EL PAPEL DEL CRÉDITO COMO INSTRUMENTO PARA

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EL PAPEL DEL CRÉDITO COMO INSTRUMENTO PARA FOMENTAR EL
DESARROLLO
FRANCESC MASDEU Y DANIEL GÓMEZ. Observatorio de la Deuda en la Globalización.
Julio de 2012
El objetivo de este estudio es analizar la idoneidad de la utilización del crédito como
herramienta para el fomento del desarrollo de las comunidades y los pueblos empobrecidos
enfocándolo también desde una perspectiva de género. Así en primer término se hace un
repaso histórico de los instrumentos crediticios que se han empleado hasta ahora en el Estado
español para fomentar el desarrollo en los países empobrecidos, para saber cuál es la realidad
en nuestro entorno más inmediato. En segundo lugar, se presentan las principales posiciones a
favor y en contra del crédito a partir de la búsqueda bibliográfica, teniendo presente la
perspectiva de género. Por último, y en base a la investigación realizada, damos nuestra
opinión al respecto.
1. USO HISTÓRICO DEL CRÉDITO EN EL ESTADO ESPAÑOL POR FOMENTO
DEL DESARROLLO
Desde el año 1976 hasta finales de 2010, los créditos FAD (Fondo de Ayuda al Desarrollo) se
configuraron como el instrumento de cooperación financiera por excelencia. Estos se otorgaban
en condiciones financieras concesionales (que les permitía ser considerados Ayuda Oficial al
Desarrollo). Al mismo tiempo, se otorgaban condicionados a que los recursos se destinaran, en
parte o totalmente, a la compra de bienes y servicios provistos por empresas españolas. Así,
los créditos FAD estuvieron tradicionalmente ligados a la compra de bienes y servicios
españoles, de modo que el proyecto a financiar debía contar con la participación de una
empresa, privada o pública, española. De esta manera en muchas ocasiones parecía claro que
quien tomaba las decisiones sobre la idoneidad de conceder un crédito tenía como prioridad la
rentabilidad del negocio (eficiencia y sostenibilidad financiera) más que la búsqueda de un
beneficio social de la población receptora (concesión del crédito como medio para aliviar la
situación de pobreza). Con todo, desde la reforma del año 2010 del FAD no todo crédito
otorgado desde las administraciones públicas contabilizará como AOD, si no que sólo lo hará si,
además de estar en mejores condiciones financieras que las del mercado, se hace de manera
desligada a los intereses comerciales españoles, lo que lo hace menos atractivo.
Por otra parte, el Fondo para la Concesión de Microcréditos para Proyectos de Desarrollo Social
Básico en el Exterior (FCM) constituía hasta 2011 el segundo pilar de la cooperación financiera
española. El FCM se creó en 1998 para ofrecer y dar soporte en servicios microfinancieros a
sectores económicos y sociales que, o bien no tenían acceso al sistema financiero tradicional, o
bien éste no satisfacía adecuadamente sus necesidades.
Después de décadas de crítica por parte de la sociedad civil, y con la obligación que establecía
la Ley de gestión de deuda externa (Ley 38/2006) su reforma fue presentada en el Parlamento
español el 6 de noviembre de 2009. El proceso de reforma dio lugar, a lo largo de 2010, a la
creación de dos nuevos instrumentos:
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a) el Fondo de Internacionalización de la Empresa Española (FIEM) que, sin contabilizar como
AOD, está ligado a la compra de bienes y servicios españoles y que utiliza la herramienta
crediticia como herramienta para fomentar el desarrollo;1
b) el Fondo de Promoción al Desarrollo (FONPRODE), un fondo de cooperación financiera, que
contempla el crédito, con recursos de AOD, pero de manera totalmente desligada a los
intereses comerciales españoles. De las seis modalidades que contempla el FONPRODE tres
tienen un carácter crediticio2. Estas tres son: las aportaciones a determinados fondos en
instituciones financieras internacionales, las cuales otorgarán créditos a los países receptores,
las aportaciones a programas de microfinanzas, tal y como se venía haciendo con el FCM, y la
concesión de créditos, préstamos y líneas de financiación en términos concesionales y con
carácter no ligado a los estados.
