Teaching in Ukraine ES

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Melanie Klein Trust
Encontrado en la Traducción: Ucrania no está muerta aún [1]
Enseñanza del enfoque psicoanalítico en Ucrania
Penelope Garvey. 19 de junio de 2010.
Durante los últimos siete años la Fundación Melanie Klein ha estado financiando
seminarios de enseñanza en Ucrania. El proyecto fue principalmente una iniciativa
de Igor Romanov, un psicólogo – y desde entonces devenido psicoanalista – con un
puesto en el departamento de filosofía de la Universidad de Járkov. Él y sus colegas
se acercaron a Patricia Daniels en la escuela de verano dirigida por el Comité de
Europa del Este de la Federación Psicoanalítica Europea (EFP – “European
Psychoanalytic Federation”) – una subdivisión de la Asociación Psicoanalítica
Internacional (IPA – “International Psychoanalytical Association”) – para analizar la
posibilidad de realización, en Ucrania, de seminarios sobre el enfoque kleiniano.
Como resultado, Robert Hinshelwood brindó una semana de seminarios en Járkov y
dio dos conferencias en la Universidad. El interés suscitado por esta visita llevó a un
pedido de adicionales eventos de enseñanza a la Fundación Melanie Klein.
En 2003, la Fundación acordó financiar una visita exploratoria a cargo de Edith
Hargreaves y Jane Milton. Su visita fue un gran éxito, y la Fundación convino en
pagar dos instructores para dictar cuatro días de seminarios dos veces al año,
durante dos años. La financiación fue subsiguientemente extendida hasta 2007,
momento a partir del cual la Fundación financia únicamente viáticos. Me uní a Jane
Milton y Edie Hargreaves como una de las instructoras al comienzo del proyecto en
2003, y Anne Amos se nos sumó en 2008.
Todos los gastos locales y la organización son gestionados por los anfitriones. Nos
alojan en un apartamento –en varias ocasiones alguno de los organizadores ha
desocupado su propio apartamento– en el cual la nevera está atiborrada de
alimentos y bebidas alcohólicas, para los que apenas tenemos tiempo o capacidad
de tocar. Hay un gran cuidado y desvelo dispuestos para satisfacer nuestras
necesidades, para la organización de la enseñanza, y para nuestras actividades
sociales. Nos proveen de cena y almuerzo en restoranes, nos llevan a la ópera, a
conciertos o a exposiciones, y a menudo se realiza una fiesta para nosotros y los
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participantes. Cuando nos quedamos un día adicional, nos llevan a paseos fuera de
la ciudad. La solicitud y generosidad de nuestros anfitriones es enormemente
conmovedora,
pero
también
nos
causa
preocupación,
ya
que
estamos
dolorosamente conscientes de que el dinero no abunda en Ucrania.
A lo largo de la historia, Ucrania ha sido disputada y dominada; su historia es una de
brutalidad, en particular durante el último siglo, con veinticinco millones de
ucranianos muertos en el periodo soviético, siete millones de ellos en la hambruna
de 1933-34, otros despachados a gulags, y siete millones en la Segunda Guerra
Mundial. El efecto de todo esto puede ser imaginado y se evidencia en la alta tasa
de mortalidad a causa del alcoholismo, así como en el índice de un cincuenta por
ciento de divorcios. La población actual es de cuarenta y seis millones, un número
que ha caído desde los cincuenta y cinco millones en los últimos veinte años.
Aunque fue el “granero” de la antigua Unión Soviética, con su enorme y
enormemente fértil planicie, Ucrania es un país pobre, y que, en general, ha sido mal
gobernado desde la desaparición de la Unión Soviética. A pesar del optimismo de
muchos durante y después de la revolución “anaranjada”, las cosas no han
mejorado económicamente para la población en general. Los asuntos políticos se
abordan con humor negro. Sin embargo, la sociedad se ha sentido más abierta en
los últimos años, y entrar y salir del país se ha vuelto más sencillo, ya no se
necesitan visas y la revisación de equipaje es menos rigurosa. Esperamos ver los
efectos del reciente cambio a un gobierno que tiene lazos más cercanos con Rusia.
