CONJUNTOS MONACALES NOVOHISPANOS César Tenorio Gnecco Junto a la conquista del territorio y avasallaje de los pueblos en la Nueva España, se dio otra de vital importancia, como fue la Conquista Espiritual del territorio, misión comenzada por los tres primeros frailes llegados hacia 1523, fray Pedro de Gante, fray Juan de Aora y fray Juan de Tecto. Para desarrollar la magna tarea de cristianizar un pueblo numeroso en un espacio al extremo vasto era necesario, y si en términos de conquista hablamos, de un contingente armado por la fe, siendo los llamados a conformarlo las Ordenes Mendicantes, llegando a este territorio primero los franciscanos, en 1524 los famosos doce frailes, siguiéndoles muy pronto los dominicos, 1526, y los agustinos1, 1533, facultados por el papa Alejandro VI en la bula conocida como la Omnimoda. Los “Doce Apostólicos”, frailes franciscanos, se concentra-ron en centros importantes existentes antes de la conquista, lugares como la propia Mexico-Tenochtitlan, Texcoco, Huejotzingo y Tlaxcala, desde donde irradiaron su evangelización a las zonas de la Nueva Galicia y Michoacán, extendiéndose luego hacia el norte; los frailes dominicos toman como área para su misión el Marquesado del Valle, primero en la zona de Cuerna-vaca, descendiendo luego a Oaxaca, a la Mixteca, y hasta la actual Guatemala. Poco a poco se fue cristianizando a los habitantes de tan extensas tierras, y al ser tales, la llegada de los agustinos vino a completar las fuerzas evangelizadoras en tantas zonas todavía no tocadas; fue así como esta orden se encargó de propagar la nueva religión en la parte noroeste del actual estado de Guerrero, la Huasteca y entrando a reforzar a los franciscanos en Michoacán. Los conjuntos conventuales erigidos por estos frailes son testimonios materiales de esta magna empresa que dan cuenta de las aspiraciones que animaron a sus constructores y la participación material de los “vencidos” en su construcción, si en verdad lo fueron, pues el México de hoy en día muestra su valor ancestral de un pueblo que sigue venciendo y desarrollando su mundo, tal vez solo se cambió una concepción religiosa donde Tonantzin mudó su nombre por Guadalupe. También es de aclarar que su aspecto de fortalezas, por sus almenas y otros elementos de filiación militar, ha hecho que se les denomine “Conventos Fortalezas”, título erróneo si lo vemos desde el campo netamente defensivo, que nos lleva a pensar ¿de quien se habrían de defender los frailes?, ¿quizá de los nativos, que habían sido la mano de obra en la construcción de los conjuntos conventuales?2; entonces, tomemos esta denominación como un simbolismo, de “Fortaleza Espiritual”. “Los espacios nunca están vacíos de gente que viene, porque consideran de gran importancia lo que se refiere a su conversión y los conduce a la verdad: en 1 Su Orden fue fundada por San Agustín de Hipona, quien en el siglo IV nació en Tagaste, la actual Argelia, siendo el pilar más sólido de la Iglesia africana y uno de los grandes pensadores y maestros, considerado dentro de la larga lista de los llamados Doctores de la Iglesia. Su filosofía proyectada en el millar de libros que escribió, tiene como punto de partida las enseñanzas del Evangelio. En el 338 fundó la Orden de los Agustinos, de gran influencia y poder durante la Edad Media. “... en su monasterio de Hipona, viviendo a semejanza de los santos apóstoles de la Iglesia de Jerusalén, creó la Regla de San Agustín cuyos postulados llegaron a constituir la norma aplicada en los innumerables monasterios agustinos.....Esta Regla desapareció posteriormente para retomarse en la época medieval, cuando numerosas Ordenes ajustaron su disciplina de vida a la guía de este código monástico”. MENDEZ VALENCIA, María Alexandra, Aspectos documentales del Claustro de Nuestra Señora de la Encarnación de Popayán. FERIVA S.A., Santiago de Cali, Colombia,1994 2 Aunque quedan testimonios de rebeliones indígenas, como la de Ixtacmaxtitlán y los ataques a Yuririapúndaro. efecto, no pasa día que no lleguen a los religiosas con estas ocupaciones.” Estas palabras tomadas de la Rhetórica Christiana de fray Diego de Valadés reafirma esta aseveración. “La gran arquitectura conventual de mediados del siglo [XVI], quizás debiera clasificarse como una supervivencia medieval; puede decirse que estos grandes templos y conventos fortificados viene a ser como la última expresión de la Edad Media en el Mundo” 3. Mientras que en Europa se continuaba con el Renacimiento, en América surgía un nuevo feudalismo, la encomienda. Esta conquista espiritual dio a la arquitectura religiosa universal un nuevo programa de funciones, que por el medio geográfico y principalmente del pueblo a “conquistar” crearon elementos nuevos para el desarrollo de su actividad, programa que no es sino el conjunto conventual y sus dependencias, conformado por cuatro partes principales que son: atrio, iglesia, convento y huerta, cada uno con espacios que permitían actividades específicas, lineamientos estructurales y decorativos tan especiales por la función, en su estilo y su inventiva, presentándose rasgos góticos, platerescos, clasicistas, sin olvidar el principal ingrediente que en la Nueva España fue partícipe del acervo artístico mundial, no solo para aquellas remotas épocas, sino como puerta de la ahora llamada Latinoamérica a la humanidad, el bagaje cultural de un pueblo, herederos y partícipes de un arte y técnica decorativa sin igual, cuya fusión da como resultado un lenguaje propio de nuestras tierras al integrar el gusto popular autóctono. Es sabido que los libros de arquitectura no circularon en la Nueva España hasta después de la mitad del siglo XVI 4. Se tiene noticia de la llegada de cuatro ejemplares de una edición de Vitruvio, cuatro de la Arquitectura de Alberti, dos de la Arquitectura de Serlio, que llegaron en un embarque de libros para el comerciante Diego Navarro Maldonado. No es descabellado pensar que las ilustraciones de los libros, aunque no se trataran de arquitectura, fueron fuente de inspiración para los constructores en la Nueva España, especialmente para los frailes, quienes no tenían una preparación técnica en la materia. Habiéndose implantada un nuevo concepto arquitectónico en un mundo desde siempre lleno de color, éste entra a formar parte primordial en un juego con los volúmenes y creando un magnífico mundo espacial, presente en el más sencillo edificio hasta en las más monumentales construcciones. El producto del encuentro de dos culturas completamente ajenas es por consiguiente una arquitectura enriquecida con elementos particulares de cada región colonizada, de variadísimos grupos humanos y en un territorio pleno de contrastes. Los europeos al llegar al Nuevo Mundo encontraron no un vasto territorio baldío, sino civilizaciones cuya sabiduría milenaria se desenvolvía entre una concepción mística de las fuerzas cósmicas personificadas, teniéndose al hombre como sostén de esos elementos deificados, y siendo el único llamado a lograr que perdurase la vida en completa armonía con su ambiente, y conservar el mundo de los vivos y de los muertos, logrando mediante estos 3 4 TOUSSAINT, Manuel op. cit. La primera referencia que se hace sobre un libro de arquitectura aparece en el acta inquisitorial efectuada sobre la biblioteca de don Pedro Cuadrado, en Ciudad de México, en la que se menciona hacia 1569 un "libro de Arquitectura intitulado Vitruvio". esfuerzos un claro conocimiento de los procesos de natura, organizándose dentro de estructuras socia-les y formas de producción con una elevada división del trabajo, elemento que fue de vital importancia para los frailes, quienes nada bobos, supieron aprovecharla para sus fines; culturas que a través de su desarrollo histórico habían sembrado y cosechado en sus núcleos urbanos una depurada y elevada ideología en constante cambio. Es de discutirse, y enterrado en el pasado quedó, si al implantarse un nuevo modo de vida en estas tierras se cegó este constante florecimiento de manera tajante, o como tal vez sería valido decirlo evolucionó a otro ámbito, pero sí pasaron a otro plano la sabiduría de los tlamatimine y un mundo imaginativo como el de los artífices, quienes basados en la reflexión sobre evidencias de la naturaleza vieron su mundo cambiado por las ideas docmáticas del cristianismo. Al aparecer en el panorama americano los mendicantes, y radicarse dentro de los núcleos humanos existentes, los alteraron a grado sumo, edificando sus conventos en el centro de las congregaciones existentes, tratando arrancar de raíz las creencias religiosas de estos pueblos, levantándose en menos de un siglo en la Nueva España cerca de 272 edificios de diversa magnitud, construidos con materiales obtenidos al des-montar las construcciones religiosas de los naturales, después de derrocar sus ídolos, pasando así a servir la pirámide achatada sobremanera como basamento de los templos y sus plazas entonces alojaron todo un conjunto conventual. Unidas las fuerzas de la mano indígena, sumisa ya al cristianismo, y la pujanza de los frailes, se erigieron las gigantescas estructuras de los conventos, en un amplio recinto que servía de elemento ordenador para la traza de calles con el modelo de cuadrícula, que en mil y un casos no fue impuesta, sino siguió los lineamientos de una ya existente, nombrando casos presentemos a El Cuzco (Perú), Malinalco, Tlayacapan, lugares todos donde se respetó la ordenación urbana original. Esta arquitectura propia es la interpretación colonial de los centros monásticos del viejo continente 5 en estas tierras, claro está a la escala necesaria para las necesidades en el Nuevo Mundo, a las que por su carácter de Evangelización se le incorporaron otras propias para desarrollar esta tarea; es el reflejo de un género de vida donde cada orden aporta un granito de 5 Del siglo IV quedan ruinas de algunos monasterios en la Tebaida. El plano más antiguo conocido es el de la abadía de Saint Gall, que aun existe, del año 880, atribuido al abad Haito (763-836). El partido arquitectónico del monasterio medieval se debe a los benedictinos, como deriva-dos de Montecasino (siglo VI), Cluny del siglo X, Citeaux del siglo XII y Clairvaux del siglo XII, fundado por San Bernardino. Derivados del monasterio medieval son los fortificados y los conjuntos catedráticos de los siglos XIII, XIV y XV. La vida en común con finalidades religiosas tienen antecedentes remotos, anteriores al cristianismo, entre los cuales pueden nombrarse los pitagóricos y sus cenáculos, y a los esenios y nazaritas en el mundo israelita. Dentro del cristianismo, la vida monacal fue una evolución de la vida eremítica, iniciada en Egipto hacia el 250, cuando los anacoretas empezaron a reunirse periódicamente para escuchar a alguno de ellos más viejo, tal vez, y poco a poco se dio origen a la vida permanente en comunidad. El iniciador de la vida solitaria fue San Pablo el Ermitaño o de la Tebaida, quien en el año 250 huyó de la persecución de Decio. Entre sus sucesores el más famoso fue San Antonio; en la época de la muerte de éste (356) los desiertos de Egipto, Siria y Palestina se habían poblado de ere-mitas, que en ocasiones vivían sobre una columna y por ello se les llamaba estilitas. Los eremitas desaparecieron poco a poco, a medida que se fundaban los monasterios. El primer monasterio cristiano de Oriente fue fundado por San Antonio Abad, en Fayo, hacia el 305; en la Tebaida, hacia el 320, San Pacomio dicta la primera Regla Monástica. En el siglo XIII aparecen los monasterios de las Ordenes Militares, que presentan un partido arquitectónico diferente, variante del Castillo Auto-defensivo, que es el único tipo que puede llamarse como convento fortaleza..Tomado de CHANFON OLMOS, Carlos op. cit. arena al desarrollo de concepciones artísticas saturadas de elementos propios de cada región, conjunto conventual que primero se desarrolló en la Nueva España y sirvió de modelo para los edificios en otras regiones del Nuevo Mundo, como es el caso de la Nueva Granada, levantados dentro de los mismos lineamientos pero a menor escala, los llamados centros doctrineros. Dado que en la colonización españoles e indígenas debían coexistir, se establecieron espacios diferentes pero correlacionados, y el siglo XVI fue el momento cuando el fenómeno de cristianización de los nativos dio como resultado la creación de los centros evangelizadores, en los cuales se desarrollaban además de las tareas propias de esta vocación las de tutelaje, mientras que a su sombra se creaban las trazas de las poblaciones españolas. En infinidad de casos estos conjuntos conventuales fueron la semilla de pueblos como es el caso del convento de Belencito, en el departamento de Boyacá, Colombia, inicio de una población que partiendo del núcleo monástico comenzó su vida urbana, caso también ejemplificado por la ciudad de Guaduas, departamento de Cundinamarca, la cual repitió la historia de los centros monásticos europeos en torno a los que crecieron eventualmente aldeas y burgos. Así encontramos que un conjunto conventual novohispano está conformado por: 1. Un gran atrio, el elemento principal, prioridad que adquirió en la Nueva España por la necesidad de recibir a un número elevado de catecúmenos, y sin olvidar la razón primordial, la que los nativos de estas tierras no gustaban de espacios cerrados, realizando todas sus actividades diarias y de culto al aire libre; así debieron realizarse las labores de doctrina de acuerdo a este modus vivendi “De ahí que la costumbre sea predicarles en espacios abiertos que son amplísimos, no sólo en las ciudades donde tenemos nuestros conventos, sino en todos los lugares a los que llegamos a predicar. Pues donde quiera que estamos, siempre nos dedicamos al trabajo de las almas.” 6. En el atrio se encontraba el surtidor de agua, la cruz atrial, capillas posas y capilla abierta o de indios, cuando ésta no estuvo integrada al convento, que podemos decir constituía la primera iglesia con todos sus elementos 7. Sin lugar a equivocarnos, afirmaremos entonces que la Capilla Abierta o de Indios reemplazaba al presbiterio de una iglesia convencional, donde se halla el Altar Mayor; las Capillas Posas, son las capillas laterales de la iglesia, elemento importante para la antigua liturgia y más para aquellos rituales católicos que debían impresionar a los neófitos en este campo, pletóricos de pompa y circunstancia; la explanada del atrio se tornaría entonces en la inmensa nave de la iglesia. Fue este un ingenioso artificio de los frailes mendicantes para ir acondicionando a su nuevo pueblo a lo que luego sería la iglesia, arquitectónicamente dicha. "Existen pues los recintos sagrados, separados de los demás y cercados con altos muros de mampostería unida con cal, sin adosarse a ninguna construcción y teniendo a todos lados las poblaciones a manera de islas." 8 2. claustro, organizado en torno a un patio central, típica adecuación del concepto arquitectónico levantino y andaluz, presentando como dependencias básicas la portería, que en ocasiones fungió como capilla abierta cuando ésta no se construyó, refectorio, sala de profundis y cocina 6 VALADES, fray Diego de Rhetórica Christiana. 7 Los nativos acostumbrados a ceremonias efectuadas en grandes es-pacios abiertos, al cambiarse su convicción religiosa y vivencial no podían ser abrúptamente introducidos a espacios cerrados, que por ellos sólo eran usados para actividades diferentes a las netamente religiosas; por tanto, el gran atrio es la aportación religiosa de los mendicantes al mundo, aquí en La Nueva España. 8 Ibidem. en el claustro bajo, y en la parte superior, biblioteca y celdas; la huerta, fue un elemento de vital importancia para el conjunto, donde se alojaron, cuando las hubo, las caballerizas. "... Después es tán los monasterios y del otro lado los huertos. El lado al que dan las puertas, esta ceñido por amplios, espaciosos y muy asoleados pórticos, en los que los religiosos se ocupan de oír confesiones y administrar todos los sacramentos a la vista de todos." 9 3. Iglesia, que según dicen los eruditos en la materia, fue el último de los elementos en construirse. “Siguen después los templos principales, que por dentro y por fuera están hechos con gran arte y ciertamente, la mayoría de ellos están construidos totalmente en piedra y más o menos tienen todos la misma forma.” 10 Este ingenioso programa lo encontramos en las edificaciones de las tres Ordenes, pero con marcadas diferencias, no solo con relación a sus aspiraciones, sino entre los conjuntos de la misma Orden, siendo los más singulares los que construyeron los agustinos, ya que ellos como los dominicos no tenían el voto de pobreza de los franciscanos, hecho que les permitió desarrollar sus conjuntos con mayor monumentalidad y suntuosidad; por tanto cada una de las ordenes plasmaba sus reglas en sus construcciones, dejándose ver en los conjuntos conventuales su austeridad, en claustros y recursos constructivos poco ostentosos; en agustinos y dominicos toda su magnificencia en dimensiones y métodos constructivos; eso sí, conservando lineamientos generales que marcan una uniformidad en todos los conjuntos conventuales, y más si entendemos que los frailes tuvieron sumo cuidado en establecer un culto lleno de boato y pompa, que influyera en el proceso de conversión de los naturales, para contraponer su evangelización con la religión que aquí se practicaba, con rituales sumamente complejos y vistosos. Rober Ricarde en su obra, La Conquista Espiritual de México, dice que los frailes se empeñaron en entretener y re-crear a los neoconversos con esplendorosos oficios 11, con procesiones y fiestas de todas clases, tratando de celebrar todo con la mayor solemnidad posible. Cabe aclarar que ninguna de las tres Ordenes se libró de esta actitud, pero los agustinos se 9 Ibidem. 10 11 Ibidem. “Celebran las pascuas del Señor y de Nuestra Señora y de las ad-vocaciones principales de sus santos con mucho regocijo y solemnidad, adornando para estas fiestas sus iglesias muy graciosamente con los paramentos que pueden haber, e lo que les falta de tapicería, suplen con muchos ramos y flores que echan por el suelo, y yerbabuena, que acá se ha multiplicado cosa increíble, y mucha juncia y espadañas, y por donde ha de pasar la pro-cesión hacen muchos arcos triunfales, los cuales adornan con diversidad de rosas, de que hacen escudos grandes y chicos de labores de mesmas rosas, y asimismo piñas muy de ver; y por esto en esta tierra hacen mucho por las rosas, y las tienen la mayor parte del año, y aún no contentos con las que tienen en sus pueblos, envían por otras a otros pueblos que están a diez y doce y quince leguas, en la tierra caliente, que es donde pocas veces en todo el año faltan, o las hay siempre, y muy buenas; y salen los indios señores y principales ataviados con sus camisas limpias y mantas blancas y labradas, con plumajes y piñas de rosas en las manos, bailan y dicen canta-res en su lengua de las historias de las fiestas que celebran, que las han traducido los frailes en su lenguaje, y los maestros de sus cantores las han puesto a su modo en metro que cuadre y se cante al son de sus cantares antiguos; y estos en muchas partes comienzan a media noche en la vigilia, o cuando se acaban los maitines de la fiesta, y tienen muchas lumbres en sus patios, que en esta tierra los patios son muy grandes y muy gentiles, por-que la gente no cabe en las iglesias, y en los patios tienen su capilla para que todos oyan misa los domingos y fiestas, y las iglesias sirven para entre semana; y después también cantan harta parte del día, sin se les hacer mucho trabajo ni pesadumbre” BENAVENTE, Fray Toribio de Memoriales o libro de las cosas de Nueva España y de los naturales de ella. llevan las palmas. “... si el edificio era suntuoso, monumental, soberbio, fastuoso, se convertiría en un marco adecuado para rituales ostentosos; el efecto que causarían entonces en el ánimo de los indígenas los edificios y el ritual, no había que dudarlo, sería favorable para su conversión a la nueva doctrina. ... Aún así, no todo fue grandeza y ambición; también, no hay que olvidarlo, hubo mesura y por supuesto pobreza en las tres Ordenes. Destacaremos aquí el caso de monasterios agustinos de humilde arquitectura como el de Pahuatlán, en la Sierra Baja, donde la pobreza era demasiada. ... No obstante, debe considerarse también el contagio por la grandiosidad que padecieron los indígenas, quienes eran “los empeñados en tener un hermoso monasterio, por razones de orgullo local” 12. Importante es no olvidar que los conventos tenían otros pequeños diseminados en un radio de treinta kilómetros, dentro de las repúblicas de indios; eran pequeños edificios religiosos que sustituían los adoratorios, eran las llamadas visitas de conventos. Para demostrar con palabras escritas, la grandiosidad de la obra de los frailes mendicantes en la Nueva España, presento un listado recopilado de varios autores, en especial de Kubler 13, quien nos aporta el mayor número de conjuntos conventuales novohispanos del siglo XVI. FRANCISCANOS PROVINCIA DEL SANTO EVANGELIO - San Juan Evangelista Acatzingo - San Martín Alfajayucan - Asunción de Nuestra Señora Amozoc - Asunción de Nuestra Señora Apan - San Juan Bautista Atlangatepec - Concepción Purísima Atlihuetzía - Santa María de Jesús Atlixco - Santiago Atotonilco de Tula - San Pedro y San Pablo Calimaya - San Andrés Calpan - San Simón y San Judas Calpulalpan - San Andrés Chiauhtla (Texcoco) - Santiago el Mayor Chalco Atenco - San Andrés Cholula - San Gabriel Cholula - San José de los Naturales o Capilla Real Cholula - Santa María Churubusco - Santa María de Jesús Coatepec Chalco - San Miguel Cuatlinchán - San Juan Bautista Cuautinchán - San Buenaventura Cuautitlán 12 VICTORIA, José Guadalupe op. cit. 13 KUBLER, George op. cit. - Anunciación (o Asunción ?) de Nuestra Señora Cuernavaca - San Cristóbal Ecatepec - San Luis Huamantla - San Martín Huaquechula - San Miguel Huejotzingo - San Diego Huejotzingo - San Luis Obispo Huexotla - San Ildefonso Hueyotlipan - San Andrés Hueytlalpan - San Mateo Apóstol Huichapan - San Matías Apóstol Ixtacalco - San Juan Ixtacmaxtitlán - Jalacingo - Natividad de Nuestra Señora Jalapa - San Pedro y San Pablo Jilotepec - San Juan Bautista Metepec - San José de los Naturales México - San Francisco México - Asunción de Nuestra Señora Milpa Alta - Santa María Nativitas - Concepción de Nuestra Señora Otumba - Pachuca - Las llagas de San Francisco Puebla - La Magdalena Quecholac - San Felipe Cuixtlán - Santa Ana Chiautempan - San Gabriel Tacuba - San Luis Tampico - Apóstol Santiago Tecali - Asunción de Nuestra Señora Tecamachalco - San Antonio de Padua Tecómitl - Santiago Apóstol Tecozautla - Concepción de Nuestra Señora Tehuacán - San Juan Bautista Teotihuacan - Teotitlán del Camino - San Francisco Tepeaca - San Francisco Tepeapulco - San Francisco Tepeji del Río - San Bartolomé Tepetitlán - Tepexi de la Seda - San Francisco Tepeyanco - Texcoco - San Pedro Tláhuac - San Francisco Tlahuelilpa de Ocampo - San Luis Obispo Tlalmanalco - Corpus Christi Tlalnepantla - San Francisco Tlaquiltenango - Santiago Tlatelolco - Asunción de Nuestra Señora Tlaxcala - Asunción de Nuestra Señora Tochimilco - Asunción de Nuestra Señora Toluca - San Francisco Totimehuacán - San Juan Totolac - San José Tula - San Juan Bautista Tulancingo - San Lorenzo Tultitlán - San Andrés Apóstol Veracruz - San Juan Bautista Xichu - Santiago el Mayor Xiutepec - San Bernardino de Siena Xochimilco - San Pedro y San Pablo Zacatlán de las Manzanas - Todos los Santos Zempoala - San Miguel Zinacatepec PROVINCIA DE MICHOACÁN - Santa María de Gracia Acámbaro - San Francisco Apaseo - Nuestra Señora de la Concepción Celaya - Chamacuero - San Antonio Charapan - Chucándiro - Asunción de Nuestra Señora Erongarícuaro - San Francisco Jiquilpan - San Francisco Pátzcuaro - San Francisco Peribán - Santo Tomás Pichátaro - San Jerónimo Purenchécuaro - Santiago Querétaro - San Felipe - San Miguel de Allende - San José Tajimaroa - Santa Cruz Tancítaro - Santa María de Jesús Tarécuaro - San Miguel Tarímbaro - San Pedro Tolimán - San Francisco Tzintzuntzan - San Francisco Uruapan - San Buenaventura Valladolid (Morelia) - Santa Ana Zacapu - San Juan Bautista Zinapécuaro o Tzinapécuaro - San Juan Zitácuaro PROVINCIA DE JALISCO - Asunción de Nuestra Señora Acaponeta - Agua del Venado - San Juan Evangelista Ahuacatlán - San Andrés Ajijic - San Francisco Amacueca - San Juan Evangelista Atoyac - La Transfiguración, o El Salvador Autlán - Chalchihuites - Chapala - San Miguel Cocula - San Francisco Colima - Durango - Concepción de Nuestra Señora Etzatlán - San Francisco Guadalajara - Huaynamota - Asunción de Nuestra Señora Jala - San Juan Bautista Jalisco - San Francisco Juchipila - Nombre de Dios - San Pedro y San Pablo Pon-citlán - San Francisco, o Santiago Sayula - San Francisco Sentispac - Sombrerete - San Francisco Tamazula- San Sebastián Techaluta - San Miguel Tecualtitán - San Juan Bautista Teul - San Antonio Tlajomulco - San Juan Bautista Tuxpa - Zacatecas - Santa María Magdalena Zapo-titlán - Asunción de Nuestra Señora Zapotlán PROVINCIA DE SAN JOSÉ DE YUCATÁN - Calkiní - Campeche - Conkal - Dzibilchaltún - Izamal - Maní - Mérida - Motul - Oxcutzcab - Ticul - Tizimín - Valladolid - Zizantún - San Francisco Zacoalco AGUSTINOS - San Miguel Acatlán - San Agustín Acolman - San Nicolás Tolentino Actopan - Ajacuba - Ajuchitlán - Alcozauca - La Concepción (o San Mateo?) Atlatlauhcan - Santa Cecilia Atlixco - Atlixtac - San Agustín Atotonilco el Grande - San Juan Bautista Atzotzintla - San Agustín? Ayotzingo - Santiago? Chapantongo - San Pedro? Chapulhuacán - San Miguel Charo - San Agustín Chiautla de la Sal - Chietla - Chilapa - Chucándiro - Santiago Copándaro - Santa María Magdalena Cuitzeo - San Juan Evangelista Culhuacán - San Andrés Epazoyucan - Guadalajara - Huacana - Huauchinango - San Nicolás Tolentino, o La Concepción Huango - Santos Reyes Huatlatlauhca - Huayacocotla - San Agustín Huejutla - San Miguel Arcángel Ixmiquilpan - Ixtlahuaco - San Lorenzo Iztacoyotla - Itztapanitla - Jacona - Jantetelco - Jonacatepec - Jumiltepec - Santa Catarina Lolotla - Malila - Purificación y San Simón Malinalco - Mezquititlán - Santos Reyes Meztitlán - Santa María de la Gracia México - San Antonio de Padua Mixqui-huala - San Andrés Míxquic - Santa María Molango - Nonoalco - Oaxaca - Ocotlán (Nueva Galicia) - Ocuilan - Santiago Ocuituco - Pahuatlán - Pánuco - Parangaricutiro - Pátzcuaro - Puebla - Pungarabato - San Bernardo - San Felipe - San Luis Potosí - Santa Fe - Singuilucan - San Jerónimo Tacámbaro - Tantoyuca - San Nicolás Tehuitzila - Tempoal - Tepecoaculco - Tezontepec - Tianguistengo - Santiago Tingambato - San Juan Bautista Tiripitío - Tlacuilotepec - Tlamaco - Tlanchinol - Tlapa - San Pedro Tlatemalco - Tlayacapan - Tlazazalco - Tonalá - San Guillermo Totolapan - Tutotepec - Santa Ana Tzirosto - San Francisco Ucareo - Santiago Undameo - Santa María de Gracia Valladolid (Morelia) - Xihuico - San Nicolás, o la Asunción Xilitla - San Nicolás Xochicoatlán - Santa María (o La Asunción) Xoxoteco - San Juan Bautista Yecapixtla - Yolotepec - San Pablo Yuririapúndaro - San Pedro Zacán - Zacatecas - Zacualpan - La Concepción Zacualpan de Amilpas - Zacualtipán - Zoquizoquiapan DOMINICOS - Achuitla - Natividad de Nuestra Señora Almoloyas - Asunción de Nuestra Señora Amecameca - Atlixco - San Felipe y Santiago Azcapotzalco - Chichicapa - Asunción de Nuestra Señora Chila - Santo Domingo Chimalhuacán Atenco - San Vicente Ferrer Chimalhuacán Chalco - Natividad de Nuestra Señora Coatepec Chalco - San Juan Bautista Coixtlahuaca - San Juan Bautista Coyoacán - Santiago Cuilapan - San Pedro Etla - Santo Domingo Hueyapan - Santo Domingo Huehuetlán el Viejo - Santa Catalina de Siena Huitzo - Santo Domingo Izúcar de Matamoros - Santo Domingo Jalapa - Juquila - Juxtlahuaca - Santo Domingo México - San Andrés Miahuatlán - Santo Domingo de Guzmán Mix-coac - San Antonio Nejapa - Nochistlán - Santo Domingo Oaxaca - Santo Domingo Oaxtepec - Santo Domingo Ocotlán - Santo Domingo Puebla - San Jacinto San Angel - La Purificación de Nuestra Señora Tacubaya - Santiago Tecomastlahuacán - Santo Domingo Tehuantepec - San Juan Bautista Tenango Chalco - Teotitlán del Valle - Santa María de la Purificación Tepapayeca - Santa María Magdalena Tepe-tlaoztoc - San Pedro y San Pablo Tepos-colula - Natividad de Nuestra Señora Tepoztlán - San Juan Bautista Tetela del Volcán - San Juan Teticpac - Tilantongo - Tlacochahuaya - San Pedro y San Pablo Tláhuac - Santo Domingo Tlaquiltenango - Asunción de Nuestra Señora Tlaxiaco - Santo Domingo Tonalá - San Ildefonso Villa Alta - Santa María Magdalena Xalte-pec - Santo Domingo Yanhuitlán - Asunción de Nuestra Señora Yautepec Es entonces cuestión de causar asombro al ver este cuadro, que tantas magníficas obras se hayan hecho en tan corto espacio de tiempo; podemos ver que conjuntos conventuales franciscanos, entre 1520-30 y 1610-20 se edificaron mas de 154; agustinos entre 1530-40 y 1610-20, mas de 80; y dominicos, entre 1520-30 y 1610-20 403, más de 50, teniendo entonces la cifra exorbitante de más de 284 monumentos que son un tesoro para la historia de la arquitectura “universal”, y si añadimos los citados por otros autores como Toussaint y Victoria la cifra aumenta considerablemente. Anotemos aquí, que los creadores de tan magníficas obras eran “…artistas populares, aprendices en los escasos textos y dibujos de que se disponía y memoristas de lo que habían "hecho" o visto en España ...” 404. Una manera especial de diferenciar a los monumentos monásticos del siglo XVI es la manera de cubrir los espacios; una con bóveda y la otra con cubiertas de madera, pero de ésta última pocos ejemplos quedan, a no ser el alfarje que se conservan en Huatlatlauhca y la referencia histórica de las techumbre que existieron en Molango y en el primitivo convento de México. Testimonio claro de la belleza que estas techumbres tuvieron, no lo muestra el hermoso maderamen de estilo mudéjar del templo franciscano de Tlaxcala. En algunas fachadas de monasterios novohispanos aparece una torre, Actopan, Ixmiquilpan, Xilitla, Meztitlán y Yuririapúndaro, y muchos más, siendo éstos los más representativos. Entremos al análisis de cada uno de los elementos de los conjuntos conventuales, sin diferenciación de órdenes. Tres elementos conformaban las primeras “iglesias” en estos conjuntos conventuales, el inmenso atrio que hace las veces de gran nave, las capillas posas que recuerdan las capillas laterales de un templo tradicional y la capilla abierta, que es el presbiterio; de esta manera, los nativos acostumbrados a sus ceremoniales al aire libre no sintieron gran cambio de uno a otro, y cuando se construyeron las iglesias, tantos años después, los feligreses ya estaban familiarizados con los espacios cerrados, elementos ideados para familiarizar a los neófitos con un lenguaje que se desarrollaría en el modo tradicional de la iglesia. Los conjuntos conventuales presentan una secuencia constructiva de sus edificaciones, siendo la primera los albergues provisionales techados con paja, mientras se levantaba el edificio definitivo, la parte específicamente dedicada a la evangelización de los indios, atrio, capillas 403 Marcamos con estas fechas décadas de construcción, pues como nos dice don Manuel Toussaint, op. cit, los agustinos llegaron a la Nueva Espa-ña en 1533. 404 ROJAS, Pedro Historia general del arte mexicano, Epoca colonial. posas y capilla abierta, también las primeras de manera provisional para luego edificarse permanentes, y por último las grandes iglesias conventuales. ATRIO 405 “... El patio que dice aquí es una gran plaza grande cerrada de almenas, obra de un estado de suelo poco más o menos, blanqueadas de cal, muy lindas que hacen los indios delante de la puerta de cada iglesia, donde caben treinta y cuarenta y cincuenta mil personas, cosa mucho de ver.” 406 “La Doctrina Cristiana se enseña siempre en los patios de la iglesia; porque como ha de ser tan general para todos, es bien, el que el lugar sea público. Allí se dividen por los ángulos, a una parte los varones, y a otra las hembras, y unos indios viejos, que les enseñan según la necesidad ... Los domingos, y fiestas de guarda se junta todo el pueblo en los patios de la iglesia, donde hay árboles, que hagan sombra; y puestos allí por sus hileras los indios a un lado y las indias a otro, se están rezando una, o dos horas antes de emprender la misa ..." 407 Conformado por una gran explanada, que se extiende al frente del templo y del claustro, siendo excepciones los de Atotonilco el Grande, Huejutla y Tlaquiltenango que se ubicaron a un lado del templo conventual, o el de Meztitlán en forma de L. Limitado por muros almenados y tres puertas a sus ejes, la principal al del templo, con sus accesos bien determinados por arcadas, llamadas arcadas reales. En la Sierra Alta de Hidalgo no se marcan las entradas al atrio por medio de arcos 408, interrumpiéndose sólo los muros al crearse un vano sin ningún elemento de importancia arquitectónica y decorativa, acceso a estas entradas logrado mediante rampas, que algunas presentan escalones, y por tanto no limitan por su topografía directa-mente con la plaza del pueblo. En él se desarrollaron múltiples actividades, como lo representa el grabado de la Rhetórica Cristiana, de fray Diego de Valadés: la catequización, la confesión, la enseñanza de los Santos Sacramentos, la justicia, oficios de difuntos y en él se ven hasta llegar enfermos a “este campo de piedad” 409 "A. Aquí está el predicador de la palabra de Dios, quien en su propia lengua les explica los dones celestiales. B. Fue necesario enseñarles con alguna ilustración, porque no sabían leer: por eso el predicador les muestra los misterios de nuestra religión con una varita. De tal modo que después, re-flexionando ellos, los memoricen mejor. ... H. Esta es la forma del 405 "El atrio como vestíbulo abierto, complementario de un lugar de reunión, existe en la mayoría de los templos aún fuera del cristianismo. La razón de ser del atrio mexicano del siglo XVI es la versión cristiana de la plaza ceremonial prehispánica. ... En esta forma cambia su jerarquía en el partido arquitectónico previo al siglo XVI, donde es elemento complementario al partido novohispano ... donde se transforma en elemento esencial." CHANFON OLMOS, Carlos Historia de la Arquitectura, Siglo XVI Texto de estudio en la Maestría Restauración de Monumentos, UNAM. 406 DE LAS CASAS, Fray Bartolomé Apologética Historia Sumaria 407 GRIJALVA, fray Juan de Crónica de la Orden de N. P. S. Agustín en las provincias de la Nueva España. 408 Siendo este el elemento clave de las diferencias con otros conjun-tos conventuales novohispanos, tal vez debido a la topografía de la zona. 409 ROJAS, Pedro op. cit. lugar en que se imparte justicia. Pues nosotros los religiosos, además de la autoridad que nos ha sido concedida por la Sede Apostólica, escuchamos todas las controversias de los indios en asuntos espirituales, y a causa de la buena voluntad que nos tienen, ponemos fin a ellas, sin hacer escándalo. Ellos aceptan (a manera de oráculo) lo que nosotros decimos, pues con ánimo paternal juzgamos lo que es equitativo, ya que ciertamente deseamos el bien de ellos, como hijos nuestros en Christo; por lo cual nunca buscan excusas ni hacen apelaciones, y lo que hubiere ordenado el religioso, lo aceptan como si viniera de Dios, como lo es en realidad. ... En los espacios manan fuentes donde los niños lavan las impurezas del cuerpo, porque antes que nada se les enseñan las normas de pulcritud.” 410 Estos atrios estaban delimitados por un camino procesional, que saliendo de la capilla abierta y luego de las iglesias, relacionaba cada una de las cuatro capillas posas, en la mayoría de los casos delimitado por árboles, o por un muro bajo como vemos en Atlatlauhcan. Otra de sus funciones fue la de cementerio, que en algunos casos vemos que se usaron hasta entrado este siglo. Fue el elemento propio de la conquista espiritual en la Nueva España; gran plaza de reunión como acercamiento a los nativos, resultado del conocimiento de las costumbres religiosas practicadas en estas tierras. Hacia él se abre la Capilla Abierta o de Indios, donde se celebraban los servicios religiosos, y en las esquinas se encontraban las cuatro capillas posas, elementos que testifican cómo la liturgia se acomodó a las necesidades propias de la evangelización. Estuvieron rodeados por muros anchos de altura variable, y con frecuencia presentan el aspecto almenado de las fortalezas, interrumpidos para dar paso a las arcadas reales. Estos grandes atrios son el testimonio del trabajo conjunto de frailes y nativos al realizar las grandes explanadas que los conformaban, trabajo en que los segundos eran expertos, excavando y rellenando para lograr grandes espacios planos en lugares donde la topografía no lo permitía, o en casos como Huejotzingo donde un terreno de por sí plano sirvió de base para levantar una plataforma y elevar el conjunto conventual. Su forma era cuadrangular y sus dimensiones muy variables, de acuerdo a la importancia del convento, ya sea casa matriz (priorato 411) o visita, y al número de habitantes de la región donde se establecía, llegando a tener dimensiones tan exageradas como el atrio de Xochimilco que abarca 14.000 metros cuadrados. En casos como Meztitlán se llegó hasta modificar el terreno para conformar el gran atrio. Las visitas tal vez son inspiradas en las Obediencias 412, que eran monasterios rurales de tamaño muy reducido, empleados para penitencia de los monjes que cometían faltas. 410 VALADES, fray Diego de op. cit. 411 Un priorato es un conjunto conventual donde residen varios religiosos bajo las órdenes de un prior, a quien se le conoce como prior conventual para distinguirlo del prior provincial, el superior de varios conventos que forman una provincia regular. Todos lo frailes habitaban en el priorato y acudían a las visitas únicamente para la administración de la doctrina. A los priorato y visitas pertenecían varias estancias; cuando una visita aumentaba su población era elevada a la categoría de priorato. Cada priorato tenía bajo su jurisdicción espiritual cierto número de estancias, que contribuían al sostenimiento de las visitas y de los prioratos. 412 Obedience de Avallón cerca de Savigní, Cluny (siglo XII). Su forma más común fue la cuadrangular, regular o irregular, cuyo eje principal es el de la iglesia, o más bien, la iglesia se construyó sobre este eje, ya que fue el último elemento en construirse de los conjuntos conventuales. Pocos son los casos de atrios cuadrados como el de Huejotzingo, siendo la mayoría rectangulares con variantes en el ancho y profundidad respecto a la iglesia; variantes también son los atrios a un lado del templo, o aquellos casos en que éste presenta un atrio pequeño frente a sí además del atrio principal, conformando una L, continuos o separados por construcciones accesorias o sir-viendo como espacio propio a las capillas abiertas. CRUZ ATRIAL Se localizaba en el centro de los ejes del atrio; primero fueron de madera y después de 1539 de piedra. Su antecedente español pudieron ser las cruces de los humilladeros en los caminos del norte de la península, levantadas durante el siglo XIII, dándose en el Nuevo Mundo llenas de interés artístico e iconográfico. En un principio fueron altísimas cruces de madera para ser vistas a gran distancia, "pero constituían pararrayos terribles para los indios, que casi siempre se encontraban al pie" 413. En 1539 se ordenó que fueran construidas en piedra y no tan altas como las de madera. Las cruces atriales mexicanas simulan estar formadas por re-presentaciones en piedra de los maderos cruzados, casi siempre de sección poligonal, en los que se labraron infinidad de motivos tales como cabos de los que brotan flores de lis y en sus superficies aparecen representados los símbolos de la Pasión 414, y en la intersección de los brazos el Divino Rostro. Al ser realizadas por manos indígenas llevan su sabor propio, dándose casos notables de interpretaciones insólitas como en algunas cruces en las que aparece un espejo en la intersección como la de Tajimaroa, hoy Ciudad Hidalgo, hecho que no cambia en nada el concepto, pues en lugar del Rostro Divino, el símbolo más precioso de la cruz, se pone un símbolo que representaba para los nativos lo más precioso en su lenguaje iconográfico, un espejo de obsidiana rodeado de la corona de espinas. Las flores de lis se tornan más bien penachos de plumas, y los elementos de la Pasión desaparecen en algunas por completo o aparecen mezclados con representaciones profanas como cabe-citas de caciques, frailes o encomenderos, de igual manera que los donantes en los lienzos europeos, o cambiados por los escudos de las ordenes religiosas. En sus bases pueden aparecer el Padre Eterno, la Dolorosa o las canillas con la calavera. Preséntense como se presenten, estas cruces son el primero y mayor de los reflejos de una existencia y común participación de dos pueblos fundidos en una religión; este hecho nos hace pensar, hubo un pueblo vencido? o por su espíritu al extremo religioso, el nativo asimiló y 413 414 TOUSSAINT, Manuel Op. Cit. Es otro de los geniales artificios de los frailes mendicantes, ya que San Gregorio después de haber soñado con una Misa en que aparecían los símbolos de la Pasión ordenó que ganaría indulgencias aquel que los vieran, y los frailes conscientes que en un comienzo la conversión de los nativos sería difícil, decidieron esculpir estos símbolos en las cruces atriales, y como éstas se ubicaban en el cruce de los ejes principales del atrio, los indígenas quisieran o no los verían y así se salvarían. aceptó voluntariamente la nueva corriente espiritual?. La más notable de estas cruces atriales es la de Cuauhtitlán, estado de México, fechada en 1555, por su escultura en la que aparecen representados el fraile que era prior del con-vento cuando fue edificada y el encomendero Alonso de Avila; sus cabos son flordelisados 415. De gran belleza es la del convento franciscano de Huichapan, Hidalgo, ornamentada con finos relieves de poca profundidad, elementos que le dan un carácter plateresco. La de Jilotepec, México se desplanta sobre una gran base cuadrada, que recuerda la parte alta de una pirámide, ostentando un friso de escudos, como conformando una gran peana de soporte para la cruz. La de Acolman presenta un curioso contraste en su ejecución, entre la Virgen en altorrelieve ubicada en la parte frontal del dado que sirve de peana a la cruz, imagen desarrollada con gran primitivismo que parece más bien un ídolo prehispánico que una imagen cristiana, y los finos relieves que cubren la cruz; en el centro de ella se observa un hermosísimo rostro de Cristo que recuerda a la escultura renacentista. La cruz de Cardonal, Hidalgo, presenta una mezcla de elementos indígenas y europeos; los primeros, en los relieves de los símbolos de la Pasión, y de carácter europeo es la cartela superior. CAPILLAS POSAS 416 o capillas procesionales. Refiriéndonos a las capillas posas, es de lamentar que infinidad de ellas se han perdido; ejemplos principalísimos son las de Huejotzingo y Calpan, y en los monasterios agustinos una o dos de Acatlán, Tezontepec y Meztitlán. Se llaman posas porque en las procesiones se detenían y posaban en ellas la custodia con el Sacramento. Estas construcciones propias de la conquista espiritual del Nuevo Mundo se ubicaban generalmente en las cuatro esquinas del atrio; en el interior de cada capilla había un altar, colocado de frente a la dirección en que venía la avenida procesional, en sentido contrario al de 415 416 Semejantes a las de Santa Cruz Atoyac y Huipulco. "La fiesta de Corpus Christi, de gran tradición medieval, instituida por Urbano IV el 8 de septiembre de 1264 convino con el "Milagro de Bolsena", por medio de la Bula "Transiturus", fue solemnizada a partir del reinado de Martín V, el papa liquidador del cisma de Occidente, con la gran procesión "Teofónica" a principios del siglo XV. "La procesión, muy solemne a través de una población, trajo la costumbre de construir pequeñas enramadas o altares provisionales, cubiertos por toldos, para hacer paradas de descanso en la trayectoria recorrida durante la celebración. Estos altares recibieron el nombre de "Capillas Posas". "Los primeros evangelizadores de la Nueva España, adoptaron la estrategia de multiplicar las ceremonias litúrgicas llenas de colorido para sustituir el gran ceremonial prehispánico, Ninguna ceremonia más apropiada que las procesiones en el atrio. De allí el carácter definitivo de las capillas posas mexicanas que perdieron su carácter provisional europeo ante la celebración constante de procesiones. "Otras funciones de la capilla posa, deben considerarse en nuestra opinión, como complementarias, o como adaptaciones lógicas posteriores al siglo XVI, al desaparecer la función inicial." CHANFON OLMOS, Carlos op. cit. las manecillas del reloj. No solo tuvieron la función procesional, donde se posaba el Santísimo, sino como muestra el grabado de Valadés en ellas se catequizaban a los nativos divididos por grupos, una para hombres, otra para mujeres, otra para niños y la otra para niñas. "En los cuatro ángulos de estos espacios, hay otras tantas capillas, de las cuales la primera sirve para enseñar a las niñas, otra para los niños, la tercera para las mujeres y la cuarta para instruir a los varones." 417 Si tomamos el caso de Huejotzingo, donde el conjunto conventual tuvo a su cargo veinte poblaciones agrupadas en cuatro parcialidades, cada capilla posa pertenecía a una de ellas. Cabe anotar que estas capillas pueden ser la representación de los nichos de testera que aparecen en las cuatro esquinas del claustro inferior de los conventos, en el mismo sentido que las capillas, motivo que nos hace pensar que el atrio también puede ser una repetición al aire libre de los conventos. Las capillas posas son junto con el atrio y la capilla abierta elementos de vital importancia dentro de la conquista espiritual, ya que son el resultado de la unión directa de la evangelización y el pueblo evangelizado. No presentan un modelo específico; su forma varía desde unos cubos abiertos en dos de sus lados y cubiertos por bóveda, de nervadura, cupuliforme, de chapitel, en fin al gusto del fraile constructor, hasta los simples nichos que albergaban el altar, como en Epazoyucan, Tepeji, Chiautla y Tasquillo. Es de lamentar que estos característicos elementos de una época y suigeneris dentro del patrimonio artístico de la humanidad se estén perdiendo, o ya tantísimos hayan desaparecido por la falta de conciencia nuestra, "ya solo nos quedan muy pocas y muchas de ellas en ruinas" 418 En su gran mayoría, presentan un aspecto constructivo y ornamental muy pobre, haciendo impresionantes por su delicada belleza aquellas que ostentan un tratamiento monumental o suntuoso, como las de Huejotzingo y Calpan. Las de San Andrés Calpan, son cuatro capillas plenas de derroche decorativo, tratamiento iconográfico y maestría en su realización por manos indígenas, que las hacen unas magníficas obras. El atrio y las capillas posas caen en desuso a fines del siglo XVI al mermarse la población en garras de la terrible mortandad, y al cambiarse el clero regular por el secular, el cual no tenía la misma vocación de los frailes mendicantes, pasando a ser las capillas posas y la capilla abierta pequeños adoratorios, o bien elementos utilizados para ciertas celebraciones cuando podían cumplir un uso específico, Corpus Christi, por ejemplo. El atrio no desapareció del todo como elemento propio de las posteriores edificaciones religiosas, apareciendo a menor escala. CAPILLA ABIERTA 419 417 Ibidem. 418 Y ni qué hablar de Colombia, solo quedan unas ¡cuatro?!. 419 Para el doctor Chanfón Olmos "su creación puede deberse a varias razones simultáneas: 1- Tradición prehispánica de ceremonias al aire libre. 2.- Celebración de actos de culto para grandes multitudes. "Junto a las escuelas, suelen haber capillas, ingeniosamente construidas, en las que los días feriados y domingos se organizan reuniones para los indígenas y se celebran Misas; no hay en efecto, ninguna comunidad de personas, entre las que nosotros presidimos, cuyos templos sean tan grandes que puedan contener a toda la multitud, aunque tuvieran el doble de su tamaño." 420 Hecho sin precedente en la historia del cristianismo es el del Nuevo Mundo, cuando todo un pueblo, muchas civilizaciones se doblegan a la religión de sus conquistadores 421, y así, arquitectónicamente se busca la respuesta a las necesidades de la evangelización a gran escala, e inteligentemente respondiendo al modus vivendi de los catecúmenos. Nacen primero como enramadas donde se impartían los sacramentos, desarrollándose luego obras arquitectónicas que enriquecen el patrimonio artístico del mundo entero, dándose pocos casos en Sur América dentro de los lineamientos que se dieron en la Nueva España, con una fuerza inigualable y multiplicidad de variantes. Partiendo de las enramadas utilizadas por los nativos para cubrir pasajeramente imágenes o personajes, adaptadas por los frailes para oficiar la misa, sigue su camino arquitectónico mediante ábsides improvisados abiertos hacia el primitivo atrio, elemento ordenador del conjunto conventual y de los futuros centros urbanos. En las capillas abiertas aparecen, como es el caso de la península de Yucatán, algo así como grandes salones abiertos-cubiertos, capases de contener a infinidad de nuevos creyentes, muchas de las cuales se transformaron en iglesias al levantar-se sus muros laterales y cubrirse su ábside. Ya que el factor predominante para la construcción de los primeros centros doctrineros fue la improvisación, su desarrollo fue variado, proyectándose las capillas de indios como un solo nicho, con una o varias dependencias, etc; por consiguiente su ubicación tampoco importaba, siendo lo importante la existencia de un lugar cubierto para el altar, lugar para los músicos y el coro, púlpito y sacristía, y en algunos casos la celda del fraile guardián, siendo primordial el ábside para el altar, ya que las otras dependencias podían o no existir. Las tres ordenes mendicantes las construyeron en número elevado, para cumplir cabalmente las funciones de doctrina, teniéndose como primer ejemplo de éstas en la Nueva España la construida por fray Pedro de Gante, San José de los Naturales, en Ciudad de México, anexa al colegio de San Francisco. La capilla abierta cumplió sus funciones en la primera etapa de los conjuntos conventuales, dejando luego el espacio libre a las iglesias que las sustituyeron, cuando los catecúmenos se 3.- Ausencia de edificios apropiados al hacer una fundación. "... Varios autores insisten en la existencia de antecedentes europeos de capillas abiertas, siendo todos ellos casos discutibles en cuanto a su función, debemos insistir en la existencia clara e indiscutible en el mundo prehispánico, del fenómeno que debe considerarse como el verdadero antecedente: cualquier templo indígena anterior a la conquista es una capilla abierta." op. cit. 420 421 VALADES, fray Diego de op. cit. Como es natural, los indios en un principio fueron reacios a aceptar la religión católica; según los frailes, cinco años transcurrieron para que fueran aceptados, cuando vieron que en los religiosos tenían la única protección posible contra los encomenderos. adaptaron a estos nuevos rituales, perdieron el miedo a los espacios cerrados, siendo también la causa el descenso de la población nativa. Algunas siguieron funcionando como capillas auxiliares cuando cayeron en desuso después de cincuenta años de florecimiento, tiempo durante el cual adquirieron formas monumentales y permanentes. No podemos dejar de aclarar, que estas capillas se desarrollaron tanto en planta baja como en planta alta; se edificaron aisladas, a un lado del convento, como parte integrante de él o exentas, al mismo nivel del atrio o sobre plataformas, a la altura del coro de la iglesia 422, o en la segunda planta del claustro; a partir de 1550 aparecen las capillas abiertas de portería, cumpliendo la doble función, características de mediados del siglo XVI. Caso insólito en la historia del arte cristiano, siendo la Nueva España el único lugar donde se dio tan fructífero este tipo de construcción en el Nuevo Mundo. Como dice don Manuel Toussaint 423 "... representan quizás la única analogía posible entre el templo cristiano y el teocali indígena; en ambos la religión se practicaba al aire libre; los sacerdotes son los únicos que ocupan el espacio cubierto y los fieles se encuentran en el gran patio cercado, exactamente como en los adoratorios indígenas.", o la unión de las grandes plazas ceremoniales prehispánicas y las capillas de peregrinos en el viejo mundo. Para Toussaint, las capillas abiertas presentan cuatro tipos: 1. Un presbiterio que se abre por un solo arco hacia el gran atrio, donde la magnitud de la capilla depende de la extensión de éste, que de acuerdo al elemento visual determinan la dimensión del arco; ejemplos son Actopan, Yautepec, Coixtlahuaca, Tlahuelilpan. 2. Conformada por una o varias naves perpendiculares al eje del templo, y en el centro de ella se abre el presbiterio; en éstas, no solo el oficiante se encontraba bajo techo, también parte de los feligreses, tal vez los de mayor alcurnia, o también podían contener al coro; ejemplos: Tlalmanalco, Teposcolula, Cuernavaca, Otumba, Tzintzuntzan 424, Tepoztlán, en ruinas. 3. Con numerosas naves paralelas, que recuerdan por su estructura a las mezquitas musulmanas 425 . Ejemplos, perdida ya la de San José de los Naturales, en México 426, y la Capilla Real de Cholula 427; esta capilla presenta 49 medias naranjas algunas con tambor, implementadas al ser reconstruida en el siglo XVIII. 422 Modalidad típica de los conjuntos doctrineros neogranadinos. 423 TOUSSAINT, Manuel op. cit. 424 Fechada en 1619, lo cual nos muestra la prolongación y supervivencia de este elemento arquitectónico hasta principios del siglo XVII. 425 Estas capillas abiertas en forma de mezquita no cumplían adecuadamente su función y posiblemente por ello son tan escasas, ya que por su tipo de construcción con gran cantidad de columnas y la profundidad a que se encontraba el presbiterio era difícil de observar los ritos. 426 427 Siete naves paralelas abiertas todas en sus extremos. Dice Toussaint "debe observarse que el templo primitivo vino por tierra recién levantado y el actual es una reconstrucción posterior que conserva los caracteres primitivos." Op. cit. 4. En forma basilical; ejemplo Cuilapan 428. Pedro Rojas las clasifica así: 1. De ábside solo, como Coixtlahuaca, Actopan, Huaquechula, Tarímbaro, Cuitzeo, Tlahuelilpan, Epazoyucan, Apaseo y Atotonilco el Grande. 2. De ábside y galería simple, como Tizatlán, Cuernavaca, Tlaxcala, Tlalmanalco y Tlayacapan. 3. De ábside y galería doble, como Cempoala y Otumba. 4. De galería simple sin ábside, formando una especie de escenario sobre una plataforma, ubicada frente al atrio. Pertenecen principalmente a las visitas. Entre el número elevado de ellas, citemos la de San Lucas, próximo a Azcapotzalco. 5. De galería doble sin ábside, como Tepozcolula. 6. De múltiples galerías, formando una especie de mezquita, como la Capilla Real de Cholula, Jilotepec y Huexotla. Por su ubicación se pueden catalogar en: 1. Capillas aisladas. 2. Capillas edificadas a un lado de los conventos, pero sin formar parte de los edificios. 3. Capillas incorporadas a los macizos conventuales. Por el nivel de piso, en: 1. A nivel del atrio. 2. Formando una especie de estrado. 3. A la altura del coro del templo o en la segunda planta del convento, dándose el caso de encontrarlas a un costado del templo. Estos tres elementos presentan un característico sabor indiano, no continuado en las otras dependencias de los conjuntos conventuales, en cuyos claustros se reproducen a menor escala los modelos europeos: un templo unido a un claustro rodeado de crujías. Las capillas abiertas también se construyeron independientes de todo conjunto conventual, son las llamadas capillas abiertas aisladas, como San Esteban Tizatlán. CLAUSTRO 429 Por ser el lugar de habitación de los frailes, estas construcciones son más elaboradas que el resto del conjunto, aunque en mayor escala a las necesidades de sus habitantes y a su número reducido. Fray Jerónimo de Mendieta decía "los edificios que se edifiquen para morada de los frailes sean paupérrimos y conforme a la voluntad de Nuestro Padre San Francisco; de suerte que los conventos de tal manera se tracen, que no tengan más de seis celdas en el dormitorio, de ocho pies de ancho y nueve en largo, y la calle del dormitorio a lo más tenga espacio de cinco pies de ancho y el claustro no sea doblado y tenga siete pies de ancho. La casa donde yo escribo 428 429 Difícilmente puede aceptarse que haya sido una capilla abierta, más bien fue una iglesia de planta basilical. Es el elemento típico del monasterio, o patio porticado. El patio porticado existe desde tiempo inmemorial en la arquitectura egipcia, concepto que se reprodujo en toda la arquitectura mediterránea con toda una gama de variantes, siendo una de ellas el impluvium romano; también se encuentra en la arquitectura prehispánica mesoamericana. [Huexotla] edificaron a esta misma traza." 