el papel de la empresa privada en la ayuda oficial al desarrollo

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Observatori del Deute en la Globalització/
EL PAPEL DE LA EMPRESA PRIVADA EN LA AYUDA OFICIAL AL
DESARROLLO: ¿COOPERACIÓN SA? (I): COOPERACIÓN
EMPRESARIAL
JESÚS CARRIÓN. OBSERVATORIO DE LA DEUDA EN LA GLOBALIZACIÓN. Julio de
2012
1. Introducción al debate: La empresa como agente de cooperación
Estamos asistiendo a un proceso de cambios profundos en las políticas públicas de cooperación
internacional, en el que destaca el creciente papel de la empresa privada. Desde diferentes
ámbitos como el académico, instituciones internacionales y gobiernos donantes, se avanza en
la construcción de un cuerpo teórico y un tejido cada vez más relevante de mecanismos para
promover el rol de las empresas con ánimo de lucro como agentes de desarrollo.
Si bien es cierto que este cambio de paradigma ha adquirido mucha importancia en los últimos
años, es necesario recordar que el sector privado hace décadas que participa de las políticas
públicas de cooperación. A través de la ayuda ligada, de las conversiones de deuda por
inversiones privadas o de las políticas de los bancos multilaterales como el Banco Mundial, la
empresa privada había jugado un importante papel en la ejecución de proyectos de desarrollo.
Un papel, eso sí, no ausente de críticas y denuncias desde diferentes sectores. Incluso desde
instituciones como el PNUD se ha denunciado que "a la hora de trabajar por la reducción de la
pobreza, no todo el dinero tiene el mismo valor, ya que una parte importante de lo que se
declara como Ayuda al Desarrollo no lo es, sino que vuelve a los países ricos en forma de
subsidios y contratos que benefician a sus grandes empresas. Todo esto tiene relación con la
práctica de "atar" las ayudas o transferencias financieras a la adquisición de bienes y servicios
de los países donantes, siendo la forma más notoria de arruinar de forma encubierta la eficacia
de la ayuda"1.
Por otra parte, se deben considerar aquellas agencias públicas que, bajo el discurso de la
promoción del desarrollo, han dado durante décadas un importante apoyo al sector privado en
sus actuaciones en los países del Sur, a pesar de no destinar recursos de AOD. Este es el caso
de la Corporación Financiera Internacional (el brazo de financiación para el sector privado del
Banco Mundial) o de las llamadas Instituciones Financieras de Desarrollo de varios países
donantes (conocidas como DFI por sus siglas en inglés), entre las que encontramos hasta
ahora a COFIDES en el caso español2.
Así pues, las empresas privadas han estado participando en, y beneficiándose de, la política
pública de cooperación internacional durante décadas. A pesar de no tratarse, pues, de una
novedad, en los últimos años ha habido una transformación fundamental, ya que el sector
1
Informe de Desarrollo Humano del PNUD, año 2005, pág. 114, Naciones Unidas, Nueva York. Citado en
Gomez Gil, C., Gómez-Olivé, D., Tarafa, G. La Il·legitimitat dels crèdits FAD: trenta anys d’Història. ODG – Icaria
Editorial. Barcelona, Mayo de 2008.
2
Instituciones Financieras de Desarrollo Europeas – EDFI http://www.edfi.be/members.html
Sarah Bracking i Ana Sofia Gahno Investment in private sector development: What are the returns?”
Norwegian Church Aid. Junio 2011 http://www.kirkensnodhjelp.no/en/About-
NCA/Publications/Reports/report-on-investing-in-private-sector-development/
www.odg.cat
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privado ha pasado de ser un mero implementador a ser presentado como actor clave,
promotor del desarrollo.
Las teorías que fundamentan la consideración de la empresa como agente de desarrollo se han
ido construyendo desde hace más de 30 años. Uno de los principales argumentos en que se
basan estas teorías es el que vincula, con demasiada frecuencia de forma no fundamentada y
acrítica, crecimiento económico y desarrollo. Más allá de que el crecimiento económico no haya
sido nunca garantía de un desarrollo equitativo, humano y sostenible, cabe destacar el hecho
de que se presenta a la empresa privada como el único agente capaz de promover este
crecimiento económico y, en consecuencia, como imprescindible para la promoción del
desarrollo.
