la mitad desde 1960. Se está disponiendo del agua subterránea a una velocidad de 1,3 billones de galones más rápido de lo que el acuífero puede ser recargado de forma natural. 3-Cambio climático Lo que se piensa últimamente es que los cambios en el clima probablemente no van a ser graduales y tendrán un impacto potencialmente grave para los agricultores. Los fenómenos meteorológicos extremos, los cambios en los patrones climáticos y las plagas, harán a una profesión imprevisible (la agricultura) aún más difícil. Las granjas que utilizan métodos industriales, dependen de los monocultivos y tienen sus suelos degradados, serán especialmente vulnerables. 4-Degradación ecológica Kirschenmann está especialmente preocupado por la destrucción de la biodiversidad, especialmente de los suelos que previamente estaban sanos. La agrónoma australiana Christine Jones argumenta que entre el 50 y 80% del carbono orgánico que alguna vez estaba contenido en la capa superficial del suelo se ha liberado hacia la atmósfera durante los últimos 150 años aproximadamente, “debido a nuestra incapacidad para cuidar de la tierra como un ser viviente”. La buena noticia es que las alternativas están surgiendo en todo el mundo. Los agricultores de Kenia, por ejemplo, han creado un método de “empujar-jalar” para controlar las malas hierbas parásitas y los insectos sin el uso de insecticidas químicos. El sistema "empuja" hacia afuera de los cultivos a las plagas con la plantación de hierbas repelentes de insectos de la misma especie entre las parcelas de maíz; mientras que estas plagas son “jaladas” hacia parcelas de pasto elefante (Pennisetum purpureum), que secreta una goma pegajosa que atrae y atrapa insectos. Los resultados han sido notables. La técnica de “empujar-jalar” ha duplicado los rendimientos de maíz y leche, y actualmente es utilizado en más de 10 mil granjas en el Este de África. El resumen global de la IAASTD ofrece ejemplos agroecológicos como alternativas al historial de la agricultura industrial, incluyendo " un mejor manejo del suelo y gestión del agua para aumentar la retención de agua y reducir la erosión, (...); la adopción más generalizada de las medidas de conservación del suelo, (...); y simulación de la dinámica de las plagas y especies exóticas a fin de reducir la dependencia de productos químicos para mantener la salud humana y de los ecosistemas y, al mismo tiempo, hacer frente a la incipiente amenaza de plagas que plantea el cambio climático. Los sistemas integrados de cultivos, árboles, ganadería y pesca se pueden intensificar y manejar como sistemas agrícolas multifuncionales, que producen menos consecuencias negativas para los ecosistemas”. (Resumen Global para Responsables de la toma de decisiones, Diversas medidas de acción, p. 29). Policultivos diversidad en el espacio. Plantaciones mixtas en lugar de monocultivos de una sola cosecha. Los insectos pueden ser confundidos por un campo diverso. La fertilidad del suelo puede ser mejorada mediante la plantación de árboles fijadores de nitrógeno entre los cultivos de alto valor como son los árboles frutales o los vegetales. Los sistemas agroforestales Se trata de sistemas que combinan árboles con cultivos de ciclo anual. En algunos casos, los cultivos anuales como el maíz o de corta duración como la piña se siembran entre hileras de árboles jóvenes. En otros sistemas, árboles fijadores de nitrógeno dan sombra y fertilidad parcial para cultivos de alto valor como el cacao, el café o el té. Esto da como resultado sistemas de mayor rendimiento y más diversos productos. Los cultivos de cobertura y abono El suelo expuesto puede ser erosionado por el viento, la lluvia y el sol, y/o cubierto con malas hierbas. Los cultivos de cobertura, como los cacahuates u otros granos, así como las capas de hojarasca o paja, pueden proteger el suelo y eliminar las malas hierbas. Mezcla de agricultura-ganadería El agricultor y filósofo norteamericano Wendell Berry dijo que cuando los animales fueron retirados de las granjas estadounidenses y colocados en corrales de engorda (o "granjas industriales") una solución fue dividida en dos problemas: no hubo suficiente fertilizante (estiércol) para las granjas En el documento “Agroecología: única esperanza y se generó demasiado fertilizante (es decir, para la soberanía alimentaria y la resilencia contaminación) en los corrales de engorda. El socioecológica” se pueden encontrar muchos manejo de los animales de granja junto con los ejemplos de prácticas agroecológicas: cultivos puede ayudar a desarrollar fertilidad del suelo y tener control de las plagas, a la vez que se diversifica la producción en las granjas. La rotación de cultivos diversidad a través del tiempo. Mientras los agricultores alternan sus cultivos, por ejemplo la siembra de maíz seguido Los agronegocios y sus aliados podrán calificar a de soya, y seguida por alfalfa. O arroz seguido de la agroecología como elitista o un sentimentalismo pero la agricultura “naturalmente ajo, pero con un “descanso” de cultivo de plantas “hippie”, fijadoras de nitrógeno para aumentar la fertilidad informada” es cada vez más reconocida como del suelo y “romper” las poblaciones de plagas o una alternativa