Únicamente una de las series de seminarios ha tenido lugar en Járkov, un destino
minoritario al cual no hay vuelos directos. Hemos explorado cada opción por vía
aérea o tren, lo cual significa que hemos hecho escala en Kiev y en Odesa –
ciudades marcadamente diferentes a Járkov, y entre sí–, donde hemos sido
recibidas y asistidas, durante el tránsito, por los participantes de los seminarios de
esas ciudades, quienes nos acompañaron a conocer los sitios de referencia, y
donde hemos tenido la oportunidad de aprender acerca de los grupos
psicoanalíticos locales. Járkov se encuentra ubicada en Ucrania oriental, cuarenta
kilómetros al sur de la frontera rusa. Fundada en 1654 como un puesto avanzado de
los cosacos, es una de las más renombradas universidades de Ucrania, y es
reconocida como un centro intelectual. El área fue severamente golpeada por la
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colectivización forzada de Stalin y por la hambruna de 1932-33. Durante la Segunda
Guerra Mundial, fue capturada y perdida en dos oportunidades por los nazis, y justo
en las afueras de la ciudad hay un memorial por los trescientos cincuenta mil judíos
que fueron asesinados allí. La ciudad se convirtió en una pieza clave en el engranaje
industrial de la era soviética, como productora de tractores, tanques, turbinas y
motores. El viejo centro de la ciudad, duramente bombardeado durante la guerra,
aún mantiene numerosos edificios en estado de deterioro. Hay señales de edificios
que están siendo reparados, y del capitalismo que se instala con tiendas de marcas
exclusivas y salones de exposiciones de autos lujosos, pero la reciente crisis
económica puede haber puesto un freno a esto. Alrededor del centro de la ciudad,
los suburbios de apartamentos se extienden por millas en todas direcciones. Hasta
las últimas dos visitas, era ahí donde nos quedábamos, lo que nos daba una
experiencia de estos bloques de apartamentos mal mantenidos, además de la
experiencia del traslado a la ciudad en la hora pico del tránsito.
Los seminarios tuvieron lugar originalmente en un viejo hospital para trabajadores
ferroviarios, donde uno de los participantes tenía un consultorio. Más recientemente
se han realizado en una clínica de psicoterapia que es dirigida por dos de los
participantes. A los seminarios asisten veinticuatro participantes que son, en su
mayoría, psicólogos y psiquiatras, y que en gran parte poseen cargos superiores en
instituciones del estado, y todos ellos tratan a por lo menos un paciente privado en
psicoterapia, o más. Aun siendo materialmente pobre, Ucrania tiene altos
estándares de educación, y los participantes de nuestros seminarios tienen gran
desempeño y son, sin excepciones, muy leídos y conocedores de cine y música. No
tienen problema en expresar sus opiniones. Después de algunos cambios
tempranos, el núcleo del grupo de participantes ha seguido siendo el mismo. Los
participantes provienen de una amplia área geográfica, Dnipropetrovsk, Kiev, Krivói
Rog, Leópolis, Odesa, Vínnytsia, y desde fuera de Ucrania: Moscú y Stávropol. Hay
una lista de espera para unirse a los seminarios, y si alguien no puede asistir, un
colega de su pueblo toma su lugar para así poder llevar la discusión de vuelta a su
grupo local. Ahora bien, frecuentemente hay más de un grupo de psicoterapeutas en
cada pueblo, y los grupos pueden adherir a diferentes modelos teóricos; los
psicoterapeutas en Járkov, por ejemplo, pertenecen a dos o tres grupos diferentes.
Para nuestros seminarios, los participantes son divididos en dos grupos, y esta
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división ha permanecido esencialmente sin cambios. Los grupos solían tener
marcadas e interesantes diferencias, que aún mantienen, aunque en menor grado.
Tras negociaciones iniciales en las que hubo resistencia para realizar jornadas de
diez horas, el horario de trabajo diario transcurre aproximadamente de 9 a 17:30
horas. Cada visita está dedicada a un tema, y cada día comienza con un seminario
de teoría. Se suman a estos seminarios cuatro o cinco personas que no forman
parte del programa principal del seminario. Los trabajos académicos son elegidos
por nosotros, traducidos por los organizadores, y enviados por adelantado a los
participantes para ser discutidos en sus grupos locales. Esto significa que los
trabajos académicos reciben un considerable grado de reflexión antes de que
nosotras lleguemos. El debate con nosotras es muy centrado, y las ideas surgidas
en nuestros seminarios son trasladadas de nuevo a los grupos locales para mayor
discusión. Hay gran sed y entusiasmo de aprender, y es indudable que los
participantes y sus colegas locales sienten mucho aprecio y agradecimiento. Los
temas que hemos cubierto hasta ahora son cambio psíquico, transferencia,
identificación proyectiva, el complejo de Edipo, organizaciones patológicas, niveles
analíticos internos y externos, formación de símbolos, superego, pensamiento,
narcisismo, envidia y gratitud, técnica, y mecanismos primitivos de defensa.
Además, una de nosotras expone un trabajo académico sobre el tema ante un grupo
considerablemente mayor en la universidad. Esta conferencia clave solía ser la
primera actividad de cada visita, pero como en una ocasión perdimos nuestro vuelo
de conexión y tuvimos que atravesar Ucrania de apuro durante la noche en un viejo
taxi para llegar a tiempo para dar la conferencia, ahora damos la conferencia de la
universidad en la segunda mañana.