La justificación del papel de las empresas en el desarrollo se basa también en las teorías
conocidas como la base de la pirámide, capitalismo inclusivo, negocios inclusivos o estrategias
pro-poor. A pesar de la diversidad de nomenclaturas, el objetivo es común: ante un mercado
de 4.000 millones de pobres, que están viviendo con menos de dos dólares al día, se harán
negocios rentables que sirvan a los pobres, ya que haciéndolos consumidores se les ayuda a
salir de la pobreza. Coimbatore Krishnarao Prahalad ha sido uno de los principales valedores
de las teorías del capitalismo inclusivo y de la base de la pirámide3.
Las ideas de Prahalad coinciden con las del Consejo Empresarial Mundial para el Desarrollo
Sostenible (WBCSD, por sus siglas en inglés, un conocido think tank al servicio de empresas
transnacionales), desde donde se afirma que "los pobres no quieren caridad, quieren ser
jugadores activos en la economía de mercado (...) los hemos de ayudar a mejorar sus vidas
mediante la producción y distribución de productos y servicios que sean sensibles a las
diferencias culturales, sostenibles ambientalmente y económicamente rentables". Las
empresas transnacionales españolas también lo ven claro. El presidente del BBVA lo entiende
como "oportunidades sociales de negocio". En Telefónica afirman que "las nuevas formas de
negocio inclusivas ayudan a convertir en clientes a colectivos en riesgo de exclusión". Lo
llaman relaciones mutuamente provechosas entre empresas transnacionales y personas
excluidas, win to win, ya que, dando un papel más relevante a la empresa como agente de
cooperación, no sólo gana la cooperación (en recursos, capacidades y provisión de bienes y
servicios) sino también la empresa (en mercados y oportunidades de negocio).
A nivel coyuntural, la crisis económica ha llevado a un importante refuerzo de diversas
iniciativas en este sentido. Por un lado, la reducción cada vez más importante de los
presupuestos públicos de cooperación ha llevado a algunas administraciones a apuntar a la
empresa privada como una posible fuente para paliar la escasez de recursos. Pero a la vez, en
el marco de la crisis, las administraciones apuntan también a la necesidad de apoyar, si es
necesario a través de instrumentos de cooperación, a los procesos de internacionalización de la
empresa catalana y española para que éstas puedan acceder a nuevos mercados y así suplir la
falta de demanda en los mercados locales.
En este contexto, administraciones públicas e instituciones internacionales se disponen a poner
al servicio de la empresa privada fondos públicos para incentivar la inversión en los países del
Sur. Para la Agencia Española de Cooperación Internacional al Desarrollo (AECID) "se ha
constatado que para el progreso de los países no basta con los recursos e instrumentos
tradicionales de la Ayuda Oficial al Desarrollo (AOD) utilizados hasta ahora. De hecho, los
flujos financieros privados con los países en desarrollo para la financiación, el comercio y la
inversión alcanzan valores muy por encima de la AOD. Esto ha llevado a considerar la
importancia del crecimiento económico y el capital privado como aspectos clave para la
reducción de la pobreza y la mejora de las condiciones de vida de los más desfavorecidos. En
3
Prahalad, C.K. (2004): The Fortune at the Bottom of the Pyramid,Wharton School Publishing, Nueva Jersey.
Compromiso Empresarial (2010) “C. K. Prahalad: El hombre que reinó en la cúspide de la base de la pirámide”,
http://www.compromisoempresarial.com/management/2010/06/c-k-prahalad-el-hombre-quereino-en-la-cuspide-de-la-base-de-la-piramide/ (consultada el 28 de junio de 2011).