viable para el desarrollo agrícola en general. Sus promotores afirman que tiene el enfermedades. potencial para ayudar a: Mitigar el cambio climático y ayudar a enfriar el planeta. Proporcionar comida suficiente, buena y nutritiva para la población del mundo (incluyendo a las ciudades a través de la agricultura urbana). Restaurar la biodiversidad, la fertilidad del suelo y los recursos hídricos en tierras de cultivo degradadas. Reducir drásticamente la pobreza, mejorar los medios de subsistencia y la seguridad.Maintain agrobiodiversity, critical for the resilience of food systems Mantener la biodiversidad agrícola, elemento fundamental para la capacidad de recuperación de los sistemas alimentarios. Mantener la importancia de los elementos culturales y espirituales de los alimentos y fortalecer la soberanía alimentaria. Exaltar las virtudes de la agroecología no es minimizar los desafíos que se enfrentan para alimentar al mundo, sino que quiere decir que el discurso dominante de la escasez, la fatalidad y la ingeniería genética como salvador no refleja la realidad. Los retos son reales, pero también lo son las alternativas que ofrece la agroecología. La Evaluación Internacional del Papel del Conocimiento, la Ciencia y la Tecnología en el Desarrollo Agrícola (IAASTD), el estudio más completo que se haya hecho de la ciencia y la tecnología agrícola, llegó a una conclusión profética en 2008: "Business as usual ya no es una opción". Investigación sobre alimentos orgánicos en China “Hace algunos años, propuse que China hiciera esfuerzos para desarrollar su agricultura orgánica, o el sector de la agricultura ecológica, pero me dijeron que la gente se moriría de hambre como resultado. Los expertos agrícolas han seguido extendiendo esa idea, y muchos académicos y funcionarios han aceptado que es incuestionablemente. Como resultado, los ecologistas han rehuido la eco-agricultura, mientras que los expertos de biotecnología continúan favoreciendo a los cultivos genéticamente modificados como la única solución posible a los problemas de seguridad alimentaria de China”. -Jiang Gaoming es investigador en jefe del Instituto de Botánica de la Academia China de Ciencias. Los métodos utilizados por los expertos de la Academia China de Ciencias incluyen: tomar la paja que normalmente es quemada por los agricultores y procesarla para convertirla en alimento para las vacas, el ahorro es de 1.500 a 2.000 yuanes (232 a 309 dólares) por cabeza de ganado; utilizar parte del estiércol de las vacas para generar metano para ser utilizado como una fuente de energía, y el resto como abono orgánico de calidad para los campos, y el ataque contra las plagas con métodos “físicos y biológicos” -por ejemplo, trampas de luz para insectos se utilizaron durante todo el año, y las gallinas que viven en la parcela se alimentan de los insectos. Las malezas se recogen y se utilizan como forraje orgánico para los gansos, peces y el cultivo de langosta, y el riego a un nivel adecuado se utiliza para mantener la humedad del suelo. Estos métodos permiten la restauración ecológica de las tierras improductivas que habían sido contaminadas con fertilizantes, pesticidas y herbicidas utilizados para aumentar los niveles de producción. Sección 3: Observando A La Alimentación A Través De La Visión Periodística Reportear la verdad sobre los sistemas alimenticios requiere de un entendimiento de la ecología y la validación de las prácticas tradicionales agrícolas. Y además se necesita del ejercicio del buen periodismo. El periodista de la cadena británica BBC, Richard Black, en un reciente artículo sobre un nuevo avance en la genética vegetal del Instituto Internacional de Investigación del Arroz (IRRI) proporciona un ejemplo muy típico de la cobertura de los principales medios de comunicación sobre la ingeniería genética. El artículo exaltaba la virtud de una nueva planta de arroz transgénico en la India que puede aumentar los rendimientos por ayudar a las plantas a mejorar la absorción de fósforo del suelo, un nutriente generalmente escaso en las plantaciones de arroz de Asia. Norman Uphoff, profesor de la Universidad de Cornell y autor del innovador sistema de cultivo conocido como el Sistema de Intensificación de Arroz, llama a este tipo de pensamiento “genocéntrico”, un fenómeno en el que todos los diversos factores que determinan una buena cosecha se enfocan en la genética como único centro de atención, con lamentables consecuencias. Aunque acoge con optimismo la noticia del avance científico generado por el IRRI, Uphoff advierte en tono de crítica del peligro de ser “enamorado o engañado" por el pensamiento “genocéntrico”. Tal pensamiento “refuerza la idea de que los genes son todo y todos los otros aspectos de la producción de la cosecha son secundarios o subsidiarios (o simplemente olvidados). “Con este tipo de pensamiento se reducen los alcances de nuestra investigación, y otros elementos de mejora de los cultivos son pasados por alto o reciben muy poco apoyo”, dijo Uphoff en una respuesta por correo electrónico sobre el IRRI. “Este mismo pensamiento refuerza una desafortunada dependencia comercial y psicológica. Los agricultores tienden a pensar que