a la Alimentación y la Naturaleza

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Dando sentido (y centavos) a la
Alimentación y la Naturaleza:
Una guía para la cobertura periodística de la
agroecología y la soberanía alimentaria
“Aquí hay dos hechos que no deben ser ambos verdad:
Hay los suficientes alimentos producidos en el mundo cada año
para alimentar a todos los seres humanos en el planeta.
Cerca de 800 millones de personas, literalmente, pasan hambre
todos los días, con más de un tercio de la población mundial -2 mil
millones de hombres y mujeres- que de una u otra manera están
desnutridos, según la Organización de las Naciones Unidas para la
Alimentación y la Agricultura".
Michael Dorris, Rooms in the House of Stone: The “Thistle” Series of Essays
Por Jeff Rutherford
Miembro de Internews' Earth Journalism Network
Sección 1:
LA ALIMENTACIÓN EN UNA ENCRUCIJADA
Los costos de la agricultura, la ganadería industrial
y de la comida chatarra se están haciendo cada vez
más aparentes, lo que ha provocado una búsqueda
de alternativas sostenibles para los negocios (de
alimentos) de siempre.
Sección 2:
OBSERVAR DETRÁS DEL BOMBO PUBLICITARIO
Lo que la gente no sabe acerca de los alimentos
está dañando nuestra salud y el Planeta. ¿Tiene que
ser de esta manera?
Sección 3:
VER A LA ALIMENTACIÓN como un periodista
ambiental
Reportar la verdad sobre el sistema alimentario
requiere solamente de entender la ecología y el uso
de un buen periodismo.
Sección 4:
CULTIVANDO CON LA NATURALEZA... ¿VALE LA
PENA?
Uno de los ángulos menos reportado sobre la
agroecología es que esta puede ser rentable.
Sección 1:
Food At A Crossroads
Los costos de la agricultura, la ganadería industrial y de la comida
chatarra se están haciendo cada vez más aparentes, lo que ha
provocado una búsqueda de alternativas sostenibles para los negocios
(de alimentos) de siempre.
El mundo de los alimentos está en una encrucijada. La Organización de las Naciones Unidas para la
Alimentación y la Agricultura (FAO) por sus siglas en inglés, estima que el mundo necesitará aumentar
la producción de alimentos en un 70 por ciento para el año 2050 para poder sostener el crecimiento
de la población esperada y el incremento de los estándares de los niveles de vida de los países en
rápido desarrollo. Esta no será una tarea fácil. De hecho, ha habido casos de disturbios en torno a los
alimentos, el acaparamiento de tierras y el rol de los productos básicos en la crisis financiera global.
Mientras, el terreno cultivable se reduce a través de la degradación del suelo y la productividad de la
tierra está siendo impactada por el cambio climático, y los conflictos proliferan en torno a la tierra y el
agua. Las opciones para el incremento de la producción de alimentos se ven actualmente limitadas,
culpando a la agricultura extensiva de la deforestación y responsabilizando a los cultivos intensivos
de la contaminación química en el suelo, agua, aire y los organismos biológicos (incluyendo a las
personas). Mientras tanto, el planeta se está bifurcando en un mundo de los que tienen que son los
obesos y de los que no tienen que son los desnutridos, con un fenómeno global que sustituye las
dietas tradicionales con un menú de "sustancias pseudoalimenticias" procesadas y nutricionalmente
agotadas, citando al escritor Michael Pollan.
Parece que pocos están argumentando por una continuidad de la agricultura, ya sea "devora-bosques"
expansiva o más contaminación química de las tierras agrícolas, aunque en la práctica estos enfoques
se siguen extendiendo. En el siglo XXI las historias realmente interesantes están en los extremos del
espectro de los acercamientos para enfrentar
el declive de la "revolución verde", la cual
ayudó a desarrollar la agricultura industrial y
trajo la contaminación química a las tierras
del mundo en desarrollo. Los extremos
son la investigación de vanguardia sobre
modificación genética, por un lado, y por el
otro nuevos descubrimientos de la agricultura
natural o agroecología. Por supuesto que el
empalme genético está atrapando muchas
más notas de portada que las lombrices de
tierra.
En general es correcto afirmar que la
alimentación como un tema ambiental
o incluso como un tema político, está
teniendo más atención. Las investigaciones
científicas internacionales han demostrado
un incremento global de la huella ecológica
de la agricultura, incluida su contribución al
cambio climático (IPCC,2007; Evaluación de
los Ecosistemas del Milenio, 2005), mientras que organizaciones no gubernamentales y científicos han
hecho un largo llamado para aplicar cambios radicales en este campo (Union of Concerned Scientists,
1996; Food Ethic Council, 2004; European Science Social Forum Network, 2005). Quizás con mayor
influencia, la Evaluación Internacional del Papel del Conocimiento, la Ciencia y la Tecnología en el
Desarrollo Agrícola (IAASTD, 2008), la cual oficialmente llamó a una reorientación de la ciencia y
tecnología agrícolas hacia acercamientos más holísticos, después de un proceso de cuatro años de
investigación que involucró a más de 400 expertos internacionales. Este panel ya ha sido comparado
con el Panel Intergubernamental de Cambio Climático, tanto por la calidad de su organización como
por la importancia de sus recomendaciones, las
que incluyen:
"El cumplir efectivamente las metas de
desarrollo y sostenibilidad, y responder a
las nuevas prioridades y circunstancias
cambiantes, va a requerir de un cambio
fundamental en el conocimiento agrícola,
la ciencia y la tecnología".
Esta es la encrucijada en la que nos encontramos.
Mientras la IAASTD hace un llamado por un
mayor apoyo del enfoque agroecológico, el que
considera con gran potencial para la agricultura
mundial, el rol de la ingeniería genética fue el
elemento central de controversias al interior de
este panel. Pero también está recibiendo mucho
más dinero para investigación y atención de los
medios de comunicación.
Los promotores de la ingeniería genética
argumentan que las modificaciones genéticas
pueden ayudar a los cultivos a florecer en el
degradado ecosistema que han generado
décadas de agricultura industrial. Los promotores
de la agroecología defienden una clase de
agricultura basada en principios ecológicos, con
prácticas que ayudan a restaurar los ambientes
degradados, pero no para apartarlos del uso
humano, sino todo lo contrario: para sanar la
tierra a través del cultivo de alimentos.
Muchos, en ambos bandos estarían de acuerdo
en que el actual modelo de agricultura industrial
no es sostenible. La producción industrial de
alimentos está desestabilizando los sistemas que
sustentan la vida en la Tierra. Tal como Ken Wilson
de la Fundación Christensen lo ha anotado:
"Cada caloría que proporciona (la agroindustria)
requiere tanto petróleo y gas para producirla que
nuestro sistema agrícola genera casi un tercio
de los Gases de Efecto Invernadero del planeta.
Y a través del uso masivo de fertilizantes se ha
triplicado disruptivamente el efecto de los nitratos
en el ciclo natural del nitrógeno en la Tierra. La
productividad de casi la mitad de todos los suelos
de la tierra están disminuyendo, y otro 15 por
ciento ya no puede ser utilizado para la agricultura
debido a que su biología ha sido agotada".
La alimentación, en otras palabras, es ahora
mucho más un asunto medioambiental. Nuestro
global e interconectado sistema alimentario se
ha convertido en un riesgo destructivo, costoso
y que no logra alimentar de forma suficiente a la
población. Más aún, esta historia no ha sido lo
suficientemente reportada. Por este motivo se
justifica esta guía de medios: muchos periodistas
y otros comunicadores tendrán que hacer una
profunda reflexión sobre sus suposiciones acerca
de las conexiones entre los alimentos y el medio
ambiente, y dar al tema una mayor atención.
Biodiversidad en la Granja
Lo contrario del monocultivo es
el policultivo: cultivar más de una
planta en un pedazo de la tierra.