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este contexto, el sector privado puede contribuir a la creación de empleo decente y la
expansión de oportunidades de negocio, y por tanto a un incremento de recursos fiscales, lo
cual podría tener efectos positivos sobre otros ámbitos sociales como la salud o la educación
(...) el potencial de las empresas también es indudable que se refiere a la transferencia de
conocimientos y tecnología, favoreciendo la capacitación y el fortalecimiento de capacidades a
nivel local, así como en todo lo referente a las buenas prácticas de gestión y en la orientación
de éstas a la obtención de resultados"4. El mismo Plan Director de la Cooperación Española
(2009-2012) considera fundamental integrar el sector privado empresarial en el sistema de
cooperación "por su potencial como actor de desarrollo"5.
2. La empresa privada como agente de la cooperación española y catalana
hasta ahora
2. b. Partenariados Público Privados
Una forma de posibilitar la participación de las empresas privadas en la política pública de
cooperación son las llamadas Alianzas Público Privadas para el Desarrollo (APPD). A nivel
internacional, el marco teórico de justificación de las APPD se ha ido consensuando a través de
las aportaciones del mismo PNUD, la Unión Europea, el CAD y los diferentes planes directores
que guían la cooperación.
Para la Fundación de Naciones Unidas, las Alianzas Público Privadas (APP) entre agentes
públicos y privados se basan en "la creación de agendas comunes y la combinación de
recursos, riesgos y beneficios. Son colaboraciones voluntarias que se construyen a partir de los
respectivos puntos fuertes y competencias de cada aliado, optimizando la asignación de
recursos y consiguiendo resultados mutuamente beneficiosos"6. El Libro Verde de la Comisión
Europea sobre las APP las define como el "contrato entre un inversor privado y un Gobierno
para proveer un servicio concreto", proponiendo que los diferentes tipos de contratos
existentes no deben limitarse a gestionar sólo cierto tipo de servicios, sino también a compartir
los riesgos existentes y a aportar fondos adicionales7.
Los procesos de privatización de la gestión de servicios públicos agudizados bajo la lógica
neoliberal han hecho multiplicar los APP tanto en los países del Sur como del Norte para fines
tan diversos como construir carreteras, puentes, aeropuertos, metros o puertos marítimos;
ofrecer servicios de abastecimiento de agua, electricidad, gas o acceso a telecomunicaciones;
crear y gestionar sistemas judiciales, cárceles, hospitales, escuelas y centros deportivos. El
razonamiento de base es que todo lo que se gestiona desde la esfera pública es ineficiente, y
que por el hecho de traspasarlo a la esfera privada se convierte en eficiente8.
Dentro de este marco teórico, una derivada de las APP son las Alianzas Público Privadas para el
Desarrollo (APPD). La diferencia fundamental respecto de las APP es que deben generar un
impacto positivo en el desarrollo. De esta forma se traslada el mito de la eficiencia del sector
privado también al ámbito de la cooperación para el desarrollo. Desde esta perspectiva el
4
AECID, Cooperación Empresarial para el Desarrollo, Junio 2011.
http://www.aecid.es/export/sites/default/
web/galerias/subvenciones/descargas/Informacion_complementaria_cooperacion_empresarial_
cap_2011.pdf
5
Plan Director de la Cooperación Española 2009-2012, 13 de febrero de 2009.
http://www.maec.es/es/MenuPpal/CooperacionInternacional/Publicacionesydocumentacion/Doc
uments/Plan%20Director%202009-2012.pdf
6
Fundación Naciones Unidas y Foro Económico Mundial (2003): Public-Private Partnerships: Meeting in the
Middle, Washington y Ginebra.
7
Comisión Europea (2004): Green Paper on Public-Private Partnerships and Community Law on Public
Contracts and Concessions, 30 de abril de 2004 (COM (2004) 327, 30.42004).
8
Casado, Fernando (2007). Alianzas Público Privadas para el Desarrollo. Fundación Carolina. Madrid, marzo de
2007.
www.odg.cat
3
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desarrollo se asocia a incrementar el acceso a bienes y servicios para mejorar la calidad de
vida, y la forma de lograrlo es, como ya se ha mencionado, el desarrollo del tejido empresarial
y el crecimiento económico.