ellos son incapaces de lograr buenas cosechas a menos que tengan nuevas y mejores variedades de semillas, en vez de aprender a utilizar sus propios recursos para mejorar su producción. Este tipo de “inmovilización cognitiva” es muy penetrante en la India en estos días y, creo, perjudicial”. "Tenemos que ir más allá del pensamiento genocéntrico hacia un marco de pensamiento agroecológico. Deberíamos estar trabajando con los agricultores para ayudarles a entender lo mucho que puede lograr el manejo de las plantas, el suelo, el agua y los nutrientes en diferentes y mejores maneras, para que podamos también generar más beneficios de los organismos del suelo en asociación con las plantas”. El artículo de Black es un ejemplo básico de cómo el buen periodismo se puede olvidar cuando se trabaja con avances en la tecnología tan embriagadores. La idea de nuevas plantas maravillosas es mucho más atractiva que el buen manejo del suelo. Pero ese hecho no nos exime de nuestra responsabilidad de profundizar en las cuestiones de la alimentación y la agricultura. Las alternativas que enfrentamos son a menudo muy duras. Al enfocar y dar luz sobre las diferencias con ejemplos concretos, podemos ayudar a nuestro público a entender mejor los problemas. Consideremos el ejemplo de herbicidas o mata hierbas. Los herbicidas, teóricamente, pueden tener un valor práctico en una agricultura basada en la naturaleza, por ejemplo, en la aplicación local de una sola ocasión para establecer un sistema agroforestal, por decir, para atacar una especie invasora y permitir que las plantas nativas puedan ser restablecidas. Los mejores profesionales de Manejo Integrado de Plagas (IPM) sólo utilizan herbicidas como último recurso. Pero entonces consideremos la realidad de los herbicidas en el sector de la comida industrializada: han sido desarrollados a partir de la tecnología de las armas químicas, dependen del control y la explotación de petróleo, y han generando una industria de miles de millones de dólares que es alimentada por la nefasta mentira de que es una buena práctica utilizar los productos químicos tóxicos como herramienta principal en la agricultura. Ahora veamos esto desde el punto de vista agroecológico: los daños a la tierra son una cosa; pero la principal crítica es que la práctica de la agricultura industrializada equivale a quemar el dinero. La materia orgánica es primordial si usted está hablando acerca de la nutrición, la fertilidad del suelo, o el ahorro de emisiones de carbono. Pero la agricultura industrial desanima esto, la tierra que podría cultivar la materia para alimentos, pastura, combustible, abono y composta, hábitat para los insectos beneficiosos y animales, y así sucesivamente, es desperdiciada. La tierra a la que se le retira su vegetación genera múltiples impactos negativos. Y si esta tierra ha recibido dosis de herbicidas se presta para ser el hábitat para plantas invasoras o nocivas. Miles de millones de dólares se gastan en una sustancia inútil y perjudicial como los herbicidas químicos. ¿Y qué dice la genética acerca de los herbicidas? ¿Está la I + D (Investigación y Desarrollo) y las ventas orientándose principalmente hacia el desarrollo de nuevos cereales capaces de luchar contra malas hierbas o soya con alta capacidad de fijación de nitrógeno o con propiedades alelopáticas (propiedades químicas naturales que desalientan la competencia de otras especies? No, se va hacia el desarrollo de plantas como la soya capaz de resistir cada vez más herbicidas y sobrevivir en simplificados ecosistemas sin vida que crean. (Lea más aquí sobre la soja Roundup-Ready) Consejos para la cobertura de Alimentación y Naturaleza Está claro que si el mundo ha de alimentarse a sí mismo de manera sostenible, será necesario que esté mejor informado sobre las posibilidades que están ya disponibles y las lecciones aprendidas por los practicantes de la agroecología. Los periodistas y los medios de comunicación locales pueden desempeñar un papel fundamental en la difusión de estas lecciones, y ayudar a las sociedades a encontrar un camino hacia la soberanía alimentaria, pero primero necesitarán un mejor contexto y la comprensión de los diversos enfoques que se están adoptado, y los problemas que los rodean. Aquí hay algunos consejos para mejorar su cobertura sobre los temas de agroecología y soberanía alimentaria: Usar Diferentes Angulos – Usar un enfoque “ecológico” será importante cuando se trata de la agricultura. Pero no solamente se pueden abordar estas cuestiones desde un punto de vista ambiental. "El periodismo personal o de autor" que aborda temas como dónde y qué comer son más populares que nunca en estos días, así que la adopción de estos ángulos para una historia puede ayudarle a alcanzar mayores y más diversos públicos. Pero además hay un montón de otros ángulos que usted puede elegir: la agroecología y la soberanía alimentaria pueden ser abordadas como historias sobre los negocios y la economía, como una historia científica, de la salud, una historia social y cultural, una historia de seguridad, y así sucesivamente. El reportear estos temas con diversos ángulos no sólo aumenta la aceptación de su público, sino que además hace que