430 De acuerdo con los provinciales de las órdenes, el virrey Antonio de Mendoza fue quien unificó la forma que debían tener sus conventos. En las Instrucciones de los virreyes a sus sucesores dice este virrey: "... que en lo que toca a edificios y obras públicas ha habido grandes yerros, porque no se edificaba lo necesario por falta de arquitectos y de orden para el trabajo. Que para remediar este mal con los religiosos de San Francisco y San Agustín, concertó una traza mode-rada para construir según ella todos los conventos y recomienda a su sucesor que se continúen levantando en la misma forma los de Santo Domingo, empleando para ello a Toribio de Alcaraz, que "lo ha hecho muy bien muchas veces, así en los monasterios y puentes, como en los demás edificios ..." 431. Los primeros conventos fueron construidos sin ninguna regla, y según Toussaint, los frailes muchas veces se excedieron construyendo obras desmesuradas, aprovechando la gran cantidad de mano de obra y de materiales excedentes. Las tres ordenes mendicantes edificaron sus claustros dentro de sus convicciones monacales, siendo los más suntuosos los agustinos; estos conceptos propios de cada orden marcan diferencias en su desarrollo arquitectónico, hecho que nos permite diferenciar su propiedad; los franciscanos con su voto de pobreza edificaron claustros y celdas de pequeñas proporciones; los dominicos daban especial importancia al vivir en comunidad, aislando sus conventos mediante bardas. Diferencias se ven en el modo de estructurar los dormitorios, siendo el de los dominicos un gran dormitorio alejado de los otros cuartos del convento, ubicado preferentemente cerca o arriba de la portería; los agustinos separaban la celda del prior del resto de los dormitorios, ubicándola hacia el poniente y con vista al atrio, permitiéndole así observar las actividades que allí se desarrollaban; característica propia de los agustinos son los cuartos ubicados entre el ala norte del convento y el templo, utilizados para el servicio de éste, creando un espacio extra que les permitió levantar monumentales escaleras, que por el plan compacto de las otras ordenes en sus claustros se ubicaron en la esquina noroeste. En el Nuevo Mundo las ordenes mendicantes no tuvieron una razón de perfeccionamiento espiritual, ni fueron de carácter económico autónomo, no dándose el caso del sistema europeo de industria y cultivo a gran escala. De acuerdo a las condiciones geográficas dependía su ubicación, y dentro de la libertada adquirida en el Nuevo Mundo, desarrollaron los claustros al norte o sur del templo, el cual también tuvo sus variantes de ubicación del ábside hacia el oriente; generalmente se ubicaron al lado sur del templo, excepto en algunos de Yucatán o Morelos, que buscaban protegerse del sol, siendo caso raro el de Tlaxcala, en un clima frío y ubicado al norte. Así, al liberarse de cánones, la decoración se desenvolvió con argumentos de índole popular, mezclando estilos como el gótico, renacentista, clásico o plateresco, sin olvidar nuestro aporte americano que los hace tan especiales. Característico de los conventos es el claustro en torno a un patio central, a cuyo alrededor se 430 MENDIETA, fray Jerónimo de op. cit. 431 En TOUSSAINT, Manuel op. cit. encuentran los pasillos cubiertos para la oración como lo testifican los "altares" o nichos en las cuatro esquinas; este desarrollo es lógico por el origen de sus habitantes y toda su raigambre ancestral, reproduciendo los modelos adoptados por la tradición centenaria de los benedictinos. Estructurados en uno o dos pisos en torno a un patio rodeado por crujías, el primero con entrepiso de bóveda y de viguería de madera en la planta alta, aunque algunos ostentosos claustros presentan bóvedas en los dos pisos. Los claustros agustinos presentaron un doble corredor en el claustro superior, el deambulatorio. Su composición constructiva y estilística varía desde los arcos apuntados de remembranza medieval hasta los de filiación renacentista. En primer piso encontramos la Portería, la Anteportería, la Sacristía; Sala de profundis, donde se reunía la comunidad de frailes, y donde se velaban los muertos; Refectorium o comedor, rematado siempre con un inmenso cuadro de la Última Cena; la cocina, las bodegas y las caballerizas o macheros, si estaban unidos al convento. Encontramos también grandes salas, que deben haber sido los espacios donde los frailes instruían a los niños en idioma y doctrina, retomando el uso que tenían las capillas posas inicialmente. Recordemos que, en cada esquina del claustro bajo existía un altar, que repite el concepto de las capillas posas del atrio, el nicho de testero, en algunos. En el claustro alto, las celdas ordinarias, encontrándose una doble que era la del prior, una mayor que albergaba la biblioteca, y las letrinas; en algunos casos, aparece una loggia y habitaciones para peregrinos. Las celdas de los frailes estaban orientadas generalmente hacia el sur o el este, con una o varias ventanas que presentan un asiento adosado al muro. Los encontramos generalmente alineados con la fachada principal del templo, absorbiendo en su masa la portería, que como hemos dicho, en algunos fue la misma capilla abierta. Coyoacán y Cuitzeo aparecen retrocedidos, formando el mal llamado portal de peregrinos, ¿cuales peregrinos? 432. En su acabado se destacan las influencias de los estilos gótico, plateresco y renacentista depurado, no faltando los rasgos mudéjares. Cuando las cubiertas no son de terrado, se forman con bóvedas de mampostería que suelen reforzarse con estructuras de crucería gótica, como Cuitzeo, y en muchos casos estas nervaduras son netamente decorativas en los corredores de los claustros, como en Actopan, Ixmiquilpan, Tlayacapan y Yuriria, o solamente en las esquinas (Malinalco). En aquellos claustros que no presenta esta ornamentación, los frailes pintaron las bóvedas de cañón representando las nervaduras, como en algunas estancias de Actopan, o remedando la complicada labor de los artesonados renacentistas, como en Atlatlauhcan. Las crujías que rodean el patio se estructuran mediante: 1. Masas voluminosas en las que se abren arcos 433 de medio punto en las dos plantas, como en 432 433 Me pregunto yo en el siglo XVI novohispano. Para Kubler no son tales: "el término "arco" supone un ensamblaje ligero y dinámico de piedras cortadas de manera especial; y en una "arcada" los arcos están separados por soportes especiales.......sino a pequeños vanos que Acatlán, Ocuituco, Tetela del Volcán, Tepoztlán, Tlaquiltenango, Totolapan y Yautepec. 2. Masas y sus arcos solamente en la planta baja como en Tlayacapan. 3. Columnas y arcos 434 en las dos plantas, presentando ésta última la variante de pilastrones con columnas adosadas y los finos arcos que arrancan de ellas. Kubler divide los claustros de acuerdo a su construcción en: A. De contrafuertes 435 y hace la diferencia en éstos de dos tipos: 1. Los de mampostería con piedra bruta. Muestran una construcción ligera y económica, con pequeñas aberturas entre los tramos de los contrafuertes, los cuales son de corte cuadrado en la segunda planta y remates cegados, dándose el caso de Totolapan y Atlatlauhcan donde el corte es pentagonal y remate cónico, permitiendo una mayor entrada de luz al claustro; o como en Yecapixtla, donde los vanos se sesgan hacia el interior presentando sus contrafuertes un perfil agudo; en el caso de Acolman, en el claustro chico, los vanos ocupan la totalidad del espacio entre los contrafuertes de corte trapezoidal, equilibrando la proporción entre vano y muro. 2. Los que utilizaron piedras de cortes especiales, con dovelas y en sillería. El cambio de la utilización de la piedra bruta a trabajada se dio hacia el año 1540, especialmente en claustros dominicos y agustinos, quienes dedicaron mayor atención a su decoración, clasicista, con refinamiento de diseño. Este predominio del gusto clasicista modifica hacia 1560 los claustros, enriqueciéndolos en sus jambas con soportes de este estilo, arcos con ricas molduras sobre medias columnas con basa y capitel, aunque persisten los estrechos vanos que pronto serán sustituidos por arcos apuntados y de medio punto. B. De arquerías livianas. El arco con arcadas se desarrolla más profusamente que el anterior, pues permite espacios mayo-res, menos gasto de material y mejor iluminación. Primero se dieron los claustros con arcos segmentados, y al entrar el gusto clasicista se introdujo el arco de medio punto, tornándose poco a poco las arquerías más ligeras de acuerdo al avance del aprendizaje de la construcción en los nativos, introduciéndose también el uso de las molduras, en seis modalidades: 1. La biselada, estrechamente ligada con el claustro de contrafuertes. 2. De bocelón, característica de la orden agustina. 3. De cavetto fileteado, compuesta por una moldura cóncava complementada con riostras y filetes. 4. De cavetto simple. 5. De molduras llanas, usada en el Renacimiento. 6. A cuadrado o a rebajo, la más sencilla de todas. Todas estas molduras se usaron con los tres tipos de arco, segmentado, rebajado o cuasiredondo y de medio punto. El ritmo de las arquerías también varía en los dos pisos, como en Copándaro, donde en el se abren en la fachada del claustro a amplios intervalos. Las fachadas de los claustros son pesados muros de mampostería, reforzados con contrafuertes, y los vanos de los pasillos del claustro son, más bien, ventanas separadas, y no arcadas. ....... " 434 435 KUBLER: "el diseño toma la forma a través del uso de la estereotomía, la ciencia del corte de la piedra" El claustro con contrafuertes se convirtió en la característica formal de los conventos dominicos del sur de México, variando solamente en la forma de éstos. segundo nivel se abren dos ar-cos de medio punto sobre columnas candelabro, cuando en el primero existe uno carpanel. Actopan e Ixmiquilpan despliegan arcos apuntados en primer piso y sobre ellos un par de arcos menores, desplantados sobre columnillas. Casi todos los claustros presentan estribos o contrafuertes, para reforzar al edificio contra los empujes de las bóvedas, éstos de sección triangular, cuadrangular o semioctagonal. En el centro de los conventos existía una fuente y en aquellos donde el agua era escasa, se recogían las pluviales en aljibes. Estos edificios presentaban un sistema perfecto de desagüe captando propiamente hasta la última gota de agua, que bajaba por caños perfectamente construidos hasta un enorme depósito subterráneo. IGLESIA Cabe aclarar que en los templos no se dio una unidad estilística, encontrándose en su decoración desde diseños góticos, mudéjares, platerescos y renacentistas clásicos, dándose el caso de encontrarlos en más de una ocasión mezclados. De altísimo imafronte y suntuosa portada, rematando su fachada principal algunas veces en espadaña o en un piñón con resonancias de hastial gótico, como en Cuitzeo, o de frontón griego, como en Actopan, Cholula, Ixmiquilpan, Yecapixtla, o en una simple moldura horizontal, Zempoala, o en un copete de perfil mixtilíneo, Tzintzuntzan. Consta de una gran nave con su puerta principal al poniente y el altar mayor al oriente, dándose casos como Huejutla, con su ábside hacia el sur, o Tepeaca hacia el norte. Traspasando la puerta principal, soportado por un arco encontramos el coro. Los templos franciscanos presentan una puerta lateral, al norte, la Porciúncula o puerta de evangelización, que podemos encontrar también en algunos templos de las otras órdenes, pero consideradas como la puerta de los gentiles; esta puerta desde el siglo VI cobró gran importancia, pues en la parte norte del templo se impartía el catecismo, con más razón en el Nuevo Mundo por su misión evangelizadora, un elemento más de vital importancia para la conquista espiritual. Originalmente la gran nave estuvo cubierta con estructuras de madera, con el sistema de par y nudillo, siendo reemplazadas luego por la bóveda de cañón corrido, apareciendo después aquellas de filiación gótica, bóvedas de nervadura, en un principio sencillas y luego con terceletes y ligaduras, hasta el punto que su dibujo se complica de tal forma que parece un verdadero encaje de piedra. El testero es rectangular o poligonal, siendo excepcionales los en semicírculo, que estaba recubierto por un gran retablo de madera tallada y dorada, con esculturas estofadas, pinturas al óleo y motivos ornamentales policromados. Este tipo de templo corresponde al gótico isabelino1. Generalidades: 1. La mayor parte de los templos del siglo XVI son de una nave, con planta cuadrangular; unos pocos, Cuilapan, Quecholac, Tecali y Zacatlán de planta basilical y de planta cruciforme Tlatelolco y Yuriria. Esta planta, para efectos de la conquista espiritual, era la más apropiada ya que era de vital importancia que los oficiantes dominaran por completo a la comunidad y permitir a la vez que los catecúmenos tuvieran una óptima visión del ritual religioso desde cualquier punto de la iglesia, centrando la atención en un solo punto, ya fuera el altar o el púlpito, descartándose por este motivo el templo de capillas laterales, además que ese tipo de planta implica una mayor complejidad en el culto, no necesario para los objetivos de las misiones mexicanas. 2. En todos los templos del siglo XVI el coro se ubica a sus pies, hacia el imafronte. 3. Muros de gran espesor, aligerados algunas veces mediante arquerías, como Coixtlahuaca, Oaxtepec, Tepeaca y Xochimilco. 4. Pocas ventanas, predominando el lleno sobre el vano. 5. Cubiertas de gruesa mampostería en cañón corrido, o bien de alfarje o de terrado. La bóveda de nervadura 436 como forma más ostentosa, elaborada y costosa, usada hasta la aparición de la cúpula en la década de 1620. 6. En el sotocoro y cubiertas, cuando no se emplea la madera o la bóveda de cañón, se introduce la crucería dividiendo en tramos cuadrangulares el espacio disponible. 7. Se trata en estos templos que por lo menos el presbiterio lleve alfarje o bóveda nervada, para señalar la dignidad del lugar. 8. Por lo general la nave desemboca abiertamente en el ábside y las dos zonas se separan por un arco toral o triunfal y sus soportes especiales, y en muchos casos el presbiterio es menos ancho que la nave. 9. Las dimensiones de estos templos son colosales, si se tiene en cuenta que eran para máximo seis frailes y pocos feligreses, ya que los domingos y días solemnes los ritos se hacían en el atrio y la capilla abierta. Varían entre 35 y 50 metros de largo, entre 10 y 16 metros de ancho y entre 12 y 18 metros de altura; sus muros, con un espesor aproximado a 2 metros y las bóvedas, excepcionalmente menos de un metro y cuarto. En sí, la iglesia de una sola nave contaba con pocos elementos arquitectónicos, principalmente la nave y el presbiterio que entran en juego para su diseño de acuerdo a las pro-porciones entre largo y ancho de la nave y la forma del presbiterio, basado ésto en las medidas óptimas que proponía Rodrigo Gil de Hontañón para este tipo de plan, a saber: el ancho de la nave en proporción 1:5 respecto al largo, máximo 50 metros de largo por 10 metros de ancho, y cada brazo del crucero debía tener de profundidad la mitad del ancho de la nave 437; reguló también el modelo ideal del presbiterio, variando en la Nueva España en multiplicidad de formas al no existir el crucero, elemento primordial según Hontañón para su proporción, siendo la más usada la trapezoidal. La plataforma de los templos se prolongó hacia la nave, por la profundidad de éstas, variando su forma y proporción de 436 En la Nueva España presenta características propias, variando sus superficies onduladas en el extrados, siendo en el siglo XIII y XV de techumbres exteriores rectas de arcos apuntados, en contraposición a la variante novohispana de medio punto, ligeramente quebrado. Cabe anotar que fue empleada principalmente en templos de mayor altura y construidas en zonas donde los recursos lo permitían, de lo contrario se usó solo para cubrir el presbiterio para darle mayor importancia, lo mismo que en el coro; en estos casos la nave se cubrió con bóveda de cañón o techumbre de madera. En las iglesias agustinas se empleó la bóveda de nervadura sólo en el crucero, cuando existía, y en el presbiterio, cubriendo su nave con bóveda de cañón por las limitaciones de la región que ocuparon y por las mayores dimensiones de sus centros conventuales, con mayores luces para cubrir. Fuera de las bóvedas de nervadura y de cañón poco se usó la bóveda a manera de domo, la cual surgió a fines del siglo XVI, dándose primero las de madera y luego las de mampostería, siendo el elemento antecesor de las cúpulas. 437 En la Nueva España estas medidas variaron en su proporción ya que no se construyeron cruceros en las iglesias, de acuerdo a la intención ritual antes mencionada, y por razones de volumen; al no existir el crucero, una nave en proporción 1:5 resultaba muy larga y en proporción 1:4, la empleada con mayor frecuencia en estas tierras, la nave resultaría muy pequeña. acuerdo al gusto de cada constructor, variando entre rectangular y trapezoidal, dándose solo el caso de la iglesia de San Miguel 438, con presbiterio curvo. 10. El plan simple y austero de los templos doctrineros de-terminó también sus accesos, apareciendo el principal hacia el oeste, un segundo acceso hacia el norte, la puerta Porciúncula, que comunicaba al templo con el cementerio o con el patio lateral, una tercera al sur que comunica con las dependencias del claustro, y una última que comunicaba la sacristía con el presbiterio. 11. Otro componente esencial de este tipo de iglesias son los estrechos pasillos que aparecen contenidos en el ancho de los muros, usados como comunicación con el coro, o de circulación exterior al templo, o como confesionarios cuando estos estaban ligados con el claustro; otro aporte más de la Nueva España al mundo. 12. Al exterior, frecuentemente aparecen erizados por almenas o merlones y hasta garitones coronando los estribos o contrafuertes que refuerzan a las paredes, encontrándose algunas veces hasta pasos de ronda, elementos militares que dieron pie para llamarlos conventos fortaleza. 13. El volumen o composición exterior de los templos de una sola nave, deben analizarse según Kubler, de acuerdo a la nave, el presbiterio, el sistema de contrafuertes y la fachada. Este último elemento puede ser: a. Un muro plano carente de elementos secundarios, como en Calpan y Tecamachalco. b. Flanqueada por elementos secundarios, como contrafuertes o torres, como Yecapixtla, torres esbiajadas; Cuautinchán, torres que se adelantan al plano de la fachada, al igual que Yanhuitlán, caso donde una de las torres quedó inconclusa; Tochimilco, una torre adelantada a la fachada y un contrafuerte en esbiaje. 14. Las fachadas laterales muestran el uso de contrafuertes en disposición más o menos regular a lo largo de la nave y en sus esquinas; muy escasos son los contrafuertes volados o se-parados del muro, presentes en Yanhuitlán, Cuernavaca, reforzando el presbiterio en el primero; y más escasos son los contrafuertes interiores, donde solo cumplen una función decorativa. Algunas fachadas secundarias varían su culminación, presentando no solo los elementos característicos de fortaleza, rematadas mediante fajas de piedra de distinto color, o monogramas de las ordenes mendicantes, o molduras que concluyen la edificación, merlones de corte escalonado, pináculos góticos, en fin, todo dentro del gusto de cada constructor. 15. Algunas torres son muy esbeltas, inspiradas en los campaniles medievales italianos o minaretes de cuerpos moldurados para mermar su altura, llevando como remate un solo cuerpo para campanario, apareciendo dos de ellas en conjuntos conventuales como Zacatlán, la Capilla Real de Cholula, Tlatelolco y Cuauhtinchan, presentando Cuilapan las dos únicas circulares que se hicieran; mientras que Calpan, Epazoyucan, Tecali, Tochimilco y Zempoala, la más esbelta y elevada de todas, presentan solo una; en Jilotepec es exenta. Un segundo tipo de torres son las que recuerdan a las de las fortalezas militares, muy anchas, con bóvedas sucesivas en sus interiores, rematando en lo alto con especies de loggia, culminando en almenas que en algunos casos se sustituyen por chapiteles y remates de sólidos, Actopan, Atlatlauhcan, Ixmiquilpan, Malinalco, Yecapixtla y Yuririapúndaro. Las torres aparecen hacia el último cuarto del siglo, especialmente en conjuntos conventuales franciscanos y dominicos; están colocadas en un plano paralelo a la fachada, salientes o retrocedidas y en algunos casos cumpliendo funciones estructurales. Aclaremos. Antes de los conventos que presentan torres, encontramos aquellos donde el 438 Construida en el cerro de Chapultepec hacia el año de 1558. campanario es una espadaña en gran variedad de modalidades, acaballada en la fachada, exenta, majestuosas o modestas, según Pedro Rojas: "breve y accesoria, monumental e integrada o grande e independiente". Ejemplos, Atlixco, con una pequeña espadaña ubicada atrás del edificio; Meztitlán y Tlayacapan, grandes espadañas desplegadas sobre la fachada principal y Molango, una espadaña exenta, como único caso 439. Sólo dos órdenes mendicantes en el siglo XVI construyeron espadañas en sus edificios, los franciscanos en la Provincia de San José de Yucatán "con tal exceso, que llegó a convertirse en elementos indispensables en la arquitectura virreinal de la Península" 440, siendo menos frecuente la aparición de espadañas en las otras provincias, y cuando se construyeron no presentan la magnificencia de las yucatecas; y los agustinos, siendo éste el elemento que distingue a sus edificaciones en la Nueva España durante este siglo. Son tan abundantes y construidas en tan variadas partes del conjunto que pueden llegar a clasificarse: 1. De varios vanos sobre la parte central del imafronte, conformadas por un piñón triangular, cóncavo o mixtilíneo, con tres vanos para las campanas. Acolman, Atotonilco el Grande y Nonoalco. 2. Espadañas que forman el piñón del imafronte con torrecillas en los extremos, como en Meztitlán y San Lorenzo Iztacoyotla, o con una sola torre como en Atlatlauhcan. 3. Sobre uno de los extremos del imafronte. Yolotepec y San Pedro Tlatemalco. 4. Espadañas que forman un piñón, que constituyen, en sentido estricto, el remate íntegro del imafronte. San Nicolás Tehuitzila. 5. Espadañas exentas, el tipo más importante y original dentro de la arquitectura novohispana. Molango, Tlanchinol y posiblemente Xochicoatlán, ejemplos únicos en toda la arquitectura monástica del siglo XVI en la Nueva España. En aquellos conventos agustinos donde no se construyó espadaña, los frailes erigieron torres para colocar las campanas, que además pudieron ser torres de vigilancia en aquellos lugares donde la agresividad de los indios era manifiesta. Encontramos torres en Actopan, Ixmiquilpan, Xilitla, Yuririapúndaro, Yecapixtla cuya torre fue construida según José Guadalupe Victoria con un afán meramente decorativo, como en tantos otros conjuntos monacales; se inició una gran torre en Meztitlán que no fue terminada; las primeras construcciones de Tlapa y Chilapa tuvieron torres. La ubicación de las torres varía, así como su aspecto y su altura, acentuando en todos los casos ese aspecto defensivo característico de los monasterios novohispanos, generalmente rematadas con garitones y la presencia de aspilleras, como es el caso de Actopan. "Completan a nuestros templos, los lugares destinados a escuelas, que no están dotadas de réditos o pensiones anuales, sino que en ellas, los herma-nos de las tres Ordenes, en forma gratuita y por caridad cristiana, enseñan todos los oficios eclesiásticos y civiles. "A la izquierda de los templos están los cuadriláteros para la actividad literaria, que 439 En la Sierra Alta de Hidalgo se construyeron enormes espadañas exentas, de las cuales ya casi no quedan, siendo testimonio fehaciente además de la de Molango, la de Tlanchinol. 440 VICTORIA, José Guadalupe op. cit. frecuentan más o menos un millar de jovenzuelos -de acuerdo con la cantidad de lugares circunvecinos- a los cuales se les enseña el correcto uso del lenguaje y de la escritura; además se les enseña a cantar y a tocar la lira y otros instrumentos de cuerda, pues ellos tienen más instrumentos musicales de los que se conocen entre nosotros. Para esos ejercicios, tienen definidas horas de la mañana y de la tarde, en las que se les convoca y se les despide con el sonido de campanitas. Cuando tienen que asistir a las ceremonias sagradas, acuden en orden, y en los templos se por-tan con gran elegancia." 441 PORTADAS "Los umbrales de los recintos rituales en algunos casos habían sugerido a los indios que eran como las fauces abiertas de las terribles serpientes de su mitología. ... En contraste con ésto, los accesos de los templos cristianos de la época de la conquista se conciben como prenuncio de las puertas del cielo y predisponen a que los constructores quieran infundirles cuando no un espíritu piadoso y ejemplar representado de modo tangible a las eminencias del cristianismo, por lo menos una gran dignidad arquitectónica, recurriendo a las formas monumentales de los pórticos grecorromanos." 442 La fachada principal es también especialmente característico de la conquista espiritual novohispana, al presentar un muro plano carente de elementos secundarios, flanqueada por contra-fuertes o enmarcada por torres, dejando la fachada remetida. No presentan un trabajo tan elaborado como los retablos interiores, pues al ser los templos el último elemento en edificarse en los conjuntos conventuales, muchas fachadas fueron temporales, y al suspenderse la edificación de construcciones mendicantes al tomar fuerza el clero secular, estas temporales quedaron per sécula. Son al extremo sobrias y en ellas confluyen todos los estilos existentes hasta el momento, variando su clasificación entre dos aspectos, el trabajo casi plano y el abultado, siendo más acorde para las primeras las formas románicas, góticas y mudéjares; para las otras el renacimiento florentino y el plateresco italoespañol, o el renacimiento maduro. Encontramos entonces portadas con una mezcla de estilo, empleándose combinaciones al extremo sugerentes y dándose gran variedad de injertos estilísticos sin olvidar el ingrediente propio de estas tierras, esto dado de acuerdo al gusto de su constructor, donde se combina lo gótico y lo mudéjar, como en Otumba y Tlamaco, o lo gótico, mudéjar y plateresco en el hospital de Acámbaro y Huejotzingo, existiendo algunas muy depuradas en su estilo, y otras que no cabrián dentro de ninguna caracterización estilística por la conjunción de estilos que presentan; plateresca, Acolman, siendo no tan puras Yuririapúndaro, Cuitzeo, Actopan, Atotonilco el Grande y Atotonilco de Tula, las laterales de Yanhuitlán y Yecapixtla. Como complemento de la decoración meramente arquitectónica se emplearon relieves historiados, colocados en lugares principales de la portada, además en la fachada, complementando a la anterior, rosetones de reminiscencia gótica, caso ejemplificado en Yecapixtla. 441 Ibidem. 442 ROJAS, Pedro op. cit. La edificación de centros conventuales cesó al finalizar el siglo XVI, por la lucha entre el clero regular y el clero secular pues estos últimos no necesitaban de espacios para desarrollar su tarea, quedando muchas obras inconclusas como el conjunto conventual de Cuilapan. Hablemos un poco de los estilos que se mezclan en los monumentos novohispanos: El MUDÉJAR Es el estilo arquitectónico en el que entran elementos del arte cristiano y de la ornamentación árabe, obras de arquitectos moros que permanecieron en España durante la Reconquista. Los edificios mudéjares de España se caracterizan por la con-junción de formas del arte árabe y del arte occidental, románico, gótico y renacentista. El uso del ladrillo en la construcción, de la cerámica y el yeso en la decoración, la unión del arco ojival y el de herradura o lobulado, los techos de alfarje 443, son elementos típicos de este estilo; el dibujo geométrico, característico del arte oriental, aparece copiosamente en baldosas, ladrillos, tallas, y se convierte en parte integrante de los edificios españoles, como en la Casa de Pilatos, en Sevilla, de principios del siglo XVI. Llevaron a un alto grado de perfección las labores de ataujía 444 y taracea 445, talla, caligrafía, con adornos complicados de diseños florales o geométricos, pero sin representaciones de seres vivos, ya que su religión lo prohibía. Aparecido en el siglo XII, el arte mudéjar propiamente dicho, alcanzó su máximo esplendor en los siglos XIV y XV, con la armoniosa fusión del gótico y el morisco, pero no se extinguió con la caída de Granada, y aún fue introducido en el Nuevo Mundo. En España, los mejores ejemplos de este arte se encuentran en Sevilla, el Alcázar, donde sobresale el "Salón de los Embajadores"; en Toledo, la Puerta del Sol y la iglesia de Santa María la Blanca; en Segovia; en Sahagún; en Zaragoza, la Torre de San Miguel; en Teruel la Torre de San Martín. El arte mudéjar produjo también notables cerámicas, con lustre dorado. En México no existe ningún edificio que en su totalidad presente la forma, la estructura y decoración plenamente mudéjares; en la Nueva España encontramos de este estilo: la estructura de las primeras basílicas, las capillas abiertas en formas de mezquita y las casas a imitación de las andaluzas 446; en los elementos constructivos, son de reminiscencia mudéjar los pilares ochavados y los alfarjes, que conformaron las primeras cubiertas por razones prácticas, ya que era más fácil en un principio desarrollar techumbres de madera por la abundancia del material y de mano de obra, en contraposición a las bóvedas, difíciles de construir y sin personal capacitado para realizarlas; muy pocas de estas techumbres se conservan en México a diferencia que en Sur América, en Sucre, Tunja, Santa Fe de Bogotá o Quito. 443 Techo con maderas labradas y talladas artísticamente. 444 Obra en que se embuten diferentes metales en otros, realizada también en maderas, o diferentes tipos de piedra; sobresalen las obras de oro y plata embutidos en acero o en cobre. 445 Obra de incrustaciones de madera. 446 Variante de las casas árabes. La más importante que subsiste en la Nueva España, es la del templo conventual franciscano de Tlaxcala, obra sin duda magnífica, quizá del siglo XVI. Más antiguo parece ser el alfarje de la sacristía de San Diego, en Huejotzingo; el sobrio del Tercer Orden de Tulancingo; los que existen en los ángulos del templo franciscano de Tzintzuntzan; los de los ángulos del claustro bajo de Azcapotzalco y Coyoacán; los restos del techado del templo de la Compañía de México, hoy en la Profesa; el de la Dirección del Hospital de Jesús. De origen mudéjar son las bóvedas de arcos cruzados, que coronan los camarines de Tepotzotlán y de San Miguel de Allende. Uno de los monumentos más sorprendentes del arte mudéjar en la Nueva España es el Rollo de Tepeaca, cuya construcción se inició en 1559, mandado hacer por el señor Franco Berdugo, quien era "Justicia Mayor" de la localidad. Su edificación se atribuye a fray Sebastián de Trastierra 447. Es una torre de ladrillo, de planta octogonal, que se des-planta sobre un basamento de seis escalones. En el centro de la estructura, presenta una escalera de caracol que da acceso a la parte superior, en la que se abren ocho ajimeces 448, uno en cada muro. Originalmente estuvo cubierto por cúpulas, coro-nado con almenas 449. Dominaba la plaza, construcción que según Kubler pudo tener "una función defensiva, como complemento del templo-fortaleza" y añade "...la torre de Tepeaca es el único sobreviviente de un tipo de monumentos que debió haber sido común en el siglo XVI." 450 Para Ciudad de México, en 1527 el cabildo planeó la construcción de un rollo, edificio que realizaría Rodrigo de Ponte Sillas, que no llegó a desarrollarse. Más, hacia 1551 se excavaron los cimientos para levantar un rollo en la Plaza Mayor, construcción que seguía el plan preestablecido por el virrey de Velasco, frente al cabildo, cuya función era "autos públicos asy [sic] de justicia como de almonedas públicas". Influencia mudéjar en la decoración, es muy abundante en el revestimiento que cubren algunas de las casas de México y Coyoacán, realizados en argamasa y con dibujos geométricos 451. Es de lamentar que el edificio más notable de este estilo haya sido demolido, era la llamada "Casa del Judío", en Ciudad de México; "La portada presenta, no un alfiz, sino una especie de paño en relieves de argamasa con bordura y borlas colgantes, y sobre ella dos ángeles, tres medallones [polilobulados] y un pequeño cuerpo central barroco, compuesto por tres nichos 447 Constructor de caminos que en esa época realizaba el que unía a Te-peaca con Tecali. 448 Ventanas gemelas de estilo morisco. 449 Manuel Toussaint recogió una leyenda local que afirma que éste monumento se comunicaba con el distante convento franciscano a través de un pasaje subterráneo. 450 Otro rollo, es el llamado "de Cortés" en Tlaquiltenango, Morelos. 451 Esta modalidad parece haberse iniciado a principios del siglo XVII, persistiendo casi hasta fines de la colonia. con santos, su ático 452 y el todo rematado por una especie de frontón. La portada sobrepuesta, de pleno siglo XVII, parece posterior. En el ángulo existía una loggia con arcos mixtilíneos, característicos de la arquitectura colonial mexicana, revestidos en el exterior, así como todo el paramento del muro, con relieves de argamasa; más tarde se ve que fueron cegados con la misma labor, dejándoles únicamente ventanas estrechas; la portada que aparece abajo de la loggia es originalmente característica del siglo XVII, posterior a la casa, por lo que se puede afirmar que ésta databa del siglo XVI o principios del XVII y que más tarde se le hicieron reformas" 453 Otros ejemplos de esta decoración son, la llamada Casa de las Ajaracas, esquina de Argentina y Guatemala, en Ciudad de México 454, la de Jerónimo López, esquina de Uruguay y 5 de Mayo, que fue totalmente destruida y rehecha en cemento, conservando el dibujo original. Esta decoración también la encontramos en los templos, como la Capilla del Rosario, Xochimilco, en la que se combina este motivo con azulejos; la Capilla de la Concepción, Coyoacán; la iglesia del Seminario de San Martín de Tepotzotlán ostenta una ancha faja arabescos en su perímetro, simulando una colgadura con borlas; los muros de la iglesia Tláhuac. en en de de Esta modalidad presenta características locales en ciertas regiones, como Texcoco, Atlixco, Orizaba; en muchas de estas "escuelas" se olvida el elemento geométrico, utilizándose motivos ornamentales tomados de la flora y reproducidos como en los atauriques 455 moros; ejemplos son las arcadas reales de Papalotla, totalmente revestidas con relieves de argamasa "en las formas más fantásticas y exuberantes que pueda imaginarse, y coronadas, además, por figuras que ofrecen en el remate una silueta vigorosa y calada" 456; en una de ellas encontramos su fecha, 1733, hecho que indica la continuidad del mudéjar desde el siglo XVI hasta fundirse con el barroco. De la misma escuela son las arcadas reales de Tulantongo, estado de México. PURISMO o Arquitectura Renacentista Basado en los cánones clásicos y en los tratadistas como Sebastián Serlio. El primer monumento construido en la Nueva España de esta modalidad fue un "Túmulo Imperial" realizado, en 1559, por Claudio de Arciniega; estaba conformado por dos cuerpos, el primero desarrollado en planta de cruz griega con columnas toscanas y frontones triangulares, mientras que el segundo era de planta cuadrada, siguiendo los lineamientos estilísticos del primero; sobre las columnas del primer cuerpo, Arciniega desplantó obeliscos piramidales rematados en una esfera; ornamentó los frisos de los dos cuerpos a la manera romana. Puristas son la capilla abierta de Tepozcolula; la portada principal del templo de Tecali, que sin 452 Cuerpo de arquitectura que simula el tejado. 453 TOUSSAINT, Manuel op. cit. 454 Lamentablemente, destruida en 1995; CRIMEN de Lesa Majestad. 455 Labor en yeso que representan hojas y flores, usado por los moros para adornar sus edificios. 456 TOUSSAINT, Manuel op. cit. lugar a duda es obra de Arciniega. Los claustros conventuales de Acolman, Cuilapan y Molango, presentan características renacentistas; la portería del convento de Actopan, si exceptuamos sus columnas candelabro; las grandes basílicas del siglo XVI, como Zacatlán de las Manzanas, los muros y columnatas de Tecali, y la de Quechólac, alterada posteriormente. Muchas puertas conventuales ostentan este estilo sobrio: la de ingreso al claustro dominico de Oaxaca de Juárez, fechada en 1591; la lateral del templo de Meztitlán; la portada principal de Tecali. En las grandes catedrales es donde el arte renacentista puro tuvo su mayor expresión, tan sobrio que podría confundirse con el herreriano, o hasta llegar a él, como en la catedral de la Puebla de los Ángeles. PLATERESCO Estilo ornamental de comienzos del Renacimiento Español, que tuvo su desarrollo durante el siglo XVI; se caracterizó por el uso de medallones, las columnas recubiertas por hojas y guirnaldas, fustes abalaustrados, molduras verticales, hornacinas, y grandes planos desnudos a los que hace marco esta ornamentación, a veces excesiva. Combinado con la elegancia de las nuevas formas de minucia heredada del gótico florido, el plateresco se distinguió por el exceso de los bajorrelieves, que acaban por perderse en el conjunto. De la tradición mudéjar tomó el abuso e los arabescos. Fue el antecesor del barroco y en especial de su modalidad churrigueresca. Brilló especialmente en los retablos de las iglesias, pudiendo considerarse como sus más típicas manifestaciones: el coro de la catedral de Ávila, con su maravillosa sillería; la fachada del convento de San Pablo, en Valladolid; la capilla de los Reyes Nuevos, en la catedral de Toledo; el sepulcro de don Juan II, en Miraflores; el Hospital de Santa Cruz, en Toledo; la fachada de la Universidad de Alcalá de Henares; el Palacio de los Condes de Benavente, en Baeza; la fachada de la Universidad de Salamanca; la sacristía de la catedral de Sevilla. En la Nueva España, el templo más antiguo en que existe una manifestación plateresca es el del antiguo convento de San Agustín Acolman, en el que, sobre la plana fachada de carácter medieval, se desarrolla una portada que crea un contraste entre la suavidad y gracia de sus relieves con la rudeza del edificio. El autor de esta obra sin duda fue un arquitecto-escultor venido de España, ya que en ella nada indica la mano nativa, siendo la técnica del relieve perfecta. Fechada en 1560. Presenta doble arquivolta 457 de reminiscencia románica 458. Las dos portadas del templo agustino de Yuririapúndaro son una interpretación popular del plateresco puro de Acolman, ya que el escultor de éstas añadió detalles pintorescos al tema inicial, creando un plateresco popular y trabajado por artífices mestizos. El más insólito y extraordinario caso de plateresco español lo ostenta la portada del templo de 457 458 O archivolta: conjunto de molduras que decoran un arco. Según el Marqués de Lozaya, esta portada en su ordenación recuerda la de la iglesia de Santa María de Calatayud; mas por su técnica escultórica se afilia con la escuela del sevillano Riaño. Cuitzeo, pero trabajada por manos indígenas; en ella se encuentran todos los requisitos de este estilo, todos ellos con el sello aborigen inconfundible, en la técnica de las plumas de las alas de las águilas, la manera en que están esculpidos los escudos. Sin duda la portada fue trazada por un arquitecto español y construida en su totalidad por canteros indígenas, en especial Francisco Juan Metl. Otro edificio plateresco realizado por manos indígenas es la capilla abierta de Tlalmanalco, fechada en 1560. Excelente muestra de este arte es la portada del templo de Chimalhuacán Chalco, aunque en ella se conservan reminiscencias mudéjares; presenta un espacio encuadrado por un alfiz, cubierto por entrelace de fajas y estrellas, sobre el cual se destacan los medallones con cruces flordelisadas de la orden dominica, característicos del plateresco, dos escudos carolinos y un nicho con su imagen. El arco es adintelado, con los ángulos en grandes cuartos de círculo, y una arquivolta vigorosamente ornamentada. Esta portada también presenta la inconfundible mano indígena. Buen número de portadas sigue este tipo de ornamentación con alfiz 459, variando el dibujo y la forma del arco. Ejemplos son: - La portada de la capilla del hospital franciscano de Acámbaro, en la que el gran alfiz está dividido horizontalmente por una moldura central y ornamentado por veneras; la puerta presenta un arco de medio punto con jambas ricamente decoradas con medallones, y la arquivolta, que es un caso singular en que es más angosta que las jambas, aparece profusamente cubierta con relieves. Dos esbeltas columnas simulando obeliscos encuadran la portada y rematan como soportando a la moldura horizontal que divide el alfiz. - La portada del templo agustino de Tlamaco, Hidalgo, muestra un alfiz sobre dos gruesos machones regulares, que cobija una especie de frontón, formado por gruesas molduras y rematado por un medallón y una cruz. - La portada de la iglesia franciscano de Erongarícuaro, aunque plateresca, a primera vista parece una portada románica de gruesas dovelas y arco de medio punto; el alfiz está adornado con grandes conchas en altorrelieve, presentando, al contrario de las veneras españolas, su concavidad al espectador. Sobre la portada, se abre una ventana doble con parteluz, encuadrada, no dentro de un alfiz, sino en un marco completo, y coronada dentro de ese mismo arco por una gran concha, mayor que las de la portada. - Posiblemente la portada más antigua de este género es la de la iglesia franciscana de la Puebla de los Ángeles, presentando todavía el escudo de Tlaxcala 460; es un gran alfiz que se prolonga hacia arriba, y dentro de él gruesas molduras forman un frontón triangular muy acusado. El arco es adintelado con sus ángulos conformados por cuartos de círculo, y todo ello cubierto con ornatos de escasa profundidad 461. - Más sencilla, pero semejante en su composición, es la del hospital de Uruapan; conformada por un gran alfiz con arco de medio punto, apareciendo todo el espacio libre cubierto con 459 Esta reminiscencia mudéjar fue muy usada por los artífices platerescos. 460 Tlaxcala ostentaba en un principio el Obispado. 461 Como los relieves prehispánicos. ornatos en relieve; al centro, sobre el alfiz, se desarrolla un nicho que aloja la estatua de su fundador, fray Juan de San Miguel, y a sus lados los escudos, el franciscano de las cinco llagas y el escudo real, cuyos emblemas fueron rasurados. - Muy sencilla, con alfiz, es la portada plateresca de la iglesia de Santa Cruz Atoyac, Distrito Federal, que ostenta la fecha 29 de diciembre de 1563. Otra categoría especial del plateresco, la conforman las portadas de los templos que presentan una disposición peculiar, como la portada principal del templo de Xochimilco, que data de 1590; presenta columnas de capitel de filiación corintia, o como dice Toussaint "un corintio popular", estructurada en torno a un arco de medio punto, que invade el arquitrabe 462 y el friso 463 del entablamento 464, y, sobre un pequeño ático se desarrolla la ventana del coro, rectangular y fuertemente moldurada, con ornatos en relieve a los lados, que muestran una ruda mano indígena. La portada de la iglesia franciscana de Calpan presenta una mezcla de diversas influencias: columnas de forma peculiar en el segundo cuerpo 465, arco carpanel con relieves, dos ángeles en relieve (de mano indígena) que sostienen el escudo franciscano de las Cinco Llagas, columnas candelabro en el primer cuerpo, con estilizaciones indígenas 466, y ventana geminada de sabor italiano, cobijada por un cordón franciscano y rematado por una gran concha. Absolutamente plateresca es la portada lateral de Yecapixtla, estructurada en torno a un arco de medio punto, encuadra-do por columnillas, con medallones antropomorfos en las enjutas, entablamento y perillones por remate de las columnillas. En esta portada "El renacimiento ha llegado a su máximo: en los bajorrelieves que adornan las jambas aparecen hasta figuras de sátiros" 467. Otro tipo especial de plateresco lo conforman las portadas de los templos de Ixmiquilpan y Actopan. Actopan presenta reminiscencias románicas, como el gran arco abocinado sobre el tímpano; la profusión de las hornacinas en los intercolumnios, y sobre el entablamento una fina ventana plateresca de columnillas abalaustradas. Obra maestra de la arquitectura plateresca es la puerta del claustro de San Francisco de Pátzcuaro, fechada en 1577, estilo que en Michoacán se prolonga en templos y conventos hasta ya bien entrado el siglo XVII, siendo ejemplos: la portada de San Agustín, en Morelia y la portada de San Francisco, de esta misma ciudad, fechada en 1610. En esta región se desarrollan 462 Arquitrabe: Parte inferior del entablamento, que descansa sobre el capitel de la columna. 463 Friso: Parte del cornisamento entre el arquitrabe y la cornisa. Faja que suele pintarse en la parte superior o inferior de algunas paredes. 464 Entablamento o cornisamento: Parte superior que corona una obra de arquitectura, conformado generalmente por arquitrabe, friso y cornisa. 465 Que podría conformar una modalidad, cuyo fuste parece recubierto con hojas que simulan plumas. 466 Como los quiotes de maguey. 467 TOUSSAINT, Manuel op. cit. portadas que siguen el mismo tema, ventanas geminadas para el coro, desarrolladas sobre el arco de acceso: - La parroquia de Uruapan. - La portada del templo de Jacona. - La portada de la iglesia de Tzintzuntzan, que sin duda ya pertenece al siglo XVII, ya que "no presenta la ornamentación que era indispensable en los edificios religiosos" 468 del siglo anterior, presentando un plateresco mestizo, característico del siglo XVII. En Tzintzuntzan tres iglesias más presentan rasgos platerescos: - La iglesia del Tercer Orden 469. - La capilla abierta del hospital, fechada en 1619, de un plateresco sobrio. - La capilla abierta que se encuentra al lado del actual templo franciscano, cubiertas por una estructura posterior y que ostenta un plateresco de fines del siglo XVI. El plateresco como ornamentación aparece en las casas y edificios públicos como una expresión de lujo; así podemos citar el Palacio de Gobierno de la ciudad de Tlaxcala 470; este edificio presenta dos portadas "una con arcos de varias curvas y gruesa faja de ornato en molduras vigorosamente dibujadas que forman sobre la parte alta un moderado alfiz; la otra portada es más sobria, pero presenta lo mismos motivos indígenas, y, al centro, un pequeño portal coronado por una loggia, ornamentados ambos como la primera portada" 471; es este un curioso ejemplo del mudéjar portugués en la Nueva España, patente en su ornamentación con curvas convexas. Existieron tres edificios en el centro de Ciudad de México ornamentados en forma plateresca 472 , uno, el Palacio de los Virreyes y según el dibujo podemos deducir que estaba conformado por un gran cuerpo con tres portadas en la planta baja coronadas por escudos reales; presenta entre las portadas troneras abiertas sobre el basamento; en la planta alta, observamos en el dibujo, once ventanas, siendo mayores las tres que se abren sobre las portadas. Sobre la cornisa que culmina el edificio y en el centro de la fachada se desarrolla "una especie de templete, en que se abre el reloj, y arriba de él cuelga la campana" 473. El segundo edificio que aparece en este plano era el del Ayuntamiento o del Cabildo, que muestra en primera planta un portal de vanos adintelados, y en el segundo nivel arcos de medio punto. El tercer edificio era el de la Real y Pontificia Universidad, en cuya fachada ostentaba el estilo plateresco en su portada adintelada, coronada por un escudo carolino, presentando a los lados 468 TOUSSAINT, Manuel op. cit. 469 Por las curvas de su hastial, o remate de la fachada del edificio, podría pertenecer al siglo XVIII. 470 Lamentablemente muy alterado. 471 Ante las descripciones de don Manuel Toussaint no me puedo resistir a copiarlas literalmente. 472 Como aparecen en un plano que existe en el Archivo de Indias. 473 TOUSSAINT, Manuel op. cit. dos ventanas con rejas 474. Este edificio fue construido a partir del 29 de junio de 1584, cuando se colocó su primera piedra, siendo su primer arquitecto el capitán Melchor Dávila 475, siendo posiblemente reemplazado por su sobrino Rodrigo Dávila y por Claudio de Arciniega 476. Otro edificio que figura en este plano es el Arzobispado de México, presentando una portada plateresca de gran refinamiento, conformado por dos pisos rematados por dos torres en sus extremo, presentando en la planta baja una portada coronada con el escudo arzobispal, y sobre él una ventana con rejas de hierro, que a sus lados presentaba sendas ventanas. El segundo piso ostentaba simplemente tres ventanas y en los extremos de la fachada las torres. Según Cervantes de Salazar ostentaba una elegante fachada de estilo clásico, con torres muy altas respecto al tamaño de la construcción "aunque no son muy grandes, son muy fuertes, con dos torres de cal y canto muy altas, edificada toda la casa sobre un terraplén, que antiguamente era cu, tan levantado de la calle que hasta el primer suelo, donde el Arzobispo tiene su aposento, hay una pica en alto ... las ... hizo don fray Juan de Zumárraga." Fue una construcción que muestra ya un cambio en la arquitectura novohispana del siglo XVI, perdiéndose el aspecto militar de los primeros años. La fachada de las Casas Viejas de Moctezuma ostentaba una enorme portada flanqueada por puertas pequeñas de los comercios, y sobre éstas, pequeñas ventanas a lo lados y una mayor sobre la portada. En el segundo piso tenía una loggia conformada por arcos de medio punto y a cada lado dos ventanas. Este edificio tuvo torres en sus esquinas. La casa del Mayorazgo de Guerrero 477 era un ejemplo típico de casa plateresca; su suntuosa fachada estaba flanqueada por dos columnas con su entablamento completo, sobre el cual se abría una gran ventana, igualmente flanqueada por columnas, con reja de hierro forjado con dibujos renacentistas. Un pequeño cuerpo coronaba este conjunto, que ostentaba los escudos de armas de la familia; a los lados de esta portada, en el segundo piso, se abrían dos pares de ventanas con rejas renacentistas. Coronando la fachada, en sus extremos se desplantaban torreoncillos formado por columnas y rematados en almenas, así como el cuerpo central 478. El más importante de los edificios civiles que se conserva es la Casa de Montejo, en Mérida; edificada por los indios de Maní, en 1549. La portada de esta casa presenta dos cuerpos 479, "a ambos lados sendas columnas exentas con sus trascolumnas formadas por pilastras que marcan resaltos para dar relieve a la arquitectura; sobre el entablamento, un friso historiado sigue el perfil de entrantes y salientes de la estructura y se adelanta en la parte central, sobre la 474 Este es un elemento que fue muy usado por los artífices plateros. 475 Ese mismo año murió este arquitecto al caerse de un andamio en las obras de la catedral vieja de México. 476 El más famoso arquitecto de esta época. 477 Esquina de Correo Mayor y calle de Moneda. 478 Veremos en el Barroco cómo evolucionó este edificio. 479 Posiblemente pertenecientes a dos épocas distintas. clave, formando un amplio repisón, el cuerpo alto parece un tapiz o un enorme repostero: ábrese en él la puerta de un balcón, también adintelado con modillones en sus ángulos; las pilastras que limitan este segundo cuerpo están ahuecadas en su parte central y esculpidos en estos rehundimientos, dos guerreros armados cuyos pies descansan sobre cabezas de demonios vencidos. La parte central, cuyo lambrequín es de ornamentación vegetal, se ramifica por todo el espacio cubriéndolo admirablemente de ornatos. Este segundo cuerpo se ve rematado igualmente por un entablamento con friso, menos complicado que el inferior, y a su vez está coronado por un escudo entre leones rampantes y rematado por una figura humana de busto barbada. Descansando sobre la cornisa del primer cuerpo, rematando las columnas, hay dos figuras de atlantes o salvajes, armados de mazas, y con una curiosa vestimenta formada por pieles de carnero cuyas vedijas, burdamente esculpidas, presentan un aspecto peculiar, Es notable esta portada como ejemplo de escultura decorativa, pero aquí no debemos dejar de insistir en una circunstancia: la cantidad de retratos que aparecen en ella. Pudiera creerse que las dos figuras de hombre viejo y de mujer joven que rematan lo tableros del cuerpo inferior, son retratos del Adelantado y su esposa, pero el mismo rostro de hombre barbado se repite en muchos sitios. "La clave de esta puerta está formada por un personaje grotesco: un hombre igualmente barbado que sostiene sobre sus espaldas la parte central del repisón y que, por su actitud, parece significar que de él depende toda obra ¿sería el arquitecto, que quiso representarse en esta postura? ..." 480. Otra casa plateresca, de la cual desgraciadamente solo existe la portada, es la llamada Casa del que Mató al Animal en la Puebla de los Angeles 481. Muy sencilla en sus lineamientos, se compone de dos jambas rematadas en un proporcionado dintel; los basamentos y capiteles de estas jambas son sobrios, formados por gruesos baquetones y fajas horizontales en las que se ven, en los primeros, tres rosetas estilizadas a la manera indígena, y en los capiteles ornatos entrelazados con aves que los picotean; los motivos representados en las jambas 482 son escenas de caza en que aparecen mozos sosteniendo traíllas de perros, quedan encuadrados entre fajas. El gran dintel que ostenta esta portada, presenta un friso de granadas entre roleos vegetales. Perteneciente a un plateresco sobrio 483 es una portada, también en la Puebla, frente a la iglesia de San Agustín, presentando un vano adintelado con medallones androcéfalos en sus ángulos. La portada plateresca más suntuosa de Puebla es la que perteneció a la Alhóndiga 484, en la que 480 De nuevo el embrujo de las descripciones de Toussaint. 481 Cuenta una leyenda que un monstruo, una especie de dragón, aparecía todas las tardes en la plaza de Puebla sin que nunca nadie se atreviera a matarlo; cierto día un caballero acometió tal empresa, dándole muerte a la bestia. 482 La composición general de cada tablero y los trajes de los cazado-res muestran que sin duda estos relieves fueron copiados de tapices flamen-cos o franceses de la segunda mitad del siglo XV. 483 Es aquel que solo busca la ornamentación característica de este estilo. 484 De este edificio sólo queda la portada. sobresale la finura de su técnica, perceptible a pesar de las múltiples alteraciones sufridas; de vano adintelado y medallones esculpidos con figuras humanas 485. En Guadalajara existe una portada que podríamos considerar como plateresco rico; de vano adintelado, presentando especies de dovelas vigorosamente realzadas, las pilastras que forman las jambas con fuerte relieve y, sobre el pequeño entablamento, una especie de friso, en forma de ático, con medallones androcéfalos en sus extremos, precisamente sobre las pilastras; todo el friso aparece ornado de relieve y sobre él una cornisa ampliamente volada 486. En Mérida se encuentra una semejante a esta de Guadalajara, que presenta una gruesa molduración gótica limitando por el interior la entrada. Otra portada plateresca en Mérida es la llamada de Rivero Traba, con puerta adintelada que ostenta como remate del dintel una especie de nicho poco profundo que ostenta las armas del propietario. San Cristóbal de las Casas es depositaria de una portada plateresca sobria en la Casa de don Luís de Mazariegos; "Es arquitrabada con escudo al centro, columnas a los lados y leones en postura extraña, al eje de las columnas" 487. HERRERIANO Estilo que toma su nombre de Juan de Herrera488. Arquitectura carente de ornamentación y completamente sobria que desarrolla este arquitecto en El Escorial. Tal vez por estas características no tuvo aceptación en América 489. Edificios con influencia herreriana, en primera instancia fue la fachada de la segunda iglesia de Santo Domingo de México, construida, según el padre Ojea, a imitación de la del Escorial. La más antigua muestra de herreriano que subsiste son las portadas del lado Norte de la Catedral de Ciudad de México; dentro del mismo templo, aunque siendo austeras presentan un poco de ornamentación, son las que dan acceso a la Sala Capitular y a la Sacristía (1623) que ostentan 485 Muy similar a una portada que se encuentra en Oaxaca de Juárez. 486 Perdón, olvide la ubicación exacta. 487 TOUSSAINT, Manuel op. cit. 488 Arquitecto español (1530-1597), del reinado de Felipe II; nació en Mobellán (Santander) y murió en Madrid. Fue ayudante de Juan B. de Toledo, quien había iniciado los planos de El Escorial y al morir (en 1567), Herrera continuó las obras hasta terminar el monasterio, cuya planta cambió. Otras obras suyas son: el castillo de Simancas, el Alcázar de Toledo, la Casa de Contratación de Sevilla, la catedral de Valladolid, la Lonja de Sevilla y el Puente de Segovia en Madrid. 