A diferencia de las APP, las APPD deben tener en cuenta el papel del tercer sector, formado por
organizaciones no gubernamentales de desarrollo (ONGD), sindicatos, grupos ecologistas,
universidades y asociaciones empresariales entre otros. Su papel como sociedad civil
organizada es apoyar con su experiencia en la implementación de proyectos y la identificación
de las necesidades locales. Desde ciertos sectores de la sociedad civil, se ve la participación del
tercer sector como una forma de legitimar las actuaciones de las empresas y gobiernos bajo
las APPD y más allá de éstas. Teniendo en consideración, que la obtención de beneficios
empresariales a menudo no está condicionada al respeto de los derechos humanos, sociales y
ambientales de las poblaciones susceptibles de ser beneficiadas o afectadas por el APPD, y por
tanto, no hay una obligación por parte de la empresa de tratar de aminorar las posibles
externalidades negativas que se puedan derivar de su actuación sobre el terreno.
A nivel internacional, las agencias de cooperación de varios países donantes han creado
organismos específicos para el desarrollo de las APPD9. Es el caso de la Agencia para el
Desarrollo Internacional de EE.UU. (USAID) que tiene el programa Global Development
Alliance (GDA)10. Después de nueve años de funcionamiento el GDA ha formalizado más de
900 alianzas con más de 1.700 socios diferentes y ha canalizado más de 9.000 millones de
dólares. Por cada dólar invertido por la USAID han movilizado más de 5 dólares de actores
privados. La USAID afirma que para lograr alianzas sólidas, las APPD deben estar vinculadas a
los propósitos básicos de las empresas asociadas. Algunos de los socios con los que cuenta la
GDA son conocidas transnacionales, a menudo denunciadas desde la sociedad civil por sus
actuaciones socialmente irresponsables, como Coca Cola, Ikea, Microsoft, Starbucks, Nestlé,
Nokia, Cartepillar International, Cysco Systems, Tata Iron and Steel, Orange y fundaciones
como: Ford, Gates, Kellog, McArthur, Rotary International, Soros. Como proyecto destacado, la
alianza entre Starbucks, la Business Cooperativas of America y USAID, donde Starbucks se
comprometió a comprar a precio justo el café producido por pequeños productores de
cooperativas en Centroamérica.
También han creado organismos o programas específicos la GIZ alemana con develoPPP, el
Departamento de Desarrollo Internacional del Reino Unido (DFID) con su Private Sector
Department que prioriza acuerdos con grandes empresas, en Suecia el Departamento de
Partenariados el Desarrollo gestiona desde 2009 el programa Business for Development, y en
Holanda la SNV ha constituido con el WBCSD la plataforma Inclusive Business11.
A nivel español12 el II Plan Director de la Cooperación española (2005-2008) proponía las APPD
como un instrumento adecuado para integrar el sector privado empresarial como actor de
desarrollo y en el actual III Plan Director (2009-2012) se especifica que se ha de iniciar un
"Plan de actuación de fomento de las APPD"13.
9
Botella, C., Fernández, J.A. y Suárez, I. Innovación y cooperación al desarrollo: tendencias de colaboración
público-privada. Fundación Carolina. Documento de Trabajo núm. 47. Madrid, abril de 2011.
www.fundacioncarolina.es
10
http://www.usaid.gov/our_work/global_partnerships/gda/ página visitada el 28 de julio de
2011.
11
http://www.developpp.de/es/index.html página visitada el 28 de julio de 2001.
http://www.dfid.gov.uk/Working-with-DFID/Fundingopportunities/Business/Government-and-the-private-sector-working-together/ página visitada el
28 de julio de 2011.
http://www.inclusivebusiness.org página visitada el 28 de julio de 2011.
12
Ramiro, P. y Pèrez, S. Sector privado y Cooperación al Desarrollo: Empresas, Gobiernos y ONG ante las
alianzas público-privadas. Botletín de recursos de información núm. 28. Centro de Documentació HEGOA. Julio de
2011. http://boletin.hegoa.efaber.net/mail/19/5319 página visitada el 20 de julio de 2011.