la información sea más entretenida. Enfocarse en la Gente – Por sobre todas las cosas, busque a personas interesantes que estén trabajando en estos temas. Historias centradas en las personas, en lugar de los temas, son generalmente más atractivas, y centrándose en los estudios de caso de los agricultores, agroecólogos e investigadores de este campo ayudará al público a que vea lo que es (y lo que no es) la gente. Y los temas de estudio no sólo tienen que ser historias de éxito, ya que los esfuerzos que fracasaron pueden ser tan interesantes y aún más esclarecedores. Evitar (o Explicar) la Jerga – Al igual que con cualquier tema complicado o científico, la agroecología es un tema cargado de jerga - palabras y frases complejas que los expertos lanzan al aire con facilidad, pero que al público inexperto le cuesta entender. De hecho, ¡muchos de estos términos se utilizan en este Manual! Este lenguaje puede convertirse en un distractor, así que trate de evitar la jerga siempre que sea posible, o si debe utilizar un término de esta, explique el término en un lenguaje simple y fácil de entender. Este glosario de términos sobre agroecología puede ayudar. Traducir la Ciencia – Un corolario de lo anterior es ayudar al público a entender la amplia gama de cuestiones técnicas y científicas involucradas. La agroecología involucra no sólo la investigación de vanguardia, la que puede ser muy técnica y hermética, y además una gran variedad de conceptos sobre ecología y economía con los que el público puede no estar familiarizado. Sobre todo cuando se entrevista a científicos, economistas y otros expertos, imagínese usted mismo como un intérprete que tiene que traducir el lenguaje de esta especialidad en términos comunes que todo el mundo pueda entender. Centrarse en Soluciones, No Sólo en Problemas –Esto puede parecer obvio, dado que la agroecología y la soberanía alimentaria son esencialmente presentados como soluciones, pero teniendo en cuenta que los medios de comunicación (y muchos editores) prefieren destacar los problemas y las crisis, los periodistas pueden tener la tentación de centrarse más en la cobertura de los problemas de la escasez de alimentos, escurrimientos de sustancias químicas, la pérdida de la calidad del suelo y de la agrobiodiversidad, y así sucesivamente. Sin duda, estos son temas dignos de explorar, pero demasiado pesimismo y la fatalidad puede generar apatía y, finalmente, la pérdida de interés del público. Con la inclusión de las posibles soluciones -y hay, por supuesto, otras propuestas además de la agroecología- se obtiene una historia con más equilibrio. Explorar Todos Los Lados- Trate de informar sobre todos los aspectos del tema y hasta donde el espacio lo permita. Esta guía, obviamente se centra en un conjunto de soluciones, pero que con el fin de entender por qué puede ser preferible la agroecología, primero tenemos que estudiar e informar sobre el actual y ampliamente utilizado sistema de agricultura industrial y las tensiones que ha creado, así como de las otras propuestas tales como la ingeniería genética. Le sugerimos entrevistar a los defensores de estos enfoques y entender por qué apoyan esta visión particular y cómo asumen su postura; porque esto ayudará a que su trabajo periodístico sobre la agroecología y la soberanía alimentaria sea más matizado, tenga contexto y logre credibilidad. Por supuesto que tener el tiempo y espacio para hacer toda esta investigación y reportería (quizás al reportar una serie de historias) es un reto, pero que demostrará ser de gran ayuda tanto para su educación y su carrera como periodista. Utilice Fotografías y Gráficos-Como dice el dicho: “una imagen vale más que mil palabras”, y lo mismo puede decirse para gráficos e ilustraciones que muestran los desafíos que enfrentamos en el tema de la alimentación y cómo se están desarrollando en la vida real. Los medios sociales son, por supuesto, otra herramienta de la que los reporteros modernos están dependiendo para lograr una distribución más amplia de las historias, obtener retroalimentación e incluso encontrar fuentes de información. Encontrar “la Nota”- Los editores y productores que dan prioridad a temas tales como la política y las finanzas pueden ser renuentes a apoyar historias sobre temas que consideran “esotéricos”, como la agroecología y la soberanía alimentaria. Así que habrá que ser creativo en la búsqueda de maneras de “vender” sus historias en la sala de redacción. Buenas “notas” pueden incluir días conmemorativos (como el Día Mundial de la Alimentación y eventos relacionados a la agricultura, incluidas festividades tradicionales como las fiestas de la cosecha), o acontecimientos actuales que se relacionan con los problemas agrícolas y ambientales tales como las hambrunas, el aumento de precios de los alimentos, las regiones muertas creadas por el drenado agrícola, etcétera. Si usted está teniendo problemas para que estas historias llamen la atención de su editor de sección, trate de acercarse a editores de otras secciones que publican sobre nutrición, negocios o cualquier otro tópico que ya hemos mencionado anteriormente. Investigando los conocimientos tradicionales en torno a la alimentación Los periodistas deben evitar la trampa de la obviedad, o repetirán los dichos que la gente tiende a dar por ciertos (gracias a miles de millones de dólares en publicidad corporativa), pero que a menudo no son verdaderos. Aquí están algunos ejemplos: 1. 