Como se ve en "Un futuro alimentario
viable", las familias de agricultores
en el estado indio de Uttaranchal
regularmente logran una producción
mayor y más confiable de su tierra
que las grandes agroindustrias que
practican el monocultivo en ambientes similares. El rendimiento total por
hectárea para las fincas con diversos
sistemas de cultivo, en este caso
cuatro cultivos diferentes, fue un 6
por ciento más alto que para los que
tienen un solo cultivo. Además, los
pequeños agricultores que producen
cultivos tradicionales que tienen más
valor para los consumidores locales
tienen más opciones de mercado
que los que siembran solamente un
cultivo para la exportación. Además,
las granjas de monocultivo tuvieron mayores costos de producción
debido a que los cultivos requieren
fertilizantes químicos y pesticidas. En
total, los ingresos netos de las fincas con sistemas de cultivo diversos
fueron 135 por ciento más altos que
para las parcelas con un solo cultivo..
Definiciones
Agricultura
industrial es el contexto de
nuestro mundo actual, un sistema que se ha
extendido a nivel global, y que conecta el hábitat
de los orangutanes en Borneo a un mundo de
consumidores a través del aceite de palma
barato; y la vinculación entre la pérdida de
hábitat de los arrecifes de coral y los estuarios,
los bosques y pastizales, con el auge mundial de
la comida rápida frita que causa la obstrucción
de arterias.
La agricultura industrial se basa en maximizar
la producción a gran escala y la productividad
de los distintos alimentos básicos y productos
a través de la mecanización y motorización, el
desarrollo de los agroquímicos para fertilizar los
cultivos y controlar las malas hierbas y plagas,
y el uso de variedades de alto rendimiento de
los cultivos. (Para obtener más información,
consulte la Unión de Científicos Preocupados).
Ganadería
industrial es el proceso de
la crianza de ganado en confinamiento a altas
densidades, conocido como Operaciones
Concentradas de Alimentación de Animales
(CAFO, en inglés), en donde una granja funciona
como una fábrica. Los principales productos
de esta industria son la carne, la leche y los
huevos para consumo humano. Sin embargo, ha
habido problemas en cuanto a si estas granjas
industriales son ecológicamente sustentables y
éticamente correctas.
El confinamiento en altas densidades es parte de
un esfuerzo sistemático para producir la mayor
producción al menor costo posible, apoyándose
en las economías de escala y maquinaria
moderna, la biotecnología y el comercio global.
Este proceso requiere antibióticos y pesticidas
para mitigar la propagación de enfermedades
agravadas por las condiciones de hacinamiento
de los animales. Además, los antibióticos se
utilizan para estimular el crecimiento del ganado
al matar las bacterias intestinales. Estas prácticas
han demostrado criar plagas y enfermedades
más resistentes, creando un círculo vicioso que
finalmente pone a los seres humanos y nuestro
suministro de alimentos en riesgo. (Vea aquí
algunas de las estadísticas y argumentos en
contra de la agricultura industrial, así como en
apoyo de la agricultura industrial.)
Ingeniería genética es la modificación
en forma deliberada de las características de
un organismo a través de la manipulación de
su material genético. La principal tecnología
a través de la cual se basa este proceso es la
transgénesis, que siguió al descubrimiento de
la técnica de recombinación del ADN, en 1973.
Las aplicaciones más conocidas de la ingeniería
genética en la agricultura son las plantas
tolerantes a herbicidas como la soya transgénica
o las resistentes a plagas como el maíz BT, en los
Estados Unidos. La estrategia fundamental de
la ingeniería genética es la modificación de las
plantas para lograr que estas sean productivas
en condiciones adversas, causadas por ejemplo,
por plagas, patógenos, sequías, ambientes
salinos y suelos infértiles, o para el diseño de
plantas para nuevos objetivos, tales como
plantas con contenidos nutricionales alterados.
Agroecología Surgió de la convergencia de
los conocimientos tradicionales, la ecología y
la agronomía (ver Dalgaard et al., 2003). Es la
aplicación de la ciencia ecológica para el estudio,
diseño y manejo de agroecosistemas sostenibles
(ver Altieri aquí y aquí, 1995). La agroecología
integra el conocimiento científico sobre cómo
determinados lugares funcionan - su ecologíacon el conocimiento de los agricultores sobre
cómo hacer que sus paisajes locales sean útiles
para los seres humanos. Se centra en el valor de
diversos y complejos métodos de administración
de la tierra y la re-integración de la ganadería, los
cultivos, los polinizadores, los árboles y el agua
de una manera resilente con el paisaje.
Agroecología es un concepto “paraguas”
que engloba diferentes prácticas agrícolas e
innovaciones tales como
control biológico de plagas en vez de control
químico

 plantación de diferentes cultivos en vez de un
solo cultivo (monocultivos)

sistemas agroforestales
técnicas de manejo de hábitats, por ejemplo,
bancos de escarabajos y cercas verdes alrededor
de campos de trigo

 sistemas de agricultura natural dedicados a la
producción de sistemas perenes de producción
de alimentos

rotación de cultivos
 uso de prácticas para mejorar la fertilidad de
los suelos

manejo de una mezcla de cultivos
 y ganadería intercalados
Algunas aplicaciones incluyen tecnologías de
punta, mientras que otras son viejas prácticas,
por ejemplo, los sistemas tradicionales que
proporcionan importantes conocimientos a la
agroecología. (Explicaciones y ejemplos de
algunas de estas técnicas se encuentran a
continuación.)
Agroecología no es sinónimo de “viejas
costumbres” o los conocimientos tradicionales
indígenas. Valora y está basada en ellos,
pero también se ha beneficiado por la ciencia
moderna de la ecología. Aquí hay un gran
potencial para diversas formas de fusión de lo
antiguo y la ecología, cuyo alcance sigue siendo
desconocido pero tentador. El potencial para
rejuvenecer un planeta herido es una historia
insinuada, pero a menudo mal entendida en el
mundo actual; por la que se están generando
reputaciones profesionales periodísticas al
contar estas historias. Pero estas tienen que ser
integradas y comprendidas por los medios y ser
reporteadas.
La Perspectiva Agroecológica En
Los Medios De Comunicación
Los críticos de la agricultura química intensiva
argumentan que esta produce altos rendimientos
en un principio, pero que socava la base de la
producción de alimentos en el largo plazo.
En contraste, la agroecología es la aplicación
de conceptos y principios ecológicos para el
diseño y la gestión de los sistemas alimentarios
sostenibles. Sus defensores sostienen que las
prácticas de generar un suelo saludable, proteger
la biodiversidad, conservar los recursos naturales
y limitar la dependencia de los productos
derivados del petróleo, como los fertilizantes y
plaguicidas sintéticos, son la mejor apuesta para
hacer frente a los retos del futuro.
Sabemos que hay algo mal con la
alimentación. Lo que no sabemos es que
no tiene por qué ser así. La gente cada vez
se muestra más interesada, sin embargo
todavía sigue mal informada sobre que hay
algo mal con la forma en que la alimentación
funciona en nuestro mundo. En vez de
alentar la acción y el compromiso en la
búsqueda de soluciones, la conciencia
colectiva corre el riesgo de caer en el
fatalismo y la autocomplacencia. Los
avances en la agroecología alrededor del
mundo nos ofrecen esperanza y caminos
para la acción, pero el mensaje tiene que
salir e ir más al
Soberanía alimentaria, En el contexto del
desarrollo internacional, la soberanía alimentaria
es el derecho de los pueblos a los alimentos
sanos, culturalmente apropiados y producidos de
forma sostenible, así como su derecho a definir
sus propios sistemas alimentarios y agrícolas.
En contraste con los programas y políticas de
seguridad alimentaria, la soberanía alimentaria
pone las aspiraciones, necesidades y medios
de vida de quienes distribuyen y consumen
alimentos en el corazón de los sistemas y políticas
sobre alimentación, en lugar de las demandas
del mercado y las empresas. Los promotores
de la soberanía alimentaria podrían argumentar
que un programa de seguridad alimentaria
que simplemente proporciona excedentes de
cereales a las personas que padecen hambre no
es más que otra forma de “dumping” (venta por
debajo de los costos de producción) para facilitar
la penetración corporativa de los mercados
extranjeros, lo que socava la producción de
alimentos a nivel local, y que puede dar lugar a
la contaminación biotecnológica irreversible de
cultivos indígenas o criollos por variedades de
plantas patentadas.
La organización Vía Campesina lanzó la idea de la
“Soberanía alimentaria” en la Cumbre Mundial de
la Alimentación en 1996. Esta idea ha ido creciendo
hasta convertirse en un movimiento global que
incluye a sectores sociales como los pobres
urbanos, grupos ecologistas y de consumidores,
pequeños
agricultores,
asociaciones
de
mujeres, pescadores tradicionales, pastores, y
muchos otros. También ha sido reconocido por
instituciones y gobiernos.