13
Vázquez, O. Las APPD y la necesidad de contar con un sistema de elegibilidad. Artículo para el Seminario
Cooperación S.A. del Observatorio de la Deuda en la Globalización. Barcelona, junio de 2011.
www.odg.cat
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En la práctica, ya se están produciendo las primeras APPD. La primera se dio en 2007, cuando
la AECID firmó un documento con la transnacional ACS para trabajar en el "desarrollo de la
región de América Latina"14. En julio de 2010, la Secretaría de Estado de Cooperación firmó
una declaración de intenciones con tres empresas (Telefónica, BBVA y Santillana) y cuatro
ONGDs (Ayuda en Acción, Ecología y Desarrollo, Entreculturas-Fé y Alegría y Solidaridad
Internacional) con la voluntad mutua de desarrollar una APPD en Perú a la que han dotado con
seis millones de euros para intervenir en un proceso de desarrollo integral en la provincia de
Acobamba, en la región andina de Huancavelica15. No deja de sorprender a los socios
empresariales elegidos. El BBVA, por ejemplo, fue denunciado por Greenpeace en el mismo
Perú, por dar un préstamo de cien millones de dólares a la mina de Yanacocha, una mina de
oro que opera a cielo abierto y provoca degradación y contaminación de las fuentes de agua
además de un incremento de la pobreza por el desplazamiento de las familias16. Tanto
Santillana como Telefónica también han recibido críticas por actuaciones de corrupción y
laborales socialmente irresponsables, respectivamente.
También es interesante destacar el caso del Fondo de Cooperación para el Agua y
Saneamiento (FCAS)17 en América Latina, un programa de alianzas Público-Públicas que se han
transformado en público-privadas18. El fondo fue creado en 2007 y está dotado con 1.200
millones de euros. El objetivo del FCAS, que depende de la AECID era favorecer la gestión
pública, integral y participativa del agua. Al contrario, las grandes empresas transnacionales
españolas del sector participan en los órganos asesores del Fondo, buscando la ampliación a
nuevos mercados y el incremento de beneficios. Además, existe una voluntad clara por parte
del Gobierno español de otorgar contratos y licitaciones, ya sea de forma directa o indirecta a
empresas españolas. Por ejemplo, el caso de Aguas de Barcelona (AGBAR) en Puerto Príncipe
(Haití) donde fue seleccionada para prestar asistencia técnica a la gestión del sistema de agua
potable para tres años19. O la adjudicación por un importe de once millones de euros a la
misma empresa en Cartagena de Indias en Colombia a través de la empresa ACUACAR, que es
una empresa mixta participada en un 46% por AGBAR. Otro caso en Colombia sería el de
Metroaguas, operador privado colombiano, filial de Triple A, que es a la vez filial de Canal
Isabel II, operador público madrileño en vías de privatización y que actúa como una auténtica
transnacional fuera de España.
Además, el FCAS ha sido denunciado por Ingeniería Sin Fronteras por contribuir al rescate del
BID al otorgarle 501,2 millones de dólares que han permitido viabilizar créditos a los países
receptores por 296,5 millones de dólares, promocionando la ayuda reembolsable.
En clave catalana, ACC1Ó20, la agencia del Gobierno Catalán de promoción de la
internacionalización de la empresa catalana, está preparando un programa llamado "Programa
http://www.odg.cat/documents/formacio/2011_06_04_orencio_vazquez.pdf página visitada el 28
de julio de 2011.
Aroca , I. y Letón, H. Multinacionales y cooperación al desarrollo se alían para conquistar nuevos mercados.
Diagonal Periódico núm. 133. Madrid, 21 de septiembre de 2001.
http://www.diagonalperiodico.net/Multinacionales-y-cooperacion-al.html página visitada el 20 de
julio de 2011.
15
Europapress. Gobierno, empresas y ONG firman una declaración de intenciones sobre el desarrollo en Perú.
14
http://www.europapress.es/epsocial/rsc/noticia-gobierno-empresas-ong-firman-declaracionintenciones-desarrollo-peru-20100701104629.html página visitada el 20 de julio de 2011.
16
Greenpeace. Los nuevos conquistadores: Multinacionales españolas en América Latina. Madrid, octubre de
2009 http://www.greenpeace.org/espana/Global/espana/report/other/090930-03.pdf página
visitada el 20 de julio de 2011.