2. 3. 4. 5. No podemos alimentar al planeta sin la agricultura industrial. Los promotores de los alimentos naturales u orgánicos son elitistas, quienes condenarán a miles de millones a la inanición. El sistema industrial de alimentos tienen sus desventajas, pero es más productivo. El hambre mundial podría terminarse si todos los países tuvieran suficientes tecnologías modernas como fertilizante de nitrógeno, plaguicidas y semillas de "alto rendimiento". La agricultura orgánica (o natural) es muy laboriosa. Examinemos el último punto, y consideremos algún trabajo que es peligroso y perjudicial, y otros que inspiran y elevan. El trabajo en un agroecosistema natural es diferente de un trabajo en el sistema alimentario industrial. Una familia dedicada a cuidar y cosechar su propio sistema agroforestal de forma suficiente y tranquila es un diferente tipo de trabajo que el de una familia inmigrante que vive y trabaja cerca de un matadero de tamaño industrial. El Poder de Los Patos En Japón y Vietnam, algunos agricultores orgánicos crían patos y algunas ocasiones peces en sus arrozales para controlar las plagas y malas hierbas. La crianza de patos en los arrozales no es un sistema nuevo, pero la sabiduría de esta antigua práctica es reconocida por los agroecólogos por su simbiosis (vínculo asociativo) entre los patos y el arroz: los patos comen los caracoles que son una plaga para las plantas de arroz jóvenes, y comen las malezas que compiten con el arroz. El estiércol de los patos ayuda a la fertilidad del suelo y su constante movimiento y búsqueda de alimento ayuda a reducir la germinación de malezas. Por supuesto, los agricultores obtienen también carne y huevos en el negocio. Con los subproductos de la cosecha de arroz (salvado de arroz, arroz partido) se puede alimentar a los patos. Los agricultores que practican este tipo de integración cultivo-ganadería reportan mayores rendimientos y menores costos de mano de obra. La alta demanda de mano de obra por la agroecología comparada con la agricultura convencional se puede considerar una ventaja donde existen pocas oportunidades alternativas de empleo, y cuando la concentración de la tierra y de la agricultura industrial en las zonas rurales de todo el mundo ha empujando a millones de campesinos a los tugurios urbanos sobrepoblados. Centrarse en los problemas de hoy Hay muchas historias no reporteadas suficientemente sobre del daño que está causando la agricultura industrial actual, un daño que la agroecología podría evitar y reparar. Es importante para los periodistas que hagan recordar a los lectores acerca de hechos sencillos: la desnutrición, los nuevos compuestos químicos en el medio ambiente, el desequilibrio del financiamiento entre la microbiología y la agricultura sostenible. Y recordarles también sobre los mensajes opuestos con los que a menudo son “bombardeados”… Una de las lecciones de la agroecología es observar el mundo de la alimentación de diferentes maneras, a través de diferentes enfoques, que han sido la norma durante las últimas décadas de la alimentación industrial. Esto es cierto de cualquier manera si estamos observando el suelo, los ecosistemas, o la cuestión misma del hambre humana. MS Swaminathan, uno de los padres de la agricultura moderna en la India y comprometido defensor de la agroecología, tiene un mensaje que los periodistas deben tener en cuenta: "El hambre en la región Asia-Pacífico tiene tres dimensiones principales: el hambre crónica provocada por un poder adquisitivo insuficiente, el hambre oculta causada por la deficiencia de micronutrientes, y el hambre transitoria causada por la interrupción en las vías de comunicación debido a la sequía, las inundaciones, los ciclones, etcétera. Por lo tanto, cualquier estrategia para la eliminación del hambre debe basarse en una clara comprensión de los factores causales. ¿Qué tipos de hambre existentes en las áreas donde usted trabaja y cómo se manejan estás? En particular, ¿cómo se está abordando el problema de sobrellevar el hambre oculta?" Sección 4: Cultivando Con La Naturaleza... ¿Vale La Pena? Una de las características de la agroecología que es menos reportada es que puede ser rentable La agroecología funciona, y genera beneficios, también. Muy a menudo, efusivas historias romantizan la agricultura natural, pero reportear eso puede demostrar que la economía de la agroecología tendrá más influencia. Procure dar ejemplos que muestran los múltiples beneficios -conservación de la biodiversidad, fortalecimiento de las economías locales, salud infantil- pero insista en el enfoque sobre sus efectos en la economía. Si sus investigaciones demuestran que este no es el caso, entonces podrá contar esa historia. Pero no hay que repetir el viejo dicho sobre que la agricultura natural no podrá alimentar el mundo. El sistema alimentario industrial que se utiliza en la actualidad no alimenta a todo el mundo, (ver 1 mil millones personas desnutridas), mientras