2. ARGUMENTOS SOBRE EL
OPORTUNIDADES Y PELIGROS
USO
DEL
CRÉDITO
EN
EL
DESARROLLO:
ARGUMENTOS DE LAS VOCES DEFENSORAS DEL CRÉDITO
Los principales argumentos de aquellas personas e instituciones que defienden el crédito como
una buena herramienta para fomentar el desarrollo de las comunidades más empobrecidas se
podrían resumir en cinco:
1. El acceso al crédito garantiza un desarrollo sostenible social y económico de las
personas, ya sean hombres o mujeres. Así el crédito impulsa el desarrollo de la sociedad ya
que ayuda a que los sectores económicamente más débiles de la misma tengan acceso a los
recursos económicos. Bajo esta perspectiva, las mujeres mejorarán su situación económica ya
que podrán diversificar, ampliar y mejorar la calidad de la producción y generación de ingresos
además de aumentar su autoestima, autonomía y participación en la toma de decisiones
familiar e incluso comunitaria
2. El segundo argumento utilizado es el que dice que el mercado es quien debe hacerse
cargo de erradicar la pobreza, ya que este, a través del crédito, es la mejor plataforma
para reasignar las condiciones óptimas de vida para las pobres del planeta. La utilización del
crédito para fomentar el desarrollo fomenta proyectos que son autosuficientes
económicamente sin la necesidad de ofrecer ayudas públicas a las organizaciones.
3. Un tercer argumento se apoya en que el uso del crédito es más eficaz ya que supone un
aumento del nivel de ingresos lo que ha facilitado salir de la pobreza. De esta manera, se
defiende que quien accede a los créditos puede insertarse en el mercado y obtener una fuente
de ingresos sostenible. Este mismo argumento lo encontramos en el otorgamiento de crédito a
los Estados.
4. Un cuarto argumento sería el que defiende el crédito como un instrumento de mejor
eficiencia. Es decir, el hecho de saber que has de devolver el dinero hace que te esfuerces
más en la elección de los recursos que tienes que emplear para obtener el mejor resultado. La
innovación tecnológica juega aquí un papel destacado.
5. Finalmente se defiende el crédito porque es un instrumento que hace protagonista a la
comunidad receptora, rompe con la cultura del donativo y la dependencia, fomenta la
autonomía y la autoestima de las personas beneficiarias, que se convierten en las únicas
responsables de su futuro. En este marco, es relevante la consideración del crédito como una
1
Para ampliar información sobre este mecanismo se recomienda leer la investigación que se ha elaborado desde el
ODG sobre Apoyo a la Internacionalización donde se desarrolla más ampliamente en qué consiste el FIEM.
2
Para ampliar información sobre el FONPRODE se recomienda leer la investigación sobre este mecanismo que se ha
llevado a cabo desde el ODG
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herramienta que constituye una vía de empoderamiento económico y social para las
mujeres ya que pueden obtener recursos propios que permiten garantizar oportunidades para
la igualdad de derechos.
ARGUMENTOS DE LAS VOCES DETRACTORAS DEL CRÉDITO
Por otra parte, son cada vez más las voces críticas con el uso del crédito como herramienta
para fomentar el desarrollo. Los tres grandes argumentos que esgrimen las contrarias a la
generalización del crédito como herramienta de erradicación de la pobreza son:
1. El primer argumento de las detractoras del uso del crédito es que a largo plazo no hay
ninguna evidencia de que éste, por sí solo, contribuya positivamente a la reducción
de la pobreza (Bekerman, M., 2009). En este sentido, el Grupo Consultivo de Ayuda a la
Población Pobre (CGAP) ha reconocido que los pocos estudios publicados sobre los impactos de
los microcréditos sólo han sido capaces de demostrar resultados a corto plazo3. Por otra parte
se arguye que mediante este tipo de mecanismos se tiende a generar que el Estado se
desentienda de sus responsabilidades en cuanto a llevar a cabo políticas económicas
encaminadas a la reducción de la pobreza; que no todos los créditos se destinan al
emprendimiento sino también para suplir deficiencias temporales de las economías
domésticas, lo que hace aumentar la carga laboral de las mujeres, a una doble o triple
jornada. Por último se indica que el inundar el mercado con pequeñas empresas redunda en la
dificultad de que se generen beneficios de escala siendo que al final cada empresa tiene muy
pocas probabilidades de sobrevivir dentro del mercado.