489 "La razón debe buscarse en las condiciones sociales de la época. Por una parte no existe aún un núcleo de habitaciones homogéneo; por otra, las características de austeridad y sacrificio que implica el herreriano mal podrían encontrar acogida en países en formación, en los que buscar dinero y gastarlo fastuosamente era la principal ocupación de los colonos. Además, a los neófitos, a los indios, había que ofrecerles iglesias más adornadas y atrayentes, primero platerescas y después barrocas." TOUSSAINT. completando toda la sobriedad del estilo una gran reja de gruesos barrotes. Se estructuran en torno a un arco de medio punto con extrados sobriamente moldurado, desplantado sobre dos sencillas jambas cajeadas, cobijado por dos pilastras estriadas que soportan el entablamento, y sobre él un frontón triangular; esta portada aparece contenida en un arco poco profundo, sobre sencillas pilastras, que alojan sobre el vértice del frontón una ventana levemente abocinada con arco muy rebajado, casi plano. Obra de Diego López de Arbaiza es la iglesia de San Pedro y San Pablo, anexa al colegio del mismo nombre de los jesuitas, construida entre 1576 a 1603 490, que presenta una portada de estilo herreriano. Como reminiscencia herreriana en el siglo XVII, es la portada de la iglesia de Santa Clara, en Ciudad de México, de 1661491. La Catedral de la Puebla de los Ángeles presenta estructuras simplemente apilastradas en sus torres, y los pináculos piramidales, elementos propios del herreriano. En esta misma ciudad, la iglesia de San Ildefonso, terminada en 1621 ostenta una austera fachada, herreriana. Ya a mediados del siglo XVII se desarrolla la sobria y dura fachada de la iglesia de Santo Domingo. Encontramos entonces en los templos conventuales novohispanos una mezcla de estilos: - La iglesia franciscana de Huejotzingo presenta una portada principal mudéjar, en tanto que su portada lateral es de un plateresco tal "que casi llega a la locura" 492, un ultraplateresco o exuberante diría yo, que nos recuerda la arquitectura manuelina 493 de Portugal. - La iglesia franciscana de Cholula, muestra portada principal purista y portada lateral plateresca, de elegancia y gracia extraordinarias. - La iglesia franciscana de Xochimilco, portada principal serliana, en tanto que la portada lateral, plateresca, está llena de ornatos, "presenta formas casi absurdas, como las columnillas delgadísimas descansando en basamentos cuadrados tres veces más anchos que ellas" 494, arco adintelado con ángulos en cuarto de círculo, un cordón franciscano que viene desde las jambas a manera de gruesa moldura, y sobre él otro arco, de medio punto, formado por una cinta enrrollada en fuerte moldura; en el centro un escudo de forma fantástica. A manera de remate se desarrolla un nicho con arco de tres centros como presentado por dos ángeles, cobijados dentro de un pórtico conformado por columnas que carecen recubiertas por una faja en espiral 495 que soportan una cornisa moldurada sobre la que se desarrolla una especie de frontón, poligonal, flanqueado por águilas, frontón que ostenta un segundo nicho con concha sacralizante, que 490 Se dice que López de Arbaiza, arquitecto de los jesuitas, edificó en este templo la primera cúpula de la Nueva España. 491 Sus escudos parecen ser una supervivencia del plateresco en el si-glo XVII. 492 TOUSSAINT, Manuel op. cit. 493 El manuelino es el estilo usado durante el reinado de Manuel I en Portugal (1469-1521). 494 TOUSSAINT, Manuel op. cit. 495 Como antecedente del barroco salomónico en la Nueva España. afecta su curvatura hasta hacerlo parecer polilobulado; el todo aparece coronado por un águila imperial. - La portada lateral de la iglesia franciscana de Tecamachalco ostenta una curiosa mezcla de influencias: dentro de un alfiz de molduración y pomas góticas se desarrolla un arco trilobulado, ceñido por un vigoroso relieve de mano indígena. "Para dar sabor peculiar a esta portada, el hueco libre del alfiz está recubierto por tezontle, lo que le da un aspecto que no se encuentra en otra construcción similar" 496. Veamos algunos conjuntos conventuales de la extensa lista antes presentada, comenzando por los más elaborados, como fueron los de la orden agustina. CONJUNTOS CONVENTUALES AGUSTINOS Hablemos un poco de los conjuntos conventuales agustinos, que fueron los más suntuosos que se levantaron en la Nueva España, ya que no tenían el voto de pobreza de los franciscanos “... y la Corte les ayudaba ampliamente en sus tareas pudieron realizar obras realmente soberbias. Algunos provinciales se empeñaron en edificarlos riquísimos, y así nos cuenta Grijalva del padre Vertavillo que deseaba para sus templos y conventos que “todas las piedras fueran de quilate”, es decir, que fueran piedras preciosas.”497 Lo primero que se advierte en muchos de los monasterios de esta orden son sus grandes dimensiones, con soluciones arquitectónicas muy avanzadas para la época, ejemplificando, Actopan, Hidalgo, con sus galerías y ventanas de clara filiación manierista498. Encontramos entonces, atrios, que por los ejemplos, que Gracias a Dios nos quedan, eran de dimensiones considerables, la existencia de dos capillas abiertas, como es el caso de Atotonilco el Grande, una de ellas dando hacia el atrio, mientras la otra mira hacia la plaza del pueblo. Y si de capillas abiertas hablamos, Meztitlán tuvo dos gemelas, juntas. Las capillas abiertas se significan por su gran tamaño, sobre todo la de Actopan, que hasta hoy la vemos ornamentada con un gran programa iconográfico, pintado en toda ella. Cruces Atriales, las encontramos algunas de ellas de gran calidad artística, ni qué hablar de la de Acolman; no dejemos de lado a la de Charo. En sus conjuntos conventuales podemos ver soluciones muy avanzadas, algo así como una vanguardia artística como es de citar una clara filiación manierista, plasmada en Actopan, en sus galerías y ventanas. Es necesario anotar que ante tanta magnificencia de los elementos conventuales agustinos sus capillas posas son marcadas por una sencillez formal en su acabado y ornamentación, si son 496 TOUSSAINT, Manuel op. cit. 497 TOUSSAINT, Manuel op. cit. 498 En los conjuntos conventuales agustinos floreció el plateresco como en ninguna otra orden. Construyeron obras verdaderamente soberbias hasta tal punto que según Grijalva el padre Vertadillo deseaba para sus templos que "to-das las piedras fueran de quilate". comparadas con algunas dominicas y franciscanas, ricas en detalles como son las de Huejotzingo y Calpan, siendo excepcionales las posas de Epazoyucan y Zochizoquipan, con un repertorio ornamental singular, que sin lugar a duda se pueden comparar con las antes nombradas franciscanas. “Con lo que más ilustraron el Reino [los agustinos], y en lo que mostraron la grandeza y generosidad de sus ánimos, fue en la fábrica de los templos y conventos, testigos a la posteridad de la opulencia del Reino, y del gran número de indios, que entonces había ... para [construir] tan soberbios edificios, tan fuertes, tan grandes, tan hermosos, y de tan perfecta arquitectura, que no nos dejó más que desear.”499 En contraposición, sus iglesias tienen toda esa magnificencia, que en sí se destacan sobre los que construyeron las otras dos órdenes mendicantes por su planta donde se distinguen dos tipos determinados por la concepción de su presbiterio, una donde es poligonal y más angosto que la nave, y el otro caso donde es plano e igual a la nave en su anchura, sin olvidar un tercer caso, donde la planta de la iglesia es en cruz latina, excepcional en el siglo XVI, como es el caso de Yuririapúndaro; y por el alzado de sus fachadas con rasgos peculiares, ese sello propiamente manifestado en fachadas que terminan como si fueran frontones triangulares, ejemplifiquemos, Actopan, Ixmiquilpan y Molango, tres conventos en Hidalgo, aunque en muchos templos de Michoacán también se usó esta forma, haciendo el frontón más estrecho y más alargado, como en Cuitzeo, Chalco y Morelia, caso donde es menos evidente, cuan-do se le agregaron sus dos torres; o en el remate de sus imafrontes, cuando después de la cornisa, o moldura que corre a todo lo ancho de la parte superior de la fachada, se desplanta una espadaña, como en Meztitlán, Yuririapúndaro o Tlayacapan; en algunos templos se completó, o trató de completar el aspecto de la fachada con una torre de gran tamaño, aspecto lejano al espíritu del Renacimiento, ejemplificado significativamente en Actopan, Ixmiquilpan, Yuririapúndaro y Xilitla. Los agustinos y los franciscanos fueron las dos ordenes mendicantes que usaron espadañas, siendo casi un sello en los conventos agustinos; colocadas en determinadas partes del con-junto o exentas como en Molango, Tlanchinol o como la que existió en Xochicoatlán, únicos ejemplos en la arquitectura monástica novohispana del siglo XVI. Las espadañas agustinas se pueden clasificar de la siguiente manera: 1.- Espadañas con varios vanos sobre la parte central del imafronte, consistentes en un piñón triangular con tres vanos para colocar las campanas, que a veces presentan un piñón de perfil cóncavo o mixtilíneo. Acolman, Atotonilco el Grande y Nonoalco. 2.- Espadañas que forman el piñón del imafronte con torrecillas en los extremos, Meztitlán y San Lorenzo Iztacoloya, o a veces con una sola torre, Atlatlauhcan. 3.- Espadañas sobre uno de los extremos del imafronte, Yolotepec, San Pedro Tlatemalco, conformadas por un sólo cuerpo que se estrecha en la parte superior hasta adquirir forma semicircular rematada por una cruz, y dos hileras de vanos en forma de arcadas para colocar las campanas. 4.- Espadañas que forman un piñón como remate integral del imafronte, San Nicolás Tehuitzila. 5.- Espadañas exentas, siendo el tipo más importante y original de la arquitectura novohispana, Molango y Tlanchinol, ubicadas al frente del atrio, la primera en la esquina sureste y la otra en el noroeste. 499 GRIJALVA, fray Juan de op. cit. En aquellos conjuntos conventuales donde no se construyeron espadañas, se erigieron torres para colocar las campanas, torres que también fueron empleadas para vigilancia especialmente en aquellas regiones donde la agresividad de los indios era manifiesta, hecho basado en los relatos que refieren los ataques a los conventos de Yuririapúndaro y Xilitla. Además de estos lugares, se levantaron torres en Acolman, Actopan, Ixmiquilpan, así como la iniciada en Meztitlán; pero no podemos negar su función meramente decorativa, como en el convento de Yecapixtla. Su ubicación variaba así como su aspecto arquitectónico y altura, pero siempre conservando ese carácter estilístico defensivo marcado por sus garitones y aspilleras, ejemplificados en la espléndida torre de Actopan. En los claustros de la orden agustina, para su desarrollo tres soluciones adoptaron: 1.- Arquerías en la planta baja y arriba muros corridos con ventanas, como en Tlayacapan, Totolapan, Atlatlauhcan, Culhua-cán y Ayotzingo, dándole a los claustros un aspecto de gran sobriedad. 2.- Arcos apuntados, gotizantes, en el piso bajo, optando en la segunda planta por arcos de medio punto, muy renacentistas, como Actopan e Ixmiquilpan, dándose el caso de Meztitlán y Yuririapúndaro, donde el concepto varía al presentar también en el piso bajo arcos de medio punto, con un alto pretil entre cada uno de ellos. 3.- En algunos otros es inconfundible su clara filiación renacentista, con arcos de medio punto en los dos pisos, que se desplantan sobre columnas claramente renacentistas, como Acolman, del cual afirma Angulo Iñiguez derivados suyos son Atotonilco el Grande y Molango. Las dependencias interiores de los claustros agustinos, destacan por sus vastas proporciones, que en casos como Actopan, donde los agustinos “…llevaron su afán constructivo hasta la huerta; aquí levantaron una inmensa galería con planta en forma de L cuyos arcos terminan en bisel; las ventanas son de forma elíptica o romboidal; la es-calera se desplaza en dos grandes tramos con escalones ondulantes y un antepecho corre entre los arcos. Todo ello de fresco sabor manierista” 500 En el campo de la pintura mural 501, los agustinos fueron grandiosos durante el siglo XVI, y no tienen par con sus pro-gramas iconográficos para ornamentar cada uno de sus conventos, presentando mayor colorido, gran variedad de modelos en la decoración de frisos, bóvedas y lambrines respecto a los franciscanos y dominicos, donde estos últimos sin la austeridad de un voto de pobreza se ven modestos y menos variados. Estos programas, que enriquece la vida espiritual imperante en el siglo XVI, fueron desarrollados con una audacia tal como lo presentan Ixmiquilpan, Meztitlán o Acolman, siguiéndoles muy de cerca Santa María Xoxoteco, Malinalco y Actopan con su capilla abierta; en este campo rebasan en número y en proporciones a las Ordenes, sin olvidar que Huejotzingo, franciscano, y Tetela del Volcán, dominico, son ricos en pintura y presentan una magnífica calidad en el oficio. De los conjuntos conventuales 500 501 VICTORIA, José Guadalupe op. cit. Elemento que además de tener una función decorativa fue un recurso didáctico para el proceso evangelizador, con programas que nos permiten asomarnos a los propósitos ideológicos y religiosos de sus autores. de la Sierra Alta, que actualmente conservan programas pictóricos completos destacan Santa María Xoxoteco y Meztitlán. Ante tales obras agustinas, podemos pensar que la orden con-taba con arquitectos, pintores y escultores, picapedreros y canteros que secundaban a sus maestros de un lugar a otro. Pero racionalicemos un poco, estos mendicantes eran simples frailes, que sólo tenían en sus mentes un recuerdo de lugares donde habían meditado, existido, exceptuando a muy pocos que tenían nociones de arquitectura, de allí la gloria de tanta obra magna dirigida por ellos, y cabe entonces no menospreciar a la mano de obra, esa raza subyugada quien fue partícipe al levantar con ingenio tanta obra cumbre para el siglo XVI, baluartes para el mundo entero. De ella los frailes, poco tardos, tomaron la organización del trabajo, y así los nativos participaron en la construcción de sus conventos e iglesias; estos seres que estaban acostumbrados a la obra conjunta, colectiva, aportaron su coatequitl 502 con sus principios organizativos donde existía una división de tareas, especialización en el trabajo, como artesanos, aquellos que acarreaban el material, agua o alimentos, y donde existía una rotación del trabajo; y ni qué decir de su destreza en el labrado de la piedra. Dejemos estas honduras y retomemos el concepto agustino de evangelización, que varió respecto a las otras órdenes por un motivo, digamos, meramente económico de cada orden mendicante, concentrándonos específicamente en éste reflejado en sus con-juntos conventuales. Aunque los agustinos respetaron el antes mencionado programa arquitectónico, en muchos de sus detalles se apartaron de él, enseñando una monumentalidad y suntuosidad propia de la ausencia en la orden del voto de pobreza y su notable culto ostentoso, pieza cumbre que emplearon en el proceso de conversión de los indios, cuyos rituales eran sumamente vistosos y complejos; había que luchar con las mismas armas, con rituales pomposos para entretener y recrear a los neófitos mediante oficios esplendorosos, procesiones y fiestas llamativas, llenas de la mayor solemnidad. Antes de ejemplificar lo antes dicho, anotemos tres categorías de conjuntos conventuales, los prioratos, las visitas y las estancias, que las encontramos en las tres Ordenes; de los primeros Meztitlán, Molango y Tlanchinol, y de las visitas Zoquizoquipan, Nonoalco, Tianguistengo y Malila. En los conventos agustinos de la Sierra Alta se dieron características peculiares: no se marcan las entradas al atrio por medio de arcos, siendo éste el elemento clave de las diferencias con otros conjuntos conventuales en la Nueva España, marcada por la topografía de la zona, interrumpiéndose sólo los muros al crearse un vano sin ningún elemento de importancia arquitectónica y decorativa, acceso a estas entradas logrado por medio de rampas, que algunas presentan escalones, y por tanto no limitan por su topografía directamente con la plaza del pueblo. Es de notar en los atrios de esta zona la construcción de enormes espadañas exentas, de las cuales ya casi no quedan, siendo testimonios fehacientes las de Molango y Tlanchinol. Los conventos agustinos se concentraron en la parte montañosa, conocida como la Sierra de Puebla que no tuvieron especial relevancia. 502 Cuadrillas de trabajadores. Los trabajos de los agustinos transcendieron el aspecto espiritual, siendo su labor una actividad civilizadora; organizaron hospitales, introdujeron nuevos métodos de cultivo y productos desconocidos en la época prehispánica, enseñaron a los indios los métodos de irrigación adecuados para aprovechar los terrenos durante todo el año, mandaron traer de Castilla árboles frutales, introdujeron el cultivo de flores y legumbres no conocidas, enseñaron a sembrar el trigo y mejorar el cultivo del maíz, realizaron obras de carácter arquitectónico y urbanístico, enseñaron la música, y en el campo religioso realizaban procesiones para fomentar la devoción de los in-dios, establecieron cofradías, crearon santuarios y peregrinaciones como instrumentos de propaganda religiosa, y emplearon el teatro edificante como medio para la catequización. ACATLÁN Convento de San Miguel Acatlán Construido antes de 1569, en él se reunió el capítulo de la orden en 1557. Al concluir su cargo de provincial, Medina Rincón se retiró a este convento antes de convertirse en prior de Actopan y obispo de Michoacán. De su iglesia original, probablemente construida en 1554, sólo subsisten los cimientos. Su convento presenta características anteriores a los conjuntos monacales levantados antes de 1564. ACOLMAN Convento de San Agustín Acolman “Durante la celebración del Tercer Capítulo que reunió a la Orden de San Agustín en 1539 se decidió fundar un convento en Acolman, cuya primera construcción debió realizarse durante la cuarta década del siglo XVI, etapa a la cual pertenece el claustro chico; para 1558 el templo, dedicado a San Agustín, llegaba al nivel de arranque de las bóvedas, ya que esta fecha se encuentra registrada en el capitel del arco triunfal al lado del Evangelio” 503, y la inscripción “Mo Palomira fissome” 504. En 1571, el convento fue concluido y la iglesia continuaba en construc-ción. En las dos cartelas que flanquean la portada del templo aparece repartida esta inscripción: “Acabose esta obra año 1560 reynando el rey Don Felipe Nuestro Señor Hijo del Emperador Carlos 5.” “Y gobernando esta Nueva España su Ilmo. virrey don Luis de Velasco con cuyo favor se hedificó [sic]”. En 1580, el establecimiento albergaba 24 frailes, de los cuales cinco se encargaban de asistir a los indígenas y los restantes se ocupaban de los estudios. El templo actual es el segundo que se construyó en este lugar, una gran nave que parece haber estado techada con artesón. Presenta en su ábside una bóveda nervada 505. 503 CHANFON OLMOS, Carlos Museografía INAH-SEP. Tarjeta Navideña Escuela Nacional de Conser-vación, Restauración y 504 No se conoce otro dato acerca de esta persona, posiblemente escul-tor o uno de los responsables de la construcción 505 En el siglo XVII se agregaron unos pilastrones en el interior del templo, se cubrió con una bóveda de cañón con lunetos y se agregaron los contrafuertes en el exterior para contener el empuje de ésta. En 1580, el edificio fue descrito como “…un templo muy solemne de bóveda y una muy suntuosa portada de cantería”. El arco del presbiterio se halla sobrepuesto a los frescos del templo y al ventanaje, lo que sugiere una fecha posterior para el arco más que para la fábrica de la iglesia. La fachada data de 1560, presentando una portada que “Es el ejemplo novohispano más valioso de estilo plateresco. Una evidente yuxtaposición de técnicas, visible en los aparejos, da testimonio del antecedente español para la mitad inferior y la ventana del coro, mientras el paño liso que sirve de fondo al conjunto, revela los sillares y tareas propios de técnicas indígenas. “La mitad inferior, de magnífica talla, nos ofrece la estructuración del arco de triunfo romano, diez años antes de la aparición del tratado de Palladio, libro y autor a quien se le atribuye la idea de esta solución am-pliamente difundida.” 506 Revela un conocimiento absoluto de la escultura decorativa, y sin duda es obra de un artífice europeo; esta clasicista armadura de las columnas, muestra el entablamento y el frontón más importantes que la puerta. “El panel en su conjunto subordina las impostas a un ininterrumpido ascenso de las columnas. La composición decorativa tiende a cubrir la fachada con símbolos abstractos de resistencia y soporte, pero no tienen funciones estructurales reales.” La portada se estructura en torno a un arco de medio punto con doble arquivolta, presentando el interior en sus dovelas, tanto en el intradós como en el extrados, medallones que simulan platillos con ofrendas de comida, intercalados con querubines; en algunos de éstos pueden verse restos de la policromía que ostentaba esta portada. El arco exterior, fuertemente moldurado, presenta en cada una de sus dovelas diferentes frutas, tanto en el intradós como en el extrados. En uno de los lados de las pilastras que soportan este arco encontramos dos santos de bulto con docelete, que sin duda presentaron peanas similares a las de las esculturas de los intercolumnios, perdidas las primeras por la inundación de lo-do que sufrió este conjunto conventual. Toda la portada se desplanta sobre un banco conformado por los basamentos de las jambas de la doble arquivolta y de los dos pares de columnas que los flanquean, dándole movimiento a la portada. Estas columnas claramente platerescas, que parecen anteponerse a pilastras cajeadas de capitel corintio, ostentan sobre la basa, perdida también por la inundación, pares de angelitos en relieve portando guirnaldas, muchos de ellos irremediablemente erosionados. Un detalle notable en estas columnas son las cintas que se entorchan en torno al fuste, como amarrándolos. Su capitel es de filiación corintia. En el intercolumnio se desarrollaron dos poco profundos nichos, que albergan estatuas de bulto de San Pedro y San Pablo 507, de excelente factura, desplantados sobre peanas conformadas por querubines, y culminadas por doceletes, que simulan elaboradas coronas. 506 CHANFON OLMOS, Carlos Museografía INAH-SEP. 507 Tarjeta Navideña Escuela Nacional de Conservación, Restauración y Elemento que es común en las portadas de la orden agustina. En las enjutas del arco aparecen dos medallones, que ostentan, uno, al Arcángel San Gabriel y, el otro, a la Virgen María, representando una escena de la Anunciación. Sobre los capiteles se desplanta un entablamento cuyo arquitrabe presenta en su centro una especie de cintilla y su cornisa es fuertemente moldurada, presentando en su parte baja una serie de dentículos que le dan apariencia de flequillo. El friso es notable, cuyos elementos decorativos son pares de caballos de perfil, encontrados, cuyos cuartos traseros se modifican para conformar la cola de un hipocampo, y motivos vegetales, flanqueando los centrales una cartela y los laterales medallones con caras de león; dos copas estilizadas separan estos tres pares de animales mitológicos. En el interbasamento se repite el tema del medallón, culminando el friso en sus extremos con uno de estas pseudocaballos. En los cubos que conforman los resaltos para los basamentos de las figuras del segundo cuerpo, aparecen medallones, los centrales cobijando copones y los de los extremos caras de ángeles en posición tres cuartos. Sobre el entablamento que se quiebra para conformar repisas, sobre las columnas centrales se desplantan dos figuras masculinas de cuerpo entero, atlantes que cargan en la cabeza cestos con frutas, presentando como única vestimenta un corto calzón que le llega a medio muslo; sobre las columnas laterales, a manera de pináculos, se desarrollan dos pequeñas columnas cuyo capitel simula una corola vista de perfil. Entre las dos figuras masculinas aparece un hermoso tema, conformado por una hornacina central con venero alojada en un alfiz que alberga una pequeña escultura de bulto, tal vez del Niño Jesús con un libro en la mano, lamentablemente decapitada, todo ello flanqueado por dos pequeñísimas columnas platerescas que soportan un entablamento moldurado y sobre él motivos vegetales; a los lados de este pequeñísimo portal en dos nichos adintelados, dos ángeles músicos, uno tocando una larga trompeta y el otro una guitarra. Sobre este tema se abre la ventana del coro, desarrollada en torno a un arco de medio punto sobre pilastras tablereadas, flanqueado por columnas platerescas que soportan un friso conformado por dos molduras entre las que aparecen caras de que-rubines, friso que se realza sobre los capiteles para generar el basamento de dos ángeles que rodilla en tierra sostienen en sus manos las guirnaldas que enmarcan el emblema de la orden agustina, coronado por una cartela y sobre ella una tiara cardenalicia. “La ventana del coro de genuino sabor plateresco nos presenta claro ejemplo de características protorrenacientes españolas: uso del arco de medio punto, ausencia de clave, molduración del cerramiento que se pierde en el fuste de columnas.”508 Flanqueando esta ventana, y a eje con las columnas intermedias aparecen dos escudos, uno de los reinos de Castilla y de León y el otro ostenta un brazo como arrancado del cual sale un abanico como de puntas de lanza, que nos recuerdan las serpientes que representaban los chorros de sangre que salían de los cuellos de los jugadores de pelota decapitados; es el escudo de la localidad de Acolman. 508 CHANFON OLMOS, Carlos op. cit. El plano que cobija toda esta portada remata en una cornisa con dentículos en su parte inferior. Iglesia de una sola nave, de 57 metros de largo por 12.5 metros de ancho, que en su interior, en los muros del ábside conserva pinturas murales al fresco que representan santos, obispos, cardenales y papas sentados en sus respectivos tronos. Referente a los contrafuertes de los claustros, en Acolman su distribución es variable; en el claustro chico aparece una novedad: los vanos comprenden la totalidad del espacio entre los contrafuertes, de corte trapezoidal, equilibrándose la proporción entre los muros y los vanos actividad constructora registrada posterior a 1539 hasta 1570. El claustro principal “…es una muestra magnífica del arte renacentista” 509; presenta reminiscencias gótico-isabelinas en las basas y capiteles de las columnas del claustro bajo, como son los anillos de perlas isabelinas o pomas; en contraposición, en los capiteles del claustro alto muestra la mano indígena. El claustro bajo se estructura mediante cuatro arcos rebajados 510 soportados por columnas, cuyos capiteles y basas son idénticos. Un elemento que debe notarse en este claustro son las columnas pareadas que marcan el centro de cada uno de los lados, cuyos anillos con pomas se unifican conformando un solo capitel; en las esquinas, las columnas se adosan a un pilastrón que sobresale un poco de las fachadas. Podría decirse que el trabajo en cantería es perfecto, a no ser por las dovelas de los arcos, Las columnas de los arcos del claustro alto, de medio punto, se desplantan sobre una base cajeada; puede verse aquí que el antepecho es de posterior factura. El claustro culmina en una cornisa moldurada. El claustro principal es contemporáneo a la fachada de la iglesia; en los capiteles del segundo piso se encuentran motivos vegetales interpretados a la manera indígena. Tanto en los pasillos del claustro principal como en los del claustro más pequeño se encuentran pinturas al fresco con escenas de la Pasión de Cristo, así como cenefas y marcos en las puertas, sin duda copiados de grabados europeos. ACTOPAN Convento de San Nicolás Tolentino Actopan Fundado en 1550, cuyo arquitecto fue fray Andrés de Mata. “El convento de Actopan es uno de los monumentos más sugestivos de nuestra arquitectura colonial: vemos en él, a la par de la rudeza y enormidad de los edificios primitivos y sobrepuesta la obra del Renacimiento duplicando el rigor primitivo” 511. El área original del monasterio era de cincuenta y dos mil cuatrocientos ochenta metros cuadrados, cuyos lados eran 190 m. al norte, 183 al sur, 285 al oriente y 288.5 al poniente, gran extensión de terreno dentro de la cual se construyeron el templo de San Nicolás Tolentino, al lado norte de éste la capilla abierta y al sur el convento, la huerta, jardines, corrales, caballerizas y almacenes. El atrio y el cementerio se encuentran al poniente del templo; posteriormente fue seccionado al trazarse las calles de Sebastián Lerdo y de Hernández. 509 TOUSSAINT, Manuel op. cit. 510 Posiblemente de tres centros. 511 TOUSSAINT, Manuel op. cit. Su construcción se llevó a cabo utilizando piedra de la región, ostentando muros de gran espesor, mamposteados con mezcla de cal, bóvedas de crucería con nervios de cantería aparejada, plementos y bóvedas de cañón con materiales aglomerados y aglutinados con mortero calizo, elementos ornamentales, marcos de puertas y ventanas, columnas, repizones y paramentos de las “partes nobles” 512 ejecutados con piedra de talla. Pavimentos, en algunos casos embaldosados o en otros revestidos con hormigón pulido; techos de madera, cubiertas protegidas por terrados y entortados de hormigón. Su capilla abierta es una de las más grandes de la Nueva España; del tipo de ábside solo, ubicada a un lado del templo y bastante retrocedida del paramento frontal de éste. Gran bóveda de cañón de 17.5 metros de luz y cerca de 16 de longitud, apoyada sobre gruesos muros de cuatro metros de alto. Conserva restos de pintura mural, decorada con vistosos casetones al fresco en la bóveda de medio cañón y en sus tres muros presenta didácticas escenas bíblicas como el origen del hombre y el Juicio Final, en las que se mezclan modelos europeos y de códices prehispánicos. Dos puertas laterales conectan la capilla con sus dependencias, que también tienen techo abovedado. La portada del templo, que recuerda las portadas románicas, se estructura en torno a un arco de medio punto cuyo extradós y sus jambas presentan casetones con motivos florales y querubines; flanqueado por dos pares de columnas de fuste tritóstilo estriado y capitel corintio, desplantadas sobre basamentos tablereados, ligeramente esbiajadas, que soportan un angosto entablamento resaltado sobre los capiteles, adornado en su friso con motivos vegetales. Sobre el entablamento se desarrolla un bellísimo artificio arquitectónico, el leve abocina miento en triple arquivolta que presenta el ingenioso recurso de sus dovelas como casetones que van disminuyendo su tamaño para dar la sensación de mayor profundidad. Los casetones de la arquivolta y las jambas de la puerta están adornados con querubines; en el capialzado, en relieve se encuentran flores, frutos y animales. En los intercolumnios, en los dos ordenes, hay doce nichos vacíos, casi todos iguales, pequeños nichos con concha sacralizante, contenidos por un arco de medio punto que arranca de dos esbeltísimas columnillas, cuya basa simula pequeñísimas peanas que siguen el mismo lineamiento de los nichos. Esta portada aparece cobijada por un pórtico que repite el tema inicial, siendo los pares de columnas de mayores proporciones, que para aumentar su altura los basamentos se desplantan sobre otro único rectangular tablereado; en el intercolumnio presenta cuatro hornacinas idénticas a las de la portada. La ventana del coro, en arco de medio punto, aparece flanqueada por columnas platerescas de capitel corintio, que so-portan un sencillo entablamento. Su portada presenta pináculos en candelabro. Ya en una época cercana a nuestros días se le agregó una pequeña torre para el reloj, como sucedió en infinidad de iglesias novohispanas, que 512 DONADO SOTOMAYOR, Demetrio Urías Monasterio de Actopan Arquitectura y Poesía en Lunes #2. alteraba totalmente su fachada, no se si decir que fue afortunada su demolición 513. Los remates de la iglesia están coronados por almenas y garitones, dando el aspecto de una fortaleza; estos elementos se hallan sobre los contrafuertes, en disposición de templetes y rematados con merlones; hay una espadaña muy sencilla que da con la habitación de los frailes. Los contrafuertes del ábside carecen de garitones y algunos terminan en escarpa. El imafronte termina con un triángulo moldurado a manera de frontón, coronado por siete almenas. La crestería del conjunto se compone de un garitón almenado en cada esquina y, entre ellos, cuatro merlones por lado. La torre, mudéjar, tiene cerca de 10 m por lado y una altura de 38 m; hacia arriba presenta vanos de medio punto, sobre los cuales se alinean, a modo de galería, cuatro pequeños vanos, también de medio punto. En este conjunto conventual se combinan armoniosamente el estilo gótico de las bóvedas del templo y del claustro bajo, el mudéjar en la elevada torre, el plateresco en la rica portada y el renacentista en el claustro alto. Junto al presbiterio se ubica la sacristía, que se comunica mediante dos arcos rebajados con el amplio baptisterio de bó-veda de crucería y muros decorados con pilastras al fresco, que conserva una monumental pila bautismal de piedra, realizada en una sola pieza, con cubierta semiesférica de madera rematada con una esculturilla de San Juan Bautista. Entre la pintura mural que decora el convento sobresalen los frescos del cubo de la escalera, que representan detalladamente a santos y personajes importantes de la orden agustina, estudiando dentro de sus respectivas celdas, distribuidos en franjas horizontales y presentando sus nombres escritos en filacterias. Tres gruesos arcos encasetonados que descansan sobre robustas pilastras estriadas, marcan la entrada al portal del con-vento, siendo éste cubierto por una bóveda de cañón, cuyas paredes están adornadas con pinturas de tema religioso. Los claustros se distribuyen en dos pisos con corredores a los cuatro lados;la planta baja muestra arcos apuntados de as-cendencia ojival, y la planta alta arcos de medio punto. Los corredores están techados con bóvedas de nervadura en el claustro bajo en tanto que los altos presentan entramado de madera. En los ángulos hay plafones artesonados y por las pa-redes corren friso y franjas. En la parte baja encontramos la portería, Sala de Profundis, Refectorio, Sala Capitular, sacristía, la escalera y otras de-pendencias más. Los corredores altos conducen a las antiguas oficinas parroquiales y a los pasillos interiores que daban a las habitaciones de los frailes. Aquí la arquitectura se renueva en el siglo XVI mediante ventanas elípticas o romboidales; todo 513 En un monumento es difícil definir una posición a tomar referente a lo agregados, ya que son parte integrante de la evolución histórica del e-dificio. es sublime en la amplia galería en L de su huerta, como su escalera desplazada en dos grandes tramos de escalones ondulantes; cuando su antepecho corre entre los arcos, y por tanto se nos antoja gritar es ma-nierista sin temor a equivocarnos. El Refectorium presenta en su bóveda de medio cañón una preciosa pintura mural que semeja el artesonado de casetones del estilo mudéjar, ostentando al arranque de ésta una ancha cenefa, también de filiación mudéjar, de minucioso trabajo. ATLATLAUHCAN Convento de la Concepción (o San Mateo?) Atlatlauhcan. En primera instancia, fue una visita de Ocuituco y hacia la década de 1550 de Totolapan, al igual que Yautepec; uno de los conventos más recientes de la Orden de San Agustín, construidos en el siglo XVI, pues fue fundado en 1570 514. Se conserva el atrio, con su recorrido procesional señalado por un murete. El templo se caracteriza por el predominio de las líneas verticales, y lo más interesante del monumento se encuentra en sus figuras decorativas, que existen en gran cantidad. Las del claustro parecen imitar una bóveda de casetones mudéjares. Sus capillas posas están estructuradas por un cubo rematado en una especie de cupulín, llevando remates piramidales sobre las líneas de los ángulos del cubo y al centro del casquete esférico, ofreciendo sus fachadas abiertas en sentido contrario al de las manecillas del reloj. Son éstas las de mayor tamaño que se construyeron en los conjuntos conventuales. En el atrio, pasillos periféricos separaban el cementerio del área de circulación y concentraban el tránsito hacia las capillas posas de las esquinas, delimitados por muros bajos. Capilla abierta, cuya entrada aparece rematada con una pe-queña espadaña. Es bastante pequeña, de planta trapezoidal, que se abre hacia el atrio mediante tres arcos de medio punto, remarcado el central por un doble arco y por una espadaña de dos cuerpos; su único aspecto decorativo son las almenas que la rematan y los restos de pintura mural que conserva en la bóveda, un bellísimo firmamento con lacerías mudéjares, en a-zul y oro. Su iglesia presenta una torre, que pertenece a la clase que recuerda las anchas torres de las fortalezas medievales; re-trocedida un poco de la fachada, al ser ésta del tipo de biom-bo, remarcada por dos contrafuertes que rematan en especies de garitones. Debió tener una espadaña de dos cuerpos, mas fue alterado su imafronte al construírsele un reloj. Su aspecto general es de un gran macizo al extremo pesado. El claustro presenta, en sus bóvedas de cañón, pintura que recuerda a los artesonados renacentistas, o casetones mudéja-res. Kubler lo cataloga dentro del grupo de los claustros con contrafuertes, donde el área sólida es mayor que la de los va-nos, en este caso estructurado mediante arquerías en el primer piso y muros corridos con ventanas en la parte superior. 514 Según Kubler, en 1571 estaba registrado como un "subjeto" (entiéndase como visita) de Totolapan, por tanto se supone que el convento se construyó a finales de la década. ATOTONILCO EL GRANDE 515 Convento de San Agustín Atotonilco el Grande Este conjunto conventual es uno de los más importantes del estado de Hidalgo. "El primer predicador llegado a esta zona fue el monje agustino fray Francisco de la Cruz, quien murió en 1536, sucediéndole fray Alonso de Borja, fray Alonso de Salazar y fray Juan de San Martín; fray Juan de Sevilla organizó la construcción del convento, realizado entre 1542 y 1562. "En este conjunto monacal se celebraron dos capítulos importantes de la orden agustina, en 1551 y 1556, de donde salieron electos respectivamente, fray Jerónimo de San Esteban y fray Juan de Medina Rincón como provinciales." 516 Su iglesia es de planta rectangular, de una sola nave, que presenta un amplio presbiterio un poco menor en anchura que la nave, ya que debió alojar el coro de los monjes, hasta que el templo, a mediados del siglo XVIII, fue entregado al clero se-cular. "La portada del templo tiene marcadas características protorrenacientes. Consta de tres cuerpos, de los cuales el primero es semejante al de otros templos agustinos, con la puerta en arco de medio punto, medallones en las enjutas y flanqueado por pares de columnas estriadas. El segundo cuerpo tiene seis pilastras molduradas, dos de ellas sobre consolas integradas al cornisamiento del primer cuerpo; recuerda la molduración de portadas sal-mantinas 517 isabelinas de la Universidad o la del templo del Espíritu Santo. "Remata el conjunto la ventana del coro, con entablamento coronado por u-na gran concha semicircular y columnillas estriadas a los lados del vano. "La escalera que da acceso a la plataforma del templo y el poco usual cuerpo intermedio de la portada, le dan la particular esbeltez, que hoy, en su mutilada silueta, muestra resabios apenas perceptibles, del gótico tar-dío peninsular." 518 ATZOTZINTLA Convento de San Juan Bautista Atzotzintla Conjunto monacal que fue visita de Meztitlán. CHAPULHUACÁN Convento de San Pedro? Chapulhuacán Este conjunto monacal fue robado e incendiado por los chichimecas. 515 Su nombre significa "en las aguas termales" y desde su origen pre-hispánico era apoderado "huei" el grande. En CHANFON OLMOS, Carlos Tarjeta Navideña, diciembre de 1987. 516 CHANFON OLMOS, Carlos op. cit. 517 Referente a Salamanca. 518 CHANFON OLMOS, Carlos op. cit. CHARO Convento de San Miguel Charo Fundado en 1550, es más tardío en su construcción, concluyéndose hasta mediados del siglo XVII. Iglesia de una sola nave, cubierta con una bóveda de cañón corrido, excepto en el presbiterio, con bóveda de tracería.. Su claustro presenta finas columnas y arcos rebajados, ostentando algunas puertas de estilo renacentista. La portada principal es manierista; de dos cuerpos y tres calles, presenta en su composición medias muestras toscanas de fuste liso, relieves planos con motivos geométricos, hojas, flores y rosetones, distribuidos en los basamentos, en torno a los nichos de las calles laterales y la ventana geminada, en-tablamentos y remate. Este conjunto conventual cuenta con un pequeño claustro, de-sarrollado en un solo nivel, cuyos elegantes corredores se es-tructuran mediante columnas toscanas que soportan arcos con pinjantes en la clave; en algunas de las crujías tiene venta-nitas con cerramiento conopial. CHIAUTLA DE LA SAL Convento de San Agustín Chiautla de la Sal Conjunto conventual iniciado en el siglo XVI, pero terminado en las dos centurias posteriores; conserva un claustro con ar-cos y pilares, reforzado por estribos, anexo a la iglesia del siglo XVII, en cuya construcción participó fray Diego de Valverde. CHUCÁNDIRO Del siglo XVI conserva su claustro, de factura popular, con arcos sobre soportes prismáticos sin capitel, presentando conchas sacralizantes en las enjutas. COPÁNDARO Convento de Santiago Copándaro Originalmente perteneció al clero secular, siendo asignado a los agustinos en 1551, quienes terminaron su construcción en las últimas décadas del siglo XVI. Aunque no presenta grandes dimensiones, se le considera como uno de los ejemplos notables del plateresco en Michoacán. Ostenta iglesia de una nave con testero semicircular, gruesos estribos y cubierta con bóvedas, siendo nervada la del presbiterio; la portada principal pre-senta medias muestras corintias que soportan un entablamento decorado con flores, al igual que las enjutas. La ventana del coro aparece flanqueada por elegantes columnas abalaustradas y otros elementos platerescos. Notable es su claustro, con corredores cubiertos con bóvedas de cañón y vaídas nervadas en los ángulos, que se estructuran en el claustro bajo con pilastras que tienen medias muestras toscanas adosadas, sobre las que se desplantan arcos, en el claustro alto se abren doble número de arcos de medio punto y columnas abalaustradas, y al exterior grandes contrafuertes semicirculares. CUITZEO Convento de Santa María Magdalena Cuitzeo Fundado en un pueblo pur’epecha a orillas del lago de Cuitzeo, que había sido doctrinado durante la cuarta década del siglo XVI por los franciscanos. En 1550, los agustinos recibieron el pequeño pueblo de pescadores de manos de don Vasco de Quiroga. El primer elemento en construirse en este conjunto monacal fue la iglesia, colocándose la primera piedra el 1 de noviembre de 1550, siendo su primer superior fray Francisco de Villafuerte 519. George Kubler supone que el autor del proyecto pudo ser Pedro del Toro, mientras que Escobar atribuye su construcción a Villafuerte; terminado en 1579, su torre fue construida en 1612 por fray Jerónimo de la Magdalena. La capilla abierta de este conjunto conventual pertenece al tipo de portería, conformada por una gran arcada corrida. Su gran iglesia es de una nave, con testero semicircular cubierto con bóveda de nervaduras, mientras que la nave ostenta un cañón corrido. La portada del templo es un excelente ejemplo del arte plateresco, "a pesar de ser una rara composición triangular. El entablamento en los tres cuerpos es muy singular. La presencia de triglifos y cornucopias dan el toque clásico que junto a las columnas "monstruosas", "sin tener medida determinada" al decir de Diego Sagredo, son un ejemplo bello e individual de la rica arquitectura monástica novohispana." 520 Esta portada fue labrada por mano de obra indígena. De una sola ca-lle y tres cuerpos, se estructura en torno a un arco de medio punto con doble arquivolta, la interior presentando casetones radiados en los que se intercalan motivos florales y corazones del escudo de la orden agustina, elementos que se continúan en las jambas alterando su ritmo, cada dos flores un escudo. EL extrados del arco exterior presenta intercalados querubines y motivos florales, y en sus jambas flores y escudos agustinos. Flanquean este acceso dos columnas candelabro suntuosamente ornamentadas, que arrancan de basamentos cajeados cuadrados, ostentando motivos florales, y que soportan un sencillo entablamento del orden dórico, friso con triglifos y metopas, las que presentan representaciones de querubines con una forma pe-culiar de alas. Querubines, cartelas, guías con frutos, flores, medallones y escudos, completan el repertorio decorativo. Sobre la cornisa, y a eje de las columnas, se desplantan sendos pináculos abalaustrados rematados en corolas, y casi soportado por ellos se estructura un segundo entablamento más pequeño, con angosto friso de motivos florales, que sirve de base a la ventana abocinada del coro. De perfil poligonal en sus jambas, que aparecen cobijadas por un cordón que conforma un arco de medio punto; en las impostas aparecen motivos ve-getales. A esta ventana la flanquean dos columnas abalaustra-das que soportan un entablamento, con friso también de motivos florales, y sobre ella un friso en que se lee la inscripción: "Fr.:Io. Metl: ME FECIT", que se ha interpretado como "Francisco Juan Metl me hizo", sugiriendo que su autor fue un artista indígena de ese nombre. Y más arriba, un nicho en arco de medio punto moldurado, ostenta la imagen del Santo Patrono, Santa María Magdalena, nicho flanqueado por columnas que simulan 519 En la "Historia de la Provincia de San Nicolás de Tolentino de Michoacán", de Baselenque (1672) y "América Thebaida", de Escobar (1724) se encuentra la historia de su fundación. 520 CHANFON OLMOS, Carlos Tarjeta Navideña, Centro de Churubusco. obeliscos, desplantadas sobre basamentos cúbicos, y soportan un sencillo entablamento. Culmina el imafronte en un elevado piñón, en el que aparece un águila bicéfala, en cuyo pecho ostenta el escudo de la orden agustina, tema que aparece también en el primer tercio de las columnas que flanquean el acceso, y como repetición del relieve que se desarrolla entre el arco de entrada y la ventana del coro, éste enmarcado por especies de cornucopias de las que sale un docelete rectangular; bajo este motivo encontramos otra leyenda. Su convento es verdaderamente notable. La portería, ostenta arcos de medio punto sobre pilares con medias muestras corintias al frente, de estirpe renacentista, que alberga una hermosa capilla abierta, cubierta con una bóveda nervada de cuar-to de esfera 521. El claustro, de grandes dimensiones, ostentaba techumbres de madera, sustituidas por bóvedas de cañón en 1590, que cubren sus corredores, y en los ángulos bóvedas nervadas; encontramos en sus dos claustros, bajo y alto, pilares, columnas y medias muestras toscanas, doblándose en el claustro alto el número de arcos, escarzanos en este caso; hacia el patio ostenta grandes contrafuertes en quilla de navío. En este elegante claustro, sobre la galería alta, es de no-tar una serie de gárgolas, todas distintas y de carácter góti-co, presentando cada una de ellas la figura de un ser fantástico. EPAZOYUCAN Convento de San Andrés Epazoyucan Aunque los franciscanos desde 1528 se ocuparon de la evange-lización de este pueblo, en 1540 se establecen allí los agus-tinos, siendo construido su convento hacia 1556. Su claustro ostenta pinturas al fresco, según Toussaint "la más notable en su género de toda Nueva España", tal vez obra de Juan Gersón 522. Al atrio, que presenta sus capillas posas, se accede por una escalinata; conserva su capilla abierta. El claustro bajo apa-rece decorado con capiteles de ábaco labrados con hojas similares a las de acanto; sobresalen en los nichos de testera del claustro bajo las pinturas murales del Ecce Homo, Cristo con la cruz a cuestas, la Crucifixión, Desendimiento de la Cruz y Tránsito de la Virgen, que por su perfección y colorido, están considerados como los frescos de estirpe europea más importan-tes del siglo XVI en América. GUADALAJARA Convento de San Agustín de Guadalajara Fundado en 1573, su construcción pertenece ya al siglo XVII. HUANGO Convento de San Nicolás Tolentino o de La Concepción Huango Convento fundado en 1550 mas no llegó a terminarse; la gran sacristía del templo proyectado es 521 En época posterior, se abrió en el presbiterio de esta capilla abierta una ventana que ilumina una de las antiguas dependencias del claustro bajo. 522 Pintor flamenco italianizante que en 1562 decoró el sotocoro de Tecamachalco, Puebla. la iglesia actual. Se con-serva su claustro, de un solo piso, cubierto con bóvedas de cañón y vaídas con nervaduras en los ángulos, pilastras con medias muestras toscanas que soportan arcos de medio punto, con contrafuertes exteriores. HUATLATLAUHCA Convento de los Santos Reyes Huatlatlauhca. Ostenta iglesia de una sola nave, cubierta por una techumbre plana de madera con vigas talladas de gran calidad,con elementos inspirados en la flora nativa; el claustro es pequeño pero de gran originalidad; tiene en la planta baja arcos de medio punto desplantados por gruesas y bajas columnas de cantería; está cubierto con una techumbre de vigas y terrado, y sus muros están completamente decorados con murales policromados de temas agustinos. HUAUCHINANGO Presenta iglesia de una sola nave, que estuvo cubierta con techumbre de madera y teja, y pequeño claustro anexo. IXMIQUILPAN 523 Convento de San Miguel Arcángel Ixmiquilpan Este convento, fundado en 1550, parece una réplica del de Actopan, ya que fue construido por fray Andrés de Mata, siendo Actopan superior por la finura de la técnica empleada y por la grandiosidad del conjunto. Presenta un enorme templo de portada plateresca, que ostenta una torre de influencia mudéjar separando la iglesia del pórtico del convento, de arcos ojivales como los del interior del claustro. El templo conserva un ancho rodapie decorado con frescos de escenas mitológicas y de combate, donde se mezclan motivos prehispánicos y europeos 524. "Es el ejemplo de mayores dimensiones entre los construidos por las Ordenes Mendicantes en la Nueva España, d-rante el siglo XVI, 66.90 metros de longitud y una altura interior de 25.50 metros. Su portada sigue el ejemplo de Meztitlán y Acolman, con su doble arquivolta, columnas pareadas y frisos decorados; revela características protorrenacientes, cuyos relieves de gran delicadeza combinan emblemas heráldicos, fauna fantástica, flora local, alados querubines y pilares mortidos en forma de flameros de singular geometría con molduraciones clásicas, capiteles compuestos, modillones en apoyo y esbeltos nichos cilindro-esfé-ricos. El diseño recuerda el primer cuerpo de los arcos de triunfo romanos que pudieron suministrar inspiración al Renacimiento europeo a partir de la publicación en 1499 de los Sueños de Polifilo, según opinión del investigador Pedro Rojas." 525 523 "La población prehispánica de Ixmiquilitl fue sometida sin resis-tencia indígena por Pedro Rodríguez de Escobar, en 1530; desde 1548 los frailes agustinos evangelizaron la región." CHANFON OLMOS, Carlos Tarjeta Navideña, diciembre de 1982. 524 Considerado como el último códice prehispánico o el primer mural mexicano [de la Nueva España]. Guía Michelín. 525 CHANFON OLMOS, Carlos op. cit. En la sacristía se conserva una valiosa serie de frescos sobre la vida de Cristo. JACONA Fundado en 1551, conserva de su construcción original526 su interesante portada renacentista, que presenta medias muestras corintias y ventana geminada en el coro527. JANTETELCO Hacia 1571 el asentamiento contaba solamente con cuatrocientos tributarios y sostenía un convento. El segundo nivel de este claustro no se construyó en el siglo XVI, aunque aparece rematado por molduras similares a las de su filial de Zacualpan de Amilpas, aquí enriquecidas con decoración pometada. JONACATEPEC El establecimiento fue elevado de vicaría a priorato entre 1566 y 1569, siendo sus primeros misioneros fray Jerónimo de San Esteban y fray Jorge Avila. El curato fue realmente funda-do por fray Juan Cruzate 528. Las construcciones actuales se terminaron en 1571. Su claustro, construido entre 1566 y 1571, en el que intervino fray Juan Cruzate. Parece una copia del de Zacualpan de Amilpas, cerca del cual se encuentra, perteneciente éste al creciente predominio del gusto clasicista 529, que tiene su o-rigen en la Nueva España hacia 1550, introduciéndose en este edificio el uso de ricas impostas con molduras en lugar de me-dias columnas, en busca del efecto de acentuar los elementos horizontales de la composición, balanceando la verticalidad dominante de los contrafuertes. El parapeto inclinado del claustro alto presenta una decora-ción más elaborada, como ampliación de las molduras de Zacualpan de Amilpas. Estos dos claustros presentan molduras sobre los arcos del segundo piso, cuyas cornisas que rematan los edificios están adornadas con relieves de roseta, tres en cada intercolumnio. La iglesia es ya obra posterior. LOLOTLA Convento de Santa Catalina Lolotla Conjunto conventual que fue visita de Molango, perteneciendo a esta categoría hasta el 10 de noviembre de 1750 en que la iglesia fue secularizada. 526 Muchos conventos agustinos de la región de Michoacán fueron transformados completamente, presentando sólo elementos aislados pertenecientes al siglo XVI. 527 Esta perteneciente a principios del siglo XVII. 528 Quien murió en este pueblo en 1575, siendo enterrado en la iglesia. 529 Que enriquecía las jambas con soportes de estilo clásico. MALILA Conjunto monacal que fue visita de Molango. MALINALCO Convento de la Purificación y San Simón Malinalco Convento fundado en 1540. En su templo existía un retablo pintado por Simón Pereyns, realizado en 1568; en su sobrio claustro, de estilo renacentista, se ven restos de pintura mu-ral, que representan grutescos y figuras religiosas, magis-tralmente realizadas. En el Claustro bajo, las pinturas de los tímpanos guardan restos de colores. MÉXICO Convento de Santa María de Gracia México El 28 de agosto de 1541 don Antonio de Mendoza puso la primera piedra de este conjunto conventual 530, y fue concluido en 1587. La obra corrió por cuenta de la Corona, y fue ambiciosa desde un principio, interviniendo en su construcción, entre otros, Claudio de Arciniega y Ginés Talaya. La primitiva iglesia, que se incendió el 11 de diciembre de 1676 531, tuvo un alfarje mudéjar con casetones que descansaba sobre arcos de piedra, con decoración en diversos colores, al igual que el techo del convento, capillas laterales y múltiples retablos, con pinturas de los mejores artistas de entonces. En 1554 el atrio, que tuvo una cruz con anterioridad, se hallaba inconcluso y durante toda la década de los sesenta prosiguieron las mejoras en este conjunto conventual; Francisco del Castillo contrató la realización del órgano, se hicieron retablos con pinturas posiblemente de Simón de Pereyns, trabajando en su iglesia los pintores y decoradores Robles y Pedro Rodríguez, y los pintores Illescas y Zumaya. Más adelante, Andrés de Concha hizo un nuevo retablo mayor. En 1575 Bartolomé Luque se encargaba de la carpintería y Claudio de Arciniega de lo arquitectónico. La iglesia actual532, pertenece a fines del siglo XVII. Según algunos autores, el relieve de la portada principal, que representa a San Agustín de Hipona como vencedor de los herejes y protector de su orden, perteneció a su primera iglesia. Su claustro ostentaba bóvedas con casetones, conformado por numerosas celdas abovedadas; estuvo comunicado con el noviciado de la calle posterior mediante un arco. Fue demolido en 1859. MEZQUITITLÁN Conjunto conventual que fue visita de Meztitlán. 530 Cuando la labor de los agustinos en esa zona de la ciudad debió ha-ber sido más de catequesis y de simple culto, que de carácter misional. 531 Para descripción del suceso ver apuntes sobre Barroco, casa del Capitán Chavarría. 532 Que fue ocupado por la Biblioteca Nacional. MEZTITLÁN533 Convento de los Santos Reyes Meztitlán Convento construido a partir de 1541; su templo muestra una portada plateresca de acentuados elementos románicos, siendo casi una portada abocinada. "Posiblemente la iglesia y el convento de Meztitlán datan entre la sexta y la séptima década del siglo XVI, a juzgar por sus características y las fechas conocidas de fundación y traslado de la población; esta es la opi-nión del Doctor Kubler. En efecto, la portada del templo tiene los elemen-tos típicos platerescos y la composición general, que ostentan otros casos agustinos en el mismo estado de Hidalgo o sus entidades vecinas, a saber: doble arquivolta con relieves en la puerta principal; columnas pareadas, empotradas, con esculturas de San Pedro y San Pablo en el intercolumnio, sobre peana y con docelete, que no nichos; árulas de dado cúbico; ventana de coro con frontón de proporciones más cercanas al gablete gótico que al frontón clásico; flameros sobre la cornisa que rematan los ejes de las columnas." 