que la agroecología podría alimentar al mundo varias veces mientras se restaura la salud de los sistemas naturales. Un ejemplo: el Sistema de Intensificación de Arroz, conocido como SRI, es un metododo agroecológico para aumentar la productividad del arroz de riego, cambiando la gestión de las plantas, el suelo, el agua y los nutrientes. SRI se originó en Madagascar en la década de 1980 y se basa en cuatro principios básicos, a saber, el establecimiento de plántulas más jovenes, reducción de la densidad de plantas, fertilización de suelos con abono natural, y reducción del consumo de agua. Los beneficios de SRI se han demostrado en más de 45 países. Ellos incluyen: De 50 a 100% o más rendimientos, reducción de hasta el 90% en la semilla requerida, y hasta un 50% de ahorro de agua. Los principios y prácticas del SRI han sido adaptados para el arroz de temporal, así como para otros cultivos (por ejemplo, trigo, caña de azúcar y el teff, entre otros), logrando aumentos en el rendimiento y las correspondientes prestaciones económicas. Fertilizantes gratuitos desde el aire El nitrógeno es importante para el crecimiento de la planta. Afortunadamente, es el elemento más abundante en el aire. Por desgracia, las plantas no pueden acceder a ella por sí mismas, necesitan la ayuda de bacterias. Ciertas plantas, en su mayoría miembros de la familia de los frijoles, tienen una relación especial con estas bacterias y pueden fijar el nitrógeno de la atmósfera en el suelo. Estas plantas leguminosas como la acacia, el cacahuate y muchas otras, descomponen y producen nitrógeno beneficioso para los cultivos. Por otro lado, el nitrógeno sintético generado por la industria petroquímica, es una de las fuentes principales de contaminación y uno de los de Gases de Efecto Invernadero. Los agricultores que alternan con la siembra de leguminosas a sus principales cultivos -como los arroceros tailandeses que cultivan una “cosecha de descanso” de 45 días de la planta leguminosa sesbania entre sus dos cosechas anuales de arroz- obtienen nitrógeno de forma gratuita, mientras reducen las emisiones contaminantes y los Gases de Efecto Invernadero. En Kenia, los agricultores que cultivan árboles de acacia albida intercalados entre sus cultivos de alimentos, obtienen nitrógeno, cultivos más resistentes a la sequía y forraje para los animales. El lema del SRI es “más con menos”: más comida con menos fertilizante, agua y semillas. Su rendimiento no requiere de semillas genéticamente modificadas ni tantas otras cosas producidas por las empresas agroindustriales. Y eso es parte del problema con su promoción, por supuesto.Se produce más alimentos y se fortalecen los medios de vida rurales, pero que no produce mucho beneficio para las empresas multinacionales. “Los agroecosistemas, incluso de las sociedades más pobres tienen el potencial a través de la agricultura ecológica ... para igualar o exceder significativamente los rendimientos producidos por métodos convencionales, reducir la demanda de cambio de uso de la tierra para la agricultura, restablecer los servicios ecológicos (especialmente el agua), reducir el uso y la necesidad de fertilizantes sintéticos derivados de combustibles fósiles, y el uso de insecticidas perjudiciales”, señala el informe de la IAASTD. (Reporte de síntesis, pg. 64) (Re)creando sistemas alimentarios sostenibles con la agroecología Los agroecosistemas no están limitados a las zonas rurales. Una de las lecciones de la agroecología es la importancia de la comida local. Comer alimentos producidos cerca de nuestra casa significa una alimentación más nutritiva, pero también esta comida puede crear empleos, mejorar el nivel de vida y reducir las llamadas “Food miles” y la huella de carbono de una comida. La agricultura urbana está creciendo en todo el mundo, desde Detroit a Bangkok a Río. “Las mujeres en uno de los barrios más pobres de esta ciudad (Nova Iguazú) a 40 kilómetros al norte de Río de Janeiro ya no tienen que gastar dinero en las verduras, porque han aprendido a cultivar las propias, en el surgimiento de los huertos orgánicos urbanos en Brasil”, informó la agencia InterPress Service. Llevar las granjas a las ciudades no es asunto de poca importancia, dado que la urbanización atrae más y más gente a las ciudades. En el año 2000, el 81 por ciento de los brasileños vivían en zonas urbanas, y 10 años más tarde, el porcentaje ha aumentado a más de 84 por ciento, de acuerdo con el censo de 2010 de este país. De hecho, hay miles de iniciativas en todo el mundo destinadas al (re) desarrollo de las economías de producción y consumo local de alimentos. Los sistemas de comercialización sin intermediarios, como la agricultura sostenida por la comunidad (CSA, por sus siglas en inglés) están surgiendo como hongos en todo el mundo y logran una conexión directa de los pequeños agricultores con las comunidades. En los Estados Unidos, decenas de miles de familias se han unido al sistema CSA, y en algunas zonas del país hay más demanda de alimentos locales y naturales que la que pueden satisfacer las granjas comunitarias, reporta el sitio www.localharvest.org. Si bien no existen cifras oficiales sobre estos sistemas a menudo informales, la