17
http://www.fondodelagua.aecid.es/ página visitada el 29 de julio de 2011.
18
Comunicado de Enginyeria Sense Fronteras de febrero de 2011.
http://www.catalunya.isf.es/mailing/20110207ComunicadoFondoAgua.pdf página visitada el 29 de
julio de 2011.
19
http://www.lavanguardia.com/economia/20110114/54101121468/agbar-gestionara-elservicio-de-agua-potable-en-haiti.html página visitada el 29 de julio de 2011.
20
www.acc10.cat página visitada el 20 de julio de 2011.
www.odg.cat
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Base de la Pirámide"21 para apoyar iniciativas empresariales catalanas que trabajen con los
mercados de la base de la pirámide.(negrita del autor)
En términos generales, es importante destacar que una APPD conlleva el riesgo de que los
fondos gubernamentales sean utilizados para subsidiar intereses privados y por trasladar los
costes sociales y ecológicos privados a la parte del sector público participante de la alianza.
Además, debido a la complejidad del modelo APPD sólo unas pocas empresas cuentan con los
recursos y la capacidad para participar en las licitaciones. La mayoría de estas empresas son
empresas transnacionales que no tienen en cuenta la minimización de impactos sociales y
ambientales, ni la adicionalidad para el desarrollo que para la población de la zona debe
aportar la APPD. En este caso la eficiencia que se supone que es proporcionada por la
participación del sector privado es negada por la falta de competencia.
2. c. Cooperación empresarial
Diferentes administraciones públicas han ofrecido también a las empresas convertirse en
beneficiarias de recursos de la AOD para implementar sus propios proyectos "de desarrollo",
así, tanto el Gobierno catalán a través de la Agencia Catalana de Cooperación al Desarrollo de
la Generalitat de Cataluña (ACCD)22 y ACC1Ó23, como el Gobierno español a través de la
AECID24, han puesto en marcha diferentes convocatorias de subvenciones para promover la
cooperación empresarial o proyectos de desarrollo para empresas.
ACC1Ó desde hace años dispone de una convocatoria de ayudas para impulsar los proyectos
que desarrollen entidades catalanas de apoyo a la empresa en el ámbito de la cooperación
para el desarrollo25 en colaboración con la ACCD. No se trata de subvenciones directas a las
empresas, ya que el CAD de la OCDE sólo permite, de momento, contabilizar como AOD los
recursos destinados a entidades sin ánimo de lucro. En este sentido la convocatoria se dirige a
entidades de segundo nivel, es decir, fundamentalmente asociaciones empresariales. Se
priorizan los proyectos que tengan como objetivo contribuir a potenciar la inserción y
participación de la micro, pequeña y mediana empresa en la economía de los países
beneficiarios, además de incluir entre otras la promoción de métodos gerenciales modernos y
de las exportaciones, el impulso del asociacionismo y la cooperación empresarial, o el fomento
de la transferencia tecnológica a las empresas. En la convocatoria de 2010 se destinaron
460.000 euros de la ACCD y 460.000 euros del COPCA. Los 920.000 euros aportados en total
corresponden a la mitad, por ejemplo, de la convocatoria de subvenciones de Educación para
el Desarrollo de la AECID para ONGs (1.800.000 euros en 2010).
Por su parte, el Gobierno español en la Convocatoria Abierta y Permanente de la AECID en
2011 ha incorporado por primer año una línea de Cooperación Empresarial26. El objetivo
principal de esta línea es apoyar y fomentar un crecimiento económico inclusivo, equitativo,
sostenido y respetuoso con el medio ambiente, sustentado en la generación de tejido
económico, empresarial y asociativo en los países socios, en los postulados de trabajo decente
y en las políticas económicas favorecedoras de la reducción de la pobreza y la cohesión social.
Los destinatarios son tanto las fundaciones y asociaciones empresariales sin ánimo de lucro,
como las empresas españolas o de los países de actuación con un mínimo de dos años de
21
http://www.acc10.cat/ACC1O/cat/internacionalitzacio/cooperacio-internacional/basepiramide.jsp página visitada el 20 de julio de 2011.