534 Es singular por sus aportes respecto a la topografía, y su relación con la actividad social de sus habitantes en esos lejanos años. Su atrio, en forma de L es atípico dentro de la arquitectura monástica de la época, pues fue determinado por la topografía de la zona, a grado tal que hubo que nivelarse el terreno para permitir su desarrollo; se desplaza al frente de la iglesia, pero al iniciarse la pendiente se desplaza al norte. Sus vanos de acceso interrumpen los muros para recibir las rampas y escaleras que dan acceso al conjunto; presenta tres entradas sin ninguna correspondencia entre sus ejes, adornadas con columnas adosadas a los muros, algunas de las cuales ya no existen, o como las del vano del poniente, a las que se les agregaron remates de filiación barroca, o es el caso del vano del norte, al que se le adosó un bloque lobular, tal vez de o-tro edificio del siglo XVI. Los muros perimetrales, desde el exterior de considerable altura, almenados, se conservan en parte, pues al del sur se integraron construcciones posterio-res; éste presenta un nicho, posiblemente del siglo XVIII, que alcanza la altura de la barda. La cruz atrial, frente a la iglesia, se encuentra desplazada de su eje un poco a la derecha; se desplanta sobre una plata-forma cuadrangular, que sustenta dos basamentos cúbicos de diferentes dimensiones donde se apoya la cruz, sencilla, de bra-zos cilíndricos con esferas en sus 533 En fray Juan de Grijalva encontramos el origen prehispánico de este nombre; dice el cronista de la orden agustina que en una de las montañas que circundaban la Vega había una escultura que representaba a la luna, "de donde tomó nombre aquel pueblo, que se llama Meztitlán, porque Meztli quiere decir luna, tetl, piedra; y así Meztitlán quiere decir luna sobre la piedra." "Durante el siglo XVI Meztitlán fue el centro de actividades misionales en la Huasteca Hidalguense. Los franciscanos iniciaron desde 1527 la evangeli-zación del sureste del actual estado de Hidalgo, siendo los agustinos y el clero secular los encargados de la labor misional en el resto del territo-rio hidalguense. "El Capítulo de la Orden agustina celebrado en 1536 decidió emprender la conversión de la Sierra Alta, encargando a fray Juan de Sevilla y a fray Antonio de Roa iniciar los trabajos necesarios. Fray Juan de Grijalva narra en su obra "Crónica de la Orden de N.P.S. Agustín los pormenores y da los nombres de quienes participaron en esta empresa." CHANFON OLMOS, Carlos Tarjeta Navideña, diciembre de 1981. 534 CHANFON OLMOS, Carlos Op. Cit. extremos 535. Presenta una sobria ornamentación, conformada por tres relieves que señalan las llagas de Cristo, la corona de espinas en la intersección de los brazos y la cartela con la inscripción INRI, de factura muy tosca, en donde no se tuvo cuidado en los detalles. Encontramos también en ella, en el segundo basamento, dos tibias cruzadas en un relieve que las representa, y sin duda debieron tener una calavera, hoy perdida. Tan sobria como la vemos, fue el modelo para tantas otras de la Sierra Alta. Ostenta doble capilla abierta retrocedida hasta el nivel del presbiterio del templo; de las capillas posas, que se cree sólo fueron tres536, se conserva una que, como caso excepcional, está a eje con la entrada de la iglesia; con forma de cubo, planta cuadrangular, cubierta con bóveda de cañón, carece de ornamentación y se abre al atrio mediante un arco de medio punto. Esta distribución de sus capillas posas no es clara, como sí en otros atrios conventuales, tal vez aquí estaban en relación con las capillas abiertas 537, una de las cuales tal vez fungió como la primera de las capillas posas. Y si de capillas abiertas hablamos, aquí el programa arquitectónico de los conjuntos conventuales nos ofrece dos, paralelas al eje principal de la iglesia, hecho singular en el contexto de la arquitectura novohispana 538. Capillas casi iguales en su planta, donde varían sus dimensiones, hecho éste de duplicidad que nos llena de incógnitas al tener la misma finalidad; razón que podríamos adjudicar a un crecido número de neófitos feligreses, o por la búsqueda de grandeza y suntuosidad que caracterizaba a los agustinos; más bien, tomemos como explicación que, Meztitlán fue un pueblo conformado por nahoas y otomíes, quienes pudieron haber influido en su construcción, al exigir cada uno su propia capilla al conformar tal vez cofradías distintas 539. De estas capillas, la más cercana a la iglesia, se abre al atrio mediante un arco de medio punto, estando cubierta por bóveda de cañón, presentando forma de nicho, al igual que su compañera, cubierta en la misma forma pero abriéndose al atrio con arco de tres centros, que descansa en medias pilastras adosadas a los muros. Su intradós aparece ornamentado con flores que tenían color, pintura con la cual estaban completamente decoradas las capillas, de la cual se conserva un poco en sus bóvedas y sus muros laterales. En su fachada presentaban alfiz, o arrabá, ahora perdido. Su nivel respecto al atrio es diferente; entre éstas y la iglesia, podemos notar un cuarto que con seguridad fue su sacristía. Capillas éstas, tipo nicho, que según Kubler fueron construidas después de 1550; según Mac 535 Al ser reconstruida con el sistema de caja y espiga desgraciadamente perdió la esfera que remataba uno de sus brazos. 536 Según teoría de Mc Andrew. 537 En este conjunto conventual encontramos dos capillas abiertas. 538 No siendo el único caso. 539 Tómese este dato como conjetura. Andew son independientes entre sí. Quedan restos frente a estas capillas de una construcción que proyecta un eje perpendicular a la iglesia, que tal vez fue una iglesia de tres naves, tres ábsides, conservándose sólo de ella una hilera de arcos y parte de un muro, que encontramos localizados perpendicularmente al costado norte del templo. Su templo es de una sola nave, de planta rectangular y presbiterio de sección poligonal; muros corridos interrumpidos por dos arcos, el triunfal, escarzano, que descansa sobre pilastras de capitel singular, de lejana inspiración jónica, que se muestra ornamentado por pseudoseres de cuyas fauces penden guirnaldas de flores; y de allí, sobre este capitel que es duplicado por un resalto, parten las nervaduras del arco y de la bóveda. Esta especie de doble capitel recuerda con sus elementos decorativos a los plasmados en las columnas de la portada principal. Poco frecuente y excepcional en la arquitectura novo-hispana, es la solución dada a las pilastras, con su fuste aparentemente compuesto por dos pilastras cajeadas y separadas, efecto que se da por su par de bases que se unen formando una caja especial mucho más profunda. El segundo arco, el del sotocoro, también escarzano, descansa sobre medias muestras de capitel compuesto sobre pilastras, con cuatro molduras que las recorren continuándose en los extremos del arco. Los muros de la iglesia, además de estos elementos, aparecen interrumpidos por las portadas que la comunican con el claustro, hacia el corredor poniente del patio, la primera que es adintelada y cuyo vano está enmarcado por pilastras estriadas que soportan un sencillo entablamento; su diseño es de gran pureza, de trabajo refinado, que podría incluirse sin duda dentro del repertorio manierista de la Nueva España, muy similar a la portada lateral de la iglesia. La segunda puerta comunica con la antesacristía, en el tramo del presbiterio, organizada en torno a un arco escarzano que descansa sobre pilastras con impostas que se proyectan hacia arriba, formando un alfiz. Y por último, la puerta de la sacristía, comunicada con el presbiterio por un vano adintelado. En el muro opuesto, el que da al norte, presenta un abocina-miento que corresponde a la portada lateral. En los muros del coro encontramos dos vanos, el primero de los cuales, adintelado y con entablamento simple y el otro que da acceso a una torre inconclusa, es al extremo simple. La nave se ilumina mediante seis ventanas, tres en el muro izquierdo, dos en el o-puesto y la ventana del coro, que es de dimensiones menores y ubicada a diferente altura que las demás, la cual se abre al interior marcando un pequeño abocinamiento sin ninguna ornamentación, abocinamiento que se lee en cada una de las ventanas. La iglesia está cubierta por bóveda mixta, con cañón corrido en la nave y en el presbiterio con bóveda nervada, cuyas nervaduras descansan sobre una cornisa que une el capitel del arco triunfal, con la imposta del arco del ábside embebida en el muro, bóveda que en su segundo tramo presenta amplios casetones. Esta bóveda estuvo pintada en su totalidad, como lo testifican los pocos restos que se conservan de esa policromía. El exterior de la iglesia ostenta una estructura en su esquina sureste, donde los frailes pensaron construir una torre, hecho marcado por la escalera de caracol cuyo cubo fue rellenado con desperdicios, construcción que suprimió uno de los contrafuertes de la iglesia. Su portada se organiza alrededor de un doble arco de medio punto, flanqueado por columnas estriadas de capitel compuesto, ceñidas a la mitad del fuste por un listón anudado, columnas que descansan sobre altos zócalos. Vemos en sus intercolumnios las esculturas de San Pedro y San Pablo, sobre peanas molduradas de forma cónica en las que casi se fusionan querubines, esculturas cuyo dosel es coroniforme. Sobre estas columnas corre un entablamento cuya parte central del friso da pasa a la inscripción SANCTUS DESUS SANCTUS FORTIS SANCTUS INMORTALIS; la cornisa sobresale del eje de las columnas en los extremos. Los pares de columnas proyectan sus ejes hacia remates, encima del entablamento, con estructuras de diferente tipo. Sobre la cornisa, al centro, podemos observar tres nichos que contienen, entre ornamentos de hojas y flores, al Niño Jesús y dos ángeles músicos, tema desarrollado en Acolman y Yuririapúndaro, y follajes muy parecidos a los que proliferan por toda la fachada de éste último. En esta portada, los capiteles presentan decoración vegetal y cabezas animales; jambas que soportan arcos de medio punto conformando una doble arquivolta, una de las cuales está ornamentada con relieves de querubines, peces, frutas y flores. Como complemento de esta fachada observamos la ventana del coro, con arco de medio punto sobre jambas flanqueadas por columnas abalaustradas, las cuales se proyectan hacia arriba y se unen mediante molduras formando un alfiz, que soporta un frontón triangular; todo este repertorio dentro de un paramento liso que remata en una cornisa que recorre la fachada en toda su anchura para dar inicio a la espadaña, características de los templos agustinos de esta época, siendo la más representativa de la clase que forma el piñón del imafronte con torrecillas en los extremos, ya que marca perfectamente la división entre el imafronte y la espadaña y parece tener dos torrecillas en los extremos que no son más que la prolongación de la misma, espadaña que presenta siete vanos. Sabemos también que, de origen franciscano, la puerta Porciúncula se usó en las tres órdenes; esta portada lateral, al norte, llamada entre los dominicos y agustinos "de los gentiles", no tan suntuosa como las franciscanas, presenta sobriedad de líneas, correctas proporciones; organizada en torno a un vano adintelado, cajeado y con finas molduras, aparece flanqueado por medias pilastras estriadas de base y capitel de iguales proporciones que soportan un entablamento y un frontón triangular; sus ejes se proyectan sobre el frontón mediante remates donde se combinan formas geométricas sobre relieves de la orden. Rematando el vértice del frontón se despliega una cruz de brazos cilíndricos con símbolos de la pasión, en cuya base, en uno de sus lados muestra una flor que simboliza la pureza. Nótese también la factura de la puerta, que conserva en per-fecto estado su fino tablereado y original clavazón. El claustro de Meztitlán es el más grande de la Sierra Alta. Presenta la mejor calidad en su acabado; su acceso principal está conformado por la portería que continúa el plano de la fachada de la iglesia; es un espacio de planta rectangular cu-bierto por bóveda de cañón ricamente decorada con pintura mu-ral. Se relaciona con el atrio mediante tres arcos moldurados, rebajados, que descansan sobre anchas pilastras cajeadas en cuya cara principal se adosan contrafuertes terminados en cha-flán. Sobre esta portería se muestran tres ventanas que tal vez fueron de menor tamaño al que hoy ostentan. Se relaciona la portería con el claustro a través de una pe-queña estancia de planta cuadrada y bóveda de cañón, ubicada en la esquina noroeste. Su patio es de planta cuadrada, doblado, con un corredor por lado en los dos pisos que se comunican mediante una escalera localizada en el costado oriente. Los corredores del piso bajo aparecen flanqueados por arcos peraltados que descansan sobre amplias pilastras cajeadas en tres de sus lados, pilastras que a su vez descansan sobre altos zócalos que hacen las funciones de antepecho. El extrados de los arcos presentan varias moldu-raciones. Hacia el patio, estas pilastras quedan ocultas por contrafuertes que en sus extremos superiores se unen por una cornisa de elegante perfil, que divide los dos pisos. Los corredores del piso superior se abren al patio, también con arcos de medio punto, seis de cada lado, arcos que descan-san sobre pilastras cuadradas entre las que corre un antepecho de sillares perfectamente cortados. Inscrita en un cubo de planta rectangular y cubierta por bó-veda de cañón se halla la escalera, conformada por tres tramos y cuatro descansos, limitada por un barandal de perfil fuerte-mente moldurado, en el lado oriente del patio. En los muros norte y sur del cubo se encuentran pequeños en-cuadramientos que alojaron posiblemente imágenes, y a mayor altura en el muro oriente se abre una ventana rebajada que forma un ligero abocinamiento, en sentido diagonal, como las de Actopan. La decoración pictórica en este conjunto conventual cubría los muros de todas las dependencias, incluyendo las dos capi-llas abiertas donde todavía podemos observar grandes fragmen-tos de frisos que muestran motivos interrumpidos por emblemas de la orden. Los colores generalmente usados son obscuros, aunque encon-tramos pequeñas superficies donde se usó el ocre y el azul en los emblemas de la orden. En la iglesia y convento se usó una correcta repetición de motivos, a distintas escalas, que dan gran homogeneidad al conjunto, como es el complejo diseño a base de rombos y trapecios en las bóvedas y en los abocinamientos de ventanas como motivos únicos, o utilizado como fondo para decoraciones a base de anchas franjas de grutescos que simulan nervaduras que arrancan de ménsulas pintadas en forma de capiteles pseudocorintios, en blanco y negro. Se simularon como recurso pictórico las nervaduras sobre las bóvedas, o en las verdaderamente nervadas, se pintaron los plementos con motivos vegetales y querubines como en el ábside y el sotocoro. Muy notable es el diseño del lambrín que decora los corredores del claustro y el cubo de la escalera, simulando un para-peto esculpido, plateresco, con base moldurada y cornisa donde se registra centralmente un grutesco en blanco y negro con mascarones zoomorfos, lagartijas 540 y garzas 541 que engullen flores, lombrices y moscas que se mueven entre el follaje, lambrín enriquecido con cartelas de filiación manierista, pin-tadas propiamente entre el lambrín y el friso de trecho en trecho. La pintura mural de la portería está conformada por dos com-posiciones; la primera representa a la Inmaculada Concepción, enmarcada de modo suntuoso entre pilastras de ascendencia renacentista, que soportan un arco de tres centros ornamentado con listones, elementos vegetales y roleos entre los que se despliega la inscripción TOTA PULCHRA EST AMICA MEA ET MACULA NON EST INTE. En el espacio superior, entre la cartela y el arco aparece el Padre Eterno, muy modesto en su indumentaria. La Virgen coronada de flores (rosas?) descansa sobre la serpiente en forma de dragón y aparece flanqueada por el sol y la luna en la parte superior, por algunas letanías del Rosario y en su parte baja en símbolos prácticamente borrados que tal vez representaban la Ciudad de Dios y el Huerto Cerrado 542. El segundo tema es un Arbol de la Vida, que ocupa casi la totalidad del muro 543. El simbolismo de esta obra representa cómo la gracia de Cristo la distribuye la iglesia mediante los sacramentos, representados dentro de las ramas de un árbol cu-yo tronco es Jesús. En el claustro se pintaron los lunetos de los corredores de las dos plantas, así como las caras interiores de las pilastras del claustro bajo; en éste se representaron los cuatro Evangelistas 544 y los cuatro Doctores de la Iglesia 545, en este orden: San Gregorio, San Marcos, San Jerónimo, San Mateo, San Juan Evangelista, San Agustín, San Lucas y San Ambrosio. En el segundo piso se pintaron temas del Antiguo y Nuevo Testamento, el primero destruido, el Prendimiento, el Sacrificio de Isaac, el Camino hacia el Calvario, la Serpiente de bronce, Jesús muere en la cruz, destruido, y la Resurrección. 540 Animal que significa la castidad. 541 Simboliza la vigilia. 542 Como conjetura, tal vez el origen de este tema fue un grabado manierista italiano. 543 Tema basado según Santiago Sebastián en un grabado de Bartolomé Olmos o Lulmus, fechado en 1560, y en menos de 17 años esta pintura se reprodujo en este convento por la fecha que ostenta, 1577. 544 Basados en grabados manieristas flamencos. 545 En grabados manieristas nórdicos. Los lunetos del claustro bajo aparecen representados dentro del tipo de escena donde los personajes se encuentran en una estancia con fondos de paisaje, elemento frecuentemente utilizado en la pintura mural novohispana, especialmente empleada por los agustinos. En la escalera, los lunetos representan el Triunfo de la Castidad, y la Paciencia 546; posiblemente en las otras dos paredes estaban representados el Triunfo de Job y el Triunfo de David. En la sacristía se empleó ampliamente el lambrín, donde entre formas vegetales sobre fondo obscuro se alternan en ritmo vistoso los emblemas de la orden y cartelas con imágenes de la luna, elemento relacionado con el nombre del lugar. MOLANGO 547 Convento de Santa María Molango Fray Antonio de Roa trabajó en este conjunto monacal desde 1538 hasta 1563; para el Doctor Kubler la construcción posiblemente fue iniciada en 1538. En el atrio de este conjunto monacal se conservan algunos elementos originales, aunque alterados; tuvo capillas posas y cruz atrial pero no capilla abierta, mas la destrucción paulatina que padece el monumento ha dejado al descubierto unas ba-ses de columnas, al extremo suroeste del conjunto, que quizás puedan relacionarse con la capilla abierta, sin que se pueda precisar cuál fue su orientación. Se desarrolla al frente del templo y del convento, estando orientado hacia el poniente; presenta vanos en sus respectivas bardas que permiten el acceso al mismo; sin lugar a duda exis-tió un tercer acceso en la barda que da al sur, la que fue destruida en parte para edificar viviendas. Por la topografía de la zona hubo que acomodarse el terreno, para realizar una gran explanada de 2265 metros cuadrados aproximadamente 548. Este atrio presenta soluciones arquitectónicas de gran belleza, como las rampas que permiten el acceso a él, sobre todo las del lado poniente donde se combinan con escaleras dada la gran elevación del muro, y la escalera semi-circular 546 Basados en grabados manieristas flamencos de Martín Heemskerck. 547 En Molango estaba el santuario de la deidad llamada Mola, el que era visitado por los indios de toda la Sierra Alta; deidad que, según tradiciones, había sido llevada desde Meztitlán. La importancia de su culto se debía al hecho que fungía como oráculo. 548 Hecho por el cual muchos historiadores han supuesto que se edificó sobre una construcción prehispánica. "Una observación atenta y detenida de dicho conjunto, y en especial del atrio, hace pensar que su constructor no aprovechó ninguna construcción anterior; lo único que logró -y debió haber sido con mucho esfuerzo- fue una plataforma para edificar el convento. Lo cual se comprueba al apreciar la topografía del sitio desde varios puntos y alturas. No hay ninguna explanada, el núcleo principal de la población prehispánica, si es que la hubo, debió estar asentado en la parte más baja de la ladera, casi al llegar a la barranca, aproximadamente en el lugar donde hoy está el cementerio. No otra cosa hace pensar el texto de Grijalva cuando señala que Mola, deidad tutelar del pueblo en tiempos de la gentilidad, fue destruido por fray Antonio de Roa en el sitio donde se le rendía culto, mismo en el que se levantó la primera capilla en la cual oficiaba aquel. Esta era pequeña y parece corresponder a la descrita por Manuel González de la Paz y Campo; luego continúa el cronista, "se mudó la iglesia y la pusieron en el lugar donde hoy está" (Fray Juan de Grijalva, Op. Cit.). El texto no menciona algo que pueda pensar en un posible aprovechamiento de estructuras arquitectónicas prehispánicas. VICTORIA, José Guadalupe Op. Cit. que a manera de abanico penetra en el terraplén del atrio. Según fray Juan de Grijalva, en la huerta del convento existían varias capillas; lamentablemente la única capilla po-sa del conjunto, situada en la esquina noroeste del atrio, por falta de cuidados se derrumbó 549. Era de planta cuadrada, presentando un vano en dos de sus muros, estando cubierta con chapitel; su construcción se efectuó a base de sencilla mam-postería y aplanada con cal y arena. "Las dovelas de los gruesos arcos asoman entre los claros que deja la deshecha argamasa encubridora, quedando ala vista su firme alineamiento curvilíneo ... numerosas hierbas y musgos entierran sus raíces en las hendiduras de la capilla posa, preparando su caída irremediable." 550 De acuerdo a la tradición del lugar, la cruz atrial estuvo luego en el claustro del convento, pero desgraciadamente "hace algunos años se vino abajo sin razón aparente y no se conserva nada de ella." 551 Presenta una espadaña exenta ubicada al frente del atrio, en la esquina suroeste; de quince metro de altura por cinco de ancho en la base, conformada por dos cuerpo escalonados y un remate mixtilíneo con un vano circular al centro, coronado por una cruz; el primer cuerpo es más ancho y grueso, presentando tres vano en forma de arcada; el segundo disminuye su dimen-sión por la forma cóncava que ostentan sus perfiles, mostrando igual número de vanos que en el cuerpo inferior. Se cree que el edificio actual es el más antiguo de la Sie-rra Alta, en cuyo caso sería anterior a La Comunidad, de Mez-titlán, según fray Juan de Grijalva. En la planta de este templo conventual se distinguen clara-mente la nave y el presbiterio, más angosto, bastante alargado y de ábside poligonal, que podríamos decir está conformado por dos secciones, ocupando la segunda el presbiterio propiamente dicho. La nave presenta cuatro tramos, el primero de los cua-les estaba ocupado por el coro, que actualmente solo ocupa la mitad. Los muros de la iglesia presentan un ancho uniforme e igual sistema constructivo, a base de mampostería. En 1974 se cambió el techo de ésta, hecho que permitió conocer su estructura ya que la madera que por el interior cubría el arneruelo no per-mitía conocer sus apoyos originales, arcos torales que marcan los tramos de la nave, que en su gran mayoría fueron reforza-dos al exterior con contrafuertes 552; siempre estuvieron vi-sibles el arco que marca la división entre el testero y el cuarto tramo de la nave, y el arco triunfal. Todos los arcos presentan fuste liso en sus apoyos, con ca-pitel y base del mismo tipo, siendo similar el arco triunfal que aparece enmarcado por una hilera de medallones que osten-tan 549 John Mc. Andrew la estudió in situ y Raúl Flores Guerrero incluyó una fotografía de ella en su estudio sobre las capillas posas de México. 550 FLORES GUERRERO, Raúl Las Capillas Posas de México. 551 VICTORIA, José Guadalupe Op. Cit. 552 Posiblemente desde fines del siglo XVI. anagramas de Jesús, María, escudos de la orden agustina y un diseño en forma de flor, motivos que se alternan en torno al arco y en las jambas. El sotocoro se separa de la nave me-diante un arco adintelado, que descansa en pilastras adosadas a los muros. "Algo que quizá nunca llegará a determinarse es el tipo de techumbre que tuvo originalmente la iglesia. Ninguno de los cronistas de la orden lo menciona. Solo fray Manuel González de la Paz y Campo en su "Monstruo de la Penitencia. Parto feliz del monstruo de la gracia" ... o sea la vida de fray Antonio de Roa, señala que, tiempo después de ocurrida la muerte del benemérito fraile, el conjunto sufrió un incendio, perdiéndose la techumbre; de lo cual deducimos que la iglesia estuvo cubierta de madera." 553 Exteriormente, la iglesia ostenta un imafronte terminado en un piñón triangular que remata en una cruz, en cuyo centro se abre un pequeño vano en arco de medio punto donde se colocó u-na diminuta campana. Esta fachada aparece contenida entre un contrafuerte esbia-jado, el primero de una serie de doce que rodean al templo, tres de los cuales, en el lado norte, son apoyos de arcos bo-tareles, y otro, a la derecha que es más sencillo en forma y disposición. Está estructurada mediante tres cuerpos, marcado el primero por las impostas del arco de la portada, el segundo por el botaguas que corre entre la portada y el rosetón que ostenta esta portada, y el tercero por una cornisa que corre entre los dos contrafuertes. Verticalmente, presenta cinco ca-lles: la central, que cobija el arco de acceso al templo, la ventana del coro, que en este caso es un rosetón, rematando en el vértice del piñón triangular; las intermedias siguen la di-rección de las columnas abalaustradas que conforman el alfiz; y las dos exteriores conformadas por los contrafuertes. La rica portada, de estilo tequitqui, está conformada por un solo cuerpo y un rosetón de filiación gótica; se organiza en torno a un arco rebajado que descansa sobre jambas, que con la arquivolta son sumamente anchas y decoradas. Cedámosle la pa-labra a José Guadalupe Victoria para su descripción: "a ellas se sobrepone una media caña formando res franjas. La arquivolta queda enmarca-da por un alfiz que limitan medias columnas abalaustradas y una cornisa moldurada. Completa esta portada una rosa gótica de bien logrado diseño. "Uno de los aspectos importantes e interesantes de esta portada es la va-riedad de diseños ornamentales, todos de carácter vegetal, salvo los del intradós y caras interiores de las jambas que son figuras angélicas portan-do cruces. Estas figuras de cuerpo entero dada su proporción "parecen salir a recibirnos", dice Angulo. Están tratadas con sumo detalle y cuidado, pero denotan el trabajo escultórico de los indios. Basta observar los ropajes a los que se quiso 553 "A partir de ese momento la malaventura acompañó al edificio pues a intervalos distintos continuaron los incendios. La techumbre de la iglesia se ha cambiado varias veces. La que actualmente tiene databa de principios de este siglo y era de madera cubierta con lámina galvanizada, siguiendo un diseño a dos aguas. Este tipo de techumbre tiene varios inconvenientes pues, dada la precipitación pluvial en la región, la madera se echa a perder fácilmente, además de que la clavazón en las láminas produce agujeros que acentúan el problema llegando a constituir un verdadero peligro. Sin embargo, la solución que se dio en Molango nos parece desafortunada, pues no se consultó a ninguna de las dependencias encargadas de proporcionar asesoramiento técnico e histórico para la reconstrucción del monumento; así, se colocó un techo de concreto armado y, lo que es más, de manera equivocada, pues ahora son evidentes las goteras en el templo. Por otro lado, los muros no fueron construidos para soportar este tipo de materiales que, desde el punto de vista artístico, desvirtúan al monumento. Al colocar este tipo de cubierta se modificó el borde de los muros y a los arcos formeros se les aumentó de tamaño para soportar aquella." VICTORIA, José Guadalupe Op. Cit. proporcionar naturalidad, cuando lo único que se logró fue marcar los pliegues casi con esgrafiado; igual ocurre con la cabellera. Otros detalles de la figura resultan desproporcionados, por ejemplo las ma-nos. Se reconoce que el cantero no supo o no pudo resolver el problema de los escorzos; de allí que algunos pies están tratados frontalmente; las nubes, a su vez, casi podrían decirse que son hojas o escamas. Los ojos de los ángeles fueron señalados con fragmentos de obsidiana, piedra típica de la región aunque hoy en día solo los conservan las figuras del intradós. "En los zócalos donde descansan las anchas jambas hay cuatro tipos de di-seños; unos muy sencillos, como las pomas, que carecen de volumen y dan la impresión de ser monedas; otros son flores en botón; hojas amarradas en sus extremos, y hojas vistas de frente. Cada uno de estos está separado por molduras y listeles. "También en las jambas hay dos tipos de diseño: uno de ellos se logra a base de guías con hojas y el otro muestra hojas unidas por un pequeño ama-rre; estos diseños se prolongan en el arco. En las medias cañas el diseño es una guía que se enreda, saliendo de ellas grandes hojas, algunas de e-llas parecen enrollar su punta; este diseño se repite en la arquivolta. En las impostas cambian los diseños y se distinguen por lo menos tres, separa-dos por molduras. Las columnas abalaustradas tienen la base y el capitel del mismo tipo y el diseño que presentan es de hojas, aunque tratadas como si fueran plumas. Por último, el diseño de la cornisa es distinto, pues los tallos de las hojas se dividen en dos para girar hacia arriba y dar paso a una flor que cae." 554 El óculo abocinado se conforma por secciones separadas por pequeñas molduras, que de afuera hacia adentro, ostentan una gran guía de flores extendidas, una segunda conformada por querubines; luego flores, algunas de las cuales en botón que semejan rehiletes; terminando en la rosca de la tracería cuyo centro lo constituye una flor de ocho pétalos y otra más pe-queña que los une. En esta portada se mezclan elementos renacentistas, románi-cos y góticos, realizados por mano indígena, hecho por el cual pertenece a la modalidad estilística del tequitqui. La portada lateral es al extremo sencilla; constituida por un arco escarzano que descansa sobre anchas jambas, donde lo más notable es la moldura y los relieves de la arquivolta, que rebasan las impostas y se proyectan en las jambas; como ele-mento decorativo principal encontramos una guía vegetal en la clave del arco, que permite el desarrollo de un águila bicéfa-la; en el ábaco de las impostas se realizaron flores extendi-das y una guía con pequeñas pomas, entremezclándose aves, que pudieran ser pelícanos. La nave se ilumina mediante diez ventanas, tres de las cua-les son originales; dos de ellas ostentan un enmarcamiento lo-grado por sillares bien cortados, que presentan un ligero de-rrame interno, ventanas que adoptan la forma de ajimez o par-teluz, cuyas columnillas tienen capitel y base equivales, ele-mentos que resultan atípicos en el siglo XVI novohispano de a-cuerdo a los otros elementos compositivos, ornamentados con pomas. Las columnillas son de filiación gótica, esbeltas y bien proporcionadas; ostentan sección hexagonal y fuste es-triado de tipo 554 Op. Cit. gotizante, que soportan un arco cuya rosca es cóncava. La tercera de estas ventanas no aparece enmarcada, siendo su diseño igual al de las anteriores, pero su ornamentación es más cuidadosa. La iglesia se comunica con el claustro por medio de un vano sin mayor interés artístico; el otro vano, en el lado opuesto, corresponde a la portada lateral. En el sotocoro, en el lado del Evangelio, encontramos un sencillo vano que comunica con el Bautisterio, sencillez que también ostenta el vano que comunica el presbiterio con la sacristía. Único en las iglesias del siglo XVI es el elemento que en Molango se construyó en el muro izquierdo del presbiterio, una tribuna que ocupa parte del espesor del muro y se prolonga hasta el corredor del claustro alto. Es una tribuna de pequeñas dimensiones, de planta rectangular y cubierta con bóveda de cañón, que se abre al templo por medio de dos arcos de me-dio punto, los que arrancan sobre columnas de base y capitel equivales ornamentados con dos hilos de perlas isabelinas; entre ellos corre un antepecho que retoma el tema de la portada principal en su ornato, con motivos vegetales distribuidos en dos franjas que se alternan con otras más pequeñas decoradas con pomas. Su claustro lamentablemente se encuentra en estado ruinoso, siendo al extremo difícil reconocer la distribución de sus de-pendencias. De planta cuadrada, se desarrollaba en dos niveles 555, con un corredor por lado, que se abrían al patio por me-dio de arquerías, distintas entre sí. En el claustro bajo los arcos descansan sobre columnas cuyo fuste no presenta disminu-ción alguna, ostentando como elemento decorativo un hilo de perlas isabelinas; tanto "la base y el capitel, en estricto sentido, forman parte del mismo gálibo, aunque se resalta, en la base, por dos collarinos lisos que dejan entre sí una ancha faja con estrías, para conti-nuar con un estilóbato de gajos y luego una sección cuadrada que completa el estereóbato. A su vez el capitel está constituido por dos molduras con perlas isabelinas que dejan entre sí una faja donde hay anchas estrías. El equino se encuentra decorado con lo que, al parecer, son hojas de acanto, y el ábaco es cuadrado." 556 En las esquinas de los corredores estas columnas se adosan a una pilastras de sección cuadrangular, que se continúa hasta la cornisa que separa los dos cuerpos del edificio, tema que posiblemente se repetía en el claustro alto; en sus bases se unen mediante un "amplio resalto, y el hilo de pomas en la parte media, por una ancha faja moldurada. En el centro de los corredores, las columnas aparecen adosadas a una media pilastra que proyecta su eje por medio de am-bas caras para formar la doble arquivolta. El ábaco y el equino de los ca-piteles se encuentran unidos, mientras que entre las bases hay un resalto; en conjunto parecen formar pilastras compuestas." 557 Los arcos son de medio punto, de intradós cóncavo, cuya ar-quivolta presenta el mismo ancho de las columnas, ostentando una doble arquivolta, en este caso de sección cuadrangular. En las 555 Doblado, es el término apropiado. 556 Ibidem. 557 Ibidem. enjutas se conservan escudos de la orden, y angelillos que ostentan instrumentos musicales y símbolos de la Pasión. El claustro alto presenta una solución distinta, donde se u-saron arcos muy rebajados sobre columnas más sencillas que las del piso inferior. NONOALCO Conjunto monacal que fue visita de Meztitlán. OCUILAN De este conjunto conventual solo subsisten las cuatro pare-des del claustro; del templo, dos grandes fragmentos de muralla, del cual dijo el cronista Grijalva que era suntuoso, y en su retablo presentaba pinturas de Simón Pereyns. OCUITUCO Convento de Santiago Ocuituco En este conjunto conventual el día de Corpus, junio de 1534, se reunió el primer capítulo de la Orden, junta donde se hizo el balance de las actividades realizadas en un año de estar en la Nueva España; luego se tomaron decisiones respecto a las tareas que realizarían 558 y acerca de los lugares adonde de-bería marchar cada uno de los religiosos. En 1536 se celebró otro capítulo, donde se determinó la evangelización de la Sierra Alta, designando para estos trabajos a fray Juan de Sevi-lla y a fray Antonio de Roa; se decidió también la conversión de los otomíes de las zonas aledañas, enviando a fray Alonso de Borja, fray Gregorio de Salamanca y fray Juan de San Mar-tín, ruta que culminó con la evangelización de la Huasteca. En este lugar, los frailes trataron de construir con rapidez un convento suntuoso, mas los indígenas de la localidad pro-testaron, pero los agustinos no respetaron las amonestaciones de la Corona y el pueblo pasó a la administración del clero secular. Entre 1536 y 1541, el arzobispo Zumárraga concluyó la iglesia comenzada por los mendicantes. Fue el segundo convento fundado por los agustinos en la Nueva España, en 1534. De este conjunto conventual, del siglo XVI solo se conserva el claustro, que ostenta pintura mural en paredes y bóvedas, y la fuente que fue reconstruida con sus es-culturas originales. La encomienda de Ocuituco pasó a la Corona y diez años des-pués, los agustinos establecían la cabecera de una importante doctrina. PAHUATLÁN Conjunto conventual de modestas proporciones, que conserva escasos elementos de interés. PÁTZCUARO Este convento fue fundado en 1576 a instancias de fray Alonso de la Veracruz 559 . Su 558 Casi todas se referían a asuntos relacionados con el culto, administración de los sacramentos y enseñanza del catecismo. 559 Catedrático de Salamanca, maestro en Artes y "ayo de los hijos del Duque del Infantado". El clérigo Alonso Gutiérrez se embarcó hacia la Nueva España, tomando el hábito de la orden agustina en Veracruz, de allí su construcción fue iniciada por fray Francisco de Villafuerte. TEZONTEPEC Construido ente 1550 y 1560 560; en 1554 los agustinos establecieron un convento entre los otomíes de esta zona, siendo para 1571 cuando los frailes ya tenían residencia permanente. Ostenta una iglesia cuyas medidas responde a la proporción 1:4, 50.5 metros de largo por 12.5 de ancho. TACÁMBARO Convento de San Jerónimo Tacámbaro Fundado en 1537, conserva pequeños fragmentos del claustro y algunas ventanas geminadas del siglo XVI 561. TIANGUISTENGO Conjunto monacal que fue visita de Molango; en 1593 fue ele-vado a la categoría de priorato. TIRIPITÍO Convento de San Juan Bautista Tiripitío 562 Convento construido en 1548. Del primitivo convento poco se conserva; sabemos que su templo ostentaba un magnífico alfarje mudéjar. En el capítulo de 1537 se determinó evangelizar la tierra caliente michoacana563, llegando fray Juan de San Román y fray Diego de Chávez a Tiripitío, encomienda de don Juan de Alvarado, donde más tarde construyeron su conjunto conventual, convirtiéndose en el centro de operaciones para bajar a las tierras calientes. En Tiripitío, fundaron en 1537, una escuela de artes y oficios para los indios, donde les enseñaban sastrería, carpintería, herrería y pintura. Dice Diego de Basalenque que Tiripitío se constituyó en "escuela de todos los oficios para los demás pueblos de Michoacán", que en 1540 fue convertida en Casa de Estudios Mayores, donde se leyó por primera vez, entre los agustinos, artes y teología564. nombre; considerado como uno de los intelectuales más notables del siglo XVI novohispano. Ocupó diferentes cargos dentro de la Orden y fundó varios conventos; su actividad fundamental fue la docencia, especialmente en la Real y Pontificia Universidad de México, de la cual fue maestro fundador. Escribió muchas obras entre las que destacan: Recognitio summularum, Dialéctica resolutio y Speculum coniugiorum. 560 Según Kubler. 561 Su iglesia pertenece al siglo XIX. 562 En este convento se estableció en 1540 la primera casa de estudios superiores de la Nueva España. 563 Poco después de llegados los doce Apostólicos a la Nueva España, a petición del último monarca tarasco, Sinzicha, se inicia la evangelización del territorio michoacano; Sinzicha pidió en Ciudad de México a fray Martín de Valencia que enviara a sus dominios frailes para evangelizar a su pueblo, quien designó para esta tarea a fray Martín de Jesús. 564 BASALENQUE, fray Diego de Historia de la provincia de San Nicolás Tolentino de Michoacán. Fundado en 1537, contaba con una suntuosa iglesia cubierta con artesones, que fue destruida por un incendio en 1640 565; de una nave, con testero poligonal, cubierta con una techumbre de madera a dos aguas, ostenta una peculiar portada que ocupa toda la fachada, rematada con un gran frontón triangular, carente de ornamentación excepto por las pilastras planas parea-das y un gran óculo central. TLANCHINOL Para la construcción de su atrio se niveló una amplia prominencia natural; orientado de noroeste a suroeste ocupa una superficie de 5537 metros cuadrados aproximadamente, aunque originalmente debió ser mayor, ya que las capillas posas del muro noroeste quedan fuera del paño de la iglesia y del monasterio. Por la topografía fue necesario construir los accesos en forma de rampas, siendo imposible actualmente determinar el tipo de accesos que tuvo por el deterioro que sufren las bardas. Presenta una espadaña de un solo cuerpo sobre el muro noroeste del atrio, a la izquierda de la entrada, con seis vanos en forma de arcada, de distintas dimensiones, y un remate triangular que no llega a cubrir todo el ancho del cuerpo, ya que permite el desarrollo de dos remates piramidales en sus extremos; mide 1.50 metros de espesor, 10 metros de altura y 9.80 de ancho. Desgraciadamente este conjunto monacal ha perdido su capilla abierta, cruz atrial y los remates de las bardas. De sus capillas posas se conservan elementos de tres de ellas y la cuarta en su totalidad; de planta cuadrangular y de pequeñas dimensiones, se abrían al recorrido procesional mediante arcos rebajados en dos de sus caras; estaban cubiertas con bóvedas de cañón. "Integrados a los muros de las posas se construyeron pequeños nichos superpuestos, siguiendo el modelo y sistema constructivo de aquellas" 566; estas estructuras no son frecuentes en la arquitectura monástica del siglo XVI novohispano, desconociéndose su función, elementos que también se encuentran en Malila. A su iglesia, a mediados del siglo XVIII, se le cortó un tramo de la nave, hecho que no alteró la forma de la planta, rectangular y alargada, que constituye un solo cuerpo con el presbiterio de testero plano, pero perdió su fachada original. La división entre la nave y el presbiterio se marca mediante medias pilastras superpuestas y el nivel del piso. El sotocoro ocupa el actual primer tramo de la nave, siendo el pequeño coro soportado por tres arcos de medio punto que se desplantan sobre columnas de fuste liso, uno de los cuales se integra directamente al muro. Construida en mampostería de aparejo irregular, ostenta muros grueso reforzados por siete macizos contrafuertes apiramidados, ubicados dos en el muro del testero y los restantes en el costado norte, que en el interior los muros presentan refuerzos con pilastras y contrapilastras lisas, distribuidas por pares a lo largo de la nave. La cubierta, que no es la original, sigue el modelo usado en el siglo XVIII, conformada por un 565 566 Reconstruida, durante el siglo XIX sufrió importantes modificaciones. VICTORIA, José Guadalupe Op. Cit. techo de lámina a dos aguas que descansa sobre un arneruelo de madera; éste interiormente no es visible, ya que se recubrió con grandes tablones. La nave ostenta varios vanos, unos originales y otros de posterior apertura: la puerta principal, la portada lateral, lamentablemente tapiada, dos puertas que comunican con la sa-cristía y la antesacristía y ventanas, todas sin ningún inte-rés artístico. Su portada actual es muy sencilla, que cabe dentro de la mo-dalidad del barroco sobrio; conformada por un arco de medio punto que arranca de pilastras cajeadas, elementos que se separan por una doble imposta. A manera de alfiz, el arco apare-ce enmarcado por pilastras losángicas con varios resaltos que se sobreponen hasta alcanzar una delgada moldura que cierra el conjunto, los que presentan sencillos diseños vegetales. La ventana del coro es un pequeño óculo octagonal, enmarcado por un sencillísimo alfiz. De la portada lateral solo nos queda un vano de medio punto, tapiado, flanqueado por medias cañas muy delgadas y altas que soportan un entablamento; más arriba se desarrolla una ventana en forma de óculo. Su monasterio también se encuentra en ruinas, cuyo patio era de planta cuadrada y dos pisos, presentando corredores en solo dos de sus lados, cubiertos con bóvedas de cañón. Del piso ba-jo solo quedan cuatro arcos de medio punto, habiéndose perdido por completo la estructura del piso alto. Contó con 69 dependencias entre visitas y estancias. TLATEMALCO Convento de San Pedro Tlatemalco Conjunto monacal que fue visita de Meztitlán. TLAYACAPAN Convento de San Juan Bautista Tlayacapan Convento fundado en 1554 en la recién fundada vicaría de Tlayacapan, en el sitio en que los indios hicieron la mayor resistencia posible al ejército conquistador, al pie de la última estribación de la sierra de Tepoztlán; fundado en una comunidad indígena emparentada con los xochimilcas, y por su actividad comercial era un pueblo de grandes recursos económicos. Su construcción puede pertenecer al periodo 1555-65, siendo concluido hacia 1572 567. Su templo es lo más notorio del conjunto; de enormes proporciones, presenta una espadaña acaballada. El claustro se ubica al lado sur del templo, siendo una de las pocas excepciones. El claustro adopta la forma representa-tiva de la orden agustina, y que consistió en desplantar las pilastras exteriores que dan al patio con un perfíl aguzado, de manera que recuerda una proa de navío o el tajamar que se ve en los contrafuertes de los puentes antiguos. Su capilla abierta pertenece a la clase de capilla con ábside y galería simple, que a la vez es la 567 Jerónimo de San Román se retiró a ese lugar en 1563. Aproximadamente para 1566 el lugar se convirtió en Priorato. portería del conjunto conventual; según Pedro Rojas es "lo más rudo que pueda imagi-narse". Conserva gran parte de su decoración con pintura mu-ral, en la bóveda de cañón corrido simulando casetones rena-centistas en negro, un lambrín corrido, y un Calvario en uno de los tímpanos, sobre la puerta que conduce a la anteporte-ría. El ábside, o presbiterio, está embebido en la masa del edi-ficio conventual y colocado entre dos crujías de planta cua-drangular que se comunican con él, las que debieron usarse pa-ra coro y músicos; ante el ábside se desarrolla una arcada o portal que es común a la portería, cuyos arcos están soporta-dos por pilastras en mampostería, presentando un abocinamiento para dar mayor visibilidad al altar. El arco central del por-tal se desarrolla como es usual en las capillas de este tipo, de mayor anchura y altura que los demás. El imafronte del templo es del tipo de biombo, flanqueado por dos contrafuertes; remata la fachada una preciosa espadaña triangular de cinco arcos en medio punto, culminando en uno más pequeño y central. Su portada es planista, estructurada en torno a un arco de medio punto, flanqueado por esbeltas pilastras que se desplan-ta al igual que en Tepoztlán de otras acanaladas. Es al extre-mo austera, presentando la ventana del coro alto en arco de medio punto, de deficiente factura y rematando en un sencillo frontón triangular. El claustro presenta nervaduras de filiación gótica, pero de carácter decorativo en las esquinas, mientras que en las naves de las crujías son arcos de crucería. Estructurado al igual que Atlatlauhcan, mediante arquerías en el primer piso, con columnas adosadas a los contrafuertes, columnas que se des-plantan sobre un bajo antepecho; muros corridos con ventanas en arco de medio punto, levemente abocinados, en la parte superior. Su cubierta es en bóveda de cañón. Es del tipo de claustro con contrafuertes aquillados. En Tlayacapan existen 24 capillas diseminadas en el pueblo, una en cada barrio prehispánico, que serían elementos de un análisis especial. TOTOLAPAN Convento de San Guillermo Totolapan Fundado en 1534 568 por fray Jorge de Avila. Edificio hete-rogéneo en que no es fácil marcar las partes primitivas. El claustro, obra ruda, de sabor popular, parece datar de la se-gunda mitad del siglo XVI. El templo es quizás posterior. Capillas posas del tipo tradicional de cubo, rematadas en cubierta piramidal y con pocos o ningún elemento decorativo de importancia. La fachada del templo a sido sensiblemente alterada. Según Kubler, su primer nivel fue construido en la década de 1530, siendo de los claustros más antiguos construidos en la Nueva España. Como dice el autor, se caracteriza por toscos y bajos pasillos con bóvedas de cañón, que se abre a un patio central a través de vanos, que recibe el 568 Kubler lo fecha en 1536 empuje de las bóvedas con la ayuda de contrafuertes en los muros, dándoles Kubler la denominación de Claustros con contrafuertes, igual caso pode-mos ver en Yecapixtla. Sus contrafuertes presentan un corte pentagonal y remate có-nico al ras del parapeto, que permite una mejor iluminación de los pasillos. Estructurado mediante arquerías en el primer piso y muros corridos con ventanas en la parte superior. Es uno de los casos donde su repertorio pictórico se conser-va en su gran mayoría, presentando sus bóvedas el simulacro de los ornatos de las techumbres en madera. El primer nivel del claustro de Totolapan pertenece a la década de 1530, siendo uno de los claustros más antiguos que se conservan. Conformado por toscos y bajos pasillos con bóvedas de cañón que se abren a un pequeño patio central a través de vanos abiertos en la fachada, conformados por contrafuertes en los muros, que reciben el empuje de las bóvedas 569. Las fachadas del claustro son pesados muros de mampostería, reforzados con contrafuertes y sus vanos, más bien que arcos, deben considerarse como ventanas. Fue concluido hacia 1545. UCAREO Convento de San Agustín Ucareo Convento fundado en 1555 y construido al año siguiente por el padre Juan de Utrera su primer prior y excelente arquitecto 570. Todo estaba techado en madera; actualmente está en ruinas. Fundado en 1555; para evadir las prohibiciones virreinales de edificar conventos suntuosos, los padres labraron la piedra en las canteras, armándolo sorpresivamente; presenta una gran iglesia de una nave y ábside poligonal, cubierta con techumbre a dos aguas, de madera y teja. La fachada principal remata en un elevado piñón en la que se desarrolla una portada manieris-ta de cantería, de dos cuerpos y tres calles separadas por me-dias muestras toscanas; es similar en su composición a la de Charo, pero con pocos elementos decorativos, un tablero con el escudo agustino en la parte alta e incrustaciones de obsidia-na. Del convento, arruinado, se conserva la portería con arcos sobre columnas toscanas y algunas crujías que ostentan venta-nas con cerramientos conopiales. VALLADOLID Convento de Santa María de Gracia El convento de San Agustín de Morelia tal vez fue fundado en 1550, del cual sólo se conserva el claustro, con una hermosa fuente en el centro 571. 569 Por tanto, pertenece al tipo de "claustro con contrafuertes", tipo que subsistió hasta finales del siglo XVI. 570 "Dicen los cronistas que cuando el virrey supo que en unos montes acérrimos se construía un suntuoso convento, mandó suspender la obra. El arquitecto obedeció, pero continuó trabajando con los indios la piedra en la cantera y la madera en el monte; cuando tuvo todo concluido pidió permiso para hacer un convento que durara en su construcción un año; dado el permiso edificó [el] un monasterio tal como había sido planeado" En TOUSSAINT Op. Cit. 571 Convertido en vecindad para la época en que Toussaint escribió su libro. Su construcción definitiva se inició a fines del siglo XVI, terminada después de 1626; iglesia de una sola nave dividida en tres tramos, uno muy largo, perteneciente a la construcción original cubierto con bóveda de cañón corrido; el otro ostenta una cúpula, sin tambor con lucarnas; y el del presbiterio con bóveda de arista. La fachada principal remata en un agudo pi-ñón, en la que se desarrolla una sencilla portada de un cuerpo y tres calles limitadas por sobrias medias muestras corintias de fuste liso, en la que se abren grandes óculos ovales sin o-tro elemento decorativo; la ventana del coro está flanqueada por medias muestras sobre la que se abre un nicho. Magnífico es el pórtico de este conjunto conventual, con ar-cos de medio punto sobre pilares de sección rectangular, con medias muestras toscanas adosadas que soportan un entablamento común, sobre el que se desarrolla un cuerpo cuyas ventanas con enmarcamientos tienen cerramientos conopiales. El edificio, de grandes proporciones, en el claustro bajo, con arcos de medio punto sobre pilastras con contrafuertes de sección poligonal que no llegan al nivel superior, en el que se duplican los va-nos con arcos ligeramente rebajados sobre esbeltas columnas toscanas; los claustros se cubren con bóvedas de cañón. XIHUICO Conjunto monacal que fue visita de Meztitlán. XILITLA En Xilitla, San Luis Potosí?, tuvieron un convento desde me-diados del siglo, que fue quemado por los chichimecas hacia 1587 y reconstruido en esa misma centuria. XOCHICOATLAN Convento de San Nicolás Xochicoatlán Conjunto conventual que fue visita de Molango; en el capítu-lo de la Orden celebrado en Ixmiquilpan, en 1572, fue elevado a la categoría de priorato. XOXOTECO Convento de Santa María (o la Asunción) Xoxoteco Conjunto monacal que fue visita de Meztitlán; conserva uno de los programas pictóricos mejor logrados por la orden agustina. YECAPIXTLA Convento de San Juan Bautista Yecapixtla Fundado en 1535 572. Se supone que fue comenzado entre esa fecha y 1540, y concluido un poco más tarde. A pesar de ser Yecapixtla, el monumento que presenta mayor número de reminiscencias góticas, el Renacimiento aparece so-breponiéndose en forma visible. Así la portada lateral del templo es una buena muestra del arte plateresco, en la cual se han incluido faunos y sátiros, ya dentro de un espíritu fran-camente pagano. 572 Kubler, 1540 Su fachada principal remata en un frontón griego, presentan-do uno de los tres casos de rosetón abocinado de filiación gó-tica, con tracerías en piedra novohispanos; los otros dos es-tán en Atotonilco de Tula y Molango. Está estructurada dentro del sistema que se ha llamado de biombo, en el que el planismo de la fachada se quiebra con los esbeltos contrafuertes esbiajados que ostentan en su cúspide pequeños arcos de medio punto como conformando garitones, que nos recuerdan las torres de vigilancia. El imafronte aparece almenado, presentando acaballado un remedo de espadaña, un volumen también almenado que ostenta un solo arco de medio punto. "Para solucionar el problema de las altas y estrechas fachadas de los templos de una nave, que presentan el problema de dotar la puerta con una decoración de verticalidad adecuada, en Yecapixtla se solucionó al agregar un frontón entre la puerta y la ventana del coro, siendo entonces la porta-da un elemento imponente que domina la fachada pero sin ocupar toda su superficie." La portada principal se estructura en torno a un vano en ar-co de medio punto, cuyas jambas cajeadas presentan detalles florales y medallones con caras de ángeles y otros motivos; el extrados ostenta también motivos vegetales. Estas jambas, al igual que los dos pares de medias columnas que flanquean la portada, se desplantan sobre un basamento conformado por rectángulos cajeados que alojan bajo las columnas de los extremos dos ánforas en relieve y en las cercanas al arco dos rostros de perfil. A nivel del arranque del arco se desarrolla el capitel de estas columnas estriadas, que se continúan presentando su mis-ma decoración en una cornisa decorada, sobre la cual se desplanta otro par de columnas de capitel compuesto, que sopor-tan un friso corrido, con resaltos sobre las columnas que pre-sentan elementos cajeados, y en el resto del friso se desa-rrolla un tema en que dos animales mitológicos encontrados, tal vez cabalgados por angelitos, flanqueando un medallón que alberga una cruz, motivo que se repite en todo el friso. Las columnas externas rematan en la cornisa superior, que se quie-bra para formar las resaltos para pináculos platerescos, en tanto que las interiores se continúan en dos pilastras tritóstilas, que soportan un frontón triangular fuertemente moldurado, ostentando un Cristo 573; el segundo friso, flanqueado por las pilastras, ostenta una pequeña hornacina, que sin duda a-lojó la imagen de San Juan el Bautista, flanqueado por los escudos de las ordenes agustina y franciscana. En los intercolumnios, encontramos en el que podríamos lla-mar primer cuerpo de la portada, sendas hornacinas con bellí-simas peanas, en tanto que las del segundo cuerpo utilizan co-mo peana la cornisa ya descrita. El elemento que culmina la decoración de esta fachada es un precioso rosetón de tracerías gotizantes, abocinado hacia el coro. La portada lateral, o de los Gentiles, es de filiación plateresca. La sacristía presenta nervaduras de orden decorativo. Es de admirar la belleza de su púlpito, de estilo gótico flamígero, catalogado por Kubler como medieval-europeo 574, al igual que la puerta que del templo da al claustro y el rosetón del 573 574 Son raros los Cristos en fachada, como la parroquia de Dolores Hidalgo y el templo agustino de Querétaro. imafronte. A un lado de la fachada, encontramos una ancha torre, de la clase que recuerda a las de las fortalezas medievales; de tres cuerpos en disminución que remata en un cupulín. Su convento quedó inconcluso al finalizar el siglo XVI, "y junto con él agonizaba la misión de adoctrinamiento." Es similar al claustro de Totolapan, aunque éste es de un solo nivel. Los vanos del claustro parecen sesgarse hacia el interior, presen-tando sus contrafuertes un perfil más aguzado que los de Toto-lapan, permitiendo una mayor iluminación de los pasillos, sin que los vanos ocupen la totalidad del espacio comprendido en-tre ellos. El arco del presbiterio, las bases de las jambas, los fustes y los capiteles están intrincadamente trabajados con molduras góticas tardías. YOLOTEPEC Su espadaña consta de un solo cuerpo que se estrecha en la parte superior hasta adquirir la forma semicircular rematada por una cruz; ostenta dos hileras de vanos para colocar las campanas. YURIRIAPÚNDARO Convento de San Pablo Yuririapúndaro El más notable de los conjuntos conventuales agustinos en Guanajuato, "No solo por su gran calidad arquitectónica, sino por la in-fluencia que algunos de sus elementos decorativos tuvieron en una extensa región. Se considera como el convento más suntuoso construido por los agustinos en la Nueva España." 