Demasiada
fatalidad y pesimismo.
Los
alimentos industriales no
sólo son malos para su salud, son
malos por un montón de razones.
Escribir sobre alimentación ya no sólo se
trata de recetas y tendencias en la salud.
Las historias de nuestra alimentación
se expanden por el mundo, desde las
guerras por los campos de petróleo en
el Medio Oriente, a la pérdida del total de
los ecosistemas, hasta clínicas de salud
cardiaca. Lo que la gente no sabe acerca
de la forma en que la humanidad moderna
explota el mundo natural, y se explota a
sí misma, es literalmente, que nos está
matando y dañando el planeta.
Hacer
una
guerra
química
contra la naturaleza con el fin
de producir alimentos no es un
mal necesario. Los avances en la
agroecología en todo el mundo están
demostrando que la dependencia de
pesticidas sintéticos y fertilizantes no sólo
es destructiva para los agricultores, los
consumidores y los ecosistemas, sino que
además es innecesaria.
No se trata sólo de la agricultura,
se trata de la comida. Ayude a crear
una conexión entre el campo y la mesa.
Por supuesto, los agricultores puede ser
rudos con en el medio ambiente, ¡pero
les estamos pagando para hacerlo! Todo
el mundo, cada vez que abrimos la boca
para comer, somos cómplices de este
gran drama. Recuerde a su audiencia la
relación entre su pan/arroz/avena de cada
día y la destrucción de los bosques, el
agotamiento de las aguas subterráneas
y la contaminación, el cambio climático y
el cáncer, pero también abra los ojos al
mundo de las alternativas.
Sección 2:
Observar Detrás Del Bombo Publicitario
Lo que el público no conoce es lo que está dañando su salud y al
planeta ¿Tiene que ser de esta manera?
Como muchas cosas en el mundo moderno, hay mucho más
sobre la alimentación de lo que se puede ver a simple vista.
El mundo de los alimentos está envuelto en un manto de
mitos y malentendidos. Los dramáticos (re) descubrimientos
que surgen todos los días a través de la integración de los
conocimientos tradicionales y la moderna ciencia de la ecología
a menudo se ocultan o son menospreciados. Las maravillas o
preocupaciones acerca de la manipulación genética capturan
los titulares de la prensa.
“Entre 1981 y 2008, los archivos de The New York Times
contienen, por ejemplo, 2.696 referencias a la “ingeniería
genética” contra 3 para “agroecología”, 7 de “agroforestería”,
y 0 para “mezclas de cultivos”.
— Vanloqueren and Baret;
De acuerdo con una nueva clase de escritores e investigadores,
un mito omnipresente en nuestro mundo es la escasez. Hay
demasiadas personas en el mundo y no podemos alimentarnos
a nosotros mismos sin la ayuda de la química moderna y
la agroindustria. Pesticidas y los fertilizantes basados en el
petróleo son un mal necesario. Incluso los conservacionistas
han “comprado” este mito, argumentando a favor de la agricultura química intensiva como un antídoto
necesario a las viejas prácticas de “roza y quema” o cualquier otro uso extensivo de la tierra.
En pocas palabras, la historia es la siguiente: los productos químicos, los cultivos genéticamente
modificados y los alimentos procesados son males necesarios. Ellos son la única vía para alimentar
a un planeta de 7 mil millones de personas. Además, es lo que el "mercado" demanda. Es cierto
que la agricultura industrial produce cultivos básicos en gran cantidad. Por ejemplo, los agricultores
estadounidenses de maíz pueden convertir a un medio bushel de semillas de maíz en más de 150
bushels de maíz por acre, en promedio. No es verdad que de esta manera se alimenta al mundo, y
definitivamente no con alimentos nutritivos. En el libro "Fair Food ", el escritor y activista Oran B.
Hesterman desmenuza la ruta de esta bonanza de cultivos en los Estados Unidos: Del total del maíz
para uso alimenticio cosechado en los Estados Unidos (99 por ciento de todo el maíz se cultiva allí), 43
por ciento se utiliza para alimentar el ganado en ese país, el 15 por ciento se exporta principalmente
también como alimento para animales, el 30 por ciento se transforma en etanol, y el restante 12 por
ciento está destinado a la producción de miles de productos, en gran parte "comida chatarra".
“No nos equivoquemos: hemos creado una situación en la que los SUVs (Vehículos Deportivos
Utilitarios) americanos están compitiendo con los comensales africanos por el consumo de granos
(maíz y soya). Y podemos ver quién está ganando", escribe Michael Pollan, probablemente el escritor
sobre alimentación más influyente de Estados Unidos. "Todo se reduce a esto: las tierras agrícolas
del mundo constituyen un recurso precioso y finito; nosotros deberíamos aprovecharlas para producir
alimentos para la gente, no para los automóviles o el ganado".
En la película “Food Inc.”, el periodista de investigación Eric Schlosser dijo que él se hizo periodista
porque logró ver el sistema alimentario industrial como "un mundo deliberadamente oculto para
nosotros.” Si eso es cierto, entonces hay un gran trabajo para los periodistas allá fuera. En tanto, a
nivel local nuevas ideas están surgiendo como hongos por todo el mundo. Y los mensajes en las altas
esferas del poder, incluido el huerto de verduras en la Casa Blanca, de los Estados Unidos, cuentan
historias diferentes sobre lo que es posible hacer
con los alimentos. En 2010, el Relator Especial de
la ONU sobre el Derecho a la Alimentación publicó
un informe que concluye que "la agroecología...
puede duplicar la producción de alimentos en
regiones enteras en 10 años, a la vez que mitiga el
cambio climático y reduce la pobreza rural".
máximo punto en 2008. Los agricultores no
pueden operar de manera rentable bajo tales
condiciones de altos costos de los insumos, y las
personas que viven “al día” ya no pueden comprar
alimentos.
Jacques Diouf, el entonces director general
de la FAO, declaró en 2011 que “el presente
paradigma de la producción agrícola intensiva
no puede responder a los desafíos del nuevo
milenio”. Lo que necesita el mundo, escribió, es
“un cambio importante del modelo homogéneo
de la producción agrícola hacia un modelo de
conocimiento intensivo, comúnmente sobre
sistemas de producción agrícola de regiones
específicas”.
Hemos estado agotando nuestros suministros de
agua a un ritmo insostenible. Los dos principales
centros de población, China e India, están
reduciendo su agua rápidamente.
Los críticos del sistema alimentario industrial
argumentan que sus problemas no se limitan a
todos los costos ocultos que son transferidos a
las personas y el medio ambiente en términos de
salud y degradación de los recursos naturales.
El problema es que la comida industrial es
inherentemente insostenible, argumenta el
granjero orgánico y filósofo Fred Kirschenmann,
quien tiene un doctorado en Filosofía por la
Universidad de Chicago y fue un pionero de la
agricultura ecológica, transformando su granja
familiar de Dakota del Norte en orgánica en 1980.
Kirschenmann sostiene que el sistema alimentario
industrial no puede continuar tal como es por
mucho más tiempo. El cambio es inevitable, ya
sea un cambio sistemático organizado o una
ruptura del sistema.
Él dice en este artículo que hay cuatro principales
amenazas a la agricultura industrial, que socavan
su capacidad para continuar en el futuro, es decir,
su sostenibilidad.
1-Limitaciones energéticas
El desafío para los legisladores hoy en día es
cuestionar lo siguiente: “¿Qué tipo de sistema
necesitaremos cuando los costos del crudo
de petróleo lleguen a $300 dólares por barril?”
Desde que nuestro modelo actual de agricultura
industrial se basa en la energía barata, esto es la
preocupación principal. Fertilizantes, plaguicidas,
equipos de manufactura y operaciones, todos ellos
dependen de los combustibles fósiles baratos.
Cuando el costo de los combustibles fósiles
aumenta, los costos de la agricultura se disparan.