22
http://www20.gencat.cat/portal/site/cooperaciocatalana página visitada el 20 de julio de 2011.
23
http://www.acc10.cat/ página visitada el 20 de julio de 2011.
24
http://www.aecid.es página visitada el 20 de julio de 2011.
25
http://www.acc10.cat/ACC1O/cat/internacionalitzacio/cooperaciointernacional/empresa-cooperacio-desenvolupament/cooperacio-internacionaldesenvolupament.jsp página visitada el 20 de julio de 2011.
26
http://www.aecid.es/es/convocatorias/subvenciones/CAP/convocatorias/2011-05-12Convocatoria_CAP.html página visitada el 20 de julio de 2011.
www.odg.cat
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antigüedad. El presupuesto es de 3 millones de euros en esta convocatoria y las empresas no
podrán recibir más de 200.000 euros, que financiarán un máximo del 50% del proyecto. Como
se puede comprobar en este caso, la AECID se salta la premisa del CAD de destinar los
recursos de la AOD a entidades sin ánimo de lucro. Nuevamente, los recursos destinados a
empresas son todavía muy inferiores a los destinados a ONGs o cooperación directa, y mucho
menos del destinado a través de instrumentos de cooperación financiera como FONPRODE.
4. Conclusiones: volvemos a la casilla de salida
Como hemos visto, desde diferentes ámbitos y con la aplicación de diferentes mecanismos,
entre los que encontramos los APPD y las convocatorias para empresas, se está profundizando
en un camino hacia la privatización de la cooperación internacional, que aleja la política de
cooperación pública del paradigma de cooperación transformadora. Todos estos nuevos
mecanismos responden al paradigma del fortalecimiento del sector privado y la búsqueda del
crecimiento económico, paradigma que toma el lugar al del desarrollo humano y sostenible.
En ningún caso los promotores de estos instrumentos consideran la gran dificultad, o incluso la
imposibilidad, de conciliar en un mismo proyecto los intereses de rentabilidad y maximización
de las ganancias en el corto plazo del sector privado, con los objetivos de reducción de la
pobreza y desarrollo humano y sostenible a largo plazo.
En este sentido es importante destacar qué sector privado será el beneficiado por este nuevo
paradigma. En el caso de las APPD, éstas se piensan en clave de oportunidad de negocio para
las empresas españolas en vez de ser pensadas para ayudar a desarrollar el propio tejido de
las micro, pequeñas y medianas empresas de los países receptores de la ayuda. Así, se están
beneficiando empresas transnacionales que, por su capacidad y poder económico y político,
han tenido un rol de vulneración sistemática de los derechos humanos en los países del Sur.
Anand Grover, Olivier de Shutter o Okechukwu Ibeau, relatores especiales de Naciones Unidas
en salud, alimentación y desechos tóxicos, respectivamente, avalan en sus informes esta
afirmación27.
La inversión privada que pretende fomentar este nuevo paradigma de cooperación empresarial
a menudo acompañada de la creación de marcos jurídicos de protección de los intereses del
inversor hacen que los Gobiernos de los países del Sur y su ciudadanía, no puedan ni controlar
ni hacer cumplir las legislaciones domésticas28.
En general, este paradigma menosprecia por sistema la gestión pública por ineficiente, y se
intentan exportar modelos organizativos y empresariales ajenos a las realidades de destino. Se
tienen muchos ejemplos donde la actuación de la empresa privada en el sector de servicios
básicos e infraestructura (agua, energía y salud) ha liquidado las empresas estatales de
servicios básicos generando impactos negativos para la población, entre ellos, la exclusión de
27
Grover, A. (Març 2009) Informe para la Asamblea General de NU
http://www2.ohchr.org/english/bodies/hrcouncil/docs/11session/A.HRC.11.12_
en.pdf
De Schutter, O. (Agost 2010) Informe para la Asamblea General de NU
http://www.srfood.org/images/stories/pdf/officialreports/20101021_access-toland-report_es.pdf
Ibeanu, O. (Setembre 2010) Informe para la Asamblea General de NU
http://www2.ohchr.org/english/bodies/hrcouncil/docs/15session/A.HRC.15.22.Add.1_EFS.pdf
páginas visitadas el 25 de septiembre de 2010.