El resto de las actividades de cada jornada consiste en seminarios clínicos y algunas
supervisiones individuales. Los seminarios clínicos siguen el formato habitual, con
alguien que presenta un caso con notas de procedimiento sobre una sesión.
Encontramos, sobre todo al principio, un alto nivel de comprensión teórica, aunque
con habilidades y entendimiento clínicos bastante menos desarrollados. Esto no
sorprende, en una situación en la que hubo poca o ninguna supervisión, además de
escasas oportunidades para el análisis personal. Muchos de los pacientes
presentados tienen síntomas físicos, y algunos de los casos podrían salir
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directamente de los primeros trabajos de Freud. En especial al principio, estábamos
preocupadas porque algunos participantes estuvieran siendo abrumados por los
graves trastornos de sus pacientes. También pudimos ver que muchos participantes
tenían dificultades para establecer límites con sus pacientes. Aparentemente no
podían encontrar autoridad dentro de sí mismos, y especulábamos con que los años
de régimen autoritario podrían haber descalificado el concepto de autoridad benigna.
Al comienzo estábamos muy conscientes de la necesidad de resistir la considerable
presión que soportábamos para actuar como autoridad, y dar instrucciones claras
además de fórmulas sobre cómo hacerlo. Siempre tuvimos consciencia de la
pequeña contribución que proporcionamos, y de la importancia de lograr que los
participantes empleen los recursos que poseen: sus propias mentes y las de sus
colegas. Nuestra intención ha sido fomentar su capacidad de pensar por su cuenta,
así como la consulta entre ellos mismos para la discusión clínica y el apoyo en caso
de pacientes difíciles. Esto ha resultado mucho más exitoso de lo que podríamos
haber supuesto, y es una prueba de la capacidad de trabajo de los participantes.
Fundamental para todo esto son los intérpretes; cada una de nosotras tiene a su
lado un intérprete en todo momento, todos infatigables y con muy buen humor. El
trabajo de traducción presenta numerosas dificultades, consume mucho tiempo, y
frecuentemente existe el temor de que algo se haya perdido en la traducción. Se
necesita ser claro y conciso, lo cual puede resultar una tarea difícil cuando se intenta
explicar ideas complejas y sutiles. Esta tarea no resultó sencilla para ninguna de
nosotras, sobre todo para emprenderla, cuando todo y todos nos eran desconocidos,
y nos encontramos con una cultura muy diferente, con distintos términos de
referencia, diferentes supuestos, un idioma diferente, expresiones faciales
inescrutables, y una sensación subyacente de dinámica competitiva oculta – al punto
que llegué a querer ser aerotransportada fuera de mi primer seminario.
Desde entonces las cosas han cambiado y evolucionado, y todas nosotras nos
sentimos bienvenidas con calidez y gran amistad. Aunque en algunas oportunidades
nosotras y ellos digamos cosas duras, el ambiente predominante es muy positivo. Al
principio habría dos o tres participantes que hablaban inglés; ahora varios de ellos
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han empezado a estudiarlo o a repasarlo, y su nivel de inglés ha mejorado
extraordinariamente. Además, nosotros hemos aprendido algo de ruso.
El seminario de octubre de 2009 se realizó en Dnipropetrovsk, de donde es
originario uno de los psicoanalistas de Ucrania, así como la mitad de los
participantes. La ciudad tiene una población de casi dos millones, y, por ser el centro
de la producción de satélites y misiles de la antigua Unión Soviética, estuvo cerrada
para el mundo exterior hasta 1991. En esta ciudad, más próspera que Járkov,
residen las tres personas más acaudaladas de Ucrania, y es a donde regresan el
mayor número de judíos retornados a Ucrania. Allí encontramos un grupo local de
psiquiatras bien informado, que habían estado leyendo trabajos académicos de
psiquiatría durante varios años a raíz de las recomendaciones hechas por uno de
sus profesores. Aquellos interesados en trabajo psicoanalítico discuten acerca de
sus pacientes en seis pequeños grupos de supervisión, y recientemente
establecieron un Club Psicoanalítico para llevar a cabo reuniones conjuntas. Al igual
que en Járkov, se ocuparon de nosotras con especial atención. Nos acompañaron a
visitar el museo de misiles el mismo día en que discutimos el trabajo académico de
Hanna Segal acerca de la pulsión de muerte, aquél en el que su paciente tiene su
“dedo sobre el botón de mando.” En la fiesta final, el último brindis fue por la pulsión
de muerte, con el recordatorio de que la primera estrofa del himno nacional de
Ucrania es “Ucrania no está muerta aún.”