En Iowa (Estados Unidos), el amoniaco anhidro
pasó de $200 dólares por tonelada a más de 1.000
dólares por tonelada de la noche a la mañana
cuando los precios del petróleo alcanzaron su
2-Disponibilidad del agua
China, que depende de la irrigación para el 80
por ciento de su producción de granos reduce
sus acuíferos unos tres metros por año y está
llegando a una profundidad de 300 metros en
algunos lugares para poder obtener agua. India
depende de la irrigación para el 60 por ciento de
su producción de granos y está reduciendo el
nivel de sus acuíferos en al menos 6 metros por
año, llegando a perforar a profundidades de 600
metros en algunos lugares para obtener agua.
Según Kirschenmann, en los EE.UU., donde el
20 por ciento de la producción de los granos
es dependiente del riego, el país ha agotado el
acuífero Ogallala a la mitad desde 1960. Se está
disponiendo del agua subterránea a una velocidad
de 1,3 billones de galones más rápido de lo que
el acuífero puede ser recargado de forma natural.
3-Cambio climático
Lo que se piensa últimamente es que los cambios
en el clima probablemente no van a ser graduales
y tendrán un impacto potencialmente grave para
los agricultores. Los fenómenos meteorológicos
extremos, los cambios en los patrones climáticos
y las plagas, harán a una profesión imprevisible
(la agricultura) aún más difícil. Las granjas que
utilizan métodos industriales, dependen de los
monocultivos y tienen sus suelos degradados,
serán especialmente vulnerables.
4-Degradación ecológica
Kirschenmann está especialmente preocupado por
la destrucción de la biodiversidad, especialmente
de los suelos que previamente estaban sanos. La
agrónoma australiana Christine Jones argumenta
que entre el 50 y 80% del carbono orgánico que
alguna vez estaba contenido en la capa superficial
del suelo se ha liberado hacia la atmósfera durante
los últimos 150 años aproximadamente, “debido a
nuestra incapacidad para cuidar de la tierra como
un ser viviente”.
La buena noticia es que las alternativas están
surgiendo en todo el mundo. Los agricultores de
Kenia, por ejemplo, han creado un método de
“empujar-jalar” para controlar las malas hierbas
parásitas y los insectos sin el uso de insecticidas
químicos. El sistema "empuja" hacia afuera de los
cultivos a las plagas con la plantación de hierbas
repelentes de insectos de la misma especie
entre las parcelas de maíz; mientras que estas
plagas son “jaladas” hacia parcelas de pasto
elefante (Pennisetum purpureum), que secreta
una goma pegajosa que atrae y atrapa insectos.
Los resultados han sido notables. La técnica de
“empujar-jalar” ha duplicado los rendimientos de
maíz y leche, y actualmente
es utilizado en más de 10
mil granjas en el Este de
África.
El resumen global de la
IAASTD ofrece ejemplos
agroecológicos
como
alternativas al historial de
la agricultura industrial,
incluyendo " un mejor
manejo del suelo y gestión
del agua para aumentar
la retención de agua y
reducir la erosión, (...); la
adopción más generalizada
de las medidas de conservación del suelo, (...);
y simulación de la dinámica de las plagas y
especies exóticas a fin de reducir la dependencia
de productos químicos para mantener la salud
humana y de los ecosistemas y, al mismo tiempo,
hacer frente a la incipiente amenaza de plagas
que plantea el cambio climático. Los sistemas
integrados de cultivos, árboles, ganadería y pesca
se pueden intensificar y manejar como sistemas
agrícolas multifuncionales, que producen menos
consecuencias negativas para los ecosistemas”.
(Resumen Global para Responsables de la toma
de decisiones, Diversas medidas de acción, p.
29).
Policultivos diversidad en el espacio.
Plantaciones mixtas en lugar de monocultivos
de una sola cosecha. Los insectos pueden ser
confundidos por un campo diverso. La fertilidad
del suelo puede ser mejorada mediante la
plantación de árboles fijadores de nitrógeno entre
los cultivos de alto valor como son los árboles
frutales o los vegetales.
Los sistemas agroforestales Se trata
de sistemas que combinan árboles con cultivos
de ciclo anual. En algunos
casos, los cultivos anuales
como el maíz o de corta
duración como la piña se
siembran entre hileras de
árboles jóvenes. En otros
sistemas, árboles fijadores
de nitrógeno dan sombra y
fertilidad parcial para cultivos
de alto valor como el cacao,
el café o el té. Esto da como
resultado sistemas de mayor
rendimiento y más diversos
productos.
Los
cultivos de cobertura y abono El
suelo expuesto puede ser erosionado por el
viento, la lluvia y el sol, y/o cubierto con malas
hierbas. Los cultivos de cobertura, como los
cacahuates u otros granos, así como las capas
de hojarasca o paja, pueden proteger el suelo y
eliminar las malas hierbas.
Mezcla de agricultura-ganadería El
agricultor y filósofo norteamericano Wendell Berry
dijo que cuando los animales fueron retirados
de las granjas estadounidenses y colocados en
corrales de engorda (o "granjas industriales") una
solución fue dividida en dos problemas: no hubo
suficiente fertilizante (estiércol) para las granjas
En el documento “Agroecología: única esperanza y se generó demasiado fertilizante (es decir,
para la soberanía alimentaria y la resilencia contaminación) en los corrales de engorda. El
socioecológica” se pueden encontrar muchos manejo de los animales de granja junto con los
ejemplos de prácticas agroecológicas:
cultivos puede ayudar a desarrollar fertilidad del
suelo y tener control de las plagas, a la vez que se
diversifica la producción en las granjas.
La rotación de cultivos diversidad a través
del tiempo. Mientras los agricultores alternan sus
cultivos, por ejemplo la siembra de maíz seguido Los agronegocios y sus aliados podrán calificar a
de soya, y seguida por alfalfa. O arroz seguido de la agroecología como elitista o un sentimentalismo
pero la agricultura “naturalmente
ajo, pero con un “descanso” de cultivo de plantas “hippie”,
fijadoras de nitrógeno para aumentar la fertilidad informada” es cada vez más reconocida como
del suelo y “romper” las poblaciones de plagas o una alternativa viable para el desarrollo agrícola
en general. Sus promotores afirman que tiene el
enfermedades.
potencial para ayudar a:
Mitigar el cambio climático y ayudar a enfriar el planeta.
Proporcionar comida suficiente, buena y nutritiva para la población del mundo (incluyendo a las
ciudades a través de la agricultura urbana).
Restaurar la biodiversidad, la fertilidad del suelo y los recursos hídricos en tierras de cultivo
degradadas.
Reducir drásticamente la pobreza, mejorar los medios de subsistencia y la seguridad.Maintain
agrobiodiversity, critical for the resilience of food systems
Mantener la biodiversidad agrícola, elemento fundamental para la capacidad de recuperación de los
sistemas alimentarios.
Mantener la importancia de los elementos culturales y espirituales de los alimentos y fortalecer la
soberanía alimentaria.
Exaltar las virtudes de la agroecología no es minimizar los desafíos que se enfrentan para alimentar
al mundo, sino que quiere decir que el discurso dominante de la escasez, la fatalidad y la ingeniería
genética como salvador no refleja la realidad. Los retos son reales, pero también lo son las alternativas
que ofrece la agroecología.
La Evaluación Internacional del Papel del Conocimiento, la Ciencia y la Tecnología en el Desarrollo
Agrícola (IAASTD), el estudio más completo que se haya hecho de la ciencia y la tecnología agrícola,
llegó a una conclusión profética en 2008: "Business as usual ya no es una opción".
Investigación sobre alimentos orgánicos en China
“Hace algunos años, propuse que China hiciera esfuerzos para desarrollar
su agricultura orgánica, o el sector de la agricultura ecológica, pero me
dijeron que la gente se moriría de hambre como resultado. Los expertos
agrícolas han seguido extendiendo esa idea, y muchos académicos y
funcionarios han aceptado que es incuestionablemente. Como resultado,
los ecologistas han rehuido la eco-agricultura, mientras que los expertos
de biotecnología continúan favoreciendo a los cultivos genéticamente
modificados como la única solución posible a los problemas de seguridad
alimentaria de China”.
-Jiang Gaoming es investigador en jefe del Instituto de Botánica de la
Academia China de Ciencias.
