Misión Permanente de Guatemala ante las Naciones Unidas 57 Park Avenue New York, NY. 10016 Tel. (212) 679-4760 Fax. (212) 685-8741 E-Mail: guatemala@un.int (Verificar al momento de su lectura) Intervención de la delegación de Guatemala Tema 54: “Examen amplio de toda la cuestión de las operaciones de mantenimiento de la paz en todos sus aspectos” CUARTA COMISION 66° período de sesiones de la Asamblea General (Nueva York, 25 de octubre de 2011) Señor Presidente, Los temas más generales de interés para mi delegación han sido ampliamente abordados en el presente debate por las delegaciones de Marruecos, en nombre del Movimiento de Países NoAlineados (NOAL), y Chile en nombre del Grupo de Río, a cuyas intervenciones nos asociamos plenamente, pero quisimos agregar algunas reflexiones puntuales. Agradecemos las presentaciones de los Secretarios Generales Adjuntos, Sr. Hervé Ladsous y Sra. Susana Malcorra, al inicio de nuestra sesión de ayer, que nos permite visualizar en una forma concreta no solo el estado de implementación de las recomendaciones formuladas por el Comité Especial de Operaciones de Mantenimiento de la Paz (C-34), sino también la labor que están realizando los dos Departamentos en cuanto a los retos que encaramos en esta esfera. Señor Presidente, Guatemala es un país que se ha beneficiado del mantenimiento de la paz de la ONU, sobre todo en el dominio del desarme, la desmovilización y la reintegración inmediatamente después de la firma de nuestros Acuerdos de Paz a finales de 1996. También hemos participado activamente en las operaciones de mantenimiento de la paz como país contribuyente de tropas. En otras palabras, hemos sido beneficiario y proveedor de esas operaciones, y en consecuencia el tema no es nada trivial para nosotros. Las operaciones de mantenimiento de la paz han sido una actividad primordial de nuestra Organización, y en balance, éstas han sido muy exitosas. Su naturaleza y alcance han cambiado de manera considerable conforme pasan los años, sobre todo desde que se presentó el informe Brahimi en el 2000. Desde esa fecha la Secretaría ha elaborado numerosos informes básicos sobre la materia, abarcando muchas áreas que ni siquiera se tomaban en cuenta con anterioridad. Estas incluyen cuestiones de género, niños en conflictos armados, la protección de civiles, la reforma del sector de la seguridad, estado de derecho y otros. También contamos con una agenda prospectiva reflejada en el documento oficioso denominado “Un nuevo programa de colaboración: definición de un nuevo horizonte para las operaciones de mantenimiento de la Paz de las Naciones Unidas”, circulado en 2009 y el informe de progresos No. 1 que se circuló a los 1 Estados Miembros en octubre de 2010. El mantenimiento de la paz también se desborda hacía la consolidación de la paz, lo que simplemente expande y profundiza nuestra agenda temática. Señor Presidente, A lo ya dicho por el distinguido delegado del Reino de Marruecos en nombre del NOAL y Chile en nombre del Grupo de Rio, quisiera agregar las siguientes observaciones en esta amplia y compleja agenda. Primero, en cuanto a la estrategia global de apoyo para las operaciones en el terreno vemos con interés su evolución y apoyamos los objetivos que apuntan a mejorar la logística y el apoyo a las actividades en el terreno, pilar importante para todos los países contribuyentes de tropas y para su personal desplegado en el terreno. Encomiamos a la Secretaria General Adjunta Susana Malcorra y a su equipo por los esfuerzos que han realizado para garantizar que los Estados miembros participemos plenamente en este proceso a través de talleres, exposiciones informativas y retiros. En los próximos meses, se debe mantener ese nivel de interacción, tanto con las delegaciones en Nueva York como con los contingentes desplegados en el terreno y los Jefes de misión. Ello es clave para que todos los interesados compartan sus conocimientos y comprendan plenamente la repercusión de los cambios en marcha. Segundo, coincidimos con que es importante que las operaciones de mantenimiento de la paz cuenten con mandatos claros, factibles, verificables y adaptados a la situación propia de cada caso. Consideramos que en la elaboración y/o ampliación de los mandatos deberían tenerse en cuenta todas las herramientas en cuestión, sobre la base de una evaluación de las necesidades de cada caso. Estamos convencidos de que, para aplicar con éxito los mandatos del Consejo de Seguridad, hay que abordar la cuestión de las grandes brechas que existen en materia de capacidades, recursos y capacitación a través de una mayor coordinación entre el Consejo de Seguridad, la Secretaría y los países que aportan contingentes. Tercero, en las operaciones de mantenimiento de la paz cada país aporta una contribución especial. Las capacidades