575 Fundado en 1548, fue construido de 1556 a 1567 por fray Die-go Chávez, siendo su arquitecto Pedro del Toro 576. De aspecto masivo, cuya forma es como de una fortaleza 577, con gruesos muros y estribos descomunales, su iglesia es ex-cepcional dentro de este tipo de construcciones en el siglo XVI, ya que presenta planta en cruz latina; con testero semicircular, con las bóvedas de nervaduras en el crucero y el presbiterio; el resto del templo está cubierto con bóveda de cañón, decorada con casetones. Las dos portadas del templo agustino de Yuririapúndaro son una interpretación popular del plateresco puro de Acolman, ya que el escultor de éstas añadió detalles pintorescos al tema inicial, creando un plateresco popular y trabajado por artífices mestizos; de enorme similitud, casi idéntica a Acolman es la principal, conformada por tres cuerpos de exquisitez ornamental, que contrasta con la sencilla torre, también de tres cuerpos, y la espadaña. En ésta su autor resuelve admirable-mente los espacios vacíos resaltando el estilo plateresco. 575 CASTRO MORALES, Efraín op. cit. 576 Toussaint dice que en la portería del edificio dejó esculpido su retrato y el de su mujer. 577 "varias veces sirvió de refugio" (Toussaint) no solo a los frailes, sino a los habitantes todos del pueblo, para resistir los ataques de los indios. Construida hacia 1566, es filial de la de Acolman. Extraordinaria, siendo uno de los ejemplos más notables del plateresco novohispano; en ésta, su factura es más tosca, aunque más rica en decoración, para lo cual se alargaron los entablamentos y molduras, cubriéndose íntegramente el paramento de la fachada con guías y roleos de brillante simetría; presenta columnas candelabro en las que se simplificaron sus elementos decorativos; en esta portada se empleó para su ornamentación profusión de ángeles, cartones, cornucopias, casetones con querubines, medallones con santos, flores y frutas. Su acceso aparece estructurado en torno a una doble arquivolta en arco de medio punto, presentando la exterior caseto-nes radiados que albergan platos con ofrendas de los productos novohispanos, en tanto que la interior en sus casetones osten-ta motivos idénticos que nos recuerdan la corona de espinas, elementos que se continúan en las jambas. En las impostas se desarrollan cobijados por dos medallones sendos querubines. Este acceso aparece flanqueado por dos pares de columnas platerescas desplantadas sobre estilóbatos cajeados, siendo idénticas las dos interiores y las dos exteriores; en los intercolumnios se encuentras estatuas de San Pedro y San Pablo sobre peanas conformadas por querubines, y a manera de docele-te, ostentan una gigantesca corona. El friso está completamente adornado con querubines; comple-mentan este primer cuerpo de la portada dos escudos que pare-cen colgados de cordones. El que podríamos considerar como segundo cuerpo, contenido entre la cornisa del entablamento del cuerpo inferior y una más pequeña conformada por una angosta moldura y una faja con medias esferas, es mas estrecho, pre-sentando atlantes que por ropaje llevan un calzón corto, apo-yando uno de sus brazos sobre bastones mientras que con el o-tro soportan sobre la cabeza cestos de flores y frutas, que interrumpen la decoración inferior de la pequeña moldura. En el eje de la portada encontramos tres nichos con concha sacra-lizante, que repite el tema de la portada de Acolman y la de Meztitlán, que albergan a un Jesús Niño y a sus lados ángeles tocando uno una trompeta y el otro una guitarra; todo el espa-cio libre entre estos elementos aparece ornamentado con arabescos. El tercer cuerpo, mucho más ancho que el anterior, presenta en su centro la ventana del coro, en arco de medio punto cuyo extradós está conformado por casetones radiados con motivos florales, y en sus jambas motivos que recuerdan el arte de los plateros; flanquean esta ventana dos columnas abalaustradas que soportan un friso donde quedan restos de una leyenda. Ocupando los espacios laterales de este cuerpo, el diseñador plasmó cupidos dentro de escudos rodeados por roleos. Remata esta portada en un relieve que representa a San Agus-tín de Hipona, cobijado por un nicho poco profundo, presentan-do sobre el extradós un docelete en forma de corona, más pequeña que las que ostentan las imágenes de los intercolumnios; flanquean este relieve dos medios pináculos abalaustrados que se desplantan sobre los realces del entablamento a eje con las columnas del cuerpo inferior, y motivos vegetales que se inte-rrumpen para permitir el desarrollo de los dos escudos. La ho-rizontalidad de este imafronte almenado se rompe con un timidísimo frontón triangular. Su portada lateral, más discreta, con una sola calle siguiendo los lineamientos de la principal. En la fachada de este monasterio novohispano aparece una to-rre. "En algunos templos se completó, o trató de completar el aspecto de la fachada con una torre de gran tamaño, aspecto lejano al espíritu del Re-nacimiento, ejemplificado significativamente en Actopan, Ixmiquilpan, Yuririapúndaro y Xilitla." Magnífico por su gran calidad arquitectónica es su convento, presentando en el claustro bajo bóvedas de crucería y el alto de cañón, estructurados mediante arcos de medio punto sobre pilares con medias muestras dóricas y corintias flanqueando los vanos; grandes contrafuertes de sección apuntada al exte-rior y gárgolas en forma de animales monstruosos. A la izquierda del templo se desarrolla un portal de cuatro arcos, que da acceso al convento. Su convento presenta en el claustro bajo arcos de medio pun-to fuertemente moldurados, que se desplantan sobre esbeltas medias muestras de columnas estriadas de capitel de filiación corintia, adosadas a contrafuertes de sección cuadrada; estas columnas se desplantan sobre un bajo pretil, que en los con-trafuertes aparece como moldura, elemento que le da belleza al claustro. Detalle que debe hacerse notar es que los arcos de los extremos arrancan de un esbelto pilar en cantería. Cubier-to por bóvedas de nervadura que arrancan del muro interior de unas trompas a manera de peanas, que rompen la cornisa que ro-dea todo el claustro; bajo esta cornisa encontramos una cenefa pintada al fresco. El claustro bajo culmina en una cornisa idéntica a la del pretil y sobre ella se desarrolla el claustro alto, de poste-rior factura, que ostenta contrafuertes en quilla de navío y arcos de medio punto también muy moldurados sobre medias co-lumnas de fuste tritóstilo estriado y capitel de filiación dó-rica. Culmina el claustro en una moldura que se resalta en me-dios hexágonos sobre los contrafuertes, sirviendo de base para pináculos desplantados sobre cubos. En los claustros de la orden agustina adoptaron para su so-lución arcos apuntados, gotizantes, en el piso bajo, optando en la segunda planta por arcos de medio punto, muy renacentis-tas, como Actopan e Ixmiquilpan, dándose el caso de Meztitlán y Yuririapúndaro, donde el concepto varía al presentar también en el piso bajo arcos de medio punto, con un alto pretil entre cada uno de ellos. El claustro alto, de posterior factura, presenta contrafuer-tes en quilla de navío 578, entre los cuales se desarrollan arcos de medio punto más bajos que los del nivel inferior, desplantados también sobre columnas tritóstilas estriadas y capitel de filiación dórico-toscano. Este claustro alto mues-tra un doble deambulatorio, el interior techado con bóveda de cañón con tragaluces abovedados con óculos. Los dos corredores están cubiertos con bóvedas de mampostería de cañón, presen-tando nervaduras que son netamente decorativas, las que arran-can en el muro interior de unas especies de peanas, que rompen la cornisa que rodea todo el claustro bajo. Su interior es un claro ejemplo de claustro renacentista, con algunos elementos medievales. La escalera que conduce al segundo nivel ostenta una doble bóveda de nervaduras. 578 Este claustro es un ejemplo de la evolución de los contrafuertes usados en Nueva España durante el siglo XVI. Como remate del claustro se desarrolla una moldura saliente, que sobre los contrafuertes se quiebra para conformar los re-saltos de sencillos pináculos desplantados sobre un basamento cúbico. Conserva este convento una importante biblioteca formada por los frailes agustinos, con un acervo aproximado de 4000 volú-menes, con temas de Filosofía, Teología, Derecho, Historia, Ciencias, Literatura y Música. ZACÁN Convento de San Pedro Zacán Fundado en 1576, es un conjunto conventual de modestas proporciones, cuya iglesia de una nave de testero plano, aparece cubierta con una techumbre de madera de dos aguas; flanquean su fachada una pesada torre de un solo cuerpo, que remata en un abultado cupulín. La portada es al extremo sobria, siguien-do los lineamientos de la del convento de Morelia, siendo in-negable el estilo popular de ésta, conformada por medias mues-tras toscanas y corintias, cuyos únicos elementos decorativos son los casetones con querubines y los motivos geométricos en el cerramiento de la ventana del coro. ZACUALPAN DE AMILPAS Convento de la Concepción Zacualpan de Amilpas El más antiguo de los elementos que conforman este conjunto es el claustro, cuyo carácter es netamente medieval con su forma de fortaleza, "se puede afirmar que es un claustro que, en vez de arcos, ostenta puertas en la parte baja y ventanas en la alta" 579. Todo el edificio está realizado con piedra cortada. "De la gran variedad de edificios que forman este convento, lo más anti-guo es el claustro. No puede decirse que es una obra renacentista, sino más bien medieval; pero la perfección técnica de su trabajo nos indica que data de esa época. Presenta una fortaleza incontrastable; se puede afirmar que es un claustro que, en vez de arcos, ostenta puertas en la parte baja y ventanas en la alta. Todo edificado con piedra cortada, ofrece uno de los aspectos más singulares de toda nuestra arquitectura colonial". 580 Cons-truido en piedra de sillería a mediados del siglo XVI por fray Juan Cruzate, mucho después de su fundación formal en 1535. Los vanos del claustro son perforaciones en los muros, enri-quecidos tan sólo por las dovelas cuidadosamente cortadas. En el claustro bajo presenta pintura mural, representando escenas de la historia de los santos agustinos, lamentablemen-te retocadas en el siglo XIX, perdiendo así su carácter primi-tivo, pareciendo actualmente como pinturas populares. En el convento se conservan algunos retratos. No es posible precisar la fecha exacta en que se produce el cambio del uso de la piedra bruta a la cortada, hecho que pro-bablemente fue gradual en la década de 1540, mostrando un au-mento progresivo en el uso de la piedra especialmente cortada en detrimento de los materiales burdos, siendo ejemplos de un diseño más desarrollado ejecutado en fina estereotomía los claustros 579 TOUSSAINT, Manuel Op. Cit. 580 TOUSSAINT, Manuel op. cit. agustinos de Jantetelco, construido antes de 1571, y el de Zacualpan de Amilpas, perteneciente a la década de 1550. Los dos niveles de su claustro presentan ya cierto refina-miento en el diseño, divididos por una elaborada plancha de molduras. Magnífico acabado presenta el trabajo de piedra, apareciendo las planchas de molduras tanto en los contrafuertes como en los pasillos del claustro, molduras que sin lugar a duda sir-vieron para proteger un fresco ahora desaparecido, pero iden-tificable por las manchas visibles en la superficie de las piedras. Su iglesia presenta capillas laterales, como volúmenes ane-xados a la típica planta de una sola nave en el siglo XVI no-vohispano, colocadas en ángulo recto con relación a su eje principal, que frecuentemente "tenían dimensiones de templos indepen-dientes" 581. ZACUALTIPAN Alcanzó la categoría de priorato en 1578, después de haber sido visita de Meztitlán. ZOQUIZOQUIAPAN Conjunto conventual que fue visita de Meztitlán. CONJUNTOS CONVENTUALES FRANCISCANOS La evangelización franciscana comenzó en Texcoco, donde los flamencos Aora, Tecto y Gante aprendieron la lengua nativa y tuvieron un "patio" para instruir a los niños. Texcoco decayó pronto por estar demasiado cerca de la Ciudad de México, pero hay que recordar que fue la segunda ciudad en el valle de México antes de los inicios de la Nueva España, por lo que su evangelización tuvo la mayor importancia, exten-diéndose hacia Huexotla, Otumba y otros pueblos del estado de México, y a Tepeapulco, en 1534; éste conserva interesantes pinturas murales y una portada muy representativa de la época. Los franciscanos iniciaron la evangelización de la zona co-nocida como el Altiplano Sur 582 con el establecimiento de los monasterios de Tlaxcala y Huejotzingo en 1524, a partir de los cuales y gracias a su actividad y entusiasmo se realizaron las fundaciones de Cholula entre 1526 y 1529, Tepeaca en 1530, Calpan entre 1531 y 1536, Huaquechula posiblemente en 1535, Quecholac y Tecali en 1540, Tecamachalco en 1541, Atlixco en 1550, Zacatlán de las Manzanas en 1555, Acatzingo en 1558, To-chimilco posiblemente en 1560, Cuauhtinchan en 1560, Totime-huacan en 1569, Amozoc posiblemente en 1570, y San Andrés Cho-lula en 1585. Entre las manifestaciones más relevantes de la arquitectura del siglo XVI, se encuentran los conventos franciscanos de la región central de Puebla; de impresionante aspecto, con gran-des volúmenes y escasos vanos, pocos elementos decorativos, pasos de ronda y almenas, elementos de un estilo monástico-mi-litar, son puramente ornamentales, como derivación de algunas 581 KUBLER, George Arquitectura Mexicana del siglo XVI Fondo de Cultura Económica México, 1982. 582 Que comprende las actuales entidades federativas de Puebla Tlaxcala y Veracruz. iglesias españolas "encastilladas". Tienen características co-munes, como son las grandes iglesias de una sola nave, orien-tadas de este a oeste, cubiertas con bóvedas de crucería, ocasionalmente ojivales, testeros planos, poligonales y excepcio-nalmente semicirculares, con elementos ornamentales derivados del gótico y renacimiento con especial predilección por el uso de perlas, labores de tejido o de cesta cordones y sarmientos con nudos, combinando elementos a los que se funden otros pro-cedentes del mudéjar y una evidente influencia indígena especialmente en su manufactura. Para la atención espiritual de la gran población que giraba en torno al real de minas de Tlalpujahua, el obispo don Vasco de Quiroga nombró al presbítero Alonso Espino, en 1564, para llevar a cabo la obra evangelizadora, dejándose sentir desde esa época la relevancia del clero secular sobre los francisca-nos, que llegaron tardíamente y no sin obstáculos, a fundar un convento en la región. En Tlaxcala, existen conventos franciscanos de proporciones modestas y se encuentran muy deteriorados, a pesar de datar en su mayoría del siglo XVII, destacando entre ellos el de Santa María Nativitas, San Felipe Ixtacuixtla San Ildefonso Hueyo-tlipan, San Juan Totolac San Juan Bautista Atlangatepec y San-ta María Tecalac. Referente a los conventos de la Provincia del Santo Evangelio en el "Teatro Mexicano" de fray Agustín de Vetancurt encontramos: TRATADO PRIMERO De la Fundación de la Provincia del Santo Evangelio en la Nueva-España. Capítulo III. De los conventos que tiene la Provincia, Iglesias en los Pueblos de Visita, Ermitas, Hospitales, y Cofradías. "28. Tiene hoy (1698) la Provincia del Santo Evangelio ochenta y seis ca-sas donde moran Religiosos, de ellas las sesenta son Guardianías de voto, las Vicarías son catorce 583, y las Asistencias doce, no entran en este número tres, que se han dejado por diferentes causas S. Juan Ahuacatlan de la Xaxalpan, S. Andres de Cholula, y Santo Thomás del monte que con estas fueran ochenta y nueve, de estas trataré al fin del capítulo, dando los mo-tivos de haverse [sic] quedado sin Religiosos, de los que los tienen trata-rÉ según el lugar que les da la Tabla Capitular con las Iglesias que a cada convento pertenecen, si alguna Visita con su iglesia se dejare de poner, a-yame [sic] el lector por escusado en el descuido porque ha tres años que por Patentes de Prelados, por cartas mias, y con instancias he solicitado la relación individual de cada Convento, y aunque han venido de los Feli-greses el padron; no todos vienen con la individual relación de los Pueblos que se refieren para la integridad de la historia que se intenta"584 Hacia 1525 los franciscanos se establecieron en Tzintzun-tzan, capital del Reino Tarasco, emprendiendo desde allí la e-vangelización de los pueblos situados en las márgenes del lago de 583 584 Al margen se lee: Número de Conventos. VETANCURT, Fray Agustín de Teatro Mexicano Cap. III de los conventos que tiene la provincia, Iglesias en los Pueblos de Visita, Hermitas, Hospitales, y Cofradías. Pátzcuaro, estableciendo sus primeros conventos, y pene-trando hasta Colima y Jalisco en 1531. Al celebrarse el primer capitulo provincial de la orden, se erigieron los conventos de Jalisco y Michoacán como una custo-dia dependiente de la Provincia del Santo Evangelio, que para 1565 constituyeron una provincia independiente, la Provincia de los Santos Apóstoles San Pedro y San Pablo de Michoacán, contando con dieciocho conventos, que tenía como custodia dependiente a las fundaciones de Jalisco, con catorce conventos, y Colima, llegando hasta Nombre de Dios y Zacatecas. Para 1585 avanzaron hasta Nayarit, fundando los conjuntos conven-tuales de Guaynamota y Acaponeta. Los primeros conventos franciscanos de Nayarit y Jalisco fueron construcciones modestas, edificadas con materiales pe-recederos; los que se conservan, casi todos datan de la segun-da mitad del siglo XVI y principios del siglo XVII. "No tienen la magnitud ni calidad arquitectónica de los construidos en el Altiplano Central, pero tienen características peculiares. De acuerdo con los esque-mas arquitectónicos novohispanos las iglesias son de una sola nave, orien-tada de este a oeste, con testeros generalmente planos, techumbres de made-ra y teja, excepcionalmente con bóvedas de cañón nervadas, carecen de alme-nas, pasos de ronda u otros elementos que les presten carácter defensivo o militar. La ornamentación se reduce a las portadas, principal y lateral, que como rasgo común tienen elementos platerescos tardíos; son de propor-ciones elegantes, emplean como elementos decorativos grandes veneras y mo-tivos vegetales, principalmente. Los claustros relativamente modestos, ro-deados por corredores, con techumbres planas de vigas, que soportan arque-rías con soportes muy sobrios. Todos están rodeados por un gran atrio, con cruz de cantería al centro, pero no tienen capillas posas, si capillas a-biertas de un solo tramo, dentro de la portería." 585 ACÁMBARO Convento de Santa María de Gracia Acámbaro Como en un firmamento de pequeñas estrellas organizadas en franjas horizontales se desarrolla la portada de su Hospital: estructurada en torno a un arco casi de medio punto, que pre-senta en sus jambas, de abajo hacia arriba, como unos cuellos entrelazados de aves rematados en penachos, como si fueran co-las de serpientes, luego unos medallones con coronas de hojas de laurel que albergan bustos de santos, y sobre ellos seres angélicos que bajo sus alas presentan motivos florales. De es-tas anchas jambas arranca el extrados, decorado con elementos vegetales. Como conformando una especie de alfiz aparecen dos esbeltas columnas estriadas que soportan una pequeña cornisa, que deno-ta la ingenuidad de esta portada; este firmamento aparece contenido por un verdadero alfiz, que a eje con la portada cobija la ventana del coro, adintelada y rodeada por pequeños motivos florales; debajo de ésta, se encuentra el relieve de una cruz de cabos flordelizados, enmarcada por el cordón franciscano, y flanqueada por sendas flores de múltiples pétalos. En el claustro bajo ostenta una fuente, rematada por la es-tatua del santo tutelar; en la huerta ostenta otra fuente, compuesta de una pila con cabecera de variado perfil y con or-natos tan exagerados que pertenecen al matiz barroco exuberan-te. 585 CASTRO MORALES, Efraín op. cit. ACATZINGO Convento de San Juan Evangelista Acatzingo Hacia 1544 este conjunto monacal era una visita de Tepeaca, construyéndose la iglesia franciscana en 1558. Después de 1570 fue incorporado a la Corona. El templo, que ostenta cubierta abovedada de nervaduras se-miesféricas en ladrillo, con grandes contrafuertes exteriores y portadas de cantería labrada con elementos renacentistas, fue concluido antes de 1580; por el estilo de la bóveda pode-mos ubicar una actividad constructiva anterior a 1565, siendo terminados todos los edificios conventuales en 1585 586. Presenta presbiterio de planta poligonal, ostentando hacia el exterior contrafuertes de sección cuadrada que se van an-gostando a medida que se elevan, conformados por tres cuerpos superpuestos, en el último de los cuales se abren troneras en tres de sus lados, accediéndose a estos garitones por el ex-tradós de la bóveda, rematando cada contrafuerte en un pinácu-lo en forma de obelisco, culminados en una esfera, que en el lado que da al convento se convierten en muestras. Culmina el ábside en una moldura trabajada en ladrillo colo-cado de punta 587, la que recorre la silueta de toda la igle-sia; dejando un friso liso, se desarrolla otra muchísimo más ancha que sigue el mismo tema decorativo 588. El volumen rectangular y almenado de la iglesia se relaciona estilísticamente con el de Tepeaca; el uso de ladrillos en bó-vedas y cornisas recuerda el trabajo realizado en Atlihuetzía, Huaquechula o Tecamachalco, lugares cuya obra se encontraba en marcha hacia 1550. La portada oeste, presenta un patrón compositivo semejante al de Tlayacapan; probablemente su realización es anterior a 1565. Por la simplicidad de su portada principal podríamos ca-talogarla como renacentista; estructurada en torno a un arco de medio punto, de extradós sin decoración alguna, excepto las dos molduras que lo cobijan; aparece flanqueado por dos pilas-tras estriadas que soportan un sobrio entablamento, sobre el cual se abre un arco de medio punto poco profundo, con concha sacralizante; en éste encontramos una base de sección poligo-nal que sobresale hasta el borde de la cornisa, que soportaba, posiblemente, la imagen de San Juan Evangelista. Las jambas de este nicho aparecen decoradas con motivos flo-rales, elemento que se continúa rodeando el extradós. Todo es-te motivo está contenido dentro de un sencillo alfiz, sobre el que se desarrolla una moldura que no ocupa todo el ancho del plano, en sillares, que contiene el segundo cuerpo de la por-tada; sobre ella se abre la ventana del coro, en arco de medio punto, muy abocinado. Termina esta portada en una moldura que se quiebra para formar un frontón triangular, de cuyo vértice arranca una cruz. 586 En esa fecha, los frailes que en él residían se ocupaban de evange-lizar entre diez y trece pueblos circundantes. 587 Que nos recuerdan el abilletado de la catedral de Jaca. 588 En cada una de las caras del ábside, con posterioridad se abrieron grandes ventanas en arco de medio punto, abocinadas. Los arcos ojivales en la entrada oeste del atrio son un caso raro en la Nueva España, que pueden compararse con los exis-tentes en el presbiterio de Jilotepec, con los de las fachadas del claustro de Actopan e Ixmiquilpan, pertenecientes estos últimos a la década 1560 o 1570. Su claustro principal está completamente arruinado, pero conserva restos de gigantescas columnas de cantería labrada. ALFAJAYUCAN Convento de San Martín Alfajayucan Hacia 1559 se fundó un primer establecimiento franciscano, mas debido a las constantes invasiones chichimecas, en 1576 sus habitantes y los de otras poblaciones de la zona fueron reagrupados en el Valle de Maxcala 589, siendo posteriormente restablecidos a sus lugares. Los trabajos de sus edificios conventuales se terminaron en 1586. Su templo monacal es de una sola nave, cubierta con bóveda de cañón. AMOZOC Convento de la Asunción de Nuestra Señora Amozoc Hacia 1585 se terminaron las obras de este conjunto monacal, conformado por una pequeña iglesia, máximo cuatro celdas en un pequeño claustro habitado por dos frailes. Desafortunadamente sus edificios fueron remodelados por completo en el siglo XVII. APAN Convento de la Asunción de Nuestra Señora Apan Por orden del virrey Luis de Velasco se fundó este conjunto conventual hacia 1569, siendo autorizada por la Comisión Oficial de la Orden en 1572. Hacia 1577 contaba con una iglesia de construcción temporal y su convento lo conformaba una sola celda. ATLANGATEPEC 590 Convento de San Juan Bautista Atlangatepec Hacia 1573 los frailes franciscanos fundaron un convento y once años más tarde su monasterio, de claustro doblado, ya se hallaba en malas condiciones. "... El convento es una casita con su claustro alto y bajo, iglesia, dormitorios y celdas, todo pequeño y hecho de adobe, y tan desabrigado que tiene muy poco reparo al frío que allí hace ..." 591. El convento es pequeño, con tres arcos por lado. Conserva un pequeño atrio y su iglesia ha sufrido grandes reformas, como los curiosos 589 Al norte y al este de Querétaro. 590 Entre 1537 y 1540 Atlangatepec era una simple venta sobre el camino que en aquel entonces conducía de Ciudad de México a Veracruz, hecho por el que fue creciendo hasta convertirse en una población de cierta importancia. A principios del siglo XVII, los franciscanos, que allí establecieron un convento, atendían además a los pueblos de San Agustín Tlaxco, San Miguel Mimiahuapan y Santiago; fue secularizado en 1640 y el 17 de junio de 1770 fue substraído por completo a los franciscanos. 591 Secretarios del Visitador, Padre Ponce arbotantes que refuerzan su muro norte y el crucero coronado por una cúpula sobre elevadísimo tambor. Es un templo en planta de cruz latina, cuya nave mide 30 metros de largo por 8 de ancho, cubierto con bóveda de ca-ñón con lunetos. La escalera de acceso fue construida en 1881 y remodelada en 1901. Por la austeridad de su fachada, la iglesia resulta la más franciscana entre las construcciones de su tipo. Fue centro de atención para los pueblos de San Agustín, San Miguel Mimiahuapan, Tlaxco y Santiago hasta 1770, cuando se secularizó. ATLIHUETZÍA 592 Convento de la Concepción Purísima Atlihuetzía La capilla abierta y el templo de este conjunto conventual se construyeron después de 1555, ya que en ese año se introdu-jo por primera vez el Santísimo Sacramento, sin que existieran todavía estos dos edificios. Para 1569 había sólo dos frailes residentes; 16 años después contaba un convento de dos pisos con dormitorios, una iglesia y un huerto. Los frailes atendieron 11 poblados hasta el año de 1649, cuando se secularizó por primera vez; en 1770 los religiosos debieron abandonar el claustro para siempre. Para 1585 era un sobrio convento de dos pisos, desarrollado en dos etapas constructivas, marcadas por los materiales em-pleados, una en sillares prehispánicos y otra en ladrillo, co-mo lo muestran los muros en ruinas de su iglesia. Su templo, era una gran iglesia de una sola nave y cabecera poligonal, cubierta con un techo artesonado; subsiste el gran arco triunfal, la portada de la sacristía, trilobulada y los tres soportes del coro. Presenta una portada principal, es-tructurada en torno a un arco de medio punto enmarcado por un alfiz, y gruesas jambas con impostas decoradas con ornatos ve-getales, dos ventanas correspondientes al coro, una encima de la otra, aunque la superior se adaptó como nicho. Esta porta-da es muy parecida a la del templo franciscano de Tlaxcala. Las ventanas que se abren en la nave de esta iglesia, aboci-nadas y en arco escarzano, están contenidas dentro de un rec-tángulo realizado en ladrillo. Presenta como decoración supe-rior un tema similar al descrito de Acatzingo. En el ángulo sur mantiene un contrafuerte que recuerda las construcciones militares de ese tiempo. La capilla abierta la forman tres arcos, que soportan colum-nas cilíndricas de cantería, ostentando al fondo una pequeña capilla hornacina de planta poligonal, cubierta por una bóveda nervada. El arco que enmarca la bóveda de nervaduras de la capilla a-bierta parece haber sido restaurado, presentando una segunda capa de mampostería y nuevas molduras, aunque se conserva la bóveda de sobrias nervaduras, con restos de la pintura mural que la adornaban. Originalmente estuvo conformada por un solo espacio, que se abría al atrio mediante un arco rebajado des592 Su nombre en náhuatl significa "lugar donde cae el agua". plantado sobre columnas toscanas, y posteriormente se constru-yó un segundo espacio, con tres arcos de medio punto cuyo ex-tradós presenta una sencilla moldura, soportados por columnas del mismo estilo que las de la primitiva construcción, el presbiterio, éstos al paño de la fachada principal de la iglesia. La parroquia cercana presenta columnas del siglo XVI en la puerta de su atrio, construida en el siglo XVII, que posible-mente fueron parte del convento franciscano. ATLIXCO 593 Convento de Santa María de Jesús Atlixco En el "Códice Franciscano" aparece que fray Alonso de Buen-día congregó originalmente en el lugar cerca de mil familias indígenas, siendo en 1569 cuando por presiones ejercidas por los agricultores españoles que más de la mitad de la población fuera congregada en otros lugares. Comenzado a construir en 1555, está situado estratégicamente en las faldas de un abrupto cerro que domina todo un valle. La iglesia es también de grandes dimensiones, con testero plano y bóvedas nervadas. El templo, de una sola nave de grandes dimensiones y con testero plano de ábside más angosto que la nave, conserva del siglo XVI el triple arco sobre columnas que soportaba el coro, y el gran arco triunfal sobre esbeltísimas medias muestras de columnas. Estuvo cubierto de viguería, como lo indican las ca-bezas medio podridas de algunas vigas aún visibles cerca del arco triunfal. De la que debió ser una bellísima puerta de la sacristía queda un airoso arco trilobulado. La fachada comprende la portada y dos ventanas colocadas verticalmente, que posiblemente pertenecen a dos etapas cons-tructivas 594, convertida la superior en nicho; muestra hacia el sur un contrafuerte esbiajado. La portada principal tiene un arco de ingreso rebajado fuer-temente moldurado, jambas con elementos góticos, clavos con flores y gran alfiz; en la ventana del coro hay medallones circulares y algunos agregados barrocos. La capilla abierta conserva su pórtico en arcos de medio punto sobre columnas toscanas frente al presbiterio poligonal, cubierto con bóveda de nervaduras. El claustro presenta arcos escarzanos, tres por lado, des-plantados sobre columnas dóricotoscanas, siendo las del claustro alto mucho mas deprimidos. Entre las columnas del segundo nivel corre un antepecho, sin duda de posterior fac-tura. Para 1585 estaba completamente concluido su convento, de medianas proporciones y bien 593 El pueblo originalmente se llamaba Acapetlahuaca, fundado el asen-tamiento español en 1574 por don Alonso Díaz de Carrión, dándole éstos el nombre de Carrión en su honor. 594 Como lo indica una línea longitudinal claramente perceptible en el costado norte del edificio; tal vez la iglesia fue provisionalmente techada cuando tenía la mitad de la altura del edificio actual, en 1555, que fue terminado en 1585. Sus muros presentan tres etapas constructivas, la primera desarrollada con sillares de templos prehispánicos, la parte intermedia con piedra sin trabajar y por último con ladrillo rojo recocido. edificado, con claustro bajo, claustro alto, celdas, dormitorio y una gran huerta. Según Vetancurt su iglesia fue "la primera que en aquella parte se fundó" 595, anterior a Cuautinchán, Tochimilco y Huaquechula. Una de las construcciones de este conjunto conventual se hizo bajo la dirección de Motolinía 596. ATOTONILCO DE TULA Convento de Santiago Atotonilco de Tula Este pueblo fue evangelizado por los franciscanos, que cons-truyeron su iglesia; el estilo se sus fachadas "es más bien agus-tino, de hacia 1560, que franciscano de cualquier periodo. La puerta re-cuerda a Acolman; la ventana en forma de rosa sugiere a Yecapixtla o Mo-lango." 597 CALIMAYA Convento de San Pedro y San Pablo Calimaya El convento de Calimaya fue levantado en la década de 1560, al igual que los de Chalco Atenco, Tlalnepantla y Tepeapulco, en pueblos recién congregados. De este lugar se tienen noticias de una carta fechada en 1561 que alude a las discordancias entre los cleros secular y regular, sobre el derecho de los mendicantes a erigir iglesias sin licencia episcopal. CALKINÍ Fundado por fray Luis de Villalpando, siendo erigido en 1561. CALPAN Convento de San Andrés Calpan De los más antiguos conjuntos conventuales franciscanos, fundado hacia 1536-38, edificado en 1548 598, que hacia 1585 poseía un modesto convento de dos pisos habitado máximo por tres frailes. La portada principal de su templo es una de las más bellas del siglo XVI y de factura indígena; presenta una mezcla de diversas influencias estilísticas: columnas de forma peculiar en el segundo cuerpo 599, arco carpanel con relieves, dos án-geles en relieve, de mano indígena, que sostienen el escudo franciscano de las Cinco Llagas, columnas candelabro en el primer cuerpo 595 En el Valle de Atlixco. 596 Realizada entre 1541, cuando el fraile escribió su "Historia de Indios", en la cual no menciona el lugar, y el año de su muerte, 1569. 597 KUBLER, George Op. Cit. 598 Según García Granados. 599 Que podría conformar una modalidad, cuyo fuste parece recubierto con hojas que simulan plumas. con estilizaciones indígenas 600, perlas isabe-linas, y ventana geminada de sabor italiano, cobijada por un cordón franciscano y rematado por una gran concha. Esta por-tada sufrió una desafortunada restauración, al alargarle des-proporcionadamente la ventana central. En lo alto del retablo principal se encuentra uno de los po-cos trabajos de plumería que se conservan del siglo XVI, un San Andrés. Sus capillas posas son el elemento más importante de este conjunto conventual, plenas en derroche decorativo, tratamien-to iconográfico y maestría en su realización por manos indígenas, que las hacen unas magníficas obras, con relieves de pe-culiar factura y elementos gotizantes inspirados en grabados europeos. Dedicadas a San Miguel Arcángel, San Juan Evangelis-ta, La Asunción y San Francisco, aparecen decoradas con dife-rentes temas: el Cristo Juez entre los muertos que abandonan sus tumbas al llamado de las trompetas de los ángeles, la Vir-gen de los Dolores, y la Anunciación. De forma cúbica, cada una es diferente a las otras, por sus relieves y su cubierta. La capilla de la Virgen, presenta cubierta piramidal retro-cedida, mostrando en sus aristas especies de cordones que re-matan en volutas y sobre el vértice una corona que a manera de remate presenta un cáctus; en cada una de las caras de la cu-bierta aparecen medallones en altorrelieve. Basándonos en una fotografía de la SAHOP que figura en Kubler, esta posa no estuvo esquineada, presentando tres caras al atrio, dos especí-ficamente al recorrido procesional, donde presentan arcos fa-cetados, como soportados por haces de columnas, cuya base y capitel están conformados por pequeñas molduras en cuyo centro se desarrollan motivos florales, elemento que se continúa en los tres lados visibles de la capilla. La denominación de la capilla de la Virgen se debe al relieve de la fachada sur, que recibe al camino procesional donde aparece la Virgen del Apo-calipsis, enmarcada por una U de rosas y un querubín, acompa-ñada por cuatro querubines más y siendo coronada por dos ángeles, cuya forma en S es típica del siglo XVI; complementan la ornamentación cuatro ángeles más en esta postura, los inferio-res portando unos curiosos elementos. Encontramos en esta posa un alfiz que enmarca el arco y borde la cara de la fachada. En la fachada oriental de esta capilla, enmarcada por un nicho poco profundo en arco rebajado, encontramos a la Virgen de los Siete Dolores, con inmensas saetas. En la capilla llamada de la Anunciación, aparece la Virgen arrodillada y el Arcángel San Gabriel separados por un florero de azucenas, flanqueados por medallones con los anagramas de Jesús y María. La posa llamada de San Francisco representa la estigmatiza-ción de este santo. Su cubierta es una bóveda rebajada, que presenta en sus aristas el cordón franciscano, rematando en un globo sobre el que se desplanta una cruz; una de sus fachadas presenta dos ángeles que portan símbolos de la Pasión y en me-dio de ellos el escudo de la orden franciscana contenido den-tro de un clipio. La fachada oriental de la capilla del Juicio Final presenta dentro de un alfiz al Pantocrator sobre 600 Como los quiotes, o inflorescencias, de maguey. una cartela, flanquea-do por dos ángeles en posición descendente, uno portando en u-na mano la cruz y en la otra los tres clavos, en tanto que el otro aparece tocando una trompeta; completan la escenas la Virgen María y San Juan Evangelista, arrodillados, bajo ellos los muertos salen de sus tumbas. Los capiteles de las jambas y columnas de esta posa, presentan intercalados motivos que re-presentan pequeñas conchas y escudos que alojan cruces. CALPULALPAN Convento de San Simón y Judas Calpulalpan 601 La primera fundación franciscana en este lugar se efectuó antes de 1570; para 1585 el convento "... no tenía iglesia, sino de prestado, es decir, la capilla abierta, el claustro bajo estaba hecho con un cuarto alto y parte de otro en que moraban los religiosos ..." 602 En el atrio se yergue su cruz, ornada con los símbolos de la Pasión. La iglesia, bastante alterada, de una nave, contaba con un magnífico artesonado, que fue quemado durante la Revolución, después de 1910. El techo ha sido reconstruido, cuyos arcos diafragmáticos posiblemente pertenecen a la estructura origi-nal. Ostenta una portada ya con elementos barrocos, que se su-perponen a estructuras anteriores, perteneciendo esta portada a 1608, fecha que aparece en ella. Es interesante el claustro principal, con dos niveles de co-rredores formados por columnas de madera y zapatas, que soportan techumbres de vigas; posiblemente es el único en el estado de Tlaxcala que ostenta columnas de madera. La portería está conformada por ocho arcos de medio punto, con moldura de caveto simple. Por estar situado en el camino real a Veracruz, y su cerca-nía a las minas de cal utilizada en Ciudad de México, debió contar con importantes construcciones. CAMPECHE Fue el primer convento franciscano fundado en la Provincia de San José de Yucatán 603, en 1546. Para el siglo XVII su templo estaba casi en ruina total, celebrándose los oficios en su capilla abierta. Al amurallarse la ciudad, este conjunto conventual quedó en las afueras, hecho por el cual se construyó uno nuevo dentro de la población. CHALCO ATENCO Convento de Santiago el Mayor Chalco Atenco 601 Los religiosos de este lugar atendían a los pueblos de San Felipe, San Marcos y San Mateo. 602 603 Anales del Santo Evangelio de México. En esta zona la arquitectura religiosa presenta una modalidad diversa a la de otras regiones de la Nueva España, ya que generalmente sus templos están coronados por una gran espadaña de múltiples arcos (campaniles es el término ortodoxo); encontramos entonces espadañas simples y ornamentadas como la de Muna, unidas por complicados frontones como la de Tikul, pequeñas como la de la capilla de Guadalupe en Anaceh, o grandes como la de Yohtolín, elemento muy desarrollado en Yucatán, ya que es la unión de las cresterías mayas con la espadaña traída de España. Su convento y su iglesia, de modestas dimensiones, fueron concluidos en 1585, localizados cerca a los muelles del lago. "La iglesia actual consta de tres naves, con pesados soportes del siglo XVII erigidos sobre altos basamentos cilíndricos. La fachada, aproximadamente de 1780, presenta como decoración un cordón franciscano que moldea la base, recordando una más antigua quizá del siglo XVI, ahora to-talmente cubierta. No es difícil que el plan actual reproduzca el de una de las iglesias de tres naves en el Valle de México." 604 En este lugar se encuentran restos de trabajos del siglo XVI, como en la portería y el atrio de la iglesia, en cuya esquina noroeste existen tres capiteles de piedra trabajados por las dos caras, con formas que representan volutas y ca-bezas de ángel. CHIAUTEMPAN Convento de Santa Ana Chiautempan Fundado antes de 1570, La primera construcción religiosa en este lugar fue el monasterio o eremitorio que se construyó en 1588, aún antes que la iglesia. El conjunto se orienta hacia el sur, donde existe una plaza que por su antigüedad debió de ser el centro del pueblo. Los edificios conventuales están rodeados de un amplio atrio, conservando elementos que pueden datar del siglo XVI, sin em-bargo, una parte es posterior; Iglesia de una sola nave con testero poligonal605; en el in-terior hay pilastras gruesas y arcos torales que soportan bó-vedas de cañón con lunetos y un pseudocrucero con una gran bó-veda de platillo. La fachada de su iglesia está flanqueada por dos contrafuer-tes en esbiaje, cuya portada es muy sobria, que al parecer ha sufrido sensibles alteraciones. Presenta un estilo severo y pobre con arco de medio, punto que descansa sobre impostas sostenidas a su vez por jambas, cuyos antiguos sillares pare-cen haber sido sustituidos por toscas baldosas; el alfiz que juega un papel tan importante en las portadas del siglo XVI aquí casi desaparece, mostrando un marco de piedra que encua-dra el arco, con cierta tendencia clasicista. Complementa esta portada la ventana coral y un nicho, los dos en arco de medio punto. Originalmente la iglesia presentó cubierta de viguería en madera, ya que sus muros son de escaso espesor, 1,50 aproxi-madamente por la parte de la Epístola, y uno que otro contra-fuerte exterior, que en el siglo XVII fue cambiada por la ac-tual bóveda de cañón, tal vez perteneciendo a la misma época una capilla lateral donde se venera la imagen milagrosa de Jesús del Convento. El convento se conserva en buen estado, cuyo claustro dobla-do presenta cuatro arcos por lado, muy peraltados en claustro bajo y en el alto arcos rebajados; sus columnas carecen de gá-libo, ostentando capiteles de orden dorico-toscano. Ostenta sus nichos de testero y pinturas pertenecientes a los siglos XVII y XVIII. 604 KUBLER, George Op. Cit. 605 Cubierto por un altar neoclásico. La única capilla posa que se conserva, en el ángulo noroeste del atrio, parece pertenecer al siglo XVII. La actual parroquia de San Antonio de Padua guarda una pila de agua bendita, obra de factura indígena que lleva labrado el cordón franciscano. CHOLULA Convento de San Andrés Cholula Uno de los últimos conventos que se empiezan a construir en el siglo XVI y terminado en la centuria siguiente. Convertido en parroquia, tiene una iglesia de una sola nave y testero poligonal, pero cubierta con bóvedas y una peculiar cúpula; su portada está labrada en cantería, con elementos manieristas de las primeras décadas del siglo XVII. CHOLULA Convento de San Gabriel Cholula Convento fundado en 1529 y construido entre 1549-52, presen-ta una iglesia de grandes dimensiones, de una nave cubierta con bóvedas nervadas al igual que el presbiterio; con grandes estribos y almenas que coronan todo el conjunto. Data del 7 de febrero de 1549 cuando se puso su primera piedra, siendo con-sagrado el 30 de abril de 1552; por estas fechas, sin duda es obra de Toribio de Alcaraz. Conserva su bóveda de nervadura en el presbiterio. Sus portadas tienen elementos renacentistas, la principal con cerramiento adintelado, medallones, pilastras, monogramas, y elementos gotizantes, como los crochets y el gran rosetón elegantemente decorado. La puerta Porciúncula, con ingreso en arco de medio punto, está blanqueada por columnas abalaustra-das y otros elementos decorativos platerescos. Frente al templo se desarrolla un gran atrio, con platafor-mas estucadas en varios niveles y tres capillas posas en sus ángulos, rematadas con frontones triangulares y almenas. Conserva una gran capilla abierta, conocida vulgarmente como Capilla Real, de planta rectangular y cabecera aplanada, con-formada por nueve naves separadas mediante danzas de arcos sobre pilares octagonales de fuste liso y capiteles toscanos; estuvieron abiertas hacia el atrio por arcos de medio punto, separados por machones rematados por flameros platerescos. Originalmente estuvo cubierta por una techumbre de madera mudé-jar; después de varias vicisitudes, se hizo con bóvedas y lue-go con 63 cúpulas, siendo única en su tipo en América, cúpulas revestidas con azulejos, que datan de 1722. Anexo a la iglesia hay un claustro más tardío, con arcos de medio punto y columnas toscanas. Ostenta pintura mural, sobre-saliendo un San Sebastián y una Misa de San Gregorio. COATEPEC Convento de Santa María de Jesús Coatepec. Cerca de Texcoco. Según Motolinía fue "la primera iglesia fuera de los monasterios"; el convento fue construido en poco tiempo, a partir de 1527 de acuerdo a lo que denota su claustro. En 1559 pasó a la administración de los dominicos, que pusieron allí una escuela para niños. CONKAL Fundado en 1549 por fray Francisco de Villalpando, fue res-taurado después por fray Francisco Navarro. CUAUTINCHAN Convento de San Juan Bautista Cuautinchan En su portería se halla una pintura al fresco del Tonalámatl decoraciones de la misma índole. 606 . Su claustro ostenta algunas Conserva en su templo el retablo de Arrué, y el de San Diego de Alcalá, obra tal vez de Pereyns. El retablo mayor ocupa un testero plano, conformado por tres cuerpos y remate ojival, que podríamos considerar específicamente de pintura 607, a no ser por la hornacina con concha sacralizante que sin duda os-tentaba la imagen del santo patrono de este conjunto conventual. Tres calles conforman este retablo, conformadas todas por columnas de capitel jónico 608. CUAUHTINCHAN, en Tlaxcala Conserva su iglesia de una sola nave, con ábside semicircular, cubierta con bóvedas de nervaduras y de cañón; el coro es de viguería que sostienen tres arcos de mampostería. Exteriormente presenta grandes estribos y elementos de índole militar, como es el paso de ronda. La portada principal, de diseño renacentista, aparece flanqueada por esbeltas y elegantes torres. El claustro, de proporciones modestas, lo forman arcos y gruesos pilares de mampostería, que sostienen bóvedas de cañón. Se le considera como una de las más bellas y antiguas construcciones coloniales del siglo XVI en Tlaxcala. CUAUTITLÁN Convento de San Buenaventura Cuautitlán Encontramos en fray Jerónimo de Mendieta 609 y Vetancurt 610, que invitados por el señor de Tenayuca, un pariente de Moctezuma, los franciscanos emprendieron los trabajos de evangelización de Cuautitlán y el cercano Tepotzotlán. Fundado en 1532, por la escasez de frailes, el convento fue reducido a la calidad de vicaría y visita de Tlalnepantla, é-poca en que ya existía una iglesia con su atrio. La cruz atrial pertenece a 1554. Su iglesia conserva cuatro pinturas firmadas por Martín de Vos, 606 Calendario prehispánico de origen náhuatl. 607 Para algunos, no existen los retablos sólo de pintura, ya que la estructura que los conforman es por ellos considerados escultura. Aclaremos entonces que existe dos tipos de escultura, la conformada por las imágenes y la meramente estructural. 608 En algunos retablos y portadas encontramos que el primer cuerpo presenta columnas de capitel dórico, el segundo capitel jónico, el tercero corintio, culminando en compuesto. 609 Historia eclesiástica indiana. 610 Chrónica. que pertenecieron al primitivo templo 611. Cuando fue visitado por Vetancurt, contaba con un gran dor-mitorio compuesto por ocho celdas dispuestas de norte a sur y otras que fray Juan de Avila dispuso en el eje adyacente al convento primitivo; el refectorio se hallaba debajo del dormi-torio y su iglesia, con techo de tijera, era espaciosa 612. CUERNAVACA Convento de la Asunción de Nuestra Señora Cuernavaca Los franciscanos, ya en el predio definitivo 613, edificaron la gran capilla abierta del Señor San José, que estuvo adorna-da con almenas y tuvo sendas torres. Es del tipo de ábside y galería simple, cubierta por bóveda de medio cañón corrido, destacando en ella sus originales arcos botareles hacia el frente; es un caso excepcional dentro de su tipología, ya que no se construyó perpendicular al eje de la iglesia, sino para-lela a ella. Este conjunto conventual quedó terminado en 1529, gracias a la colaboración de indios caciques y plebeyos, trabajando en su construcción Francisco Becerra. Fue el quinto de los con-ventos erigidos por los franciscanos quienes, desde allí, em-prendieron la evangelización del sur del actual estado de Mo-relos y otros lugares más distantes. Antes de 1574 ya tenían un convento nuevo, con enorme atrio y capillas posas, en un gran terraplén hecho ex profeso. La iglesia, dedicada a la Asunción, hoy es la catedral de Cuernavaca 614; ostentando la fecha 1552 en una de sus porta-das. Tuvo espléndidos retablos, conservando de este siglo una gran pila bautismal y en sus muros interiores restos de la de-coración original, pinturas alusivas a los mártires francisca-nos crucificados en Nagasaki, en 1597. Su puerta porciúncula muestra una sencilla portada plateresca. Presenta un gran atrio de barda almenada, que encierra cons-trucciones de diferentes épocas 615. El convento es al extremo sencillo, en dos plantas, presen-tando pinturas murales. DZIBILCHALTÚN La capilla abierta fue construida a fines del siglo XVI; consiste en una pequeña nave cubierta con una bóveda de cañón y una pequeña sacristía adosada al muro norte. ERONGARÍCUARO Convento de la Asunción de Nuestra Señora Erongarícuaro 611 612 Ya que fue reconstruida en 1730. En este conjunto conventual enseñó música fray Arnoldo de Basac-cio. 613 Antes tuvieron una pequeña capilla en el Castillo-palacio de Cor-tés, quien dispuso, en 1528, que su mayordomo les diera ayuda para esas o-bras y para el sustento de éste y de otros conventos. 614 Remodelada por Mathias Goeritz y Gabriel Chávez. 615 La Capilla de la Tercera Orden, barroca, y frente a ella otra capilla neogótica. La portada de su templo, de una sencillez extrema, presenta un estilo plateresco sobrio y un alfiz sin ninguna pretensión que cobija cinco veneras en torno a un arco de medio punto sin ningún adorno. Ostenta ventana coral geminada, conformada por dos pequeños arcos de medio punto separadas por una pequeña y robusta columna, desplantada sobre un cubo cajeado; a los extremos, los arcos arrancan de dos pilastras que presentan en la parte inferior del fuste una flor, luego un querubín, sobre él una venera, terminando en capiteles que son lo más decorado de la portada; esta ventana aparece enmarcada por un pequeño alfiz que sigue los lineamientos de la portada, y alberga dos rosas y dos medallones con las llaves de San Pedro, y en su centro, una concha sacralizante, la más grande de las seis que ostenta esta fachada. Este conjunto monacal, que se terminó de construir hacia el año 1586, ostenta un gran atrio, iglesia de una sola nave cu-bierta a dos aguas con techumbre de madera y teja, dotada con una robusta torre, de un solo cuerpo cuadrado y cubierta con techumbre de madera a cuatro aguas, flanqueando la fachada principal. La portería del convento es magnífica, conformada por ele-gantes arcos moldurados que arrancan sobre medias muestras de fuste estriado, rematado por capiteles renacentistas ricamente esculpidos; contiene la capilla abierta, cubierta por una bó-veda, que se abre al portal mediante un arco desplantado sobre pilastras estriadas. El Claustro se forma con pilares y arcos. ETZATLÁN Conserva su iglesia de una sola nave y su claustro con corredores de arcos y columnas de cantería 616. GUADALAJARA Convento de San Francisco Guadalajara Tuvo una primitiva iglesia, edificada entre 1580 y 1611, de tres naves cubiertas con techumbre de madera. En su atrio contó con seis capillas posas. Del claustro que-dan solamente algunos arcos sobre pilastras toscanas de cante-ría. HUAMANTLA 617 Convento de San Luís Obispo Huamantla Antes de 1569 existió en este lugar un convento que albergó a dos frailes, siendo para 1585 cuando su convento ya estaba terminado y de su iglesia sólo se habían realizado los cimien-tos, efectuándose los servicios religiosos en su capilla a-bierta, que fue completada con una 616 Tardío en su construcción al igual que los otros conventos de la región de Jalisco, ya que los construidos durante el siglo XVI fueron de a-dobe con techumbres de paja; algunos construidos de manera permanente fue-ron destruidos por los terremotos, conservando las nuevas construcciones restos del siglo XVI, como los de Zacoalco y Zapotlán, entre otros. En Co-lima, los intensos y repetidos terremotos impidieron la construcción de grandes conjuntos conventuales y los que llegaron a edificarse se arruina-ron. 617 Sus pobladores prehispánicos fueron otomíes, que resguardaron esta frontera de la antigua República de Tlaxcallán. ramada618. Ubicada en el costado derecho de la portada, presenta como espacio transver-sal que da acceso al presbiterio una doble crujía, comprendi-das éstas entre dos filas de columnas toscanas y el muro pos-terior donde se abre el arco del presbiterio. Su atrio desapareció al ser ocupado por casas y corrales de particulares, quedando tan sólo un largo corredor que llega hasta la puerta misma del templo, e incluso se invadió su ca-pilla abierta 619. La fachada de este templo conventual es asimétrica, por la tardía construcción de la torre en la parte sur; su cuerpo inferior posee elementos usados en los últimos años del siglo XVI, como el arco de entrada de medio punto sostenido por dos pilares. La cornisa es base del segundo cuerpo, que posee un nicho al centro con la escultura de San Antonio, rodeada por los escudos de la orden franciscana y una ventana hexagonal i-rregular, de gusto barroco. De una sola nave, de amplias proporciones, cubierta con bó-veda de cañón decorada con símbolos franciscanos. La antigua puerta porciúncula es hoy la entrada a la capilla donde se venera la imagen del Señor del convento. Las arquerías de su claustro son de estilo toscano, de medio punto, observándose en las enjutas centrales los escudos pro-pios de la orden franciscana, así como la Virgen de la Concep-ción. El piso del patio central se recubre con pedacería de mármol y obsidiana que forma figuras geométricas, y aunque es posterior, su armonía y belleza son de destacar 620. HUAQUECHULA Convento de San Martín Huaquechula Construido entre 1560 y 1580, es otro de los grandes con-juntos conventuales del siglo de la Conquista; tiene una e-norme iglesia de una sola nave, con testero ochavado y cubier-ta con bóveda de tracerías. Presenta contrafuertes esquinados en el imafronte dándole a su fachada forma de biombo, uno de los cuales ostenta aun sus almenas y detrás del otro se construyó una torre campanario, sin duda barroca, muy sobria. En esta fachada se desarrolla una riquísima portada plate-resca, aunque presenta detalles del gótico isabelino como son lo ángeles que sostienen sendos escudos; sus elementos decora-tivos son de talla menuda y de posible factura indígena. Es-tructurada en torno a un arco de medio punto, flanqueado por columnas embutidas en las jambas, que prolongan sus molduras en las basas y los capiteles, tanto el intradós como el extra-dos del arco es liso, mas a su alrededor está cubierto por re-lieves vegetales de gran riqueza; la cornisa está conformada por doble fila de modillones salientes. Remata esta portada en un relieve y todo está cobijado por un alfiz de cabos muy cor-tos y arriba de él se abre un óculo circular. 618 Durante mucho tiempo las ceremonias religiosas se oficiaron en una pequeña iglesia provisional o "iglesia de prestado", pues todavía en 1697 el templo estaba en obras. 619 Actualmente restaurada. 620 En este edificio funciona actualmente una escuela. Más desarrollada es su portada lateral, que sin duda puede relacionarse con las capillas posas del convento de Calpan. Presenta arco arquitrabado 621. En sus anchas jambas aparecen los relieves de San Pedro y San Pablo, de gran ingenuidad en su factura, cobijados dentro de dos relieves que simulan hor-nacinas. Coronando el arco se desarrolló el Pantocrator 622, flanqueado por cuatro ángeles con sus cornetas anunciando el juicio final, ángeles típicos del siglo XVI, relieve que pre-senta rasgos muy medievales; de factura tosca, pero con magní-ficos efectos plásticos. Encontramos en esta portada, que las jambas presentan un ba-samento que se continúa para soportar dos pilastras completa-mente limpias de decoración, al igual que el capitel que presenta sencillísimos elementos vegetales. Sobre las pilastras arrancan unas medias columnas, que casi en su culminación, presentan como una faja superpuesta que realza curiosamente el plano de la portada. En el interior del templo se conserva un púlpito tallado en piedra, de formas medievales. Presenta un ejemplo de capilla abierta incluida en la masa del convento, situada sobre la portería,, constituida por un gran arco de tres centros con alfiz, cuya bóveda interior es sin lugar a duda el ejemplo más rico de techumbres ojivales en la Nueva España. El gran atrio, al frente del convento, conserva su barda almenada y las ruinas de unas modestas capillas posas. Su claustro presenta dos etapas constructivas; en la planta baja, grandes machones y contrafuertes en tajamar, mientras que el segundo piso es más esbelto, con columnas toscanas; techado con viguería, posiblemente la que ostenta sea del siglo XVI. Conserva excelentes obras de arte. El Portal de Peregrinos 623 estás conformado por tres arcos rebajados que arrancan sobre columnas dórico-toscanas, sobre la cual aparece la capilla abierta. La cruz atrial de este conjunto conventual fue colocada pos-teriormente en la plaza principal del pueblo. HUEJOTZINGO 624 Conventos de San Miguel Arcángel Huejotzingo Es otro de los más antiguos e importantes conjuntos conven-tuales novohispanos. Su primer convento fue construido por fray Juan de Alameda; posiblemente el segundo es obra de Toribio de Alcaraz, proba-blemente edificado sobre un basamento piramidal prehispánico. El 621 Cuyos ángulos son en cuarto de círculo. 