Los métodos utilizados por los expertos de la Academia China de Ciencias
incluyen: tomar la paja que normalmente es quemada por los agricultores y
procesarla para convertirla en alimento para las vacas, el ahorro es de 1.500
a 2.000 yuanes (232 a 309 dólares) por cabeza de ganado; utilizar parte del
estiércol de las vacas para generar metano para ser utilizado como una fuente de
energía, y el resto como abono orgánico de calidad para los campos, y el ataque
contra las plagas con métodos “físicos y biológicos” -por ejemplo, trampas de
luz para insectos se utilizaron durante todo el año, y las gallinas que viven en la
parcela se alimentan de los insectos. Las malezas se recogen y se utilizan como
forraje orgánico para los gansos, peces y el cultivo de langosta, y el riego a un
nivel adecuado se utiliza para mantener la humedad del suelo. Estos métodos
permiten la restauración ecológica de las tierras improductivas que habían sido
contaminadas con fertilizantes, pesticidas y herbicidas utilizados para aumentar
los niveles de producción. Sección 3:
Observando A La Alimentación A Través De La
Visión Periodística
Reportear la verdad sobre los sistemas alimenticios requiere de
un entendimiento de la ecología y la validación de las prácticas
tradicionales agrícolas. Y además se necesita del ejercicio del buen
periodismo.
El periodista de la cadena británica BBC,
Richard Black, en un reciente artículo sobre
un nuevo avance en la genética vegetal del
Instituto Internacional de Investigación del
Arroz (IRRI) proporciona un ejemplo muy típico
de la cobertura de los principales medios de
comunicación sobre la ingeniería genética. El
artículo exaltaba la virtud de una nueva planta
de arroz transgénico en la India que puede
aumentar los rendimientos por ayudar a las
plantas a mejorar la absorción de fósforo del
suelo, un nutriente generalmente escaso en
las plantaciones de arroz de Asia.
Norman Uphoff, profesor de la Universidad
de Cornell y autor del innovador sistema
de cultivo conocido como el Sistema de
Intensificación de Arroz, llama a este tipo de
pensamiento “genocéntrico”, un fenómeno en
el que todos los diversos factores que determinan una buena cosecha se enfocan en la genética como
único centro de atención, con lamentables consecuencias.
Aunque acoge con optimismo la noticia del avance científico generado por el IRRI, Uphoff advierte
en tono de crítica del peligro de ser “enamorado o engañado" por el pensamiento “genocéntrico”. Tal
pensamiento “refuerza la idea de que los genes son todo y todos los otros aspectos de la producción de
la cosecha son secundarios o subsidiarios (o simplemente olvidados). “Con este tipo de pensamiento
se reducen los alcances de nuestra investigación, y otros elementos de mejora de los cultivos son
pasados por alto o reciben muy poco apoyo”, dijo Uphoff en una respuesta por correo electrónico
sobre el IRRI.
“Este mismo pensamiento refuerza una desafortunada dependencia comercial y psicológica. Los
agricultores tienden a pensar que ellos son incapaces de lograr buenas cosechas a menos que tengan
nuevas y mejores variedades de semillas, en vez de aprender a utilizar sus propios recursos para
mejorar su producción. Este tipo de “inmovilización cognitiva” es muy penetrante en la India en estos
días y, creo, perjudicial”.
"Tenemos que ir más allá del pensamiento genocéntrico hacia un marco de pensamiento agroecológico.
Deberíamos estar trabajando con los agricultores para ayudarles a entender lo mucho que puede
lograr el manejo de las plantas, el suelo, el agua y los nutrientes en diferentes y mejores maneras,
para que podamos también generar más beneficios de los organismos del suelo en asociación con
las plantas”.
El artículo de Black es un ejemplo básico de cómo el buen periodismo se puede olvidar cuando se
trabaja con avances en la tecnología tan embriagadores. La idea de nuevas plantas maravillosas
es mucho más atractiva que el buen manejo del suelo. Pero ese hecho no nos exime de nuestra
responsabilidad de profundizar en las cuestiones de la alimentación y la agricultura.
Las alternativas que enfrentamos son a menudo muy duras. Al enfocar y dar luz sobre las diferencias
con ejemplos concretos, podemos ayudar a nuestro público a entender mejor los problemas.
Consideremos el ejemplo de herbicidas o mata hierbas.
Los herbicidas, teóricamente, pueden tener un valor práctico en una agricultura basada en la naturaleza,
por ejemplo, en la aplicación local de una sola ocasión para establecer un sistema agroforestal, por
decir, para atacar una especie invasora y permitir que las plantas nativas puedan ser restablecidas.
Los mejores profesionales de Manejo Integrado de Plagas (IPM) sólo utilizan herbicidas como
último recurso. Pero entonces consideremos la realidad de los herbicidas en el sector de la comida
industrializada: han sido desarrollados a partir de la tecnología de las armas químicas, dependen del
control y la explotación de petróleo, y han generando una industria de miles de millones de dólares
que es alimentada por la nefasta mentira de que es una buena práctica utilizar los productos químicos
tóxicos como herramienta principal en la agricultura.
Ahora veamos esto desde el punto de vista agroecológico: los daños a la tierra son una cosa; pero
la principal crítica es que la práctica de la agricultura industrializada equivale a quemar el dinero. La
materia orgánica es primordial si usted está hablando acerca de la nutrición, la fertilidad del suelo, o
el ahorro de emisiones de carbono. Pero la agricultura industrial desanima esto, la tierra que podría
cultivar la materia para alimentos, pastura, combustible, abono y composta, hábitat para los insectos
beneficiosos y animales, y así sucesivamente, es desperdiciada. La tierra a la que se le retira su
vegetación genera múltiples impactos negativos. Y si esta tierra ha recibido dosis de herbicidas se
presta para ser el hábitat para plantas invasoras o nocivas. Miles de millones de dólares se gastan en
una sustancia inútil y perjudicial como los herbicidas químicos.
¿Y qué dice la genética acerca de los herbicidas? ¿Está la I + D (Investigación y Desarrollo) y las
ventas orientándose principalmente hacia el desarrollo de nuevos cereales capaces de luchar contra
malas hierbas o soya con alta capacidad de fijación de nitrógeno o con propiedades alelopáticas
(propiedades químicas naturales que desalientan la competencia de otras especies? No, se va hacia
el desarrollo de plantas como la soya capaz de resistir cada vez más herbicidas y sobrevivir en
simplificados ecosistemas sin vida que crean. (Lea más aquí sobre la soja Roundup-Ready)
Consejos para la cobertura de Alimentación y Naturaleza
Está claro que si el mundo ha de alimentarse a sí mismo de manera sostenible, será necesario que
esté mejor informado sobre las posibilidades que están ya disponibles y las lecciones aprendidas por
los practicantes de la agroecología. Los periodistas y los medios de comunicación locales pueden
desempeñar un papel fundamental en la difusión de estas lecciones, y ayudar a las sociedades a
encontrar un camino hacia la soberanía alimentaria, pero primero necesitarán un mejor contexto y la
comprensión de los diversos enfoques que se están adoptado, y los problemas que los rodean.
Aquí hay algunos consejos para mejorar su cobertura sobre los temas de agroecología y soberanía
alimentaria:
Usar Diferentes Angulos – Usar un enfoque “ecológico” será importante cuando se trata de la
agricultura. Pero no solamente se pueden abordar estas cuestiones desde un punto de vista ambiental.
"El periodismo personal o de autor" que aborda temas como dónde y qué comer son más populares
que nunca en estos días, así que la adopción de estos ángulos para una historia puede ayudarle a
alcanzar mayores y más diversos públicos. Pero además hay un montón de otros ángulos que usted
puede elegir: la agroecología y la soberanía alimentaria pueden ser abordadas como historias sobre
los negocios y la economía, como una historia científica, de la salud, una historia social y cultural, una
historia de seguridad, y así sucesivamente. El reportear estos temas con diversos ángulos no sólo
aumenta la aceptación de su público, sino que además hace que la información sea más entretenida.
Enfocarse
en la Gente – Por sobre todas las cosas, busque a personas interesantes que
estén trabajando en estos temas. Historias centradas en las personas, en lugar de los temas, son
generalmente más atractivas, y centrándose en los estudios de caso de los agricultores, agroecólogos
e investigadores de este campo ayudará al público a que vea lo que es (y lo que no es) la gente. Y
los temas de estudio no sólo tienen que ser historias de éxito, ya que los esfuerzos que fracasaron
pueden ser tan interesantes y aún más esclarecedores.