Pudimos observar un considerable desarrollo del pensamiento psicoanalítico en
Ucrania a lo largo de los años – el que, por supuesto, no está relacionado solamente
con nuestro aporte. No somos las únicas instructoras extranjeras; por ejemplo,
analistas de grupo enseñaron durante varios años en Járkov, y recientemente el
Centro Anna Freud ha brindado capacitación, tanto en Járkov como en Londres,
para profesionales que trabajan con niños. Psicoanalistas de Alemania han dirigido
seminarios en Odesa, la formación en psicoanálisis de la Asociación Psicoanalítica
Internacional (API) denominada PIEE – “Psychoanalysis In Eastern Europe”
(Psicoanálisis en Europa del Este) ha comenzado seminarios allí cuatro veces al año
para los postulantes ruso-parlantes, y Odesa tiene dos o tres grupos psicoanalíticos
propios. La PIEE también lleva a cabo seminarios en Kiev y en Leópolis, además de
muchos otros eventos de capacitación tienen lugar en estas dos ciudades.
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Al inicio de nuestro proyecto había seis postulantes en Ucrania que recibían “análisis
concentrado” (“shuttle analysis”) y estaban provisionalmente aceptados para la
capacitación del PIEE. Dos de ellos eran también participantes ocasionales de
nuestros seminarios. En la actualidad hay en Ucrania cinco psicoanalistas
capacitados por la API, pero ninguno de ellos es analista didacta. Algunos de
nuestros participantes están en análisis con ellos, pero esto no representa una
opción para aquellos que quieren capacitarse, o que son sus colegas y amigos de
toda la vida. Todas las capacitaciones analíticas tienen que ser “análisis
concentrados”, análisis en los que el sujeto analizado viaja varias veces al año, a
menudo dos días por tren, a una ciudad en otro país, por ejemplo Vilna o San
Petersburgo, donde se analizan durante una semana. Esto es muy perturbador para
sus vidas, tanto personal como profesionalmente, y separa al análisis de la vida
corriente. Sin embargo, a pesar de esas considerables desventajas, nos han
sorprendido las diferencias de todos los participantes que han hecho análisis, así
como la gran mejoría de su trabajo clínico.
Entre quienes participan de los seminarios en la actualidad, tres de ellos están
cursando la capacitación de PIEE, tres más ya fueron aprobados y han comenzado
con el análisis, y otros han comenzado análisis con la esperanza de poder
capacitarse. Muchos otros que no están involucrados con nuestros seminarios están
capacitándose con el PIEE. No es fácil para la gente de Ucrania costearse análisis
en otros países, por lo que se destinan algunos subsidios a quienes van a
capacitarse desde Ucrania. El PIEE lleva ya veinte años de funcionamiento, y en el
correr de los próximos dos años habrá de finalizar su trabajo. Los psicoanalistas
ucranianos, y los que están en formación, se han organizado y lo van a seguir
haciendo cada vez en mayor medida y por su propia cuenta. Nuestros participantes
por ejemplo han producido una serie de eventos, incluidas tres conferencias en
Dnipropetrovsk y dos en Járkov, y han organizado la traducción de muchos libros y
trabajos académicos psicoanalíticos. Aun así, seguirán necesitando apoyo continuo.
Un aspecto que los participantes han resaltado es que, mientras otros instructores
han ido y venido, nosotras nos hemos mantenido, y es la continuidad de nuestra
presencia lo que los ayudó a desarrollar una identidad psicoanalítica y los condujo a
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sentirse más formados, al mismo tiempo que los hizo conscientes de sus
limitaciones. Esa continuidad también ha sido importante para nosotras, ya que nos
ha dado la oportunidad de aprender acerca de Ucrania, aprender sobre nosotras
mismas y ver los avances logrados en los participantes y en sus pacientes. Tanto
ellos como nosotras estamos agradecidos a la Fundación Melanie Klein por financiar
este proyecto.
[1] En 1917, el poema de Chubynsky, que ya era el himno de Polonia, fue adaptado
y adoptado como el himno de la República Nacional de Ucrania, cuyo título y la
primera línea se traducen como “Ucrania no está muerta aún.” Desde entonces ha
habido cambios e incorporaciones a la letra, dando como resultado una versión de
2003 en la cual la primera línea es “La gloria y la libertad de Ucrania no han
perecido”.
REFERENCIAS
Figes, Orlando (2007) “The Whisperers” [Los susurradores]. Allen Lane: Londres.
Reid, Anna (1997) Borderland: “A Journey Through the History of Ukraine” [“País
frontera: Viaje a través de la historia de Ucrania”]. Weidenfeld & Nicholson: Londres.
Segal, Hanna (1993) “On the clinical usefulness of the concept of the death instinct”
[“La utilidad clínica del concepto de pulsión de muerte”] Revista Internacional de
Psicoanálisis 74: 55-61.
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