622 O Jesús Juez en suprema majestad. 623 Con anterioridad mencionamos lo erróneo de esta denominación. 624 Su nombre significa "pequeño sauce". conjunto monacal actual fue el segundo que construyó la Or-den de los Hermanos Menores, que se inicia en 1544 y es termi-nado en 1572. "El primer capítulo de la orden franciscana, celebrado en 1524, decidió establecer en Huejotzingo un convento y hacerlo base de operaciones para e-vangelizar una enorme zona que colindaba con la mixteca oaxaqueña. Fue nom-brado primer guardián de la fundación fray Juan de Juárez, y entre sus su-cesores se hallaron monjes tan notables como fray Toribio de Benavente, fray Jacobo de Testera, fray Martín de Valencia y fray Jerónimo de Mendie-ta. Fue en ese convento que por primera vez se administraron los sacramen-tos a indígenas en la Nueva España." 625 El lugar que ocupaba el pueblo prehispánico, que había sido ya evangelizado para 1529, era insalubre por lo cual en ese año se decidió mudar a sus habitantes a otro lugar. Ostenta uno de los pocos atrios cuadrados, donde un terreno de por sí plano sirvió de base para levantar una plataforma y elevar el conjunto conventual; con barda atrial almenada y de factura indígena. La iglesia es de grandes dimensiones, de una sola nave y bóvedas ricamente nervadas; al exterior tiene contrafuertes, almenas trapezoidales y dos portadas labradas en cantería; la principal es elegante, presentando una mezcla de estilos: gó-tica la puerta de arco muy rebajado, mudéjar el alfiz de la ventana del coro y el resto renacentista. Es un verdadero reto para ser descrita, y para ello retomemos al Doctor Chanfón: "La portada es un caso único, difícil de clasificar por los elementos de muy diverso origen que se reúnen ahí. El arco de cerramiento de la puerta principal, abocinado y quizá inspirado en el arco conopial del Gótico Tar-dío, forma su intradós en un baquetón ondulante como serpiente que enmarca los lados del vano transformándose en columnillas con capitel y pedestal cilíndricos que recuerdan el gótico, en contraste con las esbeltas columnas que con estrías, árula y capitel se inclinan más al sabor clásico, sin ser-lo y del que se apartan totalmente en el elemento al que dan apoyo, que de-bería ser entablamento; columnas y elemento superior vienen a formar una especie de alfiz prolongado hasta el suelo. La ventana superior, también enmarcada con un remedo de alfiz prolongado hasta la base, está flanqueada por dos escudos de la orden, donde la expresión escultórica de las cinco llagas, que recuerdan las de Cristo y los estigmas del Santo Fundador, solo pueden ser, tanto de inspiración como de mano indígenas. Ahí están también los medallones de inspiración plateresca con sus anagramas de Cristo en le-tra gótica y el patrocinio de la orden seráfica 626, expresado en el ex-traordinario uso del cordón franciscano como motivo de decoración que subraya los elementos principales de toda la fachada ..." 627. El vano de acceso aparece flanqueado por esbeltísimas colum-nas desplantadas sobre un alto basamento, columnas que sopor-tan una cornisa, bajo la cual se desarrolla un rectángulo con625 CHANFON OLMOS, Carlos Tarjeta Navideña, diciembre de 1985. 626 Seráfico: Epíteto que suele darse a San Francisco de Asís y a su Orden. En sentido figurado se utiliza para significar pobre, humilde, bon-dadoso. 627 CHANFON OLMOS, Carlos op. cit. formado por dos cordones franciscanos. Sobre esta cornisa se desarrolla la ventana del coro, en ar-co de medio punto, cobijada por otro cordón. Complementan esta portada siete medallones en altorrelieve en torno al arco co-nopial y dos escudos de la orden al eje de las esbeltísimas columnas y flanqueando la ventana del coro. La puerta porciúncula es uno de los elementos más hermosos de este conjunto conventual, de un plateresco tal "que casi llega a la locura" 628; es una de las más bellas que el siglo XVI dejó en la Nueva España por la conjunción de sus elementos compositivos; un arco de medio punto que aparece orlado, se desarrolla sobre unas anchísimas jambas divididas en franjas horizontales, presentando motivos vegetales, jambas que como base y capitel ostentan perlas isabelinas. En medio de estas jambas se desarrollan dos medias muestras de columnas con cu-riosísimos elementos compositivos: sobre la sencilla basa y antes del capitel encontramos una sección simulando petatillo; en el centro de la columna, escudos que ostentan las llaves cruzadas de San Pedro y como capitel unos motivos vegetales que culminan a manera de pináculo en una especie de piña. El extrados presenta una curiosa guirnalda conformada por elemen-tos que se repiten alternados, y sobre ésta, otra guirnalda que se desarrolla ya sobre el plano de la fachada, conformada por flores de lis de carácter muy primitivo que se intercalan con otro elemento floral. Un alfiz culmina esta magnífica por-tada, conformado por dos molduras entre las cuales aparecen pequeñas flores, y en las esquinas, dentro del espacio confor-mado por el alfiz, dos idénticos escudos de la orden francis-cana, el que representa las cinco llagas de Cristo. Su retablo mayor es el más importante del siglo XVI de los pocos que se conservan en México, realizado por el pintor fla-menco Simón Pereyns y el escultor Pedro de Requena 629, fecha-do en 1586; tiene grandes tablas inspiradas en grabados de Martín de Vos, que se alternan con esculturas y relieves de gran calidad, representaciones del templo de Salomón. En biom-bo, pertenece al tipo mixto 630; en el banco presenta los bus-tos de los doce Apóstoles, sobre el que se desarrollan los tres cuerpos y el remate coronado por el Padre Eterno. En las siete calles se alternan esculturas de santos de la orden, alojados en hornacinas flanqueadas por columnas tritós-tilas de diferente orden en cada cuerpo, siendo las del tercer cuerpo y las del remate indudablemente platerescas. Las pintu-ras representan diferentes episodios de la "vida" de Cristo, el primero el Nacimiento, luego la Epifanía, la Presentación del Niño en el Templo, la Resurrección y Pentecostés. Flan-queando el remate del retablo, en dos medallones, está el Se-ñor de la Flagelación y el Ecce Homo; en el tercer cuerpo de la calle central se halla un relieve estofado de la Estigma-tización de San Francisco. Conserva en su sacristía, al parecer, el alfarje más antiguo de la Nueva España. En los muros del templo quedan restos de pintura mural, al igual que en el claustro, en especial en la Sala de Profundis, con los retratos de los doce primeros frai-les y escenas de la vida de San Francisco de Asís, obras que presentan una magnífica calidad en el oficio. 628 TOUSSAINT, Manuel op. cit. 629 Otros autores atribuyen las esculturas a Luis de Arciniega. 630 Es el que presenta tanto escultura como pintura. La portería del convento presenta un trabajo notable de cantería, estructurada por dos arcos de medio punto decorados con motivos diferentes y soportados por una columna central de dos secciones separadas por un elemento central en forma de peta tillo. Junto con las del conjunto conventual de Calpan, ostenta Huejotzingo las más bellas capillas posas que se conservan 631, por la riqueza de su decoración a base de relieves que presentan ángeles, portando cada uno símbolos de la Pasión. Son capillas de cubo rematadas con cubierta piramidal, cuyas dos fachadas que se abren al camino procesional se estructuran en torno a un arco de medio punto, soportado por haces de co-lumnas de filiación gótico-isabelino, cuyos capiteles y basas son idénticos; el extrados del arco aparece fuertemente moldu-rado. La fachada de salida ostenta un alfiz conformado por el cordón franciscano, que cobija en las impostas a dos ángeles que portan símbolos de la Pasión, cordón que se interrumpe en una corona colocada sobre un escudo que contiene el anagrama de Jesús; completan esta fachada cuatro escudos de la orden franciscana, alojados dentro de un tablero. HUEXOTLA Convento de San Luís Obispo Huexotla Pequeño claustro de gruesas columnas que apenas rebasa la altura de un hombre, sobre las que se desplantan arcos escar-zanos, tres por lado; el segundo piso, de posterior factura, presenta techumbre de madera. 632 HUEYOTLIPAN Convento de San Ildefonso Hueyotlipan Fundado después de septiembre de 1573, teniendo el convento para 1585 un solo cuarto y por iglesia la capilla abierta 633; poco después se construyó su claustro, de cuatro arcos por lado. HUICHAPAN Convento de San Mateo Apóstol Huichapan Hacia 1585 este conjunto conventual ya estaba acabado. IXTACUIXTLA 634 Convento de San Felipe Ixtacuixtla Desde 1569 los franciscanos establecieron en esta localidad un convento para evangelizar la parte Norte de la Provincia de Tlaxcala; en 1585 el convento estaba ya acabado y su templo se hallaba en construcción, entre tanto la capilla abierta hacía las veces de iglesia. Actualmente el templo conventual se en-cuentra en ruinas y de su convento no queda nada; de planta rectangular rematada en cabecera poligonal, que se separaba de la nave mediante un arco 631 Este conjunto conventual tuvo a su cargo veinte poblaciones agru-padas en cuatro parcialidades, perteneciendo cada capilla posa a una de e-llas. 632 Gabriela Urquiza, en su Reflejo de la mística mexicana, aporta un análisis completo de este conjunto conventual. 633 De este convento dependían los pueblos de La Asunción, Nativitas, San Francisco y La Magdalena; su jurisdicción fue secularizada en 1640 y el 29 de mayo de 1770 el convento de Hueyotlipan. 634 La población de Cuixtla o Ixtacuixtla se componía de mexicanos y otomíes. triunfal, ahora desaparecido. Su capilla abierta poseía presbiterio cúbico 635 que se a-bría sobre un doble pórtico, el primero de cinco arcos y el segundo de tres. Se transformó en pequeña iglesia cerrada que es la que ahora está abierta al culto, de caracteres muy pecu-liares, ya que es de tres naves en el cuerpo y en el crucero de cinco; no presenta proporción entre la anchura y la longi-tud, pues el cuerpo del templo se compone únicamente de dos tramos. "Llaman la atención los alfices que encuadran los arcos interio-res. La fachada exterior de la capilla remata en perfil conopial. La por-tada es del tipo sencillo, que predomina entre las iglesias franciscanas de Tlaxcala. La ventana del coro remata en arco muy apuntado y está engarzada en un funículo de la misma forma, y que tal vez sea recuerdo de un antiguo cordón franciscano." 636 Secularizado el 29 de mayo de 1770, desde principios del si-glo XVII los frailes atendían las siete poblaciones menores, con sus respectivas iglesias, de la Trinidad, San Pedro, San Mateo, San Cristóbal, Santa Ana, Santa Inés y Santa Justina, que fueron secularizados en 1640. IZAMAL Conjunto conventual fundado por fray Diego de Landa a media-dos del siglo XVI, 1549, sobre el gigantesco basamento de una pirámide prehispánica. Terminado por fray Francisco de la Torre en 1561, fue su arquitecto fray Juan de Mérida. Al atrio, de gran tamaño, se accede por tres rampas, dos de las cuales arrancan del mismo punto y se desarrollan opuestas en dos tramos, que llegan a un arco rebajado, el central de u-na galería conformada por diez arcos, soportados por machones hacia la fachada, siendo los nueve restantes más chicos y de medio punto; hacia el atrio esta galería presenta once arcos,soportados por columnas monolíticas, nueve de ellos de medio punto y dos rebajados. El atrio está limitado en tres de sus lados por galerías de arcos distribuidos asimétricamente y li-mitadas en las esquinas por capillas posas. En el interior del templo se consertva el retablo dedicado a la Virgen de Izamal, Patrona de Yucatán. En el claustro destaca el reloj de sol y el camarín de la Virgen. JILOTEPEC Convento de San Pedro y San Pablo Jilotepec Según Torquemada, la evangelización de este lugar se inició después de 1529, llevada a cabo por fray Alonso Rangel y fray Antonio de Ciudad Rodrigo Para 1585 su convento ya estaba completo, mas no su iglesia 637, contando con una de las capillas abiertas más grandes del siglo XVI, una "ramada" conformada por siete naves que ocupa-ban un plano de aproximadamente 45 por 27 metros; su nave principal era más ancha que 635 Sobre el que posteriormente se levantó una cupulilla. 636 REYES ZEPEDA, Gilberto Guía arquitectónica del Estado de Tlaxcala. 637 Construida en la última década del siglo XVI. las laterales, con un claro de cerca de 6.40 metros y una altura de 7 metros; cubierta a dos aguas poco pronunciadas que arrancaban sobre muros de cerca de 4.50 metros de altura. De ella solo quedan el muro este, los cimientos de la fachada oeste 638 y la torre noroeste. "Las molduras de los arcos ciegos de las tres naves centrales muestran un buen trabajo artesanal, en estilo clasicista." 639 Aunque el uso de arcos apuntados en el siglo XVI novohispano es raro 640, lo encontramos en el arco del presbiterio de su templo conventual, con moldura de cadena, cuyo intrados ostenta motivos florales. MANÍ Según palabras de Cogolludo "... su iglesia es de una nave, de bóveda, conjunta otra de los indios (debemos entender unas capilla abierta?); titular de las dos San Miguel Arcángel." 641. Sobresale en su templo el retablo mayor y los retablos platerescos policromados. MÉRIDA Su convento fue fundado en 1547, presentando un templo de medianas proporciones construido de mampostería, que ostentaba bóvedas; el claustro primitivo, pequeño, fue abandonado en el siglo XVII, cuyo arquitecto fue fray Antonio de Tarascón. Ac-tualmente quedan solo restos de este conjunto conventual. MEXICO Convento de San Francisco de México Al llegar los franciscanos a la cuenca de México se estable-cieron en Texcoco 642. Una vez en la ciudad de México, se al-bergaron en un sitio contiguos al Templo Mayor y, sin pérdida de tiempo, empezaron a evangalizar a los indios. "33. El celebre Convento Mexicano dedicado a N. P. S. Francisco tuvo su primer sitio en el lugar donde hoy está la Santa Iglesia Catedral, dióseles porque estuvieran cerca de las casas del Marques que hoy son el Palacio Real, y la casa de Moctezuma, donde hoy están las casas del Marqués, y don-de estuvo primero la Audiencia Real. Pareciéndoles a nuestros Religiosos que los indios estaban algo lejos, para doctrinarlos con más facilidad se pasaron al sitio que hoy retiene, donde era el Palacio de las Aves, y Huer-ta de flores de Moctezuma, y por tener al pie de un Sabino, que hoy está en la Huerta, un ojo de agua, que se ha cegado con el terraplén. Vendió el Síndico el primer sitio donde está la Catedral en cuarenta pesos, (no por-que los 638 "La ausencia de cimientos visibles para los soportes de las naves hace pensar que a semejanza de San José de los Naturales en la ciudad de México, el techo estaba sostenido por columnas de madera. Parece razonable suponer que dicha estructura se derivó de San José de los Naturales y fue, por tanto, construida después de 1547." KUBLER, George op. cit. 639 KUBLER, George op. cit. 640 Según Kubler. 641 En TOUSSAINT, Manuel op. cit. 642 Quisiera saber cómo debe escribirse, Texcoco o Tezcoco, ya que en los documentos estatales lo he encontrado de las dos maneras. Religiosos quisieron venderlo, sino porque quisieron asegurar la propiedad con el otro precio y escritura ... "34. Luego que los primeros Fundadores llegaron, trataron de hacer Igle-sia, y con mucha brevedad por el calor que puso el Gobernador, Fernando Cortés [sic], se acabó el año 25 que fue la primera iglesia de todas las Indias. Cubriose el cuerpo de la Iglesia de madera, y la Capilla mayor se hizo de bóveda, donde sirvieron las primeras piedras cuadradas de los escalones del Templo mayor de los Indios ... no extrañarían las bóvedas los Indios, porque en Texcoco, y en otras partes se hallaron bóvedas de admira-ble arquitectura, y pues ellos las hicieron no hay duda sino que las habían visto y las habían fabricado. "37. El sitio donde se hizo esta primera Iglesia con las armas del Mar-qués no se ha podido averiguar cual sea, unos piensan que fue la Iglesia vieja de la Catedral por estar en la forma que se dice de Oriente a Ponien-te como acostumbran a fabricar los Religiosos, pero según más legítimo dis-curso sería el sitio donde está hoy la Capilla de San José de los Españo-les, porque estaba junta, y contigua con el Convento primero, que fue la enfermería vieja que llamaban, donde había un claustro pequeño, con celdas y pila, que todos conocimos, y en el descanso de una escalera que subía al claustro estaba una celda con su trascelda, que se decía haber sido de los Comisarios Generales antes que se hiciera el dormitorio que hicieron los Señores Servantes [sic], donde hoy está (colocado?) el Noviciado. Digo que todos conocimos este Convento pequeño, porque ... el año de 47 y el de 49 lo derribó el M. R. P. Fr. Buenaventura de Salinas e hizo enfermerías y claustro, la cual se volvió a mudar donde hoy está por estar al Poniente y al ruido de la calle, y se hizo el cuarto donde los MM. RR. PP. Comisiona-dos tienen su morada." 643 Posteriormente obtuvieron un predio en uno de los límites de la traza y prosiguieron su labor misional al aire libre en un gran espacio que llamaban "patio". Edificaron una capilla a-bierta hacia él, de manera que éste hizo las veces de nave; la bóveda de esa capilla, construida bajo la dirección de un cas-tellano, sorprendió a los indios, quienes temieron que se les viniera encima al descimbrarla, en 1525; "no fue así pero se de-rrumbó a los dos años, dejando en entredicho la pericia del maestro que la dirigió." 644 Se retechó de paja y fue llamada San José de Be-lén, edificándose después con materiales duraderos y fue cono-cida como San José de los Naturales 645 ; tuvo tres arcos sos-tenidos por columnas, luego cinco y hasta 1539 ya eran siete, al irse ampliando su espacio interno. Fue tan iportante que a-llí se celebraron las exequias fúnebres de Carlos V, en 1559, con un túmulo de estilo renacentista proyectado por Claudio de Arciniega 646 , quien participó en la construcción de este con-vento. "Se ha dicho que los patios y capillas abiertas ayudaron a la aceptación del nuevo culto, ya que 643 VETANCUR, fray Agustín de Teatro Mexicano. 644 AMERLINCK, María Concepción op. cit. 645 Según fray Pedro de Gante, frente a ella se acomodaban hasta diez mil personas. 646 Fue hecho venir por el virrey para ello desde la Puebla de los An-geles. En 1560 fue nombrado maestro de cantería de la Nueva España y cinco años después maestro mayor de la ciudad. Puede decirse que fue el arquitec-to más importante del siglo XVI, ya que intervino en todas las obras impor-tantes de su tiempo. los neófitos aborígenes estaban acostumbrados a permanecer a la interperie durante las ceremonias religiosas. No obstante, hay que considerar que fueron más que nada prácticas, por la rapidez con que podían empezarse a usar, su versatilidad y lo mbderado de su costo. "Esa solución arquitectónica se consagró en el convento de San Francisco y, por haberse adecuado a la obra evangelizadora, fue empleada por todas las órdenes mendicantes." 647 "38. Dejo lo antiguo de paso y paso a lo moderno que permanece, que aun-que en la relación Latina escribí todo, lo que supe, no se si sabré decir en romance lo que a la vista tengo, porque es otra cosa el verlo, y mucho menos el decirlo, y solo el que lo viere podrá creer y decir que es más lo que se ve, que lo que se dice. No es lo más lo que tiene de vivienda en los altos el Convento, aunque en nueve dormitorios: unos altos, y otros algo bajos, por haber sido en varios tiempos su fábrica de ... casi treinta cel-das, donde Prelados moradores, enfermos, y huéspedes moran de ordinario cerca de doscientos Frailes, sobrando celdas altas, bajas y entresoladas, para otros muchos, todas acomodadas y con distinción de personas ordenadas las viviendas, según la calidad de los sujetos, con sus pasadizos y ofici-nas necesarias para todos. "39. Tiene dos claustros, y en medio de cada cual una pila de agua que le alegra, la del principal es de piedra de jaspe blanco (que acá le llaman Tecale [sic]) con dos tazas hermosas de lo mismo, y una imagen de Talla de San Diego por remate; los claustros bajos están adornados con lienzos gran-des de pincel famoso de Balthazar de Chaves, en que se registra toda la vi-da de San Francisco, y entre cuadro y cuadro una tarja (?) que tienen dos Angeles que esta escrita la historia de cada lienzo en romance lacónico y sucinto; en todo el techo no se divisa viga porque está cubierto de lienzos pintados de varios lazos, alfombras y alcatisas fingidas, que hacen ... la perspectiva agradable vista; el soclo es de madera con payzes [sic], y mon-tería pintado el monte Alberne con primor; de allí se sigue de Norte a Sur las dos piezas del Refectorio, y Sala de Profundis, en esta, que es del ta-maño del Refectorio está el sepulcro de los Señores Servantes, en las pare-des están las efigies de los dos Obispos de Oaxaca, que han tenido con el epitafio funeral cada cual en que se dicen las dignidades, y oficios, acom-paña en esta sala una devota Imagen del Santo Cristo de Burgos en su reta-blo, el Refectorio es tan capaz, que en las mesas caben más de quinientos Religiosos, con sus oficinas necesarias, y patio donde se asolea el agua que se ha de beber, en sus tinajas. "40. Tiene cuatro escaleras principales: al entrar de la Portería está una con tres ramales de escalones a San Buenaventura dedicada, con tres lienzos de su vida que la adornan, el techo de artesón dorada con las ocho Virtudes de relieve y el Espíritu Santo en medio pendiente que las corona; en los cuatro ángulos los cuatro Pontífices de la Religión, de Talla entera con las Tiaras en las manos como que al Santo las ofrecen; en las cuatro pechinas los cuatro más célebres Autores de la Orden: Scoto, Lyra, Alejan-dro de Ales, y San Antonio, de pincel todo, cubierto de plomada, obra que hizo y dedicó el M. R. P. Fr. Buenaventura de Salinas a expensas de Biene-chores, con una Misa donada de cincuenta pesos cada año que en la misma es-calera el día de San Buenaventura se canta con su responso; en el primer descanso está una puerta grande, y dos pequeñas por donde se entra a una Capilla de doce varas en cuadro a Nuestra Señora de Aranzazu dedicada, tie-ne dos Altares a los lados; uno de N. P. S. Francisco, y otro de San Bue-naventura, de Talla entera en sus retablos, en las repisas de los cuatro ángulos 647 Ibidem. cuatro lienzos: de N. P. Santo Domingo, San Francisco, San Agustín y San Ignacio, el techo de lazos dorados con los ocho atributos de la Vir-gen de medio relieve por artesón, y en medio un lienzo de la Asunción de Nuestra Señora, que a la perspectiva parece que va penetrando las nubes pa-ra el Cielo, todo cubierto de plomada, con una tribuna, y su órgano en e-lla, donde se entra por la sala de ordenación, y con otra puerta baja que va al Noviciado, y por ella salen los Novicios a rezar el Oficio de Nues-tra Señora en alabanza. Hoy pertenece al Capitán Calderón. "41. Las otras tres escaleras no son de menos arquitectura, y adorno; una que baja a la Sala de Profundis, cuyo espacio ocupa un lienzo grande del tránsito de N. P. S. Francisco, y al otro lado de su tamaño en proporción otro lienzo de los milagros del B. Fr Salvador de Orta. Otra baja a la an-tesacristía, que se compone de tres ramales, y dos derrames uno que va al claustro principal, y otro al cuarto de los Lectores; en el descanso tiene una Capilla de San Antonio. La cuarta escalera cae a la parte del Poniente en el segundo claustro, que sube al cuarto y dormitorio donde viven los MM. RR. PP. Comisarios Generales; está en el techo adornada con diferentes Imá-genes cuadradas de Santos de la Orden. "42. La Sacristía, entierro de los Señores Condes de Santiago, es de las más vistosas, y adornadas piezas que tienen las Indias, toda quajada [sic] de lienzos grandes con sus marcos dorados, y entre lienzo, y lienzo de la Sagrada Escritura pintados: el Paraiso, La Escala de Jacob, los triunfos de Judith, y de Jael, y las aguas que dio a beber Rebeca; Atributos de María SS de manos del Insigne Fr. Diego Bezerra, Religioso Lego, toda esta con cenefa de azulejos por abajo, con un romano de Angeles, y varios lazos por arriba, y toda de cejones de nogal embutidos para los ornatos, el techo de artezón dorado, y su plomada, con quatro [sic] ventanas al Oriente, que con las vidrieras finas aumentan la claridad de sus luces. "43. La Iglesia 648 tiene un hermoso Retablo dorado en el Altar mayor de obra mosaica, y corintia con diez y seis Santos de Talla entera, que entre las columnas se acompañan, tableros del afamado Basilio 649, de los miste-rios de Christo, y de su madre, en medio está una hermosa Imágen de talla entera de N.P.S. Francisco, y otra más arriba de la Concepción de Nuestra Señora, y un Santo Christo en el tercer cuerpo; el Sagrario está de Reli-quias de Santos adornado así en las puertas potátiles con que se cierra como en el interior, donde está una espina de la Corona de Christo en su custodia, el Lignum Crucis en una Crus de Christal [sic] de que tiene de los doce Apóstoles reliquias y una canilla entera de S. Felipe de Jesús; el cuerpo, y Capilla mayor tienen tantos retablos, y están unos en pos de o-tros, tan contiguos, que no permiten ver nada de las paredes que ocupan tiene una reja de fierro, y divide la Capilla mayor del cuerpo de la Igle-sia, que tiene ocho varas en alto, y quince de latitud, hecha de maravillo-sa hechura en la Provincia de Cantabria, que su costo llegó a más de diez mil ducados, el techo es todo artezón, y de plomada y por estar con las i-nundaciones y su terraplen más de quatro varas hundido el Templo, 650 se trata de hazerlo [sic] de bobedas [sic] y lebantarlo [sic]; obra que el M. R.P. Fr. Juan de Esuzuriaga, Comisario General intenta (cuyo celo será de todos los devotos que lo desean agradecidos) y si los Bienchores [sic] ayudanle veran acabado. No se ejecutó. 648 Aunque esta descripción pertenece al siglo XVII nos da una idea de cómo fue éste templo en el siglo XVI. 649 Basilio Salazar. 650 Recordemos que fray Agustín de Vetancurt escribió su Teatro Mexica-no en 1698. "44. Está al lado del Evangelio un lienzo del Invicto Marquéz [sic] del Valle D. Fernando Cortés debajo de docel, y con el Estandarte de sus armas, y al pie del lienzo, en que está su efigie, están en un baúl pequeño forra-do de terciopelo negro sus huesos, y los de su Hijo el Marquez D. Martín Cortés, para cuyo entierro se trujeron [sic] de Tezcuco [sic], porque fuesse con la ostentación de Capitán General [...] los huerfanos de D. Fernando Cortés en el entierro quedaronse unos paños azules con sus armas por la pa-ga del funeral que se consumieron de servir; en el mismo lado está deposi-tado el cuerpo del señor D. Nicolás de Bivero, tercero Conde del Valle de Orizaba, para que se lleve a Tecamachalco al entierro de sus antepasados, y en otra sepultura estan las armas de Francisco de Heredia, con cuya limosna de catorce mil pesos se doró el retablo. "45. Debajo de la lampara al pie de las gradas están tres lozas con sus epitafios, que la una es de D. Juan Lopez Murillo, Abuelo del Señor D. Juan de Mañosca, Inquisidor que fue de esta Nueva España, y Obispo de la Habana que dejó dotado el Aniversario, la obra es de D. Fernando de Hoyos y Azoca, Cavallero [sic] de Calatraba, y de sus descendientes, que dió la primera lampara, que se llevó al Covento de la Puebla quando se puso la que hoy sirve; la otra es de D. Prudencio de Armentla, todas contiguas, en la Igle-sia, y claustros ay [sic] Altares y entierros de diversos Cavalleros, y conquistadores, cuyas sucesiones han faltado, y son pocos los que la tie-nen, porque en las Indias duran muy poco las generaciones, y menos que las generaciones las haciendas, que ay nietos que no gozan lo que ganaron sus Abuelos, por que los que en vida fiaron de los Religiosos sus almas en la muerte entregaron sus cuerpos." 651 Este convento tuvo diversas Capillas de Cofradías, entre las que cabe destacar la de San Antonio (Venustiano Carranza y Eje Central. En el Teatro mexicano de Vetancurt 652 encontramos re-ferente a ella: "47. La Cofradía de S. Antonio de Padua, aunque en todo el mundo es ce-lebre en sus fiestas, la de México se ha esmerado en celebrar al Santo; el día es de grande ostentación, el altar mayor ocupa un Santo con el Sacra-mento en el pecho adornado de luces, y de varias flores, la Capilla ocupa otro Santo con igual adorno, y luces que el Altar Mayor, y para que aya [sic] lugar a tantas Misas, se ponen en la Capilla dos Altares, tienen los tres días Jubileo, y en toda la octava le celebran por días los bienhecho-res, y particulares devotos, sacan todos los años dos, y tres huerfanas do-tadas a trecientos pesos, fabricose la Capilla, que cae en el cuerpo de la Iglesia hacia el Norte el año de 639 con su Sacristía, está toda adornada con lienzos de milagros del Santo, el techo es de artezón, y cubierto de plomada, y el día octavo está el Santísimo cuarenta horas descubierto con Jubileo; la plata de doce lamparas, seis blandones, y forntal de plata, y ricos frontales bordados, y demás alajas [sic], dicen la devoción cordial que el Santo tiene." El convento original fue reconstruido por fray Francisco de Gamboa formada por un alfarge cubier-to de plomo. 651 652 653 653 . Su techumbre estaba VETANCUR, fray Agustín de op. cit. op. cit. Llegó a México en 1568; tomó el hábito franciscano antes de 1570 y murió en 1604. Fue uno de los conjuntos conventuales más extensos y ricos de América Latina, abarcando las actuales calles de Madero, Venustiano Carranza, Eje Central y Bolívar. Algunas de sus dependencias se conservan en la actualidad: la portería en el Pasaje Saboy (Eje Central), la Capilla de San Antonio en Ve-nustiano Carranza y Eje Central y el claustro en Gante, otra parte del claustro es el Templo Adventista, y la Sala de Pro-fundis en la Pastelería Ideal de 16 de Septiembre #14. Este conjunto conventual fue un vasto complejo de capillas, claustros y demás dependencias, cubriendo una extensión de a-proximadamente 30 mil metros cuadrados. La actual iglesia fue construída en el siglo XVII y los claustros que se conservan pertenecen a esta misma época. Durante el gobierno del general Ignacio Comonfort se descu-brió una conspiración falsamente atribuida a los frailes, que dio pie al decreto del 16 de septiembre de 1852, suprimiendo el convento y ordenando su fraccionamiento y venta a particu-lares. Al abrrirse la calle llamada actualmente Gante, se des-truyó lo que quedaba de la Capilla de San José de los Natura-les. MEXQUITIC Convento de San Miguel Mexquitic Su iglesia fue modificada posteriormente, ostentando un re-tablo dorado. MOTUL Fue establecido como conjunto doctrinero en 1555; su conven-to data de 1567. NATIVITAS Convento de Santa María Nativitas Fundado antes de 1569, fue un gran centro de Evangelización. Para 1585 el convento era "una casa vieja que por una parte se iba cayendo y por la otra la iban derribando para aprovechar algunas cosas en la nueva que entonces iban levantando." 654 Del templo conventual sólo quedan los retos de sus muros, que estuvo rematado por cabecera poligonal, posiblemente cu-bierta con bóveda de nervaduras, como lo indican los contra-fuertes escalonados que refuerzan las aristas del polígono. Próximo al acceso del actual templo parroquial se conserva su antigua pila bautismal, orlada con el cordón franciscano. OTUMBA Convento de la Concepción de Nuestra Señora Otumba Hacia 1534 estableciron monasterio en Otumba, cuyo convento primitivo no se conserva, perteneciendo su iglesia al siglo XVII. Su capilla abierta pertenece al tipo de ábside y galería doble. 654 REYES, ZEPEDA, Gilberto op. cit. OXCUTZCAB Destacan en la composición de la fachada, además de la espa-daña, los elementos decorados, y en el interior, la arquería que cubre la bóveda y el retablo mayor. OZUMBA En 1543 se fundó Ozumba, en las cercanías de México. Conser-va en su portería un fresco del siglo XVII, que narra el mar-tirio de los niños tlaxcaltecas. PÁTZCUARO Convento de San Francisco Pátzcuaro Aunque no es la primitiva, la iglesia presenta un estilo que recuerda las antiquísimas iglesias románicas de España, tal vez sea la única con estas características en México; gran i-glesia perteneciente a las últimas décadas del siglo XVI, aun-que este convento fue fundado antes de 1540; de una sola nave con testero poligonal y originalmente cubierta con una techum-bre de madera. Conserva la portada lateral, muy sencilla, con jambas en forma de pilares toscanos y un alfiz formado por una gruesa moldura 655. El claustro presenta arquerías sobre pilares mudéjares; su portería es plateresca 656. El convento presenta otra portada del siglo XVI, que ostenta la fecha de 1577, con pilastras corintias estriadas en las jambas y tres medallones en la arqui-volta. El claustro bajo ostenta pilastras de sección octogonal y arcos de medio punto, en tanto que el claustro alto se es-tructura mediante soportes cilíndricos de madera, con basas de cantería y zapatas que sostienen la techumbre plana, de viguería. PUEBLA DE LOS ÁNGELES Convento de las Llagas de San Francisco Puebla En este convento, hacia 1550-80, intervino en su construc-ción Francisco Becerra; su iglesia es de una sola nave, cu-bierta con bóvedas nervadas, testero poligonal y grandes con-trafuertes exteriores; gran iglesia fue concluida entre 1567 y 1570, siendo su coro obra de Francisco Becerra 657. De las dos portadas, sólo la portada lateral data del siglo XVI, considerada la más antigua de la ciudad; tiene relieves planos y un elevado frontón sobre la cornisa, que alberga el escudo del Obispado de Tlaxcala 658. Otras partes de la iglesia son de fecha posterior, conservan-do sus bóvedas nervadas gotizantes. QUECHÓLAC 655 La portada principal fue destruida, presentando una ecléctica del si-glo XIX. 656 Según Toussaint "es una joya". 657 Famoso arquitecto español que intervino en muchos edificios novo-hispanos. 658 La principal, que data del siglo XVIII y sustituyó a la primitiva, es muy rica, con pilastras estípites peculiares, revestimientos de ladrillo y tableros de azulejos policromados; está flanqueada por una gran torre, inspirada en las de la catedral poblana, también del siglo XVIII. Convento de la Magdalena Quechólac Su templo es planta basilical de grandes proporciones, muy alterada actualmente al albergar en su interior otro templo de dimensiones menores, con crucero y cubierto con bóvedas de arista.Conserva algunos retablos de la iglesia inicial. Su claustro fue completamente destruído. SAN LUÍS POTOSÍ Los franciscanos llegaron a San Luis Real y Minas de Potosí hacia 1583 y siete años más tarde fundaron un modesto monaste-rio al poniente de la ciudad, con una iglesia de adobe y vi-guería, que fue parroquia de indios y tuvo una capilla dedica-da a San Diego, edificada gracias a Juan de Zavala, con bóveda de entierro para él y su familia. El bautisterio estaba afuera y separado de la iglesia. SAN SEBASTIÁN DEL VENADO El convento de este pueblo, fundado para indios y negros, fue fundado en 1593. SANTA MARÍA DE LAS CHARCAS El convento fundado en este real de minas potosino fue muy importante para la expansión misionera hacia el norte. TACUBA 659 Convento de San Gabriel Arcángel Tacuba Fundado en 1548, la sacristía de su templo fue consagrada el 6 de octubre de 1569. En su convento, que para 1585 ya estaba concluido, habitaban cuatro frailes, que asistían a unas cinco mil familias de quince pueblos o aldeas cercanas. Su suntuosa iglesia 660 fue construida bajo la dirección de don Juan Cortés, jefe indígena. TAJIMAROA 661 Convento de San José Tajimaroa Fundado en 1565, conserva su iglesia de una nave con testero plano, grandes contrafuertes y almenas prismáticas. El claus-tro, con arcos y columnas cilíndricas de cantería, así como los restos de la capilla abierta, tienen algunas portadas co-nopiales. TARÉCUARO Convento de Santa María de Jesús Tarécuaro Fundado antes de 1550, se terminó de construir a fines del siglo XVI. Conserva su gran iglesia de una nave, cubierta con techumbre de madera a dos aguas; su fachada principal, en la que se desarrollan una sencilla portada cuyo único elemento decorativo es un alfiz, aparece flanqueada 659 En 1522, algunos españoles plantearon la posibilidad de establecer en este lugar la capital novohispana. Para 1569 el asentamiento indígena había decaido por completo, ya los españoles se apropiaron por completo de las tierras del lugar. 660 Según palabas de fray Agustín de Vetancurt. 661 Hoy Ciudad Hidalgo. Completamente modificado en los siglos XVIII y XIX. por una torre de un solo cuerpo cuadrado. La portería aparece cubierta con una techumbre inclinada de madera y teja, soportada por zapatas de madera sobre esbeltos pilares de fuste octogonal, que en vez de capitel ostenta bandas de flores o perlas isabelinas. Presenta claustro rodeado por corredores con arcos de medio punto sobre pilares octogonales burdamente esculpidos, que siguiendo el tema de la portería, en lugar de basas y capite-les ostentan bandas de perlas, de evidente factura indígena. TARÍMBARO Convento de San Miguel Tarímbaro Fundado hacia 1589, conserva una iglesia de una sola nave con testero poligonal 662; espléndida capilla abierta, de un tramo cubierto con bóveda nervada de cuarto de esfera y gran arco abocinado decorado con casetones renacentistas, apoyado sobre pilastras estriadas. El claustro es de un solo piso, con arcos de medio punto, apenas moldurados, que se desplantan sobre columnas toscanas de cantería. TECALI Convento del Apostol Santiago Tecali Algunos conventos franciscanos en la región poblana presen-tan una modalidad especial, con iglesias de tipo basilical, siendo una de ellas la de este conjunto monacal, fechada en 1569; de elegantes proporcioines y refinados elementos decora-tivos, lamentablemente en ruinas. Tiene planta rectangular, con ábside plano y saliente, tres naves formadas por danzas de arcos de medio punto sobre esbeltas columnas toscanas de can-tería labrada, con fuste liso, que sostenían una techumbre a dos aguas de madera y teja, dorada y policromada. Su portada principal es uno de los ejemplos más notables del manierismo renacentista 663. Desarrollada en torno a un sencillo y reme-tido arco de medio punto, que cobija uno más pequeño con ele-mentos decorativos y en su clave una especie de roleo, los dos como si estuviesen contenidos dentro de un pórtico, conformado por dos pares de recias columnas tritóstilas corintias des-plantadas sobre un basamento. Estas columnas soportan una cor-nisa moldurada y rematan cada una en un pináculo plateresco; entre estos pináculos, y ocupando todo el ancho del vano, se desarrolló un achatadísimo frontón triangular, sobre el cual se abre la ventana del coro, en arco abocinado de medio punto, flanqueado por sencillas pilastras cajeadas que soportan tam-bién una sencilla cornisa. En los intercolumnios aparecen dos hornacinas con sus peanas. El presbiterio presenta restos de pintura de carácter mudé-jar. Como este conjunto conventual lamentablemente es una rui-na, los magníficos retablos que albergaba pueden observarse en la parroquia del lugar. En su claustro, en ruinas, destaca su impresionante dimen-sión, los restos de pintura mural y una bellísima pila bautis-mal en piedra del siglo XVI. 662 Modificada en época reciente. 663 Para algunos, es una obra de arte renacentista puro. TECAMACHALCO Convento de la Asunción Tecamachalco Fundado entre 1540-60, tiene un gran templo de una sola na-ve, testero plano y bóvedas vaídas con nervios de mampostería. Su portada principal presenta un doble arco conopial y alfíz, y la porciúncula arco trebolado decorado con tezontle negro en las enjutas. La torre lateral, coronada con almenas, confiere a la fachada una gran esbeltez. El sotocoro conserva pinturas de gran interés y valor artís-tico, firmadas en nahuatl en 1562 por Juan Gersón 664; pinta-das sobre papel de amate y colorantes de tradición prehispáni-ca, con pequeñas escenas del Apocalipsis, "inspiradas en los gra-bados de una Biblia impresa en Lyon, Francia, en 1588." 665 El claustro, aunque arruinado, es interesante, al igual que la capilla abierta anexa a la portería. TEPEACA Convento de San Francisco Tepeaca Quizá el ejemplo más representativo de los "conventos-forta-leza" de la Nueva España, "porque es una verdadera fortaleza en que los detalles estratégicos parecen haber sido más estudiados que la misma disposición de la iglesia" 666, además de ser el prototipo de los conventos franciscanos de esta época. Fundado en 1530 por fray Juan de Rivas, siendo terminada la construcción de su iglesia y convento hacia 1580. Ostenta una gran iglesia, con testero plano y presbiterio más estrecho que la nave, doble paso de ronda que circundan el edificio perforando muros y contrafuertes, y ventanas gemina-das con perlas isabelinas, motivo decorativo muy abundante en este templo conventual. Bellísima es su silueta, al presentar sus contrafuertes re-matados por garitones cúbicos con chapitel piramidal que cul-minan en una esfera, algunos de los cuales ostentan una deco-ración que los hace ver como erizados, continuando el mismo tema con que remata la torre. Al nivel del arranque del segun-do grupo de ventanas, también en el exterior, corre un paso de ronda. La portada principal luce como único elemento decorativo grandes perlas, al igual que los remates piramidales que coro-nan todo el edificio. El claustro, de planta rectangular, tiene corredores con sus cuatro lados formados por pilares de sección cuadrada y peculiares capiteles con perlas; las bóvedas que los cubren son posteriores. En la plaza mayor de Tepeaca se levanta una torre elevada, de planta octagonal, con ventanas geminadas y cubierta con un cupulín nervado, de igual factura que el convento, conocida como "El Rollo", que quizá tuvo las funciones de picota o de torre de vigilancia. 664 Identificado como pintor indio. 665 CASTRO MORALES, Efraín op. cit. 666 TOUSSAINT, Manuel op. cit. TEPEAPULCO Convento de San Francisco Tepeapulco Fundado por fray Andrés de Olmos, cuya resolución fue tomada durante la reunión del capítilo de Huejotzingo en 1528. Construido sobre el antiguo teocalli, del edificio inicial se conserva la portada del templo, con arco rebajado cuyo ex-trados presenta como continuación los ricos ornatos de los relieves de las jambas, a las cuales aparecen adosadas pilas-tras igualmente cubiertas de relieves, que se prolongan for-mando un alfiz que cobija un relieve, y está coronado por un pequeño nicho, probablemente de posterior factura. 667 Fue re-construido en la época barroca. Su claustro parece ser el original, depositario de excelente pintura mural: en el claustro bajo una Anunciación, una Nati-vidad y una Epifanía, y en el claustro alto, una Misa de San Gregorio, San Pablo, la Crucifixión y San Lorenzo. Fray Bernardino de Sahagún compiló en este conjunto conven-tual los Primeros memoriales para su obra La Historia de las Cosas de la Nueva España, entre 1558 y 1560, cuyas formas arquitectónicas "pueden haber marcado una cierta influencia en el estilo del dibujo." 668 TEPEJI DEL RIO 669 Convento de San Francisco Tepeji del Río Presenta un atrio almenado, cuyos merlones ostentan ornatos laterales de discos que recuerdan las orejeras indígenas; se excavó en una ladera al oeste de la fachada, usándose el mate-rial extraído para construir una enorme plataforma al este, en la que se apoyó la iglesia y el convento. La capilla abierta está conformada por arco de cinco centros o carpanel, que descansa, al igual que el alfiz, sobre medias columnas jónicas de fuste delgado y anchos capiteles, cuya inspiración es claramente clasicista dentro de un alfiz medie-val. Su extradós aparece ornado con motivos florales. Perteneciente al tipo de cubo, su capilla posa sigue los li-neamientos de la capilla afierta, presentando un sencillo al-fiz, sencillísimas jambas con capitel ornado con motivos flo-rales, al igual que el extradós. Templo de una sola nave cubierta con bóveda de cañón, de presbiterio más angosto que la nave y rematado interiormente por un muro curvo, siendo una de las excepciones para iglesias conventuales del siglo XVI, en tanto que exteriormente es pla-no y flanqueado por contrafuertes esviajados. El coro descansa sobre tres arcos. 667 Este conjunto conventual fue reconstruido, obra en la que participó fray Diego de la Peña, hacia 1559. 668 KUBLER, George op. cit. 669 "La fundación de 1558 tenía el expreso propósito de reconciliar a los hostiles otomíes de Uxtlapan con sus vecinos de Tepeji, que hablaban náhuatl. Por esta razón se escogió, por órdenes del gobierno civil y bajo la dirección de los franciscanos de Tula, un lugar entre los dos puelos." KULER, George op. cit. La fachada rompe la estrecha simetría bilateral de contra-fuertes esbiajados, reforzando uno de ellos con mampostería a lo largo del muro sur de la nave. La portada principal del templo es muy austera, estructurada en torno a un arco de tres centros, que presenta un juego en-tre las jambas sencillas de capiteles moldurados que se conti-núan en dos pilastras igualmente sencillas, todas sobre un ba-samento cajeado que hace juego con el extrados del arco; sobre el capitel de estas pilastras se desarrolla a cada lado una con triple capitel, cada uno con elementos decorativos difere-rentes, que sobre el tercero de ellos arranca un sencillísimo alfiz que cobija a la ventana del coro, abocinada y de arco rebajado y bajo ella el escudo franciscano de las cinco lla-gas. La puerta porciúncula se caracteriza por la pureza de sus proporcions, perfección de sus columnas y entablamentos, con jambas y extrados del arco tablereados. Remata en frontón triangular rebajado, flanqueado y rematado por cruces. El convento, cuyo claustro se forma por arcos rebajados que descansan sobre cuatro gruesas columnas, las del primer nivel con capiteles de filiación jónica en tanto que en el claustro alto son toscanas; conserva una fina escalera de una sola ram-pa. TEPEYANCO 670 Convento de San Francisco Tepeyanco Este conjunto monacal data de 1554. Su iglesia originalmente presentaba una techumbre de madera, que en el siglo XVIII es-taba cubierta parcialmente con bóvedas. Fue planteado de planta rectangular con cabecera poligonal; en la primera etapa de construcción, los muros se levantaron hasta la línea divisoria que corre a todo lo largo del edificio poco más abajo tras el primer contrafuerte, estando cu-bierto, según Vetancourt, por bóveda de nervaduras, como lo confirma la presencia de los cuatro contrafuertes del lado septentrional, "aunque no deja de llamar la atención la ausencia de con-trafuertes en las aristas de la cabecera poligonal tanto más que los muros no son precisamente de suficiente grosor (1,80 el del lado del evangelio y 1,20 de la epístola). Tal vez precisamente por esta razón, porque los muros de la cabecera y del tramo inmediato, no estaban sostenidos por machores, hubo necesidad, en tiempos posteriores de partir materialmente el templo en dos a ras del primer contrafuerte y en sentido vertical, se dividió el tem-plo, que antes de esta bárbara operación constaba con cinco tramos incluida la cabecera." 671 La fachada principal, aunque muy sobria, es imponente por su elevación y los contrafuertes de ángulo que simétricamente la flanquean. En ella se abren tres vanos, el de acceso y dos ventanas, las que corresponden a dos etapas sucesivas de cons-trucción, perteneciendo la primera a la iglesia primitiva del siglo XVI, que llegaba un poco más arriba de ella, convertida en nicho; la segunda pertenece a principios del siglo XVII, rematada en arco conopial. La portada es al extremo sencilla, sobria y severa, en arco de medio punto soportado por dos pesadas pilastras a manera de lanzas; los capiteles y basas de las jambas se cubren con follaje, al 670 O Topoyango. Fue a partir de 1673 uno de los tres conventos de reco-lección de la provincia del Santo Evangelio de México. 671 REYES ZEPEDA, Gilberto op. cit. Esta modificación fue efectuada después de 1640. igual que las impostas. Los riquísimos rertablos de su templo se conservan en el tem-plo barroco de la localidad. El claustro está completamente arruinado, conservándose sólo restos de columnas y arcos de cantería labrada. Constaba de claustro bajo y claustro alto, dormitorios y celdas, todo de pequeñas dimensiones pero de fuerte construcción. Su atrio cuadrado, colocado al frente de la iglesia y la ca-pilla abierta, tiene una extensión de 2.600 metros cuadrados, ahora continúa siendo cementerio. Conserva una sola capilla posa, de forma extraña pero que denota gran antigüedad, y sus tres arcadas reales de acceso al atrio. La capilla abierta, formada por una hornacina de planta po-ligonal, con un arco rebajado que soportan dos columnas con capiteles ceñidos de rosas; tuvo un pórtico con cinco arcos escarzanos y grandes columnas de cantería, hoy restaurado. TEXCOCO Convento de San Antonio Texcoco En 1525 ya tenían capilla y hacia 1527 o 1528 empezaron a construir el convento de San Antonio en un nuevo sitio; debió de haberse terminado en breve, pues en 1585 ya era viejo. La iglesia formal en 1576 no se había construido, siendo asigna-dos para esa obra los indios del repartimiento de Calpulalpan. De este conjunto conventual, descrito por el padre Ponce 672 como "el convento más antiguo de la provincia y donde se dice por cierto que se edificó la primera iglesia de las de nueva España", sólo quedan restos de su capilla abierta en la portería, parte del claus-tro y la portada norte del templo. La actual iglesia, el claustro y las portadas son del siglo XVIII. E conjunto catedralicio de Texcoco se compone de tres tem-plos que formaron parte del antiguo convento franciscano, don-de fray Pedro de Gante fundó en 1523 la primera escuela de América. TICUL Fundado en 1591, su templo pertenece ya al siglo XVII, de tres naves, tan amplio que pudiera ser una catedral. TIZATLÁN 673 Convento de San Esteban Tizatlán Tuvo una capilla abierta aislada desde fecha muy temprana, ya que aparece en el Lienzo de Tlaxcala, códice elaborado an-tes de 1550 674, documento en que se narra la colocación de su cruz por Hernán Cortés y los caciques Maxixcatzin y Xicohten-catl. Esta capilla abierta aislada es la más amplia de las que se conocen en el centro de México. 672 op. cit. 673 Tizatlán era el lugar de asentamiento del Señorío de Xicohtencatl; por sus condiciones urbanísticas puede definirse como un barrio durante el siglo XVI, por su relación con las otras zonas de Tlaxcala y por su depen-dencia respecto al centro cívico en que se asentaban las autoridades civi-les y religiosas. 674 Don Manuel Toussaint da como fecha de construcción 1571, basándose en la inscripción que aparece en ella, mas por lo gastado y lo ilegible de los caracteres no da crédito a la veracidad del dato. Su modelo arquitectónico puede ser aceptado como de 1539, dato interesante ya que son muy pocos los edificios virreina-les anteriores a 1540 que quedan en pie y la mayoría de los que existen, especialmente los grandes conventos, fueron le-vantados a partir del medio siglo. "El concepto arquitectónico con que está concebido el espacio cubierto es de gran generosidad, estático por su gran altura y conformación aunque se abre se abre en el frente hacia la explanada, podemos hablar de amplitud espacial en cuanto al interior de una capilla abierta aislada, ocurre esto porque es un ejemplo redondeado de creación artística, sus partes se ligan perfectamente entre sí, produce una solución arquitectónica de primera im-portancia en la cual no caben los titubeos y sí una concreción muy precisa. Además, el estado de conservación del edificio es excelente dada su anti-güedad." 675 Su presbiterio se compone, en planta, de ábside rectangular y nave transversal, también rectangular, que tiene doble coro, alto y bajo en cada uno de sus lados menores, y se adelanta hacia el frente en forma de trapecio. El volumen espacial del presbiterio lo conforman muros ciegos de gran altura, que so-portan la viguería sobre zapatas de madera; de viguería son también los dos coros altos que a media altura cubren los extremos de la nave. El volumen interno de la nave transversal distingue la zona central de los coros mediante alturas de techos; la separación entre el ábside y la nave transversal se acentúa mediante la elevación del presbiterio y por el arco triunfal de medio pun-to, que se desplanta sobre medias muestras de columnas dorico-toscanas. Sobre este arco arranca un muro que separa los dos lugares y proporciona su amplia superficie ornada con pintura mural de intenso colorido, y posiblemente todo su interior estuvo cu-bierto de pintura, como lo muestran los restos que se conser-van en el arco triunfal, en las zapatas y tableros de la cu-bierta y en los muros de los tableros del ábside; su temática se refiere al paraíso original representado mediante los des-nudos de Adán y Eva como cobijándose uno a otro, el infierno, expresado con las fauces abiertas de un monstruo obscuro en cuyo interior se alinean distintos personajes, mientras que al centro de la escena una gran figura humana parece disponer quienes deben quedar dentro o fuera de él, una Epifanía y un bautizo de Jesús. El espacio interior de esta capilla abierta corresponde con la designación de Fernando Chueca Goitia del espacio fuerte-mente compartimentado, propio de la arquitectura hispanomusulmana. TIZIMÍN Fundado en 1563, fue construido por fray Lorenzo de Bienvenida. TLAHUELILPA Convento de San Francisco Tlahuelilpa. Conjunto conventual construido en la década de 1560; el arco de su capilla abierta presenta un tratamiento sin precedentes. "Las medias columnas de las jambas son de fuste acanalado y torneado, más bien medievales que clasicistas, y de las incómodas impostas asciende un arco 675 REYES ZEPEDA, Gilberto op. cit. cuspídeo rebajado, cuyo perfil es una cadena de medallones con tenues bajorrelieves. El alfíz enmarca cinco placas en bajorrelieve. Los arcos y las puertas del interior, así como las arcadas del convento, presentan un trabajo similar, evidentemente de la misma época. Las arcadas del claustro, con arcos de molduras torneadas, recuerdan frecuentemente el segundo nivel del claustro de Bellpuig, Lérida, fundado en 1507." 676 TLALMANALCO Convento de San Luís Obispo Tlalmanalco Conjunto conventual posiblemente fundado antes de 1529. Su capilla abierta es una obra maestra levantada por los francis-canos en el valle de México y una de las más extraordinarias de la Nueva España, notable por su escultura decorativa. Su fecha de construcción quizá sea la de un relieve con el signo prehispánico tres pedernal, equivalente a 1560. Conformada 677 por cinco arcos en cantería, en los que se labró una delicada decoración donde se entrelazan hábilmente elementos del románico, el gótico y el plateresco, combinándo-se magistralmente figuras de seres fantásticos con formas ve-getales, animales y humanas, siendo algunas de éstas verdaderos retratos 678. Recordemos que en los gruesos muros de los edificios del siglo XVI novohispano frecuentemente se realizaron estrechos pa-sillos, presentando esta capilla abierta uno que permitía el acceso a su púlpito. No llegó a concluirse, tal vez por haber sido demasiado am-biciosa en su género y haberse construido el templo conventual entre 1585 y 1591, de acurdo a las fechas que aparecen en sus portadas. Del convento, hacia 1582 se habían construido sólo tres cuartos y en 1585 se construía el claustro. TLALNEPANTLA Convento de Corpus Christi Tlalnepantla Tanto Tlalnepantla como Tepeji del Río fueron fundados para reconciliar a dos grupos de enemigos, los otomíes de Teocal-huica y los habitantes de lengua náhuatl de Tenayuca. 