Evitar (o Explicar)
la Jerga – Al igual que con cualquier tema complicado o científico, la
agroecología es un tema cargado de jerga - palabras y frases complejas que los expertos lanzan
al aire con facilidad, pero que al público inexperto le cuesta entender. De hecho, ¡muchos de estos
términos se utilizan en este Manual! Este lenguaje puede convertirse en un distractor, así que trate de
evitar la jerga siempre que sea posible, o si debe utilizar un término de esta, explique el término en un
lenguaje simple y fácil de entender. Este glosario de términos sobre agroecología puede ayudar.
Traducir la Ciencia – Un corolario de lo anterior es ayudar al público a entender la amplia gama
de cuestiones técnicas y científicas involucradas. La agroecología involucra no sólo la investigación
de vanguardia, la que puede ser muy técnica y hermética, y además una gran variedad de conceptos
sobre ecología y economía con los que el público puede no estar familiarizado. Sobre todo cuando se
entrevista a científicos, economistas y otros expertos, imagínese usted mismo como un intérprete que
tiene que traducir el lenguaje de esta especialidad en términos comunes que todo el mundo pueda
entender.
Centrarse
en Soluciones, No Sólo en Problemas –Esto puede parecer obvio, dado
que la agroecología y la soberanía alimentaria son esencialmente presentados como soluciones,
pero teniendo en cuenta que los medios de comunicación (y muchos editores) prefieren destacar los
problemas y las crisis, los periodistas pueden tener la tentación de centrarse más en la cobertura de
los problemas de la escasez de alimentos, escurrimientos de sustancias químicas, la pérdida de la
calidad del suelo y de la agrobiodiversidad, y así sucesivamente. Sin duda, estos son temas dignos de
explorar, pero demasiado pesimismo y la fatalidad puede generar apatía y, finalmente, la pérdida de
interés del público. Con la inclusión de las posibles soluciones -y hay, por supuesto, otras propuestas
además de la agroecología- se obtiene una historia con más equilibrio.
Explorar Todos Los Lados-
Trate de informar sobre todos los aspectos del tema y hasta
donde el espacio lo permita. Esta guía, obviamente se centra en un conjunto de soluciones, pero que
con el fin de entender por qué puede ser preferible la agroecología, primero tenemos que estudiar e
informar sobre el actual y ampliamente utilizado sistema de agricultura industrial y las tensiones que ha
creado, así como de las otras propuestas tales como la ingeniería genética. Le sugerimos entrevistar
a los defensores de estos enfoques y entender por qué apoyan esta visión particular y cómo asumen
su postura; porque esto ayudará a que su trabajo periodístico sobre la agroecología y la soberanía
alimentaria sea más matizado, tenga contexto y logre credibilidad. Por supuesto que tener el tiempo
y espacio para hacer toda esta investigación y reportería (quizás al reportar una serie de historias) es
un reto, pero que demostrará ser de gran ayuda tanto para su educación y su carrera como periodista.
Utilice Fotografías y Gráficos-Como dice el dicho: “una imagen vale más que mil palabras”,
y lo mismo puede decirse para gráficos e ilustraciones que muestran los desafíos que enfrentamos
en el tema de la alimentación y cómo se están desarrollando en la vida real. Los medios sociales son,
por supuesto, otra herramienta de la que los reporteros modernos están dependiendo para lograr
una distribución más amplia de las historias, obtener retroalimentación e incluso encontrar fuentes de
información.
Encontrar “la Nota”- Los editores y productores que dan prioridad a temas tales como la política
y las finanzas pueden ser renuentes a apoyar historias sobre temas que consideran “esotéricos”,
como la agroecología y la soberanía alimentaria. Así que habrá que ser creativo en la búsqueda
de maneras de “vender” sus historias en la sala de redacción. Buenas “notas” pueden incluir días
conmemorativos (como el Día Mundial de la Alimentación y eventos relacionados a la agricultura,
incluidas festividades tradicionales como las fiestas de la cosecha), o acontecimientos actuales que
se relacionan con los problemas agrícolas y ambientales tales como las hambrunas, el aumento de
precios de los alimentos, las regiones muertas creadas por el drenado agrícola, etcétera. Si usted
está teniendo problemas para que estas historias llamen la atención de su editor de sección, trate
de acercarse a editores de otras secciones que publican sobre nutrición, negocios o cualquier otro
tópico que ya hemos mencionado anteriormente.
Investigando los conocimientos tradicionales en torno a la alimentación
Los periodistas deben evitar la trampa de la obviedad,
o repetirán los dichos que la gente tiende a dar por
ciertos (gracias a miles de millones de dólares en
publicidad corporativa), pero que a menudo no son
verdaderos. Aquí están algunos ejemplos:
1.
2.
3.
4.
5.
No podemos alimentar al planeta sin la agricultura
industrial.
Los promotores de los alimentos naturales u
orgánicos son elitistas, quienes condenarán a
miles de millones a la inanición.
El sistema industrial de alimentos tienen sus
desventajas, pero es más productivo.
El hambre mundial podría terminarse si todos los
países tuvieran suficientes tecnologías modernas
como fertilizante de nitrógeno, plaguicidas y
semillas de "alto rendimiento".
La agricultura orgánica (o natural) es muy laboriosa.
Examinemos el último punto, y consideremos algún
trabajo que es peligroso y perjudicial, y otros que
inspiran y elevan. El trabajo en un agroecosistema
natural es diferente de un trabajo en el sistema
alimentario industrial. Una familia dedicada a cuidar
y cosechar su propio sistema agroforestal de forma
suficiente y tranquila es un diferente tipo de trabajo que
el de una familia inmigrante que vive y trabaja cerca de
un matadero de tamaño industrial.
El Poder de Los Patos
En Japón y Vietnam, algunos agricultores orgánicos crían patos y algunas ocasiones peces en sus arrozales para controlar las plagas y
malas hierbas. La crianza de patos
en los arrozales no es un sistema
nuevo, pero la sabiduría de esta
antigua práctica es reconocida por
los agroecólogos por su simbiosis
(vínculo asociativo) entre los patos
y el arroz: los patos comen los caracoles que son una plaga para las
plantas de arroz jóvenes, y comen
las malezas que compiten con el
arroz. El estiércol de los patos ayuda a la fertilidad del suelo y su constante movimiento y búsqueda de
alimento ayuda a reducir la germinación de malezas. Por supuesto,
los agricultores obtienen también
carne y huevos en el negocio. Con
los subproductos de la cosecha
de arroz (salvado de arroz, arroz
partido) se puede alimentar a los
patos. Los agricultores que practican este tipo de integración cultivo-ganadería reportan mayores
rendimientos y menores costos de
mano de obra.
La alta demanda de mano de obra por la agroecología
comparada con la agricultura convencional se
puede considerar una ventaja donde existen pocas
oportunidades alternativas de empleo, y cuando la concentración de la tierra y de la agricultura
industrial en las zonas rurales de todo el mundo ha empujando a millones de campesinos a los tugurios
urbanos sobrepoblados.
Centrarse en los problemas de hoy
Hay muchas historias no reporteadas suficientemente sobre del daño que está causando la agricultura
industrial actual, un daño que la agroecología podría evitar y reparar.
Es importante para los periodistas que hagan recordar a los lectores acerca de hechos sencillos: la
desnutrición, los nuevos compuestos químicos en el medio ambiente, el desequilibrio del financiamiento
entre la microbiología y la agricultura sostenible. Y recordarles también sobre los mensajes opuestos
con los que a menudo son “bombardeados”…
Una de las lecciones de la agroecología es observar el mundo de la alimentación de diferentes maneras,
a través de diferentes enfoques, que han sido la norma durante las últimas décadas de la alimentación
industrial. Esto es cierto de cualquier manera si estamos observando el suelo, los ecosistemas, o la
cuestión misma del hambre humana. MS Swaminathan, uno de los padres de la agricultura moderna
en la India y comprometido defensor de la agroecología, tiene un mensaje que los periodistas deben
tener en cuenta:
"El hambre en la región Asia-Pacífico tiene tres dimensiones principales: el hambre crónica
provocada por un poder adquisitivo insuficiente, el hambre oculta causada por la deficiencia de
micronutrientes, y el hambre transitoria causada por la interrupción en las vías de comunicación
debido a la sequía, las inundaciones, los ciclones, etcétera. Por lo tanto, cualquier estrategia
para la eliminación del hambre debe basarse en una clara comprensión de los factores causales.
