48 IURIS&LEX 13 NOVIEMBRE 2015 [A fondo] El ‘Proyecto Beps’: ¿un reto para la inspección española? La nueva norma establece que no son deducibles los intereses pagados de un préstamo participativo de una entidad del grupo Los convenios para evitar la doble imposición deberán adaptarse a las modificaciones propuestas por la Ocde POR MARTA MORENO DE ALBORÁN Abogado de Fiscal de Pérez-Llorca l pasado 5 de octubre, la Ocde presentó los informes finales respecto del Proyecto sobre la Erosión de la Base Imponible y el Traslado de Beneficios (i.e. el Proyecto Beps), cuya finalidad principal es evitar la minoración de la tributación directa por un aprovechamiento indebido del régimen fiscal de las diversas jurisdicciones implicadas en la tributación de una operación o en las que las empresas multinacionales están localizadas. Así, para minorar el impacto de la reducción de la base imponible, la Ocde y los numerosos países que han participado en este proyecto F. VILLAR parten de una premisa que puede parecer sencilla, pero que en la práctica resulta harto complicada de ejecutar: los contribuyentes deben tributar allí donde se genera el valor añadido. No obstante, en la economía globalizada, la realidad es muy distinta. Así, los ordenamientos prevén diversos beneficios fiscales, al ser este un método de atracción de inversiones, que hace que muchas empresas multinacionales con actividad y presencia en diversas jurisdicciones puedan aprovecharse de dichas ventajas fiscales y de las posibles lagunas existentes, tributando en países de menor tributación. ¿Y qué proponen la Ocde y el G-20 contra esta situación? La Ocde y el G-20 presentan quince acciones, con un nivel de compromiso diferente -algunas de ellas son meras recomendaciones para los Estados, de modo que se respete su soberanía fiscal- y con un horizonte temporal de aplicación diferente en función de los procedimientos necesarios para su implementación. Dichas acciones cubren numerosos aspectos de la economía actual y pretenden claramente evitar la desimposición que puede producirse mediante la combinación de beneficios fiscales -por ejemplo, como consecuencia de la aplicación de un convenio para evitar la doble imposición que prevea la tributación en el país de origen de la renta-. La Ocde se centra por tanto en impedir que una planificación fiscal agresiva permita un ahorro de impuestos a nivel internacional. En relación con estas medidas de soft-law cuyo objetivo principal es la convergencia del marco jurídico fiscal internacional y la correcta tributación de las rentas obtenidas, cabe indicar que España ya ha modificado su normativa interna para adaptarse parcialmente a dichas recomendaciones. Precisamente, con la aprobación de la Ley 27/2014, de 27 de noviembre, del Impuesto sobre Sociedades (IS), el Estado español ha incluido diversas normas para evitar el posible aprovechamiento de las lagunas o desajustes existentes en el ordenamiento jurídico. Así, la nueva normativa del IS establece, por ejemplo, que no resultan deducibles los intereses pagados respecto de un préstamo participativo de una entidad del grupo -en aplicación de la Acción Cuarta del Proyecto Beps-, así como los gastos pagados a entidades vinculadas que, entre otros supuestos, no resulten sujetos a tributación a un tipo nominal mínimo del 10 por ciento -de conformidad con la Acción Segunda del Proyecto Beps-. Igualmente, la normativa española ya ha incluido las obligaciones de información país por país (country-by-country report) El pasado 5 de octubre, la OCDE presentó los informes finales respecto del Proyecto sobre la Erosión de la Base Imponible y el Traslado de Beneficios -i.e. el ‘Proyecto Beps’-, cuya finalidad principal es evitar la minoración de la tributación directa por un aprovechamiento indebido del régimen fiscal de las diversas jurisdicciones implicadas en la tributación de una operación o en las que las empresas multinacionales están localizadas. Así, para minorar el impacto de la reducción de la base imponible, la Ocde y los numerosos países que han participado en este proyecto parten de una premisa que puede parecer sencilla, pero que en la práctica resulta harto complicada de ejecutar. E que obliga a los grupos internacionales a informar a las autoridades fiscales sobre los ingresos e impuestos pagados en las diferentes jurisdicciones en las que operan, tal como establece la Acción Decimotercera del Proyecto Beps. Además de estas medidas y otras novedades que han reforzado, por ejemplo, los requisitos de sustancia para la aplicación de beneficios fiscales, la normativa española y, en particular, los convenios para evitar la doble imposición firmados por España deberán adaptarse en los próximos años a las modificaciones y recomendaciones propuestas por la Ocde. Lo que está claro es que medidas como las expuestas o principios generales como el de tributación en sede del país de producción o generación del valor serán complicados de implementar, pero sobre todo de aceptar si los mismos no vienen fundamentados en cambios normativos. Así, la tendencia constatada de los últimos tiempos por la que la Administración tributaria aprecia que determinadas estructuras de ejercicios obviamente previos a la entrada en vigor de la Ley del IS deban corregirse por su artificiosidad o sobre la base de la existencia de una erosión de las bases imponibles no parece muy adecuada. En nuestra opinión, dichas recomendaciones de la Ocde no pueden aplicarse stricto sensu a todos los supuestos de regularización. Así, por ejemplo, dado que la Ley del IS establece un límite para la deducción de los gastos financieros -30 por ciento del resultado operativo, siendo en todo caso deducible una cuantía máxima de un millón de euros-, la Inspección no podría cuestionar las estructuras financieras que cumplan dichos requisitos, aunque puedan ser consideradas artificiosas y aunque su objeDado que la Ley del IS establece un límite para la deductivo claro sea reducir la base imponible española ción de los gastos financieros -30 por ciento del resultapara gravar dichos intereses en una jurisdicción de do operativo-, la Inspección no podría cuestionar las menor tributación. estructuras financieras que cumplan dichos requisitos, Por tanto, aunque el Proyecto Beps es un clarísiaunque puedan ser consideradas ‘artificiosas’ y aunque mo avance para la reforma de la normativa tributaria su objetivo claro sea reducir la base imponible española internacional, la aplicación práctica de las Acciones para gravar dichos intereses en una jurisdicción de presentadas plantea grandes interrogantes y retos menor tributación. Por tanto, aunque el ‘Proyecto Beps’ para la Administración tributaria española que debees un clarísimo avance para la reforma de la normativa rá aplicarlos siempre dentro del límite de la normatitributaria internacional, la aplicación práctica de las va vigente y, en nuestra opinión, considerándolas Acciones presentadas plantea grandes interrogantes y como meras normas que sirven para completar o inretos para la Administración tributaria española. terpretar el ordenamiento jurídico, pero sin una aplicación directa, al menos, por el momento.