676 KUBLER, George op. cit. 677 "... se trata básicamente de un pórtico con un santuario anexo. El pórtico de Tlalmanalco, de rico estilo plateresco, es de planta trapezoidal y se abre al exterior a través de cinco arcos, que recuerdan la solución de la fachada de San José de los Naturales. ... se han invertido las plantas: el santuario es rectangular y el pórtico poligonal. El efecto logrado es la subordinación del pórtico al santuario. El pórtico trasciende la función de simple vestíbulo; su forma está gobernada por la relación con el santuario, y los vanos del pórtico dejan de ser espacios inertes y superfluos." KUBLER, George op. cit. 678 Tentado estuve de transcribir el texto de Gustavo Curiel Méndez Es-catología y psicomaquia en el programa ornamental de la capilla abierta de Tlalmanalco, México, ponencia presentada en el XLIV Congreso Internacional de Americanistas celebrado en París en 1977. Remito al lector a Iconografía y Sociedad Arte colonial Hispanoamericano pags. 93 a 105. No contamos con fechas precisas de la fundación original, aunque se ha querido interpretar la inscripción que aparece en su portada norte como 7 calli (1554). Una inscripción que os-tenta la sacristía nos indica que el convento fue concluido en 1582; posiblemente las columnas del claustro, de factura ante-rior, fueron reutilizadas invertidas. Según Ponce, hacia 1586 la iglesia estaba en construcción, siendo terminada su portada lateral en 1587, de acuerdo a la inscripción que ella ostenta. Toussaint citando a Laguno dice que el segundo atribuye el proyecto a Francisco Becerra 679, quien para 1580 se encontraba en el Perú. En Vetancourt encontramos que en 1566 su iglesia sufrió un incendio. Mariscal añade que el techo original, de madera, fue sustituido por bóvedas. La torre actual fue concluida en 1704. Tal vez lo unico original que se conserva del siglo XVI en este conjunto conventual sea la portada lateral, fechada en 1587; sencilla portada, que presenta un arco deprimido sopor-tado por dos pilastras sin ningún ornamento, que conforman las jambas; sobre el capitel de éstas arrancan dos pequeñísimas columnas embebidas, estriadas, que soportan el entablamento; éste, en su centro presenta una hornacina que aloja una de las advocaciones de la Virgen y en sus extremos, sobre las colum-nillas, dos relieves, el de la derecha cobijado por un meda-llón en tanto que el de la izquierda presenta un marco rectan-gular; sobre estos dos se desarrolla una cornisa moldurada so-bre la cual encontramos un elemento inconcluso, tal vez una cartela que fue rasurada, al igual que los elementos del friso antes descritos; sobre este elemento, flanqueado por dos pe-queñas pilastras que soportan un frontón triangular con el símbolo de la Eucaristía, aparecen dos ángeles que soportan un escudo. TLAQUILTENANGO 680 Convento de San Francisco Tlaquiltenango Edificado en la década de 1530-1540, posiblemente fue una visita 681. Su iglesia se desarrolló en proporción 1:4.3, con 51 metros de largo y 11.1 de altura; es uno de los pocos casos en que encontramos contrafuertes volados o separados reforzando el presbiterio 682. Su austera puerta 679 Con Francisco Becerra la Nueva España gozó durante siete años de los servicios de un arquitecto preparado en España. Nació en Trujillo a mediados del siglo XVI; creció entre el círculo clasicista de Antonio Berruguete y antes de llegar a América construyó algunos edificios en su ciudad natal e hizo algunos trabajos menores en el Monasterio de Guadalupe. En México estuvo rela-cionado con los proyectos de la catedral de la Puebla de los Angeles en 1575 y se le acredita el trazo de su cimentación. Es difícil atribuir con seguridad otras construcciones a Becerra; se le acredita el coro de San Francisco en Puebla de los Angeles, los conventos de San Agustín, Santo Domingo y el Cole-gio de San Luis de esta misma ciudad, la reconstrucción de Santo Domingo en Ciudad de México, los templos de Teotimehuacán, Cuautinchán, Tlalnepantla, Cuitlahuac, Tepoztlán y otros de diferentes pueblos del Marquesado. Estas a-tribuciones se basan en las reinvidicaciones hechas por Becerra en su "Informe de Servicios". El estudio de la historia de algunos de estos templos nos hacen pensar que salvo haber dado asesoría en materia de ejecución o decoración poco tuvo que ver en ellos. 680 Uno de los más antiguos en la Nueva España. 681 Ya que el padre Ponce lo describe como un "conventico". 682 "Un antecende español de estos contrafuertes con pasajes a nivel del suelo son los de la mezquita remodelada de Santiago, en Cáceres, Extre-madura, construidos por Rodrigo Gil de Hontañón en la fachada lateral." KUBLER, George op. cit. Porciúncula fechada en 1552, de formas clasicistas y enmarcada por ingenuas columnas corintias, ostenta un frontón de pronunciada pendiente. a construcción de su claustro doblado es posterior a 1540, depositario de uno de los primeros murales novohispanos 683 en que aparecen representaciones de figuras humanas en los gran-des espacios de los muros de los pasillos del claustro, un panel que se encuentra sobre la puerta de su convento, que muestra un grupo de clérigos 684. TLATLAUHQUI Uno de los últimos conventos franciscanos que se empieza a construir en el siglo XVI y terminado en el siglo siguiente. Conserva un interesante claustro con columnas de cantería y zapatas de madera. TLAXCALA 685 Convento de la Asunción de Nuestra Señora Tlaxcala El primer establecimiento franciscano de Tlaxcala se hizo en una de las salas de la casa de Maixcatzin, señor de Ocotelul-co, de 1525 a 1527; después pasó al barrio de Cuitlixco, donde se construyó un pequeño convento, de 1527 a 1530, dedicado a la Madre de Dios y que fue abandonado para pasar al sitio que ocupa actualmente, en una plataforma y terrazas artificiales situadas en el declive de un cerro bajo. 686 Construido entre 1537 y 1540, atribuido a fray Martín de Va-lencia, fue uno de los cuatro primeros conventos franciscanos en América. Para la evangelización, los frailes usaron la capilla abierta y una escuela, ubicadas en el espacio conventual, que les sirvió como aposento hasta 1861 cuando dejaron el claustro debido a la Reforma 687. Lo primero en construirse fue su capilla abierta, con su a-trio bajo; se diferencia de los otros conjuntos conventuales de mendicantes del siglo XVI, por no presentar aspecto de for-taleza y por tener dos atrios a diferentes niveles, uno para la capilla abierta y el superior para los otros componentes del conjunto. Al atrio superior se accede por dos rampas; una por la parte norte, rampa empedrada que lleva hasta la arcada de acceso 688; esta arcada, con elementos renacentistas, está conformada por tres arcos de medio punto, siendo el central el más alto, que descansan sobre dos gruesas pilastras desplantadas sobre altos y poderosos pedestales; las pilastras presentan un amplio ca-pitel cuyo ábaco, por la parte norte, está aparentemente sos-tenido por una media muestra de columna 683 Aclaremos, religiosos. 684 Que por sus hábitos blancos pueden ser dominicos, a quienes los franciscanos cedieron el convento hacia 1570. 685 Aunque su templo presenta elementos de los siglos siguientes, no he-mos querido desmembrar la información para entender la integridad de esta obra. 686 La mayor parte de las piedras del conjunto actual son prehispánicas. 687 El convento fue cuartel durante la Revolución, después cárcel, y desde 1981 museo. 688 Posiblemente esta arcada fue construida a fines del siglo XVI o principios del XVII, al igual que la torre. estriada con su res-pectivo capitel, en que se esculpieron cruces de tipo gótico isabelino. Sobre esta arcada corre un estrecho pasadizo que u-ne el convento con la gran torre-campanario exenta, ubicada en un extremo del atrio. De planta cuadrada, con dos cuerpos y cupulín, fue construida también con piedra a finales del siglo XVI y principios del XVII, que probablemente sirvió como torre de vigilancia. De la arquería parte el gran atrio, en cuyo extremo surpo-niente se ubica una pequeña capilla posa de cubo, de planta cuadrada, la única que conserva de las cuatro que posiblemente debieron existir en las esquinas del atrio, como era común en el programa de los conjuntos conventuales novohispanos. Pre-senta dos arcos de acceso, uno hacia el oriente y otro hacia el norte, que descansan sobre jambas en forma de pilastras do-rico-toscanas. En las enjutas de la fachada norte se encuentran dos lápidas tóscamente esculpidas, que representan respectivamente la estigmatización de San Francisco 689, y la o-tra dedicada a Santo Domingo de Guzmán; en la parte superior de la fachada poniente otras dos lápidas representan el escudo franciscano de las cinco llagas. Los aleros de esta posa aparecen soportados por gruesas za-patas, análogas a las de la capilla abierta. Esta capilla posa se cubre con una bóveda de nervaduras de factura primitiva. El segundo acceso, "... Por la parte del poniente se sube por una es-calera de tres ramales de sesenta escalones, en cuyo descanso está una er-mita del Santo Sepulcro, curiosa aunque pequeña, con una sala arriba con la puerta al patio ..." 690; esta escalera subsiste convertida en u-na simple rampa, en cuya parte superior se conserva la ermita, identificada por los historiadores con la primitiva capilla a-bierta que inauguraron los tlaxcaltecas en la Pascua de 1539. La rampa remata en tres arcos de medio punto cuyas roscas son de ladrillo, de los cuales el central se desplanta sobre es-beltas columnas toscanas estriadas. Por esta arcada, ubicada al poniente, se pasa a la parte más antigua del edificio, su capilla abierta691, llamada de la Virgen del Rosario, que ha sido catalogada como "humilladero". De forma semiexagonal, presenta un acceso al centro y dos ven-tanas en arco conopial; aparece coronada por una corniza sa-liente, sostenida por macizas y molduradas zapatas de piedra. Esta capilla abierta se cubre con bóveda de nervadura al esti-lo gótico, pero semicirculares, entre las que todavía se ob-servan rastros de pinturas antropomorfas hechas por mano indí-gena. Terminó de construirse en 1539, siendo un caso único por su ubicación con realación al atrio de la iglesia, el cual queda en su parte superior. Su esquema es el de un espacio central con bóveda de nerva-duras, flanqueado por cuerpos laterales y abierta hacia el a-trio bajo. Pertenece al tipo de ábside y galería simple. La iglesia es posterior 692 , edificada entre 1553 y 1565. Ostenta una sola fachada, en la que se 689 Posiblemente la primera estigmatización realizada en la Nueva España. 690 VETANCOURT, fray Agustín de op. cit. 691 Entre las de su tipo es el ejemplo más antiguo de que se tiene no-ticia. 692 Actual catedral de Tlaxcala de Xicohténcatl o Catedral de Nuestra Señora de la Asunción. desarrolla la portada en cantería, estructurada en torno a un arco de medio punto que en la clave muestra una cartela, soportado por gruesas pilastras dorico-toscanas a manera de jambas de cuyo capitel arranca un alfíz conformado por una sencilla moldura, recorrido interiormente por el cordón franciscano; sobre la portada de acceso se abre la ventana coral, en vano adintelado, enmarcado por un par de columnillas de filiación gótica isabelina de la que arranca un arco de tres centros. Interiormente presenta la típica planta del siglo XVI, de u-na sola nave, más estrecha en el presbiterio y con testero plano; está cubierta en par y nudillo, formado con gruesas vi-gas de cedro, presentando un alfarje mudéjar 693, de faldones lisos mientras los almizates se cubren de lacerías con estre-llas de a ocho en la labor ataujerada; sus tirantes se revis-ten también de lazos en tanto que la decoración del arrocabe y de los canes es ya del tipo clásico. Obra de los carpinteros José y Juan de Mora, entre 1661 y 1662 694. La planta arquitectónica original, de una sola nave, tiene en su lado derecho cuatro capillas de posterior construcción, la primera, dedicada al Cristo de Centli o de Cortés, guarda una escultura de pasta de maíz realizada en el siglo XVI. La segunda, para la Virgen de Guadalupe, data 1664 y en ella des-taca un retablo de columnas salomónicas y su reja, que es un magnífico tallado de medallones inspirado en la rejería espa-ñola del renacimiento. En la tercera capilla está un órgano del siglo XIX, regalo de las Carmelitas Descalzas de Santa Te-resa a este convento. La última capilla, de la Tercera Orden, es el actual Sagrario, y ahí se encuentran la pila donde se bautizó a los cuatro señores de la Antigua República de Tlax-callan, en 1520, y el primer púlpito tallado en piedra y estu-cado de la Nueva España, que ostenta la inscripción: "Aquí tuvo principio el Santo Evangelio en este nuevo mundo", así como un retablo considerado entre los mejores del barroco salomónico, cuyo ni-cho exhibe una imagen de San Francisco de Asís sosteniendo tres mundos, realizada en las Filipinas en el siglo XVIII; conserva también un cuadro donde se representó el bautizo de los caciques de Tlaxcala, y una rica colección de retablos, a-demás del antes nombrado. En el extremo izquierdo existe sólo una capilla, dedicada a San Antonio de Padua, cuya imagen centra un retablo de estilo barroco y una serie de pinturas alegóricas a la vida y mila-gros del santo. El retablo principal, dedicado a la Virgen de la Asunción, se erigió en el siglo XVII y posee once lienzos, entre los que destaca el superior central, que recrea el bautizo de los cua-tro Señores de Tlaxcallan. En la sacristía se guardan dos pin-turas atribuidas a Zurbarán: un San Francisco y un Santo Do-mingo. De los portales, que según Vetancourt rodeaban todo el atrio alto, solo se conservan los pertenecientes a la portería del convento, edificado entre 1552 y 1553, cuyos capiteles tienen una forma muy peculiar, de extraña reminiscencia indígena; las ricas molduras de las roscas de los arcos revelan un íntimo parentesco con los arcos de la capilla abierta. "... La vivienda está distribuida en tres dormitorios ... tiene una escalera que baja a la sala de 693 Uno de los pocos que se conservan en México y el más grande. 694 Donado por el Capitán don Diego de Tapia. profundis, de artesón y muchos lienzos adornada ..." 695. Su claustro doblado, de modestas proporcio-nes, presenta tres arcos por lado, desplantados sobre columnas cuyos capiteles son de forma peculiar que podemos considerar como tequitqui; el centro del claustro bajo conserva una fuen-te octagonal de piedra, carente de vertedor, pero que mantiene las grapas que originalmente unieron sus partes. Como todos los edificios que conforman este conjunto mona-cal, el claustro se edificó con sillar, piedra de las cons-trucciones prehispánicas de la región. En el interior de los arcos, así como en las paredes de las antiguas celdas, se observan motivos decorativos pintados en el siglo XVI, y en lo que fue la sala de profundis existen vi-gas de madera con tallados correspondientes a la misma época. En la parte superior del claustro aparecen dos espadañas a ma-nera de remate, y en el extremo norte del segundo piso se mantiene un reloj de sol. TOCHIMILCO 696 Convento de la Asunción de Nuestra Señora Tochimilco Construido hacia 1560, este mágnífico conjunto conventual conserva una gran iglesia de una sola nave, arcos apuntados en las bóvedas de nervadas y cabecera plana. Todo el templo aparece coronado de almenas. Tiene una portada principal con elementos renacentistas al modo italiano, coronada por un frontón estrecho y flanqueada por columnas delgadas. Presentando una ventana mudéjar geminada. El claustro tiene columnas y arcos rebajados, una fuente central y restos de decoraciones murales en color rojo. La capilla abierta, que pertenece al tipo de balcón, está situada sobre la portería, la forma un gran arco y tuvo deco-raciones murales, hoy destruídas; en la parte baja de la torre hay un púlpito que se abre hacia el gran atrio. Conserva su antiguo acueducto de cantería labrada, que ter-mina en una fuente octagonal situada en la plaza principal, que tiene pilar central que sostiene el escudo de Ocopetlayu-ca, labrado en el siglo XVI, con un surtidor formado por cabe-zas de leones, ostentando inscripciones en náhuatl. TOTIMEHUACÁN Convento de San Francisco Totimehuacán Actualmente en ruinas. Francisco Becerra 697 edificó una de sus capillas, posiblemente la capilla absidial que aun existe, cubierta con bóveda de nervaduras. Los retablos de su templo se conservan en la parroquia de la localidad. 695 VETANCOURT, 696 U Ocopetlayuca. 697 op. cit. A este arquitecto extremeño se le atribuye también, hacia 1574-80, el convento de San Juan Bautista Cuauhtinchan. TOTOLAC Convento de San Juan Totolac 698 Fundado en 1529, la construcción de su capilla abierta data de 1550, siendo de sólida construcción para iglesia que estuvo en función hasta 1667; las ruinas de este conjunto conventual presentan una "torre exenta con doble pilastra y un arco to-ral, el cual casi intacto descansa todavía sobre resistentes columnas." 699 En 1585 existía una pequeña casa a manera de convento provisional. TULA 700 Convento de San José Tula El convento primitivo fue construido en 1529 por fray Alonso Rangel; el actual data de entre 1550 y 1553. El templo presen-ta el crácter de una fortaleza almenada, revestida toda de piedra de sillería. La portada es de estilo renacentista. Las columnas del claustro son ejemplo de esa reminiscencia gótica que suprimía los capiteles de las columnas, pareciendo que las molduras del arco se embebieran en el fuste; según Mendieta, el arquitecto de Tula fue fray Antonio de San Juan. TZINAPÉCUARO Convento de San Pedro y San Pablo Tzinapécuaro Fundado en 1540, conserva un claustro estructurado mediante arcos de medio punto, desplantados sobre columnas de cantería con fuste cilíndrico cuyas basas y capiteles se forman con dos gruesas molduras. TZINTZUNTZAN 701 Convento de San Francisco Tzintzuntzan Dentro de un amplio atrio con olivos 702 se desplanta este convento, cuyo templo actual pertenece al siglo XVII; su por-tada es de estilo plateresco, en la que destacan las columnas abalaustradas y la ventana geminada del coro, conformada por doble arco y una enorme concha como remate. Una serie de edificios se han construido en este lugar, he-cho que hace difícil saber qué partes pertenecen al siglo XVI. El primer convento que era pequeño, contaba con la iglesia en que en 1538 don Vasco de Quiroga tomó posesión de su obispado; luego se construyó el edificio 698 De este lugar, obedeciendo una Real Cédula de Felipe II, partieron 400 familias tlaxcaltecas a colonizar el norte de México el 6 de julio de 1591, originarios de Ocotelulco, Tizatlan, Quiahuixtlan y Tepectipac, colo-nizando Saltillo, Torreón, Parras, Durango y otros lugares de Coahuila, Za-catecas, San Luis Potosí y Nuevo León. 699 REYES ZEPETA, Gilberto op. cit. 700 En la década de 1550 congregaron a los indios en torno a sus con-ventos y contruyeron las iglesias y monasterios de Tula, Tacuba, Zempoala y Tepeji, en el estado de Hidalgo, y Jilotepec en el estado de México. 701 En purépecha su nombre significa lugar de colibríes. 702 De los que se dice fueron plantados por don Vasco de Quiroga. levantado por fray Pedro de Pila, que fue 703 "uno de los mayores edificios del reino". Posee dos capillas abiertas, una que parece ser del siglo XVI, que al igual que la del convento de Tarímbaro, es una gran hornacina abierta sobre el atrio y en la parte frontal del convento. La segunda, al lado del Hospital, de 1619; aun-que de fecha tardía, su estilo es plateresco, de elegante ornamentación. En la esquina derecha del atrio se encuentra el templo de la Virgen de la Soledad, que conserva un Cristo articulado, de pasta de caña, perteneciente al siglo XVI. La iglesia del Tercer Orden presenta rasgos platerescos, edificio que por las curvas de su hastial podría pertenecer al siglo XVIII. De una fundación temprana, su convento data del último tercio del siglo XVI. Su iglesia 704 conserva una portada con elementos platerescos, ajimez y grandes conchas sacralizantes. Su capilla abierta, de un solo tramo cubierto con una bóveda de cuarto de esfera con nervios, se abre al atrio mediante un arco ricamente labrado con casetones que albergan conchas y querubines. Más tardío, el claustro tiene corredores con pilares tosca-nos y arcos de medio punto apenas moldurados, con restos de carpintería mudéjar en los ángulos de las techumbres. URUAPAN Convento de San Francisco Uruapan Fundado por fray Juan de San Miguel, para albergar un hospi-tal en beneficio de los indígenas. La capilla la Guatapera 705 presenta una fachada plateresca estructurada en torno a un ar-co de medio punto, limitada por un alfiz y con un nicho que a-loja la estatua del fundador, flanqueado por dos escudos, uno de la orden franciscana y el otro desgraciadamente rasurado; todo aparece cubierto con finos relieves de piedra, donde se mezcla la mano indígena con el tema de influencia mudéjar, en la profusión de grutescos y formas vegetales. Las ventanas que se distribuyen a lo largo de sus corredores presentan rasgos mudéjares. VALLADOLID Morelia Convento de San Buenaventura Valladolid El primer establecimiento franciscano fue fundado antes que la ciudad, en Guayangareo, entre 1525 y 1536. El actual se fundó en 1546, siendo su primitivo conjunto conventual de mo- destas proporciones, hasta 1586, construcciones erigidas bajo la dirección de fray Antonio de Lisboa; comenzado en 1586, se terminó en la primera década del siglo XVII. Del conjunto ini-cial son el claustro y los edificios que dan a la parte exte-rior, que presentan ventanas conopiales. 703 Según el Padre Larrea en su Crónica. 704 Completamente reconstruida. 705 O Huatapera. Su iglesia es de una sola nave con testero poligonal 706, estructurada con gruesos muros de mampostería y contrafuertes; su ábside se cubre con una bóveda de cuarto de esfera 707 en tanto que la nave ostenta bóvedas vaídas con gruesos nervios que forman una elegante combinación de casetones cuadrados y exagonales 708. Fue terminado en 1610, con el resto del con-junto monacal, siendo restaurado su templo en 1948. Presenta una portada principal 709 modesta y sobria, de un solo cuerpo, de fuerte sabor plateresco, visible en las esbeltas medias muestras de columnas corintias sobre bancos que flanquean el arco, los nichos coronados por grandes conchas sacralizantes en los intercolumnios, y la ventana del coro, como en las decoraciones talladas que muestra el arco de acceso. Ostenta ricas impostas y arquivolta decorada con conchas y flores. La ventana del coro aparece flanqueada por medias muestras corintias, que en la base ostentan elementos bulbo-sos, soportando un entablamento rematado en frontón curvo que alberga una cartela con el escudo franciscano. La portada lateral es de estilo plateresco, que recuerda a la del convento de Tzintzuntzan. La portería del convento se estructura mediante cinco arcos de medio punto y pilares que lucen al frente medias muestras toscanas de fuste estriado, rematando éstas en la cornisa so-bre la que se desarrolla el muro del segundo nivel, en el que se abren las pequeñas ventanas de las celdas, con discretos arcos conopiales. El claustro principal, comenzado a construir por fray Juan de San Miguel, aparece rodeado por corredores cubiertos con bóvedas, arcos y pilares cuadrados que tiene al exterior gran-des contrafuertes de sección trapezoidal que le dan un aspecto de fortaleza. Los elevados arcos del claustro bajo armonisan con los más pequeños del segundo piso. En este claustro desta-can las techumbres de bóveda con lunetos, separadas en seccio-nes por los arcos. XOCHIMILCO Convento de San Bernardino de Sena (ó Siena?) Xochimilco Los frailes franciscanos se establecen en Xochimilco en 1535; fray Jerónimo de Mendieta afirma que en 1546 estaba en construcción el templo conventual, probablemente bajo la administración de fray Francisco de Soto; antes de 1552 fray Juan de Gaona había participado en su construcción. A fines del si-glo XVII Vetancourt estima que es el templo más espacioso de la Nueva España, tras que las constituciones provinciales de-terminaran que los conventos franciscanos no tuvieran más de seis celdas y proporciones que no excediran a las entonces señaladas. La portada principal del templo data de 1590, presentando " ... todas las características 706 Cobija en su presbiterio un retablo con pinturas. 707 También llamada de horno. 708 De casquete semiesférico y sin tambobr es su cúpula, perteneciente al siglo XVII. 709 Fechada en 1610. protorrenacientes, que aparecen en el tratado de Diego de Sagredo, publicado en Toledo en el año de 1526 y reeditado va-rias veces en español, francés y portugués. Véanse las columnas estriadas con boceles, a un tercio del fuste y el diseño de las árulas, los capiteles y las proporciones de la cornisa. La serie misma de los querubines en la arquivolta del arco de medio punto, aparecen en el modelo de friso que pre-senta Sagredo. También la puerta de madera, entablerada es del siglo XVI, y es una prueba de la fama que desde principios del periodo virreinal ganaron por propios méritos los carpinteros de Xochimilco." 710 La portada latertal se desarrolla en torno a un arco arqui-trabado rebordeado por un cordón franciscano, que antecediendo a las jambas simula (y aquí cabe la redundancia) muy esbeltísimas columnas que se desplantan sobre un basamento carente de decoración; sobre éste se desarrolla un cuadrado cajeado que por un lado sirve de basamento a las jambas con motivos flora-les y a esbeltísimas medias muestras de columnas de extrañísi-mo capitel, entre penacho y racimo de hojas. En lo que podría-mos considerar la enjuta del arco encontramos un escudo rodea-do por elementos vejetales, que aparecen cobijados por una moldura en arco de medio punto, que simula una cinta entorcha-da. Flanqueando a las esbeltas columnas aparecen motivos flora-les, que a su lado ostentan larguísimas lanzas. Estas columnas soportan una cornisa moldurada y sobre sus ejes una especie de pináculos. Al eje de la portada y sobre esta cornisa, dos án-geles presentan una hornacina en arco de tres centros, cobija-dos por medias columnas entorchadas por una cinta y soportan una pequeña cornisa moldurada que sirve de arranque a un fron-tón poligonal ostentando otra hornacina con concha sacralizan-te. Remata esta portada en un águila bicéfala. La obra más valiosa que conserva es el retablo renacentista del presbiterio. Destaca entre la pintura mural que conserva, una gigantesca pintura de San Cristobal. ZACAPU Convento de Santa Ana Zacapu Fundado en 1548, se terminó a finales del siglo; ostenta gran iglesia de una nave, con portada muy sobria de arquivolta y jambas apenas decoradas con casetones, que flanquean medias muestras de fuste liso y capitel corintio; ventana del coro geminada, decorada con pequeñas flores tanto en el intrados como en las impostas, complementando el tema conchas en los remates, en las enjutas y a los lados del entablamento. El claustro ostenta gruesos arcos y robustas columnas tosca-nas de cantería, que le dan un sabor muy peculiar. ZACATLÁN DE LAS MANZANAS Covento de San Pedro y San Pablo Zacatlán de las Manzanas Edificado entre 1562 y 1567, su templo ostenta portadas re-nacentistas y esbeltas torres rematadas por chapiteles. De planta basilical, de tres naves conformadas por esbeltas columnas de filiación dórico toscanas, estriadas, que soportan arcos de medio punto en cuyas enjutas se desarrollan medallo-nes con pintura mural. Su cubierta es plana, en viguería de madera. 710 SEP. CHANFON OLMOS, Carlos Tarjeta Navideña Dirección de Restauración del Patrimonio Cultural INAH- Conserva su claustro, con columnas de cantería labrada. Se-gún Toussaint "su claustro es de un extraordinario primitivismo", cuyos arcos en su primer nivel no son mayores a la altura de una persona; el claustro alto presenta el tipo de arquitectura es-pañola de columnas en madera. ZEMPOALA Convento de Todos los Santos Zempoala Conjunto conventual edificado en la década de 1570-80, ha-biendo intervenido en la construcción del templo los habitan-tes de Zempoala, Zacuala, Tlaquilpa y Teuipilpa, que pertene-cían a diferentes encomiendas, que medía cerca de 50.5 metros de largo por 12.5 de ancho, en proporción 1:4 y 19 metros de claro interior, techado completamente con bóveda de nervaduras hacia 1570, presentando en su fachada una torre de elevadísimo basamento. Su capilla abierta es una estructura independiente, de pres-biterio muy amplio presentando una doble arcada 711, formando una nave algo irregular de tres pasillos. "El santuario poligonal tiene el mismo ancho de los tres pasillos y se anexa a la nave duplicando la profundidad de la planta. En otras palabras, aquí la capilla abierta tiende a convertirse en una iglesia cuya profundidad es casi igual al ancho de la nave." 712 Ostenta un atrio muy profundo que continúa el eje de la iglesia, de 105 por 75 metros. ZIZANTÚN Convento erigido en 1567; el templo era 713 "el mejor de los indios de Yucatán". Edificado por fray Lorenzo de Bienvenida "Es una nave de las grandes que hay en este Reino" 714. CONJUNTOS CONVENTUALES DOMINICOS Para completar la conquista espiritual de la Nueva España el cardenal Loaiza encomendó a fray Tomás Ortiz la misión de con-formar un grupo de frailes que le acompañasen en su misión; este fraile, perteneciente a la provincia dominica de Casti-lla, portaba cartas del General de la Orden, fray Francisco Silvestro de Ferrera para pasar al territorio de la incipiente Nueva España. Fray Tomás quiso formar un grupo que por su número recordara a los Apóstoles, como años antes habían hecho los francisca-nos, para lo cual convenció para que se unieran a su labor a fray Tomás Ortiz a Vicente de Santa Ana, Diego de Sotomayor, Francisco de Santa María y Justo de Santo Domingo, frailes pertenecientes a su provincia de origen, quienes de embarcaron del puerto de la provincia de Andalucía, que era independiente de la castellana desde el año de 1511; fray Tomás consiguió también que vinieran con él Pedro Zambrano, Gonzalo Lucero y el lego Bartolomé de Calzadilla, embarcándose entonces ocho dominicos hacia América con la esperanza de completar el núme-ro simbólico en La Española. En esta isla consiguió que lo a- 711 Posibleente debido a una remodelación posterior. 712 KUBLER, George op. cit. 713 Según el padre Lizama. 714 Cogolludo en TOUSSAINT, op. cit. compañaran Domingo de Betanzos, Diego Ramírez, Alonso de las Vírgenes 715 y el novicio Vicente de las Casas, quienes eran de la provincia de Santa Cruz en donde esta orden ya estaba establecida. Doce fueron los que desembarcaron en Veracruz, aunque diez de ellos profesos, un novicio y un lego. La orden de Predicadores llegó la Nueva España el 23 de ju-nio de 1526, primeros frailes que dependían de un vicario ge-neral, luego formaron parte de la provincia de Santa Cruz de la Española y en 1532 constituyeron una autónoma, la provincia de Santiago Apóstol. Tras penoso viaje hacia el Altiplano, llegaron a México-Te-nochtitlan el 25 de julio de 1526, día de Santiago Apóstol, siendo recibidos por los Hermanos Menores de San Francisco que tenían para entonces dos años en el país, y su guardián fray Martín de Valencia "los recibió con amor y caridad", permane-ciendo por largo tiempo alojados en el convento franciscano, hasta que les fue concedida una casa en el solar que más tarde ocuparía el tribunal de la Santa Inquisición. Muchos de estos frailes se contagiaron de la epidemia de "modorra" que se había desatado en el barco en que viajaban, muriendo en el transcurso de un año cinco de los doce y otros, para no correr con la misma suerte, regresaron a España; sólo quedaron fray Domingo de Betanzos, fray Gonzalo Lucero y fray Bartolomé de la Calzadilla. Erigieron su casa provincial en la ciudad de México y otras en Oaxtepec, Chimalhuacán-Chalco y Coyoacán; en la capital se trasladaron al sitio de su convento definitivo y posteriormente levantaron otro convento en Izúcar 716. En 1529 fray Gonzalo de Lucero y fray Bernardino de Minaya llegaron a Oaxaca y empezaron a construir un convento, que se-ría su centro de acción para toda la región oaxaqueña, para atender desde allí las zonas mixteca y zapoteca, constituyéndo-se para 1595 la provincia dominica independiente de San Hipó-lito de Oaxaca. Dejando la provincia a cargo de fray Domingo de Betanzos, a quien acompañaban sólo Gonzalo de Lucero y Vicente de las Ca-sas, quien acababa de ser consagrado 717, a fines de 1526, el vicario Ortiz se embarcó con tres frailes hacia España 718, tratando de sacar partido de las divergencias existentes entre Cortés y Ponce de León a quien había enviado el rey como juez de residencia por las muchas quejas que se recibían sobre el gobierno del conquistador; según se decía "quería el fraile ganar con esto la gracia con uno y blancas con el otro". Al quedar como vicario, fray Domingo de Betanzos se dedicó a organizar la vida futura de la provincia, logrando con su ar-dua labor de predicación como resultados primeros aficionar a muchos para que entraran al convento, de manera que si la or-den sólo contaba con tres frailes, tenía en cambio gran canti-dad de novicios. 715 En SALAZAR MONROY, Capilla del Rosario de Puebla, basado en el pa-dre Antonio Remesal, en vez de este fraile nombra a fray Reginaldo de Mora-les. 716 Hoy Matamoros. 717 A quien corresponde el título de ser el primer dominico profeso en México. 718 Razón por la cual se considera a Betanzos como "fundador de la provincia" de Santiago. A pesar de los escasos recursos con que contaban los domini-cos de México, que hasta entonces no constituían una provin-cia, el padre Betanzos mandó construir una pequeña casa, de retiro más que de evangelización, en Tepetlaoztoc, con un mo-desto claustro, capilla y huerta, a la que se trasladaba de tiempo en tiempo para meditar en soledad. Hacia 1528 la situación de los dominicos mejora, ya que el Cardenal Loaiza envió de Castilla a siete frailes bajo las ór-denes de fray Vicente de Santa María, quien traía el cargo de vicario general de la provincia. Llegando a México, fray Vi-cente reunió a los monjes para proceder a la elección del pre-lado de la orden en Nueva España, basándose en carta de Adria-no VI que permitía hacerlo en el Nuevo Mundo, y con el prece-dente de que la isla Española llevaba a cabo ya elecciones ca-nónicas; como vicario quedó Vicente de Santa María y el Padre Betanzos le hizo entrega del cargo. Por su inquieta naturaleza de predicador, fray Domingo, a la llegada de los nuevos frailes pidió licencia para ir a predi-car a Guatemala, que de no buen agrado le fue concedida ya que en México eran muy pocos los monjes. Acompañado por tres frai-les salió hacia el sur, para fundar la Provincia de Chiapas; ya en Guatemala, se les concedió una casa como convento, mas no la autorización de recibir novicios, breve viaje que fue infructuoso, ya que diez años después, en 1538, regresaron a Guatemala tres frailes que fundaron la provincia. Para 1528-29 las condiciones de los hermanos predicadores de la Nueva España ya habían mejorado de manera notable, ya que arribaron más frailes procedentes de otras provincias, hecho que decidió al vicario a fundar nuevas casas, siendo la prime-ra fundación evangelizadora fuera de la ciudad el estableci-miento de Oaxtepec, al que fueron enviados frailes que adoctrinaban y aprendían la lengua mexicana. Después de Oaxtepec, siguieron su camino hacia el sur, fundándose los conventos de Chimalhuacán-Chalco y de Coyoacán. Los predicadores de Santo Domingo establecieron conventos en los alrededores de la ciudad de México, como Tacubaya, San Juan Bautista de Coyoacán y San Felipe y Santiago de Azcapotzalco; el primero guarda semejanza con el último, que sirvió de modelo a otros monasterios dominicos. Los dominicos, en el siglo XVI, desarrollaron sus tareas de evangelización principalmente en la región sur del actual es-tado de Puebla, sin llegar a tener la importancia de los fran-ciscanos. Nuevos vicisitudes aquejarían a la orden dominica en la Nue-va España en momentos de su primera expansión, de carácter in-terno, derivados de la muerte de fray Francisco Silvestro, acaecida en 1528, quedando en su lugar fray Pablo Bitiguela, quien solicitó al Capítulo General de la Orden que México que-dara sujeto a la provincia de la Isla Española, petición que le fue concedida, escribiendo a Vicente de Santa María para notificarle que de acuerdo con esta decisión llegaría a visi-tar parte de su provincia; en noviembre de 1530 fray Vicente escribió a Betanzos, que para entonces se encontraba en Guate-mala, para comentarle lo acontecido, quien regresó a México el 24 de febrero de 1531, decidiendo entre los dos que Betanzos fuera a Roma a tratar el asunto, embarcándose en Veracruz ese mismo año acompañado del lego Diego Martín. Un mes después llegó a Veracruz fray Tomás de Verlanga, quien venía en plan de conquista, seguido por 20 frailes, ha-ciendo más difícil la situación del padre Santa María, quien consultando con sus frailes quedaron en no ceder, en tanto que pedía al procurador de Santa Cruz que esperara la resolución de Roma que Betanzos había ido a solicitar; al negarse Verlanga, Santa María salió de México con la mayoría de los monjes. A petición del presidente de la Audacia, Sebastián Ramírez de Fuenleal 719, regresaron la mayoría de los mojes para no dejar huérfana la ciudad. Ya en Marsella, Betanzos quiso entrevistarse con el General de la Orden, quien estando muy enfermo, murió en octubre de 1531, teniendo que esperar fray Domingo la realización del próximo Capítulo General, que se realizó casi inmediatamente y en el cual se eligió a fray Juan de Fenario, de quien obtuvo la renovación de las disposiciones anteriores y la declaración de que la provincia de México 720 fuera "distinta a las demás de la orden y en especial a la de Santa Cruz". Se le concedió también la autorización para traer a México (provincia de Santiago) a todos los frailes que quisieran venir con él y pasan-do por la España trajo, entre otros, a fray Pedro Delgado y a fray Tomás de San Juan; además fray Domingo llegó a México co-mo vicario general y con la autorización de presidir la elec-ción provincial, que reunido en 1535 en el convento de Santo Domingo de México el capítulo eligió como prior a Pedro Del-gado, siendo electo Betanzos como provincial. Ya como provincial, Betanzos se dedicó a organizar a los predicadores, contando la provincia 721 ya con más de doce conventos, y más tarde, cuando los nuevos predicadores llega-ron y los novicios fueron profesados, se establecieron más conventos, conservando los que tenían en el Valle de México, expandiéndose a Morelos, a las regiones Mixteca y Zapoteca hasta Chiapas y Guatemala. Además de la casa matriz en la plaza de Santo Domingo, en México tuvieron el convento de Porta Coeli, donde sostenían un colegio. En plena expansión, la orden fundó conventos de monjas, siendo de los primeros el de Santa Catalina de Siena. A mediados del siglo XVI los dominicos contaban con cuarenta casas entre conventos, vicarías y doctrinas en las que se al-bergaban doscientos diez religiosos; además sostenían en la Puebla de los Angeles el colegio de San Luis de Predicadores y varios hospitales, uno de ellos en Xalapa. A causas históricas perfectamente determinadas, como hemos visto, obedece la obra misionera y la importancia de las órde-nes mendicantes en la Nueva España, tales como la necesidad de evangelizar a la población indígena y la necesidad de consoli-dar el nuevo estado por una "aculturación"; al desaparecer es-tas necesidades, la existencia de las ordenes perdían poco a poco su razón de ser y poco a poco la preponderancia de los dominicos, como la de las otras órdenes evangelizadoras, dis-minuye en los siguientes siglos y sus conventos son substitui-dos muchas veces por curatos del clero secular, siendo así que antes de la exclaustración, en 1843, los dominicos tenían en todo el Arzobispado de México sólo seis casas, con cuarenta y nueve 719 Quien después fue obispo de Puebla y luego de Cartagena de Indias. 720 Que comprendía los territorios de las provincias de Yucatán, toda la de Chiapas, el obispado de Oaxaca, Tlaxcala y Michoacán. 721 Aunque se inició con mucha pobreza, vistiendo los frailes una jerga muy tosca. religiosos, de los cuales treinta y nueve se encontraban en la capital. Aunque los frailes dominicos fueron los segundos en llegar a México, sus conventos son posteriores a los agustinos. Había-mos visto antes que el virrey y los frailes estipularon cierta reglamentación para sus conjuntos conventuales, mas la orden dominica varía la planta de sus templos al abrir capillas co-laterales a la gran nave, la iglesia criptocolateral, al edi-ficar un crucero y al peraltar la bóveda sobre éste, variantes que anteceden la distribución cruciforme que se desarrollaría en el siglo XVII. Los conjuntos conventuales dominicos, menos suntuosos que los agustinos, presentan tal eclecticismo que los hacen muy variados, como veremos a continuación. AZCAPOTZALCO Convento de San Felipe y Santiago Azcapotzalco Desconocemos la fecha exacta de fundación de este conjunto conventual, perteneciente a la primera expansión, hacia 1528-1529, o un poco después; es probable que apenas sea posterior a los establecimientos de Oaxtepec, Chimalhuacán-Chalco y Co-yoacán. Es considerado como la mejor obra en dimensión y traza hecha para fines monásticos de la época, según el cronista Franco y Orga en 1640: "con la mejor proporción y traza para la vida monástica que hasta sus tiempos se había visto, y así en muchos capítulos provincia-les se mandó que los conventos fuesen con la misma proporción y disposición de arquitectura que tiene Azcapotzalco, por ser el convento recogido y ca-paz para la vivienda de los religiosos". Construido por fray Lorenzo de la Asunción 722, sirvió de modelo para otras edificaciones de predicadores. De grandes magnitudes, se erigió sobre un basamento prehis-pánico, aprovechándose en su construcción las talladas piedras de los edificios y la destreza de los indios de la localidad. En sus inicios parece haber tenido una construcción sumamen-te sencilla, cuyos vestigios se observan en la actual capilla de San Francisco. Contó con un gran atrio, conservándose dos de sus capillas posas imbuidas en construcciones posteriores. El ábside del templo fue construido en 1565, año en que se levantó el convento; éste, doblado, con arquerías de medio punto sobre columnas toscanas, conserva restos de pintura mu-ral al fresco, en la portería los retratos de los primeros frailes que llegaron a la Nueva España, y en el claustro di-versos detalles decorativos de frisos, ángeles y enlaces. La actual iglesia, la segunda construida en este lugar, fue readaptada en el siglo XVIII, 722 Nació el 15 de agosto de 1523, en Flores de Avila, Castilla. Tomó el hábito dominico, en el convento de Santo Tomás en Avila y después termi-nó sus estudios en el de San Pedro Mártir de Toledo. Hacia el año de 1554 pasó a la provincia de Santiago de México, para participar en la obra de evangelización y fue un gran orador de ella. Ocupó varias prelacías y fue prior en varios conventos: Coyoacán, Tacubaya, Azcapotzalco y Yautepec; fue gran defensor de los indios que le respetaban. Se distinguió por la devoción a la Virgen del Rosario. A principios de 1607 se sintió enfermo, y pidió a la Virgen que le dejara morir el 15 de e-se mes, esto es el mismo día que había nacido y el día en que se celebraba la fiesta de la advocación mariana cuyo nombre llevaba, deseo que le fue concedido ya que el 14 fue trasladado al convento de México y murió al día siguiente. perteneciendo a esa época su fa-chada y la Capilla del Rosario. El convento fue de gran importancia al principio, pero deca-yó después de que la población quedó diezmada por la "cocoliz-tli" en la segunda mitad del siglo XVI; rodeado de conventos de otras órdenes, y centrados los intereses doctrinarios de los predicadores en el sur, el convento perdió importancia y se convirtió en una simple "doctrina" que se visitaba desde México, y lugar de recogimiento junto con Tacubaya, sirvió de casa de retiro a los religiosos dominicos que querían o nece-sitaban tomar unas vacaciones, y a los convalecientes de en-fermedades. A finales del siglo XVI todavía había residentes en el convento. 723 CHIMALHUACÁN CHALCO Convento de San Vicente Ferrer Chimalhuacán Chalco Su templo presenta una de las más interesantes portadas que se conservan, en la que se encuentra una mezcla de influen-cias. Encuadrada por un alfiz que arranca de pilastras con una curiosa ornamentación 724 y de capitel igualmente especial, cuyo espacio cobijado está cubierto por un entrelace de fajas y estrellas de muchas puntas, un tema netamente mudéjar, dos medallones realzados con las cruces flordelisadas de los domi-nicos en la parte alta y dos escudo carolinos. Esta portada se desarrolla en torno a un arco carpanel reba-jado, o arco adintelado cuyas curvaturas las forman cuartos de círculo bastante pronunciados; su extradós aparece ornamentado con arabescos, y sobre lo que podríamos considerar como su clave, el anagrama de Jesús. Sus jambas ostentan motivos flo-rales y un capitel con ovos, y arquivolta vigorosamente ornamentada, dándole al conjunto un carácter plateresco. Las molduras del alfiz son de perfil gótico, que se interrumpe para permitir el desarrollo de la curvatura del arco de medio punto en que culmina un pequeño nicho que aloja la imagen de San Vicente Ferrer, desplantado sobre una bellísima peana. Sin duda, en ella intervinieron diferentes artífices indíge-nas, ya que los elementos de la portada están interpretados de manera distinta. En su baptisterio se conserva una pila bautismal esculpida en piedra. COIXTLAHUACA 725 Convento de San Juan Bautista Coixtlahuaca La fundación dominica de este conjunto conventual data de 1544, siendo terminado su templo en 1576 según consta en una inscripción que aparece en la fachada. Kubler afirma que en el 723 Para el siglo XVIII se convirtió en parroquia y lugar de retiro de la orden, haciéndosele adaptaciones al inmueble. 724 725 Como escamas?. "Nombre náhuatl que significa "llanura de serpientes", data de me-diados del siglo XV, cuando Moctezuma I conquistó el reino mixteca, del cual esta población era la capital. Para los mixtecas, el nombre de su ciu-dad era Yodo-zocoo. "Hernán Cortés la conquistó en 1520, antes que a Tenochtitlan ..." En CHAN-FON OLMOS, Carlos Tarjeta Navideña, diciembre de 1983. diseño y ejecución de este conjunto monacal pudo participar fray Antonio de Barbosa 726. "La portada principal del templo, con sus cuatro cuerpos desiguales, ha-ce que cualquier clasificación de estilos resulte cuestionable. Ahí hay continuidad de apoyos gotizantes, heráldica plateresca, profusión de ni-chos, quizá inspirada en Serlio. Su óculo en forma de flor de doce pétalos y sus casetones radiales -catorce por banda- revelan un notable manejo de geometría en el diseño y una impecable estereotomía. El abocinamiento cóni-co encasetonado del óculo y de la arquivolta, los múltiples nichos, y los medallones, bajo el brillante sol de la Mixteca Alta, le dan a esta portada un extraordinario y matizado juego rítmico de luces y sombras." 727 La portada principal del templo es de un plateresco espe-cial, ya que está adornada con nichos y en su centro presenta una gran rosa cuyos pétalos, formados por casetones y rosetas, parecen la estilización de una flor indígena. Presenta un ac-ceso abocinado en torno a un arco de medio punto, cuyas dove-las tanto en el intradós, el extradós y la jambas presentan casetones que ostentan motivos florales, mas el extradós se corta por el desarrollo de los dos pares de pilastras que flanquean el arco, las que a su vez presentan el mismo tema; en las enjutas, bastante realzados, encontramos dos medallones con el emblema de la orden dominica. Pareciera como si para el desarrollo de esta portada hubiera faltado espacio, ya que las pilastras exteriores y todos los elementos que ellas soportan presentan una disminución en su ancho, a tres cuartos la de la izquierda y a la mitad la de la derecha. En el intercolumnio del primer cuerpo de la portada se desarrollan ocho hornacinas con venera que albergaban 728 cruces que podrían denominarse como de Lorena o papales. Este primer cuerpo termina en un friso que ostenta una leyenda, una cita bíblica que alude al lugar sagrado dedicado a la oración; sobre él se desarrolla un segundo cuerpo, muchísimo más angos-to, que ostenta un frontón triangular denticulado como para el escudo con águila bicéfala, frontón que no llega a desarrollar sus ángulos inferiores ya que es cortado por los basamentos cúbicos que soportan unos pináculos en forma de vasija 729; éstos arrancan sobre las pilastras y entre ellos se desarro-llan dos nichos en cada lado de la portada, similares a los del cuerpo inferior, mas presentando la variante que la cruz es de varias formas, arrancando entre dos alas. Culmina este angosto cuerpo con una moldura que ostenta pe-queños dentículos en la parte inferior, para permitir el desa-rrollo de un tercer cuerpo, conformado por dos pares de esbeltísimas columnas en cuyos intercolumnios se repite el tema de lo cuerpos inferiores, seis nichos a cada lado pero sin alber-gar ningún elemento. Entre estas columnas encontramos un óculo abocinado con casetones radiales que ostentan motivos florales, al igual que en el círculo que lo rodea al exterior, mientras que la moldura con dentículos conforma una gran flor de doce pétalos con motivos florales en sus centros. 726 Lego portugués que trabajó en Cuilapan. 727 CHANFON OLMOS Carlos op. cit. 728 No se si todas, ya que las encontramos en los cuatro superiores. 729 Que nos recuerda a los "poporos" quimbayas del precolombino colom-biano. Termina ese cuerpo en la típica moldura que marca cada cuer-po, para soportar otro más en cuyos intercolumnios encontra-mos cuatro medallones con bustos a tres cuartos, que pueden ser tanto los cuatro Doctores de la Iglesia o los cuatro Evan-gelistas. En la calle central, sobre una peana, encontramos un relieve que por su deterioro es difícil determinar su identi-dad, posiblemente un arcángel por su vestimenta, y sobre él, en un recuadro rectangular la paloma del Espíritu Santo en cu-riosa representación, como visto desde abajo. Su portada lateral corresponde a la fachada Norte del templo y es, según palabras de Chanfón Olmos, "hermana menor de la princi-pal que mira al Poniente, cuya fecha de culminación sin duda puede ser 1576, cuando se termina este monumento" 730; está conformada por cuatro cuerpos alternados, de mayor a menor, que al centro del tercer cuerpo ostenta un vistoso óculo en forma de flor. El vano de acceso presenta un arco de tres centros. "Digno es de no-tarse el efecto logrado por esta portada en el brillante sol de la Región Mixteca. Los nichos, los pequeños casetones con rosas o puntas de diamante, el vuelo jerarquizado de las distintas cornisas y apoyos verticales, los tableros moldurados poco profundos en paramentos de muros y árulas, las estrías de los fustes superiores y los motivos pasionales en los páneles del tercer cuerpo, encuadran, subrayan, destacan o dibujan los distintos elementos de la composición en un maravilloso juego de luz y sombra." 731 Su templo se conserva en buen estado, en tanto que su capi-lla abierta es una ruina. "El templo da la impresión de no haber sido totalmente terminado, pues remata en una cornisa perimetral que sigue el contorno hasta de los contrafuertes, sin contar con un pretil de azotea co-mo los que -coronados de almenas- ostentan tantos otros ejemplos de igle-sias mendicantes construidas en la misma época" 732. La capilla abierta es de la clase casi completa referente a sus dependencias, ya que presenta sacristía en uno de sus la-dos y sobre ella la celda del guardián, la que servía también de coro; presenta bóveda de nervaduras en la capilla y en la sacristía; su carácter es de escenario abierto al aire libre, enmarcado por un gran arco frontal apuntalado con arbotantes abiertos en forma de abanico, y dos arcos menores a los lados del frontal. 730 CHANFON OLMOS, Carlos Tarjeta Navideña, diciembre de 1988. 731 "Esta maravillosa obra de estereotomía, evoca las aportaciones de técnicas y motivos decorativos tanto de la cultura indígena como del mundo de ultramar. Mientras los pequeños sillares de cara cuadrada y el corte ra-dial muy preciso del óculo recuerdan los paramentos de construcciones meso-americanas y los aparejos abanicados de Mitla, la ornamentación de caseto-nes -a escala e interpretación locales- rememoran los motivos utilizados en España unos cincuenta años antes en la escalera del Palacio de Peñaranda del Duero, en la fachada del Colegio de San Nicolás de Burgos o en la Sa-cristía de la Catedral de Murcia, para solo mencionar algunos casos. "Estos últimos elementos son probablemente la causa del innegable carác-ter protorrenacentista que tienen los exteriores del templo de Coixtlahuaca, si bien resultaría muy discutible cualquier clasificación dentro de estilos peninsulares en que pudiera encasillársele." CHANFON OLMOS, Carlos op. cit. 732 "Quizá haya influido en la falta del remate tradicional, la grave depresión económica que afectó a la población al final de la década de los años sesenta, en que se abandonó la floreciente industria de la seda, causa de notable prosperidad en la zona durante los cuatro lustros precedentes, que coinciden con el periodo de edificación de este conjunto monástico mo-numental... La cochinilla y la seda hicieron de Coixtlahuaca un lugar prós-pero, que llegó a su momento más prometedor entre 1560 y 1570. La acelerada decadencia se inició hacia 1580, cuando la seda importada de Filipinas y de China, de menor calidad, pero más barata, quitó a la población su principal industria." En CHANFON OLMOS, Carlos op. cit. Magnífica obra con dejos renacentistas y góticos en su bóveda. COYOACÁN Convento de San Juan Bautista Coyoacán Conserva el doble arco de ingreso al atrio, hoy convertido en la plaza, el convento con su portería que a su vez fue ca-pilla abierta, la iglesia, que ha sido muy transformada. Pueblo evangelizado primero por lo franciscanos, que en 1528 pasó a lo dominicos. La primera iglesia era una gran basílica de tres naves, a la que en 1582 se le sobrepuso la portada ac-tual, renacentista. el templo actual es de tres naves, la cen-tral mucho más elevada y cubierta con viguería de madera, es-tructuradas por arcos de medio punto sobre machones de sección cuadrada; al ser las naves laterales más bajas, se creó el ar-tificio de unos triángulos que culminan a la altura de los ca-piteles de los pilastrones para conformar un vano trapezoidal y permitiendo el desarrollo de ventanas en arco de medio punto sobre el eje de los arco de la estructura. Su claustro data de la segunda mitad del siglo XVI, siendo lo más interesante en él los cuatro artesonados de casetones cuadrados con diferentes figuras, que se encuentran en los án-gulos del claustro bajo. Subsiste una de sus tres arcadas reales, de doble arco con proporciones platerescas, que en sus jambas se encuentran esculpidos ángeles de factura completamente indígena. CUILAPAN Convento de Santiago Cuilapan Se cree que ni templo ni convento fueron terminados. El claustro de Cuilapan presenta variantes sobre todos los claus-tros conocidos novohispanos: el claustro bajo ostenta contra-fuertes poligonales que se prolongan hacia arriba por senci-llas medias muestras; el claustro alto presenta arcos de medio punto fuertemente moldurados que descansan igualmente sobre medias columnas. La gran iglesia de planta basilical posible-mente fue capilla abierta. Este conjunto conventual fue obra del lego portugués Antonio de Barbosa. Los primeros religiosos dominicos que vinieron directamente de España a Chiapas llegaron con fray Bartolomé de las Casas, aunque fray Domingo de Betanzos había evangelizado la región con anterioridad. Entre los magníficos ejemplos de conventos y de iglesias que se conservan caben nombrar el de Chiapa de Corzo, las ruinas del conjunto conventual de Tecpatán y lo que subsiste del de San Cristóbal de las Casas. ETLA Convento de San Pedro Etla Conjunto conventual edificado después de 1575, ya que parte del primitivo establecimiento se derrumbó durante una repre-sentación teatral, hiriendo y causando la muerte de muchos espectadores. Hacia finales del siglo, los dominicos habían con-tratado los servicios de Sebastián García, carpintero, para la fábrica e instalación del elaborado cielo raso que cubriría su templo, obra que se realizó en una tercera parte por la muerte de García, mas los indios de la localidad la llevaron a feliz término 733. "Tal parece que en México la concepción criptocolateral fue una especialidad de los dominicos." 734 En este templo conventual las capillas se desarrollan en los intervalos de los contrafuertes interiores, que en este caso no son arcadas ornamentales sino elementos estructurales. También fue característico de los dominicos en el sur de Mé-xico el claustro con contrafuertes, mostrando Etla la variante de los contrafuertes semicilíndricos del segundo piso y pris-máticos en el primer nivel. HUEHUETLÁN Convento de Santo Domingo Huehuetlán el Viejo. Presenta un pequeño claustro con pilares y arcos de mampos-tería; su iglesia pertenece al siglo XVII. HUEYAPAN Convento de Santo Domingo Hueyapan Es uno de los casos excepcionales, ya que en 1563 el asenta-miento fue transferido del clero secular al regular, en una é-poca en que se estaban secularizando los conjuntos conventua-les. Fue visita de Tlalixtac, cuya construcción se remonta a antes de 1581. En ocasiones, en las iglesias conventuales del siglo XVI, se anexaron volúmenes para lograr capillas laterales dedicadas a una imagen milagrosa, colocadas en ángulo recto con relación al eje de la nave, y frecuentemente tenían las dimensiones de un templo independiente; Burgoa hizo una descripción de la ca-pilla construida en este templo 735. IZUCAR Convento de Santo Domingo de Izúcar Convento construido por fray Juan de la Cruz 736, antes de 1597. Presenta una gran iglesia terminada en los primeros años del siglo XVII, de una sola nave cubierta con bóveda de cañón, ábside semicircular almenado, grandes estribos exteriores y u-na elegante portada manierista. Su bautisterio es magnífico, quizá con la pila de mayores dimensiones que se conoce en el estado de Puebla. El claustro doblado, con pilares y arcos en sus cuatro la-dos, que soportan bóvedas con nervaduras en la planta baja. 733 Hacia 1941 se conservaba parte de este cielo raso. 734 KUBLER, George op. cit. 735 Desconocemos su datación. 