¿Qué tipos de hambre existentes en las áreas donde usted trabaja y cómo se manejan estás?
En particular, ¿cómo se está abordando el problema de sobrellevar el hambre oculta?"
Sección 4:
Cultivando Con La Naturaleza... ¿Vale La Pena?
Una de las características de la agroecología que es menos reportada
es que puede ser rentable
La agroecología funciona, y genera beneficios, también. Muy a menudo, efusivas historias romantizan
la agricultura natural, pero reportear eso puede demostrar que la economía de la agroecología tendrá
más influencia. Procure dar ejemplos que muestran los múltiples beneficios -conservación de la
biodiversidad, fortalecimiento de las economías locales, salud infantil- pero insista en el enfoque sobre
sus efectos en la economía. Si sus investigaciones demuestran que este no es el caso, entonces podrá
contar esa historia. Pero no hay que repetir el viejo dicho sobre que la agricultura natural no podrá
alimentar el mundo. El sistema alimentario industrial que se utiliza en la actualidad no alimenta a todo
el mundo, (ver 1 mil millones personas desnutridas), mientras que la agroecología podría alimentar al
mundo varias veces mientras se restaura la salud de los sistemas naturales.
Un ejemplo: el Sistema de Intensificación
de Arroz, conocido como SRI, es un
metododo agroecológico para aumentar
la productividad del arroz de riego,
cambiando la gestión de las plantas, el
suelo, el agua y los nutrientes. SRI se
originó en Madagascar en la década
de 1980 y se basa en cuatro principios
básicos, a saber, el establecimiento de
plántulas más jovenes, reducción de
la densidad de plantas, fertilización de
suelos con abono natural, y reducción del
consumo de agua.
Los beneficios de SRI se han demostrado
en más de 45 países. Ellos incluyen: De
50 a 100% o más rendimientos, reducción
de hasta el 90% en la semilla requerida,
y hasta un 50% de ahorro de agua. Los
principios y prácticas del SRI han sido
adaptados para el arroz de temporal, así
como para otros cultivos (por ejemplo,
trigo, caña de azúcar y el teff, entre otros),
logrando aumentos en el rendimiento
y las correspondientes prestaciones
económicas.
Fertilizantes gratuitos desde el aire
El nitrógeno es importante para el crecimiento de
la planta. Afortunadamente, es el elemento más
abundante en el aire. Por desgracia, las plantas
no pueden acceder a ella por sí mismas, necesitan la ayuda de bacterias. Ciertas plantas, en su
mayoría miembros de la familia de los frijoles,
tienen una relación especial con estas bacterias
y pueden fijar el nitrógeno de la atmósfera en el
suelo. Estas plantas leguminosas como la acacia,
el cacahuate y muchas otras, descomponen y
producen nitrógeno beneficioso para los cultivos.
Por otro lado, el nitrógeno sintético generado por
la industria petroquímica, es una de las fuentes
principales de contaminación y uno de los de
Gases de Efecto Invernadero. Los agricultores
que alternan con la siembra de leguminosas a sus
principales cultivos -como los arroceros tailandeses que cultivan una “cosecha de descanso” de
45 días de la planta leguminosa sesbania entre
sus dos cosechas anuales de arroz- obtienen
nitrógeno de forma gratuita, mientras reducen las
emisiones contaminantes y los Gases de Efecto
Invernadero. En Kenia, los agricultores que cultivan árboles de acacia albida intercalados entre
sus cultivos de alimentos, obtienen nitrógeno,
cultivos más resistentes a la sequía y forraje para
los animales.
El lema del SRI es “más con menos”:
más comida con menos fertilizante, agua
y semillas. Su rendimiento no requiere
de semillas genéticamente modificadas
ni tantas otras cosas producidas por las
empresas agroindustriales. Y eso es parte del problema con su promoción, por supuesto.Se produce
más alimentos y se fortalecen los medios de vida rurales, pero que no produce mucho beneficio para
las empresas multinacionales.
“Los agroecosistemas, incluso de las sociedades más pobres tienen el potencial a través de la agricultura
ecológica ... para igualar o exceder significativamente los rendimientos producidos por métodos
convencionales, reducir la demanda de cambio de uso de la tierra para la agricultura, restablecer los
servicios ecológicos (especialmente el agua), reducir el uso y la necesidad de fertilizantes sintéticos
derivados de combustibles fósiles, y el uso de insecticidas perjudiciales”, señala el informe de la
IAASTD. (Reporte de síntesis, pg. 64)
(Re)creando sistemas alimentarios sostenibles con la agroecología
Los agroecosistemas no están limitados a las zonas rurales. Una de las lecciones de la agroecología
es la importancia de la comida local. Comer alimentos producidos cerca de nuestra casa significa una
alimentación más nutritiva, pero también esta comida puede crear empleos, mejorar el nivel de vida
y reducir las llamadas “Food miles” y la huella de carbono de una comida. La agricultura urbana está
creciendo en todo el mundo, desde Detroit a Bangkok a Río.
“Las mujeres en uno de los barrios más pobres de esta ciudad (Nova Iguazú) a 40 kilómetros al norte
de Río de Janeiro ya no tienen que gastar dinero en las verduras, porque han aprendido a cultivar las
propias, en el surgimiento de los huertos orgánicos urbanos en Brasil”, informó la agencia InterPress
Service.
Llevar las granjas a las ciudades no es asunto de poca importancia, dado que la urbanización atrae
más y más gente a las ciudades. En el año 2000, el 81 por ciento de los brasileños vivían en zonas
urbanas, y 10 años más tarde, el porcentaje ha aumentado a más de 84 por ciento, de acuerdo con el
censo de 2010 de este país.
De hecho, hay miles de iniciativas en todo el mundo destinadas al (re) desarrollo de las economías de
producción y consumo local de alimentos. Los sistemas de comercialización sin intermediarios, como
la agricultura sostenida por la comunidad (CSA, por sus siglas en inglés) están surgiendo como hongos
en todo el mundo y logran una conexión directa de los pequeños agricultores con las comunidades.
En los Estados Unidos, decenas de miles de familias se han unido al sistema CSA, y en algunas zonas
del país hay más demanda de alimentos locales y naturales que la que pueden satisfacer las granjas
comunitarias, reporta el sitio www.localharvest.org.
Si bien no existen cifras oficiales sobre estos sistemas a menudo informales, la red en internet Local
Harvest tiene en su base de datos de más de 4 mil proyectos de agricultura comunitaria urbana,
cuando a principios de la década de 1980 no había ninguno.
Esta reconexión entre los agricultores y consumidores de alimentos no es exclusiva de los países
del mundo desarrollado. El agroecologista Miguel Altieri es un ejemplo de Brasil, donde la soberanía
alimentaria está siendo impulsada por la iniciativa llamada RedeEcovida, donde familias de agricultores,
organizaciones no gubernamentales de apoyo, y los consumidores, y cuyo objetivo es promover las
alternativas agroecológicas y los mercados locales “cerrar el círculo entre los productores locales y
los consumidores, garantizar la seguridad alimentaria local y que la riqueza generada se quede en la
comunidad.
“Ecovida abarca 180 municipios y aproximadamente 2.400 familias de agricultores (alrededor de
12.000 personas), organizadas en 270 grupos, asociaciones y cooperativas. También incluye 30 ONGs
y 10 cooperativas de consumo ecológico. Todo tipo de productos agrícolas se cultivan y venden por
miembros de Ecovida, incluyendo verduras, cereales, frutas, jugo, jalea de frutas, miel, leche, huevos
y carne que llegan a miles de consumidores”.
Las iniciativas están surgiendo en todo el mundo para crear vinculación de los agricultores con las
escuelas, barrios, hospitales, oficinas gubernamentales y otras instituciones que pueden recompensar
a los agricultores que practican la agro-ecología y con ello estos sistemas van escalando de modo
que se puede alimentar un número creciente de personas.