individuales y los puntos de vista que puede ofrecer cada país que aporta contingentes deben reconocerse y alentarse. En la propia Carta se subraya la necesidad de que el Consejo de Seguridad consulte a los países que le proporcionan fuerzas armadas. Por lo tanto, es muy importante mejorar la cooperación triangular entre el Consejo de Seguridad, la Secretaría y los países que aportan contingentes en el proceso de toma de decisiones y en la ejecución de los mandatos. El Comité Especial de Operaciones de Mantenimiento de la Paz puede ofrecer contribuciones importantes en ese sentido. Los países que aportan contingentes deben ser consultados desde un inicio en todos los aspectos y etapas de las operaciones de mantenimiento de la paz, particularmente cuando se trate de cambios y ajustes en los mandatos de las misiones, o en el número de efectivos. Cuarto, en lo que se refiere a la distribución de responsabilidades entre los estados miembros en las operaciones de mantenimiento de la paz, no podemos dejar de mencionar el tema del costo de tropas. El principal punto es el siguiente: mientras que alrededor del 90% del presupuesto es provisto por menos de diez países industrializados, y mientras que alrededor del 90% de las tropas provienen de un conjunto diferente de países en desarrollo, tenemos todas las tensiones acumuladas que se traducen en un accidente en potencia, o, si se quiere, en un eventual choque entre estados que podría comprometer el futuro de esta actividad. 2 Una intervención de diez minutos no deja mucho espacio para explayarse, y aún menos para formular propuestas. Pero el diagnóstico está claro: debemos de racionalizar la manera en que se calculan las tasas de reembolso a los países que aportan contingentes. Del otro lado de la ecuación, acaso cabría reexaminar la escala de cuotas para el financiamiento de las operaciones de mantenimiento de la paz. Pero nuestra principal preocupación proviene de la óptica de un país contribuyente de tropas. No existe una explicación racional sobre cómo se llegó a la tasa actual de reembolsos de contingentes y equipo, ni existe un análisis racional de costo-beneficio sobre las operaciones de mantenimiento de la paz de la ONU en su conjunto. Desde luego, el beneficio de salvar vidas y mantener la paz no se puede expresar en dólares y centavos, mientras que los costos sí tienen un valor numérico preciso. Lo único que sabemos por ahora es que claramente las Naciones Unidas reciben valor por dinero en lo que a mantenimiento de la paz se refiere. A nuestro juicio, no es útil percibir las operaciones de mantenimiento de la paz como un gran ejercicio de subcontratación, mediante el cual los países desarrollados contratan tropas de bajo costo de países en desarrollo para llevar a cabo esta pesada y peligrosa tarea. Entre otros aspectos, ello resulta bastante denigrante para los países contribuyentes de tropas. Hablando al menos de mi propio país, no pensamos de estas operaciones como un servicio bien remunerado, si no como la participación en una genuina asociación bajo la bandera de las Naciones Unidas en cumplimiento de lo que la Carta pretendía: el fin noble de mantener la paz. Lo que nos motiva a participar en las operaciones de mantenimiento de la paz es el orgullo y también la profesionalización de nuestras fuerzas armadas, así como un sentido de compromiso, aún en países tan lejanos del nuestro, como sería el caso de la República Democrática del Congo. Dicho lo anterior, aspiramos a recuperar el costo de participar en el mantenimiento de la paz, en el espíritu perseguido por la Asamblea General cuando adoptó la resolución 63/285, y desarrollado en la resolución 65/289, en aquellas partes (párrafos 69 y 70) que se refieren al examen de la metodología para el cálculo de las tasas de reembolso a los países que aportan contingentes. Por último, resaltamos la importancia y el papel clave del Comité Especial de Operaciones de Mantenimiento de la Paz (C-34) como único foro con el mandato de examinar de forma exhaustiva toda la cuestión de las operaciones de mantenimiento de la paz de las Naciones Unidas en todos sus aspectos, y es por ello que continuamos apoyando la pronta celebración de un diálogo oficioso “sustantivo y continuo” entre los miembros del Comité con el objetivo de intercambiar puntos de vista sobre cómo mejorar los métodos de trabajo del Comité Especial, en virtud de la recomendación contenida en sus dos últimos Informes 1. Se han logrado ya algunos avances, como por ejemplo, el proceso iniciado por Marruecos y Canadá sobre los métodos de trabajo del C-34 y la celebración del diálogo con los comandantes de las fuerzas de distintas misiones en el Comité Especial de Operaciones de Mantenimiento de la Paz este año. Muchas gracias 1 Documento A/64/19 - párrafo 228 y A/65/19 – párrafo 277. 3