Ver el informe La Ir-Responsabilitat Social d’Unión Fenosa: Nicaragua, Colombia i Guatemala
28
http://www.odg.cat/documents/publicacions/unionfenosa_cat.pdf página visitada el 29 de julio de
2011 o la sentencia del Tribunal Permanente de los Pueblos
http://www.enlazandoalternativas.org/IMG/pdf/TPP-verdict_es.pdf página visitada el 29 de julio de
2011.
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los mismos por el aumento de las tarifas o la no inversión en las zonas donde no se aseguraba
la rentabilidad29.
Desde el ODG pensamos que el desarrollo humano y sostenible no se logrará simplemente
promoviendo el crecimiento económico, fomentando la inversión extranjera o fortaleciendo
cierto sector privado, ya de por sí privilegiado. Si bien el fortalecimiento de las economías
locales, especialmente aquellas redes de pequeñas y medianas empresas que respondan a los
principios de la economía social y solidaria, debe ser una prioridad para la cooperación
internacional, los instrumentos que se están poniendo en marcha no parecen ir en esa
dirección.
Más allá de esquemas que prioricen el sector privado, desde la cooperación se deberían
priorizar las alianzas público-públicas o público-comunitarias, contando con universidades y
centros de investigación públicos para desarrollar nuevas tecnologías apropiadas o para
fomentar procesos de capacitación. Tampoco se descarta que puedan existir oportunidades
para las alianzas público-privadas, si se construyen desde la promoción de los derechos y los
bienes comunes, así como de la no comercialización de éstos. Las agencias de desarrollo
deben asegurar que las APPD sólo se utilicen para favorecer las redes económicas locales en el
Sur, y no se desvíen para promover empresas privadas de los países donantes.
En este marco, el papel de las ONGDs no debe ser ayudar a consolidar el modelo de
privatización de la cooperación, si no, informar sobre sus peligros, monitorear su desarrollo y
denunciar sus impactos, proponiendo alternativas.
En cualquier caso, los recursos de la AOD no deberían ir destinados a promover el sector
privado de los países donantes, como es el caso de las APPD.
Creemos que es necesario un debate profundo entre los diferentes agentes de cooperación y
solidaridad para afrontar estos momentos de cambio de paradigma con un debate sereno y
fundamentado en sólidos argumentos. De lo contrario, tomando el rumbo del sector privado en
cooperación, volvemos a la casilla de salida, en la que los intereses de unos pocos toman el
lugar del desarrollo humano y sostenible.
29
En varios países, el suministro privado de agua y electricidad ha garantizado sus ganancias privados
imponiendo nuevos impuestos que han dejado los servicios fuera del alcance de muchos consumidores. En Ghana y
Namibia, la provisión privada de servicios públicos básicos y la eliminación de los subsidios cruzados de las zonas
urbanas a las zonas rurales ha llevado a una mayor desigualdad entre las regiones. En Senegal, el proveedor privado
de agua consiguió aumentar las tasas de recaudación mediante la aplicación de una política de desconexión estricto,
con lo que el 12 por ciento de las usuarias y usuarios fueron desconnecats. En Tanzania, después de la privatización
del suministro de agua de Dar es Salaam, un consorcio liderado por la empresa británica Biwater se hizo cargo de la
provisión de agua. Aunque el contrato con esta empresa, se firmó en 2003, se dio por terminado después de 18 meses
después de que no hubiera mejoría en los servicios. En la ciudad de Cochabamba en Bolivia, la privatización de los
servicios de agua condujo a un aumento del 200% en los precios del agua y provocó disturbios generalizados en el
país.
González, I, Fresnillo, I. Deute a Canvi d’Aigua. La trampa de les iniciatives de reducció de deute extern i
els processos de privatització d’aigua a l'Àfrica subsahariana. ESF – ODG. Julio 2009
Eurodad. Public Private Partnerships: Fit for development? Eurodad submission to the WP-EFF. Bruselas, junio
de 2011. http://eurodad.org/4583/
www.odg.cat
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