Carbono y alimentos
Obviamente, en la medida qué los alimentos tienen que viajar desde la granja al consumidor (en los
EE.UU. se estima este recorrido es de 2400 kilómetros en promedio) esto tiene consecuencias sobre
el cambio climático. Pero el potencial de la agricultura para exacerbar o reducir el calentamiento
global, se extiende mucho más allá de la cuestión del transporte. En el Reino Unido, se estima que
el sistema alimentario contribuye hasta en una quinta parte de las emisiones de Gases de Efecto
Invernadero del país. La cadena alimentaria que va desde los petroquímicos como base de los
fertilizantes y pesticidas, hasta el metano que se emite en los vertederos de basura, es muy larga.
“Después de los automóviles, los sistemas alimentarios utilizan más combustible fósil que
cualquier otro sector de la economía (19 por ciento). Y mientras los expertos no se ponen
de acuerdo acerca de la cantidad exacta, la forma en que nosotros mismos consumimos
alimentos contribuye con más Gases de Efecto Invernadero a la atmósfera que cualquier
otra cosa que hacemos (tanto como un 37 por ciento), de acuerdo con un estudio. Siempre
que los agricultores desmontan la tierra para los cultivos, grandes cantidades de carbono se
liberan al aire”, escribió Michael Pollan en un artículo editorial en el diario New York Times.
“Pero la industrialización de la agricultura en el Siglo XX aumentó la cantidad de Gases de de
Efecto Invernadero emitidos por el sistema alimentario por orden de magnitud; fertilizantes
químicos (hechos a partir de gas natural), los pesticidas (hecho a partir del petróleo), la
maquinaria agrícola, el procesamiento moderno de los alimentos, el envasado y el transporte
juntos han transformado a un sistema que en el año 1940 producía 2,3 calorías de energía
de los alimentos por cada caloría de la energía de combustible fósil; mientras que ahora se
necesitan 10 calorías de energía de combustible fósil para producir una sola caloría de los
alimentos del supermercado. Dicho de otra manera, cuando nos alimentamos a partir del
sistema alimentario industrial, estamos comiendo petróleo y vomitando Gases de Efecto
Invernadero.
Esta cadena de consecuencias puede acortarse significativamente con la agroecología, a través
de la agricultura orgánica y el consumo local. Pero es el potencial de un suelo vivo, que permite
tanto aumentar los rendimientos y los ingresos de la cosecha, como para capturar el carbono de la
atmósfera, el que tiene las posibilidades más interesantes para muchos.
La promoción por parte del Banco Mundial y otras influyentes instituciones de lo que se llama
“Agricultura climáticamente inteligente” es considerada por algunos partidarios de la agroecología,
como el Instituto para la Agricultura y la Política Comercial (IATP, por sus siglas en inglés), ya sea
como una artimaña o una distracción, que pone demasiado énfasis en el comercio de carbono y no
lo suficiente en las prácticas sostenibles. Así que la emergente historia de captura de carbono en el
suelo va mucho más allá de esto.
Después de los océanos, el suelo es el más grande sumidero de carbono en el planeta, dice el
agrónomo Christine Jones. A través de la fotosíntesis las plantas convierten el CO2 en azúcares para
lograr el crecimiento, liberando oxígeno a la atmósfera. La actividad de las bacterias simbióticas
y hongos, asociado a las raíces y alimentado por los azúcares, permite la captura de CO2 que al
combinarse con los minerales del suelo se convierte en humus estable, que capturará al carbono.
Sin embargo, con la recuperación del suelo con la agroecología la ecuación cambia. Por ejemplo,
en 2009, el Gobierno portugués presentó un esquema de compensaciones de carbono del suelo
basado en la mejora de las tierras de pastoreo secas. El plan paga a un estimado de 400 agricultores
participantes para establecer biodiversidad perenne con una mezcla de pasturas de gramíneas/
leguminosas (superior a 20 especies) para mejorar el carbono del suelo, la capacidad de retención
de agua del suelo y la productividad ganadera en
un área de aproximadamente 42.000 hectáreas,
según la organización de Jones, Amazing Carbon.
Tiago Domingos, un profesor participante, calculó
que el área de la tierra agrícola en Portugal que es
susceptible de compensación por la captura de
carbono del suelo en conjunto podrían secuestrar
más Carbono que el actual déficit nacional
portugués de emisiones bajo las disposiciones
actuales del Protocolo de Kioto. Además de los
pagos por captura de carbono que reciben, los
agricultores portugueses que participaron en el
proyecto reportaron que “disfrutan de los efectos
en el medio ambiente como la mayor biodiversidad,
el aumento de la fertilidad del suelo, el aumento de
las tasas de infiltración de agua, menos erosión,
menos desertificación, menos incendios, menos
inundaciones, la mejora en la calidad del agua,
menor dependencia de alimentos procesados para
sus rebaños en los prolongados períodos de sequía
y mejor calidad de la leche y la carne”.
Tim Wiley, un oficial de desarrollo del Departamento
de Agricultura y Alimentación del Occidente
de Australia, informa que “si todos los suelos
agrícolas de Australia Occidental se dedicaran al
secuestro de carbono, podríamos absorber las
emisiones actuales de Australia Occidental. Esto
tendría el potencial de reducir significativamente
las emisiones netas de Australia y cumplir con las
obligaciones del Protocolo de Kioto”. Añada en el
resto de la superficie agrícola de Australia (y del
mundo) y el impacto en los niveles globales de
CO2 sería evidente.
El Bosque Subterráneo
Los agricultores en Níger han ayudado
a mantener a raya la desertificación a
través de una práctica ingeniosa y sencilla de permitir que los árboles se regeneren en sus campos. La práctica involucra la poda selectiva de brotes de los
arbustos que les permitan crecer hasta
convertirse en árboles apropiados. Anteriormente, los agricultores pensaban
que los árboles que crecen en medio
de sus campos de cultivo reducirían su
rendimiento agrícola, así que mientras
los árboles nativos trataban de crecer, se
araba bajo sus raíces o era quemados
con los residuos de los cultivos.
En unos pocos años, nuevos bosques
habrán crecido a través de la poda
mínima de regeneración natural de los
arbustos. Los agricultores en Níger han
regenerado más de 30.000 kilómetros
cuadrados con esta técnica que se llama
Farmer Managed Natural Regeneration.
Con los árboles podados y espaciados
adecuadamente, aumentó el rendimiento
del cultivo tanto como de 200 a 300 por
ciento, mientras que provee una fuente
adicional de forraje y leña. Con esta
técnica, incluso en un corto período de
tiempo, se obtiene suficientes residuos
de árboles podados para proporcionar
acolchado para los campos de cultivo
y lograr un aumento de la retención de
agua del suelo y reducción de la evaporación.
Importantes retos por delante, pero también esperanza
Mientras el reto de alimentar a la población mundial se hace más complejo y crítico, un nuevo
pensamiento y acercamiento son necesarios. Los periodistas pueden hacer una importante
contribución a los debates sobre la alimentación y la agricultura, ayudando a informar a su público no
sólo sobre los retos, sino también acerca de la aparición de la agroecología y su potencial para hacer
una diferencia. Como apuntó el escritor sobre alimentos Michael Pollan, comer “es un acto político”.
La comida es un área en la que la gente común puede hacer la diferencia. El trabajo de los periodistas
es ayudar a la gente a entender los retos, las alternativas y las maneras en que ellos mismos pueden
hacer la diferencia.
"La huella ecológica de la agricultura industrial es ya demasiado grande para ser ignorada, y la
previsión de un aumento en los cambios ambientales globales futuros podrían hacer esta huella
ecológica incluso mayor... Los recursos naturales, especialmente el suelo, el agua, la diversidad
vegetal y animal, la cobertura vegetal, las fuentes de energía renovables, el clima y los servicios
de los ecosistemas, son fundamentales para la estructura y la función de los sistemas agrícolas
y la sostenibilidad social y ambiental, en apoyo a la vida sobre la Tierra. Históricamente, la senda
del desarrollo agrícola mundial se ha enfocado de manera muy restrictiva en el aumento de la
productividad, en lugar de buscar una integración más holística de la gestión de los recursos
naturales en los alimentos y la seguridad nutricional. Es preferible un enfoque holístico u orientado
hacia los sistemas porque puede abordar las difíciles cuestiones asociadas con la complejidad de
los sistemas alimentarios y de producción en distintas ecologías, regiones y culturas.
- Resumen del Informe de la Evaluación Internacional del Papel del Conocimiento, la Ciencia y la Tecnología en el Desarrollo Agrícola (IAASTD)
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