red en internet Local Harvest tiene en su base de datos de más de 4 mil proyectos de agricultura comunitaria urbana, cuando a principios de la década de 1980 no había ninguno. Esta reconexión entre los agricultores y consumidores de alimentos no es exclusiva de los países del mundo desarrollado. El agroecologista Miguel Altieri es un ejemplo de Brasil, donde la soberanía alimentaria está siendo impulsada por la iniciativa llamada RedeEcovida, donde familias de agricultores, organizaciones no gubernamentales de apoyo, y los consumidores, y cuyo objetivo es promover las alternativas agroecológicas y los mercados locales “cerrar el círculo entre los productores locales y los consumidores, garantizar la seguridad alimentaria local y que la riqueza generada se quede en la comunidad. “Ecovida abarca 180 municipios y aproximadamente 2.400 familias de agricultores (alrededor de 12.000 personas), organizadas en 270 grupos, asociaciones y cooperativas. También incluye 30 ONGs y 10 cooperativas de consumo ecológico. Todo tipo de productos agrícolas se cultivan y venden por miembros de Ecovida, incluyendo verduras, cereales, frutas, jugo, jalea de frutas, miel, leche, huevos y carne que llegan a miles de consumidores”. Las iniciativas están surgiendo en todo el mundo para crear vinculación de los agricultores con las escuelas, barrios, hospitales, oficinas gubernamentales y otras instituciones que pueden recompensar a los agricultores que practican la agro-ecología y con ello estos sistemas van escalando de modo que se puede alimentar un número creciente de personas. Carbono y alimentos Obviamente, en la medida qué los alimentos tienen que viajar desde la granja al consumidor (en los EE.UU. se estima este recorrido es de 2400 kilómetros en promedio) esto tiene consecuencias sobre el cambio climático. Pero el potencial de la agricultura para exacerbar o reducir el calentamiento global, se extiende mucho más allá de la cuestión del transporte. En el Reino Unido, se estima que el sistema alimentario contribuye hasta en una quinta parte de las emisiones de Gases de Efecto Invernadero del país. La cadena alimentaria que va desde los petroquímicos como base de los fertilizantes y pesticidas, hasta el metano que se emite en los vertederos de basura, es muy larga. “Después de los automóviles, los sistemas alimentarios utilizan más combustible fósil que cualquier otro sector de la economía (19 por ciento). Y mientras los expertos no se ponen de acuerdo acerca de la cantidad exacta, la forma en que nosotros mismos consumimos alimentos contribuye con más Gases de Efecto Invernadero a la atmósfera que cualquier otra cosa que hacemos (tanto como un 37 por ciento), de acuerdo con un estudio. Siempre que los agricultores desmontan la tierra para los cultivos, grandes cantidades de carbono se liberan al aire”, escribió Michael Pollan en un artículo editorial en el diario New York Times. “Pero la industrialización de la agricultura en el Siglo XX aumentó la cantidad de Gases de de Efecto Invernadero emitidos por el sistema alimentario por orden de magnitud; fertilizantes químicos (hechos a partir de gas natural), los pesticidas (hecho a partir del petróleo), la maquinaria agrícola, el procesamiento moderno de los alimentos, el envasado y el transporte juntos han transformado a un sistema que en el año 1940 producía 2,3 calorías de energía de los alimentos por cada caloría de la energía de combustible fósil; mientras que ahora se necesitan 10 calorías de energía de combustible fósil para producir una sola caloría de los alimentos del supermercado. Dicho de otra manera, cuando nos alimentamos a partir del sistema alimentario industrial, estamos comiendo petróleo y vomitando Gases de Efecto Invernadero. Esta cadena de consecuencias puede acortarse significativamente con la agroecología, a través de la agricultura orgánica y el consumo local. Pero es el potencial de un suelo vivo, que permite tanto aumentar los rendimientos y los ingresos de la cosecha, como para capturar el carbono de la atmósfera, el que tiene las posibilidades más interesantes para muchos. La promoción por parte del Banco Mundial y otras influyentes instituciones de lo que se llama “Agricultura climáticamente inteligente” es considerada por algunos partidarios de la agroecología, como el Instituto para la Agricultura y la Política Comercial (IATP, por sus siglas en inglés), ya sea como una artimaña o una distracción, que pone demasiado énfasis en el comercio de carbono y no lo suficiente en las prácticas sostenibles. Así que la emergente historia de captura de carbono en el suelo va mucho más allá de esto. Después de los océanos, el suelo es el más grande sumidero de carbono en el planeta, dice el agrónomo Christine Jones. A través de la fotosíntesis las plantas convierten el CO2 en azúcares para lograr el crecimiento, liberando oxígeno a la atmósfera. La actividad de las bacterias simbióticas y hongos, asociado a las raíces y alimentado por los azúcares, permite la captura de CO2 que al combinarse con los minerales del suelo se convierte en humus estable, que capturará al carbono. Sin embargo, con la recuperación del suelo con la agroecología la ecuación cambia. Por