DIARIO 2 61 Diario de Navarra Jueves, 15 de noviembre de 2012 TRIBUNA CULTURAL Recientemente se subastó por 75 millones de dólares el cuadro ‘No.1, 1954’ de Rothko, todo un referente en el arte contemporáneo. MarkRothko,No.1(Royal redandblue),1954 Miguel López-Remiro S OTHEBY’S, 13 de noviembre de 2012. Una pieza de Mark Rothko del año 1954, proveniente de un importante coleccionista privado, sale a subasta con una horquilla de precios de remate de entre 35 y 50 millones de dólares. El precio final que alcanza la pieza asciende finalmente a la cantidad de 75 millones de dólares. Hace unos meses, Christie’s subastó un cuadro del mismo autor fechado en 1961 por 86,9 millones de dólares. Estos datos permiten apreciar la consolidación en el valor de mercado de este artista. Rothko, nacido Markus Rothkowitz en la ciudad de Dvinsk, Rusia (actual Letonia), en el año 1903, es considerado hoy en día como uno de los más importantes representantes de la cultura de nuestra época. Hijo de farmaceúticos judíos, huye de Rusia, sin saber inglés, para establecerse en la ciudad de Portland, en el Estado de Oregon, EEUU, junto a su familia. A los pocos años obtiene una beca para estudiar en Yale. Tras dos años de estudios deja la Universidad con la idea de convertirse en actor, intención que abandona tras la visita que realiza a un taller de arte, momento en el que decide dedicar toda su vida a la pintura. Era el año 1923. Estaba ya en Nueva York y, en pocos años, protagonizaría la eclosión del grupo artístico conocido como ‘La Escuela de Nueva York’, grupo heterogéneo de artistas que suponen el cambio del centro de gravedad artístico de París a Nueva York. Rothko emprende una carrera sin igual, y su estilo clásico, caracterizado por las franjas multicapa de colores superpuestos, estilo constante y que ya no abandonaría a partir de principios de los años 50, sigue siendo considerado un referente total en la cultura visual contemporánea. Son muchos los artistas que hablan de Rothko como un visionario en el desarrollo de un modo de abordar la pintura en la cual la abstracción, la pura pintura, es un camino para reflejar su interés por la obra de arte como espacio de comunicación, donde es el espectador quién se convierte el activador de la obra. Rothko en el año 1969, un año antes de su fallecimiento, año en el que realizó la obra donada por María Josefa Huarte al Museo Universidad de Navarra, recibió el Doctorado Una modelo sostiene el diamante Archiduque José. AFP El diamante más puro logra un precio récord de 18 millones La gema de origen indio, que perteneció a los Hasburgo, batió todos los récords en la subasta de Christie’s Colpisa/AFP. Madrid La obra de Rothko, pintada en el cénit de su carrera. Honoris Causa por Yale. En aquel momento sentenció como propósito fundamental de su obra la generación de unos espacios de silencio donde el espectador pudiera “arraigar y crecer”. La pieza No.1, 1954 ahora subastada ocupa un lugar privilegiado en la carrera de este pintor, y es que fue una de las nueve obras expuestas en su primera exposición individual en un museo notable: el Art Institute of Chicago, exposición que se ha convertido con el paso de los años en una de las exposiciones más celebradas en la carrera de Mark Rothko. Aquella exposición incluyó obras recientes de este artista, obras que hoy en día están en alguno de los más importantes museos internacionales, como el Museo Guggenheim Bilbao, el Whitney Museum of American Art o la Phillips Collection de Washington. Otro dato importante que demuestra la importancia de esta exposición es que los herederos de Rothko poseen dos de los cuadros que allí se expusieron. Junto a No.1, 1954, hasta ayer en manos de un único coleccionista durante los últimos treinta años, solamente hay otra obra de EFE/SOTHEBY’S aquella exposición de Chicago en una colección privada. Mark Rothko se tomó muy en serio aquella exposición, carteándose con la comisaria de la exposición, Katherine Kuh. Esta correspondencia es bajo mi punto de vista uno de los testigos más valiosos que se pueden encontrar de la importancia que concedía Rothko a su obra. Así se puede leer: “Mis preocupaciones con respecto a mis cuadros son de orden moral y con nada tienen que ver menos que con cuestiones estéticas o históricas”; o al hablar de su negativa a incluir un prólogo en el catálogo de aquella exposición manifiesta: “Si existe necesidad y espíritu, se dan los mimbres para una transacción verdadera (entre obra y espectador)”. En aquella correspondencia también encontramos el valor económico que le dio Rothko precisamente a esta pieza: No.1, 1954 es el último de la lista incluida en su carta. Y tenía un precio de venta de 2.500 dólares. Miguel López-Remiro Forcada Director del Museo Universidad de Navarra. Editor de la Antología de Textos de Mark Rothko, Yale University Press Un diamante histórico excepcional de 76,02 quilates, el Archiduque José, batió varios récords mundiales al ser adjudicado por 18 millones de euros en la subasta organizada la noche del martes en Ginebra por la casa de subastas Christie’s. El precio alcanzado es un récord para un diamante de color D, el blanco más puro; un récord mundial para un diamante proveniente de las minas de Golconda, en la India, y es un récord por quilate a 282,485 dólares el quilate, destaca la conocida casa de subastas. “Es un diamante de talla ‘coussin’ que pesa 76,02 quilates, de color D (el mejor, de mayor pureza) y proviene de las famosas minas de Golconda, en la India”, según Jean-Marc Lunel, experto joyero de Christie’s. La gema, cuyo tamaño se aproxima al de una ficha de dominó, se subastó desnudo. No está montado ahora en una joya, aunque antaño fue incluido en un broche y en un pendiente. Este diamante, salido de los yacimientos de Golconda, como el Koh-I-Noor, que orna la corona de la reina de Inglaterra; el Regent, conservado en el museo del Louvre, o el Hope, ofrecido por Harry Winston a la Smithsonian Institution de Washington, forma parte de los que presentan la máxima pure19 / 34 za. Las minas de diamantes de Golconda cerraron al agotarse sus yacimientos. Fueron explotadas cerca de dos mil años, desde el 300 antes de Jesucristo hasta mediados del siglo XVIII, y eran la principal fuente de diamantes conocida en el mundo, antes del descubrimiento de los yacimientos de Brasil el siglo XVIII y de Suráfrica el siglo XIX. El diamante Archiduque José pertenecía a la familia de los Hasburgo. Lleva el nombre del archiduque José (1872-1962), bisnieto por parte de padre del emperador Leopoldo II y del rey Luis Felipe de Francia por parte de madre. El archiduque José vivió en Hungría antes de emigrar a Estados Unidos tras la Segunda Guerra Mundial, cuando la Unión Soviética ocupó su país. Regresó al cabo de unos años a Alemania, donde falleció en 1962, a la edad de 90 años. Parece ser que el archiduque José entregó el diamante a su hijo, el archiduque José Francisco (1895-1957), que en 1933 lo depositó en la caja fuerte de un banco húngaro. La gema fue vendida en 1936 a un comprador anónimo que lo dejó en la misma caja fuerte durante toda la Segunda Guerra Mundial, lo que le permitió evitar una confiscación por los nazis. “Tras décadas de misterio”, según Christie’s, el diamante apareció en la escena internacional en una subasta celebrada en Londres en 1961. Y reapareció 32 años más tarde en Ginebra, en una subasta de Christie’s, donde lo adquirió un comprador anónimo por 6,5 millones de dólares.