2. El segundo argumento esgrimido considera que el crédito, per se, genera deuda y, por
tanto, exige un retorno que no siempre se podrá efectuar. De este modo, el endeudamiento
hace mucho más vulnerables a quienes menos tienen. En Perú, el 69% de las familias urbanas
más pobres tienen su propia empresa. En la India, Pakistán o Nicaragua la proporción se sitúa
en torno al 50%, mientras que en los países de la OCDE la proporción es del 12%. Cuando las
empresas entran en quiebra el crédito se devolverá a través del embargo de propiedades, un
mayor endeudamiento o el desvío de los flujos de otros ingresos (remesas, pensiones, etc.)
para pagar la deuda.
Bajo este argumento, se pone en duda también el uso del crédito por parte de los Estados
empobrecidos como camino hacia el bienestar dados los efectos generados por la crisis
de la deuda y los Planes de Ajuste Estructural (PAE) del FMI y el BM asociados a la misma. En
efecto, los PAE han traído consigo el desmantelamiento del Estado del Bienestar con, entre
otros aspectos, la consecuente carga sobre las mujeres de las tareas de reproducción y
cuidado.
3. Es en este marco que se defiende, como tercer argumento, que la generalización del
crédito en realidad responde a un modelo económico basado en la mercantilización y
la bancarización teniendo en cuenta sólo como trabajo y producción lo que se lleva a cabo en
las relaciones de mercado. La idea de que el crédito es la mejor herramienta para acabar con
la pobreza está íntimamente relacionada con el neoliberalismo. Sin embargo, los impactos
económicos y sociales del crédito están en cuestión, ya que representan una profundización en
las políticas de bancarización de la población, promoviendo el mercado como solución a la
pobreza y des-responsabilizando a los Estados en sus obligaciones en materia de derechos
humanos. La transformación de pobreza en deuda se apoya en un darwinismo social por el
cual aquellas personas que están peor lo están porque no han querido salirse mediante un
crédito. Para Lola López, las entidades o instituciones que promocionan el crédito no conocen o
no respetan las estrategias locales y las redes sociales tradicionales; no sólo eso, sino que
basar el desarrollo de una comunidad en la emprendeduría individual mina la experiencia
compartida, la confianza y la buena fe, la solidaridad local, la comunicación interpersonal, el
voluntariado (Bateman, M. y Ha-Joon , C., 2009), destruye la economía local sostenible y las
3
Cita encontrada en el portal del CGAP: "Does Microfinance Help Poor People?", En:
http://www.cgap.org/p/site/c/template.rc/1.26.11415/
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propias trayectorias de desarrollo, al tiempo que institucionaliza la pobreza y el subdesarrollo
(Bateman, M. 2010). Por último, la participación femenina en los sistemas de crediticios no
resulta ser una verdadera palanca de cambio para la igualdad de género, sino que contribuye a
perpetuar la marginalización de las actividades económicas desarrolladas por las mujeres y por
tanto, tiene el peligro de aumentar aún más las desigualdades en términos de participación
diferenciada entre hombres y mujeres en la economía.
3. CONCLUSIONES
Se puede afirmar que detrás del debate sobre la conveniencia o no del uso del crédito como
mecanismo de empoderamiento y/o para combatir la pobreza lo que se amaga, en realidad, es
un debate sobre el modelo económico y social que se defiende. Siendo así, y dado la eficacia
del crédito como herramienta para fomentar el desarrollo no es tan clara, creemos que hay
que defender el papel que puede jugar la AOD en forma de donación, aunque conociendo sus
limitaciones (sobre todo por el papel que juegan otros mecanismos que generan
anticooperación). En efecto, creemos que la AOD en forma de donación desligada puede jugar
un papel mucho más adecuado para restituir la situación de injusticia y de desigualdad social
en que se encuentran las poblaciones empobrecidas, especialmente las mujeres, ya que se
trata de recursos que se pueden destinar sin ánimo de lucro y que se pueden orientar
específicamente a las personas y comunidades más empobrecidas. Creemos que la
generalización del crédito puede anular las políticas de cooperación internacional, ya que
extiende la idea de que el mercado es más eficiente para dar respuesta a los problemas
sociales y debilita los Estados como agentes que puedan fomentar el desarrollo de la gente. El
uso del crédito olvida las verdaderas causas de la pobreza, al tiempo que convierte a las
personas empobrecidas en responsables de su situación. En cambio, la AOD en forma de
donación puede fomentar la solidaridad y restituir el expolio que los países enriquecidos han
hecho históricamente, y continúan haciendo, sobre los pueblos empobrecidos.
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