736 A quien pertenecen los conventos de Coyoacán y Tetela, colaborando en los últimos años de su vida en la construcción de Ahuehuetlán, del con-vento de la Piedad en Ciudad de México, y de Atlixica. El atrio es extenso y conserva unas modestas capillas posas en sus ángulos, que están cubiertas con bóvedas. MÉXICO Convento de Santo Domingo México Primer convento de la orden dominica que se fundó en la Nueva España. Los frailes dominicos, que llegaron a la Ciudad de México en 1526, se establecieron inicialmente donde se encuentra el Pa-lacio de la Inquisición, construyendo un modesto templo que al año siguiente tuvieron que abandonar, ya que por las condicio-nes húmedas del terreno se deterioró. Para su nuevo emplazamiento se les asignaron los terrenos situados al Norte de la hoy Plaza de Santo Domingo, y para 1529 ya moraban en su convento primitivo, contando desde 1553 con ayuda real para construirlo formalmente 737. Al mediar el siglo, la capilla mayor era de paja y el resto de la cubierta de madera; en 1567, el carpintero Francisco Gutiérrez se ocu-paba en hacerle una techumbre plana, de madera, con cúpula de arranque octagonal del mismo material. La iglesia se estrenó en 1571. El arquitecto extremeño Fran-cisco Becerra dirigió las obras en 1573, ya que el convento estaba en mal estado, sin concluir la obra al irse a la Puebla de los Angeles y luego al Perú. Claudio de Arciniega estuvo a cargo del mismo de 1576 en adelante; terminó el campanario junto con el carpintero Bartolomé de Luque, y seguramente a-rregló la iglesia que amenazaba ruina 738. Hizo importantes mejoras en el monasterio y, a su muerte, lo sustituyó Diego de Aguilera, quien concluyó el claustro grande en 1594. Su atrio tuvo capillas posas angulares y se rodeó con ta-pias. OAXACA Convento de Santo Domingo Oaxaca El 24 de julio de 1529, el cabildo de Antequera otorgó a los predicadores doce solares y un destacamento de indígenas para construir su establecimiento, vicaría que fue elevada al rango de convento hasta 1551. Existieron dos conventos dominicos en Antequera; el primero, advocado a San Pablo, situado en la parte más baja y central del pueblo 739, fue levantado por el dieguino fray Bernardino de Minaya, construyéndose una iglesia rudimentaria con cimien-tos de piedra y muros de adobe, cuyo convento fue construido después de 1533, cuando el cabildo otorgó dos solares más a la orden, que por los fuertes temblores de 1603 y 1604 fue aban-donado 740 al cuartearse por completo; y el actual, monasterio de cantería, en la parte alta de la ciudad, comenzado en 1575, trabajando en su construcción, después de 1589, fray Gabriel 737 Seguramente para ello se trajo a Ginés Talaya, quien se embarcó en 1555, junto con otros maestros de cantería, y dirigió la obra del templo. 738 Para 1715 presentaba de nuevo virtual ruina debido a su hundimien-to. 739 Cuyo subsuelo constituye la peor zona para resistir los fuertes mo-vimientos telúricos. 740 Demolido en tiempos de dn Benito Juárez, para abrir una calle. de San José. Fue terminado a principios del siglo XVII. Pertenecen al siglo XVI la portería, el imponente claustro, el bajo cubierto con bóvedas de crucería 741 y el alto con bó-vedas vaídas 742 . La obra del templo actual fue comenzada en 1572, encargándose de su construcción fray Hernando Cavarcos. El templo ostenta una gran nave con crucero, de bóvedas no muy altas; a todo lo largo de la nave se abren capillas comu-nicadas entre sí, cubiertas con bóvedas de cañón 743, siendo ejemplo notable de la modalidad que introdujeron los dominicos en sus templos conventuales. La portada aparece flanqueada por robustos basamentos que soportan a las torres campanario, rematados éstos en cúpulas peraltadas culminadas en linternillas. Estos basamentos, a la altura del segundo cuerpo de la portada, presentan ventanas geminadas. Está conformada por tres cuerpos y remate, y tres calles 744. En el primer cuerpo encontramos un arco de medio punto, con clave, cuyo extradós y jambas aparecen tablereadas, flan-queado por dos pares de columnas de fuste estriado desplanta-das sobre altos estilóbatos, que soportan un entablamento cuyo friso aparece decorado por querubines; en el intercolumnio se desarrollan dos esbeltas hornacinas conformadas por esbeltísi-mas columnas, que albergan esculturas de los santos de la orden dominica, tema que se repite en el segundo cuerpo, que en la calle central ostenta un relieve historiado. El tercer cuerpo, en los intercolumnios solo presenta un nicho, idénticos a los inferiores pero rematados en un frontón triangular roto; en la calle central, conformada por un arco de extradós y jambas casetonadas, se desarrolla la ventana del coro que ostenta un bellísimo vitral; flanquean esta ventana pilastras casetonadas con capitel corintio, que junto con las columnas interiores de las calles laterales soportan un entablamento sobre el que aparece un frontón triangular roto, que permite el desarrollo de un escudo sobre el cual dos angelitos soportan una corona. Sobre los lados del frontón aparecen dos re-lieves, según parece, santos de la orden; el remate de esta portada es un ático que presenta un arco escarzano poco pro-fundo y cobija los elementos antes descritos sobre el frontón roto. El relieve central de la portada 745 en Oaxaca, se repitió con variaciones del tema en muchas iglesias de la ciudad y sus alrededores. El interior del templo ya es barroco, y restaura-do, ya que después de 1861 tuvo diferentes usos, que destruye-ron casi por completo esta suntuosa decoración. 741 Al igual que el de Cuilapan. 742 Como Coixtlahuaca. 743 Mientras que el crucero y el coro ostentan bóvedas vaídas. 744 Creo necesario aclarar este concepto. Para una descripción de reta-blos, y por consiguiente de las portadas que pueden considerarse como reta-blos desarrollados en la fachada, a los elementos horizontales se les llama cuerpo y a los verticales calle. En algunos casos el primer cuerpo presenta columnas del orden dórico, el siguiente es jónico y el último corintio y en caso de existir un cuarto cuerpo, éste tendría capitel compuesto, mas en esta portada se altera el orden, ya que los tres cuerpos ostenta capiteles corintios. 745 Que recuerda a los desarrollados en el sur de España, como algunos de Baeza. OAXTEPEC Convento de Santo Domingo Oaxtepec Después del de México fue el primer convento fundado por los dominicos, en 1528, conforme al plan de fray Domingo de Betan-zos, de establecer doce monasterios dominicos como punto de partida de la obra evangelizadora de la Orden. En sus cimien-tos colocaron el ídolo de Ometochtli, adorado en Tepoztlán. Su atrio estuvo, excepcionalmente, al norte de la iglesia. Esta, de una sola nave con crucero 746 ostenta bóvedas de ner-vadura y arcos apuntados, aunque el crucero presenta bóveda de cañón, que hacia 1593 tuvo un retablo de Andrés de Concha. El claustro está construido con piedra de sillería; origi-nalmente contó con un solo nivel, ya que el claustro alto cu-brió las ventanas de la iglesia. Presenta contrafuertes en quilla de navío; los dos claustro ostentan bóveda de medio ca-ñón, presentando el claustro bajo pintura con decoración de estilo mudéjar y en sus pilares notables pinturas al fresco. "En los ángulos hay encasamientos con cuadros al fresco" 747. PUEBLA DE LOS ÁNGELES Convento de Santo Domingo Puebla El primer convento fue provisional. El segundo templo fue construido por Francisco Becerra, comenzado en 1571; "los edifi-cios del convento eran modestos e inadecuados, aunque fray Alonso Pérez hizo esfuerzos para enriquecer el establecimiento." 748 El templo actual data de mediados del siglo XVII. TACUBAYA 749 Convento de la Purificación de Nuestra Señora Tacubaya Originalmente fue una visita franciscana del convento ma-triz, cedido a los dominicos. En la construcción de este con-junto conventual participó como arquitecto fray Lorenzo de la Asunción, antes de 1578. "Las inscripciones en las esquinas del claus-tro ostentan fechas entre 1590 y 1597, y se asocian a los nombres de las comunidades que proporcionaron la mano de obra para la reconstrucción de aquella época." 750 TAQUILTENANGO En 1570, los dominicos recibieron esta antigua fundación de los franciscanos; los indios protestaron por el cambio y al poco tiempo lograron echarlos. TENANGO DEL AIRE Completó el enlace entre todos los monasterios de predicado-res, entre 1570 y 1572. 746 De posterior factura. 747 TOUSSAINT, Manuel op. cit. 748 KUBLER, George op. cit. 749 Atacubaya. 750 KUBLER, George op. cit. TEPAPAYECA Convento de Santa María de la Purificación Tepapayeca Conjunto conventual de pequeñas dimensiones, cuyo claustro, de planta cuadrada y un solo nivel, ostenta columnas de fuste liso y capiteles con ángeles que soportan arcos de medio punto y que llevan en las enjutas cartelas con alegorías, monogramas y santos dominicos, todo finamente esculpido. TEPEJI DE LA SEDA Convento de Santo Domingo Tepeji de la Seda Conserva solo parte del claustro, cuyas grandes salas apare-cen cubiertas con bóvedas de cañón, y una interesante ventana geminada, pues la iglesia actual es reciente. TEPOSCOLULA Convento de San Pedro y San Pablo Teposcolula A este curato secular se retiraron los dominicos, en 1541, a raíz de un conflicto con el encomendero de Yanhuitlán, esta-bleciendo una vicaría, que quedó al cuidado de fray Juan de Cabrera cuando los predicadores regresaron, ente 1548-1549, a Yanhuitlán, Su capilla abierta, en estado ruinoso y de la que se desco-noce su fecha de construcción, está conformada por arcos de medio punto con extradós ornado con casetones, que se desplan-tan sobre columnas de filiación dórico-toscanas, de fuste es-triado que podríamos llamarlas bitóstilas?. "Admirable por la sa-biduría de su construcción y la finura de sus ornamentos renacentistas" 751 Presenta complicadas bóvedas de nervaduras con una decora-ción de carácter clasicista. "el par de naves laterales, con dos pa-sillos cada una, colocadas de forma simétrica a los lados de la bóveda he-xagonal, dan como resultado una capilla abierta muy grande. Las naves, de dos pasillos, están divididas por arcadas, que soportan un muro alto de claristorio que recuerdan las arcadas de la nave de Cuilapan. Las ventanas a intervalos, como en Cuilapan, ricamente perfiladas, proporcionan la ilu-minación para la parte posterior de la nave. Los muros posteriores presen-tan huecos en donde se encajaban originalmente las vigas que soportaban un segundo piso a cada lado de la capilla. Esta solución nos hace pensar en el doble coro de San Esteban Tizatlán. El tejado de madera, apoyado en parte sobre las arcadas que dividen las naves, debió haber sido más bajo que el extradós de la gran bóveda central. Esta se reforzó por medio de contra-fuertes volados en la fachada y en la parte posterior" 752 Al púlpito se accedía a través de sus gruesos muros. Presen-ta grandes contrafuertes o estribos que permiten la circula-ción mediante pasajes abiertos en ellos. El primitivo templo y convento de San Pedro y San Pablo han desaparecido, conservándose de la iglesia solo las esculturas primitivas que aparecen alojadas en nichos desproporcionados a su tamaño. 751 TOUSSAINT, Manuel op. cit. 752 KUBLER, George op. cit. "Las capillas abiertas de Tlaxcala, Tlalmanalco y Teposcolula no tienen antecedentes en la historia de la arquitectura; son la contribución mexica-na más original al repertorio mundial de las formas arquitectónicas espe-cializadas." 753 TEPOZTLÁN Convento de la Natividad de Nuestra Señora Tepoztlán Es uno de los monumentos más importantes del siglo XVI que se conservan en México, según opinión de don Manuel Toussaint. Los frailes llegaron al sitio entre 1551 y 1559 y la evangelización primitiva fue obra de fray Domingo de la Anunciación, quien despeñó al ídolo de Ometochtli desde su elevado templo del Tepozteco y luego, partido en fragmentos, lo colocó en la cimentación de la iglesia de Oaxtepec. En este conjunto conventual encontramos detalles renacentis-tas, bóveda de crucería en la cubierta de su templo, plateres-co mezclado con elementos medievales en su portada principal. El templo parece haber sido comenzado de 1560 a 1570, es-tando todavía sin concluir para 1588; en él interviene Fran-cisco Becerra, a quien se le atribuye su construcción 754. En todos los templos en que toma parte este arquitecto vemos una portada que termina en una especie de frontón triangular, por más que el estilo de la portada varíe muchas veces. No podemos pues afirmar cuál sea la parte que este arquitecto tomó en las obras que según LLaguno y Amírola realizó en la Nueva España. Lo interesante de Tepoztlán es el aspecto del conjunto y los detalles renacentistas que vienen a agregarse a la parte pri-mitiva. La iglesia está cubierta con bóveda de crucería, pre-sentando ventanas que están fuera de eje unas respecto de las otras. La fachada del templo es planista, del tipo de las flanquea-das por elementos secundarios, en este caso el gran macizo de una torre a un lado y al otro una más esbelta, supongo de más reciente fábrica. Su portada principal, y única, es de extraordinario interés, una obra plateresca con escultura de reminiscencia medieval. Se estructura en torno a un arco de medio punto cuyo extrados está finamente decorado con querubines que se entrelazan (y valga la redundancia) con lacerías; sus jambas son muy senci-llas, presentando un tablereado. En las impostas se desarrolla un firmamento estrellado, a un lado el sol y al otro la luna, junto con medallones con la cruz flordelisada de la orden do-minica. Aparece flanqueado por dos pares de esbeltas columnas de capitel corintio, con su intercolumnio decorado con una es-pigada palmatoria que arranca de una flor. Estas columnillas se desplantan sobre un ingenioso artifi-cio, una pilastra estriada que como su ancho no cubre el so-porte total de las dos columnas su capitel se prolonga y es soportado por angelitos en forma de S con los brazos en alto, cuyo entablamento presenta en el friso dos pares de pequeñas pilastras estriadas que en sus capiteles ostentan ovos y den-tículos, entre los que se desarrollan cinco medallones, tres que ostentan el anagrama de María, como soportados por 753 KUBLER, George op. cit. 754 Según Kubler sólo dio asesoramiento en materia de ejecución o deco-ración. pequeños angelitos en S e intercalados dos escudos de la orden do-minica. Sobre la cornisa, y arrancando de las pilastras inte-riores, se desplanta el frontón triangular característico de Becerra, que presenta las imágenes de la Virgen del Rosario y a sus lados los santos patronos de la Orden, Santo Domingo de Guzmán y Santa Catarina y completando esta decoración dos floreros 755. Complementan la portada dos ángeles típicos del si-glo XVI, que soportan una cartela cuyo texto se ha perdido y sobre ésta se abre la ventana del coro, en arco de medio pun-to. "La conjunción de las pilastras, columnillas y molduras de carácter clá-sico presentan antecedentes académicos, pero por sus proporciones y ejecu-ción, en un modo lineal llano ..."756 hacen notoria la inter-vención indígena en el trabajo, que en el estilo de los ánge-les muestran el paulatino dominio de la talla por los nativos en temas europeos. "La obra, sin embargo, refleja las ideas renacentistas de Diego de Sagre-do, pues las columnas que flanquean el vano de la puerta no constituyen con el entablamento, ni la distribución, ni la proporción, ni la unidad exigi-das por Serlio para los órdenes clásicos. El arquitecto Becerra se atribuye la obra en un informe oficial de servicios. Más que la paternidad total del edificio, algunos autores le reconocen solamente alguna eventual asesoría durante la ejecución. La estereotomía de esta portada de trazo muy preciso y en perfecto estado de conservación, revela una avanzada técnica de la se-lección del material y en la talla." 757 Sus fachadas laterales aparecen erizadas por almenas de sección cuadrada y rematadas en forma piramidal, al igual que en las crujías del claustro. El claustro se estructura sobre gruesísimos machones, apareciendo todo coronado de almenas, presentando en sus ángulos pináculos agrupados formando singulares remates. Aunque una característica esencial de los conjuntos conventuales domini-cos fue el claustro con contrafuertes, mas Tepoztlán es la ex-cepción. Presenta arcos de medio punto en los dos niveles. Concluido en 1580, la portería es una de las mejor logradas en el siglo XVI, con su "garbosa" 758 estructura abovedada. Tuvo tres capillas posas, ya que la portería del claustro fungío como la primera de ellas, quedando actualmente solo dos. Son del tipo de cubo con aberturas en dos de sus lados, en arco de medio punto; presentan bóveda de nervadura y hacia el sentido de la vía procesional un ático en frontón triangu-lar rematado por una cruz, que se desplanta sobre una esfera. A los dos lados del arco, encontramos dos pequeñas hornacinas, que debieron contener, como era habitual, imágenes de San Pe-dro y San Pablo, como pilares de la Iglesia. 755 "El esquema figurativo de Tepoztlán obedece a las prescripciones i-conográficas postridentinas codificadas por el cardenal Borromeo. Según las Instrucciones Fabricae, en la fachada principal debían aparecer la Virgen y el Niño, flanqueados a la derecha por el Santo fundador de la orden (en es-te caso Santo Domingo de Guzmán, que aparece con su perro) y a la izquierda algún otro santo particularmente venerado en el lugar (en este caso, Santa Catarina de Siena)." KUBLER. 756 KUBLER, George op. cit. 757 CHANFON OLMOS, Carlos op. cit. 758 KUBLER, George op. cit. Su capilla abierta, hoy en ruinas, pertenece al tipo conformado por una o varias naves perpendiculares al eje del templo, y en el centro de ellas se abre el presbiterio. TETELA DEL VOLCÁN Convento de San Juan Bautista Tetela del Volcán Su construcción se remonta a 1563, siendo originalmente un curato secular, que fue cedido a los predicadores antes de 1562. El convento fue terminado bajo la supervisión de fray Juan de la Cruz en 1581. TLAQUILTENANGO Construido rudamente con piedras irregulares, fue edificado por los franciscanos y cedido a los dominicos. La portada la-teral, de piedra cortada, es idéntica a la del templo de Cuer-navaca, aunque menos sobria. Sobre la puerta de ingreso al claustro se conserva un interesante fresco donde aparecen re-presentados retratos de los dominicos. Sus capillas posas están casi en ruinas. YAUTEPEC Convento de la Asunción de Nuestra Señora Yautepec Tiene una capilla abierta, anterior a la iglesia abovedada de 1567. Se ha supuesto que fray Lorenzo de la Asunción trabajó como arquitecto en su construcción. Su iglesiaa techumbre en bóveda de medio cañón corrido, que aparece dividido en cinco tramos por pilastrones que soportan arcos dobletes, presentando en el presbiterio un ca-ñón más alto. El claustro está conformado por arcos que arrancan de macho-nes cuadrados que se prolongan hacia el patio sobre los cuales descansan los del claustro alto, estos en quilla de navío. Es-tá cubierto por bóveda de medio cañón corrido que ostenta pin-tura mudéjar. Los merlones del atrio han sido calificados por Mc. Andrew como "de juguete". YANHUITLÁN Convento de Santo Domingo Yanhuitlán Los cuatro monumentos más importantes que edificaron los do-minicos en la Nueva España se encuentran en la Mixteca Alta: Yanhuitlán, Tepozcolula, Coixtlahuaca y Tlaxiaco; presentan tales semejanzas que sin lugar a duda son obra del mismo ar-quitecto. La primitiva iglesia de este conjunto monacal fue comenzada hacia 1541 759. Este templo es un monumento de primer orden760, cuya gran nave está cubierta con bóveda de nervaduras, en tanto 759 Cuenta Toussaint que "el encomendero don Francisco de las Casas era de ruin y mezquina condición, y así el templo y el convento no eran dignos de la población tan importante que entonces era; cuando su hijo Gonzalo heredó la encomienda, puso todo su empeño en construir un gran monumento, co-mo lo logró; parece que esto tuvo lugar de 1555 a 1575". 760 Fue utilizado como fortaleza en las guerras civiles de México. que el presbiterio ostenta una bóveda casetonada con es-trellas en su centro, simulando un firmamento. Ricamente orna-mentada con retablos platerescos, barrocos y de la modalidad estípite 761; el retablo principal, pertenece al siglo XVII, en biombo y del tipo mixto, presentando esculturas y pinturas, éstas firmadas por Andrés de Concha. La portada lateral está conformada por un arco de tres cen-tros, abocinado con triple arquivolta casetonada, cuyas jambas son cajeadas; aparece flanqueada por dos pares de columnas desplantadas sobre basamentos sencillos, siendo las interiores puristas y de capitel corintio, que soportan un entablamento sin decoración alguna pero con cornisa fuertemente moldurada, la que se quiebra sobre los capiteles para servir de repisa a esbeltos basamentos donde se desplantan dos pináculos de fi-liación plateresca flanqueando un relieve semicircular que si-mula una concha sacralizante; las columnas exteriores, plate-rescas, son de mayores proporciones que las antes mencionadas, que soportan también un sencillo entablamento de friso más an-cho, sencillo, desplantándose sobre este segundo entablamento a una ventana geminada que ostenta un óculo con tracerías de filiación gótica; a eje de estas gigantescas columnas se des-plantan dos pináculos en forma de obeliscos. Todo este reper-torio decorativo está cobijado por un arco de medio punto, a-bocinado, flanqueado por pilastras lisas. Para la época en que Toussaint escribió su libro, el convento se hallaba en ruinas. ARQUITECTURA SUNTUARIA Característico de la Colonia fue la arquitectura suntuaria, monumentos que eran levantados para conmemorar acontecimientos que tenían lugar en la Corte Española, como honras fúnebres de príncipes y monarcas, la jura de reyes, o para la llegada de virreyes y arzobispos. Arquitectura cívico-suntuarias eran los llamados "rollo" o picotas, donde se leían y ejecutaban las sentencias de justi-cia, ubicados cerca de la horca; generalmente era una columna, mas el existente "Rollo de Tepeaca" es una torre ochavada con ajimeces 762 moriscos y detalles góticos; semejante a éste fue el que existió en Tlaxcala. En Tlaquiltenango, Morelos, existe una torre cilíndrica con su escalera interior, conocida como "El Rollo de Cortés" 763. Arquitectura suntuaria también son las magníficas sepultu-ras, que sin lugar a duda existieron en la Nueva España, edi-ficadas dentro de los templos de los cuales los conquistadores eran patronos 764. 761 Que no deben denominarse como churriguerescos, ya que Churriguera no siempre empleó en sus obras la pilastra estípite. 762 Ajimez: ventana arqueada, dividida en medio por una columna. Llama-da también parteluz o geminada. 763 Por su ubicación, a las afueras del pueblo, sin duda su carácter fue militar, una torre de vigilancia y no propiamente un "rollo". 764 De ellas desgraciadamente no queda ninguno, quedando sólo referen-cias del sepulcro de Martín de Irico y su familia en el templo de San Agus-tín; en el templo de Santo Domingo existieron muchísimos, entre ellos el del virrey don Luis de Velasco; en Yanhuitlán (Oaxaca), ahora tapiadas, a los lados del presbiterio existen dos pequeñas capillas, que sin duda con-tuvieron los sepulcros de los encomenderos que levantaron el edificio: Francisco y Gonzalo de las Casas. En Tepoztlán (Morelos) a la izquierda de la portería del convento existen (?) unas pequeñas Por la continuidad cultural en la Nueva España, podemos ase-gurar que los sepulcros eran similares a sus congéneres espa-ñoles, una sepultura en el piso con un sarcófago y una escul-tura yaciente o una lápida con su epitafio, o los sepulcros en el muro, ornamentados con un arco 765 en el cual se alojaba la estatua orante o yaciente del difunto, sus armas e inscripcio-nes alusivas; los primeros tal vez pertenecían al estilo góti-co y posteriormente al plateresco. ANEXO I. PINTURA Y ESCULTURA RELIGIOSA Como elemento decorativo para templos y claustros primero se usó el mosaico de flores incrustadas en esteras 766, mas por su poca duración se recurrió a la plumería para realizar imágenes y ornamentos, siendo también perecedero; por último se recurrió a la pintura 767. En los primeros años de la Colonia, la pintura mural es ne-tamente europea, presentando como único elemento americano la mano de obra indígena. Si los nombres de los arquitectos que se ocuparon en las e-dificaciones conventuales son muy escasos y hasta dudosos, de los escultores y pintores de obras murales se desconoce casi todo, mas como existen motivos decorativos muy semejantes y hasta iguales en diversos monasterios, podríamos afirmar que los pintores fueron artistas itinerantes, encargados de diri-gir la ejecución de los programas iconográficos pedidos por los frailes, que eran complementados con cierta libertad al enmarcarlos, por ejemplo, con cenefas de grutescos y orlas con ornamentos vegetales, motivos que más se repiten en los pro-gramas pictóricos. En la temática mural abundaban los temas alusivos a la vida de Cristo y a la historia de las diversas órdenes, haciéndose hincapié en sus santos. Es frecuente que las escenas y los personajes aparezcan complementados con filacterias, o letre-ros en cintas, que contienen leyendas latinas provenientes de los Evangelios y Salmos. Ultimamente se han descubierto numerosas pinturas con temas bíblicos y representaciones alusivas al pecado y a la historia de la salvación. Sin temor a equivocarnos, podemos decir que los conjuntos conventuales estuvieron cubiertos totalmente con pintura mu-ral, como lo muestran los restos encontrados en las capillas abiertas, iglesias, porterías, claustros, cubos de escalera y habitaciones conventuales 768. En las bóvedas de algunos claustros existe decoración pictó-rica que simula casetones, a veces emulando a los del tratado de arquitectura de Serlio. capillas de arquitectura renacentista, que seguramente fueron sepulcros. 765 El arcosolio de origen paleocristiano. 766 Pétatl en náhuatl. 767 Al hablar de Edificios de Educación, vimos que fray Pedro de Gante fundó la Escuela de Artes y Oficios, primitiva escuela de pintura que uti-lizaba grabados europeos que servían de modelo a los pintores. 768 Y con razón, si recordamos que los edificios prehispánicos estaban completamente policromados. La decoración mural más común fue en negro y blanco, con al-gunos toques cromáticos. Al exterior se protegián los elemen-tos decorativos, pintándolos de diversos colores, y los paramentos arquitectónicos de las fachadas se cubrían frecuente-mente con ornamentos geométricos en negativo, sobre todo en color almagre o rojo y blanco. La pintura mural es sin duda la manifestación más importante en templos y conventos, utilizándose en ellos la técnica al fresco; Motolinía nos narra referente a las festividades de los indios de Tlaxcala en 1539: "Para la Pascua tenían acabada la capilla del patio, la cual salió una solemnísima pieza; llámanla Betlem. Por parte de fuera la pintaron luego al fresco en cuatro días, porque así las aguas nunca la despintaran: en un espacio de ella pintaron las obras de la creación del mundo de los primeros tres días, y en otro espacio las o-bras de los otros tres días; en otros dos espacios , en el uno la vara de José, con la generación de la Madre de Dios, la cual está en lo alto puesta muy hermosa; en el otro está nuestro Padre San Francisco; en la otra parte está la Iglesia, su Santidad el Papa, cardenales, obispos, etc; y a la otra banda el Emperador, reyes y caballeros. Los españoles que han visto la ca-pilla, dicen que es de las más graciosas piezas que de su manera hay en Es-paña" 769. Se ha llamado "de Romano" a la pintura que realizaron los indios para decorar templos y conventos, en frisos y fajas con motivos vegetales y medallones o nichos con escenas de la Pasión o figuras de santos; en algunos casos todo el edificio estaba decorado en esta forma, en otros, la pintura se concen-tra en determinados puntos, sobre todo en el claustro. La pintura mural al fresco más antigua que se conserva se encuentra en el convento franciscano de Cholula, fechada en 1530, una escena de la vida de San Francisco, constituyendo con otros cuadros de la misma índole "uno de los documentos más ar-cáicos de la historia de nuestras artes plásticas, entre las que cabe des-tacar la Misa de San Gregorio, que permite estudiar los utensilios y alajas de uso eclesiástico de esos tiempos." 770 Entre las obras pictóricas del siglo XVI que se conservan, debemos mencionar un óleo sobre madera que representa a San Francisco 771, y seguramente de mediados del siglo es el re-trato de fray Domingo de Betanzos que se conserva en su Ere-mitorio anexo al convento dominico de Tepetlaoztoc, en el es-tado de México. Para los conventos de la región del Altiplano Sur, casi to-dos los pintores y escultores europeos residentes en la Nueva España durante el siglo XVI realizaron algunas obras de impor-tancia, siendo, sin embargo, muy pocas las que se han conser-vado. Entre las más notables están las del retablo principal 772 del convento de Cuauhtinchan, estado de Puebla, que son grandes tablas de tonos azulosos, complementadas con esbeltas columnas abalaustradas. El retablo de San 769 MOTOLINIA, Historia de los Indios, en TOUSSAINT, op. cit. 770 TOUSSAINT, Manuel op. cit. 771 Propiedad de don Federico Gómez Orozco. 772 Que puede considerarse como el retablo más antiguo conservado en México, pues se le puede datar en 1570, y procede de la iglesia de San Francisco de Puebla. Francisco de Alcalá de la misma iglesia, con elementos manieristas y pinturas anó-nimas de calidad. Esta iglesia conserva un trío escultórico, Santa Ana, la Virgen y el Niño, obra de un maestro europeo no identificado 773. Con grandes tablas renacentistas, enmarcadas por pilastras del mismo estilo y algunas columnillas platerescas, el retablo principal de Santiago Tecali, hoy en la iglesia parroquial, es otra de las grandes obras del siglo XVI. El retablo de San Francisco de Asís, que procede del mismo convento, es de fac-tura popular y encantador primitivismo. La intervención de los artistas indígenas que documentalmen-te está demostrada en las obras escultóricas de madera, es tan evidente como la que se nota en las obras realizadas en cante-ría, donde se manifiesta en la interpretación de los modelos europeos, aplicando en algunos casos técnicas de origen pre-hispánico. Esto es patente en los relieves de la portada y ca-pillas posas de los conventos de Calpan y Huejotzingo, de la Capilla Real de Tlaxcala y en las esculturas, conocidas como los "perros", que adornaron la fuente de la plaza principal de Tepeaca. Pintores indígenas del siglo XVI, hacia 1556, podemos men-cionar a Miguel Yohualahuach, Miguel Toxoxhícuia, Pedro Queh-tli y Luis Xochitótotl, quienes realizaron una pintura que representaba a los Señores que habían gobernado el país azteca; en 1569 Fernando Colli y Pedro Xóchmitl pintaron para la cár-cel de México un cuadro que representaba las Catorce obras de Misericordia. Bernal Díaz del Castillo nombra a Marcos de A-quino o Marcos Cípac, quien en colaboración con Pedro de San Nicolás, Pedro Chachalaca y Francisco Xinmámal pintaron las o-bras del retablo de la Capilla de San José de los Naturales, conformado por siete cuadros: El Calvario, en la parte alta, flanqueado por San Buenaventura y San Luis Obispo; San José, al centro y en la parte baja, flanqueado por San Francisco y San Antonio de Padua; en la parte inferior, en la predela, el Cenáculo o Ultima Cena 774. Esta mano de obra indígena es evidente además en la pintura mural que sirvió para decorar gran parte de los conventos del Altiplano Sur. Se realizó empleando la técnica del fresco con aplicaciones de temple, principalmente de colores negro y ro-jo, aunque ocasionalmente se usan el azul, verde, ocre, rosa y amarillo, para componer en los muros escenas, limitadas en su parte superior e inferior por cenefas o frisos de "grutescos" con vegetales, animales y monstruos renacentistas. Gran parte de los temas empleados se han inspirado en graba-dos europeos, especialmente los frisos de grutescos, que se copian de las orlas y adornos tipográficos de libros, aunque en algunos se introducen elementos de la flora y fauna loca-les. Entre los más notables están los de los conventos de Hue-jotzingo, Cholula, Atlixco, Huaquechula, Izúcar, Cuauhtinchan y Huatlatlauhca. Las pinturas del convento de Huejotzingo pertenecen a dife-rentes épocas, siendo la más antigua una que representa a los doce primeros franciscanos, los Apostólicos. 773 Otro trío semejante y de autor desconocido se encuentra en el Museo de Santa Mónica en Puebla. 774 En el Códice Aubín aparece un dibujo de este retablo. En el convento franciscano de Tlalmanalco se conserva sufi-ciente obra, en el claustro bajo destaca un retrato de fray Martín de Valencia y una imagen de Santa Clara y elementos de carácter netamente decorativos. El monasterio franciscano de Cuernavaca guarda una valiosa pintura que reproduce el linaje espiritual de San Francisco; al centro, entre cuadretes, escenas de la vida del santo, ro-deado por todos los santos y santas de la Orden, colocados en fila y todo orlado por el cordón. En este convento se hallan bastantes pinturas del Romano. El convento agustino de Ocuituco, Morelos, presenta la típi-ca decoración de los claustros de esta orden, frisos y caseto-nes en las bóvedas que imitan artesonado. En los claustros de Acolman, casi todas sus pinturas fueron realizadas con escasos colores, a base de blanco y negro, en la que es notoria la influencia del grabado en madera, como en el Calvario, que sin duda alguna sirvieron de modelo para la decoración mural, hecho evidente en un monograma de Jesús de este convento, enlazado dentro de adornos florales que provie-ne del grabado de la portada del Confesionario breve de fray Alonso de Molina, impreso en México en 1569. Entre los conventos agustinos del estado de Morelos, sobre-sale un grupo caracterizado por la abundancia de pintura mural que conservan, y entre ellos Atlatlauhcan es el más rico; el claustro bajo presenta el aspecto de un edificio mudéjar por su artesonado de casetones pintados en las bóvedas y sus ángu-los, enlaces de fajas y motivos vegetales; la capilla abierta muestra una de las decoraciones más ricas y delicadas de este género, en pintura al fresco. La escalera de Totolapan como motivo principal presenta un friso en que la decoración está calada sobre un aplanado rojo, dejando al descubierto parte de la piedra. Al liberar las pinturas de la espesa capa de cal que las cu-brían, en Tlayacapan se encontró con la desagradable sorpresa que habían sido picadas para que el aplanado se adhiriera me-jor al muro, y este hecho se dio en muchos otros conventos, para nuestro pesar y en detrimento del arte del siglo XVI. En este conjunto conventual cabe destacar la pintura mural de su Sala de Profundis. El convento de Zacualpan Amilpas ostenta en su claustro bajo escenas de la historia de los santos agustinos; fueron retoca-das en el siglo XIX, perdiendo su aspecto original. En Malinalco, Yuririapúndaro y Culhuacán se encuentra también mucha pintura al fresco; en éste último, de gran interés es la de-coración que sigue temas indígenas de grecas y frisos 775. De diversas épocas son la gran cantidad de pinturas que pre-senta el convento de Actopan, Hidalgo; las más importantes pertenecen a una época posterior a la que nos ocupa. El convento dominico de Azcapotzalco es un ejemplo claro de la forma habitual de decoración usada por esta orden; en la portería los retratos de los doce primeros frailes dominicos que llegaron a la Nueva España, y en el claustro diversos de-talles decorativos de frisos, ángeles y enlaces. 775 Este hecho nos indica que en este conjunto conventual sólo trabajaron artistas indígenas. En Tepetlaoztoc y Tepoztlán subsisten en el claustro grandes discos con escenas de la Pasión. Oaxtepec, Morelos, presenta una decoración mural especial-mente importante, en la que aparecen representados en el claustro bajo figuras de frailes y santos, en los que se nota las mano de un artista español, alcanzando a veces "una inge-nuidad emotiva" 776. En Yanhuitlán, Oaxaca, subsiste decoración pintada, siendo una de sus magnas obras un gigantesco San Cristóbal sobre el muro del cubo de la escalera; en esta pintura cabe anotar la técnica con que fue pintada la capa del santo, ostentando los pliegues paralelos de las pinturas bizantinas. Los únicos murales que se han conservado en la arquitectura civil son los de la casa del Deán Tomás de la Plaza, en la Puebla de los Angeles, con la representación de una cabalgata de Sibilas y carros triunfales del Amor, la Castidad, la Muer-te y el Tiempo, de la serie los "Triunfi" de Petrarca, con frisos en que se introdujeron elementos simbólicos indígenas. Se ha considerado a Rodrigo de Cifuentes como el primer pin-tor español que floreció en la Nueva España, mas cabe aclarar, como lo hace Toussaint, "la falta de autenticidad de este artista", por tanto el primer pintor que se tiene noticia es Cristóbal de Quesada, quien llegó a México en 1538, encargado por el primer virrey de la Nueva España para "pintar las cosas de la tierra" en la expedición de Cibola y Quivira. ESCULTURA La escultura en el México prehispánico era de las artes la que mayor grado de perfección había alcanzado, ya que las re-ligiones mesoamericanas habían logrado expresar para la perpe-tuidad en figuras de piedra sus ritos y teogonías; escultura esencialmente simbólica y decorativa, en la que cada figura tiene su significado y cada relieve es un símbolo religioso o cronológico, creaciones grandiosas por su admirable fuerza e-vocativa y por la estilización de la forma, como son ejemplos la Coatlicue, el Calendario Azteca y la Piedra de Tízoc 777; en la escultura no podemos olvidar el realismo con que repre-sentaron la figura humana, interpretando la forma de una mane-ra de reproducción exacta, como son el Caballero Aguila, la Cabeza del Hombre Muerto y el Indio Triste. Por otro lado, los españoles traían una escultura gótico-i-sabelina y la escultura renacentista. Sabido es que los pue-blos mesoamericanos carecían de metales para labrar la piedra, por tanto es en la escultura donde más elementos indígenas pu-dieron sobrevivir por su excelente técnica del trabajo del ma-terial. Encontramos entonces obras novohispanas en las que aparecen motivos vegetales estilizados a la manera indígena, como en los escudos nobiliarios, por ejemplo el del pueblo de Tilaltongo778, que forma parte de una lápida funeraria. Ejemplos de esta simbiosis son una lápida 776 TOUSSAINT, Manuel op. cit. 777 O el Cuahxicalli de Tízoc. 778 En la Mixteca Alta. conmemorativa en la iglesia de Tecamaclalco, Puebla, que si olvidamos los caracteres la-tinos de la inscripción se podía afirmar que es una obra pre-hispánica; los capiteles del claustro de Acolman, de forma to-talmente europea pero su técnica y los motivos ornamentales indudablemente son indígenas "... los motivos de la flora indígena han sido estilizados de tal modo, que los ojos de un crítico europeo difícilmente pueden clasificarlos." 779; las zapatas que encuadran la puerta de una casa de Cholula, platerescas pero con una or-la de pomas de filiación gótica y como figura ormanental un caballero águila, cuyas plumas están estilizadas como las de los monolitos prehispánicos. Como supervivencia indígena, no en lo referente a la forma sino a los materiales utilizados, están las esculturas hechas en médula de colorín, y las imágenes formadas de caña de maíz, siendo un ejemplo de ellas la imagen de Nuestra Señora de la Salud venerada en Pátzcuaro 780. ESCULTURA DECORATIVA Para su estudio debemos dividirla en literalmente decorativa y estatuaria, y por sus materiales, en piedra y madera, te-niendo entonces para su ejecución tres tipos de artífices: el cantero, el escultor o imaginario que realizaba figuras huma-nas, y el entallador que era el encargado de realizar todo el trabajo de escultura decorativa en madera para los grandes re-tablos; un cuarto elemento era el ensamblador, quien armaba los retablos. En la escultura decorativa en piedra encontramos tres corrientes: - Al igual que en la pintura, la inspirada en grabados euro-peos: el convento franciscano de Tlaxcala ostenta relieves en piedra que parecen copias de grabados en madera, como los de la Asunción ubicados a los lados de la puerta de la capilla del Tercer Orden, y los dos relieves de la única capilla posa que queda en este conjunto conventual, representando a San Pe-dro y San Pablo. También tomados de grabados europeos pero con gran influencia indígena son las esculturas en relieve de las posas del convento de Calpan, estado de Puebla; uno representa el Juicio Final, tomado del grabado que aparece en una gramá-tica latina impresa en el siglo XV. Caso típico de escultura tomada de grabados son las jambas de la puerta lateral de la iglesia franciscana de Texcoco, estado de México, que presen-ta las letras del alfabeto puestas en orden, de carácter ple-namente renacentista. - Con reminiscencias medievales, especialmente góticas: son muy numerosas; pongamos algunos ejemplos: el rosetón flamíge-ro, el púlpito con algunos elementos renacentistas, los marcos de las puertas del claustro prolongados hacia arriba con sus característicos crochets (ganchillos?), las ménsulas y dosele-tes de la portería principal, todos en Yecapixtla. En la iglesia franciscana de Cholula encontramos los mismos crochets y aunque su rosetón es de carácter renacentista, presenta ele-mentos ojivales. Ventanas con tracerías de piedra exactamente como las de los monumentos góticos se construyeron en gran nú-mero en los monumentos coloniales, muchas de ellas perdidas al ser sustituidas por simples ventanas, mas nos quedan de ellas algunos ejemplos en Totolapan, Yecapixtla y Yanhuitlán. - De influencia indígena: mucho más numerosas, siendo nota-ble la mezcla de influencias en todo el arte colonial novohis-pano. La capilla abierta de Tlalmanalco presenta elementos de filiación románica "en la ingenuidad con que están colocadas las figu-ras que se encuentran 779 TOUSSAINT, Manuel op. cit. 780 Imagen mandada a hacer por don Vasco de Quiroga. arriba del arco triunfal" 781; del gótico, las columnas formadas por haces; en conjunto, es plateresca y el detalle de la escultura es absolutamente indígena. La puerta ubicada a un lado de la iglesia de Coyoacán, estructurada en torno a un arco de medio punto decorado con motivos vegetales, que por el detalle de su ornato es absolutamente indígena, al igual que la portada principal de la iglesia de Angahua, la portada de la capilla de la Guatapera. Influencia indígena es visible en la iglesia dominicana de Coixtlahuaca, Oaxaca, pre-sentando a los lados de la puerta lateral dos relieves con los símbolos de la Pasíon y entre ellos, en cada lado aparece una cabeza de cuya boca sale la vírgola, glifo náhuatl de la pala-bra. Las cruces atriales son monumentos notables de la in-fluencia indígena en la escultura, siendo una supervivencia del arte nativo en el cristiano la presencia de oquedades en las cruces, donde se incrustaba una piedra preciosa, o aque-llas que en vez del rostro de Cristo presentan un espejo de pirita rodeado por una corona de espinas. Otro elemento de escultura decorativa en piedra es la pila bautismal o para agua bendita, siendo la más notable la de Zi-nacantepec, que data de 1581, toda cubierta por relieves. La de Chimalhuacán Chalco presenta una profusa ornamentación ve-getal, fechada en 1542. La del convento franciscano de Acat-zingo, de indiscutible factura indígena, fechada a la manera náhuatl "4 tochtli", 1574. La de Yecapixtla ostenta cuatro si-renas. La más rica de las pilas para agua bendita la ostenta Cholu-la, encontrándose un sinnúmero de ellas desde elavoradísimas obras hasta las más sencillas que presentan un cordón francis-cano colocado de tal forma que nos remite a los cuauhxicallis mesoamericanos 782. Un elemento más, es el púlpito; casi todos eran policromados y ostentaban partes doradas. Debemos nombrar el de Huaquechula que presenta una rica ornamentación de carácter indígena. El de Yecapixtla, de reminiscencias gótico-isabelinas. El de Hue-xotla con su cordón franciscano. El de Huejotzingo y el de A-colman. De los retablos de esta primera época, solo podemos suponer que algunos presentaban un carácter gótico, otros fueron sim-plemente pintados y otros serían mosaicos de plumas "... pero ninguno en que figure escultura decorativa ha llegado hasta nosotros." 783 "Finalmente, imágenes y retablos y otras muchas cosas de las nuestras han hecho y hacen cada día, de pluma, interponiendo también cosas de oro en sus convenientes lugares, que hacen la obra más vistosa y preciosa, que a todos los del mundo pueden poner en grande admiración. Y cierto, [sin] ningún en-rarecimiento, han hecho zanefas para casullas y capas, y velos o mangas de cruces para las procesiones y para el servicio del culto divino y mitras para obispos, que si fueran de brocado de tres altos sobre muy rico carme-sí, o broslados con mucha riqueza de hilo de martillo con rubies y esmeral-das y otras piedras preciosas, no fueran más hermosas ni más agradables a la vista. Los oficiales que en esta arte a todos los de aquella Nueva Espa-ña exceden, son los de la provincia de Mechuacán." 784 781 TOUSSAINT, Manuel op.cit. 782 Los vasos en que se recogía la sangre de los sacrificados. 783 TOUSSAINT, Manuel op. cit. 784 CASAS, fray Bartolomé de las Apologética Historia Cap. LXII Libro III. ESTATUARIA Se conservan algunas piezas que pueden ser consideradas como de esta primera épocas en la Nueva España; ingenuas en su for-ma, pero de grandes dimensiones, son las de la fachada del templo dominico de Tepozcolula, Oaxaca, pertenecientes sin du-da al templo anterior. El Cristo cobijado por el frontón triangular en Yecapixtla. El Cristo que existía en el centro del claustro franciscano de Maní, Yucatán. En Pátzcuaro, en la capilla conocida como "El Humilladero" se conserva un crucifi-jo de piedra 785; en el siglo XVII fue cubierto por una capi-lla que conserva el mismo nombre. En Tepeaca, estado de Pue-bla, existieron doce figuras de cinocéfalo 786 adornando la fuente del convento 787; según Toussaint, parecen ser las pri-meras esculturas que se tallaron en Nueva España, junto con el gran león que se conserva en el Museo de Chiapas, en Tuxtla Gutiérrez. Estas obras de arte, realizadas por mano indígena y de ca-rácter europeo se designan bajo el término TEQUITQUI, siempre y cuando presenten supervivencias indígenas. De esta primitiva época escultores podemos consignar al ya citado Juan de Entrambas Aguas, cantero que realizó trabajos en la Plaza Mayor de México; Pedro Vázquez, cantero 788 que probablemente fue el arquitecto de la primera iglesia del Hos-pital de Jesús; Diego Díaz de Lisboa, también citado con ante-rioridad 789, de quien se conserva noticia de una ventana de dos arcos con una columnilla en el medio, formando esquina, en el Hospital de Jesús, que existió hasta 1833; Bartolomé Coro-nado trabajó para el licenciado Juan Altamirano 790 para rea-lizar, según contrato firmado el 31 de agosto de 1536, diver-sos trabajos de cantería en su casa de habitación, que se ubi-caba donde actualmente se halla la casa de los Condes de San-tiago de Calimaya; el entallador Juan de Arrué en 1549 llega a la Nueva España 791. ANEXO II. LOS GREMIOS Referente a los gremios, nos dice José Guadalupe Victoria en su obra Arte y arquitectura en la Sierra Alta, siglo XVI, que los agustinos hayan "... contado con arquitectos, pintores y escultores que iban de una casa a otra para dirigir las obras respectivas". Es posible que los frailes utilizaran los servicios de "cuadri-llas", canteros, picapedreros o pintores, que acompañaban a sus maestros de un lugar a otro, como sucedió con los indios que desde 785 Esculpido por orden de don Vasco de Quiroga, ostenta la fecha 1552; desgraciadamente fue pintado en época posterior. 786 Mono africano que tiene hocico como de perro. 787 Cuatro de ellas se encuentran en el Museo de Churubusco. 788 Se avecindó en Ciudad de México el 2 de septiembre de 1530. 789 En las Informaciones de Conquistadores y Pobladores se dice que él enseñó el arte de la cantería a todos los indios. 790 Primo y amigo de Cortés. 791 Trabajó en la Catedral de Sevilla, en 1547, quien fue padre del pintor mexicano Juan de Arrué. Atotonilco el Grande fueron a levantar la primera i-glesia que hubo en Molango 792. Este hecho, acontecido en fecha temprana, posiblemente se repitió a lo largo del siglo XVI, "... y no solo en la Sierra Alta, sino en toda la provincia de México y aún en la de Michoacán, pues no se olvide que al principio constituían una sola. "Esta idea, aún como hipótesis, no parece aventurada, pues pensamos que resultaba más fácil para los frailes tener un maestro, del género que fue-se, para que les dirigiera tal o cual obra, y que ese maestro llevara a sus oficiales o ayudantes para iniciar en lo fundamental la obra; se echaría mano, sí, de indios del lugar para actividades menores, como puede ser el acarreo de materiales o de provisión de agua y alimentos." 793 No es descabellado pensar que los frailes retomaran la orga-nización prehispánica del trabajo para los obras públicas, en especial el sistema del coatequitl 794, o cuadrillas de traba-jadores, para la participación de los indios en la construc-ción de sus conventos e iglesias 795. ANEXO III. CÓDICES POSTCORTESIANOS Son aquellos escritos jeroglíficamente después de consumada la conquista de la Nueva España; como es lógico, los nativos no pudieron variar su modo de escribir de un momento a otro, por tanto, mediante su escritura ideofonética o ideográfica, que habían desarrollado hasta el momento de la llegada de los españoles, presentaban sus quejas ante las autoridades virrei-nales. El llamado Lienzo de Tlaxcala es quizás el códice más valio-so de esta época 796; medía 6 metros de largo por dos y medio de ancho, pintado a mediados del siglo XVI por los tlaxcaltecas, en el que solicitaban mercedes reales por sus servicios prestados a la Corona durante la Conquista. La Tira de Tlatelolco representa los acontecimientos acaeci-dos en el siglo XVI en México hasta las honras fúnebres de don Luis de Velasco; realizado en piel de venado. 792 Manuel González de la Paz y Campo, Crónica. . ., y Manuel Romero de Terreros, La iglesia y el convento de San Agustín, p. 6-7 793 VICTORIA, José Guadalupe op. cit. 794 "No está por demás recordar que el coatequitl era obra conjunta o colectiva, básicamente de los macehuales; la unidad mínima de la organiza-ción de la fuerza de trabajo tal vez "haya sido la llamada cuadrilla, vein-tena o centecpantli". El coatequitl tuvo varios principios organizativos, entre los que destacan: la división de tareas entre las unidades laborales participantes, que respondían a especializaciones de grupos de trabajo (ar-tesanos) o a especialidades circunstanciales (acarreo de materiales, agua o alimentos); otro de esos principios organizativos era la rotación del tra-bajo, en tandas y ruedas, según las expresiones usadas durante la época co-lonial." VICTORIA, José Guadalupe op. cit. 795 ROJAS RABIELA, Teresa La organización del trabajo para las obras públicas: el coatéquitl y las cuadrillas de trabajadores. Ponencia mecanus-crita presentada en la V Reunión de Historiadores Mexicanos y Norteamerica-nos, celebrada en la ciudad de Pátzcuaro, Mich., en octubre de 1977. 796 Desgraciadamente el original se ha perdido, conservándose en el Museo Nacional de Antropología una copia realizada en el siglo XVIII por el pintor tlaxcalteca Juan Manuel de Illanéz. El Códice Mendocino fue mandado pintar por el virrey Antonio de Mendoza para enviarlo al Emperador Carlos V, mas no llegó a sus manos ya que el navío que lo llevaba en 1549 cayo en poder de los corsarios franceses y el códice fue llevado a París. Está conformado por tres partes: - una relación cronológica desde la fundación de Tenochtitlan hasta Moctezuma II. - un Libro de Tributos. - las costumbres de los antiguos mexicanos. Un códice de tipo mixto 797 es la Relación de Michoacán, sin duda el documento más valioso para la historia de los purépe-chas, además de ser una obra de arte de primer orden por la exactitud del dibujo de sus personajes, la exuberante fantasía de sus tocados, figuras que muestran la diferencia entre los pueblos michoacanos y el pueblo azteca. De gran belleza es el códice llamado la Introducción de la Justicia en Tlaxcala; representa el momento en que el corre-gidor de Puebla, Hernando de Saavedra, convence a los indios tlaxcaltecas para que acepten a los escribanos españoles. Su valor plástico radica en la admirable estilización de las for-mas representadas. El Códice de Tepetlaoztoc o Códice de Kingsboroug es un me-morial de los indios de este pueblo quejándose de sus encomen-deros, en especial de Gonzalo de Salazar. Sobresale por la ex-presión pictórica de los sentimientos de cada individuo. El Códice Sierra no ostenta gran mérito artístico, siendo interesante en él un fragmento de una cuenta de gastos del templo de Santa Catalina Texupan 798, ya que reproduce los objetos del culto usados en el siglo XVI. El Códice Osuna contiene las quejas presentadas por los in-dios de Ciudad de México al visitador Valderrama en 1565; se encuentran en él reproducciones de obras arquitectónicas como la cimentación de la catedral de México, apareciendo los cua-tro barrios originales de la ciudad. El Códice Florentino es una ilustración de la Historia de las Cosas de Nueva España, de fray Bernardino de Sahagún. El Códice Durán es la ilustración de la historia de fray Diego de Durán. El Lienzo de Jucutácato representa la peregrinación de los purépechas hasta establecerse en Michoacán, según algunos au-tores; para otros, por la gran cantidad de símbolos religiosos indica que más bien se trata del establecimiento de la reli-gión en lo que más tarde sería Michoacán. El Códice de Yanhuitlán es un manuscrito mixteco relacionado con este pueblo y sus monumentos; de enorme valor plástico se-gún Toussaint 799. 797 Son aquellos que contienen una relación escrita en castellano e ilustraciones a la manera precortesiana. 798 En la Mixteca Alta, Oaxaca. 799 Restos de este códice se encuentran en la Academia de Bellas Artes de Puebla. ANEXO IV CONJUNTOS COVENTUALES EN EL VIRREINATO DE LA NUEVA GRANADA En medio de una naturaleza casi sobrenatural se fundaron los primeros centros evangelizadores de las ordenes mendicantes, franciscanos, dominicos y agustinos, erigiéndose pequeñas i-glesias de acuerdo a la disponibilidad de materiales en el lu-gar, construcciones que muchas veces fueron destruidas por su deficiencia de trabajo y condiciones climáticas desconocidas por los artífices europeos; sobre sus ruinas se levantaron e-dificaciones más estables y a su alrededor se formaron los primeros núcleos urbanos, dependiendo su vida de las hostili-dad de las tribus. Los centros evangelizadores generaron espacios arquitectóni-cos propios que facilitaron el proceso, siendo el primero el templo, cuyas características de evangelización determinaron su construcción, marcado también por las limitaciones de orden tecnológico que limitó sus dimensiones. Todos los templos doctrineros tienen características tan pa-recidas que podría hablarse de una serie de normas básicas pa-ra su construcción: - Una sola nave en proporción 1:4 1:7. - Cubierta con nudillos y tirantes de dos en dos, en forma de artesa a dos aguas, con nudillos en la parte alta y tiran-tes a la altura de los muros que insinúan un plano paralelo al piso, algunos con influencia mudéjar. - Dimensiones y tratamiento del espacio en forma fragmenta-da, influencia medieval usada en España durante la época de la conquista. - Arco toral para separar la nave del presbiterio, arco bas-tante pronunciado algunas veces con funciones estructurales, elemento que contribuye a la fragmentación del espacio inte-rior, división que se repite en el coro. - Espadaña ubicada a un lado de la nave, o acaballada sobre la misma, ejemplos que se conservan en las iglesias de Zipacón y Oicotá. - Capilla abierta o de indios, en nuestro caso se presenta como un balcón o portal a nivel de la segunda planta o coro de la iglesia, retrocedido en relación con la parte frontal del tejado, creando un espacio cubierto y abierto hacia la plaza. El interior de los templos doctrineros fue siempre de gran riqueza, con retablos de madera tallada y gran abundancia de rojo y dorado; los tirantes, el arco toral y la madera del co-ro por lo general fueron profusamente decorados. El segundo elemento arquitectónico o urbanístico fue la pla-za o atrio, nunca de las dimensiones alcanzadas en los conjun-tos conventuales de la Nueva España; área libre que cumplía la doble función de prolongación del templo y la de carácter cí-vico. Delimitadas en forma simple, fueron conformándose con la construcción de otras edificaciones de importancia, cuya edificación estaba reglamentada por las Leyes de Indias: casa cu-ral, residencias de los personajes importantes, alcaldía. Fue punto de partida para el desarrollo de la ciudad en forma de parrilla. Las capillas posas, tercer elemento, en muchos casos demar-caban la plaza; construidas a manera de templos en miniatura, con rasgos estilísticos e interiores similares respetando las proporciones y carácter del templo matriz. Su poca importancia hizo que desaparecieran total o parcialmente en ciudades que adquirieron un carácter distinto al puramente religioso, ade-más por estar ubicadas en las cuatro esquinas de la plaza, puntos apetecibles para levantar construcciones de prestigio. Cruz atrial, tallada en piedra y colocada en la plaza, fren-te a la iglesia como símbolo de doctrina, tales como la de Bo-sa o Sáchica. El atrio, cerrado por un pequeño muro de sillería, adornado con pináculos o bolas de piedra, que lo separaban de la plaza antes mencionada. Este pequeño espacio delimitado fue el atrio propiamente dicho en la Nueva Granada en los primeros años de evangelización. En el Nuevo Reino de Granada se repitieron los centros doc-trineros aparecidos antes en la Nueva España, con lineamientos muy similares pero con mayor sencillez y humildad. BIBLIOGRAFIA CURIEL MENDEZ, Gustavo Escatología y psicomaquia en el pro-grama ornamental de la capilla abierta de Tlalmanalco, México en Iconografía y Sociedad Arte Colonial Hispanoamericano XLIV Congreso Internacional de Americanistas Instituto de Investigaciones Estéticas, UNAM, México, 1987. BENAVENTE, Fray Toribio de (MOTOLINIA) Memoriales o libro de las cosas de Nueva España y de los naturales de ella. 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