ejemplo, en 2009, el Gobierno portugués presentó un esquema de compensaciones de carbono del suelo basado en la mejora de las tierras de pastoreo secas. El plan paga a un estimado de 400 agricultores participantes para establecer biodiversidad perenne con una mezcla de pasturas de gramíneas/ leguminosas (superior a 20 especies) para mejorar el carbono del suelo, la capacidad de retención de agua del suelo y la productividad ganadera en un área de aproximadamente 42.000 hectáreas, según la organización de Jones, Amazing Carbon. Tiago Domingos, un profesor participante, calculó que el área de la tierra agrícola en Portugal que es susceptible de compensación por la captura de carbono del suelo en conjunto podrían secuestrar más Carbono que el actual déficit nacional portugués de emisiones bajo las disposiciones actuales del Protocolo de Kioto. Además de los pagos por captura de carbono que reciben, los agricultores portugueses que participaron en el proyecto reportaron que “disfrutan de los efectos en el medio ambiente como la mayor biodiversidad, el aumento de la fertilidad del suelo, el aumento de las tasas de infiltración de agua, menos erosión, menos desertificación, menos incendios, menos inundaciones, la mejora en la calidad del agua, menor dependencia de alimentos procesados para sus rebaños en los prolongados períodos de sequía y mejor calidad de la leche y la carne”. Tim Wiley, un oficial de desarrollo del Departamento de Agricultura y Alimentación del Occidente de Australia, informa que “si todos los suelos agrícolas de Australia Occidental se dedicaran al secuestro de carbono, podríamos absorber las emisiones actuales de Australia Occidental. Esto tendría el potencial de reducir significativamente las emisiones netas de Australia y cumplir con las obligaciones del Protocolo de Kioto”. Añada en el resto de la superficie agrícola de Australia (y del mundo) y el impacto en los niveles globales de CO2 sería evidente. El Bosque Subterráneo Los agricultores en Níger han ayudado a mantener a raya la desertificación a través de una práctica ingeniosa y sencilla de permitir que los árboles se regeneren en sus campos. La práctica involucra la poda selectiva de brotes de los arbustos que les permitan crecer hasta convertirse en árboles apropiados. Anteriormente, los agricultores pensaban que los árboles que crecen en medio de sus campos de cultivo reducirían su rendimiento agrícola, así que mientras los árboles nativos trataban de crecer, se araba bajo sus raíces o era quemados con los residuos de los cultivos. En unos pocos años, nuevos bosques habrán crecido a través de la poda mínima de regeneración natural de los arbustos. Los agricultores en Níger han regenerado más de 30.000 kilómetros cuadrados con esta técnica que se llama Farmer Managed Natural Regeneration. Con los árboles podados y espaciados adecuadamente, aumentó el rendimiento del cultivo tanto como de 200 a 300 por ciento, mientras que provee una fuente adicional de forraje y leña. Con esta técnica, incluso en un corto período de tiempo, se obtiene suficientes residuos de árboles podados para proporcionar acolchado para los campos de cultivo y lograr un aumento de la retención de agua del suelo y reducción de la evaporación. Importantes retos por delante, pero también esperanza Mientras el reto de alimentar a la población mundial se hace más complejo y crítico, un nuevo pensamiento y acercamiento son necesarios. Los periodistas pueden hacer una importante contribución a los debates sobre la alimentación y la agricultura, ayudando a informar a su público no sólo sobre los retos, sino también acerca de la aparición de la agroecología y su potencial para hacer una diferencia. Como apuntó el escritor sobre alimentos Michael Pollan, comer “es un acto político”. La comida es un área en la que la gente común puede hacer la diferencia. El trabajo de los periodistas es ayudar a la gente a entender los retos, las alternativas y las maneras en que ellos mismos pueden hacer la diferencia. "La huella ecológica de la agricultura industrial es ya demasiado grande para ser ignorada, y la previsión de un aumento en los cambios ambientales globales futuros podrían hacer esta huella ecológica incluso mayor... Los recursos naturales, especialmente el suelo, el agua, la diversidad vegetal y animal, la cobertura vegetal, las fuentes de energía renovables, el clima y los servicios de los ecosistemas, son fundamentales para la estructura y la función de los sistemas agrícolas y la sostenibilidad social y ambiental, en apoyo a la vida sobre la Tierra. Históricamente, la senda del desarrollo agrícola mundial se ha enfocado de manera muy restrictiva en el aumento de la productividad, en lugar de buscar una integración más holística de la gestión de los recursos naturales en los alimentos y la seguridad nutricional. Es preferible un enfoque holístico u orientado hacia los sistemas porque puede abordar las difíciles cuestiones asociadas con la complejidad de los sistemas alimentarios y de producción en distintas ecologías, regiones y culturas. - Resumen del Informe de la Evaluación Internacional del Papel del Conocimiento, la Ciencia y la Tecnología en el Desarrollo Agrícola (IAASTD)